Cuadernos del Pensamiento Crítico Latinoamericano Nº46 Interrogando al Pensamiento Crítico...

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  • 7/29/2019 Cuadernos del Pensamiento Crtico Latinoamericano N46 Interrogando al Pensamiento Crtico Latinoamericano

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    Los Cuadernos del Pensamiento Crtico Latinoamericano constituyen una iniciativa del ConsejoLatinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) para la divulgacin de algunos de los principales auto-res del pensamiento social crtico de Amrica Latina y el Caribe: Ruy Mauro Marini (Brasil); AgustnCueva (Ecuador); lvaro Garca Linera (Bolivia); Celso Furtado (Brasil); Aldo Ferrer (Argentina); JosCarlos Maritegui (Per); Pablo Gonzlez Casanova (Mxico); Suzy Castor (Hait); Marilena Chau(Brasil); Florestan Fernandes (Brasil); Orlando Fals Borda (Colombia); Edelberto Torres Rivas(Guatemala); Luis Tapia (Bolivia); Boaventura de Sousa Santos (Portugal), Ren Zavaleta Mercado(Bolivia); Enzo Faletto (Chile); Carmen Mir (Panam); Emir Sader (Brasil); Raul Prada Alcoreza(Bolivia); Mrgara Milln (Mxico); Pedro Pez Prez (Ecuador); entre otros.

    Los Cuadernos del Pensamiento Crtico Latinoamericano se publican en La Jornada de Mxico, en losLe Monde Diplomatique de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Espaa y Venezuela y en Pgina 12 deArgentina.

    Coordinacin Editorial: Emir Sader

    CLACSO es una red de ms de 300 instituciones que realizan actividades de investigacin, docencia yformacin en el campo de las ciencias sociales en 25 pases: www.clacso.org

    CARLOS ALTAMIRANO, BOAVENTURA DE SOUSASANTOSEDELBERTO TORRES RIVAS Y CARMEN MIR *

    INTERROGANDOAL PENSAMIENTO CRTICO

    LATINOAMERICANO

    Fotos:Internet.

    urante el siglo XX, el pensamiento crtico latinoamericano fuedesarrollndose gracias al esfuerzo de algunos intelectuales quecomenzaron a reinterpretar nuestra historia a la luz de sus particu-laridades e ideosincrasias. Sucesivas generaciones de pensadoressociales entre los cuales Jos Carlos Maritegui quizs sea una

    de sus expresiones ms emblemticas fueron reconstruyendo la historia de cadauno de nuestros pases con lecturas originales e innovadoras. La Cepal y posterior-mente lasteoras de la dependencia supieron ampliar esarevolucin copernicana enlas relaciones centro-periferia, rediseando un abordaje terico en el cual el pensa-miento crtico se desarrollara durante las dcadas posteriores.

    En el contexto de los grandes y turbulentos cambios que han vivido AmricaLatina y el mundo durante las dcadas recientes, no podemos dejar de interrogar-nos sobre los supuestos tericos que deberan orientar hoy nuestras reflexiones yestudios, dando continuidad al esfuerzo analtico de quienes hicieron del pensa-miento crtico una fuente de inspiracin regional, innovadora y creativa.

    A los efectos de contribuir con el necesario debate acerca de los rumbos delpensamiento crtico contemporneo, consultamos a cuatro destacados intelectualescuya obra terica nos ha permitido comprender el presente y el futuro de AmricaLatina y el Caribe. Quisimos as buscar aportes que permitan precisar los rasgos

    centrales que definen hoy el pensamiento crtico, tanto desde el punto de vista desus temticas, como de sus mtodos y perspectivas de anlisis.

    Como parte indisociable de los procesos histricos, el pensamiento crtico nofueinmune a la contraofensiva conservadora quehan vividoy viven nuestras socie-dades en el plano terico e ideolgico. De lo que se trata es de hacer un balance deesastransformaciones en el campo terico, al tiempode constatar si la recuperacinde la iniciativa poltica y social por parte de las fuerzas de izquierda se refleja en elplano intelectual con un nuevo impulso de creacin terica.

    Sus opiniones son una invitacin al debate y a la reflexin, una interpelacin alos rumbos que ha recorrido y recorrer el pensamiento crtico en nuestro conte-ninente.

