Dinero
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DINERO
Dinero es todo medio de intercambio común y generalmente aceptado por una
sociedad que es usado para el pago de bienes (mercancías), servicios, y de cualquier
tipo de obligación (deudas). Actualmente, el tipo de dinero que manejamos en el día a
día es dinero fiduciario.
FUNCIONES DEL DINERO
El dinero permite el intercambio de bienes y servicios en una economía de una
manera más sencilla que el trueque.
Por tanto, para que un bien pueda ser calificado como dinero se deben satisfacer
los siguientes tres criterios y que son las tres principales funciones que cumple el
dinero en un sistema económico moderno:
1. Medio de intercambio: para evitar las ineficiencias de un sistema del
trueque. Cuando un bien es requerido con el solo propósito de usarlo para ser
intercambiado por otras cosas, posee esta propiedad. Por ejemplo, pocas
personas conservan billetes para colección. En cambio, la mayoría de las
personas los conservan por la posibilidad de intercambiarlos cuando lo deseen
por otros bienes. Además, el dinero debe ser un bien ligero y fácil de
almacenar y de transportar.
2. Unidad contable: Cuando el valor de un bien es utilizado con frecuencia para
medir y comparar el valor de otros bienes o cuando su valor es utilizado para
denominar deudas, se dice que el bien posee esta propiedad. Por ejemplo, si
los miembros de una cultura se inclinan por medir el valor de las cosas en
referencia a las cabras, las cabras serían la principal unidad contable. Un
caballo podría costar 10 cabras y una cabaña unas 45 cabras. La unidad de
cuenta significa que es la unidad de medida que se utiliza en una economía
para fijar los precios.
3. Conservación de valor: Cuando un bien es adquirido con el objetivo de
conservar el valor comercial para futuro intercambio, entonces se dice que es
utilizado como un depósito de valor. En el ejemplo anterior, una cabra tendría
un problema a la hora de servir como dinero, puesto que es un bien
perecedero: con el tiempo muere. Otros materiales, como el oro y la plata,
conservan sus propiedades a pesar del paso del tiempo. Es un medio de
acumulación o atesoramiento. El dinero, como representante de la riqueza,
tiene el poder de comprar cualquier mercancía y se puede guardar en
cualquier cantidad. En otras palabras, la función de atesoramiento sólo puede
realizarla el dinero de pleno valor: monedas y lingotes de oro, piedras
preciosas, objetos de oro, etc. El bien escogido como medio de acumulación
debe ser siempre algo que pueda guardarse durante largos periodos sin que se
deteriore. El dinero es un depósito de valor pero no el único, cualquier activo
que mantenga su poder adquisitivo a lo largo de tiempo servirá como depósito
de valor.
Además de los puntos anteriores, el dinero debe ser reconocido por la sociedad que
lo usa, permitiendo su identificación y valoración de una forma clara.
El dinero, tal como lo conocemos hoy (billetes y monedas sin valor propio), debe
estar avalado o certificado por la entidad emisora. Actualmente son los gobiernos, a
través de las leyes, quienes determinan cual es el tipo de dinero de curso legal, pero
son otras entidades, como los bancos centrales (Banco Central) y las casas de la
monedas (Ceca), los que se encargan, primero, de regular y controlar la política
monetaria de una economía, y segundo, de crear las monedas y billetes según la
demanda y la necesidad de tener dinero físico.
Sintetizando, podemos afirmar que el dinero es un activo financiero neutro o
plenamente líquido, que sirve de plataforma intermedia para optimizar el intercambio
bienes y servicios, evitando las inexactitudes propias del trueque, es decir, del
intercambio directo de bienes y servicios.
RESEÑA HISTORICA DE LA BANCA NACIONAL
La inestabilidad bancaria en Venezuela se ve influenciada principalmente por la
falta de estabilidad política, todas o la mayor parte de la banca sólo concedía
préstamos al sector gubernamental y participaba como ente de recaudación aduanera,
sin embargo, todos los bancos desde 1839 hasta 1882 tuvieron una duración efímera.
