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    Memoria, infancia y guerra civil: el mundonarrativo de Ana Mara Matute

    Nstor BrquezUniversidad Nacional de la Patagonia Austral

    Resumen

    Ana Mara Matute ha creado un cerrado mundo narrativo que mezclaficcin y realidad con un estilo particular, pleno de poesa pero cargadode crueldad. Parte de este mundo se forja por la convivencia de lamirada inocente de los nios con la desencantada de los adultos. Parasoinhabitado (2008), ltima novela de Matute, cumple con la mayora delos tpicos que conforman el particular estilo de la autora: prevaleceeste choque de realidades enfrentadas que adems tiene a la GuerraCivil como trasfondo histrico. El trabajo analizar el cruce de estas doscaractersticas: la mirada extraada de los nios protagonistas de laobra que como todo nio matuteano vivir en un mundo de fantasaefmero antes de ingresar ya derrotado al mundo adulto que presentauna visin traslcida de la guerra civil, una apelacin a la memoria dela narradora ya adulta que presenta casi sin intervenciones sus recuerdosde nia.

    Palabras clave: Ana Mara Matute infancia memoria Parasoinhabitado Guerra Civil Espaola.

    Abstract

    Ana Mara Matute has created a tightly closed narrative world wherefiction and reality are mixed through a particular style, thoroughly lyric

    OlivarN 16 (2011), 159-177, CETCL, IdlHCS, FaHCE, UNLP - CONICET.

    Olivar, 2011, vol. 12, n 16. ISSN 1515-1115http://www.olivar.fahce.unlp.edu.ar

    Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin.Centro de Estudios de Teora y Crtica Literaria.

    Esta obra est bajo licenciaCreative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Argentina

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    but full of cruelty. This world is largely shaped by the coexistence ofthe childrens innocent gaze with the disenchanted look of the adults.Paraso inhabitado(2008), her latest novel, meets most of the topics that

    make up Matutes own style: Against the historical background of theSpanish Civil War, the central matter is once again related to the clashof the already mentioned conflicting realities. This paper attempts toanalyze the intersection between both features: the distantiated lookof the children who shall live in a world of fantasy until his finaldefeat and subsequent entry in the world of adults, like every childrenin Matutes work displaying a translucent view of the Civil War,an appeal to the memory of a grown-up narrator who introduces herchildhoods remembrances almost without any intervention.

    Keywords: Ana Mara Matute childhood memory Parasoinhabitado Spanish Civil War.

    Y me permito hacerles un ruego: si en algn mo-mento tropiezan con una historia, o con alguna de lascriaturas que transmiten mis libros, por favor cranselas.Cranselas porque me las he inventado.ANAMARAMATU-TE

    , en la recepcin del Premio Cervantes 2010

    A lo largo de su trayectoria literaria, Ana Mara Matute ha logrado con-formar un hermtico mundo narrativo donde convive simultneamenteel inmaculado paraso infantil con el despiadado punto de vista de losadultos. La crtica no demasiado abundante pero s minuciosa, se haencargado de focalizar en los puntos centrales que dan consistencia aese mundo: la infancia, los cuentos de hadas, la crueldad, la fantasa,

    la Guerra Civil, los enfrentamientos cainitas, los datos autobiogrficosdesperdigados por sus novelas y cuentos, entre otros. Se ha clasificadosu obra, se ha desmenuzado su estilo y se ha mencionado explcita oimplcitamente el recurso habitual del relato que apela a la memoria,quien es la encargada de ocultar y develar, sugerentemente, en cadauno de sus textos.

    En gran parte de sus novelas y en algunos de sus cuentos, la autoraapela a un desdoblamiento del narrador, adulto y derrotado, que re-

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    memora en primera persona, los inocentes y fantasiosos recuerdos desu infancia para marcar finalmente, el pasaje traumtico y doloroso ala vida adulta. Lo sustancial de este desdoblamiento, consiste en la pre-dominancia del relato infantil que no termina de interpretar los hechosque presencia personales y contextuales, es decir, sin la injerencia delrelato adulto que marcado por la distancia temporal podra completar einterpretar esos enigmas. Prevalece la mirada extraada del nio queno puede y muchas veces no quiere desentraar los misterios de losmayores.

    Paraso Inhabitado (2008), la ltima novela de Ana Mara Matute,forma parte de este tipo de relatos y aparece casi como corolario de su

    trayectoria literaria, dado que mantiene adems aquellos tpicos ma-tuteanos aparecidos en otras obras. As, conoceremos el relato de unania perdida en el extrao mundo de los adultos, salvada momentnea-mente slo por la literatura y la fantasa pero definitivamente vencidapor ese mundo, en un contexto que remite a la Guerra Civil. Historiacon reminiscencias a Primera memoria, por las similitudes entre ambas,aunque en menor o mayor medida, con el resto de sus cuentos y novelasen los que persisten algunos o varios de estos tpicos.

