cultura e identidad desde la escuela
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…Seguiremos resistiendo,
Seguiremos soñando,
Seguiremos construyendo un mundo donde,
Todos los mundos sean posibles…
(Fundación Mundos Posibles)
La escuela es un escenario de encuentro para reconocer, recuperar, vivenciar,
resinificar, y por supuesto proyectar la identidad, y es desde aquí que se configura una
tarea que está perdida, ella tiene como misión valorar, potenciar proyectar el valor
ontológico de la perspectiva de los elementos autóctonos culturales, para que la
escuela no termine siendo una entidad autoritaria que destruye desde afuera, que
termine imponiendo un lenguaje, una cultura.
Es por eso que la razón de ser de la escuela es constituir en los seres humanos a que
se integren a la sociedad, la constitución de los seres humanos tiene un telón de fondo
que se llama cultura, teniendo unos elementos los cuales la escuela debe cuidar, no se
puede realizar el fin de la educación sin tener en cuenta los elementos de la cultura,
según el filosofo alemán Herder cada pueblo desarrolla de manera independiente y en
forma autónoma su propia cultura y ninguna ha sido, a través de la historia, la
continuación de la anterior. Cada una se desarrolla de manera independiente y con
propósitos diversos. Por eso cada una es insuperable y no puede ser juzgada con los
parámetros con los cuales se juzgan otras culturas, debido a que cada cultura lleva la
armonía de su propia perfección y por eso es imposible compararla con otras.
El maestro debe comprender el fin de la escuela, él como agente de la dinámica de la
constitución de los seres humanos, tiene que tener en cuenta la cultura, los elementos
de la cultura deben ser recreados de forma adecuada, coherente y sobre todo
pertinente, necesario y preciso, es así que los elementos de la cultura tienen que jugar
indudablemente primero conociendo el lenguaje, y sobre todo reconociendo los
lenguajes extraescolares en esa oposición entre lenguaje que existe en la escuela.
El lenguaje es un elemento de la cultura, el lenguaje del contexto, de la sociedad, de la
familia es diferente al lenguaje de la escuela que es más disciplinar, académico,
estandarizado, universal, por el contrario el lenguaje del niño es diferente ya que es un
lenguaje de la vida diaria, de la cultura, es allí donde se recrea los elementos culturales
donde se manifiesta los elementos de la cultura, el maestro reconoce que en el
lenguaje cotidiano de la comunidad, que por ahí circula experiencias de los elementos
naturales, manifestaciones, música, gastronomía, bailes, fiestas todo lo que tiene que
ver con la cultura que es ancestral, que tienen raíces con la historia de la comunidad.
La escuela debe hacer es reconocer ese lenguaje como medio de las manifestaciones y
expresiones como la literatura, danzas, música, bailes, afirmando la definición de
Nietzsche que “la cultura es ante todo la unidad de estilo artístico en todas las
manifestaciones vitales de un pueblo”. Ya que es la cultura una estrecha relación de
diálogo y complementariedad entre hombre y naturaleza buscando potenciar los
elementos de la cultura posibles de conocer a través de sus valores patrimoniales
o herencia sociocultural de las comunidades.
La cultura produce identidad, la cultura se manifiesta ante los ojos del otro como
identidad, porque es a través de la cultura que nos ven y sobre todo la cultura material,
vestido, lenguaje, expresiones, gastronomía, expresiones; y como elemento ontológico
y existencial, porque se dinamiza todo los elementos de lenguaje, la tradición, los
símbolos, la moral, la historia, cuando son aprendidos, vivenciados, en los seres
humanos se refleja ante los ojos como identidad, porque los elementos de los seres
humanos constituye, un ser humano es como es en virtud a su cultura, la tecnología, la
manera de ver las cosas, su actuar.
De esta manera la escuela junto con la comunidad tienen que ser autónomas con el
ánimo de garantizar la creatividad y la diversidad, encaminándose a la formación de
promotores y gestores culturales para que sean ellos los encargados de coordinar,
impulsar y estimular a los niños, a las comunidades y a los individuos para que sean
ellos mismos los que creen y recreen, buscando promover los elementos de
transformación que surgen dentro de una comunidad que forma su identidad cultural.
El esfuerzo se dirige a construir la vida humana y el desarrollo en la cultura, pues hoy el
desarrollo no puede ser pensado sino culturalmente, es así que el maestro debe
comprometerse y tenga la competencia pedagógica y potencial para que favorezca la
constitución de identidades, construyendo escenarios de encuentro para reconocer,
recuperar, vivencias, resinificar, y por supuesto proyectar la identidad, porque la cultura
es un espacio para evidenciar y proponer interpretaciones desde lenguajes y
tradiciones excluidos y declarados como menores, pero aun en los grades silencios, en
medio de tanto ruido, se permiten construir bellas formas elementales, riqueza humana
y no simplicidad
Se plantea un reto a los maestros, donde el maestro tiene su propia identidad pero tiene
que reconocer la de los estudiantes, teniendo la capacidad para darle un nombre a esa
identidad, porque la modernización, las comunicaciones del mundo globalizado le está
restando poder para nombrar las estructuras autóctonas, reivindicando las culturas
locales de la escuela. Convirtiéndose en animadores y promotores de cultura,
aportando herramientas de conocimiento y de educación para enriquecer la creatividad
cultural y las propias de las comunidades. Fortaleciendo la autonomía cultural de las
comunidades y buscar el necesario apoyo a la intermediación, que conlleva, a su vez, a
resaltar el valor pedagógico.
Es así que se propone un proyecto pedagógico para la recuperación, reconocimiento,
valoración y apropiación de elementos y tradiciones culturales e identitarias desde la
escuela, que se compromete con la realización de un planteamiento, a manera de
modelo u horizonte investigativo etnográfico y pedagógico, que sirva a los maestros de
cualquier localidad o comunidad para que desde la Escuela se pueda trabajar en la
recuperación y enseñanza, rescate y
recreación de tradiciones y expresiones
culturales de carácter regional y
nacional que justo en estos tiempos de
modernización se están perdiendo, en
virtud del apabullante peso de los
géneros populares y populacheros que
a través de los medios se imponen.
