El arte de la meditación - Historias de un practicante ... · PDF file«Nosotros...

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  • MATTHIEU RICARD

    EL ARTE

    DE LA MEDITACIN

    Por qu meditar? Sobre qu? Cmo?

    URANO Argentina - Chile - Colombia - Espaa

    Estados Unidos - Mxico - Uruguay - Venezuela

  • Ttulo original: L'Art de la Mditation Editor original: NiL, ditions, Pars Traduccin: Francisco J. Ramos Mena Los dibujos de la pgina 41 han sido realizados por los alumnos de la escuela de Konchog Lhadrepa. Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografa y el tratamiento informtico, as como la distribucin de ejemplares mediante alquiler o prstamo pblicos. Copyright O 2008 by NiL, ditions, Pars All Rights Reserved de la traduccin 2009 by Francisco J. Ramos Mena 2009 by Ediciones Urano, S.A. Aribau, 142, pral. - 08036 Barcelona www.edicionesurano.com www.mundourano.com ISBN: 978-84-7953-722-7 Depsito legal: NA. 2.192 - 2009 Fotocomposicin: Ediciones Urano, S.A. Impreso por Rodesa S.A. - Polgono Industrial San Miguel Parcelas E7-E8 - 31132 Villatuerta (Navarra) Impreso en Espaa - Printed in Spain

  • ndice

    Prlogo 9

    1. Por qu meditar? Es aconsejable cambiar? 14

    Es posible cambiar? 16 Un aspecto fundamental de la conciencia 17

    Slo con desearlo no basta 18 Qu es meditar? 19

    Transformarse a s mismo para transformar mejor el mundo 21 Un efecto global 23

    2. Sobre qu meditar?

    Afinar la atencin y la plena conciencia 28 Lo que la meditacin no es 28

    Un dominio liberador 29 En el corazn de la realidad 30

    Hay que liberar al mono del espritu 31

    3. Cmo meditar? LA MOTIVACIN 36

    CONDICIONES FAVORABLES PARA LA PRCTICA DE LA MEDITACIN 39 ALGUNAS RECOMENDACIONES GENERALES 44

    ENFOQUE SU ESPRITU HACIA LA MEDITACIN 47 LA NATURALEZA EFMERA DE TODAS LAS COSAS 50

    LOS COMPORTAMIENTOS QUE HAY QUE ADOPTAR Y LOS QUE HAY QUE EVITAR 53

    LA INSATISFACCIN INHERENTE AL MUNDO ORDINARIO 55 MEDITACIN SOBRE LA PLENA CONCIENCIA 57

    LA CALMA INTERIOR 61

  • LA CONCENTRACIN EN UN OBJETO 70

    LA CONCENTRACIN SIN UN OBJETO 74 SUPERAR LOS OBSTCULOS 76

    LA PROGRESIN DE LA CALMA INTERIOR 84 MEDITACIONES SOBRE EL AMOR ALTRUISTA 86

    UN INTERCAMBIO SUBLIME 95 CALMAR EL DOLOR FSICO 100

    LA VISIN PENETRANTE 108 DEDICAR LOS FRUTOS DE NUESTROS ESFUERZOS 142

    UNIR MEDITACIN Y VIDA COTIDIANA 144 Notas 147

    Bibliografa 153 Agradecimientos 155

  • Prlogo

    Nosotros debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo.

    Gandhi

    Por qu este breve tratado de meditacin? Hace ya cuarenta aos que se me present la gran posibilidad de vivir cerca de autnticos maestros espirituales, que han inspirado mi vida e iluminado mi camino. Sus preciosas instrucciones han guiado mis esfuerzos. No soy un enseante, porque jams he dejado de ser discpulo, pero con frecuencia me sucede que, en mis viajes por todo el mundo, conozco a personas que me comunican su deseo de aprender a meditar, y, en la medida de mis posibilidades, intento orientarlos hacia maestros cua-lificados; sin embargo, eso no siempre es posible. As pues, he reunido estas instrucciones extradas de las fuentes ms autnticas del budismo precisamente para todos aquellos que desean sinceramente ejercitarse en la meditacin. Transformarse interiormente impulsando el propio espritu es la ms apasionante de las aventuras. Y es el verdadero sentido de la meditacin.

    Los ejercicios que encontrarn en este texto proceden de una tradicin dos veces milenaria. Bien dedique a la meditacin slo treinta minutos al da, o bien se entregue a ella de una manera ms intensa en la paz mental de un retiro espiritual, podr practicar dichos ejercicios de una manera gradual, por separado.