    La visin de la guerra puesta en ojos de los nios es una constanteen novelas y cuentos de Matute, quizs uno de los rasgos autobiogrfi-cos ms marcados de los muchos que aparecen explcitos o solapadosen sus textos. Sin embargo, este trabajo mostrar cmo en Paraso in-habitadola guerra no forma parte central del relato como haca Matutede manera ms evidente en textos como Los Abelo Primera memoria.Describiremos cmo se utiliza el desdoblamiento de la voz narrativa su-jeta a la memoria, para presentar una mirada traslcida de la realidadcontextual espaola referida a la guerra civil, tamizada por la niez, la

    inocencia y la fantasa. Los aspectos referidos a esta realidad histricasern escuchados por una nia que no slo no entender las palabras delos adultos visiones que ideolgicamente no sern coincidentes, sinoque no le importar demasiado, refugiada en los cuentos de hadas y enel incipiente amor que va descubriendo.

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    1. De biografas y autobiografas

    Ana Mara Matute, nacida en Barcelona en 19251es parte de la genera-

    cin llamada del medio siglo o tambin la de los nios de la guerrao los nios asombrados2. Catalogada por Juan Goytisolo como modelode su generacin3, la autora tuvo sin embargo, un trato dispar y cam-biante de la crtica a travs de los aos: fue atacada por su exceso deliricismo esttico e incomprendida ante la dificultad de encasillar suliteratura tan personal, tan diferente a la practicada sobre todo en lasdcadas del 50 y 60 por el resto de su generacin. Pero con los aos,esas posiciones prcticamente se fueron invirtiendo, o en trminos de

    Redondo Goicoechea, suavizando. Su originalidad narrativa, marcadapor aos como una falencia, es definida como un acierto en el panora-ma literario de la poca por las nuevas generaciones de lectores4.

    Lo cierto es que Matute ha perdurado hasta nuestros das con unestilo nico, una marca registrada en la que confluyen los recuerdos,la poesa y la fantasa sin lmites. Y si bien tuvo un largo perodo desilencio personal y literario, su regreso con Olvidado rey Gud(1996) yAranmanoth(2000) completando su triloga medieval iniciada con Latorre viga(1971) y hace unos aos con la ya nombrada Paraso inhabi-tado(2008), no hicieron ms que resumir y subrayar una trayectoria lite-raria con sus contadas excepciones signada por el relato maravillosoasociado a la infancia, por la persistencia del amor como una salvacinefmera y el pesimismo vital en relacin con el mundo adulto. Su ingreso

    1 Si bien todos los estudios crticos comparten y repiten que el ao de nacimientode Matute es 1926, en una entrevista concedida al diario El Pas, Matute reconoci quesu fecha de nacimiento es en realidad 1925: Estoy cansada de repetirlo: tengo 85 aos,

    nac en 1925 y no en 1926 como se emperran en decir. (Si ganara el Cervantes darasaltos, 16/11/2010. Entrevista de Rosa Mora).2 La propia autora se reconoce como la inventora del trmino: No es raro, pues,

    que yo me permitiera, aos ms tarde, definir esa generacin a la que pertenezco comola de los nios asombrados (Discurso de recepcin del Premio Cervantes 2010).

    3 Redondo Goicoechea (1997: XII) tambin menciona a dos escritoras de las nuevasgeneraciones que homenajean a Matute: Almudena Grandes, que la considera unamaestra y Rosa Montero, que la cataloga como un mito.

    4 Redondo Goicoechea se encarga de analizar esta relacin con la crtica de manerams minuciosa. En su trabajo sobre Historias de la Artmila (1997: IX-XVI) focalizaespecficamente en el estudio del cuento y su relacin con la crtica. Otro buen anlisis

    puede encontrarse en Pons Ballesteros (2009).

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    a la Real Academia Espaola en 1998 y la entrega del Premio Cervantes2010 no dejan de ser merecidos reconocimientos a esa trayectoria.

    Uno de los aspectos ms notorios en la obra de Matute es la abun-dancia de datos autobiogrficos que se pueden encontrar en cuentosy novelas, aunque la autora niegue enfticamente esa intencionalidad5.La noche de Primera memoria6, En el bosque (1998)7, su recientediscurso de recepcin del Premio Cervantes 2010 y las innumerables en-trevistas que se le han hecho, permiten reconstruir episodios de su vida:su infancia, su amor por los cuentos de hadas, el recuerdo de la GuerraCivil, su ingreso al mundo literario, su casamiento, su divorcio, sus no-velas, sus miedos, sus silencios8. Y muchos de esos datos nos remiten

    a sus textos. Quizs el trmino de autobiografa interior que proponeRedondo Goicoechea se acerque ms al estilo de la autora:

    Pienso que ofrece una especie de autobiografa interior, ya que la autoraescribe con todo su ser a la vez y no slo con la historia literaria, conla razn o con la imaginacin o con los sentidos o los sentimientos y elsexo, sino con todo mezclado y, a la vez, fundido, con su propia expe-riencia. Escribe con naturalidad mezclando vida y literatura. (2009:153)

    As, las coincidencias entre vida y obra de Matute son muchas yfcilmente rastreables. Justamente en su ltima novela vuelven a aparecerde manera ms clara muchos de esos datos ya ledos en Primera memo-riao desperdigados en cuentos por ejemplo, Historia de la Artmila(1961), entre otros y sobre todo en sus dos trabajos netamente autobio-grficos: A la mitad del camino(1961) y El ro(1963).

