Duewel Wesley G - Ardiendo Para Dios

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ARDIENDO PARA DIOSWESLEY L. DUEWELPRLOGO Ardiendo para Dios es un libro que se dirige a la desesperada necesidad de liderazgo espiritual que nene la iglesia de hoy. No tenemos que ser telogos para reconocer que en la actualidad escasean bastante las personas preparadas para ministrar en lugar de Cristo. La investidura necesaria para tal servicio proviene solamente de la gracia del Espritu Santo que capacita para ello. Podemos tratar de arreglarnos con menos pero sin que more en nosotros Su dominio somos bronces que resuenan y cmbalos que retien. Jess dej esto muy en claro a Sus seguidores antes de volver al cielo. Ellos recibieron las instrucciones de esperar hasta que fueran dotados con poder desde lo alto, aunque ya tenan las credenciales de testigos de Jess comisionados para discipular a las naciones. Nada menos que el bautismo de fuego consumidor iba a bastar para la tarea para la cual fueron nombrados. La efusin pentecostal del Espritu Santo marc el comienzo de esta nueva era del ministerio. Fue el paso culminante del descenso de lo divino a lo humano. Jess en cuanto Presencia externa era ahora entronizado Soberano en el devoto y leal vasallaje de Su pueblo. Su palabra se hizo fuego dentro de ellos que salieron, con corazones que ardan con el amor de Dios, hacia sus sendas con alegra y propsito nico, alabando a su Seor. Privilegio de cada creyente es eso que experiment la iglesia apostlica: Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estn lejos Hechos 2:39. El doctor Wesley L. Duewel, eminente autor y estadista misionero, enfoca esta verdad en estas pginas. El expone cualidades de la vida que se va volviendo ministerio cristiano con aguda sensibilidad y profunda humildad. Su tratamiento es sencillo y realista, reflejando sin falta la mente de alguien que ha procurado sentarse a los pies de Jess. Leer el libro ha sido para m un ejercicio penetrante e inspirador a la vez. Lo recomiendo esperando que sea lo mismo para ustedes. Robert E. Coleman A TI QUE ME LEES

Este libro es para todo lder cristiano: pastor, laico, profesor de escuela dominical o Biblia, lder del grupo de jvenes, misionero o lder de la causa de Dios en general. No es un manual que ensee el cmo aunque contiene muchas sugerencias prcticas para el liderazgo, sino que es un libro sobre la dinmica espiritual de tu liderazgo. Cmo puedes ser ms persona de Dios? Cmo puedes tener ms del sello y poder de Dios en tu liderazgo? La radiantez de Dios en tu vida; la uncin de Dios en tu liderazgo; el amor quemante por Cristo, la iglesia y los perdidos; tu impresionante responsabilidad de rendir cuenta por ser lder espiritual; tu vida de oracin como lder stos son todos temas de significado decisivo final para ti. Ltdo de tapa a tapa; vas a querer leerlo una y otra vez. Quizs este libro te plantee un reto y te pongas de rodillas a medida que lo vas leyendo, como me pas mientras lo escriba. He captado una visin de lo que Dios quiere hacer por ti y por mi. Escribo no en calidad de maestro de todo lo que procuro compartir contigo sino como colega del peregrinaje en pos del supremo bien espiritual de Dios.

T y yo no somos dignos de conducir o ensear al pueblo de Dios. De todos modos, El nos ha elegido para que Le representemos y espera otorgarnos toda la suficiencia que necesitamos. El anhela tanto llenamos con Su Espritu Santo para que no nos limitemos a estar en llamas sino ardiendo por Dios. Wesley L. Duewel I. PUEDES ARDER! Ardiendo para Dios! Tu manera de ser tan baada por la presencia y belleza del Seor que las dems personas intuyen que Dios est contigo! La mano de Dios tan claramente evidente en tu vida y liderazgo que se advierte el poder y la autoridad que reposan en ti con santidad y paz! El Espritu Santo que te unge repetidamente para que desempees tus obligaciones diarias y tus actividades de dirigente! Dios te quiere como lder que arde verdaderamente con Su Espritu Santo, seas ordenado o laico. Has estado anhelando que el Espritu Santo te toque ms, que Dios ponga con ms poder Su mano sobre ti, sellando tu liderazgo y toda tu vida? Has sentido que Dios debe tener disponible ms uncin de Su Espritu Santo para ti que la que has experimentado habitualmente? Cuando lees los relatos de la forma en que Dios us, tan poderosamente, a hombres como Wesley, Whitefield, Finney y Moody, deseas que esas obras divinas fueran ms comunes en los lderes cristianos de hoy? Has ansiado tener el fuego del Espritu Santo en forma ms evidente: que toque tus labios cuando hablas, tu corazn cuando oras y que agregue esa bendicin extra de Dios a tu liderazgo? Regocjate! Dios te concedi ese deseo. El tiene una nueva dimensin de capacitacin divina disponible para cada lder cristiano, incluyndote a ti. Dios anhela demostrarte que El est ms cerda de ti de lo que t te das cuenta. El te ha escogido y conducido para Su propio propsito. Dios quiere hacer nuevas cosas a travs de ti y tu ministerio. T eres una persona que Dios quiere usar ms y ms para Su gloria, en un sentido en que t, con toda probabilidad, te consideras totalmente indigno. T sabes que no eres en absoluto especial. Apenas si te concibes como hombre de Dios o mujer de Dios pero l quiere usarte en forma especial. T eres importante para El; Dios te necesita y quiere probarte lo que El puede hacer a travs de tu vida y liderazgo. Dios quiere que te enciendas con Su amor, Su Espritu Santo y Su poder Puedes arder por Dios Dios prefiri usar el fuego como smbolo del Espritu Santo para ayudamos a entender lo que El anhela hacer por nosotros. El quiere que Sus lderes ardan por El, que estn encendidos por la manifiesta presencia del Espritu Santo, en llamas con Su gloria. El quiere que esta capacidad sagrada te caracterice como uno elegido y nombrado por El. Gran parte del contenido de este libro puede bendecir a cualquiera que est hambriento de Dios hambriento de ser ms usado por Dios, y ser usado especialmente por Dios para ayudar a todos ustedes, los lderes cristianos, sea que sirvan tiempo completo o que dirijan grupos de cristianos dentro de una iglesia en particular. Cualquiera que sea tu posicin de lder: pastor, anciano, presbtero, dicono, misionero, lder de algn ministerio cristiano, Dios quiere que seas una llama ardiente. Maestro o maestra de escuela dominical, lder laico, lder de grupos de oracin, ustedes tambin pueden arder para Dios. El liderazgo cristiano exige el ptimo espiritual de parte de nosotros y mucho ms. Su toque sobrenatural que da poder debe agregarse a nuestro ptimo. Debemos ofrecer lo mejor de nosotros mismos y luego esperar que Dios aada Su fuego sagrado. Nuestro ptimo nunca basta. Constantemente necesitamos ese toque extra de Dios. Necesitamos Su fuego. Necesitamos ms que habilidad y destreza para servir a Dios. Necesitamos la manifiesta presencia de Dios, la conciencia y evidencia del toque especial de Dios en nosotros. No confiemos en nuestro conocimiento, preparacin y experiencia sino confiemos en ese toque

de Dios que nos transforma a lo supremo y ptimo a cada uno de nosotros. Spurgeon insista necesitamos la uncin espiritual extraordinaria, no el poder intelectual extraordinario. No nos satisfacemos con ser fieles; deseamos profundamente el reconocimiento especial de Dios sobre nuestra fidelidad. No nos satisfacemos con trabajar mucho y fuerte sino que esperamos en Dios para que otorgue poder a nuestros ms fervientes esfuerzos. Procuramos algo ms que estar muy atareado, y buscamos la evidencia de que Dios nos est usando. Dios te cre para ser llenado con y ungido por Su Espritu Santo. Esa llenura completa tu personalidad, te capacita para ser como Cristo y radiante con la presencia de Dios; y hace que tu servicio sea guiado por el Espritu, facultado por el Espritu y tisado a plena capacidad por Dios. Como lder cristiano saludable nunca puedes darte por satisfecho sin esa plenitud, esa condicin divinamente impartida de ser como Cristo, y esa capacitacin transformadora que te hace tomar conciencia deque Dios te est usando para Su propsito y gloria. Ningn lder cristiano puede estar completa y continuamente satisfecho en su ministerio sin esa capacitacin divina: el resplandor, el fuego y el poder del Espritu Santo deben estar presentes en nosotros y activos por medio de nosotros. Es hermoso y desafiante contemplar una vida que arde por Dios, es inspiradora para el prjimo a quien imparte fe para creer la obra de Dios en las vidas de sus seres amados y las situaciones que les conciernen; les da confianza en que Dios responder la oracin, y har que las otras personas se acerquen a Dios y le obedezcan. Una vida en llamas siempre es una bendicin mucho mayor que la misma vida carente de la llama del Espritu Santo. Jess dijo de Juan el Bautista: El era antorcha que arda y alumbraba (Juan 5:35). El evangelista ms grande que haya conocido la China, Juan Sung, era calificado como la llama viviente del celo evanglico. Ha habido una y otra vez cristianos tan llenos del Espritu, y tan usados por Dios, que los hermanos con discernimiento se han referido a ellos diciendo que arde para Dios, arde con el Espritu de Dios, siervo ardiente de Dios, lder bautizado en fuego, u otros calificativos semejantes. Los que mejor te conocen, esos a quienes diriges: hablan as de ti, en esos trminos? Spurgeon hablaba de la necesidad de contar con lderes que vivan solamente para Cristo y no desean nada que no sea oportunidades para promover Su gloria, extender Su verdad, ganar por Su poder a quienes Jess ha redimido por medio de Su preciosa sangre... Necesitamos hombres al rojo vivo, que fulguren con intenso calor; hombres a los cuales no puedas acercarte sin sentir que tu corazn se calienta; hombres que se abren paso ardiendo por Dios en todos los trabajos, hasta llegar, directamente, a la obra deseada; hombres lanzados por la mano de Jehov como si fueran truenos que explotan, abrindose paso a travs de todo lo que se les opone, hasta llegar al blanco hacia el cual estaban apuntados; hombres propulsados por la Omnipotencia. David Brainerd, el valiente misionero intercesor que trabaj con los indios norteamericanos, exclamaba: Oh, que yo pueda ser fuego abrasador al servicio del Seor! Heme aqu, Seor, mndame; envame a los confines de la tierra... scame de todo eso que es llamado comodidad terrenal; envame hasta la misma muerte si es en Tu servicio y para expandir Tu reino. Dios eligi el fuego para que fuera el primer y ms importante smbolo continuo que manifiesta Su presencia. En todo el perodo del Antiguo Testamento Su Shekinah (gloria) gneo resplandor milagroso demostraba constantemente Su presencia, gua, liderazgo, intervencin y sello de aprobacin. En el perodo del Nuevo Testamento el Espritu Santo es la manifestacin de la Shekinah. Israel perdi la Shekinah de Dios cuando los llevaron en cautiverio, y sta no les fue restaurada hasta su retomo visible en Pentecosts, habindose transformado de haber sido, primordialmente, la presencia de Dios en un lugar a ser Su presencia en Su mismo pueblo. Su visibilidad fue transitoria en Pentecosts pero su realidad es permanente en aquellos que son llenos del Espritu Santo.

