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Domingo, 10-10-1994 Sta. Cruz, Bolivia
Domingo, 30 de octubre de 1994 (p.m.)
Santa Cruz, Bolivia
Este mensaje predicado por nuestro amado hermano
William Soto Santiago,
Es distribuido gratuitamente.
“Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye
diga: Ven. Y el que tiene sed venga; y el que quiera,
tome del agua de la vida gratuitamente.”
Apocalipsis 22:17
34 WILLIAM SOTO SANTIAGO
nuestra parte en esta tarde.
Que les bendiciones de nuestro Señor Jesucristo, del
Angel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí
también.
Pasen todos muy buenas tardes, y será hasta la próxima
actividad a las 5:00 de la tarde. Ya Miguel les explicará dónde
será la próxima actividad, y les explicará los detalles de las
próximas dos actividades de hoy y de la actividad de mañana.
Bueno, vamos a pedirle a Miguel que pase por aquí.
Que el Angel del Pacto les continúe bendiciendo y les
guarde a todos en el amor divino. Muchas gracias y buenas
tardes.
“LA NUEVA JERUSALEN.”
LA NUEVA JERUSALÉN 33
correspondientes al Trono de nuestro Dios, y pronto seamos
transformados. Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, y
será hasta mañana, Dios mediante.
Dos actividades todavía nos faltan en esta tarde. Ya
llevamos tres actividades, nos faltan dos: una a las 5:00, y la
otra a las 7:00 de la tarde, es la quinta actividad. Y también
tendremos actividades mañana. Hay que aprovechar bien el
tiempo, porque tenemos poquitos días para vivir en estos
cuerpos mortales, y todo lo que hagamos va a reflejarse en lo
que hemos de tener en la Nueva Jerusalén.
Así que con ánimo, con alegría y con regocijo y
agradecimiento a Dios trabajando en el Reino de Dios; porque
se nos están acabando los días de nuestra vida terrenal.
Tenemos que aprovechar bien el tiempo, haciendo el máximo;
porque amamos a Cristo y Su programa, y le estamos muy
agradecidos por la elección que El ha hecho de y para nosotros
en Su Reino; y queremos hacer todo lo que está en el programa
divino que nosotros debemos hacer.
Así que adelante en el Reino de Dios trabajando, luchando
y llevando a cabo la Obra correspondiente a este tiempo final;
porque es así como Cristo en cada uno de ustedes y en mí
también realiza lo que El prometió.
Seamos todos instrumentos de nuestro Señor Jesucristo en
este tiempo final; y en la Nueva Jerusalén cada uno de ustedes
verá lo que hizo acá, reflejado allá; y obtendrán allá los
beneficios de lo que trabajaron acá. Porque nuestro trabajo en
el Señor no es en vano, sino que recibirá la recompensa que le
corresponde a todo trabajo hecho con amor divino.
Bueno, vamos a pedirle a Miguel que pase por acá para
finalizar ya en esta tarde la actividad de esta tarde. Así que
hemos terminado tempranito. Y Dios me ha ayudado mucho en
estos días; y así El continuará haciéndolo. Y nos ayudará
también a todos en este tiempo final; porque hemos recibido
Su Palabra, y El nos ha colocado en el lugar que nos
corresponde para derramar Sus bendiciones sobre cada uno de
nosotros.
Vamos a pedirle a Miguel pase por aquí para concluir
32 WILLIAM SOTO SANTIAGO
Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.”
Lo que Dios tiene para nosotros no tenemos palabras para
expresarlo en todo el sentido que tiene; pero lo creemos con
toda nuestra alma, con todo nuestro corazón. Y se está todo
reflejando en nosotros en este tiempo final, y luego se
materializará literalmente allá en la Nueva Jerusalén.
Pero ahora se está haciendo carne en nosotros, se está
convirtiendo cada una de esas bendiciones, de esas cosas que
habrá allá, se están convirtiendo en seres humanos, se están
velando en carne humana en ustedes y en mí también. Así
como los muros se velaron en carne humana en los apóstoles, o
sea, se reflejaron los muros de la Ciudad en los apóstoles del
Señor; se reflejaron las puertas en los patriarcas y en las doce
tribus de Israel, y allí estarán sus nombres también; y así por el
estilo podemos ver cómo en el cuerpo místico de Cristo se van
reflejando y se van manifestando estas cosas que tendremos en
la Nueva Jerusalén.
Podemos pensar en ella, podemos pensar cómo será
cuando estemos allá. ¿Por qué? Porque nuestro pensamiento
estará basado en la promesa divina, y no será un pensamiento
vano, no será un pensamiento de fantasía, sino será un
pensamiento de fe, creyéndolo con todo nuestro corazón, con
toda nuestra alma; porque Dios así lo ha prometido y nosotros
lo creemos.
Así como Abraham: salió buscando una ciudad con
fundamento cuyo Arquitecto y Constructor es Dios, salió
buscando la Nueva Jerusalén, y salió creyendo que llegaría a
ella; pero llegó al sitio donde estará; y la Ciudad todavía no
había llegado; pero él llegó al lugar. Y él estará en esa Ciudad,
así como cada uno de nosotros también estaremos en esa
Ciudad, en la Nueva Jerusalén; porque somos parte de Sus
ciudadanos, de la parte alta de esa Ciudad, de la parte del
Trono de Dios y del Cordero.
Que el Angel del Pacto les bendiga con las bendiciones
del Trono de Dios, con las bendiciones del Trono de la Nueva
Jerusalén; y se materialicen en cada uno de nosotros las cosas
LA NUEVA JERUSALEN
Por William Soto Santiago
Domingo, 30 de octubre de 1994 (p.m.)
Santa Cruz, Bolivia
Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes,
y también televidentes por Galaxy VII, canal 11; que las
bendiciones del Angel del Pacto sean sobre todos ustedes, y en
esta tarde nos bendiga el Angel del Pacto, nuestro Señor
Jesucristo, y nos enseñe Su Palabra correspondiente a este
tiempo final.
Quiero leer en el libro del Apocalipsis, en el capítulo 21,
verso 9 en adelante, donde nos dice así:
“Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían
las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló
conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la
esposa del Cordero.
Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me
mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del
cielo, de Dios,
teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de
una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como
el cristal.
Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las
puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las
doce tribus de los hijos de Israel;
al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres
puertas; al occidente tres puertas.
Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos
los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.”
Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos
permita entenderla.
“LA NUEVA JERUSALEN.”
En el territorio donde está actualmente Jerusalén, en la
tierra de Israel, ahí habrá una Nueva Jerusalén, mucho más
grande que la Jerusalén que existe en el momento; ahí Dios
colocará Su Ciudad.
6 WILLIAM SOTO SANTIAGO
Después que haya terminado el glorioso Reino milenial de
Cristo, el cual El llevará a cabo sentándose en el Trono de
David en la Jerusalén actual; encontramos que después viene el
Juicio final; y para eso viene una resurrección general.
Y todos los que no resucitaron en la primera
resurrección... porque la primera resurrección es para los
escogidos de Dios: los que resucitaron con Cristo cuando
Cristo resucitó fueron los escogidos de Dios del Antiguo
Testamento, y falta la resurrección de los muertos en Cristo,
los escogidos de Cristo del Nuevo Testamento. Y luego
encontramos que resucitarán también 144 mil hebreos que han
de morir durante la gran tribulación, los cuales recibirán el
mensaje de Cristo por medio del ministerio de Moisés y Elías,
el ministerio de los dos Olivos, el ministerio de los dos
Candeleros, que son los dos ministerios ungidos que están
delante de la Presencia de Dios.
Y estos hebreos, doce mil de cada tribu, que morirán por
el Mensaje, la Palabra de Dios que van a recibir; o sea, por
recibir el Mensaje del Evangelio del Reino serán perseguidos y
matados por la bestia. Ellos, al finalizar la gran tribulación,
resucitarán para estar con Cristo en el glorioso Reino milenial;
porque ellos son los siervos de Cristo representados en los
eunucos que asistían al rey y a la reina en los palacios de los
reyes, o sea, los que servían al rey y a la reina; estos 144 mil
serán los que servirán a Cristo y a Su Esposa, a la Reina, a la
Iglesia del Señor Jesucristo durante el Reino milenial.
