Doberti_Lineamientos Para Una Teoria Del Habitar

4
Teoria del Habitar / Cátedra Doberti-Iglesia / FADU-UBA 1/4 LINEAMIENTOS PARA UNA TEORÍA DEL HABITAR. Por Roberto Doberti. Consideraciones previas La palabra “Habitar” señala hacia algo que es ineludible para los seres humanos. No existe ninguna persona que no habite y no hay momento alguno en que no lo haga: habitamos todos y habitamos siempre. También la palabra "habitar" indica algo que siendo inevitable se realiza, por otra parte, de muy variadas maneras. Es necesario habitar pero, en cambio, no son necesarios sino variables los modos en que se ejerce la habitación. La presencia obligada y constante del habitar explica la dificultad en reconocer al habitar como un campo u objeto que demande una explicación, una teoría. En otras palabras, la cercanía, cotidianidad o Familiaridad del habitar tiene como consecuencia que no se reconozcan sus incógnitas, sus opacidades¿ su compleja y variada estructuración. Habitar en sus interpretaciones o resonancias preteóricas tiene una muy dilatada extensión y una evidente ambigüedad., Se vincula etimologicamente con hábito -es decir, con costumbre, uso- y se asocia a vivir o residir -en expresiones tales como “ yo habito -vivo o resido- en tal ciudad, barrio o edificio”. Desde otro punto de vista, “habitar” a veces parece referir a un atributo y otras a determinadas acciones o actividades. Será precisamente la elaboración teórica la que exigirá y posibilitará elucidar o establecer la naturaleza del habitar. En tal sentido y como obvia operación metodológica, deberá delimitarse estipulativamente el sentido del concepto o, en otras palabras, recortar un cuerpo de categorías que especifiquen el significado de "habitar" en la teoría que asume su explicación. En el mismo sentido, pero ahora en el plano de las consideraciones previas más decisivas, deberá atenderse al hecho de que los fundamentos de la teoría del habitar estarán directamente anclados en las nociones de “realidad” y “conocimiento”. Si, en lo profundo, toda actividad teórica es interactuante con los sustentos ontológicos y epistemológicos, cuando la teoría trata acerca de un campo tan amplio y obligado como el habitar esta ligazón está a flor de piel, se hace manifiesta o inquietante. Es conveniente remarcar que lo queresulta decisivo es la interacción, porque si bien la teoría se sustenta en ciertas nociones de “realidad” y “conocimiento”, también las ponea prueba y las articula; se construye, en definitiva, una gestión de mutua determinación, contrastación y convalidación. Podemos decir, en esta instancia preparatoria, que construir la teoría habitar implica: Reconocer un campo de ignorancia, en lo que habitualmente se presenta como transparente y familiar observación. Exigir aclarar aquello que no se planteaba como oscuro. Construir una entidad -el habitar- muchas veces atisbada pero, que en el orden conceptual, resultaba siempre disuelta en un adosamiento de múltiples parcialidades sin estructuración propia. Poner en relación la teoría del habitar con las teorías o conceptualízaciones esenciales, hacer aflorar los supuestos básicos o reelaborarlos. Indagar para "comprender”, en una tarea que no es una especialización ni tampoco una interdisciplina. En una tarea que conlleva, huelga decirlo, los riesgos del terror y del desvarío, pero también la esperanza de alcanzar una concepción estructural que nos permita dar razón de las sinrazones que nos albergan y que albergamos. Establecer los límites que, en el marco de la teoría, se acuerden para el concepto "habitar". Analizar, de esta manera, los "componentes" de este concepto y, consecuentemente, las relaciones y rangos entre ellos. Definir el contexto de este campo teórico o, en otros términos, pensar el orden social estructurante del habitar para hacer surgir el concepto de "habitar" de un cuadro general de la socialidad.