    EMIR SADERSecretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLAC-SO) y Director del Laboratorio de Polticas Pblicas de la Universidad delEstado de Ro de Janeiro

    PABLO GENTILISecretario Ejecutivo Adjunto de CLACSO y Director de FLACSO Brasil

    LAS CUATROS CUESTIONES QUE HAN PROVOCADO Y ORIENTADO LASREFLEXIONES DE NUESTROS ENTREVISTADOS,FUERON:

    1. Es posible hablar de una tradicin de pensamiento crtico latinoameri-cano? Podra precisar brevemente sus contornos y sealar temticas ymtodos que lo caracterizan?

    2. Considera que en la actual etapa hay un reflujo del pensamiento crticoen la regin? Si esto es as, a qu lo atribuye? En todo caso, podran sea-larse algunos indicios de recuperacin? Finalmente, cules son los princi-

    pales obstculos para que el pensamiento crtico vuelva a asumir un rolrelevante en Amrica Latina?

    3. Cules seran para usted los problemas que debera incluir una agendadel pensamiento crtico latinoamericano en el presente? Cmo cree queuna teora emancipatoria a la altura de los tiempos debe relacionarse conlas tradiciones del nacionalismo, el desarrollismo, el dependentismo, el mar-xismo y las teoras de la democracia de los aos 80 y 90?

    4. Qu otras preguntas considera imprescindibles para el abordaje delpensamiento crtico en este nuevo siglo?

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    CARLOS ALTAMIRANO

    SEGN LO ENTIENDO, no slo la idea, sino tambin la expresin pensamiento crti-co, son modernas e indican un discurso que, en la forma de la tesis, del ensayo, elpanfleto o el artculo, pone en cuestin un orden establecido (o una institucin cen-tral de ese orden), en nombre de determinados valores, por lo general, los de la ver-dad y la justicia. De acuerdo con este criterio, lo opuesto del pensamiento crtico esel conformismo, cnico o resignado, y la ideologa que emana de los poderosos y desusdependencias. Porsupuesto queen Amrica Latinahay unaricatradicin de dis-curso que responde a esta rpida caracterizacin, y se ha desarrollado bsicamente

    en torno a dos temticas: la opresin social, a menudo combinada o conjugada ennuestros pases con la opresin racial, y la condicin dependiente de los pases delsubcontinente. Esa tradicin, que se ha alimentado de los conflictos y movimientoscolectivos locales y de la recepcin de las diferentes corrientes del pensamientosocial moderno, desde el anarquismo al socialismo, no ha constituido un espaciointelectual con fronteras estrictas, cerrado sobre s mismo.A finales del siglo XIX ycomienzos del XX se lo halla a veces asociado con el liberalismo, sobre todo en ladenuncia de las dictaduras, y desde la dcada de 1920 la crtica antimperialista hareunido el pensamiento de izquierda con temas nacionalistas.

    Si en la actual etapa hay un reflujo del pensamiento crtico en la regin? Creoque los aos decididamente malos, de estancamiento, en que se oscil entre elabroquelamiento, la reaccin negadora y la melancola por los buenos viejos tiem-pos, fueron los aos 90 del siglo pasado. Y en esa paralizacin han gravitado tantoel terremoto cultural que fue el derrumbe del socialismo realizado en Rusia y enlos pases delEste europeo,como su contracara, la expansin queparecasin desa-fos ni rivales del capitalismo neoliberal. Ese tiempo ha pasado, la experiencia del

    neoliberalismo ha producido estragos, el capitalismo ha ingresado en una crisis deefectos planetarios, y una serie de hechos y procesos polticos han hecho msvariado el paisaje poltico latinoamericano. De todos modos, las dificultades delpensamiento crtico no proceden tan slo del exterior, sino de s mismo, de susresistencias a reflexionar sobre sus fracasos, no slo sobre sus derrotas, siempreatribuibles, en ltima instancia, a los recursos del adversario.

    Desde mi punto de vista, y aunque admito de entrada que se trata de una apues-ta, el pensamiento crtico no puede sino orientarse hacia la izquierda, si bien laizquierda no ha sido siempre el cauce del pensamiento crtico. Respecto de las tra-diciones que menciona la pregunta, en particular, las del marxismo, el pensamien-to de la dependencia y las teoras de la democracia, que son los legados que encie-rran ms riqueza vigente, creo que la actitud slo puede ser la de atreverse a pensarcon ellos, pero tambin contra y ms all de ellos, las guas para una accin colec-tiva encaminada a hacer ms libres y ms igualitarias nuestras injustas sociedades.

    BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS

    SIN DUDA ES POSIBLE HABLAR de una tradicin de pensamiento crtico latinoame-ricano, aunque su perfil sea muy variado y haya evolucionado a lo largo de losaos. Entre muchos otros temas quedefinieronsu perfil, enfatizo: la naturaleza delcapitalismo dependiente/neocolonial; la identidad del pensamiento latinoamerica-no de cara a la modernidad eurocntrica; los movimientos sociales y su papel enla transformacin poltica socialista; el Estado no liberal; el marxismo comocampo de enfrentamientoentre ortodoxos y revisionistas;las relacionesentre clasey etnia; la teologa de la liberacin, la teora de la dependencia; la evaluacin dela experiencia cubana; la descolonizacin del saber y del poder; las innovacionesterico-metodolgicas, como por ejemplo, la investigacin-accin participante.

    Pienso que el reflujo que vive hoy el pensamiento crtico no es mayor y tal vezsea menor que el reflujo del pensamiento crtico en otras regiones del mundo, enparticular en Europa. El pensamiento crtico del siglo XX estuvo fundado en laposibilidad de una Alternativa (con A mayscula) socialista al capitalismo. Laexperiencia cubana no fue lo suficientemente fuerte para sustentarla cuando estaalternativa colaps en Europa del Este (cualquiera que sea el anlisis que se haga

    de los regmenes que prevalecieron en esa regin hasta 1989). Sin embargo, fue-ron surgiendo alternativas (con a minscula) que los cuadros tericos dominan-tes del pensamiento crtico no estaban preparados para identificar y valorar. Elreflujo se expresa por la distancia nunca tan grande como hoy entre la teora cr-tica y las prcticas de transformacin social y por la consecuente desteorizacinde las muchas instancia prcticas que tenemos en el continente: desde el ForoSocial Mundial hasta el protagonismo del movimiento indgena, de Lula aChvez, de la Bolsa-familia a las constituciones de Bolivia y de Ecuador.

    EL PENSAMIENTO CRTICO TIENE HOY DIVERSOS DESAFOS.

    PRIMERO. El pensamiento crtico latinoamericano, a pesar de sus crticas al euro-centrismo es, de hecho, muy eurocntrico y monocultural. La riqueza del pensa-miento popular, campesino e indgena ha sido totalmente desperdiciada. Es preci-so poner fin a ese desperdicio de experiencia. El mayor desafo del pensamientocrtico es, en mi opinin, lo menos visible: el desafo de una transformacin epis-

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    temolgica profunda que haga de ste un agente de justicia cognitiva y no de injus-ticia cognitiva, como ha sido el caso. No se trata solamente de un nuevo pensa-miento crtico, se trata de una manera diferente de producir pensamiento crtico.

    SEGUNDO. La relacin entreclase y otrassubjetividades colectivas: ciudadanosorganizados, mujeres, indgenas, campesinos, afrodescendientes. El pensamientocrtico no ha sabido hasta hoy teorizar las posibilidades de superar las contradic-ciones, las separaciones, las tensiones entre esas subjetividades y promover alian-zas estratgicas y sustentables entre movimientos, esto es, alianzas que no escon-dan la exclusin de algunas subjetividades bajo la apariencia de su inclusin. Enotras palabras, alianzas anti-Frente Nacional. La pluralidad de los espacios pbli-

    cos como forma de ampliar la participacin deliberativa de los actores colectivos.TERCERO. Hay estados progresistas? Diferencias y semejanzas entre el

    Estado de lvaro Uribe y el de Evo Morales. El Es tado como campo de contra-dicciones sociales que son mejor aprovechadas por los movimientos popularesen tanto es posible combinar la lucha legal y la ilegal, la lucha institucional y ladirecta, la lucha dentro del Estado y la lucha fuera de ste.

    CUARTO. El poscapitalismo o el socialismo como horizonte de las alternati-vas al capitalismo. Muchos de los movimientos que luchan contra la injusticiasocial no se consideran ni en el capitalismo ni en las versiones conocidas delsocialismo. Hay espacio terico para todos? Qu es el socialismo del sigloXXI? O ms bien, socialismos del siglo XXI?

