El amor de Dios - INICIO BALLISTRERI EDIFICANDO LA FAMILIA PLENITUD EN EL MATRIMONIO UN MENSAJE A LA...

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Febrero 2016No. 5

El amor de Dios

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CONTENIDOAMISTAD CRISTIANA A.C.

Esta constituida legalmente de acuerdo a

las leyes de nuestro país.

Nuestro propósito es dar a conocer el

mensaje, la filosofía y el pensamiento de

Jesús de Nazaret y establecer una relación

personal con Dios, independientemente

de cualquier credo religioso.

DIRECCIÓN

San Felipe #72, Col. Xoco,

México, D.F. C.P. 03330.

Tel: (55)91830670

[email protected]

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EDITORIAL

Idilio Pardillo Escalona

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Boletín Amistad Cristiana

Órgano de información y comunicación de Amistad Cristiana A.C.

Publicación de distribución gratuita elaborada sin fines de lucro. Los artículos y opiniones expresadas libremente son responsabilidad única y exclusiva del autor y pueden reproducirse citando la fuente. Toda correspondencia, colaboración y donativo deben enviarse a: Puente Xoco 38, col. Xoco, 03330, México D.F., teléfono 9183 0670, correo electrónico [email protected] Se otorga permiso de imprimir Boletín Amistad Cristiana únicamente a las personas que lo ha-gan de forma completa previa autorización vía correo electrónico. Las fotos e ilustraciones no pueden utilizarse solas sin permiso de sus autores.

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ACTIVIDADES

El amorde Dios

ENTREVISTA

JUAN BALLISTRERI

EDIFICANDO LA FAMILIA

PLENITUD ENEL MATRIMONIO

07UN MENSAJE A LA CONCIENCIA

EL PEGAMENTODEL AMOR

10PARTICIPACIÓN ESPECIAL

LA CONSOLIDACIÓN DEL EVANGELIO ES EN EL HOGAR

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REFLEXIÓN

LA AMISTAD

DEL ESCRITORIO DE JAVIER CAMPOS

USTEDES SONMIS TESTIGOS…

mailto:[email protected]




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editorial | 03

Fue expresado por Juan en su primera carta:

“En el amor no hay miedo, sino que el perfecto amor echa fuera el miedo; porque el miedo lleva en sí castigo. De donde el que tiene miedo, no ha sido perfeccionado en el amor de Dios”. (1ª Juan 4:18) “En esto se ha perfeccionado ese amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como Dios es, así seremos noso-tros en este mundo”. (Vers. 17) “Nosotros lo ama-mos a Él, porque Él nos amó primero”. (Vers. 19)

Dios mío y Señor mío no sé de los demás, pero es-to es entre Tú y yo:

Amarte en realidad para mí, todavía es un “no sé qué”, porque vienen a mi mente pensamientos que a veces hacen fluctuar mi amor por Ti, porque en mi limitación (Inmadurez) ante tu grandeza toda-vía desconozco si te merezco, al menos por la reali-dad que ahora vivo, lucho por merecerte y cono-certe cada vez más porque sé que eso es lo mejor para mí, pero ante tu inmensidad siento que aun en esto: “pecar de ignorancia” es un premio, co-mo un regalo que considero que cualquier perso-na debería recibir.

Porque tu Amor, tu bondad, tu gracia y misericor-dia son tan enormes, como incomprensibles, pero acepto y reconozco que te plació fijarte en mí, por-que desde que me presentaron a Ti, entiendo que sólo disfruto y cosecho los bienes de tu creación, desde entonces también siento que estando a tu lado nada deseo, porque nada me falta, me has prometido que lo tuyo es mío, esto es sencillamen-

te sorprendente para mí, y me hace pensar de in-mediato en los que no te conocen, porque no pue-den disfrutar de ti, ni tampoco del tan formidable y genuino Amor eterno que te caracteriza.

