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445 el aBate Juan iGnacio Molina: una vida dedicada a la HistoRia natuRal Y civil del Reino de cHile Reynaldo cHaRRieR 1,2,3 y Francisco HeRvÉ 1,2 1 Departamento de Geología, Facultad de Ciencias Físicas y matemáticas, universidad de Chile 2 escuela de Ciencias de la tierra, Facul tad de Ingeniería, universidad Andrés bello, santiago, Chile. 3 Advanced mining technology Center (AmtC), Facul tad de Ciencias Físicas y matemáticas, universidad de Chile, santiago, Chile. e-mails: rcharri [email protected], [email protected] ResuMen Juan Ignacio molina (1740-1829) nació cerca de talca, Chile, y falleció en bolonia, Italia. es el primer científico chileno. Desde pequeño se interesó por la naturaleza. se educó con la Compañía de Jesús en diversos lugares de Chile central, lo que le per- mitió conocer su geografía, fauna, flora y población. Con 15 años ingresó a la Compañía. en 1767, abandonó el país al ser expulsada esta orden de españa y sus dominios. se radicó en los estados pontificios, donde se ordenó de sacerdote y perma- neció hasta su muerte. Allí enseñó ciencias naturales y produjo su obra científica: Compendio de la historia geográfica, natural y civil del reino de Chile de 1776, una versión aumentada, Ensayo sobre la historia natural de Chile de 1782 y una segunda en 1810. en ellas, abordó aspectos climáticos, botánicos, geológicos, zoológicos, mineralógicos y geográficos del territorio. Describió el terre- moto de Concepción, las erupciones del Villarrica y peteroa, e hizo referencia a recursos minerales. Diferenció cuatro unida- des litoestratigráficas para Chile central. Clasificó plantas y animales siguiendo los criterios de linneo. en una de sus 14 me- morias, Analogías menos observadas de los tres reinos de la Naturaleza, sin podérselo calificar de evolucionista, se destaca su intento de integración entre los “seres” de los tres reinos, y en Sobre la propagación del género humano en las diversas partes de la tierra, pro- puso tres vías diferentes para el poblamiento de América. en 1802, ingresó a la Academia de Ciencias de bolonia. Naturalista chileno, Jesuitas, Ilustración. aBstRact Abbot Juan Ignacio Molina: A life devoted to the natural and civil history of Chile. Juan Ignacio molina (1740-1829), born next to talca, Chile, and dead in bologna, Italy, is the first Chilean scientist. His edu- cation in establishments of the society of Jesus, in several localities of central Chile, allowed him to learn about its geography, flora, fauna, and population. At 15 years old he entered the society. In 1767, he left Chile when the Jesuits were expelled from the spanish territories. In bologna he produced his scientific contribution. molina published in 1776 the first of his books, Compendio della storia geográfica, naturale, e civile del regno del Chile. In this one and the others, molina treated different topics as cli- matology, botany, geology, zoology, mineralogy, and physical geography. He described his impressions on the Concepción earthquake, the eruptions of the Villarrica and peteroa volcanoes, and made detailed descriptions of minerals and ore depo- sits. He differentiated four major lithostratigraphic units. In his descriptions of plants and animals he followed the classifica- tion of linneus. He wrote 14 scientific memoirs. In Analogie meno osservate dei tre regni della Natura, he supports the idea of a gradual transition between all “beings” in the three kingdoms of nature, however, in it he makes no proposition that can be qualified as evolutionary. In Sulla propagazione sucesiva del genere umano he suggests three sources for the population in America. In 1802, he entered the bolognese Academy of sciences. Chilenian naturalist, Jesuits, Illustration. IntroDuCCIón la obra de Juan Ignacio molina, sabio chi- leno de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, conocido como el Abate moli- na, representó un multifacético aporte al conocimiento de su época y, sin duda, tuvo influencia importante en el curso de las ideas de sus contemporáneos y suce- sores en el ámbito científico. su espíritu inquieto y gran capacidad de observación lo condujeron a indagar en aspectos muy variados de las ciencias naturales, la geo- grafía y la historia civil de Chile. Algunos estudiosos de su vida y obra lo cataloga- ron como “un cerebro de corte europeo”, “un sabio que dejó niño la tierra natal para ser ciu- dadano del mundo por el intelecto y chileno por el corazón” (encina 1946), como uno de los “grandes pensadores americanos, al nivel de los más finos intelectuales europeos de la épocarevista de la Asociación Geológica Argentina 68 (3): 445 - 463 (2011)

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el aBate Juan iGnacio Molina: una vida dedicadaa la HistoRia natuRal Y civil del Reino de cHile

Reynaldo cHaRRieR1,2,3 y Francisco HeRvÉ1,2

1 Departamento de Geología, Facultad de Ciencias Físicas y matemáticas, universidad de Chile2 escuela de Ciencias de la tierra, Facultad de Ingeniería, universidad Andrés bello, santiago, Chile. 3 Advanced mining technology Center (AmtC), Facultad de Ciencias Físicas y matemáticas, universidad de Chile, santiago, Chile. e-mails: [email protected], [email protected]

ResuMen

Juan Ignacio molina (1740-1829) nació cerca de talca, Chile, y falleció en bolonia, Italia. es el primer científico chileno. Desdepequeño se interesó por la naturaleza. se educó con la Compañía de Jesús en diversos lugares de Chile central, lo que le per-mitió conocer su geografía, fauna, flora y población. Con 15 años ingresó a la Compañía. en 1767, abandonó el país al serexpulsada esta orden de españa y sus dominios. se radicó en los estados pontificios, donde se ordenó de sacerdote y perma-neció hasta su muerte. Allí enseñó ciencias naturales y produjo su obra científica: Compendio de la historia geográfica, natural y civildel reino de Chile de 1776, una versión aumentada, Ensayo sobre la historia natural de Chile de 1782 y una segunda en 1810. en ellas,abordó aspectos climáticos, botánicos, geológicos, zoológicos, mineralógicos y geográficos del territorio. Describió el terre-moto de Concepción, las erupciones del Villarrica y peteroa, e hizo referencia a recursos minerales. Diferenció cuatro unida-des litoestratigráficas para Chile central. Clasificó plantas y animales siguiendo los criterios de linneo. en una de sus 14 me-morias, Analogías menos observadas de los tres reinos de la Naturaleza, sin podérselo calificar de evolucionista, se destaca su intentode integración entre los “seres” de los tres reinos, y en Sobre la propagación del género humano en las diversas partes de la tierra, pro-puso tres vías diferentes para el poblamiento de América. en 1802, ingresó a la Academia de Ciencias de bolonia.

Naturalista chileno, Jesuitas, Ilustración.

aBstRact

Abbot Juan Ignacio Molina: A life devoted to the natural and civil history of Chile. Juan Ignacio molina (1740-1829), born next to talca, Chile, and dead in bologna, Italy, is the first Chilean scientist. His edu-cation in establishments of the society of Jesus, in several localities of central Chile, allowed him to learn about its geography,flora, fauna, and population. At 15 years old he entered the society. In 1767, he left Chile when the Jesuits were expelled fromthe spanish territories. In bologna he produced his scientific contribution. molina published in 1776 the first of his books,Compendio della storia geográfica, naturale, e civile del regno del Chile. In this one and the others, molina treated different topics as cli-matology, botany, geology, zoology, mineralogy, and physical geography. He described his impressions on the Concepciónearthquake, the eruptions of the Villarrica and peteroa volcanoes, and made detailed descriptions of minerals and ore depo-sits. He differentiated four major lithostratigraphic units. In his descriptions of plants and animals he followed the classifica-tion of linneus. He wrote 14 scientific memoirs. In Analogie meno osservate dei tre regni della Natura, he supports the idea of agradual transition between all “beings” in the three kingdoms of nature, however, in it he makes no proposition that can bequalified as evolutionary. In Sulla propagazione sucesiva del genere umano he suggests three sources for the population in America.In 1802, he entered the bolognese Academy of sciences.

Chilenian naturalist, Jesuits, Illustration.

IntroDuCCIón

la obra de Juan Ignacio molina, sabio chi-leno de fines del siglo XVIII y comienzosdel XIX, conocido como el Abate moli-na, representó un multifacético aporte alconocimiento de su época y, sin duda,

tuvo influencia importante en el curso delas ideas de sus contemporáneos y suce-sores en el ámbito científico. su espírituinquieto y gran capacidad de observaciónlo condujeron a indagar en aspectos muyvariados de las ciencias naturales, la geo-grafía y la historia civil de Chile. Algunos

estudiosos de su vida y obra lo cataloga-ron como “un cerebro de corte europeo”, “unsabio que dejó niño la tierra natal para ser ciu-dadano del mundo por el intelecto y chileno porel corazón” (encina 1946), como uno delos “grandes pensadores americanos, al nivel delos más finos intelectuales europeos de la época”

revista de la Asociación Geológica Argentina 68 (3): 445 - 463 (2011)

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(rojas 1965), y como el primer científicochileno y único entre los científicos deese país que alcanzó renombre interna-cional entre los siglos XVI a XIX (Jara-millo 1987). ronan (2002) concluye su li-bro sobre molina señalando que el abatefue el más destacado jesuita hispanoame-ricano expulsado de los dominios espa-ñoles por el edicto de Carlos III (Fig. 1).en este trabajo no se pretende dar unacuenta completa de la vida, obra, notas,correspondencia y pertenencias del Aba-te molina. la documentación al respectoes abundante y exhaustiva (santágata 1845,Vicuña mackenna 1856, 1860, 1872, Fon-tecilla 1929, Hederra 1929, opazo 1942,Gunckel 1929, 1965, 1966, 1970a, 1970b,1980, espinosa 1946, reilly 1958, rojas1961, 1963, 1965, 1997, 2001, laval 1965,Jaramillo 1965, 1968, 1987, briones 1968,1997, Jiménez 1974, Hanisch 1999, ro-nan y Hanisch 1979, González 1993, ro-nan 2002, stuardo 2007, Hachim 2008,entre otros). sus notas, manuscritos y co-rrespondencia se encuentran en el Archi-vo nacional en santiago. existen núme-ros de revistas científicas chilenas dedica-dos entera o casi enteramente a la obracientífica del abate, tales como los edita-dos por porter (1929), Fuenzalida (1962)y rojas (1965). los interesados puedenreferirse a éstos, aunque algunos son difí-ciles de encontrar y, frecuentemente, lasreferencias que se han hecho de ellos sonincompletas y poco precisas. existe tam-bién información sobre el Abate molinaen Internet. la relativamente extensa literatura querevisa la obra del abate se concentra prin-cipalmente en su notable y aun vigentecontribución a la botánica y la zoología, ya la influencia que su pensamiento tuvosobre las ideas desarrolladas en los siglosXIX y XX. no parecen existir mayoresreferencias respecto de su contribución alconocimiento de la geología de esta re-gión del continente. un intento inicial lorepresentó la corta nota de menichetti yHervé (2007), de la cual el presente ensa-yo pretende ser una continuación. el ob-jetivo principal de este artículo es, en con-secuencia, llenar ese vacío. en segundo

término, la figuración que alcanzó el pen-samiento de molina en los destacadoscírculos intelectuales europeos en los queparticipaba, en una época de trascenden-tes progresos en el conocimiento científi-co y geográfico como fue la de la Ilustra-ción o siglo de las luces, nos estimulópara exponer algunas consideraciones res-pecto del lugar que ocupó molina en eldesarrollo de las teorías relacionadas conla variación de las especies. la pertinen-cia de este segundo objetivo se sustentaen la importancia que detentan la geolo-gía y la paleontología en la concepción deesas teorías.este trabajo, presentado en 2010 en el Se-gundo Congreso Argentino de Historia de laGeología, en buenos Aires, es un homena-je al Abate molina al cumplirse el bicen-tenario de la publicación de su ensayoampliado sobre la historia natural de Chi-le (molina 1810).

