CUADERNOSETIMOANO

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Ministerio de Educación Pública Departamento de Educación Religiosa Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas Curso Lectivo 2012 Nombre del; estudiante:_________________________________________________ Cuaderno de trabajo Ad usum privatum scholae Nivel: SÉTIMO AÑO

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Ministerio de Educación Pública

Departamento de Educación Religiosa

Prof. Lic. Erick Alberto Villegas Villegas

Curso Lectivo 2012

Nombre del; estudiante:_________________________________________________

Cuaderno de trabajo

Ad usum privatum scholae

Nivel: SÉTIMO AÑO

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“¡No tengáis miedo de ser santos!” Juan Pablo II

Sétimo año

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Fecha: _______________________________. Trimestre_____________.

Objetivo especifico Contenido

1. Estimar algunas manifestaciones de la dignidad y promoción humana según criterios cristianos.

La dignidad y promoción humana según principios cristianos

EL HOMBRE ES "CAPAZ" DE DIOS El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer hacia sí al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar: La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador. De múltiples maneras, en su historia, y hasta el día de hoy, los hombres han expresado a su búsqueda de Dios por medio de sus creencias y sus comportamientos religiosos (oraciones, sacrificios, cultos, meditaciones, etc.). A pesar de las ambigüedades que pueden entrañar, estas formas de expresión son tan universales que se puede llamar al hombre un ser religioso: El creó, de un solo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la faz de la tierra y determinó con exactitud el tiempo y los límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que buscasen a Dios, para ver si a tientas le buscaban y le hallaban; por más que no se encuentra lejos de cada uno de nosotros; pues en él vivimos, nos movemos y existimos.1 La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios. Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios. Existe pura y simplemente por el amor de Dios, que lo creó, y por el amor de Dios, que lo conserva. Y sólo se puede decir que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confía por entero a su Creador.2

1 Ver Hch 17,26–28.

2 GS N°19.

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1. ¿Qué es el ser humano para el cristianismo? Se reconoce, a nivel mundial, que la Iglesia es “experta en humanidad”. Ella no está aliada, por principio, con ninguna de las instituciones o fuerzas sociales en particular, ni tiene intereses diferentes del logro de la plenitud de todos los seres humanos, lo cual le da una enorme libertad. El origen de todo está en que, para el cristianismo, el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios con una libertad que lo lleva alejarse, o acercarse del mismo camino establecido por Dios para él. Decir que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios significa que en él encontramos algunas características que son propias de Dios, porque Dios se las comunicó cuando lo creó.

2. Grandeza, nobleza y dignidad. Estas cualidades provienen del hecho de que, por amor, hombre y mujer han sido creados por Dios a su imagen y semejanza. Grandeza, nobleza y dignidad, porque cada ser humano es único e irrepetible; porque su vida tiene el mayor valor en sí misma: el ser humano vale no por lo que hace o produce, sino por el sólo hecho de existir.

3. La dignidad humana: Semejanza con Dios. La semejanza con Dios se manifiesta en la persona porque en ella se encuentran las características propias de Dios, que Él en su amor infinito quiso compartir con el ser humano.

A) Racionalidad: es la capacidad de pensamiento, de razonamiento, de la lógica y abstracción; las cuales desarrolladas le permiten al ser humano tomar conciencia (darse cuenta) y la responsabilidad (conocer y responder) sobre sus actos.

B) Conciencia: el ser humano es sujeto y objeto de su propia existencia. Esto

quiere decir que tiene la capacidad de observarse a sí mismo, como sujeto de sus actos, hacerse preguntas sobre lo que es y hace, así como emitir juicios sobre la bondad o maldad de sus actos, lo cual finalmente define sus decisiones y opciones. Para que la conciencia esté bien formada es necesaria la educación, mediante la cual la persona aprende a discernir entre las propuestas constructivas y destructivas de su integridad personal, comunitaria y social.

C) Capacidad de transformar la naturaleza respetando la ecología. Su capacidad

de distanciarse de las cosas, su inteligencia y capacidad de cambio lo hacen señor de la naturaleza: las cosas son lo que son para el ser humano; es él quien les da un sentido y un significado y quien se sirve de ellas o las transforma

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para que cumplan con su destino, con responsabilidad y respeto por su estructura profunda.

D) Libertad: dominio sobre su propio destino, sobre el ejercicio de sus facultades y

sobre su persona. “El ser humano, por ser inteligente y racional, es capaz de distinguir entre el bien y el mal, y por ser libre, es capaz de decidir sobre su destino y elegir el bien. Es capaz de juzgar sobre aquello que lo construye como persona y aquello que lo destruye. El ser humano, ciertamente no es libre para aniquilarse; la libertad está al servicio de su realización o no es auténtica libertad”3.

E) Relacionalidad: su condición de hijo de Dios lo hace hermano de los demás

seres humanos. La persona solamente ES en relación con otro (el YO solamente existe en relación con un TÚ). La relación entre las personas se da siempre en el plano de SUJETO/SUJETO, nunca de Sujeto/Objeto. Esto significa que la persona nunca debe o puede ser medio, instrumento o recurso para nada ni nadie.

F) Capacidad de amar: “El ser humano no puede vivir sin amor. Permanece para

sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido, si no le es revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y no lo hace propio, si no participa en él vivamente”4

Actividades:

1. Anote tres actividades que usted realiza gracias a la dignidad que Dios le ha dado, de manera pacífica y de expresión del afecto, la ternura y el amor.

______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________

2. ¿Por qué el deseo de Dios está inscrito en el corazón? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________

3 La educación sexual: elementos para el estudio y la reflexión pastoral, De la Conferencia Episcopal de Colombia

1994. p 45. 4 RH N°10.

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3. ¿En qué consiste la razón más alta de la dignidad humana? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________

4. Explique en ¿qué consiste el ser humano para el cristianismo? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________ Resuelva la siguiente sopa de letras: En la siguiente sopa de letras identifique características propias de Dios según el texto.

C O N C I E N C I A N O

R A C I O N A L I D A D

A C A B U E N I S I M O

A C R E S P E T O M A S

P R T R A N S F O R M A

V I N T 0 L E R A N T E

P I N A M A R E T R E S

Bibliografía:

Catecismo de la Iglesia Católica (CIC N°27)

Conferencia Episcopal de Costa Rica. “Educación en la sexualidad: guía

para padres de familia y educadores”, 2001, p 76-80.

Gaudium et Spes, constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo

actual. Concilio Ecuménico Vaticano II. Edición oficial, Biblioteca de

Autores Cristianos (BAC)

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

2. Valorar la dignidad y promoción humana según principios cristianos.

La dignidad y promoción humana según principios cristianos.

Valor incomparable de la persona humana.

El hombre está llamado a una plenitud de vida que va más allá de las dimensiones de su existencia terrena, ya que consiste en la participación de la vida misma de Dios. Lo sublime de esta vocación sobrenatural manifiesta la grandeza y el valor de la vida humana incluso en su fase temporal. En efecto, la vida en el tiempo es condición básica, momento inicial y parte integrante de todo el proceso unitario de la vida humana. Un proceso que, inesperada e inmerecidamente, es ilumina99do por la promesa y renovado por el don de la vida divina, que alcanzará su plena realización en la eternidad.5 Al mismo tiempo, esta llamada sobrenatural subraya precisamente el carácter relativo de la vida terrena del hombre y de la mujer. En verdad, esa no es realidad «última», sino «penúltima»; es realidad sagrada, que se nos confía para que la custodiemos con sentido de responsabilidad y la llevemos a perfección en el amor y en el don de nosotros mismos a Dios y a los hermanos. La Iglesia sabe que este Evangelio de la vida, recibido de su Señor, tiene un eco profundo y persuasivo en el corazón de cada persona, creyente e incluso no creyente, porque, superando infinitamente sus expectativas, se ajusta a ella de modo sorprendente. Todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón6, el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política. Los creyentes en Cristo deben, de modo particular, defender y promover este derecho, conscientes de la maravillosa verdad recordada por el Concilio Vaticano II: «el Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre». En efecto, en este acontecimiento salvífico se revela a la humanidad no sólo el amor infinito de Dios que «tanto amó al mundo que dio a su Hijo único7», sino también el valor incomparable de cada persona humana.

5 Ver 1 Jn 3, 1-2.

6 Ver Rom 2, 14-15.

7 Ver Jn 3, 16

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La Iglesia, escrutando asiduamente el misterio de la Redención, descubre con renovado asombro este valor y se siente llamada a anunciar a los hombres de todos los tiempos este «Evangelio», fuente de esperanza inquebrantable y de verdadera alegría para cada época de la historia. El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio. Por ello el hombre, el hombre viviente, constituye el camino primero y fundamental de la Iglesia.

Actividades: 1.Anotar tres actitudes que pueden denigrar la vida y tres actitudes que pueden hacer de la vida más digna. __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Bibliografía:

Evangelium Vitae (EV N°2), carta encíclica del Papa Juan Pablo II, sobre

el valor y el carácter inviolable de la vida humana, 1995.

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

3. Mostrar visiones acerca de la familia, la sociedad y la cultura según distintas fuentes.

Visiones acerca de la familia, la sociedad y la cultura según distintas fuentes.

Situación de la familia en el mundo de hoy

La familia siempre ha sido y es, el principal pilar de la sociedad. Es el lugar donde los miembros nacen, aprenden, se educan y desarrollan. Debe ser refugio, orgullo y alegría de todos sus miembros. Cuando la familia tiene problemas, alegrías o tristezas internas, repercuten en todos los familiares, sufriéndolos o disfrutándolos, debido a su total interrelación. Todas las legislaciones del mundo, tienen que tener leyes, que protejan el concepto de la familiar y facilitar lo más posible su unión y continuidad. La familia se convierte en un castillo, que además de servir de refugio de sus componentes, estos tienen que defenderla a ultranza, de todos los ataques que le hagan. No pueden permitir que lo dañino pase sus puertas. Todos tienen que formar un solo cuerpo, para defender su propia vida presente y futura. La situación en que se halla la familia presenta aspectos positivos y aspectos negativos: signo, los unos, de la salvación de Cristo operante en el mundo; signo, los otros, del rechazo que el hombre opone al amor de Dios. En efecto, por una parte existe una conciencia más viva de la libertad personal y una mayor atención a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promoción de la dignidad de la mujer, a la procreación responsable, a la educación de los hijos; se tiene además conciencia de la necesidad de desarrollar relaciones entre las familias, en orden a una ayuda recíproca espiritual y material, al conocimiento de la misión eclesial propia de la familia, a su responsabilidad en la construcción de una sociedad más justa. Por otra parte no faltan, sin embargo, signos de preocupante degradación de algunos valores fundamentales: una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges entre sí; las graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional. En la base de estos fenómenos negativos está muchas veces una corrupción de la idea y de la experiencia de la libertad, concebida no como la capacidad de realizar la verdad del proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia, sino como una fuerza autónoma de autoafirmación, no raramente contra los demás, en orden al propio bienestar egoísta. Merece también nuestra atención el hecho de que en los Países del llamado Tercer Mundo a las familias les faltan muchas veces bien sea los medios fundamentales para

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la supervivencia como son el alimento, el trabajo, la vivienda, las medicinas, bien sea las libertades más elementales. En cambio, en los Países más ricos, el excesivo bienestar y la mentalidad consumista, paradójicamente unida a una cierta angustia e incertidumbre ante el futuro, quitan a los esposos la generosidad y la valentía para suscitar nuevas vidas humanas; y así la vida en muchas ocasiones no se ve ya como una bendición, sino como un peligro del que hay que defenderse. La situación histórica en que vive la familia se presenta pues como un conjunto de luces y sombras. Esto revela que la historia no es simplemente un progreso necesario hacia lo mejor, sino más bien un acontecimiento de libertad, más aún, un combate entre libertades que se oponen entre sí, es decir, según la conocida expresión de San Agustín, un conflicto entre dos amores: el amor de Dios llevado hasta el desprecio de sí, y el amor de sí mismo llevado hasta el desprecio de Dios. Se sigue de ahí que solamente la educación en el amor enraizado en la fe puede conducir a adquirir la capacidad de interpretar los "signos de los tiempos", que son la expresión histórica de este doble amor. Actividades: Trabajo en grupo, responda:

1. Brinde un concepto propio de la palabra familia y el concepto que le da la sociedad. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

2. Mencione al menos dos aspectos positivos y dos aspectos negativos que se generan en la familia. _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

3. Comente qué les falta a las familias de los países llamados del “tercer mundo”. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Bibliografía:

Familiaris Consortio (FC N°6), exhortación apostólica del Papa Juan Pablo II, sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual, 1981.

