Desercion Estudiantil en el Salvador
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4.1 DEFINICIÓN DE DESERCIÓN ESTUDIANTIL:
La deserción estudiantil se puede definir como el proceso de abandono, voluntario o
forzoso, del programa académico en el que se matriculo un estudiante. Este
fenómeno obedece a causas, internas y externas, que involucran factores personales,
familiares, socioeconómicos, culturales e institucionales. Se relaciona también con
aspectos como el ausentismo, el retiro forzoso y la repitencia, la cual cuando es
constante, conduce al abandono definitivo de los estudios.
La deserción se refiere al abandono prematuro de un programa de estudios antes de
alcanzar el título o grado, y considera un tiempo suficientemente largo como para
descartar la posibilidad de que el estudiante se reincorpore.
La deserción estudiantil tienen serias consecuencias: sentimientos de frustración en los
estudiantes, baja eficiencia del sistema de educación superior y dificultades en el
cumplimiento de la función social de la educación, particularmente como herramienta de
equidad social y pérdida de recursos estatales, institucionales y familiares.
Cuando la necesidad de encontrar un empleo a más temprana edad y ayudar al
sostenimiento de su familia, así como las escasa oportunidades para obtener una beca
estudiantil, no solo están provocando que se cree un “círculo de pobreza” entre los jóvenes
universitarios de Latinoamericano y el Caribe, sino que también nazca una “capa social de
frustrados profesionales” con sentimientos de “fracasados”, “desertores” y “empleados de
baja remuneraciones”
La deserción escolar constituye por su magnitud un problema importante del sistema
nacional de educación formal. Las altas tasas de abandono de los estudios producen en
todos los niveles educativos tienen incidencia negativa sobre los procesos políticos,
económicos, sociales y culturales del desarrollo nacional. Por tal motivo, se propone que
“deben combatirse las causas que inciden desfavorablemente en la reprobación y deserción
escolares, que se traducen en baja eficiencia de los diferentes niveles educativos y en
desperdicio de los recursos que la sociedad destina a la educación.
4.2. DESERCIÓN ESTUDIANTIL
La deserción es un problema de envergadura, tanto para los que desertan y sus familias
como para las instituciones, e involucra además la perdida de cuantiosos recursos.
La deserción se refiere al abandono prematuro de un programa de estudios antes de
alcanzar el título o grado, y considera un tiempo suficientemente largo como para descartar
la posibilidad de que el estudiante se reincorpore. Respecto a la deserción, es necesario
distinguir, además, entre la deserción voluntaria y la deserción involuntarias. La deserción
voluntaria puede adoptar la forma de renuncia a la carrera por parte del estudiante o del
abandono no informado a la institución de educación superior. La deserción involuntaria,
en cambio, se produce como consecuencia de una decisión institucional, fundada en sus
reglamentos vigentes, que obliga al alumno a retirarse de los estudios. En este último caso,
la deserción puede estar fundamentada en su desempeño académico insuficiente o
responder a razones disciplinarias de diversa índole.
A otro programa en la misma institución
Transferencia A otro programa en una institución diferente
Voluntaria
Deserción Transferencia a otra institución
Abandono institucional
Involuntaria Abandono definitivo
Cualquiera que sea el tipo de deserción, ésta puede ser estimada en relación con un
programa de estudios iniciado por el estudiante, o bien, respecto de la institución misma,
por lo que se puede distinguir entre la deserción de la carrera y la deserción de la
institución. La primera, no necesariamente implica a la segunda, ya que un estudiante puede
abandonar una carrera e ingresar a una diferente posteriormente, sea por transferencia a
otro programa o por reingreso a través del proceso de admisión ordinaria. A la vez, el
abandono de una institución puede significar la transferencia a un programa en otra
institución o el abandono definitivo de la educación superior.
4.3. ÁMBITO DE LA DESERCIÓN UNIVERSITARIA.
Las causas o factores que tienen "mayor peso" para que los jóvenes de abandonen sus
estudios universitarios se perciben en cuatro ámbitos: socioeconómicas, del propio sistema
universitario, de orden académico y personales.
Para que un estudiante abandone una carrera universitaria se combinan aspectos como el
lugar en donde reside, el nivel de ingresos, el nivel educativo de los padres de familia , la
necesidad de trabajar para mantenerse o contribuir a los ingresos familiares y el
propio ambiente familiar, incluso de violencia en el que se vive.
