TOMÁS GUILLERMO SANTILLANA CANTELLA

LA DEPREDACIÓN DEL PATRIMONIOHISTÓRICO Y ARTÍSTICO DE LA IGLESIA

PERUANA- LA RIQUEZA DE LOS POBRES -

LIMA 2013

A la memoria de Manuel Solari Swayne

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NOTA DEL EDITOR

El doctor Tomás Guillermo Santillana Cantella terminó de escribir esta obra en los últimos días del siglo XX. Desde entonces ha tocado varias puertas solicitando la financiación de ésta y otros seis valiosos inéditos suyos que están a la espera de su publicación. Lamentablemente, tales puertas se cerraron herméticamente a su demanda. Pero ahora, después de doce largos años, este libro sale a luz gracias al auspicio de un ilustre patricio trujillano, a cuya solicitud no mencionaremos su nombre.

Pese a los años transcurridos, se equivoca quien piense que este texto ha dejado de tener actualidad. Por el contrario, para desgracia de la iglesia peruana, la patética realidad que el autor registró hasta 1999, se ha potenciado implacablemente en el curso de la última década. El despojo del patrimonio nacional, histórico y artístico, cada vez más incrementado, ha llegado a ser el triste lugar común en la vida de los peruanos, al punto que ya no es siquiera noticia en los medios de comunicación masiva. Indudablemente, el espíritu del mal es el triunfante en todas partes, ya que nos ha acostumbrado a ver con la más absoluta indiferencia el daño que continua causando al patrimonio nacional; y a considerar el aberrante latrocinio como la cosa más natural del mundo.

Bienvenido es entonces el testimonio de un historiador peruano, profundamente católico, que denuncia y condena la indiferencia de los más y el amparado e impune delito de los menos. Un trabajo como este, dedicado a la memoria de Manuel Solari Swayne, prologado por Mons. Antonio San Cristóbal Sebastián, dispuesto en introducción, cinco partes, epílogo e índices onomástico y toponímico, y con anexos del arquitecto Víctor Pimentel Gurmendi, no merece continuar indefinidamente en un archivador de palanca. Por eso es que nos hemos impuesto el grave deber de ponerlo a disposición del público lector.

Día de la Candelaria, 2 de febrero del 2013.

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Alfredo Vignolo Gonzáles del ValleEditor

PRÓLOGO

La evangelización de la población indígena en el Perú empleó todos los recursos disponibles del arte cristiano. Había que dejar constancia permanente de los misterios de la fe católica por otros medios distintos de la predicación de la palabra y de las celebraciones litúrgicas que de suyo son acciones transitorias. Si la evangelización pretendía llegar a ser duradera e integral tenía que perpetuarse para las generaciones sucesivas de los nuevos bautizados en los pueblos; y sobre todo tenía que incorporarse a la cultura popular como uno de sus componentes asumidos espontáneamente por el pueblo común. Para lograr estos objetivos consistentes, encontraron cabida en la evangelización todas las expresiones del arte sacro.

La propagación por todo el territorio de las zonas andinas de los pueblos permanentes urbanizados, durante el período de las llamadas “reducciones toledanas”, en el último tercio del siglo XVI, hizo surgir en todos los pueblos las iglesias conforme a una arquitectura de tipo rural, pero de gran efectividad evangelizadora, que se levantaban sobre una forma de planta que hemos denominado gótico-isabelina. Dentro de un perímetro rectangular bastante alargado, se separan los dos ambientes de la nave de los fieles para la asistencia del pueblo, y la capilla mayor donde se celebraba la liturgia de la Misa, entre los que se intercala un gran arco toral transversalmente, en cuya parte superior se solían añadir pinturas murales de frente a los fieles asistentes a los actos de culto.

Las portadas que adornan la entrada a la iglesia y los atrios perimetrales circundantes del cuerpo del templo

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introducían ya un sentido evangelizador externo al urbanismo sencillo y homogéneo de los pueblos rurales andinos; era una expresión exterior que flanqueaba el ingreso a la sacralización del espacio interno de las iglesias. Además de ello, los retablos de madera y las pinturas de caballete debidamente enmarcadas, completados por las pinturas murales distribuidas en lugares privilegiados, confirieron a las iglesias la jerarquía de lugares de reunión comunitaria con sentido marcadamente religioso y evangelizador.

Los espacios interiores de las iglesias rurales virreinales fueron acondicionados siempre como un espacio donde la comunidad, reunida para la celebración de la Misa o para otras actividades religiosas, se sentía ambientada y compenetrada por las expresiones artísticas de los misterios en los que se creía y por los que se oraba.

Las portadas externas en las puertas de ingreso al templo, los muros y las cubiertas que los cierran en lo alto, conformaban el cuerpo arquitectónico de las iglesias. Pero la iglesia en cuanto lugar destinado al culto devocional de la comunidad católica no podía reducirse a un simple edificio arquitectónico puro y desnudo, sino que constituía una construcción en la que los componentes estables e inmuebles se integraban con los objetos muebles de los retablos y de las pinturas enmarcadas en una complementación intrínseca e indesglosable. Poseen de por si las pinturas y los retablos un valor artístico al que no se reducen exclusivamente; porque antes que ello expresan para la comunidad orante el sentido de sus vivencias personales sobre los misterios de la fe católica. Esta complementación de la obra meramente arquitectónica con los objetos muebles artísticos se expresa en algunas correlaciones que merecen más detenido análisis.

Si bien las pinturas acogidas en cada iglesia no podían abarcar todas las devociones universales del pueblo católico, al menos delimitaban un conjunto que compendiaba las vivencias religiosas y evangélicas en cada pueblo andino, con las que los fieles del lugar se sentían más vinculados de generación a generación. Las pinturas

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en lienzo que pudieran haber salido de los talleres de los grandes maestros de la pintura virreinal y de los que venían de Europa, como meros objetos artísticos, adquirieron otro valor devocional al ser colocadas en los muros interiores de las iglesias; y esto ya no es un valor abstracto y genérico, sino que concita las vivencias y los sentimientos religiosos de los pobladores de cada lugar andino.

Inicialmente podrían expresar aquellos cuadros la devoción de algún donante particular; a veces, con frecuencia, eran el objeto de culto privilegiado de alguna cofradía como la de los hermanos veinticuatro que rendían culto a las imágenes de las pinturas. Al ser asumidas las imágenes de los cuadros de pintura en la devoción de los fieles, individualmente o asociados en cofradías, pasaron a formar parte de la religiosidad popular. Consiste esta religiosidad en el modo como los católicos comunes, carentes de una formación doctrinal y teológica más esmerada, sienten, practican y profesan con actos de culto y devoción su propia concepción religiosa, de acuerdo a lo que ellos han asimilado y organizado en su cosmovisión religiosa católica. Actualmente se reconoce a la religiosidad popular una importancia básica en cuanto a la formación y perseverancia de los fieles católicos dotados sólo de una ilustración doctrinal básica y no especializada. La práctica religiosa en los pueblos andinos durante el período virreinal estaba fundada básicamente en la religiosidad popular y en el culto a las imágenes.

La mano de obra indígena fue vital en la arquitectura, escultura y pintura, tanto mural como de lienzo. Si bien no todos los cuadros de pinturas de santos, dispersos por las iglesias rurales, suscitaron la misma práctica devocional entre los fieles de las parroquias andinas; en conjunto todos los cuadros de imágenes puestos en el interior de las iglesias fueron objeto de la devoción de varias generaciones sucesivas, constituyeron el patrimonio cultural de cada pueblo andino, en un ambiente social en el que la cultura comunitaria se limitaba entonces a muy pocas expresiones colectivas. Al menos las iglesias andinas rurales, con sus retablos y cuadros de pintura, concentraban los objetos de la cultura visual y afectiva de los habitantes del pueblo que

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consideraban su propia iglesia como la casa común de todos.

Evidentemente, todas estas consideraciones no atañen al valor artístico de los cuadros de la pintura virreinal de los pueblos andinos y en sus iglesias rurales. Acaso podrían alegar algunos teóricos que un elevado porcentaje de los cuadros de pintura virreinal existentes en los templos de los lugares más apartados mostraban poco valor estético, o que estaban cubiertos de polvo por el abandono y ennegrecidos por el humo de las velas encendidas; o en el peor de los casos, que simplemente pasaban inadvertidos aún a los mismos párrocos. Replicamos que ninguna de estas o de otras alegaciones por el estilo pueden despojar a los cuadros de las pinturas virreinales, acaso abandonados o deteriorados en las iglesias rurales andinas, de su condición de fundamento y expresión de la religiosidad popular de los pueblos, que es un valor superior e independiente de la calidad artística de las pinturas y de su estado de conservación. Aún suponiendo el abandono material más completo, los lienzos de pintura virreinal fueron comprados, colocados y custodiados en las iglesias rurales de las regiones andinas, como el patrimonio cultural comunitario de los habitantes de cada pueblo. Reiteramos que constituyen su propio e inalienable patrimonio cultural recibido de sus mayores y de la comunidad a la que pertenecen; pero en modo alguno pueden pasar a constituir el patrimonio de coleccionistas extranjeros por el recurso de la depredación intensa y masiva, contra toda norma moral.

Si por una parte hemos relacionado los cuadros de la pintura virreinal y otros objetos artísticos del culto como las imágenes, custodias, joyas de los retablos e imágenes, y platería en general, con la religiosidad popular andina, hay que tomar también en consideración que estos objetos de culto católico son parte constituyente e integrante de la formación y desarrollo de la cultura artística surgida durante la etapa virreinal en el Perú, y mantenida como propia en la época republicana sin discontinuidad ni desprendimiento alguno; es decir, todos estos objetos del culto católico dotados de valor artístico se insertan

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vitalmente en la tradición creadora de la cultura artística peruana, surgida en su propia historia y religiosidad. No se trata ahora de exponer un trabajo científico sobre la pintura y el arte religioso legado por la época virreinal al Perú republicano, sino de destacar la función que cumplió el arte religioso popular en el desarrollo de la cultura urbana vivida por las clases sociales controladoras de la economía, la administración y el gobierno, la propiedad de la tierra y el estamento intelectual.

Sabido es como hasta cumplido el primer tercio del siglo XVII trabajaron en el Perú virreinal algunos pintores de procedencia extranjera que fueron portadores de la influencia manierista propia de las clases cultas europeas. La formación posterior como pintores de algunos maestros andinos, establecidos en ciudades virreinales como el Cuzco y Ayacucho, confirió un nuevo sentido a la pintura religiosa popular que se difundió por las iglesias rurales andinas. El sentido tridimensional de la perspectiva en profundidad no había constituido una técnica asimilada en la cultura artística pre-hispánica; y tampoco fue dominada a perfección por los maestros andinos de la pintura virreinal.

Señalamos ahora un hecho objetivo e histórico que resulta patente en las pinturas salidas de algunos talleres locales y en el tallado planiforme de la decoración en las portadas del llamado estilo mestizo en las iglesias de Arequipa, Apurimac, Chumbivilcas, Coporaque de Espinar y el Collao. No se trata, como pretenden algunos historiógrafos, de la simple incomprensión del volumen y de la perspectiva europea o de la incapacidad e impericia de los artesanos autóctonos virreinales para expresar el volumen barroco tridimensional. La cosa resulta muy diferente y mucho más profunda. La perspectiva de distintos planos hacia el fondo del paisaje y el volumen tridimensional son creaciones de la cultura europea racionalizada, que no es la cultura en exclusividad, ni tampoco la norma canónica en otras épocas y otros países. También tenía valor específico como cultura propia y auténtica la cultura andina virreinal, que por no ser una cultura racionalista, ni racionalizada geométricamente, no acogió ni expresó la perspectiva en profundidad y el volumen tridimensional a la manera de la cultura europea

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racionalizada. Gran parte de la producción de las pinturas salidas de los talleres de los maestros andinos, que se difundieron por las iglesias rurales, muestran la expresión de la perspectiva a la manera de la cultura andina virreinal, y en esto reside su valor específico como arte peculiar de la cosmovisión cultural andina.

De los talleres de los pintores andinos radicados en Cuzco y en Ayacucho salieron a veces en series y siempre en gran número los cuadros representativos de las imágenes religiosas para las iglesias de las regiones rurales andinas. Estas iglesias eran la clientela que comprendía y se identificaba con el planismo representativo de los pintores andinos virreinales y con su peculiar composición del colorido. Entre los pintores y los habitantes de los pueblos rurales andinos existía la más entrañable comunicación cultural, lo pintores producían la clase de pintura que el pueblo comprendía y estimaba; y consecuentemente las parroquias colgaban en sus muros interiores la pintura que fomentaba la devoción popular de los fieles. Al fin y al cabo los pintores, los habitantes de los pueblos andinos rurales, y los párrocos, estaban inmersos y compenetrados en la misma cultura popular andina. El rompimiento de esta entrañable unidad cultural, producido por los robos de los cuadros en las iglesias, desarticula vehementemente, en su sentido más profundo, la cultura popular andina que tantas y tan valiosas producciones artísticas creó en la época virreinal y que constituyen el patrimonio más preciado de los pueblos andinos.

Produjeron los pintores andinos virreinales muchos cuadros religiosos individualizados como santos particulares y, simultáneamente, crearon también series completas de vidas de los santos y en especial de la Virgen María, como las series que adornan las iglesias de Ayaviri, Lampa, Andahuaylillas, Azángaro, Umachiri, entre otras varias. Además de las series que adornan a los claustros conventuales de Lima y del Cuzco. Entre la producción de los talleres de los pintores ayacuchanos sobresale la serie de las catorce estaciones de la Vía Crucis.

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Ahora bien, en las iglesias urbanas como por ejemplo la de Santo Domingo de Ayacucho, además de la Catedral de la misma ciudad de Huamanga, colocaron adosados a los muros laterales internos de la nave de los fieles vistosos retablos de madera con imágenes de bulto de los santos. A diferencia de ellas, en las iglesias rurales andinas suplieron los retablos laterales de la nave con las series de los cuadros de pintura sobre la vida de algún santo o de la Virgen María enmarcados por recuadros dorados muy resaltantes. Responden las dos tendencias ornamentales a diferentes concepciones en cuanto a la habilitación inmueble de las iglesias virreinales; pero sobre todo a una distinta pastoral eclesiástica. Los retablos pertenecían al patronazgo de personas notables, o eran el local institucional de las cofradías de los veinticuatro; en todo caso servían a una devoción individualizada o de grupos sociales limitados; mientras que las series de los cuadros, que llenan los muros laterales en las iglesias rurales andinas, respondían a una devoción popular de sentido comunitario.

Son muy importantes los estudios históricos y artísticos sobre la pintura virreinal y los pintores, así como su historia, tales como los de los esposos Mesa-Gisbert y los de Luis Eduardo Wuffarden; con todo, de nada servirían tales trabajos científicos si las iglesias continúan siendo despojadas impunemente de sus objetos artísticos muebles. El libro que prologamos ahora ofrece una crónica sangrante y dolorosa de este despojo reiterado, consumado metódicamente, contra las iglesias rurales andinas más desguarnecidas, hasta dejarlas carentes de todo ornamento artístico de algún valor. Como miembro de la Comisión Episcopal para los Bienes Culturales de la Iglesia, de la Conferencia Episcopal Peruana, me solidarizo totalmente con el contenido del libro: “La Depredación del Patrimonio Histórico y Artístico de la Iglesia Peruana”, en defensa de los bienes de las iglesias más pobres, que sustentaban la religiosidad popular de los fieles, que constituían el patrimonio cultural acopiado por las generaciones precedentes de los pobladores en los pueblos andinos y que son objeto de la apropiación ilícita por parte de traficantes anónimos, para ser luego transvasados por el

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comercio clandestino a otros destinatarios que ni los han creado, ni los han financiado inicialmente, y que sólo se benefician de ellos por vana ostentación de refinamiento artístico y de poder económico derivados del delito de sustracción.

De las páginas de este libro surge clamorosa la necesidad inaplazable de proteger eficazmente los bienes artísticos muebles que son la propiedad de las iglesias andinas rurales y el patrimonio de los pueblos que los aportaron y financiaron. En algunos países han optado por trasladar los cuadros de pintura, las imágenes y la platería de las iglesias más desamparadas a museos de arte religioso dirigidos por eclesiásticos competentes, aunque conservando las iglesias la propiedad sobre sus objetos allí depositados. Lo cual supone la elaboración minuciosa de inventarios, registros o catálogos. Si no es la mejor de las soluciones, al menos es la que evita el despojo por parte de los depredadores sistemáticos e inescrupulosos.

Las medidas adoptadas y de defensa legal, diplomática y policial han estado concentradas preferentemente a la protección y recuperación de otros bienes culturales, como por ejemplo la textilería y la cerámica prehispánicas; pero a juzgar por los resultados, no han sido igualmente aplicadas y eficaces para la defensa del patrimonio artístico eclesiástico. En Bolivia, por ejemplo, solo se ha rescatado algo de lo mucho que fue hurtado. En fin, una y otra clase de bienes artísticos y culturales enriquecen por igual, cada uno en su esfera, a la cultura nacional peruana; y deben ser protegidos y recuperados con igual diligencia y solicitud.

Acaso nos deje indiferentes la lectura en los diarios sobre el robo en alguna iglesia, andina y apartada, de algunos cuadros y de la platería de sus imágenes; pero resulta imposible contener los sentimientos de repulsa ante la magnitud de numerosísimos robos que sistemáticamente van despojando todas las iglesias andinas rurales de sus bienes artísticos. Y en eso tienen mucho que ver otras confesiones religiosas que destruyen o negocian los bienes muebles de la iglesia católica, esto es, retablos, imágenes y cuadros.

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No sólo es la Iglesia nacional como institución, sino también la Cultura Peruana, la que se está empobreciendo sistemáticamente por este despojo incontrolado y, al parecer, hasta ahora incontrolable. Es de esperar que este libro suscite muy pronto algunos remedios eficaces para proteger eficazmente los bienes culturales de las iglesias peruanas.

Antonio San Cristóbal SebastiánC.M.F.

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INTRODUCCIÓN

Desde los primeros días del Cristianismo se entendió que todo aquello que se elevaba a la honra de Dios, en los términos del sagrado recinto, constituía de hecho y de derecho la riqueza de los pobres. Son estos los pobres que San Lorenzo presentó ante el Prefecto de Roma como los auténticos tesoros de la Iglesia. Pobres como ellos, pero ricos en inteligencia y sabiduría, cuando todavía los Apóstoles esparcían la buena nueva por el mundo entonces conocido, fundaron las comunidades monásticas en Egipto, Persia y Siria. Después del edicto de Milán, dictado por Constantino, los pobres, dueños del don inestimable de la fe, levantan las primeras basílicas románicas y, en el apogeo de la Edad Media, las catedrales góticas. La fe expresada en arte cruzó el Atlántico y cristianizó el Perú donde la naturaleza, la vida, el universo entero, tuvieron una manifestación tangible, hasta en la más remota comarca, por vía del equilibrio de las formas y de las fuerzas vivas, nítidas y precisas, informando el arte sacro. A los trescientos años de fructífera evangelización, el salmo: “He amado el decoro de tu casa y el lugar donde reside tu gloria”, alcanzó en nuestro país la plenitud de su contenido y sentido trascendentes.

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Con la emancipación política advino la costumbre de financiar la guerra con la plata labrada de los templos, el oro de los vasos sagrados, las alhajas de las imágenes venerandas. La usura extranjera, siempre atenta a la pesca en río revuelto, obtuvo así más ganancias en tierra firme que lo que durante siglos consiguió en los mares, a través de bucaneros y piratas. Como dice el Exorcismo de León XIII, los enemigos muy astutos que llenaron de amargura a la Iglesia, “enviaron manos impías sobre todo lo que ella tiene de deseable”. Pese a todo, la institucionalización del despojo de los objetos de culto fue en apariencia coyuntural, sobre todo en el norte del Perú, donde el ejército libertador sentó sus bases.

En esos tenebrosos días, la corriente de opinión contraria al latrocinio organizado era muy fuerte, al punto que los agentes de la descristianización del país consideraron que no era prudente provocarla, frenando a ojos vistas la exacción en la Casa de Dios, por lo menos oficialmente. Pero el príncipe de este mundo no por eso renunció a borrar aquí (y en todas partes) “el nombre de Dios y de su Cristo”. De modo que, “transfigurado en ángel de luz”, se dio su tiempo para preparar alevemente su jugada maestra por la cual instrumentalizó, al servicio de sus designios, las disposiciones

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del Concilio Vaticano II. A partir de ese infortunado momento, en sentido vertical y horizontal, la fuerte corriente de opinión de otrora quedó neutralizada y todo lo sagrado quedó a merced del enemigo de siempre.

Juan María Vianney, el famoso cura de Ars, decía: “Nada es demasiado hermoso para Dios”, y es en nombre de este principio que el arte cristiano no ha dejado de desarrollarse. Consideremos nuestras edificaciones barrocas, platerescas y neoclásicas, que desde hace siglos han soportado los embates de las tormentas sociales. Inmutables, estas iglesias siguen elevando sus campanarios hacia el cielo, imagen de la inmutabilidad de Dios. Los párrocos de antaño han sabido promover las artes para colocarlas al servicio de la fe. Han recurrido a cristaleros para los vitrales, a tejedores para los ornamentos, a joyeros para los vasos sagrados y relicarios, a ebanistas para la sillería y el mobiliario litúrgico; todos estos artistas competían su talento entre si ¡Cuantas obras maestras salieron de sus manos! Hay que recordar también a los directores de scholas y coros, que interpretaron por siglos el gregoriano y los cánticos polifónicos, que pasaron por la historia con una eterna juventud. Nuestra época de apostasía ve todo esto con asombro e incomprensión mientras que la iglesia conciliar, en nombre de la pobreza,

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entrega todo lo que tiene de valioso a los anticuarios, usureros y ladrones, por un plato de lentejas; los cuales hacen de todo ello cualquier cosa o amasan con el mayor descaro grandes fortunas. Al vaciarse de sus riquezas la Casa de Dios, es evidente que los párrocos han robado a sus parroquianos, ya que éstos son los verdaderos propietarios de esos bienes; como que son el fruto de sus sacrificios, de su piedad y, a veces incluso, de sus lágrimas. Sobre el particular no se puede dejar de recordar el episodio de Betania, cuando María Magdalena derramó perfume a los pies de Cristo para honrar su divinidad. Judas exclamó entonces: “Se hubiera podido dar el equivalente de estos perfumes a los pobres”. El clero conciliar hace suya esta exclamación puesto que ya no cree en la divinidad de Cristo. Ha hecho de nuestras parroquias templos glaciales, salas de reuniones en donde lo funcional ha reemplazado a lo sagrado.

La constitución conciliar “Sacrosanctum Concilium”, aprobada el 4/XII/1963, es una ley base sobre la sagrada liturgia cuyo capítulo VII está referido al arte y objetos sagrados. Provee los principios básicos o las líneas generales de la reforma litúrgica, confiando en las comisiones litúrgicas nacionales o diocesanas su aplicación práctica. El texto constitucional admite dos

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lecturas paralelas: Una que afirma la ortodoxia y su inaplicabilidad y otra que introduce la modernidad revolucionaria y asegura su evolución en sentido progresista. Pruebas al canto: El artículo 125 dice: “Vigilen con cuidado los Ordinarios (obispos) para que los objetos sagrados y obras preciosas, dado que son ornato de la Casa de Dios, no se vendan ni se dispersen”. Por contrapartida, el artículo 128 dice: “suprímase lo que parezca ser menos conforme con la liturgia reformada”. En la práctica, por el primer artículo todo el arte sacro, patrimonio de los pobres en tiempos idos, pasa a la categoría de objeto museográfico; y por el segundo artículo, ni la Santa Misa, el cántico gregoriano, las excelsas manifestaciones arquitectónicas, escultóricas y pictóricas del pasado, tienen validez y vigencia para la nueva religión surgida del Concilio Vaticano II.

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PARTE I

Las consecuencias del satánico triunfo, que entre otras cosas representó la victoria del poder de las tinieblas contra nuestra identidad nacional, las hemos podido compulsar a través de las denuncias que por la depredación y deterioro de nuestra auténtica heredad cultural, histórica y artística, consignó el diario “El Comercio” de Lima, decano de la prensa peruana.

Así, el 11/VI/1967, publica las fotografías de dos admirables cuadros atribuidos al famoso Diego Quispe Tito, sustraídos de la capilla de San Lázaro del Cuzco.- En julio de aquel mismo año el periódico pone en evidencia a los traficantes de lienzos virreinales, a los chamarilleros y desvalijadores de templos, a propósito del robo obrado en la capilla de Canincunca (Urcos), destacando como las negras flores del mal se expanden impunemente, ante la total indiferencia del Estado, del clero y de la feligresía. Y el 12/X/1967 pone de manifiesto como los bellos lienzos de la Escuela Cuzqueña, que se hallan en el convento de Santa Catalina de Arequipa, se encuentran en peligro de perderse “por falta de cuidado”.

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De 1968 a 1978 el Perú vivió, probablemente, las horas más negras de su historia republicana. Fueron por coincidencia los años en que el Concilio Vaticano II consumaba la destrucción y ruina de la Santa Madre Iglesia. La información de las dolorosas ocurrencias que llenan tal década no pretende ser completa por la sencilla razón que no todas las sustracciones sufridas en los templos de nuestras poblaciones históricas hayan sido denunciadas a la policía o reportadas al periodismo. Además, la tiranía velasquista se dio maña para silenciar toda novedad que supusiera un mayor desdoro para su abominable régimen. Con todo, tal información es suficiente para ejemplificar el estado de postración y de ruina al que se redujo el tesoro sacrosanto de los pobres.

En la capilla de Anansaya, distrito de Accha y provincia de Paruro, manos sacrílegas robaron cuatro valiosos cuadros y un artístico crucifijo.- El centenario templo de Apata (Jauja) acusa, como tantas iglesias de antigüa data, un deterioro paulatino, “sin que nadie se preocupe por detener su destrucción total...a nadie le interesa”, tal y cual expresa un desolado vecino con el mayor pesimismo del mundo.- De la iglesia parroquial de Cachimayo (Anta) el latrocinio organizado sustrajo siete valiosas pinturas

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de la Escuela Cuzqueña.- De madrugada, con premeditación, alevosía y ventaja, una banda armada y motorizada, (cuatro vestían uniforme policial), asaltó el templo parroquial de Huarocondo (Anta), asesinó al sacristán, amordazó y maniató a un acólito, apoderándose de custodias, cálices y “otros ornamentos de plata labrada”. Desde muy temprano, frente a las destrozadas ventanas de la iglesia, toda la población exteriorizó sus sentimientos de pesar y de protesta. ¿Importó a alguien esa indignación pública y masivamente expresada?.- En la capilla de la Virgen de Chiquinquirá, de la ciudad de Caraz, “a media cuadra del local de la policía de investigaciones del Perú (PIP)”, los sacrílegos despojaron a la imagen de su rosario de oro y brillantes; de diademas de oro y plata a otras imágenes; y se apropiaron del crucifijo de oro macizo que era la prenda más preciada del lugar.- En la iglesia de Santa Ana, la más antigua edificación eclesial de Castrovirreyna, los delincuentes forzaron la entrada de la Sacristía y cargaron con cálices, custodias y otros ornamentos “labrados en oro y plata con incrustaciones de piedras preciosas”.- En la propia Catedral del Cuzco desaparecieron como por ensalmo los candelabros de plata, la corona de espinas de oro macizo, con incrustaciones de perlas y diamantes, del Señor de los Temblores,

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santo patrón de la ciudad; todo desapareció de la caja fuerte de la Sacristía que, dicho sea de paso, no fue violentada. Lo cual revela cómo las medidas de seguridad deben alcanzar a los propios custodios.- De la Catedral de Lima, convertida en museo de arte religioso, (¡No faltaba más!), valiosos cuadros virreinales, (nueve pinturas de las escuelas cuzqueña y huamanguina), libros de música gregoriana y la platería de su altar mayor, “fueron robados sistemáticamente”. Se supo que el campanero, Luis Lino Durand, se había asociado con el estudiante de pintura, Carlos Enrique de los Ríos Gonzáles, en 1978, para beneficiarse por partes iguales con la venta de lo sustraído.- Un ciudadano oriundo de Chivay, (Marcial Revilla Viscardo), señala que antes que robos sacrílegos, que comprenden pinturas, alhajas y objetos de culto, de lo que se trata “es de un verdadero desmantelamiento de antiguos templos católicos de la provincia de Caylloma”.- Del templo de Cayma robaron un cúatricentenario lienzo sevillano que representaba a San Miguel Arcángel y del cual no existía, ni siquiera, una reproducción fotográfica. Es de notar que no fueron los sacerdotes, a cargo de dicho santuario, los que sentaron la denuncia de tal desaparición. Tal cometido corrió a cargo de un estudiante universitario de la

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localidad, (Jesús A. Llerena Jara).- El Colegio Nacional de Ciencias del Cuzco también se encargó de denunciar la desaparición de diez pinturas catalogadas por la Corporación de Reconstrucción y Fomento del Cuzco (CRIF), como de Diego Quispe Tito, pertenecientes a la colección de pinturas de los padres beletmitas.- De la capilla de Chiara, (Combapata, Canchis), robaron cuatro valiosos lienzos. Don José Luis Montesinos Aparicio, maestro y vecino de Combapata, censuró a la autoridad eclesiástica por no gestionar ante el poder civil la custodia del templo y la investigación del delito cometido. Al mismo tiempo reflexiona sobre el destino final de los cuadros, a todas luces mejor que el que han tenido a la vista de “feligreses descreídos e impiadosos”.- La venerada Cruz de Chalpón no escapó de la vandálica acción de individuos sin escrúpulos que, como los mayores jerarcas de la iglesia oficial no creen en el fuego eterno. En efecto, para los que arrancaron de la Cruz sus ricos mantos, sus joyas y hasta el dinero de las alcancías, el infierno debe estar vacío y apagado. Unos y otros deben preguntar a los niños de Fátima como vieron el terrorífico averno a la vista de la Santísima Virgen.- Anticipándose a la reforma agraria velasquista, (que fue de suyo otro estúpido e inmoral despojo), la depredación también alcanzó los oratorios o

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capillas de fundos y haciendas. Tal el caso de la de Chijlla, predio de don Alberto Astete, donde se robó lienzos, coronas y zarcillos de oro que adornaban una buena y antigua talla de la Virgen.- Por lo que toca a los templos distritales y provinciales, es un lugar común el que “párrocos y ecónomos hayan optado por silenciar los robos sacrílegos”. Nos preguntamos si eso obedece a una consigna emanada de las conferencias episcopales. Sea como sea, en más de un caso se ha advertido la participación en el tráfico ilícito de la riqueza de los pobres o, en su defecto, la complicidad manifiesta en un deliberado encubrimiento.- La población de Chuquinga, (Chalhuanca, Aymaraes), ha volcado en las calles su más encendida irritación por el robo de la prenda más valiosa de su templo, la custodia de oro macizo, joya de la artesanía virreinal, engastada con perlas y piedras preciosas. Por tamaño desafuero “El Comercio” de Lima editorializó en el sentido que “es imprescindible e impostergable la defensa apropiada de nuestro patrimonio cultural en toda su integridad”. Al respecto, aboga por la dación de la “Ley General de Protección del Patrimonio Monumental y Cultural de la Nación”.

De todo lo que vamos exponiendo, se perfilan algunos aspectos sustantivos, muy

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a tono con el antropomorfismo naturalista, o con el materialismo liberal o marxista a cuyo servicio se pone la teología de la liberación, engañoso y cuestionado planteamiento que pretende reivindicar la opción preferencial por los pobres, como si alguna vez la Iglesia Católica hubiera optado preferencialmente por los ricos. Entre tales aspectos y trazas destaca la indiferencia de los poderes eclesiástico y civil hacia la cautela y conservación del patrimonio cultural o monumental, mueble o inmueble, del pasado español y cristiano del Perú. En tal sentido, la venerable vetustez del templo de Apata “a nadie le interesa” y mucho menos a la iglesia conciliar, aggiornada, moderna y ecuménica de nuestros días. Otro aspecto o lineamiento se afinca en la descomposición institucional de los entes tutelares del Estado, de suyo manifiesta en los casos de Huarocondo y de Caraz. Pero aparte del indiferentismo y de la distorsión de lo tutelar, otro aspecto precisa la reiteración de la estereotipia conciliar. Si la Iglesia fue asaltada por sus enemigos desde dentro, nada de extraño tiene que los que manejaban la llave de la caja fuerte de la Catedral del Cuzco se apropiaran de la corona de oro del Patrón de la ciudad; y que el campanero y restaurador de la Catedral de Lima montaran una sacrílega empresa, muy eficientemente coordinada con

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coleccionistas nacionales y, por la vía diplomática, con los del extranjero. Otro cáustico lineamiento emana de la actitud reflexiva del profesor Montesinos en Combapata. Efectivamente, si el Santo Sacrificio de la Misa nos fue arrebatado por nuestros pecados, es por nuestra fe neutralizada y por nuestra impiedad promovida por la mundana secularización, que no merecemos el goce de los bienes culturales y de culto que se nos arrebata sin piedad. Y con la idea de la punición se relaciona otro aspecto concurrente: La disimulación del trágico despojo por parte de los párrocos y ecónomos de la iglesia actual, con el fin de no profundizar la gravedad de la crisis en la iglesia universal, como si se pudiera pasar por alto su aflictiva realidad a partir del Concilio Vaticano II.

A la falta de seguridad en los templos cuzqueños, el director regional del Instituto Nacional de Cultura (INC), Pablo Américo Carrillo Rosell, atribuye la sustracción de alhajas, joyas, lienzos o imágenes de incalculable valor. En su opinión, “los párrocos no dan importancia a los bienes bajo su custodia”. De allí que “por descuido voluntario dejan a su suerte en los templos, ornamentos litúrgicos y valiosas reliquias, que forman parte importante del culto religioso de la población del Cuzco”. Si tal

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es la inconducta de los pastores, la de la grey no puede ser distinta. (Ver Anexo: Ponencias del Arq. Víctor Pimentel Gurmendi). Los vecinos, afirma Carrillo Rosell, “han perdido el respeto por los objetos litúrgicos”. Fallando, pues, el factor humano, descatolizado por el Vaticano II, de nada valdría todos los sistemas de seguridad, habidos y por haber, para preservar el patrimonio de los pobres.- Empero, para el arzobispo del Cuzco, Luis Vallejos Santoni, el desinterés “abarca todos los sectores”, evitándose así que se tomen medidas concretas “para solucionar este grave problema”. Agrega, en descargo de su conciencia episcopal, que el arzobispado del Cuzco inició en 1975 una campaña para la defensa del patrimonio artístico religioso del departamento y, después de seis años, (1981), la realidad lo convenció que giraba alrededor de una triste impotencia, sin poder ir más adelante para evitar las pérdidas irreparables que ocurren día tras día. Por añadidura, lo que no confiesa el arzobispo es que las sectas protestantes destruyen las iglesias aldeanas y se dan el lujo de construir otras nuevas sobre los cimientos de las anteriores para su propio culto. De otro lado, el prelado desconfía de la utilidad práctica de inventarios y catalogaciones de todo el patrimonio histórico, artístico y religioso departamental. Enumera las

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carencias para ejecutar el trabajo. V.G. “personal técnico especializado, equipos fotográficos, centros de revelado, vehículos de transporte, etc. etc.” Finalmente manifiesta que el INC cuenta sólo con un especialista y una mecanógrafa, que trabajan sin implementación y sin presupuesto. El colmo. ¡Y nos consideramos un pueblo culto y civilizado!.- Monseñor Vallejos, en una nueva y dramática exposición, pide a los organismos competentes la defensa del patrimonio cultural, mueble e inmueble monumental, que viene siendo saqueado ante la total, cómplice y criminal indiferencia, y que no actúan según la ley los obliga. Al respecto, reclama la dación de la Ley de Defensa del Patrimonio Artístico y Religioso, encarpetada por diez meses en el Congreso de la República. La misma que, rehecha de principio a fin, es la pésima ley ahora en vigencia.- Según el Dr. Pedro Sagástegui, de la Contraloría General de la República, la proliferación de robos en los templos “se debe al valor que han adquirido a nivel mundial las obras de arte peruanas”. Esta aserción que explica por si sola la general indiferencia, los silencios y los disimulos cómplices, nos lleva de la mano a los amos del mundo que han traficado y trafican aún con lo mejor de nuestro patrimonio cultural y natural, dentro y fuera de nuestras fronteras, cobrando las ganancias que la

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iglesia actual parece abonar en apoyo de la descristianización de la humanidad.

A instigación de los eternos ladrones y usureros, intermediarios y hasta coleccionistas, nacionales o extranjeros, la delincuencia nativa penetró de madrugada y robó cuanto objeto de culto, de oro y de plata, encontró en el interior de la Catedral de Huancayo. Para unos y otros, el vil metal señala el norte y es lo que sin la menor duda da sentido y contenido a la existencia.- La Catedral de Huánuco fue igualmente barrida por los delincuentes. Cálices, copones, custodias de oro y hasta el contenido de las alcancías, nada dejó de ser profanado. Los autores aprobaron así el examen de eficiencia anticatólica ante los enemigos jurados de la Santa Madre Iglesia, por increíble que parezca, ahora encaramados en las más altas esferas de decisión de la misma.- La Catedral de Huari también recibió la indeseada visita nocturna de los malvados hijos de Satán. Estos se llevaron una custodia de oro con incrustaciones de piedras preciosas, cálices de oro y de plata dorada, cruz alta de plata y candelabros del mismo metal. El obispo Dante Frasnelli y su obispo auxiliar debieron consolarse pensando que nada de lo perdido tenía ya uso en la nueva liturgia, del todo afín a la de “los hermanos separados”, los protestantes. Al respecto, el

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arquitecto Víctor Pimentel Gurmendi, una de las inteligencias más esclarecidas de nuestro país, considera que la actual supremacía protestante sobre la feligresía católica, es una de las causas básicas de la consentida depredación que nos ocupa.- La iglesia de Huaripampa (Jauja) sufrió asimismo la ingrata presencia de los antisociales que amordazaron y maniataron al párroco y al sacristán, en sus propios lechos, para robar sin estorbos tres lienzos de la Escuela Cuzqueña, lágrimas de plata y atuendos sacros bordados con hilos de oro. También ese cura de la nueva ola debió haberse preguntado si valió la pena el susto que pasó, a manos de los malandrines, por testimonios del ayer para él obsoletos, ya que pertenecían al ejercicio de una religión periclitada. Al fin y al cabo la suya, la de treinta años de antigüedad, creada con prescindencia absoluta de la tradición, era en su concepto la única valedera y vigente.- En el templo de Huayllacayan (Bolognesi) los ladrones robaron dos coronas de oro y dos de plata, con incrustaciones de diamantes y de piedras preciosas, en perjuicio de la Purísima, patrona del pueblo, y de Cristo Rey. En eso fueron consecuentes con los padres conciliares que al destronar a Cristo abolieron el reinado social que ejercía.- De la iglesia de Huayllacocha (Huarocondo, Anta) los sacrílegos sustrajeron cinco grandes y

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valiosas pinturas virreinales. A tales alturas la rapiña organizada y hasta financiada desde el exterior, rebasa toda posibilidad oficial, municipal o vecinal, para defender el sacrosanto patrimonio de los pobres.- Otra capillita, la de Huayhuas, (San Salvador, Calca), sufre también la acción devastadora de una siniestra banda que se apodera de cuatro bellos lienzos de factura virreinal.

