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Ekonomiaz N.º 41 68 «Una perspectiva institucionalista sobre el desarrollo económico regional» En los últimos años, los éxitos cosechados por las estrategias de desarrollo regional seguidas por algunas regiones ricas, como Baden Württemberg o la Tercera Italia, han reavivado el debate sobre la intervención económica local. Estas estrategias se han basado en la movilización del potencial endógeno de las regiones mediante esfuerzos encaminados a mejorar la base para una oferta local definida de forma más amplia, defendiendo la idea de que la «riqueza de las regiones» es la principal fuente de desarrollo y renovación. El núcleo conceptual de esta orientación reconoce las bases colectivas y sociales del comportamiento económico y, por esta razón, podría ser descrita como una perspectiva institucionalista del desarrollo regional. Este artículo desarrolla esta perspectiva institucionalista, integrando distintas líneas políticas sugeridas en la literatura y planteando nuevas vías de acción. Se destaca la importancia de la proximidad territorial para la competitividad y se proponen nuevas orientaciones para la política regional basadas en una conceptualización/abstracción particular de la economía y su territorialidad. Azken urteetan, eskualde aberats batzuek, hala nola Baden Württemberg-ek edo Hiru-arren Italiak, eskualdea garatzeko ezarri dituzten estrategiek lortu duten arrakastak tokiko parte hartze ekonomikoari buruzko eztabaida areagotu du. Estrategia horiek bertako ahalmenak mugiarazteko irizpidean oinarritu dira. Horretarako, zentzu zabalago batean definitu den tokiko eskaintza hobetzera zuzendu dituzte euren ahaleginak. Halaber, garapen eta eraberritze iturri nagusia «eskualdeen aberastasuna» delako ideiari eusten diote. Ikuspegi honen muinean, portaera ekonomikoaren talde zein gizarte oinarriak aitortzen dira eta, hori dela eta, eskualde garapenaren ikuspegi instituzionalistatzat jo daiteke. Artikulu honek ikuspegi instituzionalista hori jorratzen du, literaturan iradokitako hainbat politika Ierro barne hartuz eta ekintzarako bide berriak eskainiz. Lurralde hurbiltasunak lehiakortasunean duen garrantzia azpimarratu da eta eskualde politikarako orientabide berriak aurkeztu, ekonomiaren eta lurraldetasunaren kontzeptualizazio/abstrakzio batean oinarritzen direlarik. In the last few years, the successes harvested by the regional development strategies followed by some prosperous regions, such as Baden Württemberg or the Third Italy, have boosted the discussion on local economic intervention. These strategies have been based on mobilising the endogenous potential of the regions through efforts to upgrade a broadly defined local supply-base, defending the idea that the «wealth of regions» is the prime source of development and renewal. The conceptual nucleus of this orientation recognises the collective or social foundations of economic behaviour and, for this reason, such an ohentation could be described as an institutionalist perspective on regional development. This article develops such an institutionalist perspective by bringing together strands of policy action scattered across the literature, as well as suggesting new strands. The importance for competitiveness of territorial proximity is emphasised and new orientations for regional policy are proposed based on a particular conceptualisation/abstraction of the economy and its territoriality.

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Teorías institucionalistas

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«Una perspectiva institucionalista sobre eldesarrollo económico regional»

En los últimos años, los éxitos cosechados por las estrategias de desarrollo regionalseguidas por algunas regiones ricas, como Baden Württemberg o la Tercera Italia, hanreavivado el debate sobre la intervención económica local. Estas estrategias se hanbasado en la movilización del potencial endógeno de las regiones mediante esfuerzosencaminados a mejorar la base para una oferta local definida de forma más amplia,defendiendo la idea de que la «riqueza de las regiones» es la principal fuente dedesarrollo y renovación. El núcleo conceptual de esta orientación reconoce las basescolectivas y sociales del comportamiento económico y, por esta razón, podría serdescrita como una perspectiva institucionalista del desarrollo regional. Este artículodesarrolla esta perspectiva institucionalista, integrando distintas líneas políticas sugeridasen la literatura y planteando nuevas vías de acción. Se destaca la importancia de laproximidad territorial para la competitividad y se proponen nuevas orientaciones para lapolítica regional basadas en una conceptualización/abstracción particular de la economíay su territorialidad.Azken urteetan, eskualde aberats batzuek, hala nola Baden Württemberg-ek edoHiru-arren Italiak, eskualdea garatzeko ezarri dituzten estrategiek lortu dutenarrakastak tokiko parte hartze ekonomikoari buruzko eztabaida areagotu du.Estrategia horiek bertako ahalmenak mugiarazteko irizpidean oinarritu dira.Horretarako, zentzu zabalago batean definitu den tokiko eskaintza hobetzerazuzendu dituzte euren ahaleginak. Halaber, garapen eta eraberritze iturri nagusia«eskualdeen aberastasuna» delako ideiari eusten diote. Ikuspegi honen muinean,portaera ekonomikoaren talde zein gizarte oinarriak aitortzen dira eta, hori dela eta,eskualde garapenaren ikuspegi instituzionalistatzat jo daiteke. Artikulu honekikuspegi instituzionalista hori jorratzen du, literaturan iradokitako hainbat politikaIerro barne hartuz eta ekintzarako bide berriak eskainiz. Lurralde hurbiltasunaklehiakortasunean duen garrantzia azpimarratu da eta eskualde politikarakoorientabide berriak aurkeztu, ekonomiaren eta lurraldetasunarenkontzeptualizazio/abstrakzio batean oinarritzen direlarik.In the last few years, the successes harvested by the regional development strategiesfollowed by some prosperous regions, such as Baden Württemberg or the Third Italy, haveboosted the discussion on local economic intervention. These strategies have been basedon mobilising the endogenous potential of the regions through efforts to upgrade a broadlydefined local supply-base, defending the idea that the «wealth of regions» is the primesource of development and renewal. The conceptual nucleus of this orientation recognisesthe collective or social foundations of economic behaviour and, for this reason, such anohentation could be described as an institutionalist perspective on regional development.This article develops such an institutionalist perspective by bringing together strands ofpolicy action scattered across the literature, as well as suggesting new strands. Theimportance for competitiveness of territorial proximity is emphasised and new orientationsfor regional policy are proposed based on a particular conceptualisation/abstraction of theeconomy and its territoriality.

