Cuando Dios «Juega» en La Basura

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Ensayos sobre el «realismo histórico» del Reino de Dios | 2015 ISRAEL GALVÁN DELGADO CUANDO DIOS «JUEGA» EN LA BASURA El muladar y el Reino de Dios Reflexiones desde Walter Benjamin y los pasajes mesiánicos de la tradición veterotestamentaria y neotestamentaria. Por amor al prójimo=Por amor a los muertos Que de tu boca siempre salgan palabras de amor. Cuando las palabras nos hacen perder y el silencio ganar

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Ensayos sobre el realismo mesiánico

Transcript of Cuando Dios «Juega» en La Basura

  • Ensayos sobre el realismo histrico del Reino de Dios | 2015

    ISRAEL

    GALVN

    DELGADO

    CUANDO DIOS JUEGA EN LA

    BASURA

    El muladar y el Reino de Dios

    Reflexiones desde Walter Benjamin y los pasajes mesinicos de

    la tradicin veterotestamentaria y neotestamentaria.

    Por amor al prjimo=Por amor a los muertos

    Que de tu boca siempre salgan palabras de amor.

    Cuando las palabras nos hacen perder y el silencio ganar

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 2

    El muladar y el Reino de Dios.

    Reflexiones desde Walter Benjamin y los pasajes mesinicos de la tradicin

    veterotestamentaria y neotestamentaria.

    Vivimos en crisis. No solo en una crisis poltica o econmica, no solo en

    crisis tica y social, vivimos en una crisis de pasin y con ella de fe1, de ese

    milagro al que alude Kierkegaard en Temor y temblor (1843/1993, p.72) "() un

    milagro del que, sin embargo, nadie est excluido, pues toda existencia humana

    encuentra su unidad en la pasin, y la fe es una pasin".

    Para tratar sobre la fe, es necesario volver a la historia y pensamiento de los

    pueblos de la fe. El legado sapiencial de dicho pueblos nos revela una forma de

    comprender al mundo diferente a la manera occidental. Algunos textos, escritos

    por mltiples autoras y autores, y en diversas tradiciones literarias, mencionan la

    existencia de la ltima y anhelada realidad de vida de dichos pueblos. Con

    frecuencia dicho trmino es traducido como Reino de Justicia2. El Elohm

    Malkuth3 Reino de Dios, se refiere a un tiempo Kairs en el que se espera la

    llegada de un reinado que liberara y gobernara con Justicia a los pueblos

    tambin llamados del Libro. Dicho reinado se ve reflejado en la figura del mesas o

    1 Parto del concepto de fe que Kierkegaard describe en Temor y temblor de la siguiente manera:

    La fe consiste, al contrario, en la paradoja siguiente: lo ntimo es superior a lo exterior, o lo que es lo mismo y para recurrir de nuevo a algo ya dicho, el nmero impar es superior al nmero par ()en la fe lo particular se reivindica por encima de lo general, determina su relacin con lo general por su relacin con lo absoluto, y no su relacin con lo absoluto por su relacin con lo general. (p.76) 2 La tradicin proftica as lo describe. En los pasajes del Deuteroisaas (2do. Isaas del libro

    bblico), la llegada del mesas restaurar a un mundo plagado de injusticia. todo el libro del Deuteroisaas se recuerda que el ttulo de Siervo de Yahvh es referido de manera expresa al pueblo de Israel (cf. Is 49, 3.5.6; 53, 13; 53, 11, etc.) pues la misin del pueblo escogido es precisamente proclamar la Justicia de Yahvh. 3 Michael Schamus hace un trabajo sobre el concepto de Reino de Dios, en el que propone esta

    interpretacin Elohm Malkut, aludiendo a la soberana absoluta de Dios.

    El Salmo del muladar: El Dios que coge de la basura y el estircol a sus

    prncipes. l levanta del polvo al pobre y saca del muladar al

    necesitado; los hace sentarse con prncipes, con los prncipes de su pueblo. (Salmo 113. La Biblia NVI)

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 3

    El Mashiac. Sin embargo, las aproximaciones, tanto tericas como pragmticas

    de este reino de Justicia (entendindolo como en la antigedad) han sido

    nebulizadas debido al imperialismo de La Cristiandad4 (no cristianismo), que a lo

    largo de la historia ha producido religiones y religiosos (entindase desde el

    sentido positivista), y que en su tradicin desvo por completo un proyecto que no

    fue originalmente el cristianismo como lo conocemos, sino un proyecto instaurado

    por Dios a travs de la vida y el testimonio de sus verdaderos creyentes, de sus

    profetas asesinados y sus fieles seguidoras y seguidores, y que vio la luz en su

    plenitud en la figura del Mesas segn los evangelios. Un proyecto al cual la

    tradicin proftica y los evangelistas desde la figura de Yeosha nombraron como

    Reino de Dios

    El proyecto de una nueva realidad des-fundacional: Reino de Dios.