En Arequipa, los expertos Ricardo Estrabidis Cárdenas y Jaime Mariazza, de la Unidad de Catalogación de Bienes Muebles del INC, se dieron de lleno a la catalogación de bienes monumentales, culturales y artísticos de la Blanca Ciudad. De paso, advirtiendo la dramática situación en que se encuentra la mayoría de las iglesias arequipeñas, “por el abandono de las entidades encargadas de velar por su conservación”, hacen suyas las expresiones de algunos devotos en el sentido que la iglesia de La Compañía o la de San Juan de la Chimba, se mantienen en pie “sólo porque Dios es grande”.- Por su parte el INC, filial de Arequipa, advierte que “en lugares alejados, donde existen iglesias coloniales con obras de arte, la vigilancia es casi nula”. De esta manera tal entidad pone sobre aviso a todo el que quiera iniciarse en el fácil hurto de la riqueza de los pobres, indicando públicamente las facilidades que se encuentran a su disposición.- Por lo que a inventarios se refiere, por un despacho de

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UPI, desde Washington, nos enteramos haberse realizado el correspondiente registro de pinturas de la Escuela Cuzqueña, por lo menos en sus dos terceras partes, abarcando mil doscientos setenta lienzos, para ser recibido, y suponemos manejado, por la Organización de Estados Americanos (OEA). – Para entonces se levantaron voces, como la de Luis Lamas Puccio, contra la lenidad de la ley peruana, pues los autores de los nefastos latrocinios quedan muchas veces impunes. Lamas aboga, además, por el registro de bienes culturales, con descripción, antigüedad probada o estimada, y valorización aproximada. Patrocina finalmente la introducción, en todos los niveles educativos, de un curso acelerado sobre patrimonio cultural, de su importancia y de su significado trascendente ¡Cómo nos habríamos intoxicado de marxismo bajo la dictadura militar! Era preciso que alguien considerara la necesidad vital de ir al encuentro de nuestros valores ancestrales, vale decir de nuestras esencias patrias y, por ende, de nuestra identidad nacional. Sin embargo, aún ahora, pisando el siguiente milenio, el curso de Peruanidad está por dictarse en todas partes.Entretanto en La Arena, distrito del bajo Piura, los amigos de lo ajeno se apoderaron de los valiosos ornamentos de la Virgen de las Angustias, cuyo peso estimado es de un

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kilo de oro y nueve kilos de plata.- La iglesita de Luriama (Chancay) no salió mejor librada ya que fue despojada de su antigua y valiosa campana.- Pero peor le fue al templo de Maca (Caylloma), depositario de una excelente colección pictórica de carácter pedagógica, pues en doscientos ochenta y seis marcos de plata se había representado tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. No quedó ni uno solo para muestra.- En el templo de Machaguay (Castilla) los ladrones se llevaron un jarrón español sin par en el Perú, aparte de efectos de oro y plata, y lienzos de gran valor.- En la iglesia de La Merced de Lima se produjo un hecho asaz significativo. Un grupo de malhechores irrumpe en el templo cuando se celebraba una misa de matrimonio. Eran las 7.45 de la noche de un día sábado y los asistentes ocupaban todas las bancas. Fue cuando uno de los del grupo la emprendió a fierrazos contra la urna de vidrio del Niño Jesús, conocido como el Doctorcito. Al mismo tiempo otro de los facinerosos se apoderó de las prendas de oro y plata de la imagen, como anillos, esclavas y cadenas, dándose enseguida a la fuga. Pero el primero fue interceptado y entregado a la policía. En el interín se le preguntó porqué había robado al Niño Jesús. Contestó que él no robaba, él destruía, como que su especialidad era destruir, y que el otro era

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el que robaba. Al precisársele que el suyo era un grave atentado contra la fe del pueblo, respondió que esa fe no era la del pueblo peruano. Venida de un enajenado, o no, esa declaración no es para desestimarla ¿Será posible que la mayoría de la población ya no sea católica? ¿Habrá dado ya sus óptimos frutos el plan maestro de la Trilateral para descatolizar el Perú mediante el concurso aleve de otras confesiones?.- Sea como sea, en Mollebaya (Arequipa) los ladrones sacrílegos abrieron un forado en una de las paredes del templo para penetrar en él y robar joyas y objetos valiosos de las sagradas imágenes ¿Quiénes eran los autores? Acaso protestantes con tendencias iconoclastas, acaso avezados impíos al servicio de la judería internacional, acaso “católicos” nuevaoleros que para agenciarse de suculentas utilidades arriesgando muy poco, no sienten el menor escrúpulo al entregar la riqueza de los pobres a cambio de un plato de lentejas o de las treinta monedas de la traición... ¿Quién nos convence que a los autores no hemos de encontrarlos, juntos y amontonados, en los tristemente célebres encuentros de Asís? Ante ese vejamen horrendo inferido al Dios único, trino y verdadero, debió escucharse allí nuevamente su santo llamado: “¡Francisco! ¡Francisco! ¡Reconstruye mi Iglesia!”

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La triste historia de la depredación prosigue en Ocoña, donde la Santísima Virgen fue despojada de sus aderezos, anillos, aretes, cadenas y coronas de oro, plata, platino y piedras preciosas. Los profanadores sacrílegos también se llevaron los vasos sagrados. Ahora, el campanario de la localidad es probablemente el único del mundo donde el vecindario monta guardia las veinticuatro horas del día. Y es que quiere seguir acudiendo a su llamado, de bello sonido, dado el alto porcentaje de oro en sus campanas. – La capilla de la Virgen de la Estrella en Oropesa, (Quispicanchis), perdió en sus ocho valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña su más importante atractivo turístico.- La capilla de Quille, (Omacha, Paruro), sufrió el robo de todos sus lienzos virreinales, de una cruz alta de plata y de otros objetos sacros de metales preciosos.

Ya en el segundo gobierno de Belaunde, el Dr. Celso Pastor de la Torre pone el dedo en la llaga por la pérdida definitiva del rico patrimonio histórico y artístico de la Nación, dentro del cual se inserta, en mucha parte, la riqueza de los pobres. Condena la incuria, la negligencia y la falta de conciencia nacional entre las causas cardinales de tal pérdida, También advierte que, hasta 1981, “no se han tomado

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medidas encaminadas a resguardar adecuadamente ese patrimonio en los lugares donde se encuentra”. Pasando a considerar la obra restaurada manifiesta, con toda razón, que por esa vía se llega a la pérdida del bien, si es que no ha estado a cargo de expertos en la materia. Al respecto elogia (y nosotros con él) el esfuerzo extraordinario de los coleccionistas honestos para restaurar, a su costa, las obras que tienen en su poder. Por otra parte sostiene que la catalogación de los bienes artísticos e históricos, muebles e inmuebles, es altamente prioritario. En su aplicación se logrará distinguir las obras de excelente calidad pictórica, salidas de los pinceles de los grandes maestros de la Escuela Cuzqueña, de las de millares de anónimos que se produjeron paralelamente, en la misma época y ciudad, y que no comparten sus méritos artísticos. Respecto a la conservación, subraya muy atinadamente que conservar no es solo guardar adecuadamente sino también preservar idóneamente. Más adelante subraya que hasta 1939 “no existía una legislación que prohibiera la exportación de los cuadros”. Sobre el particular, las grandes galerías, como la Sotheby‘s de Nueva York y la de Londres, fijan esa data a los cuadros que hasta el presente les llega, contrabando de por medio, para paralizar cualquier posterior reclamación.

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Por entonces se promulgó la nueva Ley General del Patrimonio cultural de la Nación, (Ley 24047), en reemplazo de la anterior cuya vigencia no fue plena por carecer de reglamento. El nuevo dispositivo legal, dadas sus incoherencias y sus conceptos equivocados, hizo que el Arq. Pimentel Gurmendi solicitase su derogatoria. Calificándola de deficiente, encontró en ella la causa de “la pérdida irreversible de muchos testimonios de nuestro acervo cultural”. Según tan distinguido profesional es preciso que existan dispositivos legales y técnicos, debidamente elaborados, que regulen todo lo referente a nuestro patrimonio cultural y natural. Al efecto, aparte de lo meramente enunciativo, es indispensable dotar a las instituciones responsables de tales patrimonios de los recursos económicos y técnicos suficientes para el mejor cumplimiento de sus fines. Criticó que el sector turístico, que promociona nuestro patrimonio en el exterior, disfrute del trato privilegiado que tiene actualmente. Además, las instituciones a cargo de los bienes culturales de la nación deben ser parte importante de los planes y programas del desarrollo integral del Perú. En su opinión, antes que promocionar y divulgar, hay que investigar, conservar y restaurar el

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patrimonio nacional, para presentarlo con dignidad a propios y foráneos.

Y bajo la general aceptación que la delincuencia goza en el Perú, los ladrones perforaron el techo de la iglesia de Belén, en Pisco, apoderándose de cuanto objeto de oro y plata que encontraron en su recinto.- En Piura, los ladrones se llevaron dos alto relieves tallados en el altar del Crucificado, de la iglesia de El Carmen de la ciudad.- En la misma España, la guerra abierta a los símbolos corre pareja con la laicización de la vida. Por un despacho de EFE nos enteramos que “han recrudecido de manera alarmante los robos de obras de arte en las iglesias españolas”. El último gran expolio “ha sido el robo en la colegiata de Toro, donde los ladrones se llevaron piezas valoradas en más de cien millones de pesetas”.- Y tanto como aquí ocurre, “se trata de robos profesionales e incluso se habla de una mafia, dirigida desde el extranjero, que habría planeado este devastador latrocinio”. Y también como aquí sucede, estos tesoros artísticos, “ubicados en iglesias de pueblos o de pequeñas ciudades, carecen de la necesaria protección, dada su dispersión”. Y tanto allá como aquí, sobre todo después del Pacto de la Moncloa, la Iglesia “carece de medios económicos para garantizar la seguridad de su patrimonio”. Conmueve comprobar

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como para los testimonios de la misma tradición cultural, de allende y aquende los mares, se ceba el mismo destino injusto, fatal y aciago. El master plan para la dominación mundial ¿No tendrá algo que ver con todo esto? Posicionándonos nuevamente en nuestra latitud, da grima saber que la capilla de Poroy ha sido despojada de sus nueve famosos lienzos firmados por Quispe Tito. – A los buenos toca clamar todos los días al Cielo por justicia, ya que la terrena es nula, difícil y hasta imposible de alcanzar. Más del 80% de los juicios para recuperar obras de arte robadas, se encuentran pendientes de solución a nivel nacional. Solo en el Cuzco se iniciaron cincuenta y ocho causas entre 1973 y 1981. Los juzgados que las admitieron fueron los de Anta, Canchis, Cuzco, Paucartambo, Quispicanchis y Urcos.

A nivel legislativo, en la Cámara de Diputados hubo general consenso en el sentido que la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, en virtud de la reglamentación que se está redactando, “será una de las leyes de mayor trascendencia para la vida nacional, pues velará por la defensa de dicho patrimonio que es donde encontramos la esencia de nuestra verdadera identidad como país y como nación”. Tan enfáticas palabras, (que quedaron en eso), fueron pronunciadas por

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el representante Aúreo Zegarra Pinedo, (A.P.) quien señaló la razón de ser de la depredación sufrida en los términos de una triple proyección, esto es, la falta de identificación de los bienes, las carencias del Código Penal para sancionar el delito y la falta de preparación de los entes tutelares. Pero aún con la inclusión de modificaciones en el Código Penal, la delincuencia no se ha retraído. El nuevo Código Penal (1992) contiene todo un capítulo relativo a los delitos contra el patrimonio cultural, el cual, dicho sea de paso, tampoco ha servido para detener o disminuir el tráfico del patrimonio cultural. Consideramos que aun existiendo penas severas contra los que atentan contra dicho patrimonio, no podrá detenerse a dichos delincuentes. Es necesario un tratamiento similar al caso del tráfico de estupefacientes, es decir, deben ser los países “consumidores” de nuestro patrimonio cultural los que, con sus ingentes recursos económicos, legislen adecuadamente para reprimir el tráfico ilícito proveniente del tercer mundo.

Mientras tanto, sin conceder tregua ni otorgarse una pausa, los ladrones desmantelan el santuario de Qoyllorite, (Ocongate, Quispicanchis), llevándose coronas de oro y plata, sudarios bordados con hilos de oro y plata, cadenas y

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pendientes de oro y plata, clavos de plata, sortijas de oro y plata, aparte del copón de plata dorada con hostias. La última ocurrencia no llegó a escandalizar a nadie, pues por todos es sabido que no se consagran las hostias desde la reforma litúrgica obrada por el Concilio Vaticano II. No siendo ya el Cuerpo de Cristo, de lo único que se trata es de pan, simple y llanamente. La capilla de Quinuapata (Ayacucho) no salió mejor librada. Todo lo que relucía fue arrancado con violencia extrema. Los perversos autores se interesaron en dejar constancia del odio maléfico de Satanás, que los capitaneaba, destruyendo por destruir.- Magistral colección pictórica lucía la capilla de San Juan de Dios del Cuzco, heredera del templo-hospital de San Andrés. Hoy nada se sabe del paradero de las pinturas, retablos, imaginería y objetos de culto de San Juan de Dios, San Andrés y Santa Rosa. Evidentemente fueron desmantelados sin dejar huella alguna.- San Lázaro de Arequipa fue también asaltado, de madrugada, por elementos inescrupulosos que se llevaron dos cálices de oro, una custodia de oro y plata, más otros objetos de valor. En ese caso, como en otros, queda claro que el control riguroso de los bienes, por vía de inventarios y registros, no impide la

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ejecución de hechos delictivos.- De la capilla de San Lázaro del Cuzco, anexa a la iglesia de San Sebastián, los ladrones se llevaron los dos cuadros de Quispe Tito, recientemente restaurados por encargo de la CRIF.- Evidentemente, el inventario o el registro puesto al conocimiento público puede ser arma de doble filo ya que informa al ignorante sobre la importancia de lo que se inventaría o se registra. Así y todo, no se puede pasar por alto que el inventario o el registro constituyen un indefectible freno a la depredación.- La iglesia parroquial de San Pablo (Canchis), que solo abre sus puertas para la misa dominical, fue despojada de una artística custodia de oro con incrustaciones de piedras preciosas, coronas de plata y de plata dorada, aparte de diversos ornamentos religiosos.- El templo de San Sebastián (Cuzco) no podía librarse del infernal saqueo. De madrugada los ladrones sacrílegos se apoderaron de la custodia de oro y plata, de tres cálices de plata bañados en oro, coronas y diademas con piedras preciosas, candelabros de plata y otros objetos de valor como campanillas y floreros, también de plata. Sobre esta penosa ocurrencia se dio el caso excepcional, digno de destacarse, de la feliz intervención policial que dio con la banda de los facinerosos a pocas semanas del asalto, pudiendo recuperar la mayor parte

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de las piezas sustraídas.- De la iglesia de Santa Ana, los profanadores se llevaron lo cuadros centrales del famoso Corpus Christi, que constituía el principal atractivo turístico del templo.- Del antes mencionado convento de Santa Catalina de Arequipa fueron robados once cuadros de la Escuela Cuzqueña, el 26/VI/1978. Hasta ahora se investiga porqué permaneció en el más riguroso silencio tan dolosa ocurrencia. Aparte que está por aclarar la desaparición de los seis arcángeles atribuidos a Francisco de Zurbarán.- En el templo y monasterio de Santa Teresa de Arequipa tuvo lugar el quinto asalto, sistemáticamente ejecutados por bandas de depredadores selectivos, últimos eslabones de una larga cadena delictiva. El historiador Eusebio Quiroz Paz Soldán ignora cuantos objetos sagrados fueron sustraídos en las indeseables visitas anteriores. Sólo de la última da cuenta haber desaparecido cálices, coronas, resplandores y dos lienzos de gran antigüedad. También dicho estudioso no se explica porque extrañas razones no fueron divulgadas las anteriores incursiones delictivas. Nosotros creemos que las autoridades eclesiásticas tienen mucho que decir sobre el particular.- Por entonces, en pleno día y ante la mirada sorprendida de algunos testigos, un individuo descolgó una valiosa pintura virreinal que adornaba la Sacristía de la

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iglesia de Santo Domingo del Cuzco, retiró el marco del lienzo, lo enrolló sin prisa y se lo llevó. Eran las 9 de la mañana en todos los relojes cuando dicho sujeto se perdió entre el intenso tránsito vehicular y peatonal de aquella hora.

Por aquellos días la conservacionista Teresa del Solar se hace eco de las anteriores manifestaciones del embajador Celso Pastor de la Torre. Según ella, la formación de especialistas en la conservación del patrimonio es lo prioritario. En dicho campo, el empirismo y la improvisación son los enemigos capitales del patrimonio histórico y artístico. Por otra parte, se pronunció a favor del inventario o catastro de lo que poseemos; lo cual permitirá saber qué es lo que está bien conservado y que es lo que necesita un tratamiento especial.

La galería Sotheby’s de Nueva York, la ciudad talmúdica por excelencia, así como la Christie, vienen rematando, desde hace varios años, notables obras pictóricas de la Escuela Cuzqueña. Así por ejemplo, fue muy comentada la venta que Christie hizo de “Los Esponsales de la Virgen”, de Marcos Zapata, por veintidós mil dólares. No menos espectacular fue el rescate de seis pinturas próximas a ser rematadas por Sotheby’s, por parte de la representación diplomática peruana. Más adelante, sobre

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un lote de ciento cuarenta y dos cuadros virreinales, la embajada peruana solo pudo probar la propiedad de ocho. Ciertamente, de haber existido un inventario de nuestro acervo pictórico, hubiera quedado demostrado el total dominio del bien.- Por desgracia, no existe un inventario o catálogo de bienes culturales del Perú a las puertas del siglo XXI. El inventario de colecciones que obra en poder del INC no cubre ni el 8 % del patrimonio cultural de la nación. Ni siquiera la totalidad de los museos estatales tiene catalogados los bienes bajo su responsabilidad.- De otro lado, el 20 Juzgado de Instrucción de Lima investiga como nueve pinturas, sustraídas de los conventos de Santa Catalina y de San Francisco de Arequipa, fueron vendidas por una galería de arte peruano a la judía Virginia Recqueber, representante de Sotheby’s en el Perú.- A su turno, el embajador Alfonso Arias Schreiber solicitó formalmente al Departamento de Estado el embargo de las ciento cincuenta pinturas subastadas.

A tales alturas, el Dr. Francisco Stastny dejó oír su voz en el sentido que el Estado debe adoptar una política más realista frente a la protección y conservación del patrimonio artístico e histórico de la nación. Desde su punto de vista debe primar un criterio selectivo en la elaboración de los

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inventarios. Detectadas como son las obras más significativas de la iglesia peruana, “se deberían retirar de los lugares expuestos y conducirlas a lugares más seguros”. Además, importa mucho que, mediante conferencias, cursillos y seminarios, los clérigos tomen conciencia del valor de lo que frecuentan. En eso se concuerda con la constitución 129 del Vaticano II, por la cual: “Los clérigos, mientras estudian filosofía y teología, deben ser instruidos también en la historia y evolución del arte sacro, y sobre los sanos principios en que deben fundarse sus obras, de modo que sepan apreciar y conservar los venerables monumentos de la Iglesia”.

Así y todo, planteamientos van y planteamientos vienen, la depredación sacrílega siguió su curso. El templo de Ticso (Caylloma) fue prácticamente “vaciado”. Se señala, entre lo extraído, tres coronas de oro con más de seis kilos de peso, una custodia de plata española y cinco cálices de plata dorada, dignos del esplendoroso pasado argentífero de Caylloma, el Potosí del Perú, aparte de joyas y alhajas con el engaste de piedras preciosas.- La pequeña iglesia de Totora (Santiago, Cuzco) también fue saqueada. El botín de los ladrones abarcó tres lienzos de la Escuela Cuzqueña, seis coronas de plata, un crucifijo de plata, tres potencias de plata y los ricos ropajes

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de las imágenes. La policía presume que se trata de una banda que trafica tales objetos en Bolivia, a donde se ha desplazado la central de la compraventa depredadora.- De la iglesia del Triunfo, al costado de la basílica catedral del Cuzco, considerada entre las más seguras de la urbe andina, se llevaron los lienzos de tres evangelistas.- La iglesia parroquial de Tungasuca (Canas) fue también asaltada. Su único guardián fue salvajemente golpeado como para amedrentar a los que osen salir en defensa de la riqueza de los pobres. Bastaba amordazarle y maniatarle. Después, esas manos impías y sacrílegas, se apoderaron de valiosos objetos de culto, de plata y de bronce, como dos ángeles de plata de regular tamaño, un corazón grande de plata y un arcón antiguo lleno de monedas de plata de nueve décimos.- Por fin, en la iglesia de Yanaquihua (Condesuyos) los ladrones, fracturando la cerradura del templo, robaron cuatro coronas y cuatro cálices de oro, a más de otras joyas y adornos.

Que decir, por último, ante tan desolador panorama, aparte de lo que nos sugiere la Epístola de San Pablo a Tito, según la cual Jesucristo vino “para redimirnos de todo pecado, purificarnos y hacer de nosotros un pueblo particularmente consagrado a su servicio y fervoroso en el bien obrar” ¿Será

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en la actualidad ese nuestro pueblo, el que sufre impávido el expolio a instancias de la protestantización sistemática, de la judaización generalizada y de la descatolización programada dentro del falso ecumenismo del Vaticano II?

PARTE II

En 1956, año de su muerte, José Sabogal, notable pintor, grabador y escritor cajabambino, publicó “El Desván de la Imaginería Peruana”. En dicha obra, entre otras cosas, da testimonio del desamparo, la impunidad y la impudicia en la custodia de las pinturas, retablos, joyas de la liturgia, imaginería y objetos de culto, que se están desintegrando por el polvo, la humedad y los desplomes de los edificios ruinosos. El que por muchos años dirigió la Escuela Nacional de Bellas Artes, es indudable que sabía perfectamente que es lo que decía. Así, los males que aquejan la conservación de nuestro patrimonio histórico y artístico, pensarán muchos, anteceden largamente a la convocatoria del Concilio Vaticano II.

Según tal enfoque, clamaba al cielo la inoperancia a la que poderosas influencias habían reducido al bien intencionado Consejo Nacional de Conservación y

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Restauración de Monumentos Históricos y Artísticos que, en diciembre de 1957, no pudo impedir que cuatro colecciones de pinturas cuzqueñas, de dudoso origen, salieran clandestinamente del país con destino desconocido.- Otro caso escandaloso de aquellos años consistió en el obsequio que el presidente Manuel Prado Ugarteche hizo al cardenal norteamericano Francis Spellman, a través de un valioso cuadro de la Escuela Cuzqueña, correspondiente al siglo XVII, en franco desacato a la ley 8853, promulgada por el mismo presidente en marzo de 1939, durante su primer período.- También escandalosa fue la sustracción del cuadro “La Sagrada Familia” del templo de Santo Domingo de Ayacucho, denunciada por el fiscal de esa ciudad, Dr. Luis García Blasquez Lara, contra el ex ministro de Justicia, Augusto Thorndike, y el director general de prisiones, Jorge Malatesta, el 14/VII/1958. Tal sustracción, que oficialmente se quiso hacer aparecer como un obsequio al ministro, para motivarlo a conceder una partida del presupuesto en pro de la restauración conventual, patentando desvergonzadamente el vulgar “do ut des”, (doy para que des), hizo que el juez instructor, Dr. Juan Clavero Tirado, procesara a los susodichos por delito contra el patrimonio en agravio del Estado y de la Nación. Aunque ignoramos los resultados

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de aquel juicio, hay que convenir que, desde el punto de vista institucional, las apariencias quedaron a salvo.- Otro botón de muestra de cómo iban las cosas por entonces es el siguiente: Recién creada la Oficina Técnica del Consejo Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos Históricos y Artísticos, en 1960, el responsable de dicha Oficina, poniéndose a la altura de su deber, objetó la pretensión del presidente Prado, en su segundo período, de decorar su residencia parisina con valiosos cuadros virreinales de propiedad del Estado peruano.

Ahora bien, si nadie puede ignorar la antigüedad del mal, nadie puede mantener los ojos vendados ante la responsabilidad que le compete a la iglesia conciliar, actual o moderna, por su agudización, preponderancia y elevación a niveles antes no superados, en el trágico ejercicio de su malhadada vigencia. Y si alguien reclama pruebas, rasgándose las vestiduras, con mucho pesar se las ofrecemos con precisión cronológica.

El 26/VI/1978, once lienzos fueron robados de la pinacoteca del convento de Santa Catalina de Arequipa; uno de los cuales, “San Juan Bautista”, fue rescatado antes que se le subastara en la famosa galería Sotheby‘s de Nueva York.

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Pero lo más espectacular vino después. El 4/I/1981 se perpetró el increíble robo de la extraordinaria custodia que se conservaba en la basílica Catedral de Lima, hoy prácticamente convertida en museo de arte religioso virreinal. Dicha reliquia, joya excelsa de la orfebrería colonial, una de las mil doscientas que poseía el templo primado de la república peruana, medía un metro de altura y estaba trabajada sobre dos kilos de oro; se asentaba sobre una base de plata que pesaba cinco kilos; y se encontraba profusamente decorada con 184 diamantes, 47 brillantes, 47 perlas y 25 rubíes, sin mencionar amatistas y otras piedras preciosas. Junto con la monumental custodia, cuyo valor económico rebasa lejos el millón de dólares americanos, siendo incalculable su valor histórico y cultural, desaparecieron varios cálices y vinajeras de oro y plata. Desde entonces al presente nada se sabe del monstruoso caso, aparte de lo que se consigna en un cuaderno de ocurrencias policiales, esto es, que el robo se produjo sin romperse chapas ni cerraduras y con el sistema de alarma desactivado.- Evidentemente faltó voluntad política para el esclarecimiento de tan horrendo suceso. El desinterés que las autoridades demostraron obligó a “El Comercio” a ponerlas sobre las pistas que la lógica y el sentido común dictaba, habida

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cuenta las publicitadas subastas del patrimonio nacional en las galerías de arte neoyorkinas. Así denunció que la exportación de nuestros valores procedía vía Bolivia, Argentina, Uruguay y Brasil, “por personas respetables”, y era entregado, en todo o por partes, a título de consignación a tales galerías, que garantizaban el anonimato de vendedores y compradores. Sostuvo, además, que los centros de operaciones de tan doloso tráfico, aparte de Nueva York, se ubicaban también en Suiza,. París, Saint Tropez y Torremolinos (España). Al respecto, de nada sirvió la Interpol. Como el sistema de alarma de la Catedral de Lima, ésta no funcionó.- Por parte de la iglesia oficial, tampoco se exteriorizó un interés mayor que el que imponía la formalidad rutinaria. El obispo Luciano Metzinger, secretario general de la conferencia episcopal, conocido por sus tendencias marxistas, con el rostro iluminado por una radiante sonrisa, informó a la prensa que la iglesia peruana “no contaba con los recursos humanos y económicos para proteger las reliquias que se guardan en sus templos”. En consecuencia, los objetos de valor “se encuentran expuestos permanentemente al peligro de la depredación y el robo”. En una etapa de la entrevista, este campeón de la laicización e incondicional servidor del velascato, manifestó “que hace algunos

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años la iglesia estaba en condiciones de retribuir los servicios de un guardián concediéndole la posesión temporal de los terrenos parroquiales”. Y no sin un dejo de cinismo, pero sin dejar de sonreír, prosiguió: “Desde que se llevó a cabo la reforma agraria, todos nuestros bienes los hemos perdido”, (tal y cual nosotros queríamos, debió agregar), “y, por lo tanto, no tenemos con que pagar a custodios y guardianes”. Con todo, en el año que corre, (1981), en representación de la iglesia, Metzinger tocó las puertas del Estado “con el propósito de aunar esfuerzos y realizar el inventario y catalogación de los bienes muebles de valor histórico y artístico, para su registro y control” ¡Qué maravilla! Las ladroneras especializadas del mundo entero contarán así con un catálogo para seleccionar cómodamente el objeto de su rapiña en tiempo y lugar. Al fin y al cabo no hay delincuente que se respete que no sepa, sin inventarios ni catálogos, que en el Perú, donde la desperuanización y descristianización corren parejas, su patrimonio está abandonado a su suerte, con el agravante que su apropiación ilícita conlleva una garantía de impunidad. Ciertamente, la protección y el cuidado pertenecen al pasado ¿Alguna vez pertenecerán al futuro? Volviendo al toca puertas del obispo izquierdista, quien se las abrió, en representación del Estado, fue

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Luis Enrique Tord, director del INC, quien, mediando un desmesurado despliegue publicitario, capaz de satisfacer el afán de lucimiento de las partes, firmó un convenio por el que se comprometió a procurar la financiación necesaria para llevar adelante el inventario y catalogación de los bienes eclesiales. Puro oropel y hojalata. El mismo obispo de la iglesia conciliar declaró posteriormente que “el convenio no ha podido llevarse a cabo debido a diversas circunstancias”. Pero no declaró, como lo hubiese hecho un prelado auténtico, que su principal preocupación estribaba en preservar los bienes muebles de valor histórico y artístico de la iglesia peruana, sin irse por las ramas, con mil y una digresiones.

Empero, en todo este asunto hay algo sustantivo que no podemos pasar por alto. Se trata de un trocito del santo madero de la Cruz donde Cristo fue crucificado. Estaba en el relicario de la custodia robada. ¿Qué pasó con el pueblo de Dios que no llenó la Plaza Mayor para expresar su indignación y su protesta? ¿Donde quedaron los católicos que en el mes morado llenan las calles y las plazas de la ciudad? ¿Lo serán realmente? ¿Qué fue de los cristianos para quienes los símbolos significan todavía algo? Que lejos estamos del 20/I/1711 cuando un miserable robó el copón de oro, que contenía ciento

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cincuenta y tres hostias consagradas, del tabernáculo de la parroquia de El Sagrario. Gobernaba entonces el virreinato don Diego Ladrón de Guevara. Ricardo Palma en una de sus Tradiciones, “La Fundación de Santa Liberata”, se hace eco de la conmoción general producida por tan terrible suceso. Así nos dice que: “Un velo fúnebre parecía extenderse sobre la ciudad... Las campanas tocaban rogativas y la población se desplazaba siguiendo a algún sacerdote que, crucifijo en mano, recitaba salmos y preces... y como si el cielo participara de la general congoja, negras nubes cubrían la atmósfera”. Que lejos estamos de los tiempos en que la fe del vecindario capitalino se enraizaba y profundizaba en las conciencias; fe contrastada con la actual cuya connotación característica estriba en su superficialidad.

Ese mismo mes y año, 18/I/1981, “El Comercio” publica un despacho de su corresponsal en Huancayo, en el sentido que “joyas pictóricas de tres siglos de existencia”... de la iglesia matriz de San Jerónimo de Tunán, ·”están siendo roídas por el tiempo y en peligro de quedar completamente destruidas”. Tales lienzos, agrega, “se encuentran cuarteados y en total abandono”. Comenta el informante que hay un cuadro de grandes dimensiones que, por alguna razón, “ha

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sido sacado de su lugar y colocado en el piso, mientras niños sin conocer su valor, juegan sobre él, deteriorándolo más”. Caso típico de abandono y negligencia. También informa que los hermosos tallados, concluidos en 1609, “se están malogrando”. Ante tan sombrío panorama, el reportero recoge la sugerencia de un vecino en el sentido “de invocar la buena voluntad del pueblo para restaurar las obras del templo que además tiene goteras”. Sería en verdad altamente aleccionador que el pueblo mismo, en cabildo abierto, diera una demostración pública de su madurez y, con total prescindencia de las caducas y obsoletas autoridades estatales y eclesiales, vuelque toda su atención y todo su amor a las venerables muestras del pasado, para reencontrarse con sus esencias prístinas, rescatarlas y proyectarlas con orgullo al porvenir. A la vista de un Estado que no protege y de una Iglesia que no cuida, la sabiduría popular y el buen tino y sentido común de sus dirigentes, que por el ejercicio de su inteligencia han destacado sobre sus paisanos, son los únicos cabos de salvación que les queda a los monumentos legados por nuestros antepasados. Ellos sabrán qué puertas tocar, dentro como fuera del país, para financiar y lograr la mejor consecución del fin perseguido. Que la invocación del buen vecino de San

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Jerónimo tenga éxito y que nunca más, por descuido de su párroco, (Severiano Rojas), se sustraigan las imágenes del templo, como el caso de San Roque, para que sus inescrupulosos autores exijan rescates a la población, por elevadas sumas, con el fin de devolverlas.

El viernes 17/IV/1981 “El Comercio” da cuenta que el día miércoles 15 fue saqueada la capilla del antiguo beaterio de San Blas, en el Cuzco, a cargo de monjas carmelitas. El robo se produjo a las 4.55 a.m. por parte de elementos desconocidos que se apoderaron de ornamentos, joyas de oro y plata, las alhajas de la Virgen del Carmen, cuatro cuadros de la Escuela Cuzqueña y dos cajas de hostias consagradas. Sorprendidos por una religiosa, la amenazaron de muerte para después huir en un camioneta que los esperaba con el motor encendido. Las mismas monjas carmelitas sufrieron anteriormente, en el monasterio de las Nazarenas, el despojo de las alhajas de la Virgen del Tránsito. Es curioso que el asalto se haya producido a cuatro cuadras de la Plaza Mayor y a dos cuadras de la 53 Comandancia de Servicios Especiales de la Guardia Civil.- Otro caso patético de indefensión y de Estado ineficiente y corrupto, incapaz de cumplir y hacer

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cumplir las leyes 6634, 8853, 9630 y 12966 que dictó.

Un despacho de Arequipa, del 27/X/1981, informa que la iglesia de Lary, cuya estructura de piedra labrada tiene trescientos cincuenta años de antigüedad, sufrió por segunda vez la acción sacrílega de delincuentes sin alma. Esta vez se llevaron cálices de plata y oro, las prendas de valor de las imágenes y algunos óleos de la Escuela Cuzqueña. En este caso, uno más entre infinitos, no es el párroco local el que presenta la denuncia correspondiente. Esto le correspondió al ciudadano Gregorio CCama Turpo en el puesto policial de Madrigal. Lo felicitamos muy sinceramente. El mutismo cómplice que ante estos hechos dolosos obliga equivocadamente el voto de obediencia, no impedirá que se conozca lo que está ocurriendo con la riqueza espiritual y material de los pobres.

El martes 12/I/1982 manos sacrílegas robaron el valioso anillo de oro de Santa Rosa de Lima que, en el anverso, tenía grabada la declaración de amor divino: “Rosa de mi corazón, sed mi esposa”. Los ladrones también se llevaron las potencias de plata de El Doctorcito, tres sortijas del Niño Jesús, su cadena y medalla de oro y seis milagros del mismo metal. La denuncia, cosa rara, corrió a cargo del

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superior del convento de Santa Rosa de los Padres, en cuyo santuario se realizó el estropicio y robo consiguiente. Este, Fr. Miguel Matamala Ortiz, hizo una ingenua invocación a los malnacidos rateros para que repusieran la joya, dado el valor histórico del anillo. Lejos estaba de imaginar que, burla burlando, aquel día hubo una gran fiesta en el infierno.

Al mes siguiente, 2/II/1982, “El Comercio”, haciendo honor a la sindéresis periodística que siempre le ha caracterizado, publica una reveladora nota bajo el siguiente titular: “Hay ola de robos en los templos católicos de Lima y provincias”. Según la nota, los robos sacrílegos afectan el patrimonio histórico y artístico de la iglesia católica y, por ende, de la nación peruana. En tal sentido hace el recuento del incalculable valor de los objetos robados en la iglesia de Santa Rosa de los Padres; de la Santísima Trinidad, (vasos sagrados); de La Merced, (corona de oro de la Virgen del Carmen, alhajas de El Doctorcito y milagros de oro y plata del padre Urraca); de Santa Liberata, (alhajas del Señor Crucificado del Rimac); de San Francisco; de la Soledad; de San Marcelo; de San Sebastián; de Huamanga, (custodia y cáliz de oro); de Canta y de Cañete. En ninguno de tales casos las autoridades policiales pudieron ubicar a los autores de tales sustracciones

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sacrílegas, ni aclarar, siquiera por aproximación, algunos de ellos. Un velo de misterio cubre todos aquellos latrocinios. Termina la nota interpretando el sentir de la comunidad cristiana que reclama insistentemente una explicación satisfactoria. Evidentemente, tales hechos tienen una explicación en la profunda crisis institucional que hoy fatiga al mundo entero. Percatarse de ella es aproximarse a su solución. Pero eso no ocurrirá hasta tanto las mayorías tengan los ojos vendados.

Dentro de tal atmósfera, el sábado 20/XI/1982, el Decano de la prensa nacional informa que el Perú iniciará acciones para recuperar obras de arte, de su patrimonio, en los Estados Unidos de Norte América. En opinión del director del Centro de Investigaciones y Restauración de Bienes Monumentales del INC, Carlos Guzmán Ladrón de Guevara, “el gobierno peruano tiene expedito el camino para recobrar esas obras de arte”. Se trata de las pinturas virreinales que fueron extraídas ilegalmente del país, transgrediendo las leyes de todos los numerales, como la 12956, la 18780 y la 19033, pero con las que la galería Sotheby’s hizo y hace pingües negocios, que le producen fuertes utilidades, vendiendo con el mayor desparpajo nuestro patrimonio histórico y artístico.

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El 5/IV/1983 “El Comercio” publicó un cuadro estadístico de los robos sacrílegos que se han registrado, entre 1979 y 1980, en las provincias del Cuzco, Quispicanchis, Anta, Chumbivilcas, Paucartambo, Urubamba, Canas, Paruro, Calca, Espinar y Canchis; en las de Arequipa, Caylloma y Castilla; en Lima y Callao; en Trujillo y Chicama; en Ayacucho; en Pasco; y en Tacna.- En esa misma fecha se informó que con los trece millones de soles, (de aquel entonces), destinados a la Unidad de Catalogación del Patrimonio Artístico Mueble del INC, se ha logrado catalogar quince mil piezas.

Por despachos procedentes de La Paz, el 13/XII/1983, nos informamos que también en Bolivia las poblaciones afectadas, en defensa de sus intereses, han resuelto hacerse justicia por su propia mano. Una multitud de campesinos linchó a cuatro individuos que habían robado joyas y objetos de valor de la iglesia de Caquiaviri. Otros cuatro lograron ser rescatados por la policía que trató de aplacar la furia popular. El corresponsal de la UPI informa que el 2/XII esa banda de malhechores robó una talla virreinal, los atuendos de otras imágenes, un cáliz de oro y otros objetos del mismo metal. Por su parte, el periódico Presencia de La Paz informó que la misma

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suerte tuvieron, en la misma localidad, otros tres ladrones indígenas y cuatro extranjeros cuando, en 1964, fueron sorprendidos en la tarea de descolgar todas las valiosas pinturas del templo.- Caquiaviri, una población a 115 Km. al SO de La Paz, se ha ganado así el título de portaestandarte de la resistencia católica frente a la depredación y despojo de lo mejor del patrimonio común.

“Robos sacrílegos no tienen cuando acabar” es el titular de un comentario que “El Comercio” formula en los primeros días de 1984. La desilusión por la inoperancia del ente tutelar se hace patente de inicio: “Hasta el momento no se ha logrado detener la ola de robos sacrílegos que, desde hace varios años, viene mermando el patrimonio artístico religioso de la iglesia católica peruana... en los últimos siete meses se han registrado robos de objetos de oro y plata, imágenes y ornamentos de valor religioso e histórico en templos de Lima y provincias... El último robo se produjo hace tres días en la iglesia del convento de los Descalzos, de donde los ladrones sustrajeron la corona revestida de oro de la Virgen... “similares actos tuvieron lugar en la catedral y el museo de la arquidiócesis de Ayacucho, en la capilla de la Virgen del Rosario del Rimac, en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Talara, en

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el templo de Canincunca (Cuzco) y en la iglesia matriz de Jauja.” También enfatiza la nota que, en 1981, 1982 y 1983, “los atentados contra el patrimonio de la iglesia continuaron con igual fuerza”. Vale decir, el vandalismo de años anteriores, conllevando robo y destrucción, no decreció. Da por ejemplo el golpe sufrido en el “museo religioso” de la Catedral de Lima, (custodia de oro y plata de siete kilos de peso); la sustracción en la capilla de CCapi (Paruro) de una corona de plata y otros objetos del mismo metal; el desvalijamiento de la iglesia de San Jerónimo de Cochacalla (San Rafael de Ambo); el saqueo de la iglesia de San Pedro de Cusi (Yauyos) de donde los enemigos de Dios cargaron sobre sus hombros una custodia de cinco kilos de peso, un cáliz, coronas de oro y otros objetos valorizados en cien millones de soles; y el despojo inmisericorde de cuanta pieza de valor poseían los templos de Santa Ana de Maca (Caylloma), de San Francisco de Huaura, de Santa Ana de Poroy (Cuzco) y de Chuquinga (Chalhuanca), entre otras. Ante todos estos dramas, por extraño que parezca, la alta jerarquía de la iglesia conciliar no se dio por enterada, no hizo sentir su voz y el peso de su influencia en el esclarecimiento de actos tan repudiables, y en la recuperación consiguiente de la riqueza de los pobres. De espaldas al Evangelio, la siguiente cita de San Lucas:

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“Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón” nada le representó. Por el contrario, sus pronunciamientos públicos, entonces como ahora, se refirieron a asuntos profanos propios de la competencia del fuero civil, estatal o municipal.- Es del caso, pues, aprovechar la oportunidad para congratular a los periodistas de “El Comercio” que sí se mostraron receptivos y sensibles ante el desencadenamiento de infames latrocinios, triplemente condenables, tanto por el hecho en si, cuanto por mancillar la fe y por atentar contra el arte. La madrugada del 5/II/1984, la valiosísima custodia barroca, joya excelsa de la orfebrería virreinal, terminada en 1650 y trabajada en tres kilos de oro y veintiocho kilos de plata, con incrustaciones de piedras preciosas, fue sustraída de la Catedral de Ayacucho mediando el toque de queda. Tenía 1.50 m. de altura y pesaba 31 Kg. Junto con ella se robó un templete de plata de 1 m. de alto, un cáliz de bronce labrado, una corona de plata maciza, dos candelabros de plata de 1m. de alto, un copón de oro y dos cálices del mismo metal. Al revés de lo que ocurrió en Lima, los sistemas de alarma a batería si funcionaron, pero nadie, (religiosos, policías o civiles), acudió presuroso a defender con la vida, si fuera preciso, el patrimonio de los

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pobres que por siglos fue ofrendado a la gloria de Dios. El padre José Esteban Valdez declaró haber escuchado la alarma, por lo cual de inmediato llamó por teléfono a la policía. La respuesta que obtuvo resulta inconcebible: No tenían movilidad, por lo cual irían al día siguiente. En efecto, fue preciso que el canónigo Elías Prado presentara la denuncia, con todas las formalidades burocráticas del caso, para que la PIP diera inicio a sus investigaciones a partir de las 4.30 p.m. Como el paso obligado de entrada y salida de los malhechores fue el local de la universidad, sus inermes guardianes lograron identificarlos y proporcionar sus señas a la policía. Sin embargo, la captura demoró más de la cuenta. La misma que procedió en San Jerónimo de Tunán cuando los pillos vendían oro y plata fundida, y al paso, a Ramiro Acosta Turín. Arrestados los hermanos José y Ángel López Flores, confesaron ser los cabecillas de la banda y autores de otros robos sacrílegos, como los efectuados en perjuicio de la iglesia de la Amargura (13/X/1983) y de la iglesia de Santa Ana (17/XI/1983), antes de perpetrar el horrendo delito del 5/II/1984. Los otros miembros de la banda también fueron capturados y, entre ellos, Fredy Bendezú y Oswaldo Rezza Torres. Este último no tuvo el menor reparo en confesar que fue el encargado de fundir tan extraordinaria joya

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artística y el resto de tan valioso botín, a cambio de 230 gramos de oro. Las piedras preciosas y el metal fundido tuvieron un intermediario eficaz en Ramiro Acosta Turín. Conectado éste con Rómulo Hinostroza Bazán y Nemesio Ávila Hinostroza, procuró su comercialización en Lima. Así, Ricardo Luna Abregú compró 500 gramos de oro y 7 kilos de plata; Jorge Zapata Córdova compró 230 gramos de oro; y Carlos La Torre Banchero (Hally) compró 2 kilos y 500 gramos de oro y 20 kilos de plata. En ocho meses, entre el robo y la captura, los autores llegaron a movilizar la fabulosa suma de tres mil ochenta millones de soles en Panamá, Gran Caimán y Miami. La policía sólo llegó a recuperar ciento veinte millones de soles. Después de reconstruido crimen tan atroz, dichos delincuentes fueron puestos a disposición del Poder Judicial. Nos preguntamos qué habrá sido de tales individuos que se aprovecharon de la escalada terrorista para que la opinión pública atribuya a Sendero Luminoso la perpetración de tan abominable delito. ¿Dónde estarán ahora? ¿Caminarán por esas calles de Dios como respetables ciudadanos y prósperos comerciantes? Nos interesa saber cómo el honrado paisanaje les manifiesta su desprecio que, no lo dudamos, a ellos les resbala. Consuela

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saber que sólo la justicia de Dios les tiene reservada toda una eternidad de expiación.

