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Heraldo de Aragón l Miércoles 1 de marzo de 2017 l 47 CULTURA & OCIO REPORTAJE U na de las grandes misio- nes de los que conoce- mos el diccionario de María Moliner es transmitir a la juventud que el lenguaje no se li- mita a saber lo que significa una palabra, sino conocer todos los usos que puedes hacer de ella y cuántas se pueden utilizar para ex- presar una misma idea. Lo que no se imaginan es que detrás de cada término que describe esta lexicó- grafa hay un universo que es el que necesitan para desarrollar su ca- pacidad de expresarse». Este es el mensaje que lanza la directora edi- torial de RBA Libros, Luisa Gutié- rrez, cuando se cumplen 50 años de la obra capital de la filóloga na- cida en Paniza, ‘Diccionario de uso del español’ (DUE), y Gredos pu- blica su cuarta edición revisada y modernizada. En unos tiempos en los que la consulta de enciclopedias y dic- cionarios ha caído en picado con la extensión del uso de internet, el DUE resiste y mantiene su vi- gencia y prestigio entre «aquellos que utilizamos la palabra como instrumento de nuestro trabajo», asegura Gutiérrez. Para escrito- res, filólogos, traductores, profe- sores de lengua castellana, co- rrectores, entre otros, sigue sien- do un glosario de cabecera. RBA Libros está estudiando po- pularizarlo con una edición digi- tal. La tercera actualización que se lanzó en 2007 se acompañó de La obra capital de María Moliner resiste medio si- glo después como volu- men de cabecera para profesionales, mientras la editorial RBA Libros estu- dia una versión digital El diccionario de los trabajadores de la palabra un cederrón, un formato que ac- tualmente la editorial considera «absurdo mantener». «El María Moliner es un diccionario enor- me y para hacer una edición ‘on- line’ o una aplicación, que sería lo deseable, hay que verlo muy bien –aduce Luisa Gutiérrez–. Dejar de hacer una edición con motivo de su 50 aniversario cuando ya esta- ba todo trabajado, para nosotros era inconcebible, no podemos es- perar a la viabilidad de una ver- sión digital». Más adelante, el se- llo se plantea lanzar una tirada abreviada y recuperar el diccio- nario de sinónimos y antónimos. ¿Su precio (99,95 euros los dos volúmenes) puede disuadir a los interesados? «Si se compara su precio con el de otros productos, creo que casi es un regalo, por- que es un diccionario de larga vi- gencia, la lengua cambia, pero el 90% o más de las palabras que usamos están ahí», contesta Luis Gutiérrez. ¿Será esta la última edición en papel? La respuesta se queda en el aire: «Todavía es pronto para decirlo, lo digital es- tá en fase de proyecto». Original pese a la competencia La catedrática de Lengua Espa- ñola de la Universidad de Zara- goza y una de las grandes exper- tas en María Moliner María An- tonia Martín Zorraquino defien- de que, aunque «hay una mayor competencia tanto por el núme- ro de diccionarios como por la consulta electrónica», el DUE conserva su «originalidad». «Mantiene mucha fraseología, palabras que son sinónimos y otras que pueden estar relaciona- das con la palabra que uno tiene delante –asegura–. Su extensión y el acopio de información lo si- guen haciendo hoy original». Una opinión que comparte la directora de la Biblioteca de Filo- sofía y Letras María Moliner de la Universidad de Zaragoza, Ma- tilde Cantín. Del uso que se hace de él pone como ejemplo que la edición de 1966 con que contaban «hemos tenido que expurgarla por lo deteriorada que estaba». Donde su popularidad está de capa caída es entre los estudian- tes de Secundaria, más fieles a la RAE, la Fundéu y Wikipedia. Frente a esta tendencia, los pro- fesores plantean a los chavales actividades y juegos para apren- der a manejar el DUE, mostrarles sus peculiaridades y acercarles a la figura de María Moliner. Un ejemplo. María Teresa Pérez, je- fa del departamento de Lengua Castellana y Literatura del insti- tuto Grande Covián de Zaragoza, lanzaba estos días desde su blog un reto en el que animaba a los alumnos a descubrir al persona- je que cuando le negaron un si- llón en la RAE, contestó con fina ironía: «¿Qué podía decir yo si en toda mi vida no he hecho más que coser calcetines?» SOLEDAD CAMPO OPINIÓN Víctor Juan* El refugio de las palabras Cuando uno se asoma a la vida de Ma- ría Moliner se tiene la impresión de que todo lo que le sucedió estaba pre- parando, de una manera u otra, su des- tino como diccionarista. María Moliner no hizo un diccionario porque un buen día tuviera una ocurrencia o un capri- cho. Cuando redactó la primera ficha de su ‘Diccionario de uso del español’, no sabía que estaba iniciando una obra monumental, descomunal para una sola persona. No era la primera vez que re- dactaba fichas sobre palabras. Desde 1916, cuando estudiaba el último curso de bachillerato en el Instituto General y Técnico de Zaragoza hasta que en 1921 concluyó la licenciatura en Historia, fue redactora y secretaria del Estudio de Filología de Aragón que dirigió Juan Moneva. Aunque no pudo cursar estu- dios de Filología, María Moliner amaba las palabras, las mimaba, las estudiaba y las clasificaba. Trabajó en archivos y bibliotecas. Le interesaron más las bi- bliotecas. Mantuvo frecuentes contac- tos con la Institución Libre de Ense- ñanza, colaboró con el Patronato de Misiones Pedagógicas, redactó planes para la creación de una red de bibliote- cas rurales. Ocupó algunos cargos cul- turales de relevancia durante la II Re- pública y la Guerra Civil. Luego sufrió la amargura de la depuración. Volvió al archivo de la Delegación de Hacienda en Valencia y en 1946 se trasladó a la Biblioteca de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid. Y buscó refu- gio en las palabras. Recuperó la pasión por redactar fichas, tal y como ya había hecho en su juventud para el Estudio de Filología de Aragón. Según confesa- ba doña María en abril de 1966, en la presentación del primer tomo de su diccionario, durante quince años traba- jó honradamente, sin descuidar nada. No hizo un diccionario normativo ni meramente descriptivo. Evitó los círcu- los viciosos en los que frecuentemente cae el diccionario de la Real Academia en sus definiciones. El cincuentenario del ‘Diccionario de uso del español’, quizá sea un buen momento para po- nerlo en red. Se facilitaría así su utiliza- ción. *Director del Museo Pedagógico de Aragón La Biblioteca Nacional de Espa- ña y la editorial Gredos (perte- neciente al Grupo RBA) home- najean hoy (19.00) en Madrid en la institución bibliotecaria a Ma- ría Moliner. Lo que tiene de par- ticular esta iniciativa es que, más allá de hablar sobre su vida y la importancia de su trabajo, se aborda su figura desde las artes escénicas. Por ello se proyecta- rán fragmentos de la ópera y el documental basados en su histo- ria. Entre los participantes se en- cuentran la realizadora Vicky Calavia (que ayer estrenó en Za- ragoza el filme ‘María Moliner. Tendiendo palabras’) y Pedro Chamizo, videoartista y produc- tor de la ópera. Durante el acto también tomarán la palabra Ana Santos, Mayte Pérez, Luisa Gu- tiérrez, Carme Riera, Antoni Pa- rera, Inmaculada de la Fuente y Antón Castro. HA Homenaje en la Biblioteca Nacional