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Ash Amin*Universidad de Durham

1. Introducción2. La economía y el gobierno económico en el planteamiento institucional3. La vuelta al enfoque institucional en los estudios sobre desarrollo regional4. Orientaciones para la política regional5. Conclusiones: vuelta a la macroeconomíaReferencias bibliográficas

1. INTRODUCCIÓN

Hasta hace poco tiempo, la políticaregional se ha aplicado de formacentralizada, a través de incentivosestandarizados, y se ha concentrado enlas empresas. Esto es especialmentecierto en el caso del legado Keynesiano,el cual ha dominado la política regional enla mayoría de las economías avanzadastras la década de los 60. El planteamientoKeynesiano confiaba en la redistribuciónde la renta y en las políticas de bienestarpara estimular la demanda en las

* La redacción original de este artículo fueencargada por la Unidad de Servicios de DesarrolloTerritorial de la OCDE. Agradezco a Mario Pezzinique me permitiese desarrollarlo para su publicaciónen International Journal of Urban and RegionalResearch. También quiero agradecer a DavidFreshwater, Meric Gertler, Patrick Le Gales, AmyGlasmeier, y Charlotte Sammellin sus útilescomentarios sobre el trabajo original.

regiones menos favorecidas (RMF) y en laoferta de incentivos estatales (desdesubvenciones hasta mejoras de lasinfraestructuras) para lograr que lasempresas se instalasen en dichasregiones. Paradójicamente, estos mismosprincipios también se han aplicado en losexperimentos neoliberales que se hanllevado a cabo en los últimos quince añosen favor del mercado. En efecto, elplanteamiento neoliberal, que deposita sufe en el mecanismo del mercado, hatratado de desregular los mercados,especialmente los costes del trabajo y elcapital, y de estimular el empresariado enlas RMF a través de incentivos einversiones en formación, infraestructurasde transporte y comunicaciones ytecnología. Ambos enfoques, a pesar desus diferencias fundamentales acerca dela intervención estatal y de los poderesequilibradores del mercado, hancompartido la idea de que todas las

Palabras clave: Estrategias de desarrollo regional, competitividad.Nº de clasificación JEL: F41, O12, O21, R11

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medidas políticas podían serumversalmente aplicadas, desde elgobierno central, a todo tipo de regiones.Este acuerdo parece proceder de lacreencia de que la clave del éxitoeconómico descansa sobre un conjuntode factores comunes (el individuoracional, el emprendedor maximizador debeneficios, la empresa como la unidadeconómica básica, etc.).

Los logros de ambas corrientes delenfoque «imperativo» (Hausner, 1995)han sido modestos por lo que se refiere aestimular mejoras sostenibles en lacompetitividad económica y en elpotencial de desarrollo de las RMF. Sinduda, las políticas regionales keynesianasayudaron a aumentar el empleo y el nivelde renta en las RMF, pero fracasaron a lahora de asegurar incrementos de laproductividad comparables con los de lasregiones más prósperas y, lo que es másimportante, no fueron capaces depotenciar un crecimiento autosostenidobasado en la movilización de los recursosy las interdependencias locales (puestoque favorecieron sectores no locales ydieron prioridad a empresas procedentesde fuera de estas regiones). La «terapiade mercado» ha amenazado conempeorar este resultado al reducir lastransferencias financieras que, como seha demostrado, constituían una fuentefundamental de ingresos y riqueza en lasRMF, al exponer la frágil base económicade estas regiones al gélido viento del libremercado en continuo crecimiento o de lacompetencia de otras zonas, y al fracasara la hora de invertir el flujo de salida delos factores productivos de las RMF (esdecir, existe una evidencia limitada deinversiones orientadas por los precios quehayan llevado a una especialización

regional en industrias relevantes). Enresumen, la elección se ha reducido aldesarrollo dependiente o al no desarrollo.

En parte debido a estos fallos, lascomunidades más innovadoras enmateria de política económica hancomenzado a explorar una terceraalternativa, inspirada en la experiencia delas regiones ricas caracterizadas porfuertes interdependencias locales (como,por ejemplo, los distritos industrialesitalianos, ciertas tec-nópolis o BadenWürttemberg). Esta alternativa se basa enla movilización del potencial endógeno delas RMF, mediante esfuerzosencaminados a mejorar la base para unaoferta local definida de forma más amplia,defendiendo la idea de que la «riqueza delas regiones» es la principal fuente dedesarrollo y renovación. No se trata de unplanteamiento respaldado por una teoríaeconómica coherente, ni existe unconsenso respecto a las medidaspolíticas necesarias. De hecho, susaxiomas contrastan fuertemente con laortodoxia política puesto que tiende afavorecer políticas aplicadas de abajo aarriba, específicas para cada región, amás largo plazo y basadas en unapluralidad de actores. Desde el punto devista conceptual, frente al individualismode la ortodoxia (es decir, el centralismodel homo oeconomicus), reconoce lasbases colectivas y sociales delcomportamiento económico y, por estarazón, podría ser descrita en cierto modocomo una perspectiva institucionalista deldesarrollo regional.

Este artículo pretende desarrollar estaperspectiva institucionalista, integrandodistintas líneas políticas sugeridas en la

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literatura y planteando nuevas vías deacción. Este nuevo planteamiento, másallá de su énfasis actual sobre lascomplementariedades entre las empresaslocales, las economías de asociación y losconocimientos implícitos, puede abrirnuevas y estimulantes oportunidades parala acción política a nivel local. Sinembargo, también plantea que el «nuevoregionalismo» será de escasa utilidad sino existe un apoyo macroeconómicosostenido a las regiones, especialmente através de transferencias financieras y derenta sólidas y de programasexpansionistas que impulsen uncrecimiento global a nivel nacional einternacional. En la primera parte de esteartículo se resumen los axiomas respectoa la acción y la gobernación1 económicaque surgen de la teorizaciónfundamentada en la economía y lasocioeconomía institucionales. Lasegunda parte analiza las aplicaciones delpensamiento institucio-nalista dentro delos estudios sobre desarrollo regionalpara explicar la importancia de laproximidad territorial para lacompetitividad. En parte, el propósito deestos dos apartados es demostrar que lasnuevas orientaciones para la políticaregional, descritas en la cuarta sección,no son generalizaciones ex-post basadasen la experiencia de un pequeño númerode regiones, sino propuestas ex-ante

1 «gobernación» es una traducción libre deltérmino anglosajón »governance», que en losúltimos años aparece asiduamente en la literaturapara referirse a nuevas formas de intervenciónpública, de gobierno (government) caracterizada poruna pluralidad de actores, sujetos, instituciones yorganizaciones que intervienen en la política. La«gobernación» implica la articulación de normas decomportamiento en relación con la acción colectivaasi como los principios para la asignación derecursos y los procedimientos de gestión en unacomuniddad. (Nota de la traductora).

basadas en unaconceptualización/abstracción particularde la economía y su territorialidad. Comotales, las medidas propuestas no sontoscas (y erróneas) traducciones deexperiencias locales singulares, niconstituyen una receta política puesto quelos axiomas abstractos nunca se reflejanen prácticas.

2. LA ECONOMÍAY EL GOBIERNO ECONÓMICOEN EL PLANTEAMIENTOINSTITUCIONAL

El desarrollo de la economíainstitucional y evolutiva se encuentraampliamente documentado en laactualidad (Samuels, 1995; Hodgson,1988, 1998; Metcalfe, 1998) como unarama de la sociología económica quesubraya la influencia de relacionessociales más amplias en la vidaeconómica (Ingham, 1996; Smelser ySwedberg, 1994). Ambas destacan laidea de que la vida económica es tanto deun proceso instituido como una actividadsocialmente enraizada y, por ello, sujeta aun contexto específico y con unatrayectoria dependiente en su evolución.Frente a los supuestos ortodoxos de quela economía está orientada hacia elequilibrio y centrada en el individuoracional o en reglas maquinales, laatención de esta perspectiva recae sobrelos procesos de institucionalización comoun medio de estabilizar e interpretar unaeconomía que, en esencia, carece deequilibrio y es imperfecta e irracional.

El objetivo aquí no es analizar elpensamiento económico institucionalistaen detalle, puesto que las hipótesis ya

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están perfectamente expuestas en otrosestudios. Mi objetivo es simplementeproporcionar una breve relación de lasinfluencias sobre el comportamientoeconómico que podrían considerarsecomo relevantes en el análisis de lasnuevas medidas necesarias parafomentar la prosperidad económicaregional. A este respecto, existen tresconjuntos de reflexiones que parecen serimportantes.

