CTS 3ª UNIDAD. Olivé - Ética Aplicada a Ciencias Naturales y Tecnología

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  • tica aplicada a las cienciasnaturales y la tecnologa

    Len Oliv

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

  • 199 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    ndice

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201

    Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203

    1. La ciencia y la tecnologa: son ticamente neutrales? . . . . . . . . . 2051.1. Dos concepciones opuestas sobre la naturaleza tica

    de la ciencia y de la tecnologa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2051.2. Los sistemas cientficos y tcnicos como sistemas

    de acciones intencionales y por tanto susceptibles de evaluacin tica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207

    1.3. Tcnicas, artefactos y sistemas tcnicos . . . . . . . . . . . . . . . . 2081.4. La transformacin, la dominacin y el control,

    constituyen un problema tico? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211

    2. La racionalidad instrumental: racionalidad de medios a fines y racionalidad de fines . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2142.1. Fines, medios y valores en ciencia y tecnologa . . . . . . . . . . 2142.2. La racionalidad de medios a fines . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2152.3. La racionalidad de los fines . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215

    3. Evaluacin de tecnologas, racionalidad y problemas ticos . . . . 2173.1. La evaluacin de la tecnologa: dos dimensiones . . . . . . . . . 2173.2. La evaluacin interna de los sistemas tcnicos . . . . . . . . . . . 2183.3. La evaluacin externa de las tecnologas . . . . . . . . . . . . . . . 218

    4. Naturaleza, tcnica y tica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2214.1. Daos justificables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2214.2. Indeterminacin de las consecuencias de las innovaciones

    tecnolgicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2224.3. Las responsabilidades morales de los cientficos

    y tecnlogos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2284.4. Responsabilidades dentro de los sistemas

    cientfico-tecnolgicos: saber puede implicar una responsabilidad moral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230

    5. Experimentos con animales y derechos de los animales . . . . . . . 2325.1. Experimentos con animales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2325.2. Absolutismo, relativismo, pluralismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2355.3. Los derechos de los animales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238

    6. Deberes de los cientficos, tecnlogos y de las instituciones . . . . 241

    Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243

  • 200 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    Actividades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245

    Ejercicios de Autoevaluacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246

    Soluciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247

    Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248

    Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251

  • 201 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    Introduccin

    En los tres mdulos siguientes aplicamos los criterios y enfoques introdu-

    cidos hasta aqu en el estudio de las cuestiones ticas suscitadas por la

    ciencia y la tecnologa de nuestro tiempo. En primer lugar, en este

    mdulo discutiremos algunos problemas ticos de la denominada ciencia

    dura y la tecnologa. Tanto los que se plantean a los cientficos y tecnlo-

    gos, como a quienes pueden ser afectados por los desarrollos y aplicacio-

    nes de la ciencia y la tecnologa, es decir, todos los ciudadanos.

    Tradicionalmente, como se ha indicado en el mdulo 2, se han enfre n-

    tado dos puntos de vista opuestos acerca de la relacin entre tica y cien-

    cia y tecnologa. Uno de ellos sostiene que la ciencia y la tecnologa, por

    s mismas, no plantean ningn problema tico. En todo caso, las que

    pueden ser buenas o malas desde un punto de vista moral son las aplica -

    ciones de los conocimientos cientficos y de la tecnologa. Pero intrnse -

    c a m e n t e , se dice, la ciencia y la tecnologa son valorativamente

    neutrales.

    A esta concepcin se opone otra segn la cual ni la ciencia ni la tecnolo-

    ga son indiferentes al bien y al mal.

    Discutiremos estas dos concepciones. Veremos las limitaciones de la con-

    cepcin que considera ticamente neutrales a la ciencia y a la tecnologa.

    A n a l i z a remos el papel de los valores y las normas part i c u l a rmente los

    ticos, en la ciencia y la tecnologa, y estudiaremos las razones por las

    cuales los cientficos, los tecnlogos, e incluso todos los ciudadanos, tie-

    nen responsabilidades morales frente a la investigacin cientfica y tec-

    nolgica, su desarrollo y sus aplicaciones.

    A n a l i z a remos adems algunos conceptos, como el de r a c i o n a l i d a d , que

    son necesarios para comprender mejor la discusin de los fines que se

    p roponen alcanzar en los contextos cientficos y tecnolgicos, as como

    de los medios a utilizar para ello.

  • 202 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    C o m e n t a remos tambin las nociones de los dere c h o s humanos y los

    d e rechos de los animales, que son necesarias para discutir pro b l e m a s

    como la experimentacin con seres vivos.

    D i s c u t i remos finalmente la relacin entre la ciencia y la tcnica, la tica y

    la naturaleza, concentrndonos en un ejemplo: la investigacin sobre el

    agujero de la capa de ozono en la atmsfera.

    C o n c l u i remos enunciando algunos deberes morales para los cientficos y

    tecnlogos, as como para las instituciones de investigacin cientfica y

    tecnolgica, para las instituciones educativas, y para las industrias que

    producen y aplican tecnologas.

  • 203 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    Objetivos

    1. Conocer y evaluar concepciones opuestas acerca de la naturaleza de los

    problemas ticos de las ciencias duras y de la tecnologa, y lo que stas

    plantean a la sociedad.

    2. Tomar conciencia del significado social de la ciencia y de la tecnologa

    y de la necesidad de que tanto los expertos como los ciudadanos

    hagan constantes evaluaciones de sus impactos en la sociedad.

    3. C o m p render la estructura bsica de la ciencia y de la tecnologa, en

    v i rtud de las cuales se desprenden responsabilidades morales para los

    cientficos y los tecnlogos, para las instituciones de investigacin

    cientfica y tecnolgica, para las agencias encargadas de su fomento y

    p romocin, as como para las instituciones educativas y para los ciu-

    dadanos en general.

    4. Saber plantear y discutir algunos dilemas y problemas ticos tanto en

    la investigacin cientfica dura como en el desarrollo y aplicacin de

    tecnologas, analizando en particular el problema de la experimenta-

    cin con seres humanos y con animales.

    5. Conocer un instrumental conceptual bsico que permita a los futuro s

    cientficos y tecnlogos analizar los problemas ticos con los que se

    enfrentarn, y a los estudiantes en general participar en las evaluacio-

    nes pblicas de la ciencia y de la tecnologa.

  • 205 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    1. La ciencia y la tecnologa: son ticamente neutrales?

    1.1. Dos concepciones opuestas sobre la naturaleza tica

    de la ciencia y de la tecnologa

    Retomemos el planteamiento ambivalente que motivaba tambin las

    reflexiones expuestas en el mdulo 2.

    Todos los das los medios de comunicacin informan sobre episodios de

    deterioro social y ambiental o de daos a personas y a sus bienes. A veces

    se trata de desastres naturales, terremotos, huracanes, sequas, pero en

    muchos casos se trata de daos producidos mediante la aplicacin del

    conocimiento cientfico y de alguna tecnologa.

    En las guerras, en actos terroristas y en crmenes comunes se utilizan

    a rmas convencionales o sofisticados armamentos; en fraudes financiero s

    o electorales suelen utilizarse complejos equipos informticos; y el ms

    serio deterioro ambiental es consecuencia de tecnologas tales como los

    m o t o res de gasolina, las industrias petroleras y qumicas en general, los

    desperdicios nucleares, o la explotacin irracional de los bosques y selvas

    tropicales.

    P e ro tambin diariamente leemos sobre los beneficios de la ciencia y la

    tecnologa: terapias ms efectivas para enfermedades que hasta hace poco

    eran mortales, nuevas vacunas, remedios para la impotencia sexual,

    robots que hacen ciruga de corazn abierto, sistemas de cmputo y de

    comunicaciones que permiten teleconferencias y una mejor educacin a

    distancia, productos novedosos en la telefona mvil, en Internet o en

    aviones para hacer la comunicacin ms rpida, segura y econmica.

    La posibilidad de que el conocimiento cientfico y la tecnologa se usen

    para bien y para mal ha dado lugar a concepciones encontradas acerca de

    su naturaleza y de los problemas ticos que plantean.

