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    Universidad Iberoamericana

    Ciudad de Mxico

    La visin del papa Nicols V ante el cadver de san Francisco de Ass: Arte plumariocomo objeto de uso devocional privado

    Marisol Noble Vega

    Seminario de Investigacin II

    Licenciatura en Historia del Arte

    Primavera 2014

    Profesor: Dr. Luis Manuel Montes SerranoAsesora: Dra. Berta Gilabert Hidalgo

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    ndice

    Introduccin...3

    Estado de la cuestin..8Descripcin de la pieza, cuestiones iconogrficas y formales ..9

    Objeto de evangelizacin u objeto devocional?.........................................................................................17

    Devocin franciscana y religiosidad en la Nueva Espaa...21

    Pluma como material del significante..23

    Conclusiones24

    Bibliografa..26

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    Introduccin

    Y procurad de saber algn oficio honroso, como es el de hazer obras de pluma, y otros oficios mecnicos: tambin

    porqu estas cosas son para ganar de comer en tiempo de necesidad.

    - Fray Alonso de Molina1El arte plumario es el resultado de la elaboracin de objetos con imgenes hechas con plumas. En el

    continente americano, en tiempos prehispnicos, haba una gran variedad de aves de distintos colores y

    con este recurso, los miembros de las distintas culturas desarrollaron tcnicas para producir atavos y

    objetos decorados con hermosas plumas. De este modo, como el arte plumario tiene su origen en las

    tradiciones prehispnicas, se entiende como una expresin cultural fundamentalmente indgena2.

    Los mexicas, los purpechas y los tlaxcaltecas fueron quienes desarrollaron el arte plumario con

    gran amplitud, tanto en sus numerosas piezas como en la perfeccin de su tcnica. Todos ellos usaron

    desde las plumas iridiscentes del colibr hasta las largas y verdes plumas del quetzal, tambin utilizaron

    plumas de guacamaya y tucn, lo que prueba la verdadera importancia que se le daba a esta actividad y aestos objetos, pues muchas de estas aves no se encontraban en el territorio, lo que implicaba un traslado a

    otros lugares de lo que hoy es Mxico e, incluso, de la actual Sudamrica. Todas esas aves proveyeron a

    los amantecas3una variada y luminosa paleta que les permiti producir objetos que hoy consideramos

    artsticos4.

    Cdice mendocino, folio 47 r (Matrcula de tributos)

    "Alonso de Molina, Vocabulario en lengua castellana y mexicana, y mexicana y castellana ,1571 apud. Alessandra Russo El encuentro dedos mundos artsticos en el arte plumario mexicano del Siglo XVI en ProhistoriaNo. 2, Argentina: Universidad Nacional de Rosario, 1998.Ella toma la cita del2Santiago Muoz, El arte plumario: y sus mltiples dimensiones de significacin. La Misa de San Gregorio. Virreinato de la Nueva Espaa,

    1539 enHistoria crticaNo. 31, Bogot: Departamento de Historia de la Universidad de los Andes , enero- junio, 2006, p 212.$Amantecas son los pintores de las plumas y su nombre derivaba de su lugar de origen que era Amatln enfray Bernardino de Sahagn,El

    Mxico Antiguo: seleccin y ordenacin de la Historia general de las cosas de la Nueva Espaa, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1981, p. 73.4 Manuel Cortina Portilla, Introduccin en El arte plumaria en Mxico, (coord.) Teresa Castell Yturbide, Mxico: Fomento CulturalBanamex, 1993, pp. 18 y 19.

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    Siglo XVI

    Las plumas se consideraban uno de los objetos ms valiosos por los pobladores mesomericanos, las

    usaban como ofrenda o adorno lujoso, incluso con stas pagaban tributo las provincias sometidas por los

    mexicas, ya sea que las entregaran como materia prima o en productos elaborados, segn lo muestra el

    Cdice Mendocino5

    . A este respecto fray Bernardino de Sahagn menciona: .... las plumas ricasparecieron en el tiempo del seor que se llamaba Ahuzotl, y trujeronla los mercaderes que llamaban

    tecunenenque, cuando conquistaron las provincias Anhuac: entonces comenzaron los amantecas a labrar

    cosas primas y delicadas6.

    De acuerdo con Sahagn, desde el siglo XV con las conquistas de los territorios de Ahuzotl hubo

    un resurgimiento de esta actividad, pues la pluma tambin era un valioso objeto para el comercio. As, a

    la llegada de los espaoles esta produccin estaba en su mximo auge.

    La conquista es un evento crucial en la historia del continente americano, pues la llegada de los

    europeos desat una serie de transformaciones en el mbito poltico, social, biolgico, religioso,

    ecolgico, econmico, tecnolgico, cultural y lingstico que provocaron un tremendo giro en la forma de

    vida de los habitantes americanos7. As, es importante analizar las transformaciones que este encuentro

    entre dos culturas tan distintas provoc en ambas y por ello, quiero estudiar el arte plumario como un

    elemento que fue apropiado por los peninsulares como objeto preciado y lujoso adems de ser uno de

    esos espacios en donde una cultura fue transformada por otra. En el tratamiento de esta investigacin se

    presenta un mosaico de plumas con el tema de San Francisco de Ass. La imagen est datada en el siglo

    XVI; sin embargo, en este escrito se propone que ms bien pertenece al siglo XVII, cuando la

    combinacin de las diferentes formas de ambas culturas se ven ms matizadas.

    Estas nuevas representaciones de los mosaicos de pluma se explican desde la conquista de los

    territorios en el continente americano que haba sido autorizada por el Vaticano con la condicin de que

    se ganaran ms almas para el cielo; es decir, con la condicin de que todos sus habitantes fueran

    evangelizados. As en 1523, despus de la toma de Tenochtitlan en 1521, llegaron tres frailes flamencos,

    y un ao despus llegaron los doce, encabezados por fray Martn de Valencia; todos ellos, franciscanos

    que tenan la misin de evangelizar a los indgenas.8

    Pero ante la diferencia del lenguaje, era muy difcil para los evangelizadores la enseanza

    dogmtica, pues a pesar de que aprendieran nhuatl, exista el problema de que haba que hacer pasar a

    las lenguas indgenas nociones jams por ellas expresadas y para las cuales no era fcil hallar expresin.

    As los conceptos de Trinidad, Espritu Santo, Redencin, etc.9 Por esta razn, los franciscanos en

    5 Teresa de Mara y Campos, Las plumas ricas, las plumas finas en El arte plumaria en Mxico, (coord.) Teresa Castell Yturbide,

    Mxico: Fomento Cultural Banamex, 1993, p. 35.6Fray Bernardino de Sahagn.Historia general de las cosas de la Nueva Espaa, Mxico: Porra, 1975, p. 519.7Rodrigo Martnez, Colonial Mexico inArt Treasures of Viceregal Mexico, (coord.) Miguel Fernndez Flix, Mexico: INAH, 2005, p. 21.8David Charles Wright Carr,Los franciscanos y su labor educativa en la Nueva Espaa (1523- 1580), Mxico: INAH, 2002, p. 17.9Robert Ricard,La conquista espiritual de Mxico , Mxico: Polis, 1947, p.144.

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    particular usaron un sistema de signos escritos, estilo glifos, que inventaron en la creencia de que los

    indios seran ms receptivos al catecismo cristiano si era comunicado con imgenes o smbolos10.