No alcanzo a comprender completamente cómo es la eternidad, pero creo de todo corazón lo que escrito está por el dicho de Jesucristo en el evan-gelio cuando expresa: Esta vida eterna la reciben cuando creen en Ti y en Mí; en ti, porque eres el único Dios verdadero, y en mí, porque Yo soy el Mesías que tú prometiste y lo cumpliste cuando me enviaste a este mundo. (Juan 17.3 TLA)

Señor; no cabe duda que estoy en tu proceso y confío de todo corazón que lo que empezaste en mí lo culminarás, como Pablo le dijo a los filipen-ses: Estoy convencido de que Dios empezó una buena obra entre ustedes y la continuará hasta completarla el día en que Jesucristo regrese. (Fil.1:6 PDT)

Y lo que nos asegura Juan en su primera carta.

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es”. (1ª Juan 3:2)

Mi esperanza, y mi ruego es como la del Salmista. “Dios cumplirá su propósito en mí; Tu misericor-dia, oh Dios, es para siempre; No desampares la obra de tus manos”. (Sal. 138:8 RVR60)

I.P.E. Febrero 2016

El amor de Dios

AMISTAD CRISTIANA A.C.México 2016

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ENTREVISTA A JUAN BALLISTRERI

Hablando de Reforma en el año 2016

La palabra reforma es una palabra que nos da la idea en la Es-critura de hacer volver al original, algo que se fue doblando, dando la idea de que la columna vertebral de algo, se perdió, y hay que hacerla regresar desde ese punto de vista; creemos en la reforma, no como un eslogan, ni como una frase sencillamen-te, sino como un trabajo.

Durante tres años sistemáticamente en nuestras escuelas en toda la producción que se hace en multimedia, lo hemos basa-do en la reforma. Porque creemos que la reforma no es una acción humana, sino que la reforma es Cristo mismo, en la me-dida que Cristo va siendo formado en los corazones, la reforma no se produce como un tecnicismo dogmático, sino que se pro-duce como un estilo de vida.

La reforma como Cristo formado en la vida…encontramos que este versículo 24 de Hebreos 9 y que habla de la reforma, nos damos cuenta que la advertencia apostólica por que la iglesia del primer siglo, estaba volviéndose a los ritos y a cierta simbo-logía antigua que la estaba desviando y esa distracción es la distracción que cada generación tiene que enfrentar.

La reforma nos lleva a la transformación...

Entonces cuando planteamos la reforma no estamos planteado una nueva forma de hacer reuniones, ni institucionales, ni dog-máticas; sino que la presentamos como el no desvío en distrac-ción, de la formación de Cristo en la persona, luego esa pala-bra emigra a la transformación, porque creemos que no puede haber una reforma sin que se transforme en cosas tangibles, que comienzan desde el interior del ser humano, por el mismo ser humano en su vida, su matrimonio, su familia y produce una transformación en lo sustancial, llegando a ciudades, naciones y todas las columnas y estructuras que estas componen. Enton-ces la reforma produce una transformación.

Después de la transformación vienen las añadiduras

Esta transformación basada en la reforma supone también co-mo consecuencia vivir las añadiduras. Creemos que cuando Cristo es recuperado en una generación, en cuanto a la revela-ción hablamos de Cristo en nuestra vida, nuestro estado de jus-ticia plantea que nosotros, no somos personas en búsqueda de una bendición o en búsqueda de que una promesa se cumpla en nosotros, sino que por el solo estado de justicia, nos da la revelación de una reforma y ésta produce una transformación en nuestra vida, hace que sobre nuestras vidas, vengan las aña-diduras al buscar el Reino de Dios y su Justicia, es decir lo que por años la iglesia debe de reformar y mucha gente está vien-do hoy, como alcanza algo que ya nos fue concedido a través de la justicia en Cristo.

Entonces, la reforma prevé que los hijos de Dios entiendan a plenitud su justicia en Cristo, esto produce transformaciones tangibles, por lo tanto, nos hace que las añadiduras sean suma-das a nuestras vidas, como un recurso en todo lo que necesita-mos para producir el propósito eterno de Dios aquí en la tierra.

¿Qué podemos entender cómo añadidura?