"Esta situación es la que afecta con mayor fuerza a los jóvenes de menores ingresos, por lo
que el tema financiero y la eficiencia en el gasto se hace más crítico
La "deficiente preparación previa (en el bachillerato)" es otra de las causas del abandono
escolar universitario; la carencia de mecanismos de financiamiento o becas estudiantiles; la
prevalencia de políticas de "ingreso irrestricto, selectivo sin cupo fijo o selectivo con cupo";
el desconocimiento de lo que es la profesión, el ambiente escolar y la carencia de lazos
afectivos con la universidad, también impactan en los jóvenes para que dejen la escuela o
universidad.
"La diferencia entre los desertores y no desertores son la preferencia en la elección de
carrera, las calificaciones de la enseñanza media superior y el puntaje en las pruebas de
selección".
Entre las causas personales se encuentran las "aspiraciones y motivaciones personales, su
insuficiente madurez emocional, el grado de satisfacción con la carrera elegida, las
expectativas de egreso en relación con el mercado laboral, las dificultades de adaptación al
entorno universitario, falta de aptitudes, habilidades o interés por la carrera escogida”.
Desertar significa el fracaso para completar un determinado curso de acción o alcanzar
una meta deseada, en pos de la cual el sujeto ingresó a una particular institución de
educación superior. Por consiguiente, la deserción no sólo depende de las intenciones
individuales sino también de los procesos sociales e intelectuales a través de los cuales las
personas elaboran metas deseadas en una cierta universidad. Aunque una gran variedad de
fuerzas operan sobre dichos procesos, es también verdad que los individuos son
mayormente responsables de alcanzar las previstas metas institucionales”.
la deserción de la educación superior es extremadamente compleja, pues implica no sólo
una variedad de perspectivas sino también una gama de diferentes tipos de abandono, por lo
que probablemente ninguna definición puede captar en su totalidad la complejidad de este
fenómeno universitario".
La necesidad de trabajar. El trabajo es necesario como medio para obtener ingresos
económicos y porque nos hace sentir útiles y nos permite tener una vida más llena y
enriquecedora. Las personas que buscan empleo y no lo consiguen, suelen tener
sentimientos de frustración y de inadaptación social.
4.4. ALGUNAS TEORÍAS DE LA DESERCIÓN ESTUDIANTIL UNIVERSITARIA.
Teorías psicológicas:
El ajuste de las metas personales y las historias de vida de los estudiantes, así como
sus reacciones para adaptarse social e intelectualmente a la institución, origina
hostilidad en el individuo para continuar con sus estudios.
Teorías Ambientales:
Marcan el papel que tienen las fuerzas externas (estatus social, raza, prestigio
institucional) para la persistencia estudiantil.
Teorías económicas:
Subrayan las finanzas individuales y la ayuda financiera con respecto a la retención
estudiantil.
Teorías organizacionales:
Considera la deserción estudiantil como el reflejo del impacto que tiene la
organización y satisfacción del estudiante.
Teorías interacciónales:
La deserción depende de la manera en que cada estudiante interpreta las
experiencias vividas en la universidad, así como el grado de interacción que se da
entre la institución y los individuos.
4.5. ENFOQUES PARA EL ANÁLISIS DE LA DESERCIÓN Y
RETENCIÓN.
Los análisis de la deserción y retención pueden ser agrupados en cinco grandes categorías,
dependiendo del énfasis que otorgan a las variables explicativa, ya sea individuales,
instituciones o del medio familiar.
De esta manera es posible reconocer los siguientes enfoques:
Psicológicos
Económicos
Sociológicos
Organizacionales
De interacciones
A estas categorías de modelos se han incorporado en los últimos años un enfoque
integrado.
En todos los enfoques se pueden encontrar modelos que han recibido diferentes grados de
sustentación empírica por parte de un gran número de investigaciones, ya sea en las
efectuadas por los propios autores o por otros, que los han empleado como marco de
referencia.
Los enfoques psicológicos de la retención estudiantil se centran en rasgos de personalidad
que diferencian a los alumnos que completan sus estudios de aquellos que no lo logran.
Uno de los primeros modelos que aparece en la literatura es el de Fishbein y Ajzen (1975).
Estos autores sugieren que las intenciones de una persona son el resultado de sus creencias,
las que influyen sobre sus actitudes y la llevan a manifestar un comportamiento. La
intención conductual de un individuo, por lo tanto, es una función de su actitud hacia la
conducta y de las normas subjetivas de que dispone acerca de ella. Fishbein y Ajzen
señalan que la decisión de desertar o persistir en un programa de estudios se ve influida por
las conductas previas, las actitudes acerca de la deserción o persistencia y pos las normas
subjetivas acerca de estas acciones, llevando a los conformación de una intención
conductual, la que finalmente se traduce en un comportamiento propiamente tal. Este
ultimo contribuye a una modificación de las creencias acerca de las consecuencias de su
actuar y, también, de sus creencias normativas subjetivas. La deserción, sin una mayor
distinción de sus características, es concebida como el resultado de un debilitamiento de las
intenciones iníciales y, la persistencia, como un fortalecimiento de las mismas. Esta
concepción puede explicar tanto la deserción voluntaria.
