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JOSÉ LUIS MORENO PESTAÑA. Convirtiéndose en Foucault. So- ciogénesis de un Filósofo. Montesinos, 2006, 206 páginas [Trad. Fran- cesa: En Devenant Foucault. Sociogénése d'un Grand Philosophe. Bellecombe-en-Bauges, Éditions du Croquant, 2006]. La recepción que la obra de Foucault ha tenido en España no puede sino ca- racterizarse por una cierta tibieza, sobre todo si uno considera la apertura de líne- as de investigación que ha generado este pensamiento en otros lugares del mundo como Estados Unidos o Latinoamérica. Solamente un dato para demostrar tal fe- nómeno: en el año 2004 —fecha de con- memoración de los veinte años de la muerte del filósofo— no se realizó en Es- paña ni un solo evento académico (con- greso, coloquio o seminario), de revisión y estudio del autor, a diferencia de los cientos de actividades de dicha naturaleza que se llevaron a cabo en distintos lugares del planeta. Ciertamente, los trabajos de Morey, Gabilondo, Álvarez-Uría, Vázquez o Sau- quillo testimonian la existencia de una valiosa lectura hispánica de Foucault. No obstante, se trata de una línea de trabajo fragmentaria y donde ha primado en ma- yor medida el comentario monográfico. Por esta razón, no puede más que sor- prender y ser bienvenido el libro de José Luis Moreno Pestaña. Su aproximación al pensamiento foucaultiano, desde un án- gulo inédito, hace de su investigación no sólo el estudio más importante que se ha realizado sobre el autor francés en Espa- ña, sino un trabajo que debe ocupar un si- tial de honor en la extensa y abundante bibliografía mundial respecto al filósofo. En un principio, el lector tendrá la im- presión de encontrarse frente a un nuevo esfuerzo por reconstruir la biografía de Foucault que podría sumarse a la empresa llevada a cabo, con desiguales resultados, por Eribon, Miller o Macey. Referencias al origen familiar del pensador francés, al papel de su madre en la construcción de un entorno escolar de protección o a la administración de su propio estigma ho- mosexual parecieran reforzar dicha im- presión. Sin embargo, lo que se propone Moreno Pestaña es un nuevo tipo de lec- tura de la producción filosófica donde, entre otras cosas, interesa establecer cómo las representaciones que una época posee de cierta posición dentro del espa- cio social, condicionan las disposiciones que un individuo ha adquirido a lo largo de determinada trayectoria social [p. 22]. Dicho enfoque se inspira en el análisis sociológico de Pierre Bourdieu, particu- larmente en su trabajo de objetivación de la filosofía. Esta perspectiva, cabe aclarar- EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. N." 12, julio-diciembre, 2006, pp. 203-225. ISSN: 1139-5737

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  • JOS LUIS MORENO PESTAA. Convirtindose en Foucault. So-ciognesis de un Filsofo. Montesinos, 2006, 206 pginas [Trad. Fran-cesa: En Devenant Foucault. Sociognse d'un Grand Philosophe. Bellecombe-en-Bauges, ditions du Croquant, 2006].

    La recepcin que la obra de Foucault ha tenido en Espaa no puede sino ca-racterizarse por una cierta tibieza, sobre todo si uno considera la apertura de lne-as de investigacin que ha generado este pensamiento en otros lugares del mundo como Estados Unidos o Latinoamrica. Solamente un dato para demostrar tal fe-nmeno: en el ao 2004 fecha de con-memoracin de los veinte aos de la muerte del filsofo no se realiz en Es-paa ni un solo evento acadmico (con-greso, coloquio o seminario), de revisin y estudio del autor, a diferencia de los cientos de actividades de dicha naturaleza que se llevaron a cabo en distintos lugares del planeta.

    Ciertamente, los trabajos de Morey, Gabilondo, lvarez-Ura, Vzquez o Sau-quillo testimonian la existencia de una valiosa lectura hispnica de Foucault. No obstante, se trata de una lnea de trabajo fragmentaria y donde ha primado en ma-yor medida el comentario monogrfico. Por esta razn, no puede ms que sor-prender y ser bienvenido el libro de Jos Luis Moreno Pestaa. Su aproximacin al pensamiento foucaultiano, desde un n-gulo indito, hace de su investigacin no

    slo el estudio ms importante que se ha realizado sobre el autor francs en Espa-a, sino un trabajo que debe ocupar un si-tial de honor en la extensa y abundante bibliografa mundial respecto al filsofo.