    QUINTO. Concepciones contrahegemnicas de democracia y de derechoshumanos. Cmo pensar en stos ms all del modelo liberal y occidental? Porqu el lenguaje de los derechos se consolid mejor que el de la utopa? Pensarla democracia como la transformacin de todas las relaciones de poder (explo-tacin, patriarcado, diferenciacin tnico-racial, fetichismo de las mercancas,

    comunitarismo excluyente, dominacin, intercambio desigual entre pases) enrelaciones de autoridad compartida.SEXTO. Internacionalismo o regionalismo. Cmo teorizar de modo pos-

    colonial una identidad regional colonial (latinoamericana, que tambin es indo-americana y afroamericana)? Hay un capitalismo regional, diferente del globalms all de la teora de la dependencia? Cmo crear identidades contrahege-mnicas y emancipatorias a escala continental? Cmo pasar terica y poltica-mente de la resistencia (anti-ALCA) a la propuesta?

    SPTIMO. Desarrollo alternativo o alternativas al desarrollo. El buenvivir indgena consignado en la Constitucin ecuatoriana es econmico o escultural? La cultura: de la parte al todo. Reconceptualizar el modo de produc-cin como modo de civilizacin. Las preguntas con las que respondo a la pre-gunta cuatro son otros tantos desafos.

    Considero que hoy podemos formular cuatro preguntas fundamentales quedebera abordar el pensamiento crtico en general no solamente el latinoameri-cano y caribeo:

    e. Por qu la Revolucin Cubana se transform en un problema difcil para elpensamiento crtico y para la izquierda?f. Siendo verdad que la transformacin social ocurre casi siempre para mejoro para peor en ausencia del pensamiento crtico, por qu no abandonar la ideade pensamiento de vanguardia y reconstruir el pensamiento crtico como pensa-miento de retaguardia? Cules seran las consecuencias para la militancia y lasorganizaciones polticas e incluso para los propios pensadores crticos?g. Cundo se har la articulacin y el reconocimiento mutuo entre pensamien-to crtico y educacin popular?h. Cmo reinventar el pensamiento crtico de modo intercultural?

    EDELBERTO TORRES-RIVAS

    ENTIENDO POR PENSAMIENTO CRTICO los momentos de la conciencia social

    latinoamericana que respaldan una voluntad del cambio social, que estimulan lacrtica radical del orden capitalista abriendo posibilidades para una superacinde las relaciones de explotacin y subalternidad existentes. Es una etapa que seabri con la Revolucin Cubana y se cerr con el fracaso sandinista: el proyec-to de una sociedad socialista. Sin estas referencias histricas, el pensamientocrtico es slo socialismo de ctedra. Todo lo que apoyaba una lectura revolu-cionaria de la necesidad de cambio ha retrocedido. Hay una tradicin crticapero discontinua, con un discurso antisistmico, como una razn subversiva;con luchas populares por la tierra, la democracia y el poder; culturales, por laforja de una identidad latinoamericana, que se hace a saltos. El pensamiento cr-tico ha tenido nombres y apellidos, pero en su produccin no veo escuela ni dis-cpulos, salvo unas voluntades subversivas.

    La fuerzasubversiva se reconoce porsu capacidadpara alterar,cambiar,desor-denar. No es el elogio del caos, sino el desorden que antecede un nuevo orden. Unaparadoja parecera redefinir el campo analtico: las luchas contra las dictaduras, delos aos 70 del siglo pasado, plenas de capacidad subversiva, estimularon el dis-

    Traduccin: Denis Rojas

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    curso crtico al sistema en la misma medida en que las victorias democrticasterminaron por debilitarlo. La forma poltica la democracia liberal corres-pondi al contenido econmico del neoliberalismo: la libertad de mercadofue compatible con la libertad poltica, arreglo que signific la preminenciade la economa sobre la poltica, en donde los intereses del gran capital fue-ron los ganadores absolutos. Ello explica que en Amrica Latina la democra-cia poltica, desde los aos 80, con elecciones, pluralismo, libertades de orga-nizacin y expresin, juego parlamentario, se acompaara con la bancarrota

    del sindicalismo obrero, la erosin del valor del trabajo, la prdida de losderechos sociales, la profundizacin de la pobreza con incrementos de lasdesigualdades. Entonces, el Estado subsidiario ya pudo ser democrtico.

