Febrero, 201222

Toque final

Toque final

os políticos que siempre rajan de los perio-distas no pierden oportunidad de congra-ciarse con nosotros. Debe ser esa la razón principal por la que existen en el país dos días del periodista. Amigos lectores, el 9 de febrero es el día ilegal del periodista. Noso-tros preferimos decirle día tradicional, pues es el que siempre tuvimos desde cuando les dio por decir que Manuel del Socorro Rodríguez, un cubano 'lamezuelas' del régimen español, creó el Papel Periódico de Santa Fe de Bogotá, el primer medio con periodicidad y permanencia en el Nuevo Reino de Granada.

No obstante, nuestros congresistas es-cucharon que a muchos periodistas no les gustaba ese señor como padre del periodis-mo colombiano y que sería mejor que fuera Antonio Nariño. Muy diligentes, pues de pronto con eso ganaban indulgencias con algunos entrevistadores, decidieron decir que en adelante el día del periodista sería el 4 de agosto, para conmemorar el día en que salió a la luz la traducción de los Derechos del Hombre, que imprimió el prócer en su imprenta.

Así terminamos en este galimatías que se ha prestado incluso para que en su momento un alcalde y un gobernador se pusieran de acuerdo para celebrarles a los periodistas este día, uno en una fecha y otro en la otra, y todos felices.

Esa del 4 de agosto cada vez se celebra menos. Fue flor de un día. Seguramente hay

congresistas que no entienden esta situación y mandan mensajes de felicitación en las dos fechas para que no los vayan a olvidar, en vez de buscar la manera de derogar esa celebración por ineficaz, pero no se atreven.

Las ventajas para los periodistas en este país no terminan ahí. Como si fuera poco solo una profesión está amparada constitucionalmente con nombre propio y esa es la del periodista, pero a falta de tener una protección, tiene dos: artículos 20 y 73. Cuentan los que saben que era tal la insistencia para que se protegiera a los periodistas que nadie cayó en la cuenta de esto y así quedamos doblemente protegidos, en la Carta Magna, aunque no sea así en la vida real.

Así terminamos con unos personajes que todo el año reniegan por la información de los periodistas, pero que en estas fechas se hacen los de la vista gorda, como con los grandes problemas nacionales, y mandan sus detalles o invitan a almuerzos. Yo prefiero no asistir. Nada personal. Solo agradezco a los ciudadanos que sinceramente reconocen nuestro trabajo.

Finalmente, quiero que alguien me expli-que por qué el jefe de prensa de una entidad pública, es decir, alguien que abjuró del periodismo y hoy se encuentra más cerca de la publicidad, asiste tan campante a los al-muerzos, comidas, desayunos, cenas, cocteles que se hacen a nombre del periodismo y por cuenta del erario público. No confundir, por favor, la comunicación organizacional con el periodismo. Háganme el favor

Días del periodista

LFernando-Alonso RamírezEn Twitter: @fernalonso