Justo es dejar constancia que “El Comercio” editorializó sobre tan infortunada tragedia, recogiendo la consternación ciudadana por la destrucción “de una de las más preciadas joyas del tesoro religioso virreinal que, como obra de arte, se ha perdido para siempre”. Reflexiona el Decano que “la escasa y nula vigilancia” es uno de los factores concurrentes a la comisión del crimen, “punto decisivo y en verdad difícil de corregir”. Pero también observa la falta de celo policial, ceñida siempre a la parte más delgada de la cuerda; y, asimismo, “la lenidad con que actúa la justicia y la iglesia misma”. Todos los lectores honestos del rotativo, estamos seguros, suscribieron tal editorial desde lo más profundo de sus corazones.

El 19/VI/1984 otros viles sujetos incursionaron en el interior de la iglesia de Cañete. Robaron el cáliz de oro y todos los milagros de oro y plata que encontraron. Las hostias fueron arrojadas al suelo. Es consolador saber que no estaban consagradas, que no era el cuerpo de Cristo lo que cubría el suelo, tratándose como se trataba de una iglesia conciliar.

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A tales alturas no se define todavía bien el registro oficial de bienes muebles como medio o como fin de la conservación o preservación del patrimonio cultural de nuestro país. El Arq. Víctor Pimentel Gurmendi, director del INC, el 1º/VII/1984 defiende el proyecto de ley aprobado en Diputados que establece este temperamento: Los bienes culturales deben estar obligatoriamente inscritos en los registros del INC, entidad que hará entrega de los certificados de propiedad correspondientes. En su opinión: “Se nos está yendo de las manos nuestro legado cultural. Debemos salvarlo lo más rápido posible”. Justamente, en los provechosos días de su administración, él descubre en Conayca (Huancavelica) el maravilloso púlpito de su iglesia parroquial, único en el Perú, cuya existencia no aprecian ni el cura párroco ni su sacristán.

En el ámbito religioso los apóstatas y los sacrílegos continuaron haciendo de las suyas. El 5/IX/1984 se publicó la noticia del asalto sufrido por la iglesia de Santa Clara, de Barrios Altos, donde hurtaron un copón, una custodia, las aureolas de oro de Jesús y de Santa Clara, además de otros ornamentos. En tal oportunidad se destacó el hecho que semanas atrás los conventos de La Merced y de los Descalzos sufrieron también la ingrata visita de los antisociales.

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En el ámbito civil, con registro o sin registro, el alcalde Alfonso Barrantes Lingán denunció la desaparición del autorretrato a la acuarela, de Daniel Hernandez, según lo publica “El Comercio” del 12/IX/1984. El burgomaestre anunció también la inmediata clausura de la galería Pancho Fierro, ya que en el municipio (¿No será en la Municipalidad?) “se carece de los sistemas de seguridad y control para obras artísticas”. La verdad es que el mencionado autorretrato desapareció el 2/VIII/1984 cuando se efectuaba una reunión nocturna de ediles izquierdistas con elementos de pueblos jóvenes, ambulantes y sindicalistas. En medio de ellos desapareció el famoso cuadro valorizado en doscientos millones de soles.

Y como el mal está universalmente extendido, ya que son los dueños del dinero del mundo y los eternos adoradores del becerro de oro quienes lo promueven, para el mejor cumplimiento de sus fines de dominación, es aleccionador el despacho de EFE, el 17/X/1984, por el cual China Popular quiere convencernos que a los grandes males aún caben los grandes remedios. Se trata de dos empleados municipales de Shanghai que fueron fusilados “por haber robado y vendido, a alto precio, diversas pinturas antigüas”.

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De este luctuoso año de 1984, el 7/XII Francisco Statsny hace un balance negativo de lo que se ha hecho en el Perú por la conservación y restauración del patrimonio cultural. Señaló que para una efectiva preservación del patrimonio histórico se deben dar cinco pasos: Inventario, investigación de su carga conceptual y de su valoración religiosa y moral, conservación, musealización y, finalmente, publicación o divulgación.

Al año siguiente, el 22/I/1985, la osadía de los sacrílegos no se detuvo ante la sagrada imagen del Señor del Mar, venerada en la iglesia matriz del Callao. Le robaron su corona de plata y oro, de gran valor estético y monetario.

Dos días después, el 24/I/1985, una gavilla de bandoleros barrió con todo lo que encontró en la Casa General de la Congregación de Religiosas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, (Bolognesi 651), de Magdalena del Mar.

El 14/II/1985 “El Comercio” presentó un testimonio gráfico y patético del despojo sufrido por la Virgen del Carmen, y el Niño que lleva en sus brazos, conocida como La Limosnera, que en 1643 fue traída de Génova. La imagen se encontraba en la

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iglesia del Carmen, de Barrios Altos. Las coronas de ambos, chapines, medallas y cadenas de oro fueron robadas. Asimismo, fue robada la corona de plata, bañada en oro, cuyo peso era de seis kilos, de la principal imagen de la Virgen situada en el altar mayor. Al efecto, sin que nadie reparara en lo que hacían, los desalmados abrieron un forado al lado de la puerta principal y se introdujeron en el templo. Pronto el botín pasó a manos de un afortunado coleccionista o, en su defecto, fue fundido para comercializarlo al peso entre los inescrupulosos joyeros de la capital.

El Estado, tratando de salvar las apariencias de ponderado árbitro entre agraviados y malvados, terminó por presentar la faz equívoca de sospechosa complicidad. En el Cuzco se archivaron trescientos procesos judiciales, relacionados a robos de objetos de arte sacro, debido a que el INC no acreditó un abogado para defender los intereses de la nación, que en tal caso era la riqueza de los pobres. El procurador general, Pedro Sagástegui, lo solicitó el 5/X/1983 al ministro de Educación, pero sin resultado satisfactorio alguno. En consecuencia, los autores de tan condenables fechorías están sin sanción y libres de embargos. Pareciera que la impunidad fuera la regla en éste

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infernal toma y daca de los intereses en juego.

Sobre el particular, “El Comercio” del 16/XI/1985 entrevistó al Dr. Luis Lamas Puccio, abogado especializado en legislación sobre patrimonio cultural, para quien es perentoria la necesidad de contar con dispositivos legales, en nuestro ordenamiento penal, que tipifiquen los delitos contra el patrimonio cultural de la nación. Sostiene que, hasta la fecha, no existe sanción penal contra este tipo específico de delito. Al mismo tiempo se muestra partidario de mantener al día un archivo documentado de nuestro patrimonio, puesto al servicio de su defensa, entre otras cosas, como prueba de pertenencia. Además manifestó que toda la normatividad existente es sólo aplicable desde el punto de vista administrativo, referido a multas y clausuras, tal y cual se patenta en la reciente Ley de Protección del Patrimonio Cultural.

El año de 1986, para nosotros, se inició con un asunto de demolición. La capilla virreinal de Nuestra Señora del Rosario, del ex fundo El Naranjal, en San Martín de Porres, pese a ser declarada monumento histórico, fue derribada por la inmobiliaria Popular S.R.L. El INC denunció el condenable hecho ante la Procuraduría General de la República. Al

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iniciarse la investigación del caso, para el deslinde de las responsabilidades consiguientes, destacamos el informe del presidente de la cooperativa agraria El Naranjal en el sentido que “imágenes, campanas y otros elementos de dicha capilla se encuentran en las viviendas de algunos miembros de la cooperativa”. Esperamos que dicha Procuraduría haya rescatado tales prendas, históricas y artísticas, para ponerlas a buen recaudo, lejos de la codicia y usura de chamarilleros y coleccionistas.

El 24/II/1986, “El Comercio” recoge los dolorosos informes vertidos por los frailes franciscanos, a cargo de la iglesia de San Francisco El Grande, de cómo el altar de San Judas Tadeo fue desmantelado sistemáticamente en los tres últimos meses de 1985 y el mes de enero de 1986. Manifestaron que detentes y milagros de plata, que los fieles depositaron en el retablo, se fundieron para lograr artísticas placas con que forrar el altar y otras partes del sagrado recinto. Todas fueron robadas. Para sonrojo del civismo capitalino, terminaron por decir que los miembros de la Hermandad de San Judas Tadeo se han propuesto reemplazar las placas robadas por otras de latón “plateadas y repujadas a imitación de las antigüas”. ¡Qué borrón!

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El 27/VIII/1986, el Decano publica un especial bajo este titular harto preocupante: “Varios monumentos históricos se hayan atrapados por la ley”. Entrevistado el Arq. Eulogio Tapia, que tuvo a su cargo la Dirección de Conservación del Patrimonio Monumental en el INC, sostuvo que muchos monumentos históricos no sólo se encuentran en mala situación, sino prácticamente atrapados por la Ley del Inquilinato. Indicó que sólo en Lima hay doscientos cuatro monumentos históricos de arquitectura civil y que el 85% de ellos están en manos privadas, percibiendo alquileres antiguos y por lo tanto exiguos. Precisó que, si bien el propietario está facultado para obtener judicialmente la desocupación de un inmueble con la finalidad de restaurarlo, (Art. 26 de la Ley 24047 ó Ley General de Amparo al Patrimonio Cultural y Monumental de la Nación), es necesario humanizar tal dispositivo en apoyo a los afectados con el desahucio, garantizándoles su derecho preferente a la adquisición de viviendas de interés social construidas por el Estado.

El miércoles 29/X/1986 se volvió a poner en evidencia la inseguridad de los templos, al punto de considerar la posibilidad de restringir el acceso a los mismos. Resulta que en la madrugada del 17/X/1986 los ladrones sacrílegos despojaron a la Virgen

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del Rosario y al Niño Jesús de sus coronas de plata y de otras valiosas prendas. El infausto suceso tuvo por escenario la basílica de Santo Domingo de esta capital. Sólo allí lo robado representaba un peso de 4 kilos de metal precioso. Pero también robaron las planchas labradas de plata que recubrían el Tabernáculo, sobre el altar mayor, y que tenían un peso de 10 kilos. Todo ello, por su valía intrínseca, histórica y artística, es de suyo invalorable. Al parecer, los mismos avezados delincuentes que en junio de 1986 se apoderaron de las planchas de plata que recubrían las andas de San Martín de Porres, serían los que, ocultos en los confesionarios, se quedaron dentro del templo cuando sus puertas se cerraron a las 7.30 p.m. Como les tocó actuar dentro del contexto permisivo de un concilio cuyas reformas litúrgicas han institucionalizado la profanación, estimamos que ningún escrúpulo de conciencia les mortificó en lo más mínimo.

Por una nota aparecida en El Decano, del 21/V/1987, nos enteramos que “existe en poder de la Procuraduría General de la República un registro de los robos sacrílegos denunciados y detectados en los últimos tiempos, que alcanzan cifras alarmantes y pintan de cuerpo entero la audacia de los ladrones y la falta de vigilancia”. Satisface saber que una entidad

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oficial haya coincidido con nosotros adoptando el mismo procedimiento de coleccionar recortes periodísticos. Con todo, a nosotros nos gustaría saber, por añadidura, si alguien registró los robos sacrílegos no denunciados a la policía, ni comentados por el periodismo, como es el caso de la sustracción de las campanas de la iglesia de Surimana (Cuzco), a fines de 1986, por ejemplo. Por lo demás, el Dr. José Boffio Torre, asesor de la Procuraduría General, urge la catalogación de lo existente “en todas y cada una de las iglesias”, labor que, según indica, está siendo planificada “por una comisión episcopal”.

Aquel mismo día, (21/V/1987), otra nota trae el siguiente titular: “Coordinan acciones para reducir robos sacrílegos”. El primer párrafo, por utópico, vale la pena reproducirlo: “Una permanente vigilancia policial se establecerá en todas las iglesias del país, las mismas que serán cercadas con el apoyo del INC”. Nos preguntamos si tales cercos se han de minar o electrificar. Sea como sea, tales acciones figuran en un informe de la procuraduría del ministerio de Educación, discutido en una reunión de trabajo con la “Comisión Episcopal de Arte Sacro”. Como se ve, aunque sea soñar, interesa hacer saber que algo se hace.

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Por su parte, los ladrones siguen haciendo lo suyo, porque se les paga para hacerlo, o porque por propia iniciativa lucran ventajosamente con lo robado. Así, el 17/IX/1987, el corresponsal del Cuzco informa “que se ha registrado la desaparición de dos valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña en la iglesia parroquial de Colquepata, provincia de Paucartambo”. Agrega dicho periodista que tales obras “eran las últimas que quedaban en el referido templo, que prácticamente había sido saqueado en años anteriores”. Y como si quisiera demostrar que los incentivos para cometer una acción delictiva son demasiado contundentes, al punto de hacer devenir a los catalogadores en ladrones, termina manifestando que el ecónomo Julio Américo Yapu “sospecha de dos empleados que habían sido comisionados para hacer un inventario de las obras que requieren de un trabajo de restauración”. Sobran los comentarios.

El 27/I/1988 las malas nuevas nos llegan de Huaraz. Unos desconocidos se llevaron de madrugada las coronas de oro y plata, “incrustadas con piedras preciosas” y todo lo que tenía valor comercial en la capilla del caserío LLactash, a 4 kilómetros al Este de la capital departamental. La denuncia fue presentada por el teniente gobernador

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Antonio Norabuena Huarac en el puesto policial de Monterrey.

Casi simultáneamente arriban las malas nuevas del Cuzco. El 2/II/1988 nos informamos que un templo de la provincia de Paruro ha sido “barrido” por los delincuentes, afectándose joyas de incalculable valor. Se trata de la capilla de Chochirihuay, distrito de Colcha, donde penetraron forzando una ventana para sustraer una corona de oro, una cruz alta de plata y otros lujosos ornamentos. Pero allí no queda la cosa. En el templo parroquial de Yauri, Erasmo Mendoza Mendoza, hijo del alcalde de Santo Tomás, (capital de la provincia de Chumbivilcas), armado de un mazo y ante la consternada presencia de los fieles, destruyó la antigûa imagen del Señor del Santo Sepulcro, ampliamente venerada en la localidad. Sacudiéndose de su natural estupor, ya que dichos fieles fueron tomados por sorpresa, el desquiciado pudo ser reducido y entregado a las autoridades. ¿Qué hizo la iglesia conciliar ante este ultraje aleve a la fe del pueblo? ¿Restaurará la imagen esta iglesia iconoclasta? ¿No es más probable que abogue ardorosamente por la libertad del delincuente a título de inimputabilidad? Al fin y al cabo, de arriba hasta abajo, demostrado está que todos son socios de la

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misma empresa demoledora de la Iglesia de Dios y de su Cristo.

También el centro del país está en la cresta de la ola de este tsunami delictivo que las autoridades eclesiásticas, (¿Sanhedrín peruano?), pretenden disimular o restar importancia, apoyándose en las convocatorias multitudinarias, movidas más por la superstición que por la fe, para demostrar ante el mundo, tras esas cortinas de humo, que aquí, hoy como ayer, todo sigue inalterado; y que las riquezas de los pobres están y estarán cauteladas por los siglos de los siglos. Otra cosa debió pensar el vecindario de Cañete, el 17/XII/1988, al enterarse que la pintura más valiosa de su iglesia parroquial, “La Coronación de la Virgen”, nada menos, había sido robada.

Ya para terminar la Segunda Parte de este lamentable recuento, consignamos lo publicado el 7/I/1989 en el sentido que los robos sacrílegos continúan produciéndose en el convento de Santo Domingo de Lima. Uno de ellos, qué duda cabe, ha sido por encargo de un coleccionista de exquisito gusto. Se trata de la imagen de un ángel, antigüa reliquia de madera tallada de fines del siglo XVII, que adornaba el altar de la sala capitular. Otro de los robos es el de la aureola de oro y plata de San Martín de Porres, que coronaba su imagen colocada

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cerca de su tumba. A propósito, el provincial Fr. Jorge Cuadros Pastor hizo una curiosa clasificación de los ladrones que frecuentan el claustro. Unos se llevan las reliquias para conservarlas por fe. Otros se llevan de todo, sin hacer mayor distingo entre lo que vale y no vale, como focos, llaves de luz, alambres, etc. etc. Y otros son los avezados que, generalmente, “trabajan” por encargo. Esos son los más peligrosos.- Sobre el particular, juzgue el lector de cuan cuidado está el patrimonio de los pobres por parte de la iglesia conciliar, al enterarse que fue el señor Paúl Felipe Cárdenas Segura quien se dio cuenta de la sustracción del ángel, antes mencionado, acercándose de inmediato a las oficinas del diario “El Comercio” para dejar sentada su indignada protesta de limeño por el punible descuido que es fácil comprobar en aquel convento. En efecto, constituidos los reporteros del Decano en la sala capitular, comprobaron que los frailes dominicos que los recibieron ni siquiera se habían percatado de dicha pérdida. “El Comercio” no dejó de subrayar que a las tres semanas de producido el robo, “recién los religiosos advirtieron ayer la falta de la imagen”.

Finalmente, del resto del país, “El Comercio” del 2/II/1989 encabeza con este titular el despacho venido de Arequipa:

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“Robaron valiosas joyas antigüas del templo de San Juan de la Chimba”. Efectivamente, alhajas litúrgicas de oro y de plata, y sobre todo del culto de la población, “propias del extraordinario arte religioso arequipeño”, fueron sustraídas de ese templo de la jurisdicción de Yanahuara. El botín de los sacrílegos consistió en cuatro cálices de oro, dos copones de oro, cuatro potencias y dos coronas de plata, todo ello con más de trescientos años de antigüedad.- En la misma capital mistiana, la PIP declaró por uno de sus voceros que “se ha detectado una banda de ladrones sacrílegos que, de tiempo en tiempo, se introduce en los templos para robar con suma facilidad, especialmente en distritos arequipeños”. Nosotros nos preguntamos lo siguiente: ¿Qué espera para echarles el guante? ¿Qué medidas se han adoptado para hacer difícil el acceso a los templos? Y sobre todo: ¿Qué ha pasado con los fieles a los cuales les es ahora indiferente la suerte que corra el patrimonio ofrendado por sus mayores durante siglos? ¿Cómo se ha permitido que los hermanos separados les laven el cerebro y los pongan al servicio de los antivalores católicos? ¿Quién es el responsable de esa catástrofe en la ahora pseudo católica Arequipa?

A estas alturas, llegamos a la conclusión que el abandono, el desamor, el descuido,

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el desinterés, el desprecio, la despreocupación, la inacción, la indiferencia, la ineficacia, la inercia, la insensibilidad, la impiedad, la negligencia, el olvido y la pasividad dedicadas a la riqueza de los pobres, material y espiritual, esto es, al patrimonio histórico y artístico de la iglesia peruana, responde a una sola y contundente razón: Desde el Concilio Vaticano II y reformas consiguientes, todo aquello ha pasado a ser detentado por una nueva religión, con referencias cristianas, “pero que es humanista, de doctrina vaga y disciplina imprecisa”, como dice Daniel Raffard de Brienne. Esto es: “Una religión sin creación, sin infierno, sin inmortalidad del alma, sin milagros, sin verdad absoluta, sin revelación cierta, fundada en la leyenda y no en la historia, como enseñan los nuevos catecismos” (“Lex Orandi – La Nueva Misa y la Fe”). Mal puede, pues, administrar lo que desde el inicio perteneció a la religión católica, apostólica y romana, fundada por Nuestro Señor Jesucristo y, por tanto, intemporal y eterna. Clero y fieles de la nueva religión son conscientes o intuyen que el continente y contenido de los templos, levantados durante los trescientos años de evangelización, les es completamente ajeno y, en cierto modo, hasta hostil, ya que en todo momento les echa en cara su apostasía, su relativismo, su indefinición y

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su maldito modernismo. Así, para el cura conciliar que no cree en la transubstanciación ¿Qué sentido puede tener el cáliz, el copón o la custodia?

Quiera el Cielo que esta noche negra de la Iglesia quede atrás y que los auténticos fieles, que no hemos perdido el sentido de lo sagrado, volvamos a rezar en todos los templos la Misa de nuestros antepasados, la de Santo Toribio de Mogrovejo, la de San Francisco Solano, la de San Juan Masías, la de San Martín de Porres y la de Santa Rosa de Lima. Sólo entonces la ofrenda de los pobres volverá a enriquecer la Casa de Dios para mayor honra y gloria suya.

Entretanto, este autor se atendrá al Tracto de la Santa Misa Si Diligis Me que a la letra dice: “He anunciado tu justicia en toda la iglesia y no he tenido jamás cerrados mis labios. Tú lo sabes Señor. No he tenido escondida tu justicia en mi corazón: he publicado tu verdad y tu salvación. No he ocultado tu misericordia”.

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PARTE III

Ya sobre el último lustro del siglo, por vía de la depredación inmisericorde de la riqueza de los pobres, la profanación y el sacrilegio ya tienen carta de naturaleza entre nosotros. Como la comisión del delito obra en el marco de la mayor impunidad, el hurto premeditado y la sustracción aleve ya dejaron de ser noticia en nuestro medio, por más que los organismos de difusión insistan en consignar las delictivas ocurrencias. Casi es como navegar contra la corriente. Aquí ya nadie se escandaliza por lo que está sucediendo. Se diría que las grandes mayorías perciben en el robo un patrón de comportamiento que corresponde milimétricamente al desarrollo de una sociedad colapsada; y donde los valores cristianos y de la civilización occidental han periclitado. Por esa sinuosa quiebra moral que conduce al caos, el delito no sólo se considera “explicable” primero y “justificable” después, sino que la figura del malhechor tiende a ser “admirada”, quedando sus fechorías como “ideales” por alcanzar enfrentando “el pasado caduco” que aspira perennizarse en estéticas expresiones que honran las artes mayores y menores. Hay, pues, en la masa religiosa, (o supuestamente religiosa), dueña de una religiosidad de pose y de superficie, una

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culpable indiferencia con relación al despojo de todo lo que, por centurias, ha atesorado la Casa de Dios.

A despecho de la “interiorización” protestante, felonamente propugnada por el Vaticano II, tampoco las mayorías católicas se hicieron históricamente dignas de la Fe, de su Fe, como que admitieron lo inadmisible y aceptaron lo inaceptable. A la postre, desde su equivocado punto de vista, qué más da que el templo de Dios sea saqueado, si ha sido capaz de repudiar el Santo Sacrificio de la Misa y renegar del reinado social de Nuestro Señor Jesucristo. En las siguientes páginas ofreceremos muestras del hecho delictivo en sí, del autor avieso y del espectador cercano o lejano, pero siempre cómplice a ojos de Dios Todopoderoso.

Un reporte del 14/X/1995 da cuenta de cómo en Chincha Baja, los ladrones que contaron con todas las facilidades, ya que no necesitaron violentar ninguna puerta, se llevaron una bella imagen del Niño Jesús, de ciento cincuenta años de antigüedad, vestido con finos hilos de plata y adornado con valiosas alhajas. Se sospecha del vigilante Santos Saavedra, único portador de las llaves del templo.

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Y como toda regla tiene su excepción, al 15/X/1995, la acción del Estado se muestra efectiva al recuperarse en Ica dos pinturas sacras, de la Escuela Cuzqueña, robadas de la iglesia de Cabana (Lucanas) juntamente con un cáliz de oro. El INC, filial Ica, a cargo de José Cahuas Massa, anunció que gestionará la partida consiguiente para la restauración de las telas. Tememos que dicho funcionario no tenga éxito en su gestión, “por la constante pérdida de bienes culturales bajo su custodia”.- El 26/X/1995 la policía torna a mostrarse activa recuperando en Juliaca ocho valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña, robados en la madrugada del día 24 en la iglesia de Caracato. Quedaron bajo arresto los autores Efraín Valencia Quispe y Remigio Chura Fuentes. El éxito de la operación se debió al celo de Martín Marón Marón, director del INC, filial Puno, quien con el corresponsal de “El Comercio”, al recibir la denuncia de Julián Mamani Silva, hijo de Miguel Mamani Roque, guardián del templo que fue reducido a golpes y maniatado con cables eléctricos, se movilizaron para interceptar a los facinerosos en Juliaca. Los lienzos tienen un valor aproximado de USA $ 15,000.00, pero su valor histórico es desde luego mucho mayor. La nota del corresponsal termina manifestando que la iglesia poblana y semi virreinal de Caracato ya anteriormente había sido objeto de otros

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robos sacrílegos.- Y en Lima, el Banco Popular en liquidación publicó, el 31/X/1995, un anuncio de subasta de quince pinturas de la Escuela Cuzqueña, de autores anónimos, correspondientes a los siglos XVII, XVIII y XIX, cuya valorización es de USA $ 255,000.00. No se dice nada del origen de las telas, ni cómo y a quienes las adquirió dicho Banco.

“El Comercio” del 3/XI/1995, en su sección de Hace 150 Años, trae a cuento el oficio que el ministro José Gregorio Paz Soldán envía al arzobispo de Lima, por el cual le insta al cumplimiento de las Leyes de Indias XXXVIII y XXXIX, Título VII, Libro 1, referidas al inventario de los bienes eclesiásticos, por parte de los obispos, al tomar posesión de su cargo. Al margen de lo útil que sería ahora la vigencia de lo que tan sabiamente se legisló antaño, sería de suyo interesante la comparación de lo inventariado, en los pasados siglos, con las existencias que ahora muestran las iglesias.- De Pisco, al 30/XI/1995, se informó de un nuevo robo sacrílego en la tricentenaria iglesia de la Compañía de Jesús. La denuncia corrió a cargo de Rufino Neyra Luján, director de cultura de la municipalidad provincial. Entre lo sustraído figuran dos hermosas imágenes de madera tallada, representativas de Santa Isabel y de San Zacarías, padres de Juan El Bautista. También la cara tallada de

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un ángel. Además de las puertecitas del tabernáculo bañadas en pan de oro. El corresponsal añade que el templo fue construido por los jesuitas en 1689 y declarado patrimonio cultural de la nación, por el INC, en 1986. Asimismo recuerda que, en 1993, los ladrones sacrílegos, forzando las puertas, sustrajeron dos valiosos y grandes óleos de la Escuela Cuzqueña referidos a “La Sagrada Familia” y a “La Asunción de la Virgen”.

El 9/XII/1995 una ciudadana chilena fue detenida en el aeropuerto “Jorge Chávez- Lima Callao” por pretender viajar a Europa portando una hermosa escultura virreinal. Al respecto nos preguntamos cuántos bienes culturales han salido del país dentro de las valijas diplomáticas.- El 15/XII/1985, el gerente de relaciones institucionales del Banco de Crédito, Luis Nieri Galindo, manifestó que se estaba elaborando boletines con la descripción detallada de las obras de arte robadas, para acreditar la procedencia y para facilitar su búsqueda a nivel internacional. Al mismo tiempo, subrayó los esfuerzos del Banco por restaurar, a la fecha, hasta cuatrocientas pinturas virreinales.- Aquel mismo día, 15/XII/1995, el arzobispo de Huancayo, Mons. José Ríos Reynoso, sostuvo que de lo inventariado por el historiador Waldemar Espinoza Soriano, hace treinta años, (mil

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obras de arte en los templos del valle del Mantaro), no se alcanza ni el 50% de lo que se registró; a saber, lienzos de la Escuela Cuzqueña, lienzos de la Escuela de Huamanga, retablos, altares cubiertos de pan de oro y hermosas tallas en madera.- El 17/XII/1995 se consignó otro robo sacrílego, justamente en la arquidiócesis de Huancayo. Se trata de la sustracción de seis columnas talladas de estilo barroco, primorosamente cubiertas con pan de oro, que adornaban los retablos de Santo Domingo y del Señor de la Columna, en la iglesia parroquial de San Jerónimo de Tunán. También se llevaron un ángel tallado en madera. De las primeras investigaciones se concluyó que los ladrones abrieron un forado, de 0.50 cm. de diámetro, en uno de los costados del templo. Se presume que sean los mismos que a fines de setiembre descolgaron el gigantesco lienzo de San Jerónimo (5 x 4 m.) y retiraron dos columnas salomónicas de su altar. Aparte de eso, un ciudadano de la localidad, Glicerio Santivañez, manifestó que anteriormente los sacrílegos barrieron con el copón de plata, bellamente labrado, y todo objeto de plata que encontraron. Lo cual parece que tiene sin cuidado al párroco Mario Vilcahuaman Castro, quien, de conformidad con las directivas de la conferencia episcopal, considera más importante “la construcción (no la

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reconstrucción o restauración) de la iglesia, en los planes material y espiritual en esta parte del país”.- Finalmente, el último reporte del año, sobre estas penosas ocurrencias, es del 28/XII/1995, y viene de Milán. El “Niño Jesús, obra del escultor Ezzio Cella, fue robado del pesebre montado frente a la famosa catedral gótica de Milán. Nada extrañaría que los autores sean los avezados delincuentes con años de entrenamiento en el Perú.

1996 se inicia con novedades venidas de Santiago de Chile. Ladrones de selectiva ralea robaron del museo religioso virreinal, de la iglesia de San Francisco, los libros de Francisco de Soarez de Ribera, publicados en Madrid en 1743 y en 1748. Dichas obras, consideradas de incalculable valor, fueron sustraídas de la sala de exposiciones, (la ex sacristía), de ese templo declarado monumento nacional.- El domingo 7/I/1996, la imagen de madera de San Joaquín, que data de 1606, fue robada por tres inescrupulosos sujetos de la iglesia de Santa Clara, (Barrios Altos) minutos antes de las 7 a.m. cuando el sacristán preparaba el altar para “la eucaristía dominical”. La mencionada imagen, cuyo peso se calcula en veinte kilos, fue cargada a pulso y sacada del templo por la puerta principal sin que los sorprendidos fieles pudieran impedirlo. La ocurrencia es en

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verdad de antología y, desde luego, harto significativa sobre la clase de colectividad en la que nos desenvolvemos. Además, las religiosas de ese convento, no se sabe si por falta de fe o de cerebro, tienen fama de intercambiar obras de arte y de culto religioso de valor, por piezas de pacotilla y de muy baja calidad, pero de reciente fabricación en alguna hojalatería de pueblo joven.- El 19/I/1996 el cable nos trae la noticia que el vice ministro israelí de relaciones exteriores, Shimon Shetreet, de visita oficial en el Vaticano, exigió al Papa la devolución del famoso candelabro de siete brazos y de cuarenta kilos de oro que las legiones romanas de Tito extrajeron el año 70 del templo de Jerusalén. Como se especula que tal candelabro se haya enterrado en el Vaticano, es de esperar que Juan Pablo II, en gracia de la amistad hebrea, no mande socavar la Santa Sede en busca de dicho artefacto.- El 20/I/1996 nos informamos que el templo cuzqueño de Pucyura fue nuevamente visitado por los tenebrosos agentes del Anti Cristo. La primera vez fue en 1991. Ahora, violentando la cerradura de la puerta principal, se apoderaron de cuatro valiosos cuadros de la Escuela Cuzqueña, alhajas de oro y plata, aparte de los suntuosos atuendos de las imágenes.- El 26/I/1996 “El Comercio” grafica muy bien los esfuerzos restauradores del Banco de Crédito,

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poniendo bajo los ojos de sus lectores los avances en el gigantesco cuadro de Matías Maestro,”El desposorio del Niño Jesús con Santa Rosa”, (7 x 4.20 m.), propiedad del convento de Santo Domingo. Por lo menos, hasta ahora.- Por último, el 29/I/1996, Francisco Stastny declara que la conservación de los bienes monumentales de la nación, muebles e inmuebles, es como la defensa civil, tarea de todos, del Estado, de la empresa privada y de la sociedad organizada. Hasta ahora se ha creído, a pie juntillas, que el Estado, a través del INC (Instituto Nacional de Cultura), es el único llamado a cumplir tal cometido. Craso error. Justamente el Estado, por cumplir con el deber de proteger el patrimonio cultural de la nación, antes de presentarse como el gendarme que cautela, debe desempeñar antes el papel de educador. Al respecto, es preciso que todos, absolutamente todos, sepan de su historia, de sus tradiciones, de sus valores y de todo lo que apuntale su autoestima y su orgullo nacionalista y patriótico. La cultura nacional será respetada por el extranjero, en la medida en que los propios nacionales la respeten.

El 6/II/1996 nos llega la mala noticia que la imagen de San Dimas, El Buen Ladrón, que se venera en la iglesia de Catacaos, fue despojada de todos sus ornamentos por

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parte de los malos ladrones. ¿Se trataría de una suerte de vendetta siciliana?.- El 9/II/1996 el templo de Vilque (Puno) fue asaltado por los facinerosos que se robaron un cáliz antiguo y seis coronas de oro y plata pertenecientes a diversas imágenes.

El 23/III/1996 se publica una lista de cien monumentos históricos del mundo en riesgo de colapsar. El listado ha corrido a cargo de la World Monuments Watch, de Nueva York, que dispone de un fondo de cinco millones de dólares para los proyectos de conservación y restauración más idóneos. En dicha lista figura el centro histórico del Cuzco y los murales de la iglesia de Ayauca (Yauyos).- Lo improvisado y apresurado en la formación de personal técnico al servicio del INC se puso en evidencia ese mismo día, (23/III/1996), cuando el rector de la universidad San Antonio Abad del Cuzco, (Mario Góngora Santa Cruz), devuelve al director del INC, filial Cuzco, (José Altamirano Vallenas), nueve lienzos virreinales “restaurados sin la pericia necesaria”, para que sean “subsanadas las deficiencias en su restauración”. Enfatiza el rector que esos lienzos de la Escuela Cuzqueña “son únicos en el mundo”.- El 23/III/1996 llega la triste nueva del robo de un copón lleno de hostias, más tres cuadros de la Escuela Cuzqueña de valor incalculable, en perjuicio

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de la iglesia parroquial de San Blas, a escasas cuatro cuadras de la Plaza Mayor del Cuzco. Lo curioso es que el robo se realizó en día claro y con sol, a la vista y paciencia de la cuidadora Esther Aragón Chacón, que no atinó a nada. Se descuenta el estupor que este hecho delictuoso ha producido en el ambiente religioso y en la población en general.

El 3/IV/1996 los ladrones sacrílegos se llevaron cuatro tallas de madera del altar de Santa Rosa y una talla del Señor de Coyorite, de la cuatricentenaria iglesia de San Sebastián, la segunda que se levantó después de la iglesia del Sagrario, en esta capital. El robo se produjo de madrugada, forzando con una “pata de cabra” la puerta lateral del templo (Jr.Chancay). Los malhechores eran de los selectivos y de los que “trabajan” por encargo de algún coleccionista. De allí que no se llevasen la custodia de plata y otros objetos de valor. Esta vez fue el párroco, Juan Serpa Meneses, quien denunció el hecho y solicitó protección policial, entre las 6 pm. y las 9 pm., lapso en que los fieles que acuden a los servicios religiosos terminan por ser asaltados.- El 9/IV/1996 los antisociales ingresaron de madrugada a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen (Barrios Altos) y despojaron de sus prendas y alhajas a la sagrada imagen, (tan antigüa como su

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templo construido en 1644), como son sus escapularios de plata y sus valiosos anillos, aretes y collares. Ni la madre superiora, Sor Imelda del Santísimo Sacramento, ni las diecisiete monjas que pernoctaron en el monasterio vecino, sintieron nada.- El 25/IV/1996 la mencionada superiora recuperó parte de lo sustraído, tras una comunicación telefónica anónima, venida de uno de los ladrones arrepentidos.- El 29/IV/1996 un reporte procedente del Cuzco da cuenta que el general Augusto Francalanci Malásques, jefe de la Décima Región de la PNP, ha manifestado tener pruebas de la existencia de una mafia, con ramificaciones internacionales, dedicada al robo de pinturas virreinales que se comercializan en la vecina república de Bolivia. Al respecto dijo que su despacho coordinará acciones comunes con las autoridades bolivianas.- El mes de abril termina, por lo que a nuestro trabajo concierne, con las declaraciones de Juan Carpio Muñoz, director del INC, en el sentido que, por lo que resta de 1996, la dependencia a su cargo finalizará el inventario del patrimonio cultural del país, con información básica, científica y técnica. Esperamos que esta importante tarea, tantas veces postergada, tenga por fin una cabal y feliz realización. Para el efecto, cree el citado funcionario, (y con toda razón), que se hace precisa una reorganización

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total del INC. Sólo así podrá garantizarse los niveles de utilidad y de eficiencia de los que ahora carece.