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Objetivo especifico Contenido

4. Mostrar visiones acerca de la familia, la sociedad y la cultura según distintas fuentes.

Criterios cristianos acerca de la familia, la sociedad y la cultura.

Un servicio múltiple a la vida. El amor conyugal fecundo se expresa en un servicio a la vida que tiene muchas formas, de las cuales la generación y la educación son las más inmediatas, propias e insustituibles. En realidad, cada acto de verdadero amor al hombre testimonia y perfecciona la fecundidad espiritual de la familia, porque es obediencia al dinamismo interior y profundo del amor, como donación de sí mismo a los demás. En particular los esposos que viven la experiencia de la esterilidad física, deberán orientarse hacia esta perspectiva, rica para todos en valor y exigencias. Las familias cristianas, que en la fe reconocen a todos los hombres como hijos del Padre común de los cielos, irán generosamente al encuentro de los hijos de otras familias, sosteniéndoles y amándoles no como extraños, sino como miembros de la única familia de los hijos de Dios. Los padres cristianos podrán así ensanchar su amor más allá de los vínculos de la carne y de la sangre, a menudo necesitado incluso de lo más obligatorio. Las familias cristianas se abren con mayor disponibilidad a la adopción y acogida de aquellos hijos que están privados de sus padres o abandonados por éstos. Mientras esos niños encuentran el calor afectivo de una familia, pueden experimentar la cariñosa y solícita paternidad de Dios, atestiguada por los padres cristianos, y así crecer con serenidad y confianza en la vida, la familia entera se enriquecerá con los valores espirituales de una fraternidad más amplia. La fecundidad de las familias debe llevar a su incesante "creatividad", fruto maravilloso del Espíritu de Dios, que abre el corazón para descubrir las nuevas necesidades y sufrimientos de nuestra sociedad, y que infunde ánimo para asumirlas y darles respuesta. En este marco se presenta a las familias un vasto campo de acción; en efecto, todavía más preocupante que el abandono de los niños es hoy el fenómeno de la marginación social y cultural, que afecta duramente a los ancianos, a los enfermos, a los minusválidos, a los drogadictos, a los excarcelados, etc. De este modo se ensancha enormemente el horizonte de la paternidad y maternidad de las familias cristianas; un reto para su amor espiritualmente fecundo viene de estas y tantas otras urgencias de nuestro tiempo. Con las familias y por medio de ellas, el Señor Jesús sigue teniendo "compasión" de las multitudes.

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Actividades: 1.Anote diversas formar de expresar el amor conyugal. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2.Explique dos características de la familia cristiana. __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Bibliografía:

Familiaris Consortio (FC N°41), exhortación apostólica del Papa Juan Pablo II, sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual, 1981.

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

5. Expresar hechos y enseñanzas de Jesús en la perspectiva del plan de Dios para la humanidad.

Hechos y enseñanzas de Jesús en la perspectiva del plan de Dios para la humanidad.

Dichos y hechos: la Vida de Jesús.

Jesús de Nazareth nació y vivió pobre en medio de su pueblo Israel se compadeció de las multitudes e hizo el bien a todos. Ese pueblo agobiado por el pecado y el dolor, esperaba la liberación que El les promete8. En medio de él, Jesús anuncia: “Se ha cumplido el tiempo; el Reino de Dios está cercano; convertíos y creed en el Evangelio9”. Jesús, ungido por el Espíritu Santo para anunciar el Evangelio a los pobres, para proclamar la libertad a los cautivos, la recuperación de la vista a los ciegos y la liberación a los oprimidos nos ha entregado en las Bienaventuranzas y el Sermón de la Montaña la gran proclamación de la nueva ley del Reino de Dios. A las palabras Jesús unió los hechos: acciones maravillosas y actitudes sorprendentes que muestran que el reino anunciado ya está presente, que El es signo eficaz de la nueva presencia de Dios en la historia, que es el portador del poder transformante de Dios, que su presencia desenmascara al maligno, que el amor de Dios redime al mundo y alborea ya un hombre nuevo en un mundo nuevo. Las fuerzas del mal, sin embargo, rechazan este servicio de amor: la incredulidad del pueblo y de sus parientes, las autoridades políticas y religiosas de su época y la incomprensión de sus propios discípulos. Se acentúan entonces en Jesús los rasgos dolorosos del “Siervo de Yahvé”, de que se habla en el libro del profeta Isaías10. Con amor y obediencia totales a su Padre, expresión humana de su carácter eterno de Hijo, emprende su camino de donación abnegada, rechazando la tentación del poder político y todo recurso a la violencia. Agrupa en torno a sí, unos cuantos hombres tomados de diversas categorías sociales y políticas de su tiempo. Aunque confusos y a veces infieles, los mueven el amor y el poder que de Él irradian: ellos son constituidos en cimiento de su Iglesia; atraídos por el Padre, inician el camino del seguimiento de Jesús. Camino que no es el de la autoafirmación arrogante de la sabiduría o del poder del hombre, ni el del odio o la violencia, sino el de la donación desinteresada y sacrificada del amor. Amor que abraza a todos los hombres. Amor que privilegia a los pequeños, los débiles, los pobres. Amor que congrega e integra a todos en una fraternidad capaz de abrir la ruta de una nueva historia. Así Jesús, de modo original, propio, incomparable, exige un seguimiento radical que abarca todo el hombre, a todos los hombres y envuelve a todo el mundo y a todo el

8 Ver Mt 1,21

9 Ver Mc 1,15

10 Ver Is 53

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cosmos. Esta radicalidad hace que la conversión sea un proceso nunca acabado, tanto a nivel personal como social. Porque, si el Reino de Dios pasa por realizaciones históricas, no se agota ni se identifica con ellas. Actividades:

1. Escriba de 3 acciones que usted se compromete a realizar para seguir las enseñanzas de Jesús.

____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Bibliografía:

Documento de Puebla (DP N° 190-193). Conclusiones de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Del 23 de marzo de 1979.

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Objetivo especifico Contenido

6. Identificar valores cristianos fundamentales que fortalezcan la vida personal, social y cultural costarricense.

Valores cristianos presentes en la vida familiar y social costarricense.

La Familia educadora.

Educar a los hijos es uno de los fines fundamentales del matrimonio; por lo tanto, es una responsabilidad ineludible de los padres. Se trata de la formación humana, de manera que los hijos puedan prepararse como personas de bien para la sociedad. La educación de los hijos es una tarea importantísima y muy difícil que requiere mucha fortaleza y equilibrio: “Padres, no sean demasiado exigentes con sus hijos, no sea que se desanimen”11. Pero no puede faltar la oportuna, firme y debida corrección, la cual no necesariamente es sinónimo de “castigo” y, mucho menos, de maltrato verbal o físico. La familia educadora lo es de todas las personas que la conforman. Para ello, es indispensable el ambiente de armonía, de diálogo, de ayuda recíproca, de comprensión, de aceptación de los errores de los otros y de corrección mutua. Muchas veces es a los hijos a quienes corresponde la comprensión y corrección de los vicios o irresponsabilidades de sus padres. En todos los casos, el sentido cristiano del deber y del respeto a todo ser humano ha de ofrecer los criterios fundamentales para llegar a lograr la armonía familiar. El diálogo familiar interno, oportuno y en la intimidad de la familia, es un regalo que los miembros de ella pueden darse unos a otros, con mucho provecho espiritual y material. Este es un ámbito muy propio de la actividad de los fieles laicos, quienes mediante su realización en la familia, preparan a las nuevas generaciones para enfrentar, con acierto y con sentido cristiano, los retos de la sociedad actual.

Como podemos ver la educación en valores posee diversos significados ya que cada uno otorga una importancia a unos valores más que a otros por ello desde la escuela se debe afrontar el tema desde una perspectiva global donde se impliquen valores como :

-UNIDAD: Puede definirse tal y como lo hiciera en su día Angie E. Brooks: “

“En el momento en que podamos conseguir una atmósfera en la que los hombres puedan trabajar juntos en armonía mientras mantengan su diversidad, puedan construir codo a codo y producir una variedad unificada, puedan unirse para conseguir la paz y al mismo tiempo promover las múltiples características que intensifican la sociedad, habremos hecho frente a nuestro desafío”.

11

Colosenses 3,21

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La unidad es una necesidad humana de pertenencia, de formar parte de un todo unificado. La gente no quiere permanecer aislada, sin pensar en el mundo que los rodea.

Este valor debe ser inculcado desde los centros educativos ya que solo a través de la unidad podremos seguir construyendo un mundo unido que vaya todas a una y que sea capaz de afrontar las dificultades contando con la ayuda del resto.

-TOLERANCIA: Este concepto puede ser definido a través de un símil como lo han hecho en la web de educar en valores:

El mundo —nuestra extensa familia— puede describirse como un gran árbol con muchas ramas, ramificaciones y brotes. Cada nación —representada por una rama— es un hermano o una hermana que tienen su propia familia. Estas familias — representadas por ramificaciones— son las diferentes regiones y comunidades compuestas por todas las religiones y grupos étnicos y que por tanto deben ser respetados.

Este valor es muy importante de llevarlo a cabo desde la escuela y más aún en el entorno que rodea a nuestro centro educativo debido a la variedad de culturas que existen en él y a la necesidad de comprometer a los alumnos/as del respeto por el otro y de la unión entre ellos.

-RESPONSABILIDAD: Es entendido como el cumplimiento de las obligaciones o cuidado al hacer o decidir algo, no se debe ver como una carga sino todo lo contrario ya que tenemos unos derechos para lo que es necesario ser responsables con nuestros deberes. Las personas responsables trabajan en colaboración entre ellas. Esto es cierto para todas las tareas y especialmente importante en las áreas que afectan la vida de los demás. Las personas responsables operan sobre dos premisas: 1) que todos los participantes tienen algo valioso que ofrecer, y 2) que la situación requiere un ambiente cooperativo y no competitivo. Es por ello que este valor adquiere gran importancia y se hace tan necesario trabajarlo desde la escuela ya que debemos enseñar a nuestros alumnos/as a ser responsables de sí mismos y que esto les ayude a formar parte de una gran sociedad.