    En todos prevalece el recuerdo de la infancia y desde ese punto departida resuenan los datos biogrficos de Matute. Ya en Primera memo-

    5Adems de aparecer en numerosas entrevistas, en el discurso de recepcindel Premio Cervantes vuelve a resaltar esta idea de que nunca escribi una novelaautobiogrfica aunque reconoce que aparece en sus pginas.

    6Aparecido en Dietario de posguerra (1998), el texto gira en torno a Primeramemoria, el premio Nadal, la importancia de la literatura, sus vivencias de la guerra ydetalles del libro.

    7 Este texto es el discurso de ingreso a la Real Academia Espaola pero sobre todouna defensa de los cuentos de hadas, su funcin e importancia.

    8 Entre las numerosas entrevistas a la autora es oportuno destacar Montero (1996),Moret (1996), Prada (1996 y 1998), Varela (1998), Prego (1999), Villora (2000), Mora (2001),

    y Astorga (2002).

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    ria apareca un mueco de trapo Gorog, compaero de Matia, lanarradora, que Matute an hoy mantiene segn confiesa en su mentadodiscurso de recepcin del Cervantes. Pero a ese dato de color se le su-man aspectos de la infancia de la autora que aparecen obsesivamente ensus trabajos, sobre todo en Paraso inhabitado: la presencia de su peque-o teatro de tteres, uno de los juguetes ms nombrado de su infanciay que recuerda adems a Pequeo teatro(1954), el miedo a su madrey el amor a su padre, a quien sin embargo, ve muy poco9, su estrictay controvertida educacin religiosa en manos de las Damas Negras10,una persistente enfermedad de la nia que mantuvo en vilo a toda lafamilia y que es parte fundamental de la novela, la referencia a lugares

    emblemticos de la casa: la cocina centro de felicidad y aventuras11 y elcuarto oscuro de los castigos, resignificado por la nia Matute como otrombito de fantasa e imaginacin12. Y por supuesto, tambin reaparecenen esta novela, las referencias a la Guerra Civil vista desde un punto devista ms lejano, de manera ms traslcida que en Primera memoriay la literatura infantil, los cuentos de hadas tan nombrados por la autoracomo salvacin y refugio en su infancia13.

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    De nia tena terror a mi madre. Cuando oa sus tacones por el pasillo y su vozdiciendo Ana Mara! me echaba a temblar. El terror iba acompaado de tal angustiaque me origin tartamudez () Si no hubiera sido por mi padre, al que sin embargo,

    vea muy poco, y por mi adorada tata Anastasia, creo que me habra muerto dedesamor. Un doloroso vivir, entrevista incluida en el trabajo de Redondo Goicoechea(2009:144)

    10 Su aversin a las monjas, a quienes cataloga de horrendas, es tema repetidoen sus entrevistas. En el citado trabajo de Redondo Goicoechea (2009:144), utiliza ladenominacin mencionada: Era tal mi aficin a la lectura que llegu al colegio sabiendoleer y escribir, bueno, pues bien, pronto consiguieron las monjas, las Damas Negras,acomplejarme lo suficiente para conseguir que fuera la ltima de la clase

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    En Historias de la Artmila, una serie de cuentos en los que resuena la infancia ysobre todo los veraneos en Mansilla de la Sierra, existen tres espacios bien diferenciadosen los que transcurre la accin: el pueblo, la casa del abuelo y sobre todo, la cocina.(Redondo Goicoechea, 1997: XXVIII)

    12 En Paraso inhabitadoaparece ficcionalizado el castigo que impone la madre a lahija que es encerrada en un cuarto oscuro y que forma parte de la infancia de la autora:Al contrario de los otros nios, empez a gustarme ser castigada en el cuarto oscuro.Comenc a sentir y saber que el silencio se escucha y se oye, y descubr el fulgor de laoscuridad, el incomparable y mgico resplandor de la nada aparente (Matute, 1998b: 18)

    13 Para analizar esa relacin entre infancia y cuentos infantiles, unida a la biografade Matute, revisar En el bosque (1998:9-31), aunque es un tema recurrente en las

    diversas entrevistas realizadas a la autora.

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    Justamente este ltimo tema es uno de los ms recurrentes dentrode la narrativa de Matute, por dos razones: primero, por su encendidadefensa de este tipo de literatura que ha hecho en entrevistas y sobretodo en su texto En el bosque, en donde analiza minuciosamente lafuncin y enseanza de estos relatos para los nios y en segundo lugar,por su propia produccin, dividida a su vez en literatura infantil propia-mente dicha14y la literatura para adultos pero que apela a la fantasa oa la crueldad propia de los cuentos de hadas a partir de la existenciade un personaje o narrador nio o adolescente (en Parasoaparece re-currentemente la figura de un unicornio en la realidad fantasiosa de suprotagonista)15.