Teniendo en cuenta las necesidades
culturales formulando una estrategia
investigativa y pedagógica para el
rescate, conocimiento, pedagogización,
valoración y apropiación significativa de
manifestaciones y tradiciones culturales
autóctonas de la localidad, la región y la nación. Mostrar el rol de la Escuela en esta
misión, el papel y compromiso del maestro en esta tarea al igual que la comunidad.
Resaltando todas las manifestaciones que se reconozcan como folclore, tales como
música, danzas, cultura inmaterial, mitos y leyendas, comidas o cultura gastronómica,
fiestas y carnavales, visiones y vivencias, fiestas, rituales y celebraciones
sacramentales como bautismos, matrimonios y funerales, ritos funerarios, duelos, entre
otros.
Por consiguiente se proponen cuatro elementos esenciales para el proyecto
pedagógico, el maestro primero conoce, localiza sus fuentes, trabaja con la comunidad,
en segundo logar formula el discurso, realiza la traducción, en tercer lugar define que
estrategias pedagógicas va a utilizar, con qué recursos pedagógicos va a trabajar, y
como cuarto lugar realiza la práctica pedagógica teniendo como propósito apropiar y
fomentar la constitución de seres humanos identificados es decir fomentar la identidad.
Reconociendo los complejos y horizontes culturales referenciales y constitutivos de la
comunidad donde se inserta. Estudia, identifica, rescata, valora y dinamiza esos
mismos valores, expresiones, manifestaciones y elementos culturales presentes en la
vida y alma de los niños con los que trabaja. La escuela no solo respeta las tradiciones
culturales de sus comunidades, sino que las estudia, protege y potencia su
conocimiento, conservación y difusión entre ellos mismos, a fin de evitar que por efectos
de la modernización que la misma escuela patrocina o activa éstos valores culturales y
tradicionales se pierdan u olviden.
El maestro debe tener la capacidad de conocer los elementos y manifestaciones
culturales, tradiciones y expresiones del entorno de la escuela local y regional. Lo cual
implica:
De esta manera se le propone al maestro que se convierta en un verdadero etnógrafo,
que estudie, conozca y reconozca positivamente todos los elementos y manifestaciones
de la cultura tradicional y popular de la comunidad escolar, para así proyectar su
conocimiento y re significación en los ámbitos de la escolaridad formal.
Es necesario tener en cuenta que la etnografía tiene como objeto de trabajo la cultura,
en todas sus manifestaciones y elementos culturales, en especial los componentes y
manifestaciones de la cultura material como usos y costumbres, tecnologías y
herramientas, utensilios y vestuarios, gastronomías y medios de subsistencia
tradicionales, expresiones y simbologías, manifestaciones musicales y expresiones
corporales como danzas y carnavales, en sí todo aquello que componga el quehacer
tradicional, ancestral e identitario de un pueblo o comunidad.
¿Pero qué hace la escuela al respecto? Primero que todo reconoce los complejos y
horizontes culturales referenciales y constitutivos de la comunidad donde se inserta.
Estudia, identifica, rescata, valora y dinamiza esos mismos valores, expresiones,
manifestaciones y elementos culturales presentes en la vida y alma de los estudiantes
con los que trabaja. La escuela no solo respeta las tradiciones culturales de sus
comunidades, sino que las estudia, protege y potencia su conocimiento, conservación y
difusión entre ellos mismos, a fin de evitar que por efectos de la modernización que la
misma escuela patrocina o activa éstos valores culturales y tradicionales se pierdan u
olviden.
RUTA ETNOGRAFICA PARA EL
MAESTRO
1.EXPERIENCIA CULTURAL
La adquisición de herramientas conceptuales
Interacción con la comunidad.
Obtención del acceso al escenario sociocultural que se pretende estudiar
Se orienta a la identificación y focalización del fenómeno o situación que se pretenda abordar en el escenario sociocultural al que se ha accedido.
Se encamina a la definición o elección de los sujetos que servirán de fuente de información.
Registro ordenamiento, reducción, validación, análisis e interpretaci ón de los datos recogidos.
2. escenas culturales :
El estudio de la conducta humana ha de realizarse en los escenarios naturales
donde ella ocurre. Un conocimiento adecuado de la conducta social sólo puede lograrse en la medida
en que el maestro entienda la cultura en el cual las personas viven.
3. Las fuentes o informantes culturales
Centros de información: Bibliotecas, centros culturales, web, academia de historia,
libros del folklor colombiano, geografía humana de Colombia.
Fuentes de archivo
Fuentes locales municipio- comunidad
Fuentes sociales-comunitarias los abuelos-especialistas.
Dos fuentes tiene la maestra para este trabajo. Una, la literatura disponible, los
estudios
El maestro debe identificar individuos claves y solicitarles ayuda para que puedan asumir un rol activo en la ejecución del proyecto. Definir los datos a ser recopilados y se elabora la mecánica para lograrlo, después de procede a la recopilación de la información que debe ser analizada y existir una constante interacción, con la comunidad y el niño, en donde el también narra, sustentan, conceptualizan, dinamizan, interpreta, argumenta y propone todo lo relacionado al tema; apoyándose en su maestro en el guía que lo acompaña, aconseja y corrige cuando es necesario construyen ambos su identidad. Dos fuentes tiene la maestra para este trabajo. Una, la
literatura disponible, los estudios etnográficos, antropológicos y etnológicos disponibles,
todas las manifestaciones que se reconozcan como folclore, tales como música,
danzas, cultura inmaterial, mitos y leyendas, comidas o cultura gastronómica, fiestas y
carnavales, visiones y vivencias, fiestas, rituales y celebraciones sacramentales como
bautismos, matrimonios y funerales, ritos funerarios, duelos, entre otros. Y, dos, los
mismos estudiantes, la misma comunidad. Ellos son quienes hacen los cantos,
enseñan y aprenden sus instrumentos musicales, realizan los cantos y las danzas,
vivencia los rituales, ceremonias y carnavales, preparan y consumen sus alimentos, su
gastronomía tradicional, en sí la comunidad y los estudiantes son la misma la
fuente, y son participes en esta tarea.
