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    El valor indicador de los topnimos. El caso de la voz berrocaly sus variantes

    Boletn de la Asociacin de Gegrafos Espaoles N. 56 - 2011

    Boletn de la Asociacin de Gegrafos Espaoles N. 56 - 2011, pgs. 59-77

    I.S.S.N.: 0212-9426

    EL VALOR INDICADOR DE LOS TOPNIMOS. ELCASO DE LA VOZ BERROCALY SUS VARIANTES

    Jos Manuel Llorente PintoDepartamento de Geografa. Universidad de Salamanca

    RESUMEN

    En este artculo se discute hasta qu punto los topnimos responden a la realidad quedescriben. Para eso se ha utilizado el caso del topnimo berrocal y sus variantes, por sernombres de lugar que presentan una distribucin claramente concentrada en el territoriopeninsular. Se concluye que en un tercio de las ocasiones los topnimos de este tipo no seadecuan a la realidad.

    Palabras clave: topnimos, berrocal, granitoides, pennsula ibrica.

    ABSTRACT

    This article discusses how place names correspond to the reality they describe. For thatwe have used the case of the name and its variants berrocal, a toponym that clearly showeda distribution concentrated in the Iberian Peninsula. It is concluded that one third of cases thenames of this type do not conform to reality.

    Key words:toponyms, berrocal, granitoids, iberian peninsula.

    I. INTRODUCCIN

    Ha sido muy habitual en el anlisis geogrfico recurrir a los topnimos como un elementoque puede proporcionar informacin relevante, aunque sea preliminar, sobre una zona deestudio, o dar al menos pistas que despus deben ser corroboradas con tareas que exigen

    Fecha de recepcin: enero 2010.Fecha de aceptacin: mayo 2011.

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    un enfoque de otro tipo. Seguramente muchos recuerdan, por ejemplo, el uso intensivo quese haca en los comentarios de los mapas topogrficos de este tipo de herramientas, que sepodran denominar hermenuticas1.

    Con frecuencia se sola conceder a los topnimos un valor como indicadores prc-ticamente incontrovertible, lo que no parece congruente con el carcter de los propiosnombres de lugar, que no siempre responden por diversas razones a la precisin califi-cativa que a veces nos hemos empeado en adjudicarles; las etimologas populares, losprstamos, la metonimia, los calcos, los procesos analgicos y, ms modernamente, lamoda por utilizar en los neotopnimos nombres sonoros, a veces sometidos a la moda delhipercasticismo, y probablemente evocadores pero alejados de las condiciones o caracte-rsticas del territorio que nombran pueden conducir a que nos encontremos con desajusteso sorpresas.

    En efecto, aunque la generacin de topnimos es un proceso continuo, la situacin actualse caracteriza por nuevas maneras de generar esos nombres de lugar, en las que el consensosocial cada vez es menos protagonista, ya que frecuentemente son las empresas promotorasde urbanizaciones o de otras infraestructuras junto con las instituciones pblicas las queimponen los nombres, a veces con evidente descuido respecto del patrimonio toponmicoo con desprecio por el propio idioma; y as no es infrecuente que los nuevos nombres noencajen con el paisaje de la zona, en una suerte de anacronismo geogrfico que no dejade ser trgico a pesar de lo cmico que resulta2. En cualquier caso, si esto es moda actual,no podemos descartar que en el pasado se hayan producido situaciones de diverso tipo quehayan conducido a alguna modalidad de mistificacin.

    En los ltimos aos la atencin a la toponimia hecha desde las preocupaciones de losgegrafos ha crecido notablemente despus de unos aos en los que esta tradicin parecadeclinar, refugiada en la erudicin de algunos profesores o en determinados tpicos utiliza-dos a veces sin demasiado espritu crtico. La orientacin de estos trabajos es muy variada(Tort Donada, 2001), pero en ellos solemos encontrar enfoques slidos claramente alejadosde lo anecdtico y comprometidos con la idea de que el anlisis toponmico debe tener tam-bin una base territorial.

    Pues bien este trabajo pretende contribuir a estos esfuerzos renovadores desde la idea deque el valor indicador de los topnimos no es absoluto. En consecuencia la modesta preten-sin de estas pginas consiste justamente en verificar hasta qu punto los nombres que se uti-lizan para designar pueblos, pagos, montes y llanuras, arroyos y fincas tienen ese valor comoeficaces indicadores de determinadas caractersticas del medio o de otras circunstancias.

    Y para ello hemos elegido una familia de topnimos: la relacionada con el sustantivoberrocal. La eleccin obviamente no ha sido casual, sino que al menos dos razones estn

    1 A este respecto podemos citar un libro ya clsico a este respecto: el de R. Puyol y J. Estbanez sobre elmapa topogrfico; en este libro y en la pgina 87 se hacen algunos comentarios sobre la toponimia y se mencionaexplcitamente como topnimos que hacen referencia a aspectos litolgicos a berrocal y berrueco (Puyol, yEstbanez, 1978).