El 7/V/1996 “El Comercio” da cuenta, en una nota, de un doble hurto, Tanto en el departamento de Piura como en el departamento de Puno. Así, en la iglesia de San Lucas de Colán (Paita), una de las más antigüas del país, desaparecieron dos cuadros, entre ellos el impresionante lienzo de “El Juicio Final” (siglo XVIII) recientemente restaurado; y dos estatuas de ángeles talladas en madera que coronaban el altar mayor de estilo barroco. La información sobre el particular vino de Luis Chaparro Frías, director del INC, filial Piura. Por otra parte, en la iglesia de Umachiri (Puno) los ladrones arrancaron el revestimiento de plata repujada del altar mayor, de cuatro metros de largo y de metro y medio de altura. Según los expertos, dicha ornamentación era reputada como la más bella y valiosa del Altiplano. Pero no contentos con su argentífero botín, los sacrílegos se llevaron también valiosas pinturas de la Escuela Cuzqueña.- Ese mismo día (7 de mayo) una nota de Jimena Pinilla Cisneros nos informa sobre la recuperación de “La Divina Pastora”, uno de los cuarenta cuadros de la Escuela Cuzqueña robados a don Jesús Lambarry, la mañana del domingo

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11/VIII/1991, por quince desalmados que no titubearon en matarlo para apoderarse de su valiosa propiedad. “La Divina Pastora” fue recuperada por autoridades bolivianas en La Paz. El embajador de ese país en Lima, en virtud del Convenio Cultural Peruano Boliviano, la entregó a Javier Lambarry, hijo de don Jesús, en emotiva ceremonia. A la fecha, de los cuarenta cuadros, sólo tres han retornado a la casona de los Lambarry en el Valle Sagrado de los Incas.- Al día siguiente, 8/V/1996, “El Comercio” regala a sus lectores con una fotografía a color de “La Divina Pastora”.- El 10/V/1996 el corresponsal en el Cuzco recoge la protesta del arqueólogo Danilo Pallardel Moscoso, contra el Concejo Provincial, por autorizar el funcionamiento de una discoteca en la casa de Serapio Calderón, ilustre hombre público del siglo pasado, que ha sido declarada monumento nacional. Y también, contra la Beneficencia Pública, por pretender demoler todo lo que levantó el arzobispo Manuel de Mollinedo y Angulo, de augusta memoria, en el cementerio de La Almudena por él fundado. En su opinión, dicha sociedad debe atender la lectura histórica y artística de lo que se pretende demoler proponiendo, donde corresponda, la declaración de su intangibilidad.- Felizmente el Plan Copesco tomó cartas en el asunto y restauró el cementerio de La Almudena tal y cual lo

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había proyectado su fundador.- El 14/V/1996, habiéndose caldeado los ánimos, se hace pública la grave denuncia del Comité cívico de defensa del patrimonio cultural, por la destrucción del legado histórico del Cuzco. Una élite de intelectuales, historiadores, investigadores y autoridades de la universidad San Antonio Abad, considera que tanto la municipalidad como el INC, filial Cuzco, “no han mostrado capacidad y voluntad para hacer cumplir las normas nacionales e internacionales de protección a las ciudades declaradas históricas”. Frente a tan desolador panorama, el Comité Cívico demanda del Gobierno cambios radicales “en las instancias legales, administrativas e institucionales”.- El 26/V/1996, el norteamericano Gustavo Araoz, presidente de ICOMOS, puso el dedo en la llaga al sostener lo siguiente: “La crisis del patrimonio cultural es propiciada por la falta de identidad nacional de los ciudadanos”. Araoz es también director ejecutivo del Consejo nacional de monumentos de los Estados Unidos. A él le sobra autoridad moral para afirmar que las autoridades cuzqueñas, con poderes de decisión, han demostrado desconocimiento de los valores de su propio patrimonio cultural. Por lo demás, según Araoz, al Estado sólo le corresponde dictar las normas para la conservación del patrimonio

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cultural.- El 27/V/1996 concluyó el Encuentro Nacional sobre conservación, protección y defensa del patrimonio cultural, llevado a cabo por algunas entidades oficiales y particulares en el centro cultural de la PUC. Sumariamente reclamó un sistema normativo legal que permita la real protección y recuperación del patrimonio cultural de la nación. Tal proposición exige que nos preguntemos si hasta ahora hemos estado manejándonos con un sistema cuasi inexistente. Planteó la participación del Gobierno, de la empresa privada y de la ciudadanía en general, para lograr ese objetivo. Destacó la necesidad de un inventario integral con relación a todo el patrimonio cultural del país. En la clausura del certamen, el director del INC, (Juan Carpio Muñoz), reconoció que el Estado no está en capacidad de destinar los recursos necesarios para estudiar, proteger y recuperar el patrimonio cultural de la nación. En cambio, el arqueólogo Walter Alva señaló la urgente necesidad de crear un cuerpo de policía arqueológica, altamente especializado, para investigar los delitos de saqueo y tráfico de bienes culturales; y para proteger monumentos y museos.

Al mes siguiente, concretamente el 4/VI/1996, la ciudadanía se entera que la Comisión de educación y cultura del

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Congreso de la República aprobó un proyecto de ley, modificatorio del decreto legislativo 804, por el cual se dictan un conjunto de medidas destinadas a proteger el patrimonio cultural de la nación. Entre ellas se prohíben las donaciones y se precisa de una Resolución Suprema para autorizar, solo por un año, la exposición itinerante de bienes muebles. Dicho proyecto que nunca se reglamentó, tampoco se convirtió en ley.- Entretanto, ese mismo día, 4/VI/1996, el octogenario sacristán de la monumental iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Piura fue brutalmente asesinado por los delincuentes a quienes sorprendió robando en la sacristía del templo. El valiente defensor de la riqueza de los pobres, para que no lo olvidemos, se llamaba Juan José Torres Timoteo, y era natural de Ayabaca, donde se venera al Señor Cautivo. Según se informa, no era la primera vez que se enfrentaba a los malhechores. Así, el mes pasado, impidió la sustracción de unas pinturas antigüas, por lo que fue amenazado de muerte. En medio de todo, nos satisface saber que el arzobispo de Piura y Tumbes, Mons. Oscar Cantuarias Pastor, ordenó el cierre de la iglesia “por la profanación cometida”. A la vista de la política ecuménica del avestruz, adoptada hace muchos años por el episcopado peruano, nos sorprende que un obispo

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conciliar se decida a llamar las cosas por su nombre.- Días después, el 10/VI/1996, los ladrones sacrílegos se llevaron, de madrugada, cuatro valiosos lienzos de la iglesia de La Compañía de Pisco, (de 3 x 2.20 m. c/u), pertenecientes a la Escuela Cuzqueña. La falta de vigilancia y de iluminación les favoreció. Este mismo templo, a mediados de 1993, sufrió la sustracción de dos lienzos, también de la Escuela Cuzqueña, (de 3 x 4 m. c/u), de imágenes de madera en bulto y de molduras diversas.- El 13/VI/1996, “El Comercio” ofrece a sus lectores un interesante diagrama cuya finalidad es poner en evidencia “los mercados negros del patrimonio cultural”, tanto de piezas prehispánicas o arqueológicas, como de obras de arte virreinales, señalando a Canadá, Estados Unidos, Brasil, Italia, Holanda, Inglaterra, Dinamarca, Alemania, Suiza, Francia, Suecia y Japón, como países importadores de objetos históricos y artísticos. El caso de Suecia fue patético, ya que su ex embajador fue aquí condecorado y en su país encarcelado. Por su parte, Canadá, Estados Unidos y Brasil, fueron firmantes de la convención de la UNESCO, en 1970, para la protección de los bienes culturales del mundo entero. Como el contrabando campea en los tres países, sin mayores consecuencias, nos preguntamos si la ingenua expectativa de los ochenta y

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dos países firmantes fue de alguna utilidad.- El 16/VI/1996, también en Especial, aparece una importante nota de Jimena Pinilla Cisneros, ilustrada a todo color, con dos piezas precolombinas y tres cuadros virreinales, referente a los tres remates o subastas de las galerías Sotheby‘s y Christie‘s de Nueva York, llevados a cabo en 1995, con catálogo de fotografías reseñadas incluido, a distribución de los interesados. Al respecto, se sabía que las galerías realizaban subastas de arte peruano dos veces al año. Pero faltó la coordinación, por vía de la Cancillería, para que el INC fuera alertado oportunamente, con el fin de sustentar las acciones cautelares del caso. La autoridad estadounidense, según la nota, exige un inventario probatorio del origen de las obras de arte en cuestión, además de un convenio bilateral sobre la materia.- Ese mismo día, (16/VI/1996), se publicó un reporte curioso que no podemos dejar de consignar. Se trata de la cuatricentenaria iglesia de San Agustín, de Huánuco, donde originalmente se entronizó el culto al Señor de Burgos, patrón jurado de la ciudad. El templo está inscrito en los registros públicos como propiedad eclesial y, además, mereció ser calificado por el INC como monumento histórico de esa capital departamental. Lo que no explica la nota es porqué devino en cárcel, aún a título de

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préstamo provisional. Lo cierto es que por cincuenta años funcionó allí la cárcel de San Marcos, hasta marzo de 1996, mes en que se trasladó al moderno penal de Potrocancha. Pese a ello, el Instituto Nacional Penitenciario sigue en posesión del inmueble, reclamado ahora por la diócesis para su restauración, según sea el caso. Pero lo que es más grave es que se ha permitido alquilarlo a una comunidad evangélica que, como es obvio, hace funcionar allí un templo protestante. ¿Podrá la iglesia conciliar de Huánuco recuperar el santuario de manos de los “hermanos separados”?.- El 21/VI/1996, bajo el título de La Noticia Pintoresca, el Decano se ocupa de los apuros del regidor municipal de Pisco, con apunte humorístico inclusive, ya que como presidente de la comisión de cultura sólo obtuvo una linterna a pilas para el guardián a medio tiempo, en atención a su solicitud de vigilancia las veinticuatro horas del día, de reforzamiento de las puertas del templo, “con cambio de chapas y cerraduras”, de mejoramiento de la iluminación interior y exterior, de la que con frecuencia muy visitada por indeseables, vetusta iglesia de La Compañía de Jesús de esa ciudad portuaria.- El 23/VI/1996 nos enteramos de haberse modificado el Art. 189 del Código Penal con la inclusión “del robo de bienes de valor científico o que integren el

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patrimonio cultural de la nación”. La pena va de veinte a veintiocho años. Pero por aquello de quien hizo la ley hizo la trampa, el indicado artículo no tiene visos de tener futuro funcional.- Finalmente, el gobierno colombiano nos informa, el 30/VI/1996, a través de la prensa internacional, del robo de un valioso crucifijo del siglo XVIII, (de 38 cm. de alto y de 25 cm. de ancho), del Centro Nacional de Restauración de Colombia). Nos preguntamos si nuestro gobierno hace otro tanto con lo que cotidianamente desaparece de las iglesias peruanas.

Respecto al mes siguiente, julio, lo positivo va por delante. Un equipo de restauradores del Banco de Crédito comienza a poner en valor, (el 7/VII/1996), treinta y seis lienzos de gran tamaño, sobre la vida de Santo Domingo de Guzmán. Ubicados en el claustro principal del convento de Santo Domingo de Lima.- Por contraste, el 16/VII/1996, el periodista Enrique Castro Valencia informa que la iglesia parroquial de Chinchero, en fechas no precisadas, ha sido visitada por los amigos de lo ajeno, quienes se llevaron una artística casulla bordada con hilos de oro y plata, e incrustaciones de piedras preciosas, obsequio del brigadier Mateo García Pumacahua; una vinajera de plata; la

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corona de plata del Niño Jesús; y tres campanillas de plata que pendían del palio.

Pasando al mes de agosto, Cajamarca estuvo en la cresta de la ola el 7/VIII/1996. En vista que un obispo izquierdista no dotó a la iglesia catedral citadina de una vigilancia permanente, los ladrones sacrílegos aprovecharon las circunstancias para robar las valiosas imágenes talladas del púlpito, (La Virgen y Los Cuatro Evangelistas). Entrevistado el sacerdote Jorge León Zevallos, dijo que los autores “no son gente del medio” y que su acción delictiva “fue muy bien calculada”. Un poco más y los congratula por trabajo tan bien hecho. Su conclusión fue “que debe existir una banda organizada y de dimensiones internacionales”. Por otra parte, desde su punto de vista, a partir de la fecha la consigna debe ser recuperar y cuidar.- El 18/VIII/1996 “El Comercio” informa que el museo de Brooklin de Nueva York adquirió catorce retratos de los incas, pintados a mediados del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, en una subasta de la galería Sotheby’s y, por cierto, a muy elevado precio. Sorprende que una entidad cultural, supuestamente respetable, como el mencionado museo, se preste a la adquisición de bienes de luctuoso origen, como todo lo que de nuestro país vende dicha galería.- El 27/VIII/1996 nos

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informamos que el doctor Luis Souza, del centro de conservación de la universidad de Minas Gerais del Brasil y colaborador del Getty Conservation Institute, ha sido invitado por el instituto superior de conservación y restauración Yachay Wasi para dictar la asignatura de restauración de piezas de madera policromada y dorada. Entrevistado por Rosa Amelia Fierro, opinó que al formar restauradores con conocimientos técnicos, tal institución contribuye a la protección del patrimonio cultural del Perú. A su criterio, la formación del restaurador debe basarse siempre en la ciencia y en la historia del arte. “Una no sirve sin la otra”. Finalmente, manifestó que no hay turismo bien encaminado sin conservación.- Aquel mismo día, (27/VIII/1996), Francisco Stastny publica el artículo “Restauración, Tarea Interdisciplinaria”, donde sostiene que los términos conservar y restaurar se usan ocasionalmente como sinónimos; y que, fundamentalmente, “el proceso de restauración científica es una actividad interdisciplinaria”, como que en ella intervienen, del lado de las ciencias, la Física y la Química; y del lado de las Humanidades, la Historia y la Historia del Arte; y del lado de la Tecnología, las técnicas de aplicación. Finalmente, Stastny considera afortunado que exista hoy en el país un centro de capacitación profesional

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como el Yachay Wasi, “que cuenta con un excelente cuerpo docente”. El 4/IX/1996, Cajamarca está otra vez en la noticia. Llevando a cabo un inventario de las obras de arte y bienes de valor existentes en la iglesia Catedral, el religioso Jorge León Zevallos detectó la desaparición del óleo de la “Virgen de Chiquinquirá”, pintado entre los siglos XVII y XVIII. El cuadro, (de 1.70 x 1.20 m.), fue robado con su marco de pan de oro.- Por su parte, el periodista Carlos Ordoñez Berrospi, vocero del arzobispado de Huancayo, declara el 12/IX/1996 que el templo de Uchubamba, construcción cuatricentenaria de cal y canto, atesora objetos religiosos de valor. Por tanto, hay la voluntad de reconstruirlo y/o restaurarlo, cosa rara, “como un símbolo de la primera evangelización”.- Y nuevamente la iglesia de La Compañía de Ayacucho volvió a ser asaltada. El 17/IX/1996 nos llegó la ingratísima noticia de la desaparición de tres lienzos de gran valor artístico y religioso, como es el caso de “La Virgen de la Leche” de Bernardo Bitti (90 x 70 cm.), San Ignacio de Loyola (88 x 44 cm.), y San Estanislao de Koska (88 x 44 cm.).- El 20/IX/1996, “El Comercio” transcribe las declaraciones del restaurador Eduardo López quien, en la iglesia de San Pedro de Lima, trabajó la restauración del primer cuadro, en 1994,

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por el lapso de ocho meses. En su opinión, la pintura fue “pedida” por algún coleccionista o por alguna banda de traficantes internacionales. El Decano también recoge toda la indignación de Francisco Stastny, para quien no cabe dilatar más la convocatoria de la población con el fin de que proteja su patrimonio cultural, sin el cual corre el riesgo de perder su memoria histórica y su identidad ciudadana. En su opinión, pasa lo que pasa, en Ayacucho y en todas partes, porque no se ha cultivado el amor y el respeto de la comunidad hacia su propio patrimonio.- Ese mismo día, (20/IX/1996), “El Comercio” reproduce, a todo color, la fotografía de la pintura robada, colaborando así con la campaña de recuperarla emprendida por el padre José Antonio Eguilior, capellán de La Compañía de Ayacucho.- El 21/IX/1996, el director del INC, filial Ayacucho, Ulises Larrea Morales, anunció que el robo de los tres lienzos de La Compañía ha sido reportado a Lima con el fin que Interpol, aduanas y policía nacional tomen cartas en el asunto, tanto fuera como dentro del país. Manifestó, además, que el INC, filial Ayacucho, no posee el catálogo de bienes patrimoniales del sector por haberse incendiado los archivos, en 1882, a causa de un atentado terrorista. Al presente se está trabajando en reelaborar el catálogo de lienzos y otras obras de arte. Finalmente

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sostuvo que, en coordinación con las autoridades educativas, su Despacho estaba empeñado en lograr que se bloquee el fácil acceso al templo de La Compañía por el instituto tecnológico superior Víctor Álvarez, de la vecindad.- El 22/IX/1996 “El Comercio” editorializa sobre “El Robo de Bienes Culturales”. Entre otras cosas dice que es necesario resolver el problema de la custodia de los objetos históricos y establecer los mecanismos necesarios para garantizar su seguridad. Por lo demás, sostiene que resulta increíble que en lo va del presente año (1996) ya se ha denunciado públicamente la ocurrencia de , por lo menos, una decena de robos en las iglesias del país, sin que hasta la fecha se logre identificar a los culpables, ni recibido noticias de la recuperación de los bienes plagiados. Finalmente advierte que, de no frenarse esta ola de robos, se atenta contra la intangibilidad del patrimonio nacional, ya que el país pierde vestigios del pasado que son irrecuperables, insustituibles y de una valía incalculable.- El 23/IX/1996 un reporte del Cuzco, algo atrasado, informa que el 23/VIII/1996 un grupo de ladrones sacrílegos asaltó el local municipal de Pichigua (Espinar) donde se guardaban diez coronas de plata y otras alhajas que no estaban seguras en la iglesia local, próxima a derrumbarse. Antes de apoderarse de ellas, silenciaron a tiros al guardián que osó

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oponerles resistencia. Lo mataron de cinco balazos, con saña y alevosía. Lamentamos no registrar el nombre completo de este nuevo mártir que sucumbió en esta lucha sin cuartel entre los buenos y las fuerzas desatadas del mal que, nos duele reconocerlo, van ganándola en todos los frentes.- El 25/IX/1996, Cuzco está otra vez en la noticia. Los ladrones sacrílegos violentaron la puerta principal de la iglesia Inmaculada Concepción de Quiquijana y se llevaron cuatro lienzos de la Escuela Cuzqueña de incalculable valor. Entre ellos, dos desarrollaban magistralmente el tema de la Inmaculada. El portero, Benito Ylla Paco, que debe ser invidente, recuerda como en 1995 los ladrones se llevaron otros siete hermosos lienzos de la Escuela Cuzqueña, igualmente de incalculable valor.- El 26/IX/1996 una nota positiva viene a sacarnos de la depresión a la que nos reducen los depredadores. Se trata de los trabajos de recuperación, a cargo de la municipalidad de Huacho, de la capilla virreinal y casa cural de Rontoy.

Octubre se abre con una notable página de investigación periodística, (Especial del 7/X/1996), a cargo de Jimena Pinilla Cisneros, a propósito del último latrocinio llevado a cabo en Quiquijana. La periodista comienza precisando que el 17/I/1996 robaron cuatro lienzos de la Escuela

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Cuzqueña del templo de Pucyuraanta; que el 19/I/1996 robaron dos pinturas de la Escuela Cuzqueña de la iglesia de Huancanelivitaca (Chumbivilcas); que el 20/II/1996 robaron una cruz de plata, un copón y un crucifijo de madera tallada de la iglesia de San Francisco de Maras (Urubamba); que el 25/III/1996 robaron tres lienzos de la famosa iglesia cuzqueña de San Blas; que el 23/V/1996 robaron toda la platería del templo de Sangarara; que el 26/VIII/1996 robaron cuatro pinturas de la Escuela Cuzqueña de la frecuentada iglesia de San Francisco del Cuzco; y que el 22/IX/1996 robaron las cuatro pinturas de la Escuela Cuzqueña, del templo de Quiquijana, leit motiv de este recuento. Todo ello hace pensar a la autora que el departamento del Cuzco es el más azotado de este tipo de delito. Evidentemente, más de setecientos templos, cargados de obras pictóricas y valiosos objetos litúrgicos, constituyen una permanente tentación para una condenable actividad convertida en un muy lucrativo negocio. Cientos de miles de estos robos ocurrieron antes y nunca se sancionaron. Con esta reflexión Jimena Pinilla ingresa al templo de Quiquijana que, como lo antiguo, amenaza ruina ¿Qué es lo primero que ve? Marcos y sólo marcos colgados en las paredes. También lienzos maltratados, rotos y descuidados. De repente se topa con el padre Manuel Lobón,

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párroco de la iglesia abandonada. Está a la vista que las reformas litúrgicas del Vaticano II han dejado al templo fuera de servicio. Aunque siga siendo la Casa de Dios, por mal atendida no es allí donde se pueda seguir hablando con su dueño. Sólo los ladrones la han visitado en tres oportunidades. De su segunda indeseada visita, que les reportó siete lienzos de la Escuela Cuzqueña, la policía llegó a ubicar cuatro de los mismos en manos del joyero cuzqueño Alejandro Challco, conocido reducidor, y de su mujer Georgina Patrocinio. Pero como la justicia es lenta y ciega, por darle una definición eufemística, las cuatro pinturas permanecen arrumadas en la sala del segundo Juzgado Penal. Dada la contextura moral de los administradores de justicia, mucho tememos que aquellos cuadros no volverán a llenar los vacíos que se notan en las paredes de la iglesia de Quiquijana. La periodista, con muchas incógnitas por despejar, entrevistó a José Altamirano, director del INC, filial Cuzco, quien propone que todos los cuadros valiosos, de todas las iglesias del departamento, sean reemplazados con copias y reunidos en templos museos de la ciudad capital, a efectos de su exhibición. Empero, tanto las comunidades como la mayoría de los párrocos se oponen a tal medida. A su turno, el obispo auxiliar del Cuzco, Mons. Severo Aparicio, manifiesta

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que ese temperamento es impracticable. Así y todo, reconoce que la iglesia es impotente para salvaguardar el patrimonio cultural por falta de medios económicos y también por la negligencia de la mayoría del clero. El trabajo muy profesional de Jimena Pinilla, culmina con una deprimente fotografía del interior del templo de Quiquijana, demostrativa de lo que es un recinto divino con la total ausencia del amor y del temor a Dios por parte de los fieles.- El 20/X/1996, la mencionada periodista que ha auscultado a fondo la triste realidad de la iglesia poblana, vuelve a la carga con otras notas reveladoras de su inquietud informativa. Definitivamente ha sido impactada por la soledad del cura de Quiquijana, a quien nadie asiste ni ayuda. Sus oficios al INC, filial Cuzco, jamás tuvieron respuesta. Ni siquiera puede apoyarse en su inexistente feligresía. Esta ha emigrado para colmar las barriadas de las grandes ciudades como Cuzco, Arequipa y Lima; o se ha desplazado a otras creencias que no han menester de templos suntuosos, altares barrocos, imágenes talladas y pinturas estofadas. De otro lado, la hábil periodista reflexiona sobre los cientos de iglesias, colmadas de tesoros artísticos, y que de suyo son verdaderos atractivos turísticos nada desdeñables. Sin embargo, los entes responsables del quehacer turístico nada hacen por

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inventariar sus existencias y disponer de su preservación y cautela. Máxime en una época en que el ámbito religioso, por antiguo, más se explota museográficamente que como espacio de culto. En definitiva, con una ley de protección al patrimonio cultural obsoleta; con una iglesia desfinanciada a raíz “de la ley de reforma agraria”; que ignora cualitativa y cuantitativamente cuanto es lo que se le ha robado, pero reconoce que se está perdiendo lo mejor de su patrimonio sin poder hacer nada para evitarlo; es de necesidad vital proveer al INC de los recursos necesarios para catalogar técnicamente más de setecientos templos desperdigados en los términos departamentales del Cuzco. Por desgracia, pocos de ellos se han librado de los robos sacrílegos. Ni siquiera el templo de Andahuaylillas, la Capilla Sixtina de América, se ha librado de las satánicas garras que, en 1991, despojó de cálices, coronas de oro y plata y demás ornamentos litúrgicos de valor.- El 27/X/1996 se supo que quince hermosos lienzos de la Escuela Cuzqueña fueron robados de la sala consistorial de la comunidad campesina de Cusibamba, distrito de CCorcca, donde se habían depositado, ya que el templo no ofrecía ninguna garantía. El robo se efectuó en la madrugada del lunes 21, según declaró el teniente gobernador Crisóstomo

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Huallpallunca Huamán, quien investiga la denuncia contra Eugenio Amache LLoclla por ser testigo de excepción de tan infame latrocinio.

Noviembre, (9/XI/1996), nos trae la mala nueva del despojo de seis imágenes en bulto, de madera tallada y de muy antigüa data, en perjuicio del templo de San Pedro de Coayllo (Cañete). El robo se produjo en la noche del 31/X/1996, según informa el alcalde distrital Héctor Yactayo Reyna. Las imágenes corresponden a La Virgen del Rosario, a La Virgen del Carmen, al Señor del Triunfo, al Señor de la Resurrección, al Señor Crucificado y a Simón Cirineo.- El 20/XI/1996 Augusto Dammert León suscribe un artículo bajo este titular: “El cuidado del patrimonio cultural”, a propósito del primer encuentro promovido por la “Delegación para los bienes culturales de la iglesia argentina”, llevado a cabo hace dos años. El encuentro consideró aspectos significativos como conciencia, valoración y tutela, en lo relativo al patrimonio artístico e histórico de la Iglesia; “de modo que pueda incentivar y profundizar la tarea de sensibilización, salvaguarda, aprovechamiento y promoción constante del patrimonio cultural que es fruto de la presencia del Evangelio a lo largo de dos milenios de historia cristiana”. A la luz de los resultados de dicho certamen, el autor

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del artículo subraya que es tiempo de preocuparse por una comprobación realista del estado de la cuestión entre nosotros, (aquí se la ofrecemos con toda objetividad); y que es imprescindible preservar y conservar el patrimonio cultural de la Iglesia, no obstante lo mucho que se ha perdido irremediablemente. Res non verba reza el antiguo adagio latino.- Aquel mismo día, (20/XI/1996), un reporte del Cuzco informa que una valiosa custodia de oro macizo, con incrustaciones de piedras preciosas, y un peso de cinco kilos, ha sido robada del templo parroquial de Paucartambo. Es muy sospechoso que, para el efecto, ni candados ni cerraduras hayan sido violentados. Consideramos que las investigaciones policiales deben profundizarse entre los que manejaban las llaves.- Por contraste, el 24/XI/1996, nos viene también del Cuzco una noticia que, por excepcional, nos eleva la moral. Gracias al convenio Perú- España se vienen restaurando cien lienzos de la Escuela Cuzqueña en los claustros del convento de La Merced. Al respecto, ya se han terminado las series biográficas de San Agustín y de San Pedro Nolasco, correspondientes al segundo nivel del primer claustro. También se ha puesto en valor los cuadros de San Esteban y de San Lorenzo. Por lo que respecta a las esculturas, se ha culminado la restauración

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de La Virgen de las Mercedes, La Dolorosa, La Piedad, El Calvario y San Agustín. La responsable del “taller de restauración de bienes culturales muebles”, Brígida Estrada Palomino, manifestó que el personal especializado se ha fijado por meta la refacción y restauración de todos los lienzos conventuales, además de pinturas murales, retablos, artesonados y marquería. Al respecto, adelantó que se repondrá pan de oro y tallados en quince retablos y marquerías.

Diciembre, (6/XII/1996), comienza revelándonos las indignadas reacciones que se registraron en el ambiente capitalino, al saberse que la tristemente célebre galería Christie‘s de Nueva York iba a rematar un lote de óleos de la Escuela Cuzqueña. Así, Radio Sol y Armonía exigió públicamente la decidida intervención de nuestra representación diplomática en los Estados Unidos de Norte América. Por su parte, la historiadora Amalia Castelli Gonzáles protestó por la inoperancia de las aduanas, por la inaplicabilidad de la “ley de defensa del patrimonio”, y por el cometido, meramente teórico de los organismos del Estado, para velar y defender el acervo histórico del Perú. De otro lado, está en la conciencia de todos que la alegada procedencia de Sao Paulo, (de todo lo que es materia de remate en Christie‘s), pone

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sobre el tapete el destino brasileño de cuanto robo histórico y artístico se produce en el país, incluso vía Bolivia.- El 8/XII/1996 la Municipalidad de La Molina participa la inauguración de una muestra pictórica denominada “Arte, Religión y Cultura”. Con ese fondo ambiental Jean Petit dictó una conferencia sobre “Arte Religioso” y Alan Patroni dictó otra sobre “La inculturación del Evangelio”. Es una lástima que el precario estado de salud que por entonces me postraba, nos haya impedido concurrir tanto a la exposición como a las conferencias. Es cierto que uno no siempre puede aprobar todo lo que ve y escucha. Pero hay que reconocer que certámenes así, por sui géneris, despiertan cuando menos nuestra curiosidad.- El 12/XII/1996 un reporte cuzqueño nos informa cómo una custodia de oro, (de 77 cm. de alto), una custodia de plata, (de 43 cm. de alto), dos cálices de plata, quince lienzos de la Escuela Cuzqueña, joyas y otros ornamentos litúrgicos, fueron robados por encapuchados en el santuario del Señor de Pampacucho, distrito de Accha, (Paruro). Este repudiable despojo sucedió en los primeros días de noviembre, pero el representante de la comunidad, Víctor Gutiérrez Farfán, recién lo denunció el 10/XII/1996. Sería interesante que las investigaciones policiales profundicen los respectivos deslindes entre los miembros

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de las comunidades supuestamente afectadas. Algo debe representar a las autoridades el financiamiento de proyectos comunales, sobre todo cuando no están claros los orígenes de los fondos.- El mismo día, (12/XII/1996), nos llegó la noticia de que, lejos de toda componenda sacrílega, con los enemigos de Dios y de la nación peruana, Mateo Galeano Muñoz, sacristán del templo de Maras, pese a ser herido de bala en el pecho, alcanzó el campanario desde donde , convocando a la población, hizo huir a los ladrones a campanazo limpio.- El 13/XII/1996 nos enteramos, con viva satisfacción, que ese heroico defensor de la riqueza de los pobres estaba fuera de peligro, después de una delicada intervención quirúrgica. A propósito, el jefe de Décima Región de Policía, Gral. Augusto Francalanci, declaró que está organizando comités de apoyo y rondas rurales para cautelar permanentemente los templos cuzqueños.- El 18/XII/1996, desde el centro del Perú, nos llega la fatal nueva que tres pinturas del siglo XVI fueron robadas del templo virreinal de Huaripampa (Jauja). Las pinturas corresponden al Niño Jesús, Santa Bárbara y Santo Domingo de Guzmán.- Y el 22/XII/1996, desde el norte del Perú, los feligreses, en quienes todavía no se ha apagado la facultad de indignarse por toda la podre que los rodea, se enteran que en el templo de Bellavista (Sullana) los ladrones

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despojaron de su valiosa corona de plata al Señor Cautivo de Ayabaca que allí se venera. Y como eso ocurrió en día claro y con sol, ninguno de los fieles o viandantes se libró de ser desvalijado, a corta distancia de la delegación policial.

Indudablemente nos movemos en tierra fofa y de nadie. No sólo está en crisis el principio de autoridad religiosa; también lo está el de la autoridad civil. La judaización o, lo que es lo mismo, la descristianización del mundo, se manifiesta en la dislocación de la familia, en los niveles más altos alcanzados por la delincuencia, en el estupor ateo de la juventud, en la intoxicación generalizada por vía de la droga, el sexo y la cultura chatarra, en la exaltación de la pornografía, de la violencia y de la estupidez por vía de la TV ¿Qué podemos oponer nosotros, insignificante minoría, ante las mayoritarias fuerzas desencadenadas del mal? ¿Acaso no son ellas todopoderosas, ya que detentan todas las riquezas de la tierra? ¿Quién puede negar que bajo su maléfico influjo, hoy por hoy, los contravalores arrollan a los valores y que en todas partes se vive plenamente un escarnio de justicia? Casi estamos persuadidos que, como en la época de las catacumbas, nos toca dar testimonio de Cristo Jesús en las más difíciles circunstancias, en los días más oscuros de

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la historia de la humanidad. En esa convicción, decimos con Daniel (9,15-19) “Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración y preces de tu siervo, y por amor a ti mismo, muestra tu rostro sobre tu santuario que está desierto”... triste y vacío, agregamos.

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PARTE IV

Esta parte cubre todo el año 1997 y los siete primeros meses de 1998. Aunque el obispo auxiliar del Cuzco afirme que lo mejor del patrimonio cultural de la iglesia ha sido ya saqueado, nosotros creemos que, por lo menos en lo que resta del año en curso, todavía habrá lugar para un apéndice sustancioso por formularse en el próximo futuro. De momento, enero de 1997 representó una tregua entre los malvados y sus víctimas, como que no se reportó hurto sacrílego alguno en toda la República. Pero no nos hagamos ilusiones. El robo consentido y hasta amparado, la más absoluta impunidad, la total inoperancia del aparato estatal, la más categórica sumisión de la iglesia conciliar a los poderes temporales, capitulando vergonzosamente ante los enemigos de Dios, es lo actual y lo real, tanto ayer como hoy, y es lo posible en el futuro.

El sábado 1/II/1997, la imagen de Santa Rosa, escultura de madera tallada, con la técnica del estofado en oro, cuya data se ubica en el siglo XVIII, fue sustraída de la iglesia parroquial de San Pedro de Carabayllo. De madrugada, los ladrones sacrílegos forzaron la puerta principal del

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templo, equidistante de la casa cural y de la comisaría. El párroco Javier Romero Bolo denunció el hecho y manifestó a la prensa haber advertido “muy poco interés en las autoridades policiales” para resolver el caso.- Una semana después, (8/II/1997), el comandante PNP Carlos Rodríguez, jefe de la delegación policial de La Victoria, muestra a la prensa la imagen recuperada de Santa Rosa. También mostró al autor del robo, el delincuente común Manuel Demetrio Gonzáles Hilario; y al reducidor Héctor Agustín Zambrano Meza. Dicho jefe policial manifestó que, de inicio, la imagen fue depositada en el jirón Leoncio Prado 150 de Miraflores, domicilio de Cristina García Altamirano, amiga del ladrón sacrílego. Y que también se ha intervenido a los reducidores Jesús Quintanilla G. y Dora Zapata Benavides, quienes tenían en su poder algunas especies robadas al mismo templo.- Muy distinta fue la situación en Huancavelica. El 10/XI/1997 nos informamos que los ladrones sacrílegos sustrajeron cinco lienzos de la Escuela Cuzqueña, con sus marcos tallados y recubiertos de pan de oro, de la iglesia virreinal de la Santísima Trinidad de Conayca.- Otros, o los mismos, robaron la pintura de San Fernando, (óleo de 2.40 x 1.40 m.), de la iglesia de San Sebastián, parroquia de la misma ciudad de Huancavelica.- El alcalde distrital de

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Conaica, Cesar Canchuricra Bautista, hizo la denuncia respectiva y, en nombre de su pueblo, pues sabe cuan empobrecido queda, ofreció una recompensa de cinco mil nuevos soles a quien informe sobre el paradero de las obras de arte robadas. Tanto el obispo de la diócesis, Demetrio Molloy, como el párroco de Huando, Eduardo Wold, se abstuvieron de pronunciarse sobre el particular. Ciertamente, la cosa no era con ellos.- Entretanto en Lima, en determinados círculos de élite, se hizo notar cierta inquietud espiritual. Se diría que la nostalgia litúrgica fue la razón de ser de la muestra: “La Devoción en el Barroco Colonial”, presentada el 11/II/1997 en la galería John Harriman, de la asociación cultural peruano británica. Se trató de veintisiete pinturas marianas de diversas escuelas que de por sí invitan a un acercamiento asociado con la devoción o con el arte, o con ambas cosas a la vez.- Finalizando febrero, el 27/II/1997 nos informamos de cómo preocupa el robo y el contrabando de los bienes culturales en el mundo entero. Así, en Hildesheim, Alemania, se lleva a cabo un simposio internacional sobre protección de tales bienes. Nos interesa sobremanera las declaraciones de Elizabeth des Portes, secretaria general del Consejo Internacional de Museos, (organización a la que están

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afiliados catorce mil museos en el mundo), para quien la contaminación ambiental, la planificación urbana mal hecha y la falta de fondos para restauraciones, amenazan el patrimonio cultural de la humanidad. Pero la principal amenaza está en los ladrones y contrabandistas que saquean las iglesias y los museos, públicos o privados. Además, según ella, son las subastadoras, como la Sotheby‘s, las principales promotoras de esa actividad tan condenable. Por último, como quien proclama a viva voz el tan traído y llevado “mal de muchos consuelo de tontos”, afirma que los robos no se producen únicamente en los países del Tercer Mundo. “Este es un problema mundial”.

El 13/III/1997 nos enteramos que las lluvias torrenciales han derribado la torre del templo de la localidad de Checca y la techumbre del templo de Tungasuca (Canas). En el segundo caso nos preocupa el estado en que habrán quedado los bienes culturales muebles de su recinto, como lienzos y retablos, y como los afecta en el día la inclemencia del tiempo.- El 18/III/1997 un reporte de Arequipa comunica que dos coronas de plata, con incrustaciones de piedras preciosas, fueron robadas el domingo 16 del presente mes en la iglesia parroquial de Mollebaya. Las mencionadas coronas, de la Virgen del

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Carmen y del Niño Jesús, son finas obras de orfebrería virreinal y de valor incalculable.- El 27/III/1997 la capital debió estremecerse al ser informada que ladrones sacrílegos robaron la corona de oro blanco, devotamente colocada sobre el cráneo de Santa Rosa de Lima, así como también su mandíbula de oro. Demás está decir que para extraerlas despedazaron el cráneo. Corona y pieza dentaria datan de 1917, al conmemorarse el tercer centenario de su muerte. Después la urna fue sellada, hasta que los malhechores sin alma la forzaron. Como todos saben, las sagradas reliquias se guardaban en el altar de los santos peruanos de la basílica del Rosario o de la iglesia de Santo Domingo. Según el prior, José Cuadros Pastor, el robo debió producirse entre las 10 pm. del Martes Santo y las 4 am. del Miércoles Santo, por parte de individuos que se escondieron dentro del templo. Ni la observancia de la Semana Santa pudo refrenar la consumación de su delito. El Viernes Santo, (28/III/1997), “El Comercio” informa que los ladrones también se llevaron la escoba de plata de San Martín de Porres. Al día siguiente, (29/III/1997), El Decano anotó que si en la capital de la República se cometen cuantiosos robos, en provincias la situación es mucho más clamorosa. Así, en febrero, cinco sujetos robaron la corona de oro con incrustaciones de piedras preciosas

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de la Virgen de la Natividad, en la iglesia de Huasao, distrito de Saylla, provincia de Quispicanchis. Asimismo, se apropiaron de siete valiosas pinturas de la Escuela Cuzqueña. Sobre el particular, las autoridades policiales, civiles y religiosas nada dijeron. Si no es por el corresponsal, el hecho habría sido ignorado por todos.- El 31/III/1997 el prior de Santo Domingo acude a la delegación de Monserrate para informarse sobre los avances de las investigaciones policiales. Seguramente impetra allí los manes de la santa limeña que, dicho sea de paso, es la Patrona de la institución policial.- Aquel mismo día “El Comercio” editorializaba: “Contra los robos sacrílegos y los saqueos arqueológicos”, actos delincuenciales repudiables que “configuran una situación crítica”, como que vendrían a demostrar “la existencia de una preocupante modalidad delictiva que específicamente ha hecho del patrimonio artístico su blanco preferido”. Por tanto, se requiere una más expedita labor policial para reducir a la nada las mafias de delincuentes, “que amenazan por extinguir un patrimonio que pertenece a todos los peruanos”. En consecuencia, para el principal diario del país, la alternativa es la policial. Pobre Santa Rosa, en su urna profanada quedan destrozados los huesos humillados de su cráneo; y sobre la gran megalópolis impía que tales cosas

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consiente, con su silencio, pasividad e indiferencia, no lloverá fuego, como no llovió cuando los fieles servidores de Satán se apoderaron de la calavera de San Francisco Solano ¿Qué es lo que detiene la santa ira del Señor? La conferencia episcopal no dijo esta boca es mía y la arquidiócesis no dispuso rogativas y homilías en las “eucaristías” dominicales, en reparación por el ultraje inferido a la Patrona de América. Por otra parte, la marea morada de octubre no se hizo presente en el centro histórico de Lima en gesto de desagravio. El propio prior dominico, después de las idas y venidas a la delegación policial, dentro de muy poco tiempo se habrá olvidado completamente del asunto. Asunto que quedará asentado en el libro de ocurrencias policiales de la delegación de Monserrate...para la historia.

El 10/IV/1997, una página Especial de El Decano muestra cómo se caen en pedazos los pétreos testimonios de la evangelización jesuítica sobre la meseta colla, sin que haya para ellos una institución del tipo de Cáritas que venga en su auxilio. En Juli, la Roma del Altiplano, esa joya arquitectónica que es San Juan de Letrán ha devenido en museo, no faltaba más, de arte religioso virreinal; el portentoso templo de la Santa Cruz de Jerusalén, destruido en 1914 por una terrible tempestad, que aún se recuerda

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con espanto, permanece hasta hoy abandonado; y la hermosa iglesia de Nuestra Señora de la Asunta, cuyo campanario fue destruido por acción de los rayos, amenazó con desplomarse íntegramente por lo que fue restaurada con toda oportunidad. Lo mismo pasó con la iglesia de San Pedro. También en Azángaro las lluvias trajeron abajo la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Al respecto, Fermín Díaz Angulo, director del INC, filial Cuzco, afirma disponer de un presupuesto de emergencia para salvar continente y contenido de esa gloriosa arquitectura religiosa de la Contrarreforma.- El 12/IV/1997 la revista SOMOS publica los resultados de su encuesta sobre los recientes robos sacrílegos: 25.9% de sus lectores contestaron que la policía nunca se ha preocupado por cuidar los bienes religiosos; 20% se abstuvo de opinar; 19.3% manifestó que la falta de seguridad en las iglesias raya en negligencia; 17% enfatizó que los impíos se incrementan día a día; 10.4% sostuvo que Dios ha abandonado a su pueblo; y 7.4% declaró que la iglesia no tiene capacidad económica para cuidar sus valores. Lo importante del caso es que nadie haya reparado en que lo que le falta a la iglesia actual es interés por conservar o restaurar lo que en realidad, y valgan verdades, no es su patrimonio.- El 27/IV/1997 se publicó una fotografía de la

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iglesia virreinal de Marcapata, (Quispicanchis) donde se guardan valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña, y que requiere urgentes trabajos de recuperación interna.- Aquel mismo día, (27/IV/1997), Fermín Díaz comienza a cumplir con su palabra ya que declaró en emergencia los templos de Juli y Azángaro, asignando S/. 50,000.00 para los trabajos iniciales de recuperación. Expresó que se está estudiando la adopción de un régimen especial para la provincia de Canas, donde se han desplomado cinco templos virreinales. Finalmente, indicó que con el presupuesto de emergencia la conservación de los bienes muebles, de todos los templos afectados, está garantizada.- También ese mismo día, (27/IV/1997), día por cierto rico en novedades, Fernando de Trazegnies Granda publica su bien hilvanado artículo: “Bienes culturales – Declaración expresa y presunción” en el cual rebate todas las críticas a la actual “Ley General de Amparo al Patrimonio General de la Nación”, (Ley 24047), venidas de politiqueros, farsantes y burócratas estatistas. Sin embargo, los aludidos no dejaron de ver en él un miembro prominente de la mafia internacional que, con una ley ad hoc, propicia el contrabando. Ningún otro sentido puede tener, en efecto, la condecoración al embajador sueco.