Herramientas o instrumentos La observación participante.
Las entrevistas
Notas de campo. (Se deben tomar de forma breve concreta, sea literal o un resumen de algún punto fundamental)
Análisis secuencial
SELECCIÓN DEL
PROYECTO
PLANTEMIENTO
DE CUESTIONES
RECOGIDA
DE DATOS
REGISTRO
ETNOGRÁFICO
ANÁLISIS DE
DATOS
PROCESO DE
ESCRITURA
Inicio
Valoración y escritura formal
del soporte, formulando el discurso junto con los elementos de discusión,
representación y recreación. Va acompañado de la valoración para la interiorización
que tiene un alto valor ontológico y riqueza propia. Aquí es un trabajo de construcción
discursiva, el maestro luego de investigar elabora su discurso sistematizando y
consolidando el conocimiento, que tiene como fuente para la práctica de enseñanza, en
el que se valora los elementos que investigó, en torno a la apropiación de valores y
tradiciones culturales de la localidad, en donde el recrea positivamente todos los
elementos y manifestaciones de la cultura tradicional y popular de la comunidad
escolar, para así proyectar su conocimiento y resignificación de la identidad cultural,
resaltando todas las manifestaciones que se reconozcan como folclore, tales como
música, danzas, cultura inmaterial, mitos y leyendas, comidas o cultura gastronómica,
fiestas y carnavales, visiones y vivencias, fiestas, rituales y celebraciones
sacramentales como bautismos, matrimonios y funerales, ritos funerarios, duelos, entre
otros.
El maestro por lo general no está habituado a escribir; la tarea es motivarlos para que lo
hagan demostrando sus buenos discursos que son base a la enseñanza de los
saberes, y para que describan sus estrategias didácticas efectivas que estimulan el
aprendizaje significativo, el desarrollo de competencias, los conduce a mejorar su
desempeño didáctico. El ejercicio escritural, le provoca al maestro innovador, la
reflexión alrededor de sus experiencias en el proceso investigativo, esta es una
oportunidad para re-evaluarla y auto-evaluarse frente a los escenarios vividos, lo cual lo
conduce a fijar mayor calidad y mayor efectividad a la misma o en algunos casos
transformarla y sistematizarla.
La maestra en constante interacción con el niño logran desarrollar
encuentros lúdicos con la tradición cultural popular para su proceso de formación,
puesto que le proporcionará una familiarización completa con el medio; también le
dará diferentes maneras de proceder ante las situaciones que durante la vida los
seres humanos muestran una posición de adaptación en los diferentes contextos
dependiendo de cada uno de los intereses que tengan presente y es aquí donde
comienzan a actuar o responder a cada inquietud según la cultura. Por eso el
trabajo lúdico – pedagógico desde la tradición cultural popular hace de que el niño
se afiance en su propio contexto desde las manifestaciones u expresiones culturales,
trabajando la dinámica junto con los elementos culturales y reconociendo la
importancia de las actividades planteadas por el docente, en pro de su propio
beneficio y culturizando una tradición donde se conserve la promoción de
actividades relacionadas con la narración oral que demuestren y conserven a la
vez elementos culturales constitutivos de la tradición.
Seguidamente encontrara un serie de estrategias lúdico pedagógicas que puede utilizar
como modelo con todos sus estudiantes en los espacios del encuentro pedagógico, los
cuales le servirán de ejemplo de cómo trabajar con la tradición cultural popular y como
hacer que a sus estudiantes les gusten y sean llamativas para ellos, resaltando la
importancia y rescatando el valor cultura de cada una de ellas, formando en cada uno
de los niños su propia identidad cultural y sentido de pertenencia y gusto por lo que es
suyo.
Es importante señalar que estas estrategias estarán referidas a nuestra hermosa ciudad
Cúcuta, la cual es el territorio que habitamos y vivimos en nuestro diario vivir, del cual
nacimos y hacemos parte de él, por ende las instituciones que acojan este proyecto de
otros lados o ciudades deberán adaptarlo de acuerdo a su contexto, tomando estos
ejemplos que les servirán de mucha ayuda en este proceso, para que lo puedan aplicar
y obtener excelentes resultados, siendo una guía para el maestro de algunas de las
actividades que puede organizar y formar con todos sus estudiantes.
{Karaoke cultural
Esta es una actividad muy llamativa y atractiva para todos los niños y niñas, quienes
les gustan cantar y con mucho ánimo, aquí estará una pequeña recopilación de
canciones Cucuteñas que nos representan y muestran la historia y belleza de nuestra
ciudad con su hermosa letra, y los niños por grupos e individualmente participaran del
karaoke dónde cada canción tendrá la letra para que la puedan cantar, aprendiendo así
la letra de las canciones que han sido olvidadas y reemplazadas por otras modas del
mundo.
Es importante señalar la importancia de que la maestra implemente en todos sus
encuentros pedagógicos una canción colombiana como estrategia motivadora , donde
se muestre las riqueza cultural de nuestro país y hermosa ciudad donde habitamos, que
les llaman mucho su atención y tenga una letra significativa para ellos, animándolos a
que todos la canten y bailen, pasando un rato agradable y un momento enriquecedor de
su cultura, hablándoles del sentido de pertenecía y del respeto y valor por lo nuestro.
También invitar a músicos de la región, para que ellos les enseñen a los niños sobre las
canciones más tradicionales y que hacen parte de la cultura, y de este modo orientarlos
en la enseñanza de aprender a tocar instrumentos musicales autóctonos.
Entre las canciones estarán las siguientes:
Portón de la frontera
Muy noble y muy leal,
te llamaron los reyes,
blasones que conservas con orgullo
allá en el Pamplonita.
El cielo claro es, en Cúcuta bonita,
llegando a tu valle se alegra el viajero,
admirando al norte Cerro Tasajero.
Tus soleadas calles con sus arboledas
que adornan de tarde las bellas morenas,
que adornan de tarde las bellas morenas.
