Economía - Artículos varios c

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 Economía – Lic. Pablo Lalanne Artículos V arios Estructura de mercado Página 12 – Suplemento Cash – 10/04/2005 Por Fernando Krakowiak El fantasma de la inflación que atemoi!a al "o#ieno tiene ente sus causas la e$istencia de mecados dominados po un  pu%ado de empesa s fomadoas de p ecios& El acelea do poceso de concentac ión ' tansnacionali!ación de la d(c ada del )0* com#inado con las pol+ticas de desegulación* edu,o la competencia de,ando uno o dos ,ugadoes hegemónicos en sectoes cla-e como la poducción de alimentos e insumos de uso difundido .plástico* aluminio* aceo* -idio* papel ' catón& Paa el "o#ieno la concentación empesa ia suele se un ama de do#le filo& Paa loga acuedos consensuados de pecios es me,o tene pocos ' podeosos intelocutoes que puedan hacelos cumpli* peo si los acuedos no llegan a concetase o no se cumplen* esos mismos intelocutoe s pueden pone en , aque la esta#ilidad ápidamente* como sucedió en los ltimos meses& En los mecados oligopólicos* la concienti!ación ciudadana #a,o el lema no le compe al que aumenta tiene un efecto elati-o*  pues las altenati-as más económicas so n pocas o ni siquiea e$iste n& Po eso algunos espe cialistas ecomienda n una acción más acti-a po pate del Estado a ta-(s de la Comisión 3acional de efensa de la Competencia* la modificación de aanceles ' etenciones o incluso la egulación de pecios .-e apate& continuación se detallan algunos sectoes dominados po pocos ,ugadoes& Lácteos. En el pa+s opean 15&000 tam#os* peo 6astellone .7a Seen+sima concenta el 80 po ciento de las -entas de leche fesca& Es un mecado con caacte+sticas oligopsónicas pasi#le de conductas anticompetiti-as& El me,o e,emplo de la ele-ancia que tiene 7a Seen+sima se o#se-a en las negociaciones de esta#ili!ación de pecios* 'a que paa contola el -alo de la leche el "o#ieno se limita a negocia con Pascual 6astellone& En los ltimos dos a%os logó hacelo con ($ito* peo desde eneo on Pascual aumentó la leche 4*4 po ciento geneando peocupación en el 6inisteio de Econom+a& En el caso de los quesos las su#as son e$o#itantes* el 9ilo de quatiolo* po e,emplo* aumentó 1:*; po ciento en el a%o ' 1:: po ciento desde la de-aluación& En este mecado la dispesión es ma'o* pues las empesas l+dees concentan poco más del 40 po ciento& 7as su#as se e$plican po el aumento de l as e$potaciones .en los dos pimeos meses del a%o aumentaon 1;0 po ciento '* segn un infome de la Seceta+a de g icultua* po la e$cesi-a emacación que eali!an los minoistas& Yerba mate. Es un mecado de caacte+sticas oligopólicas confomado po pocos molinos industiales .tes concentan el 50  po ciento del meca do ' ceca de 1< mil p oductoes .el )5 po cie nto minifundistas atomi!ados ' con escaso pode de negociación& uante los =)0* la industia fi,ó los pecios a -oluntad pe,udicando al esto de la cadena& 7a so#eofeta de 'e#a hi!o que el pecio de la mateia pima ca'ea más de 50 po ciento* mientas en las góndolas se manten+a inalteado& En 2001 los 'e#ateos eci#+an 8 centa-os po 9ilo* que luego se -end+a a 2*;0 pesos& Con la ceación del >nstituto 3acional de la ?e #a 6ate* en fe#eo de 2002* los pecios se egulaon ' en la actualidad los poductoes co#an ;1 centa-os po 9ilo& 7a industia a#so#ió pate de ese aumento ' el esto lo fue tasladando a los consumidoes& En el ltimo mes el paquete de 500 gamos aumentó 1*) po ciento ' desde ma!o de 2004 acumula una su#a de 24*: po ciento& hoa los poductoes ecla man 40 centa-os po 9ilo* lo que pod+a ele-a de nue-o el pecio& 7os molinos que dominan el mecado son 7as 6a+as .@a agA+* Bnión* 7a 6eced ' 6a%anita* 6olinos +o de la Plata .3o#le!a "aucha* Chamigo ' Pico de Do ' 7aangeia 6endes .Cu! de 6alta& Gaseosas. Es un secto altamente concentado& fines de los =)0* las multinacionales CocaCola ' Pepsi .comeciali!ada po Fuilmes >ndustial contola #an el <0 po ciento del mecado& Con el estallido de la cisis fueon pediendo teeno fente a gaseosas de #a,o costo que llegaon a contola el 2) po ciento de las -entas* de,ando a Coca con el 5; po ciento ' a Pepsi con el 1<& Sin em#ago* las estategias desplegadas paa llega a los sectoes empo#ecidos .fomatos más económicos* en-ases más  peque%os ' segundas ma cas ' * fundamentalme nte* la eacti-ación económic a hicieon que las dos mu ltinacionales l+dees ecupeaa n posiciones en un conte$to donde los ni-eles de poducción ' consumo 'a son supeioes al má$imo históico de 2001& 7as gaseosas aumentaon 4*: po ciento en el a%o ' acumulan una su#a de 100 po ciento desde la de-aluación& Azcar. En el pa+s opean 2; ingenios* peo cuato contolan el 52*) po ciento de la poducciónG 7edesma .20*2 po ciento* Concepción .18* San 6at+n de @a #acal .10*2* popiedad del gupo noteameicano Sea#oad* ' 7a Po-idencia .5*5* de co & e los despachos diigidos al mecado inteno* el 80 po ciento es a#so#ido po las industias .fundamentalme nte em#otelladoas de gaseosas ' el 40 po ciento estante se consume en los hogaes& El )< po ciento de la poducción se e$tae de @ucumán* Salta ' Hu,u'& En @ucumá n* los ingenios se a#astecen sólo en un 10 po ciento con ca%a popia* e$istiendo ceca de 1;&800 ca%eos independientes que apotan el esto de la poducción& En Salta ' Hu,u'* el :0 po ciento de la poducción suge

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Por Fernando Krakowiak

Economa Lic. Pablo Lalanne Artculos Varios

Estructura de mercadoPgina 12 Suplemento Cash 10/04/2005

Por Fernando Krakowiak El fantasma de la inflacin que atemoriza al Gobierno tiene entre sus causas la existencia de mercados dominados por un puado de empresas formadoras de precios. El acelerado proceso de concentracin y transnacionalizacin de la dcada del 90, combinado con las polticas de desregulacin, redujo la competencia dejando uno o dos jugadores hegemnicos en sectores clave como la produccin de alimentos e insumos de uso difundido (plstico, aluminio, acero, vidrio, papel y cartn). Para el Gobierno la concentracin empresaria suele ser un arma de doble filo. Para lograr acuerdos consensuados de precios es mejor tener pocos y poderosos interlocutores que puedan hacerlos cumplir, pero si los acuerdos no llegan a concretarse o no se cumplen, esos mismos interlocutores pueden poner en jaque la estabilidad rpidamente, como sucedi en los ltimos meses. En los mercados oligoplicos, la concientizacin ciudadana bajo el lema no le compre al que aumenta tiene un efecto relativo, pues las alternativas ms econmicas son pocas o ni siquiera existen. Por eso algunos especialistas recomiendan una accin ms activa por parte del Estado a travs de la Comisin Nacional de Defensa de la Competencia, la modificacin de aranceles y retenciones o incluso la regulacin de precios (ver aparte).

A continuacin se detallan algunos sectores dominados por pocos jugadores.

Lcteos. En el pas operan 15.000 tambos, pero Mastellone (La Serensima) concentra el 60 por ciento de las ventas de leche fresca. Es un mercado con caractersticas oligopsnicas pasible de conductas anticompetitivas. El mejor ejemplo de la relevancia que tiene La Serensima se observa en las negociaciones de estabilizacin de precios, ya que para controlar el valor de la leche el Gobierno se limita a negociar con Pascual Mastellone. En los ltimos dos aos logr hacerlo con xito, pero desde enero Don Pascual aument la leche 4,4 por ciento generando preocupacin en el Ministerio de Economa. En el caso de los quesos las subas son exorbitantes, el kilo de quartirolo, por ejemplo, aument 17,3 por ciento en el ao y 177 por ciento desde la devaluacin. En este mercado la dispersin es mayor, pues las empresas lderes concentran poco ms del 40 por ciento. Las subas se explican por el aumento de las exportaciones (en los dos primeros meses del ao aumentaron 130 por ciento) y, segn un informe de la Secretara de Agricultura, por la excesiva remarcacin que realizan los minoristas.

Yerba mate. Es un mercado de caractersticas oligoplicas conformado por pocos molinos industriales (tres concentran el 50 por ciento del mercado) y cerca de 18 mil productores (el 95 por ciento minifundistas) atomizados y con escaso poder de negociacin. Durante los 90, la industria fij los precios a voluntad perjudicando al resto de la cadena. La sobreoferta de yerba hizo que el precio de la materia prima cayera ms de 50 por ciento, mientras en las gndolas se mantena inalterado. En 2001 los yerbateros reciban 6 centavos por kilo, que luego se venda a 2,30 pesos. Con la creacin del Instituto Nacional de la Yerba Mate, en febrero de 2002, los precios se regularon y en la actualidad los productores cobran 31 centavos por kilo. La industria absorbi parte de ese aumento y el resto lo fue trasladando a los consumidores. En el ltimo mes el paquete de 500 gramos aument 1,9 por ciento y desde marzo de 2004 acumula una suba de 24,7 por ciento. Ahora los productores reclaman 40 centavos por kilo, lo que podra elevar de nuevo el precio. Los molinos que dominan el mercado son Las Maras (Tarag, Unin, La Merced y Maanita), Molinos Ro de la Plata (Nobleza Gaucha, Chamigo y Pico de Oro) y Larangeira Mendes (Cruz de Malta).

Gaseosas. Es un sector altamente concentrado. A fines de los 90, las multinacionales Coca-Cola y Pepsi (comercializada por Quilmes Industrial) controlaban el 80 por ciento del mercado. Con el estallido de la crisis fueron perdiendo terreno frente a gaseosas de bajo costo que llegaron a controlar el 29 por ciento de las ventas, dejando a Coca con el 53 por ciento y a Pepsi con el 18. Sin embargo, las estrategias desplegadas para llegar a los sectores empobrecidos (formatos ms econmicos, envases ms pequeos y segundas marcas) y, fundamentalmente, la reactivacin econmica hicieron que las dos multinacionales lderes recuperaran posiciones en un contexto donde los niveles de produccin y consumo ya son superiores al mximo histrico de 2001. Las gaseosas aumentaron 4,7 por ciento en el ao y acumulan una suba de 100 por ciento desde la devaluacin.

Azcar. En el pas operan 23 ingenios, pero cuatro controlan el 52,9 por ciento de la produccin: Ledesma (20,2 por ciento), Concepcin (16), San Martn de Tabacal (10,2), propiedad del grupo norteamericano Seaboard, y La Providencia (5,5), de Arcor. De los despachos dirigidos al mercado interno, el 60 por ciento es absorbido por las industrias (fundamentalmente embotelladoras de gaseosas) y el 40 por ciento restante se consume en los hogares. El 98 por ciento de la produccin se extrae de Tucumn, Salta y Jujuy. En Tucumn, los ingenios se abastecen slo en un 10 por ciento con caa propia, existiendo cerca de 13.600 caeros independientes que aportan el resto de la produccin. En Salta y Jujuy, el 70 por ciento de la produccin surge de los caaverales de las empresas. Desde 1992, el sector est protegido por aranceles a la importacin que impiden la llegada de azcar ms barata de Brasil. El objetivo del arancel era ganar tiempo para reconvertirse y ser ms competitivo para enfrentar la importacin, pero la modernizacin e integracin del sector ha sido escasa. El azcar aument 2,3 por ciento en el ao y 125,4 por ciento desde la devaluacin.

