Debate Entre Jose Nun y Cardoso

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    IDICSOInstituto de Investigacin en Ciencias Sociales

    Universidad del Salvador

    Material AEP017 Marzo de 2005

    Masa Marginal: la historia de unaantigua polmica y un intento de

    cuantificacin

    HORACIO CHITARRONI

    REA DE EMPLEO Y POBLACINIDICSO.

    http://www.salvador.edu.ar/csoc/idicso

    Hiplito Yrigoyen 2441 C1089AAU Ciudad de Buenos Aires Repblica Argentina

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    TABLA DE CONTENIDOS

    Resumen............................................................................................................... 1

    INTRODUCCIN: LA HISTORIA DE UNA ANTIGUA POLMICA............................ 2

    1. UNA APROXIMACIN CONCEPTUAL AL VIEJO DEBATE................................... 5

    2. UN INTENTO DE OPERACIONALIZACIN ........................................................ 8

    3. LOS SOBRANTES............................................................................................. 10

    A modo de conclusion ........................................................................................ 15

    Referencias bibliogrficas.................................................................................. 16

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    ID IC SO re a de Emp le o y Po bl ac in Facultad de Ciencias SocialesAEP017 Universidad del Salvador

    Masa Marginal: la historia de una antigua polmicay un intento de cuantificacin.1

    Resumen

    A fines de la dcada del sesenta tuvo lugar un debate entre Jos Nun y Fernando Cardosoen torno a las categoras tericas de superpoblacin relativa y ejrcito industrial dereserva, generalmente homologadas.

    Nun interpretaba que ambas categoras solo podan ser identificadas en trminos de unparticular modo de produccin (el capitalismo) y ms aun , en una particular formacinsocial (su etapa competitiva), pero no en cualquier modo de produccin. Para l, enciertas etapas histricas la superpoblacin relativa poda resultar afuncional o hastadisfuncional.

    En la etapa del capitalismo monoplico, deca Nun ya en los aos 60 y especialmente enlos pases de Amrica Latina2, una parte de la superpoblacin relativa dejaba de ser unejrcito industrial de reserva, til al sistema y pasible de ser explotado. Y se transformabaen masa marginal, excluda, innecesaria, disfuncional y peligrosa.

    Se intenta cuantificar los segmentos de la PEA que fueran objeto de la distincin de Nun,estimando su peso en el mercado de trabajo urbano de la Argentina actual. Para ello seemplea un panel de la EPH correspondiente al total de aglomerados de las ltimas tresondas disponibles de la encuesta puntual3.

    1 Presentado en el II Congreso Nacional de Sociologa y VI Jornadas de Sociologa de la Universidad deBuenos Aires, Octubre de 2004.2Ms en general, en las economas propias del capitalismo perifrico.3A partir de esa ltima fecha la EPH pas a ser continua y se modificaron tanto el diseo muestral como elinstrumento de recoleccin.

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    INTRODUCCIN: LA HISTORIA DE UNA ANTIGUA POLMICA

    ace ya muchos aos en el clima intelectual apasionado y polmico de los lejanosaos 60 tuvo lugar un debate entre Jos Nun y Fernando Enrique Cardoso (quien

    luego fuera presidente de Brasil) en torno a las categoras tericas desuperpoblacin relativa y ejrcito industrial de reserva, emergentes del marxismo. Unarelectura de Marx tan frecuente en aquellos tiempos haba inclinado a Nun a realizaruna distincin entre estos dos conceptos, que generalmente haban sido homologados.

    La superpoblacin relativa era, para Nun, un concepto referido al anlisis histrico generaldel desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de produccin. En cada modo deproduccin, el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de produccindeterminaran la capacidad de absorcin de mano de obra disponible por parte delmercado de trabajo. Es decir, la tecnologa disponible y las relaciones de fuerzas entreempresarios y sindicatos (que regulan, por ejemplo, la duracin de la jornada laboral)determinan que se necesite cierta cantidad de mano de obra.

    A su vez, las tendencias demogrficas y culturales (que fijan el tamao de la poblacineconmicamente activa) determinan la oferta de mano de obra disponible. La diferenciaentre ambas sera la superpoblacin relativa, en un momento histrico dado.

    En el capitalismo competitivo, esa sobreoferta de mano de obra sera el ejrcito industrialde reserva, funcional al sistema en tanto permitira presionar las remuneraciones haciaabajo y morigerar mediante el desempleo las exigencias de los trabajadores. Sera elcaso tpico en que el desempleo elevado acta como mecanismo disciplinador para lossindicatos y para los trabajadores, disuadiendo la protesta social.

    As, el concepto de ejrcito industrial de reserva corresponda al anlisis de un modo deproduccin especfico: el capitalismo en su fase competitiva.

    Nun interpretaba que ambas categoras solo podan ser identificadas en trminos de unparticular modo de produccin (el capitalismo) y ms an, en una particular formacinsocial (su etapa competitiva, en la Inglaterra del siglo XIX que Marx vivi y analiz), perono en cualquier modo de produccin. Para l, en ciertas etapas histricas lasuperpoblacin relativa poda resultar afuncional o hasta disfuncional, como sucedieracuando, en la baja edad media, el campo empez a expulsar trabajadores y semultiplicaron los mendigos. Entonces, en buena parte de Europa se estableci una rgidalegislacin punitiva que sustituy a la caridad. El buen menesteroso se convirti en unmendigo peligroso y amenazante, potencial salteador de caminos en las afueras de lasciudades.

