Discurso Del Presidente Rafael Correa

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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dio la bienvenida al papa Francisco a su llegada a Quito y durante su discurso hizo referencia a las palabras del pontífice en relación a la necesidad de acabar la brecha entre ricos y pobres y mejorar la distribución de la riqueza para alcanzar la justicia social.

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  • Discurso del presidente Rafael Correa

    Bienvenido Papa Francisco a nuestra Amrica, a su Amrica, a este tesoro de la Patria

    Grande llamado Ecuador, que lo recibe con los corazones de todos los ecuatorianos

    desbordantes de alegra y esperanza.

    Bienvenido al pas mega-diverso ms compacto del mundo. Por su ubicacin geogrfica,

    Ecuador es el eco centro del planeta.

    Bienvenido a Quito, primer patrimonio cultural de la humanidad y capital de Sudamrica.

    Somos orgullosos de un mestizaje luminoso. Somos geografa multicolor y tierra

    germinadora de pensamientos y acciones revolucionarias, de quienes, como usted, nos

    exasperamos por la injusticia y la exclusin.

    Ecuador ama la vida. Nuestra Constitucin ordena al Estado reconocer y garantizar la

    vida, incluido el cuidado y proteccin desde la concepcin; establece reconocer y proteger

    a la familia como ncleo fundamental de la sociedad; y nos compromete profundamente a

    cuidar nuestra casa comn, al ser la primera Constitucin en la historia de la humanidad

    en otorgar derechos a la naturaleza.

    El 20% de nuestro territorio est protegido en 44 Reservas y Parques Naturales. La gama

    multicolor de nuestra flora y fauna se complementa y enriquece an ms con la diversidad

    de nuestras culturas humanas. Tenemos, adems de una mayora mestiza, 14

    nacionalidades indgenas con sus correspondientes lenguas ancestrales, incluyendo a

    dos pueblos no contactados, que han preferido el aislamiento voluntario, en el corazn de

    la selva virgen. Nuestra Constitucin define al Ecuador como un Estado unitario, pero

    plurinacional y multicultural.

    Los argentinos, muy orgullosos, dicen: El Papa es argentino; mi querida amiga Dilma

    Rousseff, Presidenta de Brasil, dice: Bueno, el Papa ser argentino, pero Dios es

    brasileo. Por supuesto que el Papa es argentino, probablemente Dios es brasileo, pero

    de seguro el Paraso es ecuatoriano!

    Bienvenido, Su Santidad!

    Justicia

    Querido Santo padre: El gran pecado social de nuestra Amrica es la injusticia. Cmo

    podemos llamarnos el continente ms cristiano del mundo, siendo a su vez el ms

    desigual, cuando uno de los signos cristianos ms recurrentes en el Evangelio es

    compartir el pan?

  • Por eso los obispos latinoamericanos reunidos en Puebla hace casi 40 aos nos decan:

    Vemos, a la luz de la fe, como un escndalo y una contradiccin con el ser cristiano, la

    creciente brecha entre ricos y pobres.

    Nos llamamos un continente de paz, pero la insultante opulencia de unos pocos, al lado

    de la ms intolerable pobreza, son tambin balas cotidianas en contra de la dignidad

    humana.

    Usted, como un gigante moral para creyentes y no creyentes, nos dijo a los jefes de

    Estado reunidos en la Cumbre de las Amricas en Panam: 'La inequidad, la injusta

    distribucin de las riquezas y de los recursos, es fuente de conflictos y de violencia entre

    los pueblos, porque supone que el progreso de unos se construye sobre el necesario

    sacrificio de otros y que, para poder vivir dignamente, hay que luchar contra los dems. El

    bienestar as logrado es injusto en su raz y atenta contra la dignidad de las personas, y

    que mientras no se logre una justa distribucin de la riqueza, no se resolvern los males

    de nuestra sociedad.

    Nos insisti en que la pobreza no se eliminar con limosnas, sino con justicia, al sostener

    que la teora del goteo o derrame se ha revelado falaz: no es suficiente esperar que

    los pobres recojan las migajas que caen de la mesa de los ricos, y por ello, con claridad

    usted sostiene que debe exigirse la distribucin de la riqueza.

    Estas injusticias claman al cielo. La fundamental cuestin moral en Amrica Latina es la

    cuestin social, ms an si por primera vez en la historia la pobreza y la miseria en

    nuestro continente no son consecuencia de falta de recursos, sino de sistemas polticos,

    sociales y econmicos perversos.

    En ese maravilloso regalo que usted ha dado a la humanidad, su encclica Laudato Si,

    nos dice que la poltica no debe someterse a la economa, y que necesitamos

    imperiosamente que la poltica y la economa, en dilogo, se coloquen decididamente al

    servicio de la vida, especialmente de la vida humana.