Artculos de tocador, cosmtica y perfumera. La diversidad de productos del sector determina la conformacin de una estructura empresarial heterognea en la que conviven pymes y grandes multinacionales. Sin embargo, estas ltimas ejercen un amplio dominio, sobre todo en artculos de tocador, capilares, higiene descartable e higiene oral. Un informe reciente del Centro de Estudios para la Produccin detalla que en higiene descartable Procter & Gamble (Pampers, Always), la norteamericana Kimberly Clark (Huggies, Pulls Up, Days) y Johnson & Johnson (Carefree, Siempre Libre y OB) controlan ms del 50 por ciento de las ventas. En cremas dentales, la norteamericana Colgate-Palmolive (Colgate, Odol y Kolinos), Gillette-P&G (Oral B y Pro) y la angloholandesa Unilever (Close Up) concentran el 85 por ciento. En hojas de afeitar, Gillette-P&G (Gillette Mach 3, Sensor y Women Sensor), la francesa Bic (Bic Confort y Bic Twin) y Shick suman cerca del 85 por ciento. Estos productos aumentaron 2,1 por ciento en el ao y 86,7 por ciento desde la devaluacin.

Cigarrillos. El 99 por ciento del mercado es controlado por las multinacionales Phillip Morris (Massaln Particulares), que acapara el 64 por ciento del total, y British American Tobacco (Nobleza Piccardo) que acumula el 35 por ciento restante. Ambas empresas explotan en conjunto 16 marcas entre las que se destacan, por un lado, Marlboro y Phillip Morris, y por otro, Camel y Jockey. En los ltimos aos crecieron las marcas econmicas como Melbour (empresa Espert), V8 (Coimexpor) y Neon (Goloteca), pero, por ahora, el porcentaje de mercado que manejan es insignificante. Los cigarrillos aumentaron 7,2 por ciento en el ao.

Envases. Los distintos mercados estn dominados por 1 o 2 empresas. En envases plsticos para gaseosas (PET), el nico productor local es Voridian (los norteamericanos Eastman), que concentra el 50 por ciento de las ventas (el resto es importado). La produccin de botellas de aceite y agua mineral (PVC) es controlada por el grupo belga Indupa Solvay (72 porciento del mercado y nico productor local). El tetra-brik y los envases para leche y yogures los fabrica exclusivamente la compaa sueca TetraPack, y en envases de vidrio Cattorini Hermanos controla el 50 por ciento. La consecuencia del oligopolio se refleja en los precios, ya que desde la devaluacin los envases de alimentos y bebidas aumentaron hasta 294 por ciento. Como adelant Pgina/12, el Gobierno evala presentar una denuncia ante la Comisin Nacional de Defensa de la Competencia por abuso de posicin dominante.

Acero. Acindar, propiedad de la multinacional Belgo Mineira, controla ms del 50 por ciento de la produccin de hierro redondo, pues Siderar, el otro gran productor de acero, se especializa en laminados planos. El principal competidor es Aceros Bragado (13 por ciento). Luego siguen Aceros Zapla, que concentra su actividad en Salta y Jujuy, y Sipar Aceros (Grupo brasileo Gerdau). Las barras de hierro redondo son un insumo central para la construccin y encabezan el ranking de aumentos de precios del Indec al acumular un 287 por ciento desde la devaluacin. Entre las causas que explican la suba se destaca el aumento del precio internacional del acero, ya que es un commodity que se exporta. Sin embargo, la Comisin Nacional de Defensa de la Competencia investiga posibles prcticas anticompetitivas que pudieran estar ejerciendo presin sobre los precios.

Cemento. Loma Negra (Fortabat), Minetti (propiedad de la suiza Holcim) y Cementos Avellaneda (consorcio espaol Molins/Uniland) controlan el 97 por ciento del mercado y mantienen circuitos de comercializacin diferenciados, con pocas zonas en las que se plantea competencia por precios. La conformacin oligoplica del mercado es lo que permite subir los precios de acuerdo con el inters de las empresas. Desde la devaluacin, el cemento aument 168 por ciento, pese a que la roca caliza que sirve de materia prima se extrae de las canteras existentes en el pas y la produccin se destina casi exclusivamente al mercado interno.

La concentracin de los mercados suele ser una consecuencia del desarrollo capitalista. La presin que ejerce la competencia a nivel global es de tal magnitud que en muchos casos las alianzas son la nica alternativa no slo para crecer sino para no desaparecer. En las naciones desarrolladas, el Estado cumple un papel importante poniendo lmites legales para que los grandes grupos no abusen de su posicin dominante. Sin embargo, en los pases perifricos como la Argentina esos controles son ms lbiles y se termina apostando a la buena voluntad empresaria para proteger el bolsillo de los ms dbiles.

Por Alejandro Bercovich

A lo largo y ancho del arco ideolgico, los economistas disienten a la hora de identificar los factores que mueven el costo de vida, pero la mayora coincide con que el panorama actual no lleva a pensar en una espiral inflacionaria para el resto del ao. Los ortodoxos veneran el supervit fiscal record que mantiene Lavagna y hacen la venia ante la aspiradora de pesos que prendi el Banco Central. Los heterodoxos tampoco se alarman demasiado por los cuellos de botella en la industria, que por ahora no ven como un apremio. Otros apuntan al poder monoplico de las empresas productoras de alimentos y bebidas, rubro que explic el 92 por ciento del alza de precios de marzo segn el Indec. Tambin se critica los aumentos de sueldos por decreto. Lo cierto es que la inflacin volvi amenazante y ya acumula un 4 por ciento en tres meses.

Para enfrentarla, los economistas, segn su preferencia, destacan una batera de medidas. El men es el siguiente:

Acuerdos sectoriales. Son la va que eligi el Gobierno para intentar frenar las subas en la carne, el pollo, los lcteos y el aceite. Las asociaciones de consumidores los critican porque estn limitados a unos pocos productos, porque no se cumplen y porque generaron desabastecimiento en algunos centros de venta. Segn un relevamiento efectuado por la asociacin Defensa de Usuarios y Consumidores, entre el 21 de marzo y el 4 de abril pasado, el acuerdo con los frigorficos permiti frenar los aumentos de los cinco cortes populares (asado, carne picada, carnaza comn, bife ancho y paleta), pero empuj los valores de otros cortes, como la colita de cuadril o el peceto. Con la leche, el titular de esa entidad, Pedro Busetti, advirti a Cash que en las nuevas listas de precios de Sancor y La Serensima estn incluidas las rebajas de la leche por el acuerdo, de 2 centavos, pero hay subas en todos los dems lcteos para recuperar con esa diferencia.

Contraccin monetaria y fiscal. Las primeras luces amarillas en materia de precios llevaron las miradas al Banco Central, que el ao pasado impuls una expansin de la oferta monetaria superior a los 21 mil millones de pesos, a travs de sus intervenciones para sostener el valor del dlar. Pero la entidad que preside Martn Redrado no slo redujo este ao sus operaciones en la plaza cambiaria, sino que contrajo la base monetaria 2275 millones de pesos en el primer trimestre. As esteriliz la inyeccin de unos 2500 millones de pesos del plan Navidad feliz para estatales y jubilados. En los prximos meses, planea subir ms las tasas para retirar unos 1600 millones de pesos adicionales. Algunos analistas tambin advierten que el gasto pblico creci en 2004 un 28 por ciento nominal contra el ao anterior. Pero con un supervit record de 17.361 millones de pesos (3,9 por ciento del PIB) y un gasto pblico real an bastante inferior al de 2001, Lavagna no parece dispendioso sino ms bien lo contrario. Un supervit permanente implica una fuerte contraccin fiscal, que se acenta estacionalmente en los meses de abril y mayo por los vencimientos de impuestos.

Retenciones. Apuntan a evitar que se traslade al mercado interno los precios de exportacin, morigerando el impacto de las fluctuaciones del tipo de cambio. Ante un alza de los precios internacionales de las commodities, en especial alimentos, el Gobierno podra incrementar las retenciones para garantizar el abastecimiento de la demanda local. Pero los productores rurales no slo protestan contra los impuestos a la exportacin, sino que los resisten activamente: segn la zona, llegan a subfacturar hasta el 30 por ciento de los precios del ganado mediante la clasificacin en categoras de inferior calidad.

Regulacin/control de precios. Casi nadie habla de reeditar los controles de precios que implement en 1973 el entonces ministro Jos Ber Gelbard, pero las asociaciones de consumidores y algunos analistas reclaman un seguimiento ms decidido de los formadores de precios. Si elproblema son los alimentos, el petrleo y los insumos esto se arregla fijando lmites a 30 empresas, dijo a Cash el diputado Claudio Lozano, economista de la CTA. El Gobierno tiene a la mano las leyes de Abastecimiento y de Emergencia Econmica, que en los hechos permiten un control de precios muy fuerte, pero ha decidido no usarlas, apunt Katz. Los detractores de los controles como Oscar Liberman, de la Fundacin Mercado argumentan que el efecto inmediato de cualquier control centralizado de precios es el mercado negro y el desabastecimiento.

Rebaja de impuestos al consumo. El Gobierno estudi el ao pasado varios esquemas de reduccin del IVA, incluyendo una ampliacin de los regmenes de excepcin para la canasta bsica. El proyecto no pas el filtro de Economa, que consider que la rebaja no llegara al bolsillo de los consumidores. La alcuota del 21 por ciento que rige en la Argentina slo es superada por nueve pases del mundo, de los cuales la mitad son nrdicos.

Desindexacin. Unos pocos analistas advirtieron hasta ahora el impacto sobre la economa real de los instrumentos financieros actualizados por CER. El Central sigue de cerca el tema y ya sali la semana pasada a elevar a un ao el plazo mnimo de los plazos fijos ajustados segn el CER. De todos modos, los Boden y otros ttulos post-default actualizados por inflacin son muy superiores a las de las colocaciones privadas indexadas en los bancos, y volvern a crecer cuando se emitan los nuevos bonos surgidos del canje de la deuda.

Pgina 12 Suplemento Cash 17/04/2005

Por Fernando Krakowiak

El miedo a la inflacin volvi a poner al mercado de la carne en el centro de la escena. En el primer trimestre del ao la carne aument 8,5 por ciento en promedio, llegando a explicar casi el 20 por ciento del incremento del costo de vida durante ese perodo. El alza se explica fundamentalmente por la suba del consumo interno y la recuperacin de las exportaciones. Para frenar el avance de los precios, la Secretara de Agricultura acord con los representantes del sector una baja de 10 por ciento en cinco cortes de consumo masivo. Pese a las promesas, esa medida todava no se cumpli. Por lo tanto, el Gobierno amenaz esta semana con elevar las retenciones de 5 a 10 por ciento. A diferencia de otros sectores, el mercado de la carne muestra cierta atomizacin en sus distintos eslabones. Sin embargo, en instancias clave como el Mercado de Liniers un puado de jugadores ejerce fuertes distorsiones incidiendo en la formacin de precios.

En la etapa inicial de la produccin intervienen los criadores (que controlan los vientres de paricin y los reproductores) y los invernadores que les compran novillitos a los criadores y se dedican a engordarlos. El pas posee un stock vacuno de 52 millones de cabezas distribuido en 254 mil explotaciones agropecuarias. Apenas el 3,74 por ciento de las explotaciones posee el 41 por ciento de los animales, pero igual la atomizacin del mercado es importante en comparacin con otros sectores productivos oligoplicos. En la etapa de faena, operan 469 frigorficos con una tasa de concentracin baja, pues los 16 primeros suman apenas el 25,65 por ciento de la actividad. En la etapa de distribucin la dispersin tambin es significativa porque, pese al avance de los supermercados, miles de carniceras concentran cerca del 60 por ciento de las ventas. Estos nmeros son presentados por el sector como una muestra de la transparencia existente en el mercado.