    2 El mrketing urbano est detrs de muchos neotopnimos, que se adoptan por razones obvias de promo-cin comercial que son, tambin en la actualidad, el fundamento de la nueva toponimia de marketing o toponimiaverde. Es propia de urbanizaciones o espacios resultantes de planes parciales, e insiste en dos motivos principalesentendidos como sinnimos de calidad, bienestar y desarrollo: el disfrute de la naturaleza y la pertenencia a laComunidad Europea (Tom Fernndez, 2006, p. 278).

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    detrs de la misma. Por un lado el hecho de que se trate al menos en teora de un ape-lativo que hace referencia a una combinacin litolgica y morfolgica poco equvoca, con-sagrado adems en el habla acadmica3. El que hace tiempo advirtiera que algnBerrocalque designaba a un municipio no se encontraba sobre terreno grantico o afn, tratndoseadems de una denominacin antigua, fue la segunda razn que aviv nuestra curiosidad.

    Ms all de la pertinencia mayor o menor de las definiciones a las que hemos pasadorevista en la nota n 3, aparecen consideraciones convergentes que nos permitiran preci-sar qu se puede entender por berruecoy por berrocal. En primer lugar parece claro queberrueco tiene un carcter singular tanto en el sentido de que parece referirse a un mbitobastante delimitado como por el hecho de que topogrficamente se presenta como un hito.Berrocal, por su parte, es un sustantivo colectivo con el que se designa a un paisaje de exten-sin variable caracterizado por la presencia de bolos granticos en formaciones ms o menoscaticas4. En ambos casos se trata de afloramientos rocosos labrados sobre granitos latosensu, es decir, incluyendo a granitos propiamente dichos y a granitoides.

    En definitiva, la hiptesis de partida consiste en considerar si esta familia de topnimosrefleja con una fidelidad razonable la realidad litolgica, morfolgica o paisajstica de laque acabamos de hablar. Obviamente resulta complicado con carcter general contrastarlos aspectos morfolgicos, pero no vamos a limitarnos para el conjunto de los datos consi-derados a comprobar si al menos se produce una coincidencia entre la litologa esperada yla localizacin de los topnimos, sino que tambin comprobaremos a partir de las imgenesareas si el topnimo se corresponde con el paisaje sobre el que se asienta o con el que tieneen las proximidades.

    3 En el apndice del Diccionario de Geografa Fsica de J.B. Whittow, Blanca Tello y Ricardo Torcaldefinen berrocal, berruecode la siguiente manera: Tolmo grantico; roca ms o menos grande que, por des-composicin, ha adquirido una forma redondeada (Whittow, 1988, p. 549). En otro vocabulario de trminos geo-grficos nos encontramos las siguientes definiciones: berrocal. Terreno donde hay berruecos. berrueco. Rocagrantica redondeada por la erosin. (Vzquez Maure, y Martn Lpez, 1987, p. 19). Y muy semejante es la defi-nicin que proporciona Guillermo Tejada en su vocabulario geomorfolgico (Tejada lamo, 1994, p. 20). Estasdos ltimas referencias parecen seguir de cerca la proporcionada en el Diccionario de uso del espaol de MaraMoliner, donde se dice del berrueco: peasco grantico, semejante a un mojn, y del berrocal: terreno conberruecos. Por su parte, el diccionario de la lengua espaola de la Real Academia Espaola no se separa muchode estas versiones: berrocal. Sitio lleno de berruecos granticos. berrueco. Tolmo grantico. Igualmente, en el

    manual de Geomorfologa escrito por Julio Muoz Jimnez puede leerse: [en estas condiciones] suele darse eltipo de paisaje morfolgico ms frecuente y caracterstico de nuestras reas granticas; un paisaje complejo y deaspecto catico en el que predominan los perfiles redondeados, muy caracterstico e inconfundible, al que se dael nombre de canchalo berrocal. () las formas relativamente destacadas son los llamados caosformados porbloques granticos ms o menos perfectamente redondeados que reciben el nombre de bolos (Muoz Jimnez,1992, p. 125). Javier de Pedraza por su parte entiende por berrocal un tipo bastante estricto de forma dentro delos paisajes granticos a medio camino entre los domos y las pedrizas (Pedraza, 1996, p. 326). Por ltimo, en eldiccionario de topnimos de Emilio Nieto se dice: Un berrocales, en principio, un lugar pedregoso, lleno depeascos. Se trata de un derivado en alde la voz berrueco, de significado (NietoBallester, 1997, p. 88).

    4 Resulta curioso cmo en la monografa escrita en espaol ms importante sobre la morfologa sobre rocasgranticas no se utiliza ninguno de los trminos considerados aqu de manera explcita, y siempre se habla de blo-ques o de bolos (Vidal Roman, y Twidale, 1998).

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    II. DATOS EMPLEADOS Y PROCEDIMIENTO SEGUIDO

    Tal vez la tarea que plantea ms dudas al abordar un estudio como este consiste en laeleccin del elenco de topnimos que se pueden utilizar, sobre todo una vez que pensamosanalizar la totalidad del territorio espaol. Se trata de conseguir un conjunto que se funda-mente en algn procedimiento normalizado a fin de evitar los posibles sesgos inherentes auna recogida de datos realizada sin criterio y que adems poda obligar a llevar a cabo unatarea inabarcable en trminos de disponibilidad de tiempo. Por eso se opt por trabajar conlaBase de datos de topnimos geo-referenciadosdel Centro Nacional de Informacin Geo-grfica (CNIG)5, especialmente despus de comprobar a travs de algunas bsquedas diri-gidas en el propioNomencltordel CNIG que se trata de un instrumento til para nuestrospropsitos.