Encontramos que ellos pertenecen a la primera
resurrección; aunque ellos no son de los escogidos del cuerpo
místico del Señor Jesucristo.
Ahora, luego que Cristo se ha revelado por medio de los
dos Olivos, del ministerio de Moisés y Elías en el fin del
tiempo, a los hebreos, ocurrirá todo eso: Ellos recibirán el
mensaje pero luego tendrán que morir; ellos verán a Cristo bajo
el ministerio de Moisés y Elías, manifestado Cristo viniendo a
Su Novia gentil, a Su Iglesia gentil, en el fin del tiempo, con y
bajo el ministerio de Moisés y Elías, conforme a la promesa
divina.
LA NUEVA JERUSALÉN 31
prometido colocar en una columna. En esa columna. El dice:
“Al que venciere, yo le haré columna en el templo de mi Dios.”
Habrá un mensajero que recibirá, heredará, esa bendición,
y todo el cuerpo místico de Cristo recibirá también un cambio
de nombre; y ese Nombre Nuevo que recibirá será el Nombre
Nuevo del Señor Jesucristo. O sea, que la Nueva Jerusalén
como cuerpo místico de Cristo tendrá un nuevo nombre, el
Nombre eterno de Dios; y la Nueva Jerusalén como Ciudad
tendrá también un nuevo nombre, o sea, la Ciudad de Cristo
para después del Milenio tendrá el Nombre eterno de Dios. Y
así también cada hijo de Dios tiene la promesa grande de Dios
de tener el Nombre que le corresponde, el Nombre que fue
escrito en el Libro de la Vida del Cordero. Y eso ya lo
entenderemos cuando tengamos el nuevo cuerpo que El ha
prometido.
Así que todas las cosas serán nuevas con la Nueva
Jerusalén; y viviremos en la Nueva Jerusalén por toda la
eternidad, en la posición de hijos e hijas de Dios en cuerpos
eternos siendo Reyes y Sacerdotes por toda la eternidad.
Cada uno de ustedes son Reyes y Sacerdotes, hijos e hijas
de Dios, así como yo también. La Realeza del cielo, miren
ustedes en la forma sencilla en que Dios la ha enviado a la
Tierra a través de las diferentes edades y dispensaciones,
vestidos de una ropa común, de un cuerpo común; pero luego,
cuando recibamos el cuerpo eterno, estaremos vestidos como
Reyes y como Sacerdotes.
Bueno, la bendición que tenemos hemos visto que es la
bendición más grande que un ser humano puede tener.
Estaremos en esa Nueva Jerusalén, viviremos en ella por toda
la eternidad, y ocuparemos la posición más alta que un ser
humano puede ocupar en esa Ciudad. Y allí estará Cristo y
estaremos con El en esa Ciudad; allí estará Dios en esa Ciudad.
Y lo que todo ser humano ha deseado será una realidad allí: los
profetas y todos los seres humanos han deseado ver a Dios, han
deseado ver el rostro de Dios, y aquí en Apocalipsis capítulo
22 y verso 3 al 4 dice:
“Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del
30 WILLIAM SOTO SANTIAGO
de la montaña.” Les pasará lo mismo que le pasó a Jacobo y a
Juan y a la madre de ellos: que querían a la diestra y a la
izquierda de Cristo en Su Reino; o sea, querían la parte de
arriba. Y Cristo le dijo: “No es mío darlo, sino a aquellos a
quienes está ordenado.” Y eso está ordenado para ustedes y
para mí también.
No fue que nosotros dijimos: “Nosotros queremos la parte
de arriba.” Sino que Cristo es el que ha dicho: “Ustedes son de
acá arriba. Sube acá, y yo te voy a mostrar las cosas que han de
suceder después de estas.”
En la parte de arriba; ahí El nos muestra nuestro lugar. Y
ahí, en la parte de arriba, al mostrarnos las cosas que deben
suceder, ahí nos quedamos; porque ese es nuestro lugar,
nuestra posición en el Reino de Dios.
“LA NUEVA JERUSALEN.”
La Iglesia del Señor Jesucristo como cuerpo místico de
creyentes, es el Templo de Cristo, el Templo de Dios, y es
también la Nueva Jerusalén. Pero también habrá literalmente
una Ciudad: la Nueva Jerusalén, en este planeta Tierra, en el
territorio de Israel, cuando la Tierra sea purificada, sea
transformada, y ya no exista el mar, y tengamos una nueva
Tierra, Cielos nuevos y Tierra nueva, una atmósfera nueva y
una Tierra nueva; porque todo será cambiado, transformado,
para vivir por toda la eternidad en esa Ciudad.
Y esa es la Ciudad de Dios y de todos nosotros; esa es la
Nueva Jerusalén que tendrá por nombre el Nombre eterno de
Dios.
Así como hay ciudades que tienen el nombre de una
persona. Por ejemplo, tenemos la ciudad de Santiago de Chile;
ese es el nombre de una persona. Tenemos también un sin
número de ciudades en las diferentes naciones que tienen el
nombre de una persona; por ejemplo Washington, ese es el
nombre de un expresidente norteamericano; y así por el estilo
hay un sinnúmero de ciudades que tienen el nombre de una
persona.
Y la Nueva Jerusalén tendrá el Nombre eterno de Dios y
Nombre Nuevo de nuestro Señor Jesucristo, que El ha
LA NUEVA JERUSALÉN 7
Luego encontramos que para comenzar la gran tribulación,
ya los escogidos de entre los gentiles, que habían partido,
resucitan antes de la gran tribulación, en cuerpos
incorruptibles, y nosotros los que vivimos seremos
transformados; y estaremos aquí en la Tierra de 30 a 40 días en
el nuevo cuerpo, en una manifestación gloriosa que Dios ha
prometido llevar a cabo; estaremos estrenando el nuevo
cuerpo.
Si este cuerpo que tenemos mortal, corruptible, ha
funcionado tan bien, ¿cómo será el nuevo cuerpo? No
tendremos limitaciones en cuanto a lo que hemos de hacer en
ese tiempo. Lo que a una persona le puede tomar cientos o
miles de años en estos cuerpos mortales, en pocos días puede
ser hecho en un cuerpo inmortal, incorruptible.
Ahora, luego seremos raptados, o sea, trasladados con
Cristo, para recibir los galardones por las labores llevadas a
cabo en esta Tierra en el programa de Dios correspondiente a
la edad y dispensación que cada uno vivió.
Mientras la Tierra estará pasando por la gran tribulación,
por la apretura de Jacob, donde los juicios divinos, las plagas,
serán derramadas sobre la Tierra, los escogidos estarán en
cuerpos eternos con Cristo, recibiendo los galardones; y luego
que la gran tribulación termine, regresaremos a la Tierra para
el glorioso Reino milenial de nuestro Señor Jesucristo, y
reinaremos con Cristo mil años y luego por toda la eternidad.
Durante el Reino milenial cada uno ocupará la posición
que le corresponde de acuerdo a la herencia que recibirá; y de
acuerdo al galardón que recibirá por sus labores será lo que
tendrá en el Milenio y lo que tendrá en la eternidad.
Ahora, después de terminado el Reino milenial o los mil
años de paz sobre la Tierra, vendrá una lucha nuevamente:
Dice la Escritura que el diablo que fue atado al final de la gran
tribulación, será suelto, desatado, y saldrá para engañar a las
naciones; porque para ese tiempo se estará llevando a cabo la
resurrección de todos los seres humanos que vivieron en este
planeta Tierra y que no fueron de los escogidos de Dios.
Por lo tanto, resucitarán las personas de todas las naciones
8 WILLIAM SOTO SANTIAGO
que han existido en este planeta Tierra; por lo tanto, resucitarán
los malos, los que fueron enemigos de Dios en diferentes
tiempos y enemigos de los hijos de Dios; y el diablo los
engañará nuevamente. Dice que el diablo saldrá para engañar a
las naciones.