    Entonces, optaron por utilizar imgenes y aplicar diversas estrategias didcticas para la evangelizacin de

    los indgenas, un ejemplo de esto fue la fundacin de la escuela de San Jos de los Naturales, que inclua

    pintura, teatro, msica y la elaboracin de mosaicos de plumas, as los franciscanos podan supervisar las

    obras de arte religioso ejecutadas por los tlacuilos o amantecas11.

    Con los cambios que ocurrieron en la produccin de imgenes, los mosaicos de pluma tambin se

    transformaron rpidamente en mensajes para la catequizacin, de manera que se facilit la introduccin

    de elementos materiales europeos en la Nueva Espaa y se continu la produccin de esta tcnica

    precortesiana. Ahora, los amantecas ya no seguiran los modelos pintados por los tlacuilos; en cambio,

    utilizaran los modelos de grabados flamencos que traeran los europeos consigo para ensear a pintar

    segn los modelos occidentales. Ante esta situacin de la urgente evangelizacin que se requera en el

    Nuevo Mundo, muchos autores12 plantean el arte plumario como un espacio donde se cambiaron lossignificantes y significados con el objetivo de adoctrinar a los indgenas y convertirlos al cristianismo; sin

    embargo, no creo que la produccin de mosaicos de pluma fuera para la evangelizacin como lo expondr

    en el desarrollo del texto.

    Definitivamente, el arte plumario prehispnico no puede verse ni con el mismo significado ni con

    la misma funcin que al arte plumario virreinal, pues para los indgenas, probablemente, las plumas

    tenan cierto significado, pero a decir verdad y aunque muchos autores han escrito sobre esto, como por

    ejemplo, Diana Magaloni en su Real and Illusory Feathers: Pigments, Painting Techniques, and the Useof Color in Ancient Mesoamerica se desconoce si el uso de la pluma tena un simbolismo determinado

    en la poca prehispnica. Al llegar los espaoles, este significado que los indgenas vean en la pluma

    suponiendo que fuera as cambi, pues los primeros lo vean como un simple material precioso para

    representar lo divino; es de suponer que vean efectos lumnicos en objetos creados por Dios, "mgicos

    sin la intervencin del hombre; de manera que para los ojos de los espaoles las brillantes plumas eran

    objetos sumamente lujosos que funcionaran para hacer imgenes de una nueva forma que encarnara lo

    sagrado a travs de la luz iridiscente de las plumas que tambin haban sido productos directos del

    Creador13.

    La produccin y circulacin de estos extraordinarios objetos tuvo, durante por lo menos dos

    siglos, un xito sin igual en las colecciones de los nobles, eclesisticos, intelectuales y naturalistas de la

    10Clara Bargellini, Donna Pierce, Rogelio Ruz Gomar,Painting a New World, Denver: University of Texas Press, 2004, p.100.11bidem, p. 95.12Estas ideas se plantean enPainting a New Worldde Clara Bargellini, Donna Pierce, Rogelio Ruz Gomar, en El encuentro de dos mundosartsticos en el arte plumario mexicano del Siglo XVI de Alessandra Russo, en El renacimiento vegetal. rboles de Jes el Viejo Mundo y

    el Nuevo de la misma autora, en la Introduccin de Manuel Cortina Portilla y en el artculo La plumaria en la tradicin indgena deTeresa Castell Yturbide en el libro El arte plumaria en Mxico y en Un san Jernimo de arte plumaria en el convento de san Jos deSevilla de Alfredo J. Morales.13Diana Fane, Alessandra Russo y Gerhard Wolf(curadores de la exposicin),El vuelo de las imgenes: Arte plumario en Mxico y Europa,Mxico: MUNAL, 2011, p. 5.

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    primera Edad Moderna. Los mosaicos novohispanos llegaron a la corte de Praga, al castillo de Ambras y

    al palacio del Escorial, pero tambin viajaron a China, Japn y Mozambique. Desde Miln hasta Toledo,

    obispos europeos recibieron mitras de plumas con las que oficiaron sus misas14. De este modo, cambia el

    contenido de las imgenes elaboradas con plumas, pues pasan de ser elementos que poseen significantes

    prehispnicos a obras de arte exticas que muestran imgenes catlicas, pues como menciona

    Gutirrez, en Europa, estos objetos eran ms valorados por su exotismo que por sus cualidades

    estticas15. De esta manera, el objeto de estudio representa un objeto ya puramente cristiano y

    occidentalizado, que usa una tcnica que es preciosa.

    Por otro lado, tan solo llamar arte a estos objetos tiene implicaciones importantes, pues ste es

    un concepto eurocntrico desarrollado para cierto tipo de expresiones que surgieron en un contexto

    determinado. A este respecto Carolyn Dean menciona que el trmino arte se origin en el siglo XVIII

    cuando los objetos se empezaron a valorar por sus cualidades estticas, por lo que es inadecuado hablar

    de las producciones anteriores en estos trminos, adems de que cuando reconocemos y nombramos alarte en sociedades que no reconocen esto como una categora similar de las cosas, []suplantamos

    trminos y valores indgenas, sugiriendo, probablemente que nuestro sistema de valoracin importa ms

    que cualquier otro sistema que cre el objeto en primer lugar16. Por esto, es importante tomar esta

    clasificacin con cautela y considerar conscientemente que slo nos podemos acercar al arte plumario

    desde nuestros propios referentes muy occidentalizados. Esto puede parecer intil; sin embargo, antes de

    la conquista los mosaicos de plumas tenan cierto significado que no conocemos a cabalidad, pero

    despus de la conquista y cuando se empezaron a sustituir las figuras prehispnicas por lasrepresentaciones catlicas, las plumas fueron vaciadas de estos significados, pues para los espaoles

    solamente resultaron una manera lujosa y preciosa de crear objetos suntuarios en los que frecuentemente

    representaban a su Dios y a sus santos. A partir de esto, es lgico pensar que para los indgenas, en ese

    momento, no fue posible vaciar sus mentes de estos significados y referentes; no obstante, en las

    siguientes generaciones de amantecas, podra decirse que esto s fue as, pues si observamos los mosaicos

    de plumas de finales del siglo XVI y de los siglos XVII y XVIII, las formas ya son puramente

    occidentales.

    14bidem,p.5.15Ramn Gutirrez, Los circuitos de la obra de arte. Artistas, mecenas comitentes, usuarios y comerciantes en Pintura, escultura y artestiles en Iberoamrica 1500- 1825, (coord.) Ramn Gutirrez, Madrid: Ctedra, 1995, p. 63.16 when we recognize the term art in societies that do not recognize this or similar categories of things, we [] supplant indigenousterms and blues, suggesting, perhaps, that our value system matters more than whatever system give rise to the cration of the object in thefirst place (traduccin de la autora) en Carolyn Dean, The Trouble with (The Term) Art in Art Journal, v. 65, n. 2 (summer, 2006), p. 27.

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    Es as y ante estas situaciones que el presente explica las producciones de mosaicos de pluma no

    como objetos de evangelizacin, incluso desde el siglo XVI pues esto no se justifica ni a partir de las

    formas ni a partir de las temticas que se utilizaron en la elaboracin de estos objetos; en cambio, se

    plantea el mosaico de plumas como un objeto devocional precioso y lujoso que se conserv por el

    exotismo y belleza que posee la tcnica, ideal para formar parte de los gabinetes de curiosidades y las

    cmaras de maravillas.

