D051210 Berlin esquina a Goya 1

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94 Los sábados de ABC SÁBADO 10/12/2005 ABC Berlín ha hecho siem- pre esquina con la noche en la plaza de Nollendorf y adya- centes callejones de luz sesga- da. Pero tras la brillante inau- guración del Goya, parece que incluso en esta capital infor- mal la noche vuelve a ser un ejercicio sofisticado, en la es- tela de aquel Berlín weimaria- no, ajeno a la crisis mundial y el auge del nazismo, que enlo- quecía en este mismo local por escuchar a los prodigiosos Comedian Harmonists, cuya ironía y velocidad vocal im- presionarían hoy a un rapero, sobre todo si tuviera que decli- nar en alemán. El III Reich deshizo a los Harmonists —la mitad ju- díos— como aniquiló para el resto del siglo aquellos breves años en que Berlín fue la capi- tal del mundo que narró Is- herwood, al menos la más fe- bril e histriónica, con la mejor ciencia pero también los mejo- res cabarets y canciones como «Veronika, der Lenz ist da», «Blauer Engel» y «Falling In Love Again». «Berlín vuelve a salir de no- che» es ahora el lema y com- promiso del nuevo club «Go- ya», que aspira a figurar en la agenda del ancho mundo jun- to a La Perle de París o el Hea- ven de Londres. El Goya abre sus puertas en el que fue tea- tro «am Nollendorfplatz», en el picante y cabaretero barrio de Marlene Dietrich, local di- rigido en tiempos por Erwin Piscator y que luego fue el Me- tropol de los 70, donde actua- ron David Bowie e Iggy Pop, y finalmente un decadente case- ron abandonado en la prisa de la reunificación. Tirar el champán Es justo aclarar que la noche berlinesa ha seguido siendo notoria por marcar el espíritu de su tiempo, ese «Zeitgeist» que dicen, como cuna del tec- no alemán, refugio de la sub- cultura de los 80, del cyber- punk y la electrónica a princi- pios de los 90, finalmente jo- ven república «cool» y bohe- mia de los 2000. Pero la coincidente crisis económica había restado gla- mour a esta deshinibida capi- tal cultural que evita cuidosa- mente creer que lo es de nada. La noche sorteó la crisis ce- diendo a la frugal moda de plantarse en tal o cual club ile- gal «ultra fashion», colándose en un edificio en obras con po- sible intervención policial: Lo contrario al «bling, bling» ex- travagante y gangsteril de otras capitales. Berlín carecía de un sito donde sacar 500 euros y encargar que corriera el champán. Prueba inusual de la estre- chez es que el Goya, un ambi- cioso empeño del conocido noctámbulo local Peter Glüc- kstein, ha invitado a sus futu- ros clientes a convertirse en accionistas, y 2.500 han com- prado paquetes a partir de 4.000 euros. Cuatro años de trabajos y 11 millones ha cos- tado reconvertir el Metropol, edificio guillermino de 1906, diseñado por Albert Fröhlich y ahora transformado por el renombrado Hans Kollhoff. El resultado emana un chic frío: entre el purismo zen, en ele- gante blanquinegro, y el ba- rroco de las 12 columnas y 13 Berlín: la noche se llama Goya POR RAMIRO VILLAPADIERNA CORRESPONSAL EN BERLÍN Una cena con sabor africano Las noches de Berlín aspiran a recuperar un pulso perdido. El local más importante y ambicioso acaba de abrirse. Lleva el nombre de Goya y acoge un bar de pinchos, un «txoko» y un restaurante de cocina moderna vasca A veces nos pregun- tamos qué hacen los africa- nos para cuidar de sí mis- mos. Sabemos que necesitan ayuda de forma ineludible, pero las noticias que llegan de aquel continente suelen ser tan malas siempre, que nos invade la tentación de ti- rar la toalla o de reprochar a los africanos —sobre todo a los pueblos del área negra— sus propias dificultades. Y es que una de las cosas peo- res que le sucede a África es que el torrente de datos nega- tivos ahoga los éxitos, los es- fuerzos y las esperanzas de quienes pelean por cambiar los acontecimientos. ¿Que qué hacen los africa- nos para cuidar de sí mis- mos? Lo que pueden, aunque las circunstancias políticas no suelen favorecerles. Pero cuando encuentran una sali- da la aprovechan como po- cos. Un ejemplo es el de la Fundación Africana para la Medicina y la investigación, más conocida como AMREF Flying Doctors. Se trata de una ONG, pero no es otra ge- nerosa y esforzada ONG «blanca» y occidental, sino con sede en África (Nairobi, Kenia) y gestionada por los propios africanos. Creada en 1957 por profe- sionales de la medicina, es la principal ONG sanitaria sin ánimo de lucro, aconfesio- nal y apolítica que opera en el continente. Cuenta con ofi- cinas permanentes en Etio- pía, Tanzania, Uganda y Su- dáfrica, además de Kenia. Sus 600 profesionales, en un 95 por ciento de los casos afri- canos, combaten el SIDA, que es el azote más atroz y espectacular, pero no el úni- co —ahí están la tuberculo- sis y la malaria—. Otro cam- po de trabajo es el de la pre- vención y las condiciones hi- drosanitarias. AMREF forma profesiona- les de la salud, y ha creado un laboratorio sobre las en- fermedades más característi- cas africanas, de referencia para los países del área. El apellido «flying doctors», o médicos voladores, se lo ha ganado la ONG con el servi- cio aereo que transporta pro- fesionales, quirófanos y me- dicamentos a zonas de difícil acceso. En España cuentan con de- legaciones y asociados que conocen el trabajo de la AMREF. Pero necesitan más: más asociados y más dinero. A corto plazo, para un programa de atención a adolescentes y enfermos de SIDA de los barrios margina- les de Addis Abeba , en Etio- pía. Y para lograrlo han or- ganizado el próximo 13 de di- ciembre, a las 21.00 horas una cena-cóctel en el restau- rante Arola del Museo Nacio- nal Centro de Arte Reina So- fía. La cena la servirá Sergi Arola, con fondo de música africana. La entrada es de 100 euros. AMREF. Pío XII, 57. 28016 Madrid. Tel: 913430211, amref@fundacionamref. org Los «médicos voladores» no son un grupo de trapecistas, sino una ONG de africanos y para africanos que funciona con gran eficacia PROPUESTAS Y LUGARES La organización desarrolla 130 proyectos sanitarios anuales, por un valor cercano a los 25 millones de euros El «Goya» está pensado para disfrutar con la música, la decoración algo fría, y la cocina vasca