    Una de esas concepciones sostiene la llamada n e u t r a l i d a d v a l o r a t i v a

    de la ciencia y de la tecnologa. De acuerdo con ella, la ciencia y la tecno-

  • 206 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    loga no son buenas ni malas por s mismas. Su carcter positivo o nega-

    tivo, desde un punto de vista moral, depender de cmo se usen los cono-

    cimientos, las tcnicas y los instrumentos que ellas ofrecen a los sere s

    humanos. Esta posicin sostiene, por ejemplo, que los conocimientos de

    fsica atmica y el control humano de la energa nuclear no son moral-

    mente buenos ni malos por s mismos. Son buenos si se usan para fines

    pacficos y se cuidan los efectos ambientales; pero son malos si se usan

    para producir bombas, y peor si esas bombas se utilizan efectivamente

    para destruir bienes y daar a la naturaleza, o para intimidar y dominar a

    pueblos o a personas.

    Para esta concepcin, los conocimientos cientficos y la tecnologa slo

    son m e d i o s para obtener f i n e s d e t e rminados. Los problemas ticos en

    todo caso surgen ante la eleccin de los fines a perseguir, pues son stos

    los que pueden ser buenos o malos desde un punto de vista moral. Pero ni

    los cientficos ni los tecnlogos son re s p o n s a b l e s de los fines que otro s

    elijan.

    La concepcin de la neutralidad valorativa de la ciencia se basa

    principalmente en la distincin entre hechos y valores. Las teoras

    cientficas tienen el fin de describir y explicar hechos y no es su

    papel el hacer juicios de valor sobre esos hechos.

    A esta concepcin se opone otra que propone un anlisis segn el cual la

    ciencia y la tecnologa ya no pueden concebirse como indiferentes al

    bien y al mal. La razn de esto es que la ciencia no se entiende nica-

    mente como un conjunto de proposiciones o de teoras, ni la tecnologa

    se entiende slo como un conjunto de artefactos. Bajo esta concepcin

    a l t e rn a t i v a ,

    la ciencia y la tecnologa se entienden como constituidas por siste-

    mas de acciones intencionales.

    Es decir como sistemas que incluyen a los agentes que deliberadamente

    buscan ciertos f i n e s , en funcin de determinados i n t e re s e s , para lo cual

    ponen en juego c re e n c i a s , conocimientos, valores y nor m a s . Los intere-

    ses, los fines, los valores y las normas forman parte tambin de esos siste-

    mas, y s son suceptibles de una evaluacin moral.

    Veamos con ms detalle esta concepcin.

  • 207 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    1.2. Los sistemas cientficos y tcnicos como sistemas

    de acciones intencionales y por tanto susceptibles

    de evaluacin tica

    Con frecuencia pensamos en el conocimiento cientfico como un c o n o c i -

    miento puro, desvinculado de los intereses , los valores y las pasiones

    de los seres humanos. Pero los conocimientos cientficos no son ajenos a

    nada de eso. Adems, la ciencia es, como ha quedado patente en los dos

    p r i m e ros mdulos, mucho ms que slo el conjunto de conocimientos

    cientficos. La ciencia es un organismo dinmico (Bunge, 1996), com-

    puesto por prcticas, acciones e instituciones, orientadas hacia el logro de

    fines, en funcin de deseos, intereses y valores.

    Anlogamente, tendemos a pensar en la tecnologa slo como un con-

    junto de aparatos e instrumentos, o si acaso tambin como un conjunto

    de tcnicas . Sin embargo, la tecnologa es algo mucho ms complejo que

    slo los conjuntos de aparatos y de tcnicas. Una importante concepcin

    actual considera que

    Puesto que las intenciones, los fines y los valores, adems de las acciones

    e m p rendidas y los resultados que de hecho se obtienen (intencional-

    mente o no), s son susceptibles de ser juzgados desde un punto de vista

    moral,

    Bajo esta concepcin, entonces, la ciencia y la tecnologa no son tica-

    mente neutrales.

    los sistemas tcnicos pueden ser condenables o loables, segn los

    fines que se pretendan lograr mediante su aplicacin, los re s u l t a d o s

    que de hecho produzcan, y el tratamiento que den a las personas

    como agentes morales.

    la tecnologa est formada por sistemas tcnicos que incluyen a

    las personas y los fines que ellas persiguen intencionalmente, a l

    igual que los conocimientos, creencias y valores que se ponen en

    juego al operar esos sistemas para tratar de obtener las metas desea-

    das (Quintanilla, 1989).

    Mario Bunge (Buenos Aires,1919- ): Ha sido profesor defsica y de filosofa en variasuniversidades latinoamericanas yde los Estados Unidos y Canad.Desde los aos sesenta esprofesor en la UniversidadMcGill de Montreal. Es uno delos filsofos iberoamericanospioneros en el desarrollo de lafilosofa de la ciencia y de latecnologa. Ha escritonumerosas obras, entre las quedestaca un monumental Treatiseon Basic Philosophy (Tratado deFilosofa Bsica) que es unsistema filosfico desarrolladoen ocho tomos.

  • 208 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    1.3. Tcnicas, artefactos y sistemas tcnicos

    En filosofa de la tecnologa suele hacerse una distincin entre t c n i c a s ,

    a rt e f a c t o s y s i s t e m a s t c n i c o s . Miguel ngel Quintanilla (1989, 1996),

    define estos conceptos de la siguiente manera.

    Las tcnicas son sistemas de habilidades y reglas que sirven para resolver

    problemas. Las tcnicas se inventan, se comunican, se aprenden y se apli-

    can. Por ejemplo, podemos hablar de un grabado hecho con la tcnica de

    punta seca, de tcnicas para resolver sistemas de ecuaciones, de tcnicas

    de propaganda para ganar el mercado para un cierto producto, o de tcni-

    cas de lavado de cere b ro para eliminar el pensamiento crtico y la disi-

    dencia en un cierto sistema poltico.

    Los artefactos son objetos concretos que se usan al aplicar tcnicas y que

    suelen ser el resultado de las transformaciones de otros objetos concretos.

    Los artefactos se producen, se fabrican, se usan y se intercambian. To d o s

    estamos rodeados de artefactos en nuestra vida diaria: televisores, ord e n a-

    dores, autobuses, aviones, etc.

    P e ro ni las tcnicas ni los artefactos existen al margen de p e r s o n a s que las

    aplican o los usan con determinadas intenciones .

    Una piedra bruta no ha sido fabricada por nadie, no es un artefacto, pero

    puede ser usada como medio para pulir otra piedra, para romper una nuez

    o una cabeza. Cuando alguien la usa intencionalmente para transform a r

    un objeto concreto ha producido un artefacto. Pero entonces se ha cre a d o

    un sistema tcnico .

    Un sistema tcnico consta de agentes intencionales (al menos una

    persona que tiene alguna intencin), de al menos un fin que los

    agentes pretenden lograr (abrir un coco o intimidar a otra persona),

    de objetos que los agentes usan con propsitos determinados (la

    piedra que se utiliza instrumentalmente para lograr el fin de pulir

    otra piedra y fabricar un cuchillo), y de al menos un objeto con-

    creto que es transformado (la piedra que es pulida). El resultado de

    la operacin del sistema tcnico, el objeto que ha sido transfor-

    mado intencionalmente por alguna persona, es un a r tefacto ( e l

    cuchillo).

    Al plantearse fines los agentes intencionales lo hacen contra un trasfondo

    de creencias y de valores. Alguien puede querer pulir una piedra porq u e

    c re e que as le servir para cortar ciertos frutos. La piedra pulida es algo

    Miguel ngel Quintanilla: EsCatedrtico de Lgica y Filosofade la Ciencia en la Universidadde Salamanca. Ha sido uno delos filsofos iberoamericanosque mayores aportes han hechoa la filosofa de la tecnologa.Entre sus obras destacaTecnologa: un enfoque filosfico.Madrid: Fundesco, 1989. Eseditor del volumen sobreCiencia, Tecnologa y Sociedad dela Enciclopedia Iberoamericana deFilosofa.

  • 209 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    que el agente intencional considera v a l i o s a . Los sistemas tcnicos, enton-

    ces, tambin involucran creencias y valores .

    Una realizacin tcnica es un sistema de acciones humanas intencionalmente orien-tado a la transformacin de objetos concretos para conseguir de forma eficiente unresultado valioso

    M.A. Quintanilla (1989, pg. 34)

    Hoy en da los sistemas tcnicos pueden ser muy complejos. Pensemos

    tan slo en una planta nuclear o en un sistema de salud preventiva en

    donde se utilizan vacunas. Estos sistemas, adems de ser complejos de

    acciones involucran, entre muchos otros elementos, conocimientos cien-

    tficos; de fsica atmica en un caso y de biologa en el otro.

