Desafiando la pobreza de las mujeres

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Desafiando la pobreza de las mujeres Perspectivas de género y estrategias para la reducción de la pobreza en Nicaragua y Honduras Sarah Bradshaw y Brian Linneker Informe CIIR

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Desafiando la pobrezade las mujeres

Perspectivas de género y estrategias para la reducciónde la pobreza en Nicaragua y Honduras

Sarah Bradshaw y Brian Linneker

Informe CIIR

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© CIIR 2003

Publicado por el Instituto Católico deRelaciones Internacionales

Catholic Institute for InternationalRelations (CIIR)Unit 3, 190a New North RoadLondon, NI 7BJ, UK

www.ciir.org

ISBN 1 85287 305 1

Publicado por primera vez en 2003bajo el nombre de Challengingwomen’s poverty: Perspectives on genderand poverty reduction strategies fromNicaragua and Honduras(ISBN 1 85287 302 7)

Traductora: Ana Quirós VíquezRedactor de versión española: CarlosFlores

En algunos países, el CIIR operacomo Cooperación Internacionalpara el Desarrollo (CID)

Diseño: Twenty-Five Educational

Impresión: APG (APG tiene laacreditación ISO 14001 para losEstándares AmbientalesInternacionales)

Foto de portada: Mujeres en unmercado de Nicaragua. Foto © Bill Gentile/CORBIS

CIIR agradece el financiamiento deTrocaire para esta publicación

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Perspectivas de género y estrategias para la reducción de la pobreza en Nicaragua y Honduras

Sarah Bradshaw y Brian Linneker

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Sobre los autores

Sarah Bradshaw tiene un doctorado (PhD) de laLondon School of Economics and Political Science y unamaestría (MSc) en Estudios Latinoamericanos de laUniversidad de Liverpool. Actualmente es catedráticatitular en Estudios sobre el Desarrollo en la Escuela deCiencias Sociales de la Universidad de Middlesex.Asimismo, ha trabajado en Nicaragua desde 1998 hasta elpresente, primero como cooperante de CIIR/CID con laCoordinadora Regional de Investigación Económica ySocial (CRIES) y posteriormente con la Fundación Puntosde Encuentro. Además, ha colaborado de cerca con laCoordinadora Civil (antes Coordinadora Civil para laEmergencia y la Reconstrucción – CCER) a través de lacomisión de auditoría social, para la elaboración de lapropuesta de la sociedad civil para la reconstrucción ytransformación de Nicaragua y el análisis del proceso dela Estrategia Reforzada de Crecimiento Económico yReducción de la Pobreza (ERCERP) en Nicaragua.

Brian Linneker es investigador en economía ygeógrafo. Tiene un doctorado (PhD) y una maestría (MSc)de la London School of Economics and Political Science.Se desempeña como Investigador Titular Asociado delDepartamento de Geografía del Colegio Birkbeck de laUniversidad de Londres. Ha trabajado en Nicaragua con laCoordinadora Civil para la Emergencia y laReconstrucción (CCER) desde su fundación (tras elHuracán Mitch en 1998) hasta el presente. En la CCER haestado involucrado en la comisión nacional deinformación y evaluación, la comisión de auditoría socialpara evaluar el impacto del Huracán Mitch, los esfuerzosen la reconstrucción y la investigación sobre la pobreza yel proceso de la ERCERP en Nicaragua.

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4 Introducción y Agradecimientos

5 Resumen ejecutivo

8 Sección Uno: El contexto de las políticas del DELP

ResumenLa iniciativa del DELP¿Un nuevo enfoque del Banco Mundial y del FMI?Experiencias de pobreza de las mujeresEl marco del DELPEl género y marco del DELP

15 Sección Dos: El proceso del DELP en Centroamérica

ResumenDesastre y deudaParticipación de la sociedad civil en los procesos de los DELPsEl papel de las mujeres en los procesos de los DELPs

22 Sección Tres: Los DELPs de Nicaragua y Honduras

ResumenLa inclusión del género en los DELPsEquidad de género como un tema en los DELPsLa exclusión del género en los DELPs

28 Sección Cuatro: Conclusiones

30 Sección Cinco: Recomendaciones

32 Referencias

36 Notas

Contenido

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Introducción y Agradecimientos _________________________________________________________________________________

IntroducciónEl Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional(FMI) lanzaron en 1999 la iniciativa del Documento deEstrategia de Lucha contra la Pobreza (DELP).1 Dichosorganismos internacionales aseguran que la misma esparticipativa y propiedad del país respectivo, al tiempoque cuenta con una perspectiva integral para la pobreza.Muchos observadores dieron la bienvenida a la nuevainiciativa como un importante paso hacia adelante. Sinembargo, desde el primer momento hubo preocupacionessobre el grado en que había cambiado realmente el énfasisde las políticas de estas instituciones financieras clave.

También surgieron inquietudes sobre cómo estainiciativa podría traducirse en políticas para los pobres ytambién promover la igualdad de género. Este informepresenta las perspectivas desde Nicaragua y Honduraspara examinar de qué manera la iniciativa DELP ofreceuna oportunidad real para “dar género” (introducirpreocupaciones de género) a las políticas que buscanreducir la pobreza. También presenta una serie deopciones diferentes que pueden orientar a quienesformulan estrategias de reducción de la pobreza tomandoen cuenta el género.

La Primera Sección se refiere al planteamiento de losDELPs sobre el género. Ésta revisa el contexto general delas políticas de la iniciativa DELP y la medida en que éstas

representan una nueva era de las políticas de desarrollointernacional: en particular qué tanto permiten losconceptos oficiales sobre la pobreza y la reducción de lapobreza una comprensión de la pobreza de las mujeres entoda su diversidad.

La Segunda Sección profundiza en el proceso dedesarrollo de las políticas de los DELPs en Nicaragua yHonduras. Destaca las experiencias de las organizacionesde coordinación de la sociedad civil y los problemasinternos y externos que han surgido en el llamado marcoparticipativo. Esta sección explora las posibilidades deintroducir las preocupaciones sobre género tanto en losprocesos oficiales de desarrollo de políticas como en losde la sociedad civil.

La Tercera Sección presenta un análisis de género delos DELPs publicados por los gobiernos de Nicaragua yHonduras. Se centra en la exclusión de laspreocupaciones de género en varias áreas de la estrategiade reducción de la pobreza y la invisibilización de lasmujeres en muchas de las políticas propuestas. Cuando seha incluido a las mujeres como beneficiarias y actoras enel DELP se hace una revisión crítica a esta inclusión yexplora sus implicaciones.

Las Secciones Cuarta y Quinta resumen el informe ypresentan algunas recomendaciones.

AgradecimientosAunque son demasiadas para nombrarlasindividualmente, los autores quieren agradecer la ayuda yel apoyo de una serie de personas y organizaciones en elReino Unido, Nicaragua y Honduras.

En el Reino Unido, los autores desean destacar elapoyo de la Universidad de Middlesex y agradecer alpersonal de la oficina de CIIR/CID de Londres, enparticular a Anne Street por iniciar el proyecto, a VanesaCruz por el apoyo logístico y a Osvaldo Vásquez por lasimportantes visitas a los países en cuestión. Tambiénquisiéramos agradecer a Sylvia Chant de la LondonSchool of Economics and Political Science, a Clare Creode CIIR/CID, a Emma Bell de la Red de Género delInstituto de Estudios para el Desarrollo, a JennieRichmond de Christian Aid y a Søren Kirk Jensen por leerlos primeros borradores de este documento junto con susnumerosos y útiles comentarios y sugerencias. Graciastambién a una serie de lectores y lectoras anónimos porsus observaciones.

En Honduras, los autores quisieran agradecer a Sally

O´Neil y particularmente a Jennifer Connoly de Trocairepor organizar los valiosos talleres para obtener lasopiniones de parte de los grupos de mujeres con relaciónal género y al proceso del DELP en dicho país. EnNicaragua, un especial agradecimiento para Ana Quirós yAna Criquillion por sus comentarios tan vivaces yperspicaces. Los autores también quieren reconocer aPuntos de Encuentro y a la Coordinadora Civil (CCER)por su apoyo y estímulo y a María Hamlin, PatricioCranshaw y el personal de la oficina de CIIR/CID enManagua por hacer de nuestra estancia en Nicaragua algoproductivo y agradable al mismo tiempo. Finalmente,gracias a nuestras familias por apoyar nuestras largasausencias.

Este documento se basa en el trabajo realizado por losautores durante los años 2002 y 2003. Los puntos de vistaexpresados en este informe son de ellos y nonecesariamente reflejan los de las organizaciones con lasque trabajaron.

Sarah Bradshaw y Brian Linneker, Managua, julio de 2003

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El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional(FMI) han promocionado la iniciativa del Documento deEstrategia de Lucha contra la Pobreza (DELP) como unanueva fase de sus políticas. Los DELPs representan unaforma de aplicar un nuevo marco de desarrollo paraintegrar los aspectos macroeconómicos del FMI con laspreocupaciones estructurales y sociales que aborda elBanco Mundial. Los países identificados como elegiblespara el alivio de la deuda bajo el esquema de PaísesPobres Altamente Endeudados (HIPC II2) deben producirun DELP como condición previa para recibir un alivio ala deuda y futuros préstamos blandos.

El Banco Mundial resalta que no hay modelospreestablecidos para los DELPs. Se pretende que esto seaun nuevo proceso de desarrollo de sus políticas, que secentre en la pobreza, sea específico y propiedad del paísen cuestión y que se base en la participación de lasociedad civil. Hasta qué punto el DELP está dirigido ypertenece al país, y hasta dónde llega la participaciónsocial son temas para debatir.

El discurso sobre el desarrollo participativo manejadopor el Banco Mundial y el FMI incluye los temas degénero, la equidad y la gobernabilidad. No obstante, lapolítica del crecimiento económico continúa estando alcentro de sus preocupaciones. Los países que solicitan elalivio económico de la deuda dentro de los HIPC II debenacordar sus condiciones de políticas macroeconómica conel FMI bajo el Servicio para el Crecimiento y la Luchacontra la Pobreza (SCLP).3 No existen condicionessimilares para los procesos desarrollados en las políticasdel DELP.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacionalafirman que su papel en la formulación del DELP es deasesoría. Sin embargo, para recibir alivio económico de ladeuda un gobierno debe primero presentar su DELP a laDirectiva Conjunta del Banco Mundial y del FMI. Estopuede favorecer la elaboración de estrategias acordes conlas preferencias políticas de dichos organismosinternacionales, socavando los procesos másparticipativos e innovadores en el diseño de talespolíticas.

Género y pobrezaEl Banco Mundial y el FMI prevén que los procesosparticipativos pueden ayudar a que elementos como elgénero se introduzcan en el proceso del DELP. La equidadde género es actualmente un punto específico en laagenda del Banco Mundial y un componente importantedel proceso del DELP. Sin embargo, aunque existe laorientación para incorporar la perspectiva de género enun DELP, no existe la obligación de hacerlo. De hecho,algunos DELPs que carecen de una perspectiva de géneroya han sido aprobados.

Si los DELPs quieren tener éxito, las estrategias parareducir la pobreza deben tomar en cuenta las bases de lasdesigualdades de género en el patrimonio nacional. Lapobreza de las mujeres es a la vez multidimensional ymultisectorial: las mujeres experimentan la pobreza dediferentes maneras, en distintos momentos y en diversosespacios (en la sociedad, en la comunidad y en el hogar).Las desigualdades estructurales dentro de las sociedades,entre los hombres y las mujeres y entre las mujeresmismas, dan forma a la experiencia individual de pobrezay a la pobreza relativa de las mujeres.

El enfoque del Banco Mundial promueve la equidad degénero como una forma de incrementar el crecimientoeconómico y la eficiencia, más que como un objetivo dedesarrollo en sí mismo. De este modo, aún cuando elgénero sea incluido en la estrategia de reducción de lapobreza, éste puede quedar orientado fundamentalmentehacia las metas económicas más que a las de equidad.

Participación de sociedad civilLa nueva retórica del Banco Mundial es participativa eincluyente y el marco del DELP tiene el potencial de unamayor participación de los grupos de base en ladefinición de las políticas, lo que se justifica sobre elprincipio de la propiedad nacional. También contieneelementos sobre el control del Banco Mundial y del FMIsobre las políticas elaboradas sobre la base de la reducciónde la pobreza. Cómo resolver esta aparente contradiccióndepende de las relaciones de poder internacionales e intranacionales y de las características de la gobernabilidad yde las instituciones.

Los casos de Nicaragua y Honduras demuestran queuna sociedad civil fuerte por sí sola no es suficiente paraasegurar una plena participación en los procesos delDELP. Es la relación entre los gobiernos nacionales y sussociedades civiles lo que es de particular importanciaaquí.

La devastación en Centro América provocada por elHuracán Mitch en 1998 trajo una nueva era en laorganización de la sociedad civil. En el período posterioral desastre surgieron importantes coaliciones, incluyendoel espacio Interforos en Honduras y la Coordinadora Civilpara la Emergencia y la Reconstrucción (CCER) enNicaragua. Estas coaliciones buscaron incidir en losplanes nacionales de reconstrucción y darle seguimientoa su progreso. Ambas tuvieron éxito, particularmente enmostrar las limitaciones de las iniciativas dereconstrucción de los gobiernos. Sin embargo, elresultado fue un deterioro en las relaciones con losgobiernos.

Los procesos de formulación de los DELPs trajeronnuevos problemas, particularmente alrededor de lasdefiniciones de participación. Los procesos oficiales

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Mientras que las estrategias de reducción de la pobrezadefinidas a partir de procesos participativos sonbienvenidas como un compromiso al interior de laspolíticas públicas, un análisis de los procesos enHonduras y Nicaragua genera importantescuestionamientos acerca de qué se puede hacer para quefuncionen mejor en relación a los intereses de los pobresy, en particular, de las mujeres pobres. Parece haber unaenorme brecha entre el discurso oficial sobre el géneroque acompaña al proceso de los DELPs y la realidad a lahora de elaborar estrategias en los países en desarrollo.

Las obligaciones externas para incorporar laspreocupaciones de género en los procesos de los DELPsson inherentes al marco político neoliberal en el queoperan. También existen limitaciones internas, como lacapacidad de la sociedad civil y de los movimientos demujeres en toda su diversidad para forjar agendascomunes.

Enfrentando la pobreza de las mujeresExiste varias opciones para abordar la pobreza de lasmujeres. Una es tratar de introducir una política degénero dentro del paradigma imperante del “crecimientoeconómico y reducción de la pobreza”. Este enfoquebusca agregar los aspectos de género a las políticasexistentes antes que formular políticas específicas paraabordar la equidad de género y tiende a ser el preferidopor las instituciones de desarrollo internacional. Loanterior básicamente significa implementar lasorientaciones de género del Documento de Base del DELPdel Banco Mundial. Muchos señalan que tal enfoqueutiliza a las mujeres para lograr avances en el crecimientoeconómico y en la eficiencia, pero sin transformar lasdesigualdades que impiden que éstas se beneficien de sucontribución.

Una opción alternativa sería usar el marco del DELPpara promover políticas de equidad de género quepersigan alcanzar bienestar económico y social. Esteenfoque trata de usar dicho marco para abrir nuevasoportunidades en la formulación de las políticas.Elementos tales como la inversión en educación y saludpodrían usarse para asegurar un mayor bienestar yaumentar la productividad. Además, busca ampliar lasdefiniciones de pobreza dentro de los DELPs y requiereque tanto los indicadores sociales como los económicossean tomados en cuenta cuando se “mide” y daseguimiento a la pobreza. No obstante, este enfoque nocambia el hecho de que los DELPs asumen a las mujeres ya la equidad de género como consideraciones secundariasy no como preocupaciones centrales.

Un tercer enfoque perseguiría promover una estrategiade reducción de la pobreza que se centra en lasdesigualdades de género más que en la pobreza. Dichoenfoque rechaza las nociones del Banco Mundial degénero situadas dentro de las corrientes mayoritarias deopinión. Más bien sugiere la necesidad de un Documentode Estrategia de Género separado para guiar el proceso,en buena medida de la misma forma que el Servicio parael Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (SCLP)orienta la política macroeconómica. Éste puede rechazarel proceso del DELP y el marco político neoliberal

estuvieron limitados en cuanto a los actores involucradosy los temas discutidos. Las relaciones entre el gobierno yla sociedad civil se deterioraron aún más, e importantesorganizaciones de sociedad civil desarrollaron sus propiosprocesos alternativos al DELP.

Finalmente, las recomendaciones de la sociedad civil –ya fueran de los procesos oficiales o de los alternativos –tuvieron muy poca influencia en las estrategias dereducción de la pobreza adoptadas por los gobiernos deHonduras y Nicaragua. Ahora bien, los gobiernos habíanlegitimado al DELP final basándose en que se habíanllevado a cabo procesos participativos, lo cualnuevamente generó tensiones entre el gobierno y lasociedad civil.

Género y participaciónLas relaciones entre gobierno y sociedad civil y lasrelaciones de género dentro de la sociedad civil puedencombinarse para determinar el grado en el que lasmujeres se involucran en cualquier proceso“participativo”. Desde el inicio, las mujeres en Nicaraguay Honduras tuvieron poca confianza en la dinámica enrelación a los aspectos de género tanto al interior de losprocesos de consulta del gobierno como de lascoaliciones clave de la sociedad civil.