A muchos de estos bancos se les permitía la acuñación y puesta en circulación de
monedas y billetes El primer intento de establecer un banco de comercio en
Venezuela de capital nacional ocurre en 1825 que se fundaría con el nombre de
Banco de Venezuela, sin embargo no se pudo llevar a cabo la propuesta. Un año más
tarde es presentado el "Proyecto Revenga", un banco nacional para la Gran Colombia
(hoy Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela) cuya sede estaría ubicada en Bogotá
y se abrirían 4 sedes inicialmente en Caracas, Cartagena, Guayaquil y Ciudad de
Panamá, al igual que el caso del Banco de Venezuela de 1825 no llegó a termino el
proyecto.
En 1839 el banquero William Ackers establece el primer banco en Venezuela
aunque de capital extranjero, denominado Banco Colonial Británico que fue dirigido
por Leandro de Miranda, hijo del prócer Francisco de Miranda, sin embargo esta
institución en 1848 cesa sus operaciones. Luego, Ackers fundó junto con otros
inversionistas y el Estado venezolano (a cargo del 20% de las acciones) el Banco
Nacional de Venezuela el cual cumpliría la función de recaudación aduanera y
cancelación del presupuesto nacional; además de facilitar descuentos y depósitos.
Pero en 1850 corre la misma suerte que el Colonial Británico y cierra sus puertas.
En 1861 se establece un banco denominado Banco de Venezuela, sin relación
alguna con la institución homónima de la actualidad, que solo lograría cumplir un año
de servicios tras fracasar en las políticas bancarias que sus fundadores se habían
trazado. Bajo el nombre de Banco Caracas se intentarían establecer en cuatro
oportunidades instituciones bancarias comerciales en el país, apartando un intento
fallido de 1838 de creación de un banco; el primer Banco de Caracas nace 1862 pero
sería liquidado en 1863, luego serían fundados y liquidados otros bancos con ese
nombre en los períodos 1876-1877, 1877-1879 y 1879-1883.
Una vez liquidado el último de los que se llamaron Banco Caracas se funda el
Banco Comercial, que logró consolidarse y crecer hasta transformarse en Banco de
Venezuela en 1890 aún existente, que inicialmente fue de capital privado y, al
momento de escribir esta sección, pertenece en su totalidad al Estado Venezolano.
El establecimiento de los actuales bancos modernos en Venezuela lo logra el
Banco de Maracaibo el 20 de julio de 1882 el cual fungiría además como emisor de
billetes, a éste le seguiría el actual Banco de Venezuela el cual fue inscrito legalmente
el 2 de septiembre de 1890 y entró en funcionamiento el 18 de agosto de 1890 tras la
transformación del Banco Comercial. El 23 de agosto de 1890 es fundado el Banco
Caracas, en la actualidad fusionado con el Banco de Venezuela, y entra en
operaciones el 1 de diciembre del mismo año con la función principal de servir al
sector privado. Luego de una pausa de más de dos décadas es fundado un cuarto
banco, el Banco Comercial de Maracaibo en 1916 y posterior a éste arribaron los
bancos extranjeros como The Royal Bank of Canada, posteriormente denominado
Inter Bank hoy fusionado con el Banco Mercantil, The National City Bank of New
York (City Bank) y el Banco Holandés Unido, denominado después Banco
Continental hasta su fusión con el Banco Provincial). En 1925 y 1926 son fundados el
Banco Venezolano de Crédito y el Banco Mercantil y Agrícola, hoy denominado
Banco Mercantil, respectivamente, los cuales estaban autorizados para la emisión de
billetes ante la ausencia de un Banco Central junto con otros los Bancos Venezuela,
Maracaibo, Caracas y Comercial de Maracaibo.
