DE DERMATOLOGIA Y SIFILIOGRAFIA NUEVA ORIENTACióN ...

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ASOCIACION DE DERMATOLOGIA Y SIFILIOGRAFIA Sesi6n del dia 22 de marzo de 1963 NUEVA ORIENTACióN TERAPÉUTICA DEL ZóSTER J. A. SARRÓ PALA U La idea de la aplicación del UML-491, potente antagonista de los efectos periféricos de la serotonina, en el tratamiento del herpes zóster, na ció al repasar las aplicaciones de este producto, que además de ser eficaz contra la aparición de crisis de jaqueca y cefaleas vasomotoras, in- Huye sobre los procesos alérgicos, alivia las manifestaciones del síndrome carcinoide y, sobre todo, aparece como un agente antiinflamatorio al in- hibir la serotonina. Etgotamina Aciclo D·l.isérgico :!lfetil·e•·gobnsina Este hecho y el ser un derivado del cornezuelo de centeno, del que son alcaloides la ergotamina y la dehydroergotamina que han sido utiliza- dos con éxito especialmente por la escuela alemana, en la zona, nos im- pulsaron a experimentar el UML-491 en esta afección.

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ASOCIACION DE DERMATOLOGIA Y SIFILIOGRAFIA

Sesi6n del dia 22 de marzo de 1963

NUEVA ORIENTACióN TERAPÉUTICA DEL ZóSTER

J. A. SARRÓ PALA U

La idea de la aplicación del UML-491, potente antagonista de los efectos periféricos de la serotonina, en el tratamiento del herpes zóster, nació al repasar las aplicaciones de este producto, que además de ser eficaz contra la aparición de crisis de jaqueca y cefaleas vasomotoras, in­Huye sobre los procesos alérgicos, alivia las manifestaciones del síndrome carcinoide y, sobre todo, aparece como un agente antiinflamatorio al in­hibir la serotonina.

Etgotamina Aciclo D·l.isérgico :!lfetil·e•·gobnsina

Este hecho y el ser un derivado del cornezuelo de centeno, del que son alcaloides la ergotamina y la dehydroergotamina que han sido utiliza­dos con éxito especialmente por la escuela alemana, en la zona, nos im­pulsaron a experimentar el UML-491 en esta afección.

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324 ,\NALES. SECCIÓN .ESl?IZC:TA], IDADES

Según si los diversos órganos o el organismo entero requieran reposo (fase h.istiotropa) o se disponen al trabajo (fase ergolropa) predominan en el sistema nervioso vegetativo periférico (1·egiom1l o total) y central, el tono colinérgico (vagal) o adrenérgico (simpático), según HESS (1).

Este sistema de regulación minuciosamente coordinado, puede alte· rarse o en el órgano efector, manifestándose en una excitabilidad alte­rada del mismo o en los centros superiores. Los trastornos de la función del sistema neurovegetativo pueden diferenciarse pues en una "neuro­sis de los órganos" y en "trastornos de los centros reguladores", siendo estos últimos probablemente de mayor importancia.

Las observaciones verificadas por Hess enseñan que el tono periférico puede ser elevado por los centros vegetativos del hipotálamo, a la vez que parece disminu~rse también la aptitud regula~ora. Tales trastornos centrales nos apare9en en la actualidad como la causa principal de la distonía vegetativa; V. BEHGMANN (2), ha acertado en suponer no sólo trastornos de un sistema orgánico, sino de varios y a menudo dispares en el síndrome descrito por él como "estigmatización vegetativa". Se ha empleado en los últimos años un nuevo simpaticolítico conseguido por STOLL y HoFFM.AI\'N (3); se trata de la dihydJ·oergotamina, para suprimir la excitabilidad patológicamente aumentada del sistema adrenérgico cen­tral y periférico, y para diferenciar las funciones vegetativas.

La dihydrocrgotamina carece, por 1.111a parte, del efecto constrictor sobre la musculatura lisa y por otra su poder simpaticolítico, respecti· vamente adrenolltico, es un múltiplo de 1~ ergotomina.

SPUELLEl\ (4) ha empleado satisfactoriamente la clibydroergotamina en la hipertensión lábil, la hiperóstosis frontal interna, las meteropatías y sobre todo en la jaqueca, Jo que parece confirmar las investigaciones de RoTHLIN (5), quien comprobó experimentalmente que la acción siro· paticol:ítica de la dihydroergotamina era tanto periférica sobre el órga· no efector como central.

