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S E R M O H D E L CINGULO
DEL ANGELICO DOCTOR
SA N T O T H O M A SD E A Q U I N O
Q U E D I J O
EL M.RoP.FoVICENTE COLL^Lect, Jub. i Prior del de Agustinos de Rocafort^
EN EL REAL CONV. DE PREDICADORES DE VALENCLfV
dia 1 4 . de M arzo de 1 7 7 2 ,
SALE A LUZ A DEVOCION I EXPENSAS
JO." JO, jrosjEr jMoi.zjsrS9Cathedratico de Filosofia de esta Universidad y i le
dedica al mismo Angelico Doctor.
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CO N L A S L I C E N C I A S N E C E S A R I A S .
En Valencia^por Benito Monfort.Año 1775?-
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AL ANGELICO DOCTOR
SANTO T H O M A SA O U Ï N O ,
T J 0 mucho , ó Doctor Angélico, que confiesa dever la Iglesia á vues-‘ tros egemplos i á vuejlros escritos, parece empeñarme en la dichosa calidad de hijo de esta M adre, á no malograr ocasion de ofreceros algún obsequio. Aceptad como á tal esta Oración que saco d luz , i que
A 2 del
del aplauso conqúe fue oida colijo será à proposito para promover vuestro credito i vuestra gloria. I despues de colocar à mis Disci- pulos que tuvieron el honor de festejaros, à la sombra de vuestro patrocinio , pido i espero con ellos vuestra bendición. ~
Postrado devotamente à vuestros pies
E l D octor D on Jo s e f Molins.
CU M
j.J
CU M E S S E S IU N IO R C IN -gebas te, et ambulabas ubi vo- lebas :: alius te clnget et ducet quo tu non vis. lohan. 21.
U E dulce cosa es tener negocio* O D ios que tan puntual-
mente premia los servicios que se le hacen ! I no e s , Señores
m io s , que solo sean aceptables en lös divinos ojos aquellas acciones extraordinarias i fuera del curso regular^que llevan en si mismas una recomendación autentica de aquella gracia verdaderamente omnipotente que las hace producir al libre alvedrio^ no obstante su penal flaqueza i debilidad. P or egemplo: serian sacrificios dignos uni
ca-
camente de ofrecerse à Dios^aquel arder de los Mártires entre incendios dcvoradores^ aquel enterrarse de los Solitarios negados a todo placer del sentido en las grutas i cavernas de la tierra aquel aligerarse de los Confesores del peso de este cuerpo corruptible^ que agrava el alma^ con macera- ciones tan espantosas que ponen com o en prensa nuestra imaginación ? No^ no ; una expresión la mas leve hecha por mi amor^ un vaso de agua fria ( que menos ) ofrecido por mi respeto al que necesita de el no quedará dice el H ijo de D ios , sin el premio correspondiente : N on perdei mer- cedem suam. (a)
I despues de esto avrà quien llame los divinos preceptos no digo imposibles^ error crasisimo i detestable pero ni aun ásperos o dificultosos ? P or lo menos no avrà otro medio de endulzarles que adulterar el ovio sentido de la 'Lei i destruir farisaicamente su fuerza con profanas no^
ve-
{a) Mare, 9.
* 3 ) * . vcdades é Interpretaciones? Resiéntase quanto quiera esta carne corrompida alegando los pretextos de su debilidad, i retardando continuamente los m ovim ientos del espíritu ; refuerzese quanto sea la intestina guerra entre estas dos facultades, que suele ser tan funesta à la observancia de los preceptos j todavia està prometida , dice San Pablo j à los fieles observadores de la Lei una recompensa tan deseable , que deve hacernos desestimar nuestros conatos, nuestros esfuerzos, i aplicación : N on sunt condignae passiones huius temporis ad fu tu - ram gloriam quae revelabitur in nobis. (b)
D ichoso por tanto el v a ró n , que sin dejarse deslumbrar de los egemplos de los impios j sin acomodarse ò dar oídos a una doctrina pestilencial i lisongera,apli ca su entendimiento a meditar la Lei de Dios , no para eludirla con sutilezas , sino para practicarla con obsequiosa voluntad : bueno , ventajoso para el, aver
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j^des-
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(¿) A d Rom. 8.
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desde la juventud inclinado docilmente la cerviz à un yu g o verdaderamente suave i ligerisim a carga.
