Décimo

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Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián REPASO PARA EL QUIZ – DÉCIMO El mundo a principios del siglo XX

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REPASO PARA EL QUIZ DCIMO

El mundo a principios del siglo XX

Los avances en la ciencia, en la industria, en los transportes y en las comunicaciones hicieron que Europa disfrutara hacia 1900 de un nivel de vida mucho ms alto que en 1800. Este desarrollo tuvo como consecuencia un gran crecimiento de las ciudades. Los pases europeos ms poderosos controlaban adems las materias primas y el comercio en el resto del planeta. Por el poder mundial competan Inglaterra, Francia, Alemania y un pas en ascenso: Estados Unidos. Las disputas entre todos ellos condujeron a la Primera Guerra Mundial.

En Espaa, se produjo a fines del siglo XIX el llamadoDesastre de 1898, cuando la derrota militar frente a los Estados Unidos acab con los ltimos restos del antiguo imperio espaol (Cuba, Puerto Rico y Filipinas).Durante los primeros aos del siglo XX el sistema poltico de la etapa anterior continu inalterado, esto es, el Partido Liberal y el Partido Conservador siguieron turnndose en el poder, sin que hubiera apenas diferencia entre sus polticas.La sociedad estaba dominada por unaoligarquaintegrada por nobles terratenientes y por la alta burguesa financiera; era un bloque social conservador que no slo controlaba la economa, sino tambin las elecciones (recordamos aqu el caciquismo). Por debajo se hallaba lapequea burguesa, que se senta marginada por el bloque dominante pero que a la vez tema al proletariado; la mentalidad de estas clases medias sola ser reformista; de ellas surgieron intelectuales y escritores disconformes, a veces revolucionarios. En ltimo trmino encontramos a laclase obrera(el proletariado de las zonas industrializadas y las masas de los campesinos), que soportaba dursimas condiciones de vida; en ellos prendieron las ideologas revolucionarias con sus organizaciones sindicales de carcter socialista y anarquista.

2.La literatura a principios del siglo XX

Desde finales del siglo XIX surgen en Europa y Amrica corrientes de ideas de tipo disidente o inconformista. En las Artes y en las Letras cunden impulsos renovadores frente a las tendencias vigentes.En Espaa, las ansias de renovacin se producen en medio de la decadencia poltica y el marasmo social. Muchos de los escritores jvenes abominan de la realidad que ven en torno y se alzan contra la literatura inmediatamente anterior.Al principio se llammodernistasa todos los escritores animados por tales impulsos innovadores; aunque adoptaron variadas posturas estticas e ideolgicas, todos ellos coincidan en su actitud rebelde frente a los valores burgueses, en su rechazo al materialismo y la deshumanizacin del mundo capitalista. Pero con el tiempo, el trminomodernistase fue reservando para designar a aquellos autores (especialmente poetas) que se despegaron del mundo que aborrecan y encauzaron su inconformismo hacia la bsqueda de la belleza, de lo exquisito; se proponan ante todo una renovacin esttica. Y, al mismo tiempo, se cre la etiqueta deGeneracin del 98para aquellos autores espaoles (especialmente prosistas) que se orientaban ms bien a profundizar en problemas humanos o a analizar crticamente la penosa realidad espaola.

3.El Modernismo

La concepcin ms restringida del concepto de Modernismo considera a este como un movimiento literario que se desarrolla aproximadamente entre 1885 y 1915. Tiene su cuna en Hispanoamrica y su principal impulsor y mximo representante es el escritor nicaragense Rubn Daro.

En Espaa, el Modernismo conoce dos fases:el Modernismo polmicoyel Modernismo domesticado. El primero comienza aproximadamente en 1892, con la llegada de Rubn Daro a Espaa, y se extiende hasta 1904; esta es su poca de esplendor. Despus, cuando los autores modernistas ya ocupan un lugar central en el mercado editorial, atenan la actitud provocadora y combativa que los haba caracterizado en la primera etapa.