Cuando Hablamos de añadiduras, hablamos puntualmente de los recursos que un ser humano necesita en la tierra, cuando Cristo está siendo formado en su vida para producir aquello para lo que nació, entiéndase como añadidura después de la vida misma de cristo, todos los recursos espirituales, emociona-les y materiales de las personas… absolutamente todo. Y cada persona creemos que tiene una medida de añadidura, que no tiene que ser igual a otros, porque sabes que cada uno vamos tomando una preforma diferente, para aquello a lo que fuimos llamados. Hay uno que fue llamado a servir en un área, pues tendrá la añadidura conforme a su asignación, pero son añadi-duras, son cosas que no debemos que estarlas mendigando,

EntrEvista | 04


sino más bien, éstas nos van alcanzar en el desarrollo mismo de la tarea.

“Para madurar, hay que oír bien”

La Biblia hace todo lo posible para encapsular en letra Vida, es una tarea, por eso mi admiración a los hombres y mujeres que participaron en tratar de captar una idea de Dios y ponerla en letra, muchas veces decimos que la letra es la cárcel de la pala-bra, ¿Por qué? Porque a veces queremos decir más cosas de las que se pueden escribir.

Por tanto oír, es la manera que la Biblia dice que el hombre se alimenta y manifestamos lo que oímos, por lo tanto el creci-miento de algo se debe a lo que comemos, entonces, de la misma manera que por la boca, alimentamos al cuerpo por el oído, alimentamos al ser espiritual, por lo tanto crecemos todo el tiempo en algo, sea algo bueno o algo malo, tenemos una vida dinámica por lo que oímos y Jesús se encargó decir y cu-rioso con lo que venimos hablando, que se nos añade lo que oímos, por lo tanto, de la misma manera que el cuerpo físico es la expresión de lo que comemos, nuestra vida espiritual y su altura espiritual su contextura, el modelaje espiritual de cada persona, es lo que oímos. No es muy difícil de darnos cuenta que estamos oyendo de la vida, cuando solamente hablamos un rato con la persona, porque con la persona expresamos nuestra última conversación, es entender cuando el hombre se separa de Dios y comienza a experimentar la verdadera muerte de crecimiento o de degradación, fue por dos cosas por oír y por comer algo que son de una manera sinónimos en el senti-do espiritual.

“Cuando oímos a Dios crecemos en todas las cosas”

Por lo tanto, si nosotros no recuperamos el oír a Dios, -que ésta es la gran controversia que se presenta en las Escrituras a tra-vés del Antiguo y Nuevo Testamento-, en el Antiguo Testamen-to las personas oían a Dios, desde afuera y a través de alguien, ahora en Cristo todos los seres humanos de la tierra y por la obra de la Cruz, pueden oír a Dios y pueden crecer en todas las cosas en la vida, por el solo hecho de oír a Dios. Cuando oímos a Dios crecemos en todas las cosas. En términos espiri-tuales de iglesias, el crecimiento de una Iglesia no se mide ni por la docena, ni por la centena, ni por los millares. Aunque si me preguntan, yo quisiera tener miles de personas todos los

días congregándose; no estoy desacreditando a aquellos, sino que estamos hablando de un hecho puntual.

Las personas podemos pertenecer a una iglesia con crecimien-to numérico y no estar experimentando el mayor de los creci-mientos, que es el oír a Dios, las Iglesias y las Congregaciones, pueden oír a Dios como tales y experimentar un cierto creci-miento numérico, pero ese crecimiento es obviado totalmente en las cartas apostólicas, nunca vamos a saber cuál era el núme-ro de las personas que se congregaban en las ciudades.

Lo que sí sabemos es que a los apóstoles, les interesaba el cre-cimiento de la persona en la manifestación misma de Cristo en su vida. Si la verdad de Dios es una palabra encarnada en mí, lo que yo debo oír es una palabra viva, que es Cristo mismo en mí y eso produce un aumento de Cristo en mi vida.

Por lo tanto, he crecido la altura de Cristo por la Palabra, que de él mismo he oído, es como un círculo que se retroalimenta, oigo la Palabra de Dios, que es algo más que oír la Biblia o leer la Biblia, podemos leer la Biblia sin oír a Dios y podemos oír a Dios a veces sin leer la Biblia, de hecho que Dios habló antes de que hubiera Biblia es decir, la Biblia no es solamente para oír a Dios, sino una manera de comenzar, pero se puede oír a Dios en asuntos mucho más claro y más amplio que pudieran estar encapsulado en un versículo bíblico. Es uno de los tantos argumentos sobre la necesidad de que, si no oigo a Dios, cre-cer es una ilusión.

