DESDE LA TRANSPARENCIA DEL VACÍO · que vive con sencillez el presente, hermano de jilgueros y...
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DESDE LA TRANSPARENCIA DEL VACÍO
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AUTOR : PEDRO MIGUEL COSMES MARTÍN
43 años.
Béjar y Plasencia, 2001 - 2002
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DEDICATORIA :
A Ana María Arévalo García y a Ángel Martín Sánchez.
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*
A UN BUEN AMIGO.
Agosto 2001
En memoria de Ángel Martín Sánchez.
Sin esa claridad que regalabas
el mundo me parece tenebroso,
pues tu afable sonrisa iluminaba
tanto dolor oculto y silencioso.
Duro combate, y desigual, librabas
contra la muerte, siempre poderosa,
y en plena juventud te marchitabas
cual pétalo arrancado de una rosa.
Elogio tu coraje y valentía,
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tu resistencia tenaz y animosa;
tu digno ejemplo en tan larga agonía…
Aunque triunfó la adversidad penosa
nunca podrá robarnos la alegría
de tu mirada noble y bondadosa,
transparente como la luz del día…
Fuiste estrella fugaz, llama preciosa,
rayo de sol en tormenta infinita,
un eclipse lunar que resplandece
mientras su frágil luz se debilita
contra la sombra que implacable crece.
Así aumentó la oscuridad maldita,
sustrajo la luz de tus ojos fríos,
el soplo que la carne necesita,
y con tu muerte nos dejó vacíos.
Si Dios existe te tendrá en su gloria,
que a nadie hiciste mal, mi buen amigo;
yo guardaré fragmentos de tu historia
y mientras viva vivirás conmigo.
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Me agrada recordar aquellos días,
cuando corríamos sobre la nieve
de las cumbres de nuestra serranía…
¡qué libertad! ¡qué plenitud tan breve!
Poco importaba la ventisca fría,
la escarcha en la ropa y los cabellos,
ni la niebla traidora que encendía
en los ojos sus mágicos destellos.
Aún los caminos guardan tus huellas,
cada cima tu voz emocionada,
las lagunas tus ojos con estrellas,
los neveros tu imagen congelada…
Tu vigor auguraba mucha vida,
tu mente era un oasis de ilusiones,
tu futuro alborada florecida
donde vivir sin preocupaciones.
De nada nos sirvió pedir clemencia,
suplicar un milagro merecido,
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fracasaron divinidad y ciencia
en aras de un absurdo no querido.
Hoy me asomo al abismo interminable
que sin piedad me tragará mañana;
camino por el borde indescifrable
del tiempo que mi existencia desgrana.
Hombre mortal, criatura diferente
que renunció a Dios y a su paraíso,
que vive con sencillez el presente,
hermano de jilgueros y narcisos.
Hombre de cumbres, no de catedrales.
Hombre del monte, no del sucio asfalto.
Hombre que necesita inmensidades
por lanzar la imaginación más alto.
Hombre tenaz que cae y se levanta,
que conquista el instante con orgullo,
que en un perfecto anonimato canta
aunque su voz no pase de un murmullo…
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Canto para ti, amigo inolvidable,
porque la memoria también florece.
¡Gracias por tu amistad inquebrantable!
¡Gracias por tus palabras sin dobleces!
*
RAMO A LA VIRGEN DEL CASTAÑAR.
Julio 2001
Permiso para cantar
en la ermita consagrada
del monte del Castañar
a la Virgen venerada.
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Afirma la tradición
que dos pastores tuvieron
mística premonición
y tu llamada atendieron;
que Joaquín e Isabel,
guiados por tu voz divina,
con inquebrantable fe,
hallaron en la colina
aquel árbol prodigioso
con castañas y candelas,
el anuncio milagroso
que tu aparición desvela.
Mas las gentes no creyeron
la historia de los pastores
hasta que ramos trajeron
llenos de frutos y flores,
entonces se congregaron
en búsqueda fraternal
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y, junto a un tronco, encontraron
una imagen virginal.
Tu llegada sucedía
en época triste y dura
de carencias y agonías,
de miedos y sepulturas,
cuando la peste asolaba
la ciudad y sus aldeas,
cuando la muerte azuzaba
su contagiosa marea,
cuando prendía el espanto
en las mentes vulnerables,
en medio de rabia y llanto
por dolencias incurables…
Hiciste tu aparición
en tan terrible momento
de amargura y confusión,
de impotencia y desaliento…
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La epidemia terminó,
fue un regalo tu venida,
trajiste la curación
para el alma y las heridas.
En uno de mis paseos
visité tu templo hermoso
y en un impulso virtuoso
te referí mis deseos.
Pedí tu auxilio cercano
para mis males temidos,
incrédulo bejarano,
plaga de dudas y olvidos.