    Los agentes intencionales que forman parte de un sistema tcnico tienen

    la capacidad de re p resentarse conceptualmente la realidad sobre la cual

    desean interv e n i r. Los seres humanos tienen la capacidad de abstraer de la

    realidad ciertos aspectos que les interesan , y de construir modelos y teo-

    r a s para explicarse esos aspectos de la realidad y para poder i n t e rv e n i r

    sobre ellos, para modificarlos o manipularlos .

    Los seres humanos tambin son capaces de asignar v a l o re s a estados de

    cosas en el mundo, es decir, de considerar como buenos o malos ciert o s

    estados de cosas, o de considerarlos como deseables o indeseables. Por ejem-

    plo, los materiales de construccin que se obtienen mediante la explotacin

    de un bosque, digamos la madera, pueden ser valiosos para un gru p o

    humano. Pero la completa deforestacin de un valle puede ser indeseable.

    No hay valores, sino objetos valiososM. Bunge (1996, pg. 39)

    Todo esto significa que los seres humanos son capaces de t o m a r d e c i s i o -

    n e s y promover la realizacin de ciertos estados de cosas en funcin de

    sus re p re s e n t a c i o n e s , i n t e re s e s , v a l o r a c i o n e s , d e s e o s y p re f e re n c i a s .

    Los agentes intencionales tambin son capaces de hacer seguimientos de

    sus acciones, y en su caso de c o r re g i r s u s d e c i s i o n e s y sus c u r s o s d e

    a c c i n .

    Los resultados de la operacin de un sistema tcnico pueden ser aparatos

    (automviles o aviones de combate), sucesos (la explosin de una bomba,

    la muerte de personas), o pueden ser procesos dentro de un sistema (la

    paulatina recuperacin del estado de salud de un enfermo, la constante

    reduccin de la inflacin en un sistema econmico), o modificaciones de

    un sistema (las alteraciones en un sistema ecolgico por la constru c c i n

    de una presa o la destruccin de un bosque).

  • 210 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    No slo los aparatos son artefactos. Los sucesos, los procesos o las modifi-

    caciones de los sistemas naturales o sociales son a rt i f i c i a l e s , tanto como

    los aparatos, cuando son efecto de la operacin de un sistema tcnico. La

    m u e rte de una persona puede ser natural, debida a una enfermedad que

    su cuerpo ya no puede superar, pero es artificial si resulta de la accin de

    alguna persona. La destruccin de una ciudad por un terremoto es natu-

    ral, pero es artificial si es causada por la explosin de una bomba nuclear.

    Una tcnica es una clase de realizaciones tcnicas equivalentes con respecto al tipode acciones, su sistematizacin, a las propiedades de los objetos sobre los que se ejer-cen y a los resultados que se obtienen

    M. A. Quintanilla (1989, pg. 34)

    En suma, los artefactos son importantes y constituyen piezas necesarias

    en la tecnologa. Pero la tecnologa es mucho ms que el conjunto de

    artefactos.

    Ahora podemos comprender mejor por qu los problemas ticos que

    plantean la ciencia y la tecnologa no se reducen slo al uso posible de los

    conocimientos o de los artefactos, sino que, puesto que los sistemas tc-

    nicos y los sistemas de produccin del conocimiento cientfico son siste-

    mas de acciones intencionales, entonces surgen problemas ticos en

    torno a las intenciones de los agentes, los fines que persiguen, los resul-

    t a d o s que de hecho se producen (intencionalmente o no), as como en

    torno a los deseos y valores de esos agentes.

    Por ejemplo,

    supongamos que una compaa farmacutica decide poner a prueba en seres humanosuna droga cuyos efectos se desconocen, sin advertir a los sujetos con quienes se experi-mentar de los riesgos que corren, y ocultndoles el hecho de que no se conocen losefectos que pueda tener la droga. Podemos juzgar como inmoral la decisin de la com-paa farmacutica, as como las correspondientes acciones de los cientficos, porq u ebuscan un cierto fin, digamos comercializar una droga y obtener beneficios econmicos,y para eso utilizan a las personas simplemente como medios. Adems, al ocultrselesi n f o rmacin pertinente en la situacin, las personas en quienes se experimenta venc o a rtada su capacidad de tomar una decisin autnoma, a saber, participar o no en elexperimento por voluntad propia. Pero ms an, esas personas corren el riesgo de sufrira causa de la droga que se les est administrando, sin que est a su alcance una j u s t i f i c a -cin aceptable para sufrir de esa manera.

    En este caso, el juicio sobre la inmoralidad de la compaa farmacutica y de los cient-ficos que se prestan para hacer los experimentos se basa en que violan tres p r i n c i p i o smorales (vase el mdulo 3):

    a) el principio kantiano que establece tratar a las personas siempre como un fin y nuncacomo medios,

    b) el principio, tambin kantiano, que indica respetar a las personas como agentes aut-nomos, es decir, con una capacidad de tomar decisiones y de realizar acciones conbase en decisiones que tomen ellos mismos sin engao ni coaccin de nadie ms; y

    c) el principio que prohibe daar o producir un sufrimiento en una persona si no hayalguna razn suficiente que lo justifique.

    Podemos suponer una situacin anloga en un contexto de ciencia pura, donde el finno sea la comercializacin de la droga, sino nicamente obtener un conocimiento, diga-mos determinar si la droga es efectiva para combatir una cierta enfer m e d a d .Supongamos que esto se realiza en un laboratorio acadmico, ajeno a fines comerciales.

  • 211 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    En cualquier caso, si las personas en quienes se experimenta no son debidamente infor-madas de los fines que se buscan, de los riesgos que corren, y del hecho de que se desco-nocen los posibles efectos y por consiguiente el sufrimiento que puedan tener, entoncessiguen siendo usadas slo como medios, por lo cual la decisin y las acciones de los cien-tficos que as actuaran seran moralmente reprobables.

    C o m p render la naturaleza de los sistemas tcnicos permite enten-

    der que los problemas ticos que plantea la tecnologa no se re d u-

    cen al posible uso para bien o para mal de los artefactos. Los

    a rtefactos son el resultado de la operacin de sistemas tcnicos,

    p e ro los sistemas tcnicos pueden ser evaluados positiva o negativa-

    mente desde un punto de vista moral, en virtud de las intenciones

    de los agentes que los constituyen, de los fines que persiguen, de los

    valores que suponen y de los medios que utilizan.

    1.4. La transformacin, la dominacin y el control,

    constituyen un problema tico?

    Este es el rasgo distintivo de la tecnologa. Pero contra lo que a veces se

    piensa, esto no puede considerarse en general o en abstracto como un

    problema tico.

    La dominacin, el control y la transformacin de objetos concre t o s ,

    incluso los sociales, no puede juzgarse en abstracto como buena o

    mala, moralmente hablando. El juicio sobre su bondad o maldad,

    desde un punto de vista moral, debe hacerse sobre cada caso con-

    creto de dominio, control o transformacin

    Por ejemplo,

    el control de una epidemia es bueno, el control de la inflacin, sin desempleo y sin mise-ria, es bueno. El dominio y control de la fuerza de una catarata son buenos si sirven paragenerar energa elctrica de una manera que no contamine el ambiente. Pero el dominiode un pueblo sobre otro, sojuzgando y explotando a las personas del otro pueblo es con-denable. La transformacin de un paraje desrtico en un campo de golf en una regin deun pas donde vive una cultura tradicional (digamos un pueblo indgena), puede ser

    Las tcnicas y los sistemas tcnicos son creados por los seres huma-

    nos para dominar, controlar y transformar objetos concretos, natu-

    rales o sociales.

    Lecturarecomendada

    Quintanilla, M. A. (1989).Tecnologa: un enfoquefilosfico. Madrid: Fundesco.

  • 212 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    bueno, si genera empleos y produce bienestar a la poblacin respetando sus formas devida, y si adems las modificaciones al medio ambiente no son nocivas. Pero la transfor-macin de tierras de cultivo en un campo de golf, aunque aqullas no se cultiven contcnicas ni por medio de relaciones sociales altamente productivas en trminos de unaeconoma de mercado, es moralmente reprobable si tiene como consecuencia la disolu-cin de la comunidad tradicional contra la voluntad de sus miembros.