    Ocurri una derrota en distintos frentes: el capitalismo se rehizo despusde los aos 70, la ferocidad de la represin desorganiz lo que despus laeconoma debilit: la fuerza del trabajo. La victoria cultural del neoliberalis-mo es la crisis de la poltica y del pensamiento subversivo; por razones dis-tintas, aquella victoria es paralela a la crisis del marxismo.Ambas crisis fue-ron anteriores a la debacle del socialismo real de la dcada de los 90, lo queprodujo una derrota ambidextra. De la teora y de la historia, de la razn yde la praxis. La reflexin intelectual extravi el sentido del poder al sustituirel campo de la lucha de clases para instalarse en la competencia electoral, enla reivindicacin del desarrollo humano, en las polticas de cohesin social.Pari passu, la debilidad del pensamiento crtico deja el universo del saber enmanos del anlisis emprico, del individualismo metodolgico, la teora delos juegos; expulsando a la historia de una realidad microsociolgica y frac-

    cionada. Algunas escaramuzas se ganan hoy da en Amrica Latina congobiernos de izquierda, estados con polticas sociales sin financiamiento yluchas para una nueva gravitacin del pensamiento crtico. Pero esperamosque ste no se agote en los nuevos temas del multiculturalismo, la ecologa,el sexismo, las migraciones, las drogas. Una nueva dimensin del mercadocon otras formas de subordinacin y explotacin del trabajo ha surgido, ascomo formas concentradas de ejercer el poder, sin control, inevitable. Hayque renovar lo subversivo para que no haya propuestas irrenunciables.

    Sin fuerza subversiva, es decir, sin perspectiva de poder, el desafo fren-te al orden se convierte en su aceptacin. Sin poder de subversin, la crisisdel pensamiento crtico se confunde con el pensamiento nico. Sin movi-miento revolucionario no hay teora revolucionaria. Amrica Latina es lanica regin del mundo en desarrollo donde la democracia es hoy casi uni-versal, al tiempo que se ha convertido en la regin ms desigual del mundo.Es necesario pasar de la crtica de la democracia a la crtica del sistema? Esesta otra paradoja, reforzada porque el fin del socialismo real replantea laantinomia clsica, ahora vamos del socialismo cientfico al utpico. Es posi-ble alterar los rumbos, pero la construccin de alternativas no pasa ya por ladestruccin del sistema, sino por su modificacin. La visin crtica slo essubversiva en tanto se puedan identificar las profundas carencias del siste-ma; la crtica radical conduce a su reforma. Las luchas sociales subversivastras nuevas alternativas, para reformar las expresiones del poder violento,explotador, excluyente, conducen a la revolucin?

    No. Mientras el contenido subversivo sean las reformas, la utopa rein-ventada no ser el socialismo, pero s la incapacidad del capitalismo paracontinuar. Una utopa crtica. Hay que profundizar el diagnstico, reforzarel nimo subversivo, imaginar el futuro. No es posible, hoy da, ir ms all.Es slo el punto de partida, no conocemos an a dnde llegar. Lo grave dela crisis del pensamiento crtico es la opacidad del futuro, la transitoriaincapacidad para preverlo, imaginarlo y alcanzarlo. El pensamiento nicotendr fuerza mientras no haya una alternativa de futuro. Socialista? Noimporta el nombre sino que aparezca esa doble condicin subversiva, unapraxis poltica, las luchas sociales, la fuerza de la organizacin de masas;

    y una elaboracin intelectual, a la que el marxismo antes le daba sustento.

    CARMEN A. MIR

    LA EXPRESIN PENSAMIENTO CRTICO ha sido utilizada en medios acad-micos latinoamericanos para designar, en lo general, aquellas corrientes deopinin que difieren del llamado pensamiento nico neoliberal, del mar-xismo-leninismo del tercer cuarto del siglo XX y del pensamiento liberal-desarrollista dominante en nuestras sociedades entre las dcadas de 1950 y1970, cuyos remanentes mantienen una importante presencia inercial en losmbitos institucional y acadmico, y en el lenguaje de la vida cotidiana.

    El lugar y el carcter del pensamiento crtico, por tanto, deben ser com-prendidos a partir de su relacin con los pensamientos nico, paleo marxis-ta y liberal-desarrollista en distintos planos de nuestra vida social y poltica.