Rezó la materia pura
aferrada a tu creencia
para aliviar la amargura
inherente a la existencia.
Junto a tu imagen sentí
esa luz que clarifica,
y de pronto comprendí
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lo que en verdad significas:
eres faro de esperanza
para el náufrago perdido,
rayo de sol y bonanza
sobre el mar embravecido,
concluye la soledad
con tu amable compañía,
siembras humilde bondad,
ilusiones y alegría,
ánimo para vivir
cada instante sin temor,
fuerza para resistir
sin malicia, con amor;
en este mundo cambiante
eres hito que persiste,
referencia fiel, constante,
en nuestro extravío triste…
Suplico tu protección
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para todos los presentes
y tu santa intercesión
cuando mi vida se ausente.
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*
SONETO AL CRISTO DE CABRERA
Agosto 2001
Para besar tus pies crucé los llanos,
tierra charra, dehesas amarillas,
desde Frades a Membribe, a Las Veguillas,
en una tarde ardiente de verano.
Para tocar tus llagas con mis manos
y en penumbra adivinar tus mejillas,
tu oscuro rostro de formas sencillas,
tus ojos secos, afables y arcanos.
Para rogar que sanen mis heridas
vine de lejos y te hallé sangrando.
Dios moribundo, te pedí más vida
aunque estuvieses por mí agonizando.
¡Egoísmo del alma dolorida,
que salud para el cuerpo está implorando!
15
*
HACIA EL FINAL TENEBROSO
Septiembre, 2001
En los fondos profundos que investigo
no hay restos de naufragios, ni esqueletos,
ni sirenas, ni tesoros secretos,
ni dioses protectores, ni enemigos.
A la deriva voy, no contradigo;
medusa en transparencia, ya sin retos;
me arrastra la corriente, no concreto;
soy del precario transitar testigo.
Aquí, donde termina la luz pura,
crece la oscuridad del alma abierta.
El tiempo aniquiló seres queridos.
Mil gusanos devoran carne muerta.
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Me aguarda una sencilla sepultura,
el silencio final, la paz desierta...
*
LA SENDA POLVORIENTA.
22/9/01
Viajeros fuimos, somos y seremos:
cruzamos por mil páramos sombríos.
Partículas de polvo en el vacío
o relojes de arena por baremo,
o dunas resbalando en los extremos,
o playas donde pulsa un mar bravío,
o polvareda sucia en un baldío,
o barro del sepulcro que tememos.
Una porción del polvo milenario
en mí se compactó, dichosamente,
para crear sueños imaginarios.
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Mi ceniza será flor indolente;
mis poemas, sencillos comentarios
de un viajero sensible y diferente.
*
MONASTERIO EVOCADOR.
Verano del 2001
En el claustro románico de Nieva,
el sol del mediodía dibujaba,
al mirar desde un rincón, la boca
abierta, amenazante de un monstruo.
A través de sus fauces de columnas
con sombras en el suelo proyectadas,
nos tranquilizó el cielo azul y limpio,
simple salida hacia la inmensidad.
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Vimos un pájaro sobre un dragón,
una paloma ¿de paz? contra el diablo.
Los monjes arrastraban su silencio.
Desciframos amenos capiteles
capaces de contar historias viejas.
Anduvimos de la mano, en armonía.
*
DUDAS DEL VIAJERO.
Verano 2001
Como las nubes cruzan por el cielo,
bandadas de vapor a la deriva,
al torpe capricho de las corrientes
que arrastran hojas, aves y polvo.
Un viajero, extraviado en la planicie,
se vuelve sobre sus pasos y busca
cualquier mirador, cualquier atalaya
desde donde investigar el entorno.
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Pretendía un camino y encuentra mil.
Corona un cerro y surge una montaña.
No identifica su huella entre millones.
Deambula en horribles pesadillas,
prisionero en su oscuro laberinto,
definitivamente, sin salidas.
*
EL PEDIGÜEÑO
Verano, 2001
Su piel era un refugio de escorpiones,
sus ojos dos cristales incrustados
en rostro de pedrusco abotargado
de gesto huraño, con barbas marrones.
Aquel mendigo articuló oraciones
aunque tuviese el cuerpo mutilado,
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en un rincón del páramo olvidado.
No quiso limosna, pidió razones.
Indigente de estómago vacío
extendió sus manos sucias, rugosas,
y el polvo se depositó en su palma.
Allí seguirá, en medio del baldío,
maldiciendo su existencia penosa.
En el zurrón de cuero oculta el alma.
*
TRAS UN ACCIDENTE DE TRÁFICO
Verano, 2001
Al despertar, contempló un simple muro
por un reloj inmóvil adornado
y un crucifijo de plástico atrapado
en el tétrico e irreal claroscuro.
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Dio su fallecimiento por seguro
al descubrir el tiempo allí varado,
pero el aire insuflaba sus costados
a un ritmo maquinal, no sin apuros.