En primer lugar, de la sociologíaeconómica se puede extraer la idea deque los mercados se construyensocialmente (Bagnasco, 1988) y de que elcomportamiento económico se encuentrainscrito en redes de relacionesinterpersonales. Por lo tanto, losresultados económicos están claramenteinfluidos por ciertas propiedades de redcomo la dependencia mutua, la confianzay la cooperación, o sus opuestos,(Granovetter, 1985; Dore, 1983; Grabher,1993; Misztal, 1996; Fukuyama, 1995).Granovetter, por ejemplo, sugiere que lasredes formadas por relaciones débilespodrían ser más dinámicas que aquéllasdominadas por fuertes vínculos (e.g.,lealtad impuesta) o con fácil salida (e.g.,relaciones basadas en contratos). Lasrelaciones débiles ofrecen a los agenteseconómicos los beneficios de lacooperación y del acceso a un ambientevariado para el aprendizaje de nuevosconocimientos, mientras que los vínculosfuertes, como en muchas redescriminales, llevan consigo la amenaza deuna selección restringida y cerrada y laindependencia contractual plantea costesde investigación muy elevados. Además,la influencia creciente de la teoría de lasredes de agentes ha favorecido el estudiode sus capacidades al destacar la idea

de que las personas y los objetos soninseparables dentro de las mismas yproducen propiedades características queentrelazan agentes, culturasorganizativas, entornos de conocimientos,máquinas, textos y guiones (Callon, 1991;Latour, 1986).

Segundo, frente al análisis económicoestándar basado en el modelo del agenteracional, la psicología cognoscitiva yevolutiva (Cosmides y Tooby, 1994;Plotkin, 1994) y la tradición sobre elcomportamiento económico (Simon,1959) sugieren la idea de que las distintaslógicas red-agente producen diferentesformas de comportamiento y toma dedecisiones a nivel económico. Porejemplo, es probable que, ante losproblemas, una racionalidadinstrumentalista o sustantiva favorezcarespuestas reactivas, de acuerdo con uncomportamiento basado en seguir lasreglas. Este tipo de respuestas reactivaspodrían resultar adecuadas en entornosrelativamente estables y predecibles, perola lógica subyacente no está preparadapara un ambiente variable. Por elcontrario, una lógica procedimentalpersigue la adaptación al entorno, lo quepermite el desarrollo de habilidadesperceptivas y de planes cognoscitivosgeneralmente más complejos a la hora deresolver los problemas. Las redes deagentes cognoscitivos se comportan deforma intencionada, disponiendo deinformación y buscando solucionesbasadas en la percepción y conpropósitos concretos. Responden deforma heurística a la hora de satisfacersus objetivos. Por último, mientras que lasdos lógicas anteriores tienden a suponerun entorno invariable (lo que implicalargos procesos para solucionar

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los problemas), una lógica recursivafomenta el estudio de los mismos yasume que uno puede anticipar y, encierto grado, manipular el entorno a travésde procedimientos como el controlestratégico, los juegos experimentales, elaprendizaje en grupo, etc. (Delorme,1997). Esta lógica tiende a generar redesde agentes creativos capaces de moldearel entorno debido a su capacidad parapensar y actuar de forma estratégica ymultidimensional (Orillard, 1997). Porconsiguiente, las facultades creativas, deaprendizaje y adaptación de los agenteseconómicos dependen en gran medida delas lógicas predominantes en sus redes.

La tercera idea procede del recienteredescubrimiento de la «vieja» economíainstitucional (Hodgson, 1988 y 1998;Hogdson, Samuels y Tool, 1993) quesugiere que la economía se construye porel roce continuo de las fuerzas colectivas,lo que la convierte en un procesoinstituido, tal y como afirmaba Polanyi, yno en un sistema mecánico o en unconjunto de preferencias individuales.Estas fuerzas incluyen institucionesoficiales como las leyes, reglas yorganizaciones, así como institucionesinformales o implícitas como los hábitosindividuales, las rutinas de grupo y lasnormas y valores sociales. Todas estasinstituciones, al restringir el conjunto deposibilidades, garantizar el consenso y elentendimiento común y guiar las accionesindividuales, proporcionan estabilidad enel contexto económico real, caracterizadopor la existencia de informaciónasimétrica, incertidumbre en los mercadosy conocimientos limitados. Sin embargo,también atemperan, e incluso constriñen,

el desarrollo futuro. Su duración y suinfluencia sobre las acciones de losindividuos y de las redes confirman elreconocimiento de que la naturaleza de lavida económica depende de contextos ypautas y, desde el punto de vista de lagobernación, la idea de que la políticadebe considerar el amplio conjunto deinstituciones existentes más allá de losmercados, las empresas y los estadospara modificar la trayectoria económica.

De este pensamiento institucionalistase deriva una forma de entender laeconomía como algo más que unacolección de empresas y mercadosdirigidos por las preferencias racionales ypor un conjunto estándar de reglas. Enlugar de ello, la economía se concibecomo una composición de influenciascolectivas que conforman las acciones delos individuos y como una entidaddiversificada que sigue una trayectoriadependiente debido a las influenciasculturales y socio-institucionalesheredadas. A su vez, los supuestos sobreel comportamiento económico sonbastante diferentes de los que propone laortodoxia económica (e.g. racionalidadperfecta, hedonismo, reglas oficiales,etc.). De hecho, el peso explicativo recaeen la influencia de las institucionesoficiales y no oficiales, socialmenteconstruidas y sujetas a un lento cambioevolutivo; los valores y las lógicas deactuación ocultos tras las redes y lasinstituciones; la composición de las redesde asociación económica, especialmentepor lo que se refiere a la transmisión deinformación, conocimientos y aprendizajepara la adaptabilidad económica; y lasinstituciones intermedias entre

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el mercado y el estado que podríanconsiderarse como formas de acuerdorelativamente propositivas yparticipativas.

Sobre la base de estos principios,podemos empezar a derivar variosaxiomas generales para la gobernacióneconómica compatibles con la teoríainstitucionalista. Primero, se dapreferencia a medidas políticas diseñadaspara estimular las redes de asociación sonpreferibles a aquellas que se centran enagentes individuales. Segundo, unobjetivo de la actuación política podría serfomentar la aparición y participación delógicas de comportamiento procesales yrecursivas para garantizar una visiónestratégica e inducir al aprendizaje y laadaptación (Amin y Hausner, 1997).Tercero, se pone el acento en que lasmedidas políticas tengan en cuenta unamplio conjunto de organizaciones puestoque una gobernación económica eficaz seextiende más allá del alcance de lasinstituciones estatales y del mercado(Hirst, 1994). Cuarto, hacer hincapié enformas intermedias de gobernación quetiendan a construir una base institucionallocal amplia y densa (Amin y Thrift, 1995)capaz de incluir sistemas de apoyo a lasempresas, instituciones políticas y laciudadanía social. Y, finalmente, unaxioma institucionalista básico es que lassoluciones tienen que tener en cuenta elcontexto y ser sensibles a las trayectoriasde dependencia locales.