No se debe asumir que las iniciativas de la sociedadcivil automáticamente incorporan los aspectos de género.La percepción de un apoyo limitado a los temas degénero en los foros mixtos de la sociedad civil puedefrenar la participación de las mujeres. La decisión departicipar o no divide a los movimientos de mujeres ydebilita su voz colectiva dentro y fuera de las iniciativasde las coaliciones de la sociedad civil y de los procesosdesarrollados por el gobierno. Tampoco debe asumirseque la participación de mujeres en las iniciativas de lasociedad civil automáticamente asegura propuestas quefavorezcan la equidad de género, porque las voces de lasmujeres pueden no ser escuchadas. Aún cuando laparticipación de las mujeres produce propuestas quetoman en cuenta el género, los procesos mismos puedeque no lo hagan.

Género en los DELPsEl análisis de los procesos de desarrollo de las políticas dereducción de la pobreza en Nicaragua y Hondurasmuestran cómo las mujeres son incluidas o excluidas dedichos procesos. De manera similar, la valoración de losdocumentos finales de los DELPs revelan no sólo cómo ycuándo los aspectos de género son incluidos, sinotambién en qué grado son excluidos.

Ambos documentos de estrategia de Honduras yNicaragua contienen mensajes contradictorios acerca delpapel de las mujeres, reforzando explícitamente sus rolescomo madres y cuidadoras al mismo tiempo queimplícitamente esperan que asuman un papel fuera de lacasa y en el trabajo. Las políticas formuladas a nivelmacro siguen siendo presentadas como neutrales encuanto al género. En los DELPs, la ceguera en laformulación de políticas hacia el género también seextiende a la gobernabilidad y a las políticasmacroeconómicas.

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dominante que está detrás. Dicho enfoque más bien tratade formular una política alternativa centrada en el géneropara abordar las causas profundas de la pobreza relativade las mujeres, incluyendo las inequidades de géneroestructurales que la sustentan. No obstante, esto puedellevar a la marginación de los asuntos de género y deaquellas que sostienen este enfoque, y crear divisiones enlos movimientos de mujeres.

Un entendimiento de las contradicciones que losprocesos de los DELPs pueden producir ayudaría aquienes se involucran actualmente en el proceso decabildeo que busca incidir más efectivamente en favor depolíticas para una equidad de género. En países donde elproceso está ya en marcha, el seguimiento y la evaluaciónde los resultados de los DELPs sobre los roles y lasrelaciones de género, así como en la pobreza relativa delas mujeres, podrían convertirse en una importanteactividad colectiva de defensa.

Un paso inicial sería hacer conciencia a través deestrategias de comunicación social sobre los importantes

papeles que las mujeres juegan en la sociedad y en laeconomía, así como sobre el efecto de las diferentespolíticas públicas en estos roles. Esto requeriría deldesarrollo no sólo de conocimientos del ordeneconómico y de la capacidad de las mujeres para criticarlas políticas públicas, sino también de la habilidad paraformular agendas políticas alternativas que tomen encuenta las realidades socioeconómicas. Para promoverestas agendas también se necesita incentivar y desarrollarredes de mujeres y fomentar una mejor coordinación nosólo fuera las fronteras nacionales sino también a suinterior.

Por lo anterior, debe desarrollarse una gama deactividades para dar seguimiento a la implementación delos DELPs y evaluar sus políticas basándose en las diversasexperiencias de las mujeres en torno a la pobreza. Estopodría apoyar la formulación de políticas pro-pobres ypro-género efectivas. Tales actividades demandan unapoyo financiero continuo para grupos y movimientos demujeres en el futuro.

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El contexto de las políticas del DELP ______________________________________________________________________________

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ResumenAunque el discurso del Banco Mundial y del FondoMonetario Internacional (FMI) ha incorporado temascomo el género, la igualdad y la gobernabilidad, su ejeprincipal sigue siendo el crecimiento económico. Esteénfasis guía el proceso de diseño de estrategias dereducción de la pobreza. Para obtener fondos por mediodel Servicio para el Crecimiento y la Lucha contra laPobreza (SCLP) la política macroeconómica de un paísdebe establecerse a partir de los acuerdos con el FMI. Estolimita la participación del país en el proceso de diseño dela estrategia de reducción de la pobreza.

Para obtener el alivio de la deuda, un gobierno debepresentar un Documento de Lucha contra la Pobreza(DELP) a la directiva conjunta del Banco Mundial y delFMI. Esto puede estimular la producción de estrategiasque estén en concordancia con las políticas preferidas dedichas instituciones y atentar contra procesos másparticipativos e innovadores. Las programacionespropuestas por el Banco Mundial y el FMI tambiénpueden limitar la participación. Permitir al gobiernoelaborar un DELP provisional antes de consultar alpúblico ayuda poco y puede más bien frenar lasoportunidades de participación y de consulta.

Aunque los gobiernos deben acordar sus políticasmacroeconómicas con el FMI al negociar el Servicio parael Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza, no hayrequerimientos similares para otros elementos delproceso del DELP, como los niveles de participación.

El Banco Mundial ha incorporado ahora al génerodentro de su programa de acción y lo presenta como unimportante componente del proceso del DELP. Sinembargo, no exige que el DELP aborde las inequidades degénero. Prueba de ello es que DELPs que ignoran algénero ya han sido aprobados, lo que demuestra que estono es precisamente de alta prioridad.

La perspectiva promovida por el Banco Mundialsugiere que aún cuando el género esté incluido en unDELP, no hay garantía de que dicha inclusión estémotivada por una búsqueda de equidad sino más bien deeficiencia económica. El enfoque del Banco promueve laequidad de género como forma de aumentar elcrecimiento económico más que como un objetivo dedesarrollo en sí mismo.

La iniciativa del DELPA inicios de 1999, el Banco Mundial y el FMI presentaronlos principios del Marco Integral de Desarrollo (MID)4.

Éste fue anunciado como “una nueva forma de hacernegocios, una herramienta para alcanzar una mayorefectividad en el desarrollo en un mundo confrontadopor la pobreza y la miseria”, y se puso en línea con loscompromisos internacionales de reducir el número depersonas que viven en extrema pobreza para el 2015.5 Elobjetivo del MID era acabar con la separación entre laspolíticas del Banco Mundial y las del FMI, integrando losprogramas macroeconómicos del segundo con losaspectos estructurales y sociales abordados por elprimero. La meta fue mejorar el pensamiento estratégicoy las subsecuentes políticas y proyectos de estosorganismos internacionales.

El MID posiblemente también reflejó la preocupacióngenerada por el escaso éxito de las políticas previas delBanco Mundial y del FMI, notablemente en losProgramas de Ajuste Estructural y el del ServicioReforzado de Ajuste Estructural (SRAE). El Banco Mundialmismo señala que “pese a modestas reducciones en lapobreza durante décadas recientes, el avance ha sidomenor al esperado, especialmente en países de bajosingresos” (Banco Mundial 2001a). En países donde se hanimplementado los programas de Servicio Reforzado deAjuste Estructural, los altos niveles de pobreza y de deudapersisten. Esto condujo a acuerdos para brindar un futuroalivio a la deuda a través de la Iniciativa de Países PobresAltamente Endeudados (HIPC II por sus siglas en inglés)la que se condicionó a la creación de un marco nacionalpara la reducción de la pobreza. Los Documentos deEstrategia para la Reducción de la Pobreza, como se lesconoció, fueron lanzados en septiembre de 1999. Éstosson el principal instrumento para la aplicación del MID6.

El proceso del DELP se supone que define las políticasmacroeconómicas, estructurales y sociales de un país a lavez que proporciona las bases para el diseño de lospréstamos del Banco Mundial y del FMI bajo el Serviciopara el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (SCLP)7.El Banco Mundial y el FMI habían propuesto tambiénque el DELP debería proporcionar el marco para todopréstamo blando y de alivio a la deuda, así comoestablecer la agenda para las agencias donantes oficiales.El Banco Mundial y el FMI declaran que ellos sólo jueganel papel de asesores en la formulación de los DELPs. ElBanco, en particular, ha reiterado que no hay modelospreestablecidos para las estrategias de reducción de lapobreza, poniendo un gran énfasis en el concepto depropiedad del país (Banco Mundial, 2000a: 5). Latransparencia y la amplia participación de base en laselección de metas, la formulación de políticas, elseguimiento y la evaluación también han sido

Sección Uno: El contexto de las políticas del DELP

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enfatizados como elementos clave en un proceso quereconoce la naturaleza multidimensional de la pobreza yla necesidad de una perspectiva de largo plazo para lalucha contra la pobreza (Banco Mundial y FMI, 1999;Banco Mundial, 2001a).

El DELP es el producto final de un proceso de diseñoparticipativo basado en un diagnóstico de la pobreza. Alhacer notar que los grupos sin voz y “débiles” social yeconómicamente - como las mujeres - son con frecuenciaexcluidos de los procesos de consulta, la documentaciónde apoyo del Banco Mundial establece lineamientos paraasegurar la plena participación de ambos sexos en eldiseño del DELP (Bamberg et al. 2001), lo cual concuerdacon las recientes iniciativas del Banco Mundial deincorporar al género al interior de las corrientesmayoritarias de pensamiento (Banco Mundial, 2001 b) yen “darle perspectiva de género al desarrollo” (BancoMundial, 2001 c). El género, o más ampliamente la“equidad social”, a menudo se presenta como un tematransversal en los DELPs que se han concluido hasta lafecha. Junto con los temas ambientales y ladescentralización, lo siguiente complementa los cuatropilares principales comunes de dichas estrategias:• Crecimiento económico basado en el uso intensivo de

fuerza de trabajo• Inversión en capital humano (salud y educación)• Redes de protección social para grupos vulnerables• Gobernabilidad.Una vez formulado, el DELP es presentado a la directivaconjunta del Banco Mundial y del FMI. Ellos insisten enque los DELPs no tienen que ser acordados o aprobadospor ellos: su papel es “hacer un juicio sobre si éstos (losDELPs) constituyen una base adecuada para susprogramas de préstamo” (FMI/IED 2002, pie de página 7).En la práctica, entonces, si la directiva conjunta noaprueba el DELP de un país, éste no puede recibir el aliviode la deuda bajo la nueva política de HIPC.

¿Un nuevo enfoque del BancoMundial y del FMI?

El proceso del DELP parece representar una nueva era delBanco Mundial y del FMI por su énfasis en la pobreza, ypor el hecho de que las propuestas son específicas ypertenecen al país. El reconocimiento de la importanciade “darle una perspectiva de género” a las políticas dedesarrollo también puede sugerir que el proceso del DELPes también una nueva fase para estos organismos. Noobstante, las similitudes entre las políticas del Programade Ajuste Estructural y del Servicio Reforzado de AjusteEstructural (SRAE) con los lineamientos del DELP hansido evidentes desde el inicio (ver por ejemplo Verheul yCooper, 2001). El FMI, a pesar de su supuesto nuevoénfasis en la reducción de la pobreza, no ha cambiado suspolíticas de fondo. Esto sugiere que hay poca libertad deacción para quienes quisieran proponer un nuevo marcode políticas (Wood, 2000). El Banco también declara queel crecimiento económico es “el factor más importanteque influye sobre la pobreza”, y que la estabilidadmacroeconómica debe ser “un componente clave en

cualquier estrategia de reducción de la pobreza” (BancoMundial, 2001e). Lo anterior deja entrever unapermanente percepción que enfatiza la importancia de laspolíticas macroeconómicas y la probabilidad de que lasganancias en el crecimiento económico se “derramarán”hacia los pobres.

El nivel en el que las estrategias centradas en elcrecimiento económico han reducido la pobreza enpaíses en desarrollo es cuestionable. Éstas pueden haberlogrado la estabilidad de precios y el crecimiento en laproducción, pero numerosos análisis concuerdan en quetales estrategias a menudo no han reducido la pobreza nila desigualdad, o mejorado el bienestar de la poblaciónen general. Los beneficios económicos prometidos rarasveces se han materializado para la mayoría de los pobres(ver Dollar y Kraay, 2000; Weisbrot, et al. 2000; Oxfam,2000). Investigaciones internas recientes del BancoMundial han resaltado la importancia de los factoressociales en el respaldo al funcionamiento del mercado yeconomistas de dicho organismo financiero estánreconociendo cada vez más que los factores políticos ysociales son esenciales para el éxito de las políticasmacroeconómicas en los países en desarrollo.

Gobernabilidad y reducción de la pobrezaCollier y Dollar (2001 y 2002), al examinar la efectividadde la ayuda para la reducción de la pobreza, concluyenque tal ayuda sólo funciona si se acompaña de “buenaspolíticas”. De forma similar, varias investigaciones handemostrado que el endeudamiento sostenido puede estarvinculado con gobiernos irresponsables que no rinden

Ayuda y reducción de la pobreza

Las proyecciones del Banco Mundial sugieren que aúnsin ninguna intervención en las políticas del todo, lapobreza basada en el ingreso podría reducirse a la mitaden 2015. Las reducciones por encima de esto se piensaque dependen principalmente de reformas políticas enÁfrica, Europa Oriental y Asia Centra, y si la ayuda puedeinfluir el ambiente político, entonces la pobreza sereduciría aún más (ver Collier y Dollar, 2001).

El análisis de Collier y Dollar (2001) sugiere que bajo elactual sistema de medición de políticas de país del BancoMundial, Nicaragua recibe montos de ayuda superioresal promedio (10 por ciento del Producto Interno Bruto) ysólo una calificación moderada en políticas, mientras queHonduras recibe montos promedio de ayuda (2 porciento del PIB) y una “buena” calificación en políticas.Nicaragua es el único país fuera de la Región del Sub-Sahara africano que tienen una tasa marginal negativade eficiencia de la ayuda, a – 68.5 personas por millónde dólares extra de ayuda. En contraposición, Hondurastiene una eficiencia marginal de ayuda de 328.2personas por millón de dólares. Aunque Collier y Dollarno discuten ampliamente las implicaciones de estoshallazgos, aparentemente muestran que con los actualesniveles, la ayuda dada a Nicaragua no está reduciendo lapobreza.

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El contexto de las políticas del DELP _____________________________________________________________________________

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cuentas (Hanlon, 200; Roodman, 2001) y favorecen elconsumo a corto en vez de largo plazo (Easterly, 2002).También señalan que se le ha dado insuficiente atencióna la gobernabilidad y a la reforma política en lasdecisiones sobre préstamos y alivio de deuda (Neumayer,2002). Esto ha generado peticiones para un cambio en loscriterios para dirigir la ayuda, de forma que sólo losgobiernos que “muestren una transformaciónfundamental en la orientación de su desarrollo” seanelegibles para el alivio de la deuda (Easterly, 2002:1692).Sin embargo, los problemas de gobernabilidad nacional amenudo son considerados como más difíciles deinfluenciar que la política macroeconómica. El BancoMundial y el FMI sostienen que han tenido poco éxito eninfluir indirectamente sobre éstos a través de la ayuda y elalivio de deuda8.

La visión que surge es que los fracasos previos en lareducción de la pobreza, el endeudamiento y el estímuloal crecimiento económico son parcialmente atribuibles aproblemas políticos más que económicos. Esta percepciónsugiere la necesidad de mejorar los elementosentrelazados de las políticas por desarrollar e incluir“asesorías” en política económica y gobernabilidad en laasistencia para el desarrollo. Este nuevo énfasis engobernabilidad se hace evidente en la iniciativa del DELP.

Género y crecimiento económicoOtro foco de atención reciente para la investigación en elBanco Mundial ha sido la relación entre el crecimientoeconómico y la equidad de género (ver Dollar y Gatti,1999; Klasen, 1999). Más importante aún han sido lasevidencias que sugieren que el asegurar un acceso másigualitario para las jóvenes a la educación (aumentandoel capital humano de las mujeres) puede mejorar elcrecimiento económico. También puede llevar a que lasmujeres tengan menos hijos e hijas, reduciendo así elcrecimiento poblacional y mejorar aún más los avancesen el crecimiento económico. Todo esto ha servido debase para la reciente Estrategia Principal de Género delBanco, que enfatiza las oportunidades adicionales para elcrecimiento económico y, tomando en cuenta lo que unareducción de las barreras relacionadas con el géneropuede traer, las posibilidades para “capitalizar” sobredichas oportunidades (Banco Mundial, 2001b:xii).También se puede asumir que tales hallazgos han sidoincluidos en el emergente proceso del DELP.

Nueva política, viejo paradigmaResumiendo, en el discurso oficial del DELP el abanico deelementos tomados en cuenta para el crecimientoeconómico y la reducción de la pobreza se ha ampliadopara incluir a la gobernabilidad y a las “buenas” políticas.Sin embargo, tal vez esto deba ser visto más como uncambio en las políticas que en el paradigma. El énfasis delBanco Mundial y del FMI en el crecimiento económico yla política macroeconómica continúa. Para algunos, losDELPs son un vehículo de estos organismos financierospara incorporar las políticas sociales y estructurales en laagenda previamente dominada de forma exclusiva por lapolítica macroeconómica, ampliando aún más ladominación hegemónica de la doctrina neoliberal (ver

Cammack, 2002). Dentro del énfasis de crecimiento, elBanco y el FMI han reconocido que una mayor equidadde género, en términos de acceso a educación y a empleo,puede mejorar el crecimiento económico. Sin embargo,persiste el cuestionamiento acerca de la relación entrecrecimiento económico y la reducción de la pobreza y, deforma más específica, sobre el grado en que esto puedereducir la pobreza de las mujeres.