Como olvidó la experiencia pasada,
era un recién nacido sin recuerdos,
asediado por tubos, cables, gomas…
Gritó con fuerza, aunque no escuchó nada.
Quiso saber si estaba loco o cuerdo.
Tal pesadilla estalló al fin del coma.
*
LA MEMORIA
Verano, 2001
Secuencia irrepetible de sucesos;
imagen que, fácilmente, se olvida,
como formas cambiantes de las nubes,
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del humo efímero de las hogueras.
Fotogramas perdidos para siempre,
recuerdos imposibles de rescatar.
El fin es el presente que progresa
en la frontera imparable del tiempo.
Y la película arde en la pantalla,
su mancha oscura borra el horizonte
y los personajes se desintegran.
También la vida es un sueño ficticio,
trozo de celofán que se consume
cuando nos borra la muerte y el olvido.
*
PAISAJES MARCHITOS
Otoño, 2001
Cálidas pinceladas otoñales:
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marrones, amarillas, ocres, rojas…
Como simples telas caen las hojas
para cubrir el suelo de retales.
Alfombra de recortes ideales,
con corazones de oro se me antojan.
Las ramas, en desnuda paradoja,
perdieron sus rumores musicales.
Buques dorados flotan en la fuente.
Crepitan mis pisadas y fragmentan
frágil tapiz que adorna mi presente.
El misterio de la chopera aventa
remolinos de sombras incipientes,
fantasmas de la noche cenicienta.
*
EL BUSCADOR DE SETAS.
Otoño, 2001
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La herida del ocaso suturada
por las agujas verdes de los pinos.
La lluvia gris embarró los caminos.
Fluyen arroyos hacia la hondonada.
Los troncos son barrotes, pinceladas.
Examino musgos, hojas, citrino
suelo en busca del manjar divino
entre la podredumbre acumulada.
Como en un cuento: bellas amanitas
con sus lunares blancos sobre el rojo
junto a corros de brujas sin marmita.
Setas carnosas hallaron mis ojos:
un boleto, lepiotas exquisitas,
champiñones y níscalos de antojo.
*
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CAMPIÑA OTOÑAL
Otoño 2001
Un otoño de llamas congeladas
expulsa las últimas mariposas,
arranca los pétalos de las rosas,
ahuyenta golondrinas en bandadas,
pone en las fuentes bellas pinceladas,
trozos de azufre, sombras temblorosas.
Hojas marchitas caen y se posan
sobre un tapiz que oculta encrucijadas.
Crepitan mis pasos en suave suelo,
mosaico de despojos carcomidos.
Busca mi vista la amplitud del cielo
entre el ramaje desnudo y aterido:
redes tristes, sin música ni vuelos,
que conservan abandonados nidos.
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*
UN PASEO CAMPESTRE
Otoño, 2001
Me gusta probar los frutos silvestres,
esos dulces manjares de los pájaros
que mitigan nuestro hambre en el otoño
si sopla el viento helado de las sierras.
Te llegaste a un serbal de cazadores
a recoger un jugoso racimo,
el viento revolvía tus cabellos,
pero el sol los adornó con pan de oro.
En el ocaso vi nubes fantásticas:
dragones, ángeles, duendes y monstruos.
Empezó a llover con fuerza y corrimos
por las trochas del bosque, ya en penumbra,
buscando abrigo, calada la ropa,
bajo la luz fugaz de los relámpagos.
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*
TESTIGOS LEJANOS
Otoño 2001
En la intimidad de nuestros hogares,
ricamente, frente al televisor,
asistimos a otra de tantas guerras
como si fuese una mala película.
Tras el impacto de los dos aviones
en las Torres Gemelas de New York,
o de misiles en cualquier aldea
triste y desolada de Afganistán
se produce idéntico resultado:
un crimen cruel contra la humanidad.
La pantalla es un ojo, mira al mundo,
pero une realidad y ficción,
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nada nos sorprende, todo está visto.
Desenchufamos y acaban las penas.
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TESTIMONIO DEL CAOS
Otoño, 2001
Duras imágenes, como cuerpo extraño al ojo,
esquirla cortante que atraviesa la cornea
para alojarse en lo más profundo del cerebro.
Imágenes de niños salvajemente heridos,
de niños moribundos por falta de atención,
de niños que agonizan por dolencias curables,
de niños sufriendo el azote de la intemperie
porque su hogar es un sucio rincón del asfalto,
de niños malnutridos, víctimas de la hambruna,
de niños analfabetos sin paz ni futuro,
condenados a morir en cualquier represalia…
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Duras imágenes que rompen el corazón,
porque aún nos persiste una brizna de conciencia
para comprender tanta injusticia y cuestionar.
