Destino final en la carucieña

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Destino final en la Carucieña No recuerdo con exactitud el día o el mes, solo sé que yo Javier Rodríguez, iba camino al trabajo en hidrolara donde me desempeñaba como mensajero- notificador ( repartidor de recibos), este tipo de trabajos es sencillo, gracias a que el método de trabajo que se utiliza en esta cargo esta rediseñado para entregar los recibos de forma corrida, me refiero a que los recibos ya están acomodados para ser entregados casa por casa, una al lado de la otra, bueno para no caer en detalles, era muy fácil, lo único complicado de este trabajo eran las veces en que te enviaban a entregar recibos a las zonas donde no llega el agua y para calamidad siempre son barrios peligrosos. Normalmente en estos sitios la gente se queja cuando le llevas el recibo y es muy incomodo estar en esa situación. Bueno continuando con ese día en que me dirigía al trabajo, ya entrando en hidrolara me consigo con mi supervisor llamado Juan, quien me dice: -¡Buenos días Rodríguez! ¿Cómo amanece? -¡Buenos días Juan! ¿Todo bien? Respondo. -¿Cómo te preparas para ir a la Carucieña? Dice Juan. -¿Qué? ¡Naguara loco, que feo es por allá! Por casualidad tu tendrás algunos recibos por ahí para el este, Patarata, algo bien…Le comente. -¡Naguara de pana solo hay para la Carucieña. Dice Juan. -¡Bueno me tocara que más! Le conteste. En ese momento nos reparten los recibos a todos los notificadores y en unas camionetas de Hidrolara nos dan un aventón hasta la Carucieña donde comenzaríamos a trabajar. La camioneta fue dejando a cada quien en el sector donde le correspondía trabajar. -¡Déjalo ahí! Le dije al conductor, para bajarme en el sector 2 el cual me correspondía trabajar. Me dirigí en seguida a la primera casa donde iba a comenzar, a entregar los recibos, en esta se encontraba una Sra. Parada en puerta yo, me acerco a ella y le dije: -¡Buenos días Sra.! -¡Buenos días! ¿Qué se le ofrece? Dice la Sra. -¿Esta es la casa de la familia Pérez? Le pregunte. -Si esta es. ! Pero aquí no llega el agua oyó! Dice la Sra. - Si Sra, no se preocupe, yo se que aquí no llega el agua, ¡Yo solo cumplo con mi trabajo! - Bueno pero igual le dice a esa gente, que aquí no llega el agua, para que la estén cobrando y de paso ¡Bien cara! Dice la sra.

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Destino final en la Carucieña

No recuerdo con exactitud el día o el mes, solo sé que yo Javier Rodríguez, iba camino al trabajo en hidrolara donde me desempeñaba como mensajero-notificador ( repartidor de recibos), este tipo de trabajos es sencillo, gracias a que el método de trabajo que se utiliza en esta cargo esta rediseñado para entregar los recibos de forma corrida, me refiero a que los recibos ya están acomodados para ser entregados casa por casa, una al lado de la otra, bueno para no caer en detalles, era muy fácil, lo único complicado de este trabajo eran las veces en que te enviaban a entregar recibos a las zonas donde no llega el agua y para calamidad siempre son barrios peligrosos. Normalmente en estos sitios la gente se queja cuando le llevas el recibo y es muy incomodo estar en esa situación. Bueno continuando con ese día en que me dirigía al trabajo, ya entrando en hidrolara me consigo con mi supervisor llamado Juan, quien me dice:

-¡Buenos días Rodríguez! ¿Cómo amanece?

-¡Buenos días Juan! ¿Todo bien? Respondo.

-¿Cómo te preparas para ir a la Carucieña? Dice Juan.

-¿Qué? ¡Naguara loco, que feo es por allá! Por casualidad tu tendrás algunos recibos por ahí para el este, Patarata, algo bien…Le comente.

-¡Naguara de pana solo hay para la Carucieña. Dice Juan.

-¡Bueno me tocara que más! Le conteste.

