El Arco y La Flecha (2009)

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    EL ARCO Y LA FLECHA.

    () tenemos la penosidad toda del espritu

    y la entera tensin de su arco! Y acasotambin la flecha, la tarea y quin sabe,

    incluso el blanco ()"

    Friedrich Nietzsche.

    1. Que la msica, considerada siempre como un lenguaje de sonidos, sea una expresin

    desplegada en el tiempo, ella es una observacin tan comn y universalmente compartida,

    ue parece con!irmarse en toda experiencia de recepcin. "astar#a realizar su prueba

    !enomenolgica, a saber, escuchar cualuier produccin de sonidos, para dar cuenta ue el

    !enmeno del o#r es una relacin singular ue establecemos con y en lo temporal. No

    obstante, un sonido cualuiera ue se despliega en el tiempo tiene, al menos, dos polos

    correlativos$ por un lado, ese movimiento o rendimiento de lo temporal mismo, emanado

    del objeto ue se escucha y, en el otro extremo, auel ue recibe tal despliegue bajo la

    audicin de cara al objeto. %unue relacionados en el tiempo, cabe pensar au# ue el

    !enmeno inicial y su recepcin &sonido ' rgano( no son, por decirlo as#, dependientes$ un

    !enmeno sonoro no debe su existencia al rgano ue lo identi!ica. )onviven junto a

    nosotros una gama de !enmenos acsticos a los cuales no prestamos atencin alguna. Que

    esto ocurra, no indica uesu e#istencia no se estable$ca de al%&n otro modo* es decir, ue

    no tengan participacin en el tiempo. +or otro lado, cuando abrimos lugar a esa recepcin,

    an antes de identi!icar lgicamente al objeto, participamos de algo ms ue el !enmeno

    mismo$ nos damos (el) tiempo, sinti-ndolo en su expresin ms concreta. sea, con

    anterioridad a la recepcin, hemos de /darnos un tiempo0, lo ue uiere decir tambi-n ue

    no es simplemente el tiempo auello ue reuerimos para participar en -l, sino ms bien un

    /espacio0 de tiempo. n consecuencia, un !enmeno inscrito en el tiempo como el sonido

    no es en absoluto mera cuestin sensible 2 mejor expresado3 lo sensible no es mera cuestin

    receptiva. ntonces, para exteriorizar esta condicin !enomenolgica y, desde au#, abordar

    la msica como esa instancia receptiva, carente de cualuier analog#a ue la subsuma &y

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    ue ya "enjamin denunciaba como con!usin epistemolgica, al reducir al objeto musical a

    un programa, sin ser entendida previamente de manera ling4#stica o textual(, no nos

    uedar#a sino preguntarnos por su condicin inicial, vale indicar, cmo representar de

    alguna manera el tiempo, so riesgo de ue tampoco podamos desprendernos de todo cauce

    temporal * a !in de cuentas, nuestra naturaleza pensante es !inita. n s#ntesis, 5cmo tratar

    al tiempo sin realizar desde -l un discurso abstracto y ue, no obstante, no sea engullido por

    lo puramente !enomenal6

    7. 8a di!icultad de representar el tiempo parece relacionarse con la condicin misma de lo

    temporal, su de'enir real. n esto hay cierta razn en la ense9anza :en, ue postula la

    inutilidad inmanente de cualuier anlisis sobre lo real, puesto ue en el proceso deinvestigacin in situ de la realidad temporal, -sta ya se nos acaba de ir entre las manos.

    +ero tambi-n el intento no es del todo vano, pues descubrimos en ese devenir apor-tico

    cierta manera de entender un despliegue temporal$ una participacin en el mo'imiento que

    se proyecta como tiempo"

    n tanto pensemos ue todo lo real sucede de alguna manera &se /mueve0(, tiempo

    y movimiento se relacionarn entre s#, y esta relacin slo cabe pensarla en una

    presentacin, digamos, causal 2 e!ectiva$ si experimentamos un movimiento, se

    experimenta con ello el tiempo y, a la inversa, no sintiendo movimiento alguno, no habr#a

    motivo para sentir al tiempo. +or ello, tiempo y movimiento no son id-nticos$ si un

    !enmeno cualuiera, decimos, se despliega en el tiempo, es en razn del /desplazamiento0

    ;phor$ el transporte, y as# tambi-n, traslado o conduccin< ue e!ecta el !enmeno para

    as# ser algo ms ue un mero !enmeno. 8o ue ueremos decir es esto$ todo !enmeno, en

    tanto cosa potencial, recibe por el movimiento una actualizacin * decir, p. e. el sonido es

    m&sica en potencia, expresar#a como enunciado auello por lo cual ciertos !enmenos

    devienen o se mani!iestan en otro plano de recepcin, ya no como materia sonora, sino

    como material"+ero 5dnde se representa el !enmeno en nosotros6, pregunta ue hace

    mencin expl#cita a las condiciones puras de -ste. 8a tradicin !ilos!ica nos ha heredado

    este problema bajo una doble inscripcin$ el espacio y el tiempo. 8a conjuncin de ambos