En la actualidad, los estudios sobredesarrollo regional comienzan a valorarestos axiomas respecto a la gobernacióny los conceptos subyacentes, lo que estallevando a nuevas implicaciones de

políticas, tal y como se muestra en lassiguientes secciones.

3. LA VUELTA AL ENFOQUEINSTITUCIONAL EN LOS ESTUDIOSSOBRE DESARROLLO REGIONAL

En los últimos años se haredescubierto la región como una fuenteimportante de ventajas comparativasdentro de una economía políticaglobalizadora (Scott, 1995; Cooke, 1997).Este redescubrimiento se basa, en parte,en estudios sobre el éxito de algunaseconomías regionales muy dinámicas yde los distritos industriales, que recurrenampliamente a los recursos locales parasu se desprenden claras ventajas localesen materia de competitividad. Sinembargo, las ideas de la teoría económicainstitucional, en especial las que ayudan aexplicar el interés de la proximidadterritorial para la organización económica,también han contribuido a fomentar esteinterés. Conviene destacar dos conceptos.

El primero de ellos, y quizás el máspróximo a la principal corrienteeconómica, se deriva del renovado interéspor la teoría del crecimiento endógeno, lacual reconoce las externalidadeseconómicas y los rendimientos crecientesa escala asociados al agrupamiento y laespecia-lización espacial (Krugman, 1995;Por-ter, 1994). Las zonas que seespecializan en industrias determinadas,así como sus proveedores y clientes, sebenefician de las economías de escalapropias de la agrupación y de las ventajascorrespondientes a la especialización. Laopinión de Krugman y Porter es que

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el agrupamiento espacial de industriasrelacionadas entre si, el trabajocualificado y las innovacionestecnológicas ofrecen algunas de lasclaves para el crecimiento y lacompetitividad, desde los rendimientoscrecientes, los reducidos costes detransacción y las ventajas asociadas a laproximidad y el intercambio entreempresas, hasta el know-howespecializado, las técnicas y el desarrollotecnológico.

Esta «nueva geografía económica»tiene una influencia cada vez mayor, yresulta, sin duda, atractiva ya queproporciona unas razones económicassólidas para la agrupación local dentro deuna economía globalizadora (costes detransacción reducidos, beneficios de laespecialización, externalidades, etc.). Sinembargo, falla a la hora de analizar deforma adecuada las razones de esasventajas locales (Martin y Sunley, 1996),las cuales, de acuerdo con el segundoconcepto, ampliamente desarrollado porlos geógrafos económicos, radican en elcarácter de los acuerdos sociales,culturales e institucionales locales. Demanera más específica, la economíainstitucional y evolutiva refuerza la idea deque los vínculos de proximidad yasociación constituyen una fuente deconocimientos y aprendizaje (Amin yThrift, 1995; Storper, 1997; Sunley, 1996).

Michael Storper (1997) sugiere que unacaracterística propia de las zonas en lasque la globalización es coherente con lalocalización de la actividad económica esla fuerza de sus «ventajas por relación» o«interdependencias no comerciales». Setrata de activos que no son comerciables,ni fácilmente sustituibles, puesto que

se desprenden de las propiedadessociales de las redes en que los agenteseconómicos están implicados. Entre ellosse incluye el conocimiento implícitoderivado de los intercambios cara a cara,las rutinas establecidas, las costumbres ylas normas, las convenciones localesrespecto a comunicación y relaciones, lanaturaleza de la reciprocidad y laconfianza dentro de los vínculos, etc.

Parece claro que estos factores tienenun impacto directo sobre el potencialcompetitivo de una región en la medidaen que forman parte del ambiente deaprendizaje para las empresas.Proporcionan el acceso diario a losrecursos fundamentales (información,conocimientos, tecnología, ideas,formación y técnicas), que se activan através de las redes de interdependencia yde entendimiento común que circundan alas empresas. Muchas de las ideas sobrelo que la literatura denomina regiones deaprendizaje (Cooke y Morgan, 1998),como Silicon Valley, Baden Württemberg olos distritos industriales italianos, procedendel análisis de las propiedades deaprendizaje de las redes de negocioslocales especializadas. De acuerdo conAnders Malmberg (1996), estas redes dereciprocidad, know-how compartido,difusión de las técnicas y sistemas deapoyo a la empresa son fuentes deaprendizaje, facilitado por ventajas talescomo un reducido oportunismo y unamutualidad inherente a las relaciones deinterdependencia.

Otros autores que observan diferenciasentre los conocimientos formales einformales de cara a la competitividadeconómica (e.g., Maskell et al.; 1998,Becattini y Rullani, 1993;

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Asheim, 1997; Nooteboom, 1996; Blanc ySierra, 1996) sugieren que la proximidadgeográfica desempeña un papel único enla consecución de ventajas informales.Por ejemplo, en Maskell et al. se afirmaque las vías implícitas de información yconocimientos pueden consolidarse mejora través del contacto cara a cara, no sólodebido a las ventajas de la proximidad encuanto a las transacciones, sino tambiénpor su fuerte dependencia de la confianzay del entendimiento mutuo, construidos, amenudo, alrededor de valores y culturascomunes. De igual forma, Becattini yRullani, Noteboom, y Asheim handistinguido entre conocimientoscodificados, como una característica deredes que se extienden más allá delámbito local (como, por ejemplo,laboratorios de l&D o cursos de formaciónde grandes corporaciones) y deinstituciones constituidas oficialmente(como viajes y cursos de negocios,instituciones de educación y formación oconocimiento científico impreso) yconocimientos no codificados (habilidadesy convenciones propias del lugar detrabajo) derivados de la «atmósferaindustrial» de cada zona. Todos estosautores parecen coincidir en la idea deque, en un mundo en el que se puedeacceder al conocimiento codificado cadavez mejor y en cualquier parte, elconocimiento no codificado, arraigado enlas relaciones de proximidad, representauna prima mayor a la hora de obtenerventajas competitivas debido a queresulta imposible su imitación.

Este interés por las ventajascomparativas derivadas de los entornosde aprendizaje cara a cara presentaalgunas limitaciones claras (Amin y

Cohendet, 1997). La primera es latendencia a ignorar que las relaciones deproximidad en los vínculos globales dereciprocidad como la redes decorporaciones transnacionales tambiénconstituyen una rica fuente deaprendizaje no oficial. Por otro lado, esteenfoque parece no apreciaradecuadamente el poder de los entornosorganizativos para combinar los frutos delconocimiento implícito con la ciencia y latecnología (por ejemplo, empresasrentables preocupadas por el diseño y lacalidad) y los habituales ahorros decostes de transacción asociados a sutamaño. Una tercera limitación es la faltade reconocimiento de los diversosresultados del aprendizaje posibles(Odgaard, 1998), influidos, en parte, porlas diferencias entre las lógicas red-agentes y los entornos cognoscitivos (porejemplo, grupos de trabajo de mejora delconocimiento a través de la confianza y lareciprocidad frente a redes en las que elaprendizaje se realiza por medio delanálisis de problemas y se basa en elconocimiento reflexivo). Por último, noresulta claro si la fuerza de las redesdinámicas se deriva de sus capacidadesde aprendizaje o de su habilidad paraanticipar los cambios y adaptarse(Hudson, 1996).