AnteCeDentesbIoGráFICos

Juan Ignacio molina y González nació el24 de junio de 1740 en la hacienda “Gua-raculén” (Huaraculén), en la localidad deloncomilla, un poco al oriente de la ac-tual Villa Alegre y cerca de lo que seríados años después la ciudad de san Agus-tín de talca, en la región del maule, Chile(Fontecilla 1929). era oriundo de una fa-milia que se destacó en lo militar y lo ci-vil, avecindada en Chile desde 1557 (Fon-tecilla 1929, opazo 1942). Falleció en bo-lonia, Italia, en 1829, a la edad de 89 años,después de 62 años de exilio.según sus biógrafos, habría recibido su pri-mera educación en establecimientos de laCompañía de Jesús en Concepción, ubi-cada en ese entonces donde hoy día se le-vanta la localidad de penco, y talca, don-de aprendió caligrafía, gramática, retóricay mapudungún. poco después falleció supadre y regresó a talca por unos añoshasta que sus mentores decidieron reen-viarlo al sur a continuar los estudios. es-tando allí, en 1751, se produjo el terre-moto de Concepción. las construccio-nes de los jesuitas, en el antiguo emplaza-

miento de Concepción, habían sido total-mente destruidas por el terremoto y elmaremoto asociado, de modo que éstasse reinstalaron en el emplazamiento ac-tual de la ciudad. estando allí, a los 15años, realizó la promesa de ingresar a laCompañía. A partir de este momento ini-ció el noviciado en instituciones de la or-den en santiago y bucalemu. en ese pe-riodo estudió griego, latín, francés, italia-no, matemáticas y física. en los períodosde descanso, en la hacienda de Carén, queabarcaba desde las cercanías de santiagohasta melipilla, mientras estuvo en san-tiago y en bucalemu, ubicada entre losríos maipo y mataquito, aprovechó sutiempo libre para hacer largos recorridospor la Cordillera de la Costa y la regióncostera observando la naturaleza (Fonte-cilla 1929, Hederra 1929). Después de tresaños en bucalemu regresó a la capital pa-ra cursar estudios de teología y filosofíaen el Colegio máximo de san miguel. Fueen ese momento que contraería la virue-la, que le dejaría marcas por el resto de suvida, y es de esa época que data la elegíasobre su enfermedad. los progresos ensus estudios fueron rápidos, lo que le ha-bría valido ser colocado en el cargo de bi-bliotecario (santágata 1845), algo que Fon-

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Figura 1: el Abate molina a la edad de 50años. retrato realizado por el grabador espa-ñol moreno, que acompaña el artículo deFontecilla (1929).

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tecilla (1929) contradice por considerar amolina demasiado joven y concentradoen sus estudios para ejercer esa ocupa-ción. esta preparación se desarrolló con-forme a la marcadamente escolástica Ra-tio Studiorum jesuita (Jiménez 1974, Jara-millo 1987, ronan 2002).en 1767, cuando contaba con 27 años deedad, fue forzado a abandonar el país, jun-to con unos 300 sacerdotes y novicios,cuando la Compañía de Jesús fue expul-sada de españa y sus dominios por edic-to del rey Carlos III. en este éxodo loacompañaron otros jesuitas, como los pa-dres miguel de olivares y manuel lacun-za, y el seminarista Felipe Gómez de Vi-daurre, quienes alcanzarían también pres-tigio en europa. Después de dos mesesen lima, emprendió viaje, primero a Cá-diz, españa, y desde allí hacia spezzia, enItalia, desde donde llegaría a los estadospontificios casi dos años después de ha-ber partido del Callao (Fontecilla 1929,Hederra 1929, espinosa 1946). las auto-ridades eclesiásticas dispusieron que pri-mero se instalara en Imola, donde per-maneció cuatro años, hasta 1773, fechaen que se ordenó de sacerdote. ese año,el papa Clemente XIV, cediendo ante lapresión ejercida por las principales mo-narquías europeas, ordenó la disoluciónde la Compañía de Jesús. eso determinóque Juan Ignacio molina fuese a vivir abolonia, donde encontraría mayores po-sibilidades de subsistir, un ambiente cul-to para desarrollarse y donde residiría porel resto de su vida (Fontecilla 1932). sa-cerdote sin ubicación precisa en ordenreligiosa, convento o parroquia, se lo co-nocerá en adelante como el ‘‘Abate mo-lina’’ o simplemente el ‘‘abate’’ (espinosa1946).en bolonia, molina se dedicó a la ense-ñanza de las ciencias naturales, latín yotros idiomas, retórica, geografía e histo-ria. Dio clases pagas a niños de familiasadineradas y gratuitas a niños de escasosrecursos. por su sabiduría, y carácter bon-dadoso y acogedor, fue un maestro que-rido y buscado por sus alumnos (opazo1942). Allí produjo su contribución cien-tífica e histórica. Después de muchos

años y ya cumplidos los sesenta recibióaltos reconocimientos académicos, entreotros, ofertas de cátedras universitarias delengua y cultura griega, de ciencias natu-rales en el Instituto de las Ciencias de launiversidad, que él no aceptó, el nombra-miento, como único miembro extranjerodel Instituto de Italia, hecho por eugeniode beauharnais, hijo adoptivo de napo-león bonaparte y virrey de Italia en 1812,y la designación como primer académicoamericano de la Academia de Ciencias debolonia (Fontecilla 1929, espinosa 1946,Jaramillo 1987). en 1820, fue nombradomiembro de número de la Academiatruentina en Ascola, y, en 1822, miem-bro adjunto de la Academia de palermo(espinosa 1946). A partir de 1814 su salud fue decayendogradualmente. en agosto de 1829 le so-brevino una intensa fiebre que lo llevó ala muerte el siguiente mes. se refiere que,con la fiebre de su agonía, padeció unaintensa y constante sed que le hizo recla-mar “¡Aquella agua de la cordillera!” (Vicuñamackenna 1860). Fue sepultado en el pan-teón de Hombres Ilustres en bolonia,donde se colocó un busto suyo en már-mol. sus restos descansan hoy en la igle-sia de Villa Alegre, cerca de talca.el abate fue un decidido defensor de lasideas de independencia americana y ungran amante de su tierra, a la que siempreañoró. A su muerte, legó a la patria losbienes familiares que todavía poseía conel objeto de fundar en talca una bibliote-ca pública provista de instrumentos parael conocimiento de la astronomía, náuti-ca y matemáticas, dando lugar en 1830 ala creación del Instituto literario (opazo1942, espinosa 1946). uno de sus deseosmás fervientes, el de regresar a Chile, nopudo ser concretado en dos ocasiones.en un primer intento, en 1800, desistiópor la inseguridad inherente de un viajepor mar y la inestabilidad política de Chi-le en los tiempos previos a la indepen-dencia, y en su segundo intento, a los 80años, debido a su avanzada edad (Hede-rra 1929, opazo 1942). en ese momento,la orden de expulsión de los jesuitas ha-bía sido revocada.

en 1855, benjamin Vicuña mackenna to-mó la iniciativa de recolectar fondos paraerigirle una estatua. el monumento fueinaugurado en 1861 frente a la Casa Cen-tral de la universidad de Chile en la Ala-meda, arteria principal de la capital (Vicu-ña mackenna 1872). posteriormente, en1927, fue trasladado a talca y colocadofrente al liceo de Hombres que lleva sunombre. A fines de 1966, sus restos fue-ron repatriados y actualmente reposan enla iglesia parroquial de Villa Alegre, en lasproximidades de la hacienda “Guaracu-lén”, donde nació.

personAlIDAD

el interés que molina manifestó por lanaturaleza le fue inculcado por su padre.“Mi inclinación me llevó desde mis más tiernosaños a observar las producciones de la naturale-za y particularmente los animales, sobre los cua-les mientras viví en el país, hice todas las inves-tigaciones posibles. Un conjunto de circunstan-cias conocidas de todo el mundo me obligaron ainterrumpir mis observaciones” (molina 1987:108). Vicuña mackenna (1860) lo describe co-mo “pequeño de estatura i algo moreno de color;sus ojos grandes y expresivos tenían una vivaci-dad extraordinaria, pero su boca i narices erande proporciones disformes” y, según su discí-pulo santágata (1845), “era tan manso comojovial, tan enemigo del rigor como inclinado a laclemencia”. Jaramillo (1987) lo describe “deun lado, excelente y preciso observador, con grancapacidad imaginativa; del otro, alegremente po-sitivo y astutamente irónico”. De la lectura desus textos se percibe la humildad con queexpresó sus ideas y se reconoce la admi-ración que le inspiraron algunos científi-cos. sin embargo, fue capaz de criticarcon dureza a quienes continuaban aferra-dos a ideas antiguas, no aceptaban las evi-dencias de la ciencia y opinaban sin fun-damento, como se mostrará más adelan-te.molina era muy laborioso en sus trabajospreparatorios; visitaba las bibliotecas ytomaba notas de todo lo que pudiera in-teresarle. opazo (1942) refiere que el Ar-chivo nacional conserva, en numerosas

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tiras de papel escritas de su propia mano,el testimonio de su laboriosidad. en otroorden de cosas, sus biógrafos destacaronsu ferviente patriotismo y su decididoapoyo a la causa independentista que re-corría el espíritu de los países americanos(espinosa 1946, Jaramillo 1987, ronan2002).

entorno CulturAl enlA CIuDAD De bolonIA

la universidad de bolonia, fundada en1119, es una de las más antiguas de occi-dente. en la época del abate, se la deno-minaba Instituto pontificio por encon-trarse esa ciudad en los estados papales.bolonia era uno de los principales cen-tros culturales de europa, al cual conflu-ían alumnos de todas partes de Italia y delcontinente (espinosa 1946).A pesar de la apertura cultural que reina-ba en ese ambiente, la iglesia seguía man-teniendo un ojo atento sobre las corrien-tes de pensamiento, las posturas que so-cavaran la integridad de la fe y los librosque se considerasen ofensivos para la or-todoxia. las ideas de molina no estuvie-ron exentas de este control. en 1815, des-pués de presentar en el Instituto pontifi-cio su memoria titulada Analogías menos ob-servadas de los tres reinos de la Naturaleza, fueacusado ante las autoridades eclesiásticasde herejía. el problema, según ronan(2002), residía en la poca claridad con quehacía uso de términos como discerni-miento e inteligencia en relación conplantas y animales, atributos reservadossólo al género humano. esto hizo que,mientras se desarrollaba la investigacióncorrespondiente, se le cancelara el permi-so de enseñar. la comisión encargada deestudiar el manuscrito determinó, final-mente, que el texto no atentaba contra lafe y que los términos cuestionados, segúnindica la nota aclaratoria de los censoreseclesiásticos (molina 1821a), habían sidoutilizados en “sentido puramente analógico”.A pesar de esto, se le solicitó diferir la pu-blicación del manuscrito para que no fue-se mal interpretado por los lectores. eltexto fue finalmente publicado en 1821,

con el consiguiente perjuicio para su di-vulgación, en una época que se caracteri-zó por la rápida evolución de las ideas.Además, la sospecha de herejía le alejó amuchos de sus alumnos. por su condición de sacerdote jesuita, suvisión integradora de la naturaleza, el exi-lio, sus problemas con la Inquisición y lasdificultades para publicar su obra, Jara-millo (1965) estableció un paralelismo en-tre el Abate molina y el “que sería, un siglomás tarde, su hermano jesuita Pierre Teilhardde Chardin, cuya vida y pasión había de ser, asi-mismo, tan asombrosamente semejante a lasuya”.

