Amigos, he aquí una idea que muchos podrán poner en práctica en sus

terapias con niños que aún no logran alcanzar el punto de articulación

velar. Muchos usan la técnica de las gárgaras que, en mi experiencia, a

algunos niños les provoca rechazo realizar debido a que sienten temor de

hacerla.

Por eso quiero compartir con ustedes una idea que vi en el blog Activity

Taylor que me pareció fantástica, ya que puede ser divertida para muchos

niños y que busca el mismo objetivo que la técnica de las gárgaras:

Antes de empezar esta técnica, deben asegurarse que el paciente no tenga

impedimentos físicos que hagan que estos movimientos sean inapropiados.

Además los niños deben ser supervisados en todo momento y mantener

constante contacto con el fonoaudiólogo para su seguridad.

Materiales: un balón terapéutico grande.

Instrucciones:

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Sentar al niño en el balón y que rebote suavemente en él para que

logren sentirse cómodos. Luego se les pide que abran la boca y traten

de hacer los sonidos /k/ y /g/ (recuerden que no conveniente ser tan

estrictos, si el niño no posterioriza estos fonemas de forma perfecta,

pero resultan ser funcionales entonces no hay mayor problema).

Incluso se le puede pedir que haga como si tosiera.

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Lentamente el niño se debe tumbar sobre el balón. Asegúrense que su

cabeza esté inclinada ligeramente bajo la línea del pecho. Algunos

niños necesitan ayuda para lograr esta posición, otros no tienen

mayores problemas.

Ya en esa posición, se le pide nuevamente que intenten hacer el

sonido /k/y /g/.

Después el niño puede reacomodarse en la posición original sentado

sobre el balón (incluso puede ser rebotando suavemente), mientras el

fonoaudiólogo emite a modo de ejemplo los sonidos /k,k,k,k/ o

/g,g,g,g/ y anima al niño a imitarlos. No importa si el niño no los logra

reproducir exactamente igual; mientras logre posterizar el punto de

articulación será un avance, recuerden que esto es algo gradual).

Luego se repite tanto como sea necesario.

La posición extendida de la columna del paciente acerca más la base de la

lengua al punto de articulación velar que si lo hiciera simplemente

acostado en el suelo. Además, si la técnica se acompaña con un ligero

rebote sobre el balón se podría estimular el paso inmediato desde fonemas

dorsales a frontales, haciéndose cada vez más natural.