Portón de la Frontera, aroma y primavera,
qué bonitos paisajes se miran al pasar.
Allá en Aguascalientes, Ureña y San Cristóbal,
San Antonio o al sur, las tierras de Pamplona,
San Antonio o al sur, las tierras de Pamplona.
En Villa de Rosario, monumento nacional,
aquel que cruce ha de sentir admiración
y el viento hace mecer las palmas reales
que al cimbrar con sus follajes nos dirán adiós, adiós...
El Bambuco Cascabelero
Tiene Cúcuta un mirador
Que es el cono del Tasajero
Allí sube a cantar su amor
Un bambuco cascabelero.
Tiene risa de cascabel
Y un murmullo de sonajero
Y es tan rojo como un clavel
Mi bambuco cascabelero.
Bulle el ritmo entre sus palmeras
Y su brisa que es juguetona
Que muchacha tan retozona
Que solo cabe cantar para Cúcuta
Mi bambuco con el corazón en la mano.
Y como es ritmo colombiano
Hagan rueda p´a bailar.
Cabe resaltar que al terminar de cantar cada canción, se hará un conversatorios con
todos los niños sobre lo que aprendieron y lo que decía la letra de la canción y lo más
importante si les gusto, animándolos así a que canten, descubran y conozcan nuevas
canciones, que son de gran riqueza y valor cultural en la sociedad.
* ARTICULACIÓN DEL CONOCIMIENTO
Es una estrategia que la maestra puede utilizar con la tradición cultural popular en la
tradición oral donde hacen parte una serie de elementos importantes y llamativos para
todos los niños y niñas como son los cuentos, trabalenguas, coplas, cantos, poemas,
entre otros que se pueden articular en el aula y trabajarlos con la integración del
conocimiento, que por medio de estas herramientas la maestra las use para enseñar los
diferentes saberes a sus estudiantes, logrando en ellos un aprendizaje significativo
productivo que les servirán para desenvolverse durante toda su vida, como persona y
ciudadano que se preocupa y se prepara para cambiar la situación del país.
Es así como se pueden orientar las diferentes áreas del conocimiento como por ejemplo
las ciencias sociales, investigando sobre el origen de nuestra comunidad en este caso
de los “orígenes de Cúcuta”, cabe resaltar que para esto la maestra debe realizar una
investigación critica y profunda buscando el conocimiento de las disciplinas,
dirigiéndose a los libros y a personas que de verdad saben y estudian la historia, ya que
se ha comprobado que errores que durante el proceso de enseñanza de la historia se
han enseñado errores y hechos que no sucedieron como verdaderamente se ha dado a
conocer.
EN SUS ORÍGENES CÚCUTA, NI ES CIUDAD, NI
FUE FUNDADA
Es un documento escrito por el historiador Silvano Pabón, la cual nos narran la
verdadera historia de Cúcuta, donde nos aclara, que es hora de contar a las
generaciones actuales y venideras, una historia más certera del amplio pasado de estos
valles. El pueblo de Cúcuta, de ascendencia chitarera más que motilona, como hasta el
presente se ha creído, se inicio el poblamiento en el actual barrio San Luis, y que en
1633 iniciaron un proyecto de erección parroquial, al erigir la parroquia, con los debidos
requisitos, y se instituye una municipalidad ciertamente diferente en su racionalidad y
sentido con respecto al pueblo de Cúcuta; y que la figura de Doña Juana Rangel de
Cuéllar que se ha creído que es la fundadora de Cúcuta, simplemente firmo la donación
de tierras para el pueblo de Cúcuta. (Se anexa el documento como recurso escolar
para los maestros de Cúcuta)
*Teatro en acción Continuando con la temática del origen de Cúcuta, se
organizaran equipos de trabajo incentivando el dialogo, en
donde los niños con ayuda de sus maestras recrearan este
hecho tan importante para nuestra ciudad por medio del teatro
y la expresión corporal, luego se presentarán así a sus
compañeros como recuento y retroalimentación de la historia.
Esta es una actividad lúdico- pedagógica que les gusta y les llama la atención a todos los niños y niñas, quienes estarán animados a participar y será de una muy buena ayuda para afianzar el la temática del origen de Cúcuta, aquí la maestra debe estar animando a todos los niños para que interactúen en grupo, donde haya colaboración mutua.
* SALIDAS TURÍSTICAS
Es una estrategia pedagógica que se pueden
utilizar en todas las instituciones, con el fin
de realizar con los niños, un emocionante
paseo y recorrido por los lugares
característicos y culturales de nuestra
hermosa ciudad Cúcuta, como lo son la
biblioteca pública julio Pérez Ferrero, la casa
del general Santander, la torre del reloj,
templo histórico, el ferrocarril, entre oras; que
son lugares característicos e importantes
donde los niños pueden conocer e
interactuar con su cultura.
La salida turística debe estar muy bien pensada, teniendo en cuenta su finalidad y el
motivo principal por el cual se planteo, logrando que todos los niños conozcan su
ciudad y se familiaricen con la cultura, observando, interactuando, escuchando y
participando en el conocimiento de la historia, y los sucesos que marcaron y tuvieron
relevancia en la independencia de la ciudad y los personajes que hicieron parte de este
proceso.
En esta parte es muy importante la gestión y el interés que tenga la maestra, para
conseguir los recursos necesarios y económicos para llevar a cabo este paseo, y lo más
importante contar con el apoyo y colaboración de los padres de familia, que en
ocasiones acceden a participar de este encuentro, ayudando a estar pendientes de la
seguridad de todos los niños y su bienestar en este paseo hasta llegar a su escuela
donde a los otros niños los recogerán sus padres de familia. He aquí que la maestra
debe comunicar y estar en contacto interactuando en conjunto con todos los padres de
los niños, ya que ellos se en cuenta un apoyo en la formación y educación de los
estudiantes.
*VIAJE A LA HISTORIA EN FOTOGRAFIA
POR SAN JOSE DE CÙCUTA
Será un archivo fotográfico de las fotos más viejas de Cúcuta, que se le mostrarán a
todos los niños y niñas haciendo la comparación de cómo eran las fotos en tiempos
anteriores, para que conozcan y hagan la comparación de algunas de las principales
calles y sitios importantes, para analicen como va avanzado nuestra ciudad y la
tecnología en nuestros tiempos, donde las fotos ya son a color y con una nitidez mayor.