A pesar de estas limitaciones, losgeógrafos institucionalistas aportan unconocimiento de la proximidad territorialmucho más rico que el ofrecido por lateoría del crecimiento endógeno, la cualcontinúa haciendo hincapié en la bienconocida, aunque ya manida,acumulación de los factores. Laproximidad pasa a ser considerada deuna nueva manera que comprende losparámetros territoriales de las fuentes

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sociales e institucionales de la accióneconómica (Thrift y Olds, 1996; Barnes,1995). Esto incluye el poder de las lógicasy tradiciones de comportamiento locales,las propiedades de las redes de contactocara a cara y la calidad de lasinstituciones locales, las normas socialesy las convenciones. Con todo, a pesar delas claras diferencias, ambas corrientescomparten la idea de que lasconfiguraciones industriales a nivelregional, las características del lado de laoferta y los acuerdos institucionalesresultan fundamentales a la hora deasegurar el éxito económico en unaeconomía globalizadora caracterizada porun aumento de los flujos transnacionalesde los factores productivos y por unaorganización industrial y financiera a nivelglobal.

4. ORIENTACIONES PARA LAPOLÍTICA REGIONAL

Estas dos formas de definir el nuevoregionalismo implican medidas prácticasque trascienden los límites de lasiniciativas tradicionales en materia dedesarrollo económico local. El interésrecaería en la construcción de la riquezade las regiones (no de las empresasindividuales), y en la mejora de la baseeconómica, institucional y social comocondición previa para el éxito empresarial.De esta forma, el esfuerzo local podríacentrarse en el desarrollo por el lado de laoferta (técnicas de educación, innovacióny comunicaciones) y de la baseinstitucional (desde agencias dedesarrollo hasta organizacionesempresariales y representación políticaautónoma) para construir ubicacionesconcretas en puntos representativos o

centros de ventaja competitiva dentro lascadenas globales de valor. Además, deacuerdo con la corriente que estudia elnuevo regionalismo fundamentado en lasrelaciones, debería prestarse atención ala naturaleza de las dependencias entrelas empresas y las lógicas decomportamiento que permiten la apariciónde ventajas locales (por ejemplo, vínculosabiertos, toma de decisiones interactiva oconocimiento recursivo).

Desde mi punto de vista, hay cuatronuevas áreas de acción que se derivande la perspectiva de la «riqueza de lasregiones». Desearía resaltar que lasrecomendaciones propuestas no deberíanseguirse al pie de la letra, tan sóloconstituyen unas indicaciones que lospolíticos tendrían que tener en cuenta enla elaboración de soluciones prácticaspara fomentar el crecimiento endógenoregional.

4.1. La construcción de clusters yeconomías locales de asociación

La experiencia de algunas de laseconomías europeas más dinámicasmuestra que las mejoras de caráctergenérico por el lado de la oferta (como,por ejemplo, la creación de sistemasavanzados de transporte ycomunicaciones o la provisión deformación especializada), aunquedeseables, no son suficientes paraasegurar la competitividad económicaregional. En su lugar, se observa que, enpaíses pequeños como Dinamarca y eneconomías regionales con éxito comoEmilia-Romagna, Baden Württemberg oCataluña, la acción política se estácentrando cada vez más en el apoyo a

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grupos de industrias interrelacionadas,que tienen fuertes raíces en lascapacidades y posibilidades de la región.Esto contribuye no sólo a asegurar unaventaja competitiva internacionalsignificativa, sino también a conseguir losbeneficios de la especialización local en lacadena de oferta. Dentro de estosprogramas cluster tienden a integrarse lasiniciativas específicas para las empresas,tales como los programas de desarrollode la pequeña empresa o los incentivospara atraer a inversores internos, conobjeto de construir un sistema deinterdependencias locales. El apoyoinstitucional, en forma de transferenciastecnológicas, formación y educación,acceso a servicios para los productores,como información de mercado oinnovación empresarial, y financiación,suele ser específico para cada sector, conlo que la ayuda puede dirigirse aempresas de un cluster o grupo concreto.

Por otro lado, se está prestando unaatención considerable a la creación deeconomías de asociación dentro de losgrupos. Para ello, se podría intentarmejorar la cultura de innovación en lasempresas, fomentando el diálogo social yel aprendizaje basado en el conocimientocompartido y en el intercambio deinformación. Podrían incluirse iniciativaspara estimular el intercambio entre lasempresas y la reciprocidad, a través deprogramas para vincular a comprador yvendedor, incentivos a la unión derecursos, proyectos conjuntos,especialización de tareas, etc. Por último,para maximizar la eficiencia de losrecursos colectivos, se podría realizar unesfuerzo consciente por establecer uncontacto entre las organizaciones propias-

de cada sector (como asociacionescomerciales y centros de serviciossectoriales) y otras organizaciones deapoyo (como grupos de presión degrandes y pequeñas empresas,sindicatos, cámaras de comercio,autoridades locales y agencias dedesarrollo regional). La constitución deeconomías de asociación, de acuerdo conestas líneas de actuación, ayudaría a lasregiones a consolidar los vínculos localesy a fomentar la creación y la mejoracontinua de capacidad dentro de lasredes sectoriales de interdependenciahorizontal y vertical.

En la actualidad, los programas clusterya no parecen constituir una novedaddentro de la política regional. De hecho,de acuerdo con la espectacular traducciónde las ideas de Michael Porter enactuación política a través de su famosogrupo consultor Monitor, la mayoría de lasregiones parecen aplicar algún programade este tipo. E, irónicamente, en contradel planteamiento específico propuestopor la corriente institucionalista, latendencia más habitual ha sido copiar laexperiencia de las regiones exitosas o delmanual de algún «experto», en lugar deseleccionar grupos industriales localmentesensibles. Los programas cluster se hanconvertido en un mantra tan repetidocomo los paquetes de incentivosaplicados por la política regional anterior(Enright, 1998). Muy pocas regiones hanintentado desarrollar estrategiasindustriales propias basadas en unaevaluación profunda de lasespecificidades institucionales y culturaleslocales. En cierta forma, este falloprocede de la incapacidad de lacomunidad política para reconocer la

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posición central de influencias «másflexibles», como las tres que se proponena continuación.

4.2. Aprendiendo a aprendery a adaptarse

El enfoque geográfico del nuevoregionalismo resalta la idea de que elaprendizaje constituye un elementofundamental para la competitividaddinámica. De hecho, se considera queregiones económicamente prósperas sonregiones de «aprendizaje» o«inteligentes» (Cooke y Morgan, 1998).Su capacidad para adaptarse a sectoresconcretos y su capacidad para anticiparlas nuevas oportunidades industriales ycomerciales en su estadio inicial lespermiten desarrollar y retener su ventajacompetitiva sobre el conjunto deposibilidades existentes y futuras. Sufuerza reside en su habilidad para«aprender a aprender» (Hudson, 1996).Por el contrario, un gran número deregiones menos favorecidas sufre elproblema del bloqueo industrial einstitucional y reaccionan de formainstintiva a la hora de adaptarse a suentorno económico, con lo queimposibilitan la formación de una culturadel aprendizaje.

