Diálogo No. 16/ (PTAT-C) Mano de obra barata de exportación

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No. 16 / Extraordinario/ Tercera época Guatemala, 15 de agosto de 2010 El Programa de Trabajo Agrícola Temporal en Canadá (PTAT-C) Mano de obra barata de exportación Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Académica Guatemala, reconocida por el Decreto 96-87 del Congreso de la República, ratificado por el Ejecutivo en el instrumento de adhesión de fecha 29 de diciembre de 1987. Foto: Luis Alejandro de León Soto

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(PTAT-C) Mano de obra barata de exportación / Publicación mensual de FLACSO-Guatemala

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No. 16 / Extraordinario/ Tercera época Guatemala, 15 de agosto de 2010

El Programa de Trabajo Agrícola Temporal en Canadá (PTAT-C)

Mano de obra barata de exportación

Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Académica Guatemala, reconocida por el Decreto 96-87 del Congreso de la República, ratificado por el Ejecutivo en el instrumento de adhesión de fecha 29 de diciembre de 1987.

Foto: Luis Alejandro de León Soto

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2 No. 16/Extraordinario/agosto 2010

Profesores e investigadores eméritos flacso-GUATEMALA

Dr. Gabriel Aguilera/Lic. Edgar Balsells Conde/Dr. Santiago Bastos / Dr. Víctor Gálvez Borrell/Lic. Mario Aníbal González / Dr. Jorge SolaresSecretario general de flacso

Francisco Rojas AravenaSan José, Costa Rica

Consejo académico de flacso-guatemala

Virgilio Álvarez Aragón- director/Oscar López / Marcel Arévalo/Aura Cumes/Claudia Donis /Virgilio Reyes/Simona V. Yagenova /Edgar F. MontúfarLuis Raúl Salvadó/Edmundo Urrutia

El Programa dE Trabajo agrícola

TEmPoral En canadá (PTaT-c)

A siete Años de su ArrAnque

Una negociación: exporta-mos mano de obra barata con enormes rendimientos y altos lucros

Jacobo Vargas-Foronda*

El PTAT-C arranca con el Memorán-dum de Entendimiento (me), firmado

en Guatemala el 10 de Julio de 2003, en-tre la organización reclutadora privada de los Granjeros Canadienses de la Provincia de Québec (ferme), y la Representación de la Organización Internacional para las Migraciones en Guatemala (oim). Ya en junio de ese año habían viajado a Canadá los primeros 36 contratados; el 21 de ju-lio salieron las primeras 29 trabajadoras, totalizando ese año 215 trabajadores. En el 2003 muy pocos en Guatemala tenían una idea clara de lo que ese Programa simboliza y las interrogantes ¿por qué se estableció?, ¿por qué la oim es el ente rector del mismo?, ¿quién o qué insti-tución gubernamental Guatemalteca así lo decidió?, ¿cuáles son los beneficios y protección de la mano de obra guate-malteca en Canadá?, ¿qué representa el ptat-c para Guatemala y Canadá?; po-siblemente éstas no se formularon con la magnitud y responsabilidad social necesarias. Aspectos como ¿qué recurso humano en Guatemala se hará cargo del mismo?, ¿cuál es el conocimiento de las legislaciones laborales de ambos países y de acuerdos internacionales tiene ese recurso humano?, ¿cómo se resolverán las conflictividades laborales que puedan darse?, tampoco surgieron en la medida y profundidad apropiadas, como muchos aspectos más. Se entiende que una ofer-ta laboral con altos réditos, cubierta con fachada de empleo seguro y benefacto-ra apariencia, había que verla desde la

perspectiva de mercado y ganancia. Para el 2009 la oferta total de empleo fue de 3 mil 858 puestos de trabajo. El ptat-c cumple en el 2010 siete años de producir jugosas ganancias para el empresariado canadiense.

A medida de que nos adentramos en el laberinto de las relaciones bilaterales en-tre Canadá y nuestro país, se establece la existencia de un doble rostro canadiense en Guatemala. Una pomposa publicidad del ptat-c con el anuncio de que Canadá pide cada año más trabajadores tempora-les guatemaltecos y ese movimiento hu-mano migratorio es presentado como un total éxito que garantiza un movimiento migratorio ordenado, controlado, segu-ro y respetuoso, que ha fortalecido las relaciones entre ambos países. Nada se dice de lo que ocurre tras las bambalinas de ese movimiento; nada sobre la trági-ca situación de haber convertido a Gua-temala en un país emisor y exportador de mano de obra barata, y tampoco de lo que acontece en el filantrópico país. Toda la información institucionalizada desestima las voces de los silenciados –los trabajadores– que en la parte trá-gica con su humano esfuerzo y trabajo enfrentan, viven y pagan por ejercer su más elemental derecho: el trabajo.

El ptat-c se desarrolla en dos escena-rios: Guatemala y Canadá, y su expo-sición en dos escenas. En Guatemala, las fuentes informativas son las notas periodísticas, entrevistas personales en las instituciones involucradas, lectura de material oficial de los administrado-res del Programa, ya sea publicado o expuesto en sus páginas electrónicas, y entrevistas directas a los trabajadores. De Canadá, la información encontrada en las páginas electrónicas de las insti-tuciones involucradas, intercambios de opinión con investigadores canadienses y rastreo de la opinión de organizaciones sociales y sindicales canadienses.

En Guatemala, como administradores del ptat-c aparecen, como ente rector, la oim, el Ministerio de Trabajo y Previ-sión Social (mtps), con una participación de cuña, y el Ministerio de Relaciones Exteriores (mre), como su voceador ofi-cial. Ambos, tanto el mre como el mtps caminan a la saga y dependen de la oim, contraviniendo tanto normas de la ins-titucionalidad y legislación nacional, como criterios de la normatividad inter-nacional. La oim asume la representativi-dad de Guatemala en el exterior, pero en la práctica juega el papel de una agencia internacional empleadora y reclutadora de mano de obra guatemalteca barata

y exportable, dispuesta a sacrificar sus más elementales derechos y a garantizar altos réditos para los empleadores.

Para adentrarse en el tema se platean las siguientes interrogantes: ¿Quién tuvo la iniciativa y argumentos para la im-plementación del ptat-c en Guatemala? ¿Por qué un secundario Memorándum de Entendimiento (me) entre dos instan-cias en el ámbito privado-comercial, no laboral? ¿Por qué no existe un me entre los Estados? ¿Cómo se protegen y garan-tizan los beneficios sociales y derechos laborales de los trabajadores guatemal-tecos en Canadá? ¿Cómo se enteran los potenciales trabajadores de los requisitos y posibilidades de ser seleccionados para ser tomados en cuenta en dicho Progra-ma?, ¿cuáles son los requisitos?, ¿cuáles son los beneficios más allá de los salarios ofertados? La mayoría de las respuestas oficiosas obtenidas son insatisfactorias y, más que todo, de apariencia, con la pretensión de que todo está bajo control y caminando viento en popa.