Jess quera que todos Sus discpulos fueran bautizados con el Espritu Santo y el fuego (Mateo 3:11; Lucas 3:16). Jess desea que cada uno de nosotros sea tan lleno del Espritu Santo que nuestra naturaleza ms ntima sea limpiada como por fuego, y nuestra vida hecha radiante, llenada con poder y celo dados del Espritu, y en llamas con la Shekinah (gloria) de Dios. La Shekinah (gloria) del Espritu Santo, Su santa llama es para todos nosotros los creyentes en esta dispensacin de la gracia, es para embellecemos con una manera de ser santa, hacemos de refulgente disposicin y fructfera vida. Esta es la norma de Dios en el Nuevo Testamento para Sus hijos e hijas pero cunto ms debera ser caracterstica de todos los lderes de la iglesia de Cristo! Cada lder cristiano debe ser un ejemplo, y prueba visible de la norma de Cristo, de una vida llena del Espritu Santo. Como lder debes mantener tu estatura espiritual, persistencia y fervor, y estar tan marcado por el sello del Espritu Santo de Dios que aquellos a quienes t diriges agradezcan a Dios por tu liderazgo. Ellos deben ser motivados a aceptar y seguir de todo corazn tu liderazgo siendo llevados, consciente e inconscientemente, ms cerca de Dios por tu direccin. Todos nosotros, los lderes cristianos, anhelamos ser mas usados por Dios, ms marcados por el sello de Dios en nuestras vidas y ministerios. S valiente y anmate. Dios satisfar ese anhelo tuyo. Puedes arder hoy por Dios ms que nunca. Oh, desde lo alto Vos vinisteis A impartir el puro fuego clico; Enciende una llama de sacro amor En el msero altar de mi corazn. Que ste por Tu gloria arda Con inextinguible fulgor, Y temblando regrese A su fuente en humilde oracin Y ferviente loor. Jess, confirma el deseo de mi corazn Para obrar, hablar y pensar por Ti; Pero djame abrigar el fuego sagrado y seguir inflamando Tu don en m. (Traduccin libre) Charles Wesley II. EL ESPIRITU SANTO TE HARA ARDER

El Espritu Santo es la maravillosa Tercera Persona de la Trinidad, sobre la cual sabemos tan poco. El nos ama con tanta ternura, nos cuida tan personalmente, y nos ministra con tanta fidelidad Qu asombroso es que encontremos en la Biblia tan a menudo que el fuego solamente es el smbolo comn de esta bellsima Persona! Por qu la Escritura escogi el fuego para ilustrar Su presencia y Su obrar? Qu bendicin indica esto para nosotros cuando estamos llenos del Espritu? Un mensaje simblico del fuego del Espritu es, sin lugar a duda, Su obra de purificacin, lo que es muy importante para nosotros. Esta obra es la realidad central de la experiencia de ser llenado con el Espritu Santo (Hechos 1529). Sin embargo, hay otras verdades significativas enseadas por el smbolo del fuego del Espritu Santo, verdades que enseguida examinamos.

Juan el Bautista haba profetizado sobre Jess que: El os bautizar en Espritu Santo y fuego (Mateo 3:11; Lucas 3:16). La venida del Espritu Santo iba a tener el efecto del fuego. Cristo deseaba que todo el fiero ministerio del Espritu fuera activo en la vida de los Suyos. El encendi la santa llama de Dios en los corazones de Sus seguidores cuando empez Su ministerio terrenal. Fue tanto el poder que Cristo dio por Su bautismo de fuego en el da de Pentecosts, como fue visiblemente simbolizado por el descenso de la sagrada llama del Espritu Santo, que los ciento veinte empezaron a esparcir el sacro fuego de Dios por todo el mundo. Jess haba dicho: Fuego vine a echar en La tierra. Lucas 12:49 Aunque no todos los comentaristas de las Escrituras estn de acuerdo respecto del significado de este fuego que Cristo tanto ansiaba que llegara, que en el decursar de los siglos, una pltora de hombres famosos y eruditos lderes de la iglesia consideran esa expresin del Seor como una referencia, directa o indirecta al poderoso ministerio del Espritu Santo.1 El celo por cumplir el propsito de Dios Padre arda en Jess corno un fuego inextinguible que indicaba una ardiente aptitud para hacer toda la voluntad del Padre aunque sta costara Su propia sangre. Nuestro Salvador de corazn ardiente debiera tener discpulos con corazones semejantes. El obispo Williani Quayle deca al referirse a un lder que est en el centro de un crculo bordeado enteramente por fuego. La gloria lo envuelve. El lder es un prisionero de la ,. Orgenes; Atanasio; Jernimo; Crisstomo; Calvino; Clarke; Dnnn; Jamieson, Paussett y Brown; Lieeid; Marhsall; Micklem; Fatrar; Geldenhuys; Alfrd; G.Campbell Morgan; Ryle; Barclay; Leon Monis; Dictionary of New Testoment Theotogy; etc. majestad. El dice que aun e1 carente de habla debiera encenderse con respecto a esos temas que el Evangelio nos compele tratar. No debemos ser inspidos. No hay una sola pgina aburrida en toda esta antigua historia, de la redencin de la raza humana Quayle nos ruega que no seamos apticos sino vigilantes pues estamos cargados con un ministerio que debe ser manifestado so pena que muramos y, lo que aun es ms consecuente, es que debe ser expresado so pena que este mundo perezca. Deja que tu corazn sea encendido con sus ulteriores palabras: el ministro tiene su propio corazn extraamente caliente. El amor lo cie. El Cristo lo aplaude. La eternidad se vuelve su tutor. El cielo se aduea de l hacindolo embajador suyo. Dios se complace con l. Mil lenguas de fuego lamen el horizonte de su amante pensar y designio. Benjamn Franldin confesaba que iba, a menudo, a escuchar a George Whitefield, pues con sus ojos lo vea arder. Hemos olvidado el significado de la raz de donde proviene nuestra palabra entusiasta; proviene de en theos, es decir, literalmente en Dios. Cuando Dios pone Su ardiente Espritu Santo en nosotros, ste va a arder naturalmente dentro de nosotros con santa dinmica. Nos volvemos ardientes y encendemos a otros. El lder cristiano peca al ser tan opaco que no inspire a otros. Ese prncipe de los predicadores ingleses que fue el doctor Martyn Lloyd-Jones insiste: predicar es la teologa que pasa por el hombre que arde... Repito, el hombre que pueda hablar desapasionadamente de esas cosas, no tiene derecho de ocupar un plpito, y nunca debe permitrsele usar uno. Cul es el fin principal de la prdica? Me gusta pensar que es ste: dar a hombres y mujeres un sentido de Dios y Su presencia

Un respetado profesor de la Universidad de Nueva York deca que el secreto de la gran enseanza es el contagio. Este es el secreto de todo gran liderazgo. Martn Lutero no quera perder el fuego de su alma; tampoco nos atrevamos nosotros. El fuego atrae, motiva, enciende otros fuegos; la naturaleza del fuego es encender, poner en llamas. El Ejrcito de Salvacin y muchos otros evanglicos britnicos gustan cantar este himno, que escribi el fundador de ese Ejrcito, William Booth: Cristo, T la llama ardiente que limpia, Manda el fuego! Hoy reclamamos la ddiva comprada por Tu sangre Manda el fuego! Mira hacia abajo y ve a este ejrcito que espera; Danos el prometido Espritu Santo. Queremos otro Pentecosts, Manda e1 fuego! Es Tu fuego el que queremos, por el fuego rogamos, Manda el fuego! Para fuerza para siempre hacer lo justo, Para gracia para vencer en la lid, Para poder caminar por el mundo sin manchamos Manda el fuego! Para hacer fuertes y valientes A nuestros dbiles corazones, Manda el fuego! Para vivir en un mundo agonizante Al cual queremos salvar, Manda el fuego! Oh, mranos en Tu altar depositar nuestras vidas, Todo nuestro ser, en este mismo da. Para coronar esta ofrenda ahora te imploramos Manda el fuego! (Traduccin libre) Dios dijo a Jeremas: He aqu yo pongo mis palabras en tu boca por fuego (Jeremas 5:14). En esa ocasin Dios se refera al fuego del juicio pero, en forma similar, Dios hace que nuestras palabras quemen, para que Su pueblo pueda encenderse con santo amor, celo y obediencia. Cuando el Espritu Santo enciende nuestro corazn, har que se enciendan nuestras palabras cual hoguera. Cuando nuestra manera de ser est encendida por el compromiso a Cristo, y tenemos la ardiente visin de lo que El se propone hacer por nosotros, todo nuestro liderazgo se revive y vibra con poder. Debemos mantener nuestra consagracin constantemente, as como los sacerdotes mantenan el fuego del altar del templo. Dios honra cuando buscamos repetidamente las ocasiones para renovar nuestro compromiso, confesar nuestra total dependencia de El, y adueamos e implorar de nuevo el ministerio de su bondadoso Espritu Santo dentro de y a travs de nosotros. Acotemos ms plenamente este ministerio de fuego del Espritu. El te enciende con Su bautismo de fuego. El os bautizar en Espritu Santo y fuego (Mateo 3:11; Lucas 3:16). Eso deca Juan el Bautista sobre Jess; esto se refiere al gneo carcter de las operaciones del Espritu Santo en el alma explorar, consumir, refinar, sublimar como casi todos los buenos intrpretes entienden las palabras.3 El te da poder con Su gnea energa divina. El fuego de Dios habla tambin de Su divina energa constantemente lista para dar poder a los Suyos, que estn totalmente entregados a l. Cristo desea que todo el gneo ministerio del Espritu Santo sea activo en tu vida: Fuego vine a echar en la tierra (Lucas 12:49). El encendi la santa llama de Dios en los corazones

de Sus seguidores cuando empez Su ministerio terrenal; pero saba que necesitaban ms del Espritu Santo. El fuego interior del Espritu enciende con Su divina presencia a la persona llenada del Espritu. El da de Pentecosts pudo verse que el Espritu Santo descenda en forma de santa llama sobre los hombres y mujeres reunidos en el aposento alto. Dotados de poder por el Espritu Santo empezaron a esparcir el santo fuego de Dios ese mismo da. Durante dcadas el fuego del Espritu Santo sigui ardiendo y esparcindose. La persecucin no pudo sofocar el fuego de ellos sino que slo sirvi para soplar las llamas; Pentecosts prendi una llama que por la gracia de Dios nunca se apagar. El te incendia con Su gnea radiante y Su celo. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espritu, sirviendo al Seor (Romanos 12:11). Tu eres ferviente en espritu cuando ests incendiado espiritualmente. Weymouth traduce ese pasaje as: Que vuestros espritus se incendien; Goodspeed lo traduce: Prendido por el Espritu Santo; y la versin Revisada de la Biblia: Brilla con el Espritu Santo. El Espritu Santo revive tu espritu, te llena con abundancia de vida, amor y celo; te incendia para que manifiestes la vibrante y radiante vida de Dios. El revivir tus devociones, acelerar tu obediencia y soplar tu celo hasta que se torne en llamaradas. Como creyente lleno del Espritu debes caracterizarte por la intensa devocin, la ferviente disposicin y el servicio leal que distingue a los ngeles celestiales. Apollos era de espritu fervoroso (Hechos 18:25) lo cual traducido literalmente es espritu ardiente o al rojo vivo con el Espritu Santo. Cuando el Espritu Santo arde dentro de ti, libre y pleno, tu vida interior se vuelve radiante, tu celo se intensifica y tu servicio se toma dinmico. T ests aprovechando bien el tiempo (Efesios 5:16). La necesidad de este celo y fuego espiritual es resaltado por la condicin de la iglesia de Laodicea que se haba vuelto tibia (Apocalipsis 3:15-16). La temperatura espiritual de un lder lleno del Espritu Santo debe permanecer alta. El Espritu Santo desea tanto llenarte con amor gape ardiendo al rojo vivo, que tu vida irradie constantemente Su presencia. Cualquiera que sea la traduccin de Romanos 12:11, ferviente en tu espritu o con el Espritu Santo, el Espritu Santo mismo es el que siempre te da poder. Su activa plenitud debe saturar tu manera de ser y tu servicio. El te da dones que t puedes convenir en llamas. Los dones espirituales son dotes para el servicio dado por medio de la actividad del Espritu Santo. Dios provee cualquier poder divino que necesitemos para el servicio al cual nos ha asignado. El Espritu Santo mismo es la gran ddiva de Dios a nosotros (Hechos 2:38) pero El otorga dones de gracia (charismata proveyendo poder y capacidad divinos para servir a Dios, y al cuerpo de Cristo. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que est en ti. 2 Timoteo 1:6 Fjate en que el don estaba en l. El Espritu Santo obra primariamente desde adentro, no por encima ni por fuera. El no nos manipula sino que nos capacita por Su presencia y poder que mora en nosotros. Dios nunca te designa o gua a realizar un servicio sin estar disponible para darte poder y dones con todo lo necesario para que hagas Su voluntad; pero t debes desempear un papel cooperador. Debes reavivar o soplar para que surja la llama completa de ese poder divino. Los dones de Dios son dados para que los atesoremos y usemos. Fallar en usarlos com Dios desea, es fallar a Dios y al prjimo. Desarrollamos los dones usndolos, y en la medida que utilizamos lo que Dios nos da, el Espritu Santo nos capacita, nos gua y nos hace dar fruto.