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  • Heraldo de Aragón l Miércoles 1 de marzo de 2017 l 47

    CULTURA&OCIO

    REPORTAJE

    U na de las grandes misio-nes de los que conoce-mos el diccionario de María Moliner es transmitir a la juventud que el lenguaje no se li-mita a saber lo que significa una palabra, sino conocer todos los usos que puedes hacer de ella y cuántas se pueden utilizar para ex-presar una misma idea. Lo que no se imaginan es que detrás de cada término que describe esta lexicó-grafa hay un universo que es el que necesitan para desarrollar su ca-pacidad de expresarse». Este es el mensaje que lanza la directora edi-torial de RBA Libros, Luisa Gutié-rrez, cuando se cumplen 50 años de la obra capital de la filóloga na-cida en Paniza, ‘Diccionario de uso del español’ (DUE), y Gredos pu-blica su cuarta edición revisada y modernizada.

    En unos tiempos en los que la consulta de enciclopedias y dic-cionarios ha caído en picado con la extensión del uso de internet, el DUE resiste y mantiene su vi-gencia y prestigio entre «aquellos que utilizamos la palabra como instrumento de nuestro trabajo», asegura Gutiérrez. Para escrito-res, filólogos, traductores, profe-sores de lengua castellana, co-rrectores, entre otros, sigue sien-do un glosario de cabecera.

    RBA Libros está estudiando po-pularizarlo con una edición digi-tal. La tercera actualización que se lanzó en 2007 se acompañó de

    La obra capital de María Moliner resiste medio si-glo después como volu-men de cabecera para profesionales, mientras la editorial RBA Libros estu-dia una versión digital

    El diccionario de los trabajadores de la palabra

    un cederrón, un formato que ac-tualmente la editorial considera «absurdo mantener». «El María Moliner es un diccionario enor-me y para hacer una edición ‘on-line’ o una aplicación, que sería lo deseable, hay que verlo muy bien –aduce Luisa Gutiérrez–. Dejar de hacer una edición con motivo de su 50 aniversario cuando ya esta-ba todo trabajado, para nosotros era inconcebible, no podemos es-perar a la viabilidad de una ver-sión digital». Más adelante, el se-llo se plantea lanzar una tirada abreviada y recuperar el diccio-nario de sinónimos y antónimos.

    ¿Su precio (99,95 euros los dos volúmenes) puede disuadir a los

    interesados? «Si se compara su precio con el de otros productos, creo que casi es un regalo, por-que es un diccionario de larga vi-gencia, la lengua cambia, pero el 90% o más de las palabras que usamos están ahí», contesta Luis Gutiérrez. ¿Será esta la última edición en papel? La respuesta se queda en el aire: «Todavía es pronto para decirlo, lo digital es-tá en fase de proyecto».