lA obrA Del AbAtemolInA

el Abate Juan Ignacio molina escribió lasobras que se mencionan y comentan acontinuación. su obra poética fue escritaen griego y latín, y sus trabajos científi-cos, en italiano. De estos últimos existentraducciones a varios idiomas.la obra poética y literaria de molina esbastante extensa (briones 1968, 1997). Acontinuación se hace referencia sólo aaquella que ha sido traducida y publicada,las Elegías Latinas, escritas en latín cuandoaún era estudiante y alumno de novicia-do, fueron traducidas al castellano porJiménez (1974). esta obra incluye: i) DeConceptionis Urbis Ruina, un poema inspi-rado en el terremoto de Concepción de1751, que habría escrito, según Jaramillo(1976), con solo 14 años, aunque briones(1997) considera esta aseveración comoun dislate; ii) De peste variolatum, inspiradoen el ataque de viruela que sufrió en san-tiago a su regreso de la hacienda de bu-calemu, en 1761, escrito a los 21 años (Ja-ramillo 1976); iii) Elegia autobiografica, ins-pirado en su propia vida, escrito tambiéna los 21 años; y iv) De fluviis chilensibus, ins-pirado en la naturaleza (Gunckel 1980,ronan 2002). respecto de la segunda, Ja-ramillo (1976) opina que es la más impor-tante obra poética de molina y Costa-Casaretto (1979a, b) destaca la precisadescripción que hizo de la enfermedad yla toma como un ejemplo de patografía y,

en este caso, de autopatografía.Compendio della storia geográfica, naturale, e ci-vile del regno del Chile de 1776 (Fig. 2) fuepublicado bajo autor anónimo y, en un co-mienzo, atribuido, erróneamente a FelipeGómez Vidaurre (Fontecilla 1929, opazo1942, espinosa 1946). sin embargo, stuar-do (2007) sostiene aun hoy la autoría deFelipe Gómez Vidaurre para la obra. elCompendio es el primer recuento que sehizo de la historia natural de Chile. lapreparación de esta obra fue realizada so-bre la base de los recuerdos que guarda-ba molina de sus observaciones y recopi-laciones efectuadas antes de su partida deAmérica, debido a que las notas, que ha-bía preparado durante largos años en Chi-le, le fueron sustraídas al partir. esta obrafue traducida al francés en 1779, al ale-mán en 1791 y al inglés en los estadosunidos. la primera parte, referida a geo-grafía e historia natural, fue traducida alespañol por Domingo Joseph de Arque-llada mendoza y publicada en 1788 porAntonio de sancha en madrid. la traduc-ción al español de la segunda parte, dedi-cada a la historia civil de Chile, fue reali-zada por un acaudalado coterráneo ami-go de molina residente en Cádiz, nicolásde la Cruz y bahamonde, Conde del mau-le (opazo 1942), y se publicó en la mis-ma Imprenta de sancha en madrid (mo-lina 1795).Saggio sulla storia naturale del Chili vio la luzen 1782. el éxito del Compendio, su prime-ra obra, lo indujo a preparar una segundaedición más completa (molina 1782). pa-ra ello contó con las notas que le habíanconfiscado al embarcarse en lima, que lehabían sido restituidas por un chileno quelas había adquirido en Valparaiso (Fonte-cilla 1929). Así mismo, parece que poresa época habría recuperado tambiénotras notas tomadas durante su viaje delCallao a Cádiz que le habían sido confis-cadas por el capitán (espinosa 1946, ro-nan 2002). un resumen de esta obra fuepublicado en 1782 en el número 5 de Me-moria Enciclopedia de Bolonia. el mismo añoapareció la versión completa. esta obrafue traducida al alemán en 1786 y 1791, alfrancés en 1789 y al inglés en estados uni-

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dos e Inglaterra en 1808 y 1809, respecti-vamente (Fontecilla 1929). una nueva versión del Saggio sulla storia ci-vile del Chili fue dada a conocer unos añosmás tarde (molina 1787). Ésta recibiómenos atención que la anterior ya que suscompañeros de éxodo, los padres miguelde olivares y Felipe Gómez de Vidaurre,habían publicado, entre tanto, sendos tex-tos sobre la historia de Chile (espinosa1946).la tercera y más completa versión delSaggio sulla storia naturale del Chili fue pu-blicada en 1810. Ésta cuenta con nume-rosos agregados respecto de la anterior,los que no se habían incluido en el “sucin-to Compendio de las observaciones hechas pormí, acerca de los seres pertenecientes a los tresreinos de la Naturaleza que existen en ese país”puesto que “fueron presentados de un mododemasiado conciso, como para cumplir los anhe-los de los naturalistas doctos, pero que resultó su-ficiente para satisfacer la curiosidad de aquellaspersonas que sólo buscan darse una idea de la ca-lidad y producciones de los países lejanos. Estefue el único fin que me propuse al componer eseopúsculo” (molina 1987: 3). los agregados

en esta obra consisten en un catálogo detérminos mapuches y una sinopsis de laflora chilena ajustada al sistema linneano.molina dedicó esta obra al Virrey de ná-poles, eugenio de beauharnais, hijo car-nal de Josefina de beauharnais y adopti-vo de napoléon bonaparte. el ensayo fuetraducido al castellano por rodolfo Jara-millo en 1987. la tercera edición del Saggio(molina 1810) cumplió doscientos añosen 2010. Memorie di storia naturale, lette in Bologna, ne-lle adunaze dell’istituto, dall’abate Gion-Igna-zio Molina, Americano, miembro dell’istitutopontificio apareció en 1821. esta obra dedos tomos es una colección de 14 memo-rias sobre historia natural leídas por mo-lina en sesiones académicas del Institutopontificio de la universidad de bolonia(molina 1821a). en ella están incluidasdos memorias que representan algunas desus ideas que han tenido mayor repercu-sión y trascendencia: Analogie meno osserva-te dei tre Regni della Natura (Analogías menosobservadas de los tres reinos de la Naturaleza),sexta memoria leída en 1815, y Sulla propa-gazione sucesiva del genere umano nelle diverseparti della terre (Sobre la propagación del géne-ro humano en las diversas partes de la tierra),décimo segunda memoria leída en 1818,ambas traducidas al español por el profe-sor Felipe Alliende, en 1965 (molina1821b, c). De acuerdo con lo anterior, la produc-ción de molina se puede separar en treslíneas o grupos de obras. un primer cor-pus formado por sus obras poéticas des-criptivas, el segundo, relacionado con elCompendio y los ensayos, y el tercero, co-rrespondiente a las memorias científicas.el aporte contenido en estos tres gruposse analizará a continuación destacandolos aspectos de interés para la Ciencias dela tierra.

el pensAmIento DelAbAte molInA

en las elegías a la destrucción de Con-cepción, según la traducción de briones(1997), molina se refirió fundamental-mente a la condición humana ante fenó-

menos telúricos y, por esta razón, dedicósolo contados versos al terremoto y almaremoto en sí mismos. la descripciónde este terremoto es más completa en elCompendio y las diferentes versiones delSaggio. la misma se reproduce más ade-lante. los compendios y ensayos publicados pormolina permitieron un conocimiento máspreciso y documentado sobre Chile, suhistoria, su geografía, los fenómenos na-turales que en él ocurren, su flora, su fau-na, recursos económicos, y las caracterís-ticas y costumbres de su población abo-rigen para la cual tienen elogiosos co-mentarios. en efecto, al igual que el aba-te jesuita mexicano Francisco Xavier Cla-vijero (1731-1787), autor de Historia anti-gua de México y su conquista de 1780, y suantecesor el jesuita Alonso de ovalle(1603-1651), quién sostuviera: “Habién-dome venido del reino de Chile y hallando en es-tos de Europa tan poco conocimiento de él que enmuchas partes aun ni sabían su nombre, me víobligado a satisfacer el deseo que me instaron die-se conocer lo que era tan digno de saberse” (ova-lle 1646), su declarado propósito fue au-mentar el conocimiento de su terruño.en el prefacio de su Ensayo señaló: “Pesea las ventajas con que la naturaleza se complaceen distinguirlo entre tantas otras regiones céle-bres, Chile era entonces, por así decirlo, comple-tamente desconocido en Italia. El amor que na-turalmente inspira la patria me indujo a propor-cionar alguna idea sobre ella” (molina 1987:3). Con ese propósito también, molinarebatió en sus obras y, en ocasiones dura-mente, a los autores que expresaron so-bre este continente ideas que él conside-raba equivocadas, sesgadas e incluso fan-tasiosas. respecto de las menciones deciertos autores sobre el estado primitivode la población aborigen señaló en su de-fensa: “Confesemos que todas las naciones seanamericanas, europeas o asiáticas, han sido seme-jantísimas en estado salvaje, del cual ninguna hatenido el privilegio de eximirse” (molina 1795:359). rebatió con argumentos científicoslas ideas del naturalista francés Georgeslouis buffon (1707-1788) respecto de ladegeneración de las especies en América,pero ridiculizó los planteamientos de Cor-

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Figura 2: portada del Compendio della storia geo-gráfica, naturale, e civile del regno del Chile demolina (1776).

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nelius Franciscus de pauw (1739-1799),quien, a pesar de no haber visitado Amé-rica, intentó demostrar no solo la dege-neración de las especies causada por lascondiciones climáticas en el continente,sino también la degeneración, tanto físicacomo intelectual del hombre americano.Al respecto escribió: “En suma Pauw ha es-crito de las Américas y de sus habitantes con lamisma libertad que pudiera haber escrito de laluna y de los Selenitas” (molina 1788: xvi-xvii). en su intento por mostrar las virtu-des de su tierra, cayó él también en algu-nas exageraciones de importancia menor.Curiosamente, en ninguna de sus obrashace mención a su contemporáneo el bió-logo Georges Cuvier (1769-1832).el corpus descriptivo de su obra es laprincipal contribución de molina y la quecausó mayor efecto en las ideas de suépoca. son precisamente estos los aspec-tos que interesaron a científicos comoAlexander von Humboldt (1769-1859),quien pasó a visitarlo en septiembre de1805, aunque no pudieron encontrarsedebido a que el abate estaba en el campo(Fontecilla 1929, opazo 1942, espinosa1946), y el mismo Charles Darwin (1809-1882), quien citó a molina en algunos pa-sajes (Darwin 1845, 1846). Con estas des-cripciones del nuevo mundo, molina ylos otros criollos de la Ilustración inte-graron el continente americano al restodel mundo e influyeron en América con-figurando una idea de identidad que afir-maría las ideas de emancipación, siendo,en ese sentido, sus precursores ideológi-cos (Hederra 1929, rojas 1997).en los textos dedicados a la historia na-tural de Chile, molina abordó diversosaspectos del país como climatología, bo-tánica, geología, zoología, mineralogía,geografía física y características y cos-tumbres de sus habitantes. De interés sonsus descripciones de animales y plantaspara lo cual siguió los criterios de clasifi-cación binaria propuestos por Carlos lin-neo (1707-1778). Con estas descripcionespermitió la incorporación de un númeroimportante de las especies descritas porél a la taxonomía zoológica internacional(stuardo 2007) y sentó las bases de la bo-

tánica y zoología chilenas. los aspectosbotánicos y zoológicos tratados por mo-lina han sido frecuentemente analizadosy continuados por científicos nacionalesy extranjeros, y la lista bibliográfica al res-pecto es extensa (Gunckel 1980). su apor-te en estos campos sigue vigente y su me-moria ha sido honrada con la definiciónde varias especies vegetales y animalesque llevan su nombre. las detalladas ob-servaciones de la naturaleza realizadas pormolina en su Compendio y ensayos, y lasgeneralizaciones que realizó basado enellas lo muestran aplicando a la ciencianatural criterios empíricos e inductivosque rompieron con la tradicional doctri-na escolástica y lo colocaron en una posi-ción crítica con las enseñanzas recibidas.este aspecto de la personalidad de mo-lina que lo ubicó en avance de muchos desus contemporáneos está muy bien ex-presado en el discurso de santágata (1845)y fue también señalado por Hederra (1929)y, posiblemente, subyacía en los cuestio-namientos que se le hicieron en relacióna sus ideas sobre las analogías menos ob-servadas de la naturaleza.