-RESPETO: Para mí el respeto es uno de los valores más importantes y a través del cual se puede conseguir trabajar el resto de los valores. Es la base de una buena comunidad en la que habitamos. Es el reconocimiento de que algo o alguien tiene valor, se puede definir como la base del sustento de la moral y de la ética. El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en saber valorar los intereses y ser tolerante con ellos.

-LIBERTAD: La libertad es un concepto muy amplio al que se le han dado numerosas interpretaciones. Se suele considerar que la palabra libertad designa la facultad del ser humano que le permite decidir llevar a cabo o no una determinada acción según su

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inteligencia o voluntad. La libertad es aquella facultad que permite a otras facultades actuar y que está regida por la justicia.

La plena libertad sólo funciona cuando hay equilibrio entre los derechos y las responsabilidades y las elecciones están equilibradas con la conciencia.

-PAZ: Es generalmente definida en sentido positivo, como un estado de tranquilidad o quietud, y en sentido negativo como ausencia de inquietud, violencia o guerra.

Para conseguir este valor es necesaria la consecución de los anteriormente nombrados. Todos es tos valores deben ser el tema principal o en los que se sustente nuestra práctica educativa ya que no nos podemos olvidar de que estamos formando a personas que serán parte de la sociedad de mañana y que serán ellos/as los encargados de difundir los distintos valores que se les han inculcados desde pequeños. Es por ello que me parece un teme muy importante a tratar y a llevar a cabo en nuestras aulas.

-HOMESTIDAD: Se refiere a la compostura, moderación, respeto a la conducta moral y social que se considera apropiada. Cuando una persona es honesta reconoce lo que está bien y es apropiado para sí misma, sin hipocresía ni dobleces, una característica de las personas honestas es la claridad, la transparencia que da ejemplo a los demás.

-FELICIDAD: Es un concepto subjetivo ya que cada cual la entiende según sus intereses, pero puede ser entendida como: Estado de ánimo del que disfruta de lo que desea, la felicidad no se compra ni se vende, viene sujeta a diversas variables, para unos el dinero les da la felicidad mientras que para otros es el amor el causante de dicha felicidad, pero tanto para unos como para otros la felicidad la obtienen aquellos cuyas acciones, actitudes y características son puras y altruistas.

-COOPERACIÓN: Es entendida como la colaboración con otro u otros para un mismo fin. El objetivo constante de la cooperación es el beneficio mutuo en las interrelaciones humanas; se fundamenta en el principio del respeto mutuo. Para que exista dicha cooperación es muy necesario el desarrollo de la responsabilidad de cada uno ya que unos dependemos de otros para llevar a cabo dicha colaboración.

-AMOR: Puede entenderse como: Conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra, o bien a las cosas, ideas, etc. El amor no es sólo un deseo, una pasión, un sentimiento intenso hacia una persona u objeto, sino una conciencia que es a la vez desinteresada y satisface el propio ser. Tal y como afirma Dr. Boutros Boutros-Ghali: “[…] Que la imagen de la familia sea un ejemplo que nos haga entender que todos nosotros, dentro de la comunidad internacional, somos miembros de la familia de las naciones, la gran familia humana. Esto significa que pertenecemos a una organización que sabe cómo enfrentarse a las dificultades de estos momentos, cómo superar las aparentes divisiones y cómo vencer los antagonismos, porque está dirigida por una fuerza más poderosa que cualquier otra: la fuerza del amor, que es, finalmente, la razón de ser de la familia […]”

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-HUMILDAD: Entendida como la actitud de las personas que no presumen de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades y actúa sin orgullo, la humildad es dejar hacer y dejar ser. La humildad permite a la persona ser digna de confianza, flexible y adaptable. Para que las personas sean humildes es necesario inculcar en ellas el resto de los valores mencionados para así crear una personalidad más fuerte, crítica, libre, en paz, con respeto, tolerancia y que sepa actuar con igualdad.

Actividades:

1. Anote el fin fundamental y primordial del Matrimonio cristiano y explique la importancia que posee según su criterio. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

2. Comente cómo debe de ser la educación que le dan los padres de familia a sus hijos. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

3. Indique seis (6) valores que según la lectura, debe vivir la familia como educadora de sus miembros. .________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

4. Según su criterio personal: cómo debe de ser la educación en la familia. ________________________________________________________________________________________________________________________________

Bibliografía:

Esta es nuestra fe. Manual de la serie “Catequesis de Adultos”. Comisión Nacional de Catequesis de Costa Rica, 2001. p 103.

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Objetivo especifico Contenido

7. Identificar valores cristianos fundamentales que fortalezcan la vida personal, social y cultural costarricense.

Valores cristianos fundamentales que fortalecen la cultura costarricense.

Humanismo integral y solidario

El amor cristiano impulsa a la denuncia, a la propuesta y al compromiso con proyección cultural y social, a una laboriosidad eficaz, que apremia a cuantos sienten en su corazón una sincera preocupación por la suerte del hombre a ofrecer su propia contribución. La humanidad comprende cada vez con mayor claridad que se halla ligada por un destino único que exige asumir la responsabilidad en común, inspirada por un humanismo integral y solidario: ve que esta unidad de destino con frecuencia está condicionada e incluso impuesta por la técnica o por la economía y percibe la necesidad de una mayor conciencia moral que oriente el camino común. Estupefactos ante las múltiples innovaciones tecnológicas, los hombres de nuestro tiempo desean ardientemente que el progreso esté orientado al verdadero bien de la humanidad de hoy y del mañana.

La solidez del núcleo familiar es un recurso determinante para la calidad de la convivencia social. Por ello la comunidad civil no puede permanecer indiferente ante las tendencias dísgregadoras que minan en la base sus propios fundamentos. Si una legislación puede en ocasiones tolerar comportamientos moralmente inaceptables, no debe jamás debilitar el reconocimiento del matrimonio monogámico indisoluble, como única forma auténtica de la familia. Es necesario, por tanto, que las autoridades pú-blicas «resistiendo a las tendencias disgregadoras de la misma sociedad y nocivas para la dignidad, seguridad y bienestar de los ciudadanos, procuren que la opinión pública no sea llevada a menospreciar la importancia institucional del matrimonio y de la familia». Es tarea de la comunidad cristiana y de todos aquellos que se preocupan sinceramente por el bien de la sociedad, reafirmar que «la familia constituye, más que una unidad jurídica, social y económica, una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión de los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestar de los propios miembros y de la sociedad». La familia fundada en el matrimonio es verdaderamente el santuario de la vida, «el ámbito donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a los que esta expuesta, y puede desarrollarse según las exigencias de un auténtico crecimiento humano». La función de la familia es

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determinante e insustituible en la promoción y construcción de la cultura de la vida, contra la difusión de una «"anticivilización" destructora, como demuestran hoy tantas tendencias y situaciones de hecho». Las familias cristianas tienen, en virtud del sacramento recibido, la peculiar misión de ser testigos y anunciadoras del Evangelio de la vida. Es un compromiso que adquiere, en la sociedad, el valor de verdadera y valiente profecía. Por este motivo, «servir el Evangelio de la vida supone que las familias, participando especialmente en asociaciones familiares, trabajan para que las leyes e instituciones del Estado no violen de ningún modo el derecho a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural sino que la defiendan y promuevan». Actividades: 1.Elabore un listado de valores y principios fundamentales en la tradición cristiana, seleccionándolos según el ámbito familiar, social y cultural.

Ámbito Familiar Ámbito Social Ámbito Cultural

2.En una hoja bond blanca confeccione un collage donde represente el respeto a las diversidades individuales, culturales, éticas y sociales. Bibliografía:

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (CDSI N°6; 229; 231). Del Pontificio Consejo de «Justicia y Paz». Ciudad del Vaticano, 29 de junio de 2004.

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Objetivo especifico Contenido

8. Determinar el proyecto de vida y la vivencia de la sexualidad

El proyecto de vida y la vivencia de la sexualidad

“Hombre y Mujer los creo...12”

"Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen ... Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión"13 "Dios creó el hombre a imagen suya...hombre y mujer los creó". "Creced y multiplicaos"14; "el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó "Hombre" en el día de su creación"15. La sexualidad afecta a todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y su alma. Concierne particularmente a la afectividad, la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro. Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La diferencia y la complementariedad físicas, morales y espirituales, están orientadas a los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. La armonía de la pareja y de la sociedad depende en parte de la manera en que son vividas entre los sexos la complementariedad, la necesidad y el apoyo mutuos. "Creando al hombre ‘varón y mujer’, Dios da la dignidad personal de igual modo al hombre y a la mujer"16. El hombre es una persona, y esto se aplica en la misma medida al hombre y a la mujer, porque los dos fueron creados a imagen y semejanza de un Dios personal. Cada uno de los sexos es, con una dignidad igual, aunque de manera distinta, imagen del poder y de la ternura de Dios. La unión del hombre y de la mujer en el matrimonio es una manera de imitar en la carne la generosidad y la fecundidad del Creador: "el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne"17. De esta unión proceden todas las generaciones humanas18.

12

Gn 1,27 13

FC N°11 14

Ver Gn 1,28s 15

Ver Gn 5,1-2 16

FC N°22; ver GS N°49 17

Gn 2,24 18

Ver Gn 4,1-2.25-26; 5,1

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Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes. En el Sermón de la montaña interpreta de manera rigurosa el plan de Dios: "Habéis oído que se dijo: `no cometerás adulterio'. Pues yo os digo: `todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón'"19. El hombre no debe separar lo que Dos ha unido20. La Tradición de la Iglesia ha entendido el sexto mandamiento como una regulación completa de la sexualidad humana. Actividades:

1. Defina personalmente el concepto “sexualidad humana”. Luego investigue y escriba la definición del concepto de “sexualidad humana” que enseña la Iglesia y el que enseña la sociedad actual. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

2. ¿Qué aspectos de la persona afecta la sexualidad humana? ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

3. Mencione el nombre de los seis elementos que conforman la “unidad corpórea espiritual de la persona”. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

4. Para las enseñanzas de la Iglesia: “hombre y mujer son iguales y distintos al mismo tiempo”, según lo leído, explique la frase anterior. ________________________________________________________________________________________________________________________________

Bibliografía:

Catecismo de la Iglesia Católica (CIC N°2331-2336)

19

Mt 5,27-28 20

Ver Mt 19,6

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Jesús: Dios asume plenamente nuestra humanidad

La experiencia de Jesús de hacerse ser humano y vivir esta humanidad en todas sus dimensiones (excepto el pecado) da a la corporeidad su valor y trascendencia. Si Jesús se hizo hombre y vivió como humano, asumiendo una corporeidad, no podemos decir que la vida temporal y el cuerpo estén por fuera del proyecto de salvación. Cuerpo y Espíritu son dos dimensiones inseparables de la existencia humana y sólo si se desarrollan ambas de una manera integral y armónica, la persona alcanza su madurez.