La participación del Estado con instituciones propias llegó en 1928 bajo la
dictadura de Juan Vicente Gómez, con la creación de dos bancos especializados para
incentivar el sector agrícola y de construcción de viviendas populares. El día 13 de
junio de 1928 se establece el Banco Agrícola y Pecuario con sede en Maracay, luego
trasladado a Caracas, y, poco después, el 30 de ese mismo mes es creado el Banco
Obrero también con sede en Maracay pero trasladado en 1936 a Caracas. En 1937 es
creado por ley el Banco Industrial de Venezuela con el objetivo de financiar e
impulsar el desarrollo industrial del país. Si bien el dictador Antonio Guzmán Blanco
sentó las bases legales para el establecimiento de bancos en Venezuela, sería el
expresidente Eleazar López Contreras quien se encargaría de la modernización de la
banca con la creación del Banco Central de Venezuela y una ley de bancos con la
cual se logró la creación de la superintendencia de Bancos (Sudeban) y el Consejo
Bancario Nacional.
Luego de 1940 por iniciativa del gobierno se promueve el establecimiento de
bancos regionales y de fomento, además de seguir el crecimiento y creación de
bancos privados entre los que destacan el Banco Unión fundado en 1946 que lograría
establecerse entre los primeros cuatro bancos del país hasta entrado el Siglo XXI, el
Banco Francés e Italiano para la América del Sur que inicia operaciones en 1950 de
capital mayoritario de Francia, para 1971 menos del 20% del capital accionario de
este banco era extranjero esto debido al proceso de venezolanización iniciado por el
presidente de la República Rafael Caldera, para 1975 se cambia el nombre a Banco
Latino. Entre los bancos importantes que fueron establecidos en la década de los
cincuenta destacan los bancos Provincial y Metropolitano fundados 1952, el Banco
del Caribe en 1954, los bancos Occidental de Descuento y Exterior en 1956. Otros
bancos regionales creados en la década del cincuenta como el Carabobo, Miranda y
Aragua se fusionarían para crear el Banco Consolidado (hoy Corp Banca) en 1967.
Cabe destacar que en un principio este banco se llamó Banco del Centro Consolidado.
En 1977 se aprueba una ley para incentivar la banca privada regional, esto permite
que en la década de los ochenta inicien operaciones los bancos Agroindustrial
Venezolano (actual Banesco, antiguos Banco Financiero y Bancentro) Zulia (luego
Banco Progreso), Caroní, Comercial de Falcón (luego Banco Federal), Plaza y
Sofitasa, del Orinoco, Principal de Los Llanos (luego Banco Principal), de la
Construcción y de Oriente (luego simplemente Banco Construcción), entre otros.
Desde la crisis social de 1989 y las medidas económicas adoptadas por el
presidente Carlos Andrés Pérez, además de los dos intentos de Golpe de Estado en
1992 se empeoró y aceleró el proceso inflacionario en Venezuela, aunado a las
elevadas tasas de interés, el endeudamiento y la imposibilidad de la banca de pagar a
tiempo sus obligaciones, se desata una gran crisis bancaria en el país que se inicia en
1994 con la quiebra del Banco Latino y el Grupo Latinoamericana Progreso al cual
pertenecían el Banco Progreso y el Banco República, además de arrastrar a otros
bancos como el Banco Metropolitano, Banco Principal, Banco La Guaira
Internacional, Banco Italo Venezolano, Confinanzas, Banco Construcción, Cremerca
y al banco más antiguo para el momento en el país, el Banco de Maracaibo. Otros
bancos como el Consolidado y el Banco de Venezuela pese a ser intervenidos, son
vendidos por el Estado venezolano a capitales extranjeros, el primero sería adquirido
finalmente por el grupo chileno Corp Banca y el segundo por el español Grupo
Santander. El Banco Unión también cae en la crisis pero logra reponerse por auxilio
financiero, para luego ser adquirido por el banco privado Banesco. La crisis es
superada por completo en 1996.
Luego de la recuperación bancaria comienza un proceso de fusión entre los bancos
del estrato grande y mediano de la banca venezolana, de 123 instituciones bancarias
que existían en 1996 pasaron a funcionar 58 en 2006, en donde destaca 38 procesos
de fusiones. Algunos bancos como el Banco de Venezuela y el Banco Caracas son
adquiridos por el Grupo Santander, que fusionaría el último en Banco de Venezuela;
el Banco Provincial se hizo con el control del Banco Lara fusionándolo; el Banco
Mercantil absorbió a Inter Bank; mientras que el Banco Unión se fusionaría con Caja
Familia creando en 2001 Unibanca, este banco realizó la mayor campaña publicitaria
jamás vista en Venezuela desde la fundación de la banca un año después sería
adquirido por Banesco que era un banco mucho menor que Unibanca.