El modelo analizado fue posteriormente expandido por Attinasi (1986), quien incorporo la
idea de que la persistencia o la desercion se ven influidas por las percepciones y el analisis
que hacen los estudiantes de su vida universitaria despues de su ingreso. De esta manera,
efectuan una evaluacion de la significacion que tiene dicho analisis para su posterir
abandono.
Por otra parte, Ethington (1990) construyo un modelo mas completo, basandose en los
anteriores e incorporando una teoria mas general sobre las “conductas de logro” de Eccles
(1983). Estas ultimas comprenden atributos tales como la perserverancia, la eleccion y el
desempeño. Una de las premisas centrales de Eccles es que el rendimiento academico
previo influencia el desempeño futuro, al actuar sobre el autoconcepto del alumno, su
percepcion de las dificultades de los estudios, sus metas, sus valores y expectativas de
éxito.
El apoyo y el estimulo que recibe de su familia, a su vez inciden sobre el autoconcepto
academico y el nivel de aspiraciones. Ethington (Diagrama N° 3) encontro empiricamente
que el nivel de aspiraciones tenia un efecto directo sobre los valores. Además, pudo
observar que las expectativas de éxito estaban explicadas por el autoconcepto academico y
la percepcion de las dificultades de los estudios. Tanto los valores como las expectativas de
éxito influyen a su vez sobre la persistencia en la Universidad.
En general, los modelos psicologicos incorporan principalmente variables individuales, esto
es, carateristicas y atributos del estudiante, que pueden dar cuenta, con diferente grado de
ajuste, de la desercion o persistencia.
En forma bastante paralela a los anteriores, surgen los modelos sociologicos, que enfatizan
la influencia de los factores externos al individua en la retencion, adicionales a los
psicologicos mencionados. Entre estos modelos, el de Spady (1970) es uno de los mas
citados en la investigacion sobre la desercion universitaria. Spady se basa en la teoria del
suicidio de Durkheim (1897/1951), quien plantea que el suicidio es el resultado de la
ruptura del individuo con el sistema social por su imposibilidad de integrarse a la sociedad.
La posibilidad de suicidio aumenta cuando existe una baja conciencia moral (congruencia
normativa baja) y afiliacion social insuficiente (bajo apoyo de las relaciones sociales).
Spady sostiene que estos mismos tipos de integracion afectan directamente a la retencion de
los alumnos en la Universidad. Sugiere que la deserción es el resultado de la falta de
integracion de los estudiantes en el entorno de la educacion superior. Este autor también
aduce que el medio familiar es una de las muchas fuentes que expone a los estudiantes a
influencias, expectativas y demandas, las que a su vez afectan su nivel de integracion social
en la Universidad. La integracion plena al ambiente universitario requiere de respuestas
efectivas a las diversas demandas de los sistemas acadimicos y sociales de la educacion
superior.
En el diagrama N°4 se comprueba que, según Spady, el ambiente familiar influye sobre el
potencial academico y la congruencia normativa.
El primero, tambien incide sobre el rendimiento académico. Además, la congruencia
normativa actúa directamente sobre el rendimiento academico, el desarrollo intelectual, el
apoyo de pares la integracion social. El apoyo de pares tiene a su vez un efecto sobre la
integracion social. Esta ultima influye sobre la satisfaccion del estudiante con su insercion
en la Universidad y contribuye a reafirmar su conpromiso institucional.
Si las influencias señaladas no se producen en la dirección positiva, lo que entre otras
cosas implica un rendimiento académico insatisfactorio, un bajo nivel de integración social,
y por ende, de satisfacción y compromiso institucional, entonces existe una alta
probabilidad de que el estudiante decida abandonar sus estudios.
Por el contrario, si los efectos se encuentran en la dirección positiva y son congruentes con
la situación inicial, el estudiante logra un desarrollo académico y social acode con sus
expectativas propias y con las institucionales, entonces permanece con el programa y en la
institución hasta lograr su titulo o grado.
Otra línea de construcción teórica acerca de los factores explicativos de la deserción es la
económica, que adopta un enfoque de costo beneficio. De esta manera, postula que cuando
los beneficios sociales y económicos asociados a los estudios en la educación superior son
percibidos como mayores que los derivados de actividades alternas, como por ejemplo, un
trabajo, el estudiante opta por permanecer en la universidad. Un componente critico de esta
perspectiva es la percepción del estudiante de su capacidad o incapacidad de solventar los
costos asociados a los estudios universitarios.