    En su defensa de estos relatos infantiles, Matute ha reconocido msde una vez, que si no hubiese podido participar del mundo de los cuen-tos y si no hubiese podido inventarme mis propios mundos, me habramuerto. (1998b: 19). Y es su mirada profunda sobre estos relatos y suvital enseanza la que subyace en sus propios textos, una manera depresentar la magia asociada al mundo de los nios pero sin prescindirde la crueldad, del odio y sin el final feliz. As, la autora se ha encargadode defender los tradicionales cuentos infantiles y de oponerse a la nueva

    generacin de cuentos recortados y adaptados:Porque los llamados cuentos de hadas no son, por supuesto, lo que lamayora de la gente cree que son. Nada tienen que ver con la imagen que,por lo general, se tiene de ellos: historia de nios, a menudo estupidiza-das y trivializadas a travs de podas y podas polticamente correctas,porque tampoco los nios responden a la estereotipada imagen que setiene de ellos. () La crueldad, la ambicin, la fragilidad del ser huma-no, todo se revela en estos cuentos aparentemente simples e indudable-mente inocentes. (Matute, 1998b: 19-20)

    14 Parte de la produccin infantil de Matute incluye entre otros ttulos: El pas de lapizarra(1956), Paulina, el mundo y las estrellas(1960), El saltamontes(1961), El aprendiz(1961), Caballito loco(1961), Carnavalito(1962), El polizn del Ulises(1965), Slo un piedescalzo(1984). Un caso para remarcar, a medio camino entre la literatura para nios

    y para adultos, lo marca El verdadero final de la Bella Durmiente (1999), que retomaun clsico para nios pero sazonado con los condimentos de humor e irona para elentendimiento de los adultos.

    15 Otros textos que pueden incluirse en esa lista son, entre otros: Pequeo teatro

    (1954), El verdadero final de la Bella Durmiente(1999) y la triloga medieval ya citada.

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    En Paraso inhabitado, la lectura de cuentos infantiles vuelve a apa-recer y as nos encontramos con La isla del tesoro, pero sobre todo conAlicia y Peter Pan, smbolos inequvocos de la literatura matuteana, quereflejan dos de las temticas ms mentadas por la autora: la posibilidadde explorar un mundo de fantasa dentro de nuestro propio mundo16yel anhelo de la infancia perpetua. Idea que subyace en el imaginario delos personajes infantiles que terminan descubriendo la dolorosa verdaden su ingreso al mundo adulto. Son las palabras de los nios protago-nistas de Paraso inhabitado. Gente dijo al fin. Y no quiero vivir conellos ni ser como ellos, dice Gavrila, el nio amigo de la protagonistay explica ms adelante: porque crecemos, nos vamos, y ya nunca, nunca

    ms volveremos (2009:166).Esa imagen pesimista que atraviesa la narrativa de Matute se mani-

    fiesta sobre todo en la literatura para adultos, en donde el recuerdo delpasado imprime una mirada cargada de nostalgia y dolor. La excepcinest marcada por la literatura infantil, que apela a un mundo ms espe-ranzador, sin que el mensaje sea condescendiente o conformista17. Comomarca Gulln el gusto de hablar a los nios, parece ser el cobijo dondeutiliza la voz que en el mundo de los adultos le resulta imposible, la de

    la esperanza, de la alegra. (1996: XXV) Esta caracterstica tambin seevidencia aunque en ejemplos bien especficos en algunos cuentospara adultos. Hervs Fernndez, en su anlisis de Historias de la Art-milaen particular el cuento La chusma, destaca que varios de losfinales de los cuentos son felices y contrastan con la nota trgica y pe-simista con la que remata el resto de las obras (2010:734).

    En consonancia con el estudio de El Saffar (1981:223) que analiza laimagen del Edn que prevalece en el universo imaginativo de Matute,esta ltima novela de la autora, ya desde su ttulo, vuelve a plantear esta

    idea, sobre todo la de la presencia del nio divino o divine child,concepto que El Saffar toma de Jung y que se refiere al arquetipo delnio como salvador, una presencia divina en el mundo cruel de los adul-

    16 No pretendo que abandonemos este mundo, nuestro mundo, sino tan solo quenos aventuremos por unos instantes en los otros mundos que hay en ste (Matute,1998b: 15).

    17 Sobre la produccin infantil de Matute se encuentra el minucioso trabajo de JaimeGarca Padrino (2001), focalizado sobre todo al libro Slo un pie descalzo(1983), pero

    que recorre los principales lineamientos de esta faceta narrativa de la autora.

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    tos. En ese paraso habitado efmeramente por los nios, la naturalezay sobre todo al bosque, aparece como un lugar incontaminado que sirvede refugio y proteccin18.