ContrIbuCIón AlConoCImIento DelA ConstItuCIónGeolóGICA De lAreGIón

A pesar de la abundante literatura exis-tente sobre nuestro abate, es poco o nadalo que se ha escrito sobre su aporte a lageología. Humberto Fuenzalida Villegas,uno de los tres fundadores de la escuelade Geología (hoy Departamento) de launiversidad de Chile dictó una conferen-cia en 1965 sobre “la mineralogía en laobra del abate molina” (Gunckel 1980).un intento de análisis de su contribucióna esta ciencia se encuentra en menichettiy Hervé (2007). A continuación se anali-za, a la luz de los conocimientos actuales,el aporte del abate al conocimiento de lageología de esta región del continente(molina 1987). Al inicio de este análisis esnecesario tener presente que molina nohabía tenido ninguna preparación formal

en geología y que, por lo tanto, sus cono-cimientos los debió adquirir en forma au-todidacta. sobre los fósiles expresó: “Nosabemos con certeza de qué manera procede lanaturaleza en las vísceras de la Tierra para for-mar los diversos fósiles que en aquellos tenebro-sos subterráneos se generan” (molina 1987:7). sin embargo, en los párrafos que sereproducen a continuación se reconoceque la interpretación que hizo sobre lapresencia de estratos “incrustados de produc-ciones marinas” es correcta y se ajusta a ladefinición de fósil en el sentido de restosde organismos conservados en las rocas.probablemente, en el párrafo anterior serefería a formas hoy desconocidas y que,por lo tanto, no era capaz de asignar aningún tipo de organismo viviente cono-cido.en cuanto al Chile de entonces señaló queal oeste limita con el “Océano Pacífico, en elseptentrión con Perú”', y “al oriente con Tucu-mán, Cuyo y la Patagonia y al sur con Maga-llanes” (molina 1987: 9) (Fig. 3). en rela-ción con la Cordillera de los Andes refi-rió: “Esta montaña, en la parte que respecta aChile, tiene 120 millas de ancho y está compues-ta de tres cadenas, casi paralelas. La del centrosupera algo en altura a las dos colaterales, cuyasfaldas son más escarpadas hacia el occidente queal oriente” (molina 1987: 12). molina con-sidera aquí, de acuerdo con la divisiónpolítica anterior a su expulsión, un terri-torio chileno que incluía a la provincia deCuyo, o sea, “desde los 68º a los 75º30’ delongitud occidental, desde el meridiano de Paris”.las cadenas a las que se refiere son, porlo tanto, de oeste a este: la Cordillera dela Costa, la Cordillera principal y Frontal,y la precordillera, que son las unidadesque se individualizan bien desde un pun-to de vista morfológico. en el resto de su texto no hace mayor re-ferencia a las regiones ubicadas al este deleje de la Cordillera principal, excepto alseñalar las dificultades que representa elcruce de la cordillera y la existencia de re-fugios para uso de los correos (molina1987), y al realizar la siguiente descrip-ción de un interesante fenómeno natural:“El río Mendoza, antes de salir de los Andes,pasa bajo un puente de yeso hecho por la corro-

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sión de sus olas, el cual está adornado con grannúmero de hermosas estalactitas. Esta simpleobra de las aguas, de la que tantas maravillascuentan los viajeros, ha sido distinguida con elglorioso nombre de 'Puente del Inca'” (molina1987: 22). en el resto de su ensayo se re-mite a describir la región que él denomi-nó el bajo-Chile, es decir, “la franja de tie-rra comprendida entre los Andes y el océanoPacífico, es aquella parte a la que de ordinario sele da el nombre de Chile. Por ser ésta la porciónmás cultivada, a ella se aplican especialmente lamayor parte de las cosas que diremos sobre esteReino” (molina 1987: 14).molina diferenció en la región compren-dida entre Valparaiso y Valdivia, que es laregión de Chile que recorrió (Fig. 4), doscordones montañosos principales: una“gran cadena llamada Andes por los nacionales

y Cordillera por los europeos, la cual recorre alpaís por el oriente” (molina 1987: 9), o sea,la Cordillera principal, y “otra cadena demontañas, paralela a los Andes, formadas anti-guamente por el mar” (molina 1987: 14), quecorresponde a lo que actualmente deno-minamos Cordillera de la Costa. señaló,además, que: “La falda occidental de esta ca-dena, antes bañada por el mar está compuesta,en su mayor parte, por estratos esquistosos pococoherentes” (molina 1987: 21), haciendo re-ferencia a las rocas del “basamento cris-talino” (González-bonorino 1970, 1971)o ''Complejo de subducción'' (Hervé et al.1981). más adelante señaló que “las montañas queflanquean la gran cadena de los Andes y las ra-mificaciones que, de trecho en trecho, se despren-den de ésta y van a unirse con las montañas ma-

rítimas”, “son como los antemurales de losAndes; sus estratos no son horizontales.Visibles, tal como los de las montañas maríti-mas, ora se alzan verticalmente, ora se curvan dediferentes maneras. Esta estructura y la índolede sus partes constitutivas le asignan a los mis-mos un lugar entre las montañas primitivas o, almenos, entre aquellas de transición. En efecto,ellas están adosadas a la cadena exterior de losAndes, como formando su pedestal” (molina1987: 64). estas rocas corresponderían alos depósitos volcánicos y volcanoclásti-cos que posteriormente fueron incluidosen las formaciones Abanico (Aguirre 1960,González y Vergara 1962, thiele 1980),Coya-machalí (Klohn 1960, Charrier1981), Colbún (Karzulovic et al. 1979),Cura-mallín (González y Vergara 1962,niemeyer y muñoz 1983, muñoz yniemeyer 1984). A partir de esto se de-duce que molina incluyó entre las monta-ñas primitivas o de transición a los estra-tos “verticales” o “curvados”, o sea plega-dos, del flanco occidental de la Cordilleraprincipal, de la Cordillera de la Costaoriental y de los cordones que conectan aestas dos cordilleras, y que esto lo hizobasado en el criterio de que las rocas másdeformadas son las más antiguas. entrelos estratos de la Cordillera de la Costareconoció venas de gneis o granito estra-tificado, pórfido primitivo y otros tiposlitológicos, que consideró de segundaformación. Al referirse a la cadena marítima utilizóotros criterios basados en la existencia devestigios “del batir de las olas” y la presen-cia en ciertos depósitos occidentales deorganismos marinos que consideró ante-riores a la llegada de los europeos. estosdepósitos, que denominó el “estrato ma-rino” (molina 1987: 58), parecen corres-ponder a los que en la región costera delpaís recubren a las rocas que constituyenlas montañas primitivas o de transición.Al respecto escribió: “Los montes de la ca-dena marítima, que se avecinan más al mar,muestran en general un origen no muy antiguo.Ellos están compuestos de estratos alternada-mente calcáreos, arcillosos y arenarios, incrusta-dos de producciones marinas…”; más adelan-te continúa: “El célebre Ulloa dejó una des-

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Figura 3: mapa político de la parte sur de América del sur en el siglo XVIII, tomado de Castedo(1953), en que se muestra la extensión de Chile hasta la región de Atacama y abarcando la pro-vincia de Cuyo al este de la Cordillera de los Andes. en sus descripciones de la cordillera, molinase refiere a esa región.

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cripción circunstanciada de varias colinas obser-vadas por él en el litoral del puerto deConcepción, las cuales están enteramente com-puestas de conchillas en su estado natural. Yoobservé otras similares sobre las costas de la pro-vincia de Maule, cuya altura era de más de 200pies sobre el nivel del mar. Pero lo que me pare-ce más necesario de hacer notar fue que todasellas no contenían sino testáceos del mismo géne-ro, esto es, choros, camas, peines u otros géneros,separadamente. Rara era la colina donde se en-contrasen mezcladas las especies. De allí se veque muchos testáceos se reúnen en familias nu-merosas en el fondo del mar, donde los flujos agi-tados los expulsan a todos juntos desde un mis-mo lugar. Estas colinas están cubiertas por másde un pie de tierra. Los campesinos extraen confacilidad las conchillas y, quemándolas, hacenuna cal excelente. No es fácil indagar cuál sea laépoca de su expulsión; ciertamente es anterior alarribo de los europeos a aquellas partes. Pero elestado de conservación perfecta en que se encuen-tra no muestra una antigüedad notable” (mo-lina 1987: 62). es interesante notar que, sibien había en un principio mencionadoque la falda occidental de la cadena marí-tima estuvo “antes bañada por el mar” y quees “un antiguo producto de las aguas marinas”(molina 1987: 21-22), explicara luego lapresencia de restos de organismos mari-nos en estratos de la región costera me-diante una “expulsión” por flujos agitadosy no dedujese un alzamiento costero, apesar de escribir que el “estrato marino”se formó cuando el mar “cubría la antiguasuperficie” (molina 1987: 52). por otra par-te, cabe preguntarse si, al referirse “alarribo de los europeos”, estaba pensando enel arribo de alguna de las migraciones quemás adelante postularía para explicar elpoblamiento de América, las que habríansido, por cierto, anteriores a la llegada delos españoles (molina 1821c); un tema queserá tratado más adelante en este artículo.en relación con la presencia de restosmarinos en “la cadena exterior de los Andes”(molina 1987: 64), o flanco occidental dela Cordillera principal, extiende su ideade que esta presencia es una evidencia dejuventud: “Allí los avances de los cuerpos ma-rinos se muestran raras veces, y solamente en lasuperficie, en un estado apenas discernible”.

más adelante agregó: “Sin embargo, la cimadel gran monte descabezado -que como había-mos dicho, se ha encontrado, según las últimasobservaciones, igual en altura perpendicular alfamoso chimborazo- está cubierta de patenas,bocinas, remolinos y otras conchas evidentementemarinas, en parte petrificadas y en parte calcina-das. Ulloa ya había observado conchas similar-mente petrificadas sobre las faldas de la mismamontaña andina en el Perú, a la altura de2.337 toesas sobre el nivel del mar y Humboldt,a 4.200 metros sobre el mismo nivel. La dispo-sición de tales cuerpos marinos parece indicarque -después de la formación o cristalización deaquella montaña, ciertamente anterior a la exis-tencia de los seres orgánicos- las aguas volvierona cubrirla por algún tiempo” (molina 1987:64-65). este comentario del abate eserróneo y fue posiblemente inducido por

información imprecisa recibida de viaje-ros, ya que él no refiere haber estado enesa región. estos fósiles, que de ningunamanera podrían encontrarse en la cum-bre de algún volcán, deben correspondera los depósitos marinos de los ciclos detransgresión y regresión del Jurásico y delCretácico Inferior de la cuenca demendoza-neuquén. este error podríahaber sido reforzado por su definicióndel “estrato marino”, ya que lo observóen la parte occidental de la cadena marí-tima (Cordillera de la Costa) recubriendoestratos esquistosos, que son rocas queatribuyó a montañas primitivas o de tran-sición. Finalmente, en relación con las rocasconstitutivas de la alta cordillera, señaló:“En otro lugar ya habíamos expuesto nuestra

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Figura 4: mapa de ubicación de las localidades visitadas por molina en los años vividos enChile. existen algunos autores que señalan que molina conoció la vertiente oriental de los Andes(espinosa 1946), aunque de las descripciones que molina realizó de la región de uspallata ymendoza no se desprende que la haya visitado personalmente.