Porque, almas bienaventuradas con la clara vista de vuestro D ios, os parece aora demasiado quanto hicisteis en esta vida para llegar à esa dicha inamisible ? Thom as, grande, incomparable Thom as de Aquino, no es a s i, que os hallais bien pagado con aquel D ios , cuya posesion pediste por total recompensa de. vuestros grandes servicios : ISlon aliam Domine nisi te ipsum Ì Mas y o , Señores m io s , no devo hoi buscar los méritos i premios de Thom as según todo su esplendor i extension : no sino importunamente os acordaria los sudo- 4*es de su pluma im ortal, con que instruyó los F ie les, com batió los Gentiles, confundió los Judios,regló las Costum bres,aterró la H eregia , ilustró la Iglesia ; al paso que para hablar dignamente de aquel D ios,que en si i por si coronó el m erito de sus trabajos , andariais cortos en conducir con honrosa violencia un Augustiniano sobre
este
* ( 5” )este Pulpito : negocio era este, obra^em-* presa digna de un Augustino i de toda su elocuencia. Si j aquel grande Augustino, de quien T h o m as, aunque sin la capa, heredo el espiritu , profeso la regla , bevio la doctrina, adopto los sentimientos, atemperó los ra y o s , i que teniendole junto à si alia en el C ielo en calidad de Discípulo , i juntos ambos en dicho caracter à San Pablo , podria explicarnos los arcanos de la gloria de Thom as, que no se permiten al hom bre viador. Pues si nada de esto venis à oir , Jovenes estudiosos de la c ien cia , si nada de esto form a el obgeto de vuestra devota espectacion, que premios , que coronas , que méritos o triunfos de Thom as podrán oportunamente llenarla o satisfacerla ? Os contenta mas os le represente y o atleta invencible de la castidad empuñando un tizón de fuego, que D octor incomparable de la Religion manejando una pluma de oro ) Mas el verle ceñido sobre la tierra por ministerio de Angeles con un cingulo de f e , i de ju stic ia , que de gloria
B ¡m or-
{ 6 ) imortal en el C ielo por aquel D ios en cur y o seno descansa ? Si asi es , dichosamente para mi ; y o siento menos desde, este instante la imposibilidad de seguir una à una las brillantes empresas de Thomas^que sobrarían todavia à otros tantos discursos separados. I sin apartarnos y a en el presente de Thom as ceñido sobre la tierra, haced cuenta que reconvengo à ese Señor con su misma palabra de no dejar obsequio sin galardón ; pero que no busco, com o alia San Pedro , el que corresponde à Thom as por aver renunciado à las pingues esperanzas de su casa , i averie seguido en la Religion por medio de la mortificación del m ism o J . C , gravada en su cuerpo , de obstinadas vigilias , rígidas abstinencias , tareas angélicas , contemplaciones seraficas ; sino que ordeno m i pregunta en esta fi^rma singular : Señor , Thom as de Aquino tiene la gloriosa particularidad de averse sabido ceñir según el pre(íepto que en cabeza de vuestros Discípulos disteis à todos los hombres ge
ne-
# ( 7 ) ^neralmente : (c) su pureza, su continencia, su castidadj que eran el obgeto de vuestro precepto, tienen sobre los mismos Angeles la ventaja de aver estado a toda prueba entre combates verdaderamente extraordinarios j ó si por este ceñirse quereis mas entendamos el saberse contener dentro de los limites de la moderación entre los m ayores incentivos de la vanidad,ni pudo rayar mas alto la ciencia i crédito de Thom as, ni mas bajo la modestia i desprecio de si m ism o : pues precindiendo de lo demas, conque aveis de premiar semejantes servicios ? Es lo que voi à manifestaros , Señores mios , acomodando à Thom as en un sentido nada impropio la predicción que en otro tiempo hizo de San Pedro el mism o Salvador : D um esses iunior cmgebas te , et ambulabas ubi volebas : : alius te cin- g e t , et ducet quo tu non ^ is . Si Thom as, tu te has ceñido de mano pjopria desde tus mas tiernos años por medio de una ange-
B z li-
(c) Luc. 12 ,
lica continencia, cingebas te y 1 de una pro* funda humildad que no respondía mal à tus proyectos de desconocimiento , ambu- labas ubi njolebas ; queda de mi c a rg o , dice el Señor , ordenar seas ceñido de mano agena , alius te cinget, esto es , de mano de mis Angeles , cuyos mejores carismas im itarás en adelante hasta ser conducido al cumulo del aprecio , del crédito , de la admiración de los siglos cuyos aplausos declinavas, et ducet qm tu non vis* Os he hecho patentes. Señores, mis design ios, i y a no seria honroso retroceder. Thom as ceñido por disposición de la providencia de privilegios,concedidos rara vez sobre la tierra, porque supo ceñirse de una conducta nada ordinaria sobre la tierra : preservado de los estimules del placer torpe,por- que supo em botar sus puntas con la roca firmisima de su combatida castidad : insensible à los atractivos de la vanagloria porque supo ocultar los tesoros de la ciencia con el sagrado velo de la humildad i moderación. Los méritos de Thom as ceííi-
do
# _(p ) #do de mano propria con el doble cingulo de castidad i m odestia, cingebas te, primera Parte : Los premios de Thom as ceñido por divina disposición de privilegios de honor i de gloria , alius te cinget , segunda P arte , i la m ateria de su Panegírico.