    En Paraso inhabitadoconfluyen dos nios divinos que cumplenlos destinos posibles que tienen prefigurados de acuerdo al mundo ma-tuteano: la desilusin o la muerte. Adriana, la narradora desdoblada yescptica que recuerda con nostalgia su niez, cuenta la historia de Ga-vrila, su amigo e incipiente novio que muere de meningitis. Ambos vandescubriendo lentamente el doloroso trnsito a la adultez y es justamentela muerte prematura del amigo la que marca el inicio de la desilusinradical y permanente de la narradora.

    En su anlisis de La torre viga, El Saffar ya hablaba de este divor-cio del mundo adulto y marcaba que los ms de los nios o mueren opierden por completo su inocencia y capacidad de fantasa al despedirsede la niez, agregando que es constante la imagen de los nios arran-cados del paraso, prematuramente, brutalmente (1981:229-230). En esecontexto, el amor puro e incontaminado es solo patrimonio de la niezy como tal, aparece brevemente y no logra subsistir.

    2. Los nios de la guerra

    Teniendo en cuenta todas las caractersticas marcadas, que unen bio-grafa con niez y literatura, es esperable y hasta coherente la persisten-cia de los ecos de la Guerra civil en la obra de Matute, ya que formaparte relevante de su propia historia19. En el texto que rememora la re-cepcin del Premio Nadal por Primera memoria, grafica esa situacin:

    Luego vino una Barcelona tremenda, la Barcelona de la guerra. Pero, du-

    rante aquel tiempo los nios que habamos sido privilegiados y vivamos

    18 Matute siempre ha dado una connotacin simblica al bosque, no slo en sufamoso discurso de ingreso a la RAE, sino en varias entrevistas: El bosque es para mel mundo de la imaginacin, de la fantasa, del ensueo, pero tambin de la propialiteratura y, a fin de cuentas, de la palabra (1998b: 14).

    19 Dentro de la narrativa de la autora referida a la Guerra Civil, tambin se puedencitar Los Abel(1948), Los hijos muertos(1958), Lucirnagas, censurada y aparecida en1955 con el ttulo En esta tierra. Y la triloga Los mercaderes: Primera memoria(1960),Los soldados lloran de noche(1964) y La trampa(1969). Lucirnagasreaparece en su

    versin original en 1993.

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    en un mundo burgus, abrigado, confortable, descubrimos que la vida noera como nos la haban contado. Entonces Barcelona fue diferente y fueterrible. Pero yo aprend mucho. Aprend lo que eran las colas y que el

    pan se pagaba. Quiero decir que aprend que el pan no se regalaba y quehaba que aguardar para obtenerlo. Aprendimos que haba gente cruel ybombardeos y que el mundo no era hermoso. (1998a: 160)

    Matute es parte importante de esta generacin de primera mano,ya que siempre ha mantenido en su narrativa un cruce singular entrehistoria y fantasa. Como seala Gulln, en el contexto literario de los 50y 60 en las que prevalece el neorrealismo y el experimentalismo formal,Matute presenta una realidad novelada emotiva en la que depende

    menos de la visin intelectual que de la experiencia (1996: VII).Esa facilidad de la autora para poetizar cualquier situacin es el

    rasgo primordial de estas novelas en las que lo testimonial se mezclacon la ensoacin (Gulln, 1996: XXVII). Por eso, al hablar de la Gue-rra Civil, sta aparece permeada por la mirada infantil, atenta a otrasrealidades, a otra sensibilidad en el despertar de la inocencia. RedondoGoicoechea plantea que sus obras incorporan al mismo tiempo los temassociales y los murmullos familiares y en ese sentido logra reunir lo his-

    trico con lo potico (1997: X). Pareciera que la Guerra, como cualquierotro tema posible, queda supeditado a cuestiones ms trascendentalescomo la crueldad, el odio, la envidia. As, Gulln explica que en Primeramemoriase evidencia la predisposicin natural del ser humano a hacerdao al prjimo, a explotarlo (1996: XXI) y en cierto sentido es la mismainterpretacin que esboza Zahareas al momento de analizar Olvidado reyGud, y verificable en cualquiera de las novelas que integran la trilogamedieval hay algo de mito universal que puede aplicarse a cualquierpoca y cultura (Rico, 1999:473).

    Como fue marcado al inicio de este trabajo, Paraso inhabitadocuenta las vivencias de una narradora que recuerda su infancia y adoles-cencia desde la mirada de nia, tratando de reflejar fielmente esa posturainocente e incorrupta, sin apelar a la intervencin de la mirada adulta. Esla historia de Adriana, hija de padres divorciados y amiga de cocinerasy sirvientas, que conoce a Gavrila, un vecino tan solitario como ella conquien compartir lecturas, aventuras y un incipiente amoro. Esos mo-

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    mentos de felicidad sern truncados por la muerte de l, trance dolorosopara Adriana que iniciar su definitivo ingreso al mundo de los adultos.