Experiencias de pobreza de las mujeres

Se acepta ampliamente que entre los pobres, las mujeresson relativamente más pobres que los hombres y que loshogares encabezados por mujeres son los más pobres.Numerosos análisis de género y académicos han criticadoeste concepto que “feminiza a la pobreza” (ver Chant,2003, para una discusión completa). No obstante, éste hasido acogido por actores internacionales y por quienestoman las decisiones clave sobre políticas, haciendo eco alos llamados de “darle una perspectiva de género” a lasestrategias de reducción de la pobreza. Sin embargo, paraque las estrategias de reducción de la pobreza de lasmujeres tengan éxito, existe la necesidad de tomar encuenta los orígenes de esta pobreza.

La pobreza de las mujeres debe ser considerada almismo tiempo multidimensional y multisectorial; lasmujeres experimentan la pobreza de diferentes maneras,en diversos momentos y en diferentes espacios sociales(la sociedad, la comunidad y el hogar). La discriminacióninstitucionalizada contra las mujeres existe en lasociedad, por ejemplo en el mercado laboral y en el poderpolítico. En la comunidad, las normas y expectativassociales determinan qué roles de género y qué relacionesson consideradas adecuadas; dentro de los hogares, lasrelaciones de poder desiguales operan de acuerdo a laedad y el sexo. Las desigualdades estructurales dentro delas sociedades entre los hombres y las mujeres, y entre lasmujeres mismas, determinan la experiencia de pobreza yde pobreza relativa de las mujeres.

Pobreza relativa de las mujeresLas siguientes consideraciones son de particular interéspara determinar la pobreza relativa de las mujeres (vertambién Kabeer, 1994):• Las mujeres tienen menos posibilidades de transformar

el trabajo en ingreso. Esto emerge de suresponsabilidad exclusiva por el trabajo reproductivo,del concepto de que sus actividades productivas son“de apoyo” a los hombres y de su concentración ensectores que son o una extensión de sus papelesreproductivos (y por lo tanto mal remunerados) y/o seencuentran en la economía informal (ver Scott, 1986para la discusión y Renzi y Agurto, 1996, paraevidencias sobre el caso de Nicaragua).

• Cuando las mujeres sí tienen un ingreso, se les hacemás difícil transformar ese ingreso en una capacidadpara tomar decisiones o para decidir cómo usarlo. Laspercepciones acerca del valor de la contribución alhogar, las normas sociales y la autoestima o autonomía

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relativa afectan su capacidad de influenciar losprocesos de toma de decisiones (ver Sen, 1987, 1990;Agarwal, 1997, para modelos del hogar; Chant, 1999,para la discusión y evidencias).

• Cuando las mujeres llegan a tomar decisiones, esmenos probable que mejoren su propio bienestar ymás bien tenderán a buscar cómo mejorar el bienestarde todos o de otros. Este supuesto “altruismo” queparece ser el resultado de sus atributos “naturales”como cuidadoras y madres, es una construcción socialde lo que significa ser mujer (ver Dwyer y Bruce, 1988;Folbre, 1994, para evidencias y discusión).

¿Las más pobres de los pobres? La interacción entre estos tres factores no sólo ayuda adeterminar la pobreza relativa de las mujeres, sinotambién cómo diferentes mujeres y grupos de mujeresexperimentan la pobreza. Esto también sugiere que no sedebe asumir la pobreza relativa de ciertos grupos demujeres, como en el caso de los hogares encabezados pormujeres. El concepto de que los hogares encabezados pormujeres son considerados como los “más pobres de lospobres” está basado en un análisis del ingreso total delhogar; su ingreso total por hogar es menor que el de lasunidades comparables encabezadas por hombres, sinomitir que las mujeres ganan menos que los hombres. Sinembargo, las investigaciones sugieren que en los hogaresencabezados por mujeres el (limitado) ingreso sedistribuye más equitativamente, permitiendo que losrecursos disponibles para mujeres, niñas y niños en estoshogares sean aproximadamente iguales a los de lasmujeres, niñas y niños en hogares con un jefe de familiamasculino (ver Chant, 1999: Chant ,2003, para ladiscusión completa). Los hombres jefes de hogar suelenapartar ingresos para su consumo personal antes quecontribuir con todo lo que gana al hogar. Esto coloca a lasmujeres y menores que dependen de ese ingreso en unasituación llamada de pobreza secundaria (para evidenciassobre Honduras ver Bradshaw, 1996; y Bradshaw, 2001,para Nicaragua).9

Mientras que las mujeres que encabezan un hogarpueden experimentar pobreza en forma de recursos obienes limitados, para las mujeres con pareja masculina elpunto clave es el acceso limitado a los recursos y bienes, yal control de los mismos. Hay estudios que muestran quemientras las vidas de las mujeres que encabezan hogaresse perciben como económicamente difíciles y estánnormalmente estigmatizadas, éstas también tienebeneficios, como una mayor autonomía y no sufrirviolencia doméstica (ver Bradshaw, 2002, acerca deNicaragua).

Ingreso y bienestarA pesar de las críticas a las mediciones de “pobreza-ingreso” y el desarrollo de enfoques e indicadoresalternativos para un bienestar más integral (verChambers, 1995; Wratten, 1995, para la discusión;Linneker, 2002) las mediciones oficiales del BancoMundial y del FMI de la pobreza continúan estandodefinidas en términos del número de personas por debajode cierto nivel de ingreso o de consumo (la brecha de la

pobreza). La pobreza sigue siendo entendida en términoseconómicos y no en conceptos más integrales debienestar y de acceso a los recursos. El resultado es que laspolíticas se diseñan para reducir la pobreza a través de uningreso obtenido a través del crecimiento económico.

Esto no sólo significa que los discursos oficiales acercade la pobreza y el bienestar siguen marginando aspectoscomo la violencia contra las mujeres (ver Pickup, 2001,para la discusión), sino también que se asume que lasmujeres se benefician personalmente de las estrategias dereducción de la pobreza que buscan el crecimientoeconómico. Lo anterior puede ser una visión simplista deuna situación que no aborda las raíces de la pobreza delas mujeres y simplemente enfoca los síntomas. Esdiscutible hasta qué punto la promoción del crecimientoeconómico para reducir la pobreza – en lugar de reducirlas desigualdades para mejorar el bienestar – puedeconducir a una transformación sostenible y de largoplazo.

La siguiente sección considera algunos elementos clavede los DELPs para evaluar si representan un marco realpara reducir la pobreza de las mujeres y mejorar subienestar.

El marco del DELPLa iniciativa DELP indica que los países deben convertirseen líderes y dueños de sus propias políticas de desarrolloy que deben diseñar políticas para reducir la pobrezamediante procesos participativos que incluyan a actoresclaves tanto civiles como gubernamentales. Laimportancia de la participación y de los procesosparticipativos – aunque no esté libre de críticas – (verCooke y Kothari, 2001, para discusión) se ha entronizadoen el pensamiento del desarrollo. Con frecuencia sepiensa que los actores y organizaciones de la sociedadcivil representan mejor los intereses de los pobres ymarginados, y que actúan como fiscalizadores del abusode poder de los gobiernos, influyendo en las metasdemocráticas de largo plazo. Las instituciones financierasinternacionales al querer influir en la gobernabilidad y enla política nacional, pueden ver la participación de lasociedad civil como una alternativa a sus propiosesfuerzos por controlar a los gobiernos nacionales. Por lotanto, las instituciones pueden percibir elinvolucramiento de la sociedad civil como una extensiónde sus propias metas. Algunos han indicado que el augede las organizaciones no gubernamentales (ONGs) enparticular representa la privatización del desarrollo y la

Visión del Banco Mundial acerca de las consultas

El Banco Mundial recomienda que se lleven a caboconsultas “sólo en temas y áreas en las que el Gobiernoesté listo para hacer modificaciones al borrador de laestrategia” y enfatiza: “desafortunadamente es muypoco realista pensar que es posible hacer participar a lospobres y a otros actores en la totalidad del programa deimplementación del DELP”. (Banco Mundial 2000b).

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DELPs interinos

Inicialmente, para alcanzar el ingreso pleno en lainiciativa HIPC, un gobierno necesitaba contar con unaestrategia de reducción de la pobreza en marcha para elpunto de decisión (el momento en el que se acuerda elmonto del alivio de la deuda) y demostrar avances en laimplementación de la estrategia para el punto deculminación (el momento en el que se brinda el alivio dela deuda). El DELP debía incluir “un recuento del impactode la consulta en el diseño de la estrategia” (BancoMundial, 2000a:5). Desde entonces, se ha introducidoun período de transición, cuando los países sólonecesitan demostrar su compromiso con la reducción dela pobreza para iniciar el proceso HIPC. Hacen estoelaborando un DELP interino que establezca los grandeslíneamientos de un plan integral para la reducción de lapobreza y un calendario para su implementación. ELDELP Interino sólo necesita trazar los procesosparticipativos previstos para la elaboración del DELP final(Banco Mundial 2000a:6). No hay requerimientos paraque el DELP Interino se derive de procesos participativoso ni siquiera de consultas.

democracia. La actividad de las ONGs, se señala, estáerosionando el poder de formaciones políticasprogresistas a nivel local y nacional, reforzando laspolíticas neoliberales (ver por ejemplo Petras, 1997, sobreLatinoamérica). Esto genera dudas sobre las motivacionesdel Banco Mundial y del FMI para respaldar los procesosparticipativos. Una mirada al proceso del DELP tambiéncrea cuestionamientos sobre la existencia de unaparticipación real.

Los límites de la participaciónLos DELPs fueron concebidos como la base para el diseñode las operaciones de préstamo del Banco Mundial y delFMI y como tales deben ser consistentes con todos losprogramas apoyados por el Servicio Reforzado de AjusteEstructural (SRAE) y el Servicio de Lucha contra laPobreza y Crecimiento Económico (SCLP) (BancoMundial – FMI, 1999). Las negociaciones alrededor delSCLP se centran en las políticas macroeconómicas yefectivamente proporcionan un marco en el cual operanlos DELPs. Los procesos de diseño participativo estánparcialmente limitados por estos acuerdos del SCLP. Lasnegociaciones sobre el SCLP no son participativas.

Una limitante adicional a la participación es que elDELP debe ser presentado a la directiva conjunta delBanco Mundial y del FMI para su respaldo si el país va arecibir alivio de la deuda. La necesidad urgente de unadisminución de la deuda puede hacer a los gobiernos másproclives a escribir programas que saben que seránaceptables para el Fondo y el Banco, aunque entren enconflicto con otras prioridades políticas (Wood, 2000).Algunos analistas han señalado también contradiccionesentre un deseo por obtener el alivio de la deuda lo máspronto posible y el tiempo necesario para desarrollar unverdadero proceso participativo (CAFOD, 2000). Esto hagenerado llamados para que el alivio de la deuda sedesvincule de la formulación de estrategias de reducciónde la pobreza. La “solución” del Banco fue solicitarle a losgobiernos que produjeran un DELP Interino. Sinembargo, esto simplemente ha generado nuevaspreocupaciones porque un gobierno puede producir unDELP provisional sin hacer consulta alguna con losactores de la sociedad civil. El único requisito es que elgobierno declare cuándo y cómo se llevará a cabo laconsulta en el futuro.

Requisitos técnicosEl tiempo disponible tan limitado, más que la necesidadde la aprobación del Banco Mundial y del FMI, puedellevar a que los gobiernos acudan a consultores parahacer el borrador de los DELPs. Puede que hayaobjeciones en principio para la elaboración de políticasde arriba hacia abajo, especialmente si se emplea aconsultores internacionales en la elaboración de losborradores de la estrategia. No obstante, un proceso dedesarrollo de políticas que vayan más de abajo haciaarriba no necesariamente producirá un documento depolíticas con los estándares requeridos por el Banco y elFondo. La calidad del documento final surgido de unproceso más participativo dependerá de la capacidad de

las organizaciones involucradas, tanto gubernamentalescomo civiles, para ello. Si falta capacidad interna paraelaborar un documento aceptable de acuerdo a losparámetros internacionales, entonces el Banco y el Fondopueden rechazar su aprobación o requerir una “asistenciatécnica” externa.

En la base de un DELP hay una matriz de políticas quetrata de unificar a las políticas económicas y sociales, yhace un mapeo de los aspectos relevantes relacionados conla comunidad internacional del desarrollo, los gobiernos,el sector privado y la sociedad civil. La complejidad de lamatriz de políticas ha urgido al Banco Mundial a reconocerque los “gobiernos pueden necesitar una amplia asistenciatécnica, incluyendo la del Banco y del Fondo, para laelaboración de las políticas comprendidas en los DELPs”(Banco Mundial – FMI, 1999). Las posibilidades que loanterior brinda a los organismos financierosinternacionales de conducir el proceso fue reconocidodesde un inicio, como se resalta en la aseveración deldirector del Banco de que “la existencia de la matriz no esun intento clandestino por parte del Banco de dominar laarena internacional del desarrollo” (Wolfensohn, 199910).No obstante, otros autores sugieren lo contrario (ver porejemplo Cammack, 2002, 2003).

Los mensajes un tanto contradictorios con relación ala participación, de alguna manera socavan el declaradocompromiso con procesos de diseño más incluyentes y laapropiación del país. Esto se refuerza por la ausencia de laexigencia de “un umbral uniforme mínimo” sobre eltamaño de la participación para la aprobación del BancoMundial y del Fondo del DELP. Tales requerimientos síexisten para los aspectos macroeconómicos del mismo(ver Banco Mundial 2001e:4). Ésta es una preocupaciónparticular del género, ya que el análisis indica que para“darle perspectiva de género” a los DELPs el procesoparticipativo en su diseño es algo fundamental.

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El género y marco del DELPEl Banco Mundial pretende asesorar a los países en laformulación de los DELPs al proporcionarles materialesescritos o guías, incluyendo el Documento Base del DELPdisponible en el sitio web del Banco Mundial11. Elcapítulo de género de dicho manual hace énfasis en laimportancia de los procesos participativos para asegurarla perspectiva de género en los DELPs. La ausencia de unpunto de partida base o de un requerimiento mínimopara la participación indica que tampoco hay unaexigencia mínima para el género. Esta conclusión serefuerza por el hecho de que algunos DELP fueronpresentados ante las directivas del Banco Mundial y delFMI antes de que el Banco hubiera circulado susorientaciones sobre género; dichos DELP fueronaprobados a pesar de la ausencia total del una perspectivade género en ellos (Bamberger et al, 2001).

El capítulo de género en el Documento Base del DELPfue puesto en circulación en abril del 2001 y contienen elanálisis de una muestra de 19 DELPs y DELPs Interinos oprovisionales que habían sido finalizados para esa fecha(ver Bamberger et al, 2001). Aún con las orientaciones yapublicadas, el estatus de dicho documento indica queéstas no tienen por que ser tomadas en cuenta; elmaterial pretende sugerir, no imponer, y aún así loscapítulos señalan que esto “no necesariamente refleja lapolítica oficial del Banco / FMI” (énfasis en el original,Banco Mundial, 2001e:5).

Mientras que el manual menciona que hombres ymujeres experimentan la pobreza de manera diferente,éste es fundamentalmente un documento técnico quemuestra formas de integrar los aspectos de género aldiagnóstico de la pobreza y al monitoreo de las políticas.Aunque integral, al documento se le han hecho críticasfundamentales porque sugiere que si se ”hacen laspreguntas adecuadas, los instrumentos convencionales deinvestigación de la pobreza pueden proporcionar lamayoría de las respuestas vinculadas al género”(Bamberger et al, 2001:3). Saber hacer las preguntas“correctas” va más allá de un aspecto técnico. Losinvestigadores deben ser “perceptivos” a los aspectos degénero y comprender los factores subyacentes quecontribuyen a darle una perspectiva de género a laexperiencia de pobreza. El capítulo no proporciona dichoconocimiento. Se podría argumentar que la mismaEstrategia de Introducción de la Perspectiva de Génerodel Banco tampoco proporciona tal conocimiento, puesto

que la misma se enfoca fundamentalmente en los logrospotenciales que “darle una perspectiva de género aldesarrollo” puede traer al crecimiento económico.

El enfoque eficientistaLos documentos del Banco insisten en que “lasestrategias de desarrollo perceptivas al génerocontribuyen significativamente al crecimientoeconómico así como a los objetivos de equidad”(Bamberger et al, 2001:3, subrayado nuestro). Mientrasque indica que la igualdad debe ser un “objetivo deldesarrollo por derecho propio” (Banco Mundial, 2001c:1) el reciente interés desarrollado por el género puedeestar basado en la búsqueda de eficiencia más que deequidad. Esto puede llevar a un énfasis no sólo en loslogros en el crecimiento económico sino también en losmacroeconómicos. También significa que los costos dedichos logros, y la medida en que se han acumulado enlos individuos que han contribuido a ellos, es algoampliamente desconocido. Un enfoque eficientista puedeutilizar a las mujeres para aumentar el crecimientomacroeconómico, al tiempo que no mejora su situaciónal nivel micro o, incluso, reduce su bienestar, como es elcaso en los Programas de Ajuste Estructural.