Padres Religiosísim os í respetables^ ilustre esclarecida Fam ilia de D om ingo, y o no temo incurrir la nota de imprudente, quando voi a hablar en gloría de Thom as a vista i en la Casa de tan dignos Predicadores : la mies es tan abundante que jamas serán de sobra los Operarios. M ayo rmente que sino sufrierais se llamase Au- gustino estraño de vosotros,acerrim os vindicadores de su doctrina hasta en públicos certámenes i a vista de la Iglesia \ a mi me seria igualmente intolerable se me creyese estraño de Thom as que no es sino un Au- gustino abreviado: i si son unos en lo que mas importa nuestros sentimientos , sean también unos , P P . Religiosísim os , í los mismos nuestros intereses. P o r vosotros, generosos Jo v e n e s, floridas esperanzas de
vues-
^: ( IO ) #
vuestros Padres, gozo i corona de vuestros M aestros,yo no podre daros las alabanzas dignas de vuestros proposites de m ilitar en la Escuela de Thom as , si sabéis añadir la im itación de su pureza i hum ildad-al aprecio de su doctrina.Esta verdaderamente , a despecho de un Bucero i otros novadores,, no faltara jamas según inspirados oráculos, porque es imposible falten aquellos Padres , i principalmente Augustino, que vacio él en sus escritos, aquellos generales Concilios sobre que apoyo sus decisiones , aquella Tradición que bevio por el canal purisimo de la Silla Apostolica R o mana , aquella Escritura Santa constante norm a de sus sentimientos, aquella visible Iglesia a quien subministro armas incontrastables y de una vez, aquella palabra de J . C . bene scripsisti de me y mas permanente que los Cielos i la tierra. Os parece aun poco elogio de Thom as ? Pues ayudadme para proseguirle con acierto à im plorar la asistencia de ese divino Padre de las Luces, que por espacio de quarenta horas abre
en
^ ( r.i ) * en ese Sacramento el teatro de sus misericordias j acudiendo à la mediación de la SantisiniaVirgen saludandola devotamente:
A V E M A R IA .
PRIMERA PARTE.L que no graduase el saberse ceñir
sino de una empresa obscura u ordinaria j ignorada ciertamente^
ó disimularía por lo menos los tristes efectos del pecado original. C om o este monstruo devorador del linage humano tuvo su origen de una criminal condescendencia^ i de un desordenado deseo de saber todavía levanta en el fondo de nuestro corazon un funesto desorden^ un fatal desconcierto que nos arrebata azia las delicias carnales^ i azia los vanos proyectos de elevacion^no obstante 4e ser am bos afectos contrarios a la razón natural : prueva dice Ssn Pablo , que no es el hom bre naturalmente
sen
* ( la ) sensual i sobervio, sino à fuer de aquel pecado que en él h ab ita , ò de aquella con- cupiscenciajfecundisimo principio de com bates que queda despues de perdonado,lla- mada pecado con alguna propriedad , porque de el viene i à él inclina. I seria , Señores mios , cosa de poca monta el ceñirse, en quanto intima este precepto la obligación de tener siempre à raya dos propensiones tan expuestas al desenfreno ) Ah ! y o desafio à toda la naturaleza, i a todos sus esfuerzos à que hagan si pueden otro tanto. Confesadlo , P elagianos, i daos à Angustino i à Thom as j esta naturaleza ha decaido desgraciadamente de aquel primer estado en que la instituyó el Criador: siempre incapaz de sostenerse por si misma,ne- ceslta y a de socorros tan eficaces, que salvo el catholico sentir de otros T heologos, pudieran parecer por demás en los instantes de oro de su entereza é inocencia. C o m o quiera, unidos siempre de corazon entre las leves escaramuzas del entendimiento , convengamos igualmente à nuestro
pro-
* ( 13 ) *proposito , que el incomparable Thom as deviò à la gracia el poderse i quererse ceñir : que sus virtudes angélicas fueron o- tros tantos dones i preciosos presentes de la mano de D ios. Thom as puro , Thom as castísimo , i bien que tienes le diria el A- postol que no sea obra de la D ivina Grá- cia ? Qmd haheS qm d m n accepisti ? ( d ) Mas de aq u i. Señores m ios, que concluís Q ue no hai méritos en Thom as > qué no deve decirse que se ciño à sì mismo > que no hai titulo que le haga acreedor à las divinas recompensas ? Evitem os extrem os, que à quitan toda acción al libre alvedrio, dejándole un nombre hueco i sin substancia , Ò le dan acaso demasiada acción hasta reforzarle al parecer contra el Todo-Podt- roso. N ada mas llano en la Escuela de T h o mas que conciliar toda la realidad del merito , con la eficíicia de Ja gracia que le hace producir ; distinguidos la s tiempos se conbinan facilmente en la Escuela de Au^
gus-
* (■ 14 ) *gustinodrechos que aparentan alguna opo- sicion y i esta diversidad de tienapos con- trahida a las virtudes de Thom as no sirve sino de realzar mas su m érito, haciéndolas mas recomendables i mas heroicas.
Porque para hablar y a de su castidad^ Señores m io s , dejava de ocultar escollos su misma naturaleza donde podia aquella estrellarse i naufragar ? En medio de las angélicas inclinaciones de su espiritu , no se hacia sentir una dura lei en sus m iem bros contraria a la lei de la razón rebel- de> orgullosa^ i propensa a su mismo cautiverio 5 Egercicios llenos de candor , argumentos de inocencia, costumbres de An- g e lj acaso brillasteis en el santo Joven sin las pensiones de hom bre concebido en pe* cado j i sugeto a una concupiscencia que dun sin exteriores fomentos se empeña en cstrañar del bien, para explicarme con San- T ia g o , i arrastrar azia el mal ? (e) Unus- quisque tentatur a concupiscentia sua ab^
stra-
(e) lac. I.