    Matar intencionalmente a seres humanos, a animales y destruir bienes y

    sistemas ecolgicos son acciones condenables, y peor cuando se hace

    como medios para dominar, sojuzgar y explotar a otros seres humanos,

    como en la mayora de las guerras. Pero tambin hay casos de la opera-

    cin de sistemas tcnicos que culminan con la muerte de una persona,

    donde por lo menos merece la pena discutir si el fin es moralmente acep-

    table o condenable, como en los casos de eutanasia, e n t e n d i d a como la

    ayuda a que mueran con dignidad los enfermos incurables en un estado

    t e rminal, que experimentan grandes sufrimientos, y cuyas condiciones de

    vida son ya indignas. En estos casos, lo menos que podemos decir es que

    no es obvio que sea moralmente condenable la eutanasia.

    Si la muerte de una persona no es natural, sino buscada por el enfermo y asistida tam-bin intencionalmente por alguien ms, entonces habr operado algn sistema tcnico.Recordemos que el sistema tcnico incluye a los agentes intencionales. En este ejemplosern el propio enfermo y alguien ms, probablemente un mdico que lo ayuda a morir,tal vez mediante la administracin de algn cctel de drogas letales. Estos agentes inten-cionales se proponen un fin: terminar con la vida del enfermo (y as con su sufrimiento).El sistema incluye tambin a los medios que se utilizan para obtener el fin: el cctel mor-tfero (que es un artefacto), as como ciertas creencias y valores de los agentes intencio-nales. Por ejemplo, la c reencia de que la enfermedad es incurable y continuardeteriorando las condiciones de vida del enfermo, la c reencia de que el cctel term i n a r con la vida y los sufrimientos del enfermo, y el valor de que toda persona merece vivir ymorir dignamente.

    Al pensar en situaciones como las anteriores podemos darnos cuenta de

    que la tesis de la neutralidad valorativa y por tanto tica de la ciencia

    y de la tecnologa tiene una parte de razn, porque no es posible evaluar

    moralmente a la ciencia y a la tecnologa en general o en abstracto . Es

    d e c i r, no tiene sentido afirmar que la ciencia en general es buena, o

    mala, ni que la tecnologa en general es mala, o buena.

    Sin embargo, esta concepcin falla porque pasa por alto que la tecnologa

    slo funciona mediante la aplicacin de sistemas tcnicos concre t o s ,

    donde se persiguen fines determinados que se consideran valiosos, es

    d e c i r, hay valores involucrados, y adems se utilizan medios especficos

    para obtener esos fines.

  • 213 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    Los sistemas tcnicos concretos por tanto, s estn sujetos a evaluaciones

    morales y no son ticamente neutros.

    Lo mismo ocurre en la ciencia. Aunque no tiene sentido juzgarla moral-

    mente en abstracto (decir, por ejemplo, la ciencia en general es buena o

    mala desde un punto de vista moral), es importante entender que la cien-

    cia es mucho ms que slo el conjunto de conocimientos cientficos.

    En muchos casos, tal vez en la mayora, los fines y los medios, as como

    los valores, sern aceptables desde un punto de vista moral. Pero hay

    casos, como en el ejemplo antes mencionado del experimento con una

    droga cuyos efectos se desconocen, donde se usa a personas como instru-

    mentos sin su consentimiento, en los cuales los medios son re p ro b a b l e s

    moralmente. Casos anlogos surgen en las investigaciones donde se tra-

    baja con animales y se les provocan sufrimientos innecesarios. Ms ade-

    lante volveremos sobre este tema.

    La ciencia tambin incluye sistemas de acciones de los cientficos,

    en donde se plantean fines, es decir, metas a alcanzar en sus pro-

    yectos de investigacin, y estn involucrados valores, y en donde

    deben utilizarse ciertos medios para obtener esos fines.

    La dominacin y el control sobre alguien especfico o s o b r e

    algo concr e t o s pueden ser evaluados moralmente porque siempre

    se realizan por medio de tcnicas y sistemas tcnicos part i c u l a re s ,

    con propsitos definidos, con medios especficos y con consecuen-

    cias observables.

    Lecturarecomendada

    Bunge, M. (1996). tica, Ciencia y Tcnica.Buenos Aires: Editorial Sudamericana.

  • 214 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    2. La racionalidad instrumental: racionalidad de medios a fines y racionalidad de fines

    2.1. Fines, medios y valores en ciencia y tecnologa

    Hemos visto que tanto la ciencia como la tecnologa incluyen complejos

    de acciones intencionales, en donde los agentes que forman parte de ellos

    se proponen alcanzar algunos f i n e s d e t e rminados. Para lograr esos fines

    los agentes ponen en juego ciertos medios .

    Por ejemplo, uno de los fines al disear automviles con motor de gasolina pudo habersido el de contar con medios de transporte ms veloces que los de caballos, y nodepender de los animales. Pero el transporte con motores de gasolina ha tenido tambinel resultado de contaminar la atmsfera. Este ha sido un resultado no intencional, puespodemos suponer que nadie dise los motores de gasolina con el fin explcito de ensu-ciar el medio ambiente.

    Por ejemplo, si el fin es determinar la causa de una enfermedad como el SIDA, es racio-nal llevar a cabo una serie de investigaciones tales como hacer un seguimiento cuida-doso de la evolucin de los sntomas de los enfermos, analizar muestras de su sangre ,tratar de identificar la presencia de micro o rganismos conocidos y de otros desconocidos,etc. Estos parecen ser medios adecuados para obtener el fin que se persigue. Pero en cam-bio no parece adecuado abrir las entraas de una paloma, o consultar una bola de cris-tal. Mientras la primera lnea de investigacin es racional p o rque los medios pare c e nadecuados, la segunda es irracional porque los medios son inapropiados.

    La decisin acerca de si los medios propuestos para alcanzar un fin deter-

    minado son o no son racionales no es algo arbitrario. En el ejemplo ante-

    rior, se puede determinar que la primera lnea de investigacin utiliza un

    Cuando los agentes ponen en juego medios adecuados para obte-

    ner los fines que persiguen, suele decirse que han hecho una elec-

    cin racional.

    Cuando los agentes realizan de hecho ciertas acciones, obtienen

    efectivamente ciertos resultados, algunos de los cuales coinciden

    con los fines perseguidos intencionalmente por ellos y otros no

    (son los resultados no intencionales ).

  • 215 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    medio adecuado para su fin, porque existe una larga tradicin de investi-

    gacin biomdica que ha mostrado que ese tipo de medios, es decir, esos

    m t o d o s de investigacin (hacer un seguimiento cuidadoso de los snto-

    mas, analizar muestras de sangre buscando micro o rganismos, etc.), han

    conducido en el pasado a resultados exitosos. Es decir, en el pasado han

    llevado a lograr la meta de encontrar los agentes causales de otras enfer-

    medades. Mientras que los intentos de averiguar la causa de las enferm e-

    dades mediante otros mtodos, tales como consultar las cartas o una bola

    de cristal, no son respaldados por una tradicin exitosa. (Laudan, 1991;

    Velasco, 1997).

    2.2. La racionalidad de medios a fines

    Una importante discusin acerca del concepto de racionalidad siempre ha

    sido la de si los fines pueden elegirse racionalmente, o si la racionalidad se

    limita a la eleccin de los medios ms adecuados para obtener fines pre -

    establecidos, los cuales no son susceptibles de discutirse racionalmente.

    Filsofos de la ciencia en tiempos recientes, por ejemplo Larry Laudan,

    han sostenido persuasivamente que en la historia de la ciencia los cient-

    ficos muchas veces se han comportado racionalmente evaluando sus obje-

    tivos y corrigindolos sobre la base de consideraciones racionales.

    2.3. La racionalidad de los fines

    Un conjunto dado de fines cognitivos puede ser criticado por ejemplo

    p o rque sus elementos sean incompatibles entre s. Pero tambin, como

    dice Laudan,

    se puede argumentar en contra de un fin sobre la base de (i) que es utpico o irreali-zable, o (ii) de que es incompatible con los valores implcitos en las prcticas comuni-tarias y con los juicios que normalmente aceptamos

    L. Laudan (1984, pg. 50)

    Esto significa que

    Una eleccin de medios para alcanzar ciertos fines es racional si

    esos medios son adecuados para alcanzar esos fines.