Desde el punto de vista político, resultamolesta la ausencia de criterios admitidosrespecto a los factores que contribuyen alaprendizaje y adaptabilidad de unaregión. Sin embargo, algunos de estosfactores podrían percibirse a través de lamera observación de las regionesrelevantes. Un factor obvio seríasimplemente la cantidad y densidad depersonas e instituciones «inteligentes», el

cual se vería reflejado en el perfilprofesional y la cualificación del mercadolaboral, el volumen y la calidad de laformación y la educación a lo largo detodos los niveles, la profundidad delvínculo entre escuelas, universidades eindustria, la calidad y diversidad de lainvestigación, la base científica ytecnológica y la disponibilidad de centrosintermedios de información entre losagentes económicos y su entorno (porejemplo, medios de comunicacióncomerciales, ferias de comercio oagencias de servicio empresarial), queson fuentes esenciales de informacióncodificada propia del medio regional.Muchas de las regiones menosfavorecidas carecen de la mayoría deestos elementos y, a menudo, aplicanpolíticas encaminadas a la producción debaja cualificación y formación o aaventuras dispares, tales como laexpansión de la universidad, los parquescientíficos y los programas de formación,que fracasan a la hora de construir lasconexiones necesarias.

Otra fuente importante de aprendizajey adaptación, menos obvia, es la calidadde los vínculos derivados de laseconomías de asociación, por su impactosobre la circulación de informacióninformal, innovación y conocimientos. Lasredes de asociación dentro de laeconomía facilitan, gracias a lainteracción social, la transmisión de lainformación y de las habilidades y lasposibilidades de innovación económica.Por supuesto, siempre existe el peligro deque los vínculos sean realmentedemasiado fuertes y permanentes comopara imposibilitar la renovación y lainnovación al fomentar el bloqueo de lared y un comportamiento de referencias

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propias (Grabher y Stark, 1997). Por otrolado, en contextos en los que los agenteseconómicos tienen la opción de participaren diversas redes que compitenbasándose en relaciones recíprocas yvínculos débiles, a menudo a través deintermediarios independientes, seincrementan las posibilidades deaprendizaje mediante la interacción. Nosólo aumenta la variedad del entorno deselección para las opciones, sino ademásel potencial para la comprensión y laadaptación gracias a las relaciones yobligaciones que vinculan a los agenteseconómicos, lo que, en última instancia,conduce a culturas con redes enpermanente innovación. Por lo que a estose refiere, el desafío político para lasregiones menos favorecidas es encontraruna forma de sustituir sus relacionestradicionales de jerarquía y dependencia(grandes empresas, provisión estatal,conexiones familiares) por vínculos dereciprocidad entre los agenteseconómicos y las instituciones.

En tercer lugar, tal y como hemencionado con anterioridad, losinvestigadores han comenzado a apreciarla conexión existente entre racionalidadesde actuación y potencial de adaptación.Se podría observar que la lógicasustantiva, basada en reglas, quefomenta la reacción como respuesta alentorno exterior, resulta poco apropiadapara el aprendizaje y la adaptación. Porotro lado, la lógica procesal, basada en lainterpretación cognoscitiva y conductivapor parte de los agentes económicos delentorno exterior, potencia un mayor ajustey una mejor adaptación. A su vez, unalógica reflexiva, que implica uncomportamiento estratégico y de control

sobre los objetivos (Sabel, 1994),favorece la anticipación experimental y laaplicación de medidas que pretendenmoldear el entorno exterior. En resumen,el marco cognoscitivo de actores einstituciones regionales es la fuentecentral del aprendizaje. La cultura de lasórdenes y la jerarquía que impera enmuchas de las regiones menosfavorecidas ha impedido la formación deuna cultura reflexiva entre la mayoría desus instituciones económicas y, comoconsecuencia, ha desincentivado eldesarrollo de las lógicas asociadas a laadaptación y el aprendizaje. La atenciónde las políticas debe centrarse en lanaturaleza de las lógicas de los agentes ylas culturas organizativas y directivas quecirculan dentro de las institucionesdominantes de una región. Condemasiada frecuencia, las medidaspolíticas han intentado introducir nuevosjugadores e instituciones en una regiónsin tener en cuenta la «mentalidad»dominante y sus efectos sobre elaprendizaje y la adaptación.

La capacidad para cambiar radica deforma fundamental en la habilidad de lasredes de agentes para desarrollar lafacultad de mirar al exterior y manteneruna cultura de gestión estratégica y unacoordinación que permitan prever lasoportunidades y garantizar una respuestarápida, aunque esto rara vez ha sidocapitalizado por la clase política. Elelemento clave es la capacidad paraevolucionar y adaptarse (Amin y Hausner,1997). Para fomentar este aspecto habríaque dirigir los esfuerzos hacia laidentificación de las fuentes potencialesde los comportamientos alternativoscomo, por ejemplo, la conservación de

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diversas competencias (e.g., las técnicasredundantes y la falta de actividadindustrial, véase Grabhner y Stark, 1997),el alcance de los grupos subalternos a lahora de romper el dominio de intereseshegemónicos que prefieren mantener elpasado, la apertura de las organizacionesa las influencias exteriores e interiores, elámbito para la adopción de decisionesestratégicas mediante la interacción entreel entorno y los agentes, y el fomento deuna diversidad de conocimientos,aptitudes y capacidades, de tal forma queno se pierdan las nuevas habilidades.

4.3. Ampliando la base institucionallocal

En este último punto se muestra lanecesidad de amplios cambiosinstitucionales para abordar losimpedimentos a la renovación económica,enraizados en el aparato institucional. Enparte como reconocimiento a esteproblema, se observa cada vez un mayorconsenso respecto a la idea de que laconstrucción de las regiones deberealizarse mediante la consecución depoder y capacidad políticaindependientes. En la Unión Europea,esta idea subyace en el corazón deldiscurso sobre la «Europa de lasregiones» y ha supuesto un fuerterespaldo a la autonomía fiscal y financieralocal, así como a la ampliación de lospoderes de los gobiernos locales y alfortalecimiento de las asambleas yparlamentos regionales. Por lo que serefiere al desarrollo económico, habríaque añadir que el poder político facilita laformación de una comunidad capaz detomar y aplicar sus propias decisiones

para desarrollar y mantener una agendaeconómica.

Sin embargo, la perspectivainstitucionalista sugiere que laconstrucción de las regiones no puedelimitarse simplemente a asegurar laautonomía política regional. Quién y cómotoma las decisiones son cuestiones deimportancia. Recordemos dos de losaxiomas del gobierno institucionalista, eldeseo de que las decisiones se adopten através de asociaciones representativasindependientes y la superioridad delproceso participativo en la toma dedecisiones. Por consiguiente, el desafío alque se enfrentan las regiones es el deencontrar vías para desarrollar un ámbitopluralista e interactivo que permita ambosaxiomas y un conjunto considerablementemás amplio de instituciones no estatales.Constituiría un grave error que la reformainstitucional regional se convirtiese en unamera sustitución del gobierno por unestado central con un corporativismoregional que tan sólo implicase a unapequeña elite formada por las oficinasgubernamentales regionales, lasautoridades locales, las agencias dedesarrollo, los líderes empresariales y,quizás, incluso alcaldes ejerciendopoderes extraordinarios.