Las figuras ms caractersticas del Modernismo en Espaa son Manuel Machado, Villaespesa y Marquina. Ahora bien, hay tres importantes autores que estuvieron inicialmente en la rbita del Modernismo, pero que luego desbordaron sus cauces: Valle-Incln, Antonio Machado y Juan Ramn Jimnez.

3.1.Influencias

El Modernismo hispnico se halla fuertemente influido por la literatura francesa, en concreto por dos movimientos de la segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo.

. ElParnasianismoest representado por poetas como Thophile Gautier o Leconte de Lisle. Los parnasianos defienden el ideal deel arte por el arte, instauran el culto a la perfeccin formal y pretenden construir una poesa serena, equilibrada (frente a la vehemencia romntica). Les gustan temas que sern despus tpicamente modernistas: la mitologa griega, el exotismo oriental, las civilizaciones antiguas. ElSimbolismoes una corriente que arranca de Baudelaire y se desarrolla con Verlaine, Rimbaud y Mallarm. Los simbolistas no se contentan con la belleza externa ni con la perfeccin formal (aunque no las desprecien), sino que quieren ir ms all de las apariencias. Para ellos, la realidad sensible encierra significaciones profundas y la misin del poeta es descubrirlas; se sirve, para ello, de smbolos, esto es, de imgenes fsicas que sugieren algo no perceptible fsicamente (una idea, un sentimiento...). Se trata, en suma, de una poesa que se propone sugerir todo cuanto est oculto en el fondo de las cosas. A este arte de la sugerencia no le convienen ya las formas escultricas, cinceladas, que perseguan los parnasianos, sino un lenguaje musical.

Tambin se advierten en los modernistas huellas de la literatura espaola, fundamentalmente de los poetas postromnticos: Bcquer y Rosala de Castro.

3.2.Temas

La temtica del Modernismo apunta en dos direcciones: la que atiende ala exterioridad sensible(lo legendario y lo pagano, lo extico, lo cosmopolita) y la que apunta ala intimidad del poeta, con su vitalismo y su sensualidad, pero tambin con su melancola y angustia. Pues bien, a partir de este ltimo aspecto puede explicarse la unidad temtica de la literatura modernista.

1. Desazn romntica. Son notables las afinidades de talante entre romnticos y modernistas: vemos anlogo rechazo de una sociedad en la que no encuentra lugar la poesa y parecida sensacin de desarraigo y de soledad. La melancola (a veces, la angustia) es un sentimiento central. Es sintomtica de este talante la presencia de lo otoal, lo crepuscular, la noche.Adems, la crisis espiritual que alimenta a los modernistas les lleva a exaltar por encima de la razn las pasiones y lo irracional; el misterio, lo fantstico y el sueo vuelven a poblar los poemas.

2. Escapismo. Como el romntico, el modernista se evade del mundo con el que est en desacuerdo. Hay una evasin en el espacio (se trata del conocidoexotismode la literatura modernista, cuya aspecto ms notorio es el gusto por lo oriental). Y hay tambin una evasin en el tiempo (hacia el pasado medieval, renacentista, dieciochesco) que es fuente de evocaciones histricas o legendarias. En la misma lnea se sita el gusto por la mitologa clsica, con su brillantez y su sensualidad pagana.

De acuerdo con tales preferencias, aparecen por los poemas dioses, ninfas y centauros; vizcondes y marquesitas; Pierrots y Colombinas; mandarines y odaliscas. Es un mundo de pagodas, de viejos castillos, de salones versallescos y de jardines perfumados; un mundo con cisnes y liblulas, flores de lis y flores de loto, marfil, jades y perlas Todo ello obedece a la necesidad de soar mundos de belleza en los que refugiarse de un ambiente mediocre.

3. Cosmopolitismo. Es un aspecto ms de la necesidad de evasin, del anhelo de buscar lo distinto. Ese cosmopolitismo desemboca, sobre todo, en la devocin por Pars, inspiradora de muchos versos modernistas.