Aquí es importante resaltar que a medida de que la maestra muestre las fotos, deberá ir
ubicando a los niños y enseñando en donde queda, para que ellos puedan notar más
fácil la diferencia y como ha cambiado hasta el día de hoy, debe contarles lo principal y
corto posible para que los niños no se aburran y dispersen su atención en otras cosas,
con un tono de voz adecuado y principalmente tener un dominio de las fotos y el lugar
que representan o lo que desea dar a conocer. También es llamativa para los niños
quienes son curiosos y visuales, de ahí la importancia de las ayudas audio-visuales en
un encuentro pedagógico.
*Juegos tradicionales
Cuando al niño se le realizan actividades que
hacen parte de la tradición, se logra que tanto su
identidad como su pensamiento se vayan
formando poco a poco, a través de la interacción
y la participación en estas, con una sana y buena convivencia con sus compañeritos,
por esta razón se desea que los maestros traigan al aula esos juego tradicionales que
formaron parte de la infancia de muchos de ellos, para que los niños aprenda felices, ya
que el juego en la primera infancia es una de las fases más importantes y necesarias
para los pequeños.
Algunos de estos juegos son por ejemplo, saltar lazo ayuda a desarrollar la memoria,
equilibrio, ritmo, coordinación gruesa y lateralidad. Mientras que jugar a las escondidas
le proporciona al niño la
oportunidad de brindar ciertas
garantías y beneficios para un
grupo a través de las decisiones y
comportamientos que tome; en la
golosa aprende reglas para la vida
cotidiana; los encostalados
estimulan la coordinación,
motricidad y competencia. Hay otro
tipo de juego como las rimas,
trabalenguas y adivinanzas que
estimulan el pensamiento
matemático y lógico, el análisis, la
memoria y permiten aumentar el
vocabulario y desarrollo del
lenguaje en los niños, entre otros.
*FESTIVAL GASTRONÓMICO
Es una actividad donde se pueden integrar a todos los miembros de la comunidad
educativa, padres de familia, estudiantes y maestros, quienes deben organizarse y
colaborar con los platos de la comida típicos que se van a vender en el festival
gastronómico. Así mismo por medio de este actividad se recogerán fondos que serán
destinados para el colegio e invertidos en la educación de sus hijos, por ende se
necesita que los padres de familia se integren en este día y participen activamente, ya
que los fondos son para el beneficio de la misma institución.
Aquí se vendaran platos típico de nuestra ciudad Cúcuta y a su vez que son asequibles
para que todos puedan comprar y degustar las delicias que aquí poseemos. Entre estos
se destacan deliciosos dulces como el arrastrado, el combinado, el cortado, pasteles
que hacen agradables las tardes como el pastel de yuca, el pastel de alverja, las
hayacas navideñas, las solteritas y como plato principal el mute los domingos
tradicionalmente.
*DISEÑO DE TRAJES CULTURALES
Es una estrategia planteada con el fin de que los mismos niños en compañía de su
maestra acompañante y sus padre de familia confeccionen los trajes culturales que se
van a usar en las izadas de banderas para el rescate de la tradición cultural popular,
así mismo crea lazos de unión y colaboración entre los padres e hijos, quienes estarán
involucrados en el diseño de cada uno de estos trajes, al igual que la relación con la
maestra quien será la encargada de guiar este proceso.
En este caso se muestra el traje típico de
nuestra ciudad Cúcuta, usado en las
danzas que nos caracterizan y nos
representan a nivel mundial mostrando la
riqueza y belleza que pueden encontrar y
explorar en nuestro territorio.
La práctica pedagógica es el lugar donde interactúa el maestro-
estudiante estableciendo una relación y un amiente de reflexión mediante un diálogo
constante del proceso de enseñanza aprendizaje de los saberes y conocimientos que
se deben dar a conocer. Por ende, los docentes deben tener unas bases humanísticas,
por medio de la comunicación asertiva, la socialización, la esperanza, la planeación,
análisis, evaluación e innovación de sus prácticas pedagógicas, contribuyendo un poco
a la crisis axiológica que hoy vivimos, propiciando las herramientas necesarias para
fortalecerse como seres humanos, donde los maestros deben verdaderos modelos a
seguir desde que ingresa a la institución educativa, hasta su vida como tal, su
cotidianidad, porque este genera impacto, convirtiéndose en un ejemplo de cambio,
interactuando en su intervención con tacto, ternura y afecto, sabiendo controlar sus
emociones y sus impulsos primarios ante una
situación compleja en el aula, propiciando la
participación, la sana convivencia y la enseñanza
de habilidades sociales, promoviendo procesos
de negociación, de reciprocidad, de actuación
permanente de todos los actores, brindando
elementos para fortalecer criterios y valores.
Así mismo los maestros deben tener en cuenta
el contexto de cada situación, los problemas que
presentan la comunidad y primordialmente los
niños con quienes va a interactuar en el proceso
de enseñanza y formación, para así llegar a plantear estrategias pertinentes a las
necesidades que presentan cada uno de los niños
y lúdicas que les llamen su atención y gusto por el
aprender. Es aquí donde se quiere recuperar la
tradición cultural popular en el proceso de
formación de los niños, especialmente la tradición
oral, que hacen parte los cuentos, poemas,
trabalenguas entre otros importantes.
Otro aspecto importante en la práctica
pedagógica, es la relación e interacción en
conjunto con los padres de familia, que ellos se involucre estando pendientes en la
formación de su hijos, mediante una colaboración, Integrando a los padres de familia y
los demás miembros de la comunidad en la recuperación de la tradición cultural
popular, sembrando en ellos la importancia y conciencia de esta en la educación de sus
hijos participando en este proceso en compañía de la maestra, colaborando en las
actividades que se realizan como los bailes, cantos y coplas, enseñando el valor y
respeto por lo nuestro.