A través de ]as experiencias empleadas para tratar la jaqueca, SPITEL· LER (6) la usó también brillante y eficazmente para el tratamiento del herpes zóster, señalando que es probable que el simpático desempeñe un papel en dicho síndrome de1matológico y neurológico, como parece indicarse por la aparición del síntoma ele Horner en algunos casos de zona y por la correspondencia ocasional del herpes a afecciones simul· táneas de los órganos internos. Fms-MOELLER (7) observó cierta similitud existente entre Jos intensos dolm:es terebrantes y en parte 1acinantes del herpes zóster con los de las crisis jaquecosas, lo que le indujo a probar también el Gynergeno en esta afección. Sus resultados terapéuticos, sor· prendentes, fueron confirmados por STOKLY (8), LuTH (9) y otros.

CAPORALETI'l (lO) cita de que en la producción del herpes zóster se combina la acción biológica de un virus con factores simpáticos. Todo

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el organismo y cada órgano se halla regulado por un sistema funcional de dos fases ilsiológicas, una histiotrópica de tono colinérgico (vagal) y

otra ergotrópica de tono adrenérgico (simpático), dependientes del sis­

tema nervioso vegetativo periférico o central. Los centros vegetativos del hipotálamo pueden elevar el tono adre­

nérgico periférico como lo ha demostrado BEnGMANN (2), produciendo

una excitación simpática periférica con descenso de umbral para los

estímulos simpáticos fisiológicos y patológicos, y al mismo tiempo exci­

tación de los estímulos adrenérgicos que pnrten de la cadena de ganglios

y reticuloterminal vegetativo periférico. Existiendo en el herpes :.:6ster una excitabilidad simpaticotónica aso­

dada a una infección virógena, la acción de un simpaticolítico debe pro­

ducir teóricamente el efecto terapéutico inhibidor y destmctor del te­

rreno en el cual prende el agente patógeno causal. Según I-IEYK (ll), ha sidd muchas veces discutida la hipótesis de

que en el desencadenamiento de las crisis de migraña podrían participar

sustacnias quím~cas propias del organismo, bien a través de su excreción

en el toJTente S<U1guineo o bien por la liberación local en los tejidos.

En especial se han relacionado las modificaciones vasculares cranea­les, bien localizadas, generalmente bemilaterales y asimismo los trastor­nos de la permeabilidad y la aparición de edemas de Ja pared vascular,

que pudiéramos 11osotros localizar en la piel con vesículas edemas y eritemas, con la acción de determinadas sustancias.

Autores aislados han lanzado reiteradamente la idea de que sust.·m­

cias alógenas, más o menos específicas, serían las responsables del in­tenso y circ\mScrito dolor de la jaqueca. Sin embargo, hasta el momento,

no existen pruebas de ello ni incluso hallazgos que hicieran verosímil

esta hipótesis. La seretonina podría en cualquier forma participar en las

reacciones vasculares anormales y en la provocación de las características

de tipo histamínico ya citadas ele esta base indólica. Trabajos ele ÜSTF:ELD (12) y colaboradores, ofrecen algunas sugeren­

cias de la posible paxticipación de la serotonina en la determinación de

los dolores y de las moclillcaciones vasculares localizadas de la migraña. La inyección 1 c. de 0,05 mg. de rerotonina en 0,2 mg. de solución sa­

lina fisiológica determina, junto a una vasodilatación local, una disminu­

ción de umbral para los estímulos dolorosos superficiales. La inyección subcutánea también disminuye el umbral para los es·

tímulos profundos. Si se combina la inyección de este tipo en las sienes,

junto a la vasodilatación producida por el calor, pueden hacerse apare­cer dolores de tipo pulsátil. La inyección subcutánea por si sola da, sin

embargo, una vasoconsb·icción. La perfusión i.v. de serotonina 0,2 a 2,5

mg/minuto, determina molestias respiratorias subjetivas y parestesias de

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los miembros, pero ni aún en los pacientes de jaqueca, ninguna cefalea digna de mención. La serotonina es una amina biógena del tipo de la acetilcolina, de la histamina, de la adrenalina, representando un papel de gran impor­tancia en la fisiología y patología humanas. Entre 1948/1950, fue aislada a partir de la sangre por el americano PACE (13) y a partir de la mucosa intestinal por EnsPAMEn (14), en Italia. En 1951 se detel'IDinÓ su fórmula química. Es la 5-hidroxitriptamina, derivado relativamente simple del b·iptófano.

