De Tiranos Mercenarios y Ambiciones Imperiales PDF
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Huellas de la Historia, núm. 20, año 2
Mayo 2011 ISSN 1853-2756
www.huellasdelahistoria.com
1
DE TIRANOS, MERCENARIOS Y AMBICIONES IMPERIALES:
Consenso en torno a la intervención en Libia y los
modelos griegos clásicos de democracia
Álvaro M. Moreno Leoni
UNC/CONICET
La intervención de la OTAN, capitaneada por los Estados Unidos, que creó un área de
exclusión para vuelos en vistas a proteger a los civiles en el conflicto interno libio se vio
precedida en la prensa mundial por una amplia cobertura periodística de la situación.
Desde el estallido del alzamiento, el 15 de febrero de este año, la opinión pública de los
países occidentales se ha visto conmovida. Los lectores del mundo entero tuvieron
acceso a informes pormenorizados de la lucha en los principales diarios, así como
también a una vívida descripción de la dura contraofensiva del régimen de Gadafi que
se ensañó sobre la población del este de Libia en el último mes. Esta cobertura,
fundamentalmente de parte de los diarios europeos y norteamericanos, tendió a
centrarse en una serie de tópicos de la cultura occidental que tienen sus raíces en el
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Muamar el Gadafi
pensamiento griego, lo que nos pone en evidencia la pervivencia de modelos
ideológicos que legitiman las acciones de intervención en pleno siglo XXI.
En ese sentido, ha señalado recientemente Tariq Alí que resulta “absurdo pensar que las
razones para bombardear Trípoli o para tirar al pichón en las afueras de Bengasi están
concebidas para proteger a la población civil. La utilización de argumento está
concebida para atraerse el apoyo de los ciudadanos euro-norteamericanos y de parte del
mundo árabe”. Sentencia el politólogo, que uno
podría resumir los argumentos, por otro lado
extrapolables a otras intervenciones armadas en
el mundo oriental, como un “Miradnos…estamos
haciendo el bien. Estamos del lado del
pueblo”.1 De modo que uno puede pensar que “la
sociedad civil se conmueve fácilmente con
algunas imágenes, y la brutalidad de Gadafi
bombardeando a su propia población fue el
pretexto utilizado por Washington para
bombardear otra capital árabe. Entretanto, los
aliados de Obama en el mundo árabe se
aplicaban con empeño a la tarea de promover la
democracia...”.2
Pero, ¿cuál es el régimen político opuesto por antonomasia a la democracia en el
pensamiento griego? Naturalmente la tiranía, la negación absoluta de la polis como
comunidad política. Conservamos varios decretos o leyes antitiránicas de época
helenística que, conforme a esta preocupación, nos muestran los terribles castigos que
esperaban a quien osara detentar el poder de esta manera, así como también establecían
las recompensas que esperaban a quien diera muerte a un tirano. Pero es necesario
remontarse a los orígenes del régimen democrático en la Atenas del s.V a.C., con la
figura de los tiranicidas Harmodio y Aristogitón, para entender el fuerte valor simbólico
atribuido a la lucha contra la tiranía como momento fundacional de la democracia. No
es el momento aquí de hablar del carácter de mito fundacional que esto tuvo pero, de
hecho, Harmodio y Aristogitón jamás mataron al tirano, Hipias, sino a su hermano
1 Alí, Tariq, “Libia es otro caso de vigilancia selectiva”, 03/04/2011, en Revista Sin Permiso. República y
socialismo también para el siglo XXI, http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4066. 2 Ibídem.