Un enfoque eficientista significa poner el énfasis en uncrecimiento de productividad que puede traer lainclusión de las mujeres en las iniciativas de las políticas.Esto sugiere que la meta de reducir los bajos ingresosjustifica cualquier medio o proceso para alcanzarla, aún aexpensas del deterioro del bienestar de las mujeres (porejemplo, el ingreso de las mujeres puede aumentar contrabajo asalariado en una fábrica donde su salud se poneen riesgo). La mayor parte de los análisis de géneroindicarían que las mujeres experimentan su pobrezarelativa como desigualdad social y no sólo económica y,por lo tanto, con cambiar su situación económica nonecesariamente se reduce su “pobreza”.

El enfoque eficientista también tiende a centrarse enlos fines más que en los medios. La participación de lasmujeres en el proceso de reducción de la pobreza y, másimportante aún, el reconocimiento de su papel en dichoproceso, puede ser algo fundamental para elmejoramiento de su bienestar relativo. Si la meta es unmejoramiento real y sostenido en el bienestarsocioeconómico de las mujeres, los medios por los cualesse enfrenta la pobreza de las mujeres son tan importantescomo los resultados. En otras palabras, los medios estáníntegramente vinculados a los fines.

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La pobreza en Nicaragua

El diagnóstico de la pobreza del gobierno de Nicaragua,sobre el cual se fundamenta el DELP, indica que en 1994el PIB real creció y que dicho crecimiento continuó apesar de “los huracanes, los terremotos y las sequías”. Elresultado – afirma – fue que entre 1993 y 1998 lapobreza rural se había “reducido significativamente”(Gobierno de Nicaragua, 2000). Sin embargo, un análisishecho desde la sociedad civil sobre los datos oficialesdisponibles señala que el total de personas que vivenbajo la línea de la pobreza de hecho creció a nivelnacional entre 1993 y 1998; en 2001 representaba másde la mitad de la población. También, muestra ampliosincrementos en la profundidad de la pobreza en casitodo el país, en particular en las regiones semiautónomas del Caribe (CCER, 2000).

El DELP nicaragüense asevera que el Huracán Mitch noprovocó un cambio significativo en los niveles de pobrezay que las regiones rurales del Pacífico sufrieron más bienuna leve mejoría en la magnitud de la pobreza total y laextrema después del huracán. Los resultados de lainiciativa de “Auditoría Social” de la sociedad civil, sinembargo resaltan un deterioro tanto en el bienestareconómico como en el psico-social entre quienes fueronafectados por el huracán (CIET/CCER, 1999).

En Nicaragua, el alivio total del servicio de la deudanominal es de 72 por ciento del valor neto actual de ladeuda. Se estima que dicha deuda es nominalmente deUS$ 4,500 millones.

La pobreza en Honduras

En Honduras, mientras que los indicadoresmacroeconómicos muestran algún incremento en elcrecimiento, las organizaciones de la sociedad civilenfatizan que esto no necesariamente lleva a una mayorequidad.

El DELP del Gobierno de Honduras (Gobierno deHonduras, 2000) resalta el impacto tenido por elHuracán Mitch en las condiciones de vida de la gente,incluyendo un aumento en la pobreza a nivel nacional. Elgobierno también admite que el impacto real delhuracán es probablemente aún mayor de lo quemuestran las estadísticas, al menos porque es posibleque haya disminuido las capacidades de los pobres degenerar ingresos en el futuro. Más aún, algunos gruposde población vulnerable, como los niños y niñas de lacalle y quienes habitan en los asentamientos ilegalesestán excluidos de las estadísticas oficiales.

El alivio total del servicio de la deuda nominal bajo lainiciativa HIPC II en Honduras es de US$ 900 millones, loque representa aproximadamente un 18 por ciento delvalor neto actual de la deuda.

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ResumenEl marco del DELP contiene elementos de controlinternacional de las políticas de arriba hacia abajo que sejustifican sobre la base de la reducción de la pobreza y elpotencial de implementar una creciente participaciónpopular en la definición de las políticas en base a lapropiedad nacional. Cómo resolver estas orientacionesun tanto contradictorias depende de las relaciones depoder tanto internacionales como intranacionales, asícomo de las características de la gobernabilidad y de lasinstituciones.

Antes del proceso del DELP emergieron fuertescoaliciones de la sociedad civil en el período posterior alHuracán Mitch que golpeó a Centroamérica en 1998.Éstas fueron reconocidas, al menos por la comunidadinternacional, como la voz de la sociedad civil; pero elefecto de estas organizaciones de varios grupos con “unasola voz” no quedaba bien definido.

Las demandas de la sociedad civil, y la habilidad de lascoaliciones de presentar tales demandas de maneraefectiva, fueron mayores que la buena disposición ocapacidad de respuesta del gobierno. Por lo tanto, esposible que a la larga el fortalecimiento de la sociedadcivil haya vuelto más hostiles a los gobiernos nacionales.

Igualmente, el surgimiento de una fuerte organizaciónde agrupaciones en cada país pudo haber afectado a otrosactores de la población. Esto parece haber producidodivisiones en la sociedad civil, en particular en los temasde género y al interior de los movimientos de mujeres y,por lo tanto, posiblemente no generó necesariamente unfortalecimiento real de la sociedad civil en su conjunto.Tras el huracán Mitch, en particular, tales divisiones sehicieron palpables.

Los procesos de formulación de los DELPs trajeronnuevos problemas. Un deterioro aún mayor de lasrelaciones entre los gobiernos y la sociedad civil llevarona organizaciones clave a iniciar procesos alternativos ypropios de diseño de estrategias. Aquí, las mujeresquedaron invisibilizadas. Los resultados de dichosprocesos, según actores de sociedad civil que tomaronparte, quedaron también ausentes en los DELPs oficiales.Puesto que se asumía que la mayor parte de lasrecomendaciones de género surgirían de lasrecomendaciones de la sociedad civil, al no haber unaincorporación de las mismas en los documentos oficialespudo generar un limitado contenido de género.

No obstante, los procesos en Nicaragua y Hondurasparecen mostrar que la sociedad civil puede no ser máscapaz que el gobierno en incorporar el género entre las

estrategias de reducción de la pobreza. Pareciera que enambos países muchas mujeres no confían en que existauna apertura de parte de las coaliciones clave deincidencia de la sociedad civil hacia los planteamientosde género. Por lo tanto, aún la plena y activaparticipación de estas coaliciones en el diseño de laestrategia no lleva automáticamente a propuestas yrecomendaciones de sociedad civil enfocadas en elgénero. Asumir que los DELPs profundizarán superspectiva de género a través de procesos de diseñoparticipativos de abajo hacia arriba puede ser erróneo.

Si los procesos de la sociedad civil no fueronnecesariamente “de généro” ni los de los DELPsprecisamente participativos, entonces no debenalimentarse muchas esperanzas de que los DELPs deNicaragua y de Honduras sean documentos con“perspectiva de género”.

Desastre y deudaAntes de analizar el proceso de elaboración de laspolíticas en Centroamérica, es importante comprender elcontexto en el que los DELPs fueron formulados. Loselevados y crecientes niveles de pobreza y devulnerabilidad en la región se hicieron claramenteevidentes en octubre de 1998, cuando el Huracán Mitchprovocó uno de los peores desastres en 200 años. Laextensa pobreza en los dos países más afectados,Nicaragua y Honduras, magnificó el impacto delfenómeno natural.

El Huracán reformuló no sólo el horizonte de lapobreza, sino también las relaciones entre la sociedadcivil y el gobierno, y las relaciones existentes al interiorde los movimientos de mujeres y de otros actores. Deforma más importante, el huracán marcó una nueva eraen la organización de la sociedad civil. En los díasposteriores al desastre, surgieron importantes coaliciones:el Espacio Interforos en Honduras y la CoordinadoraCivil para la Emergencia y la Reconstrucción (CCER12) enNicaragua. Estas coaliciones buscaron promover laparticipación de la sociedad civil en la formulación de losplanes nacionales para la reconstrucción e incidir en susgobiernos y en la comunidad de donantes en suconjunto.

No obstante, aún cuando los planes de reconstrucciónempezaron a funcionar (ver Bradshaw et al, 2002, paradiscusión) el énfasis de las políticas dio un viraje hacia lareducción de la pobreza. Lo anterior empezó a sentar lasbases para el ingreso a la iniciativa HIPC II, la elaboraciónde un DELP y el alivio de la deuda que podría conllevar.

Sección Dos: El proceso del DELP en Centroamérica

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El proceso del DELP en Centroamérica ___________________________________________________________________________

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Participación de la sociedad civil en los procesos de los DELPs

El Banco Mundial y el FMI promueven el diseño de unDELP como un proceso participativo en el que seinvolucra al gobierno y a la sociedad civil. Sin embargo,la falta de directrices sobre el grado de participación dejaque dicha decisión recaiga fundamentalmente en elgobierno. En la práctica, el nivel de participación puededepender principalmente de la capacidad y la voluntadpolítica para desarrollar un proceso democrático. Noobstante, también la capacidad y voluntad política de losactores de la sociedad civil de participar plenamente sonimportantes, y su habilidad para participar depende enparticular de su capacidad para organizar una respuestacolectiva coherente.

Las dos coaliciones nacionales de la sociedad civil enNicaragua y Honduras unifican a una amplia gama deactores civiles (ver Bradshaw et al, 2002). Efectivamente,Interforos y la Coordinadora Civil se convirtieron en lavoz de la sociedad civil en sus respectivos países; cadauna elaboró propuestas para la reconstrucción despuésdel Huracán Mitch y ambas fueron invitadas a participaren encuentros internacionales para discutir lareconstrucción de la región. Gobiernos internacionales yagencias donantes las percibieron como actores legítimos,y esto les ayudó a obtener un reconocimiento similar desus propios gobiernos. Con esto, parecía que una nuevaera de diálogo gobierno-sociedad civil había comenzado.

Tensiones entre la sociedad civil y el gobiernoEl fortalecimiento de la voz de la sociedad civil trae suspropios problemas. Se puede observar una “paradoja de lasociedad civil” donde emerge una sociedad civil fuerte ypolíticamente independiente sin un fortalecimientocomparable del gobierno y de la gobernabilidad (Foley yEdwards, 1996: 142). Las demandas hechas por lasociedad civil pueden ser mayores a la capacidad ovoluntad política de responder de un gobierno débilprovocando “una reacción violenta” de la parte oficial.Esto parece haber ocurrido en Nicaragua y en Honduras,en la medida en que tanto Interforos como la CCERcumplieron exitosamente sus funciones entre las queestaban resaltar los fracasos gubernamentales.

Participación y poderEl deterioro de las relaciones entre el gobierno y lasociedad civil fue evidente cuando se inició el proceso delDELP y, en ambos países, todos las partes abordaron lasnegociaciones con precaución.

En Honduras se hicieron esfuerzos para incluir a lasorganizaciones de la sociedad civil en el proceso del DELPal establecerse un foro permanente para las discusiones:La Comisión Para la Participación de la Sociedad Civil. De

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de un DELP participativo. Sin embargo, a diferencia de lacoalición en Honduras, decidió continuar al mismotiempo las discusiones con el gobierno en el procesooficial del DELP. Las decisiones acerca de si continuaba ono participando en los procesos oficiales de los DELPs sebasaron en una serie de aspectos. En Nicaragua, elproblema principal era que la participación se limitó a ladiscusión de un documento elaborado con poco oningún insumo de la sociedad civil. La CCER aspiraba adesarrollar un proceso participativo para definir loscontenidos del documento. En Honduras, la discusión seenfocó más en los aspectos del DELP que excluían elinvolucramiento de la sociedad civil, aún a nivel deconsulta, y los acuerdos del Servicio para el Crecimientoy la Lucha contra La Pobreza (SCLP). En ambos paíseshubo preocupaciones reales acerca de lo que significabaparticipar en el proceso y cómo esto sería utilizado. Hubotemores de que el involucramiento de la sociedad civilsirviera para legitimar el proceso del DELP como algoparticipativo.

El proceso oficialLos procesos oficiales del DELP, incluyendo las consultasmás amplias, continuaron a pesar de las preocupacionesde la sociedad civil. En Nicaragua, la CCER cabildeó paraque se diera un proceso participativo. La respuesta delgobierno fue advertir que el no cumplir con el calendarioestablecido por el Banco Mundial y el FMI sólopostergaría el alivio de la deuda. La CCER entoncesdirigió su cabildeo hacia las instituciones financierainternacionales. No obstante, el Banco Mundial reiteróque los gobiernos nacionales eran los responsables de losprocesos de los DELPs, incluyendo las consultas.Presiones de la comunidad internacional, como cartas delas embajadas y de organizaciones internacionales clave,posiblemente obligaron al gobierno a desarrollar almenos un proceso limitado de consulta con participantesinvitados.

En Honduras, cuando el gobierno presentó la versiónfinal del DELP en abril de 2001, éste reivindicó que eldocumento estaba basado en consultas con más de 2,500personas en todo el país. Sin embargo, Interforos yFOSDEH cuestionaron la magnitud de la participación.Dichos organismos hicieron ver la diferencia entre la redde la sociedad civil “oficial” invitada y dispuesta aparticipar en el proceso y los grupos independientes quequedaron al margen del mismo. Más aún, Interforos yFOSDEH declararon que el gobierno había intentadoutilizar su influencia con los medios de comunicaciónpara minar su posición al querer hacerlos responsablespor los atrasos en el alivio de la deuda o por la pérdidasde recursos (FOSDEH, 2001: 10).

El proceso alternativoLos procesos paralelos de la sociedad civil iniciados enHonduras y Nicaragua muestran una serie de similitudes.En ambos países, la base del proceso se dio a través deuna serie de talleres a nivel regional y local (ver FOSDEH,2001; CCER, 2001, para una descripción de dichosprocesos). El proceso paralelo en Honduras incluyó elcabildeo en el Servicio para el Crecimiento y la Lucha

contra la Pobreza (SCLP), señalando que las condicionesmacroeconómicas del SCLP eran las que dirigían al DELP,más que la reducción de la pobreza. Dicho cabildeo pusoen relieve la dependencia del proceso entero en losacuerdos alcanzados a puerta cerrada entre el gobierno yel FMI. Aunque la presión del FMI llevó al gobierno deHonduras a producir su DELP provisional dos meses antesde los planeado, la liberación de fondos para el alivio dela deuda se retrasó debido al lento proceso para satisfacerlas condiciones del SCLP (ODI, 2002). Esto confirma laaseveración de Interforos y de FOSDEH de que es el SCLPel que determina el proceso.

Documentos en disputaEn ambos países, las organizaciones de la sociedad civilseñalan que fueron pocas de sus recomendaciones las quefueron incorporadas en el documento final del DELP. EnNicaragua, a pesar de un foro nacional para tomar encuenta los resultados de los procesos de consulta delDELP, personeros gubernamentales admitieron que nohabían integrado ninguno de los resultados de las tresconsultas15, incluyendo las provenientes de la propiaconsulta del gobierno en el DELP (la CCER afirmó que elDELP no podía entonces ser considerado ni final nicompleto) (La Boletina, 2001). En Honduras, también elDELP final incorporó pocas de las recomendaciones de lasociedad civil, por lo que Interforos y FOSDEHrechazaron respaldar dicho documento.

Ante la ausencia de respaldo de la sociedad civil, losDELPs de Nicaragua y Honduras tienen una validezdudosa y sus posibilidades de éxito son igualmentecuestionables. Asimismo, tampoco queda claro cómodeben proceder las organizaciones internacionales ynacionales clave.

Temas relevantes en el proceso de diseñoLa participación de la sociedad civil en el proceso deelaboración hizo relevantes los siguientes temas:1. El fortalecimiento de sociedad civil en un país con un

gobierno débil puede afectar las relaciones gobierno-

Condiciones para el alcance del alivio de la deuda

Tanto Honduras como Nicaragua han luchado paracumplir con las condiciones para alcanzar el “punto deculminación” – el logro del alivio de la deuda. ParaNicaragua, las condicionalidades incluían la privatizaciónde varios servicios públicos, como la distribución yunidades generadoras de la estatal compañía de energía,la venta de las acciones estatales de la compañía detelecomunicaciones y la introducción de un sistema depensiones financiado y administrado por el sectorprivado. Honduras debía cumplir las metas deprivatización y de recorte dela gasto público en general.El gobierno introdujo dos paquetes fiscales buscandolimitar la demanda doméstica interna, pero éstasresultron ser insuficientes para el FMI. Hacer mayoresreducciones en el gasto público podrían llevar a recortesen los salarios de los empleados públicos, incluyendomédicos y maestras (Coalición Norte Sur, 2003).

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El proceso del DELP en Centroamérica ___________________________________________________________________________

18 Desafiando la pobreza de las mujeres

sociedad civil, y por lo tanto minar en última instancialos logros alcanzados. En particular, el conflicto sedesarrolló en torno a:• El papel preciso de la sociedad civil organizada en

las iniciativas de elaboración de las políticas.• El concepto de “participación” y las expectativas

sobre un proceso participativo.2. Las directrices del DELP no son muy claras acerca de

quién tiene en última instancia la responsabilidad dedecidir las agendas, calendarios y contenidos. Estosignifica que:• Los actores de la sociedad civil no sabe con quién

cabildear.• Los gobiernos han podido minar a las

organizaciones de la sociedad civil presentando susacciones como dirigidas en contra de los más pobresal retrasar el alivio de la deuda.

3. La retórica participativa está ausente de ciertas áreasdel proceso del DELP, en particular alrededor de losacuerdos del Servicio para el Crecimiento y la Luchacontra la Pobreza (SCLP).