Una aproximación académico-social a dichas interrogantes resultaba indispen-sable, encontrándose así la parte oscura de esa modalidad migratoria: divulga-ción institucional sistematizada inexac-ta; selección y reclutamiento laboral propiciatorio de hechos de corrupción; ausencia Estatal, contrario a lo que co-rresponde; alto costo económico para su ingreso; gastos injustificados para los trabajadores; riguroso control y temor de los trabajadores para conservar su permanencia; trabajo extenuante y pro-longado con repercusiones en la salud; salarios bajos; limitaciones discrimina-torias ilegales en sus beneficios sociales

y laborales en Canadá; falta de pago de prestaciones; arbitraria dependencia de los administradores y empleadores; ab-soluta inestabilidad laboral; resalta una política atentatoria contra el derecho uni-versal a la libre sindicalización. Veamos a continuación hechos y opiniones que sustentan lo que aquí se afirma, desde un ángulo diferente a las dos evaluaciones publicadas por la oim hasta la fecha (la primera en 2006 y la segunda en 2008), con criterios socioacadémicos, políticos y sociales que no endosan la excluyente formulación de que mercado y ganancia privada son los preclaros índices del de-sarrollo.

Primer escenArio: GuAtemAlA

El ptat-c es una triunfal iniciativa de la diplomacia nacional que al descubrir que Canadá contrata trabajadores agríco-las temporales de otros países en “vías de desarrollo”, rauda y veloz propone a la Cancillería implementar un programa similar y, saltando trechos, se firma un me, más no a nivel gubernamental, entre Estados, tal como existen con Jamaica (1966) y México (1974) con Canadá, sino que entre ferme y la oim. Encontra-mos la versión que contradice la oficiosa versión de la iniciativa. En una propues-ta elaborada por la Fundación Canadien-se para las Américas (focal), presenta-da al entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, Bill Graham, en el 2003, al tratar sobre las relaciones de Canadá con América Central, dice: “Canadá, con modestas implicación de recursos, podría lanzar un numero de útiles iniciativas que podrían incremen-

* Jurista y sociólogo. Investigador de flacso-Guatemala, especializado en es-tudios internacionales con experiencia inves-tigativa y docente en México, Guatemala y Canadá. La versión completa de este artículo puede verse en http://www.enlaceacademico.org/base-documental/biblioteca/documento/una-hipocrita-negociacion-exportamos-ma-no-de-obra-barata-con-enormes-rendimien-tos-y-altos-lucros

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tar la presencia e influencia de Canadá en América Central. Las remesas reci-bidas [léase enviadas] por el trabajador migrante son la mayor fuente de divisas para la mayoría [de países] de América Central, con la excepción de Costa Rica. Canadá podría ampliar o favorecer el Programa Temporal de Trabajadores Agrícolas que actualmente tenemos con México y algunos otros países del Cari-be en beneficio de los países de América Central.” 1 En otras palabras, la inicia-tiva es canadiense y conceptualiza dicha ampliación como un favor donde lo fun-damental son las remesas, obtención de divisas, como producto del trabajo de los trabajadores guatemaltecos en Ca-nadá, quedando con esa visión, el “desa-rrollo” sujeto a las mismas. Además, el ptat-c resulta ser una herramienta para incrementar la influencia de Canadá en Guatemala. ¿Qué tipo de influencia? La equitativa que ha logrado alcanzar la so-ciedad canadiense con criterios institu-cionalizados o la excluyente que practica su sector empresarial.

Como explicación de la rectoría ad-

ministrativa de la oim del ptat-c, se ar-gumenta que dicha institución posee el conocimiento y experiencia en el movi-miento migratorio grupal, recursos hu-manos, logísticos y financieros para ma-nejar el programa adecuadamente. Eso puede interpretarse como un justificante inmediato. Nadie ha dado respuesta so-bre la procedencia del financiamiento para la oim para administrar el Progra-ma, lo cual representa tiempo, personal, logística, costos. Han pasado siete años, tiempo suficiente para que el mtyps (a quien acorde a nuestra legislación le corresponde asumir esa obligación), así como al mre, como su brazo diplomático, no sólo encontrara la fórmula de contar con los recursos humanos debidamente capacitados para sumir dicha tarea, sino además para obtener los recursos de lo-gística y el presupuesto para administrar el ptat-c y preparar la negociación de un me entre los Estados. Por su parte, la oim, considerando su buena voluntad y dis-ponibilidad establecida orgánicamente, bien ha podido capacitar a los funciona-rios de las instituciones gubernamenta-les. La indiferencia estatal por asumir su responsabilidad con el ptat-c sólo puede ser entendida tanto por una inexplicable ausencia de interés gubernamental como por una complacencia con la función rectora de la oim, que le permite con-servar su regente función. ¿Por qué está ocurriendo esto? Con esta primacía de la oim queda establecida la ausencia esta-tal. ¿Quién, dónde, cuándo y por qué se formuló, decidió y se permanece en ese camino?

En las evaluaciones de oim, que ex-presan la opinión formal del ptat-c con el formato de todo informe administra-tivo que reporta sólo bondades y con-tratiempos menores, entre otras cosas, se confunden conceptos. El salario es presentando como ganancia; la excesi-

va jornada laboral de 16 horas diarias como una oportunidad para ganar más, sin aclarar que el trabajo de horas extras es una total obligación para los trabaja-dores; se omiten indicar cuántos de los 215 trabajadores pioneros aún están pre-sentes y cuántos ya no, con las respecti-vas razones; sobre la selección y reclu-tamiento laboral, se da la impresión de que han visitado 21 departamentos de la República e infinidad de lugares, lo cual de por sí resulta poco creíble al mencio-nar comunidades en donde aparece se-leccionado sólo uno o dos trabajadores, ya sea en Alta Verapaz, Petén o Izabal. De acuerdo con la información, “perso-nal de la oim sale en avanzada una sema-na antes para visitar los lugares por ellos seleccionados y luego llegamos el mtyps y del mre para realizar las entrevistas y

los exámenes de los Trabajadores para ver quienes califican.” Hay que tener en cuenta que tanto la selección de los po-tenciales laborantes como la determina-ción de los lugares a visitar responden a las especificaciones físicas y experiencia laboral requerida por los empleadores, y en ningún momento a las condiciones so-ciales o económicas de Guatemala. Debe subrayarse que en este aspecto hay una clara discriminación de género, aclaran-do los encargados que son los empleado-res canadienses quienes deciden si quie-ren o no mujeres. El costo inicial para estar en el Programa, redondeando, es de 10 mil quetzales, lo cual implica que un enorme porcentaje de los trabajado-res viaja endeudado, lo cual lo coloca en una situación de total atadura. Llama la atención sobre manera, la obligatoriedad

de comprar un seguro médico familiar con una sola empresa determinada y se-leccionada por la oim, la cual, por cierto, no es más que una proveedora interme-diaria de servicios, sin personal médico ni instalaciones físicas en la mayoría de municipios y comunidades en el país. A los trabajadores se les exige dejar un de-pósito monetario como garantía de que cumplirán con el tiempo estipulado en el contrato, y en caso contrario pierden ese dinero. Lo que no explican con certeza son las razones o situaciones específicas que facultan al trabajador a decir, hasta aquí llegué, ni tampoco, quién y cómo se verifica si el retorno prematuro del tra-bajador no fue una decisión arbitraria y unilateral del empleador.

