En muchas mujeres el instinto maternal nace con el bebé, ¿el cómo cogerle, cambiarle o alimentarse, saldrá de forma natural? Seguramente ésta y muchas otras dudas serán las que te harán meditar sobre tu capacidad para ser madre, aunque si este es tu caso no te extrañes, el cuidado del bebé se aprende y vive día a día.

• Un niño recién nacido necesita que se le limpie todo aquello que le pueda irritar o inflamar la piel y las mucosas , especialmente la orina, las heces, la leche, y el sudor.

Hasta que el ombligo no este totalmente cicatrizado no se le debe mojar , lo más cómodo será bañarle por partes prestando atención a los ojos, nariz, ojos, cara manos, nalgas, genitales

• Es normal que las primeras veces que bañas a tu hijo tengas miedo, pero no hay verdaderos peligros si se toman algunas normas como

• Hacer las cosas con calma y siempre tener los implementos a mano

• Al desvestir al bebé limpiar las heces

• Sacarlo de la bañera utilizando las dos manos y envolverlo en una toalla enseguida.

• Existe una gama amplia de pañales de usar y de tirar

• La capacidad de absorción no depende del espesor ni del pecio del pañal Una capa interior filtrante mantiene más seco el cuerpo del bebé

• La lactancia es sin duda la mejor alimentación para el niño, ya que contiene propiedades inmunológicas y previene infecciones de las mucosas intestinales. Crea además una relación estrecha entre madre e hijo que no se da si es alimentado con el biberón

• Si vas a utilizar la lactancia artificial debes esterilizar los biberones, haciéndolos hervir durante 20 minutos.

• Un paso entretenido que no debes olvidar, es el de disfrutar con tu hijo, participando activamente en su desarrollo.

• Los bebés son capaces de sujetar todo lo que esté más cercano a ellos y ya coordinan entre las manos, vista y la boca. Le gustará jugar con los sonajeros, los muñecos de peluche y con el chupete. Empezará a diferenciar los sonidos: como la voz de la mamá, del papá, además los de la música que le gusta.

• Llevará todo a la boca para probarlo. Empieza a lamer, morder y chupar todo lo que esté a su alcance. Cambia algo en su comportamiento y en esta etapa le sonríe sólo a los rostros familiares y se muestra serio, miedoso o vergonzoso en la presencia de personas a quienes no conoce.

• No olvides que nueve meses de espera pueden hacerse muy largos, pero depende de ti disfrutarlos, solo necesitas la energía y ganas de vincularte con el hijo que viene en camino.