Sin embargo, el precio de referencia de la carne se fija en el Mercado de Liniers, un canal de comercializacin donde el ao pasado se concret slo el 16,3 por ciento de las operaciones de venta de cabezas de ganado. En ese espacio, los supermercados y un reducido grupo de consignatarios y productores evidencian un claro liderazgo y tienen la capacidad suficiente para inducir los precios. Por ejemplo, el martes 8 de marzo el ganado alcanz niveles record superando los tres pesos por kilo vivo. Ese monto hizo resurgir el temor a la inflacin e instal la suba de precios en la agenda del Gobierno. Entonces se identific a la lluvia como principal responsable por las restricciones en la oferta debido a las dificultades de los productores para llevar las vacas al mercado, pero fue el Supermercado Coto el que convalid esas cifras exorbitantes al comprar 1154 cabezas, el 14,86 por ciento del total operado en Liniers, argumentando que un conflicto con el sindicato de camioneros de Hugo Moyano le haba imposibilitado comprar carne los das previos.

De esa forma, se gener una suba de precios en todo el mercado. Fuentes del sector aseguraron a Cash que las compras que realiza Coto en los remates de hacienda no le alcanzan para abastecer toda la carne que necesita. Lo que hace ese supermercado es acordar estrategias con consignatarios que llevan cabezas a Liniers. Convalida precios altos con la compra de uno o dos lotes beneficiando a los productores, y luego deja pasar la hacienda y termina comprando al valor promedio del da en el mercado secundario en forma directa sin remate y en efectivo, en lo que se conoce como venta al odo. Conductas similares tiene el resto de los supermercados aunque con menor poder de compra.

Adems, varios agentes adquieren cabezas en Liniers a pedido de supermercados y luego faenan la carne en frigorficos de terceros que operan como plantas de desguace. Es decir, los matarifes abastecedores, tal como se los conoce, llevan los animales a determinados frigorficos que preparan la media res (que luego terminar en el supermercado) y reciben los rezagos por la prestacin del servicio (cueros, sangre, vsceras, etc.). Por lo tanto, en los hechos la concentracin de las compras es mayor. Expertos del sector calculan que los supermercados suman cerca del 35 por ciento de la demanda existente en Liniers.

Otra fuente asegur a Cash que tambin es una prctica comn el acuerdo entre consignatarios para retacear la oferta recomendndoles a los productores que aguanten la hacienda para lograr que el precio suba. Los productores consultados por este suplemento negaron que se produzca esa retencin especulativa. Ellos afirman que el aumento de la demanda interna es lo que eleva los precios y una vez que stos suben parte del ganado vacuno deja de ser destinado a faena y comienza a ser tratado como bien de capital para la produccin de terneros o de kilos suplementarios. As es como ante un aumento de precios se reduce la oferta de corto plazo. Ms all de las causas, lo cierto es que el Mercado de Liniers tambin est en la mira del Estado y la hiptesis de mxima es que podra llegar a disolverse si la suba de precios no puede ser evitada.

Otra instancia clave donde se puede identificar a los principales operadores de la carne es en el mercado de las exportaciones. Apenas diez frigorficos acumulan el 70 por ciento de las ventas, entre los que se destacan Swift-Armour, Finexcor, Quickfood, Friar, Arre Beef y Temux. En ese mercado la crema del negocio son las 28.500 toneladas de la Cuota Hilton, un cupo de exportacin a la Unin Europea de un conjunto acotado de cortes, otorgado a la Argentina para compensar los efectos negativos generados por la Poltica Agraria Comn del bloque europeo. Esa cuota es distribuida por el Estado entre los frigorficos que cumplen con ciertos requisitos sanitarios y al momento de su asignacin se puede ver el poder de lobby diferencial que tienen algunos jugadores. Adems, los mayores precios internacionales, las restricciones en la oferta de algunos exportadores clave como Estados Unidos y Canad, la recuperacin del mercado chileno y el crecimiento de mercados no tradicionales como Rusia e Israel hicieron que las exportaciones alcanzaran el ao pasado 620 mil toneladas y 1053 millones de dlares. Desde 1979 no se exportaba ese volumen y la barrera de los 1000 millones slo haba podido ser superada en 1995. Maximiliano Scarlan, economista del Centro de Estudios Bonaerense, asegur a Cash que este ao las perspectivas del sector tambin son muy favorables. Eso se evidencia en zonas del pas donde antes se dedicaban a la actividad agrcola y ahora estn volviendo a la carne.

Los mayores ingresos provenientes de la exportacin incidieron en la suba de precios interna porque, ms all de que slo representan el 20 por ciento de la produccin, los vendedores no diferencian precios entre mercado interno y externo. El acuerdo impulsado por el Gobierno busca que esa diferenciacin de precios exista, pero si no se logra por consenso amenaza con recurrir al aumento de las retenciones para intentar nivelar la diferencia hacia abajo. Mientras tanto contina negociando, pues ms all de los mltiples jugadores que participan en el sector, no hace falta una mesa muy larga para sentarse a discutir los precios.

El invento de Martinez de Hoz El ndice descarnado

El precio de la carne es un motivo de preocupacin recurrente cuando la inflacin comienza a despegar debido a la fuerte incidencia que tiene en el Indice de Precios al Consumidor. En distintos perodos de la historia argentina, los gobiernos apelaron a diversas herramientas para intentar contener las subas: fijacin de precios mximos, das de veda, firma de acuerdos voluntarios de precios e incluso la creacin de un ndice de precios sin carne. El responsable de esa original idea fue el ex ministro de Economa de la ltima dictadura militar, Jos Alfredo Martnez de Hoz. En julio de 1979, la inflacin se haba vuelto imparable para el gobierno de facto y la carne estaba entre las principales impulsoras al haber acumulado una suba anual de 300 por ciento. Entonces, Martnez de Hoz lanz un ndice de precios que no contemplaba las carnes rojas ni sus preparados. Lo inslito es que el Indec tambin sigui publicando el ndice de precios con carne. Por ejemplo, en septiembre de 1979 se difundi la inflacin acumulada de los primeros ocho meses de ese ao. Los precios minoristas haban subido 95,7 por ciento, pero el ndice descarnado acumulaba 85,8 por ciento. La publicidad del ndice ms bajo no tuvo mayor efecto porque, al coexistir los dos datos, los contratos se siguieron indexando en base al indicador tradicional. Una estrategia similar a la de Martnez de Hoz implement el ministro Roberto Lavagna en febrero de 2003 cuando decidi modificar el modo de calcular la pobreza, valorizando la Canasta Bsica Alimentaria con precios ms bajos que los que utiliza el Indec. El resultado fue espectacular: en un abrir y cerrar de ojos 2,8 millones de personas dejaron de ser pobres y 2,6 millones salieron de la indigencia. Ni el ndice de Martnez de Hoz ni el de Lavagna lograron prosperar.

Pagina 12 11/05/2008 estructura de mercado / inflacion

LAS MAYORES EMPRESAS AUMENTAN SUS PRECIOS Y A LA VEZ MUESTRAN GANANCIAS RECORD EN SUS BALANCES OFICIALES

Ser grandote tiene sus privilegios econmicos

Imagen: Rafael Yohai

Final del formulario

Por Roberto Navarro

Desde el ao pasado se han empezado a verificar aumentos de precios en bienes sensibles de la canasta bsica de alimentos y en productos clave de la actividad econmica. Pgina/12 realiz un estudio de los ltimos balances de las principales empresas de consumo masivo que ejercen posicin dominante en el mercado. El relevamiento ofrece el siguiente resultado: esas firmas incrementaron sustancialmente sus ganancias gracias a la aplicacin de fuertes ajustes en los precios. As se convirtieron en importantes responsables del actual proceso inflacionario. Molinos Ro de la Plata, que produce alimentos como el aceite Cocinero y la harina Blancaflor, aument sus utilidades en un 75 por ciento; Quickfood, que elabora las hamburguesas Paty, lo hizo en un 64 por ciento; Arcor, principal productor de alimentos enlatados, de golosinas y galletitas, en un 40 por ciento; La Serensima, lder en la actividad lctea, que paga 50 millones de pesos anuales de intereses por deudas, pas de perder 20 millones en 2006 a ganar 3,5 millones en 2007; Ledesma, la azucarera ms grande del pas, increment sus ganancias en un 8 por ciento.

En el rubro de insumos claves del proceso productivo, con encadenamiento a sectores que impactan en el bolsillo de la poblacin, se verific un comportamiento similar: la lder en pinturas, Colorn, aument sus utilidades en un 112 por ciento. La cementera Loma Negra contabiliz ganancias en su ltimo ejercicio con un crecimiento del 95 por ciento; Aluar, que fabrica el insumo para elaborar los envases para tomates al natural, arvejas y duraznos, entre otros, registr un alza de 42 por ciento. Todos son datos de los ltimos balances presentados en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, y su variacin es en relacin al mismo perodo del ejercicio anterior.

La mayora de los economistas consultados por el sector empresario sostiene que el actual proceso de alza de precios se debe a que la demanda supera a la oferta. Por lo tanto, la receta ortodoxa y repetida por algunos heterodoxos es la de frenar esa demanda para que la oferta, o sea la inversin, se equilibre. Sin embargo, del relevamiento realizado por Pgina/12 en esos balances se desprende que esas firmas lderes han disminuido o no han acompaado al mismo ritmo de sus ventas el monto de las inversiones destinadas a ampliar su capacidad productiva para abastecer al mercado interno. En cambio, se observan inversiones destinadas a las actividades vinculadas a la exportacin. Un caso emblemtico es Molinos con el desarrollo del Puerto San Benito, en la ciudad de San Lorenzo.

El aceite Cocinero, de Molinos, hace un ao se venda en Disco a 4,90 pesos; hoy cuesta 7,64, un 56 por ciento ms caro. Las galletitas Tortitas, de Arcor, en ese momento se vendan a 1,22 peso; hoy, a 1,77, un 45 por ciento ms. Las hamburguesas Quickfood se despachaban en Disco a 3,89; hoy, a 6,02 pesos: 55 por ciento ms caras. El Actimel de La Serensima se ofreca a 3,05 y ya se paga un 64 por ciento ms: 4,99 pesos.

Las empresas de consumo masivo estn aumentando sus precios con el objetivo de aumentar los mrgenes de ganancias y los consumidores, hasta ahora, convalidaron los ajustes de precios debido a los incrementos de los salarios. De esta manera, pese al alza nominal de los ingresos, terminan comprando lo mismo o, a veces, menos bienes que antes. As, estas compaas, todas lderes en sus respectivos mercados, estn logrando desandar lo poco que se haba avanzado en el objetivo de distribuir la riqueza. Sus balances denotan que se estn apropiando de una porcin cada vez mayor de la renta generada por la economa.

Grandes balancesQuickfood tiene el 60 por ciento del mercado de hamburguesas. A partir de esa posicin dominante, forma precios e incrementa sus ganancias. En 2007, gracias a sus cuantiosas utilidades, aument su patrimonio neto en un 40 por ciento. Un caso similar es Arcor, que en 2007 gan un 11 por ciento sobre ventas y un 31 por ciento sobre patrimonio. Loma Negra consigui una utilidad sobre patrimonio neto del 24 por ciento, una cifra casi indita en el mundo para un productor de cemento. Pero en Argentina no es el nico con ese privilegio. Aluar, que es productor de un comodity, el aluminio, gan un 24 por ciento sobre ventas y un 27 por ciento sobre patrimonio neto. Lo que sigue es un resumen de los balances de las ms importantes empresas de consumo masivo del pas.