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    establecen, en gran medida, un l#mite por el cual cada !enmeno es y llegar a ser di!erente

    de lo ue ya ha sido &de lo contrario, tendr#amos bajo nuestras cabezas un /caosmos0

    indistinguible(. %s# expresado, parece existir una primac#a del tiempo sobre el espacio,

    sobre todo si redoblamos la interrogacin respecto a la potencia misma del !enmeno, es

    decir, 5cundo hay objeto presente, !enmeno como tal reconocido o movimiento potencial

    en ltima instancia6 )uando hay tiempo, en el momento en ue el !enmeno se nos

    presenta como es" sta condicin ontolgica del tiempo no puede ser vista en razn del

    pasado * puesto ueya ha acontecido* o en el !uturo * donde a&n no acontece23 slo es

    posible en un instante detenido, un presente nico e indiviso ue los separa. =u nombre es

    el ahora ;nyn, o tambi-n ms en!ticamente, nyn, el actualicho en t-rminos

    aristot-licos$ uando percibimos un antes y un despus, entonces hablamos de tiempo"*ues el tiempo es +ustamente esto n&mero ;rithmos

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    No otra cosa expresa el t-rmino perpetumm mobile" Queda as# el tiempo remitido a ser

    mero !enmeno de lo siempre id-ntico.

    C. 8a demostracin de un tiempo representado en virtud de cierta unidad num-rica, no slo

    mani!iesta o garantiza el ahoradel tiempo, sino adems la doble extensionalidad dentro de

    sus dos arcos in!initos como son el ha sido y elser, remitidas numeralmente a dicho

    nyn" suemticamente dir#amos$ dos arcos ue siempre encuentran el punto de actualidad

    en el presente, tanto en el pasado como en su !uturo &hubo presentepara la historia anterior

    a este ahora, como tambi-n habr presente en ella(. llo no ser#a otra cosa ue una

    incorporacin * al menos lim#tro!e * del movimiento en la expresin temporal3 si el

    movimiento no es otra cosa ue un acontecimiento remitido al mundo de los !enmenos, asu multiplicidad sensible, comprobable en la singular experiencia del entrecruce de

    velocidades dispares en un mismo momento &mis pasos, la trayectoria de los veh#culos en la

    calle, las se9ales intermitentes de un sem!oro, etc.(, el ahora realiza una seleccin o recorte

    del movimiento inscrito en ese instante. >icho as#$ seguimos con!iando en la estructura

    ontolgica del tiempo porue estableci-ndonos en el instante puntual o recorriendo

    cualuiera de los dos arcos de in!initud, el plano del presente concentra y extiende a su vez

    al tiempo. No es asunto balad# recordar ue la !iloso!#a griega hunde sus re!lexiones acerca

    de lo temporal de cara a los !enmenos !#sicos, los cuales determinar#an a este ltimo como

    dato incluso de la naturaleza, de suphysis &%gamben(. +ero a su vez, la re!lexin griega de

    %ristteles busca constituir, primero ue todo, cierta legitimidad del tiempo puntual, porue

    es au# donde lo temporal se remite a s# mismo, a su propia esencia &ousa(, neutralizando

    con ello las multiplicidades propias del movimiento. 8o nico y puntual del tiempo, ue es

    n&mero, ahora, expresa lo @no ue !undamenta al movimiento &en este sentido hablamos de

    una ontolo%a temporal, es decir, el /ahora0 no podr#a ser sino tiempo puntual(.

    =i invirti-ramos la causalidad entre tiempo y movimiento, lo ue dejamos en

    suspenso unas l#neas ms arriba &un !enmeno cualuiera lo es gracias a un

    desplazamiento(, podr#a sostenerse lo siguiente$ el ahora nada puede recortar de un

    movimiento mientras no se constituya, en la realidad, movimiento alguno3 es la

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    multiplicidad uien proporciona el material o !enmeno determinado por el cual el /ahora

    se hace tiempo0. =i el ahora, por el contrario, es un punto solamente, se producir#a una

    estaticidad del movimiento, o sea, sin tiempo. =i el signi!icado de la palabra griega

    pardo#osincluye auello ue nos es /inesperado0 o, para aprovechar cierta analog#a con

    el sonido, lo inaudito, podr#a muy bien representar au# la radical proposicin de :enn de

    lea respecto al movimiento * y con ello, del tiempo. n s#ntesis, para de!ender la tesis

    parmen#dea segn la cual el ser es uno * y bajo nuestro tema, el tiempo como un ahora 2,

    habr#a ue poner en suspenso cualuier expresin !enom-nica, vale decir, el movimiento. =i

    el ser es uno, lo es inmvil, de lo contrario el movimiento desvirtuar#a la condicin misma

    de ese ahora, ue es su medida o remisin puntual como tiempo * por lo dems, una

    experiencia emp#rica donde se /cancela0 el movimiento podemos hallarla cuandopresenciamos un hecho ue nos !uerza a detenernos, da igual si es una mirada, un accidente