También en el año 2001 el Banco República se fusiona con Fondo Común Entidad
de Ahorro y Préstamo, pasando éste último a la categoría de Banco Universal
Para 2007 se esperaban dos grandes fusiones, que no se materializaron: la primera
fue la del Banco Occidental de Descuento con Corp Banca (Venezuela) y la otra gran
fusión se esperaba era la adquisición por parte del Banco Confederado de Bolívar
Banco y BanPro, en un principio se especuló que el Banco Canarias también podría
se fusionado con los anteriores siendo descartado, pero ya para 2009 los cuatro
bancos formaban parte de un mismo grupo financiero, aunque no fusionados. Ese
mismo año Banesco se convirtió en el banco más grande de Venezuela superando al
Banco Mercantil, mientras que por parte de la banca estatal Banfoandes se consolidó
como el primer banco del Estado.
BANCO CENTRAL DE VENEZUELA
La proposición de crear el Banco Central de Venezuela se presenta dentro de un
ambiente de grandes cambios políticos, sociales y económicos coincidentes con una
situación mundial convulsionada. No sólo eran los inicios de la Segunda Guerra
Mundial, sino también y por sobre todo, los comienzos del gran debate en el país
sobre el rumbo político y económico que debía seguirse después de los 27 años del
gobierno del General Juan Vicente Gómez. El nuevo gobierno elaboró un plan
nacional llamado Programa de Febrero que contempló una serie de medidas de
política económica, entre las cuales una de las más importantes fue la de fundar el
Banco Central.
El Banco Central de Venezuela se creó mediante una ley promulgada el 8 de
septiembre de 1939, publicada en la Gaceta Oficial No. 19.974 del 8 de septiembre de
1939, durante la presidencia de Eleazar López Contreras.
Este hecho tuvo una enconada oposición por parte de sectores nacionales
conservadores, que no entendían los cambios experimentados tanto a nivel inter-
nacional como a nivel nacional. Consideraban que era una amenaza para la
estabilidad monetaria de la nación, dada su asociación con el peligro de un fácil e
incontrolable financiamiento del gasto público por parte del Banco Central. De tal
confrontación surgieron demandas fallidas de inconstitucionalidad del proyecto
después de promulgada la Ley por el Congreso Nacional, en medio de una polémica
recogida en los medios de comunicación, así como también la resistencia de un sólo
banco comercial para cumplir con la nueva legislación, que establecía la
centralización y exclusividad de emisión de billetes por el BCV y la obligación de los
bancos privados de entregar el oro que respaldaba sus billetes en circulación.
La emisión y circulación de billetes en todo el territorio nacional era derecho
exclusivo del Banco Central. El BCV sólo podría poner en circulación billetes y
monedas: mediante la compra de oro, de divisas y de la realización de las operaciones
de crédito, especificadas en la ley, con los bancos y con el público. Los billetes del
Banco Central eran convertibles en moneda legal venezolana, en barras de oro o en
letras o giros a la vista sobre fondos depositados en el exterior. El Banco estaba
obligado a respaldar el 50 por ciento de los billetes emitidos en oro amonedado,
nacional o extranjero y en barras depositadas en sus propias bóvedas o en custodia en
bancos en el exterior, así como en depósitos a la vista en bancos foráneos.
La Ley del BCV ha experimentado reformas a lo largo de la historia en 1943, la
fallida de 1948, las de 1960, 1974, 1983, 1984,1987, 1992 y por último la de 2001
que es la vigente. Todas las reformas respondieron a exigencias internas derivadas del
acelerado cambio experimentado por la nación y a las nuevas orientaciones que la
banca central adoptaba en las economías más desarrolladas, las cuales resultaban de
la estructuración de un nuevo orden financiero internacional.