    Salvador del mundoSiglo XVI

    88 x 72cm.Museo Nacional del Virreinato,Tepotzotln

    Visin del papa Nicols V ante el cadverde san Francisco de Ass

    Siglo XVII Cuetzalan, Puebla?41 x 30cm.Arzobispado de Puebla

    La BenedictaSiglo XVIII42 x 37cm.Convento agustino de Santa Fe, Bogot

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    Estado de la cuestin

    Entre los primeros estudios que se empezaron a hacer sobre plumaria se encuentra el artculo de Rafael

    Garca Granados El arte plumario en el librito Las castas y las costumbres de Mxico a travs de su

    pinturade 1949. En este artculo, Garca provee un acercamiento muy general a la plumaria prehispnica

    y cmo sta se transform de ser portadora de mensajes indgenas a contener mensajes cristianos. Hace

    algunas puntualizaciones acerca de las diferencias formales entre las producciones de diferentes siglos y

    finalmente menciona que hubo algunos otros estudios que se hicieron con anterioridad pero que

    considera, fueron incompletos.

    Despus de estos estudios, el tema de la plumaria se retom treinta aos despus en una

    publicacin de la revista Artes de Mxico: Tesoros de Mxico: arte plumario y de mosaico con la

    coordinacin de Ferdinand Anders, en 1970. En este nmero dedicado enteramente a la plumaria se

    hicieron estudios ms completos. Se dedicaron artculos completos al anlisis de la plumaria prehispnica

    y de la plumaria virreinal; sin embargo, estos estudios son muy generales y monogrficos.La siguiente etapa de arduo estudio sobre la plumaria se dio a partir del ao 1993 cuando Estela

    Castell Yturbide publicEl arte plumaria en Mxico,una compilacin de artculos de varios estudiosos

    de historia o arte, prehispnico o virreinal que tratan temas relacionados con producciones plumarias

    prehispnicas hasta las producciones actuales. Esta publicacin es la que ha logrado conjuntar la mayora

    de las obras y documentos de arte plumario que se han producido en lo que hoy es Mxico.

    Despus de ese momento, fue a finales de la dcada del 90 que Alessandra Russo retom el tema

    y public El encuentro de dos mundos artsticos en el arte plumario mexicano del Siglo XVI y Elrenacimiento vegetal. rboles de Jes entre el Viejo Mundo y el Nuevo.

    En 2006 tambin hubo investigadores que escribieron artculos en diferentes revistas, como

    Santiago Muoz con El arte plumario: y sus mltiples dimensiones de significacin. La Misa de San

    Gregorio. Virreinato de la Nueva Espaa, 1539; Diana Magaloni Kerpel con Real and Illusory Feathers:

    Pigments, Painting Techniques, and the Use of Color in Ancient Mesoamerica.

    Estas investigaciones se estancaron hasta el ltimo estudio importante que se hizo en 2011 cuando

    el Museo Nacional de Arte en conjunto con el Museo Nacional de Antropologa realiz la exposicin El

    vuelo de las imgenes. Arte plumaria en Mxico y Europa , curada por Alessandra Russo, Gerhard Wolf y

    Diana Fane. De esta exhibicin slo se public un pequeo catlogo con cinco artculos que tratan los

    temas de los diferentes ncleos que contena la exposicin.

    A partir de entonces se han publicado otros artculos como Un San Jernimo de arte plumaria en

    el Convento de San Jos de Sevilla de Alfredo J. Morales en 2012 o La plumaria, expresin artstica

    por excelencia de Elena Isabel Estradaen 2011.

    De la pieza que se estudia en esta investigacin solamente Estela Castell Yturbide dio una breve

    descripcin en su artculo La plumaria en la tradicin indgena en su libroEl arte plumaria en Mxico,

    1993.

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    Descripcin de la pieza, cuestiones iconogrficas y formales

    Visin del papa Nicols V ante el cadver de san Francisco de AssSiglo XVII Cuetzalan, Puebla?41 x 30cm.Arzobispado de Puebla

    El objeto de estudio se conserva en la Capilla del Espritu Santo de la catedral de Puebla y se encuentra

    en buen estado de conservacin, pues ha estado protegido por la penumbra del recinto desde hace varios

    aos y por un vidrio desde un principio. Se trata de una imagen hecha con plumas de colores que tiene

    como complemento entre ellas, lneas finsimas de pintura negra, de papel de colores y otras de lmina deoro que us el amanteca para delinear algunos contornos. Su soporte es de papel amate, como

    tradicionalmente los indgenas hacan sus mosaicos. Sahagn menciona que originalmente los mosaicos

    de pluma se hacan con una base de penca de maguey recubierta de algodn cardado y pegamento 17; sin

    embargo, despus de la llegada de los espaoles la tcnica empez a variar y se opt por usar soportes de

    otros materiales; no obstante, menciona Donna Pierce, la metodologa usada por los franciscanos para la

    17 Cuando por todas partes est acabada la cama, o soporta de la pluma; cuando por todos lados se ha extendido y puesto una capa dealgodn con pegamento todo puesto sobre un fragmento de maguey, luego se levanta la pintura en Sahagn, Op. Cit., 1981, p. 121.

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    manufactura de los mosaicos de plumas aparentemente se apegaba mucho a la metodologa original

    prehispnica18, probablemente basada en las producciones posteriores; sin embargo, no lo especifica.

    La imagen que es objeto de esta investigacin est enmarcada elegantemente por un cerco del

    mismo material que de fondo posee plumas azules brillantes de colibr que dejan huecos para dar espacio

    a los adornos de diferente color. Estos son ornamentos de formas vegetales y geomtricas de colores rojo

    vivo, diferentes tonos de azul, amarillo y lmina dorada. Las formas vegetales fueron contorneadas por

    lneas de pintura negra, mientras que para las figuras geomtricas se us papel de colores y lmina de oro.

    Estos diseos recuerdan las formas manieristas, ms del siglo XVII que del XVI, esto se nota si

    comparamos los marcos de un mosaico Virgen del Rosario con santo Domingo y san Franciscodel siglo

    XVII, el cual presenta formas ms parecidas a las del objeto de estudio que el mosaico de La Sagrada

    Familiaque pertenece al siglo XVI y que en cambio, tiene una gran abundancia de elementos que son

    solamente vegetales de tendencia ms renacentista.

    Virgen del Rosario con santo Domingo y san Francisco51 x 39 cm.Siglo XVIIMuseo de Amrica, Madrid

    18Op. Cit.Bargellini, Pierce y Ruz Gomar, 2004, p. 95.

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    La Sagrada FamiliaSiglo XVI41 x 30 cm.Arzobispado de Puebla

    En el centro de este recuadro se encuentra la imagen principal. Observamos inmediatamente una escenaque no se sabe si se presenta en un interior o en un exterior, pues del lado derecho de la composicin se

    presenta un jardn y en la parte superior la pared de un edificio, incluso en la esquina superior izquierda

    cuelga una lmpara, lo que hace pensar que, por fin, no es un lugar exterior, sino uno interior, lo que es

    confuso. Todo el fondo de la composicin fue cubierto con plumas de color azul, solamente el amanteca

    utiliz plumas blancas y negras para las sombras y luces y finas lneas de papel y lmina de oro para los

    contornos. As, los nicos que tienen distinto color al fondo son los personajes, la lmpara y las flores del

    jardn, lo dems es del mismo color y slo se diferencia por los contornos, las luces y sombras y la

    direccin en la que se colocaron las plumas. Frente a esto, Magaloni afirma que como las superficies del

    mosaico cubiertas de plumas azules eran un material con significado simblico que provean a la imagen

    de un poder divino. []Las plumas no eran meros medios para cubrir y colorear imgenes, en lugar de

    esto eran medios para que las imgenes se volvieran ventanas a otra realidad y que fueran parte de lo

    sagrado19; es lgico que se haya usado este tipo de plumas para una representacin religiosa cristiana,

    mostrando cmo las tradiciones indgenas eventualmente se fueron cohesionando con las dems

    19In this manner, the blue mosaic surfaces of feathers are a material, symbolic means to provide images with a divine power; []. Feathersare not mere means to embellish and to color those images instead they are the means for the images to become windows into another realm,and to be part of the sacred en Diana Magaloni Kerpel,. Real and Illusory Feathers: Pigments, Painting Techniques, and the Use of Color inAncient Mesoamerica en Nuevo mundo Mundos nuevos: http://nuevomundo.revues.org/1462.