Butanolantida Acido 1 Metil·d·lisérg ico

La serotonina está ampliamente distribuida por el organismo y su acumulación se presenta en diversos procesos biológicos. De acuerdo con los conocimientos actuales, es preciso considerar que la serotonina in­terviene en la patogénesis de una gran serie de cuadros clínicos y entre las entidades nosológicas que I?arecen más claramente influidas por las sustancias que nos ocupan, es prec~so citar la jaqueca, por su poder alógeno local según ÜSTFELD (12) y por la producción cle una vasodila­tación; por la misma razón, en el síndrome de HoRTON y otros cefaleas vasculares; en la alergia por su posible liberación en la reacción antígeno­anticuerpo. El punto de partida para el estudio de esta cuestión fue el intento de aclarar si con los antagonistas de la serotonina, cle los que hoy se dis­pone en gran número, podría conseguirse un efecto terapéutico sobre la jaqueca. En ·atención a los buenos resultados obtenidos con los deriva· dos del ácido lisérgico, ergotina y dihydroergotamina que se consi­deran como los derivados del cornezuelo de centeno más activos en la terapia de la migraña, se ha elegido el tartrato de butanolamida del ácido 1-metil d-lisérgico, o sea, el UML-491.

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Según las investigaciones ele DOEPFNER (5) y CERLETII (16), el UML-491 presenta, entre una gran serie ele derivados del ácido lisérgico estudiados, las más intensas propiedades inbibidoras de la serotonina. Dicho fármaco no posee acción vasoconstrictora.

Pudiendo disponer, pues, de un derivado tan potente como eficaz,. y con pocas o ninguna sintomatología tóxica de acompañamiento, como se nos ha brindado con este antiserononínico, o UML-491, recordamos con interés el empleo del tartrato de ergotamina, contra el Zóster, em­pleado por la escuela alemana, cuyo iniciador fue el danés Dr. V. FRns MoLLER (7), que en 1940 emplea con éxito el Gynergeno para el tra­tamiento de esta afección neurodermatológica, experiencias confirmadas más tarde por STOKLY (8). LUTH (9), SPULER (4 y 6), L ANA (21), STOLL (3) y otros.

Apoyados por los autores precedentes que emplearon el tartrato de ergotamina, les siguen RoBERT (17), ACARWAL (18), BmKIIAUSER (19), Hos.ENKnANZER (20), etc., que emplean la debydroergotamina en el zós­ter con los mismos buenos rest1ltados.

Continuando una bilación lógica en el desencadenado farmacológico Ginergeno, Dehidroergotamina, Descryl, nos encontramos abocados a la indicación terapéutica de dicho fármaco para combatir el Zóster, si­guiendo la pauta de un puro empirismo cartesiano, y nos atrevemos a usar el U:\-IL-491. Es entonces cuando revivimos con emoción el tra­bajo de FRnS MOLLER (7) en que dándose cuenta del parecido de las sensaciones dolorosas que caracterizan la crisis ele jaqueca, piensa tam­bién en el Herpes Zóster, usando In misma terapéutica (Ginergeno), que venía empleando cona-a la migraña, con el éxito certificado.

Historia clínica ntÍm. l . - J.M .M. 22 aiíos de edad. Varón. Primera visita: 7-12-62. Se trata de un paciente introvertido, quien hace cinco días mantuvo una discusión con su madre sobre problemas familiares, apareciendo al día si­guiente un dolorimiento difuso y discreto, con edema mínimo, en la región témpora-frontal derecha. A los tres días sobreviene la aparición de unas pe­queñas vesícula-ampollas agrupadas, encima de dicho edema eritematoso; al mismo tiempo nota sensación de pinchazos. En región preauricular tlel mi~mo lado cx:Stc un nódulo ganglionar inflamado y doloroso .El día que se lo ve presenta la clínica descrita, y se comienza la terapéutica con U~1L-49J. en forma de grageas con la siguiente posología: dos grageas después del desayu­no, una gragea después de comer y dos grageas después de cenar.

(ll-12-62) Al cabo de cuatro días de haberse instamado dicha terapéutica, las ampollas están más secas, desapareciendo el edema preauricular y habiendo disminuido el síntoma subjetivo de dolor considerablemente. Se persiste en la misrna pauta terapéutica.