Cerramos con dos aspectos que resal-tan entre los atractivos del Programa: los salarios, “altos” comparados con los que se pueden obtener en Guatemala por una hora de trabajo físico, pero bajos en Canadá. Byron Dardón G., en su artícu-lo “Mano de obra del país obtiene alta demanda”2, indica que “el sueldo es de entre US$ 9.75 y US$11.78 por hora, y un salario promedio de US$ 1 mil 600.” La jornada laboral en Canadá dentro del ptat-c, es de seis días semanales, por lo que en 26 días con 8 horas, tenemos 208 horas, a US$ 9.75 resultaría ser US$ 2 mil 028. Si imaginamos la mitad de ese tiempo con 8 horas diarias, resultan 104 horas, y la otra con 16 horas, nos da 208 horas, siendo el total 312 horas, su salario bruto sería US$ 3 mil 042. Pero si supo-nemos los 26 días con 16 horas, tenemos 416 horas y, por lo tanto, US$ 4 mil 056. Nótese que no hemos tomado en cuenta el sueldo anunciado de US$ 11.78 por hora. Se debe tener presente que los ad-ministradores del ptat-c insisten en que “los trabajadores guatemaltecos tienen la misma protección, beneficios y derechos que los trabajadores canadienses,” lo que implica el pago diferenciado por cada hora extra trabajada. En estos cálculos imaginarios hemos mantenido el precio de la hora sin alteración; es decir, no he-mos calculado los totales considerando las horas extras diarias, donde su precio pagado debería ser el doble. Los números no cuadran. Luego está la oferta de que después de diez temporadas (diez años), el gobierno canadiense les otorgará su pensión o jubilación laboral. Por supues-to que eso resulta un real beneficio, si re-cordamos que en Guatemala la mayoría de la población laboral, ya no digamos agrícola, ni en sueños tienen tal benefi-cio. Sin embargo, ni se les explica que primero deben llegar a una edad mínima ni tampoco la forma y lugar para hacer la respectiva solicitud. Además, ¿cuál es la garantía concreta de que el trabajador logrará esa temporalidad laboral?: nin-guna. Cuando el trabajador regresa, trae una carta del empleador que es abierta exclusivamente en la oim, donde se cali-fica al trabajador y de la cual, se supone, depende su permanencia en el Programa. Sin embargo, a pesar de que esa carta de recomendación sea positiva, la oim insis-

1 Las cursivas son del autor. 2 Prensa Libre, junio 21, 2010, p.10.

El Programa dE EsTudios dE génEro dE Flacso-guaTEmala En coordinación con El idEi-iumusac

Género y migraciónDra. Ana Silvia Monzón

(Programa de estudios de género de FLACSO)Dra. Emma Marín

(Universidad de Sevilla)

Auditorio “René Poitevin”FLACSO-Guatemala, 3a calle 4-44 zona 10, ciudad de Guatemala

Lunes 16 de agosto de 201017:00 horas

(entrada libre)

inviTan al Foro

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te en que “todo depende, si el empleador los vuelve a llamar, entonces continúan en el Programa”. Siendo así, ¿qué senti-do tiene dicha carta? ¿Cómo comprueba el trabajador si su empleador lo ha vuelto a llamar o no? Si no ha sido nuevamente llamado, ¿cuáles son las razones? Sobre esto, no hay nada escrito y todo queda en los laberintos internos de la oim.

lAs voces de los silenciAdos

El entrevistar a trabajadores superó difi-cultades anunciadas. La mayor fue opor-tunamente advertida por un comunitario: “No va a ser fácil que conversen con us-ted, la oim les tiene prohibido que hablen de su trabajo en Canadá y del Programa. No quieren perder su trabajo y por eso muchos se van a negar.” Dicha visión se comprobó. Varias personas que habían aceptado conceder la entrevista no lle-garon a la cita previamente establecida. En otros casos se disculparon diciendo: “Mire, ya lo pensé bien. No quiero ha-blar, necesito el trabajo y sé de otros que cuando han hablado o se han quejado los de la oim ya no los llama y los saca del Programa.” Un caso significativo. Al ir a buscar al trabajador a su casa un familiar preguntó ¿usted de dónde viene? Al indi-carle, de flacso y el porqué de la visita, con tono muy cortante indicó: “Mire, mi pariente no tiene permiso de la oim, tam-poco del patrono y necesita ese trabajo. Si se enteran que habló lo van a sacar. No, no quiero que hable con mi parien-te, no puede hablar con ustedes, mejor váyase.” Una cristalina administración, una clara consonancia entre lo que se dice y lo que se hace, lo que se ofrece y lo que se da, no requiere de esa prohibi-ción, la cual es una total aberración vio-latoria, no digamos de derechos, al más elemental criterio de respeto a la digni-dad humana, cuando inexplicablemente se exige impositivamente del trabajador un atemorizado silencio que en toda so-ciedad mínimamente “civilizada” debe considerarse un delito del fuero penal.

Las visitas de la oim nunca son anun-ciadas públicamente y el ptat-c no cuen-ta con oficina pública donde se pueda conocer la forma de ser tomado en cuen-ta y ver cuáles son las posibilidades de contar con tan excelente oportunidad de un trabajo temporal en Canadá. No podía obviarse la inquietud de cómo se enteró del ptat-c y cómo ingresó. Sus respues-tas mostraron que las “redes sociales y laborales” han sido más eficaces que las oficiales visitas de la oim, indicando ha-ber “ingresado por amistades, parientes o conocidos que los llevaron a las ofici-nas donde dan el trabajo, llamaron a la oim y luego me dieron una cita.” Tam-bién se estableció que “hay unos líderes que son los que los reclutan”. En cuanto a las “evaluaciones”, informaron que “unas sumas, restas, poner unas cositas de colores, ven el porte y la edad, que si es casado, me pusieron un costal de 150 libras y a correr con él encima”, o como otro afirmó: “Hacer unas pesas con un quintal de maíz, algo al estilo militar, subir y bajar”, indicando todos: “Si uno clasifica allí, se va, si no, no se va.” En

dos palabras, la condición clave resulta ser la capacidad física y fuerza bruta, lo que implica que la exigencia clave del destino es la fortaleza física.