    En un principio, el lector tendr la im-presin de encontrarse frente a un nuevo esfuerzo por reconstruir la biografa de Foucault que podra sumarse a la empresa llevada a cabo, con desiguales resultados, por Eribon, Miller o Macey. Referencias al origen familiar del pensador francs, al papel de su madre en la construccin de un entorno escolar de proteccin o a la administracin de su propio estigma ho-mosexual parecieran reforzar dicha im-presin. Sin embargo, lo que se propone Moreno Pestaa es un nuevo tipo de lec-tura de la produccin filosfica donde, entre otras cosas, interesa establecer cmo las representaciones que una poca posee de cierta posicin dentro del espa-cio social, condicionan las disposiciones que un individuo ha adquirido a lo largo de determinada trayectoria social [p. 22].

    Dicho enfoque se inspira en el anlisis sociolgico de Pierre Bourdieu, particu-larmente en su trabajo de objetivacin de la filosofa. Esta perspectiva, cabe aclarar-

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    lo, no supone una accin de descalifica-cin de la disciplina, sino que ms bien busca consumar la pretensin tpicamente filosfica de crtica y delimitacin de las herramientas y objetos utilizados por el fi-lsofo. Desde esta metodologa bour-dieuana, Moreno Pestaa entiende que las opciones tericas de un filsofo, adems de ser consecuencia de la subjetividad in-dividual del autor, vienen determinadas por las posiciones sociales que ste ocupa. As mismo, la relacin entre posicin so-cial y produccin cultural explicara las posibilidades de creatividad y originalidad de las cuales dispone un sujeto al intentar ubicarse dentro del campo filosfico.

    En tal sentido puede comprenderse, por ejemplo, la renuncia de Foucault al ejercicio de la profesin mdica; a la que, en un principio, lo impulsaba su posicin familiar (en concreto, la figura de su pa-dre). El peligro del descrdito asociado a su condicin homosexual le aseguraba un futuro amenazante y un destino ligado a la preservacin tormentosa de una doble vida, difcilmente compatible con el rol de mdico provinciano prestigioso y hon-rado por su comunidad. La escuela, en-tonces, se presenta ante el joven Foucault como el medio que le permite huir del destino familiar y de la fractura radical de su existencia ntima [p. 27]. La ciu-dad y sus instituciones de conocimiento en que se ancla una clase dominante, apa-recen como el nico espacio donde es po-sible compatibilizar el estigma con el anonimato y las aspiraciones de ascenso social. En esta empresa de fuga van a contribuir de forma significativa las re-des de capital social que Foucault poda disfrutar gracias a su procedencia familiar y que su madre supo gestionar en el an-helo de despejarle el camino hacia Pars; y ms concretamente hacia la cole Nr-male Suprieure, institucin en la cual ingres en 1946.

    En su captulo segundo. Convirtindo-se en Foucault analiza esta etapa norma-

    lien del filsofo como un momento de in-definicin donde ste duda respecto a los mercados intelectuales en los que posi-cionarse [p. 39]. Evidentemente, la posi-bilidad de permanecer en dicho estado de indefinicin respecto al futuro intelectual y profesional la garantiza, en el caso de Foucault, su propio origen burgus. Como afuma Moreno Pestaa, existen las condiciones materiales para detenerse en la elaboracin minuciosa de proyectos ambiciosos [p. 47].

    En este contexto, cabe situar la tensin ms profunda del perodo de formacin de Foucault la cual representa el eje prin-cipal de la obra que reseamos: la elec-cin entre psicologa o filosofa. Dicha duda subsiste en funcin de un conflicto personal entre el reconocimiento que ofrece la institucin escolar y la concien-cia ntima y secreta de ser un rechazado (homosexual, izquierdista anmalo, nietzscheano...) que no encaja en los re-querimientos impuestos por la carrera universitaria.

    Ciertamente, el inters inicial de Fou-cault por la psicologa, responder en pri-mer lugar a una experiencia personal an-gustiosa sobre la enfermedad mental que lo distancia de los espacios de validacin acadmica y que amenazaba permanente-mente con la cada y el fracaso. Pero ade-ms, dicha opcin por la psicologa enca-jaba adecuadamente con los objetos de reflexin consagrados por las institucio-nes escolares de la poca. La proximidad con la psicologa, entonces, apareca como una alternativa para conjugar con-tradicciones existenciales profundas.