La tendencia constante del fuego es apagarse. El Espritu Santo no desperdicia la energa divina. Si no obedecemos y usamos la gracia provista por Dios, El cesa de drnosla. El tiempo verbal en el griego resalta el reavivamiento continuo de la llama. La biografa espiritual de muchos lderes cristianos dice una vez estuvo al rojo vivo. Hubo un tiempo en que t estuviste ms al rojo vivo por Dios que hoy? Alabado sea Dios pues una llama que se est apagando, ya casi extinta, puede ser reavivada para que vuelva a arder brillante otra vez. El soplo reavivador debe ser continuo. Dios instruy cinco veces que el fuego del altar del holocausto deba mantenerse encendido siempre (Levtico 6), Inicialmente ese fuego haba sido dado por El mismo desde 1 cielo (Levtico 9:24; 2 Crnicas 7:11). Dios suple el fuego pero nosotros debemos mantenerlo ardiendo. Necesitamos constantemente el fuego del Espritu Santo que simboliza la presencia divina dentro de nosotros y necesitamos constantemente el toque de la gracia divina sobre nosotros, provista por medio de la expiacin. Nuestra consagracin a Dios nunca debe fallar y Su presencia y poder en y sobre nosotros nunca disminuir. Dios ha creado inflamables a nuestros espritus. Somos combustible espiritual. Nuestra naturaleza es creada para ser incendiada por el Espritu Santo. Cuando estamos al rojo vivo somos ms bendecidos, ms victoriosos, ms utilizables. Somos ms a semejanza de Dios cuando brillamos con la santa llama la llama del Espritu Santo que mora en nosotros. El fuego de Dios confiere una inolvidable atraccin a la personalidad del mensajero de Dios y al contenido de su mensaje. Imparte sagrada autoridad que no puede ser imitada por los esfuerzos humanos. Sella con la marca de Dios en tal forma que los otros no pueden ignorarla. Confiere una santa autenticidad y asegura la integridad. Imprime la obvia intervencin participativa de Dios. Debemos mantener ardiendo en el altar de nuestros corazones la llama del Espritu Santo a todo costo. La palabra griega en avives el fuego en 2 Timoteo 1:6 se refiere al uso de un fuelle que hace inflamarse un fuego que est en extincin, yeso indica que exige esfuerzo. Timoteo tena que hacer todo lo que poda para intensificar la manifestacin de la llama del Espritu Santo. Nuestra cooperacin con el Espritu es esencial para la consistencia del ardor que fluye, de la radiantez espiritual y el celo flamgero. El General Hooth instaba a su gente el fuego tiende a apagarse; vigila el fuego del altar de tu corazn. Corremos constante peligro de enfriarnos espiritualmente, perder nuestro fervor y demorar el celo. El reavivamiento personal viene de renovar el compromiso y reafirmar la consagracin. Cada uno de nosotros necesita repetir ese reavivamiento personal sin cesar. Tenemos el Espritu Santo, ese gran don de Dios pero tenemos que sentir ms hambre de la manifestacin de Su presencia y abrir nuestros corazones constantemente a la espera fiel de Su obra, Su poder y capacitacin en nuestra vida. Dios nos da capacidad y el Espritu Santo quiere imbuir nuestro ser total con Su realidad, hacindonos Sus canales de expresin para que Su santo fuego pueda ser constantemente visible en nosotros. Debemos elegir si rechazaremos al Espritu Santo, sofocndolo o si soplaremos para reavivar las llamas de Su presencia. III. SE BUSCA: UN CORAZN ARDIENTE!

El lder cristiano no dispone de alternativa al Espritu Santo, pues debe tener su corazn al rojo vivo con el amor de Dios y el amor por el prjimo. El doctor George W. Peters deca Dios, la iglesia y el mundo buscan hombres con corazones que arden al rojo vivo

corazones llenos con el amor de Dios; llenos con compasin por los males de la iglesia y el mundo; llenos con la pasin por la gloria de Dios, el Evangelio de Jesucristo y la salvacin de los perdidos. Agrega La respuesta de Dios a un mundo indiferente, materialista, fro y burln es el corazn cristiano que arde al rojo vivo en los plpitos, las bancas, las escuelas dominicales, los institutos bblicos, las universidades, seminanos cristianos Si t, como lder, careces de corazn ardiente, pocos de los que lidereas van a ser conocidos por sus corazones ardientes, y ejercern escasa influencia e impacto en el mundo que los rodea. Nuestras comunidades se impresionan poco con nuestros programas y mltiples actividades. Se necesita mucho ms que una iglesia atareada, amistosa o evanglica para impactar en una comunidad por Cristo. Debe sta ser una iglesia ardiendo al rojo vivo dirigida por lderes que tambin arden al rojo vivo por Dios. Samuel Chadwick, difunto presidente de una universidad britnica, era llamado la zarza ardiente. Desde que fue llenado con el Espritu Santo hubo milagros de gracia obrados por medio de la influencia de una vida que arda con e1 fuego de Dios. Frances W. Dixon cuenta cmo el poder de su prdica y la influencia moral de los miembros de su iglesia eran tan grandes que el jefe principal del vecindario expres, pblicamente, su gratitud por la manera en que toda la ciudad haba sido limpiada por la influencia de hombres y mujeres incendiados con el amor de Dios. Un colega de ministerio pregunt una vez a John Wesley, el evangelista del corazn ardiente, cmo ganar al pblico. Wesley le replic si el predicador arde los otros vern el fuego. Uno de los bigrafos de Wesley lo llam el hombre sin tregua en pos de las almas. Grabadas en la tumba de Adam Clarke, uno de los primeros eruditos metodistas y protegido de Wesley, estn estas palabras: Me estoy consumiendo al vivir para las dems personas. 1. DeWitt Talmage escribi hace un siglo en esta poca queremos por sobre todas las cosas, fuego el santo fuego de Dios ardiendo en los corazones de los hombres, revolviendo sus cerebros, propulsando sus emociones, excitando sus lenguas, brillando en sus semblantes, vibrando en sus acciones, expandiendo su podero intelectual, y fundiendo todos sus conocimientos, lgica, retrica en un arroyo al rojo vivo. Que este bautismo descienda y miles de nosotros, hasta ahora no ms que dbiles ministros, comunes y corrientes, fcilmente olvidados por la humanidad, nos volveramos, entonces, poderosos, lo cual sigue siendo verdad. Tambin sigue siendo verdad en el mundo que nos rodea. Hace unos aos, en Polonia, un soldado dijo al doctor Harold John Ockenga: El cristianismo y el comunismo corren una carrera ep Polonia que va a ganar el primero que encienda en llamas su mensaje. El cristianismo desapasionado no apagar los fuegos del infierno. La mejor manera de luchar contra el devorador incendio de un bosque es con ms fuego. Un lder desapasionado nunca encender al pueblo. Un lder de jvenes que no es apasionado nunca incendiar por Cristo a esa juventud. Hasta que nosotros estemos ardiendo al rojo vivo no podemos hablar a los corazones de nuestro pueblo. El obispo Ralph Spaulding Cushman oraba: Encindenos Seor, conmuvenos, te rogamos! Mientras el mundo perece da tras da, Seguimos nuestro camino sin sentido ni pasin. Prndenos, Seor, conmuvenos, te rogamos! No hay mayor necesidad que sta en nuestras iglesias y escuelas. No basta ser evanglico de fe y corazn; debemos ser supremamente posedos por Cristo, apasionamos por Su amor y gracia, incendiados al rojo vivo con Su poder y gloria. Cada parte terrenal de nuestro ser, segn la letra del gran himno, debe brillar al rojo con el fuego divino de Dios. La madera, el

altar, y el sacrificio no bastan, necesitamos el fuego! Fuego de Dios desciende de nuevo sobre nosotros! Encindenos, incndianos, oh Seor! Si vamos a ser una fuerza irresistible para Dios ah donde El nos haya puesto, necesitamos el bautismo de fuego del Espritu Santo. Si vamos a despertar a nuestra amodorrada iglesia, necesitamos que baje a nosotros la santa llama que descendi sobre cada creyente en el aposento alto. T la necesitas; yo la necesito. T. A. Hegre escribi en un conmovedor articulo titulado Arde fuego de Dios que: Necesitamos fuego: fuego que avive nuestra frialdad y revuelva nuestras emociones, fuego que nos impele a hacer algo por aquellos que van a las tumbas sin Cristo. Incontables millones mueren hoy sin que se les haya dicho de Cristo porque nosotros, los cristianos estamos apagados. Necesitamos fuego: el fuego del Espritu Santo. No necesitamos fuegos artificiales porque no glorifican a nuestro Santo Cristo. Necesitamos fuego santo, el fuego con que el Espritu Santo nos bautiza. Necesitamos el fuego y el celo de la iglesia de los primeros das cuando casi todo cristiano estaba listo, si era necesario, para ser mrtir por Cristo. John R. Rice reprendi nuestra falta de fuego en un sermn que peg fuerte. Escuchen, no se trata que los pecadores estn endurecidos. El problema es que se endurecieron los predicadores, los profesores de escuela dominical, los diconos bautistas y los mayordomos metodistas junto con los ancianos presbiterianos. Encuentro ms fcil ganar un alma y lograr que un borracho y una prostituta se conviertan que encender al rojo vivo a un predicador respecto de las almas George Whitefield fue usado poderosamente por Dios y l y John Wesley pusieron de cabeza a Inglaterra para Cristo y salvaron, por la gracia de Dios, a las islas britnicas de un duplicado de la revolucin francesa. Se dijd de Whitefield desde que empez a predicar, cuando era muchacho, hasta la misma hora de su muerte, no conoci disminucin de su pasin. Su alma fue un horno de ardiente celo por la salvacin de los hombres hasta el fin de su notable carrera. Su alma un horno ardiendo! Ah! He ah el secreto. Nuestro trgico problema es que tratamos de liderar al pueblo de Dios con corazones que nunca han ardido verdaderamente o que perdieron su llama. Elas or hasta que el fuego cay sobre el monte Carmelo. Entonces los rprobos de la poca se postraron exclamando: es el Dios! Jehov es el Dios! 1 Reyes 18:39 Puede el fuego Shekina que incendi la zarza, hacer eso con nuestros corazones hasta que seamos zarzas ardientes para Dios? El fuego Shekinah del monte Sina infundi todo el ser de Moiss hasta que su rostro irradi la gloria de Dios. Podemos acercarnos bastante a Dios hasta que el fuego Shekina empiece a transfigurar nuestros vasos de barro y nuestro pueblo vislumbre la gloria de Dios sobre y en nosotros? Puede regresar hoy a nosotros el fuego Shekinah que Ezequiel vio irse paulatinamente de Israel? Regres a los ciento veinte que estaban en el aposento alto. Si nos llev diez das en buscar el rostro de Dios, sera ms que valioso si pudiramos tambin ser incendiados por Dios. Solamente Dios puede bautizar con fuego, de modo que no podemos ganarlo ni trabajarlo ni simularlo. Solamente Dios puede enviar Shekinah. Solamente Dios puede satisfacer tu necesidad y la ma. Llevamos mucho tiempo trabajando sin ese fuego. Anulamos excesivamente la gloria de Dios sin ese fuego. Llevamos demasiado tiempo sin ese fuego dejando sin impactar a nuestra gente.