    En la etapa del capitalismo monoplico, deca Nun ya en los aos 60 y especialmente enlos pases de Amrica Latina4, una parte de la superpoblacin relativa dejaba de ser unejrcito industrial de reserva, til al sistema y pasible de ser explotado. Y se transformabaen masa marginal, excluda, innecesaria, disfuncional y peligrosa.

    Afirmaba, tambin, que la creciente expansin del sector informal de la economaposibilitaba que quienes integraban una masa marginal afuncional para las empresas del

    4Ms en general, en las economas propias del capitalismo perifrico.

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    sector moderno (que no los requeriran por no reunir las calificaciones necesarias), podan,en cambio, ser ejrcito industrial de reserva para el sector informal. Pero era posible queexistiera, en ltima instancia, una parte de la superpoblacin relativa que fuera marginalal cuadrado, es decir, afuncional y prescindente tambin para el sector informal. En estecaso, se volvera disfuncional y peligrosa para el conjunto de la sociedad. Sobrante ymolesta, porque sera demandante de subsidios para mantenerse y masa de maniobra delos movimientos piqueteros (en el mejor de los casos) o, peor aun, caldo de cultivo para laviolencia y el delito o mano de obra de organizaciones criminales como losnarcotraficantes en Colombia o en las favelas de Ro de Janeiro.

    Estas distinciones de Nun (difundidas en un artculo de la Revista Latinoamericana deSociologa5) fueron, oportunamente, rebatidas por Cardoso en la otra publicacin6,negando fundamento a la distincin entre ambos conceptos, lo que dio lugar a una cidarespuesta del primero7.

    Nun actualiz a fines de los aos noventa sus planteos de entonces (Nun, 1998), enmomentos en que el desarrollo del mercado de trabajo, bajo la globalizacin, pareca a

    propsito para dar fundamento a sus antiguas razones. A esa altura, ya haba cundido lapolmica en torno al fin del trabajo (Rifkin, 1996), la trampa de su centralidad (Gorz,1998), la inutilidad de pretender retornar a una sociedad centrada en el trabajo (Offe,1996; Med, 1995) o la desaparicin de la sociedad salarial (Castel, 1997). Pero tambinlas posturas menos extremas, como las de Fitoussi y Rosanvallon (1997), o losregulacionistas franceses, convencidos de que aun irrecuperable la bonanza y ampliacapacidad de inclusin de la sociedad salarial en los 30 Gloriosos (los aos quesucedieron a la segunda postguerra, de plena implantacin del paradigma productivofordista), sigue siendo factible sin embargo propiciar el crecimiento del empleo protegido atravs de la tutela y regulacin estatal, combinada con polticas de fuerte aliento a laproduccin y el consumo.

    Ms recientemente, una publicacin del Fondo de Cultura Econmica (Nun, 2001),recuper, felizmente, todo aquel material, cuya lectura origin la iniciativa de estaponencia. Su pretensin (la de la ponencia) no es, por cierto, saldar en tan breve espacioaquella discusin terica. Pero s poner de manifiesto su vigencia y actualidad, as comoaportar alguna evidencia emprica8 que ayude a reflexionar sobre ella. O, lo que es lomismo, a reflexionar sobre la realidad de nuestras naciones y sus alternativas dedesarrollo equitativo, tal como con tanta enjundia procuraron hacerlo los cientficossociales en aquellos aos.

    Con estos propsitos se intenta aqu traducir en trminos operacionales los segmentos dela PEA que fueran objeto de la distincin de Nun, con la finalidad de cuantificar su peso enel mercado de trabajo urbano de la Argentina actual, empleando como principal fuente deinformacin un panel de la EPH correspondiente al total de aglomerados urbanos de las

    5Publicado con el ttulo Superpoblacin relativa, ejrcito industrial de reserva y masa marginal, Vol. V, N 2.6En la Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, ELAS/ICIS, N 1 / 2 con el ttulo Comentarios sobre losconceptos de sobrepoblacin relativa y marginalidad.7En la Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, N4.8 Hoy mucho ms fcilmente disponible que entonces, cuando no existan las encuestas de hogares ni elSPSS...

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    ltimas tres ondas disponibles de la encuesta puntual9, que van desde mayo de 2002 aigual mes de 2003.

    En la primera parte se aborda brevemente la discusin terica en torno a los conceptosdistinguidos por Nun en su trabajo inspirador. En la segunda, de carcter metodolgico,

    se los define en trminos operacionales empleando un criterio tipolgico y se desarrolla lametodologa a emplear en el anlisis. El tercer captulo se destina a identificar cada uno delos segmentos, estimando su peso sobre la PEA urbana y analizando algunas de suscaractersticas. Finalmente, se abordan las conclusiones.

    9A partir de esa ltima fecha la EPH pas a ser continua y se modificaron tanto el diseo muestral como elinstrumento de recoleccin.