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opinión, corroborada por observaciones del céle-bre Humboldt y algunas experiencias personalesnuestras, sobre la estructura de la misma monta-ña, la que suponemos no es granítica como aque-lla de las otras montañas primitivas, sino por de-más porfirítica. El tiempo confirmará o modifi-cará la generalidad de estas aserciones” (molina1987: 65). el abate hace notar, de estamanera, que las rocas porfiríticas de losmontes más altos de los Andes serían másjóvenes que las que forman el flanco oc-cidental de la Cordillera principal, que elconsideraba “primitivas o, al menos, de tran-sición”.en el modelo que esboza molina, está cla-ro el concepto de destrucción de la cade-na montañosa por la erosión puesto que,como último nivel estratigráfico, propo-ne denominar “estrato andino” (molina1987: 58) a los depósitos resultantes de laerosión de la cordillera. resumiendo, se puede señalar que, en opi-nión de molina, las rocas más antiguas, porsu deformación, son las del flanco occi-dental de la Cordillera principal, las delbasamento de la Cordillera de la Costa, ylas de los cordones que las conectan; es-tas últimas con un núcleo de granito (mo-lina 1987: 80). Éstas serían montañas “pri-mitivas o, al menos, de transición” y corres-ponden a las unidades litoestratigráficasque actualmente están asignadas al paleo-zoico, mesozoico y Cenozoico (paleóge-no). Éstas habrían sido sucedidas por lasrocas porfiríticas de los montes más al-tos; en este caso se trata de los volcanesy, eventualmente, de la Formación Fare-llones del neógeno (Aguirre 1960, Klohn1960). en un tercer grupo habría ubica-do a su “estrato marino” que incluye losdepósitos del borde occidental de la Cor-dillera de la Costa, “incrustados de produccio-nes marinas”', y cuyo origen sería anteriora la llegada de los europeos. Finalmente,vendrían los depósitos del “estrato andi-no”, provenientes, como sabemos ahora,no sólo de la erosión de la Cordilleraprincipal, sino también de la actividad vol-cánica, como lahares y avalanchas, algu-nas de las cuales habrían llegado hasta laregión costera (encinas et al. 2006a, b). es interesante hacer notar la analogía que

existe entre la subdivisión propuesta pormolina para las unidades litológicas de laregión central de Chile con la subdivisiónde las rocas de la tierra propuesta porAbraham Gottlob Werner (1749-1817),aún cuando molina estableció un ordencronológico algo diferente al del alemánque incluía: Urgebirge (montañas primiti-vas), Übergangsgebirge (montañas de transi-ción), Flötzebirge (depósitos estratificadosremanentes de la contracción de los océ-anos), Aufgeschwemmte (aluvio) y rocas vol-cánicas (Werner 1787). Considerando,por una parte, la escasa formación geoló-gica de molina, y, por otra, el conoci-miento prácticamente nulo que se teníasobre la geología de esta región de Amé-rica en la época, sus escritos fueron, sinduda, un valioso aporte a la geología delpaís. sería, posteriormente, Darwin (1846),quien con su formación de geólogo, pro-duciría el próximo gran aporte al conoci-miento de la configuración y evolucióngeológica de la Cordillera de los Andes.

ContrIbuCIónA lA mInerAloGÍA,YACImIentos mInerAlesY otros reCursosmIneros

en el libro II, o segunda parte de su en-sayo, titulada Minerales de Chile, que prece-de a las dedicadas a los vegetales y anima-les de la región, después de una introduc-ción sobre algunos rasgos geológicos delterritorio chileno y la actividad volcánicay termal, el abate se extiende en una de-tallada exposición sobre “los productos mi-nerales que son más conocidos y apreciados en elpaís” (molina 1987). en relación con losingentes recursos que, según señala exis-ten en Chile, expresa frecuentemente suoptimismo de que tal o cual de ellos seautilizado en el futuro, cuando esta regiónadquiera mayor desarrollo, para mejorarconstrucciones, elaborar productos de ca-lidad o desarrollar el arte y la cultura.sobre los minerales, señaló que estos “re-siden más espontáneamente” en las montañasque flanquean la gran cadena de los An-des: “Allá la naturaleza se ha complacido en

ostentar, con todo vigor, su potencia generativa;los efectos que de ello derivan alcanzan toda laperfección posible. Las minas, de toda suerte demetales, son allí copiosísimas” (molina 1987:64). A continuación, precisa: “Yo no he he-cho, hasta aquí, sino indicar en general las par-tes constitutivas de las montañas chilenas encuanto me fue posible observarlas. Los mineralo-gistas que vendrán más tarde tendrán mayoresoportunidades que las que yo he tenido de exa-minar aquéllas, pudiendo especificar así, esmera-damente, las localidades, correspondencias y na-turaleza de sus componentes. Por ahora, segúnmi plan, me limitaré a exponer brevemente losproductos minerales que son más conocidos yapreciados en el país. Los dividiré, para mayorclaridad, en los cuatro órdenes comunes, esto esen: tierras y piedras, sales, bitúmenes y metales”(molina 1987: 65). Correspondería a otroIgnacio -Ignacio Domeyko (1802-1889)-,que vendría de la europa donde había vi-vido molina, continuar esta primera granintroducción en el tema (Domeyko 1860).en esta parte de su ensayo, molina inter-caló observaciones personales con abun-dante información recopilada por otrosnaturalistas y viajeros, como louis Feui-llée y Amédée Frézier. Feuillée es el au-tor de Journal des observations physiques, ma-thématiques et botaniques, faites par l’ordre duRoy sur les côtes orientales de l'Amérique méri-dionale et dans les Indes occidentales, de 1707 à1712 de 1714, y Suite du Journal des observa-tions physiques, mathématiques et botaniques,faites sur les routes orientales de l'Amérique mé-ridionale et dans un autre voyage fait à la Nou-velle-Espagne et aux îles de l'Amérique de1725. en tanto que Frézier había publica-do en 1716 su Relation du voyage de la merdu sud aux côtes du Chily et du Perou, fait pen-dant les années 1712, 1713 & 1714.en su ensayo, molina, no solo describióla existencia de los recursos minerales si-no que se refirió a sus aplicaciones. sobrelos diferentes tipos de tierras que recono-ce -“aluminosas, calcáreas, magnesíacas, silico-sas y baríticas”-, indicó sus bondades agrí-colas y el empleo de algunas de ellas encerámica, en la construcción y el blan-queo de edificios. en relación con algu-nos tipos de rocas señaló que han servi-do para la construcción de iglesias, como,

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por ejemplo, un “mármol” que provienede una “colina de los suburbios de la capital delReino” que se utilizó para la construcciónde la catedral y de la iglesia de los domi-nicos (molina 1987: 73). en cuanto a losminerales propiamente tales, basado enobservaciones del francés Frézier, hizouna interesante referencia a las “piedrascrucíferas” del río laraquete, en la regiónde Arauco, señalando que “se acercan aaquellas que los franceses llaman Maclas” y allapislázuli, que según este autor se encon-traría a “poca distancia de Copiapó y a 100 le-guas al este de Concepción”. molina mencionó las salinas naturales debucalemu, boyeruca y Vichuquén, en lacosta central de Chile, y la existencia desal en la cordillera de las provincias de Co-piapó y Coquimbo. en relación a estasúltimas regiones indicó que se presentacontigua y entrelazada con estrías de arci-lla y yeso; aquí, evidentemente, hace refe-rencia al yeso oxfordiano o “Yeso prin-cipal” (schiller 1912). A continuación agre-ga que “Hasta ahora resulta incierta para losgeólogos la proveniencia de tanta abundancia desal mineral en aquellos lugares y en otros denuestro globo. Algunos la creen formada por losfluidos elásticos, otros gustan, más bien, creerladepositada por el mar, luego que éste se retiró delas alturas, actualmente descubiertas”, señalan-do que se inclina por la segunda posibili-dad (molina 1987: 84). encontramos aquíuna reiteración de la idea de molina deque fue el mar el que se retiró de esas al-turas y no la cordillera la que se alzó, locual podría ser una evidencia adicional deinfluencia werneriana (neptunista). encuanto a los depósitos de nitratos explicaque estos son abundantes en las regionesboreales del país, menos expuestas a laslluvias (molina 1987: 85). entre los recur-sos no metálicos indicó la existencia dericos yacimientos de carbón mineral en laregión de Arauco, incluidos por Darwin(1846) en su Formación Concepción, yque darían posteriormente lugar a los clá-sicos estudios de Fenner y Wenzel (1942),tavera (1942) y muñoz Cristi (1946), y debitumen en el “Estado araucano”, refirién-dose, seguramente, a las pizarras bitumi-nosas de lonquimay, descritas por Felsch

(1915) y rodríguez y muñoz Cristi (1931).estas corresponden actualmente a la aso-ciación lacustre del miembro río pedre-goso de la Formación Cura-mallín, asig-nada al mioceno Inferior a medio (suá-rez y emparan 1997). en cuanto a los recursos metálicos, quedescribe latamente, realizó una extensa lis-ta basada en autores como ovalle, el ge-ógrafo francés nicolas sanson d’Abbe-ville (1600-1667), autor de Atlas Nouveaude 1692, Frézier y en artículos publicadosen los Anales de Ciencias Naturales de Es-paña, revista creada por el sacerdote botá-nico Antonio José Cavanilles (1745-1804).en esa lista incluyó variedades mineralesde cobre, plata, oro, hierro, plomo, zinc,antimonio, mercurio y manganeso. el aba-te mencionó luego los yacimientos de zincde los montes de Alcoraya en Coquimbo,la existencia de abundante manganeso-sin indicar localidades específicas-, lapresencia de arsénico como pirita arseni-cal en los montes de san Félix -un acom-pañante “incómodo de casi todos los filones me-tálicos”- y de rejalgar en los cráteres de losvolcanes. basado en Frézier, hizo refe-rencia a yacimientos de estaño en torno ala ciudad de Copiapó y en el distrito delampangue, en Coquimbo. en relacióncon el hierro, señaló que éste no escaseaen el país, rebatiendo nuevamente a Cor-nelius Franciscus de pauw, quien afirma-ba que en Chile este metal no existía.mencionó en este sentido la existencia dericas minas de este metal en las regionesde Coquimbo, Copiapó, Aconcagua, mau-le y Huilquilemu, cerca de talca, en dis-tritos célebres como: remolinos, Agua-Amarilla, rosario y uspallata, y su pre-sencia en el cerro la Campana de Qui-llota. refirió luego que el mercurio, bus-cado para la extracción del oro y la plata,no es escaso en el país en forma de cina-brio, en las minas de Copiapó, Coquimbo(punitaqui) y Quillota. en cuanto a la pla-ta señaló lo siguiente: “En 1767, un campe-sino encontró, en las faldas de los montes deCopiapó, un pedazo de mineral de plata de estaespecie, de color verde, el cual, en diversos ensayoshechos con todo el cuidado necesario, rindió cons-tantemente más de tres cuartas partes de plata

pura. Al tiempo de nuestra partida, los copiapi-nos adoptaban todas las diligencias posibles paraubicar el lugar de donde se había desprendidoaquel mineral” (molina 1987: 110). Hizomención, además, que en la mina uspa-llatana, descubierta en 1638, en el para-millo, cerca de uspallata, “la cual es la másvasta y rica de cuantas jamás se han descubiertoy trabajado en Chile”, hay abundancia deminerales de plata (molina 1987: 111). en cuanto al oro señaló: “El oro no buscael frío, como la plata; ama los climas templados.No sé que se haya encontrado mina alguna en-tre las rocas de la cordillera. Todas las que sehan descubierto en Chile se encuentran entre lasfaldas de dicha montaña y las costas del marPacífico”. “Se le encuentra, asimismo, entre lospolvos de las llanuras y más frecuentemente entrelas arenas de los ríos y torrentes, en pequeñosgranos o en pajuelas de diverso tamaño, las cua-les cuando exceden el volumen ordinario se lla-man pepitas”. “En las provincias australes, si-tuadas entre el río Bio-Bio y el archipiélago deChiloé, se han descubierto muchas minas de oroestimado superior en finura a todos los que se en-cuentran en el resto del Reino. De ellas los espa-ñoles extraen cantidades inmensas y por este mo-tivo han abierto una Casa de Moneda en v al-divia y otra en osorno”. “Las minas de oromás considerables que se trabajan en el Chile es-pañol son las de Copiapó, Guasco, Coquimbo,Petorca, Ligua, Tiltil, Putaendo, Carén, Alhué,Rancagua, Maule, Huilli-patagua y Rere, lascuales -a excepción de las cinco últimas, que sonde reciente excavación han rendido siempre, des-de que este Reino fue conquistado por España,un producto constante y considerable” (molina1987: 114-116).el abate dedicó finalmente algunas pági-nas al cobre, sus yacimientos y sus proce-sos de extracción y refinación: “En Chilelas minas de cobre parecen, por ahora, más co-piosas y extensas que las de otros metales…”.“Ellas están situadas desde los límites con Perúhasta la extremidad del archipiélago de Chiloé o,por decirlo mejor, hasta el Estrecho de Magalla-nes”. “Estas minas se dirigen, por lo general, denorte a sur, siguiendo el curso de las montañas,que tienen la misma dirección. Su corteza estáordinariamente compuesta de esquistos arcillososo de una especie de pórfido blando y algunas ve-ces de piedras cuarzosas, córneas y calcáreas. La