Y miren ustedes, después de mil años del diablo estar
atado, todavía no aprende, todavía sigue siendo enemigo de
Dios. Ya lleva miles o millones de años, y todavía está en
contra de Dios y Su Programa, y de los hijos de Dios. Así que
el diablo nunca se va a arreglar, hasta que no termine el
Milenio y el juicio final; de ahí en adelante sí se va a arreglar.
“¡Cómo! ¿Que el diablo se va a arreglar?” Claro que sí.
Como ustedes arreglan cualquier animalito que ustedes matan
y lo meten al fuego, lo arreglan bien arregladito, y ya no da
más problemas, así Dios va a arreglar al diablo; lo va a echar al
lago de fuego y ahí lo va a destruir.
No sabemos cuántos años o miles de años o millones de
años; porque se merece millones de años ahí en el fuego; y de
seguro será el más que va a estar en el fuego, porque fue el que
comenzó la rebelión en contra de Dios. Así que no sabemos
cuántos miles o millones de años va a estar el diablo en el
fuego ardiendo; y después que el último esté en el lago de
fuego, y sea totalmente destruido cuerpo, espíritu y alma,
incluyendo al diablo; después que todo esté destruido, pues ya
se acaba el lago de fuego; porque ya no hay nada más para
quemar.
Porque el infierno y el lago de fuego no son eternos,
tienen un propósito; y cuando se cumpla ese propósito, pues se
acabó el lago de fuego, y entonces ya es apagado el fuego.
Ahora, podemos ver que después de terminado el Reino
milenial, o sea, cuando los mil años sean cumplidos, habrá una
batalla. El diablo levantará a todas esas naciones, a toda esa
gente que habrá resucitado los engañará y se levantará en
contra de Cristo y Su Reino, que estará en el Trono de David
en Jerusalén.
Rodearán la ciudad ¿para qué? para darle un Golpe de
Estado al Señor Jesucristo; pero dice que del cielo descenderá
LA NUEVA JERUSALÉN 29
cada uno de ustedes ha respondido a ese llamado, ha recibido
el Mensaje final; porque vuestros nombres están escritos en el
Libro de la Vida del Cordero, y ustedes pertenecen a la Ciudad
celestial, a la Nueva Jerusalén, y tienen que ocupar su posición
en este tiempo final.
Y por eso estamos ocupando la posición de la Edad de la
Piedra Angular; porque nuestros nombres están escritos en el
Libro de la Vida del Cordero y somos parte de esa gran
Ciudad; somos como individuos y como cuerpo místico de
creyentes, la Jerusalén celestial; y estaremos en esta Tierra
como Reyes y Sacerdotes, y reinaremos con Cristo mil años y
luego por toda la eternidad.
“LA NUEVA JERUSALEN.”
Que Dios les guarde, que Dios les bendiga. Que el Angel
del Pacto, nuestro Señor Jesucristo, derrame Sus bendiciones
desde el Trono a todos ustedes y a mí también.
Que todas las bendiciones del Trono de Dios sean traídas
a cada uno de ustedes y a mí también, que estamos en la Edad
del Trono de nuestro Señor Jesucristo, de Su cuerpo místico de
creyentes, de Su Iglesia, de la Jerusalén celestial.
Ha sido para mí una bendición muy grande estar con
ustedes y hablarles del programa divino que El está llevando a
cabo en este tiempo final, y situarles a ustedes en la posición
que les corresponde a ustedes y a mí en este tiempo final, en el
cuerpo místico de Cristo, en la Jerusalén celestial; para así
también cuando lleguemos a la Nueva Jerusalén, después del
Reino milenial, estemos en la misma posición en que estamos
nosotros colocados en el cuerpo místico del Señor Jesucristo.
En la misma forma en que Jacob colocó a las tribus, a los
patriarcas; y luego Moisés cuando los bendijo, fueron
colocados cuando entraron a la tierra prometida. Y en la misma
forma en que Cristo en Su cuerpo místico, en Su Iglesia, ha
colocado a Sus escogidos de edad en edad con cada mensajero;
así es como estaremos en la Nueva Jerusalén.
Así que no será una cosa de decir: “A mí me gusta más
allá arriba.” Los de la primera edad que digan: “No, no, no, a
mí me gusta más allá arriba, en la lomita allá, en la parte alta
28 WILLIAM SOTO SANTIAGO
está en el cielo; y por esa causa nosotros somos representados
allá en el cielo, nuestra representación está en el cielo; y por
esa causa es que Cristo en este tiempo final llama y junta a Sus
escogidos con Gran Voz de trompeta, y los coloca en la parte
del Templo espiritual que les corresponde conforme al
programa divino; porque esa es la parte en la cual Dios nos
colocó en el Templo que está en el cielo, nos representó en el
tabernáculo que hizo Moisés y en el templo que hizo Salomón,
y nos ha colocado en Su cuerpo místico, en Su Templo
espiritual; y nos colocará en la Nueva Jerusalén en el mismo
lugar que hemos ocupado en el cuerpo místico del Señor
Jesucristo.
Así que hemos visto que todo lo que habrá en la Nueva
Jerusalén estará representando a los escogidos de Dios con sus
mensajeros de cada tiempo; y aún encontramos a los patriarcas
y a las doce tribus de Israel; y por eso es que también entrarán
144 mil a la Nueva Jerusalén. “LA NUEVA JERUSALEN.”
Hemos visto que será una Ciudad literal que habrá en esta
Tierra, pero que esa Ciudad literal tendrá gente, ciudadanos,
que son la Jerusalén celestial, la Jerusalén espiritual. Y
vivieron en esta Tierra representando a esa Nueva Jerusalén
que estará en la Tierra, y representando a la Jerusalén celestial,
al Templo celestial que está en el cielo.
Ese Templo de Dios que está en el cielo es esa Ciudad, esa
Ciudad celestial a la cual nosotros pertenecemos. Y nosotros
como parte de esa Ciudad del cielo, cuando esté en la Tierra
establecida la Nueva Jerusalén, estaremos allí presentes en el
Trono del Señor Jesucristo; porque esa es la parte de esa
Ciudad que está representando nuestra Edad, con todos los
escogidos de Dios, la Nueva Jerusalén.
Ya no tienen ninguna preocupación dónde van a vivir en
esa Ciudad, porque ya sabemos en qué lugar de esa Ciudad
hemos de vivir, y con cuerpos eternos, cuerpos celestiales.
Así que ¡adelante! escogidos de Dios. Nuestros nombres
están escritos en el Libro de la Vida del Cordero, y por esa
causa es que al salir el llamado final de Dios, el llamado de la
Gran Voz de trompeta llamando y juntando a los escogidos,
LA NUEVA JERUSALÉN 9
fuego y azufre, y los quemará, los destruirá. Así que ese Golpe
de Estado le va a fallar al diablo; y ya está ahí dicho.
¿Por qué? Porque ya el tiempo de esclavitud habrá
terminado. Y por cuanto, conforme al ciclo divino de
liberación, Dios estableció que después de 49 años, el año
número 50 era el año del Jubileo, era el año de Liberación, el
año de Redención; después del Reino milenial se ha cumplido
el lapso de tiempo representado en 49 años, y se entra al
comienzo del Año Cincuenta, que es el Año del Jubileo.
El Año Cincuenta o Año del Jubileo es también el año
festivo número ocho, que representa eternidad, en donde la
Redención es llevada a cabo, en donde todo es restaurado a su
Dueño original, y en donde se proclama libertad, liberación,
para que cada uno regrese a su Familia y a su Herencia.
Por eso es que el diablo después del Reino milenial será
destruido, porque no podrá tener ya más lugar para esclavizar a
personas o nación alguna; por eso es que el diablo al final del
Milenio, al ser suelto, aprovecha para engañar a todas esas
naciones, a todas esas personas que resucitaron, y que se
levantarán inspirados por el diablo, se levantarán en contra de
Cristo y el Reino de Cristo para darle un Golpe de Estado.