    En otro orden de consideraciones, si bien la trayectoria filosfica supona tran-sitar por el rido camino para llegar a ser profesor universitario, este destino social nunca fue abandonado completamente por el joven Foucault quien se empeaba asimismo en ubicarse dentro del compe-titivo campo de la filosofa. Dicha meta, a fines de los aos cuarenta, exiga poseer

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    un capital fenomenolgico sustantivo cuyo aprovisionamiento lo encontr en los cursos de Merleau-Ponty quien pre-cisamente articulaba un erudito ejercicio filosfico respecto a la psicologa y en el estudio de la obra de Hegel y Husserl.

    En este punto. Moreno Pestaa acta con gran agudeza al manifestar sus reser-vas respecto a las retrospectivas que el propio filsofo francs realiz sobre su trayectoria intelectual. En efecto, la filia-cin que Foucault plantea respecto a la epistemologa francesa (Bachelard, Can-guilhem) solamente se produce en los aos cincuenta cuando la fenomenologa entra en franca declinacin y en tanto en cuanto resulta posible identificarse con figuras intelectuales que previamente ocupaban un lugar secundario en el cam-po filosfico. As pues, el conflicto fou-caultiano entre psicologa y filosofa se despliega originalmente en un escenario donde la epistemologa de la ciencia an se halla descartada como una posicin posible. Habr que atender a las transfor-maciones del campo intelectual e institu-cional de la poca para comprender el trnsito de la fenomenologa a la episte-mologa que marcar posteriormente al-guna de las obras de Foucault, como Les Mons et les Choses.

    Ahora bien, la influencia de la psicolo-ga y la fenomenologa, tensionada frente a un futuro eventual de filsofo, no agota el panorama de condicionantes que afec-tan los aos de formacin del joven Fou-cault. Aqu, Moreno Pestaa destaca el papel de la filosofa comunista y ms concretamente de Althusser como ascen-diente intelectual decisivo. Sin embargo, as como el ingreso de Foucault en el Par-tido Comunista Francs puede explicarse como un fenmeno caracterstico de su generacin, su ruptura con el partido (al-rededor de 1953) corresponde atribuirla a la singularidad personal de un comunista que pretenda ser nietzscheano y que ex-perimentar una incompatibihdad de fon-

    do entre su militancia y la vida ntima. Dicha contradiccin ya se anuncia, de

    algn modo, en la particular apropiacin que realiza del marxismo, donde no es posible encontrar un pensamiento de par-tido o una lgica propagandstica. Por el contrario, el autor francs va a emprender una crtica a la psicologa existente desde parmetros marxistas que no desatienden las aportaciones de la fenomenologa y de Heidegger. Cabe destacar, en este con-texto, la extraordinaria recuperacin que Moreno Pestaa realiza de la figura de Georges Politzer, intelectual hngaro cuya influencia sobre el pensamiento ini-cial de Foucault ha permanecido hasta ahora en un cierto anonimato.

    La crtica de Politzer a la psicologa consiste en una denuncia de la indefini-cin cientfica de sta, situacin que la condenara a una espiral crtica inacabada [p. 94] o a una suerte de revolucin per-manente [p. 95]. Frente a ello surge el proyecto de construir una nueva psicolo-ga concreta que no opere como una filo-sofa secundaria, cuestin que Foucault abordar en Maladie Mentle et Person-nalit. La exposicin foucaultiana de esta psicologa marxista ser un tanto sui ge-neris, puesto que no excluir referencias a la psiquiatra existencia] (a veces tan significativas, que el tono marxista desa-parece por completo) y la defensa de una concepcin trgica del mundo que se in-tenta enlazar con la rebelda poltica fren-te al orden capitalista.

    Todos estos elementos explican el ca-rcter vacilante, y a veces contradictorio, de los primeros textos de Foucault. Como plantea Moreno Pestaa, el autor francs se hallaba dividido entre mundos que lo atraan [p. 110] y que resultaban difcil-mente compatibles. Tales mundos no slo constituan problemas conceptuales irre-conciliables sino tambin futuros profe-sionales contrapuestos y respuestas dispa-res a inquietudes personales y existenciales [p. 111].