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mayor parte se extiende sobre las faldas de lasmontañas; las otras se encuentran en los valles alpie de las colinas” (molina 1987: 99-105).Agrega que este cobre se encuentra deordinario mezclado con oro, pero en pro-porciones diferentes. Curiosamente no ha-ce mención a la existencia de mineraliza-ción en las localidades de los actuales ya-cimientos de clase mundial río blanco -los bronces y el teniente (Camus 2003),que a la sazón no serían más que minasmenores de las que se extraían los óxidossuperiores. entre los minerales de cobremencionó especialmente el muriato (clo-ruro) de cobre, comentando que “parecehasta ahora sólo propio de este reino” (molina1987: 103), y la turquesa, agregando, sinexplicar por qué, que la provincia deCopiapó debe su nombre a este mineral.

sobre el CAlorInterno De lA tIerrA,los terremotos Y elVolCAnIsmo.

molina atribuyó el origen de minerales,terremotos, volcanismo y aguas termalesal calor interno de la tierra: “El calor cen-tral del globo terrestre -cuya existencia ya no pa-rece ponerse en duda- sostiene aquella admirablefecundidad que, con permanente sucesión de ellos,promueve el desarrollo de los seres orgánicos y,formando un perpetuo círculo, la formación delos minerales” (molina 1987: 51). es im-portante hacer notar aquí, que, al referir-se a un “perpetuo círculo”, está aparente-mente haciendo mención a su conceptode la “unicidad de los seres” de los tres rei-nos de la naturaleza, desarrollado por elmismo molina (1821b), al que se hará re-ferencia más adelante en este artículo. el abate comienza sus referencias al temade los terremotos y el volcanismo conuna explicación para su origen: “Chile, enmedio de su envidiable prosperidad, es golpeadofunestamente, cada cierto tiempo, por los terre-motos. Su misma riqueza es la causa. La tierraes rica en azufre y en todo tipo de minerales. Lagran cantidad de sulfuros que se forma en sus en-trañas, al ser mojados después de la sequedad delverano por las lluvias otoñales, fermenta y luegose enciende. El agua se descompone instantánea-

mente, el oxígeno se une al azufre formando elácido sulfúrico; el hidrógeno, entonces libre, esca-pa con gran estruendo, sacudiendo el terreno su-perior; el incendio y el movimiento se van propa-gando poco a poco; todo empieza a sacudirse; seforman nuevos fluidos elásticos que hacen au-mentar el desconcierto; la tierra tiembla o se abreen grietas profundas, de donde nacen los volcanes,según la mayor o menor cantidad de agentes queallí actúen, promoviendo la efervescencia” (mo-lina 1987: 42). según lo experimentadopor molina los sismos “se propagan hori-zontalmente y son precedidos, como habíamos di-cho, por un ruido fácilmente perceptible” (mo-lina 1987: 47). molina también se planteóel problema de cómo predecir los sismos.Con la frase siguiente, en la que pone enevidencia su espíritu inquieto y observa-dor, expresó su experiencia al respecto:“Ciertos autores sostienen que, según el estado dela atmósfera, se puede predecir con seguridad lapróxima venida de un terremoto. No niego esaposibilidad; sin embargo, confieso ingenuamenteque, habiendo empleado toda la atención de quesoy capaz, al combinar los diversos aspectos quepresenta la atmósfera cuando la tierra se sacude,nunca logré obtener ningún indicio análogo queno fuera falso en otra circunstancia” (molina1987: 46).según molina, desde la llegada de los es-pañoles hasta aproximadamente 1805, fe-cha en que debió estar redactando su en-sayo, esto es, en el espacio de 263 años, sehabrían sentido en Chile cinco terremo-tos grandes, todos los cuales correspon-den a sismos por subducción (Comte ybeck 2010).en 1550 -el 8 de febrero de 1570, segúnsu traductor rodolfo Jaramillo-, el sismoafectó, de acuerdo a lo expresado por mo-lina, algunos pueblos en las regiones aus-trales. la información disponible actual-mente permite precisar que la zona defractura abarcó desde un poco al sur deConstitución (35º15’s) hasta lebu (37º30’s).el segundo sismo, sucedió el 13 de mayode 1647 y abatió, según molina, muchasconstrucciones de la capital. la zona defractura de este sismo abarcó desde la re-gión de la ligua (32º30’s), al norte deValparaiso, hasta un poco al sur de Cons-

titución (35º15’s). el tercero, del 15 de marzo de 1657, aso-ló, según molina, gran parte de la capital.este sismo se generó en la zona com-prendida entre Chanco (36ºs) y lebu (37º30’s), en la parte sur de la península deArauco. en consideración al área relativa-mente reducida del movimiento, en com-paración con los anteriores, y su lejaníade santiago, llama la atención que molinaseñale que el mismo produjera gran des-trucción en la capital. esta vez, en Con-cepción, el mar se salió tres veces conse-cutivas (Castedo 1953).el cuarto, ocurrido el 8 de julio de 1730,empujó, según molina, el mar contra laciudad de la Concepción, derribando to-dos sus edificios. la zona de fractura deeste sismo abarcó desde aproximadamen-te los Vilos (32ºs) hasta un poco al surde Chanco (36ºs), con lo cual, efectiva-mente, debió causar fuertes daños en Con-cepción y, sin duda, también en la capital.según Castedo (1953), la zona afectadaabarcó desde la serena hasta Valdivia.es posible, entonces, que, en relacióncon la destrucción asignada al tercer sis-mo en la capital, molina haya incurridoen un error y sea éste el que realmenteprodujo los fuertes daños mencionados. el quinto, acaecido el 24 de mayo de1751 -fecha precisada por el traductorrodolfo Jaramillo; curiosamente, molinahabía correctamente señalado la fecha del24 de mayo en su elegía al terremoto-, sa-cudió nuevamente la ciudad de Concep-ción, a sólo 21 años del anterior. la des-cripción que sigue es interesante puesmolina tenía a la sazón 11 años y fue tes-tigo presencial del terremoto: “el mar vol-vió a sepultarla bajo la arena y los escombros.Este gran terremoto se anunció noches antes conpequeños temblores y especialmente con uno quese sintió un cuarto de hora antes; además, con unglobo de fuego que pasó hacia el poniente con unaespecie de silbido. La gran sacudida empezó cer-ca de medianoche y duró más de un minuto, perola tierra tembló casi continuamente hasta la au-rora. Antes del terremoto, el cielo estaba total-mente claro, pero inmediatamente después se cu-brió de densas nubes, que trajeron una fuerte llu-via durante ocho días. Una vez pasada la lluvia

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volvieron los movimientos de tierra, prolongándo-se por espacio de un mes, con intervalos de quin-ce a veinte minutos. No se registró la muerte deninguna persona en todo el Reino, salvo siete in-válidos que fueron tragados por el mar al sumer-girse la ciudad de Concepción. Fue igualmentebaja la mortalidad en los terremotos precedentes,también ocurridos de noche. La dirección de to-das estas conmociones siempre ha sido de sur anorte, es decir, relativa a las corrientes marinasque siguen el mismo rumbo. Por lo tanto, es bas-tante probable que el mar influya en muchaspartes. El daño causado a la ciudad de Concep-ción por los dos últimos terremotos mencionadosno hubiera sido tan grande, si las aguas -agita-das, tal vez, por alguna explosión volcánica in-terna- no se hubieran volcado sobre las construc-ciones ya vacilantes. De donde se deduce, proba-blemente, el porqué los países situados al este delos Andes sufren poco o nada dicho infortunio.Sin embargo, dos provincias chilenas: Copiapó yCoquimbo, ambas marítimas y ricas en minera-les, tampoco están sujetas a este fenómeno”(molina 1987: 44).

sobre el VolCAnIsmo

molina sostenía que el volcanismo se de-bía, además del calor central terrestre, delque ya se dio a conocer su punto de vis-ta, a un calor originado por la efervescen-cia de las materias combustibles internas,entre las que mencionó al carbón mine-ral, fosfuros, pirita, azufre, bitúmenes,turbas, etc. (molina 1987: 51). señaló quelos “volcanes se encuentran en las montañasprincipales, o sea, en la cadena del medio de losAndes”. más adelante se refirió a estasmontañas como “ignívomas”, donde, se-gún él, existía en esa época escasa y bár-bara población y, por lo tanto, “existe redu-cida información sobre la actividad volcánica quese desarrolla en ellas” (molina 1987: 54). Acontinuación describió las erupciones delos volcanes Villarrica y peteroa, ocurri-das en 1640 y 1792, respectivamente: “Lashistorias sólo hablan de la terrible erupción delvolcán Villarrica, acaecida en el mes de febrerode 1640, al mismo tiempo que se observaba lagran Aurora austral de que hicimos mención enel libro precedente. La explosión fue tan horri-ble, que el monte se hendió de alto a bajo en dos

partes, lanzando piedras y cenizas abrasadas, ental cantidad, que las aguas desbordadas de losdos ríos vecinos, a llipén y toltén, cubrieronuna vasta extensión del país, con gran daño y es-panto de los habitantes. El olor contraído por lasaguas, a causa de las materias precipitadas, as-fixió todos los peces que en ellas moraban y lastornaron por mucho tiempo inaptas para la be-bida. Ha llegado a ser famosa en nuestros tiem-pos la erupción del volcán Peteroa, por habersesentido el estampido en gran parte del Reino. El3 de diciembre de 1762 se formó en este antiguovolcán un nuevo cráter, como aquel del Villarri-ca, hendiendo en dos partes un monte vecino. Lascenizas y lavas lanzadas rellenaron los valles ad-yacentes y engrosaron por dos días las aguas delrío tinguiririca. Un pedazo de montaña se pre-cipitó sobre el río Lontué, deteniendo su cursopor espacio de otros tantos días; habiéndose for-mado un gran lago con las aguas estancadas, és-tas se abrieron, al fin, paso violentamente e inun-daron los campos circunvecinos. El cielo se cubrióde espantosas nubes hasta el día siguiente. Fuecosa digna de notar que convulsión tan estrepito-sa no fuese seguida de una sacudida general deaquellas provincias; tal vez los montes interme-dios impidieron los progresos de la conmocióniniciada. Feuillé, insigne botánico y astrónomo,hace mención en su diario de una lluvia de are-na, vista caer en su tiempo en aquella parte delas montañas andinas ubicadas entre los volca-nes chillán y a ntuco. Sin duda, esta arena nopudo ser otra cosa que una masa de escorias des-menuzadas durante el hervir de uno de aquellosvolcanes, lanzada al aire por alguna explosiónviolenta” (molina 1987: 54-55). la refe-rencia que hace a los aluviones de origenvolcánico coincide con el registro geoló-gico. en algunos sectores de la Depre-sión longitudinal de Chile central, el pai-saje está caracterizado por la presencia depequeños lomajes, que recuerdan drum-lins y que en la región de Curicó se handenominado “cerrillos de teno” (brüggen1950, macphail y saa 1967). estos depó-sitos clásticos, por su muy heterogéneaselección y la presencia de una matriz ce-nicienta, fueron interpretados como de-pósitos morrénicos y referidos como “mo-rrenas de piedra pómez” (brüggen 1950).A estas extensas cubiertas, que ahora sa-bemos son de origen volcánico (mac-

phail y saa 1967, marangunic et al. 1979),se agregan los flujos laháricos canaliza-dos a lo largo de los valles que bajan, enesta región, desde los volcanes y mues-tran cómo estos afectaron principalmen-te al lado chileno (Davidson 1971, 1974,Fuenzalida 1974, macphail 1973, Abele1982, González-Ferrán 1995), algunos delos cuales llegaron hasta la vertiente occi-dental de la Cordillera de la Costa (Ce-cioni 1978, encinas et al. 2006b), mien-tras que las nubes de piroclásticos de es-tas erupciones tienden a dispersarse haciael lado argentino (brüggen 1950, Gon-zález-Ferrán 1995). en relación con las aguas termales escri-bió: “Entre las compensaciones más o menos es-timables que se presentan en una región, en lu-gar de los perjuicios que suelen acarrear los fue-gos subterráneos, no deben olvidarse las aguastermales y minerales. De ellas la medicina puedesacar notable utilidad en ciertas enfermedades”(molina 1987: 55). molina mencionó quelos baños termales más frecuentados ensu época eran los de peldehue, al norte desantiago, y los de Cauquenes, en el vallede Cachapoal, al este de rancagua.