En ese momento nos reparten los recibos a todos los notificadores y en unas camionetas de Hidrolara nos dan un aventón hasta la Carucieña donde comenzaríamos a trabajar. La camioneta fue dejando a cada quien en el sector donde le correspondía trabajar.

-¡Déjalo ahí! Le dije al conductor, para bajarme en el sector 2 el cual me correspondía trabajar.

Me dirigí en seguida a la primera casa donde iba a comenzar, a entregar los recibos, en esta se encontraba una Sra. Parada en puerta yo, me acerco a ella y le dije:

-¡Buenos días Sra.!

-¡Buenos días! ¿Qué se le ofrece? Dice la Sra.

-¿Esta es la casa de la familia Pérez? Le pregunte.

-Si esta es. ! Pero aquí no llega el agua oyó! Dice la Sra.

- Si Sra, no se preocupe, yo se que aquí no llega el agua, ¡Yo solo cumplo con mi trabajo!

- Bueno pero igual le dice a esa gente, que aquí no llega el agua, para que la estén cobrando y de paso ¡Bien cara! Dice la sra.

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-Si sra no se preocupe, yo le digo a esa gente. Respondo entregándole en sus manos el recibo y continuando con mi travesía.

Seguidamente entro en una vereda y noto que a medida que voy avanzando, las personas van encerrando en sus casas, cerrando ventanas y puertas de una manera muy agitada. Esto me pareció extraño ya que yo no estaba cortando agua o algo parecido, solo estaba entregando los recibos. En ese momento escucho unos pasos que venían detrás de mí, yo volteo inmediatamente, dándome cuenta que era un muchacho, que me apuntaba con una pistola y me dice:

-¡Pégate pa lla chamo! Dice el malandro.

-¡Pana que pasa somos la misma gente! Respondo asustado y con la piel como de gallina.

-¡Nada, quítate los zapatos! Dice el malandro.

-¡Pana me vas a dejar descalzo! ¿Cómo voy hacer?

-¡Tú crees que estoy jugando? Si no te quitas los zapatos ¡Te quiebro de una! Dice el malandro apuntándome en la frente.

-¡Esta bien pana toma pues! Dije resignado, a perder los zapatos marca NIKE que tanto me habían costado en el mercado.

-El malandro se quita los zapatos de él, que estaban todos rotos y hediondos, colocándose los que eran míos me dice:

-Bueno pana, como yo soy un caballero y soy pana, te voy a dar los míos pa que vallas bien. Dice el malandro.

-Agarrando ¡Aunque sea fallo! Dije entre mi.

-Bueno chamo arranque de una, cuento 5 y no te veo. Dice el malandro.

-¡Paticas pa que te tengo! Desaparecí en un instante.

Corriendo me dirigí a la parada, agarre el ruta 6 y en seguida salí de ahí. Pasando 5 minutos después de haber agarrado el autobús, se montan dos sujetos que dicen:

-¡Bueno señoras y señores esto es un atraco! Todos cartera en mano!

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-Estoy salao! Dije en voz baja.

Los malandros se acercan a mí y me dicen:

-Dame tu cartera ¡Pelón!

-Toma pana, pero no tengo nada ¡Me acaban de robar! Le dije al malandro

-Ah tú te la tiras de machito! Apuntándome en la cabeza

-Bueno hasta aquí llegue! Cerré los ojos y…!

Bum! Sonó el disparo

Y despierto en mi cama, dándome cuenta que era una pesadilla.

-Gracias a Dios era una pesadilla! Dije muy alegre!

Luego amaneció, y como siempre me dirijo al trabajo en hidrolara, y ya entrando en hidrolara me consigo con mi supervisor llamado Juan, quien me dice:

-¡Buenos días Rodríguez! ¿Cómo amanece?

-¡Buenos días Juan! ¿Todo bien? Respondo.

-¿Cómo te preparas para ir a la Carucieña? Dice Juan.

-NOOOOOOOOOOOOOOO!

Fin.

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Estético – Lúdico

Titulo del cuento: Destino final en la Carucieña

Estudiante: Javier Rodríguez

CI: 13.922.907

Sección: LCI 4301

Profesor: Estanga