    Si Gulln marc con acierto, que en Primera memoriael argumen-to era ms bien escaso o las acciones ms bien pocas (1996: XXXVI),en Parasoesto se intensifica, porque la accin deja paso al devaneopotico, la reflexin interior, el recuerdo nostlgico. Y en ese sentido,la mirada de la Guerra apela a un relato siempre en boca de los dems,referidos a la pasada o en voz baja. En Primera memoriaaparecanpersonajes muertos, diarios que informaban sobre la toma de ciudadespor las tropas de Franco, misas celebratorias organizadas por el cura,en Paraso, sin embargo, slo aparecern solapadamente en boca de

    diferentes personajes, no siempre entendidos por Adriana la nia ni ex-plicados por su versin adulta.

    Si Moix pona atencin en el hecho de la escritura de Primera me-moriaveintitrs aos despus de la guerra, buscando rastros del contex-to de 1959 en ella (Rico, 1999:469), podra plantearse qu nueva miradaaporta Paraso inhabitadoen el 2008, en medio de los debates polticosy sociales que ligan memoria traumtica con nuevas generaciones y cu-yos ecos pueden rastrearse en la narrativa, el cine y otros lenguajes.20Por

    lo pronto, la mirada de Matute vuelve a insistir con una memoria inti-mista pero con el contexto de la guerra ms lejano, se podra decir quesin incidencias explcitas para los protagonistas o por lo menos como sevea en Primera memoria.

    En esta novela estarn bien diferenciadas las esferas del mundo delos adultos y la de los nios. Y si bien la historia estara centrada en estaltima, las repercusiones de la primera van socavando paulatinamentela inocencia inicial de los nios en su despertar a la adolescencia. Lanarracin de esa prdida ser contada cronolgicamente y cobrar mayor

    intensidad con los ecos del conflicto en boca de los adultos. El ingresoa ese mundo ser tambin la toma de conciencia de la gravedad de laguerra y sus consecuencias. Pero como se explic en un comienzo, lanarradora adulta de esta historia develar en cuentagotas los hechos

    20 En ese sentido, el libro de Macciuci y Pochat (2010) ofrece un amplio ypormenorizado acercamiento al tema. Adems del anlisis especfico de narradores ytemticas actuales, el trabajo de Macciuci (2010a) presenta un exhaustivo estado de lacuestin sobre el tema y el trabajo de Javier Lluch-Prats (2010) ahonda en el concepto

    de generacin, construccin de la historia y novela.

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    que los Gigantes refieren, es ms, pareciera que no interviene ideol-gicamente en la interpretacin de esas acciones. Prevalece hasta ltimomomento como historia central la de la narradora ya adolescente y losltimos coletazos de su inocencia.

    Como en otras obras de Matute, la familia de Adriana es al decir deEl Saffar relativamente privilegiada entre otros cuentan con sirvien-tes, cocinera, portero, chofer y con padres distrados y preocupadospor problemas propios (1981:228). La familia termina de conformarsecon dos mellizos y una chica ya adolescente. Como suceda en Primeramemoria, la guerra es vista con ojos anti-republicanos. Con los evidentesintereses de clase aunque siempre referidos por sus sirvientes sumados

    a la estricta educacin religiosa que va pasando de generacin en gene-racin la madre, la ta, la hermana mayor y ahora Adriana pasan porlas manos de las Damas Negras, la visin que se tiene de la guerraes bien particular.

    Uno de esos episodios tiene como protagonista a Isabel, la cocinera,que pide a Adriana que le ayude con unas cartas para su familia, ya queno sabe leer ni escribir. stas, elementalmente crpticas, no son entendi-das por la nia:

    Como haca yo con ella, a ellos se las escriba el cura. Eran unas cartasmuy raras, de gente que no pareca la familia de Isabel. O por lo menos,no se le pareca en la forma de hablar, ni dictar. Por ejemplo, si ella leshaba dicho en una carta ms o menos esto: Querido hermano Lope, mealegrar que al recibo la presente estis bien de salud. Ya s lo que leha pasado a la vaca con lo de los lobos, he llorado mucho, deseo que laotra vaca est bien, ojal se muera el que dice que es culpa de los lobosy todos sabemos La carta que reciba en respuesta era, tambin mso menos: Querida hermana Isabel: ya sabes que la desgracia nos aflige,

    desde que a la vaca la mataron los lobos, pero estamos resignados por lavoluntad de Dios, que pone a prueba nuestra paciencia y nuestra Fe en suMisericordia No entenda nada, pero saba que algo fallaba, que algono estaba de acuerdo entre una carta y otra. Como si hablaran de cosasdistintas. (2008:104)

    Una escena ms explcita contra la Repblica y que marca ademsun cierto disenso con esa mirada sucede en la fiesta de carnaval, cuandole dan una paliza a Teo, el acompaante y sirviente de Gavrila, porque

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    se disfraza de la Emperatriz de China. Cuando todos se enteran, Joaqunel portero e Isabel hablan del tema:

    Qu ya lo digo yo que hay mucho vicio, mucho vicio! Desde la Rep-blica, qu va a ser de nuestra Patria? ()

    Pero qu tendr que ver? Vamos, con Repblica y sin Repblica,lo que le han hecho al Teo es una bajeza una maldad muy grande!(2008:135-136)

    En ninguno de los casos en que los adultos hablen de la guerrala narradora emitir opinin sobre esos hechos, pero s propondr en

    algunos casos, con sutileza, una versin quizs superadora del simplemaniquesmo.