La existencia de coaliciones de base, y el subsiguientefortalecimiento de la voz de la sociedad civil, esimportante para un proceso participativo. Sin embargo,un mayor vigor de la población no siempre mejora lasrelaciones gobierno-sociedad civil. Tampoco refuerzanecesariamente la voz de las mujeres dentro de unproceso participativo, como lo muestra la siguientesección.

El papel de las mujeres en losprocesos de los DELPs

La información sobre la participación de las mujeres enlos procesos de los DELPs es escasa tanto en Nicaraguacomo en Honduras. En los procesos de consulta oficial deambos países, no se consideró a las mujeres como gruposde interés específicos, ni como colaboradoras clave parala formulación de una estrategia exitosa de reducción dela pobreza. Cuando las mujeres y las representantes degrupos de mujeres participaron en dichos procesos, engeneral lo hicieron en su carácter de actoras de lasociedad civil más que como seres con “género”.

Las mujeres en la sociedad civilDonde se hubiera esperado que se diera la participaciónfue en los procesos de la sociedad civil. Sin embargo, laverdad es que en los esfuerzos y propuestas alternativasiniciadas por Interforos y por la CCER, las mujeresestuvieron en gran medida ausentes. Dado el papelcentral que estas organizaciones han venido jugandocomo representantes principales de la sociedad civil ensus respectivos países, es importante explorar el papel delas mujeres, de las organizaciones de mujeres y de losaspectos de género en los procesos que promovieron.También es importante entender lo que estas coalicionescon propuestas “unificadas” significan para movimientosy grupos sociales más amplios, como el de mujeres.

Aunque después del Huracán Mitch tanto Interforos

como la CCER reunieron a algunos de los actores másimportantes de la sociedad civil, muchas mujeres yparticipantes de los movimientos de mujeres se sintieronbastante excluidas desde el principio. Otras decidieronautoexcluirse.

En Honduras, aunque los movimientos de mujeres seorganizaron para responder al desastre, éstos no fueron“invitados” a participar en la elaboración de la propuestaborrador para la reconstrucción formulada por Interforos.El borrador fue escrito por un pequeño grupo de personasy luego presentado al resto de la sociedad civil para suconsulta. Quienes se reunieron a discutir el documentotuvieron sólo un día para tratar de darle una “perspectivade género”. A finales de 2000, algunas dirigentes vieronproblemático el tipo de percepción hacia el género departe de Interforos. Algunas llegaron incluso a señalarque más que ofrecer solidaridad y una agendacompartida, la coalición era un nuevo frente de batallaen la lucha contra la discriminación y las actitudessexistas.16

En Nicaragua, aunque la Coordinadora Civil sepresentó a sí misma como un foro incluyente, algunaspersonas y sectores importantes del movimiento demujeres resolvieron no participar en ella. Su decisióndividió al movimiento desde el inicio y debilitó la vozcolectiva. Esto también pudo haber influido en las vocesde aquellas que sí participaron en la CCER, a la vez queaumentó el tiempo invertido por cada mujerparticipante.

La decisión de permanecer al margen de la coalición sebasó en experiencias pasadas en foros mixtos, donde lasmujeres sintieron que sus planteamientos no había sidoescuchados. Tales experiencias también afectaron a lasmujeres que decidieron participar en la coalición, quienesmantienen dudas sobre su capacidad de ejercer unainfluencia real. Por lo tanto, éstas puede que hayanasumido una actitud defensiva, posiblemente reforzadapor la presión de mostrarle a quienes se quedaron fuerade la instancia que la decisión de participar fue lacorrecta. Una consecuencia de esto pudiera ser que lasmujeres asumieron una posición no comprometida einsistieron en la plena aceptación de las demandas degénero, al tiempo que desconocían otras problemáticas,como las del movimiento ambientalista o las de losjóvenes, o las trataron como preocupacionessecundarias.17 Esto puede que haya dificultado lanegociación entre los diferentes intereses en juego con elfin de alcanzar una plataforma común que todospudieran apoyar y promover.

Movimientos de mujeresEs importante tomar en cuenta no sólo las relacionesentre los grupos de mujeres y la sociedad civil másamplia, sino también las dinámicas dentro de losmovimientos de mujeres. Desastres como el HuracánMitch pueden poner al descubierto estructuras de poderglobales, regionales y nacionales, e incluso en las“relaciones íntimas” (Enarson y Morrow, 1998:2) y, porello, el período post huracán fue un momentopotencialmente dañino para el movimiento de mujeres.Tanto en Honduras como en Nicaragua, el huracán puso

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de relieve y amplificó las diferencias de largo plazo entrelas mujeres y los grupos de mujeres.

Mientras que la situación en Nicaragua podríacalificarse como divisiva, algunas han definido el períodopost-Mitch en Honduras como de ruptura yfragmentación del movimiento de mujeres.18 No sesugiere que el Huracán, o de hecho Interforos, fueron losque causaron esta ruptura, sino que los eventosposteriores al desastre subrayaron y magnificaron lasdesigualdades dentro del movimiento. En Honduras, asícomo en el resto de la región, las últimas décadas hanvisto una proliferación de ONGs formadas a menudo poractores participando en los movimientos socialesexistentes o en las organizaciones de base informales,como los movimientos de mujeres. Esto se volvió untema de interés en Honduras en ese momento enparticular debido a la naturaleza del proceso dereconstrucción y al papel de los actores internacionalesen el mismo.

Este país vio la llegada de nuevas organizacionesdonantes internacionales después del huracán, muchasde ellas comprometidas con la inclusión de la perspectivade género en cualquiera de los proyectos queemprendían. Estas organizaciones necesitaban encontrarun medio eficiente para entablar un diálogo con lasmujeres del país, especialmente dada “la tiranía de lourgente” que tiende a prevalecer después de un desastre(ver Anderson y Woodrow, 1999; Blakie et al, 1994, parala discusión general y Byrne, 1995; Enarson, 1998 para ladiscusión sobre el “género”). Dichos organismos notaronque hablar con los “expertos” o con los representantesdel movimiento más amplio era la manera más simple yrápida de entrar en contacto con las mujeres. Al mismotiempo, financiar a las ONGs para implementar proyectoses más sencillo y directo que financiar a los actores o a lasactividades de los movimientos sociales o de mujeres.Esto trajo acusaciones de que algunas mujeres yorganizaciones se habían presentado a sí mismas como“voceras del movimiento” y habían canalizado másfondos para la reconstrucción de lo que les correspondíaa través de sus ONGs. Tal y como lo sugirió una mujer,“algunas compañeras, algunas ONGs, han negociado sufamosa perspectiva de género….”.19

Lo que puede diferenciar los procesos en los dos paísesen términos de género es el hecho de que en Nicaraguaun pequeño número de activistas dentro del movimientode mujeres tomó parte en la CCER desde el principio y,de hecho, jugó una papel de liderazgo en la formalizaciónde la coalición. La primera vocera de la CoordinadoraCivil era también una mujer. Esto ayuda a explicar elporqué se hicieron intentos de “darle una visión degénero” al proceso de elaboración de la propuesta dereconstrucción de la Coordinadora. Esta propuesta tienerelativamente una bien desarrollada perspectiva degénero (ver CCER, 1999), aunque el procedimiento pormedio del cual se alcanzó no estuvo enteramente abiertoa tal perspectiva.

Para elaborar la propuesta de reconstrucción, laCoordinadora Civil estableció una comisión de génerocon financiamiento independiente. Cuando seestablecieron las comisiones temáticas para preparar los

diferentes elementos de la propuesta, dicha comisiónbuscó cómo lograr el que al menos una de sus integrantestrabajara en cada una de ellas, para garantizar que laspropuestas fueran diseñadas desde una perspectiva degénero. Sin embargo, muchas de ellas encontraronresistencia de parte de otros miembros (la mayoríahombres) de los grupos de trabajo, quienes tenían latendencia de asumir al género como un aspectosecundario.20 Una vez que la primera versión se habíaelaborado, la comisión de género convocó al movimientode mujeres a una reunión de un día en un esfuerzo final,similar al de Honduras, para incorporar los aspectos degénero en el documento. Cuando la comisión presentósus recomendaciones, varias mujeres expresaron seriasdudas de que las personas responsables de preparar eldocumento final las tomarían en cuenta. Esto se logrósólo cuando las integrantes de la comisión de género seunieron al equipo de edición final.

En Honduras, a pesar de los problemas mencionadosantes, se llevaron a cabo varias reuniones dentro delmovimiento de mujeres para discutir la reconstrucción altiempo que se elaboraron varios documentos (CEM-H,1999; CEM-H, 2000; Convergencia de Mujeres, 2000).Aunque éste es un logro importante, dichasrecomendaciones quedaron fuera de las propuestas“oficiales” de la sociedad civil presentadas al gobiernonacional y a la comunidad internacional. A éstas se lesexcluyó del proceso oficial de discusión sobre lareconstrucción, donde el insumo de la sociedad civilhabía sido dominado por Interforos. Tal dominio puedeayudar a explicar la decisión de al menos algunas mujeresy redes de mujeres de participar en las discusionesiniciales de la propuesta del DELP del gobierno, quefueron coordinadas por Interforos. Su experiencia, sinembargo, indica que poco había cambiado en laorganización.21

El Colectivo Contra la Violencia, por ejemplo, preparóuna propuesta para la reducción de la pobreza formuladadesde una perspectiva de igualdad de oportunidades.Comenzó con una crítica al borrador del gobierno, nopor su completa exclusión del género, como fue el casoen Nicaragua, sino por la forma en que enfocaba elgénero desde una perspectiva de eficiencia, no deigualdad (ver Sección Tres). Hay evidencias de que lasideas del Colectivo fueron incorporadas en el documentode Interforos que se formuló como una respuesta inicialal borrador del DELP. No obstante, éstas parecen habersido incluidas sin ningún análisis real o apropiación delas ideas por Interforos (ver Rossell, 2001, para unacomparación de los documentos). Hasta cierto punto, elenfoque general del documento de Interforos, centradofundamentalmente en la política macroeconómica y enel crecimiento económico, hizo difícil integrar algénero.22 Garantizar la perspectiva de género en este casohubiera significado algo más que incluir temas“adicionales” como actividades para reducir la violenciahacia las mujeres y más bien habría requerido un cambiocompleto en el enfoque. Esta evidente falta decompromiso con las preocupaciones de género puedeayudar a explicar por qué las mujeres se retiraron una vezmás de Interforos.

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En Honduras, los puntos clave puede que no sean verel grado en que la perspectiva de género existe en losdocumentos oficiales y de la sociedad civil, sino cómo fuetomado en cuenta el género en la formulación de lasestrategias de reducción de la pobreza. En contraposición,el borrador del DELP del gobierno de Nicaragua carecía deuna visión real de género (ver Sección Tres). La propuestade reducción de la pobreza alternativa elaborada por laCCER, La Nicaragua que Queremos, tiene un enfoque debienestar social más que uno macroeconómico. Sinembargo, el proceso mediante el cual se elaboró el DELPalternativo nicaragüense puede también ser cuestionadoen términos de género.

El documento de la CCER se edificó en base a una seriede talleres a lo largo del país.23 Hasta qué punto el procesoincluyó a los pobres es algo debatible, ya que fueronprincipalmente líderes y representantes de organizacionesy movimientos sociales quienes participaron en dichostalleres. No obstante, las “voces” en el documento finalson más diversas que en documentos previos, el queincluye una fuerte influencia de maestros, sindicalistas ypersonas con discapacidad por ejemplo. Aunque el 50%de la participación en los talleres fue femenina, eldocumento tiene una perspectiva de género menoscoherente que los elaborados previamente por laCoordinadora Civil y, en particular, en la propuesta dereconstrucción (ver CCER, 2001). Esto puede que en partese deba a que la comisión de género de la CCER se habíadesbandado mucho antes, y porque una reuniónplanificada para los movimientos de mujeres paracomplementar los talleres nacionales nunca se llevó acabo.

El asunto en Nicaragua fue la ausencia de unaestrategia específica o definida de las diferentes actorasdel movimiento de mujeres para formar parte delproceso, ya fuera el oficial o el civil. La invisibilidad delas mujeres en los procesos significa que es difícil sacarconclusiones, aunque un número de aspectos pudieronhaber sido importantes (ver Quirós Víquez et al. 2002para ampliar la discusión). En primer lugar, el énfasiseconómico del borrador del DELP del gobierno y,paradójicamente, la ausencia misma de una perspectivade género posiblemente desestimuló el que las mujeres sesumaran a los procesos de los DELPs, dada la cantidad detiempo y esfuerzo que hubiera requerido incorporar suvisión. La desconfianza al compromiso de las agenciasgubernamentales y de los actores de la sociedad civil deincorporar las propuestas resultantes también pudo haberfrenado su participación. Muchas mujeres hubieranpreferido dedicar su tiempo y esfuerzo a áreas donde larelación entre costo y beneficio fuera mayor. Esas áreas amenudo son precisamente aquellas que se excluyen delos discursos oficiales sobre la pobreza, como la igualdadde oportunidades y de derechos de las mujeres,particularmente en torno a la violencia intra familiar ylos derechos sexuales y reproductivos. Los movimientosde mujeres tienen sus propias prioridades, las que ellaspueden percibir, correcta o incorrectamente, como quequedan fuera de las iniciativas de políticasmacroeconómicas como el DELP.

Tanto en Nicaragua como en Honduras, las relaciones

entre los actores de la sociedad civil, y especialmentedentro de la CCER, pueden ser también determinantespara la participación de las mujeres. Existía unadesconfianza recíproca entre el gobierno y la sociedadcivil en el momento que se dio el proceso del DELP.

Dados los temores de que el gobierno pretendierautilizar a la CCER para legitimar sus acciones, lasopiniones dentro de la coalición se encontrabanagudamente divididas acerca de si participar en el procesooficial era la decisión acertada. En el camino, lacoordinadora decidió continuar participando en lasconsultas oficiales, al tiempo que desarrollaba su propioproceso alternativo. Esta decisión puede haber llevado amujeres individuales y a organizaciones de mujeres adecidir no participar con la CCER, porque su continuoinvolucramiento en el proceso del gobierno conllevaba elriesgo de ser cooptadas. El gobierno, entonces, pudo enefecto haber limitado, aunque tal vez involuntariamente,la participación de actores civiles clave en el proceso delDELP.

Incorporando la perspectiva de géneroTanto en Nicaragua como en Honduras los procesosparticipativos del DELP (incluso los promovidos por lasociedad civil) parecieron no ser capaces de incorporar laperspectiva de género en las políticas propuestas. Losprocesos resaltaron una serie de aspectos:• Ejercer influencia en el discurso político oficial de

gobiernos nacionales y de donantes o agenciasinternacionales a través de coaliciones de la sociedadcivil con amplios acuerdos y apoyo al interior de la

La economía como un ámbito de dominio masculino

La Economía está dominada por profesionales yacadémicos occidentales y las personas sinentrenamiento económico tienden a no involucrarse enla definición de políticas macroeconómicas. En estecontexto, las voces de las mujeres están aún másmarginadas.

La Economía continúa siendo la más “masculina” de lasciencias sociales”, no sólo porque los economistas suelenser hombres, sino sobre todo por cómo se construye elpensamiento económico (ver Ferber y Nelson, 1993:Nelson, 1996, para la discusión). La naturaleza“masculina” y de los economistas pueden reforzarsemutuamente. Más aún, las mujeres pueden rechazar laeconomía por construir conocimiento masculino opresentar al mundo a través de un lente masculino,como sugerían las primeras feministas “el rechazo delpensamiento positivista y los métodos de investigacióncuantitativos” (ver Fonnow y Cook, 1991; Maynard yPurvis, 1995).

El repudio a la economía limita la “feminización” delpensamiento económico y las economistas femeninaspueden sentirse obligadas a trabajar con construccionesmasculinas de la economía para lograr algún avance (verElson, 1998).

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por la naturaleza y amplitud de las políticas de géneroen el producto final. No obstante, los procesos paraelaborarlas pueden tener un impacto mayor, tantopositivo como negativo, entre quienes participan.

• Es importante valorar no sólo hasta qué punto laspropuestas tienen una perspectiva de género, sinotambién la naturaleza de dicha perspectiva y el procesopara alcanzarla.

• Las prioridades principales de los movimientos demujeres pueden ser precisamente aquellas que estánausentes del discurso oficial o, de hecho, del discursode la sociedad civil. Esta puede ser la situación delproceso del DELP en particular, puesto que tiende a serdominado por las preocupaciones sobre las políticasmacroeconómicas y por la agenda neoliberalsubyacente.

• Los movimientos de mujeres pueden decidir quefinalmente es más ético, efectivo y eficiente trabajarpor sus propias prioridades al margen de lasdiscusiones oficiales en el nivel macro.

• Ultimadamente, las relaciones entre el gobierno y lasociedad civil y las de género al interior de sociedadcivil pueden combinarse para determinar el grado enque las mujeres participan en procesos tales como eldiseño del DELP. Sin embargo, la decisión de no serparte de coaliciones de la sociedad civil puedemarginar los temas de mujeres, especialmente con elsurgimiento de organizaciones de grupos quepresentan propuestas “unificadas” de la sociedad civil.

coalición. Esto no siempre es inminente.• No se puede asumir que los actores de sociedad civil se

encuentran sensibilizados con respecto a los temas degénero o que estén dispuestos a colocarlos comopreocupaciones centrales para todos.