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trapecistas, sino una ONG de africanos y para africanos que funciona con gran eficacia Los «médicos voladores» no son un grupo de 94 Los sábados de ABC Es justo aclarar que la noche berlinesa ha seguido siendo notoria por marcar el espíritu de su tiempo, ese «Zeitgeist» que dicen, como cuna del tec- no alemán, refugio de la sub- cultura de los 80, del cyber- punk y la electrónica a princi- pios de los 90, finalmente jo- ven república «cool» y bohe- mia de los 2000.

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94 Los sábados de ABC

SÁBADO 10/12/2005 ABC

Berlín ha hecho siem-pre esquina con la noche en laplaza de Nollendorf y adya-centes callejones de luz sesga-da. Pero tras la brillante inau-guración del Goya, parece queincluso en esta capital infor-mal la noche vuelve a ser unejercicio sofisticado, en la es-tela de aquel Berlín weimaria-no, ajeno a la crisis mundial yel auge del nazismo, que enlo-quecía en este mismo localpor escuchar a los prodigiososComedian Harmonists, cuyaironía y velocidad vocal im-presionarían hoy a un rapero,sobre todo si tuviera que decli-nar en alemán.

El III Reich deshizo a losHarmonists —la mitad ju-díos— como aniquiló para elresto del siglo aquellos brevesaños en que Berlín fue la capi-tal del mundo que narró Is-herwood, al menos la más fe-bril e histriónica, con la mejorciencia pero también los mejo-res cabarets y canciones como«Veronika, der Lenz ist da»,«Blauer Engel» y «Falling InLove Again».

«Berlín vuelve a salir de no-che» es ahora el lema y com-promiso del nuevo club «Go-ya», que aspira a figurar en la

agenda del ancho mundo jun-to a La Perle de París o el Hea-ven de Londres. El Goya abresus puertas en el que fue tea-tro «am Nollendorfplatz», enel picante y cabaretero barriode Marlene Dietrich, local di-rigido en tiempos por ErwinPiscator y que luego fue el Me-tropol de los 70, donde actua-ron David Bowie e Iggy Pop, yfinalmente un decadente case-ron abandonado en la prisa dela reunificación.

Tirar el champánEs justo aclarar que la nocheberlinesa ha seguido siendonotoria por marcar el espíritude su tiempo, ese «Zeitgeist»que dicen, como cuna del tec-no alemán, refugio de la sub-cultura de los 80, del cyber-punk y la electrónica a princi-pios de los 90, finalmente jo-ven república «cool» y bohe-mia de los 2000.