El ser humano fue creado en dos sexos: hombre y mujer. La identidad humana se define, entonces en dos posibilidades: masculina y femenina. Cada sexo tiene sus características específicas tanto en el orden físico como psicológico y espiritual. Pero son iguales en su dignidad, sus facultades, y sus deberes y derechos. Por eso la Iglesia dice que “hombre y mujer son iguales y distintos al mismo tiempo; no idénticos, pero sí iguales en dignidad personal; son semejantes para entenderse, pero diferentes para complementarse recíprocamente”21. La cultura ha atribuido cualidades, características, oficios, defectos, maneras de ser y actuar diferentes según el sexo al cual se pertenezca. Esta asignación cultural ha sido profundamente injusta con ambos sexos, impidiéndole a cada uno de ellos la expresión en alguno de los ámbitos de la vivencia cotidiana. En relación con la sexualidad es necesario destacar fundamentalmente la posición de igualdad entre hombre y mujer (igualdad en su corporeidad, en sus sentimientos, emociones, expresiones, dignidad y responsabilidades); la diferencia natural que se expresa culturalmente entre los dos sexos, pero siempre superando el machismo y la discriminación de uno de ellos. Plantea igualmente, la posibilidad de asumir y ejecutar

21

Sagrada Congregación para la Educación Católica. Orientaciones educativas sobre el amor humano N°25, 1983.

Uni

dad

co

rpó

reo

esp

irit

ual

Racionalidad

Conciencia

Capacidad de transformar la naturaleza

Libertad

Relacionalidad

Capacidad de Amar

La sexualidad debe estar

integrada con todas estas

dimensiones de la persona

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funciones que tradicionalmente se han atribuido al otro sexo, poniendo como límite la libertad individual (no la mayor o menor valoración que la sociedad asigna a ellas). Actividades:

1. ¿Cuándo se dice que la persona alcanza su madurez? ________________________________________________________________ ________________________________________________________________

2. ¿Cuáles son las características específicas de cada sexo?

________________________________________________________________ ________________________________________________________________

3. Enuncie las dimensiones de la persona.

________________________________________________________________ ________________________________________________________________

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Objetivo especifico Contenido

9. Descubrir la sexualidad manifestación de amor y de compromiso social, según principios cristianos.

La sexualidad manifestación de amor y de compromiso social, según principios cristianos.

Ser pareja: máximo símbolo del amor de Dios

La vocación existencial del ser humano hacia el amor sexuado tiene su modelo en la pareja heterosexual (hombre-mujer). La relación hombre (esposo) mujer (esposa) adquiere tal trascendencia dentro del cristianismo que se convierte en el signo del amor de Dios hacia los seres humanos y de Jesús hacia su Iglesia. El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales o inconcientes: es una sabia institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante la entrega personal del uno al otro, tienden a su mutuo perfeccionamiento personal y colaboran con Dios en la generación y la educación de nuevas vidas. Las características de ese amor conyugal son exigentes por cuanto se constituyen en signo del amor de Dios:

Siendo la pareja el contexto típico de la sexualidad y el amor, no se concibe que ese amor pueda ser parcial (don de una parte de sí mismo y no de la totalidad), que involucre sólo una parte de la vida (los fines de semana, algunos meses, unos pocos años), que existe solamente mientras se obtienen beneficios o ventajas de ese amor pero desaparezca frente a la primera dificultad o contrariedad; que exija cambios totales en el ser del otro; que pueda ser compartido o repartido con un tercero. Es una entrega total del uno al otro.

Plenamente humano Total Fiel y exclusivo hasta la muerte Fecundo

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Actividades:

1. Explique por qué el amor sexuado debe vivirse solo dentro de la pareja heterosexual. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

2. Cite el nombre de las características del amor conyugal. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

3. Comente por qué la unión sexual de los esposos es “una entrega de donación total”. ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Bibliografía:

Conferencia Episcopal de Costa Rica. “Educación en la sexualidad: guía para padres de familia y educadores”, 2001, p 82-87.

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Objetivo especifico Contenido

10 Apreciar criterios cristianos acerca del trabajo y la dignidad humana.

Criterios cristianos acerca del trabajo y la dignidad humana.

La Dignidad del Trabajo

“Al hombre le dijo:

Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldita sea la tierra por tu causa.

Con fatiga sacarás de ella el alimento por todos los días de tu vida. Espinas y cardos te dará, mientras le pides las hortalizas que comes.

Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado.

Sepas que eres polvo y al polvo volverás” (Gén 3, 17-19)

La dimensión subjetiva y objetiva del trabajo El trabajo humano tiene una doble dimensión: objetiva y subjetiva. En sentido objetivo, es el conjunto de actividades, recursos, instrumentos y técnicas de las que el hombre se sirve para producir, para dominar la tierra, según las palabras del libro del Génesis. El trabajo en sentido subjetivo, es el actuar del hombre en cuanto ser dinámico, capaz de realizar diversas acciones que pertenecen al proceso del trabajo y que co-rresponden a su vocación personal: «El hombre debe someter la tierra, debe dominarla, porque, como "imagen de Dios", es una persona, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de manera programada y racional, capaz de decidir acerca de si y que tiende a realizarse a si mismo. Como persona, el hombre es, pues, sujeto del trabajo». La subjetividad confiere al trabajo su peculiar dignidad, que impide considerarlo como una simple mercancía o un elemento impersonal de la organización productiva. El trabajo, independientemente de su mayor o menor valor objetivo, es expresión esencial de la persona. Cualquier forma de materialismo y de economicismo que intentase reducir el trabajador a un mero instrumento de producción, a simple fuerza-trabajo, a valor exclusivamente material, acabaría por desnaturalizar irremediablemente la esencia del trabajo, privándolo de su finalidad más noble y profundamente humana. La persona es la medida de la dignidad del trabajo: «En efecto, no hay duda de que el trabajo humano tiene un valor ético, el cual está vinculado completa y directamente al hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona». La dimensión subjetiva del trabajo debe tener preeminencia sobre la objetiva, porque es la del hombre mismo que realiza el trabajo, aquella que determina su calidad y su más alto valor. Si falta esta conciencia o no se quiere reconocer esta verdad, el trabajo

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pierde su significado más verdadero y profundo: en este caso, por desgracia frecuente y difundido, la actividad laboral y las mismas técnicas utilizadas se consideran más importantes que el hombre mismo y, de aliadas, se convierten en enemigas de su dignidad. El trabajo humano no solamente procede de la persona, sino que esta también esencialmente ordenado y finalizado a ella. Independientemente de su contenido objetivo, el trabajo debe estar orientado hacia el sujeto que lo realiza, porque la finalidad del trabajo, de cualquier trabajo, es siempre el hombre. Actividades:

1. El trabajo posee dos dimensiones, explique cada una de ellas. ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

2. A su criterio cual es la principal dimensión del trabajo justifique su escogencia?. ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Bibliografía:

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (CDSI N°270-272). Del Pontificio Consejo de «Justicia y Paz». Ciudad del Vaticano, 29 de junio de 2004.

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

11 Estimar el trabajo humano instrumento de desarrollo personal y social, en la realidad costarricense a la luz del pensamiento de la Iglesia.

El trabajo humano instrumento de desarrollo personal y social, en la realidad costarricense a la luz del pensamiento de la Iglesia.

El Trabajo dignifica a las personas

“El que robaba, que ya no robe, sino que se fatigue trabajando con sus manos en algo útil

y así tendrá algo que compartir con los necesitados” (Efesios 4,28)

1. El trabajo, fuente de sustento diario.

El trabajo es uno de los aspectos que más condiciona, positiva o negativamente, según los casos, la vida de la persona, de la familia y de la sociedad. Sin trabajo estable y satisfactorio, difícilmente puede hacer equilibrio en la persona y paz en la familia y en el país.

2. Mediante el trabajo participamos de la obra creadora de Dios Trabajar es compartir con Dios la tarea de la creación; por eso, es para nosotros un verdadero honor. Es parecerse a Dios. Es ejercer la responsabilidad frente al mundo que Dios nos ha confiado. El trabajo nos permite poner al servicio de la creación no solamente nuestro ser, sino todas las cualidades que Dios nos ha dado. El esfuerzo que hacemos al trabajar, contribuye a que nos sintamos más personas, mejores hijos de Dios y más útiles al bienestar y al progreso del mundo. Por ello, decimos que el trabajo dignifica al hombre y a la mujer. Con el trabajo, el ser humano se convierte en el Señor del mundo. Cuando trabajamos, ponemos al servicio de los demás las fuerzas maravillosas que Dios nos dio, hacemos surgir beneficios de la naturaleza que creó y que nos entregó, y cumplimos el plan de Dios, de dominar fuerzas naturales para ponerlas a su servicio.

3. El trabajo, un derecho de todo ser humano. El art # 56 de nuestra Constitución Política establece: “El trabajo es un derecho del individuo y una obligación con la sociedad. El Estado garantiza el derecho de libre elección de trabajo” En primer lugar, por el trabajo conseguimos la posibilidad de llenar las necesidades básicas de la persona y de la familia, a través del salario justo y de otros derechos inherentes a éste. Pero, sobre todo, el trabajo nos proporciona la

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posibilidad de crecer como seres humanos que somos: por él, nos sentimos realizados, útiles a la sociedad, capaces de compartir con los demás, de producir y de mejorar el mundo; el trabajo garantiza en buena parte la paz y la estabilidad de toda la familia; y como parte de él, el tiempo de descanso y la recreación, que ayuda a mantener la salud psíquica y física. Conlleva derechos muy propios del trabajador:

El pago puntual, justo y exacto del salario, que garantice una existencia digna al trabajador y a su familia.

El seguro social y los permisos necesarios por incapacidad. El descanso semanal. Las vacaciones anuales y el aguinaldo. Las prestaciones sociales. El derecho a la pensión, sea por razones de edad, o bien por incapacidad

permanente. El derecho a la incapacidad por maternidad y todo lo que eso conlleva, en el

caso de la mujer. La prevención de accidentes laborales. El derecho de la mujer de ser tratada en igualdad de condiciones del varón en

cuanto a derechos laborales se trata; por consiguiente, un embarazo no justifica su despido.

Poder asociarse a gremios que le sirvan para proteger sus legítimos derechos. Exigir que se valore su trabajo por la calidad y no sólo por la cantidad.

4. El trabajo ha de evolucionar hacia formas de vida más humanas. Nuestros obispos de América Latina y el Caribe en el documento de Aparecida dicen: “Alabamos porque en la belleza de la creación, que es obra de sus manos, resplandece el sentido del trabajo como participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. Jesús, el carpintero22 dignificó el trabajo y al trabajador, y recuerda que el trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra, por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres humanos. El trabajo garantiza la dignidad humana y la libertad del hombre. Damos gracias a Dios porque su palabra nos enseña que, a pesar de la fatiga que muchas veces acompaña al trabajo, el cristiano sabe que éste, unidos a la oración, sirve no solo al progreso terreno, sino también a la santificación personal y a la construcción del Reino de Dios aquí en la tierra”23.

5. Relaciones laborales entre empleados y empleadores.

Tan justos deben ser los empleadores (patronos) para con sus trabajadores, como éstos con aquéllos. Todos tenemos derechos y deberes. El cumplimiento de los deberes de unos garantiza el respaldo de los derechos por parte de los otros. El salario

22

Ver Mc 6,3 23

DA N°120-121

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es una nota clave de la ética social; es la base o el primer paso hacia una relación justa entre el empleado y el empleador.