Para la aplicación de las estrategias planteadas anteriormente se necesita que la
maestra se vuelva una verdadera etnógrafa, que estudie, conozca y reconozca
positivamente todos los elementos y manifestaciones de la cultura tradicional popular,
para que en el ejercicio de su quehacer tenga el dominio apropiado y necesario para
darle a conocer a los niños estas tradiciones, que formara estudiantes integrales con
una identidad cultual y con valores que les servirán en el crecimiento y desarrollo como
persona y futuro ciudadano, quien será el responsable de cambiar la situación del país
con estrategias innovadoras y pertinentes .
De manera que se suscita una opción para reflexionar, vivir y actuar en relación con los
valores que posee cada cultura, en una perspectiva multicultural e histórica, del mismo
modo que los procesos de aprendizaje se orienten hacia la formación de personal con
libertad y espontaneidad. La razón de la tradición cultural popular es la formación de
valores culturales de las nuevas generaciones en la zona rural, siendo esto como un
ejercicio de cambio de mentalidad hacia una formación integral tanto en el infante como
en los adultos con quienes ellos se relacionan. Puede influir un proceso de formación
de valores como respeto, solidaridad, honestidad, moral, sociocultural acorde a las
tradiciones culturales propias de su medio o entorno social, en compañía de la maestra
como agente transformador y orientador de las nuevas generaciones que estarán a su
cargo.
Es por esto que se necesita de una reflexión personal por parte de todos los maestros
en el ejercicio de la práctica pedagógica, que indaguen sobre las fuentes del
conocimiento que posee para llegar a enseñar y guiar e proceso de aprendizaje de
cada uno de los niños, igualmente si hasta el día de hoy ha logrado aprendizajes
significativos y productivos en cada uno de sus estudiantes, o por el contrario revisar la
metodología que está utilizando, y pensar si realmente es adecuada a las necesidades
de cada uno de los niños y de la comunidad con la que está trabajando. Este proyecto
pedagógico es un modelo que las instituciones y los maestros pueden utilizar y adaptar
dependiendo del contexto y la realidad de cada comunidad, para aplicarla en el ejercicio
de la práctica pedagógica con el apoyo de los niños y los padres de familia y demás
miembros de la institución educativa.
En sus Orígenes
CÚCUTA, NI ES CIUDAD NI FUE FUNDADA
Silvano Pabón Villamizar
Historiador UIS
Las historias locales o municipales tradicionales, mal
contadas las más de las veces, han mostrado el pasado
como un proceso lineal y continuo, tanto en lo político
como en lo social. Se han desconocido las rupturas y
cambios coyunturales dados en las comunidades
urbanas y rurales a través del tiempo, presentando al
consumidor del discurso histórico imágenes hipostasiadas e inconsecuentes,
en el mejor de los casos, con la realidad histórica. Se ha observado un
continuo y generalizado mal uso del lenguaje jurídico institucional colonial, en lo que
toca al origen de las municipalidades actuales.
Por otro lado, es uso y costumbre en estas partes, especialmente por los lados de la
historiografía empírica regional, presentar la enumeración de hechos relevantes de un
personaje, una gesta, etc., como verdades de a puño, aunque sus relatos y posturas
carezcan de definición teórica y conceptual lógica, como primordial elemento para
reconstruir imágenes ciertas del pasado. Construir conocimiento histórico no es, de
ninguna manera, la simple relación o enumeración sucesiva o alterna de hechos del
pasado, valorados subjetivamente en el mejor de los casos. La reconstrucción juiciosa y
sustanciosa del pasado requiere, en todo caso, de una buena dosis de definiciones,
nociones, conceptos y uso adecuado de las estructuras gramaticales que se
correspondan con la realidad histórica que se intente reconstruir. En la investigación
histórica, como en cualquier otra disciplina que tenga como objeto de trabajo en mismo
hombre, a las estructuras, procesos y fenómenos hay que nombrarlos o definirlos con
los términos adecuados y lógicos; especialmente si se trata de la reconstrucción de
entidades jurídicas y figuras de institucionalidad político administrativa.
Así pues, al intentar redefinir e incluso, sin pretender de ambiciosos, la reconstrucción
del proceso poblacional regional, las categorías jurídicas empleadas, y las mismas
entidades instituidas, tenemos que abordar la temática en los siguientes términos:
De una parte, para designar el asentamiento de una hueste conquistadora se empleó el
verbo fundar, acto jurídico y protocolar que legitimaba el origen de los derechos de la
ciudad fundada sobre las tierras de su jurisdicción y el dominio sobre las comunidades
indígenas en ella presentes. Entiéndase fundar como la creación de unos derechos, los
derechos del conquistador avecindado sobre los indios y sobre los solares de la traza
urbana y las tierras ubicadas en el interior de sus
artificiosos linderos. La ciudad como realidad urbana, fundamentaba el ejercicio del
poder político y administrativo del cabildo. En el actual territorio de Norte de Santander
sólo tres ciudades fueron fundadas en el Siglo de la Conquista (Pamplona en 1549,
Ocaña en 1570 y Salazar de las Palmas en 1583) y posteriormente, bien entrado el
Siglo XVII, la ciudad y gobernación de San Faustino1.
Luego, el concepto de ciudad se suscribe, más que a un casco urbano, a la definición
de un territorio bajo la soberanía de un cuerpo capitular o cabildo. Ahora, con respecto
a los territorios ocupados por la actual zona metropolitana de Cúcuta, éstos
pertenecieron jurisdiccionalmente al cabildo de la ciudad de Pamplona, compartida en
la práctica con las “justicias” de la villa de San Cristóbal (fundada por vecinos de la
ciudad de Pamplona en 1561 como una villeta sufragánea a ésta),
Y de otro lado, se usaron los verbos poblar, congregar y reducir para designar el origen
e institucionalización de los pueblos de indios, como Arboledas, Silos, Labateca,
Cácota, Chopo, Chinácota y de hecho, el pueblo de indios de Cúcuta, entre otros;
instituidos como entidad de reconocimiento jurídico en la legislación hispánica colonial
como integración y construcción efectiva de la “república de los Indios” férreamente
defendida por el padre Fray Bartolomé de las Casas2. Así las cosas, se entendió
entonces, tanto en el argot jurídico como administrativo de aquellos tiempos, finales del
Siglo XVI y principios del XVII, y a lo largo de todo el período colonial, que las doctrinas
o curatos de naturales, resultado de la congregación o reducción de comunidades
indígenas en asentamientos nucleados alrededor de una capilla de doctrina.