En cuanto a los costos, les piden: “un depósito de garantía de 4 mil quetzales y 2 mil 600 quetzales para el pago de los exámenes médicos y otros gastos que no pudieron especificar con certeza. Dicho dinero es depositado en una cuenta de banrural, a nombre de la oim. La mayo-ría de los trabajadores en su primer viaje, “no cuentan con ese dinero en efectivo y deben recurrir a préstamos”. Además, “pagan su visa de tránsito mexicana, la visa canadiense y el permiso de trabajo canadiense.” Aquí dos observaciones: Todos los gastos que son condición in-evitable de su traslado al lugar de traba-jo deben ser cubiertos por el empleador. Dicho depósito de garantía, no tiene ningún asidero ni ético ni legal. Los entrevistados se-ñalaron que “aquel que no aguante o por otras causas debe regresar a Guatema-la antes de terminar su contrato pierde automáticamente el depósito de garan-tía, incluso cuando el regreso prematuro haya sido por la vo-luntad del patrón.” Los trabajadores que regresan de manera prematura “deben comprar y pagar su boleto de regreso de su propio bolsillo y no les devuelven los 4 mil.” Puntua-lizaron: “Antes no pedían ese depósi-to, empezaron en el 2008. Yo conozco el caso de dos mucha-chos que el patrón les dijo que no es-taban aptos para ese trabajo, que se te-nían que regresar a Guatemala, estuvie-ron cuatro semanas sin trabajo, nosotros juntábamos para su comida”. Aquí resulta imprescindible conocer “los criterios” del patrón para determinar la inadaptabilidad laboral de dichos trabajadores y siendo una deci-sión unilateral y subjetiva del empleador en Canadá, con qué axioma la oim justi-fica la confiscación del depósito.

Sobre las obligaciones, beneficios y derechos, la idea general fue: “Hay mu-chos derechos, los impuestos, el seguro de vida, no me acuerdo de los otros de-rechos. Los beneficios son que le pagan a uno, uno tiene que hacer lo que el pa-trón quiere, no lo que uno quiere.” Sobre el número de días y horas de la semana laboral, indicaron que “allá no hay ni sá-bados ni domingos y hasta se pierde la

cuenta de los días” y en cuanto a las ho-ras de trabajo que “eso es muy flexible, entramos a las cinco de la mañana hasta las seis de la tarde [13 horas].” “A ve-ces más, trabajamos durante el día, pero si hay pedido seguimos hasta las nueve de la noche [16 horas].”. “Hay días bien fuertes, recuerdo que un día trabajamos desde las seis de la mañana hasta la una de la madrugada [19 horas]. Es un po-quito duro, uno tiene que darle porque a eso se va.” Sus respuestas son basadas en su experiencia, y eso está establecido en el contrato o recuerdan haberlo leí-do. Sobre la terminación del contrato la respuesta fue clara: “El Patrón lo puede romper cuando él quiera.” El contrato es firmado en las oficinas de la oim, y en cuanto el idioma del contrato, unos afir-maron que “está en francés” y otros “en

español”, con lo cual queda claro que no están se-guros. Para salir de dudas, se con-sultó si tenían co-pia del Contrato para verificar lo del idioma y otras cosas, siendo en unos casos la respuesta: “debe estar entre los papeles, son mu-chos los que nos dan”, o bien la más puntual: “no, nos dan copia.” Una aclaración, el seguro de vida sólo es válido mientras perma-necen en Canadá. ¿Y si regresaron enfermos?

En torno a la carta de reco-mendación, en el contrato no hay ninguna cláusula que apunte hacia una estabili-dad laboral, di-gamos, después del primer año. Coincidieron en que: “Dicho do-cumento viene en sobre cerrado, es

escrito en francés, el trabajador no puede abrirlo y debe entregarlo personalmente en la oim en la primera semana de su re-greso de Canadá, donde lo abren y los leen. En otros casos “el patrón lo envía directamente a la oim por fax.” Dicha carta “es pequeña, dice si eres buen tra-bajador, si dice que sí, te están esperan-do para el próximo año.” Sin embargo, al preguntarles si con esa favorable opi-nión la oim les garantiza su continuidad, responden: “no, nos dicen lo de la carta y nos dice que les demos una llamada o que vayamos a averiguar” cuando la fecha del viaje siguiente se avecine. En otros casos la historia es muy diferen-te: “Cuando la señora me la leyó en la oim, me dijo: ‘te felicito, traes una buena

carta, estás bien recomendado’, pero me quedé esperando la llamada.” “Donde yo estaba el patrón manda la carta por fax, en la oim me dijeron que tenía una bue-na recomendación, pero dicen que es el patrón quien me tiene que llamar y que nunca me ha llamado.” Así como con el contrato, también se les consultó sobre la copia de tan importante documento: “No, se quedan con ella en la oim” o bien “No nos dan copia de la carta. La oim tiene sus cuestiones, son muy exigentes, hacen mucha presión, nosotros estamos sujetos a ellos.”¿Una carta de recomen-dación que queda confiscada?

Tres aspectos ilustran otras proble-

máticas. En Canadá existe el seguro de desempleo y, como tal, a los trabajadores les hacen el respectivo descuento de su salario. Sobre éste indican que: “No nos han hablado de eso. Mire, cuando deja-mos de trabajar sólo tenemos dos días, no tenemos tiempo para ver, yo creo que es algo pero estando en Canadá. Sé que a los quebequés durante el invierno el Go-bierno les sigue ayudando hasta marzo, pero a nosotros no.” O bien “Sí, pero eso no nos pagan a nosotros porque ya no es-tamos en Canadá.” En cuanto al seguro médico lo expresado difiere, pues argu-mentan que trabajan en diferentes fincas y con diferentes patrones, dando así la impresión de que el mismo depende más de la voluntad del empleador y no un de-recho, donde: “Sí, lo pagamos nosotros, son cuatro dólares a la semana. En Gua-temala compramos un seguro familiar, pero no sirve para nada. La compra es por fuerza. Aquí no hay clínicas, dicen que hay doctores. Si se necesita una clí-nica hay que ir hasta la ciudad capital.” Sí tenemos, pero “cuando el trabajador se enferma, necesita dólares para pagar, el patrón no nos lleva al hospital y cuan-do lo hace hay que pagar, la medicina la tenés que pagar.” En este tipo de migra-ciones laborales, el empleador debe pro-veer un lugar para vivienda/alojamiento y en Guatemala se les dice que deben pagar “una simbólica cuota”. Qué tene-mos en el 2009: la respuesta general es que todos viven en casas, las cuales “tie-nen de todo, pero nosotros le pagamos, antes eran 35 dólares a la semana, ahora nos descuentan 45 [mes de 4 semanas = 180]. Vivimos 48 trabajadores [8 mil= 6400 dólares]”. “Los dormitorios estaban arriba, cuatro por cuarto, tenemos literas, éramos 38 [180 x 38 = 6 mil 840 dóla-res].” “Nosotros vivimos y dormimos en tráileres, ahí estamos todos revueltos [se aclara que son carros-casa móviles].” “Siempre nos han cobrado 35 dólares, el año pasado aumentó a 45 [2009].” El lector puede sacar sus propias conclusio-nes, pero queda claro que la cuota por la vivienda no resulta ser “simbólica” y sí violatoria de las leyes de Québec.