Pero Cristo no se dejará dar ese Golpe de Estado, sino
descenderá fuego y azufre del cielo y los consumirá a todos; y
ahí es el Juicio Final: Cada persona será juzgada de acuerdo a
lo que está escrito de él en el Libro de la Vida y los Libros de
Memorias de todas las cosas que las personas han hecho, que
piensan que Dios no se recuerda de esas cosas; pero hay un
libro llamado el Libro de las Memorias, y ahí aparecerán los
hechos de las personas.
Ahora, dice que Dios pondrá a Su derecha a las ovejas y a
la izquierda a los cabritos; eso es el Juicio Final. Ahí
aparecerán personas que le hicieron bien a los escogidos de
Dios en el tiempo en que vivieron. Y Cristo dijo: “El que diere
un vaso de agua fría a uno de estos mis pequeñitos, no perderá
su recompensa.”
Por eso es que cuando Cristo dice: “Venid, benditos de mi
Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la
10 WILLIAM SOTO SANTIAGO
fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me diste de
comer; tuve sed, y me diste de beber; enfermo, y me visitaste;
en la cárcel, y me fuiste a ver.”
Y ellos dirán: “Señor, pero ¿cuándo te vimos a ti?”
Muchos dirán: “Pero si cuando yo vivía en la Tierra, ya Tú
habías venido hacía cientos o miles de años a la Tierra, allá en
la tierra de Israel; yo nunca te vi personalmente. ¿Cuándo te
vimos con hambre o con sed, o enfermo, o en la cárcel?” Cristo
dice: “Por cuanto lo hiciste a uno de estos mis pequeñitos, a mí
lo hiciste.”
Porque esos pequeñitos son el cuerpo místico de Cristo,
son carne de Su carne y sangre de Su sangre; son los redimidos
por la sangre del Señor Jesucristo, escritos en el Libro de la
Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.
Luego dirán los otros, los de la izquierda, los cabritos,
como dice Cristo en la parábola; luego que Cristo les diga: “Y
ahora ustedes al fuego, porque tuve hambre, y no me diste de
comer; tuve sed, y no me diste de beber; enfermo, y no me
visitaste; en la cárcel, y no me fuiste a ver.”
Ellos dirán: “Pero Señor, ¿cuándo Te vimos así? Nunca
Te vimos así.” –“Es que por cuanto no lo hiciste a uno de estos
mis pequeñitos cuando ellos estaban en esa situación, no lo
hicieron ustedes a mí tampoco.”
Es que se cumple lo mismo que se cumplió en Jesús de
Nazaret cuando dijo: “El que a mí recibe, recibe al que me
envió; pero al que a mí me rechaza, rechaza al que me envió. Y
el que recibe a profeta en nombre de profeta, recompensa de
profeta recibe.”
Ahora miren ustedes la recompensa de profeta ahí
también. El que da un vaso de agua fresca o fría a uno de estos
pequeñitos, a los escogidos de Dios, o comida, o les ayuda en
algo, o los visita cuando está enfermo o en la cárcel, dice: “a
mí lo están haciendo.” O sea, que aún recibir y ayudar a uno de
los pequeñitos de Cristo, a uno de los miembros del cuerpo
místico de Cristo, es hacerlo a Cristo; por lo tanto recibe la
recompensa de profeta y de justo. El que recibe a justo en
nombre de justo, recompensa de justo recibe; ahí está la
LA NUEVA JERUSALÉN 26
consuma a todos,” como hizo Elías en unas cuantas ocasiones.
Pero Eliseo no lo hizo así, más bien Eliseo lo que le dijo al rey
fue: “Dale comida y que se vayan.” Así que se fueron muy
contentos y asustaditos; pero muy contentos porque les
perdonó la vida a sus enemigos.
Bueno, estos ministerios de los tiempos pasados, del
Antiguo Testamento, fueron ministerios grandes; pero fueron
manifestados en unas dispensaciones que ya pasaron. Pero
tenemos la promesa del ministerio de Moisés por segunda vez
y del ministerio de Elías por quinta vez.
Esos ministerios están representados en el Templo que
está en el cielo, están representados en el tabernáculo que hizo
Moisés, en aquellos dos querubines de oro que estaban sobre el
arca del pacto, sobre el propiciatorio; y también están
representados en los dos olivos que vio el profeta Zacarías, y
también en las dos ramas de olivo. Y están representados
también en los dos querubines gigantes que hizo el rey
Salomón, de madera de olivo, y los cubrió de oro, y los colocó
en el lugar santísimo, en donde Dios ordenó que el arca del
pacto fuera colocada.
Estos ministerios no solamente cubren el Lugar Santísimo;
sino que Dios los usa para ministrar no solamente en el Lugar
Santísimo, sino que puede usarlos para ministrar en cualquier
parte del Templo del Señor Jesucristo, y del Templo que estará
en la Tierra, o sea, la Nueva Jerusalén.
Por eso son representados en diferentes lugares del
Templo, tanto en el Lugar Santísimo como en el Lugar Santo,
como también por el Atrio también son representados; porque
es un ministerio que no tendrá limitaciones en la Casa de Dios,
en el Templo de Dios. Así como el ministerio de Moisés podía
ministrar en el lugar santísimo, pero también en el lugar santo,
y también en el atrio, en el atrio también podía ministrar. Y el
ministerio de Cristo también; porque son ministerios
dispensacionales.
Hemos visto quiénes somos nosotros, dónde estamos
representados. Hemos visto que lo que Dios ha estado
haciendo es materializando en seres humanos el Templo que
26 WILLIAM SOTO SANTIAGO
que resucitara al tercer día, y caminaba con ellos, y no sabían
con quién ellos iban caminando.
Ahora, Eliseo los lleva directamente a donde está el rey de
Israel, y los coloca en medio del ejército de Israel o de Judá
(vamos a decir de Israel, hablando de todo Israel, incluyendo a
Judá y las demás tribus de Israel); y cuando el rey de Israel los
ve, y ve que son los enemigos, pero ve que con ellos viene
Eliseo, y no fue que Eliseo se pasó a favor del ejército enemigo
de Israel, sino que venía guiándolos...
Y cuando se encuentran en medio del ejército de Israel.
De seguro pasaron tremendo susto. Y el rey de Israel le dice a
Eliseo: “¿Qué quieres que haga con ellos?” O sea, el rey de
Israel era el General del ejército de Israel, como lo son los
presidentes de todas las naciones que son el General en Jefe de
todo el ejército de aire, tierra y mar; y el rey allí lo era también.
Pero sobre el rey estaba otro mayor, que era un hombre que no
andaba con una corona ni con un manto hermoso, pero que
estaba en un nivel más alto.
Y el rey le pregunta a Eliseo, o sea, le pregunta al General
de los Generales de aquel tiempo: “¿Qué debo hacer con este
ejército enemigo?” Y le dice Eliseo: “Dale comida. Que coman
y se vayan.” En palabras más claras: “Han venido caminando
tanto, están tan cansados y muertos de la sed y de hambre, que
lo que tienen es hambre. Esta gente no tiene ni ánimos para
pelear.”
Y cuando Eliseo le habla así al rey, luego se dan cuenta
que allí está Eliseo. ¿Ve? Los había llevado donde estaba
Eliseo, pero él había caminado con ellos. Y ahora cuando son
abiertos los ojos de ese ejército, se encuentran frente a Eliseo.
¿Y qué es Eliseo? El que da las órdenes allí. Y en la mano de
Eliseo estaba la vida de aquel ejército con su Capitán o su
General que los había llevado allí.
Así que miren ustedes cómo ocurrió todo esto, y cómo
desde otra dimensión acompañaba a Eliseo un ejército
poderoso que Dios le había enviado. Y Eliseo era el General de
ese ejército celestial. Así como lo fue Elías en otro tiempo.
Eliseo podía decir: “Que venga fuego del cielo y los
LA NUEVA JERUSALÉN 11
recompensa.
