DE LA CURIOSIDAD INGENUA AL CONOCER EPISTEMOLÓGICO
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAUNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADOPOSTDOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
RED DE INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA DE LA CIENCIACOHORTE SAN JUAN DE LOS MORROS - MACARO
ENSAYO SOBRE CIENCIA, TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD: DE LA CURIOSIDAD
INGENUA AL CONOCER EPISTEMOLÓGICO
FACILITADORA: Dra. CRISALIDA VILLEGAS, PhD
AUTORES:
Dr. ALBERTO J. ROJAS G.
Dra. MARLEN J. GONZÁLEZ D.
SAN JUAN DE LOS MORROS; ENERO, 2014
A lo largo del devenir histórico del hombre, la ciencia y la tecnología han marcado los
caminos recorridos por éste en cada uno de los contextos sociales donde ha habido presencia
humana para la construcción de conocimientos con impacto social.
El tránsito del hombre desde la curiosidad hasta hitos que pudieran llamarse
epistemológicos ha resultado difícil y tortuoso y al mismo tiempo pleno de satisfacción al
compartir sueños, riesgos, incertidumbres y posibilidades en la búsqueda de un mundo mucho
más comprensible y de una mejor calidad de vida.
En cada sociedad, el progreso científico y tecnológico – sin importar su nivel de desarrollo
y de innovación – ha requerido de cierta cuota de esfuerzo intelectual que generara organización
de los recursos disponibles, relaciones entre dichos recursos y el entorno así como comprensión
del contexto de generación de conocimientos para la transformación de la vida y de la manera de
ver el mundo.
El recorrido señalado supra fue inicialmente lento; dado que no había manera,
tecnológicamente hablando, de documentar lo logrado ni un sistema de almacenamiento y
comunicación de los hallazgos eficaz y expedito. Así que, que en un contexto incipiente, el germen
embrionario del pensar reflexivo sobre los haceres cotidianos fue tomando forma entre
observaciones y casualidades para construir herramientas e ideas con utilidad para el vivir diario.
A grandes saltos históricos, la observación minuciosa, el uso de la memoria oral y algunas
formas de registro inicialmente personal y luego compartido permitieron una mejor toma de
decisiones desde una base informada que preparara para la acción. A todo esto se unió una visión
espiritual que promovió el nacimiento de lo sobre natural y de lo estético como un modo de
acercarse a la propia realidad para comprenderla y actuar en razón a tal comprensión.
En este contexto progresivamente, el pensar sistemático se ha venido conformando en un
entramado de pensamientos e ideas deseables por todos los grupos sociales que constituyen el
globo terráqueo. En el contexto de este acercamiento al comprender y a la explicación de nuestro
entorno natural hemos generado un gigantesco conjunto de productos físicos e intelectuales que
ha resultado en acúmulo de poder y de control de la raza humana desde espacios de
especialización e hiperespecialización que le da forma a la unidad conocimiento-poder-toma de
decisiones desde enfoques, a ratos novedosos; pero siempre pletóricos de posibilidades.
El desarrollo del pensar nace ingenuo y progresivamente se va haciendo epistemológico en
la medida que el hombre reflexiona sobre sus haceres y sobre los fundamentos de la dinámica
pensamiento y acción. El intercambio consciente de saberes permitió la mediación de experiencias
entre pares y el proceso de especialización devino en caminos o posibilidades para construir
conocimientos a través de la educación consciente con objetivos predeterminados y previamente
planificados.
Por otra parte, a lo largo de la historia científica, América Latina ha estado rezagada en el
aporte de enfoques o posibilidades novedosas en el quehacer científico y tecnológico más sin
embargo; este siglo nace con la consolidación de perspectivas epistémicas de pensadores como
Humberto Maturana, Francisco Varela, Paulo Freire, Marcos Fidel Barrera, Alejandro Moreno,
Hebe Vessuri o esfuerzos colectivos como el denominado enfoque integrador transcomplejo
donde destacan los aportes de Crisálida Villegas y Nancy Schavino, entre otros. Este conjunto de
posibilidades emergentes han resultado, en su momento, controversiales, aceptados a medias o
ampliamente rechazados por el mundo científico; sin embargo, en los últimos años, estas ideas
han sido ampliamente debatidas logrando robustecer difusión y espacios de influencia más allá de
su lugar geográfico de nacimiento en una amplia variedad de disciplinas.
Es así como podríamos afirmar que las propuestas de investigación nacidas en estas
latitudes son productos contextualizados o culturales que emergen desde la curiosidad al retar la
manera del pensar científico para llegar a ser posibilidades epistemológicas que permitan
examinar los fundamentos y naturaleza de la realidad desde ópticas distintas hasta llegar a
considerar las implicaciones éticas del accionar científico en la construcción de nuestro propio
mundo de distinciones con el uso inteligente de los medios de comunicación y del patrimonio
científico y tecnológico para ampliar las habilidades naturales de empatía y de amor de los seres
humanos. Estos atrevimientos intelectuales se han desarrollado sin miedo a expresarse como
producto del pensar latinoamericano al enfrentar relaciones de poder y concepciones
prefabricadas desde otras latitudes para explicar y comprender nuestra realidad.
Con base a lo anterior, nuestro continente científico ha desarrollado nuevos enfoques o
posibilidades que implican la comprensión de la consciencia humana desde nuestras perspectivas;
es decir, desde nuestra manera muy particular de pensamiento y reflexión en primera persona
que potencia una visión integral – más no complementaria – de los procesos de construcción de
conocimiento en un mundo de distinciones ontológicamente complejo.
Los pensadores latinoamericanos y en especial los venezolanos han encarado los
reduccionismos epistemológicos y ontológicos no sólo en el campo científico y tecnológico sino en
espacios como el de la literatura, la ingeniería, la arquitectura, las artes y la educación en los
cuales el mundo de las ideas emerge en la relación del hombre como sujeto y su entorno para co-
debatir visiones onto-epistemológicas que promuevan la creación de su mundo propio de
distinciones de forma dinámica y en espiral. El corazón de los “nuevos” enfoques parece estar en
tener claridad acerca del conjunto de supuestos que como individuos reconocemos para generar
procesos de construcción de conocimiento con rigurosidad científica que resista la certeza
dogmática y que apunte a incrementar las posibilidades de credibilidad y aceptación del mundo
científico.
A manera de cierre podemos señalar que el camino recorrido por el hombre desde la
curiosidad hasta el desarrollo del pensar epistemológico ha permitido tomar consciencia de las
amenazas del entorno, de los mecanismos de acción de la naturaleza, del impacto del conocer en
la dimensión social, económica y política de una sociedad determinada, de la necesidad de
relacionar el pensar ético con el actuar moral en un contexto donde la ciencia, la tecnología y
sociedad hablan el mismo idioma: el idioma de la cultura.