    El proyecto Reino de Dios -para quien cree en l- est lejos de ser la utopa que

    pens la Ilustracin o la escatologa propuesta en el Medioevo, dado que la

    dinmica de este proyecto solo puede aceptarse y vivirse desde las paradojas que

    la historia de la fe nos ha demostrado y que l mismo contiene en su interior.

    El Reino de Dios no solo se vive en la gloria sino en la ruina y ms an en las

    ruinas sobre ruinas. En su Fragmento Teolgico-poltco (1989/2007) Walter

    Benjamin expone: "el Reino de Dios no es el tlos de la dynamis histrica, y no

    puede plantearse como meta. En efecto, desde el punto de vista histrico, el

    Reino de Dios no es meta, sino que es final". (Benjamin, p. 207) El Reino de Dios,

    a travs del Mesas pues es ste el que redime, afirma Benjamin- es el fin de

    todo acontecer histrico; un final que llega a travs y debido a la fuerza de una

    violencia redentora, destructora o como Benjamin la nombra, una Violencia Divina.

    4 La Cristiandad es un trmino que utiliza Kierkegaard para nombrar al cristianismo en Mi punto

    de vista (1847). Para Kierkegaard el verdadero cristianismo no se puede reducir a una identidad poltico-social o religiosa (como sola afirmarse en Dinamarca pas totalmente protestante). Kierkegaard habla de un cristianismo que solo puede ser vivido en lo individual y que es respuesta de una forma existencial. Para Kierkegaard ser cristiano es un modo de vida y no una condicin dada por la cultura o la tradicin como actualmente se nombra judeo-cristiana.

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 4

    Benjamin menciona que el Reino de Dios es "el final; pero, el final de qu? A

    caso Benjamin est pensando en una visin apocalptica de destruccin? O tal

    vez nos abre la pauta para pensar en una realidad alternativa de existencia en el

    mundo? y si es as, por qu partir de la destruccin y no de la construccin como

    varias posturas filosficas nos apuntan? y por qu llamarla violencia divina?

    Ser que nicamente Dios puede ejercer dicha violencia? El propio Benjamin

    nos gua a travs de ests preguntas: "la violencia divina no solo se puede ver en

    una accin ejercida por el propio Dios, sino por esos momentos de consumacin

    incruenta, consumacin fulminante y redentora y una de sus formas de aparicin

    se halla en su forma consumada en tanto que violencia educadora fuera ya del

    derecho."

    Es decir, Benjamin expone que el Reino de Dios se hace presente en el momento

    en que exista algo que busque en principio exterminar la fundacin. En el texto

    Hacia la crtica de la violencia, Benjamin nos muestra la cualidad y pretensin de

    fundar que tiene el derecho. Benjamin hace un anlisis y crtica del derecho

    positivista en el que se observa este doblete en el que o bien, el derecho se

    reafirma a s mismo o funda nuevo derecho, sin embargo, esta cualidad puede

    encontrarse en otros sistemas. En el mismo texto Benjamin nos expone la misma

    cualidad del mytho como eje fundacional, ya no solo de derecho, sino de

    cualquier categora que promueve las dicotomas que regularmente generan ticas

    y/o polticas para normalizar la vida de los sujetos y sociedades. Es por eso que el

    derecho, menciona Benjamin, "es aqul que ordena jurdicamente"(p.187), y con

    ello polticamente. El derecho es aquel que funda o determina lo qu es legtimo e

    ilegtimo en el quehacer de los sujetos, englobando as, casi cualquier prctica,

    comportamiento y actitud para que sean reguladas por el Estado o sistema

    gobernante. Sin embargo, para lograr el exterminio de lo fundacional es necesario

    echar mano de esa violencia educadora , trmino que en principio puede

    parecernos absurdo -y que de hecho lo es- pues esto que en apariencia es locura

    y que expone Benjamin, nos muestra algunas pistas de es esa lgica del absurdo

    del Reino de Dios. Por ahora, regresando al derecho...

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 5

    El estado de derecho y su produccin de desechos.

    Al final de la jornada diaria, el derecho permite al Estado vigilar, castigar y

    desechar a quienes busquen reivindicar su propia individualidad, es decir, esta

    individualidad es precisamente el resultado de esa "violencia educadora" que est

    fuera del derecho. Dicho de otra manera, el Estado (y de derecho) genera y

    produce sujetos del desecho puesto que, al vivir bajo su lente, si llegan a faltar o

    errar a lo establecido, regularmente estos sujetos son puestos en prisin u

    opresin, mandados al exilio, etc.; es decir, el Estado de Derecho desemboca su

    actividad en generar basura y estircol, llevando lo que no le es til o lo que

    considera como desechable a un muladar, que casi siempre est lleno de

    aquellos que se catalogan como transgresores de La Ley.