Dios recompensará con vida eterna a aquellos que se han
puesto del lado de los escogidos de Dios en el tiempo en que
los escogidos han vivido en la Tierra. Pero aquellos que se
pusieron en contra de Cristo y el Programa de Cristo para cada
edad y cada dispensación, y que se pusieron en contra de los
escogidos de Dios; encontramos que lo que les espera es algo
terrible.
Por eso El dijo: “Mía es la venganza, Yo pagaré.” Por eso
El dice que Sus hijos no deben vengarse de nadie, sino dejar
que Cristo sea el que se encargue de eso en el Juicio Final.
Ahora, después del Juicio Final, en donde será colocado
cada uno en el lugar que le corresponde; encontramos que
también dice que los que no fueron hallados escritos en el
Libro de la Vida, fueron lanzados al lago de fuego.
Es que está el Libro de la Vida del Cordero, está el Libro
de la Vida, y está también el Libro de Memorias.
En el Libro de la Vida tiene la sección del Libro de la
Vida del Cordero, y tiene la sección también llamada el Libro
de la Vida.
En la sección del Libro de la Vida del Cordero están los
escogidos de Dios que fueron redimidos con la Sangre del
Señor Jesucristo, con la muerte de Cristo en la Cruz del
Calvario.
En la sección del Libro de la Vida están escritos los
nombres de todas las personas miembros de diferentes iglesias
y sectas religiosas del cristianismo, y también nombres de
diferentes personas.
Y por eso es que Cristo en una de las promesas de las
edades de la Iglesia, dice: “Y no borraré su nombre del Libro
de la Vida.” Porque de esa sección pueden ser borrados
nombres. Pero si el nombre de la persona permanece ahí, esa
persona responderá a Cristo y tendrá la oportunidad de salir a
vida eterna; pero el que es borrado del Libro de la Vida, esa
persona no era un escogido de Dios, un primogénito de Dios;
porque los nombres de los primogénitos de Dios están escritos
en el Libro de la Vida del Cordero, o sea, en esa sección donde
12 WILLIAM SOTO SANTIAGO
no pueden ser borrados esos nombres; porque Cristo nos
redimió con Su Sangre preciosa, El pagó el precio y nos limpió
de todo pecado.
Ahora, dice que hemos sido colocados ahí, nuestros
nombres han sido colocados desde antes de la fundación del
mundo en el Libro de la Vida del Cordero. Esos son los
escogidos de Dios, que nunca comenzaron y nunca pueden
tener fin; pero que han venido en estos cuerpos mortales para
pasar por esta Tierra un tiempo aquí, y hacer contacto con el
programa divino, y entrar en el programa de Redención para
regresar a vida eterna.
Por eso dice la Escritura: “El que es de Dios, la Voz de
Dios oye. Mis ovejas oyen mi voz y me siguen.” Y Cristo dice:
“Y nadie las arrebata de mi mano. El Padre que me las dio, es
mayor que todos...”
Ahora, vean ustedes: “Nadie las arrebata de mi mano.” No
se pueden perder. Pero esos son los primogénitos, los
escogidos de Dios escritos en el Libro de la Vida del Cordero.
Ahora, están también aquellos que sus nombres son
borrados del Libro de la Vida, de esa otra sección del Libro de
la Vida. Y están también los que nunca han estado escritos en
el Libro de la Vida.
Así que podemos ver que no solamente existen los
escogidos de Dios; existen otras personas que están escritas en
la sección llamada el Libro de la Vida, y también hay un grupo
de esas personas que por levantarse en contra de los escogidos
de Dios, en el tiempo, en la edad y dispensación en que viven,
y perseguirlos, sus nombres son borrados del Libro de la Vida.
Y hay otros que nunca han estado escritos en el Libro de la
Vida.
Ahora, teniendo todo esto en claro, podemos ver el
privilegio tan grande que es tener el nombre escrito en el Libro
de la Vida del Cordero; esas personas nunca pueden ser
borradas del Libro de la Vida del Cordero. En palabras más
claras: nunca se pueden perder.
Cristo murió por Sus hijos. El ha muerto por todos los que
tienen Sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero,
LA NUEVA JERUSALÉN 25
dimensión a otra, y de un lugar a otro lugar. Y esa forma la
conoceremos cuando estemos transformados.
Cuando Eliseo fue rodeado por un ejército enemigo que lo
estaba buscando, Eliseo estaba lo más tranquilo, y su siervo le
dijo: “Padre mío, hay un ejército que te ha rodeado.” Eliseo le
dijo: “No te preocupes, estate tranquilo, porque son más los
que están con nosotros que los que están en contra.” Y el
siervo de Eliseo nada veía.
Y vuelve el siervo de Eliseo y se asoma por la ventana, y
mira, y parece que vio más, y acercándose; y entre más se
acercan, más gente la persona ve, porque entonces se ve el
grupo más grande. Y el siervo de Eliseo vuelve a Eliseo y dice:
“Señor mío, estamos rodeados.” –“Mira, son más los que están
con nosotros que los que están en contra; estate tranquilo. Oh
Dios, ábrele los ojos a éste, para que vea que lo que yo le digo
es verdad, para que vea quiénes son los que están con
nosotros.”
Y cuando el siervo de Eliseo miró, vio los montes llenos
de carros de fuego, y se dio cuenta que hay otra u otras
dimensiones donde existen otros seres que están en favor de
los hijos de Dios y de los profetas de Dios; y que los guardan,
los protegen. Y el siervo de Eliseo entonces se quedó tranquilo.
Y vino Eliseo y salió al encuentro de los que estaban
buscándolo, y los cegó con una ceguera parcial; o sea, que
podían ver y no veían, podían ver todas las cosas pero no veían
que Eliseo, el que estaba allí hablando con ellos, era el que
ellos estaban buscando; no lo podían ver, no sabían que era el
hombre que ellos estaban buscando.
Y él les dice: “Ustedes están buscando a Eliseo, ¿verdad?
Ustedes están buscando a Eliseo, han venido a buscarlo,
¿verdad?” –“Sí, estamos buscando a Eliseo.” –“Ah, pues
vengan conmigo que yo les voy a llevar a donde él está.” Y no
les estaba mintiendo.
Se los llevó, y ellos iban con Eliseo; y no sabían que iban
con el que ellos estaban buscando. Parecido a lo que les pasó a
los discípulos de Jesús camino de Emaús: que iban con Jesús,
el que ellos estaban buscando y el que ellos estaban esperando
24 WILLIAM SOTO SANTIAGO
Así que lo que hoy en día es tan difícil para los seres
humanos: ir de aquí a la luna (porque tienen que ir con una
vestidura especial) o ir a otro planeta, después, para los
escogidos de Dios, eso será tan sencillo que no van a necesitar
todos esos equipos que los astronautas utilizan en la actualidad;
porque en el nuevo cuerpo estará todo el equipo que nosotros
hemos de necesitar; porque será un cuerpo celestial, un cuerpo
que no tendrá limitaciones de ninguna clase, y no hemos de
necesitar de las cosas que en la actualidad nosotros
necesitamos. Para un viajecito a la luna, o a alguno de los
planetas, o a alguna otra dimensión, no hemos de necesitar
construir un medio de transportación; esto es para los
escogidos de Dios.
El profeta Elías, cuando Dios le dijo que se lo iba a llevar,
Elías no fue al aeropuerto a decir: “¿En qué vuelo es que Tú
me vas a llevar?” para sacar un boleto; ni fue a donde tiran los
cohetes, para ir allí a hacer turno para irse como un astronauta
con Dios; sino que dice la Escritura que un carro de fuego vino
y se lo llevó.
Y cuando nuestro Señor Jesucristo se fue, no necesitó ni
un avión ni nada de eso. Dice que delante de Sus discípulos,
donde estaban presentes como 500 personas o más, dice que se
levantó delante de ellos, fue ascendiendo, y una nube le quitó
de sus ojos; y luego aparecieron dos varones.