En esta misma línea se encuentran los enfoques que examinan los subsidios focalizados a
los estudiantes. Estos señalan que dichos subsidios constituyen una forma de influir sobre la
deserción, cuando se dirigen hacia los grupos que presentan limitaciones reales para costear
sus estudios. Así los programas de rebajas de matriculas, las becas y los créditos a bajo
interés, procuran equipar a los estudiantes en su capacidad de pago e incrementar la
apreciación de los beneficios derivados de la educación universitaria.
Los modelos organizacionales enfocan la deserción desde las características de la
institución de educación superior, en cuanto a los servicios que esta ofrece a los estudiantes
que ingresan a ella. En este enfoque cobra especial relevancia la calidad de la docencia y de
las experiencias de los estudiantes en el aula. En otros casos se han incorporado los
beneficios estudiantiles en forma más comprehensiva, esto es, beneficios de salud,
actividades complementarias, tales como deportes, actividades culturales y apoyos
académicos proporcionados por la organización.
Desde una perspectiva amplia, el alejamiento de un alumno de una institución de educación
superior puede ser interpretado como el resultado de un proceso longitudinal de
interacciones con los sistemas académico y social de la universidad.
El modelo considera que, a medida que el alumno transita a través de la educación superior,
diversas variables contribuyen a reforzar su adaptación a la institución que seleccionó, ya
que ingresa a ella con un conjunto de características que influyen sobre su experiencia en la
educación post-secundaria. Estas características comprenden antecedentes familiares, tales
como los valores que esta sustenta, a la vez que atributos personales y de la experiencia
académica preuniversitaria.
Dichos rasgos distintivos se combinan para influir sobre el compromiso inicial con la
institución, así como para la consecución de su meta que es la graduación o titulación.
También se considera que la reevaluación del compromiso con la meta de graduarse se
encuentra más fuertemente determinada por la integración académica. Igualmente, el
compromiso institucional se ve altamente influido por la integración social. En suma,
mientras más se consolide el compromiso del estudiante con la obtención de su grado o
titulo y con la institución, al mismo tiempo que mientras mejor sea su rendimiento
académico e integración social, menos probable es que el estudiante deserte.
En el estudio aproximación al estudio de la deserción, reemplaza las variables relacionadas
con el ambiente laboral por las que son más adecuadas al entorno de la educación superior.
Señala que la deserción universitaria es análoga a la productividad y destaca la importancia
de las intenciones conductuales (de permanecer o abandonar), como predictorias de la
persistencia. En este contexto, el modelo presupone que las intenciones conductuales son
configuradas por un proceso mediante el cual las creencias moldean las actitudes y estas a
su vez influyen sobre las intenciones conductuales. Postula así mismo que las creencias son
afectadas por los diferentes componentes de la institución universitaria, esto es, la calidad
de los cursos y programas, los docentes y los pares.
El autor sostiene que la satisfacción con los estudios es similar a la satisfacción con el
trabajo y en su investigación encuentra que la satisfacción de los alumnos con su proceso
formativo es una variable que influye directamente en las intenciones de abandonar los
estudios. En los estudios más recientes (Bean y Vesper, 1990) observó que los factores
cognitivos, tales como las características personales (actitudes, aspiraciones, motivaciones,
intereses), ambientales y organizacionales también un peso significativo en la deserción en
particular en la deserción voluntaria.
Algunos de los enfoques expuestos analizan el problema de la deserción exclusivamente
desde la perspectiva económica, en cambio en la mayor parte de los demás se deja dicha
dimensión al margen del análisis. De esta manera, en los últimos años han surgido los
modelos que tratan de integrar los factores económicos con varias de las líneas expuestas
previamente.
Entre esto cabe mencionar el modelo de NORA (1990) quien efectúa una aproximación al
problema que articula las habilidades académicas de los estudiantes al ingresar a la
universidad, sus necesidades de apoyo financiero, los beneficios estudiantiles que les brinda
la institución y el desempeño académico de los alumnos en la institución, como factores
determinantes de la deserción.