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    Es en este panorama inestable donde aparece la introduccin de Foucault a la obra de Binswanger Le Rve et i Existen-ce. All, sin duda, se presenta un autor con altas pretensiones filosficas que va mu-cho ms all de la obra del psiquiatra suizo para denunciar, desde una crtica a Freud y Husserl, la ausencia de un anlisis de la es-tructura sintctica de las imgenes onricas en cuanto a su lgica interna propia [p. 116]. Binswanger, por su parte, hara posi-ble dicho enfoque al enlazar las tradiciones mtico-literaria, cartesiana, post-cartesia-na y cristiana del sueo, que lo abordan como espacio de manifestacin de algo fundamental. En palabras de Foucault, aquello que se despliega en el sueo sena la existencia humana con su especfica temporalidad trgica. De este modo la no-cin heideggeriana de existencia autntica va a servir al pensador francs para carac-terizar la experiencia de la enfermedad mental; lo cual tiene como consecuencia el situar a la filosofa (entendida como anli-sis existencial) por encima de la psicologa y de su rol teraputico.

    Le Rve et l'Existence es objeto, por parte de Moreno Pestaa, de una verda-dera diseccin analtica que nos muestra de manera brillante la presencia en el tex-to de la subjetividad oscilante y tensiona-da de su autor. Foucault recurrira a una serie de giros estilsticos que pretenden evidenciar un capital filosfico frente al lector, tarea propia de un sujeto que busca posicionarse dentro del campo intelec-tual. En tal sentido. Moreno Pestaa re-gistra de un modo meticuloso las figuras retricas a las que recurre el joven pensa-dor, las marcas de excepcionalidad que intenta incorporar al escrito, su esfuerzo por validarse como heredero de una noble tradicin intelectual (as lo demuestran las innumerables referencias a otros auto-res que presenta el texto) y su empeo un tanto difuso por aparecer como porta-dor de una lectura creativa y nueva [p. 126].

    No obstante, sera un error reducir la obra en cuestin a la mera expresin sub-jetiva de su autor [p. 136]. Todo texto fi-losfico, nos ensea Moreno Pestaa, obedece al cruce entre las intenciones ex-presivas de naturaleza subjetiva y los con-dicionantes del espacio social e institu-cional. As pues. Le Rve et l'Existence debe interpretarse desde la perspectiva de los desafos de insercin que el campo intelectual ofreca a Foucault, factor de-terminante para la exclusin de objetos de reflexin y para la calificacin de cier-tos problemas como legtimos. Entre es-tos ltimos, ocupa un lugar de privilegio la defensa de fronteras de la filosofa res-pecto de la psicologa.

    Pero tambin corresponde interpretar Le Rve et l'Existence como expresin del esfuerzo personal de Foucault por curarse psquicamente [p. 139]. En tal sentido, su crtica a la terapia psicoanaltica refleja un rechazo a la imposicin de una forma de vivir la sexualidad que responda al pa-trn psiquitrico. La liberacin que el tex-to expone respecto a la sexualidad hege-mnica y a su mecanismo de culpabilidad equivale, entonces, a la reconciliacin de Foucault consigo mismo y a su propia sal-vacin del estigma de la locura.

    En el cuarto captulo de Convirtindo-se en Foucault, Moreno Pestaa explora un segundo texto que el autor francs es-cribe en su perodo inicial. Se trata de Maladie Mentle et Personnalit, donde Foucault se desplaza desde el polo de m-xima tensin filosfica que representa la introduccin a Binswanger, al polo de mxima tensin cientfica y de mayor proximidad a la psicologa que evidencia este segundo escrito. El libro, publicado en 1954, cuestiona el uso de la medicina orgnica como modelo de la medicina mental y, por ende, niega un concepto de la enfermedad como esencia diferenciada del sntoma o como una especie natural dotada de caractersticas permanentes [p. 149]. En el mismo tenor, constata que si

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    bien la fisiologa puede establecer el fun-cionamiento orgnico y, de esa forma, de-limitar las fronteras de lo normal; la psi-cologa, por su parte, no puede operar del mismo modo, toda vez que la compren-sin de la conducta humana exige consi-derar la singularidad de las experiencias individuales [p. 150]. A mayor abunda-miento, el diagnstico, en la medicina or-gnica, puede condicionar la visin de la enfermedad, pero en ningn caso produ-cirla como ocurre con la medicina men-tal, lo cual evidencia la falta de solidez y autonoma del objeto de la ciencia psico-lgica.

    En suma, Maladie Mentale et Person-nalit expone una severa crtica a la psi-cologa (que arrastra incluso al enfoque heideggeriano de Binswanger) y propone la articulacin de una nueva psicologa fundada en el materialismo histrico y en el aporte de las investigaciones de Pavlov. Desde este prisma, la enfermedad mental va a ser explicada recurriendo a factores como la explotacin econmica, la con-currencia social o la alienacin en el tra-bajo [p. 155]. Negacin, por tanto, de la primaca de los aspectos existenciales e individuales en el trastorno y defensa del rol de las contradicciones materiales como agentes de la crisis patolgica.