- Molinos Ro de la Plata: yerba Nobleza Gaucha, rebosador para milanesas Preferido, harina Favorita, aceite Cocinero, bizcochuelo Exquisita, Vitina, son algunas de sus marcas lderes en el mercado. Molinos, controlada por la familia Prez Companc, tiene presencia en la mayora de los rubros de alimentos elaborados que se comercializan en el pas. Y en todos los que participa es el nmero uno. En la mayora de los casos alcanz esa posicin de privilegio comprando las fbricas de sus competidores. En 2007 adquiri la empresa Virgilio Manera, que hasta ese momento lideraba el mercado de pastas secas, y el Grupo Estrella, que produce la yerba de mayor venta, Cruz Malta, y el arroz lder Gallo. El ao pasado, Molinos gan en el mercado local 107 millones de pesos, un 75 por ciento ms que los 61 millones que haba obtenido en 2006. La compaa de Prez Companc maneja ms del 50 por ciento de los mercados de sus principales productos. Pero el rubro en el que ms avanz es el de los congelados, concentrando el 89 por ciento de las ventas.

- Quickfood: Con sus marcas Paty y Quickfood maneja el 60 por ciento del mercado de hamburguesas. Esta posicin dominante le permite vender una caja de 330 gramos de carne con 20 por ciento de grasa a 6 pesos. En su ltimo balance, cerrado el 28 de febrero de 2008, correspondiente a un perodo de nueve meses, la compaa gan 43 millones de pesos, un 64 por ciento ms que en el balance anterior. Esa cifra significa una utilidad neta del 21 por ciento sobre ventas y un impresionante 40 por ciento sobre patrimonio neto. Si se toman los ltimos 24 meses, Quickfood aument su patrimonio en un 72 por ciento.

- Arcor: Con sus marcas Arcor, Salsati y La Campagnola, la compaa alimentaria lidera el rubro de alimentos enlatados, como tomates al natural, arvejas, duraznos, atn y lentejas, entre otras. Con la compra de La Campagnola en 2006 tambin es la firma de mayor participacin en mermeladas tradicionales y de bajas caloras. Adems, con sus marcas Tofi, Cofler y Mentoplus, entre decenas, maneja cmodamente el mercado de las golosinas. Tambin participa en el 47 por ciento de las ventas de helados de marca. La empresa se caracteriza por producir varios de sus insumos, como papel, cartn y plstico para envases. En 2007 obtuvo utilidades netas por 345 millones de pesos, un 40 por ciento ms que los 247 millones que haba ganado en 2006. Esa cifra signific un 11 por ciento sobre sus ventas y un 31 por ciento sobre su patrimonio neto.

- La Serensima: El 70 por ciento de la leche que se consume en el pas la vende la empresa de Mastellone. Adems, la compaa es lder en manteca, crema y dulce de leche y segunda en el resto de los productos que fabrica. Junto con la cooperativa SanCor conforman el oligopolio que maneja los precios de los lcteos. La Serensima arrastra un fuerte pasivo en moneda extranjera desde la dcada pasada, que le insume ms de 50 millones de pesos anuales de intereses. En 2007 fueron 55 millones. Adems, el ao pasado perdi otros 22 millones de pesos por diferencia de cambio por sus deudas en euros. A pesar de estos pasivos, gracias a los fuertes aumentos que aplic a los precios de sus productos, pas de perder 20 millones en el 2006 a ganar 3,5 millones en 2007.

- Ledesma: Con una produccin de 330 mil toneladas anuales, la compaa jujea es la lder histrica del mercado azucarero. Adems de la venta directa de azcar, provee a las industrias de lcteos, bebidas gaseosas, galletitas, chocolates, dulces, caramelos y otras. El ltimo balance anual de Ledesma cerr el 31 de mayo de 2007. A diferencia de la mayora de los comodities, en el mercado internacional el precio del azcar en ese perodo baj un 38 por ciento. A pesar de eso, en el mercado interno la compaa subi sus precios un promedio de un 10 por ciento. De esa manera consigui ganar en 12 meses 84,7 millones de pesos, un 7 por ciento ms que en el ejercicio anterior.

- Colorn: La compaa que lidera el mercado de pintura no deja de batir records de utilidades. En el balance cerrado en septiembre de 2007, comput ganancias en un perodo de nueve meses por 8,2 millones de pesos. Esa cifra es un 112 por ciento ms alta que el resultado del ejercicio anterior. As Colorn increment su patrimonio en un 45 por ciento en un ao. En los ltimos tres aos la compaa aument su patrimonio en un 490 por ciento.

- Loma Negra: La cementera adquirida recientemente por el grupo brasileo Camargo Correa cerr su ltimo balance anual el 31 de agosto de 2007. En esos 12 meses aument sus despachos en un 8 por ciento con respecto al ejercicio anterior. Sin embargo, debido al fuerte incremento que aplic al precio de sus productos, elev sus utilidades en un 95 por ciento: pas de ganar 91 millones de pesos en el balance cerrado en 2006 a 177 millones en el citado ejercicio.

- Aluar: El balance anual cerrado por la compaa el 30 de junio de 2007 dice textualmente: La produccin total de aluminio en el ejercicio econmico que se resea fue de 270.647 toneladas, volumen que es similar al obtenido en el ejercicio anterior y representa una utilizacin de la capacidad instalada del 97,6 por ciento. Las ventas totales de la compaa alcanzaron a 285.033 toneladas, volumen que super en un 9,1 por ciento al de ejercicio previo al comentado. Pese al estancamiento de la produccin y el escaso aumento de las ventas, Aluar aument sus utilidades en un 42 por ciento. La compaa produce insumos de uso difundido, como aluminio para la construccin, el sector automotor, los envases para alimentos y varios rubros de la actividad econmica.

LOS MONOPOLIOS DE LA COMPRA

Qu es el monopsonio

Final del formulario

Por Roberto Navarro

La mayor parte de los bienes de consumo masivo los producen empresas que ejercen posicin dominante en el mercado. Y la mayora de esos productos luego son comercializados por un pequeo grupo de supermercados e hipermercados que conforman lo que se llama un monopsonio. Funcionan como un oligopolio, pero en este caso de compras. Cualquier empresa que quiera tener una fuerte presencia en el mercado debe caer inevitablemente en ellas. Por eso tambin son formadoras de precios y estn siendo corresponsables del actual proceso de aceleracin de los precios. Segn un amplio muestreo realizado por la Consultora Equis sobre una de las principales cadenas, sta aplic aumentos entre julio de 2007 y marzo de 2008 del 81 por ciento en mandarinas, 100 por ciento en arvejas enlatadas, 158 por ciento en harinas y 191 por ciento en dulce de batata. Pgina/12 pudo constatar con fuentes del Mercado Central y de distribuidores mayoristas de alimentos que estos incrementos duplican y en algn caso hasta triplican las subas de costos del perodo observado por la consultora de Artemio Lpez.

En los ltimos nueve meses esa cadena aument un 63 por ciento la soda, un 64 por ciento la lechuga, un 66 por ciento las galletitas saladas y un 67 por ciento la cebolla. Sin embargo, su participacin en el mercado viene creciendo notablemente desde el ao 2002 y su posicionamiento creciente es casi exclusivamente motorizado por el mejor precio final en gndolas: por esa razn fue elegida para realizar el muestreo.

Las seis primeras cadenas manejan el 85 por ciento de las ventas de los supermercados. Y estas grandes superficies comercializan el 60 por ciento de los alimentos. Esa actividad est liderada por la multinacional francesa Carrefour, que participa con el 29 por ciento del mercado, que adems de locales propios explota las tiendas de descuento Da y la cadena de supermercados Norte, en proceso de reconversin a Carrefour Express. Le sigue el grupo de origen chileno Cencosud, con el 21 por ciento de participacin, que opera la cadena Jumbo y en 2005 pag 260 millones de dlares a la holandesa Ahold por la cadena Disco y su controlada Plaza Vea. El tercer puesto, con una participacin del 18 por ciento, lo ocupa la cadena Coto, de capitales argentinos, seguido por la francesa Casino, con el 7 por ciento del mercado y la cadena local La Annima, con otro 7 por ciento. Finalmente, la estadounidense Wal-Mart est en sexto lugar, con un 5 por ciento del mercado.

El informe de Artemio Lpez toma productos de alto impacto en la canasta bsica, como los fideos, que aumentaron un 40 por ciento en nueve meses, el asado, que subi un 42 por ciento, la nalga, un 46 por ciento, y la papa, un 62 por ciento. Si se anualizan estos aumentos y se realiza el ndice de la canasta bsica basndose en ellos, se puede tener una interesante estimacin de la influencia de los supermercados en el actual proceso inflacionario.

Inflacin / INDEC / ndices de PreciosMIERCOLES 3 de Enero de 2007

Comentario:CBC - INFLACION / IPC / INDEC

Polmico cambio de metodologa del Indec

http://www.lanacion.com.ar/economia/nota.asp?nota_id=872216

Unos lo ven lgico; otros, politizado

Algunos economistas consideran que la poltica puede estar detrs de los cambios metodolgicos que est introduciendo en las mediciones el Instituto Nacional de Estadstica y Censos (Indec). Sin embargo, existe consenso en que son lgicas la recientes modificaciones en el estimador mensual industrial (EMI) y en el futuro ndice de precios al consumidor (IPC), por concretarse tal vez el ao prximo.

El Indec elabor una reponderacin y una ampliacin del EMI porque se vena midiendo la industria tomando como base la estructura manufacturera de la Argentina que se observ en el censo econmico de 1997, cuando an no haban sobrevenido la crisis y la devaluacin. Ahora se adopta como gua el censo de 2004.

Adems, el instituto acaba de publicar la encuesta de gastos del hogar 2005, que se tomar de referencia para elaborar la canasta a partir de la cual se medir el IPC. Hasta el momento, se toma como base la edicin 1995 de la encuesta.

El analista Camilo Tiscornia, del estudio Castiglioni, Tiscornia & Asociados, opin que las ponderaciones "deben hacerse cada tanto porque si no, quedan desactualizadas". En cuanto al nuevo EMI, consider que los nuevos ponderadores "no son muy diferentes de los anteriores". De acuerdo con un informe de la consultora MVAS Macroeconoma, tres sectores pesan ahora ms en el estimador (papel y cartn, metlicas bsicas y refinacin de petrleo) y dos, menos (alimentos y bebidas y metalmecnico excluido el automotor).

Tiscornia admiti que la encuesta de gastos de hogares "ayudar al Gobierno a tener una inflacin ms baja porque perdieron peso los servicios pblicos, que tarde o temprano van a aumentar". Sin embargo, el economista juzg lgico que la canasta se cambie porque tena diez aos de antigedad y atribuy el efecto positivo para el Gobierno al factor "suerte" y no a una "intencionalidad".

En cambio, el coordinador del programa de economa aplicada de la Universidad Catlica Argentina (UCA), Rodrigo Prez Graziano, juzg positivos los cambios en el EMI, pero se mostr preocupado por los del IPC. "Los captulos que tuvieron ms inflacin tendrn ms ponderacin. Esto es lgico, pero los ponderadores no cambian tan fuerte de un mes a otro, sino que los cambios son estructurales."

"Hubo fuertes cambios en los ponderadores en cada informe de 2006 -continu-. Por ejemplo, miden qu leche puedo comprar por un peso y si una marca aumenta un mes toman como referencia otra. Pero eso no representan fielmente el consumo de la poblacin", alert Prez Graziano, que trabaj en el Indec y que teme que la injerencia del Ministerio de Economa, y en especial de la Secretara de Comercio Interior, deteriore la credibilidad del instituto.

