Dr. D. Eduardo Ripoll Perelló (1923-2006) · Harper Kelley, André Leroi-Gourhan, Raymond Vaufrey...

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Cuadernos de Arte Rupestre • Número 3 • Año 2006 • Páginas 215-222 Nacido el 23 de mayo de 1923 en la ciudad de Tarragona, el admirado y querido profesor Dr. D. Eduardo Ripoll Perelló vino a morir en Barcelona el 28 de marzo de 2006, apenas un par de meses antes de cumplir los 83 años. Lo hizo, cierto, dejando tras de sí la sentida ausencia de su persona, una impagable, larga y destacada tra- yectoria profesional y una enorme lista de alumnos y discípulos que, a buen seguro, le recordaran por siempre. Dr. D. Eduardo Ripoll Perelló (1923-2006) Juan A. Gómez-Barrera Foto 1. Don Eduardo Ripoll, junto al abate H. Breuil, durante una visita a la Universidad de Barcelona en 1952.

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Cuadernos de Arte Rupestre • Número 3 • Año 2006 • Páginas 215-222

Nacido el 23 de mayo de 1923 en la ciudad de Tarragona, eladmirado y querido profesor Dr. D. Eduardo Ripoll Perelló vino amorir en Barcelona el 28 de marzo de 2006, apenas un par de mesesantes de cumplir los 83 años. Lo hizo, cierto, dejando tras de sí lasentida ausencia de su persona, una impagable, larga y destacada tra-yectoria profesional y una enorme lista de alumnos y discípulos que,a buen seguro, le recordaran por siempre.

Dr. D. Eduardo Ripoll Perelló(1923-2006)

Juan A. Gómez-Barrera

Foto 1. Don Eduardo Ripoll, junto alabate H. Breuil, durante una visita ala Universidad de Barcelona en1952.

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Enamorado del estudio desde muy joven, cursó su carrera uni-versitaria en Barcelona, en cuyas aulas se licenció (1953) y doctoró(1956) en Filosofía y Letras (Sección Geografía e Historia) con lasmáximas calificaciones y sendos premios extraordinarios. Tuvo ladicha de recibir enseñanzas del insigne Luis Pericot, de trabajar y ela-borar su tesis doctoral sobre El arte paleolítico español al amparo deMartín Almagro y de ampliar estudios en el Institut de PaléontologieHumaine de París. Aquí coincidió con los profesores François Bordes,Harper Kelley, André Leroi-Gourhan, Raymond Vaufrey y, de formaespecial, con el abate Henri Breuil, al que en adelante consideró sumaestro y al que consagraría, pasado el tiempo, homenajes, miscelá-neas, artículos, una biografía y una imprescindible antología de sustextos. Paralelamente a esta formación inició sus trabajos museísti-cos, docentes y de investigación. Sabemos que entre 1947 y 1953ocupó el cargo de Conservador-adjunto del Museo Arqueológico dela Diputación de Barcelona; que entre su licenciatura y el doctoradoejerció como Profesor Ayudante de la Universidad de Barcelona y queen 1961 obtuvo, por oposición, la plaza de Conservador de aquél,ocupando dos años más tarde su dirección. Se hizo cargo, asimismo,de la dirección del Museo Monográfico y Ruinas de Ampurias, lugaréste donde, durante más de veinte años, impulsó los “CursosInternacionales de Prehistoria y Arqueología”. En 1968 sería nom-brado Profesor Agregado interino de Prehistoria en la UniversidadAutónoma de Barcelona. Un año más tarde lo sería, por oposición,de la Universidad de Oviedo y, tras ello y por concurso de traslado,pasaría a serlo de la Universidad de Bellaterra. Por último, en 1981,obtendría la Cátedra de la Universidad Nacional de Educación aDistancia de Madrid al tiempo que asumía la dirección del MuseoArqueológico Nacional (1981-1986). Dos años más tarde, en 1988,alcanzaría la jubilación, y, como no podía ser de otro modo, laUNED le nombró de inmediato Profesor Emérito.