    Original pese a la competencia La catedrática de Lengua Espa-ñola de la Universidad de Zara-goza y una de las grandes exper-tas en María Moliner María An-tonia Martín Zorraquino defien-de que, aunque «hay una mayor competencia tanto por el núme-ro de diccionarios como por la consulta electrónica», el DUE conserva su «originalidad». «Mantiene mucha fraseología, palabras que son sinónimos y otras que pueden estar relaciona-das con la palabra que uno tiene delante –asegura–. Su extensión y el acopio de información lo si-guen haciendo hoy original».

    Una opinión que comparte la directora de la Biblioteca de Filo-sofía y Letras María Moliner de la Universidad de Zaragoza, Ma-tilde Cantín. Del uso que se hace de él pone como ejemplo que la edición de 1966 con que contaban «hemos tenido que expurgarla por lo deteriorada que estaba».

    Donde su popularidad está de capa caída es entre los estudian-tes de Secundaria, más fieles a la RAE, la Fundéu y Wikipedia. Frente a esta tendencia, los pro-fesores plantean a los chavales actividades y juegos para apren-der a manejar el DUE, mostrarles sus peculiaridades y acercarles a la figura de María Moliner. Un ejemplo. María Teresa Pérez, je-fa del departamento de Lengua Castellana y Literatura del insti-tuto Grande Covián de Zaragoza, lanzaba estos días desde su blog un reto en el que animaba a los alumnos a descubrir al persona-je que cuando le negaron un si-llón en la RAE, contestó con fina ironía: «¿Qué podía decir yo si en toda mi vida no he hecho más que coser calcetines?»

    SOLEDAD CAMPO

    OPINIÓN Víctor Juan*

    El refugio de las palabrasCuando uno se asoma a la vida de Ma-ría Moliner se tiene la impresión de que todo lo que le sucedió estaba pre-parando, de una manera u otra, su des-tino como diccionarista. María Moliner no hizo un diccionario porque un buen día tuviera una ocurrencia o un capri-

    cho. Cuando redactó la primera ficha de su ‘Diccionario de uso del español’, no sabía que estaba iniciando una obra monumental, descomunal para una sola persona. No era la primera vez que re-dactaba fichas sobre palabras. Desde 1916, cuando estudiaba el último curso de bachillerato en el Instituto General y Técnico de Zaragoza hasta que en 1921 concluyó la licenciatura en Historia, fue redactora y secretaria del Estudio de Filología de Aragón que dirigió Juan Moneva. Aunque no pudo cursar estu-dios de Filología, María Moliner amaba las palabras, las mimaba, las estudiaba y las clasificaba. Trabajó en archivos y

    bibliotecas. Le interesaron más las bi-bliotecas. Mantuvo frecuentes contac-tos con la Institución Libre de Ense-ñanza, colaboró con el Patronato de Misiones Pedagógicas, redactó planes para la creación de una red de bibliote-cas rurales. Ocupó algunos cargos cul-turales de relevancia durante la II Re-pública y la Guerra Civil. Luego sufrió la amargura de la depuración. Volvió al archivo de la Delegación de Hacienda en Valencia y en 1946 se trasladó a la Biblioteca de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid. Y buscó refu-gio en las palabras. Recuperó la pasión por redactar fichas, tal y como ya había

    hecho en su juventud para el Estudio de Filología de Aragón. Según confesa-ba doña María en abril de 1966, en la presentación del primer tomo de su diccionario, durante quince años traba-jó honradamente, sin descuidar nada. No hizo un diccionario normativo ni meramente descriptivo. Evitó los círcu-los viciosos en los que frecuentemente cae el diccionario de la Real Academia en sus definiciones. El cincuentenario del ‘Diccionario de uso del español’, quizá sea un buen momento para po-nerlo en red. Se facilitaría así su utiliza-ción.

    *Director del Museo Pedagógico de Aragón

    La Biblioteca Nacional de Espa-ña y la editorial Gredos (perte-neciente al Grupo RBA) home-najean hoy (19.00) en Madrid en la institución bibliotecaria a Ma-ría Moliner. Lo que tiene de par-ticular esta iniciativa es que, más allá de hablar sobre su vida y la importancia de su trabajo, se aborda su figura desde las artes escénicas. Por ello se proyecta-rán fragmentos de la ópera y el documental basados en su histo-ria. Entre los participantes se en-cuentran la realizadora Vicky Calavia (que ayer estrenó en Za-ragoza el filme ‘María Moliner. Tendiendo palabras’) y Pedro Chamizo, videoartista y produc-tor de la ópera. Durante el acto también tomarán la palabra Ana Santos, Mayte Pérez, Luisa Gu-tiérrez, Carme Riera, Antoni Pa-rera, Inmaculada de la Fuente y Antón Castro. HA

    Homenaje en la Biblioteca Nacional