La información sobre los salarios y lo pagado por las horas extras no coincide con las declaraciones oficiales ni tampo-co con los salarios que dicen devengar, por lo cual cabría preguntarse si en los respectivos contratos dicho tema queda claramente definido y conocer cuáles

Foto: La voz del migrante

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son los mecanismos de verificación so-bre su cumplimiento y, además, ¿cómo conocen los trabajadores el total que se les ha descontado, semanal y mensual-mente, así como el porqué de dichas deducciones y cuáles son los beneficios directos que obtienen por el pago de las mismas y otros impuestos en el país an-fitrión? Veamos una opinión: “Recuer-do que ganábamos Cnd$7.45 dólares la hora [2005], ahora nos pagan un poquito más de Cnd$8 dólares, a nosotros todas las horas las pagan igual[2009].”

seGundo escenArio: cAnAdá

Canadá tiene dos programas, el de Tra-bajadores Temporales-tfwp y el de Tra-bajadores Agrícolas Estacionales-swap. El ptat-c se inscribe dentro del swap. Las fincas asociadas hacen su requerimiento de trabajadores agrícolas temporales a ferme. Luego de ser aprobadas, ferme envía directamente las demandas a oim en Guatemala y una copia a la Embajada de Guatemala en Canadá. Cada demanda comprende el número de trabajadores, fecha de llegada prevista, la duración del contrato de trabajo, tipo de cultivo de la finca. ferme es la responsable de solicitar al Departamento de Desarrollo de Recursos Humanos y Habilidades de Canadá-hrsdc, el permiso de trabajo, y luego recurre a la Oficina de Inmigración y Ciudadanía de Canadá (cic), para que la Embajada de Canadá emita las visas correspondientes. A su regreso, al ter-minar su período laboral, el trabajador en Guatemala llena un formulario de-nominado aviso de retorno (en la oim) y presentan la carta de recomendación del empleador. Así tenemos, que en Canadá ni el hrsdc ni el cic tienen que ver con las condiciones laborales ni la observan-cia de los derechos sociales y laborales del trabajador migrante durante su per-

manencia en Canadá, y mucho menos cuando abandona el país. Queda la in-terrogante: ¿qué institución canadiense presta atención a tan importante tema en Canadá? Ninguna. ¿Existe alguna instan-cia bipartita? No. ¿Qué derechos tienen en Guatemala a su regreso? Ninguno.

El análisis del ptat-c no puede ser realizado sin tomar en cuenta los li-neamientos políticos establecidos en la Ley Fundamental Canadiense, su Acta Constitucional de 1982 como el nervio vertebral que exige respetar y proteger los derechos humanos, sociales y labo-rales de todos los trabajadores en dicho país. Canadá tiene una división federal, donde cada provincia tiene su propia jurisdicción legislativa; sin embargo, la Constitución es muy clara al establecer la Primacía Constitucional, declarando en su Sección 52 que: “La Constitución de Canadá es la ley suprema de Canadá y cualquier ley incompatible con las dispo-siciones de la Constitución es por su in-consecuencia completamente sin fuerza ni efecto”, por lo cual las disposiciones provinciales no pueden groseramente contravenir las normas constitucionales. Otro aspecto importante a tener en men-te es que la nacionalidad no demerita o menoscaba la protección constitucional, sobre todo cuando la misma indica en su Sección 15 que: “Todo individuo3 es igual ante y bajo la ley y tiene el derecho a igual beneficio de la ley sin discrimina-ción y, en particular, sin discriminación basada en la raza, origen étnico o nacio-nal, color, religión, sexo…” Además, por si existiera alguna duda, la Sección 28 puntualiza: “los derechos y las liber-tades aquí referidas están garantizadas por igual para las personas masculinas y femeninas.” Por lo que su observancia es obligatoria y protege a todas las per-

sonas que viven en Canadá, sin importar si la persona tiene una visa de trabajador temporal y como cualquier ciudadano canadiense, la misma se encuentra bajo la protección Constitucional. Además, no debe dejarse de tomarse en cuenta que la Sección 33 establece la excepción que permite a las legislaturas provincia-les establecer de otra manera lo estable-cido en la Sección 15, por lo que en cada caso es indispensable tomar en cuenta la legislación provincial sin olvidar la Sec-ción 52 ya mencionada. La Constitución canadiense de manera clara especifica los derechos que son exclusivos para los ciudadanos canadienses, siendo estos en realidad los derechos políticos, como el derecho al voto y el derecho a ocupar cargos por elección popular.

ferme, es una fundación privada no lucrativa y su misión es: “organizar y ofrecer todos los servicios necesarios para facilitar el reclutamiento de mano de obra estacionaria [en referencia a las estaciones climáticas, primavera, vera-no, otoño e invierno] en países extran-jeros para los empleadores miembros de la Fundación. Por lo tanto, tiene una limitación provincial y sólo se vincula con los granjeros o productores agrícolas asociados a la misma. ¿Bajo qué “marco acordado y con quién” se encuentran los trabajadores agrícolas temporales gua-temaltecos en las otras provincias donde también trabajan: Ontario, Nova Scotia, Alberta y British Columbia? ¿Qué mar-co “regula” las actividades no agrícolas en las cuales trabajan los guatemaltecos? Nadie ha explicado eso. ferme indica que sus asociados deben: “Pagar el boleto aé-reo de ida y regreso de los trabajadores extranjeros.” En realidad, dicho com-

promiso se observa siempre y cuando el trabajador regrese luego de terminar el período establecido en su contrato; pro-veer al trabajador el lugar de vivienda, cobrando al trabajador una deducción debidamente autorizada; pagar el certi-ficado de aceptación del trabajador en Québec, cuyo monto será reembolsado por el trabajador. Es decir, quien real-mente paga ese certificado es el propio trabajador; firmar un contrato de trabajo que indique el salario, las funciones (del trabajador), las condiciones del transpor-te, la vivienda, la salud y ¿seguridad la-boral en Guatemala?; pagar el seguro de viaje del trabajador, que será reembolsa-do por el trabajador de acuerdo con lo estipulado en el contrato de trabajo.”