*
LA ATALAYA
Otoño 2001
Desde el adarve de muralla vieja
contemplo el valle con sombras de nubes,
el humo de una lumbre recto sube
y una columna de mármol semeja.
Brilla un rayo de sol sobre la reja
del arado que adorna este paisaje
con renglones de surcos sin lenguaje,
parte el hierro el terrón color de teja.
Tras de la yunta sufre el campesino,
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guía el tosco timón de la mancera.
Tras de dos bueyes de andares cansinos
surca el campo para la sementera.
Araña el polvo y añade otro camino.
El secarral improductivo espera.
*
APUNTES DEL OTOÑO
Otoño, 2001
Cálido paisaje otoñal contemplo:
álamos y abedules amarillos,
robles y castaños marrón rojizo,
vides sangrientas, vinosos cerezos…
Hojas como lágrimas sin secretos.
Hojas de corazones sin latidos.
Hojas de curvos alfanjes sin filo.
Hojas como labios sin voz ni besos.
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Cálidos colores, aunque la sierra
viste la frialdad azul de la nieve.
Piso la escarcha que adorna la hierba,
diminutos arco iris indelebles.
Prisionero estoy en la red triste y densa
del ramaje desnudo que me acoge.
*
LA ASCENSIÓN
Otoño 2001
Vi montes con frondas ensortijadas,
lomas de curvatura suave y hermosa,
rasgados canchos, crestas ostentosas,
nieblas húmedas y festoneadas,
cumbres desafiantes a la mirada,
gélidos altares de crueles diosas,
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valles glaciares, precipicios, fosas,
meandros con corrientes y cascadas.
Duro camino para el visitante,
plagado de peligros y fatigas,
árido, vital, directo, expectante,
no exento de confusión y de intriga,
pero al final siempre gratificante,
porque la sierra puede ser tu amiga.
*
EL ÁLBUM DE FOTOS
Otoño 2001
El árbol del tiempo extiende raíces,
raíces sin final, hondas, distantes.
En un mar de materia en movimiento,
ella quiso atrapar sus instantes.
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Un álbum de fotografías grises
congeló en el universo cambiante,
cadáveres de papel ordenados,
fantasmas quietos, mudos, rutilantes…
Hojarasca marchita del pasado.
El moho pudre rostros arrogantes,
porque también las fotos envejecen
y la patina borra los semblantes.
Soberbia fue querer anclar el tiempo,
precaria vanidad del paseante.
*
LA ISLA
Otoño 2001
Mi paraíso está a orillas del Jerte.
Las nubes, como ángeles, se reflejan
en sus aguas tranquilas que se alejan.
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Cerca de su rumor quiero quererte.
Reflejo especular muestra la suerte
del martín pescador; las torres viejas
de la catedral; dispares cornejas
y garcillas en sus alisos fuertes.
Río vivo, cambiante, con mil luces,
que amenizas el tranquilo paseo.
Tu transcurrir continuo me seduce:
también cruzan mi sangre y mis deseos.
No me hundirá el lastre de íntimas cruces
pues la paz me devuelves si te veo.
*
EL AYER FELIZ
Otoño 2001
Ojalá vuelvan días apacibles
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en los que sólo me importe vivir
sin amarguras, lejos del sufrir,
en un mundo sencillo y comprensible.
La comodidad de logros factibles,
la placidez y el amable sentir,
la salud que no dejo de pedir,
el bienestar como un bien infalible.
La vida fácil, harto de aventuras.
La mente apática, sin fantasías,
inmune a tanta incertidumbre oscura.
Me duele la lucidez cada día,
la inteligencia en la batalla dura.
Ojalá me devuelvan la alegría.
*
ESTADOS MENTALES
Otoño 2001
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¿Qué descarga eléctrica originó el sentimiento
en aquel tejido gris saturado de imágenes?
¿Qué magnífica, honda soledad fructificó
desde la materia íntima de aquel hombre vivo?
Pues su imaginación puso ángeles luminosos
donde mi retina captaba un cielo velado.
Vio alas algodonosas, túnicas impecables,
nubes con rostros serenos y vastas sonrisas.
Le hallé sorprendido en un espejismo sin fin,
trataba de descifrar difícil jeroglífico
ensamblado con mil alucinaciones rotas.
Cuando quiso volver a la realidad, era
terriblemente tarde, totalmente imposible,
quedó atrapado en su pesadilla para siempre.
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EN LA AGONÍA
Otoño, 2001
Llamadlo incursión hacia las sombras,
dragado en la oscuridad profunda,
desplome en el abismo que nombras,
o derrota prevista y rotunda.
Cuando quise luz de las vidrieras,
la luz de los carámbanos de hielo,
la luz de tus ojos sin fronteras,
la luz en las fuentes y en tu pelo,
el tiempo trajo su oscura herida,
lesión implacable y destructora,
rejón en la carne dolorida
e inyectó veneno sin demora…
No cura mi mal, rompe mi vida.