El gobierno siempre ha estado enmanos de coaliciones de la elite, enespecial en regiones con un débildesarrollo institucionalista, y la esclerosisinstitucional resultante ha constituido unafuente de fracasos económicos, debido albloqueo de la innovación y a unadispersión de los recursos y lasoportunidades. En una economía queexperimenta una globalización cada vez

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mayor, estas elites y sus líderescarismáticos pueden ayudar, sin duda, alas regiones a conseguir influencia en lasorganizaciones nacionales einternacionales (como la ComisiónEuropea o las corporacionestransnacionales), sin embargo, pocopueden aportar en la transición hacia unproceso de desarrollo regional basado enel desbloqueo del potencial local oculto.Por esta razón, es esencial que estosagentes regionales se cuestionen si susprocesos de decisión constituyen unobstáculo para la renovación institucional,para pasar de una cultura de jerarquías ysujeta a las reglas a una culturacaracterizada por la transparenciainformativa y un sistema de toma dedecisiones consultivo e inclusivo y unconjunto de estrategias basadas en uncontrol reflexivo de los objetivos.

En el ámbito de la actividad estatallocal, estas reflexiones podrían llevar anovedosas prácticas institucionales. Porejemplo, las autoridades regionales, en subúsqueda de ideas innovadoras o depotencial sin reconocer, podrían ampliarel proceso de toma de decisiones másallá de los políticos profesionales ycomprometer, quizás mediante comitésde especialistas, a expertos yrepresentantes de algunos grupos cívicosy profesionales que conforman lasociedad local. Además, el principio deaprendizaje a través de la inclusión social,si se toma en serio, podría suponer unafuerza importante para la incorporaciónde las minorías y los intereses excluidos.A su vez, habría que prestar una atenciónespecial a la forma en que se dirige elproceso para permitir un debate amplio ycorrecto y fomentar el potencial para

tomar decisiones creativas, la habilitaciónde las fuerzas en desventaja y lainteracción abierta y transparente con elpúblico y otras institucionesrepresentativas.

En el fondo, el proceso de reformainstitucional debe ir más allá de ladescentralización y democratización delas organizaciones oficiales de unaregión. En muchas de las regionesprósperas de Europa se observa laexistencia de una política participativa,una ciudadanía activa, un orgullo cívico yuna intensa institucionalización de losintereses colectivos; se trata de regionesen las que se ha devuelto el arte degobernar a la sociedad. El asociacionismoforma parte de la vida diaria de loshabitantes, la política es objeto dedebates, se evalúa la actuación de loslíderes y las autoridades públicas, elespacio público se considera un lugarcomún y se respira una sólida cultura deautonomía y autogobierno en la sociedadlocal. En estas regiones se hadesarrollado el «capital social», deacuerdo con las palabras de RobertPutnam (1993), lo cual sirve paragarantizar muchos beneficioseconómicos, tales como la eficiencia delsector público en la provisión de servicios,la autonomía y las iniciativas cívicas entodas las áreas de la vida social yeconómica, una cultura de reciprocidad yconfianza que facilita la economía deasociación, la contención de los gravescostes que suponen los conflictos y laruptura social, y el potencial para lainnovación económica y la creatividadfundamentado en la confianza social y enla propia capacidad.

Las regiones menos favorecidas seenfrentan a una tarea ingente, aunque

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no imposible, a la hora de reconstruir elcapital social local, dañado por décadasde dificultades económicas, dependenciaestatal, dominio de la elite, etc. Podríanllevarse a cabo algunos planes queservirían de catalizador, centrados enproyectos populares que restaurasen elorgullo local (como festivales,recuperación de los espacios públicoslocales o transporte público barato yeficiente), programas de desarrollo para lacomunidad, sistemas que impliquen laparticipación pública, inversiones eninfraestructuras sociales, programas deeducación cívica e iniciativas en lascomunidades marginales destinadas arestituir la confianza y la capacidad. Setrata de proyectos que requierenimplicación e imaginación públicas, lo queconstituye un paso, pequeño peronecesario, hacia la reconstrucción de lasidentidades cívicas dañadas.

4.4. La transición hacia la economíasocial

El análisis anterior sugiere que unacultura regional de inclusión y habilitaciónsocial podría fomentar la creatividadeconómica al permitir a los diversosgrupos sociales y a los individuos darsecuenta de su propio potencial. Estorefuerza la idea de que las políticas paraestimular el empresariado regionaldeberían reconocer, aunque puedaparecer extraño, la relevancia de lasmedidas destinadas a combatir laexclusión social en este proceso. Esteaspecto resulta especialmente importanteen el caso de regiones azotadas porproblemas de desempleo estructuralpermanente y con un empresariado

en un estadio rudimentario, queconstituyen una seria restricción a larenovación económica. En estasregiones, la gravedad y alcance deldesempleo y la tendencia al crecimientoeconómico sin crear nuevos puestos detrabajo hacen improbable la consecucióndel pleno empleo a través del incrementode la competitividad económica regional(por ejemplo, a través de la mejoraindustrial, clusters y economías deasociación).

Se requiere una acción más directapara estimular la creación de empleo,como catalizador para la construcción deuna economía social capaz de generartécnicas, habilidades y capacidades. Laacción implicaría programas activos en elmercado laboral encaminados a lareintegración de grupos socialesespecialmente vulnerables, como losjóvenes, los trabajadores de bajacualificación o las minorías étnicas.Podría incluir también un esfuerzocontinuado por monitorizar y comprenderla economía no oficial, tal vez esperandomejoras en las conductas empresariales acambio de apoyos políticos que lasempresas al margen de la legalidadpodrían encontrar aceptables. Porejemplo, en las regiones en las que laeconomía del taller informal prospera sepodría considerar la posibilidad deproporcionar a las empresas el acceso apréstamos puente y serviciosespecializados para ayudarles a mejorary, a través de este proceso, introducirseen la economía oficial.

Una innovación política interesantedentro de la Unión Europea es laexperimentación con la economía socialcomo una fuente de renovación local. En

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países como Alemania, Francia, Bélgica,Holanda, Italia e Irlanda existe un apoyopolítico y público creciente (subsidios yayudas indirectas tales como formación,legislación y servicios especializados) aproyectos comunitarios desarrollados porel tercer sector que implican a gruposmarginales, bien como proveedores biencomo usuarios de servicios socialmenteútiles. Dentro de este ámbito se incluiríanlas ayudas a un grupo de la comunidadque emplease a personas noescolarizadas para ofrecer vivienda apersonas con rentas bajas o lassubvenciones a una cooperativa quecontratase a parados de larga duraciónpara proporcionar atención doméstica otransporte a las personas ancianas. Enotras palabras, la batalla contra laexclusión social se está combinando conreformas en el estado del bienestarencaminadas a la construcción de unaesfera económica intermedia que sirvapara satisfacer necesidades localesreales. A su vez, esta esferafundamentada en formas de intercambiomonetarias y no monetarias (por ejemplo,vales o servicios en especie) constituyeuna fuente de empleo y de empresariadoen «mercados» que presentan un interéslimitado para las organizaciones estatalesy las empresas del sector privado. A largoplazo, esto se revela como una fuentevital para el desbloqueo de la confianzasocial y la creatividad entre los excluidos.

La consecuencia en materia depolíticas es que las regiones debenincorporar un programa de economíasocial en su proceso de mejora de lacompetitividad económica regional. Sinembargo, es esencial que, por las

razones expuestas en la sección anterior,el apoyo se realice con una leveintervención gubernamental y un amplioacuerdo con los agentes locales. Porejemplo, las «comisiones de inclusiónsocial», de una ciudad o región, podríanestablecerse bajo una presidencia elegidadentro de un amplio grupo de miembrosde las principales organizaciones locales.Las comisiones controlarían lasnecesidades locales, propondrían formasde actuar, pedirían y considerarían lassolicitudes de fondos, trabajarían con lasautoridades locales y otros grupos deinterés económico, etc. El papelreservado a las autoridades locales y algobierno central sería el de facilitar,proporcionando, por ejemplo, recursos ylegislación, pero sin inmiscuirsedirectamente en las prioridades yproyectos locales.