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    influencias culturales creando una sntesis cultural materializada en esta obra. Sin embargo, ante esta

    afirmacin hay que tomar una postura muy cautelosa, pues muchos autores (como es el caso de Muoz)

    se apoyan en Magaloni sin que la ltima sustente las afirmaciones que hace en su artculo con evidencia

    convincente.

    En primer plano se observa un hombre barbado con una tiara triple y ricamente vestido con una

    capa episcopal, este sujeto, por su vestimenta es el papa Nicols V. En su mano izquierda sostiene una

    vela que dirige al enorme san Francisco que est frente a l, hierticamente erguido sobre lo que parece

    ser un pedestal pero que, segn la iconografa20, es una tumba.

    Este santo se encuentra muy esttico, tiene barba, bigote y usa el capuchn de su hbito, su

    expresin es seria y tiene los ojos cerrados. Viste un sayal ajustado a la cintura con un cordn que

    presenta los tres nudos de la orden franciscana que significan los votos de pobreza, castidad y obediencia.

    El ltimo nudo del cordn probablemente es la atadura que se pusiera hasta abajo de la cuerda para que

    sta no se deshilara, esto se deduce por que este nudo est casi al final del cordn y porque fuerepresentado con dos cortas lneas onduladas, en lugar de tres, como las de los dems nudos. El santo

    posa con las manos sobre el pecho que dejan ver los estigmas de sus manos; del mismo modo, su pie

    derecho se asoma por debajo del sayal para mostrar el estigma que tiene ah. Tambin se observa en el

    costado izquierdo de su pecho una llaga que sangra por debajo de su hbito. Se sabe que es un santo

    porque tiene una gran aureola alrededor de su cabeza y se deduce que es san Francisco por los estigmas y

    el tipo de hbito que usa, que son parte de la representacin iconogrfica del santo. En el mismo plano

    donde se encuentran el Papa y el santo se observa una lmpara de aceite que cuelga en lo que debera serel cielo, porque la escena parece estar llevndose a cabo en un jardn dentro de un edificio.

    El amanteca diferenci las construcciones artificiales con el jardn natural a travs de las lneas,

    pues tanto la tumba como la edificacin estn contorneadas por lneas rectas, mientras que el jardn, est

    dibujado con lneas curvas. La construccin est representada con formas tardo medievales; ladrillos muy

    grandes y una ventana circular cubierta por una reja, esto puede haber estado presente en el grabado que

    us el amanteca para copiar la imagen.

    En la parte inferior de esa fachada se ve otro fragmento del inmueble, pero esta vez en lugar de

    una ventana hay un arco que desemboca en una terraza o balcn. Ah se encuentran tres eclesisticos. El

    primero lleva tonsura, hbito franciscano y unas llaves en las manos; el segundo es un cardenal, pues trae

    un hbito negro bajo una capa roja y un sombrero cardenalicio, el tercero es otro franciscano con hbito y

    tonsura que se encuentra escribiendo en un libro. Los tres eclesisticos siempre se presentan en la

    iconografa de esta escena; no obstante, no se han identificado (por ejemplo, la pintura deLa aparicin de

    San Francisco de Ass al Papa Nicols V, con donantes, 1628 de Antonio Montfar o el lienzo annimo

    El papa Nicols V ante el cadver de san Francisco).

    20Louis Rau,Iconografa del arte cristiano. Iconografa de los santos. De la A a la F. Tomo 2. Vol. 3.Barcelona: Serbal, 1997, p. 562.

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    AnnimoEl papa Nicols V ante el cadver de san FranciscoParroquia de Santa Cruz y Soledad, Mxico, D.F.

    El tro se encuentra observando la escena frente a ellos, la cual representa la visin del papa Nicols V del

    cadver de san Francisco de Ass y no a Inocencio III visitando al Cardenal de Ostia como menciona

    Castell21. Ms acertadamente Louis Rau explica esta escena:

    En 1449 el papa Nicols V descendi a la tumba de la baslica de Ass y vio a san Francisco de

    pie, con los ojos elevados al cielo y las manos unidas. El santo se levant el sayal y descubri uno se los

    pies estigmatizados de donde an flua sangre. Esta visita fue imaginada para probar que el cuerpo de san

    21El mosaico representa a San Francisco, de pie, con la cabeza cubierta por el capuchn, con una aureola muy rica en oro y los pliegues delhbitos marcados con el mismo metal. A sus pies est posiblemente el papa Inocencio III (1198-1216) y, a un lado, bajo un arco, pequeasfiguras de Santo Domingo y San Francisco en Roma, visitando al Cardenal de Ostia que posteriormente fue Papa. en Teresa CastellYturbide, La plumaria en la tradicin indgena enEl arte plumaria en Mxico , Mxico: Fomento Cultural Banamex, 1993, p. 197.

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    Francisco, al igual que el de Jesucristo, haba permanecido incorruptible en la tumba. La cripta se arregl

    con posterioridad para justificar la leyenda.22

    Este fragmento de Rau explica la presencia del papa Nicols V frente a esta imagen tan hiertica

    de san Francisco y que se muestra con los ojos cerrados, pues se trata de su cadver. Asimismo, este

    pasaje explica que salga un pie del sayal de san Francisco para mostrar el estigma sangrando.

    Probablemente, en este caso, las manos del santo no estn unidas ya que se queran remarcar los estigmas

    para enfatizar que se trataba de san Francisco.

    El grupo de eclesisticos es probablemente, el squito que acompaaba al Papa durante su visita a

    la cripta y son representados ah como testigos de la veracidad de la visin del papa Nicols V. En 1230

    se traslad el cuerpo de san Francisco de Ass a la Baslica y ste se coloc bajo el altar mayor en un

    lugar no accesible al pblico, pero probablemente poda ser visible a travs de una ventanita de

    confesin. Tiempo despus se construy un corredor que parta del coro y llegaba hasta la tumba23. As

    que probablemente la ventanilla con reja de metal representada en el mosaico de plumas simbolice esapequea ventanita de confesin por la que se poda ver la tumba del santo, pues si la cripta se arregl para

    que concordara con la visin que narr el papa Nicols V, muy probablemente las imgenes se quisieran

    representar con la misma fidelidad para que no hubiera ninguna duda acerca de la incorrupcin del cuerpo

    de san Francisco. Lo mismo sucede con la lmpara de aceite que se ha colocado en otras representaciones

    de la misma escena (por ejemplo, la pintura deLa aparicin de San Francisco de Ass al Papa Nicols V,

    con donantes, 1628 de Antonio Montfar) pues es lgico que para que la gente pudiera ver la tumba se

    tuviera que iluminar la cripta; as la lmpara se representa como un smbolo ms de esta escena pararecalcar la veracidad de la visin que el Papa haba descrito.