La muerte, sin piedad, me devora…
*
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LA INCERTIDUMBRE
Otoño, 2001
Me arrastró el torbellino de tu duelo
y, desde entonces, vivo sin fortuna.
Sembré esperanza en polvo de la luna.
En devastado erial busqué consuelo.
El mal puso en mi carne su señuelo,
el temor me sepultó entre sus dunas,
germinó enfermedad inoportuna,
un rayo me alcanzó en dichoso vuelo.
Sólo quise esperar el desenlace,
era protagonista de tragedia.
Mi propia carne fue la daga aguda
que seccionó mi entraña y sus disfraces.
Desde aquel día, la muerte me asedia,
soy náufrago en el mar de mis dudas.
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*
PASEO AL ATARDECER
Invierno 2001
Es un lujo contemplar el ocaso
junto a ti, en un paseo delicioso
por las orillas del Jerte silencioso
que refleja nubes de tul y raso.
Cruzan sus fuegos, ángeles acaso,
caballeros de escudos herrumbrosos,
flota un plumón mágico y luminoso
desprendido de un ala de Pegaso.
Adornos para los grises ramajes,
para su soledad triste y desnuda
que visitan los pájaros salvajes,
telarañas de luz, redes nervudas,
claroscuros de vistosos encajes…
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Sin las hojas la brisa pasa muda.
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PASEO INVERNAL
Invierno, 2001
Paisaje con mil árboles desnudos,
la hojarasca caída alfombra el suelo,
la escarcha extiende quebradizo velo,
luce el polvo encorchado un alba crudo…
Aquí la nieve de mis pies sacudo,
allá cuelgan los carámbanos de hielo,
un hechizo congeló los riachuelos
que relucen inmóviles y mudos.
Corta el cierzo mi cara descubierta,
me estrangula con sus dedos helados,
prende en mi piel caricias encubiertas,
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difumina mi aliento sosegado
en el aire, que me huele a flores yertas…
Otro invierno riguroso ha llegado.
*
TRAMO FINAL
Invierno 2001
Mis poemas póstumos os ofrezco,
mi sacrificio en el altar del mundo,
a dioses sordos mi grito profundo
que no pide piedad. (No la merezco).
Aunque en tristeza infinita perezco
vivo con más pasión cada segundo.
Quise ser anónimo vagabundo
y con cada poema me engrandezco.
Mas voy cansado por la incertidumbre.
Mi camino fue largo y doloroso.
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Llegar aquí fue coronar la cumbre,
atalaya de valle más hermoso,
acercarse al calor de una lumbre,
descansar en el regazo amoroso.
*
EL DOLOR CONSCIENTE
Invierno, 2001
Quién pudiera existir sin pensamiento,
como un árbol, sin pena ni alegría,
ignorando las noches y los días,
el hachazo o las caricias del viento.
Porque en mi mente bulle el sufrimiento,
terrible actividad honda y sombría,
me hace infeliz, en soledad me guía
por un cruel laberinto de momentos.
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Hacia la nada voy, triste y consciente,
nadie puede aliviar esta sapiencia,
un horizonte vacío hallo enfrente,
sólo el amor endulza mi existencia.
La materia del universo ingente
ejecutará su brutal sentencia.
*
EL NAUFRAGIO
Invierno, 2001
Náufrago en océano proceloso,
la oscuridad gélida me rodea,
la luna es un estorbo luminoso,
el cansancio confunde mis ideas.
Floto sobre un abismo tenebroso;
me arrastra, a la deriva, la marea;
helado por un beso misterioso;
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es inútil continuar la pelea.
Me traicionó mi cuerpo vulnerable.
Me abandonó mi voluntad postrera.
Me encuentro en un estado deplorable,
juguete de las olas y escolleras,
a merced de la corriente implacable,
aferrado a un pedazo de madera.
*
EL INSTANTE ACTUAL
Invierno, 2001
Aquí llegué por ladera pendiente
pero veo la cumbre muy lejana,
estoy a medio camino, en la solana,
solo en la inmensidad, sin alicientes.
Hace tiempo que voy contracorriente
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mostrando en mi cabello algunas canas,
arrugas en mi piel, torpe desgana,
desinterés por el mundo presente.
En medio de un pedregal hoy suplico,
el viento dispersa mis oraciones
y como hojarasca las desmenuza.
El origen de este mal no me explico,
estoy atrapado en mis vacilaciones,
una jauría de dolor me azuza.
*
POEMAS TRISTES
Invierno 2001
Mis palabras sólo fueron tu veneno,
ponzoña musical, inútil poesía,
hacha que despedazó tu alegría,
temblor en un estanque sereno.