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    1. UNA APROXIMACIN CONCEPTUAL AL VIEJO DEBATE

    a afirmacin central del planteo de Nun, que mereci la rplica de Cardoso, puederesumirse de un modo simple y sinttico. El sobrante de poblacin desde el punto

    de vista del mercado de trabajo, vale decir que desea trabajar y no lo logra, nosiempre es til para el sistema capitalista a los efectos de mantener bajos los salarios, nonecesariamente es poblacin potencialmente explotable. Por el contrario, en algunasocasiones, es realmente sobrante porque el mercado no requiere de sus competencias. Noresultara sustitutiva de los que estn ocupados si estos se negaran a trabajar por susactuales remuneraciones. Contrariamente a lo que supona el hiperfuncionalismo de laizquierda (Nun, 2001), no contribuira a la acumulacin capitalista.

    Pero adems, puesto que los mercados de trabajo estn muy segmentados, conviviendoen ellos un sector formal y otro informal - particularmente los de los pases perifricos ymuy en especial el de la Argentina actual (aunque esto no lo saba Nun en los aossesenta) - puede decirse que la poblacin que no es til para ocuparse (y para ser objeto

    de explotacin, que es una forma de integracin) en el sector formal podra servir deejrcito de reserva en el informal. Un operario calificado de la industria qumica no puedereemplazarse por una persona que no rene una cierta combinacin de atributos deexperiencia y formacin. Pero esta persona podra, en cambio, ocupar un puesto querequiera escasa o ninguna formacin en una microempresa del sector de servicios, sicumple con ciertas condiciones de edad y aptitud.

    Por fin, traspasada cierta edad, o si no se renen mnimas condiciones fsicas ocalificaciones educativas elementales, tan siquiera se podr aspirar a esta alternativa. Setratara, en este caso, de poblacin excluida y autnticamente marginal desde laperspectiva del mercado de trabajo. Impedida de participar porque su fuerza de trabajono es requerida. La marginalidad se definira, entonces, por la falta del nexo o vnculo

    (Germani, 1980) que, en cambio, supone la posibilidad de ser objeto de explotacin.La explotacin de la fuerza de trabajo proletaria, tal como la entenda Marx, supone,obviamente, un vnculo, aunque ese vnculo segn las pocas condenara a la miseria.En este sentido, aunque la exclusin y marginalidad vayan acompaadas por la privacin,no se definiran por ella, sino por la ausencia de vnculo con el sistema productivo.

    La crtica a la perspectiva esttica y dicotmica

    El concepto dicotmico de exclusin ha sido cuestionado por Castel (1997), que prefierever el proceso seguido por ellos mercados de trabajo en la globalizacin como unatrayectoria de desafiliacin, caracterizada por el aumento de la vulnerabilidad de los

    estables, producido por la desintegracin de la sociedad salarial. En este sentido no setratara de situaciones estables sino de trayectorias de tendencia casi siempre y entrminos agregados unidireccional. Por lo tanto el carcter marginal, si se concibe comoresultante final o ltima estacin de la exclusin, no sera una caracterstica adquirida deuna vez y para siempre. Habra, ms bien, posiciones marginales o sobrantes que podranser ocupadas por muchos (si no por cualquiera).

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    No obstante, puede argumentarse que aunque sea as, la permanencia prolongada en eldesempleo como ha sido sealado repetidamente (Sen, 1997; Angulo Brcena, 2004) tiene efectos deteriorantes y estigmatizantes. Produce una merma, obsolescencia ydesactualizacin de capacidades que reduce de por s la empleabilidad.

    Es evidente que las personas jvenes y las de ms de 50 aos representan la parte msimportante del desempleo. Sin embargo, las caractersticas del desempleo no son lasmismas: las personas mayores estn ms afectadas por el desempleo de larga duracinfrente a las personas jvenes que por razones obvias de carcter subjetivo- sufren untipo de desempleo ms repetitivo. De hecho, la actual gravedad del fenmeno se explicaen gran parte por el nmero creciente de personas jvenes que se hunden en eldesempleo de larga duracin. Pero aunque las bases del desempleo sean diferentes, unade las consecuencias principales y ms claras es la exclusin (en los dos casos). Es desdeaqu donde debe partir buena parte del anlisis de otro gran asunto: a saber, eldesempleo de exclusin (Angulo Brcena, 2004).

    Por lo dems, considerando el proceso de desafiliacin en trminos intrageneracionales,

    podra considerarse que ello podra cristalizar en situaciones de exclusin o marginalidadpermanente si se lo concibe en trminos intergeneracionales (en tanto se tendr menoracceso al capital social y cultural). Esto querra decir que ciertos atributos propios de lainempleabilidad designables como capital negativo fundamentalmente el dficit decalificaciones educativas, pero tambin el de redes sociales que facilitan el acceso almercado de trabajo seran transmisibles del mismo modo que lo son las dotaciones decapital positivo(econmico, educativo y social).

    La crtica al carcter estanco de los sectores formal e informal

    La segmentacin de los mercados formal e informal en las economas latinoamericanas esun fenmeno suficientemente aceptado, aunque sus definiciones varan

    considerablemente en la literatura y sus lmites pueden ser borrosos. Y existe el problemade las vinculaciones entre ambos segmentos de la economa.