De los trabajadores cabe esperar, como deber propio: la honradez, la lealtad y la puntualidad; el debido aprovechamiento del tiempo; la eficacia. Deben presentar el debido comprobante en caso de ausencia justificada. Evitar las incapacidades injustificadas, sobre todo cuando los comprobantes son conseguidos con engaños. También deben respetar los bienes que son propios del empleador. También es su obligación mantener el respeto a los demás compañeros de trabajo y favorecer un ambiente laboral positivo.

La mejor señal de un ambiente de trabajo digno y sano, es la satisfacción que se experimenta al trabajar; y, como consecuencia, un mejor rendimiento en el trabajo mismo.

6. Hay personas que no trabajan. La ha habido en todos los tiempos. Prueba de ello, los llamamientos del apóstol san Pablo en 2 Tesalonicenses 3, 12: “A ésos les mandamos y les rogamos, por Cristo Jesús, nuestro Señor, que trabajen y se ganen la vida en vez de molestar” y en Efesios 4, 28. El que es ocioso voluntariamente, lo que requiere es educación para que encuentre su dignidad y asuma sus responsabilidades. Nunca se debe ayudar a fomentar la vagancia, sino estimular la superación personal. Mientras personas en óptimas condiciones no quieren hacer nada útil para sí y para los demás, hay quienes les dan ejemplo de superación. En efecto, son cada vez más frecuentes los casos de personas limitadas que aprenden y realizan algún oficio, de acuerdo con su condición. ¿Y cómo ayudar a los desempleados? Las comunidades deben estar organizadas en este sentido, creando “bolsas de trabajo” para los que no lo tienen; y procurando ayudar a estas personas a mantener a sus familias, entre tanto lo consiguen. El no trabajar, además de que trae pobreza, es un verdadero peligro, pues produce intranquilidad familiar, preocupaciones, estados depresivos, vicios, crimen y violencia. Con el trabajo el cristiano construye un mundo mejor, es, entonces, cuando el trabajo se convierte en oración. Actividades: 1.Explique porque el trabajo es un derecho del hombre y de la mujer. ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

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2. Recorte y pegue imágenes que representen derechos en el trabajo. Bibliografía:

Documento de Aparecida (DA N°120-121). Conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Aparecida, Brasil. Mayo 2007.

Esta es nuestra fe. Manual de la serie “Catequesis de Adultos”. Comisión Nacional de Catequesis de Costa Rica, 2001. p 392.

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Elementos para una espiritualidad del Trabajo

“También Abel le hizo una ofrenda, sacrificando los primeros nacidos de sus rebaños y

quemando su grasa. A Yavé le agradó Abel y su ofrenda” (Gn 4,4s) 1. Particular cometido de la Iglesia24 Conviene dedicar la última parte de las presentes reflexiones sobre el tema de la espiritualidad del trabajo en el sentido cristiano de la expresión. Dado que el trabajo en su aspecto subjetivo es siempre una acción personal, se sigue necesariamente que en él participa el hombre completo, su cuerpo y su espíritu, independientemente del hecho de que sea un trabajo manual o intelectual. Al hombre entero se dirige también la Palabra del Dios vivo, el mensaje evangélico de la salvación, en el que encontramos muchos contenidos dedicados al trabajo humano. Si la Iglesia considera como deber suyo pronunciarse sobre el trabajo bajo el punto de vista de su valor humano y del orden moral, en el cual se encuadra, reconociendo en esto una tarea específica importante en el servicio que hace al mensaje evangélico completo, contemporáneamente ella ve un deber suyo particular en la formación de una espiritualidad del trabajo, que ayude a todos los hombres a acercarse a través de él a Dios, Creador y Redentor, a participar en sus planes salvíficos respecto al hombre y al mundo, y a profundizar en sus vidas la amistad con Cristo, asumiendo mediante la fe una viva participación en su triple misión de Sacerdote, Profeta y Rey. 2. El trabajo como participación en la obra del Creador25 Como dice el Concilio Vaticano II: «Una cosa hay cierta para los creyentes: la actividad humana individual y colectiva o el conjunto ingente de esfuerzos realizados por el hombre a lo largo de los siglos para lograr mejores condiciones de vida, considerado en sí mismo, responde a la voluntad de Dios. Creado el hombre a imagen de Dios, recibió el mandato de gobernar el mundo en justicia y santidad, sometiendo a sí la tierra y cuanto en ella se contiene y de orientar a Dios la propia persona y el universo entero, reconociendo a Dios como Creador de todo, de modo que con el sometimiento de todas las cosas al hombre sea admirable el nombre de Dios en el mundo»26 El hombre tiene que imitar a Dios tanto trabajando27 como descansando28, dado que Dios mismo ha querido presentarle la propia obra creadora bajo la forma del trabajo y del reposo. Esta obra de Dios en el mundo continúa sin cesar, tal como atestiguan las

24

LE N°24 25

LE N°25 26

GS N°34 27

Ver Gn 2,2 28

Ver Gn 2,3

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palabras de Cristo: «Mi Padre sigue obrando todavía ...»29 obra con la fuerza creadora, sosteniendo en la existencia al mundo que ha llamado de la nada al ser y obra con la fuerza salvífica en los corazones de los hombres, a quienes ha destinado desde el principio al «descanso»30 en unión consigo mismo, en «la casa del Padre»31 Por lo tanto, el trabajo humano no sólo exige el descanso cada «siete días»32 sino que además no puede consistir en el mero ejercicio de las fuerzas humanas en una acción exterior; debe dejar un espacio interior, donde el hombre, convirtiéndose cada vez más en lo que por voluntad divina tiene que ser, se va preparando a aquel «descanso»; que el Señor reserva a sus siervos y amigos33. La conciencia de que el trabajo humano es una participación en la obra de Dios, debe llegar (como enseña el Concilio) incluso a «los quehaceres más ordinarios. Porque los hombres y mujeres que, mientras procuran el sustento para sí y su familia, realizan su trabajo de forma que resulte provechoso y en servicio de la sociedad, con razón pueden pensar que con su trabajo desarrollan la obra del Creador, sirven al bien de sus hermanos y contribuyen de modo personal a que se cumplan los designios de Dios en la historia»34 Hace falta, por lo tanto, que esta espiritualidad cristiana del trabajo llegue a ser patrimonio común de todos. Hace falta que, de modo especial en la época actual, la espiritualidad del trabajo demuestre aquella madurez, que requieren las tensiones y las inquietudes de la mente y del corazón: «Los cristianos, lejos de pensar que las conquistas logradas por el hombre se oponen al poder de Dios y que la criatura racional pretende rivalizar con el Creador, están, por el contrario, persuadidos de que las victorias del hombre son signo de la grandeza de Dios y consecuencia de su inefable designio. Cuanto más se acrecienta el poder del hombre, más amplia es su responsabilidad individual y colectiva ... El mensaje cristiano no aparta a los hombres de la edificación del mundo ni los lleva a despreocuparse del bien ajeno, sino que, al contrario, les impone como deber el hacerlo»35 La conciencia de que a través del trabajo el hombre participa en la obra de la creación, constituye el móvil más profundo para emprenderlo en varios sectores: «Deben, pues, los fieles conocer la naturaleza íntima de todas las criaturas, su valor y su ordenación a la gloria de Dios y, además, deben ayudarse entre si, también mediante las actividades seculares, para lograr una vida más santa, de suerte que el mundo se impregne del espíritu de Cristo y alcance más eficazmente su fin en la justicia, la caridad y la paz ... Procuren, pues, seriamente, que por su competencia en los asuntos profanos y por su actividad, elevada desde dentro por la gracia de Cristo, los bienes creados se

29

Jn 15,17 30

Ver Heb 4, 1. 9-10 31

Ver Jn 14,2 32

Ver Dt 5, 12-14; Ex 20, 8-12 33

Ver Mt 25,21 34

GS N°34 35

GS N°34

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desarrollen ... según el plan del Creador y la iluminación de su Verbo, mediante el trabajo humano, la técnica y la cultura civil»36 3. Elementos para una espiritualidad del trabajo:

Dar al trabajo el sentido que tiene a los ojos de Dios. Para el trabajador, el trabajo es participar en la obra del Creador. Seguir el ejemplo de Cristo en el trabajo (ver Mc 6,2-3 y Mt 6,25-34) Iluminar el trabajo desde la espiritualidad del trabajo en el Antiguo Testamento

(ver Jr 18, 3-4; Gn 9,20; Eclo 12, 9-12) y el Nuevo Testamento (ver Hch 18,3; 2 Tes 3,12)

El trabajo debe ser iluminado desde la cruz y la resurrección de Jesús (ver 2 Pe 3, 13 y Ap 21,1). Todo trabajo esta unido inevitablemente a la fatiga (ver 3,17; 19) El sudor y la fatiga, que el trabajo necesariamente lleva en la condición actual de la humanidad, ofrecen al cristiano y a cada hombre, que ha sido llamado a seguir a Cristo, la posibilidad de participar en el amor a la obra que Cristo ha venido a realizar. En el trabajo humano el cristiano descubre una pequeña parte de la cruz de Cristo y la acepta con el mismo espíritu de redención, con el cual Cristo ha aceptado su cruz por nosotros (ver Jn 17,4 y Lc 9,23).

Actividades: Explique dos elementos que ayudan a cumplir con una espiritualidad en el trabajo. ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Bibliografía:

Carta Encíclica Laborem Exercens (LE), sobre el trabajo humano, de su santidad Juan Pablo II. Dado en Ciudad del Vaticano 14 de septiembre de 1981.

Constitución Dogmática Lumen Gentium (LG) del Concilio Ecuménico Vaticano II sobre la Iglesia como luz de las gentes. Roma, 21 de noviembre de 1964.

Constitución Pastoral Gaudium et Spes (GS), del Concilio Ecuménico Vaticano II, sobre la Iglesia en el mundo actual. Roma, 07 de diciembre de 1965.

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El Descanso Festivo

«El día séptimo cesó Dios de toda la tarea que había hecho»

(Gn 2,2)

El descanso festivo es un derecho «El día séptimo cesó Dios de toda la tarea que había hecho»: también los hombres, creados; su imagen, deben gozar del descanso y tiempo libre para poder atender: la vida familiar, cultural, social y religiosa. A esto contribuye la institución del día del Señor. Los creyentes, durante el domingo y en lo demás días festivos de precepto, deben abstenerse de «trabajos o actividades que impidan el culto debido a Dios, la alegría propia del día de Señor, la práctica de las obras de misericordia y el descanso necesario de espíritu y del cuerpo». Necesidades familiares o exigencias de utilidad social pueden legítimamente eximir del descanso dominical, pero no deben crear costumbres perjudiciales para la religión, la vida familiar y la salud.