    22Rau,Op. Cit., 1997, p. 563.23Fernando Uribe, O.F.M.Por los caminos de Francisco de Ass. Notas para el itinerario por los lugares franciscanos . Oate (Guipzcoa):Franciscana Arnzazu, 1990, pp. 62-76 en http://www.franciscanos.org/santuarios/uribe2.htm .

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    Antonio MontfarLa aparicin de San Francisco de Ass al Papa Nicols V, con donantes1628107.95 x 87.63 cmMuseo LACMA

    En cuanto a cuestiones ms formales, Castell afirma que la representacin de san Francisco en este

    mosaico tiene gran semejanza con la primera representacin que se conoce del santo, un fresco de la

    escuela romana del siglo XIII, annimo que se encuentra en la Gruta Sagrada de la Capilla de Subiaco,

    cerca de Roma.24Esto puede ser cierto, pues esta imagen se considera una vera efigieque fue pintada en

    la poca en la que viva el santo, por lo que seguramente muchas representaciones de san Francisco

    tomaron este mural como referencia; sin embargo, a mi parecer estas figuras son muy diferentes, creo que

    en lo nico que podran parecerse es en la postura tan recta y hiertica, en el uso del capuchn del hbito

    y en la posicin de la mano izquierda sobre el costado derecho del pecho, pero creo que el sayal es muy

    distinto, las facciones de sus caras tambin, las figuras tienen diferente tratamiento, pues incluso podra

    decirse que la representacin medieval tiene ms movimiento, expresin afable y dulce que la

    representacin novohispana que resulta ms ingenua, esttica y seria. Asimismo, Rau menciona que

    24Castell,Op. Cit., 1993, p.197.

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    hay dos tipos de iconografa franciscana, la representacingiottescaque se desarroll en el siglo XIII y la

    Reforma y la segunda representacin que se remonta al Concilio de Trento y Contrarreforma y por eso la

    llama tridentina. Esta iconografa, en la Edad Media es casi exclusivamente italiana e inclusive,

    especfica de Umbra y Toscana. A partir del siglo XVII se vuelve internacional, sobre todo espaola y

    francesa25.

    AnnimoSan Francisco de AssSiglo XIIIGruta de la Capilla de Subiaco, Roma

    Esta representacin no parece italiana, ms bien parece ms flamenca y queda mejor con la definicin que

    da Rau de la iconografa tridentina, pues dice: Despus el Concilio de Trento, el arte barroco de la

    Contrarreforma cre una segunda iconografade san Francisco, muy diferente a la del Trecento y a la del

    Cuattrocento. La imagen y el tipo fsico del santo se transform. En lugar del montaje sonriente [], con

    aspecto feliz, que consideraba la alegra una virtud, se prefiri representarlo con los rasgos de un asceta

    macilento y descarnado y expresin torturada, un espectro en sayal. Y as se le convirti en un Padre

    aguafiestas, lo cual es un despropsito histrico.26Aqu tambin agrega Rau que el hbito franciscano

    25Rau, Op. Cit.,1997, p. 547.26bidem,p. 559.

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    fue reemplazado por otro de capuchn para resaltar el espritu de penitencia de la poca que tanto seguan

    los franciscanos reformados.

    As, esta iconografa de la escena de la visin de Nicols V ante el cadver de san Francisco de

    Ass surgi, segn Rau, en los conventos de capuchinos espaoles y flamencos y tambin por esta razn

    lleg esta temtica hasta Amrica en el siglo XVII, asimismo Victoria afirma que este tema es

    estrictamente postridentino que, al parecer, en la Nueva Espaa goz de cierta popularidad en el siglo

    XVII27lo que me lleva a pensar que este mosaico de plumas pertenece al siglo XVII y no al XVI como

    sostiene Castell28. Este tema anecdtico de la visin del papa Nicols V aparece como una nueva escena

    a partir del Concilio de Trento, el cual procur que las nuevas iconografas fueran caracterizadas por la

    preponderancia del elemento mstico y visionario a expensas de la crnica anecdtica y popular29, como

    claramente fue el suceso relatado por el papa Nicols V. As, deduzco que este mosaico de plumas se

    realiz en el siglo XVII cuando los nuevos cnones e iconografas del Concilio de Trento haban llegado

    a Amrica por medio de los viajeros espaoles y flamencos que traan los grabados a copiar.

    Objeto de evangelizacin u objeto devocional?

    Definitivamente los mosaicos de pluma presentaban el objeto ideal de la analoga que buscaban los

    espaoles para sustituir cdigos de creencias, pues qu mejor que usar una tcnica en la que los indgenas

    representaran a sus dioses y relacionaran aqulla con ellos30. Y con esto no quiero decir que en algn

    momento se elaboraran mosaicos de pluma como imgenes para la evangelizacin; sin embargo, me

    parece que puede hablarse de los mosaicos de pluma como el lugar donde se sustituyeron los imaginariosprehispnicos por otros, pues eran los amantecas quienes hacan las imgenes y quienes tuvieron que

    cambiar sus significados y representaciones, tambin me parece que fueron objetos con los cuales se

    presentaron los nuevos significantes en la medida en que quienes tenan la riqueza suficiente para poseer

    tales objetos se vieron en la necesidad de encontrar una explicacin para adaptarse a estas nuevas

    iconografas y costumbres, pero me parece que slo en esas dos circunstancias puede hablarse de estos

    objetos como evangelizadores, pero definitivamente como una funcin secundaria.

    As, sostengo que estos mosaicos de pluma con temas cristianos eran ms bien objetos

    devocionales de uso personal, pues eran objetos de lujo que no estaban al alcance de todas las clases

    sociales y que seguramente tampoco eran vistos por cualquier persona, sino que al ser objetos preciosos

    se guardaban en lugares particulares en los que solamente quien poda pagar por ellos, poda verlos.

    Incluso, como se mencion al principio, muchos de estos objetos se hicieron en la Nueva Espaa con la

    intencin de mandarse al extranjero, donde no se usaban para la evangelizacin sino ms bien como

    27Jos Guadalupe Victoria y Elisa Vargas Lugo,Juan Correa: su vida y su obra Tomo 2, 2 parte, Mxico: UNAM, 1985, p. 374.28Castell, Op. Cit., 1993, p. 194.29Rau,Op. Cit., 1997, p. 560.30 De esto habla Diana Magaloni en Real and Illusory Feathers: Pigments, Painting Techniques, and the Use of Color in AncientMesoamerica y la cita Muoz en El arte plumario: y sus mltiples dimensiones de significacin. La Misa de San Gregorio. Virreinato de la

    Nueva Espaa, 1539.

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    muestra de lo que se haca en el Nuevo Mundo, por ejemplo, el mosaico de la Misa de San Gregorioque

    se dedica y enva al papa Paulo III como agradecimiento por las declaraciones que haba publicado a

    favor de los derechos de los indios. Mencionan Pierce, Ruz y Bargellini que con este mosaico, Pedro de

    Gante tambin le mostraba al Papa el xito que haba tenido la evangelizacin, pues el mosaico de plumas

    representaba, en una tcnica indgena, objetos que se utilizaron para la evangelizacin y un programa

    iconogrfico complejo que probaba la profunda evangelizacin del Nuevo Mundo31.