    En este concepto se excluye laidea de la discusin acerca de laeleccin racional de los fines.

    Larry Laudan: Ha sido uno delos ms influyentes filsofos dela ciencia nortemericanosdurante las dos ltimas dcadas.Ha sido profesor en variasuniversidades de Inglaterra y delos Estados Unidos. Actualmentevive en Mxico. Entre sus obrascabe destacar Progress and itsProblems (1977) (El Progreso ysus Problemas), Science andValues (1984) (La ciencia y losvalores), Science and relativism(1990) (La Ciencia y elRelativismo), y Beyond Positivismand Relativism (1996) (Ms alldel Positivismo y del Relativismo).

  • 216 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    En tales casos la eleccin racional se aplica a los fines, y no slo a los

    medios, por consiguiente lo que est en juego aqu es la racionalidad de

    los fines .

    En efecto, en muchas ocasiones es posible hacer una evaluacin racional

    de los fines que se persiguen. Por ejemplo, a veces podemos perc a t a rn o s

    de que hemos estado persiguiendo algn objetivo que, despus de todo,

    es irrealizable o poco prctico . Como ocurri con la construccin de glo-

    bos aerostticos para el transporte masivo de pasajeros. O bien podemos

    d a rnos cuenta de que algn fin que perseguimos es incompatible con cre-

    encias y valores que consideramos prioritarios. Por ejemplo, podemos

    querer obtener aviones ms veloces, pero si nos convencemos de que eso

    es imposible sin aumentar el gasto de nuestras re s e rvas energticas y la

    contaminacin ambiental, entonces podemos abandonar aquel fin por

    ser incompatible con dos valores importantes para nosotros: el ahorro de

    energa y una menor contaminacin atmosfrica. En tal caso hemos eva-

    luado racionalmente nuestro fin, y hemos tomado la decisin racional de

    abandonarlo.

    La consideracin racional de los fines es muy importante para las evalua-

    ciones ticas en la ciencia y la tecnologa. Pues desde ese punto de vista,

    s i e m p re debemos analizar si esos fines resultan o no compatibles con

    v a l o res y principios que aceptamos como fundamentales desde el punto

    de vista moral.

    Pero tambin la evaluacin de resultados no intencionales es muy impor-

    tante para juzgar a las tcnicas. Ms adelante, en la seccin 4, analizare-

    mos como ejemplo el caso que se le planteo al Premio Nobel de Qumica

    1995, Mario Molina, quien en sus palabras se enfrent a un pro-

    blema de tica superior, al percatarse que ciertos compuestos qumicos

    fabricados industrialmente, es decir, ciertos artefactos, ampliamente utili-

    zados en la refrigeracin los clorofluorocarburos (CFCs), podran ser

    agentes causales responsables del agujero de la capa de ozono en la atms-

    fera terre s t re. Sin embargo, el propsito de quienes los fabricaban no era

    daar a la capa de ozono.

    hay constreimientos racionales acerca de cules fines de la ciencia

    son aceptables y cules de hecho son aceptados en un ciert o

    momento.

    Lecturasrecomendadas

    Echeverra, J. (1995).Filosofa de la Ciencia.Madrid: Akal, caps. III y IVAgazzi, E. (1996). El bien, el mal y la ciencia, Las dimensiones ticas de laempresa cientfico-tecnolgica.Madrid: Tecnos, caps. 10 y 11.

  • 217 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    3. Evaluacin de tecnologas, racionalidad y problemas ticos

    3.1. La evaluacin de la tecnologa: dos dimensiones

    Hemos visto que

    De esto se deriva la necesidad de evaluar los sistemas tcnicos y de re s-

    ponder a la pre g u n t a : tecnologa para qu y para quines? Esto signi-

    fica poner al frente de la discusin el problema de los fines y de los

    valores en funcin de los cuales se genera, se desarrolla y se aplica un sis-

    tema tcnico.

    La e v a l u a c i n de los sistemas tcnicos debe realizarse en dos niveles: uno

    interno a cada sistema, y otro externo.

    La evaluacin interna se concentra en torno al concepto de eficien-

    cia y otros conceptos emparentados con ste, como factibilidad, efi-

    cacia y fiabilidad.

    La evaluacin externa tiene que ver con el contexto social y cultu-

    ral. Se trata de la evaluacin y deseabilidad de las innovaciones tec-

    nolgicas y del desarrollo tecnolgico desde la perspectiva del

    contexto social amplio en el cual estn insertos los sistemas tcni-

    cos, donde se aplican y al cual afecta su aplicacin. Desde esta pers-

    pectiva se re q u i e re analizar el impacto de la tecnologa en la

    sociedad y en la cultura. Igualmente, es importante analizar los

    constreimientos que desde el contexto cultural y social existen de

    hecho, as como los que sera deseable que existieran, para el desa-

    rrollo y la innovacin tecnolgica, as como para las aplicaciones de

    la tecnologa.

    los problemas ticos que plantea la tecnologa no se limitan slo al

    uso posible de los artefactos, sino que surgen en virtud de las inten-

    ciones de los agentes que forman parte de los sistemas tcnicos, de

    sus fines, deseos y valores, as como de los resultados que de hecho

    obtengan, incluyendo los resultados no intencionales.

  • 218 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    3.2. La evaluacin interna de los sistemas tcnicos

    Un sistema tcnico es tanto ms eficiente cuanto mayor sea el ajuste entre sus objeti-vos y los resultados efectivos del sistema

    M. A. Quintanilla (1989, pg. 103)

    La eficiencia es una nocin estrechamente ligada con la racionalidad de

    medios a fines . Como vimos antes, esta nocin se refiere a la eleccin de

    los medios ms adecuados para la obtencin de ciertos fines, pero no

    involucra la discusin de la adecuacin o de la correccin de los fines en

    cuestin.

    Una tcnica puede considerarse ms eficiente que otra si se plantea obte-

    ner los mismos resultados y lo puede hacer a un costo menor, o si al

    mismo costo logra ms y mejores resultados. Aunque la evaluacin del

    costo no debe entenderse nicamente en un sentido econmico. Puede

    referirse, por ejemplo, al gasto de energa, natural o humana, al tiempo

    necesario para realizar alguna tarea, etc.

    Otros conceptos relacionados con la eficiencia y que se aplican en la eva-

    luacin interna de los sistemas tcnicos son, por ejemplo, la factibilidad

    de un sistema (que pueda realizarse lgica y materialmente), la e f i c a c i a

    (que logre realmente los fines que se propone alcanzar), o la f i a b i l i d a d

    (que la eficiencia sea estable).

    3.3. La evaluacin externa de las tecnologas

    P e ro los sistemas tcnicos tambin deben evaluarse desde un punto de

    vista e x t e rn o , es decir, desde el punto de vista del contexto en donde se

    aplicarn y al cual afectarn las consecuencias de su aplicacin.

    Por ejemplo, con respecto a la produccin de energa elctrica por medio de plantasn u c l e a res, desde un punto de vista interno podra calcularse el costo econmico de cons-t ruir y operar la planta. Con esta informacin podra hacerse una comparacin con otrastcnicas para producir la misma cantidad de energa durante el mismo periodo.

    La eficiencia tcnica se re f i e re a la adecuacin de los medios a los

    fines propuestos. La eficiencia de un sistema tcnico se entiende

    como la medida en la que coinciden los objetivos del sistema con

    sus resultados efectivos. Un sistema es ms eficiente que otro si

    obtiene ms de las metas propuestas con menor derroche, es decir,

    con menos consecuencias no previstas.

  • 219 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    Pero desde la perspectiva de un contexto ms amplio, deben tomarse en cuenta las con-secuencias en el sistema econmico de la inversin de recursos en la construccin y ope-racin de la planta, las plazas de trabajo que se crearn o se desplazarn, lasconsecuencias ambientales de su construccin y operacin, el impacto social y culturalen la forma de vida de los habitantes de la zona donde opere la planta, los riesgos queimplica su construccin y operacin, los beneficios que traer, etctera.

    Desde este punto de vista la cuestin fundamental es que

    lo que importa son los seres humanos y la satisfaccin de sus nece-

    sidades y de sus deseos legtimos.