Eduardo Ripoll Perelló obtuvo honores y distinciones: fueCorrespondiente de la Real Academia de las Bellas Artes de SanFernando (1970) y de la Real Academia de la Historia (1972);Numerario de la Academia de las Buenas Letras de Barcelona (1974)y de la Catalana de Belles Arts de Sant Jordi (1975), de las que, trassu jubilación, sería distinguido Presidente; Individuo de la SociétéPréhistorique Française (1949), de la Société Préhistorique del´Ariège (1950), del Instituto Internazionale di Studi Liguri (1951),del Centro Internazionali di Studi Sardi de Cagliari (1956) y delInstituto Italiano de Prehistoria y Protohistoria (1957); Miembro dela Hispanic Society of America (1981) y de la Union Internationaledes Sciences Préhistoriques e Protohistoriques (1976); y Ordinariodel Instituto Arqueológico Alemán (1972). Y recibió la Medalla de

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Oro al Mérito Cultural de la Diputación de Barcelona (1972) y laEncomienda de la Orden de Alfonso X el Sabio (1972).

De forma simultánea a cuanto queda dicho, el Profesor RipollPerelló fue secretario-redactor (1949-1962), codirector (1962-1968)y director (1968-1980) de la revista Ampurias. Fundador y director delas series “Corpus de Monumentos Megalíticos” (1961-1979),“Monografías de Arte Prehistórico” (1961-1979) y “Quaderns deTreball” (1979-1982); de las revistas Información Arqueológica (1970-1981), Ars Praehistorica (1982-1989) y del Boletín del MuseoArqueológico Nacional (1983-1986). Director del Butlletí de la ReialAcademia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi (1993-2006) y del Boletínde la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona (1995-2006).Miembro del Comité de Redacción de Índice Histórico Español (1953-2006); de Revista di Studi Liguri (1972-2006); de Trabajos de Prehistoria(1981-1986); del Bulletin du Musée d´Anthropologie Préhistorique deMonaco (1984-2006); de L´Anthropologie (1983-2006); de Espacio,Tiempo y Forma (1987-2006); y lo fue también del Consejo Asesor deProserpina (1984-2006), Xama (1991-2006) y de los ComitésCientíficos de las revistas Fonaments (1978-2006), Revista deArqueología (1980-2006), Archeo (1985-2006) y Koiné (1986-2006).Fue, además, Delegado, Comisario y Consejero de Bellas Artes en laprovincia de Barcelona en los años sesenta; director de los CursosInternacionales de Arqueología y Prehistoria de Ampurias (1966-1981); organizador del Simposio Internacional de Arte Rupestre,celebrado en Barcelona entre el 29 de septiembre y el 7 de noviem-bre de 1966, y del Congreso Internacional “El Estrecho de Gibraltar”,llevado a cabo en Ceuta en 1987. Participó activamente en cuantosCongresos Arqueológicos Nacionales e Internacionales se llevaron acabo mientras vivió. Fue responsable del más importante homenajeque nuestro país rindiera a Henri Breuil (Miscelánea en Homenaje alabate Breuil, 1877-1961, Barcelona, 1964) y, no contento con ello,escribió, como ya se ha señalado, su biografía esencial (El abate HenriBreuil (1877-1961), Madrid, 1994) y publicó la edición –con recopi-lación, traducción y comentarios propios– de una antología de textos(Abate H. Breuil. Antología de textos, Barcelona, 2002), única en sugénero en nuestro país.

Dirigió las tesis doctorales de Enric Sanmartí Greco (1973),Eduard Carbonell Esteller (1974), Josep Padró Parcerisa (1975),Teresa San Román Espinosa (1975), José Luis Maya González (1975),Rafael M. Bofill Fransi (1975), Tomás Gimeno Fabregat (1975), JoséM. Nolla Brufau (1977), Ramón Montanyà Maluquer (1975), AnnaM. Pujol Puigvehí (1981), M. Ángeles Petit Mendizábal (1986),Alberto López Mullor (1988), Francesc Gusi Gener (1988), RamónFábregas Valcarce (1990), Juan A. Gómez-Barrera (1991), Javier Nieto

Prieto (1991), Mariano Ayarzagüeña Sanz (1992), Anna Alonso iTejada (1993), Joaquín Roberto Bárcena Orezoli (1998), Martí Más iCornellà (1998) e Isabel Martínez Perelló (1999). Muchos de estosnuevos doctores participaron en los homenajes que sus compañerosde universidad y colegas de profesión le tributaron en 1988 con laedición de tres gruesos tomos, y multitud de artículos, que ocuparonlos volúmenes iniciales de las series de Prehistoria y Antigüedad deEspacio, Tiempo y Forma y el que, a la postre, sería el último ejemplarde Ars Praehistorica, y en el que, a lo que nos interesa por el conteni-do de nuestra revista, se incluía la más completa bibliografía del pro-fesor Ripoll acerca del arte prehistórico.