Queda claro que ferme no asume nin-guna responsabilidad sobre las condi-ciones laborales, ni en el cumplimiento de los derechos sociales y laborales de los trabajadores. Curiosamente, no re-quiere que en el contrato se establezca el número máximo de horas del día laboral ordinario. Es decir, la extensión laboral queda tácitamente autorizada. Queda claro que de Canadá, con documento firmado, sólo está involucrada ferme, la cual tiene una relación reglamentaria con el hrsdc, el cual como Departamen-to Gubernamental Canadiense tiene que ver con la protección del mercado labo-ral nacional y pago de impuestos en Ca-nadá y nada con lo que quede estipulado en el contrato. Su aprobación sirve para solicitar al cic que otorgue la correspon-diente autorización para la extensión de las visas y llevar el control del ingreso y egreso de los trabajadores temporales. Es importante anotar que las institucio-nes gubernamentales canadienses son 3 Lo resaltado es del autor.

“Conferencia Bicentenario, pobreza y política social en América latina”, pronunciada por el doctor Virgilio Álvarez Aragón en el Instituto Cervantes de Estocolmo, el 1 de junio del corriente, promovida por la embajada de Guatemala en Suécia.

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muy rigurosas y celosas de sus obliga-ciones y atribuciones. Por lo tanto, ni el hrsdc ni el cic, asumen “responsabilidad alguna gubernamental” en cuanto a los beneficios sociales y derechos laborales del trabajador migrante, ya que dichos temas están fuera de sus funciones y res-ponsabilidades. Por ello, el Estado cana-diense, como tal, no tiene con Guatemala ningún compromiso formal ni con nin-guna institución gubernamental. La au-sencia del Estado guatemalteco es, a su vez, total. La suerte de los trabajadores queda a merced del empleador.

lAs voces de los silenciAdos; sobre cAnAdá

A la llegada de los trabajadores, en el ae-ropuerto de Montreal está presente, aun-que no siempre, personal del Consulado Guatemalteco en Québec para ayudarles en llenar la papelería y, con las limitacio-nes de tiempo de cualquier aeropuerto, conversar unos minutos con ellos. Aquí no es posible dar charlas sobre beneficios ni derechos. Luego son llevados a sus lu-gares de residencia ubicados dentro de los linderos territoriales de las fincas. El indagar sobre el lugar donde queda su residencia nos permitió conversar sobre las visitas de representantes del Consu-lado; sobre su relación con trabajadores de otros países; ver sus facilidades de movilización y esparcimiento individual el día que por ley les corresponde para descansar; las posibilidades de solicitar alguna asesoría de los sindicatos agríco-las; si tienen capacitaciones en el lugar de trabajo, y establecer el grado de co-municación con la población canadiense que habita en los alrededores de las ha-ciendas. Sus respuestas son ilustrativas para ver el panorama sin enormes equi-vocaciones:

• Las visitas consulares son espo-rádicas y en su mayoría ocurren a solicitud de los trabajadores, cuan-do logran llamarlos, siendo en sus momentos de descanso, general-mente para el almuerzo, o bien los fines de semana. De acuerdo con investigadores canadienses que han visitado Guatemala, en el Consulado de Québec sólo hay dos personas relacionadas con el Trabajo Agrícola Temporal en Québec, ellos no pueden visitar todas las fincas, pues son muchas. En el 2008 se contabilizaron 250 fincas.

• Su relación con los trabajado-res de otras nacionalidades no es siempre es la más amigable, queda manifiesta una inconformidad la-tente que a final de cuentas lleva a la existencia de una permanente desconfianza entre los trabajado-res, por el cargo, sus salarios y la relación personal con los patronos como posible fuente de informa-ción de las “conductas individua-

les” que pueden repercutir en las mencionadas “cartas de recomen-dación”, las cuales son determi-nantes para su permanencia o no en el PTAT-C. La separación de los Trabajadores por nacionalidad queda bajo el criterio de organiza-ción laboral de cada finca.

• El confinamiento es indiscutible. “Vivimos dentro de la finca.” “El Patrón no nos deja salir a ninguna parte, cada ocho nos llevan para hacer las compras. Si necesitamos algo, nos dejan ir al super por dos horas y siempre acompañados por personal de la finca. Pueden haber accidentes y el patrón no quiere problemas y por eso no podemos salir a conocer el pueblo.” La ma-yoría mencionó que en sus lugares de residencia tienen televisión, juegos y, en algunos casos, apara-tos para hacer ejercicios.

• Los trabajadores migrantes no tie-nen la posibilidad de deambular libremente por los alrededores; ver cómo viven los trabajadores agrícolas canadienses o desarro-llar nexos de amistad. Por eso, de Canadá, en sus mentes está el ae-ropuerto y la finca, con el criterio expresado por los propios trabaja-dores de que “van a trabajar, no a pasear,” agregando que “cuando nos sacan nos llevan a lugares ca-ros y hay que gastar” con lo cual sugieren que aceptan y prefieren estar el mayor tiempo posible en los linderos del lugar de trabajo.

• Ninguno recuerda capacitación alguna. Todos los entrevistados manifiestan una positiva y amable opinión de la población canadien-ses, tanto trabajadora como con la cual esporádicamente han tenido la oportunidad de encontrarse y comunicarse así sea con el lengua-je de los gestos. Consideran que siendo diferentes, son personas trabajadoras, ordenadas, amables que lo han tratado siempre con respeto y simpatía sin discrimina-ción.

Sobre solicitar alguna asesoría de los sindicatos canadienses para conversar y conocer sobre su propia situación, en cuanto a derechos laborales y beneficios sociales, tenemos que: “Sinceramente, acercamiento, jamás. Se prohíbe total-mente a las personas que viajan en el Programa. Nunca tuvimos personas que nos acercaran a los sindicatos, no po-demos hablar con los sindicatos.” “En la finca no hay sindicato.” “A la finca sólo llegan los del Consulado.” “Casi no llegan a la finca, nos encontramos en el pueblo y ellos nos platican, pero la oim nos ha prohibido entrar allí [al sindica-to].” “En Guatemala, eso del sindicato, es un problema.” “Nosotros no hablamos

con ellos, los capataces nos dicen que no hablemos con ellos, lo tenemos prohibi-do.” Más claro no cantan los gallos. Su negativa percepción y temor alrededor del sindicato y la posibilidad de sindica-lizarse lo llevan desde Guatemala, tan-to por la historia del país, como por las orientaciones recibidas por personal en la oim y, en consecuencia, su angustia de permanecer en el Programa. Es por ello que los sindicatos les resulta ser algo pe-ligroso con consecuencias negativas. En ausencia de instancias gubernamentales acordadas para velar por sus beneficios sociales y derechos laborales in situ, ¿no sería justamente la organización sindical su principal apoyo en Canadá y el garan-te de su permanencia en el ptat-c?

¿qué ocurre en el interior de cAnAdá visto Por los

cAnAdienses?