Nosotros no podemos encender ese fuego y no podemos producirlo en nosotros mismos; pero podemos humillamos ante Dios en total integridad y honestidad, confesando nuestra necesidad. Podemos buscar el rostro de Dios hasta que Su luz divina nos muestre lo que hay en nuestros corazones y vidas que impide que seamos llenados e inve~tidos de poder. El santo fuego de Dios solamente desciende sobre los corazones hambrientos, obedientes, preparados. Quizs la necesidad subyacente a todas las necesidades sea que no estamos bastante hambrientos ni sedientos ni desendolo con toda nuestra alma. Pues si vosotros, siendo malos, sabis dar buenas ddivas a vuestros hijos, cunto ms vuestro Padre celestial dar el Espritu Santo a los que se lo pidan? (Lucas 11:13). Te imploramos que vengas; oh, si, ven! Bendito Espritu Santo ven de nuevo hoy; Ven, habita plenamente en nosotros en forma poderosa. Anhelantes esperamos Tu gracia y poder; Bendito Espritu Santo, ven a nosotros en esta hora. Coro: Ven a nosotros ahora! ven a nosotros ahora! Nos inclinamos ante Ti hambrientos, sedientos, deseosos. Obra en toda Tu plenitud en y por nosotros todos; Hambrientos y obedientes, Seor, llamamos confiando. Bendito Espritu Santo, permite que descienda la Shekinah; Que Tu santa gloria descienda sobre todos nosotros! Que Tu fuego y gloria desciendan ahora sobre nosotros; Pon Tu sello en nosotros y, entonces, envanos a servir. Bendito Espritu Santo, obra de modo que todos vean; Ejerce Tu Seoro todo Tu ministerio. Obra poderoso ms plenamente de lo que hemos visto u odo; Esa es Tu bendita promesa, esa es Tu Santa Palabra! Bendito Espritu Santo, oh, no te demores! Ven en poder y gloria; ven hoy a nosotros! Tenemos hambre de Ti; a Ti necesitamos. Bendito Espritu Santo, ven, oh, ven! te imploramos. (Traduccin libre) Wesley L. Duewel. IV. ANHELAS PODER?

Es natural que el lder cristiano anhele que el poder de Dios descanse sobre l o ella y que se note en su ministerio. A menudo te hallas anhelado ms poder para orar, hablar y llegar a las vidas de aquellos que atiendes en tu ministerio. Ese anhelo es dado por Dios que lo pone en tu corazn por medio del Espritu Santo, pues quiere que t le pidas y confes ms en El en lo que respecta a Su poderoso ministerio a travs de ti. Dios es Dios de poder, cosa que se demuestra en la creacin. Dios demostr Su poder en la poca del Antiguo Testamento a travs de y en los lderes de Israel, cuando liber a Israel de Egipto, y en los santos reyes y profetas. Dios sigue otorgando ese poder a Su pueblo, Jehov dar poder a su pueblo (Salmo 29:11). El mismo es la fuerza y el poder de Su

pueblo (Salmo 28:7). El poder y fuerza de Dios es tema principal de la alabanza del pueblo de Dios Dad a Jehov la gloria y el pode? (Salmo 29:1; 96:7). Dios es el Dios de amor y poder que gozosa y bondadosamente manifiesta ambas caractersticas. El lder cristiano debe demostrar el amor y el poder de Dios a travs de ser habilitado para ello por el Espritu Santo; la falta de amor o de poder en el ministerio indica que ese ministerio no ha sido ntegramente sellado por el Espritu Santo. En la poca del Antiguo Testamento parece haberse resaltado ms la manifestacin del poder de Dios a favor de Su pueblo que Su manifestacin dentro y por medio de ellos, aunque esto ltimo estaba tambin presente en forma decisiva. Nosotros que vivimos en la poca del Nuevo Testamento vivimos bajo la dispensacin del Espritu Santo, pero es como si Dios siguiera siendo en gran parte como El era para Su pueblo del Antiguo Testamento (Romanos 8:31). Esta es nuestra constante experiencia y fortaleza; pero Dios ahora desea manifestar Su poder dentro de y por medio de nosotros de una manera especial.

EL ESPIRITU SANTO CUBRELa historia bblica resalta con gran frecuencia que el Espritu Santo del Seor viene sobre los lderes elegidos. El Espritu de Jehov vino sobre Otoniel que lleg a ser juez de Israel, fue a la guerra, y as hubo cuarenta aos de paz. Por qu pudo Otoniel vencer al enemigo aunque no contaba con tropas entrenadas? Debido al poder de Dios sobre l. Ho y tenemos en contra nuestra no slo a los poderes espirituales de las tinieblas (Efesios 6:12; Colosenses 1:13) sino tambin nos enfrentamos a las fuerzas de nuestra cultura secular, los intereses propios y los medios impos de comunicacin a las masas. Cmo, entonces, nos atrevemos a concluir que podemos derrotar y poner en fuga a las fuerzas que se oponen a la voluntad de Dios sin que El nos d repetidamente poder especial para nuestros esfuerzos? No debemos dar eso por sentado sino que debemos pedirlo a Dios silo queremos recibir. El hecho que sta es la dispensacin del Espritu no nos garantiza que el Espritu siempre vaya a ceimos, damos poder y manifestar al mximo el triunfo de Dios en forma automtica. Nos arriesgamos constantemente a descansar con demasiada exclusividad en los esfuerzos y sabidura humanas. El secreto de la manifestacin del Espritu Santo radica en que se lo pidamos (Lucas 11:13; Santiago 4:2). Algunas de estas promesas fueron escritas mucho antes del derramamiento del Espritu Santo en Pentecosts. Aunque esta es la dispensacin del Espritu Santo, Su obra suele depender de nuestros pedidos especiales. El Espritu del Seor vino sobre Geden que toc el cuerno y reuni a las tribus (Jueces 6:34). Tal vez haya momentos en que no tenemos el xito adecuado al reunir el pueblo de Dios para adorar, testimoniar, dar y orar, porque el Espritu del Seor no ha venido sobre nosotros en poder. Demasiado a menudo tratamos de hacer la obra de Dios sin buscar con fervor que El nos habilite poderosamente. El Espritu vino sobre Jeft (Jueces 11:29) y l avanz contra los fuertes ejrcitos enemigos. El secreto del avance por Dios es el mismo hoy. El Espritu debe venir sobre nosotros una y otra vez. El avance lento puede ser causado porque fallamos en pedir y adueamos adecuadamente del poder del Espritu. El Espritu vino sobre Sansn con tal poder que se enfrent a un len joven (Jueces 14:6); el hebreo dice literalmente que el Espritu se abalanz (como avalancha) sobre l y es la misma palabra del hebreo usado en las otras dos ocasiones en que Sansn enfrent emergencias (Jueces 14:19; 15:14). Sugiere esto la disponibilidad inmediata del poder de Dios que puede venir como un alud sobre nosotros? El requisito del tiempo suele estar planteado por consideracin a nosotros u otros que estn envueltos en el caso. Ser dotado del poder de Dios no tiene que ser un largo proceso gradual pues Dios es capaz de satisfacer nuestra necesidad en forma instantnea y abundante.

El Espritu vino sobre Sansn nuevamente con poder y l derrot a los de Ascaln. De nuevo volvi a precipitarse el Espritu y abati a mil opresores filisteos. Si Sansn hubiese seguido luchando las batallas del Seor sin comprometerse con el pecado, el Espritu hubiera venido sobre l una y otra vez con poder, cada vez que Dios viera que era necesano. Somos prestos para satisfacernos y gloriamos con momentos fugaces pasados en que Dios nos toc con Su poder. El se deleita en damos poder tan a menudo como se lo pidamos y lo necesitamos con ms frecuencia de lo que pensamos. Hemos llegado, con demasiada facilidad, a complacemos y satisfacernos con las mnimas manifestaciones de Su poder. Samuel prometi a Sal: El Espritu de Jehov vendr sobre ti con poder... y sers mudado en otro hombre (1 Samuel 10:6). Cuando el poder hubo venido sobre l, Sal tena que hacer lo que su mano encontrara para hacen El Espritu vino sobre l con poder (y. 10) antes que terminara el da, mientras obedeci al Seor. Poco despus Sal supo que haba una gran necesidad en la nacin y nuevamente El Espritu de Dios vino sobre l con poder (1 Samuel 11:6). Pero Sal no tard en empezar a ejercer su propia voluntad y dej de obedecer al Seor. No leemos que volviera a pedir la ayuda de Dios. Sal perdi el poder y pele sus ltimas batallas por propia cuenta. Qu trgico es que un lder cristiano, como Sansn, que ha conocido momentos especiales al haberle sido dado poder del Seor, cuando el Espritu Santo vena sobre l con poder, empieza luego a confiar en su propio saber y experiencia, sus atareados emprendimientos y sus destrezas administrativas ms que en el Seor. Pablo se dio cuenta que era ms fuerte cuando l perciba su debilidad y se arrojaba sobre el Seor (2 Corintios 12:10). Jess le dijo mi poder se perfecciona en la debilidad (2 Corintios 12:9). El Espritu Santo dio poder a David para el desempeo de su funcin: y desde aquel da en adelante el Espritu de Jehov vino sobre David (1 Samuel 16:13). David tuvo por experiencia continua el ser lleno por el Espritu Santo pues la mano de Dios estuvo repetidamente sobre l para que cumpliera la voluntad de Dios. El lder cristiano tiene todo derecho espiritual para pedir y recibir repetidamente. las investiduras y toques de poder de parte de Dios. Te ha tocado Dios con Su poder? Eso es una muestra de lo que le deleita hacer por ti cada vez que lo pides y, por fe, te adueas de las daciones divinas especiales en tu ministerio y momentos de urgente necesidad. Se dice que el Espritu de Dios vino sobre Geden (Jueces 6:34), Amasai (1 Crnicas 12:18) y Zacaras (2 Crnicas 24:20) y los revesta, lo cual sugiere que fueron poderosamente envueltos con el Espritu Santo, y completamente rodeados por la presencia y poder de Dios. No sugiere un toque de poder momentneo sino en un ser envuelto de forma permanente en el Espritu, por lo menos, hasta que se hubiera completado el ministerio particular o misin asignada por Dios. Como lderes cristianos elegidos por Dios, tenemos todo el derecho para experimentar el envolvente Espritu de Dios. Sea que nuestro rol se refiera a satisfacer una necesidad particular y especial, guiar al pueblo de Dios, ensearles, alentarlos o reprenderlos, Dios inviste nuestro ptimo humano con la santa dacin de dones de Su Espritu y Su poder es nuestro privilegio que puede ser nuestro por medio de la oracin y la fe. Miqueas atestigu, mas yo estoy lleno del poder del Espritu de Jehov, y de juicio y de fuerza, para denunciar.. .a Israel su pecado (Miqueas 3:8). Aun antes de la venida del Espritu Santo en Pentecosts para llenar al pueblo de Dios, Miqueas conoca el ser lleno del poder del Espritu. Se debe a nuestra falta de verdadero valor proftico, fidelidad y franqueza para proclamar la verdad de Dios, desde el plpito o en la consejera privada, a que no estamos llenos con el Espritu como Dios manda? Los cometidos que el Seor nos asigna hoy son de diferente ndole pero el mismo poder est disponible para nosotros de acuerdo a nuestra necesidad. El poder de Dios es tan disponible para nuestra generacin como lo fue para cualquier otra que haya vivido. Hoy

sigue siendo el da de la gracia de Dios y de la dispensacin del Espritu y Su poder. DioS no ha cambiado. Nosotros somos los que fallamos en adueamos. Hoy mismo pide a Dios que te vista con Su poder! V. LA MANO DEL SEOR SOBRE TI