Anah Amar, de MVAS Macroeconoma, opin que es atinado guiarse por la encuesta de gasto de hogares de 2005 porque "fue el ao ms estable despus de la crisis y adems la base estaba retrasada". Pero consider que la canasta del futuro IPC deber tener en cuenta las subas de precios que se registrarn en servicios pblicos, peajes o medicina prepaga "porque tendrn mayor peso en el gasto de los hogares".

Domingo, 28 de Enero de 2007

Nota de tapa

Los salarios no muerden

Por Claudio Scaletta

La discusin salarial que se viene, con las dos partes ya atrincheradas haciendo saber sus posiciones de mxima para iniciar la negociacin, revive una vez ms el debate sobre el poder adquisitivo de los trabajadores, las elevadas utilidades de las empresas, las ganancias de productividad y el supuesto impacto de un ajuste de sueldos en la inflacin. Como se viene repitiendo en los ltimos dos aos, cuando empez a pelearse con intensidad el salario en la economa, preconceptos y mitos pasan a dominar el escenario laboral. En ese contexto, vale la pena empezar a despejar el horizonte de nubes que solamente sirven para confundir y, por lo tanto, distorsionar un debate clave en un momento muy sensible por ser un ao electoral.

Devaluacin y distribucin

Histricamente los procesos devaluatorios han perseguido mejorar la competitividad externa aumentando la rentabilidad empresaria. El punto clave tras una devaluacin consiste entonces en evitar que los aumentos de precios esterilicen los efectos benficos conseguidos por la mejora cambiaria. Como saben los bolsillos asalariados, la mejora de la competitividad externa surge al menos en el perodo inmediato posterior al ajuste del tipo de cambio de la cada de los costos salariales medidos en moneda extranjera, lo que desencadena la tambin inmediata disputa por un nuevo reparto del ingreso. Siguiendo esta lnea argumental, si el poder negociador de los asalariados es bajo, por ejemplo como consecuencia del alto desempleo provocado por una larga recesin, puede preverse que ser ms factible mantener el nuevo margen de rentabilidad empresaria.

Este es el anlisis esttico, la foto del momento inicial de la devaluacin. Si la pelcula se pone en movimiento, puede esperarse que el crecimiento de los sectores exportadores dinmicos induzca una reactivacin general de la economa. Es decir, crecimiento econmico, aumento de la demanda de mano de obra y, consecuentemente, del poder negociador de los asalariados.

La economa local reflej cabalmente esta secuencia muy general que permite predecir la teora. Luego de dejar que el mercado de trabajo se reacomode tras la crisis y frente a un sector asalariado sumamente debilitado por la combinacin de altas tasas de desempleo e informalidad, el Estado intervino primero, con los aumentos de suma fija por decreto o sea, consiguiendo para los asalariados lo que no podan obtener por sus propios medios y luego, una vez recuperado parcialmente el poder negociador de los trabajadores, intentando consensuar topes a las demandas sindicales y pisos a la generosidad empresaria.

En 2006 el consenso alcanzado gir en torno del 19 por ciento. Para 2007 se esperaba un acuerdo del orden del 15 por ciento, un techo que los trabajadores los organizados y en blanco no estn dispuestos a aceptar. Esta semana, luego de reunirse con el ministro Carlos Tomada, el titular de la CGT, Hugo Moyano, expres que la discusin salarial no tendr tope ni piso y que los distintos gremios negociarn de acuerdo a sus posiciones de poder relativas. No son pocos quienes, incluso dentro del Gobierno, creen que si existe algn lmite inferior, se ubicar cerca del 20 por ciento.

Crecimiento y distribucin

El PIB, es decir el valor generado por el conjunto de la economa fronteras adentro, ya se encuentra en 17 puntos por encima del mximo histrico de 1998 (y ahora nadie sospecha sobrevaluacin, como ocurra durante el 1 a 1). La desocupacin est lejos del techo de 21,5 por ciento tocado en 2002, en plena crisis. En 2007 se espera su descenso al 9 por ciento. En sntesis, existe ms valor generado y los asalariados tienen ms poder para reclamar su participacin.

Frente a este escenario, comenzaron a orse voces de advertencia sobre los peligros de aumentos salariales ms all de cierto tope. El argumento es conocido: ms salarios es igual a ms inflacin, lo que socavara las bases mismas del modelo econmico.

Ms salarios, ms inflacin

Un ejemplo paradigmtico de la posicin que asocia los aumentos salariales con mayor inflacin fue presentado por SEL Consultores, el centro de estudios que dirige el reconocido economista Ernesto Kritz, en su Newsletter sobre la situacin laboral y social de la Argentina del pasado octubre. En un ao electoral como 2007, advierte SEL, slo se podr combinar crecimiento con baja inflacin manteniendo a raya los salarios formales, ms cuando en 2006 se soltaron las riendas.

El boletn detalla que la masa salarial formal, que representa el 60 por ciento de la total, creci durante el primer semestre del ao pasado a una tasa interanual del 23 por ciento, ritmo iniciado en el ltimo trimestre de 2005 y que no se detuvo en la segunda mitad de 2006. Para las empresas, ms salarios formales significaron mayores costos unitarios por unidad de producto, ya que los aumentos en las retribuciones superaron a los de la productividad, la que incluso habra cado. Inmediatamente, la investigacin indaga por qu estos aumentos de costos no se trasladaron a precios para evitar recortes de rentabilidad empresaria. Con honestidad intelectual se responde que probablemente se haya debido a la existencia de un margen de absorcin originado en la cada post devaluacin del costo laboral, idea que sustentara la lgica de los controles de precios gubernamentales. Asumiendo lo que hubiese resultado difcil negar, la pregunta es cunto margen de rentabilidad resta antes de que los empresarios quieran recuperarla por la va de las remarcaciones. La respuesta no es unvoca debido a que el mapa del costo laboral es heterogneo. Segn resea SEL, comparado con los niveles de 2001 el margen es obviamente mayor para los sectores transables (exportadores) y menor e incluso negativo para los no transables (el grueso de los servicios), pero en promedio la rentabilidad empresaria parece estar en niveles similares a los pre devaluacin. La propuesta de poltica que se sigue, en consecuencia, es establecer lmites polticos a las pretensiones de aumento salarial.

Ms salarios, ms inflacin?

Hace pocos das el Cenda, un centro de estudios integrado por docentes e investigadores de la UBA y de la Flacso que ambiciona la poco habitual, y por cierto necesaria, tarea de integrar la discusin terica con el anlisis de coyuntura elabor un documento que critica la asociacin directa entre aumentos de salarios e inflacin. En su primera parte, el dossier apunta sus dardos contra la Newsletter del SEL.

De los reparos metodolgicos algunos ya insinuados en el propio documento del SEL, como el centrar el anlisis en el trabajo registrado segn los datos del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJyP) surgen algunas conclusiones interesantes. La principal es que si en vez del SIJyP se utiliza la Cuenta de Generacin del Ingreso publicada recientemente por el Indec, la que tambin cubre el universo de los trabajadores en negro, el costo laboral real no sera en promedio 1,2 por ciento mayor que en 2001, como sostiene el trabajo de Kritz, sino cerca del 10 por ciento menor, a la vez que la productividad no resulta inferior a la de pre crisis, sino similar y con tendencia ascendente desde 2002. De esta manera, para el conjunto de la economa el costo laboral unitario sera 13,4 por ciento menor que en 2001. Adems, los salarios medios en trminos reales se encuentran el 7,9 por ciento por debajo de los vigentes en 2001, un 4,3 por ciento retrasados respecto del promedio de los 90 y son un 9 por ciento inferiores al promedio de los ltimos 45 aos.

Tambin se agrega que, asumiendo la citada heterogeneidad del mapa laboral, los sectores en los cuales la incidencia del costo salarial es mayor que en 2001 son, en su gran mayora, los servicios que reciben subsidios, precisamente para garantizar rentabilidad empresaria y que los mayores costos no se trasladen a precios. Pero adicionalmente, y al margen de los subsidios, se trata de sectores regulados por el Estado, lo que impide de todas formas los traslados a precios.

Las crticas metodolgicas muestran que, aun aceptando los trminos de SEL y bajo el supuesto fuerte de que el nivel de distribucin ptimo es el de 2001, todava existe margen para avanzar en la participacin del salario en el ingreso. Sin embargo, el aporte ms potente del Cenda reside en su crtica terico-conceptual al carcter inflacionario de los aumentos salariales. Y lo ms interesante de esta crtica es que se basa en los postulados de la teora econmica convencional.

Para la ortodoxia, destaca el Cenda, los precios son proporcionales a la cantidad de dinero en situaciones de pleno empleo, pero no cuando hay desocupacin. En este ltimo caso, una poltica monetaria expansiva no genera necesariamente inflacin. En otras palabras, insiste el documento, los aumentos en la cantidad de dinero no son siempre una razn suficiente para explicar los aumentos de precios, pero s una condicin necesaria. Si no aumenta la cantidad de dinero es imposible que los aumentos en la demanda se conviertan en aumentos en los precios. Por lo tanto, se reafirma, para que mayores salarios generen inflacin se requiere su coexistencia con una poltica monetaria expansiva. De no ser as, la inflacin es imposible desde el punto de vista contable.

Culpables

En el Informe de Inflacin del BCRA para el primer trimestre de 2007 difundido esta semana puede leerse: El ritmo de expansin del M2, definido como la suma del circulante en poder del pblico y los depsitos en cuenta corriente y en caja de ahorros, en pesos, de los sectores privado y pblico, se redujo alrededor de 6 puntos porcentuales en el ao 2006. Tambin que el Banco Central continuar en 2007 manteniendo un riguroso control de la evolucin de los agregados monetarios, mediante la esterilizacin de los excedentes en la oferta monetaria que pudieran surgir producto de la acumulacin de Reservas Internacionales.

En otras palabras, no hubo en 2006 y no hay seales a la vista en 2007 de polticas monetarias expansivas. La banda de inflacin prevista por el BCRA se sita entre el 7 y el 11 por ciento. Las consultoras que participan del REM el mercado la bajaron en los ltimos meses del 12 al 10 por ciento, con un crecimiento del PIB de alrededor del 8 por ciento.

Si se descarta terica y contablemente la explicacin de la inflacin por los aumentos salariales, que no representan ms que la histrica puja por la distribucin del ingreso, no queda ms que volver al reacomodamiento de los precios relativos que caracteriza a los perodos post devaluatorios. En el caso de la economa local, aunque no solamente, la clave podra buscarse en las estructuras de mercado oligoplicas. Desde la teora econmica convencional otra vez puede decirse que el problema de la inflacin reside entonces en la falla de los mercados en los que algunos actores tienen poder suficiente para determinar precios al margen de la preconizada ley de la oferta y la demanda en los mticos mercados competitivos.DEBATE SOBRE LA RELACION INFLACION-AUMENTO DE SUELDOS

Existen tensiones de demanda

Ernesto Kritz, Director de SEL Consultores

Est claro que sera una gran simplificacin reducir los determinantes de la inflacin a la cuestin de los salarios. Tambin es correcto considerar que para que exista inflacin, en trminos globales, tiene que haber una poltica monetaria expansiva. Sin embargo, no puede negarse que aumentos de salarios, sobre todo en un contexto de expansin vigorosa del empleo, por encima del crecimiento de la oferta de bienes, pueden generar tensiones inflacionarias de demanda. En 2006 la masa salarial aument 33 por ciento frente a un incremento del PIB de 8 por ciento (y 23 por ciento en trminos nominales). Por el lado de la oferta, como se vio durante el ao pasado y motiv la intervencin estatal, la reaccin de los empresarios cuando el costo laboral o cualquier otro costo crece ms que los precios de productor es tratar de mantener su rentabilidad trasladando hasta donde pueda a precios. Si no hay margen de absorcin, la alternativa es renunciar rentabilidad. En este sentido, la rentabilidad actual no es la de 2002, sino que se ha reducido desde niveles inicialmente extraordinarios. Esto es inverso a la evolucin del costo laboral real.