    Justo desde aqu, desde el muladar, es donde vale la pena pensar y exponer

    acerca del Reino de Dios, porque en este reino de Justicia, la paradoja y el sin

    sentido cobran sentido. En el salmo escrito al principio de este trabajo, el salmista

    a travs de un canto, describe a los actores principales de dicho reino. No son los

    prncipes elegidos por el pueblo, ni los poderosos y ricos por herencia, ni los ms

    sabios e intelectuales, sino aquellos a quienes Dios coge de la basura, del

    estircol, de la mierda, es decir, del muladar.

    Pero afirmar que solo los pobres o marginados son los nicos que se encuentran

    en el muladar es demasiado apresurado y excluyente. Benjamin, en el apartado

    sobre el Angelus Novus escrito en sus Tesis sobre la historia (Bolvar, 1959/2001),

    menciona que el huracn llamado progreso desemboca en las ruinas sobre

    ruinas. Sin embargo, estas ruinas no debemos entenderlas nicamente desde en

    lo geo-poltico que se observa en el exterior; ya lo deca Erich Fromm: las ruinas

    estn presentes en el corazn del hombre5 y por ende, como dice el propio

    5 Hago alusin a un de Fromm con el mismo ttulo El corazn del hombre (1985). La idea de

    Fromm acerca del nihilismo como agente destructivo de la voluntad humana, o como lo nombra sndrome de decadencia siendo esto lo que mueve al hombre a destruir por el gusto de destruccin.

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 6

    Benjamin en el Fragmento teolgico-poltico, "en una condicin efmera llamada

    nihilismo (Benjamin, 1989/2007, p. 207)"

    En los corazones en ruinas Dios hace morada para su Reino. La destruccin

    tiene que comenzar en el corazn, y aunque en apariencia hablar de destruccin

    es algo negativo, esto no es as. Benjamin expone que "la intensidad mesinica

    inmediata, la perteneciente al corazn, del ser humano individual interno, pasa por

    la desdicha, por el sufrimiento", y esa intensidad trae consigo una restauracin

    total pero dicha restauracin necesita pasar tambin por una restauracin en lo

    mundano, y diciendo que si bien lo profano no es una categora del Reino, pero si

    es una categora de la aproximacin silenciosa del Reino; es decir, que quien no

    experimenta la destruccin en su totalidad, en lo mundano y desde lo mundano,

    no puede entrar a la realidad del Reino de Dios, porque el Reino de Dios no es

    una realidad utpica ni idealista, sino realista y materialista en su totalidad.

    Para aclarar lo dicho anteriormente, retomo como ejemplo una prctica universal

    por la religin cristiana; me refiero al bautismo. El bautismo ha sido una

    prctica desde la antigedad proveniente del ascetismo desrtico del Qumrn.

    Dicha prctica es mencionada con frecuencia en el canon evanglico y es, segn

    apuntan los escritores, retomada por Juan el Bautista (tambin llamado el ltimo

    de los profetas). En la tradicin neotestamentaria, el propsito del bautismo -como

    smbolo de la aniquilacin del viejo hombre que se destruye en el agua para darle

    paso al nuevo- buscaba llevar a cabo dicha redencin. La redencin tena que

    empezar por un arrepentimiento metanoia (cambio de mentalidad) que

    posibilitaba el acceso a la nueva mentalidad propia del Reino de Dios (que era

    tambin parte del mensaje bautista). Sin embargo, esta prctica a lo largo del

    tiempo ha perdido su sentido primario, su fuerza y su violencia a tal punto que la

    propia Cristiandad lo difunde como una nomenclatura o frmula para que, quienes

    lo realicen (ya sean nios como en el catolicismo o adultos en el protestantismo),

    "alcancen la salvacin". Incluso, la celebracin de dicha prctica va acompaada

    de un acto burgus, como un cumpleaos o un festival de modas. La cristiandad

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 7

    en sus pretensiones banales y de progreso, ensean a la gente y ponen en

    venta una reflexin que no es propiamente la transmitida por los textos

    veterotestamentarios y neotestamentarios, olvidndose as del ya mencionado

    Reino de Dios.