stractus et illectus Í que si à este importuno y domestico , i com un enemigo de la pureza queremos añadir otros particulares, estraños ó fuera de nosotros , pero nada menos funestos i temibles , y o no sé que otro con mas razón que Thom as haya podido decir con San Pablo: Foris pugnae in- tus timorés, ( f ) S i, Señores, si, ó sostened si podéis contra la experiencia que el es- plendor del nacimiento , las riquezas , la comodidad , el com ercio del mundo , el cgemplo de sus maximas i vanidades no son de ordinario otras tantas tropas auxiliares del interior tirano de la castidad. Thom as os cuidaría poco , porque explicando un dictamen mui diferente con una fuga gloriosísim a, buela qual Palom a inocente al arca de la Religion para no contaminarse entre las impuras reliquias de una carne atollada en el cieno de la mundana gloria. Dichosos Condes de Aquino^ dichosos Padres de Thom as quiero decir,
C z que ,
* ( ló )que hallan en su Fam ilia con que satisfacer a Dios consagrándole la preciosa vic* tima de este H ijo , i conque satisfacer al mundo continuando en otros los blasones de su nacimiento ! Tanto mas dichosos. Señores m io s , quanto mas tenia de voluntario el sacrificio. '
Porque pensáis no podían ellos colo- car a todos sus h ijo s: en los que llama el mundo establecimientos i fortunas brillantes ? Os parece digo ; acomodándome al estilo del siglo , que la Casa de Thom as semejante al bagel de Joñas devia arrojar alguno al mar por necesidad , esto es , por demasiado cargado ? N o , Señores, no ; po- dia suplirlo todo en fuerza de sus timbres^ riqu ezas, en lazes, esperanzas. Pero ah ¡ que si vosotros os engañavais hasta aqui por aver dadó poco a la opulencia de los Condes de Aquino , y o me engañava por aver dado demasiado a su piedad. Qué obstáculos no .opusieron ellos a la vocar cion del santo Joven ? I no e s , Señores m io s , que fuesen impios de profesion , ó
di-
_# ( ) #digámoslo a s i , por sistema : la santa educación de Thom as en que se desvelaron christianamente à falta de otras pruebas^ les pondria à cubierto de semejante calumnia : Ò si esto no basta para sincerarles en vuestro concepto , luego deven llam arse impios tantos padres sus semejantes^que se estremecen al solo nombre de Claustro, intentandole arrancar à D ios la presa de las manos j i disputandole un derecho incontestable sobre hijos únicos ò tierna* mente amados. Y o os fio el acierto de la decisión. P or lo que mira a lo s de Thom as estoi persuadido no huvieran atravesado sus designios si huvieran sido de fijarse e a un estado que le facilitase el manejar C ortes^ regir Pueblos i decidir soberanamente de la fortuna de los hombres j pero dichosamente el Instituto de D om ingo em- pezava y a à explicar su m aravilloso caracter de abstracción de mundo^ desprecio de lo terreno am or al retiro christiano he- roism o i desinterés : no se governava por otras maximas que las de la propria i age-
t a.
{ iS ) ^na santificación bien de las aimas j utilidad del estado i de la Iglesia : maximas tan distantes de las de los Condes de Aqui- no , quanto dista la prudencia celestial de la prudencia de la carne i la politica del Cielo de aquella del mundo que y a reprendía en sus tiempos San G regorio , (g)
Por eso y o no estraño y a , Señores mios. j que al tiempo que el Joven T h omas vive en el Claustro todo ocupado i embevido en proyectos i practicas de san- tificacion^ en religarse, ó añadir al cingulo de su castidad los preciosos esmaltes de un voto solemne en recoger los dulces frutos de aquella paz i serenidad que inspira una conciencia pura i vida imaculada , se este formando sin pensarlo él, i contra el, en su misma casa una horrorosa tempestad, que bien presto se desahogará en truenos de am enazas, vibrará rayos de ultra- ges , abortará , en una palabra , infernales furias : se oponen demasiado la suave aura
de
_ * ( ip ) #de la gracia que sopla de parte de T h o mas y i el furioso aquilon de la mundana gloria que agita à los suyos para tardar à romper la preñada nube sino el tiempo que tarde él à dejarse ver en descubierto. Figuranlc viajando azia París à causa de sus estudios ; pero dejad que imitando y o antes la sagrada fantasia del Profeta Am ós (h) me represente un Joven que sorprendido improvisamente de la noche en un espeso bosque si acá huye del Leon que ruge allá le espanta el Oso voraz i que buscando el asilo de unos desmoronados edificios j al tentar con la manólas ruinas para apoyarse siente desenroscarse una C ulebra, que le muerde i penetra de amargura el corazon. Pobre Joven í pobre Jo ven ! Mas à qué proposito^ Señores mios^ expender inutilmente vuestra compasion en un lance puramente fantastico o imaginario > Pobre Thom as si , pobre T h omas a quien està reservada toda la reali
dad
(¿») Amos c. 5,
( 20 )dad del hecho ! D irija ¿ 1 su marcha por donde quiera es preciso dar en las emboscadas de armada gente j que de orden de su Madre espia atentamente sus pasos, ocupa todos los tránsitos del camino , i haviendole efectivamente à las m an o s, le llena de improperios , le colm a de vio lencias, le despoja de aquel santo Habito que form a su proceso , i . le encierra en un Castillo com o pudiera hacerse con un publico malhechor. Este , este si que es un espectáculo bien estraño , bien real, i bien doloroso : ver Thom as conspirados en su ruina sus mismos hermanos o los mismos hijos de su Madre para valerme de la expresión de la Esposa : (i) tener una Madre infelizmente deslumbrada de un amor carnal , è indiscreto , que no contenta de averie concebido en pecado to m o las otras madres > pone en uso los mas sutiles artificios para airruinar su angelico pudor : haver de estar à la prueba
de
(z) Cantic. I.