Barack Obama
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Hiparco (ambos hijos de Pisístrato). Es, sin embargo, notable que, de allí en más, al
asesino de un tirano se le depararan ciertos honores cívicos como, por cierto, lo fue el
grupo estatuario de Antenor en honor de los héroes tiranicidas atenienses. Para entender
lo que un demócrata griego veía en la figura del tirano, es interesante recurrir a Polibio,
historiador del s.II a.C., quien dice de Aristómaco, tirano de Argos, lo siguiente:
“Pero acusación más grave que ésta y más amarga sería difícil que
alguien pudiera proferir: este nombre por sí contiene la significación
más impía y engloba todas las iniquidades y violaciones que hay entre
los hombres…en tiempos de paz, a los que eliminan y castigan a un
tirano los hombres sensatos les rinden aprobación y honores”.3
Pienso que, como Polibio en el siglo II a.C.
estaba aprobando la ejecución del tirano
Aristómaco de la ciudad de Argos por orden de
Arato, líder de la liga aquea, y Antígono
Dosón, rey de Macedonia, la acción militar de
injerencia en territorio libio queda justificada
ante la opinión pública occidental como una
acción tendiente a eliminar al “tirano” Gadafi.
De más está decir que, en la práctica, en su
discurso histórico, Polibio estaba silenciando a
los actores sociales que apoyaban a Aristómaco y legitimaba la incorporación de Argos
a la liga aquea. Nada nos decía sobre los apoyos internos que el tirano tenía en la
ciudad, pues, para el pensamiento griego, una polis tiránica constituía una suerte de
contradicción en los términos.
Podríamos también referir el caso de la intervención romana en el Peloponeso,
capitaneada por T. Quincio Flaminino, que ocasionó la intervención y el célebre
discurso del tirano de Esparta Nabis (195 a.C.).4 Lo que llama la atención en aquella
intervención militar contra el tirano de Esparta es que, hacía apenas dos años, los
romanos habían establecido relaciones de amistad con el mismo (su aliado contra
3 Pol. II.59.6-60.2. 4 Liv. XXXIV.31.
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Macedonia). Influyeron, probablemente, en esta inesperada ruptura con el tirano
lacedemonio, las medidas revolucionaras que éste estaba llevando a cabo en el plano
social, que incluían la liberación de esclavos, la cancelación de deudas y la
redistribución de la tierra (modelo que Nabis no dudó en “exportar” a Argos, que estaba
bajo su dominio). Para los sectores propietarios, políticamente simpatizantes de la liga
aquea (aliada estratégica de Roma), esto se volvía un ejemplo peligroso y
desestabilizador en el Peloponeso.5 La réplica de T. Quinto Flaminino al tirano fue una
muestra clara y patente de lo innecesario de ensayar una justificación para romper un
pacto con un tirano y declararle la guerra:
“[…] ¿qué podría ser menos apropiado que nosotros, que estuvimos
haciendo la guerra contra Filipo a favor de la libertad de Grecia, que
contraer amistad con un tirano, y un tirano el más cruel y violento hacia
sus súbditos que jamás haya existido?6
El problema es que la amistad con el tirano ya había sido contraída previamente, y a
sabiendas que era un tirano. El nuevo contexto, y los intereses particulares de Roma,
hacían que se reeditara una visión selectiva de la tiranía y una clara legitimación ante la
opinión pública griega. Dictadores funcionales a los intereses imperialistas de las
potencias occidentales muestran que no siempre se respeta la clara oposición
democracia tiranía sino que, más bien, actúa como una excusa para intervenir en
aquellos lugares donde los intereses económicos o geopolíticos se ven amenazados.
Pero, ¿qué han señalado los diarios sobre Gadafi en los últimos meses?