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El 23/V/1997 reaparece el Lcdo. Fermín Díaz Angulo para anunciar que el INC, filial Cuzco, “creará comités de defensa” para salvaguardar los bienes muebles de todas las iglesias cuzqueñas. Y, por si fuera poco, convertirá el templo de la Santa Cruz de Jerusalén, de Juli, en el “centro andino de restauración del patrimonio cultural mueble”.- Días después (30/V/1997) Fernando de Trazegnies vuelve a la carga defendiendo “la presunción de bien cultural”.

El 12/VI/1997 el mismo Trazegnies, a través del contundente artículo que titula “Partida de Defunción”, pretende enterrar el proyecto de María Ofelia Cerro y de Mariana Mould, por el cual se persigue conseguir un punto de equilibrio entre la propiedad estatal y la propiedad privada. Así y todo, es lamentable que la Ley 24047 no se haya reglamentado y que tampoco funcione el Consejo nacional del patrimonio cultural, previsto en dicho dispositivo. El 3/VII/1997 se sabe que otros cinco cuadros de la Escuela Cuzqueña fueron robados de la iglesia matriz de San Miguel de Mayocc, (Churcampa – Huancavelica). El robo se habría producido entre el 25 y 26 de junio último. Los cinco cuadros medían 2 x 1.20 m. y desarrollaban los temas de La Adoración del Niño, El Matrimonio de la

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Virgen, La Huída a Egipto, La Circuncisión y La Visitación. Todos se atribuyen a Diego Quispe Tito y tienen por data 1650.- El 13/VII/1997, en la sección Cultural, Pilar Flores rubrica el artículo: “Salida ilegal de pinturas coloniales – Pérdida se ha intensificado en los 90”.- Por su parte , Francisco Stastny responde a una entrevista sobre el particular bajo el rótulo: “El tráfico de las piezas se ha incrementado notablemente”.- Siempre en el Cultural, del 20/VII/1997, la misma Pilar Flores publica una entrevista a un ex director del INC, por la cual llega a la conclusión que el registro general de bienes culturales es llave maestra para demostrar que tales bienes nos pertenecen.- El 21/VII/1997 un reporte de Puno trae la grata nueva de la recuperación de lo sustraído en la iglesia de San Antonio de Esquilache. Lo sustraído, incluso una artística corona de plata, seis columnas talladas en madera, una pequeña puerta de dos hojas de madera tallada y dos candelabros bañados en pan de oro, se encontraba dentro de un vehículo robado y abandonado en el pueblo de Juncal, distrito de Tiquillaca.- El 28/VII/1997 Pilar Flores publica en Cultural una entrevista a Mariano Felipe Paz Soldán. En opinión de este historiador de arte peruano, la cuestión del patrimonio cultural tiene a la gente sin cuidado. Y es que “al Estado no le interesa”. “El área cultural es siempre la

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última rueda del coche”. Paz Soldán, con sus 32,000 diapositivas, persigue conservar parte valiosísima de nuestro patrimonio virreinal, “que forma parte de nuestra historia y que estamos perdiendo irremediablemente”.- En la misma página aparece el pronunciamiento de la Comisión de conservación del patrimonio artístico e histórico de la Iglesia, a cargo de Augusto Dammert León, secretario ejecutivo de dicha Comisión. En primer término denuncia la falta de seguridad sobre el mayor patrimonio cultural de la época virreinal que existe en el país y que la Iglesia posee. Después denuncia los atentados que las autoridades civiles y policiales cometen contra los predios eclesiásticos. Tal el clamoroso caso de Mamara, donde el concejo distrital dispuso de la centenaria casa cural y del terreno anexo al templo lugareño, en favor “del moderno puesto policial”. Al efecto, unos y otros compitieron en destruir el patrimonio cultural de la Iglesia. Por eso, las autoridades civiles y policiales responsables han sido encausadas judicialmente. A propósito, prosigue Dammert, “¿Qué respaldo se presta por el poder legislativo o por el poder judicial, cuando es público y notorio lo que ocurre cuando se atenta contra el patrimonio cultural o se comete delito de lesa cultura?”.- Por último, el 31/VII/1997 un reporte del Cuzco reitera la

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idea del Lcdo. Fermín Díaz Angulo de crear comités de defensa de los bienes culturales cuzqueños. Pero es el caso que las demás autoridades no muestran mucho entusiasmo para secundar tal idea.

Agosto se inicia con un reporte de Huancayo, publicado el 4/VIII/1997, por el cual se informa sobre el proyecto del arzobispado de crear un museo regional de arte religioso, “para proteger óleos, retablos y otros objetos de gran valor, ubicados en los templos de esta región”, ahora objeto de constantes robos sacrílegos. Mons. José Ríos Reynoso manifestó que la base de tal museo son las obras de arte abandonadas, en algunas iglesias, “y que han sido recuperadas y restauradas por el arzobispado”. Por lo demás, “se acogerá las obras artísticas que aún permanecen en locales religiosos”, para reunirlas en un museo, con el fin de exhibirlas y protegerlas.- El 6/VIII/1997 se hizo de público conocimiento que más de la mitad de las obras de arte virreinales, de los templos del centro del Perú, ha sido robada. Una evaluación realizada por personal del arzobispado, en los departamentos de Junín y Huancavelica, llegó a esa deplorable conclusión. Se cree que la más espectacular sustracción se produjo en Apata (Jauja) donde los ladrones sacrílegos se llevaron una custodia de oro y

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plata de un metro de alto, así como cuadros de la Escuela Cuzqueña. No menos espectacular fue también el robo de veintitrés lienzos de la Escuela Cuzqueña y de la Escuela de Huamanga, aparte de varias imágenes talladas de madera en la antiquísima iglesia de Chongos Bajo. Otro golpe terrible fue asestado a la capilla de Hualaoyo, que fue despojada de diez valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña. También se recuerda el asalto de que fue objeto el histórico templo de La Merced, en pleno centro de Huancayo, de donde los saqueadores extrajeron once óleos de gran valor. Asimismo, no se olvida que en Sapallanga, hace quince años, los sacrílegos se llevaron una custodia de oro y plata, un cáliz de oro y una cruz del mismo metal.- El 10/VIII/1997, en Cultural, Pilar Flores entrevista a Pedro Gjurinovic, quien pone el dedo en la llaga respecto al espacio que debe llenar la universidad peruana en la formación académica y profesional de los técnicos que deben hacerse cargo de la catalogación de los bienes culturales, allí donde se encuentren, el museo Pedro de Osma de Barranco por ejemplo. Si no se cuenta con catalogadores idóneos, de nada servirá la disponibilidad de los recursos. Por añadidura, el ex director del INC se pregunta por el destino del inventario fotográfico de las iglesias del Colca, que una entidad extranjera financió

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íntegramente. Misterio.- El 31/VIII/1997 el centro del Perú vuelve a estar en la cresta de la ola. Una fotografía revela como la capilla del arzobispado de Huancayo se ha revestido con los restos de tallados en madera y esculturas antigüas, que se trasladaron desde diferentes templos abandonados en todo lo largo y ancho del valle del Mantaro, puestos a merced de la obra depredadora de los ladrones sacrílegos. Otra fotografía muestra el mal estado de la infraestructura del templo de Santiago de León de Chongos Bajo. Sobre el punto, el arzobispo José Ríos Reynoso atribuye al descuido de religiosos y de fieles el deterioro sufrido en las pinturas supérstites, de buena Escuela Cuzqueña, Huamanguina o Limeña. Nadie reparó que el humo, el polvo y las goteras las ennegrecían; y cuando esto sucedía, las consideraban totalmente irrecuperables, destinándolas sin más trámite al botadero municipal. Por otra parte no se puede obviar los efectos devastadores de la invasión chilena, durante la guerra del Pacífico. Entre los templos que entregaron a las llamas destacaban las iglesias de Concepción y Chupaca. De otro lado, afirmó que se han consultado los inventarios eclesiásticos del siglo XIX y, a la luz de lo que ellos revelan, se ha establecido, por ejemplo, que la iglesia de San Jerónimo de Tunán era dueña de cuarenta y cinco

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pinturas de valor. En 1929, esa cantidad ya se había reducido a trece. Y por lo que se refiere a los templos de otras localidades, nada queda de pinturas y de tallas. Da verdadera grima saber que la mencionada iglesia de Chongos Bajo en el siglo XVIII estaba interiormente cubierta por más de cien lienzos de buena factura. Hoy, todos han desaparecido.- Definitivamente, con tan malas nuevas, el último día del mes tenía que ser necesariamente aciago. Ese domingo 31/VIII/1997, en horas de la madrugada, se produjo un voraz incendio que destruyó el interior del templo de Santa Ana, en Ayacucho. La iglesia de estilo renacentista fue levantada en 1569, pero su fachada neoclásica fue concluida en 1748. Desaparecieron, por acción del fuego, once valiosos cuadros de la Escuela de Huamanga y también de la Cuzqueña. Se perdieron también veintidós esculturas talladas en madera. Los altares de pan de oro del Cristo de la Agonía, de San José y del Perpetuo Socorro sufrieron mucho por acción del fuego. Pero lo que se calcinó íntegramente fueron las cuatro andas virreinales. El INC, filial Ayacucho, está evaluando los daños sufridos para elevar a Lima los informes correspondientes. Lo curioso está en que nadie habla sobre el origen, provocado o no, del fatal siniestro.

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El jueves 4/IX/1997 el arzobispo de Huancayo sostuvo que una banda internacional especializada en robos sacrílegos está operando en el centro del Perú. Eso es lo que dijo al conocerse el robo de siete imágenes antigüas, todas de madera tallada, de la iglesia de Palca (Huancavelica). Mons. José Paulino Ríos Reynoso expresó indignado la verdad que se ha hecho de Perogrullo entre nosotros: “aquí no se hace nada por dar con los ladrones, ni por proteger las obras valiosas de la Iglesia”. Redondeando la idea, agregó: “aquí se produce un robo y luego nadie sabe nada”.- El 5/IX/1997 “El Comercio” publica una foto donde aparece el arzobispo de Huancayo exhibiendo un hermoso cáliz de oro, con incrustaciones de piedras preciosas, más dos imponentes custodias que ha logrado poner a buen recaudo. Estos objetos de arte religioso virreinal fueron presentados al corresponsal en calidad de primicia, como adelanto de una muestra mayor que informará al futuro museo religioso regional.- El 12/IX/1997 nos enteramos que, en lo que va del año, han desaparecido dieciocho valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña y nueve esculturas talladas en madera, de ocho templos del altiplano puneño. Así lo manifestó el arqueólogo Ricardo Conde Villavicencio, director del INC, filial Puno. En tal sentido, las iglesias más afectadas pertenecen a las

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provincias de Azángaro, Carabaya y Melgar.- “El Comercio”, incansable defensor del patrimonio nacional, vuelve a editorializar contra los robos sacrílegos en el altiplano puneño el 14/IX/1997. Al respecto le llama poderosamente la atención “la indiferencia o poca capacidad de reacción de la autoridad policial y, en general, de la estatal, para frenar este repudiable latrocinio que amenaza hacerse crónico”. Por lo visto, El Decano nunca se cansará de protestar por el grave e irreparable perjuicio que el condenable saqueo causa “al patrimonio cultural y a la heredad cultural de la Nación”. En tal sentido, hicieron sentir de continuo su más indignada reprobación las mentalidades más ilustres de nuestro país, de la talla de Víctor Pimentel, Manuel Solari y Héctor Velarde. Empero, en lo que no coincidimos con el periódico es cuando atribuye al INC la absoluta responsabilidad de conservar el patrimonio artístico y cultural del Perú. Puede competirle la catalogación de los bienes, pero la conservación de los mismos es la tarea de un ministerio de Cultura que nosotros no tenemos.- El 14/IX/1997 también se descubre que una sola banda de ladrones sacrílegos ha robado en el Cuzco la cantidad de ciento cincuenta hermosos lienzos de la Escuela Cuzqueña y otros valiosos objetos litúrgicos en el lapso de cinco años de su abominable actividad.

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Según un vocero de la PNP, la banda era capitaneada por el avezado delincuente José Aguilar Condori, “El Viejo”, quien comercializaba las telas en Juliaca. Por desgracia, sólo un pequeño lote de pinturas y alhajas ha podido ser recuperado. El nuevo jefe de la X Región PNP, Gral. Luis Pérrigo, declaró que está probado que José Aguilar Condori, Juan Benito Payehuanca Chuquimamani, Donato Chambi Nilaroca, Esteban Condori Zervo y María Nieves Alarcón Oré, saquearon el templo de Coporaque (Espinar). También está probado que el tal Donato Chambi asesinó a Eusebio Quispe y Ángela Marroquín, custodios del templo de Pichigua (Espinar). De lo que nadie dijo nada fue de la ideología, política o religiosa, a cuyo servicio se pusieron esos delincuentes. Cuesta creer que mataran y robaran por matar y robar.- El 18/IX/1997 la diócesis de Puno señala que la ley orgánica de municipalidades obliga a las comunas dar protección a los templos. Lo cual, que se sepa, no se cumple en ninguna parte. Subrayó, que la iglesia no está capacitada para asumir el elevado costo de la vigilancia. Nosotros pensamos que si está en condiciones de aportar algo, habida cuenta el poderoso apoyo económico financiero que la respalda en el mundo entero. Consecuentemente, el 50% del patrimonio eclesial, que aún se encuentra dentro de los templos, está a disposición de

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los ladrones sacrílegos.- Otro reporte venido de Huancayo, publicado el 25/IX/1997, nos dice que unos malvados codiciosos seccionaron la imagen de una virgen dorada en la creencia que era de oro. Sintiéndose burlados, aquellos infames arrojaron los trozos al río de la localidad. Esto sucedió en Quinua, a 13 kilómetros de Cerro de Pasco. Felizmente, manos piadosas recogieron los restos venerandos para entregarlos a hábiles artesanos que se encargaron de reconstruir la imagen de la Santísima Virgen ¿Sabremos alguna vez qué mentalidad torcida opacó la devoción mariana en los autores de tan repudiable hecho, máxime cuando ésta es ya ancestral en el mundo andino?.- El último reporte del mes viene de Miami y está fechado el 27/IX/1997. Nos trae la noticia de una muestra pictórica que se presenta como “Pintura Colonial de los Andes”. Se trata de catorce cuadros, facilitados por otras tantas colecciones privadas de los Estados Unidos de Norte América ¿Cómo es que este arte religioso, de los más extraordinarios del mundo, traspasó nuestras fronteras?

El 2/X/1997 un reporte venido de Puno está referido a la arquitectura por colapsar en veinticinco templos del departamento. El INC, filial Puno, afirma que el 90% de ellos “nunca tuvo un mantenimiento adecuado”. Las consecuencias las sufre, por ejemplo, el

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templo de Santa Bárbara de Ilave cuya techumbre no impidió que el agua de lluvia aniegue el interior. En las mismas están las iglesias de Juli, Zepita, Pucará, Atuncolla, Chucuito, Acora y Ayaviri que, a la postre, se restauraron. Con todo, el costo de un solo viaje papal representaría la solución definitiva de todos estos graves problemas ¿No lo cree así la Santa Sede? Aunque sea por guardar las apariencias, pensamos que no debe abandonar a su suerte a la Casa de Dios, allí donde se encuentre.- Por otra parte, el 13/X/1997, nos informamos que la ola de robos sacrílegos en los templos virreinales cuzqueños está en toda su pujanza. En la iglesia de Santo Tomás, (Chumbivilcas), los ladrones barrieron con toda la platería y otros objetos de valor. Este es otro caso de un templo sin protección y expuesto a la tentación de la delincuencia. El ecónomo Juan Layme Licahua, que denunció el hecho, refirió cómo fueron bárbaramente desprendidas las planchas de plata labrada que revestían el altar mayor.- El 15/X/1997 otro reporte da cuenta del robo de la imagen tallada en madera de la Virgen de la Natividad, traída de España antes de la emancipación, que se encontraba en la pequeña iglesia de Acoria (Huancavelica). El infame hurto se produjo en la madrugada del 3 del mes en curso y recién pudo ser denunciado por el alcalde Víctor Huamán Quispe.- Del Cuzco

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nos viene una nota gráfica, el 21/X/1997, por la que se aprecia la restauración del lienzo de Diego Quispe Tito: El Retorno del Niño Jesús tras la Huída a Egipto, a cargo de los técnicos del INC, dentro de la augusta ambientación de la famosa iglesia de San Sebastián. En opinión de los expertos, más del 70% de los lienzos virreinales de todo el departamento está en estado de deterioro y exige su inmediata restauración.- Finalmente, la corresponsalía de Puno insiste, (al 28/X/1997), en el completo estado de abandono que afecta a casi todos los templos del departamento. Por desgracia, las inclemencias del tiempo agudizan la situación. En más de cincuenta iglesias, cuyo estado ruinoso ya no se puede disimular, las filtraciones de agua están a la orden del día, mellando todos sus artísticos interiores. Tal el caso de la iglesia de la Asunción de Juli (Puno), con los lienzos de Bitti por los suelos, donde también la pintura mural ha sido afectada por la lluvia; pues la calamina que cubría la techumbre estaba llena de agujeros, en la década del sesenta, hasta cuando se taponaron en la década del setenta.

Después de la tregua de noviembre, que por milagro no trajo mayor novedad que lamentar, el 3/XII/1997 se anunció la culminación del inventario de las joyas y mantos de la Virgen de Cocharcas, de

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Sapallanga, (Huancayo), que estuvieron bajo cautela más de treinta años. Se registraron veinte coronas de oro y plata, con incrustaciones de piedras preciosas, aparte de quinientos mantos con filigrana de oro y plata. Todo esto constituyó el tesoro de “Mamacha Cocharcas” y, a nuestro parecer, la muestra más convincente de la riqueza de los pobres, puesto que los cálices de oro, las cruces de oro y la impresionante cantidad de atuendos y de alhajas, fueron donaciones de los fieles. El arzobispado de Huancayo ha sugerido la construcción de un museo de sitio, en Sapallanga, donde pueda exhibirse todo este valioso y artístico patrimonio cultural.- Por otra parte el Decano, en la sección cultural del 6/XII/1997, da cuenta de la muestra antológica de la fotografía de Billy Hare. Incidiendo en lo que nos interesa, reproduce la imagen de un altar saqueado en una ruinosa iglesia, en cuyo entorno se observa todavía la estatuaria de siglos idos. No se equivoca Billy Hare cuando indica que la fotografía “puede ser algo así como un acto de oración”.- El 8/XII/1997 un reporte de Huancayo trae la desconcertante noticia sobre que las autoridades distritales de Sapallanga ponen en tela de juicio el inventario realizado, exigiendo la confrontación con un inventario anterior. Terrible impasse para algunos, según lo que por allí se comenta.-

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En Yauca (Ica) la Santa Virgen no salió mejor librada. Un reporte de Ica, dado a luz el 12/XII/1997, informa que ladrones sacrílegos despojaron de su corona de plata, con incrustaciones de piedras preciosas, al margen de sus alhajas de valor, a la imagen de la “Virgen del Rosario” que se venera en el santuario de Yauca. Los delincuentes prendieron fuego a la puerta lateral del templo para poder ingresar. Lo curioso es que nadie advirtió tan flamígera maniobra. Al respecto, el gobernador Epifanio Jerónimo Alejo manifestó que gran parte del año Yauca permanece deshabitada. En su opinión, la falta de electricidad, de agua, de desagüe y de comunicaciones, impide que la población se asiente en la localidad.- Pasando a otra cosa, “El Comercio” del 13/XII/1997 publica en primera plana la fotografía a todo color de la entrega que hace la ministra de RR.EE. de Colombia, (María Emma Mejía Vélez), a nuestro Canciller, de dieciséis óleos de la Escuela Cuzqueña, así como de otros objetos de valor, incautados al traficante peruano Domingo Hermoza en la localidad de Ipiales. Deseamos, de todo corazón, que todo lo recuperado retorne a su lugar de origen, con las medidas de seguridad del caso, para que no terminen por decorar las paredes de las oficinas públicas, trátese del INC o de las embajadas en el exterior.- El 14/XII/1997 se

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publica la mala nueva del saqueo del templo virreinal de Chocopercca, distrito de Santiago, (Cuzco), de donde los ladrones sacrílegos se llevaron una corona de plata, dos efigies de madera tallada y varios óleos de la Escuela Cuzqueña.- El 15/XII/1997 el corresponsal acompaña su informe con dos fotografías reveladoras de cómo están abandonados a su suerte los deteriorados templos del Cuzco. En una de las fotos se notan los estragos ocasionados por el hundimiento del techo de la iglesia de Caycay, (Paucartambo); y en la otra se notan los destrozos que trajo consigo el desplome de la techumbre en la capilla de San Felipe (Tungasuca). Al respecto, expuso que el 80% de los recintos religiosos, entre Cuzco, Apurimac y Madre de Dios, se encuentra en estado ruinoso. Sobre el particular, es nuestro deseo ser muy puntuales. Antaño, para la conservación y mantenimiento de la infraestructura física de los templos, era muy importante el aporte de la población. En la actualidad, la subversión mental, el debilitamiento cuantitativo ocasionado por la prédica protestante, la militancia izquierdisante, la crisis económica y la crisis misma en el seno de la Iglesia, pone a los fieles al margen de lo que ancestralmente constituyó su contribución tradicional. Pero el INC, legalmente el único y exclusivo responsable del mantenimiento y

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preservación de los bienes culturales, no cuenta con los recursos para recuperar los templos que se han tenido que cerrar para los servicios religiosos. Hora es ya que el Nuncio de S.S. en Lima tome cartas en el asunto y se resuelva a clavar una pica en Flandes, en eso de las ingentes inversiones que se requieren, en nombre de la cultura, de la belleza, de la historia y, porque no, de la religión católica tan venida a menos.- El 21/XII/1997 un reporte de Puno nos devuelve al asunto de procurar fondos para restaurar templos. Rolando Paredes Eyzaguirre, director del INC, filial Puno, está acudiendo a la empresa privada y a los organismos internacionales para conseguir el financiamiento del caso. Al efecto, se ha fijado un interesante programa de acción en orden a prioridades. Así, para el mes siguiente se dará inicio a la restauración del templo de Pomata; después se harán obras de mantenimiento, refaccionando la cúpula y la torre de la catedral de Puno cuya base, por ser un mingitorio público, está seriamente afectada por el ácido úrico allí depositado; y también se restaurará la torre del templo de La Asunción y todo el recinto eclesial (Azángaro). Paralelamente, Rolando Paredes cree que con el apoyo financiero, público y privado, podrá reabrir el centro de restauración de obras de arte de Puno. Le deseamos suerte.- La última información periodística sobre el tema que nos ocupa,

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por lo que al año próximo a fenecer respecta, es la del 22/XII/1997. En ella se reclama el esclarecimiento del último robo producido en el templo de Yauca (Ica). Esperaremos sentados que dicho esclarecimiento se produzca.

“El Comercio” del 6/I/1998 informa que el antiguo templo de San Pedro de LLoc ha sido declarado en emergencia, ya que las intensas lluvias han causado graves daños a su ya deteriorada estructura. Las grietas se han agrandado y las filtraciones se han multiplicado. Desde El Niño de 1983, el gobierno regional nada ha hecho por la recuperación de este templo.- El 16/I/1998 El Decano insiste sobre el punto. Anuncia que con el aporte de los fieles, (exiguos nueve mil nuevos soles), el párroco Oscar Murillo Villanueva se ha dado entero por apuntalar muros, calzar paredes y resanar grietas en el templo de San Pedro de LLoc. También da cuenta del convenio entre la municipalidad provincial y el INC (filial Trujillo) para restaurar el hermoso retablo rococó del altar mayor de dicho templo. Al efecto, el concejo se compromete a desembolsar sesenta mil nuevos soles.- Ese mismo día, (16/I/1998), nos viene de Ayacucho la buena nueva de la recuperación de catorce antiguos lienzos robados en iglesias ayacuchanas. Los ladrones sacrílegos fueron identificados

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como Héctor Lino Huamán Camasi y Faustino Yupari Barrientos. En su poder se les encontró óleos de la capilla comunal del Niño Jesús de Reque-Tambillo.- Al día siguiente (17/I/1998) nos informamos que dichos sujetos fueron internados en la cárcel de Yanamilla, donde confesaron haber incursionado también sobre los templos de Socos, Huancapi y Chuschi. Del último se llevaron una custodia de oro y un cáliz de plata. Como es obvio, pocas veces se producen estos operativos exitosos de las fuerzas del orden sobre la delincuencia impía y sacrílega. Por eso es que consignamos el caso con el mayor beneplácito.- El 22/I/1998 nos informamos que Mons. Alcides Mendoza Castro, arzobispo del Cuzco, ha pedido a las comunidades alto andinas del departamento que las joyas y las pinturas de los desperdigados templos comunales, sean depositadas en las bóvedas de los bancos, para evitar los robos sacrílegos. Ciertamente, estando las iglesias desprotegidas, tal alternativa es digna de tenerse en cuenta. Por otra parte, el prelado manifiesta que los tan decantados comités de defensa del patrimonio cultural de la Iglesia no son operativos.- En medio de esa atmósfera “El Comercio” publica el 23/I/1998 un apunte gráfico muy expresivo. Se trata de una iglesia que tiembla dentro de la garra de la delincuencia. La leyenda

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es la siguiente: “¡Urge proteger iglesias del interior de manos sacrílegas!”.- Al día siguiente, (24/I/1998), un despacho del corresponsal en Jauja informa que ladrones sacrílegos robaron La Virgen Dolorosa y El Niño Jesús de Praga, que se trajeron de España en 1820, de la capilla de Chuchi (Jauja). También robaron dos cálices de plata y diversos adornos de ese metal. Los vecinos de Chuchi pensarán ahora que no era una mala idea, la del arzobispo de Huancayo, de formar un museo de arte religioso donde, aún a la distancia, estaría garantizada la conservación de la riqueza de los pobres por ellos heredada.- Para el 29/I/1998 se supo que Fermín Díaz Angulo, director del INC, filial Cuzco, ha dispuesto que las diez y seis pinturas devueltas por el gobierno de Colombia, dos esculturas y dos retablos virreinales, se coloquen en los ambientes del museo Inca Garcilaso de la Vega, donde serán restaurados, según se espera, por cuenta de la OEA o de la UNESCO.

El ya mencionado Fermín Díaz Angulo manifestó que el INC (filial Cuzco) prestará a la cancillería peruana un lote de pinturas de la Escuela Cuzqueña, (entre ellas doce de Diego Quispe Tito), para su exhibición en las embajadas peruanas acreditadas en el mundo entero. Nos preguntamos, y no sin cierto justificado temor, si tales pinturas

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volverán algún día a la patria, sanas y salvas. También manifestó dicho alto funcionario que el lote en comentario estará constituido por pinturas que actualmente están en depósito, ya que no hay espacio en el Cuzco donde exhibirlas. Lo cual es un absurdo indisculpable. Tales declaraciones aparecieron en “El Comercio” del 26/II/1998.

El 1/III/1998 El Decano informa que multas, que van de 26,000 hasta 2‘600.000 nuevos soles, impondrá el INC a quienes demuelan, amplíen, remodelen o deterioren el patrimonio cultural de la Nación. Así lo establece el Reglamento de aplicación de multas y sanciones del INC teóricamente puesto en vigencia.- Las multas fueron establecidas por la Ley 24047 y fijadas en base a la unidad impositiva tributaria (UIT), de 10 a 1000, que varía cada año.- Ese mismo día (1/III/1998) Francisco Stastny comenta su conferencia “Conservación del patrimonio – Sugerencias prácticas” dictada en el ciclo “Educación, patrimonio cultural y proyectos de desarrollo” organizado por la UNESCO en coordinación con el INC. Subraya el conferencista que el patrimonio es la base de nuestra autoestima. La indiferencia con respecto a su depredación recomienda muy poco la conciencia que tenemos de nuestras esencias ancestrales. Gracias a los coleccionistas particulares,

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(Barbosa Stern, Celia y Alicia Bustamante, Camino Brent, Arturo Jiménez Borja, Reynaldo Luza, Mujica Gallo y Pedro de Osma), esas esencias aún animan nuestras vidas. Y a ellos deben acudir las comunidades alto andinas para prestar o vender los objetos de arte, susceptibles de ser robados, bajo reglas claras y con la tutela del INC. Aunque hay quienes tal alternativa es absurda, incoherente o inconsecuente, sólo aplicando drásticamente la novedosa medida podrá salvarse el patrimonio cultural para la historia. Falta saber el papel que jugaría la Iglesia sobre el particular.- Al día siguiente, 2/III/1998, se difunden más noticias sobre tan interesante ciclo, al cual acudieron más de mil maestros y profesionales interesados en la protección del patrimonio cultural del Perú. Aquellos que acreditaron un mínimo de 80% de asistencia obtuvieron el diploma de “Promotor Cultural”. Con ese aval sus propuestas o proyectos “serán apoyados y/o asesorados por el INC”.- El 7/III/1998 nos fue grato disfrutar de la noticia doblemente gráfica, referida a la rehabilitación de la antigüa iglesia de Cangallo, a cargo del arzobispado de Huamanga. Comparando las fotografías, del tiempo del terror y del actual, destaca el remozamiento del frontis de la iglesia de San Pedro de Cangallo, levantada en el siglo XVII.- El 9/III/1998 un reporte de

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Arequipa informa como, al margen de la propia iglesia conciliar y del INC, la dirección regional del ministerio de Industria y Turismo, se hará cargo de la puesta en valor de las iglesias del Colca y, en general, de las de los pueblos alto andinos, (ochenta y uno en total), de las provincias de Caylloma, Castilla, La Unión y Condesuyos, para promoverlas turísticamente. Así, la Casa de Dios será restaurada en aquellos parajes, pero no para su adoración y su culto, lo cual nos llena de tristeza y de indignación, ya que desde el punto de vista religioso el turismo puede ser el corolario mas no la meta.- El 16/III/1998, un reporte venido de Puno trae a cuento la descabellada idea de erigir un monumento a la derrota de Humachiri. De relance cita al templo de Santiago, “que se encuentra en total estado de abandono, pese a guardar en sus interiores valiosos lienzos, cuadros enmarcados en pan de oro y estatuaria lujosamente decorada”. Formulamos los más fervientes votos porque se restaure y se conserve siempre así, en toda su integridad.- Otro reporte venido de Puno, del 14/III/1998, aboga por el mantenimiento especializado del templo de Santiago Apóstol de Lampa. El alcalde provincial, Eufemio Flores Mamani, nos recuerda que en el interior del templo virreinal se encuentra una de las réplicas en aluminio de “La Pieta” de Miguel Ángel,

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vale decir, una de las dos que existen en el mundo. En efecto, el senador Torres Belón quiso que sus restos descansaran bajo la réplica de esa célebre estatuaria. Pero pésimamente asesorado por adulones ignorantes, aprobó la idea de cambiar los altares barrocos del entorno por otros de mármoles de colores. Una barbaridad es poco decir.- Finalmente, un reporte venido de Huancayo el 28/III/1998 destaca un enfoque distinto al que daba el arzobispado respecto de la conservación del patrimonio cultural en los templos de la arquidiócesis. Ahora ya no restaura para implementar un supuesto museo regional centralizado en Huancayo. Hoy restaura óleos de la Escuela Cuzqueña, (“San Pedro” y “San Juan Bautista”), con destino a la parroquia de Apata (Jauja) “para reponer en algo el valioso patrimonio religioso que ha sido robado del lugar”. Y según expresiones de Mons. José Ríos Reynoso, ese mismo temperamento se adoptará con las iglesias “que cuenten con buenas condiciones de seguridad”. Nos preguntamos si no se está dando así facilidades de lujo a los ladrones, restaurándoles así las pinturas que ellos, tarde o temprano, han de robar.

El 5/IV/1998 nos informamos que el arzobispo del Cuzco excomulgó a ocho dirigentes de la cofradía del Señor de Torrechayoc, santuario de la provincia de

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Urubamba, por no aceptar al párroco José María Rojas Díaz. Sería interesante saber cuáles son las razones de los excomulgados para sustentar su actitud de rebeldía.- El 10/IV/1998, “El Comercio” publica la fotografía de la estatua mutilada de San Pedro, que como la de San Marcos carece de brazos, ubicada en la hornacina de la fachada de la Catedral de Ayacucho. El corresponsal atribuye las fracturas a la acción irresponsable de los mozalbetes “que se encaraman hasta la hornacina para jugar” (¡!).- El 12/IV/1998 El Decano publica el artículo “Conservación y participación” de Alberto Martorell Carreño, quien invoca el artículo 21 de la Constitución Política del Perú (Título I, Capítulo II) al tratar del derecho ciudadano a la cultura y a la conservación ética del patrimonio cultural. El autor echa de menos herramientas legales eficientes “que constituyan respuestas adecuadas a la grave y amoral depredación de las manifestaciones culturales peruanas”. Desde su punto de vista, la Ley 24947 está plagada de vacíos, incongruencias y contradicciones, lo cual agrava el actual proceso de deterioro del patrimonio cultural. Esto implica desdoro de la conciencia nacional, pérdida de valores y falta de identidad. Ciertamente, tiempo es ya que el patrimonio cultural “juegue un rol activo en la vida nacional como nutriente de peruanidad y factor de desarrollo”.- El

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14/IV/1998 se pone en evidencia una lamentable cuestión jurisdiccional entre la diócesis de Puno y el INC, filial Puno, a propósito de la restauración de la fachada del santuario de la Virgen de la Candelaria. La eterna historia del perro del hortelano.- El 16/IV/1998 un despacho de EFE nos entera que la ciudadana israelí, Ruth Mandel, ha abierto una exposición en Jerusalén sobre pintura religiosa peruana del período virreinal, bajo la denominación “Vírgenes de los Andes”, teniendo por base su colección particular. Al respecto, mucho podría comentarse pero, para no dar pie a que se nos tache de prejuiciosos, preferimos abstenernos.- El 19/IV/1998 Javier Romero Polo, párroco de la iglesia de San Pedro de Carabayllo, construida en el siglo XVII, clama al cielo por la construcción de un muro perimetral que impida el uso de las paredes del templo como urinario y botadero público. De momento, pese al estado ruinoso de la estructura física, con forados y grietas en las paredes, huecos en el techo y en el piso, puertas y ventanas en mal estado, el padre Romero bendice la intención del Centro Nuclear de Huarangal, de arborizar el entorno eclesial, y el ofrecimiento de las monjas franciscanas inglesas para costear la restauración de las tallas virreinales del recinto. Ese mismo día, el periódico encomia los esfuerzos desplegados por los efectivos de la FAP

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para resanar y pintar los exteriores e interiores del centenario templo de San Juan de Dios, en Ica.- El 24/IV/1998 también da cuenta de cómo el Museo de Arte de Lima fue escenario de una subasta de máscaras a cargo de la organización israelí AKIM que, en un gesto de insolente soberbia y desafiante prepotencia, puso al alcance de la policía nacional a Axel Stein, el principal subastador de la tristemente célebre galería Sotheby`s de Nueva York. Y aquí, como dice Martinez Morosini, ¡No pasó nada!.- Y por si fuera poco, el 27/IV/1998, Alex Stein tuvo el cuajo de declarar a la prensa lo siguiente: “Lo que hacemos nosotros es reunir material latinoamericano para venderlo en Nueva York, dos veces al año” y que “Sotheby`s trabaja entre 28 y 30 millones de dólares al año con obras de arte de este continente”. Después de tan enfática confesión de parte, en medio de la más absoluta indiferencia oficial y particular, ¿Alguien puede dudar que la impunidad de todo delito es uno de los privilegios ilimitados obtenido por “el pueblo elegido”, a nivel universal, después de la Segunda Guerra Mundial?

El 5/V/1998 “El Comercio” publica un despacho de EFE por el cual se da cuenta del audaz robo del lienzo paisajista “Le Chemin de Sevres” de Camille Corot, (45 x 49 cm.), del Museo de Louvre de París.- Al

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día siguiente, otro despacho de EFE informa que dicha pintura estaba valorizada en USA $ 1`300,000.00. Además manifiesta que sólo en 1997 fueron robadas en Francia cinco mil quinientas obras de arte. Curioso es que bajo la ocupación alemana no se registrara record semejante. Por un mínimo de esa cantidad la propaganda aliada se habría cebado contra “el latrocinio nazi”. Cosa que no ocurrió, salvo uno que otro caso excepcional, como el de Hermann Goering por ejemplo.- El 17/V/1998, el arzobispo de Huancayo, después de mandar restaurar un cuadro de la Virgen del Rosario, de más de doscientos años de antigüedad, lo devuelve al párroco de Jauja, Bolealdo Vilches Zárate. El corresponsal aprovecha la oportunidad para ponderar los bienes muebles de valor en la iglesia matriz jaujina, a saber, el retablo del altar mayor tallado en madera y cubierto con pan de oro; la imagen tallada de la Virgen del Rosario; cálices, custodias y cruces de metales preciosos; pinturas de la Escuela Cuzqueña; y campanas con aleación de bronce y oro.- Y aquí, para escarnio del mes de las cruces, circula la desagradable nueva del robo de la placa de mármol, colocada al pie de la Cruz del cerro San Cristóbal, en homenaje a Fr. Francisco Aramburú, gestor de la actual cruz iluminada (Ed. 18/V/1998). Lo penoso del caso es que el piquete de guardia del

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Ejército, allí apostado, no viera ni escuchara nada ni a nadie.- Ese mismo día, se dio cuenta del foro “El Patrimonio Cultural de la Nación Peruana, su Uso Turístico y las Funciones del Instituto Nacional de Cultura”, organizado por las Cámara Nacional de Turismo en uno de los ambientes del hotel Sheraton.- El 25/V/1998, el arzobispo de Huancayo vuelve a ser noticia, ahora con la remodelación del cuatricentenario templo de Orcotuna, a un costo de USA $ 20,000.00. Solo así se podrá, en opinión de Mons. José Ríos Reynoso, preservar los artísticos retablos trabajados en pan de oro y la valiosa estatuaria tallada allí existente, que hacen de esa iglesia la joya monumental más valiosa del valle del Mantaro.- El 27/V/1998 sorprende ingratamente la terrible noticia que el tráfico de bienes culturales llega a cinco mil millones de dólares anuales. Asusta saber que en ese lapso, el Perú obtiene seis mil setecientos millones de dólares por sus exportaciones. Evidentemente, la diferencia de mil setecientos millones no es para dejar de tomar la cosa en serio. La revelación la hizo Richard Werksman, funcionario de ética de la Agencia de Información de los Estados Unidos. En su opinión, todos los días se lava más dinero comprando arte.- Por último, el 31/V/1998, EFE nos trae otro despecho por demás curioso: René Alfonso

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Van Der Berghe o Erick El Belga, famoso ladrón de obras de arte, ofrece al Estado español su valiosa colección de arte románico y gótico español. Por propia declaración, cada una de las piezas que la componen tiene la correspondiente factura, extendida por los obispos españoles, “con los cuales negoció la adquisición de miles de obras de arte religioso, originarias de iglesias, monasterios y ermitas”. Solo una pequeña proporción de lo que tiene, también por propia declaración, fue robada por él mismo o mandada robar. A propósito, en nuestro Perú, ¿Cuantos y cuales son los prelados involucrados en este repudiable tráfico de obras históricas y artísticas?

El 5/VI/1998 Ayacucho vuelve a sufrir la acción depredadora. Resulta que el 27/V/1998 los ladrones sacrílegos violentaron la cerradura de la puerta principal del convento redentorista de Huanta y se llevaron los copones, cálices y coronas de oro, con incrustaciones de piedras preciosas que se encontraban en la capilla conventual. El sacerdote Alberto Barboza Paredes se tomó varios días para dar pública cuenta de hecho tan luctuoso.- El 8/VI/1998 otro despacho de EFE da cuenta que el gobierno español ha decidido salvar las noventa y una catedrales nacionales. A la postre, la catedral fue definida como “la ciudad de Dios en la

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tierra”. Habiéndose previsto una inversión futura de 667 millones de dólares, de momento se está girando 13`600,000 dólares. La diferencia (633`400,000) se consignará en los próximos presupuestos anuales.- El 12/VI/1998 nos llega la noticia que Arequipa volvió a sufrir la delictiva acción de los indeseables sacrílegos.- Estos robaron diversos adornos de plata labrada que exornaban las imágenes del templo de Nuestra Señora del Rosario de Cerro Colorado. Los pobres de esa comunidad son los que más lamentan el hurto aleve de su santo patrimonio.- El 13/VI/1998 nos informamos que el decano de la filial regional del Cuzco, del Colegio de Arquitectos del Perú, Armando Villanueva Mercado, declaró que el centro histórico de la ciudad está soportando un progresivo proceso de deterioro, debido a la falta de un adecuado control. En tal sentido, propone la creación de un patronato o de una superintendencia, al estilo SUNAT, que reemplacen tanto al INC como a la municipalidad local en la tarea de velar por la conservación e intangibilidad del patrimonio cultural que ostenta la capital arqueológica de América.- Por último, el 18/VI/1998, aparecen las declaraciones de Fernando Silva Santisteban en el sentido que, desde 1929, en que se dio la primera ley de defensa del patrimonio, (Ley 6634), cada vez vamos de mal en peor. Se refiere

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concretamente al D.S. del 7/VI/1998 “que es la muestra más grande de desinterés y despreocupación del gobierno por el patrimonio nacional”. Por lo demás, “los legisladores no tienen una mínima conciencia de su pasado, ni quieren darse cuenta que los pueblos se miran en el espejo de la historia”.