En el Antiguo Testamento se usa frecuentemente la expresin la mano del Seor para manifestar que el Espritu de Dios descansa sobre una persona, sea en gracia o en poder. Cuando Dios dio a Esdras la visin y carga por Jerusaln, ste se dirigi a Artajerjes para exponer sus pedidos e informa que le concedi el rey todo lo que pidi, porque la mano de Jehov su Dios estaba sobre Esdras (Esdras 7:6). Esdras estaba consciente de la bondadosa mano de Dios en su vida; en dos captulos lo menciona cinco veces. Le dijo a Artajerjes: La mano de Dios es para bien sobre todos los que le buscan (Esdras 8:22). Luego convoc a su pueblo para que orara y ayunara en pro de un viaje seguro. El peligroso y largo viaje desde Mesopotamia a Jerusaln fue realizado con toda seguridad, pese a que la caravana llevaba enorme cantidad de oro y plata sin proteccin armada. La mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libr de mano del enemigo y del acechador en el camino (Esdras8:3 1). Tambin nosotros podemos estar inusualmente conscientes de la bondadosa mano de Dios sobre nuestro liderazgo y nuestro pueblo. Esta debiera ser nuestra repetida experiencia en esta dispensacin del Nuevo Testamento. Dios anhela ser bondadoso con nosotros (Isaas 30:18). Ciertamente el pueblo morar en Sin, en Jerusaln; nunca ms llorars; el que tiene misericordia se apiadar de ti; al or la voz de tu clamor te responder (Isaas 30:19). Habitualmente no necesitamos que nos sobrevengan sequas en nuestro ministerio, perodos prolongados faltos de evidencia mnima de la presencia de Dios con nosotros, y del uso que hace de nosotros para Su gloria. Podemos y debemos experimentar con frecuencia el poder, la renovacin y la fructificacin que Dios nos da. Muchas veces nos pasar lo que a Jacob, que nos damos cuenta plena del hecho despus que ha sucedido. Ciertamente Jehov est en este lugar, y yo no lo saba (Gnesis 28:16). No debiramos requerir manifestaciones sobrenaturales para saber que estamos en la voluntad de Dios; de todos modos, Dios se ha revelado repetidamente como el Dios de lo sobrenatural, glorificndose al dar indicaciones especiales y visibles de Su favor y bendicin. En lugares no cristianos, sta es a menudo necesaria para confirmar la realidad de que Cristo es el Dios viviente y de que Su evangelio es el gran poder de Dios para salvacin. Quizs esto se haya vuelto de creciente importancia en nuestra propia sociedad tan secular y escptica. Nehemas tuvo un testimonio similar, Entonces les declar cmo la mano de mi Dios haba sido buena sobre m, y asimismo las palabras que el rey me haba dicho (Nehemas 2:18). Esto motiv que todos los dems se unieran, de inmediato, a la tarea a la cual Dios los llam (y. 18); quizs nada ms efectivo que la Palabra para unir a un grupo en la fe y el amor en torno a un lder. Las personas con discernimiento espiritual advierten rpidamente la evidencia de la bendicin o su carencia. La lealtad de la gente, cuyo respaldo en oracin y cooperacin es esencial para los aspectos espirituales de tu liderazgo, es confirmada ya que la mano bondadosa y poderosa de Dios est sobre ti. Estas personas se sienten muy leales al seguimiento de tu liderazgo. El pueblo de Dios necesita ver a Dios en ti, y usndote. Elas recibi un aumento sobrehumano de su fuerza cuando la mano del Seor fue sobre l (1 Reyes 18:46). Uno puede recibir el toque divino que renueva y refresca espiritual, mental y

fsicamente para el servicio del Seor. El toque de Dios beneficia todo nuestro ser (Isaas 40:3 1). Ezequiel es el profeta que ms habla de la mano de Dios sobre l. La primera vez fue al comienzo de su ministerio registrado. La palabra del Seor vino a l, la mano del Seor estaba sobre l, y vio una visin del querubn. El relato de su irresistible llamado ocupa los tres primeros captulos en Ezequiel 1:1-3:15. Ezequiel informa ocho veces que la mano del Seor estaba sobre l. Siete veces cuenta la manera en que el Espritu lo puso sobre sus pies. Veinte y cuatro veces, l relata, cmo el Espritu le gui. lo tom, o lo trajo. Muchas de estas experiencias fueron parte de una visin. Lo importante es que Ezequiel estaba totalmente consciente de que Dios lo estaba tocando, hablndole, dirigindolo y usndolo. El saba que la mano de Dios estaba en su ministerio, que no hubiera sido el mismo sin Su mano. Es acaso posible para nosotros que podamos volvemos tan tremendamente conscientes de que la mano de Dios est sobre nosotros? Es la intencin de Dios que Su toque consciente sea paste de nuestra vida de lderes? Quizs hoy no solemos usar esta forma de hablar tan grfica pero tenemos hoy a nuestra disposicin la realidad subyacente a ese lenguaje? Debieras darte cuenta claramente, cada tanto tiempo, que la mano de Dios est sobre ti mientras diriges y ministras? Lucas nos dice que la mano del Seor era tan evidente sobre Juan el Bautista que se notaba aun desde su infancia, que la gente se daba cuenta de la misma. (Lucas 1:66). Como resultado de la presencia de Dios en los primeros cristianos, gran nmero crey, y se convirti al Seor (Hechos 11:21). Podremos atribuir la ausencia de resultados espirituales observables a la falta de la mano de Dios en nuestra vida y ministerio? Cunto ms debiramos esperar vivir eso que la Biblia llama, con esta frase hebrea, la mano del Seo?? Esta es otra de las maneras en que Dios quiere impresionar la disponibilidad de Su poder en nosotros y nuestro liderazgo. Esto es un nfasis totalmente bblico y no corremos peligro alguno en llevarlo a extremos de exagerado fanatismo. Un mayor peligro es quedamos contentos con trabajar y ministrar en un nivel casi exclusivamente humano. Puedes distinguir la diferencia entre una leccin de la Biblia leda con la uncin de la mano del Seor sobre el maestro y otra sin la uncin? Puedes notar la diferencia entre un solo bellamente cantado con slo destreza humana y actuacin de alta calidad contra un solo cantado con la mano del Seor sobre el cantante? Por qu algunos sermones son tan muertos, tan letales, no mucho ms que una mera conferencia secular? Sin duda alguna, el predicador no ha recibido ese mensaje del Seor; adems, puede l mismo no creer lo que dice el mensaje, pero te has dado cuenta de la diferencia entre el sermn que es predicado con fe y entusiasmo y otro similar dado cuando la mano del Seor est sobre el predicador? Dios quiere que recibamos renovadamente la experiencia de la mano de Dios sobre nosotros la cual agrega Su dimensin divina a nuestro ptimo esfuerzo humano. Dios quiere que tambin aprendamos una nueva forma de depender: que El agrega a Su dacin de capacidad, Su presencia y Su poder. Puede que prefiramos hablar con vocabulario ms moderno sobre esto, pero hay una dimensin divina de realidad espiritual que Dios tiene disponible y anhela agregar a nuestro liderazgo. Toda nuestra cultura y el espritu de la poca tienden a hacemos depender de nosotros mismos en lugar de Dios. Hacemos mucha obra cristiana con muy poca conciencia de El. Si estuviramos encendidos por El necesitaramos cultivar nueva dependencia de Dios, conciencia de Dios y un estilo de vida imbuido de Dios. El lder, sea hombre o mujer de Dios, debe tener esta nueva dimensin de la intervencin de El en su liderazgo. Debemos volvemos vivos para Dios y todos Sus santos influjos y habilitaciones. Dios debe volverse absolutamente esencial en todo para nosotros. VI. EL PODER ESENCIAL

Y vosotros sois testigos.... pero quedaos vosotros en la ciudad ... hasta que seis investidos de poder desde lo alto (Lucas 24:48-49). Jess dio esta clara orden a un gran grupo de los discpulos. El mandamiento no puede ser mas claro. No estamos listos para dar testimonio, servicio o liderazgo cristianos hasta que seamos investidos con el prometido poder del Espritu. Hubo una tremenda diferencia en el ministerio de esos discpulos, antes y despus que el poder los envolviera e invistiera. Les haba dicho que el Espritu Santo ya estaba con ellos como discpulos Suyos (Juan 14:17) pues si alguien no tiene el Espritu Santo no pertenece a Cristo (Romanos 8:9). Siempre hay una tremenda diferencia entre ser discpulo de Cristo habitado por el Espritu y ser investido, llenado y dado poder con y por el Espritu. El Espritu debe penetrar y poseer todo nuestro ser. Debe controlamos en todo Su seoro. Debe llenar completamente nuestra manera de ser, aadiendo la dimensin del poder sobrenatural. No basta que digamos que cada cristiano tiene el poder del Espritu desde el da de Pentecosts. La pregunta correcta es estamos, t y yo, aduendonos debidamente del pleno poder disponible para nosotros? James Hervey, uno de los colegas de ministerio de John Wesley, usa estas palabras para narrar la diferencia que hizo el Espritu Santo en el ministerio de Wesley: Aunque su prdica haba sido como el disparo de una flecha, dependiendo de toda la fuerza y velocidad de su brazo para tensar el arco, ahora era como disparar una bala de rifle en que toda la fuerza dependa del poder que slo necesitaba un dedo para desencadenarlo. No te atrevas a servir meramente con amor de Cristo. Debes servir en la autoridad de Cristo con una personalidad consagrada a Cristo. Debes ser investido con poder desde lo alto, imbuido con lo sobrenatural, llenado por completo una y otra vez con el santo y dinmico poder de Dios (1 Tesalonicenses 5:23). Esto no es poder que chisporrotea, cruje y se ve en forma espectacular cuando llegas y tocas las necesidades de alguien. No es un atajo divino para obrar milagros instantneos. No es pasar a llevar la autoridad del Espritu para optar por hacer un milagro, sanar al enfermo o manifestar cualquier otro don o demostracin del Espritu. T no controlas este poder, ni lo usas; el Espritu te usa mientras El obra en poder. No me refiero a una cosa sensacional pues el poder siempre influye en forma dinmica pero no necesariamente espectacular. Aquel investido con el poder desde lo alto es capacitado para que viva y sirva en un nuevo nivel de efectividad dada por el Espritu, aunque sigue dependiendo de Dios por ser hijo Suyo. No se trata aqu de que la persona sea efectiva sino que Dios obre por medio de esa persona. Es la investidura divina que impregna y da poder al humano en la medida que ste sirva en total dependencia de la Persona divina, obedeciendo totalmente la guianza divina y adueado de su providencia. El sagrado misterio de la divina investidura de poder es que todo es de Dios. El opera en ti y por medio tuyo pero siempre dependiendo de la obediencia y cooperacin de tu ser rendido a Dios que no se impone a ti por la fuerza, ni viola la voluntad de sus hijos ni los manipula. El que manipula es Satans, todo lo que es oculto es manipulacin. Dios obra en ti y por medio de ti. Dios no manifiesta en forma automtica Su presencia en nosotros y Su poder mediante nosotros solamente porque aceptamos a Cristo como Salvador nuestro. Desde el momento en que nacemos del Espritu somos habitados por El, pero habitar y manifestarse son dos cosas diferentes. Dios elige cundo manifestarse. Nosotros debemos preparar el camino del Seor permaneciendo limpios, obedientes, conscientemente dependientes de El y hambrientos de Su manifestada presencia y poder. Es sta tu actitud? - Pablo estaba consciente de su total dependencia del poder de Dios pues saba que el poder de Dios deba saturar su mensaje de modo que la fe de los convenidos descansara sobre ese poder. Y ni mi palabra ni mi predicacin fue con palabras persuasivas de humana sabidura,