    Yo escuchaba, medio agazapada en la despensa. La lavandera contaba queestaban incendiando conventos, y que haban apaleado a unas monjas enCuatro Caminos, y a unos frailes no saba dnde. Lo deca con una vozmuy alta, casi temblorosa, pero no de miedo, ni creo que tampoco dealegra. Era un temblor antiguo, como despertado bruscamente de algnsilencio espeso, largo, doloroso. (2008:142)

    Como ya se ha dicho, la narrativa de Matute mantiene por sobrecualquier tema, una enseanza ms profunda y universal, referida a lossentimientos, el odio, la tristeza que en este caso, slo son exacerbadospor el conflicto. Nuevamente Joaqun manifestar su preocupacin eIsabel lo apartar de la mirada parcial.

    Ay, Mara se acercan malos tiempos, malos para gente decente comonosotros.

    Ya lo s, Joaqun, ya lo s Malos para todos.

    Malos tiempos, me dije confusa y curiosa a la vez. Malos para qu?Mientras inicibamos la subida hacia la morada de los Gigantes, me dijeque para m haban llegado los das en que Gavi me enseara a volar.

    Pero antes de que pisramos el primer escaln, Joaqun aadi:

    Si subes al terrado lo vers vers el humo de los incendios. Estn que-mando los conventos, las iglesias! Qu va a ser de nosotros? (2008:158)

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    Adems de la mirada general de confusin y desesperanza, quedamarcada la divisin entre el mundo adulto y el de los nios. Mundosque se van acercando ms y que Adriana ir descubriendo con sorpresaprimero y luego con dolor: Todo era tan misterioso como las ltimaspalabras de la carta de pap. Confuso y amedrentador: Hay gente muymala, muy mala as que el mundo era un espacio grande y atroz, llenode amenazas. (2008:143)

    Parte fundamental de esa lenta enseanza que Adriana ir adqui-riendo de a poco la recibe, maternal pero descarnadamente, de su taEduarda, hermana de su madre. Personaje que adems aporta una mira-da afn a la Repblica y podra tomarse como una valoracin positiva de

    la narradora, dada la fascinacin que siente sta por su ta. En la intem-pestiva aparicin en casa de su hermana, sta le reprocha la presenciade Sagrario, su ayudante, al parecer vestido indecorosamente y Eduardaresponde tajantemente:

    Otras cosas son muchsimo ms vergonzosas que Sagrario, y estn ocu-rriendo a tu alrededor, en esta misma casa Por qu no das la cara ydices a todo el mundo que ya no quieres a tu marido? Ahora ya tenemosuna ley que lo permite, pero, claro, esa ley no tiene ninguna importancia

    en esta casa. (2008:18)

    Esa primera alusin a la ley de divorcio y la diferencia ideolgicaque la separa de su hermana vuelve a ser marcada cuando se hable de laeducacin de su sobrina en el colegio de monjas: En cuanto a esas notasy notitas que recibes de Saint Maur, te aconsejo que las olvides. En aque-lla casa predominan la estupidez, la ignorancia y la soberbia (2008:26).

    Estas referencias contextuales aparecen desperdigadas por la nove-

    la, supeditadas o en medio de reflexiones de una nia con intereses yconcepciones del mundo ligadas a la fantasa y al juego, pero tambina la literatura, el cine y el teatro. Paraso inhabitadoes, antes que nada,la narracin del pasaje de esa nia a la adolescencia y de la magia querige su universo a la realidad ms extrema. Adems de las caractersticasmarcadas del mundo infantil de Adriana y Gavrila, se establece desdeel comienzo de la novela podra decirse que desde la ilustracin desu tapa la figura de un Unicornio con toda su simbologa de purezae incontaminacin a cuestas: figura de un tapiz, slo los nios pueden

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    ver cuando el fabuloso animal se escapa del cuadro y regresa. Ya en lasprimeras pginas queda establecida esta relacin:

    Uno de mis recuerdos ms lejanos se remonta a la noche en que vi correral Unicornio que viva enmarcado en la reproduccin de un famoso tapiz.Con asombrosa nitidez, le vi echar a correr y desaparecer por un ngulodel marco, para reaparecer enseguida y retomar su lugar; hermoso, blan-qusimo y enigmtico. (2008:3)

    La relevancia de este dato, viene marcada porque se establece en lanovela una analoga entre este animal y Gavrila, el amigo que conoceAdriana y cuya relacin marcar las acciones centrales de Paraso. Existeuna clara divisin entre este personaje y Adriana, ya que l ser un serincontaminado y puro, que morir sin llegar a formar parte del mundoadulto y ella, no slo lo har, sino que adems acentuar con los aosesa distancia hasta transformarlo en un recuerdo doloroso, cargado denostalgia y ensoacin. Este doble papel de una narradora adulta desdo-blada por la aoranza tiene en la novela dos momentos en los cuales sumanifestacin es explcita. Una, desde una posicin de adulta, que luegode narrar esos recuerdos de nia, reflexiona sobre la realidad poltica

    de la poca.

