De Una a Otra Venezuela 2

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DE UNA A OTRA VENEZUELA Por: Arturo Uslar Pietri. Ante los venezolanos de hoy está planteada la cuestión petrolera con un dramatismo, una intensidad y una trascendencia como nunca tuvo ninguna cuestión del pasado. Verdadera y definitiva cuestión de vida o muerte, de Independencia o de esclavitud, de ser o no ser. No se exagera diciendo que la pérdida de la Guerra de Independencia no hubiera sido tan grave, tan preñada de consecuencias irrectificables, como una Venezuela irremediable y definitivamente derrotada en la crisis petrolera. La Venezuela por donde está pasando el aluvión deformador de esta riqueza incontrolada no tiene sí no dos alternativas extremas. Utilizar sabiamente la riqueza petrolera para financiar su transformación en una nación moderna, próspera y estable en lo político, en lo económico y en lo social; o quedar, cuando el petróleo pase, como el abandonado Potosí de los españoles de la conquista, como la Cubagua que fue de las perlas y donde ya ni las aves marinas paran, como todos los sitios por donde una riqueza azarienta pasa, sin arraigar, dejándolos más pobres y más tristes que antes. A veces me pregunto qué será de esas ciudades nuevas de lucientes casas y asfaltadas calles que se están alzando ahora en los arenales de Paraguaná, el día en que el petróleo no siga fluyendo por los oleoductos. Sin duda quedarán abandonadas, abiertas las puertas y las ventanas al viento, habitada por alguno que otro pescador, deshaciéndose en polvo y regresando a la uniforme desnudez de la tierra. Serán ruinas rápidas, ruinas sin grandeza, que hablarán de la pequeñez, de la mezquindad, de la ceguedad de los venezolanos de hoy, a los desesperanzados y hambrientos venezolanos de mañana. Y eso que habrá de pasar un día con los campamentos de Paraguaná o de Pedernales hay mucho riesgo, mucha trágica posibilidad de que pase .con toda esta Venezuela fingida, artificial, superpuesta, que es lo único que hemos sabido construir con el petróleo. Tan transitoria es todavía, y tan amenazada está como el artificial campamento petrolero en el arenal estéril. Esta noción es la que debe dirigir y determinar todos los actos de nuestra vida nacional. Todo cuanto hagamos o dejemos de hacer, todo cuanto intenten gobernantes o gobernados debe partir de la consideración de esa situación fundamental. Habría que decirlo a todas horas, habría que repetirlo en toda ocasión. Todo lo que tenemos es petróleo, todo lo que disfrutamos no es sino petróleo casi