    Suele efectuarse la distincin entre dos estratos de la informalidad: uno de acumulacin yotro de supervivencia ...diferenciados entre s por las caractersticas de la articulacin desus unidades econmicas con los mercados de productos y factores, por la calidad de lasocupaciones y por las caractersticas sociales de la poblacin que participa en susactividades. (Carpio y Novakovsky, 199.).

    A los efectos de la distincin entre la poblacin realmente sobrante y el ejrcito de reservade ambos sectores, sera necesario valerse de esta diferencia. Puesto que, de un modo uotro, quien se desempea en la franja de la informalidad que mantiene relaciones decomplementariedad, y en algunos casos de competencia, con las empresas ms grandes,particularmente en la industria u ocupando espacios no cubiertos por ese tipo deempresas, especialmente en el comercio minorista y los servicios (Carpio y Novakovsky,199.), contribuye a la acumulacin de plusvala y no puede ser considerado afuncional odisfuncional al sistema econmico.

    En el ejemplo brindado ms arriba, respecto al operario calificado en la industria qumica yel no calificado en una empresa de servicios, bien podra suceder que esta microempresa

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    del sector servicios estuviera vinculada al sector moderno: por ejemplo, podra tratarse deuna empresa de limpieza que se ocupara de higienizar las instalaciones de la plantaindustrial o de las dependencias administrativas de la primera. De ese modo, los bajossueldos pagados a los trabajadores de la microempresa de servicios contribuiran, a travsde una disminucin de los costos salariales, a la acumulacin del sector moderno.

    En cambio, quien realiza una actividad en la franja de supervivencia, en general no vendesu fuerza de trabajo a quien la demanda sino que la emplea en una actividad desubsistencia, en ocasiones, sin rdito alguno (Germani, 1980). Esta distincin la haestablecido, asimismo, Castel (1997), al tiempo que ha sealado el uso abusivo deltrmino exclusin ...como si se tratara de un fenmeno que atravesara toda la sociedad(pag. 432).

    Ha sido sealado (Germani, 1980) que ocasionalmente los marginales producen bienes yservicios destinados a los sectores obreros de menores ingresos, contribuyendo con ello asu supervivencia y abaratando su vida, es decir, el costo de la reproduccin de su fuerzade trabajo. Con ello, los marginales haran su contribucin a la plusvala. No siempre, sin

    embargo, es as, y en todo caso puede tomarse la estabilidad como un indicador deincorporacin al circuito.

    En realidad, el debilitamiento del vnculo con el mercado de trabajo, el incremento de laprecariedad y aun de la intermitencia laboral no supondra marginalidad ni exclusin: ...elproblema actual no solo es el que plantea la constitucin de una periferia precaria sinotambin el de la desestabilizacin de los estables. El proceso de precarizacin atraviesaalgunas de las zonas antes estabilizadas del empleo. (...) En esta dinmica no hay nadade marginal... (Castel, 1997, pag. 413).

    En definitiva, la precarizacin, la desestabilizacin de los estables, la precariedad laboral oaun el desempleo no implican en s mismos marginalidad y exclusin. Son procesos queforman parte de la nueva lgica de acumulacin del capitalismo en la etapa presente, pero

    que pueden conducir a esa ltima estacin, por diversas razones. De edad, de calificacin,(ms bien de ausencia de ella), etc. Se trata de cuantificar el peso de estas situaciones deexclusin.

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    2. UN INTENTO DE OPERACIONALIZACIN

    u criterios operacionales emplear para distinguir entre las fuerza de trabajorealmente sobrante (la no fuerza de trabajo) y la potencialmente explotable, en

    cada uno de los segmentos.Un primer criterio sera la ocupacin de un puesto de trabajo asalariado (es decir, laexistencia de una demanda para la fuerza de trabajo que se ofrece) y la ubicacin de estepuesto de trabajo en la economa formal o informal. Quienes se encuentren en estasituacin estn integrados o incluidos, aunque en situaciones diferentes (calidad de laintegracin). Obviamente, quien perdiera un puesto de trabajo asalariado en el sectorformal podra obtenerlo en el informal, pero no a la inversa.

    Un segundo criterio, ser el que asigne a los desempleados una pertenencia a uno u otrosector.

    SectorFormal InformalOcupado I IIICondicin de

    actividad Desocupado II IV

    Los cuatro cuadrantes albergan situaciones de integracin de calidad divergente.Asimismo, las transiciones son posibles slo entre algunas celdas pero no entre todas.

    En un modelo extremadamente simplificado, el trnsito (ms o menos fluido) sera posibleentre los cuadrantes I y II (y a la inversa). Tambin entre I y III y entre II y III. Asimismoentre III y IV (y a la inversa). En cambio, no sera posible (en trminos lgicos) latransicin IV II, como tampoco lo sera (en trminos de probabilidad) la transicin IV

    I. En la celda IV, desde la cual se podra transitar slo hacia III, en el mejor de los casos,se alojara la perspectiva de la potencial exclusin. Si bien la ventana superior de lacelda permitira transitar hacia el empleo precario e informal, una permanencia prolongadaen ella implicara descender por el conducto inferior y abandonar el espacio depropiedades de la inclusin, para ingresar en la categora de superpoblacin relativaafuncional o disfuncional. Pasar de explotado o, al menos, explotado potencial asupernumerario autntico o innecesario, a integrante de la masa marginal.