(14-12-62) Séptimo día. Las lesiones se aprecian más secas aún, habiendo desaparecido los dolores por completo. Se pasa a 4 grageas diarias.

(18-12-62) Onceavo dia. Persiste algunn costra. Ningún dolor. Tres grageas. (24-12-62) Diecisieteavo día. Curación clínica. Tres grageas. (3-1-63) Pasados diez días de la última visita control, persiste la curación

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clínica, habiendo dejado en la sien una oquedad cicatricial que certifica el asiento de una vesícuh\ de herpes zóster. No ha de;ado ningún do~or, pu­d:cndo abandonarse toda terapéutica.

Hístoria clínica ntím. 2.- A:.A.P. 54 años de edad. Hembra. Primera visi­ta: 11-12-62. E11fenna que acude a nuestra consulta mandada por ol Servicio de Oftalmología, por acusar molestias dolorosas en el globo ocular izquierdo. Se trata de una enferma bastante nervios¡\, que hace 10 días tuvo un choque emocional, apareciendo a los tres días unas discretas ampollas y dolor con sen­sación de agujas que se mueve11, en la región fronto-parietal izqwerda. Al mis­mo tiempo existe un dolor en el globo ocular del mismo lado como si lo com­primieran, y también sensaci6n de pinchazos. Diagnosticada de herpes zóster oftálmico, se comienza el b·atamiento con UML-491, en grageas con la pauta acostumbrada, admilú tníndose cinco gra­geas diariámente. (18-12-62) Pasados siete días desde que se in ició el h·atamienlo, las lesiones dín icamentc han mejorado considerablemente; se han secado las vesÍclLlas, de­jando unos elementos costrosos. El dolor cedió al tercer día, por completo; la clínica dermatológica ha evohcionado ostcnsiblem<.:nte y la irritación neuroló­gica no ha progresaclo. Al cabo de unos días, a los veinte de haberse iniciado Pl tratamiento, se puede dar de alta a la enferma, sin haber dejado ningún síntoma subjetivo de dolor, y habiendo remitido las lesiones completamente, persistiendo únicamente unas señales cicatriciales c1onde asentaron las · vesícula-ampollas del :r.óster. Historia clínica núm. 3.- L.G.M. 37 años de edad. Varón. Primera visita: 14-12-62. Pícuico, calmoso, que hace cinco días en el despacho, por cuestiones de orden interior, tuvo un choque emolivo, después de unos días de estar co:J angustia. A las veinticuatro horas de1 clesencaclenante emotivo, hace su apari· ción un edema eritematoso con sensación de tirantez, superior a la clinica obje­tiva, localizado en el ángulo del maxilar inferior del lado izquierdo. Al dla si­gttienl·c aparece como s intomntolog[a de acompañamiento, dolor intenso en for· ma de pincba7..os. Se comienza tratamiento específico de herpes zóster con UML-491. Con la pauta de cinco grageas diarias. (18-12-62) A Jos cuatro días de haberse iniciado dicha terapéutica, el en­fermo acusa una notable mejoría en el síntoma subjetivo de dolor; las vesíc"­las se han secado. La lesión no ha progresado ni dermatológica ni neurológi­camente. Se prosigue con UML-491, a razón de cuatro grageas diarias. (24-12-62) A los 10 días de haber comenzado el tratamiento, se le pu&de dar por CW'ado, persislienclo únicamentP. un ligero eritema vinoso residual,. en el lugar donde asentaron las vesículas y costras. Ningún dolor. Se perslSte en la administración de tres grageas cHariamcnte. (3-1-63) Es dado de alta, completamente curado, sin haber dejado ningun~ secuela de alteración sensitiva nerviosa.

Historia cHnica núm. 4.- J.P.M. 20 años de edad. Varón. Primera visita: 18-12-62. Muchacho estlldiante, el cual hace Lr es días ha pasado unos exáme­nes. Al tercer día ele este hecho aparecen en el dorso, en su porción derecha, a la altura de la 7."' dorsal, unas ligeras y finas vesículas encima de una placa eritematosa infil trada, con dolor selectivo en dicha zona. Hacia la porción an­terior y correspondiente a la misma mctámera ne1viosa, ex:iste dolor selectivo sin al teración funcional nj objetiva de la piel. Se comienza tratamiento con UML-491, en forma de inyectable, a razón de uno intramuscular cada 12 horas.

