EL VALOR Y EL LIMITE DE LA IMAGEN

Empaque cortesía de The Dieline.

“Los buenos productos no bastan para alcanzar un éxito de ventas. Los gráficos y la forma del envase deben integrarse con el contenido de una

manera única y atractiva”Según Anepco.

Contexto:Les recomiendo que lean “El poder de la imagen”, artículo que publiqué hace unos me-ses, ya que lo que leerán es la segunda parte.

El valor del diseño

En un supermercado promedio, que tiene en existencia de 15000 a 17000 artículos, el com-prador típico pasa frente a unos 300 artículos por minuto y 53% de todas las compras se hace por impulso [fuente].

En un sitio web, un usuario que ve que después de 5 segundos no pasa “algo”, o que después de un barrido general no encuentra “algo” simple-mente se va. Entonces, cabe preguntarnos si el diseño publicitario o diseño de información tiene influye o no en la satisfacción de los usu-arios y: la respuesta es obvia.

El diseñador no hace magia. El diseño no es lo máximo. Hay otras cuestiones que influyen en la apreciación del diseño y se llama marketing. Lo que nos da lugar a lo siguiente:

Limite del Diseño

El diseño puede ser “bonito, atractivo, impac-tante, funcional” y todos esos adjetivos que nos gusta ponerle -lo cual es interesante ya que, en la mayoría de los casos, nosotros dicta-mos esos juicios de valor- pero si el producto o servicio es malo o no funciona como lo prom-ete… ¿Qué creen? sólo se venderá-usará una vez.

Por eso, los diseñadores debemos pensar. Siempre visualizar el alcance de un proyecto. Desde intentar prevenir las dificultades hasta los beneficios para el cliente. Siempre hay que creer en el proyecto, arriesgarnos inteligente-mente, pero en ocasiones cuando hay proyectos a los que de plano, no le vemos vida, como dis-eñadores, nuestra responsabilidad es comuni-car al cliente lo que consideramos desventajas o problemas con la finalidad de corregirlos. Así, el producto o servicio tendrá un menor mar-gen de error y mayor margen de aceptación y ganancias.

Aunque tú como cliente lo veas rarito, siempre en otro mundo y muy diestro para cuestiones tecnológicas, la realidad es que nosotros no diseñamos dinero. Pero si asociamos el diseño con la planeación, publicidad y marketing y sobre todo: un buen producto, estaremos dle otro lado.

Imagen cortesía de Innova.