    Ahora bien, qu significara la permanencia prolongada en el cuadrante IV?. Cuntaestada se requerira para que alguien pudiera considerarse fuera del ejrcito industrial dereserva, tanto desde la perspectiva del sector moderno como del sector informal de laeconoma?. Quines y cuntos seran, pues, los que saldran de la grilla?. A esta pregunta

    procura responder este breve documento.A los efectos de lograr una captacin proxy de la situacin de desempleo prolongado oestructural, se estableci que se considerara en esa situacin a:

    Desocupados en las tres ondas

    Desocupados en las dos ltimas ondas

    Q

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    Desocupados en la ltima onda con alternancias desocupacin / inactividad en lasanteriores

    Desocupados en la ltima onda con alternancia desocupacin / ocupacionesfrgiles e inestables10en las anteriores

    Desocupados en la ltima onda con alternancia inactividad / ocupaciones frgiles einestables en las anteriores

    Ocupados frgiles en la ltima onda con inactividad en las anteriores

    Ocupados frgiles en la ltima onda con desocupacin en las anteriores

    Ocupados frgiles en la ltima onda con alternancia desocupacin / inactividad enlas anteriores...

    Se ha optado, pues, por incluir en esta categora (la superpoblacin relativa realmentesobrante o no funcional) a quienes anan episodios prolongados de desempleo oinactividad con vinculaciones inestables y dbiles con el mercado de trabajo. No lograntrabajar como asalariados es decir que su fuerza de trabajo no es realmente demandada

    sino que slo pueden generarse, siempre de modo inestable, un autoempleo desubsistencia, si es que llega a serlo. Estas dos condiciones: no demanda e inestabilidadson aqu tomadas como indicadores de no articulacin con el mercado. Este sera, pues,en su definicin ms estricta, el segmento que motiv aquellos debates sesentistas.

    A pesar de haberse limitado el estudio a tres ondas, debe formularse una advertencia conrespecto al tamao de la muestra. La exigencia propia del panel (personas que hayan sidoentrevistadas en tres oportunidades), sumada a la definicin precedente del desempleoestructural, restringe severamente la cantidad de casos bajo anlisis. Por ello, en ningncaso se proporcionan frecuencias absolutas sino solamente distribuciones porcentuales ybajo el resguardo de que las mismas slo pueden ser tomadas, a lo sumo, comoindicativas de tendencias.

    10 Se han considerado como vnculos frgiles con el mercado de trabajo las posiciones de trabajador porcuenta propia no profesional, trabajador no remunerado o beneficiario de programas de empleo, cuando seaade a ellas la inestabilidad (que queda evidenciada por la alternancia con la desocupacin o la inactividad).Esta clasificacin excluye, por lo tanto, a empleadores, cuentapropistas profesionales, asalariados registrados(en el sector pblico o privado) y asalariados no registrados.

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    3. LOS SOBRANTES

    Cuntos son?

    l cuadro 1 permite apreciar la gravitacin, as como la segmentacin interna de la

    superpoblacin relativa no funcional al sistema productivo. Su peso est relativizadono a la PEA, sino a la poblacin potencialmente activa. Las razones para hacerlo as

    estriban en que uno de los criterios operacionales adoptados es la intermitencia en losingresos y egresos de la poblacin econmicamente activa. Puesto que sus bsquedaslaborales suelen ser infructuosas y se ve obligado a autogenerarse ocupaciones de muybaja productividad, es de presumir que ocasionalmente interrumpirn estas actividades einclusive las bsquedas de trabajo, dejando, por lo tanto, de integrar la PEA desde elpunto de vista estadstico.

    Cuadro 1. Composicin de la masa marginal y peso en la poblacin en edadeconmicamente activa (en %). Total de aglomerados urbanos

    Masa marginal %

    Desocupados en todas las ondas 2,1

    Desocupados en las ultimas dos ondas 1,6

    Desocupados en la ltima onda antes desocup/inact 0,8

    Desocupados en la ultima onda antes desocup/ocup fragil 0,6

    Desocupados en la ultima onda antes inact/ocup fragil 0,2Ocupados frgiles en la ltima onda antes desocup/inact 0,6

    Ocupados en la ltima onda antes inactivos 0,7

    Ocupados frgiles en la ltima onda antes desocupados 0,6

    Inactivos en la ultima onda antes ocupados frgiles/desocupa 0,2

    Inactivos en la ltima onda antes ocupados frgiles/inactivo 1,0

    Total 8,5

    Fuente: elaboracin propia en base a EPH-INDEC (panel mayo 2002/octubre 2002/mayo 2003).

    Aproximadamente 8,5% de la poblacin urbana en edad potencialmente activa (entre 14 y64 aos) integrara la superpoblacin no funcional. Las mayores proporciones estnrepresentadas por quienes han permanecido desempleados a lo largo de todas las ondas,seguidos por los que lo estuvieron en las ltimas dos.