el AbAte molInAY el ConoCImIentoCIentÍFICo De su ÉpoCA

el Abate molina no sólo fue un estudio-so de las ciencias naturales, sino que apartir de sus amplios conocimientos plan-teó ideas generales sobre la naturaleza.en el prólogo de espinosa (1946), Fran-cisco A. encinas, el gran historiador deChile, expresó sobre nuestro personaje:“Aun prescindiendo de la cultura y el ambienteque lo moldearon, no puede comprendérsele nijuzgársele dentro de nuestro grado de desarrollocerebral. Hay que referirlo a los sabios europeos,de su época: Lamarck, Darwin, Humboldt,George Edwards, etc.”. la originalidad y dimensión de la pro-ducción de molina y su notable figura in-telectual han despertado el interés de nu-merosos estudiosos que dedicaron múlti-ples estudios y ensayos a su vida y obra.eso no es de extrañar, dado que su esta-tura científica lo puso por encima de mu-

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chos de sus contemporáneos y que lasideas concebidas por él debieron teneruna fuerte influencia sobre el mundo cien-tífico de la época en la manera de conce-bir la naturaleza. se ha señalado, en estesentido, que su pensamiento fue uno delos más ricos y sugestivos de todos losque escribieron durante la Colonia (rojas1965). es de destacar, a este respecto, su textoAnalogías menos observadas de los tres reinos dela Naturaleza, leído en 1815 en bologna.en él sustenta la idea de la “unicidad” delos seres de los tres reinos -mineral, vege-tal y animal- y de una gradación estable-cida por la naturaleza entre sus productosque va siempre creciendo en perfeccióndesde la ínfima planta criptógama hastael más perfecto de los animales como esel hombre (molina 1821b). refiriéndosea los “filósofos antiguos”, señaló que éstos“establecieron como una verdad fundamental quela naturaleza no procede por saltos; que no exis-te ni puede existir ninguna distinción absolutaentre los seres creados; que todos están conjunta-mente encadenados por recíprocos vínculos, demodo que existe entre ellos una progresión gra-dual, en virtud de la cual los minerales llegan in-sensiblemente a vincularse con los vegetales, y es-tos, con los animales” (molina 1821b: 176).un análisis comentado del contenido deesta memoria se encuentra en Gunckel(1965).Con esta obra se establecen entre los es-tudiosos del abate diferencias respecto delalcance de las ideas contenidas en ella. pa-ra espinosa (1946: 147) y Jaramillo (1965:45, 1987) las ideas de molina dieron fun-damentos al darwinismo y contienen elgermen de la teoría de la evolución, res-pectivamente. este último autor, refirién-dose a lamarck y Darwin, expresó quelos planteamientos de molina constitu-yen “una teoría todavía más amplia y avanza-da que la de ambos sabios”. en la introduc-ción de Gunckel (1980), sergio martínezbaeza expresó que “Molina planteó una teo-ría original y trascendente sobre la evolución bio-lógica”. González (1993: 58), consideróque la presentación jerárquica de su ma-terial en el Compendio de 1776 y en elensayo, “comenzando por los reinos mineral o

vegetal para concluir en el animal, clasificandolos elementos desde lo menos evolucionado, hastael hombre” lleva implícito un planteamien-to de carácter evolucionista. Hanisch(1999) lo ubica también entre los precur-sores de la teoría de Darwin.existen, por otro lado, estudiosos de mo-lina que no le otorgan a su obra tal tras-cendencia. el historiador chileno, Fran-cisco A. encina, en el prólogo al libro deespinosa (1946), señaló que en Analogíasmenos observadas de los tres reinos de la Natu-raleza, molina “da vueltas y revueltas en tornode la actual concepción del cosmos y de la vida”.en su opinión, estos planteamientos “pormomentos superan la embrionaria visión de suscontemporáneos”, pero, acusando a molinade verlo todo, sin profundizar nada, co-mo buen criollo hispano americano, sen-tenció que no alcanzó a organizar los an-tecedentes que disponía “en una nueva con-cepción del cosmos, que por lo demás le estaba ve-dada por la investidura sacerdotal y por el medioen que vivía” (encina 1946). rojas (1965)opinó que la visión de molina sobre lanaturaleza es estática y no dinámica co-mo debiera ser para un evolucionista yconcluyó taxativamente que “Molina es fi-jista”. briones (1968) señaló que en cuan-to a que el abate molina sea considerado“como precursor de Charles Darwin, como algu-nos lo han pretendido, ya no es tan evidente”. sin bien del contexto general de esta me-moria es evidente que los planteamientosde molina no se relacionan con la evolu-ción de las especies, es posible que la in-terpretación de algunos términos y frasesdel inicio de este texto hayan inducido aalgunos autores a vislumbrar en él aso-mos evolucionistas. A nuestro parecer,esto tendría en cierta medida su origenen la interpretación del segundo párrafode las Analogías menos observadas… la fra-se original de molina es “Ma siccome le pro-duzione della natura formano un tutto unico deldisegno, e vario nell’esecuzione, cosi per tener die-tro del loro progresso gradualle, non mi è sem-brado fuor de proposito il far precedere al miodiscorso alcune idee sulla conessione sensibile, cheesiste anche tra i Minerali e i Vegetali” (mo-lina 1821b: 172). Algunas palabras de estafrase han sido traducidas y comprendidas

de maneras diferentes, lo que en nuestraopinión genera las diferentes interpreta-ciones en torno a los conceptos vertidospor molina en esta memoria: “Pero puestoque los productos de la naturaleza forman untodo único en el diseño -en traducción deFelipe Alliende 1965- o designio -segúnJaramillo (1965, 1987)- y vario -en traduc-ción de Felipe Alliende 1965- o variable -según Jaramillo (1965, 1987)- en la ejecu-ción, y teniendo en cuenta su progreso gradual,no me ha parecido fuera de propósito sea prece-dido por algunas ideas sobre la conexión sensibleque existe entre minerales y vegetales”. la dife-rencia entre vario, en el sentido de varia-do o diverso, y variable, en el sentido deque puede modificarse, nos parece sus-tancial. Jaramillo (1965), parafraseando,pero contradiciendo, a encina (1946), con-cluyó taxativamente: “Molina da vueltas yrevueltas alrededor de la concepción entoncesexistente del Cosmos y de la Vida, preconizan-do un progreso gradual de las especies o, lo quees lo mismo, la evolución de éstas”. la teoría de molina se puede considerarmás amplia que las de sabios como la-marck (1744-1829) y Darwin en el senti-do de que incorpora a los tres reinos, esdecir, a lo animado y lo inanimado, y nose restringe a las formas vivas “Yo no digoque el modo de vivir de los minerales sea igual almodo de vivir de los vegetales; la gradación esta-blecida por la naturaleza en sus productos no lopermitiría” (molina 1821b: 180). sin em-bargo, en ella no se aprecia una variaciónen el tiempo entre los “seres” animados einanimados de los tres reinos, sino que lavariación o gradación que describe estáinserta en un mundo fijo inmutable, está“establecida por la naturaleza”. esta grada-ción sería tal que la escala mineral -infe-rior- participa en algo en las escalas supe-riores -vegetal y animal, respectivamente-y, a su vez, la vegetal de la escala superior,asignada a los animales. en este sentido,molina (1821b) desplegó una cantidad deantecedentes apoyando la “conexión sen-sible” que existiría entre los reinos de lanaturaleza y mostrando, de paso, su granerudición y actualización sobre los pro-gresos de la ciencia de su época. Con es-tos planteamientos, molina aportó un só-

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lido complemento a la idea de una scalanaturae o cadena de los seres, que planteala existencia de una gradación continuadesde el átomo hasta los organismos vi-vos, un concepto desarrollado por Char-les bonnet (1720-1793), un adherente a lateoría de la preformación, quien señalabaque la sucesión de los seres es completa(comprende a todos los seres), continua(la naturaleza no hace saltos) y ascenden-te. la teoría de la preformación, enuncia-da a fines del siglo XVII, planteaba quetodos los seres fueron creados por Diosal mismo tiempo y que estos habrían es-tado encapsulados uno dentro de otros, obien, habrían sido dispersados como gér-menes en la naturaleza y que, a su debidotiempo, cada germen se habría desarro-llado en un organismo adulto medianteun simple proceso mecánico. Al respecto,escribió: “Nuestro mismo globo, como lo mues-tra su figura elíptica, no fue al comienzo más queun gran huevo que, fecundado por la enérgica vir-tud de la Divina Omnipotencia, y habiendo lle-gado a convertirse en animal (analogía presen-tada en el párrafo anterior al aquí trans-crito), produjo en seguida los huevos de los quesalieron los primeros minerales, vegetales y ani-males. Estos huevos primigenios contenían enminiatura todos los huevos que debían producirsucesivamente de generación en generación en vir-tud de la fuerza plástica que les había sido co-municada por el padre común. De aquí ha deri-vado la famosa hipótesis sobre la evolución de losgérmenes, adoptada y expuesta con todas las gra-cias del discurso por el célebre Bonnet en sus con-sideraciones sobre los cuerpos orgánicos, la que,a decir verdad, parece la más probable entre to-das aquellas que se han imaginado acerca de lapropagación de los seres vivientes” (molina1821b: 173-174).en el párrafo anterior hay una frase querequiere atención adicional: “Estos huevosprimigenios contenían en miniatura todos loshuevos que debían producir sucesivamente de ge-neración en generación en virtud de la fuerzaplástica que les había sido comunicada por el pa-dre común”. esta frase lleva implícito, poruna parte, el trasfondo fijista que domi-naba el pensamiento de molina y bonnet,es decir, que todo lo que vendría ya esta-ba definido o configurado, y, por otra

parte, la inquietud por determinar cómose originaron, “de generación en generación”,las variaciones exteriores de los “seres” per-tenecientes a los tres reinos de la natura-leza, o, en términos del mismo molina,“los innumerables atributos que los avecinan”,bien representados en la scala naturae. es-ta inquietud flotaba desde hacía tiempoen el ambiente científico y los intentospor comprender qué es lo que determinaesas transiciones y cuáles son los proce-sos que las rigen eran intensos en esaépoca. para ello, sin embargo, fue necesa-rio romper con la inamovilidad creacio-nista y hacer intervenir procesos de varia-ción gradual y prolongada de una mismaforma en los que el tiempo juega un pa-pel esencial. en este sentido no se puedeconsiderar estrictamente a molina comoun precursor de la teoría de la evolución. el siguiente escalón en la cadena de lasideas sería el transformismo de lamarck,un contemporáneo de molina, que sebasó en la influencia del medio sobre losorganismos, y planteó las leyes del uso ydel desuso de los órganos y de los carac-teres adquiridos. De este modo la varie-dad entre las especies se explicaría poracumulación de caracteres adquiridos enel curso de las generaciones. en ella estáimplícita una noción de tiempo que no seencuentra en molina. el abate no hizoalusión explícita a las ideas transformistasde su contemporáneo; sin embargo, sepuede deducir que las conoció, puestoque rechazó la división hecha por la-marck entre cuerpos orgánicos y cuerposinorgánicos (molina 1821b). tal vez, ha-berlo citado podría haber sido una prue-ba más de su supuesta herejía, como loseñalara espinosa (1946). tampoco po-día aceptarla, tomando en cuenta su ad-hesión a la teoría de la “unicidad de los se-res”. en relación con esta división entrelo orgánico y lo inorgánico escribió: “Aesta partición -aquí se refiere a la separa-ción entre los reinos mineral, vegetal yanimal-, por así decir, política, que no determi-na nada acerca de los seres comprendidos en ella,sucedió inmediatamente otra, más opuesta a losdesignios de la naturaleza. Tal es la que dividetodos sus productos en dos secciones generales,