    o una obra art#stica. n esos casos, el ahora produce cierta suspensin, de la cual

    simplemente damos cuenta cuando con!esamos interiormente ue eso /llama &a( la

    atencin.0

    =i el tiempo aristot-lico puede representarse como un gran arco in!inito,

    reproductor de /ahoras0 ue !ueron, son y sern, hace !alta introducir el objeto de esta

    representacin, como puede ser una !lecha. +recisamente, la tercera paradoja de :enn se le

    conoce bajo este nombre. Deproduzcamos su !ormulacin ms completa$ () el proyectil

    arro+ado est en todo instante en al%o i%ual a s mismo, y as durante todo el tiempo" *ero

    lo que est en un instante &lit. /en el ahora0, nyn( i%ual a s mismo, no se mue'e, pues nada

    est en mo'imiento en el instante. y lo que no se mue'e est en reposo, pues todo est en

    mo'imiento o reposo" *or ello, el proyectil arro+ado, mientras se encuentra arro+ado, est

    en reposo durante todo el tiempo en que dura su trayecto" &117E =impl.-s. 111, 1?27G(.

    %!errarnos al puro punto del ahora, como condicin nica del tiempo, euivale

    paradjicamente a extirpar auello por lo cual -ste recorta el tiempo, o sea, su movimiento3

    pero tampoco nuestras percepciones temporales operan a base de puros recortes,

    suspendiendo a cada momento cada !lujo temporal. Huelga decir, no obstante, ue la

    paradoja zenoniana es un procedimiento dial-ctico ue procede reduciendo al pensamiento

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    argumentativo ad absurdum, y es desde au# donde habr#a de leerse este !ragmento. =i lo

    expresamos bajo nuestra condicin moderna, la !lecha disparada se asemejar#a al cuadro

    nico de una cinta !#lmica, instante congelado ue slo nos habla de un espacio de tiempo.

    >icho de manera menos laxa3 anterior a todo objeto presentado, ha de haber un lugar ue

    establezca cierto l#mite de auello uese presenta. s ms3 todo lugar no de+a de e#istir

    an en la ausencia de cualuier objeto /presente0. =i el /au#0 * como correlato espacial del

    ahora temporal * debe su existencia gracias al objeto ue circunscribe, deber#a

    denominarse como vac#o el lugar en s. n este sentido, la !lecha sola, suspendida, no har#a

    ms ue concentrar las !ormas puras del tiempo y espacio3 pero, torciendo el absurdo

    mismo, slo bajo el movimiento o la pluralidad de sus !enmenos nos es dado el tiempo y

    el espacio de esa !lecha. >ejarla como un recorte euivale al absurdo de concentrar unlargometraje en una sola imagen3 en ello pende la aclaracin hegeliana aplicada a la certeza

    sensible, cuando el ahora como el au# son simplemente expresin /actual0 bajo el

    movimiento y slo en -l. 5No habr#a en esta paradoja de :enn, una oculta subjetividad,

    ue intenta resolver el dilema bajo un puro camino ue se le presenta, a saber$ uniendo cada

    uno de esos puntos2ahora para completar el movimiento mismo, o sea, sintetizando6 sta

    ser#a la tarea de un Io ue /acompa9a a todas sus representaciones0, es decir, una regla

    subjetiva capaz de operar una s#ntesis al interior de todos los !enmenos dados en el

    espacio y el tiempo. )uando Jant delega en la !acultad de la Kmaginacin

    &/inbildun%s0raft, construccin semntica ue incluye la imagen, la1ildcomo correlato de

    representacin( la tarea sint-tica de cualuier objeto en la intuicin, -sta puede realizarse

    porue, en el !ondo, todas las impresiones externas como internas vienen determinadas por

    la !orma pura de la sensibilidad, vale decir, el tiempo$ /n efecto, en cuanto contenido en

    un instante del tiempo, nin%una representacin puede ser otra cosa que unidad absoluta"

    *ara que sur+a una unidad intuiti'a de esa di'ersidad () hace falta primero recorrer toda

    esa di'ersidad y reunirla despus" /ste acto lo llamo s#ntesis de aprehensin. &Jant, $

    2*(. >igamos ue el arco y la !lecha estar#an dominados por las manos de la subjetividad

    o, lo ue es igual$ la ontolog#a de ese tiempo puntual slo aduiere sentido bajo la

    participacin del sujeto, al reconstituir-ste cualuier !enmeno inscrito en el tiempo. 8a

    pr-dica !enomenolgica de Husserl, an cuando manten#a una distancia cr#tica con la

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    con!ianza neoBantiana de reducir todos los actos de la percepcin a teor#a del conocimiento,

    en s#ntesis supon#a con anterioridad al /ir hacia las cosas mismas0 una conciencia

    determinante del tiempo mismo. No por otra cosa, el campo ms !rondoso para iniciar

    desde esta subjetividad, una re!lexin madura sobre las percepciones, se le denomina

    esttica.