    La segunda cuestin que era necesario resolver consista en elegir los criterios de bs-queda dentro de la base de datos. La seleccin deba tomar en consideracin aquellostopnimos que incluyesen en su denominacin alguna palabra de la misma familia o raz lin-gstica (incluyendo alomorfos) que berrocal o berrueco. En concreto en la bsqueda se hanincluido las siguientes palabras: obviamente berruecoy berrocal, pero tambin berrocalesy berruecos, berrocalejo, berrocalejos, berrocoso, berrocosa, y sus plurales, barrueco,barruecos, berrocaln, berroqueoy berroquea, berrocala, berroqueras, berrocalillo,berrocoto, berrocollera, berruequn, barroqueiras, barrocal, barroca/as, barroco/osybarrocoso/sa. Ya comentaremos cmo estos ltimos casos presentan algn problema por sucarcter polismico.

    De esta manera hemos obtenido 275 registros de la base de datos. Todos estos registrosaparecen georreferenciados con tres tipos de coordenadas; por una parte con la proyeccinUTM ED-50, en cada uno de los 3 posibles husos peninsulares; y por otro lado en latitud ylongitud tanto en grados decimales como sexagesimales. Cada topnimo (habra que decirmejor cada registro) se corresponde con un par de coordenadas, es decir viene represen-tado por un punto, lo que obviamente implica una simplificacin notable en los casos deaquellos topnimos que se refieren a entidades lineales (ros o arroyos, por ejemplo) o aentidades que pueden ocupar una superficie de cierta extensin (un pueblo o un municipio,por ejemplo).

    De estos 275 registros, hemos prescindido de aquellos que presentaban un duplicadoexacto en las coordenadas que les servan de georreferenciacin, manteniendo en todos loscasos el topnimo ms significativo o de mayor rango. Tras esa depuracin el nmero deregistros ha quedado reducido a 212. Entre estos sigue existiendo algn tipo de duplicidades,en el sentido de que algunos topnimos son calcos de topnimos vecinos o hacen referenciaa ellos, pero hemos decidido mantenerlos siempre que sus coordenadas no sean estrictamentecoincidentes.

    5 Se ha utilizado en concreto la BASE DE DATOS GEORREFERENCIADA DE NOMBRES GEOGR-FICOS NOMGEO en su versin 28.08 que tiene fecha de diciembre de 2008, INSTITUTO GEOGRFICONACIONAL DE ESPAA.2008. Consta de 509.514 registros y se considera explcitamente que la familia detopnimos que vamos a tratar constituye uno de los nombres genricos ms frecuentes en espaol para referirse auna elevacin orogrfica.

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    Si se examina la tipologa de los topnimos, nos encontramos con que prcticamente lamitad de ellos hace referencia a una elevacin del terreno, de manera que como ya habamosadelantado esta familia de nombres de lugar ha sido frecuentemente utilizada para designarresaltes topogrficos; pero tambin es considerable el nmero de entidades de poblacin ode parajes en que se usan estas denominaciones. En la tabla n 1 se presentan los diferentestipos de entidades que han sido consignadas en la base de datos del CNIG y la frecuencia conla que cada clase aparece.

    Tabla 1TIPOS DE ENTIDADES DESIGNADAS CON LOS TOPNIMOS DE LA FAMILIA BERROCAL/BERRUECO

    Entidad N de topnimos %Elevacin orogrfca 105 49.53Depresin orogrfca 4 1.89Llanura/raso 4 1.89Garganta/Hoz 2 0.94Paso/collado 1 0.47Accidente costero 1 0.47Lugar/paraje 31 14.62Poblacin 24 11.32Municipio y Capital de Municipio 10 4.72Corriente uvial 14 6.60Accidente hidrogrfco 3 1.41Embalse 2 0.94Humedal 1 0.47Canal 1 0.47Recinto singular 5 2.36rbol singular 1 0.47Espacio protegido 1 0.47Ruta/Sendero 1 0.47Territorio anejo 1 0.47

    Fuente: NOMGEO. Elaboracin propia.

    El siguiente paso consiste en convertir esa base de datos de 212 registros en un mapa depuntos. Para ello se han creado tres tablas; cada una de ellas recoge los registros de uno delos tres husos de la proyeccin UTM (29, 30 y 31); cada tabla, que contiene como hemosvisto las coordenadas mtricas x e y, se introduce en un SIG y se crean tres capas o temasde eventos. Como el sistema de referencia en el que se va a trabajar es UTM huso 30 exten-dido, es preciso reproyectar las capas de los otros dos husos a ste y posteriormente juntar lastres capas. El resultado de esto se puede ver en la figura 1.