El domingo es un día que se debe santificar mediante una caridad efectiva, dedicando especial atención a la familia y a los parientes, así coma también a los enfermos y a los ancianos. Tampoco se debe olvidar a los «hermanos que tienen las misma necesidades y los mismos derechos y no pueden descansar a causa de la pobreza y la miseria». Es además un tiempo propicio para la reflexión, el silencio y el estudio, que favorecen el crecimiento de la vida interior y cristiana. Los creyentes deberán distin-guirse, también en este día, por su moderación, evitando todos los excesos y las violencias que frecuentemente caracterizan las diversiones masivas. El día del Señor debe vivirse siempre como el día de la liberación, que lleva a participar en «la reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos»37 y anticipa la celebración de la Pascua definitiva en la gloria del cielo. Las autoridades públicas tienen el deber de vigilar para que los ciudadanos no se vean privados, por motivos de productividad económica, de un tiempo destinado al descanso y al culto divino. Los patronos tienen una obligación análoga con respecto a sus empleados. Los cristianos deben esforzarse, respetando la libertad religiosa y el bien común de todos, para que las leyes reconozcan el domingo y las demás solemnidades litúrgicas como días festivos: «Deben dar a todos un ejemplo público de oración, de respeto y de alegría, y defender sus tradiciones como una contribución preciosa a la vida espiritual de la sociedad humana». Todo cristiano deberá «evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor». Bibliografía:

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (CDSI N°284-286). Del Pontificio Consejo de «Justicia y Paz». Ciudad del Vaticano, 29 de junio de 2004.

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Heb 12,22-23

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La Familia y el derecho al trabajo

a) La familia y el derecho al trabajo El trabajo es «el fundamento sobre el que se forma la vida familiar, la cual es un derecho natural y una vocación del hombre». El trabajo asegura los medios de subsistencia y garantiza el proceso educativo de los hijos. Familia y trabajo, tan estrechamente interdependientes en la experiencia de la gran mayoría de las personas, requieren una consideración más conforme a la realidad, una atención que las abarque conjuntamente, sin las limitaciones de una concepción privatista de la familia y economicista del trabajo. Es necesario para ello que las empresas, las organizaciones profesionales, los sindicatos y el Estado se hagan promotores de políticas laborales que no perjudiquen, sino favorezcan el núcleo familiar desde el punto de vista ocupacional. La vida familiar y el trabajo, en efecto, se condicionan recíprocamente de diversas maneras. Los largos desplazamientos diarios al y del puesto de trabajo, el doble trabajo, la fatiga física y psicológica limitan el tiempo dedicado a la vida familiar;

las situaciones de desocupación tienen repercusiones materiales y espirituales sobre las familias, así como las tensiones y las crisis familiares influyen negativamente en las actitudes y el rendimiento en el campo laboral.

b) Las mujeres y el derecho al trabajo

El genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral. El primer e indispensable paso en esta dirección es la posibilidad concreta de acceso a la formación profesional. El reconocimiento y la tutela de los derechos de las mujeres en este ámbito dependen, en general, de la organización del trabajo, que debe tener en cuenta la dignidad y la vocación de la mujer, cuya «verdadera promoción... exige que el trabajo se estructure de manera que no deba pagar su promoción con el abandono del carácter específico propio y en perjuicio de la familia, en la que como madre tiene un papel insustituible». Es una cuestión con la que se miden la cualidad de la sociedad y la efectiva tutela del derecho al trabajo de las mujeres. La persistencia de muchas formas de discriminación que ofenden la dignidad y vocación de la mujer en la esfera del trabajo, se debe a una larga serie de condicionamientos perniciosos para la mujer, que ha sido y es todavía «olvidada en sus prerrogativas, marginada frecuentemente e incluso reducida a esclavitud». Estas dificultades, desafortunadamente, no han sido superadas, como lo demuestran en todo el mundo las diversas situaciones que humillan a la mujer, sometiéndola a formas de verdadera y propia explotación. La urgencia de un efectivo reconocimiento de los derechos de la mujer en el trabajo se advierte especialmente en los aspectos de la retribución, la seguridad y la previsión social.

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Bibliografía:

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (CDSI N°294-295). Del Pontificio Consejo de «Justicia y Paz». Ciudad del Vaticano, 29 de junio de 2004.

Actividades: 1.¿Por qué es importante el día sétimo de la semana? ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 2.¿Qué actividades considera usted que se deben realizar en el día sétimo de la semana? ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 3.Anote dos prejuicios que puede causar el trabajo en el ambiente familiar. ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 4.Confeccione un collage sobre distintos trabajos donde interviene la mujer.

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

12 Constatar enseñanzas cristianas acerca del aporte y responsabilidad de la creatividad humana (Ciencia y la Tecnología) en la calidad integral de vida

Enseñanzas cristianas acerca del aporte y responsabilidad de la creatividad humana (Ciencia y la Tecnología) en la calidad integral de vida.

La Actividad humana en el mundo

Siempre se ha esforzado el hombre con su trabajo y con su ingenio en perfeccionar su vida; pero en nuestros días, gracias a la ciencia y la técnica, ha logrado dilatar y sigue dilatando el campo de su dominio sobre casi toda la naturaleza, y, con ayuda sobre todo el aumento experimentado por los diversos medios de intercambio entre las naciones, la familia humana se va sintiendo y haciendo una única comunidad en el mundo. De lo que resulta que gran número de bienes que antes el hombre esperaba alcanzar sobre todo de las fuerzas superiores, hoy los obtiene por sí mismo. Ante este gigantesco esfuerzo que afecta ya a todo el género humano, surgen entre los hombres muchas preguntas. ¿Qué sentido y valor tiene esa actividad? ¿Cuál es el uso que hay que hacer de todas estas cosas? ¿A qué fin deben tender los esfuerzos de individuos y colectividades?. La Iglesia, custodio del depósito de la palabra de Dios, del que manan los principios en el orden religioso y moral, sin que siempre tenga a manos respuesta adecuada a cada cuestión, desea unir la luz de la Revelación al saber humano para iluminar el camino recientemente emprendido por la humanidad.

La ciencia y la tecnología

Alabamos a Dios por quienes cultivan las ciencias y la tecnología, ofreciendo una inmensa cantidad de bienes y valores culturales que han contribuido, entre otras cosas, a prolongar la expectativa de vida y su calidad. Sin embargo, la ciencia y la tecnología no tienen las respuestas a los grandes interrogantes de la vida humana. La respuesta última a las cuestiones fundamentales del hombre sólo puede venir de una razón y ética integrales iluminadas por la revelación de Dios. Cuando la verdad, el bien y la belleza se separan; cuando la persona humana y sus exigencias fundamentales no constituyen el criterio ético, la ciencia y la tecnología se vuelven contra el hombre que las ha creado. Bibliografía:

Constitución Pastoral Gaudium et Spes (GS N°33), del Concilio Ecuménico Vaticano II, sobre la Iglesia en el mundo actual. Roma, 07 de diciembre de 1965.

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Documento de Aparecida (DA N°123). Conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Aparecida, Brasil. Mayo 2007.

Actividades: 1.¿Cuándo la ciencia y la tecnología pueden ser perjudiciales a la humanidad? ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2.Recorte y pegue imágenes de tecnologías que pueden colaborar con la difusión de la palabra de dios.

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

13 Apreciar las aplicaciones de la ciencia y la tecnología en distintos ámbitos de la vida humana a la luz de criterios cristianos.

Las aplicaciones de la ciencia y la tecnología en distintos ámbitos de la vida humana a la luz de criterios cristianos.

Dios ha creado los bienes materiales para todos

“No habían entre ellos necesitados,

porque todos los que tenían bienes o casas los vendían, llevaban el precio de los vendido,

lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada uno según su necesidad”

(Hch 4, 34-35)

Dios es el Señor de todo. “Del Señor es la tierra y lo que contiene, el universo y los que en él habitan, pues Él lo edificó” (Salmo 24, 1-2). Pero Dios quiere compartir con los humanos, sus hijos, todo lo que él ha creado. Dios quiere que los bienes de la Tierra estén al servicio de todos. Ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todo el género humano. En consecuencia, estos bienes deben llegar a todos en forma justa. Leemos en el libro del Génesis: “Y los bendijo Dios diciéndoles: crezcan y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven por la tierra. Y añadió: Les entrego todas las plantas que existen sobre la tierra y tienen semilla para ser sembradas; y todos los árboles que producen frutos con su semilla les servirán de alimento”38 Si leemos en su totalidad el primer capítulo del Génesis, descubrimos el destino universal de los bienes: Dios los va creando y ordenando según su voluntad. En la culminación de su obra, sitúa al ser humano como cabeza y rey de la creación, al fin de darle la responsabilidad de un protagonismo en el orden de lo creado, lo cual ha de traducirse en una preocupación constante para que todos tengamos lo necesario para una vida digna. Dado que históricamente el egoísmo humano se interpone en la justa distribución de los bienes, tanto en el ámbito nacional como internacional se han ido creando diversas instituciones llamadas a velar por el derecho de las personas al disfrute de ellos, sobre todo los de la tierra. “Tú haces brotar el pasto del ganado y las plantas que sirven a los hombres, para que la tierra obtenga su alimento”39

38

Gén 1, 27-29 39

Salmo 104, 14

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Actividades: Confecciones un collage donde represente cosas creadas por Dios y cosas creadas por el hombre. Bibliografía:

Esta es nuestra fe. Manual de la serie “Catequesis de Adultos”. Comisión Nacional de Catequesis de Costa Rica, 2001. p 374.

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

14 Determinar el compromiso cristiano de un seguidor de Jesús: significado e implicaciones

El compromiso cristiano de un seguidor de Jesús: significado e implicaciones

Llamados al seguimiento de Jesucristo

“En Cristo Dios nos eligió

antes de que creara el mundo, para estar en su presencia santos y sin mancha.

En su amor. Nos destinó de antemano para ser hijos suyos en Jesucristo

y por medio de él. Así lo quiso y le pareció bien”

(Ef 1, 4-5)

Dios Padre sale de sí, por así decirlo, para llamarnos a participar de su vida y de su gloria. Mediante Israel, pueblo que hace suyo, Dios nos revela su proyecto de vida40. En estos últimos tiempos, nos ha hablado por medio de Jesús su Hijo41, con quien llega a la plenitud de los tiempos42. Dios, que es santo y nos ama, nos llama por medio de Jesús a ser santos. El llamamiento que hace Jesús, el Maestro, conlleva una gran novedad: Jesús invita a encontrarnos con Él y a que nos vinculemos estrechamente a Él, porque es la fuente de vida43 y sólo Él tiene palabras de vida eterna44. En la convivencia cotidiana con Jesús y en la confrontación con los seguidores de otros maestros, los discípulos pronto descubren cosas del todo originales en su relación con Jesús:

No fueron ellos los que escogieron a su maestro, fue Cristo quien los eligió: “Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca” (Jn 15, 16).

No fueron convocados para algo (purificarse o aprender de la Ley…), sino para Alguien, elegidos para vincularse íntimamente a su Persona “Y les dijo: síganme, y yo haré que ustedes sean pescadores de hombres” (Mc 1,17).

40

Ver Dt 5,26; Ex 3,7-10; 34,6 41

Ver Heb 1, 1ss 42

Ver Gál 4,4 43

Ver Jn 15, 5-15 44

Ver Jn 6, 68

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Jesús los eligió para “que estuvieran con Él y enviarlos a predicar” (Mc 3,14), para que lo siguieran con la finalidad de “ser de Él” y formar parte de los suyos y participar de su misión.