    Personalmente, tuve la inmensa fortuna de encontrar a mi maestro espiritual, Kangyur Rimpoch, en 1967, cerca de Darjeeling, en la India, y de pasar, despus de su muerte en 1975, algunos aos de retiro en una pequea cabaa de madera en el bosque que domina su monasterio. A partir de 1981, tuve el privilegio de vivir trece aos cerca de otro gran maestro tibetano, Dilgo Khyents Rimpoch, y de recibir sus enseanzas. Despus de que este ltimo tambin abandonara este mundo, en 1991, me retir con cierta frecuencia a un pequeo refugio de montaa, en Nepal, a algunas horas de Katmand, en un centro de retiro fundado por el monasterio de Shechen, en donde habitualmente resido. Sin ningn gnero de dudas, estos perodos pueden contarse entre los ms frtiles de mi existencia. Desde hace unos diez aos tambin participo en varios programas de investigaciones cientficas que pretenden sacar a la luz los efectos de la meditacin practicada durante mucho tiempo. Dichas investigaciones demuestran que es posible desarrollar considerablemente cualidades como la atencin, el equilibrio emocional, el altruismo y la paz interior. Otros estudios tambin han mostrado los beneficios que se derivan de veinte minutos de meditacin diaria practicada de seis a ocho semanas; dichos beneficios son: disminucin de la ansiedad y de la vulnerabilidad al dolor; descenso de la tendencia a la depresin y a la ira, y fortalecimiento de la atencin, del sistema inmunitario y del bienestar

  • general. As pues, mirada desde cualquier ngulo el de la transformacin personal, el del desarrollo del amor altruista o el de la salud fsica, la meditacin constituye un factor esencial si se quiere tener una vida equilibrada y rica en cuanto a su sentido.

    Sera una lstima subestimar la capacidad de transformacin de nuestro espritu. Todos nosotros disponemos del potencial necesario para liberarnos de estados mentales que sustentan nuestros sufrimientos y los de los dems, para encontrar la paz mental y para contribuir al bien de los seres humanos.

  • 1

    Por qu meditar?

    Examinemos nuestra existencia con sinceridad. Cul es nuestro lugar en la vida? Cules han sido hasta ahora nuestras prioridades, y qu previsiones tenemos para el tiempo que nos queda por vivir? Somos una mezcla de luces y sombras, de cualidades y defectos. Pero verdaderamente es sta una combinacin ptima, un estado inevitable? Y si no es as, cmo remediarlo? Son preguntas que merecen ser formuladas, sobre todo si creemos que sera deseable y posible cambiar. No obstante, en Occidente, por causa de las actividades que absorben de la maana a la noche una parte considerable de nuestra energa, tenemos menos oportunidades de profundizar en las causas fundamentales de la felicidad. Ms o menos conscientemente, nos imaginamos que, cuanto ms multipliquemos nuestras actividades, ms se intensificarn nuestras sensaciones y ms se desvanecer nuestro sentimiento de insatisfaccin. Pero en realidad hay muchas personas que se sienten decepcionadas y frustradas por el modo de vida actual. Y aunque sienten que les falta algo, no saben ver la solucin, porque muchas veces las tradiciones que preconizan la transformacin del propio ser han cado en desuso. Las tcnicas de meditacin apuntan a transformar el espritu. No es necesario ponerles una etiqueta religiosa concreta. Todos nosotros tenemos espritu, y todos podemos trabajarlo.

    Es aconsejable cambiar? Pocas personas pueden afirmar que, en su modo de vivir y en su experiencia del mundo, no hay nada que valga la pena mejorar. Algunos piensan que sus defectos y sus emociones conflictivas contribuyen al enriquecimiento de sus vidas, y que, precisamente, esa alquimia tan especial es la que les hace ser lo que son: unas personas nicas; creen que han de aprender a aceptarse as y a amar sus defectos tanto como sus cualidades. Dichas personas corren un gran peligro de vivir inmersos en una insatisfaccin crnica, sin darse cuenta de que podran mejorar con tan slo un poco de esfuerzo y reflexin.

    Imaginemos que nos proponen que pasemos todo un da sintiendo celos. Quin de nosotros lo aceptara de buen grado? En cambio, si se nos invita a pasar ese mismo da con el corazn lleno de amor hacia los dems, la inmensa mayora de nosotros encontraramos esta opcin infinitamente ms preferible. Con frecuencia nuestro espritu se ve invadido por perturbaciones de todo tipo. Los pensamientos dolorosos nos afectan, la ira nos invade y las duras palabras que nos dirigen los otros nos hieren. En esos momentos, quin no soara con controlar sus emociones para ser

  • libre y dueo de s mismo? De buena gana intentaramos ahorrarnos esos sufrimientos, pero, como no sabemos qu tenemos que hacer, preferimos pensar que, despus de todo, as es la naturaleza humana. Pero lo natural no es forzosamente deseable. Por ejemplo, sabemos que la enfermedad es consustancial a todos los seres, pero eso no nos impide consultar a un mdico cuando estamos enfermos.

    No queremos sufrir. Nadie se despierta por la maana pensando: Ojal pueda sufrir durante todo el da y, si es posible, durante toda la vida! Hagamos lo que hagamos, ya se trate de emprender una tarea importante, de realizar nuestro trabajo habitual, de mantener una relacin duradera, o, simplemente, de pasear por el bosque, bebernos una taza de t o encontrarnos por casualidad con alguien, siempre esperamos sacar de ello algo que sea beneficioso para nosotros o para los dems. Si estuviramos seguros de que nuestros actos slo nos proporcionarn sufrimiento, no haramos nada. En ocasiones disfrutamos de momentos de paz interior, de amor y lucidez, pero, la mayora de las veces, no se trata ms que de sentimientos efmeros que enseguida dan paso a otro estado espiritual. Sin embargo, vemos con