    Puedes pasar das, quizs aos, movindote en una nebulosa donde ape-nas se tiene noticia de cuanto sucede a nuestro alrededor. Algo as, piensoahora, me ocurri a m. Desde el incidente de la nia en el ascensor,hubo un tiempo y un espacio tan indefinibles que apenas tengo referen-cias de los sucesos que por aquellos aos revolucionaban mi pas. () nos cunto tiempo estuve sin hablar porque todo lo que atae a aquellosdas parece haberse borrado de mi memoria. (2008:210)

    El otro momento, tambin sobre el final de la novela, cuando deci-den enviar a Adriana con su ta Eduarda, sta explica que ser por pocotiempo y la narradora nos resumir cules sern los hechos futuros, quela novela no narrar:

    Nadie saba entonces que aquel poco tiempo iba a convertirse en treslargos aos, en una guerra que iba a tenernos incomunicadas en zonas

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    enemigas, que iba a enfrentar y matar a mis aorados Jernimo y Fabin21,y que mi padre desaparecera para siempre de mi vida. (2008:224)

    El final de la novela es un punto relevante porque no slo cierra lahistoria de un proceso, sino que explica el inicio de otro, el ya marcadodespertar al mundo cruel de los Gigantes. Eduarda, personaje que dealguna manera resume en la novela la comprensin y contencin paraAdriana pero tambin la explicacin ms descarnada de lo que estsucediendo, es quien da el cierre a su mundo de fantasa. En medio delviaje a casa de su ta, Adriana le cuenta del Unicornio que ella vio y suesperanza de que regrese a buscarla (antes de morir, Gavrila le pidi

    que lo esperara y le prometi que volvera a buscarla). Su ta aplast elcigarrillo en el cenicero, sacudi con la mano el humo que an flotabaen una casi invisible nubecilla, y dijo: Los Unicornios nunca vuelven(2008:226).

    3. Consideraciones nales

    Paraso inhabitadoes una novela que repite y acenta ciertos tpicos

    del inconfundible estilo de Ana Mara Matute. Se podra decir que cum-ple lo que ha marcado El Saffar (1981:225): Matute ha dicho, hablandode sus propias novelas, que cada autor reescribe la misma obra, elabo-rando siempre algunos temas favoritos. Quizs se la pueda catalogarcomo una rescritura de Primera memoria, pero ahondando ms clara-mente en una versin poetizada e intimista de la infancia, soslayando demanera ms notoria las referencias contextuales en las que se desarrolla.Es innegable que la visin de la guerra vuelve a aparecer pero de unamanera ms distante, ms mediada por la mirada infantil de la protago-

    nista.Prevalece de manera ms notoria que en otras obras el papel de

    una narradora con omnisciencia limitada, atada a un punto de vista(Redondo Goicoechea, 1997: XXX). As, la historia se dividir dentro delmarco general del recuerdo de la protagonista entre la memoria perso-

    21Vuelve a aparecer en esta novela el enfrentamiento cainita, tan estudiado en suobra. En su anlisis de la novela, Pons Ballesteros (2009:219) no slo refiere a este tema,

    sino que lo analiza junto a otros cuentos que tambin se encargan de narrarlo.

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    nal contada en primera persona, infantil y fantasiosa y las intervencionesde los adultos, en forma de dilogos, frases dispersas y murmullos. Esosmundos tendrn sus caractersticas bien definidas: el infantil, con sus sig-nos evidentes, la presencia del Unicornio, los personajes de los cuentosde hadas (Peter Pan, Alicia) y el adulto, con intervenciones ideolgicascontrapuestas y la inocente imparcialidad de la narradora sumergidaen ese primer mundo.

    La Guerra Civil ser presentada a travs de un abanico polifni-co, como un eco lejano para la nia protagonista de la historia. Perocomo suceda en Primera memoria, la realidad que se muestra no estan importante como los sentimientos que mueven a sus personajes. O

    mejor dicho, pareciera que el tema de la Guerra Civil funciona comoexacerbacin de sus pasiones, las tristezas, los odios, la discriminacin.Como ya se ha dicho, Paraso inhabitadono tiene como tema central elconflicto, aunque ese contexto potencia su desenlace. El doloroso pro-ceso individual que vive Adriana en su pasaje a la adolescencia y trasla muerte de su amigo, el incontaminado nio divino, se torna msdramtico al despertar a un mundo peligroso y maligno. La prdida de lainocencia estar doblemente marcada por el dolor individual y la tristeza

    y desesperanza colectiva. Una vez ms, Ana Mara Matute presenta enpalabras de Zahareas donde lo prodigioso presenta su lado lumnico y,a la vez, su lado oscuro y terrible (1999:473), un mundo a la vez mgicoy tenebroso.

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