Discurso Por El Día de Francisco Antonio de Zela

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El discurso de orden estuvo a cargo del periodista y estudiante de historia en la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, Paolo Quenta Loza.

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Una tarea muy grande y a la vez difcil me ha sido encomendada, la comisin organizadora de esta ceremonia ha tenido la voluntad y asumido el riesgo de convocar a un joven periodista y a un incipiente alumno de historia, para hablarles de Francisco Antonio de Zela y Arizaga uno de los prceres ms queridos en Tacna y a la vez ms controversiales por la valoracin de su gesta en los ltimos aos y que an sigue siendo la causa de tantos debates. Confieso que he tenido temor a asumir el reto de hablarles donde otros con ms pergaminos se han dirigido a ustedes desde esta tribuna, pero ms temor he tenido a decir que no. Y pienso que un miedo mucho mayor pudo haber conmovido al prcer que hace 204 aos super sus temores y se atrevi a levantarse y enarbolar desde este pueblo pequeito del Virreinato del Per, la bandera de la libertad.No voy a hablarles de la historia de Francisco Antonio de Zela, ustedes ya la saben de sobra, y saben que el 20 de Junio de 1811 junto a un puado de patriotas tacneos se levant en armas contra el gobierno del Virreinato peruano, los pobladores de Tacna se sumaron pacficamente a la rebelin que as como naci como el sol tras los Andes se oscureci rpidamente luego que las tropas patriotas que deban venir en su refuerzo fueran aniquiladas en la Batalla de Huaqui por las comandadas por el brigadier realista Jos Manuel de Goyeneche. Ya los discursos de su bicentenario y los posteriores aclararon el contexto y el proceso histrico del levantamiento de Zela. Pero se acerca el otro bicentenario, los 200 aos de la Proclamacin de la independencia del Per. Y es en estos momentos en que el descontento popular parece llevarnos a la anarqua y en que las instituciones del Estado se encuentran tan desacreditadas por la corrupcin y la ineficacia que se hace necesario replantearnos y revisar los hechos que dieron vida a la nacin peruana que hoy tenemos. Es el momento de ver al pasado y analizar los motivos que tuvieron los prceres como Zela para arriesgar incluso sus vidas y el bienestar de sus familias para lograr un cambio en sus sociedades. Un cambio por cierto distinto al que nos imaginamos, porque la emancipacin fue un proceso en la que se fueron moldeando las ideas de patria, libertad e igualdad. La independencia no cambi la realidad de muchas personas, los pobres continuaron siendo pobres, las riquezas solo cambiaron de manos y una clase emergente sustituy a la nobleza y a los espaoles que detentaban los privilegios y el poder en las colonias americanas.Zela, al igual que los primeros prceres de la emancipacin como el humanista venezolano Francisco de Miranda aspiraba al ideal de la Unin Americana, la creacin de una gran nacin conformada por los territorios coloniales de Espaa y Portugal en las Amricas. Las cartas que Zela escribi pidiendo la adhesin de los vecinos de los valles circundantes a Tacna a la rebelin del 20 de junio llevan el encabezado de La Comandancia Militar de la Unin Americana. Una unin que por cierto nunca se realiz ya que los pases nacidos de las guerras de la Independencia, como el Per, se crearon en base a los antiguos dominios espaoles de virreinatos, audiencias y capitanas. En su legendaria obra La Historia de la Repblica Jorge Basadre confront la realidad del nacimiento de las naciones sudamericanas al comparar a los Estados Unidos del Norte y los Estados desunidos del sur. Desde el inicio, los intereses particulares internos y externos de las naciones que se estaban formando jugaron en contra de la unidad. Curiosamente el levantamiento de Zela, tambin conocido como el primer grito de libertad en el Per, no nos dej alguna proclama o carta escrita por el prcer donde usara precisamente esta palabra: libertad. Por el contrario nuestro paladn proclam su fidelidad al rey espaol Fernando VII, al igual que lo haban hecho las Juntas de Gobierno en Buenos Aires y Chile. La invasin de Napolen Bonaparte a Espaa aceler la creacin de las Juntas de Gobierno en la metrpoli y en las colonias americanas para resistir a los invasores franceses. La idea de una independencia de Espaa todava no haba cuajado en las mentes de los lderes de las Juntas de Gobierno Americana, pero poco a poco las ideas liberales de la Revolucin Francesa y el apoyo de Inglaterra a esta causa hicieron que las Juntas fueran proclamando su autonoma. Los