Del repertorio bibliográfico del Dr. Ripoll Perelló –que alcanzamás de 395 títulos de libros, capítulos de libros y artículos, y más de86 referencias de ediciones, prólogos, colaboraciones y traducciones–podemos entresacar, naturalmente sin pretender clasificar y sí acon-

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Foto 2. El profesor don Eduardo Ripoll en Valonsadero (Soria), junto a un grupo de alum-nos del curso de verano sobre Arte Rupestre celebrado en Ávila en 1991.

sejar a quienes se inicien en la tarea investigadora del arte rupestre, suparticipación en Prehistoria del Bajo Aragón (Zaragoza, 1956); susmonografías Los abrigos pintados de los alrededores de Santolea (Teruel)(Barcelona, 1961), Pinturas rupestres de La Gasulla (Castellón)(Barcelona, 1963), La cueva de las Monedas en Puente Viesgo(Santander) (Barcelona, 1972), Las cuevas del Monte del Castillo(Puente Viesgo, Santander), Guía (Santander, 1977), Orígenes y signifi-cado del arte paleolítico (Madrid, 1986) y El arte de los cazadores paleolí-ticos (Madrid, 1989); la edición de Prehistoric Art of WesternMediterranean and the Sahara (Nueva York, 1964), en colaboracióncon su maestro el profesor Pericot García, y Simposio Internacional deArte Rupestre (Barcelona, 1968); y, entre sus muchos artículos, “Lasrepresentaciones antropomorfas en el arte paleolítico español”(Ampurias, XIX-XX, 1957-1958, pp. 167-192), “Para una cronologíarelativa de las pinturas rupestres del Levante español” (Festschrift fürLotear Zotz, Steinzeitfragen der Alten und Neuen Welt, Bonn, 1960, pp.457-465), “Los grabados rupestres del Puntal del Tío Garrillas (tér-mino de Ponzondón, Teruel)” (Teruel, 66, 1981, pp. 147-154),“Acerca de algunos problemas del arte rupestre postpaleolítico en laPenínsula Ibérica” (Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria yArqueología, 3, 1990, pp. 71-104), “La piedra con figuras rupestres dedon Federico Marés” (Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria yArqueología, 5, 1992, pp. 207-230), “Historiografía del arte prehistó-rico en la Península Ibérica: I, hasta 1914” (Espacio, Tiempo y Forma.Serie I, Prehistoria y Arqueología, 10, 1997, pp. 89-127) y “El debatesobre la cronología del arte levantino” (Quaderns de Prehistòria iArqueología de Castelló, 22, 2001, pp. 267-280).

Y, sin embargo, para muchos de los que nos hemos dedicado alestudio e investigación del arte rupestre prehistórico, el profesorRipoll fue mucho más que el autor de innumerables artículos, impres-cindibles ediciones y memorables y significativas monografías. Suafán por conocer cuánto se escribía y publicaba sobre nuestra materiale hizo leer las colaboraciones, artículos y libros de cuántos a esemundo nos acercábamos, y en la mayoría de los casos, para nuestroorgullo y satisfacción, terminaba por publicar una nota, un resumeno una reseña de los mismos, en las que nunca hubo una crítica des-piadada y sí un halago, una felicitación o un consejo. En este sentido,reafirmando lo dicho, el profesor Ripoll llegó a publicar más de dos-cientas recensiones bibliográficas largas –la primera, la dedicada enAmpurias, allá por 1949, a Emilio Peruzzi y sus Aportaciones a la inter-pretación de los textos minoicos; la última, o al menos la última que nosconste, la que dedicó, en el Butlletí de la Reial Academia Catalana deBelles Arts de Sant Jordi de 1996 al yacimiento castellano leonés deAtapuerca–, y nada más y nada menos que 2.582 recensiones cortas

