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L as reflexiones anteriores nos han permitido iniciar el análisis de lo que significa entrar a un nuevo tiempo. En la reflexión anterior nos formulamos una pregunta muy pertinente: ¿qué destrezas aleatorias al creyente estarán midiendo en esta nueva temporada? La respuesta fue una muy singular: las mismas destrezas que se miden en los tiempos de lucha y de grandes tribulaciones. Vimos allí que los creyentes en Cristo debemos comprender que los tiempos que consideramos como buenos, así como aquellos que consideramos malos, son tan solo escenarios en los que Dios anhela que conozcamos cuál es el estado de nuestro carácter como hijos de Dios. Reiteramos que Dios conoce las respuestas a estas preguntas, pero nosotros no. V imos allí que el desarrollo del carácter del creyente gira alrededor de siete (7) áreas o dimensiones que pueden y deben ser examinadas con mucha frecuencia. Estas áreas o dimensiones son examinadas por el Espíritu Santo en los tiempos difíciles así como en los de grandes bendiciones y conquistas. Estas áreas son las siguientes: • El área del amor (a quién amamos y cuánto lo amamos) • El área de la fe (a quién le hemos creído y cuánto confiamos en Él) • El área de la obediencia (cuánto estamos dispuestos a obedecer) • El área del sacrificio (cuánto estamos dispuesto a sacrificar) • El área de la humildad (si en realidad somos humildes y cuán humildes podemos ser) • El área de la perseverancia • El área de la paciencia E stas áreas, dimensiones, y/o escenarios son ensayados en todas las experiencias de la vida. Dios conoce las respuestas que obtendremos en todos los exámenes a los que seremos sometidos en torno a estas materias. Sin embargo nosotros no. Esto entonces hace imprescindible cada prueba. La tercera materia o asignatura en la que somos puestos a prueba es la de la obediencia. Esto es, cuánto estamos dispuestos a obedecer al Señor. Es muy cierto que las pruebas y las tribulaciones son escenarios inequívocos para poner a prueba nuestra capacidad para obedecer. La Biblia nos ofrece un ejemplo inimitable acerca de esto en Hebreos 5:7-10 cuando nos dice lo siguiente: 7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. A claramos a los lectores que ese pasaje no postula que Cristo era imperfecto. Eso sería una declaración anti-cristiana. Ese pasaje postula que Cristo alcanzó el Dirección: Salida #38, Ave. Trío Vegabageño, Calle Betánces #11 2 de noviembre de 2014 • Año 2014 • Volumen IX • No. 453 Muchas bendiciones a nuestra amada ujier Juanita Adames por su cumpleaños el 31 de octubre. La Iglesia AMEC se complace en felicitar a nuestros amados Pastores Ernesto y Elma Vélez en su Aniversario de Bodas el 3 de noviembre. Felicidades por su cumpleaños el 7 de noviembre a una mujer extraordinaria llena de virtudes y a quien amamos con todo el corazón, Noemi Velazquez. De parte de todos aquí en la iglesia y de tu familia. Muchas feliciades a la Hna. Cuca Estrada por su cumpleaños el 6 de noviembre, que el Señor siga añadiendo bendiciones a tu vida, de parte de tu toda familia.

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Las reflexiones anteriores nos han permitido iniciar el análisis de lo que significa entrar a un nuevo tiempo. En la reflexión

anterior nos formulamos una pregunta muy pertinente: ¿qué destrezas aleatorias al creyente estarán midiendo en esta nueva temporada? La respuesta fue una muy singular: las mismas destrezas que se miden en los tiempos de lucha y de grandes tribulaciones. Vimos allí que los creyentes en Cristo debemos comprender que los tiempos que consideramos como buenos, así como aquellos que consideramos malos, son tan solo escenarios en los que Dios anhela que conozcamos cuál es el estado de nuestro carácter como hijos de Dios. Reiteramos que Dios conoce las respuestas a estas preguntas, pero nosotros no.