Transcript of Doberti_Lineamientos Para Una Teoria Del Habitar

Page 1: Doberti_Lineamientos Para Una Teoria Del Habitar

Teoria del Habitar / Cátedra Doberti-Iglesia / FADU-UBA

1/4

LINEAMIENTOS PARA UNA TEORÍA DEL HABITAR.

Por Roberto Doberti.

Consideraciones previas

La palabra “Habitar” señala hacia algo que es ineludible para los seres humanos. No existe ninguna persona que no habite y no hay momento alguno en que no lo haga: habitamos todos y habitamos siempre.

También la palabra "habitar" indica algo que siendo inevitable se realiza, por otra parte, de muy variadas maneras. Es necesario habitar pero, en cambio, no son necesarios sino variables los modos en que se ejerce la habitación.

La presencia obligada y constante del habitar explica la dificultad en reconocer al habitar como un campo u objeto que demande una explicación, una teoría.

En otras palabras, la cercanía, cotidianidad o Familiaridad del habitar tiene como consecuencia que no se reconozcan sus incógnitas, sus opacidades¿ su compleja y variada estructuración.

Habitar en sus interpretaciones o resonancias preteóricas tiene una muy dilatada extensión y una evidente ambigüedad., Se vincula etimologicamente con hábito -es decir, con costumbre, uso- y se asocia a vivir o residir -en expresiones tales como “yo habito -vivo o resido- en tal ciudad, barrio o edificio”. Desde otro punto de vista, “habitar” a veces parece referir a un atributo y otras a determinadas acciones o actividades.

Será precisamente la elaboración teórica la que exigirá y posibi litará elucidar o establecer la naturaleza del habitar.

En tal sentido y como obvia operación metodológica, deberá delimitarse estipulativamente el sentido del concepto o, en otras palabras, recortar un cuerpo de categorías que especifiquen el significado de "habitar" en la teoría que asume su explicación.

En el mismo sentido, pero ahora en el plano de las consideraciones previas más decisivas, deberá atenderse al hecho de que los fundamentos de la teoría del habitar estarán directamente anclados en las nociones de “realidad” y “conocimiento”. Si, en lo profundo, toda actividad teórica es interactuante con los sustentos ontológicos y epistemológicos, cuando la teoría trata acerca de un campo tan amplio y obligado como el habitar esta ligazón está a flor de piel, se hace manifiesta o inquietante. Es conveniente remarcar que lo queresulta decisivo es la interacción, porque si bien la teoría se sustenta en ciertas nociones de “realidad” y “conocimiento”, también las ponea prueba y las articula; se construye, en definitiva, una gestión de mutua determinación, contrastación y convalidación.

Podemos decir, en esta instancia preparatoria, que construir la teoría habitar implica:

• Reconocer un campo de ignorancia, en lo que habitualmente se presenta como transparente y familiar observación.

• Exigir aclarar aquello que no se planteaba como oscuro.

Construir una entidad -el habitar- muchas veces atisbada pero, que en el orden conceptual, resultaba siempre disuelta en un adosamiento de múltiples parcialidades sin estructuración propia.

• Poner en relación la teoría del habitar con las teorías o conceptualízaciones esenciales, hacer aflorar los supuestos básicos o reelaborarlos.

Indagar para "comprender”, en una tarea que no es una especialización ni tampoco una interdisciplina. En una tarea que conlleva, huelga decirlo, los riesgos del terror y del desvarío, pero también la esperanza de alcanzar una concepción estructural que nos permita dar razón de las sinrazones que nos albergan y que albergamos.

• Establecer los límites que, en el marco de la teoría, se acuerden para el concepto "habitar".

Analizar, de esta manera, los "componentes" de este concepto y, consecuentemente, las relaciones y rangos entre ellos.

• Definir el contexto de este campo teórico o, en otros términos, pensar el orden social estructurante del habitar para hacer surgir el concepto de "habitar" de un cuadro general de la socialidad.