Bueno: ¿En qué se fue nuestro Señor Jesucristo? Y la otra
pregunta es: ¿Y en qué vinieron esos dos varones?
¿Ven que hay una forma más rápida y perfecta de
transportación que la que los seres humanos utilizan en la
actualidad? Esa la conoceremos todos y la usaremos.
Miren, después que Elías se había ido y que también
Moisés había muerto, y el diablo quería agarrar el cuerpo de
Moisés; y el arcángel Miguel luchó y no dejó que se lo
llevaran, y se encargó del cuerpo de Moisés el arcángel Miguel
con su ejército. Luego en el monte de la Transfiguración
llegaron a visitar a Jesús de Nazaret que estaba siendo
adoptado en el monte de la Transfiguración. ¿En qué vinieron?
Hay una forma perfecta para uno moverse de una
LA NUEVA JERUSALÉN 13
los cuales están escritos ahí desde antes de la fundación del
mundo; y el Cordero fue inmolado desde antes de la fundación
del mundo. Y luego se materializó todo eso cuando Cristo
murió en la Cruz del Calvario; pero ya en la Mente de Dios, en
el Programa de Dios, ya la muerte de nuestro Señor Jesucristo
fue llevada a cabo en la Mente de Dios. Y ahí estábamos todos
nosotros: en la Mente de Dios también; porque somos un
atributo de Dios, y los atributos de Dios son eternos.
Y podemos ver que por esa causa es que el programa de
Redención es efectivo en cada uno de nosotros. Redimir
significa volver al lugar de origen. Y Cristo vuelve al lugar de
origen, a la vida eterna, a cada uno de Sus hijos. El nos redime.
Ahora, El nos ha dado la oportunidad de vivir en estos
cuerpos mortales una cantidad de tiempo, para que cada uno de
nosotros trabaje en el Programa divino, para que cada uno de
nosotros reconozca el sacrificio de Cristo en la Cruz del
Calvario por nosotros; y así lo reciba, y tenga un sacrificio por
el pecado; y no tenga la persona que morir, no tenga la persona
que ir al infierno.
Porque la paga del pecado es muerte. Pero teniendo un
sacrificio, el Cordero de Dios que murió por nosotros y pagó el
precio de la Redención, ya nosotros no tenemos que pagar nada
(ni nadie tendría suficiente para pagar el precio de la
Redención). Pero gracias a Dios que nuestro Señor Jesucristo
como Cordero de Dios pagó el precio de nuestra Redención, el
precio de nuestro regreso a la vida eterna.
Y ahora mirando que hemos de estar en la Nueva
Jerusalén después del Reino milenial y después que haya
pasado el Juicio final, podemos ver que cada uno ocupará la
posición que le corresponde de acuerdo al tiempo que le tocó
vivir en este planeta Tierra.
Porque la Nueva Jerusalén, esa hermosa Ciudad que estará
sobre la Tierra, será habitada por los escogidos de Dios, que
son la Jerusalén celestial, que son los habitantes de esa Ciudad
que estará aquí en la Tierra.
Y por esa causa es que encontramos que nos dice que la
Ciudad tendrá un muro; y ese muro que tendrá la Ciudad, la
14 WILLIAM SOTO SANTIAGO
cual será, la Ciudad será cuadrada, y en cada lado de la Ciudad
tendrá tres puertas: al norte tres puertas, al sur tres puertas, al
este tres puertas, y al oeste tres puertas; y dice que cada puerta
es una perla. Eso está aquí en la Escritura que hemos leído.
Dice:
“Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las
puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los
nombres de las doce tribus de los hijos de Israel.”
Miren dónde aparecen los nombres de las tribus de los
hijos de Israel, miren dónde aparecen los nombres de los
patriarcas. Y luego sigue diciendo:
“Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre
ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.”
Miren lo que estará representando ese muro con esos doce
fundamentos: Los doce apóstoles estarán representados en ese
muro con doce fundamentos; y los doce patriarcas estarán
representados en las doce puertas.
Cristo dijo a Sus apóstoles: “Ustedes se sentarán en el
Reino en doce tronos, y juzgarán a las doce tribus de Israel.”
¿Y dónde se sentaban los que juzgaban en Israel: el Juez o
los Jueces? A la puerta o en la puerta de la ciudad. Por eso
Booz fue a la puerta de la ciudad para hacer el reclamo de Rut
con toda la herencia que le correspondía, incluyendo a... o sea,
redimió a Noemí, y como Rut era parte de Noemí,
automáticamente redimió a Rut también. Y Cristo cuando
murió en la Cruz del Calvario, allí estaba redimiendo a Israel y
a Su Novia gentil, que está representada en Rut.
Ahora, los doce apóstoles se sentarán en doce tronos para
juzgar las doce tribus de Israel; se sentarán allá a la puerta, a la
entrada de la Ciudad. Y todo el que entre a la Ciudad tendrá
que pasar por esos doce apóstoles; depende por la puerta que
entre. En cada lado hay tres puertas. Y esto es así porque esa
Ciudad será un monte alto, en donde vivirán todos los hijos de
Dios.
Ahí también vivirá Abraham, Isaac, Jacob, los patriarcas,
y sus familias. Ellos regresarán. Dice la Escritura que Abraham
buscaba una ciudad con fundamento, cuyo Arquitecto y
LA NUEVA JERUSALÉN 23
Vida del Cordero, y estará allí representado todo lo que se
vivió en la Tierra en las diferentes etapas del programa divino;
estará allí representado todo lo que Cristo hizo durante las siete
edades de la Iglesia gentil, y lo que hace en la Edad de la
Piedra Angular.
Por eso todo lo que estará allá, lo podremos ver acá, en el
cuerpo místico de Cristo, antes de llegar literalmente a la
Nueva Jerusalén; porque la Jerusalén celestial, el cuerpo
místico de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo, tiene todo lo
que tendrá la Nueva Jerusalén literal que tendremos después
del Reino milenial.
Así que en el cuerpo místico de Cristo podemos ver los
doce fundamentos. Y cuando miramos los doce fundamentos,
¿qué vemos? los doce apóstoles del Señor Jesucristo. Y así por
el estilo podemos ir viendo en el Templo espiritual de Cristo,
que es la Jerusalén espiritual, podemos ir viendo lo que habrá
en la Nueva Jerusalén que estará en la Tierra después del Reino
milenial y después que haya pasado el Juicio Final, cuando ya
la Tierra estará transformada.
Quizás en la actualidad no hay suficiente terreno para una
ciudad como esa, allá en la tierra de Israel; pero cuando la
Tierra pase por ese bautismo de fuego de Dios, tanto espiritual
como literal, y explote y forme ese monte, entonces sí habrá
suficiente terreno para esa Ciudad y para el Reino de Dios, y
para todos los hijos de Dios y para todos los que han vivido en
esta Tierra y que entrarán a la vida eterna.
Así que podemos ver que habrá suficiente gente para
poblar la Tierra, y habrá suficiente Tierra para sus pobladores.
Y luego tendremos también todas esas galaxias con todos esos
planetas y sistemas solares, que son la Herencia de Dios, la
Herencia de Cristo y de los hijos de Dios; porque somos
herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús. Todo lo que
El hereda lo comparte con nosotros.
Así que no tenemos problemas de ninguna clase para la
eternidad. Después ya tendremos... al tener el cuerpo eterno,
que ya lo hemos de tener antes del Milenio... pero ya teniendo
el cuerpo eterno no tendremos limitaciones.
22 WILLIAM SOTO SANTIAGO
Así que hemos visto dónde nos sentaremos nosotros en
esa Nueva Jerusalén, hemos visto dónde viviremos nosotros en
la Nueva Jerusalén, el lugar más importante de esa Ciudad.
Por eso es que hemos aparecido en este tiempo final en la
Edad de la Piedra Angular, que es la Edad que representa el
Trono de esa Nueva Jerusalén, que representa el Trono que
está en el cielo, y representa el lugar santísimo del templo que
hizo Moisés y el templo que hizo Salomón, que es el Trono
donde Dios habitó.