sino con demostracin del Espritu y de poder, para que vuestra fe no est fundada en la sabidura de los hombres sino en el poder de Dios (1 Corintios 2:4-5). Te preocupa ms elegir sabias palabras persuasivas para tus sermones, tu enseanza o tus palabras de consejo de lo que te interesa asegurarte que stas vayan acompaadas de la demostracin del Espritu y de Su poder? En qu medida ha sido primaria preocupacin e inters en tu ministerio esta demostracin del Espritu y de poder durante el ao pasado? Qu pasos has dado para examinar y probar esta divina habilitacin? El doctor Martyn Lloyd-Jones insiste en que si no hay poder, no es prdica. La verdadera prdica, despus de todo, es Dios actuando; no es simplemente un hombre que emite palabras sino Dios que lo usa. El hombre est bajo cl influjo del Espritu Santo; es lo que Pablo llama predicar con demostracin del Espritu y de poder (1 Corintios 2:4) o como l dice; Nuestro Evangelio no lleg a vosotros en palabras solamente, sino tambin en poder, en el Espritu Santo y en plena certidumbre (1 Tesalonicenses I:5).t Pablo atestigu que su ministerio se fundament en dos cosas; la gracia de Dios y el poder de Dios, yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado segn la operacin de su pode? (Efesios 3:7). Tanto su llamada al ministerio como su continuo ministerio diario fue por medio de la potencia y del ser facultado por Dios, la cual acta poderosamente en m (Colosenses 1:29). Pablo estaba siempre consciente de la poderosa potencia de Dios que obraba en y por medio de l, y le debe haber sido inimaginable obrar para Dios sin ese poder pues mucho mas importante que su obra para Dios, era que Dios obrara en l y por medio de l. Pablo trabajaba incansablemente porque Dios obraba en l poderosamente l consideraba que su obrar externo era dependiente absolutamente de la obra interna de Dios en l. Pablo poda hacer para Dios solamente en la medida que Dios hiciera en l y por medio de l. No hay otra manera de tener ministerio efectivo. Nos engaamos al pensar que la preparacin, la destreza y la experiencia pueden ser una alternativa al poder de Dios. No hay alternativa. El poder de Dios no nos vuelve pasivos sino 1todo lo contrario! La potencia de Dios fue la razn de su intenssimo trabajo a toda hora, a lo cual se refera Pablo como su lucha, trabajo, luchando segn la potencia de l, la cual acta poderosamente en mi (Colosenses 1:29). El griego para lucha es agonizomai, vocablo empleado para los atletas que participaban en las olimpiadas griegas. Puede traducirse como luchar, enfrascarse en fiero conflicto, pelear, contender, tensar cada nervio para conseguir un objetivo lo cual abarca esfuerzo, perseverancia y empeo al mximo. De modo que el poder de Dios no obra cuando Pablo se queda pasivo. Pablo obra para ganar para Cristo a todos los que pueda y presentar perfecto en Cristo Jess a todo hombre (y. 28) y, con este fin, Pablo trabaja, agoniza, lucha, se empea al mximo con toda la potencia de Cristo que tan poderosamente obra en l agregando inmediatamente Quiero que sepis cun gran lucha sostengo por vosotros (Colosenses 2:1), que sepan cun inmensa su agona por cuenta de ellos. Esta es la nica manera de asegurarse de los resultados al estilo del Nuevo Testamento. Debemos hacer nuestro mayor esfuerzo. Dios lo merece. Pero debemos estar investidos, llenos y saturados con el poder de lo alto. Debemos estar reverentemente dominados por la divina energa que viene sobre nosotros y que obra por medio nuestro. Oh, mis colegas cristianos! necesitamos ser empapados con un nuevo derramamiento del Espritu sobre nosotros; necesitamos que el poder de Dios descienda una y otra vez sobre nosotros, que entre en nosotros, que nos llene, que nos embeba hasta que podamos decir verdaderamente sobre nuestras vidas que no yo sino Cristo y sobre nuestro ministerio no yo sino el Espritu de Dios. No nos avergoncemos de confesar Su obrar. Glorificamos a Dios al dar testimonio humilde y reconocer, sin egosmo, Su obra; pero en el momento en que nos jactamos, tocamos la gloria de Dios con nuestras manos indignas, o empecemos a confiar en nosotros mismos y demos por sentado el poder de Dios; en ese mismo momento Dios retira Su mano y nos deja trabajar por cuenta propia enteramente.

Dios puede, en Su divina sabidura, complacerse en dejarnos solos para que laboremos por un tiempo sin esa asombrosa y tremenda conciencia de Su presencia. Nunca alcanzamos el punto en que cesamos de vivir y trabajar por fe. A veces Dios obra con gran poder sin que no s demos cuenta de ello. Dios suele trabajar en silencio en los corazones y vidas de personas que Su gracia preventiva prepara para Su gran da de salvacin, avivamiento y victoria. Debemos perseverar en orar, obedecer y depender totalmente de Dios durante esos compases de espera. Dios no nos ha olvidado ni tampoco olvida Sus metas divinamente escogidas. El est administrando Sus recursos, edificando Sus preparativos, absolutamente esenciales, para Su da de gran poder y triunfo, al cual nos est conduciendo. No exijas un sentir constante de la potencia de Dios obrando, sino que espera ocasiones repetidas de Su p un gracia en que El te bendice con la conciencia de Su santa presencia, y el callado o abierto obrar de Su poder. El poder de Dios es absoluto y enteramente esencial pero no es necesario que t ests consciente de ello. Sin embargo, si en muy raras ocasiones o nunca te das cuenta de Su potencia obrando en ti, es hora que escudries tu corazn. Si percibes el potente Espritu de Dios que te carga con toda fuerza a que ores, te gua a orar, y agrega Su potencia y autoridad a tu oracin, entonces, ten por seguro que Su poder te inviste aunque no veas Su poderosa obra externa como Su respuesta a tus oraciones. Algunas veces Satans parece que puede, durante un perodo, echar sombras tenebrosas sobre ti, mientras t oras y tratas de realizar un ministerio para Dios; parece como si el diablo fuera capaz de bloquear toda conciencia de parte tuya de la presencia y poder de Dios, te est pasando esto ahora? No te alarmes por estos momentos de fe. Mantente orando; obra en total dependencia del poder de Dios, aunque no puedas ver ni sentir Su obrar. Tal como t has sentido la presencia y el poder de Dios en el pasado, volvers a sentir la presencia y el poder con tanta certeza como antes. Lo que pasa es que ests en medio de un conflicto con la potestad de las tinieblas. Tu experiencia no es nica. Los santos de Dios tienen, a veces, das, semanas y hasta meses de esas tinieblas; pero la respuesta de Dios siempre vuelve. No te bajes del tren cuando vaya cruzando un tnel sino que sigue el camino rumbo a la gran victoria de Dios. Resiste al enemigo y el poder de Dios se te volver a revelar. VII. SE NECESITA PODER PARA EXTENDER EL REINO

El reino de Dios, del cielo, del Mesas, es un gran tema bblico proclamado por los profetas del Antiguo Testamento y repetidamente mencionado por Cristo en los Evangelios. Dios es nuestro Soberano Rey. Su reino en nuestro corazones hoy, y en el mundo hasta que regrese Jess es Su reino salvador. Es edificado a travs de manos humanas pero no por manos humanas; pues es edificado por el poder de Dios que obra mediante el ministerio conjunto del Espritu Santo y del cristiano llenado del Espritu. El reino de Dios nunca significa una accin emprendida por los hombres ni ningn dominio que ellos establezcan...; el reino de Dios es un acto divino, no es un logro humano ni siquiera el logro del cometido de cristianos consagrados El poder del reino opera en y por medio dc los representantes de Dios; pero el poder no es de ellos sino de Dios. Cristo da a los Suyos las llaves del reino para que las usen en atar y soltar por medio de la oracin y la obediencia (Mateo 16:19; 18:18-20). Pero el poder de las llaves sigue siendo poder de Dios y es utilizable solamente bajo la direccin y habilitacin del Espritu. El poder del reino estuvo presente en el ministerio de Jess y en el de Sus seguidores. Sin duda alguna, puede estar presente en tu ministerio actual; pero no es tu poder. Este poder del