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EXTRACTO DEL LIBRO DE UNA A OTRA VENEZUELA DE ARTURO USLAR PIETRI

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DE UNA A OTRA VENEZUELAPor: Arturo Uslar Pietri.Ante los venezolanos de hoy est planteada la cuestin petrolera con un dramatismo, una intensidad y una trascendencia como nunca tuvo ninguna cuestin del pasado. Verdadera y definitiva cuestin de vida o muerte, de Independencia o de esclavitud, de ser o no ser. No se exagera diciendo que la prdida dela Guerrade Independencia no hubiera sido tan grave, tan preada de consecuencias irrectificables, como una Venezuela irremediable y definitivamente derrotada en la crisis petrolera.La Venezuelapor donde est pasando el aluvin deformador de esta riqueza incontrolada no tiene s no dos alternativas extremas. Utilizar sabiamente la riqueza petrolera para financiar su transformacin en una nacin moderna, prspera y estable en lo poltico, en lo econmico y en lo social; o quedar, cuando el petrleo pase, como el abandonado Potos de los espaoles de la conquista, comola Cubaguaque fue de las perlas y donde ya ni las aves marinas paran, como todos los sitios por donde una riqueza azarienta pasa, sin arraigar, dejndolos ms pobres y ms tristes que antes.A veces me pregunto qu ser de esas ciudades nuevas de lucientes casas y asfaltadas calles que se estn alzando ahora en los arenales de Paraguan, el da en que el petrleo no siga fluyendo por los oleoductos. Sin duda quedarn abandonadas, abiertas las puertas y lasventanas al viento, habitadapor alguno que otro pescador, deshacindose en polvo y regresando a la uniforme desnudez de la tierra. Sern ruinas rpidas, ruinas sin grandeza, que hablarn de la pequeez, de la mezquindad, de la ceguedad de los venezolanos de hoy, a los desesperanzados y hambrientos venezolanos de maana.Y eso quehabr depasar un da conloscampamentos deParaguan o dePedernaleshay mucho riesgo,muchatrgica posibilidad de que pase.con toda estaVenezuelafingida, artificial, superpuesta, que es lonico que hemossabido construir con elpetrleo. Tantransitoria estodava, y tanamenazada est como elartificialcampamento petroleroenelarenalestril.Estanocin es la que debe dirigir y determinartodos los actos de nuestra vidanacional. Todocuantohagamos o dejemosdehacer,todocuantointenten gobernantesogobernados debepartir de la consideracinde esasituacinfundamental.Habraque decirlo atodashoras, habraque repetirlo en todaocasin. Todolo que tenemosespetrleo,todoloquedisfrutamos noessino petrleo casi nadadeloquetenemos hastaahorapuedesobrevivir al petrleo,lopocoquepuedasobreviviralpetrleo eslanica Venezuela con que podrn contarnuestroshijos.Eso habraqueconvertirlocasienunaespecie deejercicio espiritualcomolosquelos msticosusabanpara acercarse a Dios, parallenarsus vidasdela emocin de Dios. As deberamos nosotrosllenarnuestrasvidasdelaemocin del destino venezolano. Porquedeesa conviccin repetidaen la escuela,en el taller, enel arte, en la plazapblica,enjunta de negociantes,en el consejo del gobierno, tendraquesalir laincontenible ansiadelaaccin. Dela accinparaconstruirenlaVenezuelareal y paralaVenezuelareal.DeconstruirlaVenezuelaquepueda sobrevivir al petrleo.Porquedesgraciadamentehayunamanerade construir enlaVenezuelafingida quecasinadaayuda a la Venezuelareal.EnlaVenezuelafingidaestn losrascacielosdeCaracas.Enla Venezuelareal estn algunas carreteras, los canales de irrigacin, las terrazas de conservacin de suelos. Enla Venezuelafingida estn los aviones internacionales dela AeropostaJ. Enla Venezuelareal estn los tractores, los arados. los silos.Podriamos seguir enumerando as hasta el infinito. Y hasta podramos hacer un balance. Y el balance nos revelara el tremendo hecho de que mucho ms hemos invertido enla Venezuela fingida que en la real.Todolo que no puede continuar existiendo sin el petrleo est enla Venezuelafingida. En la que pudiramos llamarla Venezuelacondenada a muerte petrolera. Todo lo que pueda seguir viviendo, y acaso con ms vigor. Cuando el petrleo desaparezca, est enlaVenezuelareal.Si aplicramos este criterio a todo cuanto en lo pblico y en lo privado hemos venido haciendo en los ltimos treinta aos, hallaramos que muy pocas cosas no estn, siquiera parcialmente, en el estril y movedizo territorio dela Venezuelafingida.Preguntmonos por ejemplo si podramos, sin petrleo, mantener siquiera un semestre nuestro actual sistema educativo. Tendramos recursos, acaso para sostener los costosos servicios y los grandes edificios suntuosos que hemos levantado? Tendramos para sostener una ciudad universitaria? Tendramos para sostener sin restricciones la gratuidad de la enseanza desde la escuela primaria hastala Universidad? Si nos hiciramos con sinceridad estas preguntas tendramos que convenir que la mayor parte de nuestro actual sistemaeducacional no podra sobrevivir al petrleo. Sin asomarnos, por el momento, a la ms ardua cuestin, de si ese costoso y artificial sistema est encaminado a iluminar el camino para que Venezuela se salve de la crisis petrolera, est orientado hacia la creacin de una nacin real, y est concebido para producir los hombres que semejante empresa requiere.Parecida cuestin podramos planteamos en relacincon las cuestiones sanitarias. Todos esos flamantes hospitales, todos esos variados y eficientes servicios asistenciales y curativos, pueden sobreviviral petrleo? Yo no lo creo.La tremenda y triste verdad es que la capacidad actual de producir riquezas dela Venezuelareal est infinitamente por debajo delvolumen de necesidades que se ha ido creandola Venezuela artificial. Esta es escuetamente la terrible realidad, que todos parecemos empeados en querer ignorar. Por eso la cuestin primordial, la primera y la bsica de todas las cuestiones venezolanas, la queest en la raz de todas las otras, y la que ha de ser resuelta antes si las otras han de ser resueltas algn da, es la de ir construyendo una nacin asalvo de la muerte petrolera. Una nacin que haya resuelto victoriosamente sucrisis petrolera que es su verdadera crisis nacional.Hay que construir enla Venezuelareal y parala Venezuelapermanente y no enla Venezuelaartificial y parala Venezuelatransitoria. Hay que poner enla Venezuelareal los hospitales, las escuelas, los servicios pblicos y hasta los rascacielos, cuandola Venezuelareal tenga para rascacielos. De lo contrario estaremos agravando el mal de nuestra dependencia, de nuestro parasitismo, de nuestra artificialidad. Utilizar el petrleo para hacer cada da ms grande y slidala Venezuelareal y ms pequea, marginal e insignificantela Venezuelaartificial.Quin se ocupara de curar o educar a un condenado a muerte? No sera una impertinente e intil ocupacin? Lo primero es asegurar la vida. Despus vendr la ocasin de los problemas sanitarios, educacionales, asistenciales. De qu valen los grandes hospitales y las grandes escuelas si nadie est seguro de que el da en que se acabe el petrleo no hayan de quedar tan vacos, tan muertos, tan ruinosos, como los campamentos petroleros de Paraguan o de Pedernales?Lo primero esasegurarla vida deVenezuela. Saberque Venezuela. o lamayorparte deella,yano est condenadaa morir demuerte petrolera.Hacer todo para ello.Subordinar todo a ello.Ponernos todos en ello.