Nuestra Edad es la Edad más importante de todas las
edades, es la Edad del Trono de nuestro Señor Jesucristo en Su
Templo espiritual, en donde se materializa en carne humana
todo lo que estará en el Trono de Dios y del Cordero en la
Nueva Jerusalén.
Y todo se estará reflejando y materializando en nosotros;
así como los muros o el muro de la Ciudad se materializó en
los apóstoles del Señor.
Ahora, no quiere decir en ningún momento que al
materializarse en seres humanos lo que habrá en esa Ciudad,
no quiere decir que no tendrá esas cosas; sino que el muro,
pues representa a los doce apóstoles que estarán también allí,
pero habrá un muro con doce fundamentos. Las puertas
representan a los doce patriarcas; pero eso no quiere decir que
no habrá doce puertas; sino que habrá doce puertas, y cuando
la persona ve cada una de esas puertas, estará viendo que cada
puerta representa a uno de los patriarcas y a una de las tribus
de Israel.
O sea que allá, en esa Ciudad, todo lo que va a ser visto,
está representando a seres humanos, a hijos e hijas de Dios,
escritos en el Libro de la Vida del Cordero.
Así como en las ciudades, por ejemplo, colocan una
imagen, una estatua, un monumento, ya sea en forma de un
hombre, o de un animal o de un ave; y ese monumento está
representando algo, está representando a alguien, o está
representando algún evento.
Y todo lo que habrá en la Nueva Jerusalén estará
representando a los escogidos de Dios escritos en el Libro de la
LA NUEVA JERUSALÉN 15
Constructor era Dios; y él llegó al territorio, al sitio, donde
estaría esa ciudad. Y esa Ciudad es la Nueva Jerusalén, la cual
él vio y fue hasta el lugar donde estaría esa Ciudad. Y él estará
en esa Ciudad en el tiempo en que esa Ciudad esté en la Tierra
después del Reino milenial. Y también Abraham estará en el
glorioso Reino milenial; porque Abraham y todos los santos
del Antiguo Testamento, los escogidos, resucitaron cuando
Cristo resucitó.
Ahora, la Nueva Jerusalén es hecha, construida, en la
misma forma en que Dios ordenó a Moisés construir el
tabernáculo, y en la misma forma en que Salomón construyó el
templo, y en la misma forma en que nuestro Señor Jesucristo
construyó Su Templo espiritual. Porque esa Ciudad, la Nueva
Jerusalén, estará representando el Templo que está en el cielo.
Así que será en la misma forma, el mismo orden. Y por
cuanto todos nosotros estamos representados en el tabernáculo
que hizo Moisés, en el lugar santísimo estamos nosotros
representados, en el templo que hizo Salomón, ahí también
estamos representados; porque nosotros estamos representados
en el Trono que está en el cielo.
Por lo tanto cada escogido de Dios en cada edad vivirá en
la parte que él representó aquí en la Tierra. O sea, que en la
vida de cada hijo de Dios, de cada escogido, cuando ha vivido
en este planeta Tierra, ha estado representando el lugar en el
cual estará en la Nueva Jerusalén.
En el Templo espiritual de Cristo en forma de un monte
(porque un monte representa un Reino) hemos visto cómo ha
venido el cuerpo místico de Cristo creciendo; creciendo en
forma de un monte, subiendo, hasta llegar a la Edad de la
Piedra Angular, que es la Edad de la Cima, del tope, del Monte
de Dios, del tope del cuerpo místico de Jesucristo, o sea, la
Edad de la Cabeza de Oro, la Edad del Reino de nuestro Señor
Jesucristo.
Los escogidos en este tiempo final, en la Edad de la Piedra
Angular, están representando el Trono de Dios que está en el
cielo, y están representando el Trono de la Nueva Jerusalén; o
sea, la parte alta de esa Ciudad donde Cristo estará sentado en
16 WILLIAM SOTO SANTIAGO
Su Trono, y desde donde Cristo estará resplandeciendo para
toda la Ciudad.
Y dice la Escritura que todas las naciones andarán a la luz
de esa Ciudad, a la luz de Dios y del Cordero; porque en esa
Ciudad no habrá luz eléctrica, no tendrá los servicios que en la
actualidad nosotros tenemos en las ciudades; porque allí no
habrá noche, porque la claridad de Dios la ilumina. Vamos a
leerlo por aquí. Dice... y tampoco habrá templos ni sectas
religiosas, ni nada de eso; lo vamos a ver dentro de un
momentito. Dice:
“Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las
puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro,
transparente como vidrio.
Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios
Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.”
¿Vieron? Se acabaron las religiones y las sectas religiosas,
y las diferencias entre los hijos de Dios y entre las religiones de
esta Tierra.
“La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que
brillen en ella...”
O sea, la Ciudad, no el resto de las naciones; porque el sol
seguirá saliendo y la luna también; pero esa Ciudad no
dependerá de la luz del sol ni de la luz de la luna. Dice:
“La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que
brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el
Cordero es su lumbrera.”
Así como Dios estuvo alumbrando durante las noches, en
medio del pueblo hebreo, cuando iban camino a la tierra
prometida; dice que la Columna de fuego los alumbraba de
noche, y de día era una nube que los protegía del calor y los
protegía del sol fuerte que en el desierto se sentía. Ahora, sigue
diciendo:
“Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz
de ella.”
Las naciones que hubieren sido salvas son las naciones
que serán formadas por las personas que entrarán a la vida
eterna después del Juicio Final. Se formarán naciones y habrá
LA NUEVA JERUSALÉN 21
pasado, se puede ver cómo Dios obró y cómo el enemigo de
Dios se levantó en contra de Dios y Su programa en las edades
pasadas; y uno puede ver dónde se encuentra, y puede ver que
después de ahí hacia arriba no hay nada más.
Lo último es la Edad de la Piedra Angular; y ahí es donde
Dios nos ha colocado a nosotros; esa es una Edad que hace
contacto pleno con la dimensión de Dios, esa es la Edad por la
cual vienen las bendiciones al pueblo de Dios para la
resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de
nuestros cuerpos; es la Edad del Trono de nuestro Señor
Jesucristo, que representa el Trono de Dios en el cielo.
Y en esa Ciudad cada apóstol está representado, cada
apóstol de los apóstoles del Señor Jesucristo, de dos mil años
atrás aproximadamente, ellos están representados en esos doce
fundamentos que tiene el muro que rodea la ciudad. Y los
patriarcas están representados en las doce puertas, donde están
escritos sus nombres también. Y cada ángel mensajero con su
grupo está representado en una parte de esa Ciudad; y nosotros
estamos representados en la parte más alta, en la parte del
Trono de nuestro Señor Jesucristo en la Nueva Jerusalén.
Por eso es que allí es donde nosotros tendremos cosas que
estarán representando al Angel de la Edad de la Piedra Angular
y a los escogidos de la Edad de la Piedra Angular. Allí
estaremos representados en las cosas que estarán en esa
Ciudad; porque en nosotros se ha actualizado y se ha
materializado en carne humana lo que corresponde al Trono de
nuestro Señor Jesucristo y de Dios en la Nueva Jerusalén, así
como se materializó en cada ángel mensajero con su grupo lo
correspondiente a las diferentes fases o lugares de la Nueva
Jerusalén.
Así que podemos ver quiénes somos nosotros aquí en la
Tierra, y quiénes somos nosotros en la Nueva Jerusalén que ha
de estar en este planeta Tierra. Somos Reyes y Sacerdotes, y
reinaremos con Cristo antes de llegar a esa Ciudad, reinaremos
con Cristo mil años en Jerusalén la terrenal; pero después
estaremos en la Nueva Jerusalén, reinando con Cristo por toda
la eternidad.
20 WILLIAM SOTO SANTIAGO
pasando las edades e iban apareciendo los hijos de Dios, iban
subiendo de edad en edad; y así será en la Nueva Jerusalén.