• Los procesos participativos mixtos no siemprepermiten que los aspectos de género sean escuchadosni que hayan recomendaciones para garantizarsuficientemente una perspectiva que asegurepropuestas que tomen en cuenta el género. “Darlegénero” a los procesos de la sociedad civil exige que lasmujeres participen en todas las etapas del proceso y entodos los niveles de toma de decisión.

• Los costos de tratar de introducir el género en losprocesos de la sociedad civil pueden ser altos entérminos de inversión colectiva en tiempo y recursos.

• Las experiencias previas y la percepción de apoyolimitado a las temáticas de género en foros colectivos o“mixtos” implica que muchas activistas de génerodecidan no participar, percibiéndolo como algo querepresenta mucho trabajo con pocos resultados.

• El decidir si se participa o no divide a los movimientosde mujeres desde el inicio y debilita su voz colectivadentro y fuera de las coaliciones de la sociedad civil.

• Tanto los procesos gubernamentales como los nogubernamentales necesitan ser analizados junto conlos documentos que producen para valorar qué tantoincorporan una perspectiva de género. Los actores yanalistas externos estarán primeramente preocupados

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de orientar recursos hacia las mujeres, como por ejemploel aumento de las tensiones en el hogar. En últimainstancia, “proteger” a los más vulnerables no cambiaráen lo fundamental las causas originales de suvulnerabilidad.

La inclusión del género en los DELPsLos gobiernos de Honduras y Nicaragua han publicado yasus estrategias de reducción de la pobreza y han cumplidocon los criterios para la decisión, pero aún no conaquellos para la culminación. El grado en que los DELPsse fundamentan en estrategias pro-pobres y pro-mujeresserá el tema de esta sección.

El Banco Mundial señala que no hay modelospreestablecidos para los DELPs: son propiedad del país yse desarrollan a través de procesos participativos. Unarevisión de los DELPs existentes hasta la fecha muestrasimilitudes en sus componentes centrales, especialmenteen cuatro elementos principales: el crecimientoeconómico, la inversión en capital humano, las redes deprotección social y la gobernabilidad. Éstos incluyen a lostemas como género y medio ambiente usualmente como“ejes transversales”. Los DELPs de Nicaragua y Hondurasal igual que las estrategias de otros países elaboradoshasta el momento, incluyen estos cuatro elementos clave.

Crecimiento económicoEl crecimiento económico continúa siendo el elementocentral del proceso como lo indica el título del DELP deNicaragua publicado en julio de 2001: Estrategia Reforzadade Crecimiento Económico y Reducción de la Pobreza. Elmismo describe al crecimiento económico con utilizaciónde fuerza laboral intensiva como el “pilar másimportante” de la estrategia (Gobierno de Nicaragua,2001: 65). El DELP hondureño, por su parte, reconoceque “un requisito fundamental, aunque no suficientepara reducir la pobreza, es un crecimiento económicoacelerado y sostenido” (Gobierno de Honduras, 2001:55).

Los DELPs de ambos países tienen una serie deestrategias de crecimiento económico en común, siendolas más importantes la promoción de zonas francas y elturismo. Ambos sectores emplean una gran fuerza laboralfemenina que en algunos casos es mayoritaria. Lapresentación del DELP hondureño contiene una secciónsobre “mujeres trabajadoras”. Sin embargo, aunque tienealgunas políticas específicas para “ayudar a las mujeres” agenerar un ingreso, no aborda la naturaleza y lasimplicaciones del trabajo productivo de las mujeres. En elDELP nicaragüense las mujeres son invisibilizadas. Éste

ResumenLos DELPs se orientan hacia consideraciones decrecimiento económico, a pesar del continuo debateacerca de qué tanto se relaciona directamente elcrecimiento con la reducción de la pobreza. En términosde género, la premisa implícita parece ser que losbeneficios del crecimiento económico alcanzarán a lasmujeres, o que las mujeres se beneficiaran del empleodirecto al interior de la fuerza laboral. Las evidenciasindican que ninguna de las dos cosas sucedeautomáticamente. Incluso, los DELPs contienen mensajescontradictorios, promoviendo los roles de las mujerescomo madres y cuidadoras al tiempo que implícitamentecuentan con ellas para que asuman un papel fuera delhogar y en el centro de trabajo.

Las expectativas en el crecimiento económico puedentambién explicar por qué los DELPs refuerzan la inversiónen la educación, ya que esto puede ser visto como uninstrumento para aumentar la productividad de la fuerzalaboral, más que algo bueno en sí mismo. De manerasimilar, en los planes de salud, el control poblacional, yno el derecho de las mujeres de controlar su propiafertilidad, pareciera estar en la base de las propuestas paramejorar la provisión de servicios de salud reproductiva.Las discusiones sobre salud reproductiva tienden acentrarse sólo en las mujeres. Temas más amplios como laviolencia doméstica también son presentados como“temas de mujeres”, no de salud, al tiempo que losderechos de salud sexual y reproductiva se encuentrantotalmente ausentes de la discusión.

Mientras que los planes para reducir la corrupción ymejorar la representatividad y transparencia en elgobierno son bienvenidos, su inclusión también puedeestar motivada por la búsqueda de un crecimientoeconómico. Aunque existen preocupaciones de género entorno a la gobernabilidad, los DELPs no los abordan: laspolíticas sobre gobernabilidad se presentan como algoneutral al género.

Las redes de protección social son obviamente el áreade políticas con “más género” en los DELPs. Estos planesdirigen recursos hacia quienes son percibidos como losmás necesitados, quizás desde el deseo de cumplir con lasmetas de la reducción de la pobreza. Los planespromueven la racionalización y privatización de laprovisión social, y descansan en las mujeres (en su papelcomo madres y cuidadoras) al percibirlas comoproveedoras de servicios clave y capaces de canalizarrecursos hacia los “vulnerables”. Pareciera que ha habidopoca reflexión acerca de los posibles resultados indirectos

Sección Tres: Los DELPs de Nicaragua y Honduras

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carece de cualquier referencia explícita a su papelpresente o futuro en la economía.

Inversión en capital humanoEn el discurso del desarrollo humano, el aumentar elcapital humano de las personas mejorando su salud yeducación es visto como algo importante, pues ayuda a lagente a absorber impactos, reduce su vulnerabilidad (verMoser, 1996) y es importante para tener una vida digna(ver Nussbaum, 1995; Sen, 1999). La inclusión de lainversión en capital humano en los DELPs esestimulante, pero la mayoría de las veces se presentacomo una forma para aumentar la productividad de lafuerza laboral en aras del crecimiento económico. ElDELP nicaragüense hace este vínculo declarando que lapropuesta de incrementar la inversión en capital humanoestá orientada a mejorar “la productividad, el ingreso y elbienestar” de los pobres (Gobierno de Nicaragua, 2001:69). El documento hondureño afirma que tal inversión serefuerza a sí misma, dado que: “Una economíarápidamente en crecimiento, además de generar más ymejor empleo, también facilita el acceso a los recursosfiscales necesarios para aumentar las inversiones públicasen capital físico y humano, las que al mismo tiempo sonnecesarias para sostener un crecimiento económicorápido a largo plazo” (Gobierno de Honduras, 2001: 55).

Dado el reciente interés del Banco Mundial sobre laposibilidad de que una mayor igualdad de género en elacceso a la educación pueda mejorar el crecimientoeconómico, es interesante observar que ninguno de losDELPs establece metas globales de educación por género.El DELP hondureño tiene un tratamiento específico hacialas mujeres, pero sólo en relación a los planes paraaumentar la alfabetización a través de una “educación deadultos a través de métodos alternativos”. Éste indica que“no hay diferencias significativas en las oportunidadeseducativas para mujeres en relación a los hombres. Lamatriculación de las mujeres en la educación hoy día esincluso levemente superior a la de hombres en todos losniveles, aunque las mujeres mayores continúan teniendomayores niveles de analfabetismo, un reflejo de lasdiferencias de género de décadas anteriores” (Gobiernode Honduras, 2001:38). El documento nicaragüense,después de señalar que las niñas tienen el mismo acceso ala educación, no contiene ninguna mención adicionalsobre el género en sus proyectos de educación y metas.Los documentos de la estrategia presentan un análisismás detallado sobre las necesidades específicas de géneroen la salud. Una meta global del DELP hondureño es“proporcionar una mayor atención a las condiciones desalud de las mujeres” y establece metas en la mortalidadmaterna en la atención en salud reproductiva. Aunque lamortalidad materna está contemplada en los análisis deaspectos de salud más amplios, la fertilidad se incluye enuna sección separada junto con los temas de migración yambientales. De este modo, se le considera en el contextodel crecimiento poblacional y se le vincula a los temas desostenibilidad en vez de ligarla a la pobreza y tratarlacomo un “tema de mujeres”.

La sección introductoria del DELP nicaragüense sobre“capital humano y pobreza” empieza con una alusión

sobre “las altas tasas de fertilidad y la dependenciademográfica”. También menciona que las tasas defertilidad en los adolescentes son las más altas de AméricaLatina y que para la edad de 19 años casi la mitad detodas las mujeres han tenido al menos un embarazo(Gobierno de Nicaragua 2001:10). El DELP establecemetas para el acceso a servicios de atención en saludreproductiva para los grupos de edad entre los 15 y 19años y entre los 20 y 24 años. En cada caso, se persigueaumentar la planificación familiar entre las “mujeres conpareja”. También incluye la mortalidad materna comouna preocupación y propone metas para reducir las tasasde mortalidad materna aumentando los partosinstitucionales, proporcionando atención prenatal yestableciendo un programa de educación sobre“población” en las escuelas públicas. El uso de la palabra“población” en vez de planificación familiar y el dirigirsea “mujeres con pareja masculina” para los programas desalud reproductiva ponen de relieve la influencia de laIglesia Católica en el país y sobre el gobierno (verCriquillion, 2002, para discusión sobre el efecto de lasactitudes “fundamentalistas” sobre las mujeres).

Redes de protección socialMientras los debates acerca de la capacidad delcrecimiento económico de reducir la pobreza y ladesigualdad se mantienen, parece que se ha aceptado queéste no beneficiará instantáneamente a los másvulnerables y por lo tanto necesitan protección. Noobstante, las redes de protección social – distribución dealimentos, dinero y otros servicios a los más vulnerables –no atacan las causas de su vulnerabilidad. Asimismo,dada el grado y profundidad de la pobreza, las redes deprotección social son percibidas como insostenibles en ellargo plazo y, como señala el documento de Honduras,“el crecimiento económico y las reformas que estimulaserán una fuerza conductora en la reducción de lapobreza” (Gobierno de Honduras, 2001: 59). Esto lleva adirigir la protección social estrictamente a gruposespecíficos, como los extremadamente pobres, personaspobres con discapacidad, niños y niñas, adolescentes, ypersonas pobres de la tercera edad. Las mujeres comogrupo no están incluidas aquí y podría asumirse que estose debe a que el gobierno indica que se han logrado“importantes logros” en el avance socioeconómico deéstas (Gobierno de Honduras, 2001:87).

El DELP nicaragüense es un tanto contradictorio en sudiscusión sobre las redes de protección social,particularmente porque su énfasis está en laracionalización y la consolidación de programasexistentes, y a la prestación de servicios pororganizaciones privadas. Las críticas señalan que talesmedidas podrían hacer la vida de los pobres más difícil(ver CCER, 2001). El documento de estrategia indica quela “protección especial” debe proporcionarse a niños yniñas menores de cinco años y a otros gruposparticularmente vulnerables, como las “mujeresabusadas”, las personas con discapacidades y los mayores(Gobierno de Nicaragua, 2001:34). Aunque esto noidentifica a las mujeres como un grupo particularmentevulnerable, su matriz de políticas y acciones incluye un

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programa para “combatir la pobreza de las mujeres” através de esquemas de crédito y horticultura (Gobiernode Nicaragua, 2001:131). Por el otro lado, el gobiernoenfatiza que “se le ha dado máxima prioridad a lareducción de la extrema pobreza” y que “los programassociales serán cruciales para este resultado” (Gobierno deNicaragua, 2001:24). Por lo tanto, a corto plazo losprogramas estarán centrados en los extremadamentepobres. Esto deberá permitir alcanzar el principalindicador del DELP de reducir los números en extremapobreza, y hasta las cantidades de mujeres pobres y depobres en general.24

GobernabilidadLa gobernabilidad está formalizada como un “pilar” en eldocumento nicaragüense y como un lineamientoestratégico en el de Honduras. Este último enfatiza “lademocracia participativa”, el fortalecimiento de laparticipación de la sociedad civil y la descentralización(Gobierno de Honduras 2001:59). Lo anterior resultainteresante dado el hecho de que algunos actores clavesde la sociedad civil se retiraron del proceso del DELPhondureño porque sentían que sus recomendacionesestaban siendo ignoradas (ver Sección Dos). El DELPnicaragüense persigue “mejorar aún más” lagobernabilidad del país (Gobierno de Nicaragua, 2001:77). Esto es significativo dado que el documento fueelaborado durante el gobierno de Alemán, quien ahoraenfrentan cargos de corrupción y malversación de fondospúblicos junto con algunos de sus colaboradores.

El DELP hondureño sí incluye otros indicadores, comolas percepciones de la población sobre corrupción yseguridad. Sin embargo, en ambos casos la mayoría de laspolíticas propuestas se concentran en el establecimientodel marco legal para la gobernabilidad, utilizandoindicadores relacionados con el número de leyesaprobadas. El género no figura entre las propuestas degobernabilidad. Ambos documentos presentan laspolíticas de gobernabilidad, al igual que lasmacroeconómicas, como neutrales en relación al género.

Equidad de género como un tema enlos DELPs

Estudios recientes sobre la dimensión de género en losDELPs producidos hasta el momento coinciden con losanálisis anteriores que indican que se ha hecho pocoprogreso en este sentido (ver Bamberger et al, 2001;Whitehead, 2003: Zuckerman, 2002). Zuckerman, (2001:10) sugiere que el énfasis reciente del Banco Mundial porincorporar la perspectiva de género y “darle género” aldesarrollo ha tenido poco impacto en los procesos de losDELPs. Su evaluación indica que el problema yace en lainsuficiente consulta a la ciudadanía, y que aún cuandoexisten procesos participativos “genéricos”, la voluntadpolítica para incorporar los resultados puede estarausente. Tales aseveraciones ubican firmemente laresponsabilidad nuevamente en los países involucrados, ymientras los ejemplos de Nicaragua y Hondurasdemuestran que de hecho ha habido poca participación

(ver Sección Dos), esto por sí sólo no puede explicarplenamente el fracaso en abordar el género en los DELPselaborados hasta la fecha.

La literatura del Banco Mundial sugiere un problemaadicional. La investigación reciente se ha centrado en larelación entre igualdad de género y crecimientoeconómico (ver por ejemplo Klasen, 1999; Dollar y Gatti,1999) promoviendo la “eficiencia” en vez de la equidad.Zuckerman señala un problema secundario: losdocumentos que intentan incluir el género sufren de“confusión conceptual”, asumiendo un enfoque de“mujer en el desarrollo” más que “género en eldesarrollo”. El primer enfoque puede de hecho reforzarlos roles y relaciones de género estereotipadas, comoilustra el caso nicaragüense.

El DELP nicaragüense sufre de esta confusiónconceptual cuando el documento deja de abordar lainequidad de género, pero al mismo tiempo incluyereferencias específicas hacia las mujeres y a su papel en elproceso del DELP. Aún si existiera una perspectiva degénero – lo que es discutible – ésta sigue un enfoque de“mujer en el desarrollo” más que de “género en eldesarrollo”. El documento declara que “virtualmentetodo [el documento] promoverá una mayor equidadsocial” (Gobierno de Nicaragua, 2001: 37). Esto puedeexplicar la falta de políticas propuestas en esta área y elhecho de que la equidad social es el único tema del DELPque carece de una asignación presupuestaria específica(ver SECEP, 2003).

Aunque el documento no tiene enfoque de género,algunas partes sí se refieren a las mujeres. Dos áreas depolíticas clave en las que se encuentran referencias a lasmujeres son aquellas redes de protección social y deeducación. Sin embargo, las estrategias incluyen a lasmujeres indirectamente, como una forma de transmisiónde bienes y servicios para ser proporcionados a otros, enparticular a niños y niñas. Esto refuerza los rolesestereotípicos de las mujeres como madres y cuidadoras.La fertilidad de las mujeres también es central en el DELPnicaragüense puesto que el crecimiento poblacionalpuede efectivamente neutralizar cualquier avance en elcrecimiento económico. La estrategia no sólo coloca laresponsabilidad de la reproducción exclusivamente en lasmujeres, sino también reitera la necesidad de unareproducción “responsable” al enunciar metas tales comomejorar el acceso a la planificación familiar para las“mujeres con pareja”. El énfasis está en el control de lafertilidad más que en los derechos de las mujeres deadministrar su propia fertilidad (ver Pearson y Sweetman,1996, para el debate). Por lo tanto, las mujeres, cuando seles menciona, están representadas como madres, tanto ensu papel reproductivo como de cuidadoras, y tambiéncomo “víctimas” del abandono y de la violenciamasculina. Por el contrario, se hace muy poca mención alas mujeres como productoras y generadoras de ingresos.En comparación con el DELP de Nicaragua, el documentode Honduras trata de manera más clara el género y asignaun presupuesto específico, aunque pequeño (4.4 porciento del presupuesto para 2001), para las metas deequidad de género e igualdad (citado en Rossell, 2001).Las actividades reproductivas y productivas de las

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mujeres se reconocen en el análisis en el cual se basa elDELP. También se proponen políticas vinculadas a lapromoción del desarrollo de “habilidades laborales y demercado” de las mujeres, y al apoyo para mujeres“microempresarias”. Asimismo, de las once metasglobales incorporadas, la décima es “lograr la paridad yaumentar en un 20 por ciento el Índice de DesarrolloHumano vinculado al género” (Gobierno de Honduras,2001: 53), lo que sugiere la búsqueda de la equidad.