    E

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    Si se extrapolara la proporcin obtenida en el panel al total de la poblacin urbana enedad potencialmente activa de las reas relevadas por la EPH (aproximadamente 16millones de personas) llegaramos a casi 1,4 millones de personas sobrantes, queintentan al menos en forma intermitente desarrollar alguna actividad econmica sin lograrconectarse en forma relativamente estable y duradera con el sistema productivo. Porcierto que la estimacin est sujeta a un error de muestreo excesivo, puesto que se basaen un nmero insuficiente de casos muestrales debido a la reduccin que provoca latcnica de panel11.

    Se trata de una mera estimacin y podra argirse que exagera el peso de la masamarginal, en tanto algunos de quienes pasan seis meses desempleados o autoempleadosen tareas de baja productividad es decir, no asalariados podran sin embargoinsertarse en forma eventual en posiciones asalariadas, seguramente por lapsos breves12.En esos empleos s contribuiran al proceso de acumulacin. Aun teniendo en cuenta estaposible rotacin, Nun (2001, pag. 256) deja claro que su hiptesis se refiere a posicionessociales sobrantes, antes que a quienes las ocupan transitoriamente.

    Y quines son...?

    a) Caractersticas sociodemogrficas

    Quines son los que constituyen la fuerza de trabajo prescindible?. En esta parte seanalizan, en forma descriptiva, algunas de sus caractersticas sociodemogrficas. Parahacerlo, se ha elegido como grupo de comparacin el conjunto de la PEA.

    Cuadro 2. Masa marginal y PEA, por sexo y grupos de edad (en %). Total deaglomerados urbanos

    Masa marginal PEAVarn 50,0 57,4

    Mujer 42,6 42,6

    Total 100,0 100,0

    0-14 0,1 0,1

    15-29 38,6 26,3

    30-44 27,2 37,1

    11 En un intento de poner a prueba la validez externa del panel se distribuyeron los casos que habanpermanecido durante las tres ondas por aglomerado. La distribucin result muy semejante a lacorrespondiente a la muestra total de mayo de 2003. El GBA sumaba 51,8% de los casos en el panel y 52,9%en la onda de mayo de 2003.12La duracin promedio del desempleo era, en mayo de 2003, superior a las ocho meses en el total urbanorelevado por la EPH.

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    45-64 34,1 33,7

    Total 100,0 100,0

    Fuente: elaboracin propia en base a EPH-INDEC (panel mayo 2002/octubre 2002/mayo 2003)

    La masa marginal incluye una proporcin de mujeres mayor a la que registra la poblacineconmicamente activa. Una vez incorporado a la PEA, la probabilidad de constituirse enmasa marginal es, por lo tanto, apreciablemente mayor en el caso de las mujeres. Enotros trminos, casi seis de cada diez integrantes de la PEA eran varones, en tanto quesolo la mitad de la masa marginal lo es.

    Asimismo, estos trabajadores prescindibles presentan una distribucin por edadesbastante ms concentrada en los grupos jvenes en comparacin con la PEA: casi cuatrode cada diez se encuentran en el tramo de 15 a 29 aos, grupo que representa poco msde un cuarto de la PEA.

    Cuadro 3. Masa marginal y PEA segn posicin en el hogar (en %). Total deaglomerados urbanos

    Masa marginal PEA

    Jefes 35,5 51,0

    Cnyuges 22,8 20,7

    Hijos 36,7 23,2

    Otros 5,0 5,1

    100,0 100,0

    Fuente: elaboracin propia en base a EPH-INDEC (panel mayo 2002/octubre 2002/mayo 2003)

    La proporcin de jefes es considerablemente menor en la masa marginal. La de cnyugesdifiere poco en relacin con la PEA, mientras que aparecen claramentesobrerrepresentados los hijos, que son ms de un tercio, en tanto que equivalen a menosde una cuarta parte de la PEA.

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    Cuadro 4. Masa marginal y PEA segn mximo nivel educativo (en %). Totalde aglomerados urbanos

    Masa marginal PEASin instruccin 0,4 0,7

    Primaria incompleta 9,2 6,6

    Primaria completa 27,7 23,6

    Sec incompleta 21,2 18,3

    Secundaria completa y ms 41,5 50,8

    Total 100,0 100,0

    Fuente: elaboracin propia en base a EPH-INDEC (panel mayo 2002/octubre 2002/mayo 2003)

    Por fin, seis de cada diez integrantes de la masa marginal no ha logrado terminar el ciclomedio, proporcin que desciende a la mitad en la PEA, donde 50,8% tiene secundariacompleta y ms.

    El perfil sociodemogrfico de la superpoblacin no funcional seala, pues, hacia personasjvenes y de bajas calificaciones educativas, que procuran insertarse en el mercadolaboral como trabajadores adicionales y con cierta prevalencia de mujeres. Como lo hasealado Castel (1997):

    Al elevar el nivel de las calificaciones exigidas para el ingreso, desvaloriza a una fuerza detrabajo aun antes de que haya entrado en servicio. Jvenes que hace veinte aos sehabran integrado sin problemas en la produccin, se encuentran condenados a errar depasanta en pasanta o de una pequea tarea a otra. Pues la exigencia de calificacin nosiempre guarda relacin con los imperativos tcnicos. Muchas empresas tienden aprecaverse de los futuros cambios tecnolgicos contratando a jvenes con calificacinsuperior a la necesaria (...) de ello resulta sobre todo que los jvenes realmente nocalificados corren el peligro de no tener ninguna alternativa de empleo, puesto que loslugares a los que podran aspirar son ocupados por otros, ms calificados que ellos...

    b) Caractersticas ocupacionales

    Cuando los presuntos integrantes de la masa marginal registran algn antecedentelaboral, es posible indagar acerca de las caractersticas de sus ocupaciones.