Hay una rentabilidad extraordinaria

Pablo Ceriani, Investigador del Cenda y profesor de la UBA

Los aumentos salariales no pueden generar inflacin per se. Su efecto fundamental es un cambio en la distribucin del valor agregado por la produccin a favor de los trabajadores. Los niveles de rentabilidad an se mantienen en niveles extraordinarios respecto del 2001 (de acuerdo con nuestras estimaciones para la industria) mientras que la distribucin del ingreso sigue siendo fuertemente regresiva. Proponer que el Gobierno nacional intervenga en las negociaciones paritarias supone frenar un proceso virtuoso desde el punto de vista de la equidad social. Hasta hoy, los aumentos salariales no han sido la causa de la inflacin, sino ms bien su consecuencia: se trata de aumentos defensivos destinados a recuperar la cada del poder adquisitivo con posterioridad a la devaluacin. Desde ya, esto no implica que el Gobierno no deba tener una poltica activa en materia de precios, ya que la inflacin es un problema para la economa en general y para los trabajadores en particular. De lo que se trata es de contener las ganancias extraordinarias. El reciente aumento de las retenciones a la exportacin de soja, por ejemplo, est en la direccin correcta.

No caer en la trampa de la coyunturaJavier Lindenboim, Director del Ceped (Centro de Estudios sobre la Poblacin, el Empleo y el Desarrollo)En materia de salarios e inflacin es importante no caer en la trampa de la coyuntura. Observar, por ejemplo, lo sucedido en 2006 y predecir lo que puede suceder en 2007 no es el punto, es en todo caso una parte muy pequea del relato. Por eso, en la discusin resulta clave dnde se ubica el punto de partida, si en 2006, en 2001 o a principios de los 90 o de los 70. Mi opinin es que debe considerarse lo sucedido con la productividad del trabajo, con la rentabilidad del capital y la remuneracin a los trabajadores en un perodo largo. Las cifras oficiales muestran una cada constante en la participacin de los trabajadores en el total del ingreso. Esto se contrapone con la tendencia siempre creciente que, salvo perodos acotados, ha mostrado la productividad del trabajo. El componente favorecido, por supuesto, fue la rentabilidad del capital. Aunque esta apropiacin de renta es tan heterognea como el capital no es igual en los sectores concentrados que en las pymes, en trminos globales existi un largo proceso de apropiacin de la renta de los trabajadores, quienes permanentemente han perdido en el reparto de la torta global.

Sector Financiero

Domingo, 07 de Enero de 2007

Inflacin narcisista

Por Alfredo Zaiat

Nadie gasta todo su presupuesto anual en lechuga y tampoco en viajar solamente en colectivo. En el primer caso su poder adquisitivo del ltimo ao se hubiera pulverizado debido a que la verdurita verde subi 68,2 por ciento, mientras que en el otro se hubiera incrementado en la misma proporcin de aumento de sus ingresos porque el boleto no registr variacin alguna. Quien mira slo el alza de la lechuga concluir que el ndice de inflacin es mentiroso, que no refleja la realidad y que, en definitiva, es un dibujo del Indec por presin del Gobierno. En cambio, quien analiza exclusivamente que el transporte automotor de pasajeros en la Capital Federal no ajust las tarifas sentenciar que existe una inflacin reprimida por la agresiva intervencin estatal. Cualquier persona que quiera entender de qu se trata un indicador estadstico que mide la evolucin de los precios de la economa se dar cuenta de que esos ejemplos son absurdos. Nadie come solamente lechuga o se dedica a viajar todo un ao en colectivo. Se consume una canasta de bienes y servicios diversos, que el Indec mediante una encuesta nacional trata de establecer en promedio, una tpica para un momento determinado. Son absurdas tambin, entonces, varias de las sentencias que circulan por la mayora de los medios referidas a la inflacin 2006. Se puede coincidir o no con la poltica oficial de ingresos, siendo una de sus herramientas los acuerdos de precios, pero las ideas de inflacin reprimida o de que existen dos, tres inflaciones diferentes revelan ignorancia sobre cul es el trabajo del Indec y cmo se construye un ndice de precios al consumidor. Y, fundamentalmente, qu representa un indicador estadstico de la economa.

Esa confusin tiene dos orgenes. Uno, la idea de que la canasta de consumo particular o de un determinado sector socioeconmico es la correcta, la que debe ser universal. En lnea con los analistas que hablan de inflacin reprimida, los habitus de Villa Freud denominaran esa interpretacin sectorial como inflacin narcisista, que traducido al lenguaje coloquial sera inflacin ombligo del mundo. En general, la clase media y media-alta, entre los que se encuentran influyentes comunicadores sociales y economistas de la city, cuestionan el ndice oficial porque dicen no refleja la realidad. Lo que no muestra es esa realidad, que es parcial, perteneciente a un grupo determinado de habitantes. No es en promedio la de todos, que es la que mide el Indec en base a una Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares. A lo largo del ao pasado los rubros prepagas, comer en restaurantes, y colegios privados, por ejemplo, aumentaron una media del 20 por ciento. Son consumos tradicionales de esa franja social histricamente insatisfecha. Sus presupuestos fueron exigidos en esa proporcin, aunque lo ms probable es que tambin se hayan incrementado en esa medida o un poco ms, lo que no afect su poder adquisitivo como se pudo comprobar con el frenes consumista de las ltimas semanas.

La otra raz de la confusin que se genera con la inflacin minorista se debe a la oposicin que existe a la estrategia oficial de intervencin en la formacin de precios. Los ms o menos prolijos acuerdos de precios o el proyecto de la ministra de Economa de transformarlos en pactos con el sector privado que definan senderos de precios forman parte de una poltica de ingresos integral. Se puede coincidir o no, evaluar su mayor o menor efectividad en la mejora de la distribucin de la riqueza, pero eso no significa que haya una olla a presin de precios a punto de estallar. La actual intervencin estatal tuvo varios objetivos simultneos:

1. Contener las expectativas inflacionarias que en alza, como las dej el ahora candidato a presidente Roberto Lavagna, hubieran erosionado la base poltica de sustentacin del Gobierno.

2. Evitar que los precios de la canasta bsica (7,5 por ciento en el ao) se dispararan para proteger a los sectores de ingresos fijos de una prdida de poder adquisitivo. A la vez, para permitir una mejora en los ndices de pobreza e indigencia, ambos indicadores se fijan con el lmite que surge del valor monetario de esa cesta de consumo.

3. Alcanzar una inflacin de un dgito anual (9,8 por ciento) para orientar la negociacin salarial de este ao en un marco previsible.

4. Aspirar a moderar las ganancias extraordinarias que est registrando la mayora de las empresas por posicin dominante en sus respectivos mercados, objetivo que, de acuerdo con los balances conocidos, fue bastante esquivo.

Otra de las cuestiones polmicas respecto de la inflacin se refiere a las tarifas de los servicios pblicos privatizados. El reclamo de ajuste se defiende como paso previo para decidir inversiones. Es la misma lgica de los noventa: la expansin del servicio se realiza con el dinero del usuario con escaso riesgo empresario. De acuerdo con la experiencia pasada y presente no resulta tan evidente como insisten analistas no independientes que un incremento de ingresos se traduzca en ms inversiones. Lo ms probable es que esos ajustes se vean reflejados en el rengln de las utilidades brutas de la compaa. Esto no significa que no haya que ordenar el cuadro tarifario, pero con criterio de eficiencia y equidad, y no en funcin de la rentabilidad-inversiones de las empresas.

La controversia con el ndice de inflacin tambin tiene otro captulo referido a la observacin de que su base de medicin est desactualizada porque corresponde a la Encuesta de Gasto y Consumo de los Hogares de 1996/1997. Entonces, la crtica por derecha e izquierda apuntaba a que el indicador que surge del relevamiento no es representativo de la nueva realidad, emergente de la prolongada recesin nacida en 1998, posterior estallido de 2001 con eplogo en una megadevaluacin. Segn el anlisis realizado por el socilogo Artemio Lpez en su blog rambletamble, de la nueva Encuesta 2004/2005, que se difundi a fin del mes pasado, surge que el 50 por ciento del gasto de los hogares se concentra en tres rubros: Alimentos y bebidas, Transporte y comunicaciones, y Vivienda. A la vez, menciona que sube la incidencia del gasto en Bienes y servicios varios, Indumentaria y calzados y Transporte y comunicaciones, que en el perodo de ocho aos transcurridos entre las mediciones aumentaron sus participaciones entre 17 y 27 por ciento, explica Lpez. Esa nueva encuesta encierra una sorpresa: la modificacin de la estructura de gasto de los hogares no tiene mayor impacto en el clculo del IPC general (en el rea metropolitana se relevan todos los das hbiles un total mensual de 115.000 precios en alrededor de 8 mil negocios) entre una y otra muestra. Incluso, con la nueva encuesta la inflacin acumulada noviembre 2005-noviembre 2006 arroja 13 dcimas menos que la contabilizada con la ahora vieja: 10,11 vs. 10,24 por ciento.

Economa|Sbado, 20 de Enero de 2007

PANORAMA ECONOMICO

Mal necesario

Por Alfredo Zaiat

En 1978 operaban en el sistema financiero local 721 entidades al ritmo alocado que inaugur Jos Alfredo Martnez de Hoz con la desregulacin del mercado. Desde entonces, al calor de la frentica bicicleta financiera, las quiebras, defraudaciones y sucesivas crisis, la cantidad de bancos ha estado disminuyendo sin pausa. La democracia, en 1983, comenz con 402 y Carlos Menem inici su mandato con 236 funcionando. El Efecto Tequila, a mediados de los noventa, y el corralito aos ms tarde han completado una limpieza impresionante, por la veloz y cruenta depuracin. Hoy, el Banco Central tiene listados 90 bancos pero con las fusiones en marcha se reducirn a 85 y no llegan a 70 con una poltica activa de captacin de depsitos. Apenas 10 de ese total son los verdaderos dueos del mercado por volumen de depsitos y prstamos. El proceso de concentracin en casi treinta aos ha sido fabuloso: en 1994, los top ten reciban uno de cada dos pesos de los depsitos totales; hoy, poco ms de siete de cada diez.

En esa traumtica travesa quedaron muchos en el camino. Banqueros nacionales, algunos enriquecidos y otros quebrados. Extranjeros con falsas promesas de seguridad y respaldo de sus casas matrices. Varias empresas ahogadas financieramente por tasas usurarias y otras eternamente salvadas por vinculaciones con el poder de turno. Miles de ahorristas que fueron estafados y perdieron el capital depositado. Y la economa en su conjunto padeciendo la irrupcin de centenares de improvisados y arribistas hombres de la city que de la noche a la maana se pusieron el traje de banquero, para luego provocar desfalcos. Todo eso como parte de un modelo de generacin de pobreza y exclusin social. Si la aspiracin es a cambiarlo de raz todava queda pendiente el diseo de otro sistema bancario que, con los riesgos sistmicos propios de su actividad y no de regmenes basados en la valoracin financiera, sea estable y volcado a dar prstamos a la produccin.

El banquero formal, ay!, no es el que prev los peligros y sabe evitarlos, sino el que, cuando se arruina, lo hace de una manera convencional y ortodoxa, y en compaa de sus colegas, de manera que nadie pueda realmente censurrselo, John Maynard Keynes.