En una línea aun es más comprehensivas (St. John, e. p., cabrera, Nora y Asker, s/f.), se
postula que la persistencia de los alumnos en la educación superior se modela mediante u
proceso que abarca tres fases; en la primera etapa la habilidad académica previa y los
factores socioeconómicos afectan la disposición del estudiante para proseguir estudio
universitario, así como las percepciones sobre sus posibilidades de efectuarlos. Durante la
segunda fase, el alumno lleva a cabo una estimación de los beneficios y costos asociados
con la realización de los estudios en alguna institución particular, lo que lo induce a
desarrollar un compromiso inicial con dicha institución, ingresando a ella y, una vez
iniciados los estudios, dicho compromiso afecta a su decisión de permanecer en la misma;
en este ámbito, el apoyo financiero accesible no solamente influiría solamente influiría
sobre las intenciones del alumno de ingresar a la educación superior, si no que lo induciría
a ingresar a una institución especifica. En la tercer etapa después del ingreso a un
programa, comienzan a influir otros factores que modifican o refuerzan las aspiraciones
iníciales; entre estos se cuentan las experiencias académicas y sociales a que se ve
expuestos el estudiante en la institución su desempeño académico y las características
organizacionales de las mismas. Con relación a esta ultima puede producirse una diferencia
en cuanto a la retención según la modalidad de educación superior ( Universidad, instituto
profesional o centro de formación técnica) y, eventualmente, el tipo de institución
( tradicional, derivada, particular, de reciente fundación, etc.); de este modo, las
experiencias sociales y académicas positivas y un desempeño académico adecuado se
forzarían las percepciones acerca de los beneficios económicos y de otra naturaleza, que
derivan con consecuencia de la culminación de los estudios; por otra parte, los apoyos
financieros y una adecuada integración académica influiría positivamente en la decisión de
permanecer en la institución, al mantenerse de este modo el equilibrio entre el costo de
cursar una carrera pos secundaria y el beneficio de obtener un título o grado académico; en
cambio las experiencias negativas, tales como las alza en los valores de la matricula o
experiencias académicas insatisfactorias producen un desequilibrio entre el costo y el
beneficio, incrementando la probabilidad de la deserción estudiantil St. John, e. p., cabrera,
Nora y Asker, s/f.), los modelos que enfocan la retención y deserción desde la perspectiva
de las interacciones entre los proceso de evaluación previa de las opciones de educación
superior, de integración social y académica en las instituciones y las variables económicas
son de particular interés en instituciones con altos porcentajes de estudiantes provenientes
de sectores de bajo ingreso y alumnos más adultos, pues estos grupos son mas sensibles a
los costos involucrados a los estudios y a los beneficios derivados de llevarlos a cabo.
4.6. DIVERSAS CIENCIAS ENFOCA LA DESERCIÓN
ESTUDIANTIL DESDE DISTINTAS PERSPECTIVAS.
La psicología: recurren a la inteligencia de sujeto, a su motivación, etc.
La sociología: se fija en los factores sociales, la presión de la sociedad sobre los
resultados académicos del alumno.
La pedagogía: se fija en la organización escolar, evaluación, interacción didáctica.
Todos estos factores junto con el desempleo o el empleo sin oportunidades o
disponibilidad de tiempo para seguir los estudios y la falta de motivación conllevan a
que se vea el estudio como algo de oscuro porvenir y de dudosa utilidad. La verdadera y
profunda causa del fracaso escolar seria la existencia de una escuela que tiene como
finalidad de mantener la situación privilegiada de la clase dominante.
La función específica de la escuela (enseñar y aprender), se encuentra muy borrosa. El
discurso que circula en las instituciones privilegia los aprendizajes socio-afectivos (el
control, en su carácter de disciplinador) por sobre los cognitivos resaltando la
importancia de la función educadora en la preservación de los jóvenes del riesgo social.
La situación de repetir, hoy, significa acceder a la misma oferta educativa, a los mismos
profesores, los mismos programas y contenidos, la misma evaluación; pero también trae
aparejado el alejamiento de grupo de compañeros y el ingreso a un nuevo grupo en el
cual probablemente el adolescente será mirado desde el comienzo como el “repitente”.
El impacto de la repitencia en la familia es una situación compleja que se asume, se
niega, se oculta, se minimiza, de acuerdo a múltiples variables culturales, en la
educación de sus hijos, las posibilidades económicas de hacer frente al mismo año
“nuevamente” la conciencia sobre el derecho a reclamar una educación de mayor
calidad para sus hijos.
4.7. CAUSAS DE LA DESERCIÓN.
Se manifiestan varias causas por las cuales abandonan el estudio, dentro de las cuales se
encuentran: motivos económicos, personales, institucionales, sociales, etc.
Las razones económicas son notorias a pesar de las facilidades que ofrecen las
instituciones, los estudiantes manifiestan miedo al endeudamiento por parte de ellos o
de sus padres o michos dicen no tener dinero incluso ni para transportarse hasta su
universidad.
La parte académica también influye al momento de tomar la decisión, porque en
ocasiones, entran a estudiar si conocer bien el plan estudio y ante la desilusión l
abaldonan.
4.7.1. CATEGORIZACIÓN DE LAS CAUSAS DE LA
DESERCIÓN.