Page 2: Doberti_Lineamientos Para Una Teoria Del Habitar

LINEAMIENTOS PARA UNA TEORIA DEL HABITAR

2/4

Hablar y Habitar

Sólo habitan los seres humanos. Este drástico enunciado implica asignar -en el seno de la teoría- un sentido específico a la palabra "habitar".

Las otras espécies anidan, se albergan, se aglomeran, deambulan en grupos, construyen y ocupan colmenas o cuevas, etc., pero no habitan. Analogicamente, las otras especies rugen, pían, ladran, aullan, etc., pero no hablan.

No es sólo que exclusivamente son los humanos quienes hablan y habitan, sino que es el ejercicio de estos dos sistemas -hablar y habitar- lo que nos constituye como humanos, lo que establece el escalón diferencial. Se trata del escalón que determina el acceso sin retorno, a la cultura, a la historia.

La correspondencia convencional, es decir socialmente establecida, entre voces y conceptos es la base del código o sistema del hablar.

Por su propia constitución como acuerdo o estipulación social el sistema o código es mudable, cam-biante. Su única constante es transformarse: pertenecer a la historia y, a la vez, construir la historia.

Con el hablar se posibilita la narración y con ella se instaura la distinción entre lo verdadero y lo falso, aunque no se certifica su elucidación.

Todo lo que el hombre diga será estructuración de lo real, será necesariamente interpretación de sí mismo y de lo otro.

La correspondencia convencional, es decir socialmente establecida, entre conformaciones y comportamientos define el código o sistema del habitar.

Aquí también el cambio, la diversidad de modalidades es la única constante; otra vez pertenecer a la historia y, al mismo tiempo, construir la historia.

El carácter convencional de la correspondencia entre conformaciones y comportamientos, y la necesaria y simultánea convalidación de ambas entidades son mucho menos reconocidos que en el caso del hablar. La convencionalidad de dicha vinculación es habitualmente desplazada por una naturalización o causalidad mecánica.

Debe entenderse que en este caso la vinculación no es arbitraria pero que, sin embargo, surge y se instala como consecuencia de un acuerdo social. Se trata, en definitiva, de verificar que los comportamientos de cualquier orden -comportamientos sexuales, laborales, pedagógicos, alimenticios, etc- están indicados, posibilitados y delimitados por las conformaciones que les corresponden.

Las conformaciones son las estructuras de formas -espacios y objetos- que realizan las nociones de alcoba, fábrica, oficina, aula, comedor, etc. Estas confornaciones, compuestos por ámbitos, artefactos, utensilios, indumentarias, establecen entre otras cosas,el grado de privacidad o publicidad del comportamiento, la ubicación y la relación jerárquica de los participantes y los grados de rigidez disciplinaria que se asigna a cada comportamineto en una determinada cultura.

Pero al mismo tiempo es necesario tener presente que las conformaciones son reconocidas como tales, se les confiere entidad y sentido porque en el cuerpo social existen esos comportamientos para los que están destinadas. La capacidad de las conformaciones para inducir y conducir los comportamientos es simétrica de la capacidad que tiene la voluntad de ejercitar o imponer comportamientos para modelar y especificar a los componentes de las conformaciones.

El habitar es así ineludiblemente ceremonial, se funda en la categoría de la ceremonialidad y origina desde ahí sus múltiples manifestaciones.

De esta manera, se constituyen, entre otras, las alternativas de la solidaridad y el egoísmo o de la generocidad y la avaricia.

Con el habitar, todo lo que el hombre haga será, a la vez, creación e inhibición de actividades, ya no mera exigencia biológica ni respuesta instintiva.

La contextura de la socialidad

Sin necesidad de extenderse en todo lo que la propuesta posibi lita, se verifica ya que, en el marco teórico que establecimos, hablar y habitar se constituyen en base explicativa de la socialidad, y también, en esta lógica, en las principales consecuencias o resultados de la socialidad.