El 7/VII/1998 la agencia AFP nos trae la feliz noticia de la recuperación de los cuadros “El Jardinero” y “La Arlesiana” de Van Gogh y “La Cabaña” de Jourdan de Cezanne, robados en mayo pasado de la Galería de Arte Moderno de Roma. Los ladrones pretendieron venderlos en USA $ 28`500.000. Hay ocho detenidos.- Ese mismo día el corresponsal de “El Comercio” en Puno informa sobre el robo de cinco lienzos de la Escuela Cuzqueña, (c/u valorizado en USA 38,000.00), de candelabros y ornamentos de oro y plata, del templo de Santiago Apóstol de Pomata. Los cuadros sustraídos responden a la siguiente temática: Alegoría de la Virgen de los Santos Fundadores, Alegoría de los Santos Mártires, La Virgen del Rosario, La Virgen del Rosario y los Santos Dominicos y Alegoría de la Virgen y los Santos Ángeles. El alcalde de Pomata, Rogelio Durand Saravia, propone al INC, filial Puno, prorratear la guardianía de 24 horas, mitad

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por mitad, para cubrir tres turnos de vigilancia.

El 16/VII/1998 nos enteramos que la población del distrito de Pomata cumplirá hoy un paro general de 24 horas como manifestación de protesta por el despojo perpetrado el pasado lunes 6 del mes en curso. Se recuerda que en 1992 el expolio fue mayor ya que desaparecieron catorce valiosos cuadros. Entonces la procesión fue por dentro. Ahora va por fuera.- El domingo 19/VII/1998, El Decano entrevista a varias personalidades pidiéndoles un pronunciamiento sobre el INC. Todos expresan verdades que queman como soles. Así, Fernando de Szyszlo dice: “No es la institución dedicada a defender el patrimonio mueble e inmueble de la nación, ni preocupada por facilitar la preservación y la difusión de la cultura...El INC en este momento es un organismo que, desde fuera, no parece sino una fachada destinada a encubrir el total desinterés del gobierno por la cultura”. A su turno, Mariangola Cerro Moral dice: “Con su errática y alarmante actitud el ministro de Educación, responsable de salvaguardar el patrimonio cultural del Perú, supedita sus funciones al sector Turismo”.

Por su parte Enrique Iturriaga dice: “se debería hacer un estudio actualizado de la

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realidad cultural del país”. A su vez Francisco Statsny dice: “Lo prioritario sería organizar el instituto como una entidad altamente profesional, con un personal calificado de nivel universitario en las áreas claves del patrimonio cultural y reducir al mínimo su personal burocrático”. También importa planificar una acción de emergencia a escala nacional “para proteger, registrar y valorar el patrimonio artístico, arqueológico, histórico y etnológico”. Asimismo reitera que “las obras muebles importantes deberán ser extraídas de sus contextos y ser puestas a salvo”. Cuando le toca a Luis Lama, éste plantea la interrogante: ¿Será un ente exclusivamente dedicado a la conservación del patrimonio nacional o también una entidad promotora? Finalmente, Alfonso Castrillón dice, como si representara a todos sus conciudadanos, “El Estado considera a la cultura como la última rueda del coche”.- El 23/VII/1998 Pomata está otra vez en la noticia. Un peritaje ordenado por el INC y el ministerio público de Puno concluye que lo robado está valorizado en USA $ 180,000.00. Por otra parte, se ha formado un frente popular que está exigiendo a las autoridades la captura de los malhechores sacrílegos. Esta es una magnífica novedad. El pueblo está despertando y demuestra así tener mayor conciencia de lo que tiene y de lo que

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pierde.- De otro lado, la policía puesta en actividad, ha logrado desbaratar otra banda sacrílega capturando a sus integrantes. Estos han confesado ser los autores del robo de doce retablos de la iglesia de Ancoputo (Zepita). Los delincuentes han sido identificados como Eloy Pastor, Efraín Condori, Leonardo Apaza y Antonio Cutipa.- El 25/VII/1998 llegó la mala nueva de la profanación de la capilla, contigüa a la iglesia de San Pedro de LLoc, donde se violentó el Sagrario y se extrajo el copón de plata lleno de hostias, que quedaron desparramadas por el suelo. El párroco Oscar Murillo Villanueva, que debe ser sacerdote de la vieja guardia, considera el hecho sumamente grave ya que se ha profanado a Jesús Sacramentado.- El 26/VII/1998 la maldad se sigue cebando en el norte del país. Desalmados sacrílegos roban los mantos bordados con oro, plata y otras joyas de valor, de la iglesia de Celendín. Se trata de catorce mantos valorizados en más de un millón de soles, aparte de su valor histórico, cultural y religioso.- El 27/VII/1998, “El Comercio”, una vez más, editorializa contra los robos sacrílegos. La impune ola de robos del patrimonio histórico religioso, dice, parece no tener fin. Pese a la cuantía de las pérdidas, advierte que hasta el momento no se ha sancionado a persona alguna. Todo revela que falta una voluntad política

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para poner coto a tan repudiable latrocinio, “que se ha convertido prácticamente en una forma de vida para maleantes de todo tipo”.- El 28/VII/1998, día de la Patria, el obispo de Cajamarca, Mons. Ángel Simón Piorno, declara que las joyas robadas en Celendín ya estarían en poder de coleccionistas alemanes; y que en su diócesis hay personas inescrupulosas que roban por encargo. Es de esperar que tales declaraciones tengan un sustento devenido del servicio de inteligencia policial. Contrario sensu, son gratuitas o baratas especulaciones de cafetín, a las que se suele acudir para salir del paso.- El 30/VII/1998, el arzobispado de Arequipa se interesa, por fin, en la conservación de dieciséis templos históricos del valle del Colca, en coordinación con el INC, filial Arequipa, y con la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aeci). Al efecto estudia dos documentos de carácter técnico y administrativo entregados por Luis Cánepa Sardón, responsable del INC.- El 31/VII/1998 se corona el mes con una buena noticia: Se recupera, después de dos años, una valiosa custodia de plata, de trescientos años de antigüedad, y de 42 kilos de peso, con incrustaciones de piedras preciosas, robada del templo de Paucartambo. La devolución la efectuó el Gral. Luis Pérrigo Pérrigo, Jefe de la X Región de la PNP, al arzobispo del Cuzco,

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Mons. Alcides Mendoza Castro. La banda de despreciables delincuentes, autora del execrable latrocinio, está desarticulada y capturados sus principales integrantes: Mario Castillo Medina, Juan Noha Cuaboy, Sergio Huamán Quispe, Herbert Alex Carta Quinta, Braulio Villalba Rodríguez y Benigno Valcárcel Joyas.

El 1/VIII/1998, “El Comercio” informa que el arzobispado del Cuzco gestionará una subvención de la Conferencia Episcopal Peruana para proteger los templos cuzqueños. Entretanto ha dispuesto que se renueven los sistemas de seguridad existentes, lo cual no significa que renuncie a la idea de concentrar todos los bienes muebles de valor en un solo gran museo eclesiástico de arte religioso virreinal.- Y el 9/VIII/1998 “El Comercio” de Quito informa, sobre el particular, de situaciones muy parecidas a las que en el Perú se experimentan. Por ejemplo, “Nadie sabe a ciencia cierta que es y que no es parte del patrimonio cultural del Ecuador”. Desde hace veinte años se le está inventariando pero, por fallas presupuéstales y logísticas, solo se ha cubierto el 40 % del universo total. Es el caso que algunas piezas del convento de El Carmen Bajo no estaban inventariadas y, por lo tanto, definidas. Así las cosas, puestas a la libre disponibilidad, cuatro catedráticos europeos se

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beneficiaron con su adquisición y, por ende, las sacaron del Ecuador.

PARTE V

La presente basa su información en todo lo que “El Comercio” de Lima consignó, desde agosto de 1998 hasta el fin del siglo XX, sobre la depredación de los bienes históricos y artísticos de la iglesia peruana que, para nosotros, constituye la riqueza de

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los pobres; los mismos que, desde entonces hasta el presente, se ven más despojados y empobrecidos que nunca. Al parecer, de volverse a los días catacumbales de San Lorenzo, el prefecto de Roma, exigiendo al ecónomo de la iglesia la presentación del patrimonio eclesial, tendría otra vez ante su vista las masas de menesterosos que , a diferencia de los primigenios, ya han perdido hasta la valiosa investidura de cristianos que recibieron en el bautismo.

En la Parte anterior, haciéndonos eco de lo que “El Comercio” de Quito informa, nos enteramos como el Ecuador nos lleva una notable ventaja al tener inventariado hasta el 40% de su patrimonio. Nos llena la cara de rubor el saber que aquí ni siquiera alcanzamos el 10%.- El 10/VIII/1998, Mariana Mould, suscribe el artículo “Patrimonio: Momento Crucial”. Entrelazando la defensa del patrimonio con la depredación del mismo, destaca el hecho de haberse formado en Pomata un frente popular ante las presiones que se están ejerciendo “para detener las investigaciones” encaminadas a dar con los ladrones sacrílegos. También destaca como la policía ha devuelto al arzobispado del Cuzco la custodia robada, hace dos años, del templo de Paucartambo. Más adelante, la autora plantea “la elaboración de una ficha de identificación para crear

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una legalidad ad hoc a estas piezas de arte sacro peruano”. Desde su punto de vista, “con el debido documento de procedencia” que la UNESCO “ha estructurado y difundido desde 1970”, la herencia cultural estará mejor resguardada. Finalmente, subraya que la compraventa de obras de arte “es hoy una de las actividades éticamente más controversiales”.- Al respecto, sería interesante que los comerciantes de antigüedades y las autoridades municipales, que les expiden las respectivas licencias, hagan los correspondientes descargos.- Por último, el 31/VIII/1998 se publica la triste nueva del robo de La Sagrada Familia, pintura de la Escuela Cuzqueña de incalculable valor, de la pinacoteca del convento de San Francisco de Asís de Arequipa. Esta obra de arte, del siglo XVIII, medía 1.63 m. por 1.14 m. y representaba al Niño Jesús de la mano de la Virgen María y de San José. La tela fue cortada para desprenderla de su marco de madera tallada. El Guardián del convento, Fr. Gilmer Espino, dejó pasar una semana para concretar la denuncia policial. Así y todo, llamó más la atención el rimbombante anuncio del arzobispado de Arequipa en el sentido de haberse puesto en práctica “un programa de seguridad especial para evitar los robos en los conventos del centro de la ciudad, así como en las parroquias y templos de las provincias y distritos”.

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¿Cómo se acomoda el repudiable latrocinio, obrado en San Francisco de Arequipa, con el tan voceado programa de seguridad?

El 2/IX/1998 leemos en “El Comercio” los siguientes titulares: Continúan los robos sacrílegos – Sustraen varias joyas del templo de Nuestro Señor de La Soledad de Huaraz – La población está consternada e indignada. Remitiéndonos a los textos, nos informamos que se trata de valiosas alhajas arrancadas por dos desconocidos en horas de visita y de misas. Don Máximo Jácome Gonzáles, presidente de la Sociedad de Auxilios Mutuos del Señor de la Soledad, subrayó la condición de los donantes, devotos pobres en lo material pero muy ricos en lo espiritual. Ellos son ahora los indignados y consternados por tan abominable latrocinio.- El 5/IX/1998 aparecen otros titulares que nos hacen pensar en las justas reacciones que en la colectividad promueven ya este tipo de delitos. Ellos rezan así: “Buscan detener robos sacrílegos – Realizan inventario patrimonial en sesentiocho templos de Arequipa” – “Plan contempla la conservación y defensa de las obras de arte”. Ciñéndonos a los textos, nos enteramos que en este mismo mes de setiembre se terminará de elaborar dicho inventario, a cargo de la Comisión Nacional de Protección del Patrimonio de la Iglesia.

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En tal sentido, joyas, lienzos, muebles, trabajos en pan de oro, estatuas, documentos históricos y libros, son objeto de registro en toda la jurisdicción arquidiocesana. Al respecto, un miembro de tal entidad, Luis Cánepa Sardón, que a la vez es director departamental del INC, hizo declaraciones muy precisas: “El inventario es exhaustivo, se realiza por primera vez y permitirá conocer muchas de las prendas celosamente guardadas en las parroquias”. No obstante, “los informes sobre dichos bienes tendrán carácter confidencial”.- El 7/IX/1998 aparece el reportaje a Fernando Silva Santisteban sobre el proyecto del ministro de Educación, Domingo Palermo, de desaparecer el INC y de absorber todas sus funciones en el ministerio del Ramo. Sostuvo el ex director del INC, hasta por dos veces, que tal absorción carecería de sentido si no se cuenta con un presupuesto y con una política cultural definida. Y que, fundamentalmente, como INC o como ministerio de Educación y Cultura, debe tener a su cargo la protección del patrimonio cultural general, “que es el alma, la vida y la memoria de la nación”. Sobre el particular, debemos añadir que la sangre no llegó al río, ya que el ministro, al renunciar, se llevó el proyecto a su casa.- El 8/IX/1998, como queriendo hacer ostentación de fuerza ante las “comisiones” conservacionistas, como la Comisión

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Episcopal Peruana o la Comisión Nacional de Defensa de Bienes Patrimoniales de la Iglesia, nos enteramos que ladrones sacrílegos arrancaron de las paredes del templo de San Pedro de Yanaquihua, provincia de Condesuyos y departamento de Arequipa, veinticuatro òleos enmarcados en pan de oro y de incalculable valor. Y como sucede la mayor parte de las veces, es la autoridad civil, el alcalde de la localidad, Segundo Huamaní Chuquicondor, el que informa al corresponsal de “El Comercio” los pormenores de tal repudiable latrocinio.- El 9/IX/1998 “El Comercio”, una vez más, editorializa con este titular: “Urgente freno al robo del patrimonio religioso”. Como siempre, su protesta es también nuestra protesta: “Ante la execrable y hasta ahora incomprensiblemente impune ola de robos sacrílegos, es urgente que las autoridades tomen acciones drásticas y efectivas para detectar y sancionar a las mafias que saquean nuestro patrimonio cultural y religioso”. Bien dice el editorialista que se trata de una modalidad que, desgraciadamente, se reproduce como las flores del mal a lo largo de todo nuestro territorio. Está claro que es sumamente lamentable e indignante que hayan desaparecido cuadros de la Escuela Cuzqueña, tallas únicas en madera y en piedra de Huamanga, “y otros trabajos

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artísticos y de culto religioso que no tienen parangón”. Nefandos afanes crematísticos mueven las manos criminales, sin reparar en el carácter sacro de los templos, para desmantelarlos en Arequipa, Ayacucho, Cuzco, Huancavelica y Puno. ¿Porqué no son capturados los delincuentes?, ¿Porqué no se toman medidas de protección?, ¿Porqué no se suscriben acuerdos internacionales que neutralicen el tráfico indebido? Ciertamente, “no hay lugar para la indiferencia”.- El 11/IX/1998, “El Comercio” nos conmueve a través de una fotografía a color del frontis de la iglesia de Pampamarca-Cotaruse, a 3,900 m.s.n.m., provincia de Aymaraes del departamento de Apurimac, construída a comienzos del siglo XVII, que ahora se nos muestra maltratada por el tiempo y por la indiferencia de la feligresía. Por lo que se ve, protestantizada como está, no es asunto de ella que se vengan abajo los campanarios al solo repicar de las campanas. Esperamos que una mano caritativa y amiga coadyuve a su restauración.- El mismo dìa aparecen las declaraciones de Pedro Gjurinovic, exigiendo un mayor celo de las autoridades aduaneras, policiales y municipales, para evitar el contrabando de nuestro patrimonio cultural. Respecto al pedido de Walter Alva porque se corrija y mejore la ley del Patrimonio Cultural, “a fin de impedir que

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nuestra herencia cultural sea ofrecida como mercancía”, manifestó que “cualquier norma legal es perfectible”. – El 20/IX/1998 se publica un reporte de Arequipa por el cual, reaccionando contra el robo de veinticuatro cuadros del templo de Yanaquihua, “el INC designa delegados en provincias y distritos alejados”. Luis Cánepa Sardón precisa que los delegados son elegidos entre las personas representativas de cada localidad y a título ad honorem. Ellos tendrán por función coordinar, con el resto del vecindario, las acciones de seguridad, control y vigilancia de los templos e inmuebles históricos y artísticos.- El 28/IX/1998 se publica la opinión de Mariana Mould en el sentido que el patrimonio histórico y artístico de la Iglesia Católica, “de añeja finalidad pastoral, evangelizadora, catequética, litúrgica y de identificación eclesial”, se ha modernizado “según los criterios básicos expuestos por el Concilio Vaticano II”, coincidentes con los que se habían propuesto los laicos para el turismo. Estamos pues en una labor conservacionista de perfil social alto, “que pronto neutralizará la compra de bienes sacros”. Ajenos ya al valor sagrado de los ornamentos, los católicos “aggiornados” están en mejor disposición para valorizarlos como objetos museográficos de interés crematístico en soles o en dólares. En un cáliz, por ejemplo, poco importa que en él

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tanto el vino como el agua se hayan convertido en la sangre del Señor; lo que realmente importa es el precio que pueda alcanzar en el mercado de valores, si es de plata con baño de oro, o si es de plata pura o de oro puro.

El 4/X/1998, un reporte venido de Ayacucho nos levanta la moral. Los vecinos del barrio de Santa Ana han iniciado la restauración de su iglesia, incendiada hace un año. Estimulados por los católicos de los Estados Unidos de Norte América, que sufragaron la puesta en valor de las imágenes de Santa Ana y de San Joaquín, así como la erogación de seis mil dólares en efectivo; realizaron algunas actividades que les significaron S/. 17,500.00, a más de los S/. 7,500.00 entregados por el INC como partida de apoyo. Con el total, se pudo retechar íntegramente el templo y enlucirlo en su interior. Sin embargo hay otras tareas por hacer. Así, el Comité tiene en su agenda la restauración de veinte imágenes de madera tallada, afectadas por el fuego, aparte de la recuperación (o reconstrucción) de veinticinco cuadros de antigua data. Todo un reto. ¡Qué la Santa Madre de la Mediadora de todas las Gracias, bendiga y apoye a los integrantes de dicho comité!- El 5/X/1998 los Estados Unidos se mantienen en la noticia. Esta vez se trata del foro: “Protección del patrimonio arqueológico y

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colonial”, según el Memorandum de Entendimiento suscrito en junio de 1997 entre el Perú y ese país. Dicho certamen tendrá por sede el Instituto Cultural Peruano Norteamericano. Como se sabe, el documento concuerda con el Art. 9 de la Convención de 1970, patrocinada por la UNESCO, por el cual se prohíbe el tráfico ilícito de propiedad cultural, en resguardo de la herencia cultural de las naciones. Los Estados Unidos se adhirieron a dicha Convención en 1985, estableciendo un marco internacional de cooperación para reprimir el saqueo y el transporte no autorizado de bienes.- El 6/X/1998 llegan buenas nuevas de Huancavelica. Se trata de la Asociación Generadora de Alternativas y Vivencias que se ha propuesto, entre otras cosas, recuperar el retablo mayor de la capilla de Nuestra Señora La Dolorosa. La entidad viene siendo financiada, principalmente, por la Compañía de Minas Buenaventura S.A. y es supervisada por el INC. Es de destacar la predominancia femenina en esta gestión. La asociación es presidida por Graciela Abad Vásquez y es asesorada por las arquitectas Rosario Ayala Aguilar, Maritza Zorrilla y Beatriz e Iris Muhlig.- El 7/X/1998 causó gran algarabía la formal declaración del ministro Domingo Palermo Cabrejos, en el sentido que el ministerio de Educación será en delante de Educación y Cultura; y que el Instituto

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Nacional de Cultura (INC) será en adelante Instituto Nacional del Patrimonio Cultural.- El 5/X/1998 el Decano recoge la opinión de algunos intelectuales sobre el proyecto de ley relativo al cambio de nombre y de funciones en el Ramo. Para Jorge Cornejo Polar la creación del ministerio de Educación y Cultura es una medida acertada. Para Walter Alva es de vital importancia la creación del Instituto Nacional del Patrimonio Cultural, siempre y cuando se articule en dos grandes Direcciones, la arqueológica y la histórica. Para Francisco Stastny, la novedad es positiva siempre y cuando se le apuntale con presupuesto y personal calificado. Para Fernando Silva Santisteban sería preferible la creación del ministerio de Educación Ciencia y Cultura. Para Luis Lama, el proyecto es absurdo. Por lo demás, hasta el presente, “el INC ha sido una farsa”. Finalmente, para Maria Rostworoski, el planteamiento es excelente. Por lo que toca a nuestra opinión, nosotros estamos por la creación del ministerio de Cultura, aparte del ministerio de Educación. Lo preocupante es que, ni para antes ni para después, se preveen los dispositivos ad hoc para legitimar tales cambios.- El 10/X/1998 suena otra vez la alarma. Los sacrílegos vienen otra vez a ocupar su lugar en los medios de opinión. La afectada es ahora la iglesia de Santo Domingo de Huari, que se

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levanta en la Plaza de Armas de esa capital provincial, donde los ladrones sustrajeron joyas por un valor de USA 50,000.00 dólares americanos, entre las cuales figuraba una corona de oro maciso con incrustaciones de piedras preciosas, prendas de valor de la Virgen del Rosario, cálices de oro y báculos de oro y plata del prelado. Al parecer, los amigos de lo ajeno pernoctaron en el templo y lo abandonaron, de madrugada, forzando la puerta auxiliar del portón principal. Descubierto el hurto, el párroco Alejandro Alvites Bermudez denunció el hecho a la PNP.- El 12/X/1998, contrastando con la noticia anterior, nos enteramos que la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) restaurará el templo de La Compañía de Arequipa. Las fisuras de la fachada, de la cúpula y de la nave central, serán reparadas a la mayor brevedad. Al efecto, han coordinado las acciones respectivas Manolo Cabanas SJ, prior de La Compañía, y Luis Cánepa Sardón, director regional del INC.- El 17/X/1998 nos viene otra noticia positiva. La filial del INC en el Cuzco ha logrado restaurar 48 de los 144 cuadros de la Escuela Cuzqueña que se encontraban en proceso de deterior en la iglesia de San Sebastián. El director de esa filial, Gustavo Manrique Villalobos, lamentó que por la falta de apoyo de la municipalidad distrital no ha podido disponer de mayor número de

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cuadros restaurados que, en su mayoría, pertenecen al pincel de Diego Quispe Tito. La alcaldesa, Lucila Tito de Acurio, ha aportado menos de cinco mil nuevos soles de los cincuenta mil que se comprometió a erogar.- El 19/X/1998, Mariana Mould vuelve a la carga con el artículo “La función social del patrimonio católico”. Allí sostiene que los robos sacrílegos se producen porque existe una demanda de obras de arte virreinales, tanto aquí como en el extranjero. Manifiesta que obtener objetos sacros, a cualquier precio, “tiene todavía entre nosotros un prestigio social que protege a los coleccionistas y traficantes de cualquier cuestionamiento ético”. Por lo que toca a los restauradores, “éstos a menudo integran las redes del tráfico ilícito”. Aunque no estamos de acuerdo con el cuestionamiento frontal que hace a los coleccionistas, o al coleccionismo en si, mucha razón tiene al afirmar lo siguiente: “Las migraciones del campo a la ciudad, el deterioro social de los centros históricos, el terrorismo y el avance del protestantismo dentro del territorio nacional, están destruyendo los ancestrales vínculos humanos y religiosos entre el patrimonio eclesiástico y los pauperizados descendientes de los creadores de dichas obras”.- El 26/X/1998, el Decano nos trae la mala nueva del robo de diez invalorables cuadros, de la Escuela Cuzqueña, de la

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iglesia Virgen de Lourdes de Piedra Lisa, en el Rímac, donados en 1960 por monseñor Luis Bambarén. Los ladrones se introdujeron por una claraboya y salieron por la puerta principal. Estamos seguros que monseñor Bambarén explicará la tenencia de tales pinturas y creemos que nadie pondrá en duda la legitimidad de la misma, sea por herencia, donación o lícita compraventa.- El 29/X/1998 nos informamos que el Quinto Juzgado Penal de Lima sentenciará a los autores del robo de diecisiete valiosos cuadros virreinales, pertenecientes a una importante colección privada de la capital. El hurto contó con la complicidad de los guardianes de la muestra, de restauradores y anticuarios de Miraflores y San Isidro. Sólo uno de los diecisiete cuadros llegó a ser recuperado. La fiscalía acusó a Lourdes Loyola Falcón, Eusebio Tordoya Minalla, Arturo Delgado Moreno, Luis Bendezú Ängeles y Fernando Bendezú Ángeles, de ser los autores materiales del hurto; y a Rosa Godoy Torres, Luis Rubini Suito, Inés Pazos Fabiani y Tomás Leguía Servat de ser los reducidores. Para estos últimos oscilan de tres a seis años de prisión.- Finalmente, el 31/X/1998, un reporte venido del Cuzco da cuenta que un centenar de templos y capillas virreinales está a punto de desplomarse, dado el paso del tiempo y de la incuria lugareña. Al respecto, el director

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del INC, filial Cuzco, indicó que en todo el departamento hay más de setecientos hermosos templos, con más de trecientos años de antigüedad, en avanzado estado de deterioro. Sobre el punto, dijo que se habían suscrito convenios con los gobiernos locales para que los equipos técnicos especializados emprendan tareas de restauración y puesta en valor de los más ruinosos.

El 1º/XI/1998 se confirmó que el Poder Judicial sentenció a tres años de prisión condicional a tres personas que traficaron con diecisiete cuadros virreinales, muebles y otros objetos de arte. La sentencia fue dictada por el magistrado Carlos Alberto Juarez Muñoz. Los “afectados” fueron Lourdes Loyola Falcón, Eusebio Tordoya Minalla y Arturo Delgado Moreno. Sobre Lourdes Álvarez Calderón, a cargo de la colección privada, que fue quien sustrajo las obras de arte, entre 1996 y 1997, para colocarlas entre coleccionistas de San Isidro y Miraflores, no se dictó sentencia alguna. Sólo a Rosa Godoy Torres, por adquirir cosas robadas, se le sentenció a dos años de prisión condicional. A los demás se les dio sólo un año de prisión condicional. Pero en el acto se dejó en suspenso todas las sentencias. Todo un show que demostró hasta que punto son amparadas las fechorías de quienes transgreden el

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derecho de propiedad en el Perú.- El 11/XI/1998 un despacho de EFE, venido de París, informa que el Consejo de Europa patrocinó la reunión de representantes de diferentes confesiones religiosas que se pusieron a debatir los problemas que plantea la protección del patrimonio religioso; y las medidas a tomar para evitar los robos y el tráfico ilícito de objetos de arte religioso. Lo cual prueba que la descristianización es también deseuropeización allende y aquende los mares.- Por último, el 20/XI/1998, un reporte de Cañete informa la captura de los ladrones sacrílegos que desvalijaron el templo del Señor de Cachuy, en la localidad de Conchán. Los delincuentes Huberto Evangelista de la Cruz y Deiber Casanova Santos fueron apresados en las alturas de Yauyos. Unos y otros confesaron que las piedras preciosas robadas las vendieron por quinientos nuevos soles a un comerciante de vidrios de Chincha. Pero nada dijeron de la corona de oro de 18 kilates, del cáliz de plata, de la custodia de plata y de otros objetos de valor. ¿Qué hará la justicia con ellos? Ya lo sabemos. De allí que no debe extrañar a nadie la próxima depredación de otro templo, por los mismos autores.

El 2/XII/1998 el Decano publica las fotografías de San Pedro y San Pablo mutilados, “desde hace más de tres

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décadas”, en las hornacinas que flanquean la portada principal de la catedral de Ayacucho. El corresponsal en ésa culpa a los rayos tempestuosos y a los peloteros que hacen del atrio una cancha de fulbito. Y con mucho optimismo expresa que, en breve, “se procederá a efectuar la restauración, para felicidad de la feligresía y de la población en general”.- El 12/XII/1998 se informa desde Arequipa que ladrones sacrílegos violentaron la puerta de la capilla del Señor de Huanca, ubicada en la urbanización Los Ronderos, del distrito José Luis Bustamante y Rivero, para robar el marco de plata de la Virgen de Chapi, dos candelabros y dos floreros del mismo metal. Arnaldo Arredondo, uno de los vecinos, afirmó que la acción de los depredadores se vio favorecida por la carencia de vigilancia policial.- Y el 18/XII/1998 del mismo Arequipa viene la nueva de cómo las once hermandades, que se congregan en el templo de San Francisco de Asís, se turnaron para vigilarlo, pero sólo cuando el templo permaneció abierto al público. Lo interesante sería lograr vigilarlo las veinticuatro horas del día, abierto o cerrado al público.

La primera noticia que el Decano publica sobre el molesto tema que nos ocupa, en el último año del siglo XX, viene de Huancayo. Así, el 7/I/1999 da cuenta que del templo de

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la Merced han desaparecido siete óleos. Da cuenta también que en las iglesias del valle del Mantaro la ignorancia de los fieles custodios hace que no preserven los tesoros artísticos de las inclemencias del tiempo; hace que, como protectores, los cuadros hagan las veces de los vidrios rotos en las ventanas; y hace que hermosos retablos terminen convertidos en combustible doméstico. A tan deprimentes ocurrencias hay que agregar la presencia del roedor y la polilla, a más del depredador avezado que es, por desgracia, quien más sabe de la importancia que tienen los objetos de arte sacro virreinal.- El 10/I/1999 nos informamos que, en el Cuzco, el 15% de los 5,000 objetos de artesanía cuzqueña, pertenecientes al Museo de Arte Popular, se ha echado a perder por falta de mantenimiento. Las pérdidas abarcan las obras de los mejores artesanos e imagineros cuzqueños, entre los que destacan Mendivil, Rojas, Mérida y Olave.- El mismo día, el INC del Cuzco informa que sólo cuatrocientos templos del departamento están registrados. El total supera el doble de esa cantidad sin contar los recintos religiosos de comunidades campesinas, anexos y parcialidades rurales más apartadas. Además, Américo Carrillo, ex director del INC Cuzco, denunció la existencia de verdaderas mafias de ladrones que operan en la región y que son

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los autores de la desaparición de los mejores y más hermosos lienzos de la Escuela Cuzqueña.- Por su parte, monseñor Alcides Mendoza Castro, arzobispo del Cuzco, dispuso la renovación de todos los sistemas de seguridad en capillas, iglesias y conventos de la ciudad imperial. También dispuso la formación de comités de fieles, para que se encargaran de cuidar el patrimonio religioso. Pero la idea cardinal fue y sigue siendo el monumental museo de arte religioso, donde se guarde celosamente lo más valioso de todos los templos, con todas las seguridades del caso. El único obstáculo con que tropieza esta idea es la feligresía, que califica el traslado como una verdadera sustracción de los bienes eclesiásticos.- El 19/I/1999 Jauja y Cuzco están en la cresta de la ola. El párroco de la iglesia matriz de Jauja, Boleslao Vilchez Zárate, denunció en la comisaría local el robo de tres pinturas virreinales, recientemente restauradas, con sus respectivos marcos de pan de oro, que representan a la Virgen del Rosario, patrona de la localidad. El denunciante sorprendió a los ladrones a las 2.30 de la madrugada, cuando se daban a la fuga. El suceso se produjo a la semana de haber sido asaltada y saqueada la iglesia de San Jerónimo de Tunán.- Por otra parte, Martín Concha, sacristán de la iglesia de San Juan Bautista de Huayllabamba, (provincia de Urubamba),

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declaró que, con los tres lienzos sustraídos, ya son diez los valiosos cuadros de la Escuela Cuzqueña que han sido inicuamente robados de ese templo. Los desalmados sacrílegos, de paso, irrumpieron a la bruta en la pequeña capilla del anexo de Urquillos, a un kilómetro de distancia, sustrayendo dos cuadros representativos de la Virgen María y del Nazareno.- Martín Huancas, en Enfoque, manifiesta que el despojo de Huayllabamba ha sido “increíblemente encubierto”. Sea como sea, el hecho refleja una dolorosa realidad: “la pérdida de nuestro pasado”; y que, pese al saqueo inmisericorde de iglesias y conventos, “nadie ha hecho nada para detener esta ola delictiva”.- El 21/I/1999, desde Huancayo, se nos dice que algo se hace. Se trata de Natalia Nieto Yacolca, experta en restauración y conservación graduada en Italia, quién se ha hecho cargo de la presidencia de la Comisión de Restauración del Patrimonio Artístico e Histórico de la Iglesia. Se supone que dicha Comisión es consciente de la desaparición de cientos de lienzos virreinales en las iglesias y capillas del valle del Mantaro. Pese a ello, reconforta saber que lo que queda será clasificado, inventariado y custodiado por dicha Comisión, para su mejor protección y mantenimiento. Recuperar y restaurar el patrimonio es su divisa. En tal sentido le

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deseamos la mejor de las suertes. Entrevistada por el corresponsal del Decano, la mencionada experta, que representa en Huancayo al INC, se refirió a una de las más bellas colecciones de óleos virreinales que decoraban la histórica capilla de La Merced, construida en 1808, y que ahora no luce uno sólo de esos cuadros; se refirió también a la colección de más de cien pinturas de la iglesia de Chongos Bajo, de la cual sólo una ha llegado a recuperarse; y se refirió, asimismo, a la serie de veinticinco pinturas que ornamentaban la capilla de Hualahoyo, que Francisco Stastny calificó como los óleos de la Escuela Cuzqueña más singulares e importantes del país, de los cuales sólo nueve se han salvado para la posteridad.- El 23/I/1999 toda una página del Decano fue dedicada a poner en evidencia al judío David Bernstein, “uno de los principales coleccionistas que fomenta por internet la compra de objetos artísticos de nuestro tesoro cultural”. Este conocido traficante, “desde hace más de veinte años se dedica a la venta de oro precolombino, ceramios, textiles, gorros de plumas e instrumentos musicales”. Teniéndolas todas consigo, no tiene escrúpulo alguno de declarar que puede obtener objetos raros para los más exigentes coleccionistas, como que es, según su propia autodescripción, “importador y

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coleccionista de antigüedades, especializado en el arte precolombino”. Su descaro colmó toda medida. El Estado peruano, ¡Horror!, tuvo el coraje de emplazarlo ante los tribunales de USA a él, uno de los dueños de aquel inmenso país. Seis meses duró el espectacular proceso, “que requirió la realización de una serie de acciones judiciales ante las cortes respectivas”. Pero, en ese lapso, el demandado no dejó de negociar con nuestro acervo. No por nada su nombre era David y su apellido Bernstein. Hasta que por fin, el procurador general de la República, (Pedro Sagástegui), después de infinitas idas y venidas, de Anás a Caifás, logró que el juzgado de Alexandria, el 19/II/1981, condenara al delincuente a un año de prisión y a una multa de USA $ 1,000.00 por subvaluar objetos precolombinos obtenidos ilegalmente. A posteriori, en virtud de un proceso seguido en Lima a sus proveedores por el 3er. Juzgado de Instrucción, contra Albert Pheling, Jean Paul Lions y Margaret Brenner, las autoridades aduaneras norteamericanas interceptaron un embarque de 745 piezas arqueológicas y las devolvieron al Callao. Por lo demás, Bernstein, tras su efímera carcelería, continuó su repudiable negocio a través de su página web, en goce absoluto de su intocabilidad.- Finalmente desde Puno, el 29/I/1999, se publica la captura del

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ladrón Remigio Mamani Quispe quien, la noche del 27, sustrajo ornamentos sacros y dos valiosas pinturas de la iglesia de Usicayus (Carabaya). Fue aprehendido cuando se dirigía a Juliaca portando el cuerpo del delito ¿Estará en pie la acusación formalizada contra él por el INC de Puno? ¡Vaya Usted a saberlo!

El 7/II/1999, la periodista Pilar Flores Dioses entrevistó a la arquitecta Berta Estela, nueva titular del Departamento de Patrimonio del INC, quien puso de manifiesto haber encontrado grandes irregularidades y, entre ellas, 651 expedientes sin tramitar relativos a la defensa y protección del patrimonio cultural. En su opinión, es imperativo que el INC y el ministerio de Educación diseñen una política educativa para que la ciudadanía asuma el deber de conservar el patrimonio nacional. Sostuvo que ni aquí ni en ninguna parte el Estado dispone de recursos para salvaguardarlo.- A propósito del inventario de recursos, reconoció que la UNI lo llevó a efecto en el Centro Histórico de Lima; y que la Univ. Part. Ricardo Palma lo efectuó en Barranco. Lamentablemente, todo este procedimiento se ha descontinuado en otros ámbitos, como el de inscribir nuestros monumentos en los registros públicos. Con relación al inventario de recursos, la Fundación Ford

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patrocinó la realización del inventario del patrimonio cultural monumental inmueble, por parte de la UNI, sólo del Centro Histórico de Lima, que ya había sido efectuado por la Junta Deliberante Metropolitana. Lo positivo de la gestión de la JDM estuvo en el inventario del patrimonio arqueológico, histórico y artístico, llevado a cabo en los tres valles de Lima, a saber, Chillón, Rimac y Lurín, considerando lo prehispánico, lo virreinal y lo republicano, e inclusive lo contemporáneo. En tal sentido la Univ. Part. Ricardo Palma inventarió en Barranco, tomando como fuente referencial los inventarios de la Junta Deliberante Metropolitana, reiterados por la UNI.- En suma, sería de desear que el INC se concrete primordialmente al registro del patrimonio nacional y al inventario y catalogación consiguientes.- El 13/II/1999 el INC vuelve a estar sobre el tapete por la denuncia que Federico Kauffmann Doig hace a Luis Arista Montoya, titular del INC, apoyándose en las auditorías del ministerio de Educación, de la Procuraduría General de la República y del propio órgano de control del INC. Se trata de más de cien cargos que pintan de cuerpo entero “la corrupción generalizada en el INC desde 1997”. El denunciante afirma que “hay irregularidades de delito económico en perjuicio del Estado”, que hacen

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inexplicable “que el señor Arista goce de una protección política que no merece”. Y por si fuera poco, al día siguiente, (13/II/1999), Kauffmann publica una petición al presidente Fujimori para que, a la campaña extraordinaria contra el contrabando, agregue la moralización del INC.- Diez días después, el 23/II/1999, del Cuzco nos viene la noticia del despojo que ha sufrido la sagrada imagen del Señor de Qoyllur Riti, (Cristo de las Nieves), en su santuario del nevado Ausangate, situado a 4,900 m.s.n.m. en Sinankara, provincia de Quispicanchis, departamento del Cuzco. Los sacrílegos se apoderaron de las alhajas y ricas vestiduras de las imágenes. Ni los clavos de oro en manos y pies del Señor fueron respetados. La `policía de Ocongate se ha hecho cargo de las investigaciones.- El 26/II/1999 se publicaron más noticias sobre el particular. Entre ellas, la hipótesis sobre los propósitos de los malhechores que, antes que robar a la imagen, lo que persiguieron fue destruirla. Tal planteamiento se sustenta en el hecho de haber respetado una valiosa custodia de oro con incrustaciones de piedras preciosas, copones y patenas de oro y plata, campanillas y otros ornamentos de valor. Los ladrones prefirieron la moneda menuda de las alcancías del santuario. ¿Fue ésta una profanación irresponsable y sin sentido? ¿Acaso asunto de drogadictos? La

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policía investiga.- Finalizando el mes, el 28/II/1999, se publica la noticia que la valiosa corona de plata del Señor dela Amargura, venerada imagen de la iglesia parroquial de Paucarpata, Arequipa, donada por los fieles en 1969, fue robada junto con dos copones de plaqué.