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    Cuadro 5. Masa marginal y ocupados totales: indicadores del ingreso mensual(en pesos corrientes). Total de aglomerados urbanos

    Mediana Media Coef. VariacinOcupados totales 280 408 1,6

    Masa marginal 150 283 1,8

    Fuente: elaboracin propia en base a EPH-INDEC (panel mayo 2002/octubre 2002/mayo 2003)

    En promedio, los ingresos mensuales percibidos en sus episodios de ocupacin, equivalenal 70% de los percibidos por los ocupados totales. En tanto que el ingreso medianoapenas supera la mitad. Los ingresos de los trabajadores excedentes muestran, asimismo,

    una mayor heterogeneidad.Finalmente, entre seis y siete de cada diez oportunidades en que estuvieron ocupados lohicieron en la construccin, la manufactura, el comercio y el servicio domstico. Entreocho y nueve de cada diez de esas ocupaciones fueron de calificacin operativa o nocalificadas.

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    A modo de conclusion

    n gran medida, el motivo de esta ponencia la excede. Pero se relaciona con lapregunta que encabeza este II Congreso y VI Jornadas: Para qu la sociologa en la

    Argentina actual?La pregunta es problematizadora y en un contexto de valorizacin del credencialismoresulta productivo volver sobre las preguntas simples, elementales. La sociologa comodisciplina cientfica, ya sea en la especfica vida acadmica o en el mundo profesionalpuede potencialmente generar grandes preguntas sobre la propia sociedad. No sonsimplemente respuestas tcnicas a preguntas formuladas por otros, sino preguntasproblematizadoras del propio contexto, las que debe ofrecer la sociologa. Los mejoresmomentos de la sociologa argentina fueron aquellos en los que los profesionales yacadmicos interesados vitalmente por la cosa pblica intentaron abordar grandesproblemas de la sociedad.

    Muy bien, la gente que sobra es sin duda un problema severo. Y si es el mercado quien

    asigna oportunidades, sin duda que hay gente sobrante, que no tiene siquiera valor paraser explotada en un contexto que pone muy pocos lmites a la explotacin.

    En las dcadas en que tuvo lugar aquel debate, se discuta y se teorizaba con ardor,muchas veces sin el necesario sustento emprico. La evidencia era mucho menos accesibley haba que construirla esforzadamente con escaso control. Hoy no tenemos eseproblema: hay encuestas de hogares y muchas otras ; disponemos del SPSS ycontamos con desarrolladas tcnicas de anlisis, cuya aplicacin se volvi posiblemediante las computadoras. Ellas nos liberan de enojosas rutinas de clculo y nos dejan lacabeza libre para pensar. Pero muchas veces echamos de menos aquello!: la reflexin, laspreguntas problematizadoras, las categoras de anlisis. Por eso, con este breve ejerciciose han querido recuperar algunas de las herramientas tericas de entonces para

    aportarles lo que hoy tenemos por dems.

    Lic. Horario Chitarroni. Buenos Aires, Marzo de 2005.

    E

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    ID IC SO re a de Emp le o y Po bl ac in Facultad de Ciencias SocialesAEP017 Universidad del Salvador

    Referencias bibliogrficas

    Angulo Brcena, Pablo (2004), El desempleo de larga duracin: apuntes sobre elestado de la cuestin y algunas modestas propuestas, Revista Especializada en Formacin

    y Empleo de los Colectivos en Riesgo de Exclusin (REDSI), Nro. 1.

    Castel, Robert (1997), La metamorfosis de la cuestin social, Paids, Buenos Aires.

    Germani, Gino (1980), El concepto de marginalidad, Ediciones Nueva Visin, BuenosAires.

    Gorz, Andr (1998), Miserias del presente, riqueza de lo posible, Paids, Buenos Aires.

    Fitoussi, Jean paul y Pierre Rosanvallon (1997), La nueva era de las desigualdades,Manantial, Buenos Aires

    Meda, Dominique (1995), Le travail. Une valeur en voie de disparition, Alto, Aubier,Paris.

    Novakovsky, Irene y Jorge Carpio (199.), COMPLETARNun, Jos (1998), Nueva visita a la teora de la masa marginal, Poencia presentada enel XIV Congreso Mundial de Sociologa, International Sociological Association, Montreal,1998.

    Nun, Jos (2001), Marginalidad y exclusin social, Fondo de Cultura Econmica, BuenosAires.

    Offe, Claus (1996), El pleno empleo una cuestin mal planteada?, Sociedad, N 9,Facultad de Ciencias Econmicas/UBA, Buenos Aires.

    Rifkin, Jeremy (1996), El fin del trabajo. Nuevas tecnologas contra puestos de trabajo;el nacimiento de una nueva era, Paids, Barcelona.

    Sen, Amartya (1997), Desigualdad y desempleo en la Europa contemporanea, OIT.