Pero la coincidente crisiseconómica había restado gla-mour a esta deshinibida capi-tal cultural que evita cuidosa-mente creer que lo es de nada.La noche sorteó la crisis ce-diendo a la frugal moda deplantarse en tal o cual club ile-gal «ultra fashion», colándoseen un edificio en obras con po-sible intervención policial: Locontrario al «bling, bling» ex-travagante y gangsteril deotras capitales. Berlín carecíade un sito donde sacar 500euros y encargar que corrierael champán.

Prueba inusual de la estre-chez es que el Goya, un ambi-cioso empeño del conocidonoctámbulo local Peter Glüc-kstein, ha invitado a sus futu-ros clientes a convertirse enaccionistas, y 2.500 han com-prado paquetes a partir de4.000 euros. Cuatro años detrabajos y 11 millones ha cos-tado reconvertir el Metropol,edificio guillermino de 1906,diseñado por Albert Fröhlichy ahora transformado por elrenombrado Hans Kollhoff. Elresultado emana un chic frío:entre el purismo zen, en ele-gante blanquinegro, y el ba-rroco de las 12 columnas y 13

Berlín: la nochese llama Goya

POR RAMIRO VILLAPADIERNA CORRESPONSAL EN BERLÍN

Una cena consabor africano

Las noches de Berlín aspiran a recuperar un pulso perdido. El local más

importante y ambicioso acaba de abrirse. Lleva el nombre de Goya y acoge

un bar de pinchos, un «txoko» y un restaurante de cocina moderna vasca

Aveces nos pregun-tamos qué hacen los africa-nos para cuidar de sí mis-mos. Sabemos que necesitanayuda de forma ineludible,pero las noticias que llegande aquel continente suelenser tan malas siempre, quenos invade la tentación de ti-rar la toalla o de reprochar alos africanos —sobre todo alos pueblos del área negra—sus propias dificultades. Yes que una de las cosas peo-res que le sucede a África esque el torrente de datos nega-tivos ahoga los éxitos, los es-fuerzos y las esperanzas dequienes pelean por cambiarlos acontecimientos.

¿Que qué hacen los africa-nos para cuidar de sí mis-mos? Lo que pueden, aunquelas circunstancias políticasno suelen favorecerles. Perocuando encuentran una sali-da la aprovechan como po-cos. Un ejemplo es el de laFundación Africana para laMedicina y la investigación,más conocida como AMREFFlying Doctors. Se trata deuna ONG, pero no es otra ge-nerosa y esforzada ONG«blanca» y occidental, sinocon sede en África (Nairobi,Kenia) y gestionada por lospropios africanos.

Creada en 1957 por profe-sionales de la medicina, es laprincipal ONG sanitaria sinánimo de lucro, aconfesio-nal y apolítica que opera enel continente. Cuenta con ofi-cinas permanentes en Etio-pía, Tanzania, Uganda y Su-dáfrica, además de Kenia.

Sus 600 profesionales, en un95 por ciento de los casos afri-canos, combaten el SIDA,que es el azote más atroz yespectacular, pero no el úni-co —ahí están la tuberculo-sis y la malaria—. Otro cam-po de trabajo es el de la pre-vención y las condiciones hi-drosanitarias.

AMREF forma profesiona-les de la salud, y ha creadoun laboratorio sobre las en-fermedades más característi-cas africanas, de referenciapara los países del área. Elapellido «flying doctors», omédicos voladores, se lo haganado la ONG con el servi-cio aereo que transporta pro-fesionales, quirófanos y me-dicamentos a zonas de difícilacceso.

En España cuentan con de-legaciones y asociados queconocen el trabajo de laAMREF. Pero necesitanmás: más asociados y másdinero. A corto plazo, paraun programa de atención aadolescentes y enfermos deSIDA de los barrios margina-les de Addis Abeba , en Etio-pía. Y para lograrlo han or-ganizado el próximo 13 de di-ciembre, a las 21.00 horasuna cena-cóctel en el restau-rante Arola del Museo Nacio-nal Centro de Arte Reina So-fía. La cena la servirá SergiArola, con fondo de músicaafricana. La entrada es de100 euros.AMREF. Pío XII, 57. 28016Madrid. Tel: 913430211,[email protected]

Los «médicos voladores» no son un grupo de

trapecistas, sino una ONG de africanos y

para africanos que funciona con gran eficacia

PROPUESTAS Y LUGARES

La organización desarrolla 130 proyectos sanitarios anuales, porun valor cercano a los 25 millones de euros

El «Goya» está pensado para disfrutar con la música, la decoración algo fría, y la cocina vasca