    Asimismo, en la tradicin vetero y neotestamentaria se nombra constantemente a

    la tentacin. La tentacin, como el deseo absoluto de la voluntad humana, busca

    alejar al hombre de la soberana de Dios, de la realidad del Reino de Dios. La

    tentacin se manifiesta principalmente en la propia religin. Jos Antonio Pagola,

    filsofo y telogo espaol, en su libro Volver a Jess (2011) expone sobre la

    tentacin lo siguiente: "la tentacin ms grave que nos amenaza a los cristianos es

    hacer de la Iglesia un absoluto olvidar el Reino de Dios y su justicia por

    buscar el bien de la Iglesia y su desarrollo." (Pagola, p.20)

    El Reino de Dios, dice Benjamin, es esa "forma consumada en tanto que

    violencia educadora"(Benjamin, p. 203) que no pretende fundar algo (y por ende

    ninguna categora). Es una realidad -por as denominarla- a la que se accede a

    travs de una educacin purificadora que destruye aquello que, por paradjico que

    parezca, destruye y deshumaniza, es decir, una violencia educadora que pretende

    destruir el mal. Entindase por mal a todo aquello que busca fundar, imponer,

    sujetar y oprimir a los dems, y que se opone a esta realidad de Justicia

    denominada Reino de Dios

    La violencia educadora, desemboca en lo que Benjamin describe como restitutio in

    integrum restauracin en su totalidad, una restauracin en la que toda categora

    de exclusin y diferenciacin se destruye, toda categora que discrimina va al

    muladar. Esta educacin que puede observarse radicalmente en el profetismo del

    Antiguo Israel y que ser base de lo expuesto en los evangelios a travs de el

    Yeosha Mashiac, redimensiona la nocin de vida eterna o vida en

    abundancia tambin de la tradicin veterotestamentaria y que Benjamin

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 8

    considera en un principio como ocaso (Benjamin, p.207). Al respecto Pagola

    expone:

    "Este Reino de Dios no es una religin. Es mucho ms. Va ms all de las

    creencias, preceptos y ritos de cualquier religin. Es una experiencia de Dios,

    vinculada al mesas, que lo resita todo de manera nueva. (Pagola, p.21)

    Pero la llegada del Reino de Dios necesita de voces que la anuncien. Quienes la

    anuncien deben guardar silencio. Son voces que guardan secretos, aquellas y

    aquellos en quienes el Reino de Dios se revela silenciosamente para compartir

    con aquellos que viven atrapados en la injusticia y la opresin, ya sea porque son

    receptores de la injusticia, o bien, agentes de la misma. Adems, la paradoja del

    Reino consiste en que llegar el momento en que el silencio provenga de una

    relacin entre individuos; una relacin basada en el secreto (ah donde el derecho

    no puede meterse en el trato de palabra, as como lo dijo Benjamin6). Ser parte

    de esta nueva restauracin, donde el germen de la nueva realidad crece, no a

    partir de discursos o polticas pblicas, mucho menos a partir del derecho o algn

    tipo de educacin directiva, sino de un silencio que provoca eco en un lugar que

    est totalmente en ruinas. Es decir, la fuerza redentora del Reino de Dios no se

    deja ver, vive en lo oculto, en el corazn, como afirma Benjamin:

    Porque slo la violencia mtica, pero no la divina, se deja conocer exactamente y

    en tanto que tal (aunque sea en efectos verdaderamente incomparables), por

    cuanto que la fuerza redentora propia de la violencia no se halla a la vista de los

    hombres. (Benjamin, 1989/2007, p. 206)

    6 Benjamin nos habla de una manera de resolver conflictos sin violencia alguna: Su mejor ejemplo

    tal vez sea la conversacin en cuanto tcnica para alcanzar civilizadamente acuerdos. Pues en ella, el acuerdo sin violencia no es tan slo posible, sino que la exclusin ya completa y total de la violencia se nos muestra en un hecho significativo: la impunidad de la mentira. No hay tal vez legislacin en todo el mundo que la castigue originariamente. Y esto nos indica claramente que hay una esfera del acuerdo humano a tal punto carente de violencia que sta le es por completo inaccesible: la esfera autntica del entendimiento, a saber, la esfera del lenguaje. (Benjamin, p. 195)

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    El muladar/Reino de Dios

    Lo ms cercano al Reino de Dios, por paradjico que parezca, es un muladar. Los

    muladares no son lugares que se hallen a la vista y es que nadie quisiera

    acercarse a ellos. El muladar (lugar donde se depositaba la basura, el estircol y/o

    mierda) era un lugar donde se mandaba todo el desecho con la finalidad de que se

    convirtiera en cenizas7. Es un lugar donde no existen categoras. Sera una locura

    afirmar que hay mejor o peor estircol, o buena y mala mierda, que dicha ese fecal

    es ms bella que la otra. En el muladar se desecha todo aquello que simplemente

    ha perdido su valor (si es que lo tuvo) y se arroja aquello que ha perdido su

    utilidad (para algunos, de igual manera si es que alguna vez fue til), es decir, lo

    que ha sido arrojado al muladar ha entrado a una realidad donde podra decirse,

    todo est baado de igualdad. En el Reino de Dios, por su parte, las categoras

    tambin se ven perdidas, no como en el muladar, pero s en la locura (que tal vez

    solo la poesa puede ayudarnos a comprender). En la tradicin

    veterotestamentaria encontramos algunos textos de la literatura proftica del

    judasmo postexlico, donde se menciona por medio de la metfora, el Reino de

    Dios. En dichos textos, las reglas, el orden lgico, semntico y legal se rompen. Es

    una visin de un reino del absurdo:

    Destruir la tierra con la vara de su boca; matar al malvado con el aliento de sus

    labios. La *Justicia ser el cinto de sus lomos y la fidelidad el ceidor de su

    cintura. El lobo vivir con el cordero, el leopardo se echar con el cabrito, y juntos

    andarn el ternero y el cachorro de len, y un nio pequeo los guiar. (Isaas

    11:4-6, NVI)

    Solo en el muladar, y finalmente en el Reino de Dios, como realidades paradjicas

    y contradictorias para los que estamos inundados de categoras de pensamiento y

    representaciones, lo que parece imposible se vuelve posible. En el muladar/Reino

    de Dios, la Justicia como prctica propia de la restauracin se experimenta en

    7 As era en la tradicin del muladar. Los animales y desechos usados para las actividades

    religiosas y econmicas eran depositados en un espacio cerrado para que se pudrieran en una especie de composta. A veces se quemaban hasta quedar en cenizas, retornando as al polvo de la tierra. (Diccionario bblico, p.213)

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 10

    libertad plena, sin pedir o exigir previamente alguna conversin (como s lo hace la

    religin), o bien, alguna respuesta ante la invitacin del otro. Porque en el Reino

    de Dios como dice Pablo de Tarso: Ya no hay judo ni griego, esclavo ni libre,

    hombre ni mujer, sino que todos son uno solo en Yeosha-Krhistos. (Glatas 3:28

    NVI).

    Es la realidad que la tradicin neotestamentaria afirma y que se ve reflejada en la

    persona del Yeosha Mashiac. Esta realidad se revela en una forma de

    existencia y por ende en una experiencia de vida; ante esto Pagola nos afirma:

    El gesto de ms escndalo que Yeosha provoc fue su amistad con pecadores y

    pecadoras. Nunca haba ocurrido algo parecido en Israel. Ningn profeta se haba

    acercado a ellos en esa actitud de respeto, acogida y amistad. Lo que ms irritaba

    era verlo comiendo con toda clase de gentes alejadas de Dios: pecadores,

    recaudadores, prostitutas e indeseables. Cmo puede un hombre o mujer de

    Dios aceptarlos a su mesa sin exigirles previamente algn tipo de conversin?

    (Pagola, p.19)

    A manera de conclusin

    Walter Benjamin afirma que el Reino de Dios de ningn modo puede ser una

    realidad poltica, y por eso mismo, el orden de lo profano no puede levantarse

    sobre la idea del Reino de Dios. Por eso tambin, la teocracia (y yo dira que la

    verdadera*) no posee un sentido poltico, sino solamente religioso (Benjamin, p.

    207); porque si las instituciones religiosas estn atrapadas y atravesadas por las

    mismas relaciones de poder que el Estado y el estado del derecho y cualquier otra

    clase de organizacin o institucin mantienen, es importante mostrar que lo

    religioso -a lo que Benjamin se refiere como religioso- est por encima de las

    categoras de la propia religin.

    Kierkegaard menciona en su libro Mi punto de vista (1847/1985), que lo religioso

    es un estadio que se experimenta en el salto al absurdo (p.46), incluso l se

    llama asimismo escritor religioso, ms no escritor de la religin. A este absurdo

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 11

    Derrida en Dar la muerte (1999/2000), a partir de su lectura de Kierkegaard de

    Silentio (como l lo denomina en Temor y Temblor), traduce el trmino de absurdo

    como ab-sordus disonante o que no cuadra, lo que nadie quiere oir porque no

    encaja con ningn sistema musical. Dicho de otra manera, lo religioso es el

    estadio donde viven aquellas y aquellos que quieren escuchar lo que nadie quiere

    escuchar (porque es ridculo, disonante, perturbador, etc.), es ah donde el Estado

    y el estado de derecho no pueden entrary no entran porque simplemente no

    encajan. Retomar lo que ocurre en dicho estadio, es para la existencia, el

    quehacer de la sociedad y en especial de los individuos indispensable, as como

    para el quehacer crtico actual.

    As que, quin accede al Reino de Dios debe sellar sus labios. Debe guardar un

    secreto ante tal mysterium tremendum8, porque sabe que la intencin de dicha

    realidad no es fundar o instaurar derecho, no es degradarla en una religin o una

    realidad poltica, sino todo lo contrario, su intencin es destruir todas estas cosas

    en nombre de la Justicia.