Hace dos años, 3 de febrero de 2009, Gadafi fue elegido en la 12º sesión ordinaria de la
Asamblea de la UA (Unión Africana) como “rey de reyes”.7 Esta noticia, bastante
neutra, se modifica claramente en el contexto del conflicto en 2011. En el diario El País,
esta vez en abril de este año, también de España, encontramos la siguiente afirmación:
“En 2008, juntó a 200 jefes tribales de toda África y se hizo coronar ‘rey de 5 “Une guerre préventive s'imposait dans l'intérêt de tous, qui, seule, pourrait régler le sort de celui qui, par son inspiration, ses principes, sa volonté, ses actes, s'était mis au ban de la Grèce traditionnelle”: Texier, Jean-Georges, Nabis, Les Belles Lettres, Paris, 1975, p.71. 6…nam quid minus conveniret quam nos, quipro libertate Graeciae adversus Philippum gereremus
bellum, cum tyranno instituere amicitiam? et tyrannotam saevo, quam qui umquam fuit saevissimus etviol
entissimus in suos?: Liv. XXXIV.32.3. 7 “Gadafi, coronado como ‘rey de reyes’ en la Unión Africana’”, El Mundo, 03/02/2009: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/02/internacional/1233589916.html
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reyes’”.8 Por supuesto, junto con esta, ahora, ‘autoproclamación’ como ‘rey de reyes’,
tenemos una clara descripción de la participación de Libia en la UA, a partir del 2004,
con un sostenimiento de entre el 15 y el 30% de sus gastos. No es el tema de este
artículo sino, en particular, sólo la resignificación de este título de ‘rey de reyes’
operado por la prensa occidental. En un artículo del New York Times, podemos leer:
“El gobierno libio que es, en esencia, el coronel Gadafi,
también paga el 15 por ciento de las cuentas de la
Unión Africana. Incluso, tuvo éxito en obtener que
algunos líderes africanos tradicionales lo llamaran ‘rey
de reyes’ […]9
Esta progresiva resignificación del título “rey de reyes” no es ingenua, ni mucho menos
inoportuna. En el mundo antiguo, es conocida la figura del rey persa como el “rey de
reyes”, pero en la ideología cívica de la ciudad democrática en Atenas la figura del rey
persa se asimila progresivamente a la del tirano bárbaro.10 El cuadro estereotipado del
rey persa (el tirano bárbaro) ha sido claramente delineado por Edith Hall: énfasis en las
jerarquías, la falta de moderación en la lujuria y su emocionalidad irrestricta, lo que
oculta en el fondo una operación antropológica de inversión del otro. Los griegos (los
atenienses) tienen un espíritu igualitario, austero y un carácter auto disciplinado, todo lo
contrario que los bárbaros persas. Esta visión del persa en la Atenas Clásica, sin duda,
nos dice más de qué creían los atenienses democráticos que era la monarquía persa que
acerca de qué era realmente11
En consonancia con esta asimilación del persa con el bárbaro y del bárbaro con el tirano
en la Grecia clásica, no fue extraño que apareciera toda una línea de reflexión sobre el
8 Blanco, Silvia, “Los últimos amigos de Gadafi. La Unión Africana, impulsada y financiada por el coronel, puede ser su refugio”, El País, 05/04/2011: http://www.elpais.com/articulo/internacional/ultimos/amigos/Gadafi/elpepiint/20110405elpepiint_8/Tes 9 “The Libyan government, which is, in essence, Colonel Qaddafi, also pays 15 percent of the African
Union dues. He even succeeded in getting some traditional African leaders to call him “King of
Kings…”: Gettleman, Jeffrey, “Lybian Oil Buys Allies for Qaddafi”, The New York Times, 15/03/2011: http://www.nytimes.com/2011/03/16/world/africa/16mali.html. 10 Ver el excelente trabajo: Hall, Edith, Inventing the Barbarian. Greek Self-Definition through Tragedy, Oxford Clarendon Press, Oxford, 1991. 11 Ibídem, p.80. Sobre las operaciones antropológicas de representación del otro en el pensamiento griego: Hartog, François, El espejo de Heródoto. Ensayo sobre la representación del otro, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003 (1980), pp.207-245.