El primer cambio significativo de la Ley del BCV se produjo en medio de la
severa crisis económica de los años sesenta, cuando también por iguales razones, se
adecuó la Ley General de Bancos a la necesaria transformación que imponían las
circunstancias internacionales y nacionales por las que atravesaba el país y el mundo
occidental. Se trataba no de modificar una ley aisladamente, sino de modernizar la
legislación financiera del país como parte del proceso de cambio y transformación
político institucional que daba inicio a la era de la democracia actual.
La otra reforma sustantiva que se produjo en su ley fue el 4 de diciembre de 1992,
la cual incorporó el principio de la autonomía en la administración del BCV y le dio
al Banco Central el carácter de persona jurídica pública de naturaleza única.
Asimismo se eliminó el carácter corporativo que hasta la fecha mantenía la
composición del Directorio, en su lugar, se estableció un cuerpo colegiado de siete
miembros, un Presidente y seis directores, designados por el Presidente de la
República por un período de seis años, que evita la coincidencia con los períodos
constitucionales. La designación del Presidente se somete a la aprobación de las dos
terceras partes del Senado, mientras que la representacióndel Ejecutivo en el
Directorio se redujo a un Director, el cual en ningún caso puede ser el Ministro de
Hacienda. Otro aspecto novedoso que introdujo la reforma fue la prohibición expresa
de otorgar crédito directo al Gobierno Nacional, y el establecimiento de una
disposición que obliga a la República a reponer el patrimonio del Banco cuando éste
incurra en pérdidas debido a la aplicación de sus políticas.
El marco normativo actual se ha adecuado a las nuevas concepciones y corrientes
existentes en la Banca Central de un mundo globalizado, donde las instituciones de
este carácter valoran la autonomía como una manera de enfrentar los grandes cambios
que han ocurrido y que siguen ocurriendo en la esfera financiera, bancaria y
monetaria de un modo integrado. Es decir, sobre el BCV recae una tarea muy bien
delimitada con relación a tres variables o medios: el dinero, el crédito y la tasa de
cambio, con miras a contribuir al logro de tres supremos objetivos: la estabilidad de la
moneda, el equilibrio económico y el desarrollo ordenado de la economía.
Las transformaciones en la misión y filosofía del Banco Central vinieron
acompañadas con cambios en los espacios y edificaciones, dada la complejidad de las
funciones, así como la expansión de su influencia y cobertura, que implicaron la
proyección de ellas sobre la sociedad. Además al convertirse en un sujeto de la
sociedad financiera internacional, debió alternar con instituciones o centros de poder
económico albergados en espacios cónsonos con la función que desempeñan. Es decir
la imagen tanto hacia el interior del país y hacia el exterior, habría de tener rasgos
trascendentes asociados a su misión pública.
FUNCIONES DEL BANCO CENTRAL DE VENEZUELA
Para el adecuado cumplimiento de su objetivo, el Banco Central de Venezuela
tendrá a su cargo las siguientes funciones:
Formular y ejecutar la política monetaria.
Participar en el diseño y ejecutar la política cambiaria.
Regular el crédito y las tasas de interés del sistema financiero.
Regular la moneda y promover la adecuada liquidez del sistema financiero.
Centralizar y administrar las reservas monetarias internacionales de la
República.
Estimar el Nivel Adecuado de las Reservas Internacionales de la República.
Participar en el mercado de divisas y ejercer la vigilancia y regulación del
mismo, en los términos en que convenga con el Ejecutivo Nacional.
Velar por el correcto funcionamiento del sistema de pagos del país y
establecer sus normas de operación.
Ejercer, con carácter exclusivo, la facultad de emitir especies monetarias.
Asesorar a los poderes públicos nacionales en materia de su competencia.
Ejercer los derechos y asumir las obligaciones de la República en el Fondo
Monetario Internacional, según lo previsto en los acuerdos correspondientes y
en la ley.
Participar, regular y efectuar operaciones en el mercado del oro.
Compilar y publicar las principales estadísticas económicas, monetarias,
financieras, cambiarias, de precios y balanza de pagos.
Efectuar las demás operaciones y servicios propios de la banca central, de
acuerdo con la ley.