    Misa de san Gregorio153968 x 56 cm.Museo de los Jacobinos, Auch

    Ahora, regresando a la pieza de estudio, no puede esperarse que sta haya posedo un programa

    iconogrfico para la evangelizacin, pues la escena presenta una temtica que un nefito no entendera. Si

    observamos, por ejemplo, Un catecismo nhuatl en imgeneslos conceptos que se trataban de explicar a

    los indgenas para su conversin eran la Santsima Trinidad, el Espritu Santo, Dios, la Eucarista, los

    ngeles, el Infierno. En el catecismo de fray Pedro de Gante que era otra doctrina en imgenes, para

    facilitar la comunicacin, se figuraron conceptos como el Ave Mara, el Credo, oraciones, el misterio de

    la Trinidad, los mandamientos de Dios y los de la Iglesia, los sacramentos y las obras de misericordia.

    Los contenidos de estos catecismos estaban bien estudiados, pues no se quera que se cometiera un error

    31Op. Cit.Bargellini, Pierce y Ruz Gomar, 2004, p. 98.

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    dogmtico desde el principio o que los indgenas confundieran los principios esenciales de la religin

    catlica, por ello, en estas doctrinas slo se dedicaban a la explicacin de los principales personajes y

    conceptos de la religin y no vidas de santos que pudieran confundir a los nefitos con una religin

    politesta. Tambin como afirma Ricard, los misioneros que usaban las imgenes para evangelizar

    utilizaban temas como los sacramentos o los misterios del Rosario; menciona el siguiente ejemplo: Fr.

    Luis Caldera [] iba de pueblo en pueblo con grandes cuadros en que haba mandado pintar los

    sacramentos, el catecismo, el cielo, el infierno y el purgatorio32, temas que sin duda eran esenciales

    para comprender la religin en trminos de sus actividades y comportamientos en la vida diaria. De este

    modo hubiera sido intil y un tanto confuso la representacin del tema deLa visin de Nicols V ante el

    cadver de San Francisco de Ass, explicndose este objeto como una pieza exclusivamente para un

    franciscano que pudiera leer la escena o en todo caso un devota cristiano que quisiera poseer una escena

    que resaltara la santidad de san Francisco.

    Fray Pedro de GanteCatecismo1525- 1528Biblioteca Nacional de Madrid

    32Ricard,Op. Cit., p. 219.

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    Asimismo, aunque en este caso, no se hable especficamente de una imagen con tema de erudicin

    teolgica, es importante mencionar lo que Vargas Lugo afirma acerca de estas obras de arte por

    principio estaba[n]destinada[s]a la ornamentacin de la sacristas de los templos, de acuerdo sin duda

    con la jerarqua social y eclesistica33 y aunque no se sepa en especfico, si este pequeo mosaico fue

    solicitado para adornar un espacio as, es lgico pensar que, por lo menos fue pensada para el clero

    regular como arte privado, que ms que erudicin teolgica fuera de preferencia particular un tema

    anecdtico que resaltara la santidad de san Francisco, pues como aclara Victoria, para los franciscanos

    iniciado la construccin de sus conventos [], resultaba indispensable mostrar, y mostrarse a s mismos,

    la iconografa propia34. Esto explica que un tema como la visin de Nicols V del cadver incorrupto de

    san Francisco fuera para alguien o algunos de la Orden que en particular tuvieran un gusto por esta escena

    o quisieran resaltar la santidad de san Francisco por medio de una escena que todos reconocieran.

    En la transformacin de los modelos de grabados, los amantecas no solamente copiaban al pie de

    la letra la imagen que se les proporcionaba, sino que introducan figuras y motivos prehispnicos, creandoas un objeto nico con caractersticas inditas que encarnaban de otro modo el diseo del grabado 35.

    Aqu se les dejaba a los amantecas completa libertad en la eleccin de los colores. Por ejemplo, en este

    mosaico, el amanteca decidi colocar un jardn a la derecha de la composicin que definitivamente se sale

    de la iconografa tradicional.

    Esto se debe a lo que Ramn Gutirrez llama reelaboracin en el receptor en el proceso de

    transculturacin, pues en esta transferencia de ideas y criterios artsticos, la realidad cultural del receptor

    en ese caso, el indgena se ve sometida a un proceso de absorcin e intercambio cultural quefinalmente se sintetiza en esta reelaboracin. Pero justamente esta reelaboracin del receptor es una

    sntesis cultural de todos los factores de absorcin, ms sus propias realidades culturales, lo que termina

    siendo un nuevo producto diferente al indgena y al europeo. Por ejemplo, para el caso del jardn

    agregado incoherentemente se ha visto desde el siglo XVI, una creciente preocupacin por la

    ambientacin americana de la pintura. [] Las pjaros, frutas y flora americana se manifiesta en la

    escultura decorativa y en la pintura de caballete o mural con manifiesta incidencia.36Es lgico pensar

    que los indgenas al vivir en un espacio lleno de recursos naturales, quisieran enriquecer los pobres

    paisajes de los grabados europeos. Como menciona Gutirrez: Es []conmovedor ver en las

    manifestaciones pictricas [] cmo el pintor [], el Tlacuilo indio hace una imagen bastante aceptable

    a la europea, pero luego por la fuerza de la costumbre o por el temor de que sus dibujos no sean una

    expresin cabal, introduce algn motivo autctono, usual y conocido por l37.

    33Elisa Vargas Lugo, Erudicin escritural y expresin pictrica franciscana en Iconologa y sociedad. Arte colonial hispanoamericano,Mxico: UNAM, 1987, p. 245.34bidem, p. 274.35Fane, Russo, y Wolf, Op. Cit., 2011, p. 20.36Gutirrez,Op. Cit., 1995, p. 79.37 Ramn Gutirrez, Transculturacin en el arte americano en Pintura, escultura y artes tiles en Iberoamrica 1500- 1825, (coord.)Ramn Gutirrez, Madrid: Ctedra, 1995, p. 24.

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    As, me parece que este mosaico deLa visin de Nicols V ante el cadver de San Francisco de

    Ass presenta un perfecto ejemplo de lo que Juana Gutirrez Haces denomina koin, es decir, esta

    nivelacin que deja de lado las caractersticas y particularidades de cada escuela y cultura en favor de lo

    que todos compartirn, creando un nuevo lenguaje y sentido de pertenencia a un grupo, acomodndose as

    a una nueva realidad38. Entonces, dejando de lado si este mosaico tiene ornamentos manieristas,

    iconografa tridentina de estilo flamenco o elementos indgenas, definitivamente es una sola composicin

    que materializa una nueva realidad mental del artista que ha sintetizado los factores culturales de

    absorcin que se le han presentado y que ha combinado con los propios para crear este nuevo lenguaje.

    Esta koinno se ve en las producciones de los primeros aos de conquista, donde las formas no

    tienen cohesin, ms bien, s se alcanzan a notar superposiciones muy evidentes de elementos indgenas

    frente a composiciones europeas (por ejemplo, los chalchihuites en la capa del eclesistico en el mosaico

    La Misa de san Gregorio); pero en el caso del objeto de estudio me parece que ya hay una sntesis de

    todas estas formas que a finales del siglo XVI y principios del XVII ya se haban matizado. Asimismo,para el periodo en que se realiz este mosaico ya no haba la necesidad de producir objetos didcticos de

    evangelizacin, ahora la plumaria se haca porque gustaba, era un objeto de lujo que los espaoles

    desearon conservar, pues era una tcnica natural que impactaba su ojo por los efectos lumnicos y

    cromticos que slo una creacin de Dios poda tener, pues seguramente era precioso ver cmo un

    artefacto poda ser mgico sin la intervencin humana y bajo este precepto era una tcnica perfecta para

    elaborar imgenes religiosas. Justamente como mencionan Russo, Wolf y Fane Las plumas logran un

    efecto visual y esttico que oscila entre brillantez y opacidad de manera sobrenatural39

    , pues la plumacon sus tonos tornasolados y brillantes permiten que la imagen cambie segn la distancia y posicin desde

    la que se observe y esto realmente fascina porque estos aspectos lumnicos no se logran con los

    pigmentos minerales y vegetales que comnmente se utilizaban.