    Sin embargo. Moreno Pestaa destaca que Foucault no desarrolla todas las con-secuencias de este planteamiento y se re-siste a comprender al sujeto como el sim-ple resultado de las determinaciones sociales, circunstancia que evidencia una vez ms la posicin oscilante que ocupa-ba en el campo intelectual de su poca. Por esa razn, el pensador de Poitiers, afirmara que no todo conflicto se inte-rioriza como enfermedad y apelara a los elementos fisiolgicos, estudiados por Pavlov, para establecer un nivel de proce-sos cuya distorsin sera determinante en la emei^encia de la patologa.

    Se comprende, por tanto, que es posi-ble articular una patologa unitaria que

    enlace lo fisiolgico y lo histrico me-diante el cruce del sistema pavloviano y la dialctica marxista; y por consiguiente, tambin puede llevarse a cabo una nueva terapia caracterizada por una prctica no exclusivamente individual y centrada en la capacidad de enfi'entar conflictos sin degradarlos en patologas [p. 158]. De esta manera, Foucault avanza en la fun-damentacin cientfica de la psicologa y se desprende de la tarea expuesta en Le Rve et l'Existence de vigilar las fronteras del saber filosfico ante la irrupcin del incierto conocimiento psicolgico.

    Como se puede observar, en este des-plazamiento, la figura de Pavlov resulta decisiva. No obstante, como establece con perspicacia Moreno Pestaa, si bien Foucault se aleja de las enormes preten-siones filosficas expuestas en la intro-duccin a Binswanger, la lectura pavlo-viana que emerge en Maladie Mentale et Personnalit se distingue por la hetero-doxia de un psiclogo marxista demasia-do atento a un sinnmero de cuestiones filosficas. En tal sentido, el autor francs se hallara muy lejos de abordar la obra de Pavlov slo con los criterios estrechos de la interpretacin comunista, caracte-rstica de la poca, y apostara por una aproximacin crtica que no descarta ra-dicalmente las dimensiones evolutivas e histrico-existenciales.

    Ahora bien, aunque Le Rve et l'Exis-tence y Maladie Mentale et Personnalit manifiestan una profunda contradiccin, ambos textos exteriorizan de manera equivalente las tensiones ntimas de su autor. En efecto, al defender en Maladie Mentale et Personnalit la diferencia en-tre conflicto y patologa, Foucault reali-zaba un trabajo sobre s mismo, y en con-creto sobre su experiencia de la doble vida [p. 174]. Por tanto, corresponde si-tuar en este registro conclusiones tales como que la patologa no es slo una ina-daptacin a la realidad; o que dividir el comportamiento en distintas esferas no

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    es estar enfermo. De una forma similar, Foucault exorciza otros fantasmas, como las amenazas de hospitalizacin y mino-racin social por diagnstico de locura, mediante el cuestionamiento de las disci-plinas sancionadoras de normalidad y a travs de la transformacin del estigma en smbolo de prestigio. As, Moreno Pestaa logra demostrar en ltimo trmi-no el enganche existente entre los con-flictos experimentados a nivel social, la construccin de discurso cientfico y el trabajo de un autor sobre s mismo.

    En sntesis, el escrito sobre Binswan-ger evidencia el momento de mxima atraccin de Foucault por el anlisis exis-tencial heideggeriano, mientras que el li-bro Maladie Mentale et Personnalit constituye el punto de mxima atraccin por una psicologa cientfica de raigambre marxista. Esta tensin terica, segn la lectura de Moreno Pestaa, alcanzar un cierto apaciguamiento fundamentalmente con la publicacin del artculo La Re-cherche Scientifique et la Psychologie en 1957 [p. 180)]. Es decir, a partir de este ltimo escrito, se producira una suerte de estabilizacin del dispositivo analtico foucaultiano que se manifiesta en la irrupcin de un problema y una for-ma de interrogacin que acompaar el resto de la trayectoria del pensador [p. 181]. El problema se refiere al estatuto de las disciplinas normalizadoras; y la forma de interrogacin, a la combinacin de una crtica sobre su origen existencial con una labor minuciosa de socavamiento de su naturaleza epistemolgica.