( a i )
de sus tiernas lagrimas i caricias , de las animadas persuasiones de sus hermanas, de la interceptación del trato con sus R eligiosos , i de todos los egercicios de piedad. Poco es e sto , Señores mios ; hasta aqui los movim ientos de los suyos parecían atentar a su virginidad j pero era verisímil quisiesen marchitarla a expensas de su pureza ? Podía esperar Thom as en la fresca edad de diez i seis añ o s, en el hervor de la sangre , en la flor de la v ida verse obligado a avistarse en un lugar secreto con una m uger impura , a sufrir la indecencia de sus gestos , la profanidad de sus adornos , el torpe aparato de encantos ó hechizos tan perjudiciales a la inocencia ? Pero nada temáis. Señores, por lo que mira a la de Thom as ; podran sus enemigos fingir a su vista asaltos i batallas ; mas ah ! que el cordon de su castidad es impenetrable ! Sabe demasiado la diversidad de armas que deve jugar según la diversidad de los asaltos ! Sabe que hai una casta de demonios tan
D inv
( az ) #importunos que no bastarian y a para arrojarles la oracion i el ayuno : à un vil artificio una vil arma : un fuego crim inal deve rechazarse^ si im porta, con la actividad del fuego material : no basta la simplicidad de Palom a ) Pues baste, baste la prudencia de Serpiente. N o lo veis en Thom as ! N o veis, d igo, este Joven mansísimo que en calidad de un nuevo i mejo r Erostrato con un tizón en la mano va a prender fuego en aquel impuro templo de Diana para levantar sobre sus ruinas el templo de la castidad, que eternizara gloriosamente su memoria ? N o se ve precisada à bolver torpemente la espalda la m uger torpe , i declarada por todas partes la victoria por Thom as ?
I mientras se disponen los Angeles en el Cielo para celebrarla , y o observo , Señores mios , que Thom as acaba de con- traher la mas bella disposición para una ciencia inspirada i toda celestial. Esta no hace asiento dice S an -T iago , sino sobre un varón perfectamente ceñido j esto esj
ama-
# ( 23 ) am adoí de la castidad : Q ^ e desursum est sapientia primum pudica est. ( j) Q ueréis por tanto la medida compendiosa pero exacta de su ciencia ? la teneis en su pureza ò en su mismo candor. Pero y o acaso , Señores , me he empeñado en m ediros la longitud , latitud , i profundidad de la ciencia de Thom as ? N o : por el contrario , quando propuse hablaros de a- quel cingulo de m oderación i modestia conque supo el santamente estrecharla, os suponia informados de su vastísimo ingenio , de su entendimiento angelico u n iversal , que pudo unir en si los rayos de las lumbreras de primer orden , que le precedieron en el magisterio o en el tiem po. N o espereis pues oir de mi por aora los dignos elogios de aquella ciencia que narran los pueblos i generaciones , i que. a modo de rio caudaloso regocija con sus aguas la santa Ciudad de Dios^ N q
es de m i proposito contemplar este hom 'D % bre
(/) lac. c. 3.
( 24 ) ^bre A n g e l, en quanto después de aver caminado brevemente por la tierra sondeando todo el fondo de la naturaleza, sube sucesivamente por las gradas de sus conocimientos hasta el trono de D ios a declarar de conformidad con San Pedro, San Pablo , i Augustino los arcanos de la gracia i misterios de la revelación , recibiendo al parecer de mano de estos a* cteditados Maestros la llave de oro para abrir las Escrituras de ambos Testam entos : no le considero , digo , en quanto no hai en sus tiempos Gentil que no le tema , Heregc que no le huya , Catho- lico que no le consulte , Theologo que no le defiera , Sabio que no le admire: Oráculo de los Claustros , lustre de las Universidades , pasmo del M undo. Nada de esto. M i intento es principalmente ver descender este Angel desde el alto punto de su reputación hasta la Ínfima grada del proprio conocimiento i desprecio : en una palabra , quisiera daros en Thom as el retrato de un Sabio ceñido , que es
de-
# ( a5 )d ecir, de un verdadero Sabio. Porque sin las sombras de la moderación serla , Señores , otra cosa un tal re tra to , que un borron monstruoso é intolerable í Sin el cingulo de la humildad no es preciso afee a un Sabio su misma ciencia hinchándole enormemente ? Sea luz la ciencia; si la separals de la modestia no se eclipsara desde luego , o se evaporara en vanísimos h u m o s) Pues veis ai lo que mas realza en mi concepto la de T hom as: que semejante a Moisés solo él no la aperciba, quando todo el Pueblo admira su esplendor : que en una edad naturalmente orgullosa i ambiciosa de gloria sea tan ingenioso en ocultar sus raros talentos , tan perezoso en discurrir , tan tardo en preguntar, tan lento en responder , qué sufra ser llamado por sus Con- discipulos el Buei mudo : que en lo sucesivo adquiera un absoluto predominio sobre todas las ciencias humanas i divinas y pero m ayor predominio sobre las vulgares pasiones de otros Literatos. S13
le-
