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Teofilo, Urdanoz
Estructuralismo
El estructuralismo es un movimiento heterogéneo refiriéndose a lo amplio y
diferente, que se presenta primero como una especial metodología científica y
deriva después en una ideología filosófica que directa o indirectamente la
acompaña. Surgió en Francia, residiendo y actuando en París con el generador
del estructuralismo Lévi-Strauss; años siguientes a la segunda guerra mundial,
es decir a la mitad del siglo XX.
Primeramente se refería a un método específico de investigación, vigente en
psicología con la teoría de la Gestalt y en la lingüística. Luego se extendió a las
ciencias humanas, donde ha obtenido su mayor predominio: etnología,
psicoanálisis, teoría marxista, filosofía cultural, historia de las religiones, crítica
literaria. Ya en la década de los 60 se ha asentado en todas las ramas de la
cultura y ha invadido el panorama de las ciencias y de la filosofía como última
moda intelectual.
Nació de la necesidad de dotar a las ciencias del hombre de un método
riguroso y establecer su estatuto científico permitiendo elaborar teorías
científicas y verificables.
En el análisis estructural, el hombre pasa de sujeto de la historia y de la
cultura, a ser hombre-objeto. De esta manera, el estructuralismo sustituye el
sistema en lugar de la elección, los comportamientos en vez de la conciencia,
la estructura en lugar del progreso.
La estructura indica la disposición de partes en un todo, preside la relación
finalista que liga las partes al todo y el todo a las partes, remite también al de
sistema y admite equivalencia con el de totalidad.
Observado TODO Partes Relación Sistema
Entre los representantes principales de la corriente estructural, que dan lugar a
otras tantas formas de estructuralismo se encuentran: Levi-Strauss (Etnología),
Michele Foucault (Historia y Filosofía), Jacqes Lacan (Psicoanálisis), L.
Althusser (Marxista), Roland Barthes (Crítica Literaria) y, G. Dumézil (Historia
de las religiones)
Lévi-Strauss.
Lévi-Strauss fue el iniciador incontestado del movimiento estructuralista y
fundador del método estructural, a partir de su primera asimilación de la
metodología estructural, tomada de la lingüística, y su primera aplicación a la
etnología, así como por la generalización y difusión del método y teoría
estructuralistas como teniendo validez para las ciencias de nombre en general.
Sigue la dirección de los lingüistas de Praga (Jakobson) para su aplicación a la
etnología del modelo de estructuralismo lingüístico, su importancia era hacia la
unidad mínima dotada de significado, el fonema. Las oposiciones fonológicas
han transformado el vago concepto de sistema en el más preciso de estructura.
La aplicación del análisis estructural debe comenzar por descomponer el relato
mítico en “mitemas”, frases cortas que traduzcan la sucesión de los
acontecimientos, teniendo cada una de ellas una relación. Su base de estudio.
Michel Foucault.
Es el que más ha contribuido de hacer de dominio público el estructuralismo
con sus escritos, extiende la nueva teoría al campo de los históricos, de la
cultura en general y de una radical teorización de la ciencia antropológica. Sus
investigaciones se centran en el lenguaje, el discurso y la estructura de los
enunciados como punto de acceso al estudio de las ciencias humanas en sus
diversas transformaciones históricas. Ha tratado de introducir un nuevo tipo de
análisis- más sutil y enigmático, y por ello más oscuro- entre en análisis
lingüístico estructural y los objetivos de la ciencia y la cultura.
Roland Barthes.
Es el representante principal de una nueva forma de estructuralismo
consistente en la aplicación del método a la crítica literaria que ha dado
nacimiento al estructuralismo literario, quizás el más basto movimiento
estructuralista que se ha divulgado en Francia.
El método estructural parecía tener especial afinidad con la consideración con
la obra de arte, ya que lo más característico de esta no es su forma o
contenido, si es que tiene uno. La interpretación estructuralista es aplicable a
todos los géneros y estilos literarios.
Robert, Scholes.
La segunda mitad del siglo diecinueve y el primero del veinte se caracterizaron
por la fragmentación del saber en disciplinas aisladas, la cual presidio el mundo
intelectual durante la primera mitad de este siglo.
El estructuralismo es una respuesta a la necesidad expresada por Caudwell de
un “sistema coherente” que unifique las ciencias modernas y haga otra vez del
mundo un lugar habitable para el hombre. Es además una metodología con
implicaciones ideológicas, que busca la unificación de todas las ciencias en un
nuevo sistema de creencias.
Marxismo y estructuralismo comparten ciertos valores; ambos pueden
considerarse como reacciones en contra de la alienación y la desesperanza
“modernistas”. Son modos integradores, totalizadores, de contemplar el mundo,
incluido el hombre.
El estructuralismo es un modo de buscar la realidad, no en las cosas
individuales, sino en las relaciones entre ellas.
Los formalistas rusos y sus sucesores estructuralistas han tratado de descubrir
los principios universales que rigen el uso literario del lenguaje, desde la
sintaxis en la construcción narrativa hasta los paradigmas en poesía. Pero la
actividad estructuralista ha encontrado su centro en el estudio lingüístico y gran
parte de su vitalidad surge de la labor investigadora realizada por Saussure,
Jakobson y otros investigadores.
El estructuralismo puede recabar un puesto de privilegio en el estudio de la
literatura, busca establecer un modelo del sistema de la literatura misma, como
referencia externa para todas las obras concretas que somete a estudio; trata
de establecer una base, lo más científica posible para los estudios literarios. En
la base del estructuralismo está la idea de sistema como entidad total que se
regula a sí misma y que puede adaptarse a nuevas condiciones, transformando
sus características pero conservando su estructura sistemática.
Considerar cierta perfección sistemática donde no la hay es reconocer dos
tipos de peligros, Genette señala el de considerar las obras literarias como
objetos cerrados y terminados con el fin de poder estudiarlos sistemáticamente;
otro peligro ha sido lo que podríamos llamar la “falacia formalista”, que consiste
en la falta de interés por el “significado” y el “contenido” de las obras literarias.
El estructuralismo, lejos de aislarse del mundo en una reclusión de formas, se
acerca a él directamente en diversos niveles de investigación. Trata de explorar
la relación entre el sistema de la literatura y el de la cultura de la cual forma
parte. Vuelve a acercarse al mundo siempre que estudia el aspecto semántico
de cualquier característica textual.