El tiempo me ha ido y cuando hablo, es del tiempo como un regalo de Dios, Él me ha permitido hoy poder llegar a esta con-clusión; que estoy listo para reformar en el futuro, pero hoy es hasta donde siento, que Cristo sea formado en el corazón de las personas, si de alguna manera podemos hacer un aporte a los amigos, hoy nos encontramos desde México.

Y tal vez dentro de pocos días desde cualquier lugar del mun-do, el fin de todo el evangelio es que Cristo tome forma en las personas, de manera práctica, que experimentemos la desapari-ción de las ideas humanas por la vida de Cristo expresada en las personas, por eso, en esta respuesta yo quiero poner un pequeño aporte, hay una palabra que lamentablemente se des-gasta, cuando las palabras se desgastan pierden el poder por las cuales están escritas y es la palabra apóstol. La palabra após-tol significa literalmente representar a alguien no tiene nada


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que ver con una jerarquía eclesiástica, ni con un título honorifi-co hacia una persona que queremos o amamos de cierta trayec-toria, la palabra apóstol significa literalmente representar.

Cuando Dios creo al hombre, lo creo para que lo representara en la tierra, pero el hombre no podía representar a Dios con sus propias ideas ni con su propia imaginación, por lo tanto, la vida apostólica no es un rango eclesiástico, sino producir en la gente la representación justa y la medida de Cristo, ¿por qué? Porque creo que es esta imagen, esta representación de Cristo en el lugar a donde estemos, no importa la tarea más noble o más digna, que los seres humanos califiquen lo que ustedes y yo hacemos, lo importante es que, lo que hagamos, se vea una imagen y que no sea la nuestra, si no que sea una imagen de Cristo, para que vean el resultado. La que produjeron los cristia-

nos de principio , -por eso eran cristianos- representaban la ima-gen de Cristo en la tierra, no fue un hombre que Dios les dio, fue un hombre que los seres humanos sin Dios le dieron, por-que era la imagen que ellos veían y esa imagen es la que él pro-dujo, que las ciudades fueran trastornadas de sus cimientos a donde había corrupción, a donde había núcleos corruptos y eso era sacudido y esos sacudimientos no se producían ni por doctrinas religiosas, no se producía por templos maravilloso, era un grupo de hombres corriendo por las calles emanando la imagen de Cristo y produciendo la transformación de perso-nas, de familias, de ciudades y de naciones.

Eso es lo que deseo en este año 2016, que podamos ver el re-sultado de Cristo en nosotros.


EntrEvista | 06

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La verdadera comunión sin vergüenza o temor

En nuestra relación matrimonial, Dios estableció que no de-

be haber ninguna situación que cause vergüenza, temor, jui-

cio, separación, secretos, división; lo cual, requiere que ten-

gamos conocimiento el uno del otro, de su alma, espíritu y

cuerpo, pues eso nos permite vivir como El establece, sien-

do uno. “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no

se avergonzaban”. (Génesis 2:25 RV60)

Si bien la palabra se refiere a la desnudez física, que antes

de la caída no representaba motivo de pena o rubor, tam-

bién nos podemos referir al conocimiento pleno de ambos

sin temor o inquietud por ocultar todo su ser incluyendo su

cuerpo, el uno del otro.

Por otro lado implica la aceptación de quien es cada uno,

sin prejuicio pues se conocían tal cual Dios los había creado.

En nuestro contexto actual, podemos afirmar que estas ca-

racterísticas son esenciales para una relación plena en nues-

tro matrimonio y son;

- Aceptación: de quien es nuestro cónyuge y su contex-

to social, cultural y emocional. Ya que de ello se des-

prende el evitar que hagamos juicios que avergüencen

al otro.

- Conocerse: es necesario tener la suficiente apertura e

intimidad de uno con otro, para que nuestros deseos,

inquietudes, temores, anhelos, planes y valores sean

del conocimiento y entendimiento de nuestro cónyuge.

- Comunicarse.- el establecer los puentes necesarios

para que la comunión entre ambos sean una forma coti-

diana de relacionarnos y así poder estar a favor el uno

del otro.