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(24-12-62) Al sexto día de haberse comenzado la terapéutica, las lesiones han mejorado notablemente, secándose las vesículas; ha dismúluido el dolor y no ha evolucionado dcrmalológicamente la porción anterior donde había el sínto­ma .>ubjetivo doloroso. Se pasa a administrar un inyectable cada 24 horas.

(2-l-63) Al quinceavo ella persiste la m ejoría, habiendo desaparecido com­pletamente el dolor y persistiendo única y exclusivamente unas pequeñas cos­lrns que en algunos puntos ban dejado un epitelio completamente normal. Es dado de alta.

Es el único caso en que se ha e~npleado UML-491 en inyectable.

llistoria clínica t!IÍm. 5. - A.M.L. 67 años de edad. Hembm . P rimera visi­ta: 21 -12-62. Se truta de una enferma muy nerviosa, que hace cincuenta ellas presentó un zóster intercostal a la a lh1ra de la :) y 4 intercostal dorsal de l lado derecho, con importantes lesiones dermatológicas, que comprendían todo rl hcmitórax derecho en su porción alta, que han dejado como secuelas unas manchas critematovinosas donde asentaron ]as vesículas. Dicha enferma estuvo twrcctamente trat;rda con vilaminoterapia B, y B,2 , a dosificaciones correctas; pero acude a nuestra consulta por persistir los agudos dolores en dichos pwl­los, qne no han regresado al curarse las lesiones dermatológic;:¡s. Se comienza el tratamiento con cinco grageas diariamente de UML-491.

Al cabo de 6 días, la enferma nos dice que ha notado una ligera mejoría Y le indicamos persista con la mjsma terapéutica y con la misma pauta. Al ca­torceavo ella de iniciado el tratamiento con U~lL-491, se encuentra bastante mejorada, consiguiendo descansar todas las noches, sin ninguna terapéutica de acompañamiento, se persiste en ella.

Al veintisietcavo día, la e11ferma se encuentra francamente mejorada, y s:: pasn a tomar tres gmgeas diadas.

Al mes y medio se vuelve a ver a la enferma. que no aqueja ningún dolor, Y se abandona todo tratamiento.

m~toria clínica IIIÍII1. 6. - J. ~1.· M. P. 37 años de edad. Varón. Primera vi­sita: 30-12-62. Se trata de un artista pintor de profesión, que por las mañanas hncc ~rna labor más o menos burocrática. Hace cinco ellas, mantic'ne una dis· cusión, apareciendo a las 48 horas de ella un ligero edema en forma d e plas­trón en el lado izquierdo de la cara a partir de la comisura de la boca : pa­sadas unas horas apnrecen en dicho punto unas vesículo-ampollas, con sensa­ción ele cosquilleo doloroso con irradiación hacia la oreja. Se inicia el trata­miento con UML-491, en fonna de grageas, a razón de cinco diariamente.

(2-l-68) Pasados dos ellas se le vuelve a controlnr, y las lesiones demlato­lógicas han regresado, el e~tado A~ munho mejor, no notando el paciente sen­l!acicm e~ de tirantez en dicha zon;:¡, ni las algias que en un principio tema en f?rma de pinchazos. E l enfermo ha acusado una ligera intolerancia &ente a l UML-491, contándonos que ha tenido unas alteraciones visuales frente a la perspectiva, detalle que tal vez ha acusado por su condkión de pintor. No se abandona la terapéutica, pero sí se disminuye a razón de tres grageas diarias.

(7- l-63) Pasada una semana de haberse iniciado el tratamiento, se puede dur de alta completamente cutado de su afección, sin haber d ejado ninguna lesión dermatológica y sin persistir ninguna· sensación subjetiva .

. Historia clínica núm. 7.- M." E .J.C. 28 años de edad. Hembra. Primera vi­Sita: 7-1-63. Dicha enferma ha pasado una temporada muy nerviosa, por pro­b!emas de tipo familiar, en que un pariente más o menos pró.-.imo estaba ago­mzando y la interesada ha debido c~1idnrlo. Hace cinco días que h;:¡ aparecido

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dolor en la parte alta del tórax en fonna ele pinchazos; en su lado izquierdo. al día siguiente, aparecen unas .finas vesículo-ampollas situadas entre la escápula y la columna a la altura de la 3." dorsal, y otras finlsimas en la región deltoiclea y parte superior de la mama izquierda. Los dolores son acusados en forma de crisis de pinchazos. Se inicia la terapéutica con UML-491, a razón ele tres gra­geas diarias.