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Hablé con mi dolor y eso no es bueno,
canté con la tristeza que tenía,
con la desesperación ruin, baldía
y así apagué tu sonreír ameno.
A veces, las palabras hacen daño;
aunque son aire, cortan como espadas
y el amante se torna en un extraño
mientras corren las lágrimas saladas
en un instante tan cruel, triste y huraño
que saquea la luz de tu mirada.
*
ALMENARA
Primavera 2002
A la luz de la luna, casi llena,
duermes, plácidamente, sobre el lecho;
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cada respiración colma tu pecho
y el céfiro acaricia tu melena.
A tu lado concluye cualquier pena,
mi dolor escarchado se ha deshecho,
florece mi corazón satisfecho
y tu alegría rompe mis cadenas.
La luz lunar te alumbra y te descubre
soñando, junto a mí, en la primavera
que brota entre gorjeos y fragancias.
La luz lunar te ilumina y te cubre
de satén blanco con nácar y cera,
para mostrarme toda tu elegancia.
*
TU DESNUDEZ
Primavera, 2002
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Te recorre mi mirada curiosa
descubriendo los íntimos detalles:
curvatura perfecta de tu talle,
piel pálida de pétalos de rosa.
Te ofrezco mil halagos, flor hermosa,
y tus labios me piden que me calle
con un rubor de cerezas del valle
y un dedo sobre tu boca preciosa.
Arde la luz y es torpe vestimenta
en tu carne, aún escarcha tendida,
que se funde con mi lengua sedienta.
Aspiro la fragancia desprendida.
Me bebo tu reír, mientras me cuentas
que aquí la sombra no tiene cabida.
*
LA PERFECCIÓN EN LA MEMORIA
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Primavera, 2002
Sobre tu cuerpo, total maravilla,
resbala como un bálsamo la noche
y sus estrellas son gemas de un broche
que adornan la habitación donde brillas.
Estructura perfecta, sin mancilla,
que apremia mis deseos sin reproches,
que me induce al amoroso derroche
contra sus formas suaves y sencillas.
Tu imagen pura guardaré en mi mente,
no cabrá vejez ni decrepitud,
seguirá intacta, como en el presente.
Congelaré tan bella juventud
en un álbum de recuerdos vivientes
que rebose hermosura y plenitud.
*
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INTRODUCIÓN AL HEDONISMO
Primavera 2002
Hazme partícipe de los placeres
pues hoy reniego de preocupaciones,
no traigas dudas ni cavilaciones
y respeta, también, mis pareceres.
Cada cual busque en vida lo que quiere,
que para disfrutar tendrá ocasiones
si triunfa el sentir sobre las razones,
si hay voluntad allá por donde fuere.
Ya llegará el dolor cruel y sombrío,
las tragedias como una llamarada,
la torpeza mental y el desvarío…
Disfrutemos esta vida prestada,
hay que colmar el segundo vacío
y olvidarse de lágrimas saladas.
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*
PREFIERO LA DESNUDEZ
Primavera, 2001
Yo prefiero desnudez que mentira,
pues no hay más verdad que un cuerpo desnudo.
A su llamada indescifrable acudo
como el viento a la veleta que gira.
Me llama la pasión, mis ojos miran,
mis dedos desatan absurdos nudos
por liberarte del ropaje rudo
que oculta tu piel si mi piel conspira.
Como una flor descubro tu belleza,
la rescato de la sombra ignorada
para que luzca henchida de viveza
como la luz del sol en la alborada,
que nos trae claridad y tibieza
e ilumina negrura acumulada.
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*
LA PERFECCIÓN AMADA
Primavera, 2001
Seduce la tersura de tu piel nacarina,
resbala mi caricia cual lumbre temblorosa,
mis labios sedientos beben pulpa deliciosa,
el jugo dulce del fruto que en sazón culmina.
En tu presencia amada, mi soledad termina,
concluye mi tristeza en tu carne generosa,
inmolo mi pesar en el ara de una diosa
que en su pedestal sonríe y el futuro adivina.
Obra perfecta en templo espiritual y cambiante,
que acapara más luz desde su hornacina en sombras,
magnífico desprecio a la infinitud reinante.
Mi mente así lo piensa y en su pequeñez te nombra
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diosa del amor, del placer, del presente, amante...;
no madre del dolor, sino milagro que asombra.
*
EL ENCANTO DE PASEAR JUNTO AL RÍO JERTE
Primavera, 2002
Aquella tarde de final de invierno
contemplamos los alisos floridos
del río Jerte, entre grises dormido,
bajo el cielo inverosímil y eterno.
El ocaso era concha en el infierno
abierta como boca a los gemidos
y el sol, perla de suave colorido
perdida entre los humos del averno.
Sublime atardecer la luz regala
sobre el río tranquilo, aunque cambiante,
puro tiempo que líquido resbala.