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carácter (podríamos quizá leer la psicología) del tirano. No es desatinado que, en este
contexto, aparezcan notas sobre la psicología de Gadafi y la preocupación de la CIA por
ese campo de estudios.12
Sin embargo, es probable que lo que más haya atraído la atención de la opinión pública
occidental haya sido la masiva utilización de tropas mercenarias. Aparecen insólitas
notas en las que un conjunto heterogéneo de hombres presta sus servicios a cambio de
“fabulosos” pagos (e increíbles en muchos casos), que justifican la afluencia de amplios
contingentes de abigarradas tropas: “guerreros traídos de África Subsahariana, europeos
de países del este, pakistaníes y algunos asiáticos son los defensores de Gadafi”.13 Esta
compleja amalgama de mercenarios extranjeros parece calculada para mostrar la falta de
apoyo interno al régimen, y no es que el régimen no los utilice, existen sobradas
pruebas, pero hace falta sobredimensionarlos, colocarlos como tema central ante el ojo
del lector. Así podemos leer una entrevista a Elhadj Maiga, que es un reclutador de
mercenarios para Gadafi en Mali: “lo que les falta en logística, se compensa con
lealtad” por parte de los mercenarios, o incluso si Gadafi no se los pidiera, ellos
acudirían. Él es su jefe, todo para ellos. Si se fuera, pierden su protector).14
Junto con esta focalización en la lealtad de los mercenarios por el líder libio, comienzan
a aparecer en medios conservadores dudosas noticias sobre cifras siderales pagadas a
estos mercenarios por el gobernante libio. Leemos rumores, por ejemplo, de pago de
12 Carey, Benedict, “Teasing out Policy insight from a Character Profile”, New York Times, 28/03/2011: http://www.nytimes.com/2011/03/29/science/29psych.html. 13 Des guerriers issus de l'Afrique Subsaharienne, des Européens des pays de l'Est, des Pakistanais et quelques Asiatiques sont les défenseurs de Kadhafi: Gruzelle, Francis, “Libye: Qui sont son les mercenaires du dictateur Mouammar Kadhafi”Suite 101, La communnauté des experts, 09/03/2011: Libye : Qui sont les mercenaires du dictateur Mouammar Kadhafi ? http://www.suite101.fr/content/libye--qui-sont-les-mercenaires-du-dictateur-mouammar-kadhafi--a26205#ixzz1J8Uk91Op. 14 “…what it lacks in logistics it makes up in loyalty”; “even if Qaddafi didn’t ask them, they’d go. He’s their chief, their leader, everything to them. If he’s out, they lose their protector”: Gettleman, Jeffrey, “Lybyan Oil…, opus cit.
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salarios de hasta 4000 euros, con premios que oscilan entre 750 y 14000 euros por
matar rebeldes.15 También pueden leerse discusiones acerca del número de los mismos
que, en algunos casos los sitúan en unos 30000, mientras que los cálculos estimativos
más creíbles hablan de unos 3000 o 6000 mercenarios extranjeros en territorio libio.16
Como decíamos, el uso de mercenarios por el régimen parece incontrovertible, el tema
es que parece sobredimensionarse con respecto al número de fuerzas nacionales leales al
régimen. En un informe de Reuters del 24 de febrero de 2011, de apenas una semana y
media después del comienzo del movimiento contra el Gadafi, señalaba que podía el
régimen movilizar entre 10000 y 12000 soldados, sumados a un número indeterminado
de hombres de las fuerzas del partido.17 Es notable que un grupo bastante reducido de
mercenarios aparezca en las noticias posteriores como el signo emblemático del
sangriento régimen.18 Sin embargo, nuevamente podemos estar frente a una operación
que legitima una intervención sobre la base modelos clásicos griegos de la tiranía 8que
están en el centro de la “cultura occidental”). Veamos la reflexión de Polibio sobre los
mercenarios del tirano espartano Macánidas en la batalla de Mantinea (207 a.C.):
“[…] en las guerras, en el mismo grado en que las tropas de las
democracias superan en coraje a los súbditos de un tirano, es lógico que
los mercenarios de un tirano superen y se distingan de los de las
democracias. La razón es que, de los ciudadanos, unos luchan libremente
y los otros lo hacen esclavizados, y, paralelamente unos mercenarios
ambicionan mejorar su situación, mientras que los otros sólo quieren
evitar un daño manifiesto. Cuando ha destruido a los que la asediaban, la
democracia no necesita de mercenarios que velen por su libertad; la
tiranía, en cambio, precisa de tantos más mercenarios cuanto más grande
es su ambición: en la misma medida en que maltrata es acechada. La
15 Gruzelle, Francis, “Libye: Qui sont…, opus cit. 16 Ibídem. 17 Apps, Peter, “Gaddafi still has enough loyal forces for fight”, Reuters, 24/02/2011: http://in.reuters.com/article/2011/02/24/idINIndia-55135820110224?pageNumber=1. 18 El maestro Ahmed Ramadán señala que: “Hay soldados libios, pero también mercenarios de Níger, Chad, Malí y Mauritania. Algunos son jovencísimos. No sé si tendrán 18 años". Entre tanto, “…Misrata... Esta ciudad de 300.000 habitantes, a 200 kilómetros al oeste de Trípoli, es la única que resiste el asedio de las tropas y mercenarios de Muamar el Gadafi desde el primer día. Paga el precio: casi 300 muertos desde que hace seis semanas morteros y artillería vienen causando estragos.”: Muñoz, Juan Miguel, “Misrata. Mejor morir que rendirse”, El País, 05/04/2011: http://www.elpais.com/articulo/internacional/Misrata/mejor/morir/rendirse/elpepiint/20110405elpepiint_7/Tes.