esto es, en cuerpos orgánicos y cuerpos inorgáni-cos” (molina 1821b: 178). esta crítica alos conceptos de lamarck parecería en-tonces reafirmar su conocimiento de laobra del francés, en tanto que la ausenciade menciones a ese autor podría eviden-ciar de que no compartió sus plantea-mientos. lejos estuvo molina de las ide-as de Alfred russel Wallace (1823-1913) yDarwin sobre el origen de las especies. esmuy probable que sin lamarck, Darwinno hubiese existido, puesto que, en suma,Darwin concibió una explicación más só-lida y fundamentada que la de lamarckpara explicar la variación de las especies,pero, no cabe duda que Darwin podríahaber existido sin molina. tal vez, los es-casos conocimientos de geología, y aúnmás escasos de paleontología, que teníamolina no le permitieron profundizar enla noción histórica implícita en esta cien-cia, pero que el geólogo Darwin tuvomuy clara al momento de exponer su teo-ría (Darwin 1859, Charrier en prensa). esprobable, por otra parte, que molina noconociese el inglés. sus biógrafos señalanque, además de su idioma materno, do-minaba el mapudungun, el italiano, elfrancés, el latín y el griego, pero ningunode ellos hace mención a ese idioma. esposible pensar, entonces, que no debióestar familiarizado con las ideas de JamesHutton (1726-1797) sobre los extensosperíodos de tiempo que fueron necesa-rios para la formación de la tierra(Hutton 1788). Principles of geology, being anattempt to explain the former changes of theEarth's surface, by reference to causes now inoperation, obra capital de Charles lyell(1797-1875), vio la luz entre 1830 y 1833,años después del fallecimiento de mo-lina.en la memoria Sobre la propagación del génerohumano en las diversas partes de la tierra,molina (1821c) planteó con intuición queel impropiamente llamado nuevo mun-do habría sido poblado en oleadas suce-sivas y por tres partes diferentes, desde: i)Asia nor-oriental, por el estrecho de be-ring, ii) polinesia, a través de las islas delpacífico sur-oriental, y iii) europa nor-occidental. molina propuso orígenes di-

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ferentes para las poblaciones que ocupa-ron a América del norte y América delsur, difiriendo de las ideas de Alexandervon Humboldt, quien consideraba un so-lo origen desde Asia oriental para el hom-bre americano. Con estos planteamientosse adelantó a algunas teorías posterioresque propusieron, además de una gran mi-gración por el estrecho de bering, por lomenos, algunos contactos con otras re-giones con anterioridad a la llegada de losespañoles. respecto de esta idea, encina(1946) consideró que molina “cae dentro delo genial”. en este tema, molina fue sinduda precursor de las hipótesis posterio-res sobre el poblamiento de América.Ampliando su proposición respecto deuna migración a través de las islas delpacífico, molina señaló, que los gruposprovenientes de la polinesia podrían te-ner su origen en la India oriental, y fun-damentó esta proposición con la siguien-te frase: “Los remotos conocimientos de los chi-lenos, para no hablar de los peruanos, en el artedel tejido, de la fusión de los metales, en el culti-vo de las plantas gramíneas, que utilizaban ensu pan fermentado con levadura, en la tácticamilitar, en la hidráulica, en la astronomía, en eljuego del ajedrez, de las tablas y de la bola; y, so-bre todo, la estructura de su lengua, que disponede duales, aoristos, participios para todos lostiempos, de todo tipo de composición y, lo que esmás admirable, la gran cantidad de vocablos ne-tamente griegos y con la misma significación, queno dejan duda alguna sobre su origen greco-in-dio” (molina 1821c: 191). este poblamien-to sería, según él, posterior al de Américadel norte puesto que debería haber ocu-rrido con posterioridad a la llegada deAlejandro magno a las llanuras del Indo.

reCuerDo De molInA

Algunos estudiosos de la vida y obra demolina (espinosa 1946, Jaramillo 1965,1987, briones 1968, 1997) señalaron quese ha producido un olvido de nuestro per-sonaje. en relación con esto hay que se-ñalar que aun es posible seguir resaltandola obra de molina desde diferentes pun-tos de vista. un ejemplo de esto últimoes que no existiesen hasta la fecha estu-

dios que analicen en profundidad su con-tribución a las Ciencias de la tierra. sinembargo, existe una copiosa literatura na-cional y extranjera generada a lo largo dedécadas que describe su vida, que indagaen toda su obra, o bien, en aspectos par-ticulares de ella, y que muestra la influen-cia que molina tuvo sobre el conocimien-to de nuestro continente, el origen de supoblación, y la visión cosmológica de laépoca. existen numerosos artículos y li-bros que enfocan aspectos de su vida yobra, algunos de los cuales no se abordanen este artículo, tales como su formacióny personalidad religiosa (Jiménez 1974),su obra poética (Jiménez 1974, Jaramillo1976, briones 1997), su correspondencia(ronan y Hanisch 1979), su influencia enla historia de Hispano América (rojas1963, 2001) y en la concepción de “'pro-greso”' en los usos y costumbres de losindígenas (Hachim 2008), su aporte a lamedicina (laval 1965), a la etnología (lat-cham 1929), a la antropología (Jaramillo1968), a la botánica y la zoología (philippi1863, 1867, porter 1929). existen traba-jos dedicados a dar a conocer algunos pa-sajes de su vida (Fontecilla 1932, 1933),difundir sus ideas científicas (Gunckel1965, 1966, 1970a, b), a dar a conocer labibliografía referida al abate y a su obra(Gunckel 1980) e, incluso, la genealogíade la familia molina (pilleux 2010). enopinión de Jaramillo (1965), este olvidosería deliberado. se puede comprenderesta aseveración en la medida que esteautor considera que la “teoría” de molinapreconiza una evolución gradual de lasespecies y que, en consecuencia, se debe-ría incluir al abate entre los creadores dela teoría de la evolución, lo cual no se leha concedido. sin embargo, el plantea-miento es injustificado, si se consideranlos innumerables libros y artículos escri-tos sobre la obra de molina y los home-najes que se le han rendido en bolonia yen Chile, lo que demuestra el interés yaprecio que han suscitado sus ideas (es-pinosa 1946, Jaramillo 1965, briones 1968,ronan 2002). el país natal de molina no ha olvidado asu hijo ilustre y ha dado muestras de ello

organizado en diferentes ocasiones ho-menajes en su recuerdo. espinosa (1946),al término de su libro, y ronan (2002) re-fieren una serie de estos actos realizadosen este sentido. existen, además, en di-versas ciudades del país, como Antofa-gasta, santiago, Valparaíso, punta Arenas,entre otras, calles que llevan el nombreAbate molina. Incluso, se fundó en 1834,en homenaje al pensador chileno la “Villade molina”, hoy la ciudad de molina, enlos llanos de Quechereguas, a 48 km alnorte de talca y 14 km al sur de Curicó,en la región del maule. esta ciudad es lacabecera de la Comuna de molina, queincluye a varios pequeños pueblos aleda-ños y es actualmente uno de los grandespolos de la industria vitivinícola chilena.en el frente del liceo de hombres de laciudad de talca, construido con los bie-nes generosamente legados por molinapara ese efecto y que lleva el nombre delabate, se erige su estatua realizada poriniciativa de benjamín Vicuña mackenna(Vicuña mackenna 1872). Correos de Chi-le realizó, en 1963, una emisión de dossellos postales con la imagen del abate y,en 1999, emitió un sello en el que se reú-nen las imágenes del Abate molina y deAlexander von Humboldt (Hanle 1999,Cubillos 2008). en varias universidadesdel país existen salas de conferencias conel nombre del abate y la subsecretaria depesca bautizó su buque oceanográficocon el nombre Abate molina. la Acade-mia Chilena de Ciencias naturales rindióen 1965 un homenaje al abate con moti-vo del sesquicentenario de su memoria so-bre las Analogías menos observadas... (Gun-ckel 1966). la universidad de talca harealizado un particular esfuerzo en recu-perar y mantener la memoria del abate cre-ando el Instituto de estudios Humanís-ticos Abate Juan Ignacio molina e instau-rando, en 1992, la medalla al mérito“Abate molina” destinada a destacar apersonajes del ambiente cultural nacionaly extranjero. Así mismo, la Comisión na-cional de Investigación Científica y tec-nológica (ConICYt), encargada de ad-ministrar los recursos destinados a la in-vestigación en Chile, creó en conjunto

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con la Fundación Alexander von Hum-boldt, de Alemania, el premio de exce-lencia Científica Abate Juan Ignacio mo-lina, con el objeto de potenciar la coope-ración entre investigadores de ambos pa-íses. Finalmente, cabe señalar que en eljardín de la biblioteca nacional en san-tiago, cerca de la esquina de las callesmoneda y mac Iver existe un busto delabate (Fig. 5).

ConClusIones

el análisis de la obra molina permite re-conocer que nuestro abate fue un hom-bre culto, como sin duda lo fue la mayo-ría de los jesuitas de su época. Fue un en-tusiasta y cuidadoso observador de la na-turaleza, que además supo transmitir susobservaciones. sus detalladas descripcio-nes sobre el territorio chileno de enton-ces y sus pobladores representaron unaventana al conocimiento de esta regiónde América e influyeron en la visión queeuropa se formaría en el siglo XIX sobrela totalidad del mundo y sobre América,en particular. su contribución a las Ciencias de la tie-rra, en una época en la que no se teníanmayores antecedentes de esta región, y apesar de mantenerse esencialmente en lodescriptivo, permitió una visión generalde la constitución geológica y las condi-ciones geodinámicas del territorio, desta-cando su riqueza en recursos minerales.sus contribuciones más controvertidas,aparecidas en las memorias de historia na-tural presentadas en el Instituto pontifi-cio ponen en evidencia su verdadera fa-ceta de investigador. sus planteamientossobre las analogías entre los tres reinosde la naturaleza o sobre la dispersión delgénero humano, dejan en claro su inde-pendencia de ideas y su capacidad paragenerar planteamientos nuevos en rela-ción con el entorno natural. los concep-tos desarrollados por molina en la prime-ra de ellas permiten señalar que se man-tuvo en un marco que precedió a las ide-as evolucionistas que ya estaban circulan-do en esa época; no obstante, no se debedesmerecer su intento de integración de

los “seres” de los tres reinos. en la se-gunda, se puede afirmar que se anticipó asus contemporáneos. la obra de molina, por sus varias facetas,ha sido considerablemente analizada des-de diversos puntos de vista. De eso dacuenta la nutrida literatura que existe so-bre ella. sobre la diversidad de temasabarcados en la obra, es pertinente el co-mentario realizado por rojas (1965) quiénexpresó que el abate “nos legó una obra rica

en fecundas sugerencias, como aquella que sóloconciben los espíritus de intuición poderosa y fan-tasía no domeñada por la excesiva erudición”.

AGrADeCImIentos

se agradece la invitación de los organiza-dores del Segundo Congreso Argentino de His-toria de la Geología, buenos Aires, 12-14 deagosto de 2010, para dictar una conferen-cia sobre el tema de este artículo. este

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Figura 5: busto del Abate molina en los jardines de la biblioteca nacional de santiago de Chile.

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trabajo es una contribución del Grupo deespecialistas en Historia de la Geologíade la sociedad Geológica de Chile y fuepresentado también en el Primer Simposiode Historia de la Geología organizado poresa sociedad científica el 17 de agosto de2010, en santiago de Chile. se agradece laentusiasta y diligente colaboración de ro-sa leal Fajardo, bibliotecaria de la Facul-tad de Ciencias Físicas y matemáticas dela universidad de Chile, en la búsquedade literatura relacionada con el abate JuanIgnacio molina, que se fue tornandocompleja por la imprecisión de las citasbibliográficas existentes en los textos con-sultados y la antigüedad de algunas obras,difíciles de encontrar en las bibliotecasnacionales. los autores agradecen las va-liosas sugerencias realizadas por los revi-sores Drs. estanislao Godoy pirzio-biroliy luis Hachim lara, y, en especial, el pro-lijo trabajo de revisión y corrección deltexto realizado por el Dr. Guillermo otto-ne, editor de este número de la Revista dela Asociación Geológica Argentina.

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el Abate molina y la historia natural del reino de Chile. 463