    Nos recuerda a todos los fieles que la tradicin cristiana nunca reconoci como absoluto o

    intocable el derecho a la propiedad privada, y subray la funcin social de cualquier forma

    de propiedad privada. Cita las palabras de San Juan Pablo II, quien nos visit hace 30

    aos, cuando dice: Dios ha dado la tierra a todo el gnero humano, para que ella

    sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno y que la

    Iglesia defiende, s, el legtimo derecho a la propiedad privada, pero ensea con no menor

    claridad que sobre toda propiedad privada grava siempre una hipoteca social, para que

    los bienes sirvan a la destinacin general que Dios les ha dado.

  • Globalizacin y migracin

    Usted ha denunciado con fuerza la tragedia de la migracin, la cual bien conoce nuestro

    pas.

    No entiendo cmo los pases ricos, muchos de ellos mayoritariamente cristianos, podrn

    justificar ticamente a las futuras generaciones la bsqueda de cada vez mayor movilidad

    para mercanca y capitales, al mismo tiempo que penalizan e incluso criminalizan la

    principal de las movilidades: la humana.

    La solucin, como tantas veces lo ha sugerido usted, Santo Padre, no es ms fronteras:

    es solidaridad, es humanidad, y crear condiciones de prosperidad y de paz que

    desincentiven a las personas a migrar.

    Vivimos una globalizacin inhumana y cruel, totalmente en funcin del capital y no de los

    seres humanos, ya que no busca ciudadanos globales, sino tan solo consumidores

    globales; no busca crear una sociedad planetaria, sino tan solo mercados planetarios; y

    que, sin adecuados mecanismos de control y gobernanza, puede devastar pases, como

    usted tambin lo menciona en su encclica.

    Santo Padre:

    El orden mundial no solo es injusto, es inmoral. Todo est en funcin del ms poderoso y

    los dobles estndares cunden por doquier: los bienes ambientales producidos por pases

    pobres, deben ser gratuitos; los bienes pblicos producidos por los pases hegemnicos,

    como el conocimiento, la ciencia y la tecnologa, deben ser pagados.

    Usted en su encclica cuestiona el estilo de vida de los pases ricos, por insostenible y

    antihumano, y acertadamente nos habla de la deuda ecolgica que estos tienen con los

    pases pobres.

    La mejor manera de enfrentar este injusto orden mundial es con la unidad de nuestros

    pueblos. La construccin de la Patria Grande es impostergable. Tal vez los europeos

    tendrn que explicar a sus hijos por qu se unieron, pero nosotros tendremos que

    explicarles a los nuestros por qu nos demoramos tanto.

    Despedida

    Santo Padre:

    En lo personal, jams acabar de darle gracias a la vida por todos los privilegios que me

    ha dado y, entre ellos, poder conocerlo y recibirlo en mi Patria.

  • El Evangelio dice donde est tu tesoro est tu corazn. Tengan la seguridad que mi

    tesoro no es el poder, sino el servicio. Tener un pas sin miseria, pero tambin sin

    lujuriosos derroches. Un pas que supere la cultura de la indiferencia, donde se acaben

    los descartables de la sociedad, en el cual trabajemos para los hijos de todos, y

    as, juntos, alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay de nuestros pueblos ancestrales.

    La doctrina social de la Iglesia nos dice que el bien comn es la razn de ser de la

    autoridad poltica. Es ese bien comn el que hemos tratado de construir en Ecuador

    desde hace 8 aos, considerando al prjimo como otro yo, cuidando en primer lugar de

    su vida y de los medios para vivirla dignamente, como nos dice la constitucin pastoral

    Gaudium et spes.

    La Conferencia Episcopal Latinoamericana reunida en Medelln nos deca hace casi

    medio siglo: El Episcopado Latinoamericano no puede quedar indiferente ante las

    tremendas injusticias sociales existentes en Amrica Latina, que mantiene a la mayora de

    nuestros pueblos en una dolorosa pobreza cercana en muchsimos casos a la inhumana

    miseria. Un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una

    liberacin que no les llega de ninguna parte.

    Gracias a Dios, la iglesia latinoamericana nos ha dado extraordinarios pastores,

    como Mons. scar Arnulfo Romero, mrtir de nuestra Amrica, recientemente beatificado

    por usted; nuestro Leonidas Proao, el obispo de los indios, quien luch por la verdad, por

    la vida, por la libertad, por la justicia, los valores del Reino de Dios, como l los llamaba;

    nos dio un Helder Camera quien deca cuando doy de comer a los pobres, me llaman

    santo, cuando pregunto por qu hay pobres, me llaman comunista.

    Y ahora, esa Iglesia nos lo da a usted, Francisco, el primer Papa latinoamericano, con su

    mensaje proftico, que si alguien quisiera callar, lo gritarn hasta las piedras.

    Bienvenido a su casa.