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La catedral despide los instantes,
pues su reflejo perdura y acicala
el continuo fluir, la corriente errante.
*
LA VILLA SUMERGIDA
Primavera, 2002
Concha abierta en cielo gris e invernal,
interiores de nácar, perla el sol,
horizonte de azabache y carbón,
se reflejan en el embalse fluvial.
Gracias a la sequía, bien por mal,
la torre de Floripes emergió
y con ella las leyendas de amor
que un forastero quiso recordar.
Queda un puente romano, ya sin río,
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ruina gloriosa, rota y rescatada.
Aquí yace Alconétar sumergida.
La Vía de la Plata, en el baldío,
discurre en procelosa encrucijada,
ejemplo de desastre sin medida.
*
LOS RECUERDOS FELICES
Primavera, 2002
No podrán robarte tu felicidad pasada,
los días emocionantes del ayer dormido,
que la memoria recupera y cobran sentido
en la intimidad inviolable, única y vedada.
Gratos recuerdos me endulzan otra encrucijada,
cuando parece que el tiempo voraz ha vencido
y el instante es esquirla que corta los tejidos
aunque mis ojos busquen la luz de la alborada.
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Felices recuerdos impregnan tu ser querido,
florece tu imagen en mi carne enamorada
porque nuestro amor triunfará sobre el triste olvido.
Alzo mi voz musical, potente campanada,
para referir que el amor no es pájaro herido
aunque el tiempo nos clavó saeta envenenada.
*
AMOR CON SOLERA.
Primavera, 2001
La delicia de años de compañía
canto, pues nuestro amor ha persistido
por encima de sombras y ladridos,
como el cielo perdura cada día.
Encanto no exento de valentía:
nuestro amor terrenal ha conseguido
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plantar jardín en un erial temido
y gozar sus magnolias de alegría.
Cariño maduro: la pasión deja
paso a la complicidad, amor puro
que tanto sufrimiento borra, aleja.
Almenara de un pasadizo oscuro.
Celdilla que relleno, como abeja,
con exquisita miel para el futuro.
*
LO QUE ME IMPORTA
Primavera, 2001
Disfruto amor, arte y naturaleza.
La vida sin amor no vale nada,
del arte aprecio la emoción ganada
y el campo me regala su belleza.
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Me alejo de la sociedad que reza,
harto ya de sus conjuros y celadas.
No perdonaré la maldad taimada,
ni la barbarie humana y sus vilezas.
Dejadme así, con la mujer amada,
en medio del camino, de la mano,
paseando en la tarde arrebolada,
por amplia dehesa, por recios llanos,
porque hoy quiero prenderme en la mirada
libre y digna de los negros milanos.
*
TEMOR A LA AGONÍA
Primavera, 2002
Regreso a la profundidad oscura
del hombre que desprecia la alborada,
honda sima por mil monstruos poblada,
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túnel sin final, resquicio, angostura,
gris galería excavada en la hondura,
callejón infinito, encrucijada
de un ciego no presentida, palpada
con angustiosa impotencia y amargura.
Hoy se hunde la ballena arponeada.
Hoy nos observa el toro agonizante
con la carga mortal de aguda espada.
Hoy fluye sin cesar sabia filante
de la hierba inocente recién segada.
La vida se evapora a cada instante.
*
AGRADEZCO TU APOYO
Primavera, 2002
Si supieras, mujer, cuanto preciso
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tus palabras de amor, tu eco cercano,
brisa concreta, soplo entre avellanos
que cruza con aroma de narcisos.
A tu lado seré desnudo aliso
con gris ramaje por abiertas manos
y cortezas con carcoma y gusanos,
cuyo tronco se inclina ya sumiso.
Junto a la margen del río que fluye
y arrastra blancos pétalos de flores,
sobre la transparencia que confluye,
permanecerán besos y rumores.
Mi carne enamorada así lo intuye,
y cesan de inmediato mis temores.
*
TE REGALO UNOS VERSOS
14 Febrero 2002
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En el día de San Valentín te doy
un poema de amor, por mí tejido
con trama de gratitud sin olvido
y urdimbre de alegría inmensa, porque hoy
permanezco a tu lado, tu sombra soy,
porque ambos así lo hemos elegido,
y escucho tu voz, celestial sonido...
porque enamorado, más que nunca, estoy.
No podrá el tiempo apagar este fuego
que arde para dar luz en mi camino.
Deslumbrado de amor, amor entrego:
amarte siempre será mi destino,
mi diosa terrenal, la voz del ciego,
guía en el ara del hogar divino.
*
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CAMINOS DE MONFRAGÜE
Primavera, 2002
La dehesa ofrece antiguas cañadas
para sentirse, en la inmensidad, vivos
bajo alcornoques, encinas y olivos,
sobre hierba de colores esmaltada.
Busca en la lejanía la mirada.