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    Figura 1LOCALIZACIN DE LOS 212 TOPNIMOS DE LA FAMILIA BERRUECO/BERROCAL EN LA ESPAA PENINSULAR

    Este primer mapa ya es bastante significativo aunque slo sea por la distribucin mayorita-ria que presentan los topnimos, con un ncleo claramente acantonado a lo largo del SistemaCentral y una franja occidental menos densa. Ms adelante volveremos sobre estos aspectos ycon otros relacionados con las pautas de distribucin. Por el momento baste decir que hemostratado de determinar si ese patrn se debe en principio al azar o si, como parece visualmente,la localizacin de los topnimos no tiene un carcter aleatorio. Y junto a esto hemos llevado acabo diferentes anlisis de patrones puntuales, de estructura espacial y de densidad.

    Para ello hemos realizado el test del vecino ms prximo, utilizando como rea de refe-

    rencia el conjunto de la Espaa peninsular (493.716 km2). Los clculos se han hecho sobreel primero, segundo y tercero vecinos ms cercanos. Para apoyar los resultados de este test,que mide si una distribucin se debe al azar, est bien repartida o muestra una tendencia ala concentracin, tambin hemos realizado el test de Kolmogrov-Smirnov. Para ello hemosdividido el territorio peninsular en 516 celdas hexagonales de 1.000 km2, y sobre estas celdashemos obtenido el ndice6(ver figura 2).

    6 En teora el tamao de celda ptimo en estas situaciones se calcula con la siguiente expresin2A

    N , dondeAes la extensin de la zona de estudio y Nel nmero de puntos. Pero en este caso, se obtena un tamao de celda de68.25 Km2, y un nmero de celdas que superaban las 7.500, lo que parece francamente excesivo.

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    Figura 2DENSIDAD DE TOPNIMOS DE LA FAMILIA BERRUECO/BERROCAL EN LAS CELDAS HEXAGONALES ESTABLECIDAS

    Junto a esto se han determinado igualmente los estadsticos espaciales bsicos de cen-tralidad y dispersin, es decir, el centro medio, el centro medio geomtrico, el centro medioarmnico, el centro mediano, el centro de mnima distancia, la distancia tpica, la elipse de ladesviacin estndar y la desviacin estndar de las coordenadas x e y. Todos estos valores sehan calculado mediante la aplicacin CrimeStat III (http://www.icpsr.umich.edu/CRIMES-TAT/).

    Para reforzar este tipo de anlisis ligados con la distribucin espacial, se ha recurrido alclculo de densidades focales. En definitiva se tratara de establecer a partir de los diferentes

    grupos de registros identificados las reas en las que tericamente resultara ms probableencontrar un topnimo de la familia berrocal. Para ello se han generado mapas con unaresolucin de sus celdas de 2 km de lado y se ha utilizado para la estimacin de la densidadkernel el mtodo curtico o k2 y una ventana con un radio calculado mediante la siguienteexpresin:

    0.68n0.2( )

    donde es la distancia estndar y nes el nmero de puntos.

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    Para la confeccin de este mapa de densidad focal se ha utilizado igualmente el programaCrimeStat III.

    Para abordar el aspecto fundamental que analizamos, es decir, el grado de corresponden-cia entre la localizacin de los topnimos de la familia berrocal y la litologa de esos luga-res, hemos utilizado el Mapa Geolgico de Espaa a escala 1/1.000.000 en formato digitalelaborado por el IGME con fecha 1994. Este mapa se puede descargar gratuitamente (http://www.igme.es/internet/default.asp) una vez que el usuario se ha registrado de forma correcta.En concreto hemos trabajado con el archivo que se corresponde con la Pennsula e IslasBaleares, que se encuentra en proyeccin UTM, huso 30, datum Postdam, o sea, en ED 50.Respecto a la calidad de este mapa en lo que se refiere al rigor en la ubicacin o localizacinde las unidades cartogrficas, se nos avisa de lo siguiente: Si se superpone la informacingeolgica digital con la BCN1000 del mismo IGN se encontrar que hay cierta desviacinentre ambos conjuntos de informacin, con desplazamientos medidos en la costa de 1.000metros terreno. Tampoco hay coincidencia entre los depsitos de fondo de valle y los caucesde los ros.

    Esto nos puede dar una idea del margen de error mnimo con el que hay que contar alsuperponer el mapa de topnimos al mapa geolgico, lo que eventualmente podra conducira que algunos de los topnimos se localizasen sobre unidades litolgicas no esperadas. Puesbien, para conocer sobre qu formaciones se asientan los 212 puntos establecidos, hemosllevado a cabo lo que se conoce como un enlace espacial o un anlisis de punto en polgono.Mediante este enlace espacial hemos transferido a cada uno de los topnimos los atributosde la base de datos de los polgonos que contienen esos puntos y que representan unidadescartogrficas geolgicas.

    En algunos casos, los puntos que representan los topnimos se sitan sobre superficiesacuticas (embalses); en otros casos, los topnimos se localizan sobre unidades geolgi-cas no esperadas. En ambos casos se ha procedido en primer lugar a establecer si podaconsiderarse dudoso el topnimo y, en todo caso, se ha estimado la distancia ms cortadesde ese punto a la frontera del polgono ms cercano que contuviera una unidad geo-lgica plausible a los efectos que aqu consideramos. Si se trata de un topnimo dudosoy la distancia a la formacin litolgica admisible ms cercana supera una legua (5572.7metros), hemos supuesto que se trata de un caso errneo y hemos eliminado ese registrode los anlisis finales. El resto de situaciones las hemos tipificado como topnimos que noson buenos indicadores.