El objetivo de la igualdad de género en la matriz de laspolíticas persigue “apoyar el desarrollo integral de lasmujeres pobres a través de su plena y efectivaparticipación” y generar políticas destinadas a aseguraruna efectiva igualdad de oportunidades, en particularpara las mujeres pobres, así como prevenir y eliminar laviolencia doméstica. Los indicadores relacionados, sinembargo, muestran que el énfasis es más limitado de loque se podría sugerir. Por ejemplo, el éxito en laprevención de la violencia será considerado como algoalcanzado cuando sean aprobadas las reformas a la leycontra la violencia doméstica, sin profundizar acerca decómo implementar la ley o atacar las causas de raíz de laviolencia en la familia. De manera similar, el indicadorpara evaluar la magnitud de “la efectiva igualdad deoportunidades” es ni más ni menos “los niveles deingresos de las mujeres pobres”, sugiriendo un enfoquemás económico que de derechos sociales. Este énfasiseconómico está reforzado por la medición final de laspolíticas, que busca mejorar la disponibilidad deinformación desagregada por género de manera tal que“permita visualizar la contribución económica” de lasmujeres.

A pesar de que está escrito en un lenguaje de“equidad” e incluye políticas para mejorar las leyescontra la violencia y aumentar el acceso de informaciónsobre derechos, las políticas de género del DELP deHonduras parecen estar profundamente influenciadas porla expectativa de que al incluir a las mujeres en el procesode desarrollo el crecimiento económico mejorará.

La exclusión del género en los DELPs

La inclusión del género en los DELPs es importante, perosu exclusión es igualmente importante, en particularporque puede estar enviando mensajes contradictorios.

Política macroeconómica• La política macroeconómica tiende a excluir cualquier

consideración de género, haciendo parecer que es en símisma neutral frente a esto. Sin embargo, los impactospara las mujeres y sobre los aspectos de género es algoya bien documentados y distan mucho de ser neutrales(ver Elson, 1998, para el debate).

El DELP no es un documento autónomo, sino secomplementa por el acuerdo del Servicio para elCrecimiento y la Lucha contra la Pobreza (SCLP) que cadagobierno hace con el FMI, el cual define la políticamacroeconómica principal. El SCLP se puede decir quedetermina el proceso del DELP, porque sus políticas

establecen el marco general en el cual sonimplementados los DELPs. Las negociaciones en torno alSCLP se limitan a los gobiernos nacionales y al FMI. Lasdificultades por cumplir los requisitos en políticamacroeconómica del FMI también pueden retardar elalivio de la deuda y, por lo tanto, la implementación delas iniciativas de reducción de la pobreza. Las condicionesdel SCLP definidas por el FMI muestran lo poco que se hacambiado en cuanto a las políticas macroeconómicasdesde la era de los Programas de Ajuste Estructural y delServicio Reforzados de Ajuste Estructural (SRAE).

La revisión del DELP de Honduras en particular ilustrala continuidad de las recetas de políticasmacroeconómicas anteriores, y también una discusióndetallada de la política fiscal y monetaria y de laspermanentes reformas estructurales. El DELP deNicaragua muestra que su pilar de crecimientoeconómico descansa en la implementación de unprograma macroeconómico de “estabilización continuaday reforma estructural”.

Mensajes contradictorios• Los DELPs brindan mensajes contradictorios y en

conflicto acerca de la conducta “apropiada” hacia lasmujeres, reforzando de manera explícita los roles de lasmujeres como madres y cuidadoras, al tiempo queimplícitamente las toman en cuenta comotrabajadoras.

En el proceso del DELP, las iniciativas de crecimientoeconómico están estrechamente vinculadas con lacreación de empleos y pretenden aprovechar la “ventajacomparativa” de los países HIPC (su fuerza de trabajorelativamente barata). El DELP de Honduras describe eldesarrollo de sectores con alta productividad y potencialde empleo y busca facilitar el desarrollo del comercio enel agro (agroexportaciones no tradicionales), forestería,ensamblaje liviano (zonas francas) y turismo. EnNicaragua también se han promovido similares“conglomerados de crecimiento”.

En el componente sobre crecimiento económico de losdos DELPs, las mujeres son invisibles. Aún en eldocumento hondureño, que hasta cierto punto reconoceel trabajo de las mujeres, se aborda a los trabajadorescomo personas sin género. En el DELP de Nicaragua, lainvisibilidad de las mujeres como fuerza laboral y comouna potencial columna vertebral de las iniciativas decrecimiento económico se hace aún más problemáticapor la forma en que fueron incluidas. Su representacióncomo madres y cuidadoras refuerza las ideasestereotipadas acerca de las mujeres como dependientes yno como proveedoras, como amas de casa y no comotrabajadoras. Dicho énfasis en su responsabilidad en lasactividades reproductivas señala una contradicción, yaque la ventaja comparativa de un país se basaparcialmente en la fuerza de trabajo femenina.

Diferencias entre mujeres• Los DELPs no toman en cuenta ni consideran las

diferencias entre las mujeres, por lo que los supuestosque hacen sobre éstas pueden estar equivocados. Las

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políticas basadas en supuestos falsos muy raramentelogran funcionar.

Cada DELP prioriza diferentes grupos de personas como“vulnerables”, o como merecedoras de atención especial,pero sin prestar ninguna atención al género. El debate,por ejemplo, en torno a las personas de la tercera edad notoma en cuenta las diferencias entre hombres mayores ymujeres mayores. De manera similar, cuando las mujeresson mencionadas en los documentos, se les presentacomo un grupo homogéneo. Alternativamente, gruposespecíficos de mujeres son aislados para la discusión y seenfatiza cómo se “desvían” de la norma.

Esto no pone atención a la diversidad de las mujeres ylas diferentes formas en las que ellas viven la pobreza enconcordancia con sus características y situacionesparticulares. Por ejemplo, las mujeres más jóvenes (de 25años o menos) que viven con parejas masculinas puedentener características u experiencias de pobreza diferente alas de las mujeres mayores (ver Bradshaw, 2002, para eldebate). En particular, su capacidad de tomar decisionesclave sobre sus vidas y de participar en la vida fuera delhogar se encuentra relativamente limitada. Ellasenfrentan mayores obstáculos cuando participan enactividades generadoras de ingreso, especialmente enaquellas fuera del hogar y de la comunidad. La falta deentendimiento sobre las limitaciones en la participaciónde las mujeres más jóvenes en la vida pública puedefrenar la efectividad de las políticas que exigen su activoinvolucramiento, particularmente al interior de la fuerzalaboral.

Desigualdades en el hogar• La importancia de los hogares como espacios donde se

producen y reproducen las desigualdades (en particularla pobreza secundaria de las mujeres en los hogaresencabezados por hombres) no es algo reconocido. Elanálisis y las políticas no entran al hogar.

Cuando los DELPs sí abordan las diferencias entremujeres, tienden a centrarse en “casos especiales”, comolas mujeres negras e indígenas, las que han sidoabandonadas por sus hombres (mujeres encabezandohogares) así como las “víctimas” de la violenciadoméstica. Los documentos generalmente se centran enlas mujeres encabezando hogares, afirmando que ellasson las más pobres de los pobres. Esto permite a losgobiernos y a las organizaciones aparentar que estánhaciendo algo acerca de la pobreza sin atacar la pobrezade las mujeres en general. Esta forma de priorizar marginaa la mayoría de las mujeres que continúan viviendo conhombres. Tampoco aborda las desiguales relaciones depoder entre hombres y mujeres dentro de los hogares, locual es un factor importante detrás de la pobreza relativade muchas mujeres.

Aunque las mujeres que encabezan hogares estánincluidas en el discurso de los DELPs como un grupohacia dónde dirigirse, los documentos no abordan ladistribución de recursos al interior de los hogaresencabezados por hombres, lo cual efectivamente ignora ala mayoría de las mujeres.

Resultados inesperados• Los proyectos dirigidos hacia mujeres para que sean

ellas las receptoras de los recursos familiares puedenincrementar los conflictos e incluso la violenciadoméstica.

A pesar de los primeros intentos por evaluar el avance enla estrategia de la reducción de la pobreza en Nicaragua(Bradshaw y Linneker, 2003; Linneker et al, 2003) aún noes posible valorar los resultados de los DELPs deNicaragua y de Honduras. Sin embargo, sí es posibleindicar lo que estos resultados, esperados o no, puedenseñalar. Una seria preocupación general acerca de losDELPs se da sobre el grado en que toman en cuenta losposibles impactos indirectos e incluso negativos de suspolíticas. Un área en la que las mujeres son visibles enlos DELPs son las redes de protección social y losprogramas de asistencia social a las familias. Aquí lasmujeres aparecen como proveedoras de bienes yservicios, y en consecuencia como receptoras de recursostales como alimentación y dinero para la familia. Unproyecto piloto del DELP en Nicaragua mostró lasconsecuencias que tales políticas pueden llegar a tener(ver Quirós Víquez et al, 2002). El programa paga a lasfamilias para que mantengan a los niños en la escuela ylos lleven a los centros de salud. El dinero se entrega alas mujeres y, por lo tanto, podría asumirse que tendríaun efecto de empoderamiento, mejorando el acceso a losrecursos e incrementando sus activos. No obstante, estose puede cuestionar en una serie de niveles. Primero,refuerza el concepto de que las mujeres son lasresponsables de los niños. Segundo, obvia el hecho deque aunque las mujeres puedan recibir el dinero, ellastienen poco control sobre su utilización. En realidad, elproyecto puede ser desempoderador tanto para loshombres (en la medida en que lesiona su rol deproveedor construido socialmente) como para lasmujeres, pues los hombres pueden tratar de quitarles eldinero, quizás por la fuerza.

Empleo• El empleo de las mujeres puede dejar el bienestar

económico del hogar sin modificaciones en lo general,al tiempo que reduce el bienestar social de ellas.

Aunque generalmente se supone que el empleo de lasmujeres mejora el bienestar económico, éste puede noafectar la situación económica general del hogar.Investigaciones recientes en Nicaragua (Bradshaw, 2002)encontraron que cuando una mujer percibe un ingreso,lo más probable es que su pareja masculina retenga almenos la mitad de sus propios ingresos para su consumopersonal. Parece entonces que el ingreso “extra”percibido por las mujeres no necesariamentecomplementa las fuentes existentes de ingreso, peropuede ser visto (por el hombre jefe del hogar) como susustituto. Asimismo, las mujeres que dijeron queparticipan en la toma de decisiones de los hogares (y estoen sí mismo se vincula con su participación en lageneración de ingresos) eran las más proclives enmencionar los temas económicos como las fuentes de

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discusión en el hogar. Esto sugiere que cualquier logro enel bienestar económico puede ser a expensas del bienestarsocial.

Definiendo metasEn qué medida tales compensaciones entre beneficioseconómicos y sociales pueden ser consideradas como algoexitoso por el DELP depende de la meta fijada. Si ésta esaumentar el número de personas vinculadas a actividadesde generación de ingresos o aumentar el agregado deingresos del hogar, entonces bien pueden ser valoradascomo exitosas. Metas dirigidas a mejorar el bienestareconómico de mujeres y niños al interior de los hogares,o a tomar en cuenta los costos sociales de las gananciaseconómicas llevarían a una evaluación diferente.

Establecer y cumplir metas es parte integral del procesodel DELP, pero las metas mismas pueden no mediradecuadamente los objetivos fijados. Resultados

indirectos del paquete de políticas DELP, como elincremento de conflictos en el hogar, o resultadosinesperados, como la pobreza secundaria, son raramentetomados en cuenta en los procesos oficiales de monitoreoo durante la etapa de diseño. Asimismo, resultadoscualitativos, como los efectos de los mensajes enconflicto entre sí acerca de los roles inherentes de lasmujeres en los DELPs, tienden a ser ignorados.

Las interrogantes que deberían ser abordadas son:¿Qué es lo que queremos evaluar? ¿En qué medida laspolíticas del DELP cumplen con sus propias metas? ¿Quétanto reducen la pobreza de las mujeres y mejoran susituación? ¿Cuál es el nivel en el cual las propias mujeresde bajos ingresos perciben que mejora su situación?Todas estas preguntas requieren de mayoresinvestigaciones y evaluaciones después de laimplementación de las estrategias de reducción de lapobreza.

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Conclusiones __________________________________________________________________________________________________

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Mientras que los DELPs son un compromiso político bienrecibido, la pregunta clave continua estando alrededor decómo hacer que éstos funcionen más para el beneficio delos pobres y en particular, de las mujeres pobres. Pareceexistir un amplio abismo entre la retórica oficial y larealidad de elaborar los DELPs en los países en desarrollo.Los problemas para incorporar al género en las estrategiasde reducción de la pobreza se originan a partir de laslimitaciones externas inherentes en el marco políticoneoliberal en el cual son elaborados. Hay tambiéndificultades que surgen de las problemáticas internas, yde las capacidades y limitaciones de los gobiernosnacionales, de las sociedades civiles, y de losmovimientos de mujeres. La combinación de presionesexternas e internas sobre los procesos de los DELPs, asícomo el número de procesos de formulación de políticasde abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo creancontradicciones que son difíciles de resolver.

La iniciativa del DELP promueve el proceso de diseñoparticipativo como garantía para estrategias de reducciónde la pobreza pro-pobre y pro-género. Sin embargo, elconcepto de participación en la elaboración de los DELPs,tanto en el papel como en la práctica, indican que estono necesariamente se alcance: • El concepto de “propiedad del país” significa que la

amplitud de la participación está determinada por lavoluntad del gobierno de llevar a cabo tales procesos yde tomar nota de las recomendaciones que surjan.

• La necesidad de elaborar un DELP que cuente con laaprobación del Banco Mundial y del FMI puedesignificar que los gobiernos se inclinen a redactarprogramas que saben que serán aceptados, aún sientran en conflicto con otras prioridades políticasclave identificadas a través de la consulta con elpúblico.

• La urgente necesidad de obtener el alivio de la deudacrea presiones para acelerar, y por lo tanto limitar, laparticipación; y la introducción de los DELPs interinoso provisionales estimula a los gobiernos a confinar elproceso de consulta a un borrador preparado, más quea la participación en el diseño de una nueva estrategia.

• El vínculo entre los DELPs y el alivio de la deudaprovocan dilemas para la sociedad civil, puesto quecualquier alteración en el calendario retrasa laliberación de fondos y esto puede efectivamenteclausurar el proceso participativo.

El proceso participativo de elaboración como unmecanismo para “darle perspectiva de género” a losDELPs enfrenta algunos obstáculos más específicos:

• Los DELPs no tienen que incluir una perspectiva degénero para obtener la aprobación por parte del BancoMundial y del FMI, como lo demuestran losdocumentos de estrategia producidos y aprobadoshasta el momento.

• Los lineamientos de género del Banco tienden apriorizar el crecimiento económico, la productividad yla eficiencia por encima de la equidad. Estoverdaderamente limita la promoción de laspreocupaciones de género y las que apoyan laspolíticas para reducir las desigualdades de génerodetrás de la pobreza relativa de las mujeres.

• La participación de las mujeres en los procesosoficiales de los DELPs no necesariamente genera elsurgimiento de recomendaciones sobre género, puestoque sus voces a menudo son ignoradas o marginadas, ysus preocupaciones tratadas como temas secundarios.Las recomendaciones de género no sonautomáticamente incluidas en los documentos finalesde los DELPs, puesto que exigen una voluntad políticaque puede no existir.

• Las iniciativas de la sociedad civil organizada paraincidir en los procesos de los DELPs no necesariamentetienen conciencia de género. La presencia de unaúnica y fuerte coalición de la sociedad civil puedeafectar a los movimientos de mujeres si se dandivisiones en torno a la participación. Esto debilita lavoz colectiva y limita la representación en losprocesos.

• No sólo a los gobiernos nacionales, sino también a lasociedad civil y a los grupos de mujeres les hace faltacapacidad para incorporar la perspectiva de género alinterior de algunos de los elementos centrales de losDELPs, en particular en relación a la políticamacroeconómica. Aún cuando tal capacidad existieraen los movimientos de mujeres, ésta no siempre le esreconocidas como tal.

• El discurso oficial del DELP opera en un marconeoliberal. Esto puede llevar a los movimientos demujeres y a las organizaciones feministas a decidirquedar al margen del proceso, puesto que ven al marcocomo inherentemente incompatible con unaperspectiva de género.

Los DELPs elaborados hasta la fecha no han incluidonecesariamente una perspectiva de género.Ultimadamente, sus similitudes con los Programas deAjuste Estructural quiere decir que no logran referirse alas bien documentadas preocupaciones de género:• Las estrategias de reducción de la pobreza continúan

Sección Cuatro: Conclusiones

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__________________________________________________________________________________________________ Conclusiones

Desafiando la pobreza de las mujeres 29

estando orientadas en función al crecimientoeconómico, a pesar del continuo debate acerca delgrado en que el crecimiento económico estádirectamente relacionado con la reducción de lapobreza y de la escasa evidencia que indica que éstereduce la pobreza relativa de las mujeres.