Somos, de su belleza, dos cautivos.
Para disfrutar no faltan motivos.
Vamos libres por la tierra encantada.
Allí corre el caballo sin montura.
Allá embiste el toro con fiereza.
Allí huye el venado, entre la espesura.
Allá rumian las merinas malezas.
Allí el cerdo incrementa su gordura.
Ronda un halcón sobre nuestras cabezas…
*
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LA CRUZ VACÍA
Primavera, 2002
Un castillo de naipes se derrumba
con un mínimo soplo de mi aliento;
tan frágiles somos; en un momento
la muerte nos arrastra hasta la tumba.
Flor encerrada en negras catacumbas
abro pétalos escuálidos, tiento,
busco el roce de un rayo ceniciento,
de abejas que liban néctar y zumban.
Tres extremos en el aire me esperan
y el cuarto hundido en el polvo silente,
mástil de sufrimiento, no quisiera
colgar de tus brazos amargamente,
morir en tu esqueleto de madera
sin corona de espinas en la frente.
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*
EL ENTIERRO
Primavera, 2002
Llegó la hora de esparcir tus cenizas
como el que arroja valiosa simiente.
Son los residuos de un hombre valiente,
los despojos de un navío hecho trizas.
Sobre la fértil tierra quebradiza
esparzo los fragmentos de tu mente.
Al reposo total, sin confidentes,
lanzo tu cuerpo, ya tierra caliza.
Llegó la hora de la calma temida.
El tiempo ejecutó mortal condena.
Triunfó la nada inútil, no querida.
El viento arrastra el polvo entre azucenas,
huyes libre, al fin, es tu despedida,
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se acabaron sufrimientos y penas.
*
NACER PARA MORIR
Primavera, 2002
Por vuestra voluntad zarpó mi vida
en medio de una terrible tormenta.
Un tripulante en soledad se enfrenta
a la implacable mar enfurecida.
Me arrastran las olas, voy a la deriva,
zozobra la embarcación y revienta,
caen los rayos con su luz violenta,
el viento rasga las velas partidas.
En este temporal que me lanzasteis
no hallaré puerto ni playa en el mundo,
a una muerte tan segura me enviasteis…
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Por el hecho de nacer voy errabundo
hacia el abismo al que me condenasteis,
hacia la nada sin salvación me hundo.
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EL VALLE DE JERTE EN FLOR
Primavera, 2002
Os invito a vivir la irrepetible
secuencia de sucesos naturales,
desde un cancho de inertes minerales
firme atalaya en el aire intangible.
Ahora la floración es posible
y cubre las laderas ancestrales
un manto de corolas vegetales,
el albor de los cerezos impasibles.
Al fondo, las cumbres aún nevadas.
Arriba el cielo con sus nubes leves
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como ángeles que cruzan en bandadas
sobre el pardo perfil de los relieves.
Resbala el corazón en la alborada
y la luz sobre pétalos con nieve.
*
ASCENSIÓN FRUSTRADA AL CIRCO DE GREDOS.
Primavera, 2002
La luz que sobre Gredos se encarama,
la luz que sobre nieve nos descubre,
absorbe los colores y nos cubre
con su caricia de invisibles llamas.
Sobre su albor rotundo piso. Claman
las nubes que, sin cesar, se aproximan.
Será imposible coronar la cima,
pues la niebla emborrona el panorama.
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No veremos tu circo prodigioso
con lagunas glaciares y neveros,
ni refrescaré el rostro sudoroso
en el agua de limpios ventisqueros…
Del placer nos priva un día nuboso,
duro, desapacible y traicionero.
*
EXCURSIÓN A LA SIERRA DE BÉJAR
Primavera, 2002
Al fondo vimos la pared rocosa
de Hoya Mayor cubierta por la nieve,
oímos el rumor perdido y leve
del agua que fluía cadenciosa
por debajo de congelada losa,
sinfonía de espuma rota y breve.
Las pisadas fueron bajorrelieves
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hasta el borde de la vertical fosa.
Desde un balcón de granito gastado
la mirada voló con las rapaces,
y el aire transparente, así surcado
vibró en las alas de volar capaces,
para ver mejor el arroyo helado
con sus carámbanos toscos, fugaces.
*
ALMENARA
Primavera, 2002
Amo la luz que aclara la negrura:
torres del homenaje con hogueras,
candiles, luminarias y lumbreras,
faros, luciérnagas y astros en la altura.
En esta noche busco tu hermosura,
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la rectitud de un rayo de vidriera
que perdure en tu carne verdadera
e ilumine mi encrucijada oscura.
Basta por hoy de estériles tristezas,
que cese la aflicción, el sin sentido,
la inquietud que oscurece mi cabeza.
Mi pecho esconde mágicos latidos
y tu alegría brota con presteza,
gocemos del amor y los sentidos.
FIN.