    Pero si, en todo caso, ms all del derecho a la violencia le est asegurada su

    existencia como violencia pura e inmediata, queda as demostrado qu y cmo

    tambin se hace posible la violencia revolucionaria, y a qu nombre hay que dar a

    la suprema manifestacin de la violencia pura del ser humano.

    []

    Pero es sin duda reprobable toda violencia mtica, la instauradora de derecho, que

    se puede considerar como arbitraria. Siendo igualmente reprobable la

    mantenedora del derecho, la fatal violencia administrada que se halla puesta a su

    servicio. La violencia divina, insignia y sello, nunca medio de santa ejecucin, se

    ha de calificar como imperante. (Benjamin, 1989/2007, p. 206)

    8 El mysterium tremendum o misterio tremendo, es el trmino que utiliza Rudolf Otto en su libro Lo

    Santo. Lo racional e irracional en la idea de Dios (1923). Otto nombra as la experiencia con lo numinoso que solo se encuentra en la esfera de lo irracional. Otto dice: se trata de algo por lo que slo hay una expresin apropiada, mysterium tremendum. . . . La sensacin de que a veces puede venir y barrer como una marea suave que penetra la mente con un estado de nimo tranquilo de adoracin ms profunda.

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    Por lo tanto el Reino de Dios no debe ser entendido como realidad poltica, sino

    individual, existencial y digno de la labor reflexiva; una realidad que puede ser

    experimentada entre las ruinas. De ah que se le denomine como realidad

    porque puede ser experimentada, de no ser as, solo podramos considerarla

    como un ideal o bien utpico o puramente escatolgico. El Reino de Dios

    impera y est trabajando secretamente, as como lo menciona Pagola (2011):

    ()El reino de Dios est ya trabajando secretamente la vida como un trozo de

    levadura oculto en la masa de harina: Dios har que un da todo quede

    transformado. Yeosha no duda nunca de este Final bueno, ni siquiera mundo

    donde se busca la justicia para todo ser humano, empezando por los ltimos;

    donde se acoge a todos, sin excluir a nadie de la convivencia y en el momento de

    su ejecucin. A pesar de todas las resistencias y fracasos que se produzcan, Dios

    har real esa realidad tan vieja como el corazn humano: la desaparicin del

    mal, de la injusticia y de la muerte Un solidaridad; donde se cura la vida

    liberando a las personas y a la sociedad () (Pagola, p.20)

    Bibliografa

    Benjamin, W., 1989/2007. Obras Libro II, vol. 1. Frankfurt/Madrid: Abada Editores.

    Benjamin, W., 1959/2001. Tesis sobre Filosofa de la historia/ Madrid.

    Derrida, J., 1999/2000. Dar la muerte. Madrid: Paids.

    Kierkegaard, S., 1843/2001. Temor y temblor. Madrid: Alianza.

    Kierkegaard, S., 1847/1985. Mi punto de vista. Copenhague/Madrid: SARPE.

    Pagola, J. A., 2011. Volver a Jess. PPC ed. Madrid: PPC.

    SBU, 2001. La Biblia. Nueva versin internacional. Mxico: SBU.

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 13

    Por amor al prjimo=Por amor a los muertos.

    Esto ocurri el ao pasado

    En Junio del 2013 tuve la oportunidad de conocer en un evento a la que

    ahora es una gran amiga, su nombre es Arianel. En el marco de dicha actividad

    ella hizo lectura de su ponencia llamada Marcos de Vida, con la cual nos invit a

    los asistentes a pensar en todas las condiciones que cada uno se pone para

    determinar si una vida -al ser arrebatada- es digna de llorarse o no. En otras

    palabras, Arianel nos mostr la diferencia entre lo que hemos llamado otro y lo

    que llamamos prjimo.9

    No es lo mismo ver al otro como otro que ver al otro como prjimo

    Su lectura me llev a reflexionar que no es lo mismo ver al otro como otro que

    ver al otro como prjimo, puesto que, mirar a otro como simplemente otro,

    tan slo me remite a pensar al otro como lo que no es Yo (o no es t, o

    cualquiera), dicho de otra manera, aquello que es ajeno y distinto a m. Por

    ejemplo: cuando caminas por la calle, o en el metro, o cualquier lugar, y miras el

    caminar de los dems de una manera tan mecnica y comn que tan solo se

    convierten en masas en movimiento, o bien, cuando asistes a un concierto o a

    cualquier evento, y todos a tu alrededor se convierten en ajenos y los ves como

    simples otros.