A. FALTA DE INTERÉS: Bajo esta se agrupan todas aquellas personas desmotivadas
ya sea por los padres, familiares, amigos, maestros o la falta de una orientación
adecuada.
B. SALUD: En esta categoría se reúnen todos aquellos casos de personas que
abortaron el sistema educativo por haber sufrido cualquier tipo de enfermedad o
accidente, que los privo de continuar asistiendo a su centro educativo.
C. SEPARACIÓN DE SUS PADRES: En esta categoría se agrupan los casos de las
personas que se vieron obligados a abandonar el sistema educativo nacional por la
causa de haberse separado sus padres, por diversos motivos voluntarios o incluso
por la muerte de algunos de ellos.
D. ABANDONO DE SUS PADRES: En esta categoría se agrupan a las personas que
de niños o adolescentes fueron abandonados tanto por su madre como su padre,
habiendo quedado al cuidado de sus abuelos, parientes o personas particulares que
no mostraron mayor interés por su educación.
E. CAMBIO DE ESTADO CIVIL: En esta categoría se ubican a las personas que
desertaron definitivamente del sistema educativo por haberse acompañado
contraído matrimonio.
F. EMBARAZO: En esta categoría se agrupan las mujeres que manifiestan que el
embarazo y el posterior nacimiento de sus hijo influyo en su decisión de abandonar
definitivamente el sistema educativo y así, dedicarse al cuidado de su hijo.
G. DEDICARSE A TRABAJAR: Esta categoría se agrupan a toda aquellas personas
que tuvieron que abandonar el sistema educativo por razones económicas
familiares tales como: subsistencia personal y/o de su grupo familiar; para realizar
con sus padres o por su propia cuenta tareas laborales en general.
H. OTROS:
4.8. DESERCIÓN UNIVERSITARIA EN EL SALVADOR.
Este es un problema educativo que afecta al desarrollo de la sociedad en su conjunto, y
refleja principalmente en las personas que residen en zonas rurales con un porcentaje del
53% mientras que en las urbanas con un 71%, estos se ven obligados a dejar sus estudios
por falta de recursos económicos y/o por desintegración familiar. Es un fenómeno social
ocasionado por diversas causas ya sean políticas, económicas, familiares, etc.
La actitud de abandono de un ciclo escolar, es motivado por varios factores tanto internos
como externos, Entre los externos tenemos presiones económicas.
4.8.1. CAUSAS DE LA DESERCIÓN UNIVERSITARIA EN
EL SALVADOR
Según una investigación sobre la deserción universitaria, en nuestro país podemos
mencionar tres causas como las principales:
Problemas vocacionales, situación económica de sus familias y rendimiento académico son
las 3 causas más recurrentes en la deserción de estudiantes universitarios.
Causas Porcentaje
Factor económico 66.6%
Perdida de auxilio económico 16.7%
Dificultad para financiar estudios 28.3%
Según una investigación realizada por, el Ministerio de Educación (MINED) que inició la
recopilación de los datos de 2007 sobre el abandono del alumnado de los centros de
enseñanza superior.
En 2005, la deserción en la educación Superior fue de 12.56%, correspondiente a 16 mil
405 estudiantes de un total de130 mil 580 a nivel nacional. El último dato, según el
MINED, disminuyó un 9.88% en 2006 que equivale a 12 mil 987 estudiantes de un total de
131 mil 449.
A pesar del incremento de estudiantes activos y la reducción en más de tres puntos
porcentuales, de 2007 aún no se conocen datos. Las autoridades de educación se escudan en
la complejidad del muestreo como excusa para no tener los resultados del año pasado.
4.8.2. ALGUNOS DATOS SOBRE LA DESERCIÓN
ESTUDIANTIL EN EL SALVADOR.
La comparación de 2006 con finales de la década pasada, refleja una notable disminución
en el abandono académico.
Las 37 mil 250 deserciones ocurridas en 1999, según los datos del Ministerio de Educación
(MINED), bajaron en un 34.86%.
El MINED realiza inspecciones en las universidades para verificar que cumplan la Ley de
la Educación Superior.
4.8.3. ACCESO Y COBERTURA DE LA EDUCACION
SUPERIOR EN EL SALVADOR.
El acceso a la educación en El Salvador esta condicionado en términos generales, a la
ubicación geográfica de las instituciones de educación superior, en el país existen tres
puntos referenciales mportantes:1)Zona Metropolitana de San Salvador, en donde se
concentran el 72.8% de población estudiantil; 2)La Zona Occidental con un 12.55% de las
demanda estudiantil para los departamentos y 3) La zona Oriental con un 11.64% e donde
la población se concentra en los departamentos de San Miguel y Usulután.