    Devocin franciscana y religiosidad en la Nueva Espaa

    San Francisco de Cuetzalan fue un pueblo serrano tributario de Moctezuma que pagaba con plumas de

    quetzal. En realidad el nombre original del pueblo era Quetzallan, tal y como aparece en el Cdice

    Mendocino, representado por un manojo de plumas rojas con plumas azules sobre dos dientes. El vocablo

    es de origen nhuatl y quiere decir lugar en el que abundan los quetzales o el lugar de las aves preciosas

    40. Este lugar era productor de objetos de plumaria en la poca prehispnica y tiempo despus se le dio el

    nombre de Puebla.

    A Puebla se le dio el ttulo de ciudad en 1532 y trece aos despus se traslad el Obispado de

    Tlaxcala a esta sede. Los franciscanos fueron los primeros frailes establecidos en Puebla y es posible que

    38 Juana Gutirrez Haces, La pintura novohispana como una koin pictrica americana? Avances de una investigacin en ciernes enAnales del Instituto de Investigaciones Estticas, Nm. 80 Mxico: UNAM, 2002, p. 48.39Fane, Russo y Wolf, Op. Cit., 2011, p. 27 y 28.40Castell, Op. Cit., 1993, p. 196.

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    desde tiempo antes ellos hubieran tenido su convento y la administracin de los indgenas del barrio de

    San Francisco del Alto de los Tlaxcaltecas, o Tlaxcaltecapan. Al fundarse la ciudad probablemente se

    establecieron ah indgenas que prosiguieron con el oficio de la plumaria, guiados por los franciscanos.

    Algunas de las piezas de arte plumario que son de las mejores obras que se produjeron en el siglo XVI,

    probablemente fueron ejecutadas por estos artistas y que ahora se conservan en la Capilla del Espritu

    Santo, llamada del Ochavo, en el Arzobispado de la catedral de Puebla41. Dentro de estas piezas, se

    encuentra el objeto de estudio; sin embargo, ste no fue elaborado especialmente para este sitio, pues la

    construccin del lugar se llev acabo en 1688 y la pieza apareci ah tiempo despus, probablemente

    como una donacin a la Catedral.

    La Capilla del Ochavo fue construida, entre otras cosas, como una gabinete de curiosidades que

    pudiera albergar las reliquias y tesoros que eran propiedad de la catedral, otras funciones de la capilla del

    Ochavo, menciona Monserrat Gal basada en documentos de la poca, fueron: lugar para que los

    prebendados recen en silencio y celebren misas en privado; relicario; cmara para guardar el tesoro enespecial las grandes piezas de platay finalmente, espacio donde se resguardan pinturas de mrito. %#

    Aunque no se sabe en qu momento lleg esta pieza de plumaria de san Francisco de Ass, la nica

    informacin que se ha podido rastrear ha sido la que proporciona Gal, nuevamente: Cabe sealar que en

    el inventario de 1712 ya estn registradas las laminitas de pluma orgullo principal del Ochavo junto

    con las lminas de Villalpando43. As que lo nico que puede deducirse de esta informacin es que la

    pieza de plumas no fue hecha especficamente para la capilla del Ochavo de Puebla y que muy

    seguramente vino como donacin de uno de los conventos franciscanos o de alguna casa de nobles oincluso de una donacin de alguien del alto clero.

    Las obras de plumaria siempre fueron producidas ya sea para mandarse a los palacios reales, para

    los nobles devotos o para miembros del alto clero, pues slo gente de alto rango social poda pagar estas

    producciones que formaban parte de sus oratorios privados. Como ejemplos de personas que poseyeron

    este tipo de objetos, Morales nombra: En esos momentos sus propietarios, adems de miembros de la

    corte y nobles eran tambin profesionales y funcionarios de diverso rango, alguno de ellos relacionados

    con Amrica. Este es el caso de don Antonio lvarez de Castro, oidor de la Audiencia de Manila ydespus de la de Guadalajara, quien posey algunas obras procedentes de Michoacn. Otros propietarios

    de cuadros de plumaria durante el siglo XVII fueron doa Mara de Aragn, el duque de Alcal, Jernimo

    Snchez, Esteban Mato, el mdico de Felipe III, don Cristbal Medrano, y el abogado de la Inquisicin

    don Felipe de Iturrucha44.

    Finalmente, el tema deLa visin del papa Nicols V del cadver de san Francisco de Asses una

    41bidem,p. 196.42 Montserrat Gal Boadella, La capilla del Ochavo de la Catedral de Puebla. Historia, arquitectura y simbolismo en Las pinturas delOchavo(coord.) Isabel Fraile Martn, Puebla: El Errante Editor, 2011, p. 19.43bidem, p. 24.44Alfredo J. Morales, Un San Jernimo de arte plumaria en el Convento de San Jos de Sevilla en Laboratorio de Arte 24, Sevilla:Universidad de Sevilla, 2012, p. 218.

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    escena de la vida del santo que aunque no era totalmente fidedigna, fortaleca la santidad del fundador de

    la Orden de Frailes Menores, al grado de equiparar su vida con la de Cristo, pues al igual que l, su

    cuerpo permaneci incorrupto.

    As que este mosaico de plumas muestra de la santidad de san Francisco que todos los

    franciscanos deban copiar y justamente se presentaba este pasaje anecdtico como un recordatorio de que

    san Francisco lleg a ser como Cristo en varios aspectos aunque fuera un simple y mortal hombre, por lo

    que si los frailes copiaban sus buenas acciones tambin podran alcanzar la santidad, experimentar la

    estigmatizacin o tener un cuerpo incorrupto que mostrara la pureza de su alma, tal y como le ocurri al

    beato franciscano Sebastin de Aparicio (1502- 1600), un fraile de origen espaol y que destac por su

    labor misionera en Mxico. El cuerpo de este beato se conserv incorrupto como la reliquia ms preciada

    del convento de san Francisco de Puebla, lo que remarca la incorruptibilidad del cuerpo como un

    elemento muy recurrente e importante para generar e intensificar la identidad de los frailes franciscanos.

    Justamente los franciscanos en Nueva Espaa fomentaron mucho la imitacin de vidas de santosen los conventos. En este contexto, Antonio Rubial afirma que junto a la imitacin de los apstoles, y

    casi al mismo nivel, estaba la [vida]de san Francisco. Tal actitud tambin est relacionada con el ideal

    evanglico primitivo, pues el fundador de la orden semejaba con su vida otro Cristo u otro apstol y con

    ello mostr el camino que sus discpulos deban seguir45. sta es una suposicin del pasado de la pieza

    de estudio; no obstante, sta tambin pudo haber sido parte de un oratorio familiar que tuviera una

    devocin especial por san Francisco y mandaron a hacer este mosaico como objeto de devocin para

    resaltar su santidad.

    Pluma como material del significante

    La imagen es un signo y como signo especfico est definido por el material con que est hecho y de esta

    manera su significado se conecta con su significante en la relacin referencial y expresiva que conjuntan

    su significado total.