    La distancia de una legua que hemos fijado se explica por dos razones; por un lado,porque supera claramente el error posicional que podemos atribuir a los mapas que hemosutilizado, y en segundo lugar porque se trata de una unidad de distancia tradicional asociadaal recorrido medio que se puede hacer a pie a lo largo de una hora, y que puede representar elradio del espacio estrictamente local en la sociedad preindustrial.

    Estas operaciones de anlisis espacial las hemos llevado a cabo con el programa ArcView3.2. Una vez realizado el enlace espacial, el mapa de puntos que representaba los topnimosincluye ya en su tabla de atributos la descripcin litolgica completa de los polgonos quecontenan dichos puntos. Se trataba de 32 unidades (incluyendo las superficies ocupadas porel agua), sobre las 96 formaciones descritas en el mapa geolgico referido a la Pennsula yBaleares. De esas 32 unidades hemos considerado que slo 6 son en principio admisibles

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    metagranitos, d) rocas ultrabsicas (serpentinitas). Margen activo, e) rocas intermedias ybsicas,f) rocas bsicas y ultrabsicas, g)complejos cidos y bsicos indiferenciados y h)complejos alcalinos cidos-bsicos7. Para esto hemos utilizado la extensinNearest featu-res8,que genera una tabla en la que se le asigna en este caso a cada punto la unidad litolgicams cercana de entre las seleccionadas y adems se establece la distancia entre los puntos yesas formaciones.

    Pues bien, de los 90 registros en principio descartados, 36 se encuentran a menos de unalegua de distancia de los 14 conjuntos litolgicos9; en realidad, el topnimo ms alejado delos 36 se halla a 4555 metros, y el primero de los 54 definitivamente excluidos aparece yaa 6672 m. En consecuencia seran 158 los registros para los que podemos asumir que existeuna razonable adecuacin entre el sentido del topnimo y las caractersticas litolgicas delentorno. Toca ahora preguntarse sobre si el apelativo toponmico de los 54 registros restantespuede presentar alguna ambigedad, de manera que hubiera que descartarlo.

    Nos referimos a aquellas denominaciones que hemos incluido en nuestro anlisis y quepudieran resultar equvocas por poderse referir a otras realidades y en particular a terrenosbarrosos, barrizales o barreros10. Pues bien, estas denominaciones suponen el 10.1% de loscasos de los topnimos que se encuentran sobre terrenos granticos y el 18.5% de los regis-tros que se sitan a ms de 6 km de este tipo de formaciones. Esas diferencias de frecuen-cias no resultan significativas estadsticamente, de manera que no podemos asegurar queno se deban al azar; es decir, sera razonable pensar que estos topnimos en algunos casosno hacen referencia a una litologa grantica, pero hay ocasiones en las que s existen estosvnculos y eso nos enfrenta al problema de decidir si debemos prescindir de algunos registrosy, sobre todo, de cules.

    La idea es que una falsa atribucin de estos topnimos a la familia berrocal/berrueconocontribuya a incrementar el nmero de registros que se comportan como malos predictoresde un paisaje de bolos granticos. Para resolver esto hemos calculado que podemos suponerque al menos el 38.5% de estos topnimos hacen referencia a barrizales o barreros; es decir,que 10 de los 26 registros deberan ser descartados, siendo mayor la proporcin de registrosdescartados dentro del subconjunto de topnimos que no se hallan sobre terrenos granticosque en el caso contrario: hemos redondeado a nmeros enteros las proporciones, de maneraque excluiremos a 6 registros del primer subconjunto y a 4 del segundo; el criterio de exclu-sin tendr que ver con la presencia de una litologa ms favorable a la generacin de terre-nos barrosos. En la figura 4 se puede ver la distribucin final de los dos conjuntos de datosconsiderados compuestos en un caso de 154 registros y en el otro de 48.

    7 Quiero agradecer aqu las sugerencias siempre atinadas de mi compaero el gelogo ngel Corrochano, ascomo las que me han hecho llegar los evaluadores annimos.

    8 Jenness, J. 2004. Nearest features (nearfeat.avx) extension for ArcView 3.x, v. 3.8a. Jenness Enterprises.Disponible en: http://www.jennessent.com/arcview/nearest_features.htm .

    9 En realidad algunos topnimos aparecen actualmente sobre localizaciones inundadas por embalses, perocuyas aguas cubren terrenos granticos.

    10 Los topnimos seran los siguientes: barrocal, barrocales, barrueco, barruecos, barroco, barrocos, barrueca,barruecas, barroca, barrocas, barrocosa y barruquedo.

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    En fin, el ltimo paso consiste en comprobar si en la proximidad11de los 154 registrosque finalmente hemos seleccionado existe un paisaje de berrocales. Para contrastar estacoincidencia se ha procedido a fotointerpretar los alrededores de la localizacin de cadatopnimo a partir de las imgenes ofrecidas por el visor del SigPac12. Estas imgenes tienenuna resolucin mnima de 0.5 metros y ese tamao de pxel resulta suficiente para permitiruna adecuada interpretacin de las mismas. Este visor presenta adems otra ventaja, y es quesegn se va ganando detalle gracias al zoom y previamente a la aparicin exclusiva de laortofoto aparece el mapa topogrfico a escala 1/25.000, lo que facilita localizar el topnimoy contrastar la ubicacin propuesta en la base de datos de topnimos NOMGEO con la queaparece en el mapa.