Vimos allí que el desarrollo del carácter del creyente gira alrededor de siete (7) áreas o dimensiones que pueden y deben ser examinadas con mucha frecuencia. Estas áreas o

dimensiones son examinadas por el Espíritu Santo en los tiempos difíciles así como en los de grandes bendiciones y conquistas. Estas áreas son las siguientes:

• El área del amor (a quién amamos y cuánto lo amamos)• El área de la fe (a quién le hemos creído y cuánto confiamos en Él)• El área de la obediencia (cuánto estamos dispuestos a obedecer)• El área del sacrificio (cuánto estamos dispuesto a sacrificar)• El área de la humildad (si en realidad somos humildes y cuán humildes podemos ser)• El área de la perseverancia• El área de la paciencia

Estas áreas, dimensiones, y/o escenarios son ensayados en todas las experiencias de la vida. Dios conoce las respuestas que obtendremos en todos los exámenes a los que

seremos sometidos en torno a estas materias. Sin embargo nosotros no. Esto entonces hace imprescindible cada prueba. La tercera materia o asignatura en la que somos puestos a prueba es la de la obediencia. Esto es, cuánto estamos dispuestos a obedecer al Señor. Es muy cierto que las pruebas y las tribulaciones son escenarios inequívocos para poner a prueba nuestra capacidad para obedecer. La Biblia nos ofrece un ejemplo inimitable acerca de esto en Hebreos 5:7-10 cuando nos dice lo siguiente:

7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.

Aclaramos a los lectores que ese pasaje no postula que Cristo era imperfecto. Eso sería una declaración anti-cristiana. Ese pasaje postula que Cristo alcanzó el

Dirección: Salida #38,Ave. Trío Vegabageño,

Calle Betánces #11

2 de noviembre de 2014 • Año 2014 • Volumen IX • No. 453

Muchas bendiciones a nuestra amada ujier Juanita Adames por su cumpleaños el 31 de octubre.

La Iglesia AMEC se complace en felicitar a nuestros amados Pastores Ernesto y Elma Vélez en su Aniversario de Bodas el

3 de noviembre.

Felicidades por su cumpleaños el 7 de noviembre a una mujer extraordinaria llena de virtudes y a quien amamos

con todo el corazón, Noemi Velazquez. De parte de todos aquí en la iglesia y de tu familia.

Muchas feliciades a la Hna. Cuca Estrada por su cumpleaños el 6 de noviembre, que el Señor siga añadiendo bendiciones

a tu vida, de parte de tu toda familia.

Es sobre esto que escribe San Pablo cuando nos dice lo siguiente en Gal 2:20

20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Es sobre esto que nos habla Cristo cuando nos dice lo siguiente en Lucas 14:26-27, 33:

26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo…33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Estas aseveraciones se repiten en Mateo 10:37-39:

37 El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39 El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

Así también en Juan 12:24-26:

24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.

Es muy importante destacar aquí que no se trata de que Dios esté en contra de que tengamos posesiones y

anhelemos progresar. La dimensión del sacrificio en el Evangelio gira alrededor de la identificación y validación de qué cosas nos pueden estar atando a este mundo. Sin duda alguna que el área del sacrificio será examinada en esta nueva temporada. La próxima reflexión nos servirá como herramienta para continuar este análisis.

“teleio” (G5048), concepto que define una meta, consumación, alcanzar y completar a perfección la tarea asignada. Ese pasaje postula que Cristo alcanzó esto trabajando con su actitud ante los dolores del Calvario, subordinándose (obediencia) al Padre y al plan de salvación. La noticia bíblica es esta; si Cristo es el modelo a seguir, entonces seremos examinados en las capacidades para obedecer. Es por esto que leemos en Mt 26:39 que Jesús solo quería hacer la voluntad del Padre. Algo de esto lo encontramos en Dt 8:2-16, pasaje en el que nos revelan que Dios estaba descubriéndole a su pueblo lo que había en el corazón de ellos. O sea, hacerles reconocer el grado de compromiso que tendrían con los mandamientos establecidos mediante el uso de desiertos y aflicciones.