Aquí presentamos en forma resumida los criterios de investigadores académicos expresados en publicaciones de focal, institución financiada por la guberna-mental Agencia Internacional Canadien-se de Desarrollo (cida), que se define “como un tanque pensante canadiense no partidario, independiente, dedicado

al fortalecimiento de las relaciones entre Canadá, América Latina y el Caribe, por medio del diálogo y el análisis, basando su trabajo en los principios de integridad intelectual, diversidad racial e igualdad de género.” Y, por supuesto, la opinión de organizaciones sociales y sindicales. Veamos algunas opiniones:

• Barbara MacLaren. “¿Acaso este tipo de cobertura médica no redu-ce la presión para que el Gobierno Guatemalteco provea y mejore los servicios de salud públicos en las áreas rurales de Guatemala? (…) Se viene el riesgo de exacerbar las desigualdades y hostilidades entre las familias de los trabajadores migrantes y la población no mi-grante en las comunidades locales guatemaltecas que no tienen acce-so a dicho Programa.”

• Eleanor Sohnen. “En Canadá, en términos de la protección social, los trabajadores son excluidos de determinadas protecciones labora-les como el tiempo extra y la liber-tad de cambiar de trabajo.”

Convoca a participar en el

Seminario libertad de expresión, medios de comunicación

y construcción de la democracia

La FacuLtad Latinoamericana de ciencias sociaLes

FLacso-sede GuatemaLa

Dirigido a periodistas, comunicadores sociales, líderes de opinión, lide-razgos y activistas sociales, políticos, académicos,

y público en general.

ConferencistasIssa Luna Pla (México), Carlos Dada (El Salvador), Dario Pignotti (Ar-gentina) Stephen McFarland (Embajador EUA), Ernesto López (Emba-jador de Argentina),; por Guatemala: Frank LaRue, Ronaldo Robles, Virgilio Álvarez, Gustavo Berganza, Ana María Rodas, Carlos Morales, Gerardo Guinea, Marielos Monzón, Luis Felipe Valenzuela, Iliana Alami-lla, Gustavo Bracamonte, Carlos Cabarrús Pellecer SJ, Licerio Camey, Juan Luis Font, Silvia Trujillo, Wendy Santa Cruz, Walda Barrios.

Cupo limitado. Los interesados (as) deberán inscribirse antes del 30 de agosto y cancelar Q 250.00 (público en general) y Q 100.00 para estudiantes. Se dispon-drá de becas y medias becas. Cualquier información adicional comunicarse con: Alma Valdéz al PBX 2414-7444, o al correo electrónico [email protected]

Conferencia pública Con la participación de Carlos Dada, Issa Luna Pla, Dario Pignotti y

un delegado del Centro en Competencia en Comunicación de la Funda-ción Friedrich Ebert Stiftung (Colombia)

jueves 2 de septiembre 17:00 horas

Auditorio “René Poitevin”3a. calle 4-44 zona 10

(entrada libre)

Con el apoyo de

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• Janet McLaughlin. “El swap tie-ne mezclados aspectos de salud y desarrollo para los migrantes. Sin embargo, mientras el swap genera remesas que permiten reducir la pobreza, toca aspectos de salud que el mismo no protege adecuada-mente (…) y no asegura la salud a largo plazo de los migrantes que trabajan en una industria precaria y viven fuera de sus fronteras nacio-nales. (…) A pesar de que Canadá depende enormemente de los tra-bajadores migrantes [temporales], no ha ratificado los acuerdos in-ternacionales relacionados con la protección de los trabajadores mi-grantes, incluida la Declaración de la onu de 1990.” (Además) “…las provincias canadienses han falla-do en implementar o adoptar una legislación adecuada para prote-ger los derechos y la salud de esos trabajadores [migrantes tempora-les]. (…) Las barreras comunes que los trabajadores experimentan para poder alcanzar los servicios de salud, incluyen: ausencia de transporte independiente; largas jornadas de trabajo; no informar a sus empleadores que están en-fermos por temor a perder su tra-bajo; falta de conocimiento de los servicios y ser repatriados cuando resultan enfermos o lastimados; algunos trabajadores no reciben

sus credenciales médicas, las re-ciben muy tarde en la tempora-da, o bien son retenidas por los empleadores.” • B a r b a r a MacLaren y Luc Lapointe. Indican lo más elemental de la lógica formal: “Los Trabaja-dores Extranje-ros Temporales (tet), así como los Trabajadores locales, tienen las deducciones de pensión y el seguro de des-empleo en cada cheque pagado. Ambos lo pa-gan. Por lo tan-to, pareciera ló-gico que los tet también tengan el derecho de solicitar ese se-guro con el mis-mo criterio que enfrentan los

canadienses. (…) Por lo tanto, los valores canadienses de no discri-minación no se están respetando y ejecutando en cuanto el acceso a la seguridad social como a los de-rechos laborales básicos. Es decir, aquí no hay la más sencilla noción de equidad. (…) Al no tener los tet ninguna asistencia social en sus países, el trabajador cuando regresa tiene una posibilidad li-mitada de contribuir en las economías lo-cales. Lo peor, ellos pueden estar endeu-dados pagando los costos de su migra-ción. (…) Se cono-cen alegatos, este año [2009] de que personal de oim re-tiene los pasaportes de los trabajadores migrantes guatemal-tecos en Québec.”

• Evelyn Encalada López. “Los Tra-bajadores necesitan una real protección, incluyendo su es-tatus de residentes permanentes desde su llegada, un acce-so justo a sus dere-chos y su total pro-

tección bajo la legislación laboral, eliminación total de las cargas tributarias pagadas por los trabaja-dores migrantes y terminar con las deportaciones.”

• Andrea Gálvez. “El Consejo de Estándares Laborales de Québec, informó al Consulado de Guate-mala y a ferme que los 45 dólares que han sido deducidos sema-nalmente de los cerca de 4 mil trabajadores agrícolas temporales guatemaltecos, han sido en viola-ción del máximo permitido por los Estándares Laborales Provinciales de 20 dólares por semana. Por lo tanto, esas deducciones deben ser reducidas a 20 dólares por sema-na.” (En Guatemala, los trabajado-res entrevistados informaron que en la oim les siguen diciendo que por la vivienda en Québec deberán pagar 45 dólares semanales).

• Chris Ramsaroop. “Ellos hacen el trabajo que muchas personas no quieren hacer. (…) En esos Pro-gramas tratan a los trabajadores como mercancías insignificantes. (…) Canadá fue construido por trabajadores migrantes, desde el ferrocarril hasta la agricultura y por aquellos que cuidan a los enfermos, ancianos y a la niñez. Aquellos que murieron constru-yendo la Nación por causa de las peligrosas e inhumanas condicio-nes laborales. (…) Nosotros de-bemos recordar sus sacrificios.” (Es cierto que Canadá ha sido ci-mentado por trabajadores migran-tes, pero lo más significativo es

que esos trabajadores migrantes lo continúan construyendo en nues-tros días).