En marzo toda la actividad delictiva se concentró en el valle del Mantaro, vale decir en el centro del Perú. Así, el 9/III/1999 se da cuenta del robo de nueve óleos de la Escuela Cuzqueña en la iglesia parroquial de Xauxa, provincia de Jauja, denunciado a la policía por César Aranda Ascanio, alcalde distrital, Andrés Durand Moreno, juez de paz, y Amancio Mallaupoma Calderón, guardián del templo. Los tres declararon que los ladrones rompieron los barrotes de una ventana para penetrar a la iglesia; y también los vidrios y la tela metálica. Una vez adentro, se apoderaron de los lienzos y otros valiosos objetos de culto, como un rosario de plata y un manto de pana roja bordado con hilos de oro y de plata.- Diez días después, el 19/III/1999, el Decano se hace eco de la depresión colectiva en la que yace la feligresía jaujina que, desde el 17/I/1999, por el robo de tres valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña de su iglesia matriz, no encuentra alivio en su aflicción. Todos los fieles están convencidos de la aleve impunidad que favorece a los

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ladrones sacrílegos. Bolealdo Vilchez Zárate, el párroco, mostró su preocupación por no encontrarse pistas que conduzcan hacia los autores de tan execrables hechos. Al respecto, apeló a los medios de comunicación para que publicaran las fotografías de los cuadros sustraídos con la finalidad de alertar a la ciudadanía de todo el país.

El 2/IV/1999 el Decano da cuenta que el Lunes Santo, un grupo de ladrones sacrílegos, valiéndose de una pata de cabra, forzó la entrada de la iglesia de Colca, provincia de Cotabambas, Apurimac, apoderándose de tres valiosos de la Escuela Cuzqueña. Al respecto, la policía asentó formalmente la denuncia poniendo así de manifiesto su completa impotencia para el eficaz cumplimiento de su deber. Por su parte el INC, filial Cuzco, puso el mayor énfasis al declarar que “la mitad de los templos cuzqueños han sido profanados”; y que en el departamento “más de ochocientos templos y capillas carecen de protección”. A su turno, el arzobispado insiste en señalar que, desde la reforma agraria, “los robos sacrílegos se han intensificado en los templos cuzqueños”.- El 5/IV/1999, “El Comercio” vuelve a editorializar bajo el titular ¿Quién frena los robos sacrílegos? La sustracción indiscriminada de obras de arte,

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ciertamente continúa siendo un problema que, por las apariencias, no tiene solución. En tal sentido, el Decano reclama una respuesta urgente del gobierno sobre el particular. Resulta que la inacción de las autoridades frente a las mafias organizadas es desde todo punto de vista altamente reprobable. No se ve al INC coordinar con el sector privado la protección de los bienes patrimoniales. “No hay aquí lugar para la indiferencia” subraya el diario. Y termina con la invocación de siempre: “Hay la necesidad de poner coto a esta forma de vida practicada por maleantes de todo tipo”.- Por el mismo editorial nos enteramos de la sustracción de una antigua escultura del Niño Jesús en la iglesia de la Virgen del Prado, ubicada en los Barrios Altos de la capital.- El 9/IV/1999 una nota de Bernabé Calderón sobre los templos virreinales en riesgo de caerse, en los departamentos del Cuzco y Lambayeque, nos llama a reflexión. Tanto en uno como en otro, las iglesias, en evidente abandono, se mantienen en pie gracias a estrafalarias medidas de seguridad. – El 11/IV/1999 Luis Antonio Meza nos informa sobre el tantas veces esperado cambio en el INC. El museólogo Luis Repetto reemplazó, por fin, al tan cuestionado Luis Arista. El tiempo dirá si con este cambio la política cultural del Estado salió ganando, iniciándose así el diseño de un perfil coherente.- Aquel mismo

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día, (11/IV/1999), otro editorial del Decano plantea la defensa del patrimonio monumental, a propósito del mal estado de los templos del Cuzco y Lambayeque, muchos de los cuales no están registrados y reconocidos como propiedad pública. Al respecto, exhorta a las nuevas autoridades del INC para que logren resultados creativos en todos los proyectos de recuperación de bienes de incalculable valor.- El 15/IV/1999 las malas nuevas vienen de Pataz, La Libertad, de cuya iglesia matriz Leoncio Argumedo Zavaleta y su hijo robaron dos coronas con incrustaciones de piedras preciosas y diversas alhajas que adornaban las imágenes sacras. Felizmente, ambos malhechores fueron intervenidos por la policía de Huamachuco, cuando se disponían a viajar a Trujillo. El botín recuperado retornó intacto a su lugar de origen ¡Milagro!- Pero el demonio y adláteres no se dieron por vencidos en aquellos lares liberteños. El ·30/IV/1999 nos informamos que manos sacrílegas despojaron de su corona, anillos y pendientes de valor, a la Virgen del Perpetuo Socorro venerada en la iglesia de Huanchaco. Denunció el repudiable hurto Ricardo Angulo Basauri, párroco titular.- Por su parte, en el Cuzco, el 80% de los templos se halla en estado de abandono, sin mantenimiento y en ruinas. Todos los

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católicos, que cada vez son menos, reclaman en todos los tonos una restauración inmediata. Pero es el caso que el inventario preliminar del INC abarca, apenas, la mitad de lo señalado. El párroco de Quiquijana, canónigo Manuel Lobón Castro, reveló que en las provincias de Quispicanchis y Acomayo hay más de diez estructuras virreinales próximas a derrumbarse. Es en estos locales donde los ladrones han perpetrado sus fechorías, llevándose cuadros, efigies y alhajas. Además, ni el Estado, la municipalidad y la colectividad lugareña hacen nada por reparar la torre, la fachada y el coro de su iglesia matriz, vieja depositaria de valiosas reliquias de arte religioso virreinal. Tal parece que a nadie le importa.

El 11/V/1999 el Decano reiteró la que es ya “una vieja y magra historia”. Es el caso que en el monasterio de Santa Rosa de Arequipa, los sacrílegos robaron trece valiosas pinturas de la Escuela Cuzqueña, pinceladas en el siglo XVII. Profunda pena y malestar causó este execrable latrocinio en la auténtica colectividad arequipeña, cada vez más pobre, por la sistemática desaparición de su legado cultural. Los infames ladrones que se llevaron cuatro estupendas secuencias del profeta Tobías, otras cuatro de la vida de la Virgen y otras cinco de la vida de Santa Rosa, sólo dejaron

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los marcos de madera tallada recubiertos con pan de oro, que daban una mayor prestancia a las pinturas. Para consumar su diabólica acción, forzaron las cerraduras de la reja y del portón del templo, adscrito al monasterio, donde se exhibían los cuadros sustraídos, esto es, lo más valioso del patrimonio conventual.- El 14/V/1999 el Decano realizó la siguiente encuesta: ¿Qué hacer ante los reiterados robos sacrílegos en el país? Augusto Dammert habló, al respecto, de la “desidia social”. Pedro Gjurinovic habló de la necesidad de contar “con un sistema de seguridad no corrupto”. Mariana Mould habló de la causa y del efecto: “hay robos porque hay demanda”. Francisco Stastny habló de la urgencia de detectar lo de mayor valor para ponerlo a buen recaudo, en bancos y museos. Pablo Alayza habló de los muchos coleccionistas inescrupulosos que se aprovechan de la inexistencia de inventarios. Finalmente, Alfonso Castrillón habló de como la ley del patrimonio no cumple su finalidad de amparar el patrimonio.- El 15/V/1999 otro editorial del Decano lleva por título: ¿Quién detiene los robos sacrílegos? Allí afirma lo que tanto nos acongoja: “Larga es la lista de templos y monasterios que han sido saqueados en Lima y en la mayoría de las provincias”. ¿Es que acaso se quiere institucionalizar una actividad delictiva que termine por poner en manos de una mafia

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el patrimonio cultural de la nación? Indispensable es que las autoridades municipales y policiales coordinen funciones de vigilancia, sin menoscabo de las investigaciones que pongan tras las rejas a todos los traficantes de nuestras reliquias venerandas. La inacción gubernativa es ciertamente inaceptable.- El 17/V/1999 se publican los textos de la encuesta, vía la computadora, atendiendo a la pregunta: ¿Cómo parar los robos sacrílegos? Las respuestas extractadas resaltan la participación ciudadana, planteando soluciones.- El mismo día, (17/V/1999), se informa del asalto sufrido por la iglesia de San Juan, del distrito de Acora, Puno, por el cual manos sacrílegas se han apoderado de tres lienzos de la Escuela Cuzqueña. El párroco, Domingo Yanque Chana, sentó la respectiva denuncia.- El 19/V/1999 se publica otro despojo sufrido, esta vez, por el templo de La Merced de Puno, consistente en once de los catorce cuadros de la Vía Crucis, pintados sobre latón y enmarcados en bronce. El corresponsal del Decano deja constancia que el sacerdote Plácido Laime Molina sentó la denuncia, dos días después. Los malhechores deben estarle agradecidos por este delito de encubrimiento que los ha favorecido.- Por último, el 24/V/1999, se publicó la fotografía de los marcos vacíos del monasterio de Santa Rosa de Arequipa.

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La Superiora del mismo, pidió a los lectores pudientes que no se vean tentados de adquirir las obras de arte robadas. También nosotros deseamos de corazón que no se sientan tentados de alentar así tan ruin tráfico.

El 5/VI/1999, Francisco Stastny intenta detener la venta de los trece lienzos de la Escuela Cuzqueña, sustraídos del monasterio arequipeño dedicado a Santa Rosa, Al efecto, publica las fotografìas de cinco de esos lienzos, adjuntos a una enjundiosa nota de Pilar Flores Dioses, quien no se equivoca al resaltar la insensibilidad que se ha ido apoderando de la colectividad, ante la pérdida de lienzos, tallas y objetos de valor incalculable, dentro del patrimonio cultural de la nación. Bien hace al restregarnos en la cara una verdad que tiene todo el peso y dimensión del espinazo andino: Publicada la noticia del hurto el escándalo trasciende y, con la misma intensidad, se olvida el hecho sin hacer ningún seguimiento del caso. Además, mucho se podría escribir respecto de otra verdad que quema como soles: Se ha perdido todo respeto por los espacios sacralizados.- El 11/VI/1999 el Decano anuncia que la Comisión de Bienes de la Iglesia determinó instalar alarmas y sensores en templos y conventos de Arequipa, para poner fin al alto índice de

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robos de obras religiosas de gran valor artístico. El director departamental del INC, filial Arequipa, Luis Cánepa Sardón, indicó que se contaba al efecto, con un sofisticado sistema de seguridad, que cada congregación adquirirá por su cuenta y riesgo,- El 21/VI/1999, El Comercio dispone que el Tema del Dia trate de los robos sacrílegos. El titular que encabeza toda la página A2 reza así: “Han desaparecido cerca de 3,000 objetos sagrados de los templos”. Y el subtítulo dice: “Sólo en el Cuzco y Huancayo se perdió el 50% del patrimonio artístico en los últimos cinco años”. El texto comienza enfatizando que los robos de los objetos sagrados han arreciado durante la última década, “dejando una deplorable huella”. Según estimaciones calculadas por Francisco Stastny, entre 1995 y 1999, desaparecieron 2,700 piezas. Solamente en el Cuzco, en los últimos siete años, se robaron más de ciento cincuenta lienzos de la Escuela Cuzqueña, cuyo valor monetario suma muchos millones de dólares americanos. En columna aparte aparecen los casos más sonados, entre los que figuran El Señor de la Caña de Chupuro, quince lienzos de la Escuela Cuzqueña de Cusibamba y los trece óleos cuzqueños del monasterio de Santa Rosa de Arequipa. En la sección: Preservar el Pasado, el director del INC, Luis Repetto, pide realizar una cruzada nacional

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“para proteger las obras de arte”…”hora es de organizarse para velar por este valioso patrimonio”. En otra sección, Iniciativa Virtual, bajo el titular: Alistan Base de Datos de Pinturas Sagradas, nos informamos que dos universidades de los Estados Unidos y la universidad particular de Ciencias Aplicadas están trabajando sobre el particular, con miras a incrementar el registro de arte robado. Marginalmente, la columna Enfoque, a cargo de Marco Mendez Campos, releva el hecho indubitable que si hay ladrones es porque existe gente dispuesta a comprar, casi siempre a alto precio, lo que es producto de un robo. Finalmente, la página viene orlada con tres interesantes ilustraciones dignas de apreciarse.- El 22/VI/1999 aparece otro editorial del Decano bajo el título de Alto a los Robos Sacrílegos. De inicio indica que anualmente se roban hasta quinientas obras de arte religioso virreinal. Casi se diría que existe el propósito de despojar a los peruanos de su patrimonio o de su herencia cultural, “de incomensurable valor histórico, devocional y artístico”. Para el Decano, la seguridad de las iglesias es lo prioritario; si esto no es posible, procede el traslado de todo lo valioso a los museos más seguros, “dejando en reemplazo réplicas o reproducciones de buena factura”. Por su parte, la PNP, de servir para algo, debe identificar y desbaratar las

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bandas o mafias de delincuentes sacrílegos. “Aparte de esto, es imperioso generar más conciencia en la comunidad sobre la grave naturaleza del delito y sobre los perjuicios que causa al acervo histórico nacional”.- Abajo, en El Apunte del Día, un fraile ante un marco vacío exclama: “¡Detengamos los robos sacrílegos ahora!” El 26/VI/1999 los ladrones tienen la oportunidad de manifestarse siniestramente. Cinco lienzos de la Escuela Cuzqueña fueron robados de la iglesia de Pichacani, a 100 Km. al SE de Puno. Los delincuentes se abrieron paso por el campanario y procedieron a cortar las telas separándolas de sus marcos. Las pinturas representaban a Santa Bárbara, a la Virgen de la Natividad, a la Pasión de Cristo, a la Virgen de los Desamparados y a un quinto óleo aún no identificado. Sobre el último punto, la filial Puno del INC comunica que “no existe el financiamiento necesario para realizar la catalogación de los valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña que existen en todas las iglesias del altiplano”.- Pero “El Comercio” no se da por vencido y vuelve a la carga, una y otra vez, consciente de la justicia de su causa. Ahora realiza una encuesta en las provincias sobre el tema: ¿Qué hacer para evitar robos sacrílegos? Juan Manuel Guillén, alcalde de Arequipa, plantea la creación de un servicio civil de seguridad; Juan Guillermo Carpio, ex director regional del INC, se pronuncia por

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el inventario del patrimonio, por la creación de museos departamentales de arte religioso, y por la concientización de los pueblos sobre lo que poseen; José Ríos Reynoso, arzobispo de Huancayo, se inclina por el inventario y catalogación de lo que queda y por la creación del museo regional de arte religioso; Sergio Castillo, director del INC, filial Junín, coincide en el inventario y catalogación de todo el patrimonio de la iglesia y en la concientización de las autoridades de todo género; Gustavo Manrique, director del INC, filial Cuzco, está porque también se persiga el tráfico de los libros sagrados; y Jorge Flores Ochoa, catedrático de la Univ. Nac. de San Antonio Abad, alerta sobre el peligro que significaría la ampliación de un mercado cada vez más exigente.- Ese mismo día, (29/VI/1999), se informa que los pobladores de Paca, provincia de Jauja, se han organizado para vigilar, por turnos, la iglesia virreinal de la localidad, e 7 pm. A 7 am. Se sabe que en Concepción y en Tarma se hace lo propio. Ojalà que el buen ejemplo se difunda en todas partes. A su turno, Natalia Nieto Yacolca, especialista en restauración a la que ya nos hemos referido, manifestó que se puede acudir al INTERPOL y a la UNESCO para recuperar las pinturas que salieron ilegalmente del país.- El 30/VI1999, el mes se despide con las declaraciones de Sergio Castillo Falconí,

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director del INC, filial Huancayo, según las cuales “los robos de los óleos se realizan a solicitud de inescrupulosos clientes”. En su opinión, el precio de un cuadro de 1.90 m. de alto cuesta USA $ 50,000 dólares americanos, en el mercado negro. Por último, el catálogo y clasificación del patrimonio cultural religioso, del centro del país, marcha muy lentamente, “por falta de presupuesto y de especialistas en la materia”

Dos terceras partes del mes de la patria, no ofrecieron mayor novedad. Pero esa precaria tregua se rompió el 22/VII/1999, al dársenos a conocer el robo de cuatro lienzos y de dos tallas de madera, (San Joaquín y Santa Ana), de la iglesia de San Marcelo. El templo, el segundo más antiguo de la capital, carecía de vigilancia, pese a que al comenzar el año había ya recibido la ingrata visita de los indeseables. La DININCRI de entonces, nada hizo. Se espera que esta vez si haga algo.- El 28/VII/1999, el Decano recoge las dolidas expresiones de Jaime Mariazza, director del Registro Nacional del Patrimonio Mueble del INC, “sobre el robo a pedido” efectuado en San Marcelo. Para hurtar el San Miguel Arcangel, facturado en el siglo XVII y atribuído a Diego de la Puente; o la Inmaculada Concepción; el robo tuvo que ser “dirigido”. Recuerda Mariazza que en

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1996 se robaron, del mismo templo, columnas barrocas doradas y el valioso lienzo del siglo XVII El Señor de la Justicia: todo ello parte importante del patrimonio monumental de la nación, por no decir parte importante del acervo histórico y artístico de la iglesia católica a la cual, desde hace unas decenas de años, parece no interesarle. Ese mismo día patrio, (28/VII/1999), se da cuenta de otro robo sacrílego: “Desaparece lienzo de iglesia de Barrios Altos”, dice el titular. Los ladrones, que dicho sea de paso pululan en el sector, penetraron por el campanario, de madrugada, apoderándose del único lienzo que constituía el tesoro del templo. Se trata del “Cristo Pobre” de la pequeña iglesia de Santo Cristo, de la portada de las Maravillas, que era un buen cuadro de la Escuela Cuzqueña.

El 1º/VIII/1999, el arzobispo de Lima montó en cólera y reclamó mano dura contra los ladrones sacrílegos. Al respecto criticó la pasividad de las autoridades ante los últimos robos: “Debo invocar tanto a los alcaldes como a la policía nacional, que sean ellos quienes decidan si la delincuencia ha de seguir robando, o si van a tomar alguna acción”. Tales las palabras del prelado. Más adelante motejó de cobardes a las autoridades y calificó de medrosos a los ciudadanos comunes y

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corrientes, incapaces de enfrentarse a los delincuentes sinvergüenzas y sacrílegos.- El 2/VIII/1999, el arzobispo Juan Luis Cipriani Thorne añadió a lo expuesto lo siguiente: “La mayoría de los robos sacrílegos que se producen en el país, es por encargo de algunos malos coleccionistas”.- Ese mismo día, el Decano tornó a editorializar bajo este titular: “Contra la impunidad de los robos sacrílegos”. Subrayó, esta vez, la acción coordinada del clero y de la sociedad organizada, para enfrentar con éxito el flagelo. Reclamó una legislación especial que proteja el patrimonio y que sancione el saqueo; aparte de establecer un sistema de seguridad ad hoc en todos los templos. Debe ser indispensable, agrega, apoyar las tareas de la Comisión Episcopal a cargo de los bienes monumentales de la Iglesia.- En la misma edición, el Apunte del Dìa representa, a propósito, el reforzado brazo de la Iglesia.- El 3/VIII/1999, el profesor Francisco Stastny vuelve a dejar sentir su voz. Insiste en que un inventario completo de importantes obras de valor histórico o religioso, emanado de todas las iglesias y conventos del Perú, evitaría la comercialización ilegal, tanto dentro como fuera del país. Con el inventario en funciones, todo comprador se hace cómplice de un delito, con todas sus consecuencias. Y no deja pasar la oportunidad para reiterar que, de 1995 a

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1999, han desaparecido quinientas piezas de valor histórico y religioso al año.- El 5/VIII/1999 los lectores del Decano nos enteramos que la presidencia de la Comisión Ejecutiva del Ministerio Público, nombró a Plácido Córdova Díaz como fiscal ad hoc para investigar las sustracciones de bienes de valor litúrgico, artístico e histórico, de propiedad de la Iglesia Católica en la capital de la República.- Por otra parte, la santa ira episcopal ha servido también para que el SINACOOP, (Sistema de cooperación con la policía nacional), anuncie una escala de recompensas, en moneda extranjera, para todos los efectivos que logren capturar a los ladrones y recuperar las especies robadas. Y por si fuera poco, el Ingº Arturo Woodman, que preside tal entidad, anuncia que premiará con becas integrales, en universidades privadas limeñas, a los hijos de tales efectivos.- Con estas acciones parece percibirse, por fin, la luz al final del túnel.- El 7/VIII/1999 el Decano anuncia, con grandes caracteres, que con sistemas de alarmas se está cuidando el patrimonio religioso. Más adelante aparece el siguiente texto: “Los primeros mecanismos serán instalados en las iglesias de los Barrios Altos, Cercado y Jesús María”. Sobre el punto coordinan medidas con el INC y con la PNP.- El 9/VIII/1999 “El Comercio” publica una serie de respuestas a la pregunta que

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plantea: “¿Qué se debe hacer para detener los robos sacrílegos? Entre ellas destaca la creación de una policía eclesial y el endurecimiento de la ley capaz de desarticular la compraventa de lo mal adquirido.- El 15/VIII/1999, la Dirección de Investigación Criminal (DININCRI) informa que han sido detenidos los autores de los últimos robos en las iglesias limeñas y que se ha intervenido, en Miraflores, la casa de un coleccionista. El 17/VIII/1999, el tema que nos ocupa es también el Tema del Día de nuestro diario favorito. En toda una página, (A 2), pujan los titulares y las fotografías. El principal es sin duda el siguiente: “El altar está completo – Recuperan tallas de madera robadas en la iglesia de San Marcelo – La policía halló también dos candelabros de pan de oro y dos lienzos del siglo XVII”. La reseña corresponde a Alessandra Pinasco. En efecto, Santa Ana y San Joaquín, estatuaria de 1.40 m., retornaron a su lugar de origen. El óleo huamanguino de San Cristóbal y el óleo cuzqueño de la Virgen del Carmen también volvieron a su lugar de origen. Los detenidos son los hermanos Luis Paz Pacheco (Danjo) y Enrique Paz Pacheco (Nica), más el autor intelectual Carlos A. Bustamante Vera (Ollita Vieja). Por otro lado se está tras la pista de Ricardo Rentería Cárdenas (Richard) y de un tal Freddy, también comprometidos en el

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“escalamiento” y “fractura” de hasta tres rejas. – Después es relevante, en honor al mérito, el titular periodístico: “Destacan trabajo eficiente de la policía nacional”. Ocasión fue ésta para que el arzobispo hiciera las precisiones del caso: “Este patrimonio es peruano, es del pueblo católico del Perú”. Al respecto, el párroco de San Marcelo, monseñor Aurelio Idrago, agradeció al general Fernando Gamero por la rapidez y eficiencia demostradas por la PNP. Acto seguido invocó al INC la restauración de las imágenes recuperadas que, inevitablemente, han sufrido deterioros. Monseñor Cipriani también incidió en lo holgado que debe ser el presupuesto del INC, aplicado a poner en valor el patrimonio religioso, “lo cual es importante para la evangelización, el turismo y la cultura de nuestro pueblo”.- La página en comentario cuenta con dos columnas: Estímulos y Recomendaciones. En la primera, el titular reza así: “Premiarán a los policías que velen por el patrimonio”. En la segunda el titular dice: “Cómo preservarlo”. En la primera, Arturo Woodman garantizó que el premio no bajaría de tres mil dólares americanos; y en la segunda, Francisco Stastny formuló cuatro recomendaciones. En primer lugar, recomendó que las iglesias se organicen como museos. En segundo término, recomendó la colocación de sistemas de

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seguridad normales. En tercera instancia, recomendó guardar en cajas fuertes los objetos de mayor valor. Y, finalmente, recomendó la difusión fotográfica de lo robado por todos los medios de comunicación masiva.- Asimismo es de gran interés la reproducción de los sesentiseís cuadros de la Escuela Cuzqueña, robados en toda la República, en el curso del presente año.- Pero no todo merece un comentario jubilar. En la última sección, La de Nunca Acabar, el titular habla por si solo: “Hurtan diez lienzos de un templo virreinal en el Cuzco”. Se trata de la capilla de Curamba, distrito de Zurite, provincia de Anta, en la cual un grupo de desalmados, después de aplicar una brutal paliza al guardián Nicanor Tecse Huamatalla, se apoderaron de diez hermosos lienzos de la Escuela Cuzqueña, representativos de la Virgen de La Soledad, de San Rafael, de San Juan Bautista, de la Virgen del Rosario, de San Francisco de Asís, de San Ignacio de Loyola, de San Antonio y de otros tres no identificados.- El 18/VIII/1999 el Apunte del Día plantea irónicamente que los que fomentan el robo de objetos sagrados, compiten con el personal de SINACOO en afamarse como los mayores “benefactores de la policía”. Todo cabe en lo posible. Conozco un ladrón de siete suelas, pariente y amigo de altos mandos de la PNP, asociado a la “legión de

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honor” donde, por cierto, “el honor no es su divisa”. Ese mismo día, (18VIII/1999), se publica una carta de Mariana Mould sobre cómo acabar con los robos sacrílegos.- Por último, con un gran despliegue de peliculina, el 27/VIII/1999 se acabó el mes negro con toda felicidad, ya que en el Cuzco la PNP recuperó alhajas y lienzos robados en la iglesia de Sangarará. El prefecto, Mario Ruiz de Castilla Marín, informó que los tales fueron sustraídos la noche del 7/VIII/1999 y que las alhajas están distribuidas en coronas, diademas y collares de oro, hasta por un peso de siete kilos y medio. El gobernador, Eliseo Farfán Torres fue quien logró recuperar este tesoro, el 20 del presente mes de agosto, sometiendo a prisión a Vicente LLoclle Delgado y Primitivo Quispe Quecaño, ahora en los calabozos de Acomayo.- De otro lado, en el día de la santa patrona de la PNP. Aparece algo muy significativo para la institución, según el siguiente titular: “Policía recuperó lienzo de Santa Rosa de Lima – Fue devuelto con otras seis obras de arte religioso”. El reporte aparece con una fotografía de monseñor Cipriani recibiendo el cuadro de manos del general Dianderas. Las otras seis pinturas representan a San José y el Niño, (siglo XVIII), a San Pedro Alcántara, a la Virgen del Carmen, a Nuestra Señora de Luján, a la Virgen y el Niño y a otro tema no precisado.

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Con todo, setiembre no puede dejar de presentar un mal aún sin cura. El 14/IX/1999 viene del Cuzco la lamentable noticia del robo sufrido por la iglesia de Santiago Apóstol de Ollantaytambo, provincia de Urubamba, a la que se despojó de ocho hermosos lienzos de la Escuela Cuzqueña, un cáliz y una patrena de metal precioso. La temática consiguiente es como sigue: La Visitación, Cristo en Extasis, San Francisco de Asís, San Juan Evangelista, El Martirio de un Santo, Santiago Apóstol, Sodoma, Gomorra, Jesús ante Pilatos y Jesús Vendado. La feligresía cuzqueña espera que la policía cumpla con su deber en pro de su propia conveniencia.- El 19/IX/1999, Huancavelica ocupa nuestra atención. El director del INC, filial Huancavelica, Isaac Perez Angulo, informa que en los últimos dos años cuarenta cuadros de la Escuela Cuzqueña y del siglo XVII, aparte de un sinnúmero de tallas y de joyas, fueron robados de las iglesias de Huancavelica, Huanca Huanca, Huayllay, Congalla y Anchonga. Sólo las joyas se valorizaron en màs de un millón de dólares americanos. Lo repudiable del caso es que dos de los malhechores, de una banda de diez, fueron capturados y, según lo declarado por el párroco de Lircay, (Wilder Delgado Venegas), puestos inexplicablemente en libertad. Valorizando

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en S/. 50.00 cada cuadro, la policía estimó que de lo que se trataba era de un robo de menor cuantía y, por lo tanto, indigno de merecer su importante atención. Ese es el precio que se puso inicuamente a los siguientes óleos: Nacimiento de Jesús, Adoración de los Magos, Huída a Egipto y la Sagrada Familia, (sólo de la iglesia de Huanca Huanca), cuyas medidas son 3 x 2.40 m. Obviamente, con tal valorización cualquier pobre diablo puede hacerse millonario de la noche a la mañana.- El 25/IX/1999 se publica la coordinación de acciones entre el INC, La INTERPOL y el FBI, para evitar los robos de bienes culturales a lo largo del ancho mundo. Al efecto, el 28/IX/1999 se inauguró en el Cuzco el Segundo Taller Internacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales. Concurrieron los representantes de institutos o ministerios de Cultura, de Alemania, Bolivia, Canadá, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos y Francia; además de los funcionarios de la UNESCO, del ICOM (Consejo Internacional de Museos), PNP y Superintendencia Nacional de Aduanas. El certamen se clausuró el 2/X/1999. Aparte de lo consignado en la agenda oficial, a sotto voce el comentario general fue que todo sale por la aduana, por los aduaneros corruptos que antes de verificar la autenticidad de valiosas piezas de museo las hacen pasar por simples artesanías, y

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por la vía diplomática. Oficialmente se trató de la legislación dictada para proteger y defender el patrimonio cultural, los convenios internacionales y la recuperación de los bienes tanto dentro como fuera del país. Luis Repetto, el titular del INC, manifestó que para el 2/X/1999 se pondrán en funcionamiento tres casetas de verificación en el aeropuerto internacional Lima-Callao.- El 26/IX/1999 un titular del Decano reza así: “Bandas sacrílegas tienen conexiones con el exterior”. Y es que la DIR, (División de Investigación de Robos), de la PNP, se expresa de tal modo, señalando a Colombia, Ecuador, Estados Unidos y Europa como focos irradiadores del tráfico nefando. A tal conclusión se llega después de interrogar a dieciséis detenidos cuyas bandas han operado en Arequipa, Cuzco y Lima. De tales malandrines se recuperó El Cristo Pobre, (del siglo XVIII), robado de la iglesita del Santo Cristo. más cuatro candelabros de bronce de la época virreinal, listos para ser sacados del país. Uno de los facinerosos, presunto cabecilla de la banda, es Oscar Rodriguez Velarde, quien está entre rejas con su suegro y cómplice Domingo Quiñones Cano. De otro lado, la conexión peruano-boliviana está perfectamente identificada a través de las hermanas Lachaca y de Jackeline Pariatanta que, según se espera, pronto verán el sol a cuadritos.

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El 2/X/1999 el Decano nos ofrece una buena nueva con fotografía a color inclusive. Se trata de una colección de dieciséis cuadros de la Escuela Cuzqueña que fueron interceptados en Ipiales, (Colombia), en 1997, y repatriados por el gobierno colombiano. Se exhiben, todos restaurados, en el museo Garcilaso de la Vega, del Cuzco, desde que se ofreció una ambientación digna y adecuada al desarrollo del Segundo Taller Internacional antes mencionado.- El 3/X/1999 se informa que el congresista Carlos Chipoco ha `presentado un proyecto de ley para tipificar el delito de robo sacrílego e incluirlo en el Art. 18 del Código Penal. Hasta hoy, los delincuentes son acusados por delito contra el patrimonio en la modalidad de hurto, por lo cual se les aplica un máximo de cuatro años de prisión. Según el proyecto Chipoco, la pena mínima sería de seis años y la máxima de doce para el autor; y no menos de cuatro y no más de seis para el reducidor. En opinión del congresista, sólo así la herencia cultural de los peruanos estaría mejor salvaguardada.- Por su parte, es de esperar que el apoyo de la PNP se concrete objetivamente, en todo el país, tras la reuniones que el arzobispo de Lima está teniendo con el general Fernando Dianderas.- El 4/X/1999 aparece el

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congresista Chipoco, en el Apunte del Día, apaleando a un ladrón sacrílego.- El 6/X/1999 se publica una carta de Mariana Mould quien, interpretando el pensamiento de “un grupo de laicos comprometidos con su fe católica”, aboga por incorporar a nuestra realidad “las enseñanzas de Juan Pablo II sobre la herencia católica y la nueva evangelización”. Aunque la evangelización no es nueva ni vieja, sería de mucho provecho la divulgación de tales enseñanzas, sobre todo para estudio obligatorio del propio clero regular y secular.- El 8/X/1999, la encuesta computarizada de “El Comercio”, ante el planteamiento de si disminuirán los robos sacrílegos con nuevas sanciones, registra algunas respuestas de valor.- El 12/X/1999, el Decano se explaya sobre los valiosos lienzos de la Escuela Cuzqueña, del siglo XVIII, recuperados por las autoridades colombianas y expuestas en la Ciudad imperial. Los cuadros, como se sabe, fueron sustraídos de la iglesia de Urubamba. Fue el traficante César Domingo Hermosa quien pretendió negociarlos ilegalmente a través de la frontera ecuatoriano-colombiana. Además, fue la ministra de RR.EE. del país hermano, María Emma Mejía Velez, quien los retornó personalmente aprovechando una visita oficial.- El 15/X/1999 Mariana Mould suscribe otra carta, esta vez para incidir en los derechos culturales del pueblo

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católico. Al efecto, plantea la restitución de todo lo robado para, por voz de S.S. el Papa, “conservar la memoria del pasado y proteger los monumentos visibles del espíritu, con un trabajo minucioso y continuo de catalogación, de mantenimiento, de restauración, de custodia y de defensa”. Para información de la autora, esa es justamente la posición de la Iglesia Católica Tradicional. Preguntamos: ¿Lo será alguna vez de la iglesia ecuménica y conciliar? Definitivamente, sería altamente venturoso que las “conferencias episcopales” hicieran suyas las expresiones papales sobre el particular.- Ese mismo día, (15/X/1999), se publica la noticia de la captura del cabecilla de una banda de ladrones sacrílegos en Huancavelica.- El 27/X/1999 César Coloma Porcari publica el artículo titulado ¿Qué es el patrimonio cultural? Al respecto menciona la Constitución, Art. 21; la ley 24047, Art. 1 y 2; la Convención de la UNESCO, de 1972, sobre la protección del patrimonio mundial; y la Convención de San Salvador, OEA, de 1976.

El mes de noviembre se inicia con una truculenta noticia. Las ratas roen doce excelentes lienzos del siglo XVIII y de la Escuela Cuzqueña, que el párroco Mario Vilcahuamán guardó en una pieza casi oculta, de su modesta morada, desde hace

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unos diez años, para salvarlos de los ladrones sacrílegos que más de una vez los buscaron en los paramentos de la iglesia matriz de San Jerónimo de Tunán. Los lienzos están referidos a la vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Así y todo, los roedores no han logrado convencer a la feligresía que aquel patrimonio histórico y artístico, estaría mejor conservado y restaurado en la sede de la arquidiócesis, esto es, en Huancayo.- El Día de las Ánimas, 2/XI/1999, “El Comercio” regala a sus lectores toda una página de buenas noticias. Por fin la policía tiene tras las rejas a varios depredadores, que pertenecen a seis bandas perfectamente identificadas por la DIR. Los ladrones de lápidas, Sandro Figueroa Zevallos y Enrique Crespo Peralta, fueron el hilo que llevó al ovillo. Confesaron que el anticuario Domingo Quiñones Cano los contrataba para robar en las iglesias de Lima, Cuzco, Arequipa y Puno, cosa que les resultaba menos riesgoso y más rentable. El yerno del tal Quiñones, César Rodríguez Velarde, resultó ser un traficante internacional de bienes culturales; y Humberto López Rocha, un avezado reducidor de objetos robados.- También se identificó al socio capitalista de Rodríguez Velarde, el no habido Víctor Campana Rosas, quien se encargaba de comercializar el patrimonio de todos los peruanos en

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Ecuador y Colombia. El modus operandi de este sujeto era tal, que hasta pagaba por adelantado los objetos que Rodríguez Velarde robaba después por encargo. Otros facinerosos que tenían por cabecilla al susodicho eran, en Lima, Delfín Gamarra Martinez, Víctor Chavez Atalaya, Raúl Poma Mariano, Carlos Deleccio Mendoza y Orlando Dominguez Sipán; en Puno, Cirilo, Juan y Enrique Arocutipa Mamani; y en Arequipa, Manuel Poch Medina (“Manotas”). Implicados en el inmoral tráfico de objetos robados, son los siguientes: Ana María Quiñones Cortez, Carlos Huamán Saba, Carlos Morán Quiñones y el ex seminarista Johnny Barrios Heredia. Ellos viajaban de Lima a Tumbes y en el puente internacional Aguas Verdes-Huaquillas, pagaban a los “paseros” para evitar controles de ambos países. Luego se dirigían a Quito para entregar “la mercadería” en casas de antigüedades de esa capital. – Paralelamente, la policía intervino otras cuatro bandas que se dedicaban a depredar la herencia virreinal de la iglesia peruana. Una de ellas era capitaneada por Sandra Castillo Becerra, quien operaba en Colombia y tenía por cómplices a Jack Garate Aquije y José Samaniego Saavedra. Otra de ellas era coordinada por las hermanas Jackeline y Chasca Romero Pariatanta, quienes operaban en Bolivia. El “golpe” asestado últimamente a la iglesia

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de San Marcelo, fue planeado por esas dos hermanas. En su poder tenían dos esculturas y dos cuadros. El resto del botín se ubicó en la vivienda de Carlos Bustamante Vera y en poder de los hermanos Jorge Luis y Enrique Paz Pacheco.- La policía nacional, a través de INTERPOL, ha identificado las casas de antigüedades del Ecuador y de Colombia, repletas en gran parte de las obras robadas, a efectos de su repatriación. Las gestiones en tal sentido corren a cargo del general PNP Raúl Cubillas Arízaga. Así, en el taller de restauración de antiguedades de Quito, se han ubicado los lienzos de San Miguel Arcángel y de la Inmaculada Concepción, robados en la iglesia de San Marcelo; El Señor de la Justicia y el Cristo de Marfil, robados en la iglesia de Santo Domingo; y La Virgen de la Nube, robado en el convento de Santa Rosa de Arequipa. Tales los bienes que, entre otros, fueron robados en templos católicos del Perú y sacados subrepticiamente del país.- En la sección Enfoque, Luis García Panta nos advierte que: “No hay que bajar la guardia”, en el supuesto que el contrabando de piezas histórico-artísticas de la iglesia, después del narcotráfico, es el negocio más lucrativo que existe. Por lo tanto, hay que alentar a la PNP para que continúe desbaratando, incansablemente, las organizaciones delictivas que depredan

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la riqueza histórica nacional.- El 3/XI/1999, el Decano destaca la convocatoria que el INC hará a la empresa privada para que promueva la cultura, (Consejo Nacional de Empresarios); para que proteja y revalore el patrimonio cultural del Perú; y para que financie el inventario nacional de bienes, incluyendo los de la Iglesia. Deseamos el mejor de los éxitos a las gestiones que, sobre el particular, viene realizando Luis Repetto Málaga, director titular del INC.- El 15/XI/1999 el Decano da cuenta que la policía capturó a dos delincuentes de la banda de “los chutos”, de Comas, especializada en robos sacrílegos, tanto en Lima como en el interior del país. Los detenidos son Jaime Estrada Chauín y Nila Vicuña Vásquez quien, agrediendo al personal policial, facilitó la fuga de su conviviente Walter Ocrospoma Cáceres, jefe de la banda. La policía confía en que pronto será habido, junto con Juan Taype Quispe y otros dos secuaces. Probado está en que estos fueron los bandidos que desvalijaron la parroquia matriz de Jauja, el 19/I/1999; y el templo de San Francisco, de esa ciudad, el 6/III/1999. De la primera robaron cinco lienzos cuzqueños de la Virgen del Rosario; y de la segunda robaron nueve lienzos, también cuzqueños, del siglo XVII.- El 23/XI/1999 Mariana Mould, a propósito de la devolución de tres lienzos por una casa de remates de Nueva York,

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vuelve a insistir en que las obras de arte sacro virreinal deben ser restituídas a los contextos histórico-religiosos de los que fueron extraídas.- Ese mismo dìa, (23/XI/1999), el Decano da cuenta de cómo una estatua de Santa Rosa (siglo XVIII) se hallaba en poder de Jack Donald Gárate Aquije, integrante de la banda de “los sacrílegos”. Este sujeto traficaba, en Ecuador y Colombia, con pinturas y esculturas robadas en iglesias de Arequipa, Cuzco y Puno.- La ultima mala noticia del mes se publicó el 26/XI/1999. Por ella nos enteramos que la plancha de metal, frontal del altar mayor del templo de Santa Ana, Ayacucho, fue sustraída con nocturnidad, alevosía y ventaja. En setiembre, ya se había hurtado otra plancha similar de 3 x 1.20 m.