5. CONCLUSIONES: VUELTA ALA MACROECONOMÍA

El nuevo regionalismo ofrece unasolución basada en la movilización de losrecursos locales, aunque aplicando, sinduda, una definición muy amplia de lo queconstituye la economía y la actividadeconómica. De hecho, se trata de unplanteamiento que abarca desde unanueva política industrial y la elaboraciónde proyectos de consolidación de laseconomías locales de asociación hasta laadopción de medidas encaminadas amejorar el poder de reflexión institucional,el potencial de aprendizaje y lacreatividad social. La agendainstitucionalista desafía al programapolítico heredado en tres frentes: primero,

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confía en medidas evolutivas a largoplazo, que tienden a prolongarse más alláde las planificaciones habituales y de losciclos electorales; segundo, proponenuevas lógicas para reemplazar la fe enfórmulas estandarizadas aplicadas deforma mecánica por una comunidadpolítica irreflexiva; y, tercero, cuenta conque los agentes políticos amplíenconsiderablemente su perspectivarespecto a los factores que influyen en eléxito económico.

Hasta cierto punto, el interés mostradopor las soluciones regionales endógenasse ha visto forzado por el consenso,desagradablemente persuasivo, existenteentre la comunidad política en cuanto alrechazo neoliberal hacia las actuacionesmacroeconómicas en favor de lasregiones menos favorecidas que podríanponer trabas a las fuerzas del mercado.De hecho, en estos momentos puedeencontrarse poco apoyo para, porejemplo, políticas monetarias o préstamosotorgados por sus efectos regionalessobre la demanda o el empresariado, opara medidas de política de lacompetencia que puedan impedir unafusión o una adquisición que resultasedañina para una RMF. Dentro de la esferapolítica, existe un consenso cada vezmayor respecto a que la competitividadregional y nacional es la única vía paraconseguir la prosperidad, y que lasmedidas redistributivas no bastan por sísolas.

Esta es una postura arriesgada, nosólo debido al axioma institucionalista deque la acción debe ser un instrumento alargo plazo, relevante dentro del contexto.Las orientaciones políticas propuestas eneste artículo no son aplicables de forma

universal a todo tipo de regiones y, dondelo son, requieren cierto tiempo para supuesta en marcha. Estas orientacionesson especialmente apropiadas pararegiones que presentan ciertosimpedimentos a la renovación económica:un tejido empresarial frágil, el dominiodetentado por empresas de propiedad ocontrol exterior con bajos niveles deintegración económica local, restriccionesa la diversificación, la innovación y lacapacidad de aprendizaje y dependenciadel estado y bloqueo institucional. Setrata de problemas propios de viejasregiones industriales y de su legadoinstitucional característico. Las regionesrurales retrasadas se enfrentan a unasdificultades completamente diferentes;además, su base institucional podría estarmenos preparada para experimentar conagrupaciones industriales basadas en elaprendizaje y con un comportamientoinstitucional reflexivo con control de losobjetivos. En resumen, esteplanteamiento podría no estar al alcancede todas las regiones debido a lasrestricciones de contexto y de tiempo.

Por esta razón, es esencial que unenfoque basado en la movilización de lariqueza de las regiones no degenere enun sentimiento localista. Existe el riesgode que la vuelta al pensamiento y a lapráctica regional desemboque en unoptimismo colectivo centrado en lacreencia de que las capacidades localespodrían ser suficientes para estableceruna posición privilegiada dentro de lasredes locales. Hay dos errores en estesupuesto. Primero, tal y como afirma RayHudson (1996), inspirándose en elejemplo de regiones que alguna vezfueron prósperas y también regiones

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de aprendizaje, la falta de control sobre lacomunicación interior puede acabarreforzando fácilmente, por medio delbloqueo institucional, trayectorias dedependencia de modelos pocoapropiadas para las nuevascircunstancias económicas. Segundo, ycomo consecuencia, el factor crítico parael éxito económico no es la existencia derelaciones locales de asociación y deavance institucional, sino la capacidad dela zona para anticiparse y responder a loscambios en las circunstancias externas.En consecuencia, la gestión de unasconexiones regionales más amplias es demayor importancia que sus cualidadesintrínsecas por el lado de la oferta.

Hasta cierto punto, son los agentes noregionales, en especial el gobierno, losresponsables de gestionar esta conexiónde mayor rango. Ninguna construcciónregional imaginativa será capaz desostener una espiral de crecimientoeconómico endógeno sin la existencia deun marco macroeconómico propicio. Lacompetencia entre las regiones en unaEuropa en recesión y dominada porpolíticas macroeconómicas restrictivascontinuará favoreciendo a las regionesmás prósperas. Por consiguiente, hay quehacer algo para garantizar a las regionesmenos favorecidas el tiempo y losrecursos suficientes como para llevar acabo las reformas pertinentes. En lahistoria reciente de la UE, y de otrasconfederaciones regionales, se observaun compromiso excesivo en los paísesmiembros con la prudenciamacroeconómica —desde la estabilidadmonetaria hasta un gasto públicoreducido— lo que dificulta la manipulaciónde las reglas en favor de las RMF. Por

ejemplo, es probable que los programasde gasto destinados a las RMF seanbloqueados debido a que generan déficito inflación.

Sin embargo, dados los elevadosniveles de desempleo que presenta laeconomía europea, resulta imprescindibledarle un fuerte empuje expansionista.Históricamente, los gobiernos hanaplicado programas Keynesianos derecuperación, dirigidos a la demanda,financiando obras públicas y programasde infraestructuras y reduciendo lasrestricciones de inversión y crédito, paraestimular el gasto y, en consecuencia, laexpansión industrial. Si se controlan concuidado los potenciales resultadosinflacionistas, no existe razón alguna porla que no sea posible la expansióncontrolada de la economía de acuerdocon estas líneas de acción. Sin ello, laredistribución del trabajo y de lasoportunidades económicas puede tenerpoco alcance.

En segundo lugar, la seguridadfinanciera regional, deslindada de loscaprichos ideológicos de los gobiernoscentrales, necesita afirmarse a través delos estados miembros para asignaradecuadamente los recursos según lasprioridades políticas y satisfacer lasnecesidades de renta y bienestar de lapoblación local. Esto podría significar darun paso tan atrevido como lastransferencias fiscales automáticas a lasregiones de acuerdo con los ingresoslocales. De este modo, los ingresosfiscales obtenidos, por ejemplo, a nivel dela UE pueden ser redirigidos automática ycontinuamente hacia las regiones. Estesistema fiscal regionalmente equitativoaseguraría que las regiones menos

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favorecidas fuesen compensadas por suincapacidad para generar unos ingresosfiscales locales tan elevados como lasmás prósperas.

Estas son sugerencias controvertidasque requieren un mayor debate. Sin

embargo, la razón de plantearlas aquí esque, en ausencia de un entornomacroeconómico propicio, pareceirresponsable pedir a las regiones que seembarquen en una revisión amplia y delargo plazo con el objeto de definir unavía endógena hacia la prosperidad.

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