4. Amor y erotismo. Se advierte un contraste entre un amor delicado y un intenso erotismo: as, por un lado, encontramos muchas manifestaciones de un amor ideal, imposible, acompaado casi siempre de melancola; por otro, vemos tambin numerosas muestras de un erotismo desenfrenado, que unas veces pueden interpretarse como un desahogo vitalista ante las citadas frustraciones y que en otros casos enlazan con las actitudes asociales y amorales caractersticas del espritu modernista.

5. Los temas americanosy lo hispnico. Hay tambin en el Modernismo hispanoamericano un cultivo de temas indgenas. Al principio es una manifestacin ms de la evasin hacia el pasado y sus mitos, pero ms tarde obedece al anhelo de buscar las races de una personalidad colectiva. Y esa misma bsqueda de races explica la presencia de los temas hispnicos en ese periodo.

La Generacindel 98

4.1.Nmina del 98

Se denominaGeneracin del 98a un conjunto de escritores espaoles que nacen a la vida literaria en los ltimos aos del siglo XIX y el despuntar del siglo XX y que se define por una coincidencia, en el espacio histrico de un decenio, de localizacin geogrfica, frecuentaciones sociales, influencias, actividades profesionales e intelectuales, inquietudes y, sobre todo, temtica y enfoque de la misma. El grupo est integrado por Unamuno, Azorn, Baroja, Maeztu y, con las matizaciones que se vern despus, Antonio Machado y Valle-Incln.El 98 es el ao de la derrota de Espaa en la guerra con Estados Unidos. La liquidacin de lo que fue un gran imperio hace que se tome conciencia de la debilidad del pas, se analicen sus causas y se busquen soluciones. Es lo que harn los noventayochistas, pero haba antecedentes.

4.2.Precursores: los regeneracionistas y Ganivet

Se llamaregeneracionistasa un conjunto de pensadores que ya desde aos antes del 98 propugnaban medidas concretas para laregeneracindel pas. Intentaban combatir el caciquismo, aconsejar obras que pudieran enriquecer a campesinos y obreros, trabajar a favor de la educacin y la orientacin profesional, y luchar contra el ruralismo, el aislamiento y la cerrazn a Europa, en la que vean modelos de progreso. Entre los regeneracionistas destaca especialmente Joaqun Costa.Ganivet, en suIdearium espaol, haba analizado los rasgos del alma espaola, las glorias pasadas, los males contemporneos y la necesidad de una renovacin espiritual, asentada, eso s, en las tradiciones profundas.Las ideas de los regeneracionistas y de Ganivet hallaron eco en los miembros de la Generacin del 98.

4.3.EvolucinLa Generacin del 98 no forma un bloque monoltico: es preciso atender a su evolucin.

4.3.1.La juventud del 98

Antes de 1900, la labor de Unamuno, Maeztu, Azorn y Baroja se emparenta con movimientos polticos revolucionarios: aunque procedentes de la pequea burguesa, adoptan un izquierdismo radical.Es distinto el caso de Valle y de Machado. El Valle-Incln de 1900 es ideolgicamente tradicionalista ( y estticamente modernista). Machado no se dar a conocer hasta 1903, conSoledades, un libro de poesa intimista; sus ideas progresistas de entonces no pasan todava a su obra.

4.3.2.El grupo de los Tres

Componen este grupo Azorn, Baroja y Maeztu. En 1901 publican unManifiestoen el que diagnostican la descomposicin de la atmsfera espiritual del momento, el hundimiento de las certezas filosficas, de los dogmas... S observan entre los jvenes un vago ideal altruista de mejorar la vida de los miserables. Lo que queda, entonces, es encontrar algo que canalice esa fuerza. Pero ahora ya no confan en las doctrinas polticas. Piensan que slo una ciencia social puede poner al descubierto todas las llagas sociales y estudiar soluciones.Como vemos,los Treshan abandonado las ideas revolucionarias anteriores y se han aproximado ms al reformismo de los regeneracionistas.La campaa fue un fracaso y el episodio los condujo a un desencanto total. Y en ese desengao de la accin concreta les haba precedido Unamuno, quien en el ao delManifiestoconfiesa que ya no le interesan demasiado los asuntos econmico-sociales; lo que le preocupan ahora son los problemas espirituales del pueblo.