Ante esto, nos queda las reflexiones personales de:

¿Hay cosas, situaciones, pensamientos, actitudes que me

avergüenzan ante mi cónyuge?

¿Hay cosas que aun prefiero no comunicar o dar a conocer a

mi esposo(a)?

¿Tengo secretos que he mantenido por temor a revelárselos?

Pongamos en oración y pidámosle a Dios que nos permita el

tiempo de intimidad con El y nuestro esposo(a), para que jun-

tos seamos restaurados en nuestra comunión y relación plena.

Señor te rogamos ser libres de la atadura del temor y ver-

güenza en nuestro matrimonio y vivir en aceptación y comu-

nión contigo.

PLENITUD EN

EL MATRIMONIO


Edificando la familia | 07

7

EL PEGAMENTODEL AMORpor el Hermano Pablo

Muchos días y muchas noches pasó cavilando Waldemar Au-

gusto Albano. Ensayó mentalmente centenares de fórmulas

y medios, hasta que por fin creyó hallar la solución: una solu-

ción, para él, infalible.

Waldemar era portugués y vivía en Brasil. Estaba locamente

enamorado de su novia. Pero la muchacha le había dicho

que quería terminar con el noviazgo. ¿Cómo retenerla a su

lado para toda la vida?

Waldemar compró un supercemento capaz de pegar cual-

quier material. Tan pronto como se untó la mano con ese

cemento, tomó fuertemente la mano de su novia. Quedaron

pegados, eso sí, pero la chica gritó hasta que llegó la poli-

cía. Fue necesaria la intervención de un médico para despe-

garlos. «Cuando quiera retener a su novia —le dijeron a Wal-

demar—, reténgala con amor, no con cemento.»

El amor es la fuerza de unión más grande que se conoce.

Funde a dos almas en una sola, de manera que ya no son

dos, sino una: un alma, un cuerpo y un espíritu. El amor pue-

de juntar, en vínculo indisoluble, a personas de las más diver-

sas razas, culturas y categorías sociales.

El amor forma vínculos que jamás se rompen y que se hacen

más fuertes y sólidos con los años. Une, con cemento divino,

almas, mentes y destinos. Pero los vínculos y lazos del amor

no son físicos. No están hechos de cemento ni de hierro. Los

lazos del amor están hechos de amor: amor procedente de

Dios, como el don más exquisito.

Cualquier pareja que quiera sentir ese amor debe pedírselo

a Jesucristo. Porque sólo cuando una persona que ha estado

muy perdida encuentra a Cristo y experimenta su grandiosa

salvación, conoce lo que es el amor divino. Y sólo conocien-

do el amor divino puede amar verdadera, profunda y eterna-

mente. Mucho del amor presente no es más que pasión ba-

rata. El amor que brota de un corazón purificado por Cristo

es amor genuino.


un mensaje a la conciencia | 08

8

Las cosas comenzaron a complicarse, cuando

se hizo un concurso para ver quien tenía el

nombre más corto. Un chino, parecía ser el

ganador indiscutible, pero llegó un japonés

llamado Casi o (Casio, marca de calculadoras),

que desplazó al chino, pero no contaban con

Ni casi o (Nicasio). Un mexicano quien final-

mente fue el que gano el concurso.

Nuestro Señor Jesucristo nos dejó un manda-

miento, antes de ascender al cielo, que co-

mienza con una palabra bien corta, pero que

compromete a todo creyente a tomar decisio-

nes, a actuar, a asumir un compromiso.

¿Cuál es esa palabra? Id… (Mc. 16:15). Y

¿Qué significa? Ir, marchar, partir, correr, an-

dar, pero el contexto en el que está, nos con-

cierne y nos involucra a todos: “Id por todo el mundo y”…

Precisamente, el cumplimiento de ese manda-

miento es el que permitió, que la Salvación

llegara a nuestras vidas y el que cumplamos

con la parte que nos corresponde permitirá

que muchos más puedan también, conocer al

Único Dios en el cual hay salvación, porque

como dice la Escritura: “en ningún otro hay

salvación” Hch. 4: 12.

Entonces…

Javier C.