reino es dado y manifestado por medio de ti solamente en la medida que Dios lo hace operativo y evidente. Nuestros mejores empeos, de pOr s mismos, no edifican ni hacen avanzar el reino. Los esfuerzos cristianos no son suficientes; aun el mejor empeo del cristiano lleno del Espritu es totalmente inadecuado. El reino de Cristo puede ser extendido a un corazn o grupo solamente cuando el Espritu mismo gua, faculta y usa los esfuerzos del que es llenado del Espritu. La medida en que Dios usa la influencia, testimonio y servicio de Su pueblo santo est regulada por la medida en que El soberanamente les da poder y obra por medio de ellos. La pureza y el poder estn ntimamente asociados pero no son idnticos. Necesitamos a ambos. Dios los quiere para nosotros. Son esenciales para nuestro vivir. Son aun ms esenciales en nuestro servicio. La pureza puede ser hermosa y positiva o sumamente negativa. La pureza puede ser retenida; el poder debe ser renovado. La pureza en forma de positiva bondad y justicia resulta del poder para ser lo que Dios quiere que seamos. Dios quiere damos el poder del Espritu tanto para ser como para hacer lo que El nos llama a ser y hacer. La pureza pertenece al vivir y el poder, especialmente al servicio. La medida espiritual de los lderes cristianos es la plenitud del Espritu y Su dacin de poder. La oratoria, la efectividad de la predicacin del sermn, y el lxico del que habla son buenos pero no suficientes. El contenido, la ortodoxia y la slida verdad bblica son esenciales, pero no suficientes. La personalidad, la gracia al hablar y al actuar son importantes, pero no suficientes. El poder del Seor debe estar sobre ellos. Todas estas cualidades pueden existir a nivel humano. El reino debe ser edificado, avanzado y manifestado a nivel de la divina dacin de poder a lo humano. Debe ser Dios que obra por medio nuestro. Cuando algunos en Corintios empezaron a enjuiciar y criticar a Pablo y su ministerio, ste no se preocup mucho porque consideraba que el Seor es su juez (1 Corintios 4:4) y El solamente conoce la medida de Su poder que obra dentro de nosotros, como lo expresa claramente Pablo: Porque el. reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder (1 Corintios 4:20). Pablo dijo que l iba a visitar Corinto y verificara palabras y poder de aquellos que estaban armando confusin. La verdad es esencial pero en el servicio de Cristo debe ser verdad en llamas. La verdad sin poder no cumple la voluntad ni la obra de Dios sino, solamente, ofender o matar. Pablo quera que los corintios evaluaran las credenciales de los lderes cristianos que venan a ellos de acuerdo a la presencia o ausencia del poder de Dios en sus vidas y ministerios Hubieras aprobado el examen minucioso de Pablo? En el captulo sexto de la segunda epstola a los Corintios (vv. 6-7) da una lista de las muchas formas en que l se recomienda como siervo de Dios, entre las cuales destaca el ministerio en el Espritu y en el poder de Dios. Pablo record a la iglesia de Tesalnica que nuestro Evangelio no lleg a vosotros en palabras solamente, sino tambin en poder, en el Espritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabis cules fuimos entre vosotros por amor a vosotros (1 Tesalonicenses 1:5). Pablo tena plena conciencia que el poder de Dios obraba. El lder cristiano suele darse cuenta cuando est especialmente presente el poder de Dios. Sueles darte cuenta de esto en tu ministerio? Era normal para Pablo. Leon Monis habl verdad al decir hay poder cada vez que el Evangelio se proclama fielmente pues no es simple exhortacin sino poder. Pablo saba que una fe edificada sobre palabras solamente, es decir, el solo mensaje, poda ser tentada a flaquear. Por eso record a los corintios que tanto su mensaje como la manera de predicarlo eran una demostracin del poder del Espritu (1 Corintios 2:5) y, de esa forma, la fe de ellos poda basarse en esa demostracin de poder que se agregaba al contenido de sus palabras. El griego traducido como demostracin sugiere evidencia o prueba era un trmino tcnico usado para una conclusin evidente a partir de las premisas El poder de Dios era tan notorio en el mensaje de Pablo que los corintios se vieron obligados a concluir que su mensaje, y l mismo como

mensajero, eran de Dios. El poder confirma a la verdad. No nos atrevamos a depender de la sola verdad; debemos dar ministerio de la verdad en llamas con el poder de Dios. Este poder era tan esencial y caracterstico de Pablo y su ministerio que estuvo dispuesto a pagar cualquier precio, para que el poder de Cristo pudiera permanecer en l. Era como si Pablo implorara continuamente a Dios oh, ms de Tu poder sobre m; oh, ms de Tu poder manifestado a travs de mi! Pablo ya saba tanto del poder del Espritu que para l es la marca de su ser en la voluntad de Dios. No se trata de que las visiones y revelaciones le importaran tanto. Pablo habla testificado sin vanagloria sobre esos preciosos tratos secretos de Dios con l (2 Corintios 12). No, lo que Pablo quiere es ms del poder de Cristo que habitaba en l y comunicado por medio del Espritu; desea ms que una experiencia cumbre ocasional. Anhela la experiencia continua del poder de Dios cada da de su vida y ministerio. Pablo senta hambre, y sed, y anhelos fortsimos de que ese poder permaneciera en l da tras da, y estaba dispuesto a pagar cualquier precio. Su corazn gritaba, que repose sobre m el poder de Cristo (2 Corintios 12:9). Cristo haba prometido poder cuando el Espritu Santo viniera sobre Sus discpulos (Hechos 1:8). Pablo haba experimentado una y otra vez ese poder, que se haba vuelto caracterstico de su ministerio. El dio testimonio de ello repetidamente. Quera ese poder descansando sobre l. El griego usado aqu significa tabernculo. Tal como Cristo vino y fue tabernculo entre nosotros durante Su encamacin (Juan 1:14, usa el mismo griego), Pablo considera su mayor ambicin en el ministerio la de tener el poder del tabernculo de Cristo sobre l. Quiere vivir a diario dentro de esta atmsfera de poder. Muchos comentaristas reconocen una referencia a la gloria Shekinah de Dios, la cual se pos sobre la tienda en el desierto, entr a la tienda y recubri el arca del pacto que estaba en la tienda. Ms adelante, entraba al templo y fue tabernculo sobre el arca en el lugar santsimo del templo. Pablo quera que el poder de Cristo lo cubriera de la misma manera como la Shekinah cubri al arca del pacto, dndole Su sombra y que permaneciera sobre l continuamente. Jess le habla dicho que ese poder se perfecciona en la debilidad (2 Corintios 12:9). La debilidad no genera poder Lemnos lleva a todos ms cerca de Dios quien es la fuente de todo poder divino. Cuando reconocemos lo dbiles e insuficientes que somos, invocamos a Dios, nos aferramos a Dios y hacemos de esto el clamor constante de nuestros corazones. Cuando Pablo reconoci, por medio de revelacin, que su aguijn en la carne (y. 7) y todas las otras formas de oposicin, peligros y sufrimientos durante los aos de servicio total por Cristo (2 Corintios 11:23-30), sirvieron para acercarlo ms a Dios y a la constante dependencia de El, el apstol exclam, Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy dbil, entonces soy fuerte (2 Corintios 12:10). Pablo dice que aceptar todo sufrimiento por amor a Cristo, por seguir viviendo en Su poder, que el Shekinah como tabernculo de gloria contine morando sobre l. Pablo dice estar completamente satisfecho, de hecho se regocija en todo lo que aumenta el poder de Cristo sobre l. Este no es el grito de un fantico que se ofrece al martirio sino el grito del eminente apstol de la iglesia que ha experimentado tanto del poder de Dios que considera todo lo dems como nada, si solamente pudiera seguir experimentando constantemente ms de ese poder. Cunta importancia tiene para ti tener el poder de Cristo, s, ms y ms de ese poder que es como tabernculo que descansa y permanece sobre ti? Cunto has experimentado de este sagrado poder? No las visiones, no los milagros, no los dones ni las manifestaciones, sino el silencioso poder de Cristo que todo lo invade y todo lo corona descansando sobre ti? Llenado con ese poder, energizado por ese poder, investido con ese poder, dotado para tu ministerio por ese poder! Ese poder es el Espritu Santo; ese poder es Cristo mismo (1 Corintios 1:24) manifiesto por medio del Espritu (1 Pedro 1:11) Est disponible hoy ese poder?

VIII. EL PODER DE DIOS EN EL MINISTERIO DE JOHN WESLEY

John Wesley (1703-1791), el evangelista del corazn en llamas, ejerci un ministerio repetidamente caracterizado por el poder del Espritu Santo. La conversin de Wesley es conocida, el piadoso ambiente de su hogar durante su infancia; su intencin de vivir en forma santa, metdicamente autodisciplinada durante su juventud; su promocin del Club Santo en Oxford; su experiencia misionera de dos aos en Norteamrica y su profunda piedad, todo eso carece, no obstante, de la seguridad de la salvacin pero es a menudo citado. Luego, lleg su nacimiento de nuevo que le cambi la vida el 24 de mayo de 1738, cuando este clrigo profundamente dedicado encontr a Cristo mientras se lea un pasaje escrito por Martn Lutero. Wesley inform que se le calent extraamente su corazn y, desde ese da en adelante, se volvi el proclamador del glorioso testimonio que da el Espritu para la salvacin. Cul fue el secreto de su prodigioso ministerio desde ese da en adelante? Respetados historiadores seculares han dicho que gracias al ministerio de John Wesley, sus asistentes y convertidos, y el gran despertar que result a travs de toda Inglaterra, la nacin fue salvada del bao de sangre que caracteriz la revolucin francesa que habla comenzado dos aos antes de la muerte de Wesley. Robert Southey agreg que Wesley fue la mente ms influyente de su siglo, y que su vida influira la civilizacin durante siglos, quiz milenios si la raza humana dura tanto! Un noble britnico que pasaba por una aldea de Cornwall, Inglaterra, despus de buscar vanamente un lugar donde comprar bebidas alcohlicas, le pregunt a un aldeano: 6Qu pasa que no se puede comprar ni siquiera un vaso de licor en esta pobre aldehuela? El viejo lugareo, que reconoci el rango del forastero, se descubri en seal de respeto, se inclin, y dijo seor mo, hace unos cien aos un hombre llamado John Wesley anduvo por este lugar; terminado de hablar, el campesino se fue; Durante cincuenta y tres aos de incansable ministerio Welsey se calific de el hombre de un solo libro la Biblia. Sin embargo, escribi ms de doscientos libros, edit una revista, compil diccionarios en cuatro idiomas todo escrito por su propia mano. Cruz tantas veces Inglaterra a lomo de caballo que totaliz casi 400.000 kilmetros. Durante aos viaj un promedio de treinta y dos kilmetros diarios y, a menudo, cabalgaba de ochenta a noventa y seis kilmetros por da, detenindose para predicar a lo largo del camino. Predic cuarenta mil sermones, rara vez menos de dos por da y, a menudo, siete u ocho o ms. Cuando cumpli ochenta y tres aos, se quejaba que no poda leer o escribir ms de quince horas diarias sin que le dolieran los ojos. Se lamentaba de no poder predicar ms de dos veces por da y confesaba su creciente tendencia a quedarse en la cama hasta las cinco y media de la madrugada. A los ochenta y seis aos segua levantndose a esa hora tan temprana para orar. Cul fue el secreto de su tremenda energa o, mejor aun, el secreto del tremendo sello continuo de Dios sobre su ministerio? Su diario registra con fecha 3 y 15 de octubre de 1738, su anhelo de una experiencia ms profunda. Los historiadores sealan una ocasin a los seis meses de haber nacido de nuevo. Escuchemos sus propias palabras escritas en el diario: Primer lunes de enero de 1739. Los seores Hall, Kinchin, Ingham, Whitefield, Hutchins y mi hermano Charles, estuvieron presentes en nuestra fiesta de amor en Fetterlane, con otros sesenta de nuestros hermanos. A eso de las tres de la madrugada, mientras seguamos activos orando, el poder de Dios vino con fuerza sobre nosotros, tanto que muchos gritaron de puro gozo, y muchos cayeron al suelo. Tan pronto como nos recobramos un poco de esa sorpresa y temor reverencial ante la presencia de Su Majestad, rompimos a alabar al unsono te alabamos, oh, Dios, reconocemos que eres el Seor