El que le tocó la primera edad, le toca en la parte de abajo
de esa Ciudad; y a los que viven en el fin del tiempo y sus
nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero, les
toca la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Trono de
nuestro Señor Jesucristo, la Edad del Lugar Santísimo de Su
Templo espiritual; el cual representa el Trono de esa Ciudad,
de la Nueva Jerusalén.
Y viviremos en la parte más alta de esa Ciudad, los
escogidos que tienen sus nombres escritos en el Libro de la
Vida del Cordero que viven en este tiempo final. Por eso en
este tiempo final Dios llama a Sus escogidos a la Edad del
Trono, la Edad de la Piedra Angular; y por eso es que les
promete sentarse en el Trono con Cristo, así como Cristo se
sentó en el Trono del Padre.
En cada ángel mensajero están representados los
escogidos de cada edad; y donde va el mensajero, ahí van los
escogidos de esa edad. Y por esa causa el mensaje es dirigido
al ángel mensajero de esa edad o de esa etapa; él cuando lo
recibe, luego lo proclama, y ocupan la posición que les
corresponde en el Reino de Dios; posición que representa el
lugar en el cual habitarán en la Nueva Jerusalén.
Podemos ver el lugar que nos toca en la Nueva Jerusalén,
lo que siempre nos ha gustado a todos nosotros. Siempre que
uno viaja y ve una loma, una montaña, y mira la parte de
arriba, en su alma dice: “Ahí me gustaría tener una casita, ahí
me gustaría tener mi casita a mí.” Es que la posición que Dios
tiene para nosotros ya ordenada, predestinada, desde antes de
la fundación del mundo, está sellada en nuestra alma, y por eso
influye también en nuestra vida diaria.
Siempre podemos ver que desde la parte de arriba de una
montaña se ve todo abajo; por eso es que desde la parte de
arriba de la montaña del Reino de Dios, del cuerpo místico de
Cristo, desde la Edad de la Piedra Angular, se puede mirar
hacia abajo, se puede ver y entender lo que fueron las edades
de la Iglesia gentil, se puede ver todo lo que ocurrió en el
LA NUEVA JERUSALÉN 17
un Reino que desde la Nueva Jerusalén será dirigido; y todas
las naciones de la Tierra estarán sujetas y pertenecerán a ese
Reino de Dios que estará en el territorio de Israel.
El territorio de Israel es pequeño; pero ahí, en Jerusalén,
se levantará esa Nueva Jerusalén. La parte física, o sea el
terreno, surgirá del corazón de la tierra, con esos volcanes que
explotarán y llenarán ese territorio de lava; y así formarán ese
gran monte. Y los habitantes de esa Ciudad, pues somos
nosotros y los escogidos de las edades pasadas y
dispensaciones pasadas. Dice que solamente entrarán o vivirán
en esa Ciudad los que tienen sus nombres escritos ¿dónde?
vamos a ver:
“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace
abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos
en el libro de la vida del Cordero.”
Porque esa es la Ciudad de los redimidos de Dios, de los
Primogénitos de Dios, donde Cristo estará allí como el Dueño
y Rey de esa Ciudad; por esa causa esa Ciudad llevará el
Nombre eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo.
Ahora, vamos a seguir leyendo; dice:
“y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no
habrá noche.”
Una Ciudad donde no habrá noche, una Ciudad que no
cerrará sus puertas, una Ciudad que estará funcionando las 24
horas del día, una Ciudad que estará en actividad todo el
tiempo. Dice:
“Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.”
Así como el pueblo hebreo llevaba al templo las primicias,
y llevaba los diezmos al templo, así también a esa Santa
Ciudad, la Nueva Jerusalén, las naciones llevarán su gloria y
llevarán la honra de las naciones. Dice:
“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace
abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos
en el libro de la vida del Cordero.”
Porque han sido lavados con la Sangre de Cristo, y no
tienen pecado, no tienen mancha, porque son la Iglesia sin
18 WILLIAM SOTO SANTIAGO
mancha ni arrugas del Señor Jesucristo. Dice:
“Después me mostró un río limpio de agua de vida,
resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del
Cordero.
En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del
río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando
cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad
de las naciones.
Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del
Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.”
Va a ser un tiempo maravilloso y eterno. O sea, cuando le
digo ‘un tiempo’ no me refiero a un lapso de tiempo, sino me
refiero al momento en que entraremos a esa gloriosa Ciudad;
ese va a ser un momento glorioso. Y hemos de permanecer en
esa Ciudad; porque somos Reyes y Sacerdotes. Y esa es la
Ciudad del Rey de reyes y Señor de señores, y del Dios de toda
la Tierra y de todo el Universo, de toda la Creación; y ahí
estará nuestro Dios y nosotros con El.
Esa será la Casa de nuestro Padre celestial aquí en la
Tierra, con Sus hijos, Sus primogénitos, Sus escogidos, para
vivir por toda la eternidad. Y ya no habrá más maldición, no
habrán más problemas, no habrá dificultades para los
escogidos de Dios; será una Ciudad donde no habrá problemas,
donde Cristo será la lumbrera, donde Cristo estará por toda la
eternidad, y nosotros con El. Y de esa Ciudad, de ese Templo,
pues dice la Escritura... vamos a ver Apocalipsis 21, verso 1 en
adelante, dice:
“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer
cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.”
Sobre el planeta Tierra habrá una explosión terrible, y
pasará por fuego divino y fuego literal también, al finalizar el
Juicio Final; y luego ha de desaparecer el mar, y habrá nuevos
Cielos, o sea, nueva atmósfera, y nueva Tierra.
O sea, este planeta Tierra al pasar por esa etapa de fuego y
por esa explosión, quitará el mar; pues el agua es oxígeno e
hidrógeno (H2O), que son dos elementos explosivos, y van a
LA NUEVA JERUSALÉN 19
explotar. Y vamos a tener más territorio seco para habitar todos
los hijos de Dios de este tiempo y de tiempos pasados que han
vivido en la Tierra.
La pregunta: ¿Dónde se van a acomodar tanta gente? No
se preocupe, Dios va a secar los mares, y entonces habrá Tierra
suficiente.
Ahora, nueva Tierra y nuevos Cielos. Una Tierra que Dios
preparará, una transformación le ocurrirá a este planeta Tierra.
Así como Dios traerá una transformación para nuestro cuerpo,
y hará de nuestros cuerpos un cuerpo nuevo, un cuerpo eterno;
eso mismo El va a hacer con este planeta Tierra. Es el mismo
proceso, es el mismo plano siendo aplicado al planeta Tierra.
Con el diluvio la Tierra fue justificada; con la muerte de
Cristo en la Cruz del Calvario, fue santificada, y con el fuego
por el cual pasará, por ese bautismo de fuego luego del Juicio
Final, después del Reino milenial, la Tierra será bautizada con
ese fuego, fuego de Dios espiritual y también literal; y será
cambiada, transformada, para Dios habitar en este planeta
Tierra con todos Sus hijos.
Y Jerusalén, ese territorio, será el corazón del planeta
Tierra; pues estará allí esa gran Ciudad, siendo el corazón del
planeta Tierra y el corazón de todas las naciones. Será la
Capital del mundo, del sistema solar, y de todos los planetas y
galaxias. Desde ahí se llevarán a cabo los negocios de nuestro
Padre celestial para el planeta Tierra y para otros planetas
también.
Ahora, podemos ver que las bendiciones que Dios tiene
para Sus hijos son grandes. Todas esas cosas que están
prometidas aquí, serán cumplidas, y nosotros allí estaremos
disfrutando esas bendiciones. ¿Y dónde estaremos nosotros en
esa Ciudad? Es una pregunta muy importante; porque cada hijo
de Dios vivirá en esa Ciudad en el mismo lugar que él
representó aquí en la Tierra cuando vivió en el planeta Tierra
en cuerpos mortales.
Cada etapa o edad de la Iglesia gentil estará representada
allí en esa Ciudad. La primera edad le toca la parte de abajo de
esa Ciudad, de ese monte; y así por el estilo, a medida que iban