Se sabe que los bancos son un pilar bsico para el funcionamiento de la economa. La intermediacin que realizan del dinero permite la fluidez de millones de transacciones diarias. Son imprescindibles para que la rueda de la actividad general siga rodando. Con la defraudacin a la confianza de los ahorristas que signific el corralito y la virtual quiebra del sistema, muchos estimaban que los bancos tardaran varios aos en recuperarse. No fueron tantos. El dinero escondido en algn rincn de la casa termina generando miedos y paranoia. En la caja de seguridad brinda tranquilidad hasta que empieza a trabajar el bichito de la codicia, que vence al resentimiento para terminar depositando el dinero a plazo. Para otros, la renta por colocaciones en el exterior ha descendido y, por lo tanto, la fuga de capitales ha mermado. Las entidades volvieron a ser, entonces, lo que eran. Con todo lo bueno y lo malo de que as sea.

Si a la caracterstica natural de los bancos de ser un mal necesario, repudiados y a la vez admirados por la gente, se le suma que fueron rescatados con compensaciones millonarias por parte del Estado y que la economa ha estado creciendo a tasas chinas, la respuesta surge sola sobre cmo pudieron recuperarse tan rpido de la peor debacle de la historia financiera del pas. De todos modos, no deja de sorprender semejante resurreccin. Sus balances ya no reflejan prdidas, sino ganancias que se duplican ao a ao. Las utilidades de 2006 sern un poco ms del doble de las contabilizadas en 2005, al ubicarse en unos 4000 millones de pesos en conjunto.

El proceso por el cual los bancos crean dinero es tan sencillo, que repele a la inteligencia, John Kenneth Galbraith.

El patrimonio neto de los bancos aument cerca de 5900 millones de pesos el ao pasado. A octubre pasado, las entidades registraban un 23 por ciento ms de patrimonio que en similar mes de 2005. Los economistas Andrs Mndez y Gustavo Perilli, de la consultora Actividad, Moneda y Finanzas, en el primer informe semanal de este ao explican que ese aumento no slo refleja el alza de las utilidades que estn registrando como consecuencia de la coyuntura favorable que est atravesando el sistema bancario, sino que tambin influye en la contribucin de los crecientes aportes de capital. Ese ingreso de fondos ya no es solamente para equilibrar las cuentas por los efectos de la crisis de 2001, sino que los dueos de los bancos reinvierten sus utilidades y suman capital por las perspectivas de multiplicar ese dinero en una actividad en expansin. Ese do de especialistas indican que desde hace dos aos, la intermediacin financiera crece a tasas interanuales del 20 por ciento. En 2006, el retorno sobre activos (ROA) habra triplicado al de 1998, sentenciaron.

En un reporte anterior, Mndez y Perilli haban sealado tres aspectos relevantes de esa recuperacin: crecimiento de la intermediacin financiera, mejoras en materia de eficiencia y una menor exposicin al sector pblico. En este ltimo aspecto, el financiamiento a los gobiernos jurisdiccionales (provincias) en trminos de activo neteado ha tendido a disminuir en el ltimo ao, dando lugar a una mayor participacin del crdito al sector privado, en un contexto donde la irregularidad (y las previsiones) de cartera han tendido a disminuir, destacaron esos especialistas.

Cuando yo era joven, la gente me llamaba jugador. Cuando aument la escala de mis operaciones, me llamaron especulador. Ahora me llaman banquero. Pero siempre me he dedicado a lo mismo, Sir Ernest Cassell, banquero del rey de Gran Bretaa y de Irlanda entre 1901 y 1910.

Los bancos ms importantes del sistema ya dejaron atrs la crisis. Dieron vuelta esa pgina de su historia negra. Retiraron las chapas que utilizaban para tapiar los frentes de las sucursales cntricas en los aos de las cacerolas. El mercado sufri una importante transformacin en los noventa para desembocar en una aguda crisis y luego resucitar en los ltimos dos aos. Pero la lgica de su funcionamiento y el corazn de su marco regulatorio siguen intactos. Una economa que aspira a consolidar un crecimiento sustentable requiere de un sistema financiero que permita hacerlo viable. El actual no lo es. Muchas son las habilidades que muestran los banqueros para hacer negocios con el dinero ajeno. Pero la principal que saben cmo ocultar es la capacidad que tienen para anular la historia. Esto es borrar de la conciencia colectiva las recurrentes estafas y las irresponsables polticas de crdito. No es una caracterstica particular de la Argentina, sino que forma parte de la propia lgica del negocio financiero a nivel mundial. Slo hay que estar atentos. Y saber que al mal necesario hay que controlarlo y ordenarlo para que sea funcional al crecimiento econmico. As, al menos, se estar ms prevenido ante la eventual reiteracin de otro zafarrancho.

Domingo, 8 de Junio de 2008

Sube, sube...

En el ltimo mes, las tasas de prstamos para empresas y personas subieron hasta 15 puntos porcentuales. Las entidades argumentan que el conflicto con el campo deriv en una salida de depsitos que las oblig a subir las tasas de plazos fijos, ajuste que termin empujando el costo de los prstamos. La estrategia de la mayora de los bancos es cargar el peso del costo del crdito en los gastos que, en muchos casos, terminan siendo ms altos que la propia tasa de inters. El resultado se observa en sus respectivos balances, que reflejan utilidades hasta un 130 por ciento ms elevadas que hace un ao.

Por Roberto Navarro

En el ltimo mes las tasas de prstamos bancarios para empresas y personas subieron hasta 15 puntos porcentuales, continuando con un repunte que viene desde mediados de 2007. As, los bancos estn cobrando intereses que algunos analistas pueden considerar de usura. El Santander Ro cobra por un prstamo personal un 76 por ciento anual; el BNP Paribas, un 85 por ciento por un prendario y el Supervielle, un 31 por ciento anual por un crdito hipotecario. Las entidades argumentan que el conflicto con el campo deriv en una salida de depsitos que las oblig a subir las tasas de plazos fijos, ajuste que termin empujando el costo de los prstamos. Pero el promedio de tasa que reciben los ahorristas tuvo un pico a mitad de mayo y volvi a caer hasta situarse apenas dos puntos por arriba de lo que perciban en los ltimos meses. Slo los depsitos superiores a un milln de pesos an reciben un inters entre 3 y 5 puntos ms alto que hace un mes. La estrategia de la mayora de los bancos es cargar el peso del costo del crdito en los gastos que, en muchos casos, terminan siendo ms altos que la propia tasa de inters. El resultado se observa en sus respectivos balances, que reflejan utilidades hasta un 130 por ciento ms elevadas que hace un ao.

El Standard Bank, uno de los bancos ms grandes del mundo, cobra por un prstamo personal de 30 mil pesos a 12 meses un 28,9 por ciento de tasa nominal anual. Sumando los gastos, el costo financiero total (CFT) trepa a 57,61 por ciento: el doble. Cobra gastos de gestin, comisin de otorgamiento y de administracin, seguro de vida, IVA sobre intereses y sobre comisiones. La misma entidad cobra por un prstamo prendario a cinco aos un 16,9 por ciento de inters nominal anual y un 38 por ciento de costo financiero total. Es decir, que, aun teniendo el auto como garanta del crdito, el costo final supera en un 110 por ciento la tasa de inters anual y obliga a devolver ms de tres veces el monto del prstamo. El costo financiero total es el precio real que cobran los bancos por el dinero que prestan. En la actualidad, los bancos tienen un costo de captacin promedio del 11 por ciento y lo presta al 43 por ciento. Es decir que ganan ms de 30 puntos por la intermediacin (spread).

A mediados de los noventa en el pas operaban casi 200 entidades financieras, hoy slo quedan 85. Y las primeras doce manejan el 73 por ciento de los depsitos y el 77 por ciento de los prstamos.

El banco Supervielle ofrece sus crditos hipotecarios al 15 por ciento de inters nominal anual. Cobra gastos de gestin, de tasacin, de hipoteca, de otorgamiento, de administracin, ms comisin por administracin, seguro de incendio, seguro de vida, impuestos internos sobre los seguros e IVA sobre todos los gastos. As, el CFT se duplica y llega al 30,5 por ciento. Tomando en cuenta que la relacin del precio de las propiedades respecto del salario obliga a la mayora de los potenciales clientes a elegir el mximo plazo posible el Supervielle ofrece 10 aos, el precio final del prstamo se multiplica por cuatro. El Santander Ro cobra un 29 por ciento de costo financiero total en sus crditos hipotecarios, lo que lo convierte en el segundo ms caro entre los doce lderes del sistema.

A pesar de estas elevadas tasas, en mayo los prstamos al sector privado crecieron un 3,8 por ciento con relacin al promedio del mes anterior y acumularon un incremento del 43,5 por ciento respecto de un ao atrs. De esta manera se mantiene la tendencia observada desde enero de 2004, con 51 meses consecutivos de crecimiento en el stock de prstamos, que se ubica en la actualidad por arriba de los 117.600 millones de pesos. Este resultado indica que el mercado est convalidando la suba del costo del dinero. Guillermo Wierzba, director del Centro de Economa y Finanzas para el Desarrollo, explic a Cash que la evolucin de los crditos para las familias, tanto los personales, como los prendarios e hipotecarios, sigue el comportamiento de la demanda. Pero advirti: Obviamente que tasas ms bajas impulsaran un mayor consumo y si siguen subiendo, enfriarn la economa.

La crema del negocio de los bancos es el de las tarjetas de crdito. En los ltimos doce meses, el saldo de los clientes con los bancos por intermedio del plstico creci un 53 por ciento, muy por arriba del crecimiento del stock total de prstamos del sistema, que fue del 43 por ciento. La deuda de los consumidores a las entidades por saldos en tarjeta ascendi al 31 de mayo a 12.748 millones de pesos. El costo financiero total de la financiacin por tarjeta de crdito es uno de los ms altos del sistema y tiene enormes variaciones entre distintos bancos, aunque se trate de la misma tarjeta, por ejemplo, Visa. En mayo, la Visa del Standard Bank cobr un CFT del 73,2 por ciento y la del Ro, un 55,9 por ciento. Estos costos varan mes a mes, sin previo aviso.

El rubro de menor crecimiento entre los prstamos a familias es el de los crditos hipotecarios, que aument un 37 por ciento en un ao. De los 2500 millones de pesos que se otorgaron en los ltimos doce meses, 1500 millones los prest el Banco Nacin y 550 millones el resto de la banca pblica la mayor parte el Provincia de Buenos Aires y el Credicoop. Esto refleja un corrimiento de los bancos privados hacia los nichos de negocios ms rentables. El CFT del Banco Nacin, el Provincia de Buenos Aires y el banco cooperativo es, en promedio, la mitad del de los bancos privados.

A pesar del continuo reclamo del Gobierno y los sectores productivos para que los bancos dediquen una mayor porcin de sus fondos a financiar a las empresas, en los ltimos doce meses la situacin no mejor. Mientras los prstamos a familias crecieron un 55 por ciento, los crditos empresarios lo hicieron slo un 34,9 por ciento. As, el sector productivo pas de participar en el 59 por ciento de las carteras bancarias en 2007 al 54 por ciento en la actualidad. En el caso de las pymes el crecimiento fue menor an: slo alcanz el 24,9 por ciento. La mayor parte del nuevo fondeo fue debido a la accin de la banca pblica y cooperativa. Entre ambas ya superan el 50 por ciento del stock de deuda de pequeas y medianas empresas.

Con la estrategia de concentrarse en los negocios ms rentables y seguir subiendo el costo del dinero, los bancos estn consiguiendo utilidades impensables hace pocos aos, cuando el sistema estuvo a punto de colapsar. El Citibank pas de ganar 105 millones de pesos en 2006 a 234 millones en 2007, un 130 por ciento ms. Y en el primer trimestre de 2008 ya gan 115 millones ms. El Santander Ro gan 266 millones de pesos en 2007, un 12 por ciento ms que en 2006. Y en el primer trimestre de 2008 ya gan 180 millones. El Francs pas de 180 millones en 2006 a 235 millones en 2007 y 74,3 millones en el primer trimestre de 2008. De los doce bancos lderes, tres son pblicos y uno cooperativo. Estos casi no movieron sus tasas de inters. Los otros ocho manejan buena parte del crdito, basados en la buena imagen que les proveen sus campaas de marketing y en los espacios que les deja la banca estatal. En el ltimo ao, esos grandes bancos lograron apropiarse de una utilidad extraordinaria. Sin ninguna resistencia, los bancos estn obteniendo sper rentas.