El relato recuerda uno parecido a lo que pasaron los apstoles (Hechos 4:23-3 1). Este derramamiento del Espritu sobre esta reunin de varias sociedades metodistas parece haber marcado un profundo impacto en el ministerio de Wesley. Desde entonces l predic con rara uncin y poder, y su prdica resultaba en la profunda conviccin de pecado en los corazones de multitudes de personas. Los sermones impresos de Wesley no contienen ilustraciones que hoy son tan comentes para tocar las cuerdas de los corazones de los oyentes. Nada en sus mensajes suscita emociones y cuando uno los lee hoy, se pregunta por qu fueron tan efectivos. Dios los us para llevar miles de vidas al Seor. No fue la palabra sino el poder de Dios en la palabra. Desde esa poca en adelante Wesley predic con tal novedosa autoridad y poder que miles vinieron al Seor Sus diarios que llev escrupulosamente durante aos, cuentan de personas que fueron sobrecogidas sbitamente por la conviccin de pecado que tan profunda da el Espritu. Los relatos recuerdan una de las experiencias de Pablo cuando el poder de Dios lo tir al suelo en el camino a Damasco. La gente gritaba de repente con gran angustia de alma mientras Wesley predicaba, muchos calan al suelo cuando se arrepentan debido a la mano de Dios sobre ellos y, a los pocos minutos, se regocijaban con la maravillosa seguridad del perdn de pecados y la profunda conciencia de la paz de Cristo. La gente vea sus pecados aparecer ante la vista de nuestro santo Dios y lloraban a gritos pidiendo liberacin. Algunos se ponan a temblar ante la tremenda presencia de Dios. Otros eran agarrados por la condenacin del pecado hasta tres semanas despus y, de pronto, empezaban a llorar como si agonizaran, se arrepentan y pronto se regocijaban en el perdn de pecados. El 21 de abril de 1739, en el teatro Hall, de Bristol, un joven se puso a temblar con gran violencia sbitamente y, a los pocos minutos, al intensificarse la tristeza de su corazn, se hundi hasta el suelo y pronto encontr la paz. El 25 de abril del mismo ao, mientras Wesley predicaba, uno tras otro, por todas partes, de forma inmediata caan por el suelo, como golpeados por un rayo. Pareca ser casi una rplica de la experiencia de Pablo en el camino a Damasco. La gente siempre era sobrecogida por la asombrosa revelacin de Dios y la pecaminosidad de sus vidas. Los crticos que estaban observando eran, sbitamente, tomados por una conviccin similar y convertidos en un instante. Un fuerte oponente fue sbitamente sacado de la silla, y cay por el suelo clamando a Dios. Wesley cuenta de otro lugar donde el poder de Dios estuvo sobre su prdica: Uno y otro y otro eran derribados a tierra; temblaban como hojas ante la presencia de Su poder. Otros gritaban fuerte y amargamente, preguntando qu deban hacer para ser salvados. El evangelista sufri repetida y encendida oposicin, asidua mofa y su vida estuvo en peligro continuo; pero l mismo escribi sobre su prdica: El poder de Dios vino sobre su palabra de modo que nadie pate, interrumpi ni siquiera abri la boca. En una ocasin hubo veintisis personas tomadas con tal conviccin de pecado que algunas se postraron y se quedaron ah sin fuerzas, mientras otros temblaban y gritaban excesivamente. Wesley oraba que ningn observador fuera ofendido por estas manifestaciones que l no alentaba ni detena, reconociendo que era la mano del Seor. El predicaba frecuentemente al aire libre con gran libertad a vastas muchedumbres; as lloviera y hiciera mucho fro, l predicaba a las masas y, a veces, su sermn duraba dos y tres horas. El 23 de diciembre de 1744 vino sobre l otra poderosa uncin mientras predicaba en un lugar. Escribi al respecto encontr tanta luz y fuerza como no recuerdo haber tenido antes. Una y otra vez, cuando estaba agotado por su constante ministerio, hallaba nueva fuerza fsica y espiritual mientras oraba. En una de tales ocasiones, el 17 de marzo de 1740, Wesley iba a caballo cuando, de pronto, un gran cansancio se apoder de l entonces pens, acaso Dios no puede sanar a hombre o bestia por algn medio o sin ninguno? De inmediato mi agotamiento y dolor de cabeza cesaron y, la cojera de mt caballo, en el mismo momento. He citado solamente unos pocos de los muchos ejemplos del poder de Dios sobre Wesley. No hay explicacin humana salvo su vida de oracin y repetido sentido del poder de Dios. No

fue nada elaborado. El nunca busc emociones ni demostraciones externas. Sencillamente Dios invisti con poder su constante ministerio. IX. EL PODER DE DIOS EN EL MINISTERIO DE CHARLES G. FINNEY Finney se interes en la Biblia y se compr una, cuando era un joven estudiante de leyes. Se fastidiaba mucho cuando escuchaba oraciones en la iglesia que nunca parecan contestadas. A medida que l se iba preocupando ms y ms por su alma, unos cristianos le ofrecieron orar por l; pero l les dijo que no vea qu bien poda resultar de sus oraciones pues ellos pedan continuamente sin recibir nada de Dios. En una maana de octubre de 1821, luego de varios das de creciente conviccin profunda de pecado dada por el Espritu, Finney tuvo una clara experiencia de Cristo y esa misma tarde fue llenado con el Espritu Santo. Fui poderosamente convertido en la maana del diez de octubre de 1821. En la tarde de ese mismo da recib irresistibles bautismos del Espritu Santo, que pasaron por ini, segn me pareci, por cuerpo y alma. Me encontr de inmediato dotado con tanto poder de lo alto que unas pocas palabras dichas aqu y acull a distintas personas fueron los medios para la inmediata conversin de las mismas. Mis palabras parecan flechas agudas que se clavaban hondo en las almas de los hombres, cortando como espada y quebrando el corazn como si fueran martillo. Hay multitudes que atestiguan de esto... Este poder es una gran maravilla! Muchas veces he visto personas incapaces de resistir a la Palabra. Las declaraciones ms sencillas y corrientes sacaban a los hombres de sus asientos como si fueran una espada, les quitaban su fuerza, volvindolos casi inertes, como muertos. Varias veces me ha pasado, en verdad, que no poda elevar mi voz o decir algo al orar o exhortar, salvo en la manera ms suave, sin que los venciera. Este poder parece, a veces, llenar la atmsfera de alguien que est muy cargado con l. Muchas veces habr un gran nmero de personas en una comunidad que sern investidas con este poder cuando la misma atmsfera de todo el lugar parezca estar cargada con la vida de Dios. Los extraos que pasan por el lugar y entran, sern instantneamente derribados con conviccin de pecado y, en muchos casos, convertidos a Cristo. Cuando los cristianos se humillan y se consagran de nuevo totalmente a Cristo, y piden su poder, a menudo recibirn tal bautismo que sern instrumentos para ganar ms almas para Cristo en un da que en toda su vida anterior. Mientras los cristianos permanezcan humildes para retener este poder, la obra de conversin proseguir hasta que comunidades y regiones enteras del pas sean convertidas a Cristo. Dios empez a usar a Finney en forma poderosa a 1 maana siguiente de haberlo convertido y dotado con pode o bautizado del Espritu como dice l mismo. Casi tod. persona a la cual habl en ese da, fue sobrecogida con conviccin de pecado y, ah mismo o poco despus, conoc al Seor Finney abandon su oficina de abogado para habla

1.Smith, Pasin por las almas. sobre la salvacin a las personas. Ese mismo da gan a un hereje y a uno que destilaba licores. La palabra se desparram por la aldea y la mayor parte del pueblo se reuni esa noche en la iglesia, aunque no se hicieron anuncios previos. Reunidos en la iglesia nadie hablaba hasta que, por fin, Finney se par y dio su testimonio. Muchos fueron inmediatamente convictos de pecado. Desde entonces, se realiz una reunin cada noche durante cierto tiempo y todos los de esa comunidad y de las comunidades vecinas, salvo uno de los anteriores colegas de Finney, conocieron al Seor.

Poco despus Finney empez a ayunar y orar, continuando las reuniones. Un da, mientras se diriga a la iglesia, la luz perfectamente inefable de Dios brill en tal manera en su alma que casi lo dej postrado. Pareca ms fulgurante que el sol del medioda, evocndole la conversin de Pablo en el camino a Damasco. Muchos fueron salvados, otros sanados del cuerpo, y Finney aprendi lo que significaba trabajar en oracin por los perdidos. Dios le imprimi repetidamente en su corazn, Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos (Isaas 66:8). Despus de haber sido ordenado en 1824, sus primeras reuniones regulares fueron en un lagar de la ciudad de Nueva York, donde predic varias semanas sin resultado. En un servicio pidi que la congregacin decidiera en pro o en contra de Cristo, cosa que los enoj. Finney pas el da siguiente en ayuno y oracin y esa noche vino sobre l un desusado sentido de uncin y poder, mientras que una ola de conviccin barra a la gente. Durante toda la noche hubo personas pidiendo que l fuera a orar con ellos, hasta hubo ateos endurecidos que se arrepintieron y fueron salvos. Desde entonces l predic con creciente poder el Evangelio por todos los Estados Unidos de Norteamrica, y ms tarde en Gran Bretaa, con grandes resultados. A veces el poder de Dios vena en tal forma sobre l durante un servicio que casi toda la gente presente caa de rodillas a orar, mientras algunos se postraban en el suelo. A veces, el poder de Dios era tan poderoso sobre l que el mismo Finney se senta casi izado de sus pies. En otras ocasiones pareca que una nube de gloria descenda sobre l mientras ministraba. Una calma santa caa a menudo en la zona donde Finney predicaba, tanto que hasta los perdidos y rprobos lo advertan. A veces, personas no salvas se sentan profundamente convictas de sus pecados tan pronto como entraban a la ciudad donde ministraba Finney. En un pueblo del estado de Nueva York donde predicaba contra el pecado y la incredulidad, una abrumadora solemnidad de Dios pareci instalarse sobre ellos a los quince minutos del sermn. La congregacin empez a caer de sus asientos en todas las direcciones llorando y pidiendo misericordia. Si yo hubiera tenido una espada en cada mano, no podra haberlos cortado y derribado tan rpido como cayeron. Casi todos estaban de rodillas o postrados. En 1826 fue a Auburn, Nueva York, donde algunos de los profesores del seminario teolgico hostilizaron su ministerio, escribiendo a otros ministros de las zonas donde Finney an no predicaba y de ello result que muchos se opusieron a su ministerio de avivamiento. Enviaron espas para tratar de encontrar algo que pudiera ser informado para daar su influencia. Un da, mientras Finney oraba extensamente, como habitualmente haca, Jess se le apareci en una visin. El se acerc tanto a m mientras yo oraba que mi carne tembl literalmente. Me estremec de pies a cabeza bajo el sentido de la presencia de Dios, escribi Finney sobre esta experiencia, que compar a estar en la cumbre del Sina con sus truenos. Pero, en lugar de querer huir, se sinti atrado a acercarse ms y ms a Dios. Mientras Su presencia lo llenaba, Finney sinti, como Daniel, no qued fuerza en m, antes mi fuerza se cambi en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno... me puse en pie temblando (Daniel 10:8-11). Dios le dio especiales promesas asegurndole que ninguna oposicin prevalecera y que l solamente tena que amar y ser bondadoso con los ministros que se le oponan. Finney estaba tan santificado que nunca sinti hostilidad de ningn tipo hacia sus enemigos. A veces Dios daba a Finney detalladas instrucciones sobre qu decir y cmo acercarse a personas aparentemente imposibles y, luego, el Espritu vena sobre ellos en conviccin y salvacin. Finney pareca constantemente llevado o restringido de ir a los lugares de ministerio. El poder de Dios que vena sobre la gente que era ministrada por Finney no se deba a ste, sino a la presencia del Espritu. La gente tomada por Dios durante un servicio sola continuar bajo la asombrosa mano del Espritu despus de haber vuelto a su casa. Ellos

pronto se dieron cuenta que no les era posible seguir con sus actividades habituales hasta que completaran el arrepentimiento, la restitucin y la confesin. Un conocido empresario de esa ciudad se opona intensamente a que su esposa fuera cristiana y no le permita asistir a las reuniones por un tiempo. Una noche, antes del servicio, ella or largamente, y cuando su esposo lleg, l le dijo que l la iba a llevar a la reunin. Su verdadera intencin era ridiculizar y objetar lo que pu