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Rebelde libio
seguridad de los tiranos descansa totalmente en la adhesión y en la
fuerza de sus mercenarios”.19
Polibio decide aquí también operar una selección. En la batalla intervinieron también
ciudadanos espartanos, que incluso eran mucho más numerosos que los mercenarios al
servicio del tirano espartano, pero el historiador arcadio quería centrar las posibilidades
de éxito, o fracaso, del tirano en sus mercenarios (dejando de lado incómodos apoyos
por parte del cuerpo ciudadano que harían aparecer a la liga aquea como un agresor
injustificado). Del mismo modo, al escoger determinados diarios mostrar que el
mantenimiento del régimen de Gadafi depende
exclusivamente de mercenarios, evitan, al
mismo tiempo, interrogarse acerca de las
relaciones de fuerza existente a nivel tribal,
social, político, económico y geográfico en
Libia. Paralelamente, para la OTAN y los
Estados Unidos, la imagen de un tirano
autoritario, sanguinario, enemigo de la
democracia y, además, odiado por la totalidad de
la población, aislado y dependiente de mercenarios para perpetuarse en el poder se
presenta como un argumento irresistible para legitimar ante la opinión pública de sus
respectivos países una intervención armada. Los riesgos de una aceptación acrítica de
esta construcción ideológica pueden, sin embargo, resultar en una nueva aventura
imperialista en un país casualmente petrolero.
En un reciente artículo, Francis Gruzelle ha visto en el líder libio a un hombre inspirado
en Aníbal Barca: “cuando Aníbal pagaba a precio de oro hordas de mercenarios para
intentar vencer a los romanos”.20 Independientemente de que esté actualmente probado
que las tropas utilizadas por el general cartaginés no eran mercenarias, sino reclutas
coloniales,21 nos parece una comparación poco feliz. Consideramos, en cambio, que la
definición de la tiranía libia está más en consonancia con una reedición de la vieja
antítesis en la cultura occidental democracia/tiranía. Como tal, y como tampoco lo fue
19 Pol. XI.13.5-8. 20 “…lorsque Hanibal Barca payait à prix d'or des hordes de mercenaires pour tenter de vaincre les
Romains”: Gruzelle, Francis, “Libye: qui son les mercenaires…, opus cit. 21 Lazenby, John Francis, Hannibal’s War: a military history of the Second Punic War, University of Oklahoma Press, 1998 (1978), p.8.
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en Grecia Clásica, no es neutral y permite legitimar y volver aceptables ante la opinión
pública de las potencias occidentales una nueva intervención armada. Es claro que no
todas las tiranías representan una amenaza para la democracia según potencias
imperiales. El gobierno autocrático de Zine el Abidine Ben Alí en Túnez no era una
amenaza para Francia, como tampoco Hamad bin Isa al-Jaifa en Bahrein lo era para los
Estados Unidos. La política de intervención selectiva implementada por las potencias
occidentales para abatir dictaduras requiere, sin embargo,
generar cierto consenso en la opinión pública de las
democracias liberales occidentales. En ese sentido, el uso
discrecional de los tópicos de la tiranía en la Grecia Clásica
siguen siendo claramente funcionales: un tirano
desequilibrado, sanguinario, que se apoya exclusivamente en
mercenarios debe ser abatido por el bien del progreso, la
democracia y, podríamos agregar, el mantenimiento de un
precio razonable para el barril de petróleo.
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