USTEDES SON MIS TESTIGOS…

Isaías 43:12


del escritorio de javier campos | 09

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LA CONSOLIDACIÓN DEL EVANGELIO ES EN EL HOGAR

por Juan Ballistreri


El padre y la madre que de hecho todos los somos, yo, por ejemplo, soy padre de seis hijos y la mejor vida que pudieran tener (sic), es que alguien se haga cargo de la responsabilidad que tengo sobre ellos, y a veces creemos que, en la vida, la úni-ca responsabilidad del padre en este caso, es traer los alimen-tos, darles a los hijos cierta orientación en la vida y ahí termina todo. Pero en el plan original de Dios y en función de la refor-ma que planteamos, es que todos los sistemas ya sean políti-cos, educacionales y religiosos, deben devolverle al hogar la responsabilidad que tienen, en la medida que el hombre se separa de Dios, le entrega a la política el destino de su familia, ya sea en lo económico o en lo social, también le delega al es-tado, el poder de la educación y le delega a la iglesia el poder de la instrucción familiar.

Eso es una desviación, eso es una perversión de los diseños eternos de Dios, entonces cuando decidimos la consolidación y que comienza en el hogar y decidimos, al menos que padres, hermanos mayores o alguien en la casa, no tome la iniciativa para que Dios regrese al hogar y desde el hogar comience la transformación que estamos planteando, solo será un slogan, porque en realidad, ni el estado, ni la iglesia, ninguna de las dos instituciones, Dios le delegó la autoridad, la tarea se la dio a la familia. Por lo tanto, si hemos de ver una sociedad transfor-mada, si hemos de ver días mejores, todo debe comenzar con padres y familias, que asuman en su hogar la responsabilidad de consolidarse, es muy común ver esto y nosotros lo tocamos mucho en nuestras conferencias, como muchos padres que bus-can una mejor nación, donde puedan darles mejor futuro a los hijos, eso no está mal, pero no es el inicio.

También vemos como dentro de lo que llamamos comunida-des cristianas o círculos llamados religiosos, buscamos un asam-blea local o una iglesia a donde tenga todos los servicios que

necesita mi familia, en donde críen a mis hijos, eduquen a mi adolescente, que yo -por cierto- no le llamo adolescente, por-que no adolecen de nada nuestra generación, hoyen día esta-mos buscando contención en diferentes ámbitos, a donde creo que por allí se ha perdido en estos últimos 18 siglos, la respon-sabilidad que le fue dada al hogar. Yo creo que la familia debe recobrar la responsabilidad que tiene, consolidando la casa y luego se debe convertir a la familia, en un proveedor, al estado de buenos ciudadanos, de proveer a las escuelas de buenos alumnos y de proveer al a iglesia de buenos individuos.

Así como Pablo califico a Timoteo la buena labor de su abuela y su madre, que sencillamente Pablo tuvo que hacer algunos retoques, pero la buena madera venia de la casa.

¿Qué es la adolescencia?

Es una etapa de transición, no hay cosa más dura en la vida, A mí cuando me dicen estamos en transición a mí me duele por-que toda transición en la vida es durísima y en la vida del ser hu-mana la etapa de transición más fuerte es cuando el cerebro de un niño se encuentra muy rápido en el cuerpo de un grande.

Entonces por eso los pre juveniles o adolescentes generalmen-te se quedan con la manija de la puerta en la mano, cuando le hace una caricia a su hermano más pequeño, en realidad le pe-ga, porque todavía es un cerebro chico en un cuerpo grande en términos espirituales es muy fuerte porque una medida de cuerpo más grande que lo que se está procesando por dentro y a esa transición hay que atenderla para que el niño comience a ocupar la habitación más grande que tiene ahora.

¿Cómo enfrentar la etapa de la adolescencia?