4.3.2.La madurez del 98

Los escritores adoptan unas posiciones fuertemente personales, lejos del comn radicalismo juvenil. No obstante, queda en todos ellos la lucha por algo que no es lo material, es decir, un anhelo idealista. Presentan, adems, otros rasgos comunes:cierto irracionalismo neorromntico (coinciden en ello con los modernistas); una especial preocupacin por las cuestiones existenciales (el sentido de la vida, el destino del hombre...); un enfoque subjetivo del problema de Espaa, es decir, una mirada empaada por los anhelos y angustias personales; adems, lo que les preocupa ahora no son tanto los problemas materiales concretos como el alma del pas (sus valores, sus creencias).La evolucin ideolgica de los autores es curiosa. Unamuno se debatira toda su vida entre contradicciones y luchas ntimas. Baroja se recluye en un escepticismo radical. Azorn deriv hacia posturas conservadoras. Finalmente, Maeztu se convierte en un portavoz de las derechas lindantes con el fascismo.Ahora podemos apreciar el signo inverso de las trayectorias de Antonio Machado y Valle-Incln. Machado, enCampos de Castilla(1912), incorpora por fin preocupaciones noventayochistas; pero pronto las desborda y avanza hacia posiciones que lo distancian de los tpicos hombres del 98. Valle, hacia 1917, pasa de su tradicionalismo inicial a un progresismo a veces muy radical. Por tanto, igual que Machado, est en un plano muy distinto del que por entonces ocupaban los cuatro primeros noventayochistas estudiados.

4.4.Temas del 98

Eltema de Espaaes central. Los noventayochistas nunca abandonaron su intensa preocupacin por el pas. Rechazan el ambiente poltico del momento y denuncian, sobre todo en su juventud, el espritu de la sociedad: su ramplonera, su apata, su parlisis... En cambio, exaltan, especialmente en su madurez, una Espaa eterna y espontnea ; de ah su inters por el paisaje y la vida de los pueblos y por lo que hay de permanente en su historia.Las tierras de Espaa fueron recorridas y descritas por ellos con dolor y con amor: junto a una mirada crtica que descubre la pobreza y el atraso, encontramos, cada vez ms, una exaltacin lrica de los pueblos y el paisaje; sobre todo de Castilla, en la que ven la mdula de Espaa. Su atraccin por lo austero de las tierras castellanas inaugura una nueva sensibilidad, una esttica de la pobreza.Por lo que respecta a la historia, si al principio rastreaban en el pasado las races de los males presentes, cada vez ms bucean en ella para descubrir los valores permanentes de Castilla y Espaa, sus esencias. Es muy significativo que, por debajo de la historia externa (reyes, hazaas...), les atrajera lo que Unamuno llam laintrahistoria, es decir, la vida callada de los millones de hombres sin historia que con su labor diaria ha hecho la historia ms profunda.Por ltimo, en los hombres del 98 el amor a Espaa se combina con un anhelo de europeizacin, muy vivo en su juventud. Con el tiempo, dominar en casi todos una exaltacin casticista.

Laspreocupaciones existencialesocupan un lugar central en la temtica noventayochista. Hay que situarlas en la crisis de fin de siglo. Encontramos en estos escritores ese malestar vital, esa desazn romntica que vimos en los modernistas. As, ellos o sus personajes se interrogan sobre el sentido de la existencia humana, sobre el tiempo, sobre la muerte, etc. Y son frecuentes los sentimientos de hasto de vivir o de angustia.Estrechamente vinculado con lo anterior est el problema religioso. Los del 98 fueron agnsticos en su juventud. Baroja se mantuvo en esta actitud toda su vida. Unamuno, en perpetua lucha entre su razn y su sed de Dios, fue un temperamento profundamente religioso, pero angustiado y fuera de la ortodoxia catlica. Azorn y Maeztu, en cambio, adoptaron con el tiempo posiciones catlicas tradicionales.