Tipo de Cambio

Pagina 12 / 30/05/2008

ECONOMIAEL BANCO CENTRAL SIGUE BAJANDO EL DOLAR: AYER CERRO A 3,14 PESOS POR UNIDAD

Castigo a especuladores y exportadores

El BCRA est interviniendo con intensidad en la plaza cambiaria e hizo descender 8 centavos la cotizacin en los ltimos quince das. Adems de aleccionar a los que apostaron a una corrida, busca as desacelerar las expectativas inflacionarias.

Si bien la participacin del Central no fue ayer necesaria en la plaza cambiaria, las ventas se sucedieron naturalmente, ya que los operadores entendieron el mensaje. A pesar de faltar un jugador decisivo en la cancha los exportadores cerealeros a causa del lockout del sector, el dlar se desliz nuevamente en baja. En bancos y agencias de cambio la divisa estadounidense cerr en un promedio de 3,11 pesos para la compra y 3,14 la venta. Esos valores son los mnimos desde julio ltimo y muy lejos de los 3,22 de mediados de mes.

En la plaza coinciden en que la poltica del Central es atropellar para que nadie lo venga a torear, segn afirm a este diario un funcionario de la entidad. Si vos comprs, yo te lo voy a bajar, porque no quiero perder reservas ms adelante, es la lgica que mueve por estos das el accionar del BCRA. De acuerdo con un consultor de un importante banco, la jugada oficial es perder poco hoy y no mucho maana, mientras la espalda financiera de sus reservas se lo permita. En la ltima quincena se desprendi de casi 2 mil millones de dlares, pero se asegur un techo bajo, para cuando comiencen a liquidar fuerte los productores cerealeros y oleaginosos.

Bajo este esquema, el castigo podra ser doble: por un lado, a aquellos que compraron dlares a precios extravagantes y, por otro, sobre los exportadores que siguen demorando sus liquidaciones. En el mercado se descuenta la presin bajista que ejercer el ingreso de dlares de los sojeros. Pero la diferencia est en que el punto de partida no es demasiado tentador para que el sector venda sus dlares. Pero no tendrn otra opcin cuando se levante el lockout.

En esa pulseada, el ganador sigue siendo el BCRA, aunque el costo no es menor. Les est forzando la mano a los especuladores que jugaron fuerte con el dlar, pero est resignando muchas reservas slo para dar un efecto punitivo, dijo a PginaI12 el economista Eduardo Curia. Slo entre el lunes y el martes se entregaron a la plaza 500 millones de dlares y la ola de venta ya haba cesado. Sin embargo, Redrado dobl la apuesta. Tan marcada qued la senda que, ayer, el Central se permiti dejar al mercado solo. La gente asumi que la tendencia es que siga bajando, afirm Carlos Lizer de Puente Hermanos. Entre los compradores, incluso, aparecieron los exportadores que se apuraron a liquidar sus divisas antes de que caiga ms la cotizacin. Lizer no considera que sea un castigo, pero no duda de que es una demostracin de que el Central puede frenar cualquier corrida.

Otro aspecto de esa intervencin que el instituto emisor no explicita es que as busca desacelerar las expectativas inflacionarias. El correlato de la fuerte absorcin de pesos del mercado es una significativa suba de las tasas de inters. Tal vez por la va monetaria se est dando algn tipo de respuesta a la inflacin, consider Curia. Explic que en medio de los vaivenes que dej el conflicto del campo, el Central estara haciendo lo que muchos economistas, contrarios al Gobierno, recomiendan: bajar el dlar y subir la tasa de inters. El economista alert que mientras se contina con esa estrategia, la economa sigue perdiendo competitividad.

Economa|Jueves, 5 de Junio de 2008

El sector fabril teme perder competitividad por el debilitamiento de la divisa estadounidense

Cae el dlar, le duele a la industria

Despus de la minicorrida sobre el dlar de dos semanas atrs, el Banco Central aplic un correctivo y la cotizacin de la divisa no dej de bajar. La industria reclama porque ve ceder su principal arma de competencia frente al resto del mundo.

La industria, a la expectativa de cunto durar la poltica del BCRA de mantener a raya al dlar.

El dlar sigue en los mnimos del ltimo ao, aunque la presin volvi ayer a ser a la baja. La situacin poco desvela al campo que aprovech la tregua en el lockout para liquidar sus exportaciones a buena cotizacin o, el que no, se sienta a esperar el mejor momento para hacerlo. Pero la industria es la que ms est sintiendo la baja y, junto con los especuladores financieros, son los ms castigados en estos das por el Gobierno. La mano punitiva cay sobre los financistas, por jugar contra el peso, y sobre los fabriles, por atreverse a desafiar a la Presidenta, negndose a rubricar el pacto social sin la firma del agro.

La solicitud de los industriales se hizo presente desde la primera reunin con Cristina Fernndez de Kirchner. La Unin Industrial, encabezada por su titular, Juan Carlos Lascurain, present en esa oportunidad un estudio del sector, el cual inclua la propuesta de devaluar an ms el peso. El pedido no trascendi, pero siempre hubo oportunidad para que Lascurain y compaa lo reiterasen. Luego focalizaron en el aspecto salarial, pidiendo que se les ponga un techo de 12 por ciento a los nuevos acuerdos. Tampoco tuvo mucho efecto. El piso fue de 20 por ciento y se lleg al 35.

Ahora, ni siquiera tienen certeza de si seguirn con el tipo de cambio que les permita mantener la competitividad del sector ms focalizado con las ventas externas. En el mercado mayorista la divisa estadounidense sigui con tendencia declinante y los ltimos negocios reconocieron un valor de 3,068 pesos. Al pblico se encuentra ya en 3,10 pesos para la venta y 3,06 la compra.

Los especialistas aseguran que, sabiendo cul es el principal objetivo que busca el Gobierno, se podr predecir hasta dnde va a llegar. El problema precisamente es que la medida ataca tantos flancos, econmicos y polticos, que se hace muy difcil entender la lgica de esta poltica. Lo que comenz como una medida para detener la corrida contra el dlar se transform con los das en un claro castigo contra los especuladores que impulsaron esa escalada. La venta de dlares que llev a cabo Martn Redrado permiti tambin recuperar depsitos, debido al mayor costo del dinero, y ayudar a contener la inflacin.

De ser sos los nicos objetivos, el organismo podra dar por cumplida su tarea. Sin embargo, la intencin del Gobierno es ir ms all. Segn asegur a PginaI12 un encumbrado directivo industrial, el mensaje explcito por las propias autoridades del Gobierno fue de castigo por negarse a firmar el pacto social del Bicentenario. Unas 48 horas antes de sendos actos del Gobierno y el campo, el 25 de mayo pasado, Cristina recibi a los industriales, de quienes pretendi un gesto de encolumnamiento frente al conflicto. Pero la UIA se neg a firmar un acuerdo sin la presencia del campo. El dlar se haba estabilizado en valores de 3,17 y 3,16 pesos. Tras el encuentro, entr en cada libre.

Cercanos al Gobierno, los popes fabriles no pondrn el grito en el cielo aunque el agua les llegue al cuello. Les va a caer mal a todos los industriales, mxime con el encarecimiento de los salarios, dijo a este diario el economista Orlando Ferreres. Asegur tambin que la situacin se torna ms grave en el interior del pas, donde la competencia es ms dispar frente a las exportaciones. De todos modos, se manifest seguro en que la situacin no va a durar mucho y el dlar volver a entre 3,15 y 3,18 pesos.

El sector automotor, caballito de batalla del crecimiento industrial de los ltimos cinco aos, est mostrando algunos sntomas de haber sido alcanzado por los efectos de la baja. Ms precisamente, el ms consternado es el autopartismo. Existen problemas para competir tambin dentro del pas, debido a los altos costos de los salarios y el de los insumos, que hacan ya complicada la situacin, dijo a PginaI12 el gerente general de la Asociacin de Fbricas Argentinas de Componentes, Juan Cantarella. De hecho, cuatro empresas realizaron el mes pasado despidos netos de personal. Parte por prdida de competitividad y, en el caso de una de ellas, por estar orientada a la maquinaria agrcola, inform el directivo.

La situacin se complica todava ms con aquellas empresas vinculadas fuertemente a la exportacin. Desde el ao pasado hasta ahora se cerraron dos importantes destinos para la exportacin de autopartes, como es Estados Unidos e Italia, debido al encarecimiento del dlar.

Por otra parte, en una segunda lectura, los industriales reconocen que la baja del dlar permite absorber la suba en el nivel de precios. Si bien recibs menos pesos, algunos costos importados se abaratan, agreg Cantarella. En el mercado domstico, en tanto, no se prev grandes cambios en los precios. Lo que pasa es que los precios internos son flexibles a la suba e inflexibles a la baja, resumi el ejecutivo.

Los colaboradores de Redrado se encargan de aclarar que la poltica es para estabilizar el mercado financiero. En tanto, la economa se desbalancea. La cada en la rentabilidad, con ingresos en pesos cayendo y subas siderales en salarios, transporte, insumos, etc., hace peligrar la llegada de inversiones, explic a PginaI12 el economista en jefe de la consultora Abeceb.com, Mariano Lamothe. El analista, quien tambin prev un cambio de escenario hasta los 3,15, consider poco oportuno el pedido de la industria de hacer minidevaluaciones, por su efecto inflacionario. Lamothe asegur que el dlar puede transitar durante todo el ao la banda de 3,09 y 3,10 pesos sin mayores problemas, porque en el multilateral el pas est mucho mejor.

En la cartera de Industria, el telfono est al rojo vivo. El contacto con el secretario de Industria (Fernando Fraguo) es cotidiano, pero ms que comprensin y entendimiento no puede ofrecernos, dijo a este diario un alto ejecutivo del sector. Es que ms all de los incentivos que el Ejecutivo puso en marcha para impulsar el rubro, el estmulo principal, el tipo de cambio alto, se lo est quitando, y se es un tema que escapa a la decisin incluso ministerial.

Poltica Fiscal

PAGINA 12 Domingo, 18 de Mayo de 2008 El reino del revs

Final del formulario

Principio del formulario

Por Jos Natanson

Lo dijo Nstor Kirchner, insisti Cristina en el acto del PJ del mircoles pasado y lo repiten cada vez ms funcionarios del Gobierno. Todos dicen distribucin del ingreso y ponen al conflicto con los dirigentes del campo en ese marco. Desde este punto de vista, la pulseada con Miguens y Ca. sera en verdad una pelea de semifondo por lo que realmente vale: la distribucin del ingreso. Y es verdad, como argumenta el Gobierno, que las retenciones tienen un efecto redistributivo, pues se trata en definitiva de capturar parte de la hiperrenta de los productores agrarios. Sin embargo, si se miran con un poco de atencin los nmeros globales, las retenciones representan un porcentaje en crecimiento, pero todava relativamente bajo de la presin tributaria total: alrededor del 13 por ciento. El resto se sigue recaudando de la misma vieja manera y, pese a la distribucin del ingreso, nadie parece tener demasiado inters en cambiarlo.

La foto impositiva

En El rol del sistema tributario en la distribucin, el economista Jorge Gaggero recuerda que los primeros intentos de construir un esquema progresivo a travs de la creacin de un impuesto a las ganancias