    Veltrusk!dice La escultura, en particular, usa una tridimensionalidad significante que ms que

    nada, transmite un significado inmaterial por medio de las propiedades materiales de su propia dureza,fragilidad, superficie, textura, etc.46 As, me parece que lo mismo sucede con la plumaria, pues la

    produccin de sentido est determinada por el significante, pero tambin importa el material de este

    significante que va a determinar la manera en que percibamos el objeto. Veamos el ejemplo que da el

    mismo autor al respecto: Esto es ilustrado ms claramente por ciertos efectos semiticos que producen

    los diferentes colores independientemente de su funcin referencial los colores clidos, colores

    saturados o ms borrosos, etc., tambin la habilidad de los colores de provocar respuestas afectivas y la

    45Antonio Rubial Garca,La hermana pobreza, Mxico: UNAM, 1996, p. 104.46Sculpture, in particular, uses a tridimensional significant that, moreover, combeys inmaterial meaning by such material properties of itsown hardness, fragility, surface, texture, and so on. en VELTRUSK!, JIR. Some Aspects of the Pictorical Sign in Semiotics of art (ed.)Ladislav Matejka and Irwin R. Titunik, London: Massachusetts Institute of Technology, 1977, p. 245.

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    llamada percepcin fisionmica47. As que, de la misma manera en la que los colores nos producen ciertos

    afectos, sentimientos y una percepcin especfica, los materiales con los que estn hechas las obras

    intervienen en esta recepcin. La materialidad de las plumas afecta la manera en que percibimos estos

    objetos, pues stas le confieren a la imagen aspectos lumnicos y cromticos que no se comparan con lo

    que pueden lograr otros pigmentos o minerales. Por esta razn, me parece que los objetos hechos con

    plumas tuvieron una connotacin sagrada y especial desde el principio y este valor continu dndoseles,

    incluso a la llegada de los espaoles, pues las propiedades materiales del significante siempre producen

    efectos psicolgicos que siempre tienen algunas implicaciones semiticas, sin importar si el signo tiene o

    no una funcin esttica48. Como en el caso de las plumas que permiten que nuestros ojos vean distintos

    colores brillantes en un mismo objeto y me parece que esto, adems de impresionar provoca que se

    perciba la imagen de forma distinta a que si se viera una pintura en donde los colores son estticos y sin

    brillo. As, no es de extraar que las imgenes elaboradas con plumas se consideraran objetos de lujo y

    fueran muy costosas, pues desde un sentido ms pedestre, el material en s mismo era caro porque lasdistintas plumas no se encontraban concentradas en una sola zona, sino que haba que trasladarse a

    diferentes lugares para recolectarlas, tambin habra que considerar que de la pluma completa slo se

    usaban fracciones, y que los amantecas eran artesanos muy especializados; en otro sentido ms abstracto,

    los aspectos cromticos tan peculiares de la pluma no se consideraban solamente preciados por su valor

    simblico, sino que tambin el puro material provocaba fascinacin. Tampoco es inslito pensar que por

    estas cualidades de brillo e irradiacin se elaboraran imgenes de vrgenes y santos49.

    Conclusiones

    Despus de este estudio me parece bien recordar que aunque algunos autores estn en desacuerdo con

    usar metodologas y trminos occidentales para estudiar lo que llamamos el arte plumario, en el caso

    especfico de la plumaria virreinal este hecho no es grave, puesto que en la elaboracin de sta ya se

    estaban usando referentes completamente occidentales. Comprendo que este es un problema cuando nos

    queremos acercar a la plumaria prehispnica, pues definitivamente no tenemos ningn referente o siquiera

    idea de lo que muchas cosas significaban para ellos y no tenemos manera de saberlo con certeza.

    Habiendo aclarado esto, quisiera dejar claras muchas de las conclusiones a las que llegu a partir

    de la imagen y de la tesis que se plante. En primer lugar, se asegura que se trata de una imagen privada

    de devocin; pues varios autores hablan de los mosaicos de pluma no precisamente como imgenes para

    la evangelizacin pero s como la actividad de la cual sacaron provecho los espaoles para convertir a los

    47This is most clearly illustrated by a certain semiotic effects that difieren colors produce independently of their referencial function warmcolors, advancing and receding colors, and so on, as well as the ability of colors to arouse affective responses and the so called

    physignomic perception. enbidem.48 the material properties of the significant always produce psychological effects, and these always have some semiotic implications, nomatter whether or not, or to what extent, the sign has an aesthetic function. en bidem, p. 247.%*Aunque no nicamente, pues el mejor ejemplo de un artefacto de plumaria con escenas profanas es la adarga de Felipe II donde se harepresentado la batalla de las Navas de Tolosa, la toma de Granada, la conquista de Tunz y la batalla de Lepanto.

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    indgenas al cristianismo, pues los amantecas fueron quienes tuvieron que cambiar por completo sus

    cdigos de imaginacin y representacin para poder llevar a cabo las nuevas imgenes; no obstante aqu

    se habla de un sector de la poblacin indgena muy pequeo, pues no muchos se dedicaban a esta

    actividad, por lo que no creo que pueda clasificarse como un mtodo general y prctico para la

    evangelizacin de la poblacin completa como se pretenda. Esta idea tambin se apoya por la temtica

    que presenta la pieza que definitivamente no posee un programa iconogrfico para la evangelizacin, de

    hecho figura una escena que un nefito no entendera. Ms bien para la evangelizacin se usaban

    conceptos con principios ms bsicos de la religin como eran el Ave Mara, el Credo, el misterio de la

    Trinidad, los mandamientos de Dios, el infierno, etc. y en cambio, no se representaban vidas de santos por

    correr el riesgo de que los nefitos confundieran la religin con una politesta. As, sostengo que estos

    mosaicos de pluma con temas cristianos eran ms bien objetos devocionales de uso personal, pues eran

    objetos de lujo que no estaban al alcance de todas las clases sociales y que seguramente tampoco eran

    vistos por cualquier persona, ms bien pudo ser elaborada para miembros del alto del alto clero, noblesdevotos o para el clero regular como arte privado, a lo mejor fue colocada dentro de una capilla privada y

    era un objeto de devocin a la vez que un objeto de identidad para los frailes franciscanos, pues se trata

    de un tema poco usual con carcter anecdtico que solamente un devoto entendera.

    En segundo lugar, propongo que este mosaico se hizo en el siglo XVII y no en el XVI como se ha

    especulado; en un principio las formas manieristas que presenta el marco fueron ms comunes en el siglo

    XVII que en el XVI, cuando haba ms gusto por las decoraciones plenamente renacentistas; tambin por

    el tema y su tratamiento, que como afirman Rau y Victoria, es un tema que surgi despus del Conciliode Trento en los conventos espaoles y flamencos y que al llegar los grabados de estos lugares a la Nueva

    Espaa el tema de La visin del papa Nicols V del cadver de san Francisco de Ass comenz a tener

    popularidad; asimismo en este mosaico se observa la koinque se explica como la nivelacin en sntesis

    cultural de todos los factores que se mezclaron. Es una sola composicin que materializa una nueva

    realidad mental del artista que ha absorbido todos los factores culturales y ha creado un nuevo lenguaje;

    circunstancia que no se percibe en las producciones de los primeros aos de conquista, donde las formas

    no tienen cohesin.

    Finalmente, estudiar este mosaico como objeto de apropiacin de los europeos, pues ellos

    permitieron que esta tcnica se siguiera produciendo gracias a la magnfica maestra con que saban

    trabajar los amantecas, adems de lo impactante que resultaban las particularidades cromticas y

    luminiscentes de las plumas que permitieron que independientemente de los modos de ver y significantes

    de las diferentes culturas, an as, ambas pudieran apreciar esa riqueza natural y le dieran connotaciones

    equivalentes de lujo y gran valor.

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