• Francisco Rico-Martínez. “Son contratados en el extranjero, don-de han aceptado determinadas condiciones laborales, pero cuan-do llegan a Canadá la gran sorpre-sa. A los Trabajadores Agrícolas se les prometió un salario por hora trabajada, pero resulta que su sala-rio corresponde a lo que han cose-chado, o bien que los empleadores pueden hacer deducciones de su salario por comida, ropa y vivien-da. Si los trabajadores presentan quejas al empleador, la solución de éste es: ¡sabe qué, yo lo enviaré de regreso a casa! Es decir, básica-mente, el empleador no tiene que respetar el contrato y puede poner a cualquiera en la calle.”

A mAnerA de observAciones GenerAles

El Estado guatemalteco debe gestionar la firma de un me a nivel de Estado con Ca-nadá y asumir por medio de los corres-pondientes Ministerios las obligaciones y funciones que les corresponde por ley. La oim dada su experiencia institucional, debe brindar la asistencia capacitadora para preparar al recurso humano guate-malteco de dichos Ministerios. El Estado debe fortalecer el ptat-c en beneficio bi-lateral sin descuidar los criterios socia-les y humanos y buscar los mecanismos verificadores bipartitos de la observancia de los derechos en ambos países. La opi-nión de las voces silenciadas y de la so-ciedad canadiense deben ser parámetros orientadores de la realidad y apoyo para fortalecer el rostro humano de Canadá.

Foto: Simona Yagenova

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Publicación mensual de flacso-Guatemala Director: Dr. Virgilio Álvarez Aragón/Coordinación y diagramación: Lic. Hugo de León P.

Tel. PBX (502) 24147444 Fax: (502) 24147440 Correo electrónico: [email protected] Página web: http://www.flacso.edu.gtLas ideas expresadas en esta publicación no son necesariamente

compartidas por FLACSO-Guatemala30 mil ejemplares

Texto de K. Raxá de León*

Fantina nació en la ciudad de Guatemala el 17 de julio de 1927, pero para evitar pagar la multa por el retraso de su inscripción en el Registro Civil, su nacimiento fue declarado el día 19 de julio. Era hija del pintor Rafael Rodríguez Padilla, fundador de la Escuela de Artes Plásticas de Guatema-

la, quien se suicidó el 27 de enero de 1929 cuando estaba a punto de ser capturado por el ejército gua-temalteco por su participación en el complot contra Lázaro Chacón, el dictador de turno de entonces.

Fantina efectuó parte de sus estudios primarios en el internado de la Casa Central, institución admi-nistrada por monjas. Estuvo interna allí durante algunos años. Una vez concluida la enseñanza primaria fue enviada como aprendiz a un taller de confección de sombreros. La idea era que en el futuro su hermana se dedicara a hacer vestidos y ella sombreros, pero el asunto fue un fracaso. Ella se decantó por el dibujo, trabajó en la Foto Serra, en el Ministerio de Aguas y Cloacas, y se dedicó a leer. Era autodidacta.

Después de la Segunda Guerra Mundial conoció por medio de su hermano, el también pintor Juan Jacobo Rodríguez Padilla, al escultor Jorge Adalberto de León Soto, integrante del grupo Saker-ti, y se casó con él. Poco tiempo después Adalberto recibió una beca del gobierno de Arévalo para estudiar es-cultura en París y para allá partieron, primero Adalberto en 1949, y luego Fantina con sus dos primeros hijos en 1951. Ya instalados en París vinieron al mundo los últimos tres vástagos. Cuando el gobierno de Arbenz fue derrocado la beca fue suprimida, la situación económica se volvió difícil y Fantina optó por regresar con sus cinco hijos a Guatemala. Lo hizo el 14 de junio de 1956. Adalberto se quedó en París con la idea de montar una exposición que no tuvo la relevancia que él esperaba porque fue colectiva y no individual y, tras un periodo de casi locura, se tiró del mirador del Zoológico de París el 14 de junio de 1957. Exactamente un año después del regreso de su esposa y sus hijos a Guatemala. Fue enterrado en París.

Fantina, viuda y sin una profesión calificada, tuvo que hacerle frente a la vida con trabajos mal remu-nerados para sacar adelante a sus cinco hijos. Trabajó como cajera de la consulta externa del Hospital Roosevelt de donde fue despedida porque en los días en que triunfó la revolución cubana su jefe vio una foto de Fidel Castro pegada en la pared de su oficina; después trabajó como correctora de pruebas en una imprenta y como dibujante en otra. Su militancia en el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT - partido comunista de Guatemala) empezó casi inmediatamente después de su regreso a Guatemala. Su tiempo lo dividía entre su trabajo, su militancia y la atención a sus hijos.

Fue capturada por primera vez la noche del 22 de diciembre de 1963 por la judicial (policía vestida de civil) en su casa de habitación. Se la llevaron después de catear la casa. Estuvo ocho meses en la prisión de Santa Teresa. A finales de 1967 o principios de 1968 fue capturada de nuevo, pero esta vez en la sede de la Federación Autónoma Sindical Guatemalteca (FASGUA) en donde ella era secretaria de asuntos femeninos. También en esta ocasión catearon su casa, pero esta vez sólo estuvo un mes en prisión porque Adolfo Mijangos López, amigo de la época parisina y a la sazón diputado en la Asamblea Legislativa, peleó para que fuera liberada rápidamente. La situación política en Guatemala se había degradado mucho y la represión empezaba a manifestarse con más fuerza, así que, al salir de la cárcel, Fantina pasó a vivir en la clandestinidad. Poco tiempo después viajó a la Unión Soviética. Estuvo en ese país de principios de 1969 a septiembre de 1970. De regreso en Guatemala se hizo cargo de una casa de seguridad del PGT ubicada en la zona 7 de la capital guatemalteca. En esa casa, el 26 de septiembre de 1972, fue capturada junto con Ana –que llegaba de vez en cuando a ayudarle en los oficios domésti-cos– y con los miembros del Comité Central del PGT, Bernardo Alvarado Monzón, Mario Silva Jonama, Hugo Barrios Klée, Carlos Alvarado Jerez, Carlos René Valle y Miguel Angel Hernández, quienes, de manera intempestiva, habían sido convocados a una reunión con el fin de concretar las actividades que harían el 28 de septiembre, día del aniversario del PGT. El hecho de que esa reunión haya sido convo-cada a última hora fue la razón por la cual Ana estaba ese día en la casa; no hubo tiempo para pedirle que llegara otro día. Desde entonces todos ellos están desaparecidos.

Fantina rodrÍGueZ, una GuatemaLteca oLVidada Por La Historia

* Tomado de http://homepage.mac.com/a.leoni/deleon/Fantina/FantinaRodriguez-01.html