Es en este contexto que encontramos (vs3) unas expresiones que Jesús usa para responderle a Satanás en las tentaciones del desierto (Lcs 4:4); “para hacerte saber

que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.” Cuando miramos esta expresión en su contexto aprendemos que Jesús no le está respondiendo a Satanás pensando en el hambre que está experimentando y sí desde la perspectiva de la necesidad de obedecer a Dios aún más allá del hambre que puede tener. No hay otra conclusión cuando miramos esta área en Génesis 22. Allí nos dicen (que Dios decide ampliar la bendición que ha separado para Abraham, añadiendo que su simiente serían benditas las naciones de la tierra, porque este decidió obedecer (Gn 22:18). Es el mismo escenario que encontramos analizando las expresiones de Job 23:8-14:

8 He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré; 9 Si muestra su poder al norte, yo no lo veré; Al sur se esconderá, y no lo veré. 10 Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro. 11 Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me aparté. 12 Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida. 13 Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo. 14 El, pues, acabará lo que ha determinado de mí; Y muchas cosas como estas hay en él.

Este hombre, Job, expresa su compromiso con los mandamientos y las palabras de la boca de Dios, aun cuando no siente a Dios, le ha buscado y no ha encontrado,

está muriendo de una enfermedad terminal y sus 10 hijos están muertos. Ahora bien, ¿cómo puede Dios poner a prueba nuestra capacidad para obedecer en medio de una temporada distinta a las que ya hemos visto? En Hechos 16:5-10 encontramos una buena respuesta a esta pregunta. En ese pasaje encontramos al Apóstol Pablo deseoso de seguir un orden geográfico lógico en su plan de trabajo para predicar la Palabra de Dios. Pasar a Asia luego de estar en Frigia, en la Provincia de Galacia y en Misia es algo lógico. No mucha gente se detendría preguntar acerca de esto. Predicar el Evangelio no es pecado y querer hacerlo usando una ruta lógica tampoco lo es. Ir a Bitinia era sin duda algo que no necesitaba ser consultado. Es similar a estar en la ciudad de Nueva York y querer dar un “saltito” a Nueva Jersey, o estar en Francia y querer ir a Inglaterra en tren (bajo el agua del Canal). Sin embargo, Pablo recibe instrucciones del Espíritu Santo de no ir y de esperar nuevas coordenadas.

Las nuevas instrucciones lo llevan por primera vez a Europa. O sea, que la capacidad de este hombre de Dios para obedecer y sujetarse fue lo que hizo posible que el Evangelio llegara a tiempo al continente europeo. La

obediencia a Dios se convierte en uno de los testimonios más elocuentes que puede tener un cristiano (Rom 16:19). Es por esto que hay que instarles a no dar un paso sin antes consultar a Dios. La decisión que puede estar frente a nosotros puede parecer la más lógica y adecuada; hay que consultar a Dios. La obediencia a la verdad divina purifica el alma (1 Ped 1:22). Esto es así, porque es la obediencia a la Palabra la que nos hace rechazar la conformidad con los deseos de la carne (1 Ped 1:13).

Sin duda alguna que un nuevo tiempo proveerá escenarios para que seamos examinados en nuestras capacidades para obedecer a Dios. La cuarta materia o asignatura en la que somos puestos a prueba es la del sacrificio. Esto

es, cuánto estamos dispuestos a sacrificar de nosotros y de lo que consideramos que es nuestro. Sin duda alguna que el pasaje del capítulo 22 de Génesis se hace imprescindible aquí. En ese pasaje Abraham es retado a poner las promesas divinas en el altar del sacrificio. Abraham es retado a sacrificar su futuro en el altar que Dios había

escogido. Abraham es retado a sacrificar su esperanza en un altar que todavía no había visto.