El último mes del siglo, por lo que a nuestro trabajo se refiere, se inicia el 3/XII/1999 con una carta de Ivan Romero por la cual manifiesta que en la galería Christie’s de Nueva York se sorprendió al encontrar en venta, por USA $ 16,000.00, un cuadro de la Escuela Cuzqueña. Al respecto, urgió su recuperación “antes de que sea rematada”.- El 5/XII/1999, la museóloga Paloma Carcedo de Mufarech afirma que “es muy difícil trabajar en el Perú”. Según ella, el principal problema está en que no existe una adecuada política cultural,

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estructurada en tal forma que considere la formación de museólogos para que éstos, a su vez, “tengan mejores criterios de evaluación”. La contundencia de ésta afirmación amerita reflexionar sobre ella.- El 17/XII/1999 se publica una nota periodística sobre una valiosa prenda en peligro, bajo el título: “Iglesia del siglo XVIII a punto de desplomarse”. Se acompaña una fotografía del frontis y de la carcomida torre de la misma. Pese a todo, los campesinos del valle de Yanamarca (Jauja) la custodian celosamente para que los objetos sagrados que ella guarda no caigan en manos de los ladrones sacrílegos. Posee un retablo barroco en pan de oro, de gran belleza. También cuatro cuadros al óleo de la Escuela Cuzqueña (0.70 x 0.60 m.). Armando Chipana León, director del INC, (filial Junín), afirma que el cuidado y protección de esa joya virreinal está a cargo de la comunidad campesina del lugar; y que sólo puede pedir la asistencia técnica del Estado.- En la víspera de la Natividad de N.S.J.C., (24/XII/1999), se publica la captura de dos traficantes de bienes culturales, tanto prehispánicos como virreinales, el peruano Benigno Valcárcel Joya y el norteamericano James Cook Rangall, que comercializaba ilegalmente pinturas de la Escuela Cuzqueña. El "gringo", avecindado estratégicamente en el distrito cuzqueño de Santiago, no pudo

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probar la correcta tenencia de cuatro lienzos de la Escuela Cuzqueña, doce jarrones vidriados, cuatro candelabros metálicos y otros objetos de valor, cuya posible procedencia es la iglesia de la Virgen del Rosario de Paucartambo.- Ya en Navidad, 25/XII/1999, el Decano anuncia que ya está lista la campana de la iglesia catedralicia de Abancay, réplica de la “María Sacramento” de 1775, que por su notable deterioro ya no puede convocar al vecindario. La nueva campana, donada por un ciudadano italiano, pesa 1500 Kg. y está programada para repicar desde el próximo 13/V/2000.- El 27/XII/1999, el Decano dedica toda una página a la ley 27244, “publicada ayer en el diario oficial “El Peruano”, por la cual se modifican tres artículos del Código Penal, “dos de los cuales incluyen el concepto de comercialización”. Así, en defensa del patrimonio, se impondrá penas “de hasta ocho años”. Consecuentemente, el mayor de los titulares reza así: “Comercializadores del patrimonio cultural también irán a la cárcel”. A partir de ahora, los autores directos de los hurtos “no serán los únicos que paguen por ese delito”. También pagarán los que compran o vendan los objetos robados. Las penas privativas de la libertad no serán menores de dos años ni mayores de ocho.- En otra columna y por vía de comparación, se comenta que en los

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Estados Unidos la pena alcanza a los diez años, tipificado como está el delito de transporte internacional de propiedad robada.- Otra sección lleva por titular lo siguiente: “Unas trecientas cincuenta iglesias han sido robadas”. Se trata de templos virreinales cuzqueños, especialmente los alejados de la metrópoli imperial, que han sido saqueados por los depredadores en la última década, a instancias de la falta de vigilancia y de la inseguridad reinante. Ocasión fue ésta para que los voceros del INC continuaran culpando a las bandas organizadas internacionalmente; y en que los voceros del arzobispado siguieran achacando a la reforma agraria la falta de protección a los templos rurales o semi urbanos.- Otra sección destaca que, hasta la fecha, ninguno de los ladrones sacrílegos ha ingresado a la cárcel. Lo cual es un verdadero escándalo. Se afirma que en los últimos cinco años se sustrajeron más de tres mil objetos “de propiedad de la Iglesia”. Y como es lógico, dicha propiedad tiene que probarse. De allí la necesidad de registrar los bienes culturales eclesiásticos “bajo estándares internacionales”.- En la última sección: Precisiones, Mariana Mould y Walter Alva fijan su puntería en “los autores intelectuales del hurto de la herencia ancestral peruana” que, en su opinión, pertenecen “al grupo social más

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importante del Perú”. Sería de desear que en todos estos enfoques no afloren los sentimientos subalternos hacia los coleccionistas, que salvaron nuestra herencia cultural de sabe Dios qué destino.- El 29/XII/1999 aparece en La Carta del Día la que suscribe Mariana Mould donde, pasando por alto el que no hay efectos retroactivos en ninguna legislación, estima que la ley 27244 posibilitará que “las obras de arte sacro sean restituidas a la Iglesia Católica, representante del pueblo de Dios, su legítimo propietario”.

EPÍLOGO

Dando fin a la triste historia del expolio de la riqueza de los pobres, del despojo del patrimonio cultural de la Iglesia y de la Nación, profanando en todas partes la Casa de Dios, menester es que lo hagamos a través de algunas reflexiones. Según el obispo auxiliar del Cuzco la Iglesia es impotente para salvaguardar su patrimonio, sea por falta de recursos o, sobre todo, por la negligencia del clero. Bajo ese velo insustancial pretende ese prelado disimular cómo se ha institucionalizado la profanación a tenor del contexto permisivo

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propio de la reforma litúrgica del Vaticano II ¿Acaso la constitución conciliar no se declara contra la arquitectura, escultura, música y pintura del pasado, por no conformarse con la liturgia reformada?

Así y todo, le interese o no al alto clero, cada robo es un atentado contra la intangibilidad del patrimonio nacional ya que, como editorializa “El Comercio”, el país pierde vestigios del pasado que son irrecuperables, insustituibles y de valía incalculable.

El latrocinio, el saqueo, la depredación de nuestros templos, no sólo mancilla la fe, sino que atenta contra el arte y contra la historia. En tal sentido la voz de alarma la da el Arq. Víctor Pimentel Gurmendi: “Se nos está yendo de las manos nuestro patrimonio cultural...debemos de salvarlo lo más rápidamente posible”.

El Instituto Nacional de Cultura, que no deja de ser una entidad burocrática más, teóricamente tiene por ley la responsabilidad de conservar, preservar y cautelar el patrimonio cultural de la nación peruana. Sin embargo, a nadie se le ha ocurrido proveerle de los medios adecuados para que catalogue, en su integridad, ese patrimonio puesto bajo su jurisdicción. Nadie ha previsto que ésa es, por encima

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de cualquier otra, su función cardinal. Por eso es que en todos los años de su existencia, el INC, en representación del Estado, ha sido incapaz de estudiar, proteger o recuperar sistemáticamente nuestro patrimonio. ¿No habrá tenido las manos atadas por coleccionistas inescrupulosos y por funcionarios venales?

El Estado, empleando otra herramienta más efectiva, la educación pública, puede resolver el problema sin contar con el INC, tal y cual hoy existe. Todos deben saber, desde la pre-escolaridad, de la historia patria, de las tradiciones patrias, de los valores patrios y de todo lo que apuntale su civismo y su orgullo nacional. Si los educandos de todos los niveles, como ahora ocurre, no conocen su cultura, no tienen indudablemente nada que amar y respetar; y por cierto, nada que hacer conocer al extranjero y obligarlo a respetar. En ellos, con toda seguridad, el patrimonio cultural del Perú no es el fundamento de su autoestima.

Al respecto, Celso Pastor de la Torre condena con toda razón la incuria, la negligencia, la falta de conciencia nacional, ante la pérdida del rico patrimonio histórico y artístico de la patria. Y es que la crisis que actualmente afecta nuestro patrimonio cultural viene propiciada por una carencia

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de identidad. Las mayorías no se identifican con lo que deben guardar adecuadamente y preservar idóneamente.

Según Stastny la sabiduría y el instinto popular son cartas ocultas en la manga que todavía se pueden jugar. Desde su punto de vista, no cabe dilatar más la convocatoria de las masas para que protejan su patrimonio cultural, pues, si éste se pierde, se pierde también su memoria histórica y su identidad ciudadana. Sobre el punto nosotros preguntamos ¿Comprenderán las masas que la depredación y el deterioro de nuestra común heredad cultural, laceran en lo más íntimo y profundo nuestra identidad nacional?

Con todo, a la vista que la desperuanización y la descristianización corren paralelas, sería ideal que el Pueblo de Dios reaccione y se haga cargo de las venerables muestras del pasado, para reencontrarse con sus esencias prístinas, rescatarlas y proyectarlas con orgullo al porvenir, con total prescindencia de caducas y obsoletas autoridades civiles y eclesiásticas que ni protegen ni cuidan.

Lo real es que el clero, la burocracia y la feligresía, salvo raras excepciones, no ha mostrado en el Perú la voluntad de formar un frente común y monolítico ante quienes

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profanan y saquean los templos, depositarios de la supuesta fe de unos y de otros.

Quizás el Estado, la empresa privada y la sociedad organizada, (instituciones sociales intermedias), planteen en el próximo futuro una alternativa viable; justamente allí donde los valores cristianos han periclitado, donde los bienes eclesiales, más que recintos de culto, han devenido en rentables museos.

Entretanto se barajan diversos antídotos contra el mal del mundo, contra los ladrones y contrabandistas que constituyen la principal amenaza que se cierne sobre el patrimonio cultural de la humanidad. Para un directivo del INC, (filial Cuzco), la solución está en reemplazar con copias los originales exhibidos en todas las iglesias del departamento, con el fin de reunirlos en determinadas iglesias museo del Cuzco, para lo cual habría de habilitarlas convenientemente.Para otro alto funcionario del INC la solución está en formar comités de defensa que brinden protección a los templos las 24 horas del día. Para un dignatario eclesiástico la solución está en las bóvedas de los bancos. Para otro prelado del centro del Perú la solución está en la formación del museo regional de arte religioso. Para un

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clérigo leguleyo la solución está en obligar a los ayuntamientos a cumplir la Ley Orgánica de Municipalidades, por la cual se establece que deben brindar protección a los templos. Para un estudioso del arte peruano la solución está en retirar lo verdaderamente valioso, de los lugares expuestos, aunque sea con merma de la fe, para guardarlos en lugares más seguros. Este mismo estudioso terminó por formular, posteriormente, una solución drástica y de suyo original. Propuso el préstamo o la venta, tutelada por el INC, en favor de los coleccionistas, de cuanta obra de arte corriera el riesgo de ser robada. Al menos así no desaparecería para la historia. Aparte de lo hasta aquí expuesto, ¿Hay otra solución por proponer? El Arqto. Víctor Pimentel Gurmendi cree que si, esto es, que la ley sea la correcta sancionando penalmente; que la institución cultural elevada a nivel ministerial cuente con recursos económicos suficientes y con personal idóneo, preparado técnica y científicamente; y que, por utópico que parezca, la capacidad vaya pareja con la honestidad.

Finalmente, cuanto se haga por conservar el arte religioso virrreinal, uno de los más extraordinarios del planeta, chocará con el odio y la hostilidad “de los enemigos de todos los hombres”, (tal y como los llamó

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San Pablo), los actuales amos del mundo, los señores absolutos de toda la tierra, que desde mucho tiempo atrás han traficado y siguen traficando con lo mejor de nuestro patrimonio, dentro y fuera de nuestras fronteras. En este reinado de tinieblas donde impera la iniquidad y donde nos esforzamos por hacer brillar la luz del Evangelio y porque no se apague la lumbre de la fe, tenemos que reconocer que la descatolización en nuestro país es un hecho consumado y que el plan maestro de la Trilateral ha dado óptimos frutos, anquilosando, corroyendo, empañando, humillando, maldiciendo, malogrando, quebrantando y vejando el dolorido cuerpo místico de Cristo. Que Dios Padre Omnipotente, por el honor de su nombre, revierta esta ominosa situación para que el mal no triunfe indefinidamente sobre el bien, como hasta ahora.

Lima, 31 de diciembre de 1999

Día de San Silvestre, Papa y Martir Certamen sobre Arte Sagrado Colonial, llevado a cabo en Bogotá, del 12 a l7 de

Agosto de 1968.

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PONENCIA I

El Significado Histórico y Artístico de los Documentos Provenientes del Concilio Vaticano II y la Constitución de la Liturgia.

Teniendo en consideración que la interpretación de los documentos provenientes del Concilio Vaticano II – en lo concerniente a las nuevas exigencias litúrgicas – motiva erradas interpretaciones que están determinando el cambio muchas veces radical de la fisonomía del espacio arquitectónico de los templos de la época virreinal; así como también la anulación o adulteración de valiosas obras de arte (retablos, púlpitos, etc.).

Y teniendo en cuenta que los templos y las obras de arte contenidas en ellos deben conservar la autenticidad de sus valores originales, los mismos que la propia iglesia reconoce y trata de salvaguardar por ser el testimonio de la espiritualidad de la época en que estas obras se ejecutaron.

Y considerando igualmente que es posible dar cumplimiento a las exigencias de la Nueva Liturgia mediante el adecuado

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diseño de los elementos ceremoniales, sin que ello implique la adulteración o anulación de las obras de arte existentes, ni mucho menos del espacio arquitectónico, y que es deseable y posible lograr la conciliación de lo antiguo y lo nuevo en los recintos sagrados, dando cumplimiento a las nuevas exigencias litúrgicas.

Se recomienda:

1. Que se propicie en cada uno de nuestros países, reuniones del clero y los organismos técnicos responsables del patrimonio histórico artístico, a fin de lograr mediante el adecuado diálogo, la clarificación de los problemas que las innovaciones de la Nueva Liturgia plantea según lo contenido en el documento emanado del Concilio Vaticano II.

2. Que, como resultado de este diálogo del clero y los organismos técnicos se elabore una cartilla conteniendo directivas claras y precisas para evitar torcidas y subjetivas interpretaciones y que estas directivas, sean difundidas ampliamente por las autoridades eclesiásticas mediante comunicados que contengan además como introducción, los conceptos señalados brevemente en los considerandos de esta recomendación y precisando al mismo

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tiempo que toda innovación u obra nueva derivada de las exigencias litúrgicas deberá ser sometida a la aprobación del organismo oficial competente de la conservación y restauración del patrimonio histórico artístico nacional.

De este modo se lograría conciliar el respeto a las obras del pasado y la satisfacción de las nuevas exigencias litúrgicas.

Arqto. Víctor Pimentel Gurmendi

PONENCIA II

Aún cuando el carácter de la Conferencia en la que participamos no debe llegar necesariamente a planteamientos técnicos de detalle; juzgamos oportuno señalar brevemente las características que a nuestro entender debe tener el diseño y las obras destinadas a satisfacer las nuevas exigencias litúrgicas, en relación con el ambiente sagrado existente.

Como es natural las presentes directivas tienen un carácter genérico y en la práctica

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es evidente que la solución deberá aplicarse “caso por caso” dadas las particulares condiciones de cada templo.

a. Para el caso de los templos que conservan la unidad de sus elementos originales: El diseño de los elementos nuevos deberá ser tal que no violente por sus proporciones y naturaleza de materiales, las características del ambiente en que se sitúen.- Su expresión deberá ser consecuente con las exigencias del diseño contemporáneo, sin que ello implique búsquedas formales francamente contrastantes con las dominantes en estos recintos.- Deberá buscarse sinceridad y sobriedad en la expresión, descartándose a priori toda referencia estilística del pasado por cuanto con ello se falsea el documento histórico-artístico auténtico que precisamente se quiere imitar.- Que los nuevos elementos que se incorporen a los recintos sagrados, reflejen en su diseño, precisamente las nuevas exigencias litúrgicas, para que permanezcan como testimonio de estas parciales innovaciones señaladas por la Iglesia.

b. Para el caso de los templos que han

perdido su unidad o gran parte de sus elementos originales: Podrá permitirse la inclusión de elementos de diseño y

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materiales contemporáneos, tanto para efectuar los necesarios completamientos de estos edificios, cuanto para satisfacer lo que señala la Nueva Liturgia.

c. Aún cuando este punto parecería que escapa a nuestras preocupaciones, creemos que debe señalarse la conveniencia de recordar a las diferentes órdenes religiosas, que en el caso de tener que construir nuevos templos, lo hagan o manden hacer de acuerdo al lenguaje contemporáneo y con materiales que hoy la técnica nos ofrece, y que se deseche categóricamente las grotescas imitaciones locales y foráneas, de expresiones arquitectónicas del pasado, por cuanto con ello se pierde oportunidad de que nuestra época aporte en el campo de la creación arquitectónica y artística en general, elementos valiosos.

Arqto. Victor Pimentel Gurmendi

PONENCIA III

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La Importancia de la Educación Artística en el Clero.-

La educación artística en el clero, sea en universidades o en los propios seminarios, principalmente dirigida al conocimiento de los valores locales de cada nación, además, como es natural, de aquella información genérica de la historia y apreciación del arte universal; no solamente enriquecería aún más la formación del clero, sino que traería el notable beneficio que ese clero imbuido de la apreciación del patrimonio histórico-artístico (en cuya formación ha intervenido notablemente con sus constructores y artistas plásticos) se convertiría automáticamente en el principal defensor y colaborador del Estado, en la ingente tarea de inventariar y catalogar con la asesoría de especialistas las obras de arte, e igualmente se constituiría en el custodio de ese patrimonio, colaborando asimismo en su correcta restauración y conservación bajo las directivas de los organismos técnicos correspondientes.

Por las razones expuestas se recomienda:

1. Instituir en los programas de estudios del clero cursos de Historia del Arte y en particular modo del arte local nacional a fin de lograr en el futuro sacerdote la comprensión del valor de las obras de arte

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y en consecuencia la necesidad de su conservación.

2. Capacitar al clero para que con la debida orientación y el control de especialistas se de inicio en forma sistemática al inventario y catalogación de las obras de arte contenidas en templos, capillas, conventos y en general edificios bajo su jurisdicción eclesiástica, documento que pasaría luego al registro oficial respectivo y serviría como elemento de control para evitar la desaparición de las obras de arte de sus originales ubicaciones o de indebidos traslados; además la adecuada divulgación de este inventario de obras de arte sería muy útil para su apreciación.

Arqto. Víctor Pimentel Gurmendi

INDICE TOPONÍMICO

Abancay 203Accha 7, 102Acomayo 177, 191Acora 124Acoria 125Aguas Verdes 199Alemania 107AlexandríaAmbo 48

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América 111, 143Anansaya 7Ancoputo 146Anchonga 192AndahuaylasAndahuaylillas XIII, 98Anta 7, 17, 25, 46Apata 7, 12, 117, 136Apurimac XI, 128Arena, LaArequipa XI, 6, 17, 18, 20,

27, 29, 36, 43, 46, 65, 66, 97, 108, 134, 142, 147, 151, 152, 154, 156, 160, 164, 165, 173, 177, 179, 180, 181, 183, 194, 198, 199, 200, 202.

Argentina 18Asís 21Atlántico 1Atuncolla 124Ausangate 172Ayabaca 84, 103Ayacucho XI, XII, XIII, 27, 35, 46, 48, 49, 91, 92, 119, 120, 130,

136, 142, 154, 157, 164, 202.

Ayauca 78

228

Ayaviri XIII, 124Aymaraes 11Azángaro XIII, 111, 112, 121,

129

Barranco 118Barrios Altos 53, 55, 75, 79Betania 11Bolivia XV, 32, 36, 46, 80, 101BolognesiBrasil 36, 85, 86, 90

Cabana 71Cachimayo 7Cachuy 164Cajamarca 89, 91, 147Calca 46Callao 46, 55Canadá 85, 86Canas 33, 46, 108, 112, 128Canchis 10, 25, 28, 46CangallaCangallo 134Canincunca 6, 48Canta 45Cañete 45, 52, 64, 99CappiCaquiaviri 46Carabaylla 121Carabayllo, San Pedro de13, 105Caracato 71

229

Caraz 8, 12Castilla 19, 46, 135Castrovirreyna 8Catacaos 77Caycay 128Caylloma 9, 19, 32, 46, 48, 135Cayma 9CCapi 48CCorcca 99Celendín 146Cercado 188Cerro Colorado 142Cerro de Pasco 123Coayllo, San Pedro de 99 Cochacalla 48Colán, San Lucas de 81Colca 17, 118, 134, 147Colcha 62Colombia 132Colquepata 61Collao XIComas 200CombapataConaica 53, 106Concepción 119, 184Conchán 164Condesuyo 33, 135Congaya 192Coporaque XI, 122Cotabambas 174Cotaruse 155

230

Curamba 190Cusi 48Cusibamba 99 Cuzco XI, XII, XIII, 6, 8, 9,

12, 13, 14, 25, 27, 28, 29, 32, 42, 46, 48, 56, 60, 61, 62, 78, 80, 82, 93, 94, 95, 96, 97, 98, 100, 105, 112, 113, 116, 122, 125, 128, 131, 132, 133, 136, 142, 148, 155, 160, 162, 166, 167, 172, 174, 175, 176, 181, 184, 190, 191, 192, 193, 194, 195, 198, 202, 206, 209

Chalhuanca 11, 48Chalpón 10Chancay 19Checca 108Chiara 10Chicama 46Chijlla 60Chimba, San Juan de laChile 193Chillón 171China 54

231

Chincha 164Chincha Baja 70Chinchero 88Chiquinquirá 8Chivay 9Chocoperca 128Chochirihuay 62Chongos Bajo 117, 118, 119, 168Chucuito 124Chuchi 132Chumbivilcas XI, 46, 63, 95, 124Chupaca 119ChupuroChuquinga 11, 48Churcampa 114Chuschi 131

Dinamarca 85Ecuador 148, 149, 150, 193,

194, 198, 200, 201Egipto 1, 114, 125El Naranjal 57España 24, 38, 100, 124,

132, 193Espinar 93, 122Esquilache, San Antonio de 115Estados Unidos de Norte América 45, 83,

85, 86, 101, 123, 141, 157,

232

181, 193, 194, 204

Europa 73, 163, 194

Fátima 10Flandes 129Francia 85, 139, 193

Génova 35Gran Caimán 51

Hildesheim 107Holanda 85Huacho 94Hualaoyo 117, 168Huamachuco 176Huamanga XIII, 45, 74, 117,

119, 134, 154Huanca 164Huanca Huanca 192HuancasHuancapi 131Huancavelica 53, 106, 114,

117, 120, 124, 155, 158, 192, 197,

Huancavelitaca 95Huancayo 15, 41, 73, 74, 91,

116, 117, 118, 120, 123, 126, 132, 136, 139, 140, 165, 167,

233

168, 181, 183, 184, 198

Huanchaco 176 Huando 107Huanta 142Huánuco 15, 87Huaquillas 199Huaraz 62, 152Huarangal 138Huari 16, 159Huaripampa 16, 103Huarocondo 8, 12, 17Huasao 108Huaura, San Francisco de 48Huayhuas 17Huayllabamba (Prov. Urubamba) 167Huayllacayan 17Huaylacocha 17Huayllay 192Humachiri XIII, 81, 135

Ica 71, 127, 138Ilave 124Inglaterra 85Ipiales 127Italia 85, 168

Japón 85Jauja 7, 16, 48, 103,

117, 132, 135, 136, 140, 167, 173, 184, 201, 202

Jerusalén 76, 137

234

Jesús María 188José Luis Bustamante Rivero 164Juli 111, 112, 113, 124, 125Juliaca 71, 122, 170Juncal 115Junín 117, 183, 203

Lambayeque 175, 176Lampa XIII, 135La Arena 19La Chimba 18, 65La Molina 101La Paz 46, 47Lari 43La Unión 135La Victoria 106Lima XIII, 6, 9, 11, 12,

19, 36, 38, 44, 46, 47, 48, 49, 51, 59, 64, 71, 73, 81, 88, 91, 92, 97, 107, 111, 120, 129, 138, 162, 169, 170, 178, 186, 191, 194, 198, 199, 200

Lircay 194 Londres 23Los Ronderos 164Lucanas 71Lurín 171Luriama 19

235

LLactash 22LLoc, San Pedro 130, 146, 150

Maca 19, 48Machaguay 19Madre de Dios 128Madrid 75Madrigal 43Magdalena del Mar 55Mamara 116Mantaro, valle del 73Maras 95, 102Marcapata 112Mayoc 114Melgar 121Miami 51, 123Milán 1, 74, 75Miraflores 106, 162, 163, 188Mollebaya 20, 108Monterrey 62

Nueva York 23, 30, 36, 37, 78, 86, 89, 101, 139, 201, 202

Ocongate 26, 170 Ocoña 21Ollantaytambo 192Omacha 21Orcotuna 140Oropesa 21

236

Paca 184Paita 80Palca 120Pampacucho 102Pampamarca 155Panamá 51Parco 46París 37, 39, 163Paruro 7, 21, 46, 48, 62, 102Pataz 172Paucarpata 173Paucartambo 25, 46, 61, 100,

128, 148, 151, 203Persia 1Perú V, X, 1, 7, 12, 19,

24, 32, 34, 45, 54, 90, 100, 101, 103, 118, 120, 121, 134, 141, 142, 148, 158, 163, 173, 187, 189, 200, 205, 208, 209, 210

Pichacani 103Pichihua 93, 122Piedra Lisa 161Pisco 24, 72, 85, 87Piura 19, 24, 80, Pomata 129, 144, 145Poroy 25, 48

237

Potosí 32Potrocancha 87Pucará 124Pucyura 76Pucyuraanta 94Puno 71, 77, 80, 81,

115, 121, 122, 124, 125, 129, 135, 137, 143, 144, 146, 155, 170, 179, 183, 198, 199, 200

Qoylloriti 26Quille 21Quinua 123Quinuapata 27Quiquijana 94, 95, 96, 97, 177Quispicanchis 21, 25, 26, 46,

109, 112, 172, 177Quito 148, 150, 199, 200

Reque, Tbo. 131Rimac 118, 161, 171Roma I, II, 143Rontoy 94

Saint Tropez 37Sangarará 95, 191San Isidro 162, 163

238

San Jerónimo de Tunán 41, 42, 50, 74, 119, 167, 198

San Martín de Porres 57San PabloSan PedroSan RafaelSan Salvador 17Santa RosaSantiago 32, 128, 203Santiago de Chile 75Santo Tomás 63, 124Sao Paulo 101Sapallanga 117, 126Saylla 108Shanghai 54Sinanqara 172Siria 1 Socos 131Suecia 85, 86Suiza 37, 85Sullana 103Surinama 60

Tacna 46Talara 48Tarma 184Ticso 32Tiquillaca 115Toro 24Torrechayoc 136Torremolinos 38Totora 32

239

Trujillo 46, 130, 176Tumbes 85, 199Tungasuca 33, 108

Uchubamba 91Urcos 6, 25Urquillos 167Urubamba 46, 95, 136, 164,

192, 196Uruguay 36Usicayos (Carabaya) 170

Vaticano 76Vilque 77

Washington 18

Yanahuara 65Yanamarca 202Yanamilla 131Yanaquihua, San Pedro de 33, 154, 156 Yauca 127, 130Yauri 63Yauyos 48, 78, 164,

Zepita 124, 146Zurite 190

240

INDICE ONOMÁSTICO

Abad Vásquez, Graciela 158 Acosta Turín, Ramiro 50, 51Acuña Vásquez, Nila Aguilar Condori, José 122Alarcón Oré, María Nieves 122Alaya Aguilar, Rosario 158Alayza, Pablo 178Alva, Walter 84, 155, 159, 205Alejo, Epifanio Jerónimo 127 Altamirano V., José 78, 96 Alvarez Calderón, Lourdes 163 Alvarez, Víctor Alvites Bermudez, Alejandro 160 Amache Lloclla, Eugenio 98 Angulo Basauri, Ricardo 176Anticristo 76

241

Aparicio, Severo 96 Apaza, Leonardo 146 Aragón Ch., Esther 28 Aramburú, Francisco 140 Aranda Ascanio, Cesar 173 Araoz, Gustavo 83 Arias Schreiber, Alfonso 30 Arista Montoya, Luis 171, 172,176 Argumedo Zavaleta, Leoncio 176 Arocutipa Mamani, Cirilo 199Arocutipa Mamani, Enrique 199Arocutipa Mamani, Juan 199Arredondo, Arnaldo 165Astete, Alberto 10Avila Hinostroza, Nemesio 51

Bambarén, Luis 160Barbosa-Stern 133 Barboza Paredes, Alberto 142 Barrantes Lingán, Alfonso 53 Barrios Heredia, Johni 199 Belaunde Terry, Fernando 22 Bendezú, Fredy 50Bendezú Angeles, Fernando 162 Bendezú Angeles, Luis 162 Berghe, René Van der (Erick el Belga) 141 Bernstein, David 169, 170 Bitti, Bernardo 125 Boffio Torre, José 60 Brener, Margaret 170 Buonarroti, Miguel Angel 135

242

Bustamante, Alicia 133 Bustamante, Celia 133 Bustamante Vera, Carlos 189, 200

Cabana, Manolo 160Ccama Turpo, Gregorio 43Cahuas Masma, José 71

Calderón, Bernabé 173 Calderón, Serapio 81 Cambana Rocha, Víctor 198 Camino Brent, Ernesto 133 Canchuriera Bautista, Cesar 106 Cánepa Sardón, Luis 147, 153,

156, 160, 180 Cantuarias Pastor, Oscar 85 Carcedo de Mufarech, Paloma 202 Cárdenas Segura, Paul 64 Carpio Muñoz, Juan 80, 83, 183 Carta Quinti, Herberth 148

Carrillo Rosell, Américo 13, 166 Casanova Santos, Deibe 164Castelli González, Amalia 102 Castillo Medina, Mario 148 Castillo Becerra, Sandra 199 Castillo Falconí, Sergio 183, 184 Castrillón, Alfonso 145, 178 CastroCastro Valencia, Enrique 88Cella, Ezzio 75 Cerro, Ofelia Maria 114 Cerro Moral, Mariangola 145

243

Cezanne, Paul 143 Cipriani Thorne, Juan Luis 186, 189, 192 Clavero Tirado, Juan 35 Coloma Porcari, Cesar 197 Concha, Martín 167Conde Villavicencio, Ricardo 121 Condori Zerbo, Esteban 122 Condori, Efraín 146 Córdova, Plácido 187 Cook Rangall, Junes 203 Cornejo Polar, Jorge 159Corot, Camille 139 Crespo Peralta, Enrique 198 Cristo 4, 17, 27, 33,

40, 51, 63, 67, 104, 211,

Cruz, Huberto de la 164 Cuadros Pastor, José 69, 109 Cuadros Pastor, Juan Cubillas Arízaga, Raúl 200Cutipa, Antonio 146

Challco, Alejandro 96 Chambi Nilaroca, Donato 122 Chaparro Frias, Luis 81 Chávez Atalaya, Víctor 199 Chipana León, Armando 203 Chipoco, Carlos 195, 196

Chura Fuentes, Remigio 71

244

Dammert León, Augusto 99, 115, 116, 178 Daniel 104 Deleccio Mendoza, Carlos 199 Delgado Moreno, Arturo 162, 163 Delgado Venegas, Wilder 193 Dianderas 192, 196Diaz Angulo, Fermín 111, 112,

113, 116, 132 Dominguez Sipán 199Duran MoscosoDurand, Luis L. 9 Durand Moreno, Andrés 173 Durand Sanabria, Rogelio 144

Eguilior, José A. 92 Espino, Gilmer 151 Espinoza Soriano, Waldemar 73 Estela, Bertha 170 Estrabidis Cardenas, Ricardo 17 Estrada Charún, Jaime 201Estrada Palomino, Brígida 100

Farfán Torres, Eliseo 191Fierro, Pancho 54 Fierro, Rosa Amelia 90 Figueroa Zevallos, Sandro 198 Flores Dioses, Pilar 114, 115,

117, 170, 180 Flores Mamani, Eufemio 135 Flores Ochoa, Jorge 184

245

Francalanci Malasquez, Augusto 80, 103

Frasnelli, Dante 16 Freddy

Galeano Muñoz, Mateo 102 GalloGamarra Martinez, Delfín 199 Gamero, Fernando 189 Gárate Aquije, Jack 199, 202 García Altamirano, Cristina 106

García Blasquez, Luis 35 García Panta, Luis 200 García Pumacahua, Mateo 89 Gjurinovic Canevaro, Pedro 118, 155, 178 Godoy Torres, Rosa 162, 163Goering, Hermann 139Góngora Santa Cruz, Mario 78 González Hilario, Manuel 106 Guillén, Juan Manuel 183 Gutierrez Farfán, Víctor 102Guzman Ladrón de Guevara, Carlos 45

Hare, Billy 126 Harriman, John Hermosa, Cesar Domingo 127, 196 Hernandez, Daniel 54 Hinostroza Bazan, Rómulo 51 Huallpallunca Huamán, Crisóstomo98Huaman Camari, Hector 130 Huaman Quispe, Sergio 148

246

Huaman Saba, Carlos 199Huaman Quispe, Víctor 125Huamani Chuquicondor, Segundo 154Huancas, Martin 167

Idrago, Aurelio 189Iturriaga, Enrique 145

Jácome González, Máximo 152Jimenez Borja, Arturo 133 Juan Pablo II 76, 196 Juarez Muñoz, Carlos Alberto 163 Judas 4

Kauffmann Doig, Federico 171

Lacchaca 195 Lama, Luis 145, 159 Lamas Puccio, Luis 18, 56

Lambarri, Javier 81 Lambarri, Jesús 81 Larrea Morales, Ulises 92 La Torre Banchero, Carlos 51

Layme Licahua, Juan 184 Layme Molina, Plácido 179 Leguía Servat, Tomás 162 León XIII Papa León Zevallos, Jorge 89, 91 Lions, Jean Paul 170 Lobón Castro, Manuel 95, 177 López, Eduardo 91

247

López Flores, Angel 50 López Flores, José 50 López Rocha, Humberto 198Loyola Falcón, Lourdes 162, 163 Luna Abregú, Ricardo 51 Luza, Reynaldo 133

Llerena Jara, Jesús 9 LLocllo Delgado, Vicente 191

Maestro, Matías 76 Magdalena, María 4 Malatesta, Jorge 35 Mallaupoma Calderón, Amancio 173 Mandel, Ruth 137 Mamani Quispe, Remigio 170 Mamani Roca, Miguel 71 Mamani Silva, Julián 71 Manrique Villalobos, Gustavo 160, 184 Mariazza, Jaime 185 Marón Marón, Martín 71 Martinez Morosini 139 Martorel Carreño, Alberto 137 Marroquín, Angela 122 Masias, Juan Matamala Ortiz, Miguel 44 Mejía Vélez, María Emma 127, 196 Mendivil 166Mendez Campos, María 182 Mendoza Mendoza, Erasmo 63 Mendoza Castro, Alcides 131, 148, 166 Mérida 166Mesa-Gisbert XIV

248

Mesa, Luis Antonio 175 Metzinger, Luciano 38 Mogrovejo, Toribio Mollinedo Angulo, Manuel de 82 Molloy, Demetrio 107 Montesinos Aparicio, José Luis10, 12 Mould, Mariana 114, 150,

156, 160, 178, 191, 196, 197, 201, 205

Morán Quiñones, Carlos 199Muhlig, Beatriz e Iris Mujica Gallo, Miguel 133 Murillo Villanueva, Oscar 130, 146

Neyra Luján, Rufino 72Nieri Galindo, Luis 73 Nieto Yacolca, Natalia 168, 184 Noha Cuaboy, Juan 148 Norabuena Huarac, Antonio 62

Ocrospoma Cáceres, Walter 201 Olave 166Ordoñez Berrospi, Carlos 91 Osma, Pedro de 133

Palermo Cabrejos, Domingo 153, 158 Palma, Ricardo Pallardel Moscoso, Daniel

Paredes Eyzaguirre, Rolando 129

249

Parianta, Jackeline 195Pastor De La Torre, Celso 22, 30, 208 Pastor, Eloy 146 Patrocinio, Georgina 96 Patroni, Alan 101 Payhuanca Chuqimamani, Juan Benito 122 Paz Pacheco, Enrique 189, 200 Paz Pacheco, Luis 189, 200Paz Soldán, José Gregorio 72 Paz Soldán, Mariano Felipe 115 Pazos Fabiani, Inés 162Perez Angulo, Isaac 192 Pérrigo Pérrigo, Luis 122, 148 Petit, Jean 101Pheling, Alberto 170 Pimentel Gurmendi, Víctor IV, 16, 23, 53,

121, 207, 210, 214, 216, 218

Pinasco, Alejandra 189 Pinilla Cisneros, Jimena 81, 86, 94, 97 Piorno, Ángel Simón 147 Poch Medina, Manuel 199 Poma, Raúl 199Portes, Elizabeth des 107 Porres, Martín de Prado, Elías 50 Prado Ugarteche, Manuel 34, 36 Puente, Diego de la 185

Quintanilla, Jesús 106

250

Quiñones Cano, Domingo 195, 198 Quiñones Cortés, Ana María 199 Quiroz Paz Soldán, Eusebio 29 Quispe, Eusebio 122 Quispe Quecaño, Primitivo 191 Quispe Tito, Diego 6, 10, 25, 28,

114, 125, 160

Raffard de Brienne, Daniel de 66 Recqueber, Virginia 31 Rentería Cárdenas, Ricardo 189 Repetto Málaga, Luis 176, 181,

194, 201 Revilla Viscardo, Marcial 9Rezza Torres, Oswaldo 50 Ríos, Carlos Enrique de los 9 Rios Reynoso, José Paulino 73, 116, 118,

120, 135, 140, 183

Rodriguez, Carlos 106Rodriguez Velarde, Cesar 198, 199Rodriguez Velarde, Oscar 195 Rojas, Severiano 42 Rojas Diaz, José María 136 Romero, Iván 202 Romero Lobo, Javier 106 Romero Pariatanta, Chasca 199

Romero Pariatanta, Jackelin 199Romero Polo, Javier 138 Rostoworosky, María 159Rubini Suito, Luis 162Ruiz de Castilla Marin, Mario 191

251

Saavedra, Santos 70 Sabogal, José 34 Sagástegui, Pedro 15, 56, 169 Samaniego Saavedra, José San Cristobal, Antonio XVI San Francisco Solano San Lorenzo 150 San Lucas 49San Pablo 33 Santa Rosa de Lima 108, 110 Santísimo Sacramento, Imelda del 79 Santivañez, Glicerio 74 Serpa Meneses, Juan 78 Shetreet, Shimon 76 Silva Santisteban, Fernando 143, 153, 159 Solar, Teresa del 30 Solari Swayne, Manuel II, IV, 121 Souza, Luis 90 Spelman, Francis 35 Stastny, Francisco 31, 54, 76,

90, 92, 114, 133, 145, 159, 168, 178, 180, 181, 187, 190, 208

Stein, Axel 138, 139 Suarez de Rivera, Francisco de 75 Szyszlo, Fernando de 144

Tacse Huanatalla, Nicanor 190

252

Taipe Quispe, Juan 201 Tapia, Eulogio 58 Thorndike, Augusto 35 Tito 33Tito 76Tito de Acurio, Luisa 160 Tord, Luis Enrique 39 Tordoya Falcón, Lourdes Tordoya Minaya, Eusebio 162, 163Torres Belón, Enrique 135 Torres Timoteo, Juan Jose 84

Trasegnies Granda, Fernando de 113, 114

Urraca, Pedro Valcarcel Joya, Benigno 148, 203 Valdez, José Esteban 50 Valencia Quispe, Efraín 71 Vallejos Santoni, Luis 13, 14 Van Gogh, Vicente 143 Velarde, Hector 121 Vianney, Juan María Vicuña Vasquez, Nila 201Vignolo Gonzales Del Valle, AlfredoIVVilcahuamán Castro, Mario 74, 197Vilchez Zárate, Bolealdo 140, 167, 174 Villalba Rodriguez, Braulio 148 Villanueva Mercado, Armando142

Werkman, Richard 141

253

Woodman, Arturo 188, 190Wold, Eduardo 107 Wuffarden, Luis Eduardo XIV

Yactayo Reina, Hector 99 Yanque Chama, Domingo 179 Yapu, Julio Américo 62 Ylla Paco, Benito 99 Yupari Barrientos, Faustino 130

Zambrano Maza, Hector Agustin 106

Zapata Benavides, Dora 106 Zapata, Marcos 30 Zapata Córdova, Jorge Zegarra Pinedo, Aureo 26 Zorrilla, Maritza 158 Zurbarán, Francisco de 29

254

INDICE GENERAL

Portada…………………………………. I.Dedicatoria…………………………….. IINota del Editor ……………………….. IIIPrólogo…………………………………. VIntroducción…………………………….1Parte I ……………………………………6Parte II ………………………………….. 34Parte III …………………………………. 69Parte IV ……………………………….…105Parte V ……………………………….….150Epílogo ……………………………….....206Ponencias de Pimentel………………… 213Indice Toponímico …………………….. 219Indice Onomástico …………………….. 233Indice General …………………….….. 247Colofón …………………………………. 248

COLOFÓN

255

Primera Epístola del Apostol San Pablo a los Corintios, Capítulo IV, Versículos 10 a 14.

“Nosotros somos reputados como necios por amor de Cristo; mas vosotros sois los prudentes en Cristo; nosotros flacos, vosotros fuertes; vosotros sois honrados, nosotros viles y despreciados/ Hasta la hora presente andamos sufriendo el hambre, la sed, la desnudez, los malos tratamientos, y no tenemos donde fijar nuestro domicilio/ y nos afanamos trabajando con nuestras propias manos: nos maldicen y bendecimos; padecemos persecución y la sufrimos con paciencia;/ nos ultrajan y retornamos súplicas; somos en fin tratados, hasta el presente, como la basura y las heces del mundo, como la escoria de todos/ No os escribo estas cosas porque quiera sonrojaros, sino que os amonesto como hijos míos muy queridos”.

256