    En el plano histrico-social, por ejemplo, el paleo marxismo plantea quelas ideas dominantes son las ideas de la clase dominante; el pensamiento libe-

    ral-desarrollista da por supuesto que las tareas del pensamiento tienen vida ymbito propios en las esferas de la universidad, el gobierno y la empresa pri-vada, y el pensamiento nico tiende a restringir esos mbitos al sector priva-do, con los otros dos a su servicio. El pensamiento crtico, por su parte, plan-tea que la fuente ms importante de reflexin y conocimiento sobre lo social,lo econmico y lo poltico radica en los conflictos inherentes al desarrollo dela propia sociedad, que incluye por supuesto a los mbitos universitario,gubernamental y empresarial, pero no se reduce a ellos, pues incluye adems

    las culturas emergentes en los nuevos movimientos sociales.En el plano histrico-cultural, las tres corrientes antes mencionadas con-

    vergen en considerar el desarrollo cultural de la regin a partir del conflictoentre la civilizacin (Occidental) y la barbarie (indgena). El pensamiento cr-tico, por su parte, concibe ese desarrollo a partir del conflicto entre mtodosde conocimiento generados desde otras experiencias civilizatorias, y una cul-tura propia carente de medios de conocimiento generados desde s misma.Aqu radica el verdadero ncleo de la cuestin, tal como fuera advertido porJos Mart en 1895, al decir que en nuestra Amrica no hay conflicto entrecivilizacin y barbarie, sino entre falsa erudicin y naturaleza.

    Contradicciones de este tipo no son nuevas en la historia de la cultura lati-noamericana. Fue mediante sus primeras manifestaciones, por ejemplo, queBartolom de Las Casas vino a convertirse, ya en el siglo XVI, en el primerintelectual autnticamentehispanoamericano, no por su cultura de origen, sinode aquella otra, original y nuestra, cuyas semillas supo sembrar.Hoy podemosafirmar que si el pensamiento nico tiene sus races en la tradicin liberal for-

    jadaen la cultura de las sociedadesque se vinculan entres a travs de la cuen-ca del Atlntico Norte, el pensamiento crtico latinoamericano encuentra lassuyas en diversas vertientes delpensamientoy la prctica socialy poltica lati-noamericanos, entre las cuales destacan, por ejemplo, las siguientes:

    - La tradicin democrtica proveniente del liberalismo radical latinoame-ricano de finales del siglo XIX y principios del XX, de acentuado carc-ter antioligrquico;- la tradicin socialista latinoamericana que va de Jos Carlos Mariteguia Ernesto Guevara;- la Teologa de la Liberacin;- el renacer de los saberes indgenas en el campo de lo sociocultural y lopoltico, y- las diversas variantes del pensamiento altermundista noratlntico.

    Es a partir de estas races que el pensamiento crtico contribuye a laformacin de una nueva cultura poltica latinoamericana. En este terreno,la dbil articulacin de las entidades acadmicas de la regin con los nue-vos movimientos sociales de sus propios pueblos constituye un serio pro-blema para la elaboracin de una sntesis superior del pensamiento crticolatinoamericano que no sea copia ni calco, sino creacin propia, comoquera Maritegui del socialismo indoamericano de su tiempo.

    Publicado originalmente en la Revista Crtica y Emancipacin (Ao I,N2, Buenos Aires, CLACSO, 2009). Tambin disponible enwww.biblioteca.clacso.edu.ar

    *CARLOS ALTAMIRANOSociolgo argentino. Investigador del Conicet y profesor de la UniversidadNacionalde Quilmes, dondedirigeel Programade Historia Intelectual. Integrael Consejo de Direccin de Prismas. Revista de Historia Intelectual.

    *BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS

    Socilogo portugus. Doctor en sociologa del derecho por la Universidadde Yale. Director del Centro de Estudios Sociales (CES) y profesor de laFacultad de Economa de la Universidad de Coimbra.

    *EDELBERTO TORRES-RIVASSocilogo guatemalteco. Doctor en desarrollo por la Universidad de Essex,Inglaterra. Doctorado honoris causa de FLACSO. Organizador y primerdirector del Programa Centroamericano de Ciencias Sociales del ConsejoSuperior Universitario Centroamericano (CSUCA), San Jos de Costa Rica.

    *CARMEN A. MIRDemgrafa panamea. Directora del Centro Latinoamericano deDemografa, Santiago de Chile, 1958-1974. Premio Mundial de Poblacinde las Naciones Unidas, 1982. Comparte el doctorado honoris causa deFLACSO con Fernando Henrique Cardoso, Ricardo Lagos, Juan CarlosPortantiero y, recientemente, con Luiz Incio Lula da Silva.