Page 3: Doberti_Lineamientos Para Una Teoria Del Habitar

LINEAMIENTOS PARA UNA TEORIA DEL HABITAR

3/4

En el modelo, o síntesis estructural que graficamos a continuación, se pueden visualizar las relaciones y elementos fundamentales entre ambos sistemas y el ordenamiento social.

Se desprende del modelo que en nuestro planteo las unidades o elementos que articulan y componen la socialidad son las "prác ticas sociales".

Sin pretender aquí un desarrollo en profundidad del concepto señalemos como formulación aproximada, que denominamos "práctica social" a las organizaciones de actividades que una comunidad convalida, reconoce y ejercita, es decir, aun conjunto o grupo institucionalizado de actividades.

En nuestras sociedades contemporáneas se ejercita una gran variedad de prácticas, las que a su vez se relacionan en forma compleja. Sin embargo, el carácter social -cultural, convencional y cambiante- de estas prácticas pasa generalmente desapercibido en la vida cotidiana; se instalan como los modos "naturales" -adecuados, universales y estables- en que se organiza la vida comunitaria.

Las articulaciones o unidades de la socialidad se presentan como prácticas que "responden a la realidad", derivan de un "conocimiento objetivo" y se justifican por su "eficacia o utilidad para satisfacer necesidades".

La cuestión básica es que las relaciones de las prácticas sociales con la "realidad", el "conocimiento" y las "necesidades" tienen otro carácter. Esas relaciones no devienen de las tranquilizantes condiciones de la respuesta, la objetividad y la utilidad, sino que contienen toda la apertura del interrogante, con los correspondientes márgenes de creatividad y de inseguridad.

El ser humano, generador del campo de la significación es aquel para quien "realidad", "conocimiento" y "necesidad" no son datos sino incógnitas: preguntas elucidadas siempre según los recursos de la significación.

En otras palabras, son precisamente las prácticas sociales las que califican, determinan -y en última instancia construyen- lo que para una comunidad será lo real, lo verdadero y lo útil.

Estamos hablando de la contextura de la socialidad, es decir, de la síntesis de su contexto y su estructura. En tal sentido, el modelo muestra que las prácticas sociales están enmarcadas y organizadas por los listemas del hablar y del habitar. Este enmarque implica una mutua generación y determinación: no hay prácticas socíales sin habla y sin habitación y no hay narraciones ni ceremonias sino en el seno de las prácticas sociales.

Cada práctica social se constituye por la selección y ejercicio de ciertas unidades del hablar y del habitar que son rcalizadas por los participantes en esa práctica.

Esa selección y ejercicio organizado del habla instaura los discursos propios de una determinada práctica social, así como la selección y ejercicio organizado del habitar instaura las actuaciones apropiadas a esa práctica social.

Se tipifican así en nuestra cultura, discursos académicos, familiares, carcelarios, científicos, parlamentarios, religiosos, comerciales, periodísticos, literarios y muchos otros más. También se tipifican actuaciones dinámicas, pasivas, fócalizadoras, ostentatorias, elusivas, provocativas, rítmicas, aproximatorias, gregarias, sigilosas y muchas otras más.

Legalidad Regulacion del accionar de las personas

PRACTICA SOCIAL

Conceptos

voces

Sistema del

hablar

Espacialidad Regulacion del estar de las Cosas

Discursos Actuaciones Comportamientos

Conformaciones

Sistema del

habitar

Presencias

Maneras

Page 4: Doberti_Lineamientos Para Una Teoria Del Habitar

LINEAMIENTOS PARA UNA TEORIA DEL HABITAR

4/4

Las actividades, como modo de participación en una determinada práctica, integran discursos y actuaciones, e implican una concertación de un grupo de personas -desde grupos mínimos a enormemente extensos- que, en general, distinguen roles, funciones y jerarquías.