    Sin embargo, mirar al otro como prjimo es muy diferente, tan diferente que el

    mismo Jess magnifica el amor hacia ste: Amars a tu prjimo como a ti mismo

    (SBU, 2001)10. Pero, Quin es el prjimo? Seguramente recuerdas esa pregunta

    9 El evento fue un simposio llamado Kierkegaard y el mundo a lo largo de la historia. Sren

    Kierkegaard fue un pensador, literato, filsofo y telogo dans del siglo XIX. Nacido en Dinamarca, Kierkegaard fue instruido en el cristianismo luterano, siendo reconocido por varios pensadores como el nico despus de Lutero con el espritu reformador. Entre sus obras se encuentran los Discursos edificantes y particularmente una llamada Las Obras del Amor, en la que Kierkegaard hace uso en todo el libro del mensaje evanglico: Amar al prjimo como a ti mismo. 10

    La Biblia (NVI) Lucas 10:27 Amars a Dios sobre todas las cosas y a tu prjimo como a ti mismo.

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 14

    que le hace el experto en la ley a Jess, y recordars tambin la historia

    tradicionalmente llamada El Buen Samaritano, la cual, concluye en lo siguiente:

    Cul de estos tres piensas que demostr ser el prjimo del que cay en

    manos de los ladrones?

    El que se compadeci de l contest el experto en la ley.

    Anda entonces y haz t lo mismo concluy Jess.

    Lucas 10:36-37

    Quin es el prjimo?

    Quin es el prjimo? La respuesta del experto en la Ley es la pauta para

    comprender el mensaje que Jess quiere darnos: El prjimo es el que se com-

    padece. En otras palabras, el prjimo -a diferencia de un simple otro- es aqul

    que ha trascendido su propio Yo y comprende la precariedad de la vida humana y

    en general de toda la vida. Es decir, el prjimo ha asumido la fragilidad, la

    debilidad y el padecer de los otros porque ha entendido que tambin l es frgil,

    dbil y precario; comprende que su vida en cualquier momento puede ser

    arrebatada y as tambin la de los dems y por lo tanto se com-padece, o sea,

    padece con el otro. El prjimo corre al auxilio de quien es violentado, de quien

    ha sido abusado, de quien est arruinado, de quien est a punto de morir y, si ha

    muerto, llora esa vida porque la ha asumido como si fuese la suya.

    Dnde qued el amor, y ms an, el amor al prjimo?

    Las palabras de mi amiga, y sobre todo, las de Jess a travs de la parbola me

    han llevado a formular varias preguntas que te invito a hacer en este momento:

    Quin actualmente se asume a s mismo como prjimo? a caso lo has hecho

    t? Realmente hemos aprendido a vernos y relacionarnos como prjimos? Es

    esta una realidad que vive la Iglesia/sociedad hoy en da?

    En el Mxico de hoy, cada da escuchamos, leemos, vemos situaciones que dan

    muestra de la lejana del amor al prjimo. Casos de la violencia ocurrida hacia los

    43 jvenes desaparecidos en Ayotzinapa en Guerrero, o los feminicidios que

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 15

    parecen interminables y cada da se hacen ms frecuentes, o los mltiples casos

    de abuso por parte del Estado y las diversas instituciones de los cules somos

    testigos da con da, e incluso llegamos a ser partcipes, son ejemplos de que hay

    un problema en nuestra manera de vernos, asumirnos y compadecernos con los

    dems, Cuntos de nosotros lloramos esas vidas ocultas, ajenas que da a da

    se pierden?

    Es doloroso, aunque cada da ms frecuente, toparnos con el hecho de que la

    realidad que el Evangelio nos transmite y nos pide sembrar y compartir da a da

    est siendo aplastada por la pasividad y la comodidad en la que hemos

    desembocado. El amor al prjimo base tica de quien se proclama asimismo

    cristiano- parecer ser que se ha caricaturizado en un simple clich como lo es

    llevarse bien. En esta poca, en el que las relaciones virtuales, y ms an

    ficticias son tan comunes, tan normales y por lo mismo normativas y alienantes11,

    la muerte del otro12, el padecer de los dems, no es algo de un inters real; incluso

    la ahora tan popular resistencia virtual a travs de las redes sociales puede llegar

    a enajenarnos de la materialidad real de los conflictos.

    Ser cristiano implica asumir la muerte del otro en funcin de la bsqueda de

    su vida.

    Es necesario replantearnos el papel que jugamos en todo lo que acontece debajo

    del Sol en nuestros das. Es necesario cuestionarnos por qu hemos

    condicionado que algunas vidas perdidas se lloren y otras no? Qu es lo que nos

    ha hecho indiferentes ante las problemticas de nuestro pas? Hacia dnde

    apunta nuestra brjula como creyentes? Hemos comprendido y sobre todo,

    asumido verdaderamente el mensaje de Jess?

    11

    Al hablar de relaciones normativas y alienantes, hago referencia a las polticas que se generan a partir de las relaciones entre individuos y que siguen parmetros que por consenso, son tomados como buenos o aceptados por los acuerdos sociales o poltico-estatales. Es decir, las relaciones condicionadas a lo impuesto o por tradicin pero no por una conviccin decisiva. 12

    Respecto a este apartado recomiendo el artculo de la Dra. Laura Llevadot titulado La muerte del otro publicado por Revistes Catalens amb Accs Obert (RACO) en el que expone un anlisis entre las propuestas de Kierkegaard, Lvinas y Derrida en funcin de la tica segunda del autor dans, o como ella la llama hipertica.