    En efecto, el captulo quinto y final de Convirtindose en Foucault se halla dedi-cado al estudio de la irrupcin de este dispositivo analtico que supone, adems, la transformacin definitiva del eventual psiclogo en filsofo. En tal contexto. Moreno Pestaa describe La Recherche Scientifique et la Psychologie como un escrito beligerante que se sita en clara sintona con el sentido comn de una

    generacin filosfica que comenzaba a comulgar con las tesis de Canguilhem [p. 185].

    Foucault interpela en el artculo la con-sistencia epistemolgica de la psicologa recurriendo a una serie de tpicos filos-ficos sobre esta disciplina: su ausencia de cientificidad que la condena a la perpetua crtica de la ilusin, la carencia de un pa-radigma comn que hace de su esfuerzo por asimilarse a las ciencias algo ilegti-mo, etctera. Semejante descalificacin cientfica de la psicologa viene de la mano de un reconocimiento de los efec-tos existenciales que ella tiene en sus lec-tores y practicantes. Correspondera, en-tonces, analizar la psicologa no desde el ngulo de la ciencia, sino desde la pers-pectiva de una prctica que posee deter-minados efectos de verdad. De esta manera, el pensador francs constata un hecho de innegables repercusiones en su futura produccin filosfica: la psicologa est determinada por las instituciones so-ciales y econmicas dominantes, al punto que tales estructuras condicionan el cam-po de actuacin de la misma y los juicios o conceptos que ella emite [p. 195].

    Canguilhem, por su parte, haba defen-dido una hiptesis similar. El saber psi-colgico evidenciara, segn el epistem-logo, un bajo nivel de reflexividad que obliga a preguntarse por su eficacia prag-mtica. Esta dependera de una concep-cin del hombre como til, funcional a los intereses del orden capitalista. As, emerge la figura del psiclogo-polica, denunciada por Politzer y Canguilhem, y que Foucault asumir como una de las dimensiones de su crtica a las ciencias humanas.

    No obstante, este adis a la psicolo-ga que implica La Recherche Scienti-fique et la Psychologie, no se tradujo en la opcin de Foucault por una carrera de historiador de la filosofa. Al fin y al cabo, la eleccin que l tomar ser h-brida y lo sita en una situacin filosfica

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    particular que precisamente se distingue por un modo original de interrogar a las ciencias sociales; que combina los aspec-tos trgicos de la existencia (por ejem-plo, la psicologa como agente normali-zador de la vida) con los elementos propios de una problematizacin episte-molgica (por ejemplo, la psicologa como construccin epistmica inestable en el horizonte de la modernidad). Se produce, por tanto, la estabilizacin del enfoque investigativo de Foucault que dar nacimiento a una espiral de obras extraordinarias en la dcada de los sesen-ta y setenta.

    Es en este punto, donde uno tiene la tentacin de sospechar respecto a esta es-tabilizacin que describe Moreno Pesta-a. El carcter oscilante de la produccin foucaultiana, en su perodo de formacin, posee un nivel explicativo que Convir-tindose en Foucault ilustra de manera difcilmente superable. Sin embargo, uno podra inclinarse a pensar que en el caso de Foucault la inestabilidad adquiere la entidad de un estilo filosfico que singu-lariza el conjunto de su pensamiento. El dictum de dejar de ser el que uno es o del borrado del autor parece dotar al Corpus filosfico de Foucault de una vo-cacin experimental, difcilmente com-

    patible con la discriminacin entre un momento oscilante y un momento de es-tabilizacin. Como seala Deleuze, el pensamiento de Foucault es: una lnea quebrada cuyas orientaciones diversas testimonian acontecimientos imprevisi-bles, inesperados [G. Deleuze. Pourpar-lers].

    Ciertamente, resolver esta cuestin ex-cede los objetivos que Moreno Pestaa se ha propuesto en su extraordinaria obra, puesto que significara recorrer un cami-no que va ms all de los aos de forma-cin del filsofo. No obstante, no pode-mos evitar apuntar esta inquietud en el entendido de que todo gran libro produce interrogantes que dan qu pensar y gene-ra una curiosidad filosfica respecto a aquello que excede sus fronteras. Este es el caso del libro Convirtindose en Fou-cault, donde uno arriba finalmente al de-seo de saber qu dara de s la sociogne-sis del Foucault de La Historia de la Locura, Las Palabras y Las Cosas, Vigi-lar y Castigar o La Historia de la Sexua-lidad. Se trata de una curiosidad que no busca asimilar lo que conviene conocer, sino que le apetece explorar la posibilidad de pensar de un modo distinto.

    Rodrigo Castro Orellana

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