    Figura 4LOCALIZACIN DE LOS DOS CONJUNTOS DE TOPNIMOS DE LA FAMILIA BERRUECO/BERROCAL FINALMENTE

    CONSIDERADOS

    11 El trmino proximidad tiene un carcter flexible en este caso porque no puede utilizarse el mismo criteriopara una entidad de la que puede presumirse una localizacin bastante puntual (una elevacin, por ejemplo) o paraaquellas que presentan un cierto desarrollo territorial (o sea, un trmino municipal o un arroyo).

    12 http://sigpac.mapa.es/fega/visor/

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    III. EL TOPNIMOBERROCALCOMO INDICADOR DE UN PAISAJE DE BOLOS GRANTICOS

    La impresin visual de que los topnimos sobre los que estamos hablando tienen unapauta de distribucin concentrada se confirma con los diferentes anlisis estadsticos quehemos realizado. En efecto, segn la tcnica del vecino ms prximo la probabilidad deque esa estructura concentrada se debiera al azar es menor del 1, con valores del ndicede vecindad Rde 0.33, 0.38 y 0.45 respectivamente para el primer, segundo y tercer vecinoms prximo, y eso considerando los 212 registros originales y el conjunto del territoriopeninsular. Y a esa misma conclusin llegamos al utilizar el test de Kolmogrov-Smirnov: elndice Dtoma un valor de 0.19, lo que igualmente permite afirmar que la distribucin de lostopnimos no tiene un carcter aleatorio.

    Figura 5

    MAPA DE DENSIDAD TENIENDO EN CUENTA LOS 212 REGISTROS ORIGINALES

    Esta conclusin podra parecer bastante obvia, en el sentido de que es normal que unadenominacin que se refiere a unas litologas que suponen el 8.8% de la superficie peninsularaparezca mayoritariamente ligada a esas superficies. Ms trascendente resulta comprobar

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    que si consideramos exclusivamente los 158 registros para los que en principio asumimosque existe una razonable adecuacin entre el topnimo y la litologa del entorno y asimismoel rea de distribucin de las distintas unidades de granitoides (43475.62 Km2), pues volve-mos a obtener mediante el test del vecino ms prximo un resultado de estructura concen-trada, y la probabilidad de que esa pauta se deba al azar es igualmente menor del 1. Esdecir, el topnimo berrocal/berrueco no se utiliza con la misma asiduidad en las diferentesreas granticas y, por lo tanto, parece tener un componente local.

    Figura 6MAPA DE DENSIDAD CONSIDERANDO LOS 158 TOPNIMOS DE LA FAMILIA BERRUECO/BERROCAL LOCALIZADOS

    SOBRE TERRENOS GRANTICOS

    Las medidas de distribucin refuerzan esta impresin. Los diferentes estadsticos de cen-tralidad (con excepcin del centro medio armnico) se localizan sobre la provincia de vila,alrededor de las Sierras de Piedrahita y Villafranca, y la distancia tpica es de 136.15 Km,con una elipse de la desviacin estndar muy poco marcada y por lo tanto muy parecida alcrculo definido por el radio de la distancia tpica. En este crculo y en la elipse de la desvia-cin estndar entran el 74% de los 158 topnimos, y en la elipse de la segunda desviacin

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    estndar entran el 91.8%. Estamos hablando por lo tanto de una distribucin considerable-mente compacta o al menos con un ncleo muy denso a lo largo del Sistema Central, entrelas provincias de Madrid y vila.

    Esto se observa de manera muy ntida si se recurre a la elaboracin de mapas de densidad.Hemos generado dos mapas: uno para los 212 registros originales y otro para el subconjuntode 158 topnimos del que hemos tratado ltimamente. Pues bien, en ambos mapas (figuras5 y 6) se observan claramente los dos focos de ms altas densidades, y despus otros demenor entidad y adems que ya no presentan continuidad con el sector abulense-madrileo,especialmente en la figura 7, donde la eliminacin de 54 topnimos no slo hace desaparecerlas localizaciones que pudiramos considerar ms excntricas sino que tambin fracciona lamancha principal y la hace mucho ms liviana.

    Tabla 2

    NMERO DE TOPNIMOS POR PROVINCIA

    Provincia N de topnimosvila 53Madrid 32Salamanca 27Cceres 18Toledo 10Orense 8

    Sevilla 8Soria 8Segovia 7Burgos 6Valladolid 5Badajoz 4Zaragoza 4Asturias 3Huelva 3

    Mlaga 3Albacete 2Crdoba 2Guadalajara 2Jan 2Zamora 2Gerona 1Pontevedra 1Teruel 1

    Fuente: Elaboracin propia.