(10-l-63) Al cabo de tre~ días la evolución se ha detenido, ~1 dolor es mu­cho menor. Nos comunica la enfe1ma que el primer día que tomó el fármaco tuvo sensaciones como de navegar, pero no pudiendo describirlo como náu­seas, no abandonó la medicación, y dicha sensación desapareció a las veinti­cuatro horas.

Al cabo de una semana ha desaparecido la sen$ución subjetiva dolorosa de las regiones donde asentaron las vesículo-costras, y éstas han desaparecido.

Historia clínica núm. 8.- A.M.C. 27 año~ de edad. Hembra. Prirrtera vi­sita: 7-l-63. Hace meses que viene padeciendo un síndrome de angustia por trastornos emocionales de tipo familiar. Hace ocho días que nota en la espal­da, en su lado izquierdo, uu plastrón o sensación clcl mismo, con sensación subjetiva de dolor como si )e picantn <lheja~, installrándosc poco a poco en dicha zona de sen~aciones subjetivas, una placa eritematosa que evoluciona con la formación de unas vesículo-ampollas, intensificándose el dolor. Hacia la parte anterior del mismo lado izquierdo existen placas análogas en axila, de­bajo del brazo, en el lado correspondiente a la parte externa de la misma mama, y otra placa en la parte anterior del mismo lado, pero contigua al ester­nón. Toda esta zona correspondiente a la 4."' dorsal se encuentra sumamente sensible y dolorosa. Se inicia la terapéutica con UML-491, en 1:orma de gra­geas, a razón de cinco diariamente.

Pasados cinco días se vuelve a ver a la enferma, en que nos comunica que a las pocas grageas desaparecieron las algias, secándose rápidamente las ve­sículo-ampollas. Se pasa a cuatro grageas diarias.

A los quince días de haber visto por primera vez a esta paciente se la puede dar de alta completamente curada, sin bahcr dejado ninguna secuela de tipo nervioso.

Historia cli11ica núm. 9.- M.C.D. 60 años de edad. Varón. l'rimera visita: 24-1-63. Se le ve por primera vez con un zóster oftálmico en el ojo izquierdo de tres días de evolución.

Hace cinco días que tiene un choque emotivo por asuntos profcsiona~es, apareciendo a las 24 horas unas vesículas rodeadas de halo eritematoso enCIIDa de una zona edematosa infiltrada, en el ángulo interno del ojo izquierdo en Slt porción superior; el párpado superior se J,alla talllbiéu eclcwaloso y eritema, con el inicio de tma vesícula en el borde libre del párpado en el terci~ in­terno. Los dolores que tiene este enfermo son acusados. Se inicia tratamtento con UML-491, a razón de cinco grageas diarias.

A los cuatro días las ve.~ículas aparecen mucho tmís secas, desap~re~ co.t~­pletamente el dolor, no habiendo progresado el zó~ter; Jlotablc dismmucJOn del edema y aparición de costras encima de las vesículas.

(1-2-63) A los ocho días, muy bien, nada de dolor, completamente seco; en algunos puntos se han desprendido las costras, dejando un epitelío completa· mente normal, ligeramente deprimido.

Pasados cinco días se puede dar de alta a dicho enfermo, que no pre· ~;enta ninguna clase de secuela ni dermatológica ni neurológica.

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SARRÓ. TERAPÉUTICA DEL ZÓSTE!l. 331

Historia clí11iCa núm. 10. - D.B.M. 13 años de edad. Varón. Primera vJst­La : 4-3-63. Muchacho muy nervioso, qllC cursa sus estudios brillantemente; hncc cuatro uias nota un dolorimiento en pl<lca en e) costado derecho a la nltura de la 4.• dorsal ; al día siguiente e~ta molestia la acusa con sen.>ación de pinchazos, y apm·ecen en dicho punto unos elementos vesiculosos. Se le ve por primera vez en estas condiciones, y se comienza el tratamiento con UML-491, a razón de tres grageas diarias.

Pasados cuatro días han desaparecido por completo las molestias subjetivas dolorosas, habiéndose secado los elementos costrosos. No ha presentado nin­guna intolerancia medicamentosa, a pesar de ser el paciente de más corta edad que ha sido tratado. Se persiste en la misma terapéutica y en la misma dosi­ficación.