    En suma, la evaluacin externa de un proyecto tecnolgico debe tomar en

    cuenta los siguientes aspectos:

    su costo intrnseco y la disponibilidad de recursos para enfre n t a r s e

    en su caso a ese costo;

    sus posibles consecuencias en la estructura social y cultural, as

    como en el entorno natural, y por consiguiente el costo social y

    ambiental que puede tener su realizacin y operacin;

    el tipo de necesidades que puede satisfacer y la prioridad que la

    sociedad en cuestin les asigna a stas para su satisfaccin.

    El desarrollo tecnolgico depende de decisiones humanas , las cuales se

    realizan a la luz de concepciones las ms de las veces implcitas sobre

    la naturaleza humana, los deseos y necesidades de las personas, as como

    de las maneras de lograr una vida buena y una vida feliz. El desarrollo tec-

    nolgico puede favorecer la realizacin de intereses generales autnticos

    de las comunidades humanas, por ejemplo obtener energa limpia para

    una poblacin, o puede ir en contra de ellos y promover intereses part i-

    c u l a res de slo ciertos grupos (por ejemplo ganancias de una sola

    e m p resa), o slo ciertas naciones (por ejemplo de las naciones industriali-

    zadas frente a las naciones pobres).

    La evaluacin externa de la tecnologa y del desarrollo tecnolgico, desde

    un punto de vista moral, exige que se desarrollen modelos de pre v i s i n

    del impacto en el medio ambiente y en la sociedad, y que se establezcan

    cauces adecuados para una mayor participacin en la evaluacin de los

    propios usuarios de tecnologa.

    El impacto de las tecnologas modernas ha sido indudablemente

    muy fuerte, y puede alterar la identidad social y cultural de las

    comunidades que desarrollan o importan tecnologas sin evaluar

    adecuadamente su uso y las consecuencias de su aplicacin.

  • 220 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    Por esto es indispensable el desarrollo de mecanismos de evaluacin

    e x t e rna de tecnologas, los cuales permitan impulsar, o en su caso dete-

    ner o en todo caso modificar la realizacin de proyectos tecnolgi-

    cos, sobre todo cuando estos puedan afectar el desarrollo econmico,

    social y cultural de la sociedad que pretende desarrollarlos o import a r l o s

    y aplicarlos.

  • 221 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    4. Naturaleza, tcnica y tica

    4.1. Daos justificables

    Hemos visto que los sistemas tcnicos concretos s estn sujetos a evalua-

    ciones morales y no son ticamente neutros. Hemos sugerido tambin

    que no todo sistema tcnico que produzca daos a personas, a sus bienes

    o al medio ambiente es moralmente condenable, porque hay situaciones

    en las cuales se puede justificar la realizacin de acciones o la operacin

    de sistemas tcnicos que produzcan un cierto dao. Una operacin qui-

    r rgica en donde se mutila parte de un cuerpo produce un dao, pero es

    aceptable cuando es necesaria para pre s e rvar o restaurar la salud o incluso

    salvar la vida del enfermo.

    Condiciones para la aceptabilidad de daos

    Es posible entonces sugerir algunas condiciones que deberan cumplirse

    para a c e p t a r m o r a l m e n t e una accin y la operacin de un sistema tc-

    nico a u n q u e p ro d u z c a a l g n d a o a una persona, a un grupo de perso-

    nas o a la naturaleza (por ejemplo a animales o el medio ambiente). Tales

    condiciones podran ser las siguientes:

    a) Que los fines que se persiguen sean moralmente aceptables para

    quienes operan el sistema y para quienes sern afectados por su

    operacin y por sus consecuencias.

    b) Que est bien fundada la creencia, para quienes operarn el sistema

    tcnico y para quienes sern afectados por su operacin y por sus

    consecuencias, de que los medios que se usarn son adecuados

    para obtener los fines que se buscan.

    c) Que los medios que se usarn sean aceptables moralmente para

    quienes operarn el sistema y para quienes sern afectados por la

    operacin del sistema y por sus consecuencias.

  • 222 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    d) Que no haya ninguna opcin viable que permita obtener los mis-

    mos fines sin producir daos equivalentes.

    e) Que los fines sean deseables para quienes operarn el sistema y

    para quienes sufrirn las consecuencias, aunque se produzcan esos

    daos.

    De acuerdo con esto, por ejemplo, un mdico acta inmoralmente si propone una inter-vencin quirrgica que no es necesaria para curar a un enfermo o para salvar su vida, oque es intil para esos mismos fines, digamos porque el enfermo se encuentra en estadoterminal y no sanar de ninguna manera (se viola la condicin (b)).

    4.2. Indeterminacin de las consecuencias de las innovaciones

    tecnolgicas

    En las condiciones (a) (e) se asumen dos supuestos que conviene hacer

    explcitos:

    1) Por un lado, se supone que todos los daos que producir el sis-

    tema tcnico son previsibles .

    2) Por otra parte, se supone que hay algn c r i t e r i o c o m p a rt i d o p o r

    quienes operarn el sistema y por quienes sern afectados por su

    operacin, p a r a d e c i d i r c u n d o l o s m e d i o s s o n a c e p t a b l e s y

    c u n d o e l f i n e s d e s e a b l e , a pesar de que su obtencin suponga

    daos (previsibles). Esto es lo que ocurre en el caso de la interven-

    cin quirrgica. Se daa o mutila al cuerpo, pero el mdico y el

    paciente conocen las consecuencias, y el paciente est dispuesto a

    asumirlas con tal de obtener el beneficio final: la curacin.

    P e ro estos dos supuestos raramente se cumplen en la vida real. En la

    mayora de las situaciones en donde operan sistemas tcnicos, y sobre

    todo cuando se trata de innovaciones tecnolgicas, no es posible predecir

    todas las consecuencias en las personas, las comunidades, sus bienes o en

    el medio ambiente.

    Esto es tpico en la tecnologa. La gran mayora de las decisiones tecnol-

    gicas que pueden tener un fuerte impacto social o ambiental deben

    tomarse en contextos de incert i d u m b re, en donde como mximo hay

    b a s e s r a z o n a b l e s para creer o no que habr efectos negativos, pero que

    En muchas ocasiones se producen daos que son resultados no

    intencionales de la operacin del sistema tcnico en cuestin.

  • 223 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    normalmente no pueden tomarse sobre la base de razones incontroverti-

    bles para todo aqul que tenga acceso a la informacin y a los conoci-

    mientos pertinentes, como se exige a los conocimientos cientficos .

    Estas son las razones que el filsofo mexicano Luis Villoro llama razones

    objetivamente suficientes (Villoro, 1982: 137-138).

    Que una razn sea objetivamente suficiente implica que pueda ser sometida a pru e b apor cualquiera y resista, que no pueda ser revocada por los argumentos o contraejem-plos que pudieran enfrentrsele, en suma, que sea vlida para cualquier sujeto dotadode razn

    L. Villoro (1982, pg. 138)

    El segundo problema es que hay casos donde existen intereses opuestos

    e n t re quienes desean aplicar el sistema y quienes juzgan sus consecuen-

    cias, y no es posible esperar un consenso entre ellos acerca de si el dao

    est justificado. En estos casos no existe un criterio compartido, entre

    quienes tienen inters en aplicar el sistema y todos los afectados, que per-

    mita decidir si el objetivo justifica los daos.

    En este segundo tipo de casos se encuentran las situa-ciones de intereses

    i rre c o n c i l i a b l e s . Por ejemplo entre organizaciones ecologistas, cuyo inte-

    rs es la pre s e rvacin del medio ambiente, e industrias petroleras, cuyo

    inters primordial es el beneficio econmico.

    Sin embargo, aun cuando los intereses sean opuestos, habr casos en

    donde ser posible todava establecer una comunicacin racional entre las

    p a rtes involucradas, y llegar a acuerdos parcialmente satisfactorios para

    cada una. Pero habr casos en los que ser imposible un acuerdo racional

    entre las partes afectadas.

    Qu hacer entonces frente a las innovaciones tecnolgicas? Conviene

    adoptar un principio conservador que establezca que dado que los re s u l-

    tados finales de una innovacin dependen de muchos factores que no son

    p redecibles, y puesto que de hecho normalmente es imposible pre d e c i r

    todas las consecuencias de la aplicacin de casi cualquier tecnologa inte-

    resante, entonces ms vale prohibir las innovaciones?

    Sera difcil justificar ticamente un principio conservador as. Pero ade-

    ms sera intil en la prctica, pues en un mundo como el nuestro no

    habra manera de detener de hecho las innovaciones tecnolgicas y su

    proliferacin.