Esta situación semi – centralizada, a pesar que nuestro país es pequeño, presencia ciertos
obstáculos para los jóvenes que se gradúan de la educación media en los departamentos
más aislados como la Unión, entre otros.
4.8.4. UNIVERSIDADES A NIVEL NACIONAL.
SAN SALADOR
Universidad de El Salvador (UES)
Univ. Cristiana de Las Asambleas de Dios (UCAD)
Universidad Don Bosco (UDB)
Universidad Dr. Andrés Bello (UNAB)
Universidad Evangélica de El Salvador (UEES)
Universidad Panamericana (UPAN)
Universidad Pedagógica de El Salvador (UPED)
Universidad Politécnica de El Salvador (UPES)
Facultad Latinoamericana de Cs. Soc. FLACSO
Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer (USAM)
Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC)
Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN)
Inst. Superior de Economía y Administración de Empresas (ISEADE)
Instituto Técnico de educación Superior de profesionales de la Salud de El Salvador
(IEPROES)
Universidad Francisco Gavidia (UFG)
Universidad Luterana Salvadoreña (ULS)
Universidad Modular Abierta (UMA)
Universidad Nueva San Salvador (UNSSA)
AHUACHAPAN
Universidad Panamericana (UPAN).
CHALATENANGO.
Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA)
Universidad Monseñor Oscar Arnulfo Romero (UMOAR).
LA LIBERTAD.
Universidad Albert Einstein (UAE)
Univ. Centroamericana José Simeón Cañas (UCA)
Universidad Dr. José Matías Delgado (UJMD)
Universidad Técnica Latinoamericana (UTLA)
Escuela de Comunicación Mónica Herrera
Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA)
Esc. Nac. de Agricultura Roberto Quiñonez (ENA)
Inst. Esp. de Educación Sup. El Espíritu Santo
Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios
SAN MIGUEL
Univ. Capitán General Gerardo Barrios (UCGB)
Universidad de El Salvador (UES)
Universidad Dr. Andrés Bello (UNAB)
Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA)
Universidad de Oriente (UNIVO)
SAN VICENTE.
Universidad de El Salvador (UES)
Universidad Panamericana (UPAN)
SANTA ANA.
Universidad Autónoma de Santa Ana (UNASA)
Universidad Francisco Gavidia (UFG)
Universidad de El Salvador (UES)
Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA)
Universidad Católica de El Salvador (UNICAES)
SONSONATE
Universidad de Sonsonate (USO)
Universidad Dr. Andrés Bello (UNAB)
Instituto Tecnológico de Sonsonate (ITSO).
USULUTÁN.
Universidad Capitán General Gerardo Barrios (UCGB)
Instituto Tecnológico de Usulután (ITU)
4.8.5. FACTORES DE DESARROLLO EDUCATIVO EN EL
SALVADOR.
El sistema educativo presenta, en El Salvador, así como todos los países del mundo
presentan una situación paralela con la estructura económica prevaleciente. Históricamente
observamos que al triunfar el capitalismo e imponerse como fuerza ideológica y política en
los países más avanzados, se impone la extensión de la escolaridad a amplio sectores de la
población, surgen las escuelas técnicas, se transforma la enseñanza humanística dándole un
contenido científico. Los cambios que operan en las estructuras educativas responden a la
necesidad que tiene el nuevo sistema de producción de contar con nuevos recursos
humanos calificados.
La situación social y educativa a través de los años en vez de mejorar ha empeorado, pues
si hasta y durante la década de los 70’ la educación universitaria era fundamentalmente
gratuita, a partir de 1980 y al proliferar las universidades privadas el servicio educativo se
encarece, volviendo más sectorial ese subsistema. Dicha situación se agrava con los
recortes que sufriera el presupuesto de la universidad Nacional de El Salvador.
En lo que corresponde a la educación básica y media esa refleja una situación similar. A
pesar de que el insumo educando ha crecido cuantitativamente en los últimos años los
presupuestos dedicados a la educación han disminuido en números absolutos y relativos.
A raíz de una reforma educativa que plantea como una de sus grandes estrategias cubrir las
necesidades de recursos humanos que requerirían la industria y el comercio, han adoptado
por la diversificación de bachillerato.
4.9. LA ECONOMÍA EN EL SALVADOR.
Durante más de una década la economía salvadoreña ha estado sumergida en un proceso de
recesión que se hace evidente en la progresiva reducción de las tasas de variación del
Producto Interno Bruto (PIB). En el último sexenio el ritmo de crecimiento promedio de la
actividad económica se sitúa en torno al 2.4%, niveles muy por debajo de los niveles
necesarios para reducir la situación de subempleo y empobrecimiento de la población.