Cuando hablamos de adolescente bajo el concepto que no

ParticiPación EsPEcial | 10


adolecen, sino que creemos que la etapa de la adolescencia es determinante, y así es llamada socialmente, yo le llamo pre ju-veniles, por un sentido de semántica nada mas de palabra, pe-ro creo que es en esta etapa de la adolescencia, a donde todos los porqués y todas las preguntas que aparecen en el ser huma-no, deben ser contestadas de manera puntual y sin evasiones, por lo tanto creemos que la etapa de la adolescencia, los pa-dres deben atender y consolidar a sus hijos. La adolescencia es un mundo de preguntas y yo uso esto como una humorada, pero no es tan humorada las preguntas, tienen una característi-ca, pues comienzan con una viborita y terminan con una vibori-ta, por lo tanto las preguntas en esta etapa, deben ser respondi-das no por los recursos imaginarios de los padres, ni tampoco respondida desde la experiencia de los padres, sino que el ado-lescente o pre juvenil para nosotros, (no quiero crear controver-sia) es alguien que recibe respuestas inspiradas y reveladas por Dios, al día de lo que Dios está hablando y no con la carga de la experiencia de los padres, que pudiera ser incapaz o caduca

o rancia, para la generación que se está formando, por eso, es clave que los padres no entreguen a los líderes espirituales, el privilegio que les ha dado, de bajar la palabra fresca, el pan nuestro de cada día, y hay que pedírselo al Padre Celestial y lo reciban los padres para ministrar a los hijos. Aclaro y digo que es bueno que el liderazgo espiritual, le provee a los padres con diez o quince días de anticipación, el mensaje que el pas-tor o el predicador va a predicar ¿por qué? , porque siempre el papá puede despertar primero a los hijos a la verdad, antes que el predicador; el hijo va a conectar que fue despertado en su casa antes que en la iglesia, de esa manera se consolida y es importante, porque cuando el hijo oiga lo que ya de una manera revelada y congregacional, va ser dicho que papá, lo dijo antes en la casa, por eso las ovejas oyen la voz y lo siguen. No queremos hijos siguiendo líderes, queremos hijos siguiendo a los padres.

BENDICIONES.

ParticiPación EsPEcial | 11

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“Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los

otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande

que el dar la vida por sus amigos”. (Juan 15:12,13 NVI)

Podemos comprender el significado y el valor de la amistad,

conociendo las distintas etapas del amor que se desarrollan

primeramente en el amor a Dios y el amor a la familia, la cu-

al es la célula básica y fundamental de la sociedad. La amistad, al igual que el compañerismo, es una ampliación

o extensión del amor entre hermanos. Allí, en la célula bási-

ca, que es la familia, las relaciones horizontales de herman-

dad, no se experimentan de forma saludable y enriquecedo-

ra, es muy difícil que al salir del núcleo familiar se establez-

can sanas relaciones de amistad.

La base con la cual se fundamenta la amistad es el amor, si

no queremos o amamos a una persona de corazón, como

nos amamos así mismos, no habrá una amistad verdadera.

Por eso si amamos a Dios con ese amor que él nos ha dado,

así debemos amar a nuestros amigos. Él dice: “…Amaras a

tu prójimo como a ti mismo. (Mat.22:39). El amigo fiel no

tiene precio, no hay medida por su valor. Porque dónde hay

amistad, hay amor y por lo tanto hay bendición de Dios.

La verdadera amistad se construye sobre los pilares del

amor mencionados anteriormente, los cuales se experimen-

tan “a priori” en la familia. De ahí la importancia de defen-

der los valores familiares, antes de pretender alcanzar ante la

sociedad que nos rodea otros valores, tales como el éxito

laboral, la fama, o las riquezas. Tengamos presente lo que la

Palabra de Dios nos dice: “La amistad con el mundo es ene-

mistad contra Dios”. (Sgo.4:4)

AMADOS AMIGOS: Tenemos que ser amigos en todo tiem-

po. La verdadera amistad se prueba ante las dificultades y

los problemas. Son amigos fieles aquellos que permanecen

antes, durante y después de las dificultades. Los verdaderos

amigos son transparentes y siempre nos dirán la verdad, ha-

ciéndonos ver nuestras fallas con amor o amonestándonos

cuando actuamos mal, aunque nos duela, pero todo será

para nuestro bien. "En todo tiempo ama el amigo, y es co-

mo un hermano en tiempo de angustia". (Prov. 17:17)

Concluimos ésta reflexión con una porción poética: “Amigo es lo más profundo, su alcance es infinito, comienza en este mundo y termina junto a Cristo”. ¡FELIZ DIA DE LA AMISTAD!

QUE DIOS LOS BENDIGA.

LA AMISTAD


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ActividAdes | 13

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