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    IDICSOInstituto de Investigacin en Ciencias Sociales

    Facultad de Ciencias SocialesUnivers idad del Salvador

    BREVE HISTORIA DEL IDICSO

    Los orgenes del IDICSO se remontan a 1970, cuando se crea el Proyecto de Estudio sobre laCiencia Latinoamericana (ECLA) que, por una Resolucin Rectoral (21/MAY/1973), adquiererango de Instituto en 1973. Desde ese entonces y hasta 1981, se desarrolla una ininterrumpidalabor de investigacin, capacitacin y asistencia tcnica en la que se destacan: estudiosacerca de la relacin entre el sistema cientfico-tecnolgico y el sector productivo, estudiosacerca de la productividad de las organizaciones cientficas y evaluacin de proyectos,estudios sobre poltica y planificacin cientfico tecnolgica y estudios sobre innovacin ycambio tecnolgico en empresas. Las actividades de investigacin en esta etapa sereflejan en la nmina de publicaciones de la Serie ECLA (SECLA). Este instituto pasa adepender orgnica y funcionalmente de la Facultad de Ciencias Sociales a partir del 19 deNoviembre de 1981, cambiando su denominacin por la de Instituto de Investigacin enCiencias Sociales (IDICSO) el 28 de Junio de 1982.

    Los fundamentos de la creacin del IDICSO se encuentran en la necesidad de:

    Desarrollar la investigacin pura y aplicada en Ciencias Sociales.

    Contribuir a travs de la investigacin cientfica al conocimiento y solucin de losproblemas de la sociedad contempornea.

    Favorecer la labor interdisciplinaria en el campo de las Ciencias Sociales.

    Vincular efectivamente la actividad docente con la de investigacin en el mbitode la facultad, promoviendo la formacin como investigadores, tanto de docentescomo de alumnos.

    Realizar actividades de investigacin aplicada y de asistencia tcnica que permitanestablecer lazos con la comunidad.

    A partir de 1983 y hasta 1987 se desarrollan actividades de investigacin y extensin enrelacin con la temtica de la integracin latinoamericana como consecuencia de laincorporacin al IDICSO del Instituto de Hispanoamrica perteneciente a la Universidad del

    Salvador. Asimismo, en este perodo el IDICSO desarroll una intensa labor en la docencia depost-grado, particularmente en los Doctorados en Ciencia Poltica y en RelacionesInternacionales que se dictan en la Facultad de Ciencias Sociales. Desde 1989 y hasta el ao2001, se suman investigaciones en otras reas de la Sociologa y la Ciencia Poltica que sereflejan en las series Papeles (SPI) e Investigaciones (SII) del IDICSO. Asimismo, se llevan acabo actividades de asesoramiento y consultora con organismos pblicos y privados.Sumndose a partir del ao 2003 la Serie Documentos de Trabajo (SDTI).

    La investigacin constituye un componente indispensable de la actividad universitaria. En lapresente etapa, el IDICSO se propone no slo continuar con las lneas de investigacinexistentes sino tambin incorporar otras con el propsito de dar cuenta de la diversidaddisciplinaria, terica y metodolgica de la Facultad de Ciencias Sociales. En este sentido, lasreas de investigacin del IDICSO constituyen mbitos de articulacin de la docencia y la

    investigacin as como de realizacin de tesis de grado y post-grado. En su carcter deInstituto de Investigacin de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador,el IDICSO atiende asimismo demandas institucionales de organismos pblicos, privados y deltercer sector en proyectos de investigacin y asistencia tcnica.

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    IDICSOInstituto de Investigacin en Ciencias Sociales

    Facultad de Ciencias SocialesUnivers idad del Salvador

    REAS DE INVESTIGACIN DEL IDICSO

    Desarrollo Social Local y

    Regional

    Organizaciones No

    Gubernamentales yPolticas Pblicas

    Empleo y Poblacin

    Recursos Energticos yPlanificacin

    Relaciones Internacionalesde Amrica Latina

    Estudios sobre Asia y elPacfico

    Gobernabilidad y ReformaPoltica

    Historia Cultural y SocialContempornea

    Historia de las RelacionesInternacionales en elMundo Antiguo y Medieval

    Sociedad, Estado yReligin en Amrica Latina

    Relaciones Iglesia-Estados Migraciones

    Teora de las Relaciones

    Internacionales

    Anlisis Poltico Filosofa Poltica y Social

    IDICSOInstituto de Investigacin en Ciencias Sociales

    Facultad de Ciencias SocialesUnivers idad del Salvador

    Decano de la Facultad de Ciencias Sociales:Lic. Eduardo Surez

    Director del IDICSO:Dr. Pablo Forni

    Comit Asesor del IDICSO:Dr. Ral Bisio

    Dr. Alberto Castells

    Dr. Ariel Colombo

    Dr. Floreal Forni

    SERIE MATERIALES DE REA

    Edicin y correccin: Ricardo De Dicco, Departamento de Comunicacin y Tecnologa del IDICSOTel/Fax: (++5411) 4952-1403Email: [email protected] Web: http://www.salvador.edu.ar/csoc/idicso

    Hiplito Yrigoyen 2441C1089AAU Ciudad de Buenos AiresRepblica Argentina