Las explicaciones gubernamentales a este mal desempeño de la economía salvadoreña
durante la última los últimos diez años, y en particular los últimos seis años, no se incluyen
los determinantes estructurales y sistémicos que son la base del fenómeno. En ningún
momento se reconoce públicamente la situación de recesión en que se encuentra la
economía salvadoreña, mucho menos que esta etapa sea producto del mismo agotamiento
del modelo neoliberal. Los discursos oficiales y empresariales, a lo mucho reconocen una
situación de “desaceleración” en el ritmo de la actividad económica, según ellos generada
por factores exógenos, que están al margen de su control.
Las hipótesis oficiales explican el comportamiento de la economía salvadoreña en eventos
repentinos como las pérdidas ocasionadas por los desastres naturales, que reflejan la
vulnerabilidad en la que se encentra nuestra sociedad. La afectación de las exportaciones
por la caída en los precios internacionales del café; el incremento en el precio del petróleo y
sus derivados; además de las tardías aprobaciones del Presupuesto General de la Nación
que afectan los proyectos de inversión pública; y la “inseguridad” generada en los
inversionistas privados.
En la misma línea argumentativa, parecería ser que de no haber acontecido estos eventos, la
economía salvadoreña experimentaría altos niveles de crecimiento, tendríamos un escenario
expansivo totalmente opuesto a la tendencia recesiva que se observa. Vale preguntarse
entonces si son estos “elementos casuales” los que explican la actual situación del sector
real de la economía, o más bien la problemática económica nacional está determinada por
elementos históricos de carácter estructural, que se han agudizado con las mismas políticas
económicas implementadas.
Es evidente que a la base del proceso recesivo de la economía salvadoreña se encuentran un
conjunto de políticas públicas implementadas sistemática y progresivamente por los
sucesivos gobiernos de ARENA, inspiradas en un patrón “neoliberal”, que lejos de resolver
los históricos problemas estructurales que abaten la economía y sociedad salvadoreña,
buscan la consolidación de un nuevo patrón de acumulación del capital, coherente con la
dinámica y naturaleza misma del sistema capitalista. Así mismo Las reformas
“neoliberales”, implementadas a través de los Programas de Ajuste Estructural (PAE) y los
Programas de Estabilización Económica (PEE), transformaron radicalmente la economía
salvadoreña en poco más de quince años. La puesta en práctica de políticas fiscales
regresivas, el fomento a las exportaciones, el mantenimiento de un tipo de cambio fijo, y
posterior dolarización de la economía, y la política financiera, privilegiaron los productos
no tradicionales de exportación, incluyendo maquila, en detrimento de la producción
agropecuaria.
Así, se configuró una economía de “terciarizada” cuya principal fuente de divisas no
descansa en sus exportaciones, sino en el flujo de remesas familiares. Las actividades
agropecuarias e industriales han cedido su importancia a los servicios, principalmente el
comercio.
El actual patrón de acumulación de la economía salvadoreña se fundamenta en dos ejes: por
un lado en la producción primaria exportadora y la industria manufacturera de bajo nivel de
valor agregado (maquila textil y de confección); y por el otro, en la atracción de inversión
extranjera directa (principalmente maquila y corporaciones transnacionales que se han
beneficiado de la privatización de las empresas públicas).
A juzgar por las cifras oficiales y los discursos gubernamentales, en El Salvador existiría un
panorama macroecómico de estabilidad y crecimiento; que contrasta con la preocupante
situación económica de miles de pequeñas, medianas y microempresas; pero especialmente
la realidad de la mayoría de los hogares salvadoreños, que durante 2006 han visto
deteriorarse aceleradamente sus condiciones de vida y de esta manera afecta su salud y
educación.
La precarización de las condiciones laborales, la incapacidad de la economía salvadoreña
de generar empleos dignos y bien remunerados que motiven al empleado a lograr sus
objetivos ya sean educacionales o personales, la profundización de la desigualdad y la
exclusión, así como la creciente dependencia de las remesas familiares, son solo algunos
elementos de pan de cada día que viven los salvadoreños.
Dichas políticas deberían estimular las ramas estratégicas de la economía, las actividades
de Investigación y Desarrollo (I+D), la generación de condiciones factoriales que estimulen
la competitividad nacional, el impulso de una profunda reforma fiscal de carácter
progresiva, en función de la cual sea posible elevar considerablemente la inversión pública
en áreas que estimulen la competitividad nacional y reduzca las enormes brechas de
desigualdad social.
La obtención de altas tasas de crecimiento económico requiere de la voluntad política del
Gobierno a efecto que asuma acciones y medidas encaminadas para ese propósito, lo cual
supone transformar el actual patrón de asignación de los ingresos, en el cual casi el 70% del
PIB se destina hacia consumo público y privado, aunque éste se reparte muy