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    Tambin se aprecia de manera bastante evidente que se trata de un fenmeno claramenteoccidental en justa correspondencia con la mayoritaria ubicacin del roquedo de origengneo, incluyendo aqu las denominaciones que se realizan sobre terrenos que no tienen estascaractersticas. La excepcin ms notable en este caso es la que corresponde con los registroslocalizados en un sector de bastante continuidad espacial a lo largo del Sistema Ibrico en lasprovincias de Burgos y Soria. En fin, en la tabla 2 hemos ordenado las provincias espaolassegn el nmero de topnimos de este tipo con el que cuentan, incluyendo los 212 registrosde partida. Se observa una vez ms la concentracin espacial de esta denominacin en losasomos granticos del Sistema Central y zonas aledaas y, al tiempo, la escasez relativa enGalicia, donde nos encontramos con sectores muy amplios labrados sobre litologas apro-piadas, pero donde es mucho ms frecuente la vozpenedocomo topnimo referido a estospeascales granticos o de otro tipo.

    Como ya se ha comentado ms atrs, hemos calculado que, de los 212 registros primi-tivos, 202 son inequvocos desde el punto de vista lingstico, y de estos 202 hay 48 que niestn sobre una formacin geolgica grantica ni estn a menos de 6.6 Km de la frontera deuna de estas formaciones. Dicho de otro modo, el 23.76% de los topnimos de la familiaberrocal predice de manera equivocada el tipo de sustrato geolgico que cabra esperar.

    En la tabla 3 presentamos de forma resumida las formaciones litolgicas a las que pode-mos adscribir estos 48 topnimos. Aunque se trata de unidades que engloban en ocasionesrocas que pueden dar lugar a morfologas contrastadas, llama la atencin cmo son frecuen-tes los tipos litolgicos considerablemente alejados de lo que puede esperarse de un berrocalgrantico, como las calizas o los depsitos aluviales. Nos encontramos as con rocas dediferentes tipos y de orgenes variados: en 9 casos son paleozoicas o precmbricas; en 15ocasiones son formaciones mesozoicas; 11 topnimos se encuentran sobre terrenos terciariosy 13, sobre depsitos cuaternarios.

    Si tenemos en cuenta el tipo de entidades designadas por estos topnimos, no nos encon-tramos con diferencias notables respecto de los resultados generales que ya consignamosen la tabla n 1. Es decir, tambin en este caso el tipo de realidad o entidad ms frecuentees una elevacin orogrfica, y esos registros suponen un 43.75%, lo que da una idea de losindudables vnculos de este tipo de topnimos con lugares de una topografa relativamentepreeminente.

    La fotointerpretacin de las imgenes del SIGPAC sobre los 154 registros que no pre-sentan ambigedades en su denominacin y adems se encuentran sobre terrenos granticos(o en sus proximidades) no ha permitido localizar en todos los casos ni tan siquiera asomosrocosos; tambin hay que decir que en algunas ubicaciones los paisajes berroqueos noresultaban particularmente conspicuos o espectaculares, es decir, en determinadas ocasionesel topnimo aparece sobre zonas con roquedo grantico en la superficie pero con formas msbien banales, ms prximas a lo que se conoce como dorsos de ballenaque a berrocales pro-piamente dichos. De cualquier manera, hemos considerado como positivo todo registro en elque se apreciara el roquedo en superficie.

    Segn esto, 134 de los 154 registros presentan un paisaje berroqueo sensu latoen susproximidades, mientras que en 20 casos no hemos podido apreciar con una flexibilidadrazonable esa coincidencia entre topnimo y paisaje. S es importante recalcar que de estos20 topnimos, la mayora (en concreto, 13) son registros que originalmente no se ubicaban

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    sobre terrenos granticos, lo que significa que slo 7 topnimos localizados estrictamentesobre este tipo de litologas no presentan un paisaje berroqueo.

    Tabla 3NMERO DE TOPNIMOS DE LA FAMILIA BERRUECO/BERROCAL POR TIPO LITOLGICO NO RELACIONADO CON

    GRANITOIDES

    Tipos litolgicosN de

    topnimos

    Conglomerados, areniscas, arenas y margas 10

    Gravas, arenas, arcillas y limos. Aluvial, playas, echas litorales 9

    Conglomerados, gravas, arenas, areniscas, limos y arcillas. Terrazas uviales

    y marinas 4Dolomas, calizas, calizas ooliticas y nodulosas 3

    Pizarras, grauwacas o arcosas, conglomerados y calizas 3

    Vulcanitas y rocas vulcanoclsticas 3

    Conglomerados, areniscas y arcillas. Calizas y/o yesos 2

    Conglomerados, areniscas, arenas arcsicas, arcillas, calizas y yesos 2

    Turbiditas calcreas. Calizas, calizas arenosas, areniscas y margas arenosas 2

    Areniscas, pizarras, calizas, cuarcitas y rocas vulcanoclsticas 1

    Calcarenitas, arenas y limos amarillos 1Calizas arrecifales, calcarenitas y conglomerados. Arcillas con olistolitos 1

    Conglomerados, areniscas, calizas, margas arcillas, yesos y/o sales sdico-potsicas 1

    Conglomerados, calcarenitas, calizas arrecifales, areniscas y margas conniveles turbidticos 1

    Conglomerados, calizas y margas. Margas con olistostromas de origendiverso 1

    Dolomas, calizas y calizas nodulosas 1

    Gravas, arenas, areniscas y arcillas. Carbn 1Pizarras, areniscas, cuarcitas y calizas o rocas vulcanoclsticas 1

    Pizarras, grauwacas, conglomerados o porfroides 1

    Fuente: Elaboracin propia.