Ahora, es este proceso poblacional el que ha de entenderse como un verdadero
movimiento. Las congregaciones de indios en pueblos de doctrina, realizadas entre
1583-1642, “dotados de resguardos, como estrategia proteccionista de los indios de
encomienda que habían sido dispersados por las obligaciones tributarias, y como medio
para integrarlos a la sociedad colonial en un ambiente de mayor libertad personal. Los
agentes fueron los indios y sus jefaturas étnicas, aliados con los frailes de la Ordenes
Regulares”3. Estos curatos y asentamientos urbanísticos novohispanos, exclusivos para
indios, provistos de suficientes fueron institucionales y jurídicos para administrar la
población indígena colonial, dispuestos bajo el rótulo y dinámica de la tradicional traza
ortogonal española, encarnaba un tipo de municipalidad bien diferenciada de los
asentamientos de blancos, para quienes, como ya se anotara, se fundaban las
ciudades y villas.
Pero el desarrollo poblacional no para ahí, ciudades por un lado y pueblos de indios por
otro. El crecimiento demográfico de blancos y mestizos a medida que avanza el Siglo
XVII y transcurre buena parte del XVIII, exige nuevas definiciones, tanto conceptuales
como jurídicas. Viene entonces la reforma y modernización del Estado imperial español,
especialmente en lo tocante a la administración de la sociedad civil, la modernización
de la Hacienda Real, etc. Es el advenimiento de otro gran movimiento poblacional. El
movimiento de las erecciones de parroquias a cargo de presbíteros seculares o
diocesanos, como medio de dar estatus político al pueblo del “Común” en crecimiento,
que habiéndose agregado originalmente a las doctrinas de los pueblos requerían una
entidad político-administrativa mínima para expresarse en "civilidad"4. Los agentes de
este proceso fueron los presbíteros seculares y las élites de comerciantes y
terratenientes interesados en construir un escenario o espacio político local propio,
separándose de los indios y reivindicando su condición de simples agregados a una
doctrina. Querían éstos un cura propio y con ello la institucionalización de un nuevo
género de municipalidad, siguiendo desde luego como vecinos de la ciudad matriz (para
el caso Pamplona) y gobernados por su cabildo.
Redefiniendo un poco lo anterior, para designar la institucionalización de estos nuevos
curatos de blancos y mestizos, como entes que materializaron la urbanización y
civilidad de los asentamientos rurales del campesinado no indígena, se usó el verbo
erigir; entendiendo de paso que el origen de las entidades parroquiales secularizadas
tuvieron una doble motivación: de una parte, responder por las necesidades del "pasto
espiritual" que requerían las agregaciones campesinas de los distantes curatos de
indios, proveyéndose de un clérigo o cura párroco; y de otra parte, la creación de
espacios públicos y políticos en su comunidad. Este verbo también fue usado en
ocasiones, al lado del verbo fundar, especialmente cuando ciertas parroquias, las más
solventes como El Rosario y San Joseph de Guasilal quisieron adquirir o ascender al
estatus de villa, como de hecho lo lograron para finales del Siglo XVIII.
Así las cosas, mientras que las ciudades tuvieron como agentes las huestes
conquistadoras, y se les aplicaba genéricamente el verbo fundar, a los pueblos de
indios o doctrinas de naturales, cuyos agentes eran las comunidades prehispánicas
sometidas y encomendadas por los vecinos de las ciudades, se les asignaba el verbo
poblar. Al movimiento poblacional parroquial, que tuvo como artífices a los
conglomerados blancos y mestizos desarrollados en los valles fértiles de la jurisdicción
de la ciudad, bien avanzado el Siglo XVIII, se les definió como proceso de erecciones
parroquiales, empleando de hecho el verbo erigir.
Sin embargo, no se puede dar por descontado el importante hecho de que algunas
parroquias, la más solventes en lo económico y poblacional, se les llegó a reconocer o
privilegiar con el estatus o título de “villa”; y algunas de éstas, después de sendas
leguleyadas políticas interpuestas por ciertos parroquianos ante el Rey, hasta de “muy
noble y leal...”. Para el caso, la parroquia de San Joseph de Guasimal que obtuvo el
título de villa en 1792, habiendo interpuesto una nutrida “relación de méritos” y servicios
a Su Majestad, quien le concedió dicho privilegio.
LA ORIGINARIA JURIDICIDAD DE CÚCUTA
Uno de los eventos más notorios de la historiografía tradicional cucuteña es, sin duda,
la marcada ausencia de conocimiento histórico juicioso y analítico de los Siglos XVI y
XVII. Se han dado hasta el presente respectivas imágenes de la conquista en el Siglo
XVI para luego irrumpir intempestivamente en el Siglo XVIII, superlativizando la
connotada figura de Doña Juana Rangel de Cuéllar, dejando así un amplio vació
cognoscitivo, como si nada hubiera existido hasta la aparición de la póstumamente
ennoblecida matrona.
Ha de afirmarse entonces, que es hora de contar a las generaciones actuales y
venideras, una historia más certera del amplio pasado de estos valles. De un lado, debe
reconocerse el papel que jugó este territorio como asentamiento de estancieros,
ganaderos agricultores y vecinos de la ciudad de Pamplona y la villa de San Cristóbal,
quienes establecieron importantes empresas productivas, con tierras otorgadas como
merced desde 1559. En 1590, los valles de Cúcuta y el Táchira producían caña, mieles
y azúcar, exportables a Ocaña y Cartagena. El ganado bovino, ovino, mular y caballar
se criaba en las grandes estancias de los “llanos de Cúcuta” y se encaminaba por
cientos hacia los mercados de Santafé y los Reinos del Perú. Su ímpetu empresarial, y
aprovechando la estratégica localización del valle de Cúcuta como cruce de caminos
reales (entre Mérida, Pamplona y Ocaña), llevó a encomenderos, estancieros y
ganaderos a desarrollar grandes unidades agroganaderas, de donde se exportaron
grandes cargamentos de cacao y otros géneros, propiciando de paso un crecimiento
poblacional sostenido.