( 2Ó )lejos de Thom as aquel espíritu de novedad, regularmente profana en materia de revelación , è infelizmente fecunda de famosos naufragios en todos los siglos : lejos de Thom as aquel genio abultador i ostentador de erudición , que no ama sino producirse oportuna o importunamente : lejos, de Thom as aquellos argumentos de embidia theologica , conque à falta de razones se marca a Doctores ca- tholicos con la nota de heregia : lejos de Thom as aquella acrimonia i mordacidad en escriv ir, mas propria para denigrar las personas , que para refutar los pretendidos errores. P or el contrario , talento el mas capaz de inventar se ciñe modestamente à decir lo que digeron los Santos P P . antes de el , m ira com o adultero quanto viene después , i pone su gloria en marchar por un camino trillado si, pero unicamente seguro : tenaz rebajador de su ciencia sublime i casi angelica es- crive aquella imortal Suma Theologica en que los m ayores Sabios hallarán dos m il
seis-
* ( 27 ) seiscientos clnquenta i quatto m ilagros en otros tantos artículos j í à oírle à ¿1 su obra no es à proposito sino para instruir à meros principiantes , ad eruditionem in^ cipientium. Jam as sabio ha sido mas feliz en rebatir à sus contrarios i notar sus extravíos ; pero siempre sin prevenir el juicio de la I g le s ia , .ò usurparisus derechos : i por decirlo de una vez , si la imensíd'ad de escritos que ¿orriefon de su pluma levantan un templo gloriosísim o à la verdad , à la Religion , à la Fè , todavia es com o en el de Salomon sin emplearse jamas la aspereza del hierro , i sin sentirse ni un solo golpe de m artillo. I veis , Señores , lo que y o llam o ceiiirse en Thom as : negarse prim ero à las licencias de la carne por medio de una angelica castidad , i despues à las del ingenio por medio de una constante moderación. I os parece este un vulgar elogio ì Ah ! me obligaríais à caracterizarle i contraher- le , pero bien à costa de tantos impuros entre menores peligros , sobervios e in
su-
( 28 ) sufribles entre la mediocridad de sus talentos. Mas no , nos engolfaríamos demasiado. Que mas prueba, Señores , de la preciosidad del cingulo de castidad i m odestia de Thom as que aquel gran D ios que le ciño en premio de privilegios de honor i de gloria ? alius te cinget , cet* lo que vam os à ver en la
SEGUNDA PARTE.
Ero el famoso triunfo de la castidad de Thom as , si es un espectáculo bien digno de los ojos de
D ios i de los Angeles , y o no sé puedan ofrecerle hombres que no sean igualmente Angeles : porque que hombres me daréis bastantemente fuertes para estar à la vista de unos encuentros tan peligrosos ? Un Jo b que no tiene quien se le asemeje só b re la tierra ? Pero no le ois que inferior en su concepto à tal casta de com bates pacta con sus ojos un divorcio eterno de semejantes scenas ? U n D avid cor
ta-
tado à medida del divino corazon ? S i, si que es un Joven bastantemente intrepido para luchar à brazo partido con las fieras silvestres , i arrancarles la presa de la boca ; pero el mismo queda infeliz presa de sus ojos , en el punto que les fija incautamente en Bersabeé. U n Salomon ? sea quanto quiera glorioso su reinado j no carecerá jamas del feo lunar de averse vilmente prostituido à las estrangeras. Un Sansón el mas fuerte de los hombres ) Ah¡ podra ¿1 desquijarrar leones , quebrantar grillos, desquiciar puertas, ahuyentar eger- citos , arrollar edificios ; pero podra una D alila detener el curso de sus glorias , llenarle de una eterna confusion , i hacerle pagar con la privación de los ojos i de la libertad , la demasiada que les avia concedido. N o nos cansemos en vano , Señores mios : un Thom as de Aquino lo podra todo en aquel Señor que le ciño de virtud para la b ata lla , i puso su camino imaculado. Este hombre Angel que de hoi mas, va à ser por gracia i singular privilegio^ lo
E que
3 0 ) *que aquellos espíritus por naturaleza : elevado, com o de ellos escrive M , G . Angustino , al dichoso grado de una constante perseverancia, en premio de averse sostenido sobre un borde resbaladizo de que tantos se despeñaron. V osotros pues Angeles que aveís visto i admirado sin riesgo los gloriosos combates de Thom as,es bien descendais de los Cíelos à ceñirle los lom os con aquel cingulo tegído sobre las esferas, i a ofrecerle de parte de su D ios el don preciosísimo de una pureza incontrastable. Am arrad, sí asi puede decirse, este sagrado Ulises al florido árbol de su castidad, para que las Sirenas del mundo no retarden su curso por el oceano de las ciencias.