• Aunque la inclusión de la inversión en salud yeducación en los DELPs es algo bien recibido, losmotivos para su inclusión son, en general y entérminos de género, problemáticos.

• Las redes de protección social buscan “proteger” a losmás vulnerables en vez de lidiar con las causasprofundas de su vulnerabilidad. Enfocar a las mujerescomo “beneficiarias” es algo altamente problemáticoen este contexto.

• Los planes de reducir la corrupción y mejorar larepresentatividad y transparencia de los gobiernos esalgo bien recibido, pero su presentación como políticasneutrales en términos de género es cuestionable.

• Dado el marco neoliberal que determina laformulación de las políticas sobre pobreza, la inclusiónde una perspectiva de género en los DELPs podría noser una meta realista.

Los DELPS de Honduras y Nicaragua, como la mayoría deestrategias de reducción de la pobreza elaboradas hasta elmomento, no son documentos “con género”. Qué tantoesto se debe a la limitada participación social en losprocesos de elaboración o a las contradicciones en estosprocesos es motivo de debate. Los procesos participativosde abajo hacia arriba son sólo una forma de introducir laperspectiva de género dentro de los DELPs. De hecho, noparece ser una opción real, dado que el Banco Mundialno exige que un DELP integre al género, o requiera que elproceso de diseño sea realmente participativo. Asimismo,aún donde existen iniciativas de la sociedad civil paraincidir en los DELP, éstas no necesariamente son “congénero”, ni cualquier recomendación de género seráintegrada automáticamente en el DELP oficial.• En realidad, los procesos participativos pueden tener

poco éxito en asegurar una perspectiva de género enlos DELP.

La alternativa es la inclusión de la visión de género dearriba hacia abajo, lo cual parece haber sido el caso delDELP en Honduras. Esto puede alcanzarse si se contratanconsultorías de género para ayudar a formular eldocumento de estrategia. No obstante, existe una

contradicción obvia entre el deseo de incluir al género enun DELP y el deseo de asegurar un proceso de diseñoincluyente.• El involucramiento de consultores y consultoras de

género en la formulación de los DELPs oficiales puedellevar a una estrategia “con género”, pero las mujeres ylos movimientos de mujeres no sienten que lespertenece.

Esto introduciría dilemas para el movimiento de mujeres:respaldar el DELP por los avances de género que laspolíticas pueden traer o boicotearlo por lo excluyente desu proceso de elaboración.

Por supuesto, los consultores podrían promoverprocesos participativos incluyentes. Sin embargo, si son“entes ajenos” desconocidos, en particular unaconsultora internacional, es poco probable que unaamplia gama de mujeres y organizaciones quieraparticipar, dadas las connotaciones neocoloniales depolíticas como éstas. El uso de “alguien de adentro”, yasea un o una profesional nacional del desarrollo o unaextranjera bien establecido en el país, tiene sus propiosproblemas, dada la fragmentación de los movimientossociales en Centroamérica. Es difícil prever que todos losgrupos estarán contentos con las decisiones, y una vezmás la participación puede verse limitada y la vozcolectiva debilitada. En última instancia, dicha opción noresuelve el problema, porque enfrenta los síntomas y nolas causas. En otras palabras, deja intactas las divisiones ydesiguales relaciones de poder al interior de losmovimientos de mujeres.• Hasta qué punto los consultores o consultoras pueden

garantizar procesos participativos incluyentes esmotivo de debate, porque en realidad los procesosparticipativos dependen de factores internos y noexternos.

La solución más evidente es la creación de capacidadespara desarrollar proyectos entre hombres y mujeres. Las aveces problemáticas relaciones de género al interior de lasociedad civil indican la necesidad de incluir a loshombres en cualquier acción de largo plazo. Al mismotiempo, deben ser apoyadas las actividades quefortalezcan las capacidades de las mujeres y de losmovimientos de mujeres para cabildear con efectividadpor agendas acordadas en el escenario nacional einternacional.

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Recomendaciones ______________________________________________________________________________________________

30 Desafiando la pobreza de las mujeres

Como un primer paso para incorporar el género dentrode los DELPs, resulta necesario resolver las inquietudesgenerales acerca del proceso de elaboración de laspolíticas:

• Existe la necesidad de eliminar las tensionesinherentes a la idea de una iniciativa de políticadirigida por el Banco Mundial y el FMI, pero al mismotiempo perteneciente al país en cuestión. La ausenciade orientaciones claras acerca de los roles yresponsabilidades lleva a la confusión. Sin embargo, elmayor problema es probablemente el énfasis en losprocesos de diseño participativos como instrumentopara abordar las desigualdades de género.

• La falta de lineamientos para la inclusión del género yla incapacidad del Banco Mundial y del FMI paraestablecer un requerimiento mínimo para laparticipación de sociedad civil y de otros actores en eldiseño de un DELP deja estos temasfundamentalmente en manos de la voluntad políticade los gobiernos individuales. Mientras que esto puedellevar a los actores de la sociedad civil a demandarrequisitos estrictos sobre la amplitud de la inclusióndel género, también puede establecer contradiccionesen las políticas resultantes. Las exigencias de que elBanco Mundial y el FMI ejerzan un control másestricto sobre el contenido de género de los DELPspueden proporcionarles la justificación para un mayorcontrol sobre la política macroeconómica. El abogarpor el control de uno en contraposición al control deotros parece inconsistente. Esta contradicción es dedifícil resolución desde una perspectiva de género y elBanco Mundial debe abordarlo con lineamientos másclaros.

Opciones para la incorporación del géneroLas contradicciones generadas tras las experiencias de losprocesos de los DELPs en Nicaragua y Honduras puedenayudar a quienes vayan a participar en un proceso similaren el futuro a aclarar sus opciones. Las diferentesposibilidades para garantizar que se incluya unaperspectiva de género en los procesos de los DELPs noson necesariamente mutuamente excluyentes:

• Incorporar al género dentro de las políticas que seenmarcan en el paradigma prevaleciente del“crecimiento económico para la reducción de lapobreza”.

El actual discurso neoliberal dentro del cual se elaboranlos DELPs es dominante y difícil de cambiar. El procesoestá determinado por las políticas macroeconómicas, y

todas las demás políticas están formuladas para aseguraravances en el crecimiento económico. La aceptación deesto significa buscar cómo “generizar” a las políticasexistentes más que buscar la formulación de políticas“con género”. Esto significaría hacer visibles a las mujeresen los procesos de los DELPs.

Los puntos clave para el cabildeo incluirían el esfuerzopor garantizar que las mujeres (junto con otros actores)participen en el proceso de elaboración del DELP, que susaportes a las metas del crecimiento económico seanvisibles en los DELPs y que exista una legislación queestimule la igualdad de acceso a las “oportunidades”,tanto económicas como políticas, que el proceso delDELP proporciona. En esencia, esto implica algo más quela implementación de los lineamientos contenidos en elDocumento fuente del DELP.

Sin embargo, es difícil insistir en que se sigan lasorientaciones del Banco Mundial al mismo tiempo que secuestionan los condicionamientos macroeconómicos delos DELPs. Asimismo, para muchas mujeres el enfoque degénero del Banco Mundial dista mucho de sersatisfactorio: éstas consideran difícil respaldar un DELPque las utiliza para estimular el crecimiento económiconacional sin establecer mecanismos para eliminar lasdesigualdades que impiden que se beneficien de suparticipación.

• Promover políticas de igualdad de género que seorienten al bienestar económico y social dentro delmarco del DELP existente.

Mientras que el marco en el cual operan los DELPs estáfundamentalmente predeterminado, la priorización de lapobreza sí abre nuevas oportunidades en la formulaciónde las políticas. Elementos tales como la inversión eneducación y en salud pueden ser utilizados para asegurarun bienestar más amplio, así como una productividadmás alta.

Este tipo de enfoque debería buscar ampliar lasconceptualizaciones de pobreza en los DELPs y cabildearpara que sean tomados en cuenta indicadores sociales yeconómicos cuando se mide y se le da seguimiento a lapobreza. Lo anterior también puede sugerir el apoyo aaquellas mujeres y representantes de los movimientos demujeres que trabajan en el proceso del DELP, así comofortalecer su capacidad de criticar las políticas yaelaboradas y proponer mecanismos para mejorarlas. Estorepresentaría una oportunidad para los donantes y losdiseñadores de proyectos de “subvertir” la agenda delDELP en beneficio de sus propias metas de igualdad degénero. Por ejemplo, la incorporación de la saludreproductiva en los DELPs brinda una oportunidad para

Sección Cinco: Recomendaciones

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______________________________________________________________________________________________ Recomendaciones

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formular proyectos en torno a los derechos sexuales yreproductivos.

Sin embargo, tal enfoque no cambia el hecho de quelas mujeres y el género son incluidos en los DELPs comoconsideraciones secundarias más que como unapreocupación central. Asimismo, a pesar de queproyectos prácticos individuales pueden permitirbeneficios a corto plazo para algunas mujeres, éstos nomodifican en el discurso oficial la conceptualización deaspectos de género como la salud reproductiva y laviolencia dentro de la familia. Esto va contra las metas alargo plazo de promoción de los derechos de las mujeres.

• Promover una estrategia de reducción de la pobrezaque se dirija hacia las desigualdades de género más quehacia la pobreza.

El imperante marco neoliberal de las políticas públicas daprioridad al crecimiento económico como la clave parareducir la pobreza y la desigualdad de género. Rechazareste marco sugiere la necesidad de separarse del procesodel DELP y formular una política alternativa centrada enel género. El énfasis en la pobreza puede en sí mismo serproblemático en términos de género. Si se va a confrontarla pobreza relativa de las mujeres, se deben abordar suscausas de origen, y esto se relaciona con las desigualdadesde género estructurales que la sustentan.

Un enfoque así llevaría a trabajar fuera del marco de lapobreza y a formular estrategias alternativas dirigidas a ladesigualdad de género dentro de las cuales el aumento enlos ingresos sería una meta. Tales políticas daríanprioridad al poder y a las relaciones desiguales de poderentre hombres y mujeres y entre las mujeres. Un enfoquecomo este parecería rechazar los conceptos principalesdel Banco Mundial para la incorporación del género. Elmismo podría sugerir la necesidad de elaborar unDocumento de Estrategia de Género para cada DELP, quefuncionara de igual manera que el Servicio para elCrecimiento y la Lucha contra la Pobreza (SCLP) y querequiriera de acuerdos similares desarrollados de formaparalela al proceso más amplio y orienten todas laspolíticas comprendidas en él.

No obstante, el rechazar el discurso dominante yoperar al margen del mismo podría aislar y marginar a lasactivistas de género principales así como dividir a losmovimientos de mujeres. Más aún, el SCLP funcionaparalelamente al proceso del DELP y retroalimenta todassus etapas porque los actores internacionales principalesque controlan los procesos asumen la importancia de lasiniciativas sobre las políticas macroeconómicas. Loanterior se encuentra ausente en lo que se refiere agénero, y el peligro estaría en que a diferencia de losacuerdos de los SCLP, los de género no fueran aplicados.

Dándole seguimiento a los resultadosMientras que las tres opciones presentadas arriba sugierendiferentes estrategias de cabildeo, una acción comúnpodría unificarlas, como el seguimiento y evaluación delos resultados de los DELPs en las relaciones y roles degénero así como en el de la pobreza relativa de lasmujeres. Esto también sugeriría una estrategia paraaquellos países que, como Nicaragua y Honduras, ya se

han embarcado en los procesos del DELP y en aquellos en

paíticipatitas

Hondurae m TTD ón gientosepleme(los lavle ina importra)Tj T* -0.0002 Tc 0.0002 Tw elesceinaliooa l etapo en el proceso del DEL:s

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Notas _________________________________________________________________________________________________________

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Notas

1 PRSP en inglés. En esta versión, se utilizará la traducción queemplean los documentos oficiales del Banco Mundial y delFondo Monetario, aunque hay una diferencia sutil peroimportante, en inglés se habla de reducir la pobreza y enespañol, se habla de luchar contra la pobreza (lo que noimplica necesariamente su reducción).

2 Por sus siglas en inglés, Heavily Indebted Poor Countries.3 En inglés, Poverty Reduction and Growth Facility (PRGF).4 Comprehensive Development Framework (CDF).5 www.worldbank.org/cdf/overview.htm6 Además de los DELP, el MID prevé Documentos de Estrategia

Sectoriales, una Estrategia de Desarrollo Urbano y un marcorevisado para el Trabajo Económico y Sectorial.

7 El Servicio de Crecimiento y Lucha contra la Pobreza (PRGF enInglés) reemplazó al Servicio Ampliado de Ajuste estructural(ESAF) en 1999. El servicio de préstamo a bajo interés del FMIpara países pobres, es el mecanismo para hacer préstamosblandos a países pobres dirigidos a reducir la pobreza.

8 El Banco Mundial ha usado la puntuación de la Evaluación delas Políticas Nacionales e Institucionales (CPIA) para examinarla gobernabilidad. La CPIA da seguimiento a 29 indicadoressobre el ambiente en que tales políticas se dan, incluyendolas políticas para la inclusión social como el monitoreo a lapobreza, la prioridad hacia los pobres y las redes deprotección (ver Collier y Dollar, 2002).

9 Algunos estudios indican que, contrariamente, las mujeresque perciben salarios tienen más posibilidades de aportar suingreso al hogar. Mientras que muchos estudios han hechoénfasis sobre la conducta “irresponsable” de los hombres,pocos han cuestionado la actitud “altruista” de las mujeres.

10Citado enwww.brettonwoodsproject.org/topic/adjustment/wolf.html

11Ver www.worldbank.org/poverty/strategies/12La CCER es ahora conocida como la Coordinadora Civil. Para

mayor información de sus actividades visite www.ccer.org.ni. 13Qué tanto la inclusión del cuarto pilar fue resultado de la

incidencia de la sociedad civil es debatible. La presióninternacional pudo haber sido la influencia real, reflejando laspreocupaciones de numerosos donantes y agencias acerca dela corrupción del gobierno (Quirós Víquez et al, 2002).

14Basada en la observación participante a medida que sedesarrollaban los eventos.

15La tercera consulta fue una iniciativa llevada a cabo en LeónNorte con el financiamiento de una ONG internacional (verCranshaw, 2003).

16Análisis basado en entrevistas llevadas a cabo con mujereslíderes en Honduras como parte del proyecto “Actualizaciónde la metodología de evaluación de los efectossocioeconómicos de los desastres naturales: Incorporación delanálisis de género” elaborado para la Comisión Económicapara América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas(CEPAL- México) en septiembre de 2000 (Bradshaw, 2003).

17Análisis basado en comunicación personal con actorasinvolucradas.

18Análisis basado en el estudio de CEPAL de 2002 (Bradshaw,2003).

19Ibid.20Basado en la observación participante en los eventos. 21Análisis basado en comunicación personal con actores

involucrados.22Por ejemplo, el documento destaca la baja productividad, la

falta de acceso a recursos productivos y la falta deoportunidades en el mercado laboral como determinantesimportantes de la pobreza, así como la necesidad de mejorarla forma en que Honduras interactúa económica ycomercialmente con el resto del mundo como un objetivoclave.

23Se llevaron a cabo talleres en catorce de los diecisietedepartamentos del país, junto a otras dos reuniones en lasRegiones Autónomas del Atlántico Norte y Sur y unaadicional en el convulso “triángulo minero”. Más que haceruna simple presentación del documento del gobierno paracomentarios, el objetivo fue que quienes participabanconstruyeran su propia visión de la situación en suscomunidades y las prioridades y énfasis necesarios pararesolverlos. Reuniones temáticas, incluyendo dos sesionessobre conceptos de pobreza, complementaron este proceso,proporcionando críticas a los principios que guiaban el DELPoficial.

24En Nicaragua, por ejemplo, la brecha de pobreza de 1993está definida como el porcentaje en el cual el consumo percápita del hogar promedio por año está por debajo de lalínea de pobreza de 428.94 dólares por año. Sin embargo, labrecha de pobreza de 1998 se define como el porcentaje enel que el consumo anual del hogar promedio se encuentrapor debajo de la línea de pobreza de 402.05 dólares. La líneade pobreza extrema para 1998 fue calculada en 212.22dólares Ésta básicamente cubre los requerimientos deconsumo calórico mínimo.

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Desafiando la pobreza de las mujeresEl Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional ahora exigen que lospaíses pobres que buscan alivio de deuda bosquejen sus planes de reducir lapobreza en los Documentos de Estrategia de Lucha contra la Pobreza (DELPs).Este informe de CIIR examina la medida en la que las mujeres y los aspectos degénero están incluidos en estas estrategias de reducción de la pobreza.

Combinando una incisiva revisión del contexto de la política de los DELPs y lasexperiencias de las mujeres de la pobreza con análisis detallados de losprocesos de los DELPs en Nicaragua y Honduras, el autor y la autora analizancríticamente la capacidad de los DELPs para reconocer las necesidades de lasmujeres y desafiar su pobreza. Sus hallazgos y conclusiones serán una lecturaobligada para cualquiera que participe en los procesos de los DELPs o estéinteresado en aspectos de pobreza y de género en América Latina y encualquier otro lado.

Instituto Católico de Relaciones Internacionales(Catholic Institute for International Relations – CIIR)CIIR es una organización benéfica internacional que trabaja porel desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza

En algunos países, el CIIR opera como CooperaciónInternacional para el Desarrollo

9 781852 873059

ISBN 1-85287-305-1