    Por otro lado, los registros considerados positivos no se localizan de manera proporcionala la superficie que ocupan los distintos tipos de rocas granitoides en la Pennsula Ibrica (vertabla 4), y as los granitoides biotticos estn claramente sobrerrepresentados, los granitoides

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    peralumnicos presentan un razonable equilibrio y el resto de formaciones tienen un porcen-taje de topnimos inferior al que le correspondera en funcin de su extensin. El test delnos indica que esta circunstancia presenta una probabilidad menor del 1 de ser aleatoria,pero la concentracin de topnimos de esta familia sobre los granitos biotticos no parecetener que ver tanto con el tipo de roquedo como con el hecho de que son estos granitoides losque dominan en la zona focal o central de distribucin de este tipo de topnimos, es decir, elsector abulense-madrileo del que ya hemos hablado.

    Tabla 4REPARTO DE TOPNIMOS SOBRE CADA TIPO DE GRANITOIDES

    TIPOS %REA %TOPNIMOS

    Granitoides biotticos 42.76 64.18

    Granitoides de dos micas 35.11 23.13

    Granitoides peralumnicos (marco colisional) 8.77 8.21

    Complejos migmatticos-anatcticos 6.31 1.49

    Granitoides s.l. indiferenciado 2.68 1.49

    Granitoides alcalinos (marco extensional) 3.25 0.75

    Granitoides calcoalcalinos 1.12 0.75

    Fuente: Elaboracin propia.

    Muy sugestivo sera tratar tambin de relacionar la localizacin de estos topnimos conparte del rea de expansin de algn pueblo protohistrico. Y ello porque esta familia topo-nmica tiene origen prerromano y preindoeuropeo (Llorente Maldonado de Guevara, 2003,p. 94) y presenta un razonable ajuste en la distribucin geogrfica de sus focos principalescon el territorio que se suele atribuir a los vettones, que como es sabido labraban sus famososverracos fundamentalmente sobre granitos.

    En definitiva, los topnimos de la familia berrocal/berrueco que no parecen presentarambigedad desde el punto de vista lingstico slo son buenos indicadores de un paisaje deroquedo grantico en 2/3 de los casos (66.34%), siempre teniendo en cuenta la muestra de

    topnimos utilizada a partir de laBase de Datos de topnimos geo-referenciadosdel CNIG.La falta de adecuacin entre el significado del topnimo y su entorno puede explicarse pordiferentes motivos, y entre esos podemos mencionar los siguientes: a) en el caso de topni-mos relativamente recientes parece claro que se utiliza este apelativo por su sonoridad o porla familiaridad que presenta en determinados territorios; b) hay topnimos antiguos conorigen o consolidacin en la repoblacin medieval en los que se utiliza berrocal o berruecopara referirse a formaciones rocosas no triviales (dientes del diablo, por ejemplo) o a ele-vaciones del terreno, pero sobre rocas distintas a los granitoides; c) en alguna circunstanciapuede que se trate de algn tipo de etimologa popular o, en el caso de lugares habitados, antela utilizacin por repobladores del nombre de su lugar de origen.

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    IV. CONCLUSIONES

    Los topnimos del tipo berrueco/berrocalpresentan una distribucin bastante concen-trada, de manera que podemos considerarla una denominacin local que tiene una varianteoccidental (barrueco). El ncleo fundamental se ajusta a las sierras abulenses y madrileas,con extensiones hacia Salamanca y Cceres y, en menor medida, hacia Toledo y Segovia.An as nos encontramos con casos curiosos; por ejemplo, en plena Pedriza del Manzanares,uno de los paisajes granticos ms caractersticos de Espaa, no hemos hallado ningn top-nimo de esta familia en el M.T.N 1/25.000, y s muchos canchales, canchos,peas,pedrizasy riscos; e inmediatamente en el borde sur del Parque Regional de la Cuenca Alta del Man-zanares ya aparecen las denominaciones de berrocal.

    Es indudable que existe una relacin muy estrecha entre este tipo de topnimos y paisajescaracterizados por la presencia en superficie del roquedo grantico. Sin embargo, en torno aun tercio de estos topnimos resulta ser un indicador deficiente de este tipo de paisajes. Enunos casos (la mayora) porque ni tan siquiera estn localizados sobre terrenos plutnicos;y en otros, porque no se observan en sus inmediaciones asomos granticos. Por otro lado,algunos de estos registros que son malos predictores aparecen en las proximidades de zonasgranticas o en todo caso integrados dentro del rea de expansin de esta familia de top-nimos, pero tambin nos encontramos con algunos nombres de lugar que se presentan enlocalizaciones muy alejadas de estos territorios donde aparecen las densidades ms altas delas denominaciones berrueco/berrocal.

    Aunque no podemos saber si la capacidad predictiva de otros topnimos es semejante ala que se observa en el caso estudiado, parece razonable suponer que el valor de los nombrede lugar como indicadores no es absoluto, de manera que es necesario actuar con prudenciacuando se pretenda inferir alguna conclusin a partir de la toponimia.

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