Por otra parte, el modelo señala relaciones entre los sistemas del hablar y del habitar que configuran otros elementos contextuales y determinantes de las prácticas sociales: la legalidad y la espacialidad. Como ya dijimos, se trata de relaciones de mutua determinación y no sería posible constituir la "lcgalidad" y la "cspacialidad" por fuera del ejercicio social de las prácticas.

Hemos dicho también que las unidades del sistema del hablar se realizan por asociación entre voces -agrupaciones fónicas- y conceptos -agrupaciones nocionales- y que las unidades del sistema del habitar se realizan por la vinculación entre conformaciones -agrupaciones de formas- y comportamientos -agrupaciones conductales.

Ahora queremos marcar otras dos relaciones fundamentales.

Con la primera de ellas -relación entre voces y formas- se desarrolla la función reguladora del estar de las cosas o, en otros términos, la cspacialidad que instituye cada cultura.

La formas requieren ser nominadas, adquirir un nombre, para ser cosas, para establecer nítidamente su entidad, para delimitarse con precisión y recortarse del medio que las rodea.

Pero también aquello que presenta un contorno bien estructurado, aquello cuyo ordenamiento interno propicia su reconocimiento perceptual, exige una voz diferenciadora, un nombre específico para ostentarlo o evocarlo. Es en este sentido que la relación entre la palabra y la forma regula el estar de las cosas, instituye y estabiliza su presencia. La "presencia" es lo que se vivencia de modo mas inmediato y directo, la respuesta primera y decisiva frente a la pregunta por el "qué hay".

Con la otra relación -entre comportamientos y conceptos - se elabora la función reguladora del accionar de las personas, o la construcción social básica de la legalidad. Los múltiples y poten-cialmente dispersos comportamientos humanos necesitan ser categorizados, ordenados, clasificados -en definitiva, conceptualizados- a fin de convertirlos así en obligaciones, posibilidades o prohibiciones para los distintos integrantes de una comunidad, Y también, a través del conjunto de comportamientos efectivamente ejercidos en una sociedad se configuran los conceptos que ella convalida, se instituyen y estabilizan las maneras aceptadas de comportarse. La calificación de las "maneras" constituye la respuesta primera y decisiva frente a la pregunta por el "cómo actuar".

Habitar y diseñar.

La arquitectura y todas las demas ramas del diseño -gráfico, textil, industrial, vehicular, etc.- tienen desde hace tiempo serios problemas de sustentación conceptual. Estos problemas hacen crisis frente a una serie de factores concomitantes: la creciente complejidad de las temáticas que el diseño debe abordar, el deterioro del medio natural, las injusticias y marginaciones sociales que afectan a pueblos enteros y a sectores enormes aun dentro de las sociedades con mayor desarrollo tecnológico, el crecimiento de los medios de comunicación masiva, y un conjunto de conflictos que se derivan de estos factores.

La arquitectura, así como las diversas áreas proyectuales, delimita una práctica social: está constituida y regulada por actividades claramente institucionalizadas a traves de títulos profesionales y académicos, organismos de enseñanza, retribuciones económicas, estipulación de responsabilidades, publicaciones, exposiciones, premios y otros medios de convalidación; y tiene en consecuencia, discursos y actuaciones que le son pertinentes. Pero el rasgo más relevante del diseño es ser una práctica con una relación directa sobre otras prácticas sociales: prefigura, preescribe las conformaciones y con ellas los comportamientos.

El sistema del hablar no es sólo el marco de la requerida formulación teórica del diseño, sino también el lugar de su incidencia concreta.

Los prácticas que hablan sobre el hablar, que analizan, amplían o cuestionan el sistema de voces y conceptos participan, conjunta o paralelamente con el diseño, en las determinaciones de la legalidad y la espacialidad.

El diseño por sus vinculaciones con las construcciones sociales básicas de la legalidad y de la espacialidad, esta Ineludiblemente ligado con los significados y los valores que asume una comuni-dad, con el pasado que recuerda y el futuro que anhela, en última instancia, con el reconocimiento y la elaboración de su Identidad.