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 16

    Debemos cambiar nuestra mirada hacia los dems, y movilizarnos ante este

    mundo abatido por la desesperacin. Jess nos mostr el camino: su propia vida.

    Si queremos que ese Reino de justicia y amor se lleve a cabo, es necesario que

    comencemos a imitarle. Ser cristiano no es tan solo un credo o una postura

    religiosa, o una forma cultural o de identidad, sino una forma de vida, ms an la

    forma autntica de vivir. Es necesario tomar consciencia de que al elegir este

    camino, al asumir nuestra muerte y la de los otros aprenderemos a com-

    padecernos, y entonces, esa bomba que est en nosotros llamada Amor explotar

    y destruir la indiferencia y el abandono a la vida. Quiz entonces podremos

    afirmar que estamos viviendo en el amor de Dios, amando al prjimo, y por fin

    podr tener sentido vislumbrar un cambio real para el mundo. (Las cursivas son

    mas)

    Amar al prjimo, deber entenderse como amar la vida del prjimo; lo que implica, el

    cuidado de la misma a travs del reconocimiento de que la vida es precaria.

    Arianel Flores Vzquez

    Bibliografa

    SBU. (2001). La Biblia. Nueva versin internacional. Mxico: SBU.

    Vzquez, A. F. (Junio de 2013). Marcos de vida (ponencia). Guadalajara, Jalisco,

    Mxico.

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 17

    Que de tu boca siempre salgan palabras de amor

    Cuando las palabras nos hacen perder lo que el silencio nos hace ganar

    Hace unos das encontr entre mis papeles un pequeo libro de 30

    pginas y no ms grande que la palma de mi mano; un libro que por cierto, cre

    perdido hace ms de dos aos. En la primera pgina guarda la siguiente

    inscripcin:

    26

    "Que de tu boca siempre salgan palabras de amor

    Te amo

    P.G.M

    1o. De Marzo 2012.

    Recuerdo haber visto esa inscripcin el da que me lo obsequi, sin embargo, slo

    alcanc a leer las primeras dos pginas antes de extraviarlo, en ese momento

    tampoco me percat que haba un pequeo nmero entre parntesis: (26).

    Dos aos con siete meses despus, he encontrado este libro y me he dado cuenta

    de dicho nmero. Cre que era el precio del librito o tal vez algn error, jams he

    sido bueno con eso de la deduccin, hasta que intu que tal vez era la pgina que

    quera que leyera, realmente no recuerdo si lo haya dicho y si lo hizo,

    seguramente no le prest atencin.

    Abr la pgina y en las primeras lneas encontr lo siguiente:

    "Los mismos individuos que usan su lengua para triturar a alguien, vienen a la

    iglesia la noche siguiente y dan testimonio de cunto aman a Dios. Entonces citan

    la palabra de Dios y dicen: "Mi Dios suplir todas mis necesidades". Hacen todas

    las confesiones correctas y se extraan porque la enfermedad sigue en ellos. Es

    muy simple. No estn andando en amor."

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    Ensayos sobre el realismo mesinico del Reino de Dios Pgina 18

    Hace unos minutos, despus de haber ledo estas lneas, he podido ver lo que la

    niebla que habita en mi no me permiti ver en su momento. Han pasado dos aos

    desde que dej de tener comunicacin con ella -por no decir que toda clase de

    contacto- an cuando ella fue y es una de las personas que han afectado mi vida

    en todos los sentidos. Uno de los motivos por los que en este momento tengo que

    escribir sobre ella como memoria cargada de melancola es debido a que, como

    dira un filsofo: "la lengua, las palabras como susurros indefinidos y estriles",

    terminaron por menguar el amor que haba entre ambos. Nuevamente, sin saberlo

    -y no lo sabr- el da de hoy me ha obsequiado un instante de eternidad, un

    regalo que si hace dos aos me hubiera atrevido aceptar, hubiera cambiado el

    curso de mi vida, y tal vez, la nuestra.

    La vida se entiende hacia atrs ms se vive hacia adelante, deca Kierkegaard

    en alguno de sus libros; ahora le he llegado a creer, as como ella lo hizo. Aprend

    que es mejor hablar con amor o callar por amor, que a veces la mejor manera de

    amar a alguien es en el silencio de nuestras acciones, en los frutos de la fe que

    obra, que el silencio te ayuda a entender el pasado para escribir con poesa el por-

    venir.

    Por cierto, La fe obra por el amor as se llama el libro.

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