I si asi fue efectivamente , Señores^ que dicha la de Thom as ! que excelsa prerogativa ! qué honrosísimo privilegio ! verse ceñir Thom as de dos Angeles arrebatado en sublime contemplación , i sentirse al bajar de ella esento en adelante de los funestos ardores de una concupiscencia rebelde : convertírsele á Thom as
en
* ( 30 *en campo de azucenas aquella m ortal vida, que no es sino un campo de batalla jamas interrumpida hasta la muerte : quedar constituido por el D ios de los Egerci- tos Soldado distinguido de sus M ilicias, sin estar, digám oslo a s i , sugeto a las cargas ordinarias, i de algún m odo infames : sentirse crear por los Angeles un Cielo nuevo , un Firmamento cuyas luces quedan fuera de la jurisdicion de los vapores de una carne corrom pida. Ah ¡ Quién podra gloriarse en el Señor de un m odo semejante al de Thom as 5 et quis potest simh liter sic gloriari tih 't \ (k) L a verdad es que no fue tan dichoso San P ab lo , aun despues de arrebatado al tercer cielo ó en cuerpo , ó en espiritu , ó sabe D ios com o. N o , Señores, no ; él adquirió sin duda sublimes conocimientos en este rapto , bevio la luz en su misma fuente , o y ó arcanos que ni él , ni otro hom bre saben explicar. M as qué ) Os parece que al bajar del Cie-
E a lo
* ( 32 ) *’Io tan rico de tesoros no se resintió aquella tierra, aquel barro frágil en que les custodia j hasta hacerle decir : habemus the- saurum in vasis Jictilibus ì (1) Y o me figuro que puesto en medio de Pablo i de T h omas , estoi oyendo i notando al mismo tiempo la diversidad de sus sentimientos en este particular. Escucho à Pablo , i entiendo que entre la multitud de sus revelaciones se le ha dado por escolta contra la sobervia el importuno estimulo de la carne , un Angel de Satanás que le abofetea sin cesarci le obliga à ir con la cara por tierra de vergüenza. Escucho á Thom as dispuesto à entrar à la parte en la profun*^ didad de estas mismas revelaciones , i me hace saber, estar asistido no de uno. sino de dos Angeles del C ie lo , que colmandole de obsequios le indultan de mas a mas de la pension ignominiosa de semejantes estímulos. Pablo les llama lastre , antídoto contra un orgullo secreto, que pudiera le-
van-
(/) 3. Corint, c, 4.
* ( 33 ) * yantarse , i turbar la posesion de una ciencia mas que humana. Thom as muestra su p riv ileg io , que le conduce sin peligro por el pais vastisimo de una ciencia mas inspirada que adquirida. Infeliz de m i, conclu* y e Pablo quién me librará del cuerpo de esta muertei Feliz de m i, puede decir T h om as, por lo que à mi toca,dónde esta muerte tu victoria ? Donde , donde 6 muerte^ tu aguijón ?
Pero degemos à P a b lo , Señores m ios, que él saldrá con crédito de sus combates al favor de la divina gracia j sufjicit t 'thi gra tia mea (m) , i admiremos en Thom as el raro privilegio de no ser combatido : reconozcam os aquel cingulo conque le han ceñido los Angeles, com o un blason imor- tal conque le ha honrado su D ios , pero blason no esteril,com o aquellos conque se declaran bien servidos los Principes de la tierra , o com o los que distinguían entre los Rom anos los valerosos Soldados, sino fecundo de una paz inalterable que le fran-
quéa
(w) a. ad Corint. c. 1 2.
♦_( 34 ) * .
quca el com ercio mas ventajoso con lascieaciasjsin temer y a enemigos que le perturben : porque que Thom as no conozca sus ventajas^que mire con horror los aplausos à que es digno acreedor, que ciña i oculte sus resplandores con el velo de la hum ildad, y a no es del caso sino para contribuir à la m ayor gloria i credito de su nom bre. Si ; à este ceñirse de Thom as, cingebas te, devia succeder otro cingulo de gloria , esto es , otra medida de su m erito, que le afirmase en los justísimos tim bres, ocultos a los ojos de su modestia i moderación , alius te ciñget, et ducet quo tu non v is. I que m ayor gloria para el que verse ceñido qual otro Onias de la brillante corona de sus hermanos ? et circa illum corona fra tru m i (n) Y o iva à h ab lar. Señores, sin advertir que no soi efectivamente para ello , de la esclarecida Religion de Domin- go,que hallando sfempre en su amado T h o mas que im itar i que aprender, ha poblado en todos tiempos no sé si mas de S ^ >
bios
(w) Eccles. 50.
* ( 35 ) =*" bios el mundo ö de Santos el Cielo : deaquella Religion que aguerrida en la Escuela de Thom as se ha hecho siempre tan preciosa a la Iglesia com o formidable a los enemigos de la pureza de su m oral i de su Fe : de aquella Religion que a expensas de la doctrina de Thom as ha dado insignes Profesores a las Universidades^ Escritores imortales a las Bibliothecas zelo- sos Catequistas i fervorosos Predicadores a ambos Mundos profundos Theologos a los Concilios, santos Prelados a las Ig lesias particulares , i verdaderamente santísimos a la Universal. P o rq u é^ yerro y o acaso , Señores , quando atribuyo los progresos de esta Religión a la incomparable doctrina de Thom as ? Despues del aprecio que han hecho de ella los Pontífices que la han canonizado en sus D ecretos, los C oncilios especialmente T riden tíno , que la ha insertado en sus Cañones, las mas famosas Universidades que la han prescrito en sus ilic io n es, tantas Religiones esclarecidas que hacen honor de sostenerla , i hasta los Cri-
ti-
‘ # ( 3 Ó ) *ticos mas severos que no hallan sino que admirar , qué elogio podra darsele que ni aun se roze de lejos con la lisonja ? Sera menester haga y o hablar à M . G . Augustino que le llama semejante à si en la ciencia , al Seráfico Francisco de Asis que llam a indefectible su doctrina, al mismo J . C . que la llam a san a, esenta de error desde la Cathedra de la Cruz.