    Por ejemplo, frente al reclamo de prohibir experimentos de clonacin con genes huma-nos, suele responderse que si no se permiten en laboratorios reconocidos y en dondepueda tenerse control de lo que hacen, de todos modos se har en laboratorios clandes-tinos fuera de controles institucionales.

    Luis Villoro (1922- ): Naci enBarcelona, en el seno de unafamilia mexicana. Hizo susestudios en Mxico, Blgica,Francia y Alemania. Actualmentees Investigador Emrito de laUniversidad Nacional Autnomade Mxico. Ha hechocontribuciones sobre todo en lateora del conocimiento y en lafilosofa poltica. Entre susnumerosos libros destacan:Creer, Saber Conocer (1982), y ElPoder y el Valor (1997).

  • 224 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    Si no queremos ser excesivamente conserv a d o res, prohibiendo prctica-

    mente toda innovacin tecnolgica, queda nicamente la opcin de

    aceptar el desarrollo y la aplicacin de todo tipo de innovacin tecnol-

    gica, y slo sobre la marcha corregir los resultados indeseables? Tampoco

    esta opcin, en el otro extremo, parece ser aceptable. La humanidad ya ha

    recibido varias lecciones por no tener controles adecuados, como ocurri

    con los desperdicios nucleares, y debera aprender de eso.

    En efecto, aun suponiendo que la energa nuclear slo se hubiera utili-

    zado para fines no violentos, los desechos de los primeros aos de la era

    nuclear se manejaron de acuerdo con estndares que ahora se reconocen

    como inadecuados, produciendo el gravsimo problema de una acumula-

    cin de desperdicios nucleares que es inaceptable bajo normas actuales.

    Esto sugiere que

    si bien no es aplicable un principio que exija conocer con razones

    objetivamente suficientes las consecuencias de las innovaciones

    tecnolgicas para proceder a su aplicacin, tampoco podemos per-

    mitir la aplicacin indiscriminada y la proliferacin de todo tipo de

    tecnologa sin control alguno.

    Hay algn punto intermedio entre un principio conservador que

    p rohiba las innovaciones tecnolgicas y la inmoderada aceptacin de

    toda tecnologa, que permita orientar la toma de decisiones y las acciones

    frente a las innovaciones tecnolgicas?

    Este tipo de problemas es lo que ha llevado a organizaciones ecologistas a

    defender el llamado p r i n c i p i o d e p re c a u c i n para establecer un vn-

    culo entre la ciencia y la toma de decisiones con respecto a la aplicacin

    de cierto tipo de tecnologas.

    El principio de precaucin establece que se tomen medidas preven-

    tivas cuando existan bases razonables para creer que la intro d u c-

    cin de sustancias o de energa en el medio ambiente puede re s u l t a r

    p e l i g rosa para animales, para humanos o para el ecosistema en

    general.

    El principio propone que no se arrojen al medio ambiente los desechos si

    existe esa base razonable, aunque no se tenga evidencia contundente

    de que existen relaciones causales entre la presencia de los desechos y

    los supuestos daos.

  • 225 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    P e ro si bien este principio parece racional, su aplicacin de cualquier

    manera queda sujeta a una c o n t ro v e r s i a , pues en general no hay crite-

    rios nicos, aceptables para todos los interesados, para determ i n a r

    cundo existen esas bases razonables para sospechar que hay alguna

    relacin causal entre ciertas acciones y un cierto fenmeno (considerado

    p e r j u d i c i a l ) .

    Cuando se trata de aplicar innovaciones tecnolgicas, por razones polti-

    cas y econmicas, las empresas y los gobiernos suelen establecer condi-

    ciones ms difciles de satisfacer para aceptar que hay bases razonables

    para creer que esas innovaciones son causalmente responsables de ciertos

    efectos negativos.

    La situacin se complica an ms, porque en los contextos tecnolgicos

    las decisiones no estn slo en manos de e x p e rt o s , como se ha sealado

    en el mdulo 2. Las decisiones tecnolgicas son mucho ms complejas:

    ciertamente intervienen grupos de expertos que pueden decidir acerca de

    la factibilidad o de la eficiencia de una tcnica, pero las decisiones sobre

    aplicaciones tecnolgicas en gran medida las toman grupos de empre s a-

    rios o funcionarios del Estado de acuerdo con intereses muy diversos. Las

    d i f e rencias y las confrontaciones de intereses hacen que sea muy difcil

    llegar a acuerdos acerca de lo que cuenta como bases razonables.

    Por ejemplo, la compaa petrolera transnacional Shell haba tomado en 1996 la deci-sin de hundir en el Mar del Norte una plataforma petrolera. Su decisin obedeca arazones e intereses econmicos, siendo el hundimiento la forma ms barata de desha-cerse de la plataforma. Es decir, de acuerdo con una pura racionalidad de medios a fines,la decisin de la Shell era racional. Pero no estaba a discusin el fin (el deshacerse de laplataforma). Es decir, no se estaba aplicando una racionalidad de fines.

    En cambio ciertos grupos ecologistas alegaban que era necesario discutir el fin, el cual dehecho era condenable, pues el hundimiento de la plataforma producira un dao irre p a-rable al medio ambiente. Era necesario entonces abandonar ese fin, y buscar form a salternativas y ms seguras para deshacerse de la plataforma.

    Al no existir evidencia concluyente, aceptable universalmente, que permitiera determ i-nar contundentemente los daos al medio ambiente, los ecologistas alegaban que se tra-taba de un caso tpico en donde deba prevalecer el principio de pr e c a u c i n . La Shell,en cambio, alegaba que slo podra tomar el curso de accin sugerido por los ecologistassi se demostraba contundentemente la relacin causal entre su accin (el hundimientode la plataforma) y el dao al medio ambiente.

    El proyecto se suspendi en el verano de 1996 por las acciones de grupos ecologistas, yen virtud de su continua presin la Shell anunci en enero de 1998 que abandonabael proyecto del hundimiento y estudiara formas alternativas de deshacerse de esosd e s p e rd i c i o s .

    Sobre este tipo de confrontaciones y controversias hay quienes hablan de

    que se trata de racionalidades diferentes. Pero mediante esta manera de

    h a b l a r, como cuando se insiste en que grupos distintos tienen lgicas

    d i f e rentes (usando mal por cierto la idea de racionalidad, o de lgica), se

    desea sealar algo importante, a saber, que hay i n t e re s e s e n c o n t r a d o s .

    Los diferentes intereses llevarn a tomar decisiones distintas con base en

  • 226 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    la aplicacin de tcnicas diferentes aunque los hechos a los que se re f i e r a n

    las partes en conflicto sean los mismos.

    Por lo general las decisiones de producir masivamente y de introducir al

    m e rcado cierta tecnologa y sus productos, corresponde a las empresas o a

    los gobiernos. Y corresponde a los gobiernos permitir o prohibir la aplica-

    cin o difusin de tecnologas especficas. Pero

    la deseabilidad de los sistemas tcnicos, y sobre todo la evaluacin

    de las consecuencias de su aplicacin, nunca es una cuestin que

    ataa slo a expertos, ni slo a empresas, ni slo a gobiernos, siem-

    pre involucran a amplios sectores sociales, cuando no a la humani-

    dad entera (sin exagerar, por ejemplo en lo que afecta al medio

    ambiente).

    Las decisiones tecnolgicas no son aspticas ni estn libres de intere s e s

    (econmicos, polticos, ideolgicos). La toma de decisiones en tecnologa

    n o rmalmente est contaminada por uno o varios de esos factores. Por esto,

    las conclusiones muy difcilmente sern unnimemente aceptadas.

    Significa eso que no puede haber decisiones racionales? No. Por una

    p a rte, significa que si analizamos la situacin slo en trminos de una

    racionalidad de medios a fines,

    P e ro queda todava la posibilidad de discutir racionalmente los fines, aun-

    que no existe un conjunto fijo de reglas que permita obtener una nica

    conclusin con validez universal.

    Esto quiere decir que

    no existen algoritmos de racionalidad para las decisiones en rela-

    cin con los fines cuando el sistema tcnico en cuestin se analiza

    en el contexto amplio de la sociedad y el medio ambiente que sern

    afectados por su aplicacin.