Con la parábola de la Vid y los Sarmientos45, Jesús revela el tipo de vinculación que Él ofrece y que espera de los suyos. No quiere una vinculación como “siervos”, porque “el siervo no conoce lo que hace su señor”. Jesús quiere que su discípulo se vincule a Él como “amigo” y como “hermano”. El “amigo” ingresa a su Vida, haciéndola propia. Actitudes de un “amigo de Jesús, que desea comprometerse y seguirlo:

Escucha a Jesús.

Conoce al Padre y hace fluir su vida (Jesucristo) en la propia existencia.

Participa de la vida del Resucitado, es decir lo imita en su santidad.

Comparte la misma vida de Jesús que viene del Padre. La consecuencia inmediata de este tipo de vinculación es la condición de hermanos que adquieren los miembros de la comunidad de Cristo. Jesús los hace familiares suyos, porque comparte la misma vida que viene del Padre y les pide, como discípulos: una unión íntima con Él, obediencia a la Palabra del Padre, para producir en abundancia frutos de amor: “A todos aquellos que creen en su nombre, les dio capacidad para ser hijos de Dios”46. Como discípulos y misioneros, estamos llamados a intensificar nuestra respuesta de fe y a anunciar que Cristo ha redimido todos los pecados y males de la humanidad. La respuesta a su llamada exige entrar en la dinámica del Buen Samaritano47, que nos da el imperativo de hacernos prójimo:

especialmente con el que sufre, y generar una sociedad sin excluidos, siguiendo la practica de Jesús que come con publicanos y pecadores (ver Lc 5, 29-32),

que acoge a los pequeños y a los niños (ver Mc 10, 13-16), que sana a los leprosos (ver Mc 1, 40-45), que perdona y libera a la mujer pecadora (ver Lc 7, 36-49; Jn 8, 1-11), que habla con la Samaritana (ver Jn 4, 1-26).

La admiración por la persona de Jesús, su llamada y su mirada de amor buscan suscitar una respuesta consciente y libre desde los más íntimo del corazón del discípulo, una adhesión de toda su persona al saber que Cristo lo llama por su nombre48. Es un “sí” que compromete radicalmente la libertad del discípulos a

45

Ver Jn 15, 1-8 46

Jn 1, 12-13 47

Ver Lc 10, 29-37 48

Ver Jn 10,3

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entregarse a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida49. Es una respuesta de amor a quien lo amó primero “hasta el extremo”50. En este amor de Jesús madura la respuesta del discípulo: “Te seguiré adondequiera que vayas”51 Actividades: 1.¿Qué actitudes considera usted debe poseer un buen amigo? ______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Bibliografía:

Documento de Aparecida (DA N°129-135). Conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Aparecida, Brasil. Mayo 2007.

49

Ver Jn 14,6 50

Ver Jn 13, 1 51

Lc 9, 57

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Id también vosotros a mi viña

"El Reino de los Cielos es semejante a un propietario, que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña.

Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña" (Mt. 20, 1-2).

La parábola evangélica despliega ante nuestra mirada la inmensidad de la viña del Señor y la multitud de personas, hombres y mujeres, que son llamadas por El y enviadas para que tengan trabajo en ella. La viña es el mundo entero52, que debe ser transformado según el designio divino en vista de la venida definitiva del Reino de Dios. "Salió luego hacia las nueve de la mañana, vio otros que estaban en la plaza desocupados y les dijo: "Id tamién vosotros a mi viña""53. El llamamiento del Señor Jesús "Id también vosotros a mi viña" no cesa de resonar en el curso de la historia desde aquel lejano día: se dirige a cada hombre que viene a este mundo. En nuestro tiempo, en la renovada efusión del Espíritu de Pentecostés que tuvo lugar con el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha madurado una conciencia más viva de su naturaleza misionera y ha escuchado de nuevo la voz de su Señor que la envía al mundo como "sacramento universal de salvación". Id también vosotros. La llamada no se dirige sólo a los Pastores, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se extiende a todos: también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo. Lo recuerda San Gregorio Magno quien, predicando al pueblo, comenta de este modo la parábola de los obreros de la viña: "Fijaos en vuestro modo de vivir, queridísimos hermanos, y comprobad si ya sois obreros del Señor. Examine cada uno lo que hace y considere si trabaja en la viña del Señor". La Iglesia de Jesucristo haciendo eco al llamamiento de Cristo, han convocado a todos los fieles laicos, hombres y mujeres, a trabajar en la viña: "Este Sacrosanto Concilio ruega en el Señor a todos los laicos que respondan con ánimo generoso y prontitud de corazón a la voz de Cristo, que en esta hora invita a todos con mayor insistencia, y a los impulsos del Espíritu Santo. Sientan los jóvenes que esta llamada va dirigida a ellos de manera especialísima; recíbanla con entusiasmo y magnanimidad. El mismo Señor, en efecto, invita de nuevo a todos los laicos, por medio de este santo Concilio, a que se le unan cada día más íntimamente y a que, haciendo propio todo lo suyo54, se asocien a su misión salvadora; de nuevo los envía a todas las ciudades y lugares adonde El está por venir55.

52

Ver Mt. 13, 38 53

Mt. 20, 3-4 54

Ver Flp. 2, 5 55

Ver Lc. 10, 1

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Se han podido comprobar cómo el Espíritu Santo ha seguido rejuveneciendo la Iglesia, suscitando nuevas energías de santidad y de participación en tantos fieles laicos. Ello queda testificado, entre otras cosas, por el nuevo estilo de colaboración entre sacerdotes, religiosos y fieles laicos; por la participación activa en la liturgia, en el anuncio de la Palabra de Dios y en la catequesis; por los múltiples servicios y tareas confiados a los fieles laicos y asumidos por ellos; por el lozano florecer de grupos, asociaciones y movimientos de espiritualidad y de compromiso laicales; por la participación más amplia y significativa de la mujer en la vida de la Iglesia y en el desarrollo de la sociedad. Al mismo tiempo, el Sínodo ha notado que el camino post-conciliar de los fieles laicos no ha estado exento de dificultades y de peligros. En particular, se pueden recordar dos tentaciones a las que no siempre han sabido sustraerse: la tentación de reservar un interés tan marcado por los servicios y las tareas eclesiales, de tal modo que frecuentemente se ha llegado a una práctica dejación de sus responsabilidades específicas en el mundo profesional, social, económico, cultural y político; y la tentación de legitimar la indebida separación entre fe y vida, entre la acogida del Evangelio y la acción concreta en las más diversas realidades temporales y terrenas. DESCUBRIR Y VIVIR LA PROPIA VOCACION Y MISION La formación de los fieles laicos tiene como objetivo fundamental el descubrimiento cada vez más claro de la propia vocación y la disponibilidad siempre mayor para vivirla en el cumplimiento de la propia misión. Dios me llama y me envía como obrero a su viña; me llama y me envía a trabajar para el advenimiento de su Reino en la historia. Esta vocación y misión personal define la dignidad y la responsabilidad de cada fiel laico y constituye el punto de apoyo de toda la obra formativa, ordenada al reconocimiento gozoso y agradecido de tal dignidad y al desempeño fiel y generoso de tal responsabilidad. En la vida de cada fiel laico hay además momentos particularmente significativos y decisivos para discernir la llamada de Dios y para acoger la misión que El confía. Entre ellos están los momentos de la adolescencia y de la juventud. Sin embargo, nadie puede olvidar que el Señor, como el dueño con los obreros de la viña, llama -en el sentido de hacer concreta y precisa su santa voluntad- a todas las horas de la vida: por eso la vigilancia, como atención solícita a la voz de Dios, es una actitud fundamental y permanente del discípulo. De todos modos, no se trata sólo de saber lo que Dios quiere de nosotros, de cada uno de nosotros en las diversas situaciones de la vida. Es necesario hacer lo que Dios quiere: así como nos lo recuerdan las palabras de María, la Madre de Jesús, dirigiéndose a los sirvientes de Caná: "Haced lo que El os diga"56. Y para actuar con fidelidad a la voluntad de Dios hay que ser capaz y hacerse cada vez más capaz. Desde luego, con la gracia del Señor, que no falta nunca, como dice San León Magno:

56

Jn. 2, 5

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"Dará la fuerza quien ha conferido la dignidad"; pero también con la libre y responsable colaboración de cada uno de nosotros. Esta es la tarea maravillosa y esforzada que espera a todos los fieles laicos, a todos los cristianos, sin pausa alguna: conocer cada vez más las riquezas de la fe y del Bautismo y vivirlas en creciente plenitud. El apóstol Pedro hablando del nacimiento y crecimiento como de dos etapas de la vida cristiana, nos exhorta: "Como niños recién nacidos, desead la leche espiritual pura, a fin de que, por ella, crezcáis para la salvación"57. Actividades:

1. Cadena de aprendizajes: Coloque en el primer cuadro la idea principal y en los siguientes escriba las ideas por orden de importancia.

Bibliografía:

Cristifideles Laici (CFL N°1-2.58), exhortación apostólica post-sinodal del Papa Juan Pablo II; sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo. Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 30 de diciembre, fiesta de la sagrada Familia de Jesús, María y José, del año 1988.

57

1 Pe 2, 2

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

15 Reconocer a la Iglesia como comunidad de fe y signo de Dios en el mundo.

La Iglesia comunidad de fe es signo de Dios.

Origen, Fundación y Misión de la Iglesia

Jesús se fue a la región de Cesarea de Filipo. Estando allí, preguntó a sus discípulos:

Según el parecer de la gente, ¿quién soy yo? ¿Quién es el Hijo del Hombre? Respondieron: Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros que eres Elías, o bien

Jeremías o alguno de los profetas. Jesús les preguntó: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?. Pedro contestó: Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo. Jesús le replicó: Feliz eres, Simón, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que

está en los Cielos. Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mí Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo

que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo. Entonces Jesús les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

(Mt 20, 13-20) Para penetrar en el Misterio de la Iglesia, conviene primeramente contemplar su origen dentro del designio de la Santísima Trinidad y su realización progresiva en la historia. 1. Un designio nacido en el corazón del Padre "El Padre eterno creó el mundo por una decisión totalmente libre y misteriosa de su sabiduría y bondad. Decidió elevar a los hombres a la participación de la vida divina" a la cual llama a todos los hombres en su Hijo: "Dispuso convocar a los creyentes en Cristo en la santa Iglesia". Esta "familia de Dios" se constituye y se realiza gradualmente a lo largo de las etapas de la historia humana, según las disposiciones del Padre: en efecto, la Iglesia ha sido "prefigurada ya desde el origen del mundo y preparada maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza; se constituyó en los últimos tiempos, se manifestó por la efusión del Espíritu y llegará gloriosamente a su plenitud al final de los siglos"58. 2. La Iglesia, prefigurada desde el origen del mundo "El mundo fue creado en orden a la Iglesia" decían los cristianos de los primeros tiempos59. Dios creó el mundo en orden a la comunión en su vida divina, "comunión" que se realiza mediante la "convocación" de los hombres en Cristo, y esta

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LG N°2 59

Hermas, vis.2, 4,1; cf. Arístides, apol. 16, 6; Justino, apol. 2, 7.