ideales de Zela, fueron los ideales de la Junta de Gobierno de Buenos Aires y en especial los de una persona el abogado Juan Jos Castelli, el hombre apasionado que lider el Ejrcito Auxiliar del Per y ocup los territorios de la antigua Audiencia de Charcas, hoy Bolivia marchando desde Buenos Aires hasta el Ro Desaguadero. Castelli tena rdenes de ganarse a la poblacin indgena del Alto y el Bajo Per y para ello anunci la abolicin de los tributos que sobre ellos pesaban, solo por el hecho de no ser espaoles o criollos. Los bigrafos de Castelli afirman que este tuvo contacto con las ideas de Voltaire, Diderot y Rosseau precursores de la Revolucin Francesa. El ideario de Castelli se ven reflejadas en su proclama a los indios del Per del 5 de febrero de 1811: [] Sabed que el gobierno de donde procedo slo aspira a restituir a los pueblos su libertad civil y que vosotros bajo su proteccin viviris libres, y gozaris en paz juntamente con nosotros esos derechos originarios que nos usurp la fuerza y jams dudis, que mi principal objeto es libertaros de su opresin, mejorar vuestra suerte, adelantar vuestros recursos, desterrar lejos de vosotros la miseria, y haceros felices en vuestra patriaNuestro prcer, sin duda, estaba al tanto de los pensamientos y los movimientos militares del otro lado de la Cordillera y es muy probable que estuviera informado de la proclama antes leda. Emisarios secretos de Castelli como el patriota Mariano de Argandoa y Echevarra llegaron a Tacna apenas seis meses antes del levantamiento de Zela. En su informe sobre la situacin de la futura Ciudad Heroica, Argandoa dice: la general opinin del vecindario era muy adicta al sistema de nuestra amada capital Advert la opresin en que se hallan, y la violencia con que sufren el yugo desptico, esperando solo la aproximacin del ejrcito auxiliar para abrazar sus mximas Don Francisco Zela, balanzario de la real caja, natural de Lima, tiene demostrado su patriotismo con energa y tenacidad Por las comunicaciones existentes entre Zela y Castelli es posible colegir que ambos mantenan los mismos ideales precursores de la Independencia. Sin dudarlo haba otros intereses en juego, como lo han detallado Panty y Choque al definir los tres momentos en la rebelin de Zela. El ideario del movimiento que concluy en Tacna con el grito de Zela de 1811, nos lleva a reflexionar y cuestionarnos, Cunto de los ideales que inspiraron a los primeros movimientos emancipadores se han cumplido en nuestra patria? Acaso hemos acabado con la miseria que Castelli reconoci en la poblacin mayoritariamente indgena del Per Colonial? Acaso somos realmente un pas independiente y soberano de sus decisiones o hay grupos econmicos ms poderosos que son capaces de determinar la poltica social y econmica de un pas?Viendo la crisis poltica y social existente en el Per, es fcil comprender que la independencia es un proceso que todava no ha acabado. Las desigualdades sociales son marcadamente grandes, y aunque el pas haba logrado un envidiable crecimiento econmico, parece que el tren de las oportunidades pas por nuestro lado y no lo vimos venir. Las autoridades que tambin pasaron despilfarraron la bonanza del mal llamado canon minero y mal usaron los bienes pblicos a favor de fines particulares. Ahora tenemos que mendigar por los diferentes ministerios para tener dinero para ejecutar Vilavilani o el Hospital Regional. La corrupcin, que hasta la fecha no lleva a nadie a la crcel en Tacna, parece estar en cada obra inconclusa o presuntamente sobrevalorada. La independencia que necesita el Per, es tambin una independencia moral. Una independencia que destierre el pensamiento de votar por quienes roban pero hacen obra. Necesitamos emanciparnos de la mediocridad y de aquella viveza criolla que se apodera de los terrenos pblicos para traficar. El grito de Zela y de nuestros prceres nos reclaman un cambio de pensamiento. No bastan las ideologas polticas, necesitamos una emancipacin hacia la integridad.Tacneos del presente ingresemos con Zela al camino de la nueva independencia, con la misma valenta de los antepasados del campo de la Alianza, donde criollos, mestizos y locales dejaron de lado sus antiguas pugnas para formar una barrera con sus cuerpos a la puerta de sus ciudades queridas donde unieron literalmente su sangre en el pacto del amor sublime a la patria para hermanarse en un solo ideal: la dignidad y la defensa de la libertad antes que nada, de nunca ser oprimidos jams el hombre por el hombre, jams el odio sobre la razn, jams los intereses particulares sobre el pueblo, Jams la corrupcin sobre la verdad. Jams, Jams, Jams.Gracias