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en el Índice Histórico Español, que fundara en la Universidad deBarcelona el profesor Jaume Vicens Vives, y otras 544 en ArsPraehistorica. Es decir, el profesor Ripoll contribuyó al prestigio delestudio del arte rupestre en España con sus escritos, nos enseñó e ilus-tró con ellos y, encima, cuando no pudo actuar con nosotros comoeditor, nos leyó y nos resumió en los corpus bibliográficos de mayorprestigio del país. Fue, sin duda, eslabón y puente de unión entre susgrandes maestros –Henri Breuil, Pedro Bosch Gimpera, Luis Pericot,Martín Almagro–, sus colegas más notables –Francisco Jordá, HenriDelporte, Henri Lhote, Jean Clottes, Antonio Beltrán– y una pléyadede investigadores que, adscritos o no a la Universidad, han tenido, yalgunos aún tienen, al arte prehistórico, en sus múltiples facetas, comoprincipal desvelo de sus trabajos. Entre ellos, gentil él, nos incluyósiempre, mas en nuestro ánimo está aquí el recordar personalidadesde la talla de Mauro S. Hernández Pérez, María Soledad Corchón,María del Pilar Casado, Federico Bernardo de Quirós, Ramón BohigasRoldán, Victoria Cabrera Valdés, Joaquín González Echegaray, JoséLuis Sanchidrián Torti, Anna Alonso i Tejada, Miguel Soria Lerma,Manuel G. López Payer, Miguel Ángel Mateo Saura, Julián MartínezGarcía, Martí Màs i Cornellà, María Isabel Martínez Perelló, RamónFábregas, Vicente Baldellou, Antonio de la Peña Santos y Sergio RipollLópez. A todos nos ofreció las páginas de las revistas que editaba odirigía, y a todos, de un modo u otro, nos puso en contacto, contri-buyendo así, si no a formar un grupo cohesionado y normativo, sí aplasmar una escuela de arte rupestre, plural en su diversidad, múltipleen su orientación y heterogénea en su pensamiento. Y es que el profe-sor Ripoll se mostró siempre abierto a corrientes, interpretaciones yteorías; nunca trató de imponer las suyas propias; y valoró, de formaabsoluta, cualquier aportación viniera de donde viniera.

Si esto fue así en lo profesional, mucho más podría decirse en lopersonal. Don Eduardo Ripoll, para los que tuvimos la suerte decontar con su amistad –en las múltiples notas, recordatorios, posta-les navideñas o cartas académicas, profesionales o informativas quenos envió, siempre anteponía a nuestros apellidos la palabra“amigo” y nunca dejó de usar el usted respetuoso pero cercano–, fuemucho más que el Maestro al que debíamos respeto, admiración yvaloración. Nos mostró cuánto sabía, fuéramos o no capaces deaprehender sus enseñanzas; nos animó, aconsejó y orientó en nues-tras investigaciones; nos proporcionó bibliografía; y nunca olvidó elenvío de sus artículos o libros, a los que, cariñosamente, añadía unafeliz dedicatoria. Tuvo siempre un recuerdo para nuestras familias yalgunos pudimos disfrutar en multitud de ocasiones de la compañíade su esposa, Luisa, y de sus hijos. En nuestro caso, jamás podremosolvidar su exquisito trato, su consideración hacia nuestro trabajo y

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familia y el que, cada vez que tenía oportunidad, nos permitieraacceder a las tribunas más prestigiosas de la investigación del arterupestre. De su amistad nos sentimos orgullosos por lo que fue: ungrandioso profesor, un prestigioso investigador y un elegante caba-llero; de sus enseñanzas seguiremos bebiendo largo tiempo; y de supersona nunca olvidaremos su afecto, su sinceridad y su humildad.

Por todo ello, Maestro, que la tierra le sea leve y alcance Vd.pronto la eternidad que merece.

FULLOLA, J. M. (2006): “Eduardo Ripoll Perelló, último eslabón deuna generación”. El País (lunes 24 de abril).

PALOL, P. de (1988): “Laudatio: E. Ripoll Perelló”. Espacio, Tiempo yForma. Serie I, Prehistoria y Arqueología I: 19-25, Madrid.

PASAMAR ALZURIA, G. y PEIRÓ MARTÍN, I. (2002): Diccionario deHistoriadores españoles contemporáneos. Ediciones Akal. pp. 527-529, Madrid.

RIPOLL LÓPEZ, S. (1988-1989): “Presentación. Homenaje al Prof.Eduardo Ripoll Perelló”. Ars Praehistorica VII-VIII: 11-13.Barcelona.

RIPOLL PERELLÓ, E. (1997): Bibliografía del Dr. Eduardo RipollPerelló. Barcelona.

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