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"convocación" es la Iglesia. La Iglesia es la finalidad de todas las cosas60, e incluso las vicisitudes dolorosas como la caída de los ángeles y el pecado del hombre, no fueron permitidas por Dios más que como ocasión y medio de desplegar toda la fuerza de su brazo, toda la medida del amor que quería dar al mundo: Así como la voluntad de Dios es un acto y se llama mundo, así su intención es la salvación de los hombres y se llama Iglesia (Clemente de Alejandría). 3. La Iglesia, preparada en la Antigua Alianza La reunión del pueblo de Dios comienza en el instante en que el pecado destruye la comunión de los hombres con Dios y la de los hombres entre sí. La reunión de la Iglesia es por así decirlo la reacción de Dios al caos provocado por el pecado. Esta reunificación se realiza secretamente en el seno de todos los pueblos: "En cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato"61. La preparación lejana de la reunión del pueblo de Dios comienza con la vocación de Abraham, a quien Dios promete que llegará a ser Padre de un gran pueblo (ver Gén 12, 2; 15, 5–6). La preparación inmediata comienza con la elección de Israel como pueblo de Dios (ver Ex 19, 5–6; Dt 7, 6). Por su elección, Israel debe ser el signo de la reunión futura de todas las naciones (ver Is 2, 2–5; Mi 4, 1–4). Pero ya los profetas acusan a Israel de haber roto la alianza y haberse comportado como una prostituta (ver Os 1; Is 1, 2–4; Jr 2; etc.). Anuncian, pues, una Alianza nueva y eterna (ver Jr 31, 31–34; Is 55, 3). "Jesús instituyó esta nueva alianza"62. 4. La Iglesia – instituida por Cristo Jesús Corresponde al Hijo realizar el plan de Salvación de su Padre, en la plenitud de los tiempos; ese es el motivo de su "misión"63. "El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde hacía siglos en las Escrituras"64. Para cumplir la voluntad del Padre, Cristo inauguró el Reino de los cielos en la tierra. La Iglesia es el Reino de Cristo "presente ya en misterio"65. "Este Reino se manifiesta a los hombres en las palabras, en las obras y en la presencia de Cristo"66. Acoger la palabra de Jesús es acoger "el Reino". El germen y el comienzo del Reino son el "pequeño rebaño" (ver Lc 12, 32), de los que Jesús ha venido a convocar en torno suyo y de los que él mismo es el pastor (ver Mt 10, 16; 26, 31; Jn 10, 1–21). Constituyen la verdadera familia de Jesús (ver Mt 12, 49). A los que reunió así

60

Cf. San Epifanio, haer. 1,1,5. 61

Ver Hch 10, 35 62

LG N°9 63

Ver LG N°3 64

LG N°5 65

LG N°3 66

LG N°5

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en torno suyo, les enseñó no sólo una nueva "manera de obrar", sino también una oración propia (ver Mt 5–6). El Señor Jesús dotó a su comunidad de una estructura que permanecerá hasta la plena consumación del Reino. Ante todo está la elección de los Doce con Pedro como su Cabeza (ver Mc 3, 14–15); puesto que representan a las doce tribus de Israel (ver Mt 19, 28; Lc 22, 30), ellos son los cimientos de la nueva Jerusalén (ver Ap 21, 12–14). Los Doce (ver Mc 6, 7) y los otros discípulos (ver Lc 10,1–2) participan en la misión de Cristo, en su poder, y también en su suerte (ver Mt 10, 25; Jn 15, 20). Con todos estos actos, Cristo prepara y edifica su Iglesia. Pero la Iglesia ha nacido principalmente del don total de Cristo por nuestra salvación, anticipado en la institución de la Eucaristía y realizado en la Cruz. "El agua y la sangre que brotan del costado abierto de Jesús crucificado son signo de este comienzo y crecimiento"67. "Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia"68. Del mismo modo que Eva fue formada del costado de Adán adormecido, así la Iglesia nació del corazón traspasado de Cristo muerto en la Cruz (cf. San Ambrosio, Luc 2, 85–89). 5. La Iglesia, manifestada por el Espíritu Santo "Cuando el Hijo terminó la obra que el Padre le encargó realizar en la tierra, fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés para que santificara continuamente a la Iglesia"69. Es entonces cuando "la Iglesia se manifestó públicamente ante la multitud; se inició la difusión del evangelio entre los pueblos mediante la predicación"70. Como ella es "convocatoria" de salvación para todos los hombres, la Iglesia, por su misma naturaleza, misionera enviada por Cristo a todas las naciones para hacer de ellas discípulos suyos71. Para realizar su misión, el Espíritu Santo "la construye y dirige con diversos dones jerárquicos y carismáticos"72. "La Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador y guardando fielmente sus mandamientos del amor, la humildad y la renuncia, recibe la misión de anunciar y establecer en todos los pueblos el Reino de Cristo y de Dios. Ella constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra"73.

67

LG N°3 68

SC N°5 69

LG N°4 70

LG N°4 71

Ver Mt 28, 19–20; AG 2,5–6 72

LG N°4 73

LG N°5

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6. La Iglesia, consumada en la gloria La Iglesia "sólo llegará a su perfección en la gloria del cielo"74, cuando Cristo vuelva glorioso. Hasta ese día, "la Iglesia avanza en su peregrinación a través de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios"75. Aquí abajo, ella se sabe en exilio, lejos del Señor76, y aspira al advenimiento pleno del Reino, "y espera y desea con todas sus fuerzas reunirse con su Rey en la gloria"77. La consumación de la Iglesia en la gloria, y a través de ella la del mundo, no sucederá sin grandes pruebas. Solamente entonces, "todos los justos desde Adán, `desde el justo Abel hasta el último de los elegidos' se reunirán con el Padre en la Iglesia universal"78. Actividades:

1. Confeccione una síntesis que represente el origen, fundación y misión de la iglesia.

___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ ___________________________________________________________________

Bibliografía:

Catecismo de la Iglesia Católica (CIC #758-769).

Lumen Gentium (LG), constitución dogmática del Concilia Ecuménico Vaticano II, sobre la Iglesia. Roma, en San Pedro, 21 de noviembre de 1964.

74

LG N°48 75

San Agustín, LG N°8 76

Ver 2 Co 5, 6; LG N°6 77

LG N°5 78

LG N°2

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Fecha: ______________________. Trimestre________.

Objetivo especifico Contenido

16 Justificar manifestaciones de la Iglesia como signo de Dios entre las personas.

Manifestaciones de la Iglesia como signo de Dios entre las personas.

La Iglesia Comunidad de Servicios y Ministerios

“En cada uno Dios revela su presencia como un don

Que es también un servicio… y esto es obra del mismo y único Espíritu, el cual reparte a cada uno según quiere”

(1 Cor 12, 7-11)

1. El Espíritu Santo reparte los carismas para servir a la comunidad. “Carisma” significa “don”, “gracia”. En sentido cristiano, se entiende por “carisma” una gracia especial o un don particular distribuido por el Espíritu Santo, según su voluntad, para servicio de los demás y para la renovación y la edificación de la Iglesia. Dios llama a cada uno para una misión concreta. Depende de nosotros decirle “si” o “no”79. Hasta el cristiano más humilde tiene su propia riqueza con la que puede servir a los demás, porque cuando uno se compromete a servir a las demás personas, el Espíritu da la fortaleza para realizarlo. En la vida y en la acción de la Iglesia se distinguen dos tipos de colaboradores, porque la Iglesia es un cuerpo organizado:

Los ministros ordenados (Obispos, presbíteros y diáconos): ellos tienen más responsabilidad, porque son los que gobiernan y administran en nombre de Dios80. Estos han sido elegidos para guiar como pastores al Pueblo de Dios; para eso consagran su vida.

Los Laicos: es un grupo numéricamente mayor, quienes de manera organizada o individual, tienen una tarea muy importante que cumplir en la Iglesia y en la sociedad.

2. La misión de los laicos en la Iglesia.

Los laicos trabajan en la comunidad cristiana, por un derecho y obligación propios, recibidos en el sacramento del Bautismo y de la Confirmación. Cuando Jesús se refiere al Reino de Dios, expresa una realidad muy vasta en la que nunca serán suficientes los trabajadores: “La parábola evangélica presenta ante nuestra mirada la inmensidad de

79

Ver Jr 1, 4-6 80

Ver 1 Cor 12, 37-30

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la viña del Señor, y la multitud de personas, hombres y mujeres, que son llamados por Él y enviados para que tengan trabajo en ella”81. Todos los laicos tienen la responsabilidad de trabajar en la viña del Señor.

3. La misión de los laicos en el mundo. Pero los bautizados no solamente trabajamos en la Iglesia. Tenemos también nuestras responsabilidades con el mundo:

Promover y hacer respetar la dignidad de la persona. Respetar, defender y promover los derechos de toda persona humana. Promover el derecho de creer en Dios, en Cristo, en la Iglesia. Defender la familia. Ejercer la caridad con los hermanos, siendo siempre solidarios. Desempeñarse con honradez y espíritu creativo en su trabajo. Asumir el compromiso político mediante la búsqueda del bien común: “La

participación activa en los partidos políticos está reservada a los laicos”82

Actividades: 1.Conceptualice la palabra gracia. _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ 2.Mencione y defina los dos tipos de colabores de la iglesia. __________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ 3.Recorte y pegue dos imágenes que representen tres responsabilidades del laico en el mundo.

Bibliografía:

Cristifideles Laici (CFL), exhortación apostólica post-sinodal del Papa Juan Pablo II; sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo. Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 30 de diciembre, fiesta de la sagrada Familia de Jesús, María y José, del año 1988.

81

CFL N°1 82

CFL N°60

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ABREVIATURAS BIBLICAS

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Ab Abdías Ag Ageo Am Amos Ap Apocalipsis Ba Baruc 1 Co 1 Corintios 2 Co 2 Corintios Col Colosenses 1 Cro 1 Crónicas 2 Cro 2 Crónicas

Ct Cantar

Dn Daniel

Dt Deuteronomio

Ef Efesios

Esd Esdras

Est Ester

Ex Éxodo

Ez Ezequiel

Fim Filemón

Flp Filipenses

Ga Calatas

Gn Génesis

Ha Habacuc

Hb Hebreos

Hch Hechos

Is Isaías

Jb Job

Je Jueces

Jdt Judit

Jl Joel

Jn Evang. de Juan

1 Jn 1 Juan

2 Jn 2 Juan 3 Jn 3 Juan Jon Jonás Jos Josué Jr Jeremías

Judas Judas

Lc Evang. De Lucas

Lm Lamentaciones

Lv Levitico

1 M 1 Macabeos

2 M 2 Macabeos

Mc Evang. De Marcos

Mi Miqueas

Ml Malaquias

Mt Evang. De Mateo

Na Nahum

Ne Nehemias

Nm Numeros

Os Oseas

1 P 1 Pedro

2 P 2 Pedro

Pr Proverbios

Qo Eclesiastés (Qohèlet)

1 R 1 Reyes

2 R 2 Reyes

Rm Romanos

Rt Rut

1 S 1 Samuel

2 S 2 Samuel

Sal Salmos

Sb Sabiduría

Si Eclesiastico (Sirácida)

So Sofonias

St Santiago

Tb Tobias

1 Tm 1 Timoteo

2 Tm 2 Timoteo

1 Ts 1 Tesalonicenses

2 Ts 2 Tesalonicenses

Tt Tito

Za Zacarias