A los ocho días de haberse iniciado la terapéutica persiste la ausencia de molestias ncurológicas; las costras están completamente planas y comienzan a desprenderse. Se pasa a dos grageas diarias.

A los doce días de haberse iniciado Ja terapéutica, la curación es com­pleta, pudiéndose despT_ender los elementos costJOsos residuales que pers i~~en, dejando nn epitelio completamente sano. Nü1guna molestia subjetiva. Se sus­pende In medicación y es dado de alta.

His/.uria clínica ·uúm. 11. - P.S.B. (16 años de edad. Hembra. Primera vi­~ita: 4-3-63. Eufetma que hace más de dos meses cmsó herpes ;zóster ínter­t-osta! del lado derecho, a la altura de la 2 y 3 dorsal; fue tratada en lll1

medio hospitalario, ignorando con qué producto farmacológico; se supone in­yectables B,.

Cuando acude a nuestra consulta se aprecia en toda la zona escapular de­recha unas placas eritematosas, no inflltradas, y otras más pequeñas del mismo aspecto clíuico, por debajo ele la axila derecha, y encima de la mama del mismo lado en su porción próxima al esternón. Curada de la dermopatía cou linimcnto1 la enferma se queja de dolores lacinaotes en forma ele latigazo, que no han desaparecido aun después de curada la clínica objetiva. Se comienza el mismo día el tJatamiento con UML-491 en formil de grageas, a razón de una gragea después del desa)'lmO, dos después ele comer y una después de cenar.

(8-3-63) Al cabo de cuah·o clías los uolores han disminuido notablemente; la enferma solicita permiso para disminuir la dosilkación, por presentar sensa­ción de mareos. Se pasa a tres grageas diarias.

(15-3-6:3) A los once días de hahers<' iniciado uicba terapéutica, han des­aparecido los dolores por completo. Se pt'rsiste en la administración de dos gra · &~'lls diariamente, como medida de precaución, durante quince días más. Ha desaparecido la sensación de mareos al dismiuull- la dosificación.

FORMA DE ADMINISTRACIÓN.- En los 11 casos reseñados, se ha se­guido la sigtúente norma :

En 10 de ellos se ha empleado In forma de grageas, en uno de in­yectables, obte1úéndose los mismos resultados curativos con ambas vias de UMIL-491, pero hay que advertir, que c:ontra1·iamente a lo preconizado para el tratamjento de las cefaleas en que se emplean dosis bajas para ser aumentadas progresivamente, controlando la idiosincrasia del enfer­mo, en el tratamiento del herpes zóster hemos empleado dosis altas en un principio, rebajándolas en cuanto remitían los síntomas neuroderma·

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tológic:os. Ya <.¡uc aquí se trata de cortar Jo antes posible las irritaciones de las .lesiones dermatoneurológic:t:~· Se ha comenzado empleando si.)"temáticamente 5 comprimidos dia­

rios en la forma siguiente: 2 por la mañana, 1 al mediodía y 2 por la noche, disminuyendo la dosis a] presentarse la regresión clínica a 4 gg. diarias y más tarde a 3 gg.

La dm·aci6n de todos los tratamientos ha sido de 10-15 días. Las remisiones clínicas han sido rápidas, mucho más que las descritas em­pleando el Gynergeno. La curación de los enfermos ha sido en la tota­liclad de ellos advirtiendo de que no ha habido ninguna terapéutica de acompañamiento con ningún fármaco, sin haber empleado específica­mente ni el gn~po vitamínico B NI T,\N sór.o ANTIÁLGrcos,

Hay que hacer hincapié que uno de los síntomas más agradables en el empleo del U~fL-491, ha sido la rápida desaparición del síntoma dolor.

l!o.'TOLERANCIAS.- Ninguna de carácter alarmante que hiciera snpri­mir el fármaco. únicamente el caso n.0 7 nos ha descrito una sensación como de navegar, p ero sin náuseas ni vómitos, incluso sin dejar de tomar el Deseril. El caso n.0 6 nos describe detalladamente unos trastornos visuales exclusivamente en la apreciación de la perspectiva. Dicho fár­maco no ha provocado en ningún caso sensación de sopor.

Dados los brillantes resultados obtenidos con el empleo de UML-491, en el tratamiento del Herpes Zóster, ha motivado la ejecuci6n de este trabajo clínico, el cual lo someto a la consideración de ulteriores ensa­yos para su certificación clínica.

BIBLlOGRAFlA

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