D e aqui ; Señores, y o pienso que por disposición de este Señor empeñado en exaltar à los humildeSj se ha form ado del cin- guio de Thom as com o un Estandarte bajo que militan dichosamente los verdaderos amadores de la castidad i sabiduría. Por lo que roca à aquella dispensadme de entrar en la enumeración de tantos, que con los cingulos que ciñeron en honor del Angelico de Thom as,triunfaron gloriosam ente del mas temible entre los enemigos , i conservaron hasta la muerte la mas amable entre las joyas. V irtud prodigiosa que atestiguada por los V icarios de J .C . i zelo- sos Pastores de su Grei Ies ha obligado à
derra-
37 .) !*=derramar sobre las milicias angélicas de nuestro Angel los tesoros del V aticano, enriqueciéndolas a manos llenas , i aprobándolas en todo el Orbe Catholico donde se hallan erigidas. I cóm o faltaria. Señores, la preciosa piedra de semejante m ilicia en la diadema de este Convento , donde brillan tantas para nuestro consuelo , egemplo , i admiración ? Por lo que es de la ciencia, quién,Señores m ios, no sigue y a las vande- ras de Thomas? Sin atenernos a una gram atical denominación , quien no tendria por oprobrio el descartarse francamente de su doctrina? Violéntese ella a las veces, i arrástrese por algunos a privados sentimientos, a quienes se oponen seguramente si se resienten de novedad j aun estos conatos, com o se quiera vanos, no son otros tantos argum entos de veneración i de respeto?
I quando en las milicias de Thon^ias no devan contarse aquellos aventureros que se arrojan temerariamente al fuego de la imaginación propria, por los verdaderos Theo- lo£|;os que se apoyan constantemente en la
F Es-
* í 5« ) *Escritura í Tradición podemos decir sin recelo , que todo el mundo generalmente va en pos de el : m m dus totus post eum ah 'tiu (o) I entre tan to , Jovenes devotísim os, no se complacerá Thom as desde el Cielo de veros hacer coro con lo mas escogido de la tierra? N o os mirará desde alia con benignos ojos repitiendo las palabras del Salvad o r , dejad que entre tantos se llegue à mi especialmente esta estudiosa! floridajuven- tud , sinite párvulos ventre ad me > (p) I os conoceria ¿ 1 por sus Discípulos, por sus se- quaces à menos que con esta condicion de párvulos? Ella pues-os intima la obligación de ceñiros con el cingulo de la pureza, del candor, de la inocencia, que os hará semejantes à aquel Thom as, en quien florecio el lirio virginal entre las espinas de las mas fuertes tentacionesj ella os quiere indispen^ sablemente humildes , modestos , moderados,© renunciar al magisterio de aquel T h o mas ,en quien es un problem a si fue m ayorla ciencia ó la m odcracion.Porque à la ver
dad
(o) lohan. 12, {p) Marc. 10.
# ( ) * _
dad y o no os digo , sed semejantes a este universal Maestro del mundo , obligad a bajar Angeles del Cielo_,que ciñan vuestros lom os j i os preserven de una lei sediciosa de que no pudo eximirse el mismo Pablo: n o ; pero podre exigir justamente de vosotros la imitación del Joven Thom as , cuya castidad cuenta tantos trofeos^quantos fueron los enemigos que intentaron com batirla. La dura lei de sus miembros^enemigo domestico i com ún; tantos otros exteriores en el esplendor de la sangre , en la contra- dicion de su casaren la difícil alternativa de violencia i caricias de los suyosjlas ternuras i lagrimas de una madre, que mas? el retrato m ism o,ó por m ejor decir,el original de la impureza presentado a sus ojos en una m uger torpe cierran todos nuestros pretex- tos,pues podemos ser puros a menos costa. Su humildad en hablar i sentir de si mismo^ su modestia en refutar los contrarios sentim ientos, su moderación en.medio de una ciencia, que pasmara los siglos,haria ciertamente ridicula sobre criminal nuestra so-
ber-
( 40 )bervia. Quando todos pues à despecho de la aplicación no pudieseis ser Sabios, com o lo fue este Angelico D octor : quando no fueseis de aquella casta de Discipulos que, com o dice San Vicente Ferrer , pueden de pronto soltar toda duda, i resolver toda dificultad, importaría mui poco; con tal que seáis castos, con tal que seáis humildes aveis hallado el secreto de ser verdaderamente felices. N o la mera ciencia, no la universalidad de los conocim ientos,no la extension de luces,condujo à Thom as à aquella eterna felicidad, á aquellos premios imortales. Sus virtudes , i entre ellas la castidad i la modestia conque supo ceñirse i estrecharse, cingebas /^,le levanto sucesivamente al honor de ceñido por los Angeles, a lim te cinget , al primer credito entre los hom bres, et ducet quo tu non v i s , i en una palabra, à la gloria de su D ios que deseo por toda recompensa , non aliam Domine nisi te ip- sUm , i que y o os deseo à todos.
En N . del P. dei H. ¡ del E . S,
Imprimase. Imprimase,D r. Adsll V. G . Enlate*
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