Ahora, como primera entidad jurídica y político administrativa de todo el Valle, se
reconoce la reducción y poblamiento de las comunidades indígenas encomendadas
(Cúcutas, Tamocos, Cumaracos, Abriacas y Casaderos) “pobladas en un pueblo” de
doctrina. El pueblo de Cúcuta, de ascendencia chitarera más que motilona, como hasta
el presente se ha creído, fue asistido por los doctrineros del convento de San
Agustín de la Villa de San Cristóbal, y subsistió como tal hasta bien avanzada la vida
republicana.
El pueblo de indios de Cúcuta llevó una vida muy irregular. Los primeros resguardos,
asignados en 1602 por Antonio Beltrán de Guevara, no fueron poblados efectivamente
y pronto los perdieron. El poblamiento que les ordenó e hizo practicar Don Juan de
Villabona de Zubiaurre en 1623 tampoco surtió efecto, de tal manera que sólo hasta el
año de 1641 no poseyeron tierras de comunidad en forma estable. En este año, el
visitador Don Diego Carrasquilla Maldonado les asignó nuevas tierras y les hizo poblar
en plano fijo, en el actual barrio San Luis, donde se institucionalizó definitivamente la
doctrina.
Ahora bien, el pueblo de indios de Cúcuta como las demás doctrinas establecidas en el
territorio de la Antigua Provincia de Pamplona, no sólo encarnaba una juridicidad y
entidad territorial, sino que como conglomerado social representaba y manejaba un
espacio muy definido, con personalidad e identidad propia. La base del sustento
comunitario lo constituían las tierras de comunidad o “resguardo”, espacio donde se
asentaba urbanisticamente la comunidad. A su vez, la doctrina como tal materializaba
un tipo de curato muy especial, pues se trataba de la materialización de una alianza
también especial entre las autoridades étnicas y el cura doctrinero, en pos de mantener
la autonomía y subsistencia de la municipalidad indiana como expresión de la
existencia real de la llamada “República de los Indios”. Sin embargo, este espacio
poblacional, social y jurisdiccional, apoyado desde la perspectiva religiosa a nivel del
curato de doctrina y sus cofradías, permitió el asentamiento y desarrollo poblacional de
un campesinado blanco y mestizo alrededor de la comunidad indígena resguardada,
campesinos que asistían a los oficios religiosos a la capilla doctrinera en condición de
agregados, conservando sí el estatus de “vecino de la ciudad de Pamplona”.
De hecho, el Siglo XVII representa históricamente la ruralización de la ciudades y el
inicio y fundamentación de las comunidades campesinas no indígenas. Luego para el
Siglo XVIII se ve venir entonces la reivindicación institucional y jurídica de esas nuevas
comunidades rurales, para ello aparece el “movimiento de erecciones parroquiales”,
como ya lo hemos anotado.
LA ERECCIÓN PARROQUIAL DE SAN JOSEPH DE GUASIMAL
Una reflexión digna para la filosofía de la historia. El crecido vecindario de blancos y
mestizos, encabezados por los grandes terratenientes, hacendados, estancieros y
ganaderos, requirieron de su propio beneficiado parroquial, fue para mediados del Siglo
XVIII, cansados de su estatus de agregados al pueblo de indios, deseaban
erigirse como un feligresado independiente y tener su cura propio. Así, en 1633
cristalizaron su proyecto de erección parroquial, que les separaba definitivamente del
curato de indios.
Esta figura, la parroquia, como curato secular, y en este caso San Joseph de Guasimal,
se constituía como una reivindicación política de los antiguos agregados al pueblo de
indios de Cúcuta. Por otro lado, es de advertir que al erigir la parroquia, con los debidos
requisitos, se instituye una municipalidad ciertamente diferente en su racionalidad y
sentido con respecto al pueblo de Cúcuta; pues se trataba de hacer con la agregación
de dicho pueblo un nuevo ente territorial, la feligresía parroquial de San Joseph, misma
que definía de hecho una territorialidad y jurisdicción.
Sin embargo, la parroquia no se autodeterminaba, seguía dependiendo de las
autoridades del Cabildo de la Ciudad de Pamplona. Sólo hasta 1792 San Joseph de
Guasimal tuvo su propio cabildo, al pretender y ostentar el estatus de “villa”, título
jurídico que permitía a sus parroquianos instituir sus regimientos y justicias propias,
segregándose de la autoridad y jurisdicción politicoadministrativa de Pamplona.
Aunque, en todo caso, es este un acto institucional que no se puede reconocer como
una fundación. Sólo se podría hablar de villa fundada para el caso de San Cristóbal,
fundada por el Capitán Juan de Maldonado en 1561; las villas del Rosario y San Joseph
son el producto de actos administrativos que reivindicaban el estatus jurídico de una
entidad de menor rango, en este caso de una parroquia que se levaba al estatus de
villa.
La parroquia, a la que conceptualmente se le asignaba el verbo erigir para definir su
origen, seguía bajo la jurisdicción del cabildo de la ciudad de Pamplona, a lo sumo con
un alcalde partidario o pedáneo que aquel le nombraba. De tal suerte que según el
origen real de la institucionalización jurídica de esta urbe, Cúcuta ni es ciudad ni fue
fundada. La Cúcuta que hoy conocemos y pensamos es una figura y un conjunto de
realidades de continua construcción. Como ciudad moderna es más un producto del
presente siglo que la institucionalidad primigenia. Es en el Siglo XIX, segunda mitad,
cuando los dos tradicionales asentamientos (el pueblo de indios de Cúcuta y San
Joseph de Guasimal) se funden en uno sólo con la perspectiva de una urbe moderna en
la actual centuria.