    P e ro no debe sorprender que esto ocurra en la tecnologa, pues incluso

    con respecto a la ciencia hace tiempo que se abandon la idea de que la

    racionalidad cientfica es algortmica y debe conducir siempre a una nica

    la eleccin racional depender de los intereses y valores de las

    partes.

  • 227 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    respuesta posible. Como se ha visto en el mdulo 1, la filosofa de la cien-

    cia y de la tecnologa ha dejado claro ya desde hace tiempo que la ciencia

    y la tecnologa carecen de las bases de certeza absoluta que se crea que

    tenan incluso hasta hace pocos aos (Oliv (ed.), 1995).

    Pero aunque no haya certezas incorregibles ni algoritmos para la toma de

    decisiones, es decir, conjuntos de reglas que puedan seguirse automtica-

    mente, y aunque constantemente en la ciencia y en la tecnologa se

    enfrentan diferentes puntos de vista en funcin de diversos intereses, eso

    no significa que no haya vas de discusin para llegar a acuerdos raciona-

    les, ni que sea imposible actuar racionalmente.

    Contra lo que a veces se piensa, las controversias se establecen sobre la

    base del reconocimiento del interlocutor como un agente racional, aun-

    que por supuesto se discrepe de l en la cuestin sujeta a debate, y aunque

    no se est de acuerdo con l en todos los presupuestos. Pero en las con-

    t roversias las partes ofrecen r a z o n e s que deben ser evaluadas por los

    o t ros, y son finalmente formas racionales de buscar acuerdos y por eso

    deben ser bienvenidas. Dado que en la ciencia, pero ms en la tecnologa,

    se confrontan puntos de vista distintos, con intereses diversos y a veces

    encontrados, las controversias no slo son saludables, sino necesarias

    (Dascal, 1997).

    Las partes que participan en una controversia deben establecer una base

    mnima de acuerdos para proceder en la discusin, y cada una debe estar

    dispuesta a hacer modificaciones en sus actitudes y en sus pre s u p u e s t o s ,

    s o b re la base de razones aducidas por la otra parte. Las controversias no

    necesariamente, y ms bien rara vez, lograrn el acuerdo completo en

    todo lo que interesa a cada una de las partes, pero en cambio deben bus-

    car el acuerdo para resolver problemas concretos, aunque tales acuerd o s

    no signifiquen la decisin ptima desde el punto de vista y los intere s e s

    de cada parte.

    Por ejemplo, en el caso de la plataforma de petrleo las dos partes debie-

    ron satisfacerse con la decisin de suspender su hundimiento y buscar

    otras formas alternativas para su eliminacin.

    Por eso la reaccin ante la falta de certezas incorregibles y de puntos de

    vista y de razonamientos nicos no debe ser la crtica estril a la ciencia y

    a la tecnologa, ni su rechazo global, sino ms bien el desarrollo y la par-

    ticipacin responsable en las controversias acerca de decisiones que afec-

    tan a la comunidad o al medio ambiente.

  • 228 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    P o rque normalmente las decisiones tecnolgicas afectan a comunidades

    enteras o al medio ambiente, en su discusin deben participar todas las

    p a rtes interesadas, incluyendo quienes sern afectados por las aplicacio-

    nes de la tecnologa en cuestin.

    Pero para que esto sea posible, y para aprovechar adecuadamente a la tec-

    nologa, la opinin pblica debe tener confianza en la ciencia y en la tec-

    nologa como fuentes de informacin confiable y de resolucin efectiva

    de problemas. Por esta razn la comunidad cientfica y tecnolgica tiene

    una enorme re s p o n s a b i l i d a d para que la opinin pblica pueda confiar

    razonablemente en ellas, pero no por meros ejercicios de autoridad, sino

    p o rque se conozcan sus procedimientos, que se sepa por qu son confia-

    bles y cules son sus limitaciones.

    Por eso

    Puesto que la propagacin de una tecnologa depende en gran medida de

    la respuesta pblica que la acepte o no, la ciudadana debe decidir en fun-

    cin de la informacin que se le pro p o rcione. Por eso, en los casos de

    innovaciones tecnolgicas debe hacerse pblica la informacin disponi-

    ble acerca de lo que se sabe de sus consecuencias, y dejar claro cundo

    hay sospechas de consecuencias indeseables, pero que no se conocen con

    c e rteza. En par t i c u l a r, debe sealarse con claridad cundo existen sospe-

    chas razonables de relaciones causales entre ciertos fenmenos, aunque

    no estn comprobadas bajo estndares aceptados en el momento. To d o

    esto debe difundirse ampliamente y dejar que el pblico decida la suert e

    de la tecnologa en cuestin.

    4. 3. Las responsabilidades morales de los cientficos

    y tecnlogos

    En las secciones 1 y 2 del mdulo 7 se retomar con ms detenimiento la

    cuestin de la responsabilidad moral de los cientficos. Pero ahora comen-

    taremos una caso especfico que nos permitir hacer un anlisis doble en

    las comunidades cientficas y tecnolgicas deben ser transparentes

    en cuanto a sus metodologas y procedimientos, lo mismo que en

    cuanto a las implicaciones o consecuencias de la aplicacin de tec-

    nologas especficas. Se trata pues, de otro imperativo tico para

    estas comunidades.

    Lecturasrecomendadas

    Oliv, L. (ed.) (1995).Racionalidad Epistmica.Vol. 9 de la EnciclopediaIberoamericana de Filosofia.Madrid: Trotta-CSIC.Quintanilla, M.A. (1996).Educacin moral ytecnolgica, en L. Oliv y L.Villoro, Filosofa Moral,Educacin e Historia,Homenaje a FernandoSalmern. Mxico: UNAM,315-332.

  • 229 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    relacin a esa cuestin. Por una parte, el de la responsabilidad moral de

    los cientficos y tecnlogos, como productores de ciencia y de tecnologa;

    y por otra parte, el de la aplicacin y la justificacin del principio de pre-

    caucin , pues el caso que veremos es uno tpico de consecuencias impre-

    vistas de la aplicacin de cierto sistema tcnico.

    Se trata del agujero en la capa de ozono en la atmsfera terrestre, como una consecuen-cia no prevista de la emisin de ciertos compuestos qumicos producidos industrial-mente, los llamados cloro f l u o ro c a r b u ros (CFCs). El mexicano Mario Molina ha sido unode quienes han investigado el problema.

    En una de las mltiples entrevistas que ofreci Mario Molina poco despus de haber recibidoel Premio Nobel, comentaba que l y su colega Rowland se enfrentaron a un problema detica superior, cuando a principios de la dcada de los aos setenta tuvieron la sospecha deque los clorofluorocarburos (CFCs) compuestos que se producan industrialmente y queeran ampliamente utilizados en equipos de refrigeracin, de aire acondiciona-do y en latas deaerosol podran provocar daos muy serios a la capa de ozono en la atmsfera terrestre.

    Molina haba dedicado una buena parte de su carrera cientfica a investigar en el laboratoriolos mecanismos de reaccin de los clorofluorocarburos ante estmulos de radiaciones electro-magnticas. En cierto momento le llamaron la atencin unos estudios que indicaban que lasmolculas de CFCs se estaban acumulando en la atmsfera terrestre. Sin embargo, un cien-tfico ingls que haba inventado un aparato para medir los CFCs en la atmsfera, habao b s e rvado que su concentracin era bajsima, y haba concluido que esa acumulacin noproducira ningn proceso importante porque se trataba de compuestos totalmente inertes.

    Ahora sabemos que esa conclusin es vlida slo con respecto a las capas inferiores de laatmsfera en las que los CFCs no logran reaccionar. Pero es errnea con respecto a las capassuperiores de la atmsfera.

    En su momento, Molina y Rowland se propusieron verificar o refutar esa prediccin, lo cuallos haca moverse en un terreno puramente cientfico. Al estudiar el problema ms a fondollegaron a una conclusin, basada inicialmente slo en una extrapolacin de los resultadosque conocan en sus estudios de laboratorio, por lo cual quedaba slo planteada como unahiptesis que tendra que corroborarse o refutarse empricamente. La hiptesis era que lasmolculas de los clorofluorocarburos subiran sin reaccionar hasta la estratosfera, y ahpodran descomponerse por la accin de los rayos ultravioleta presentes por encima de lacapa de ozono, liberando el cloro que contenan. Los tomos de cloro, a su vez, podran ata-car a las molculas de ozono. Aunque la concentracin de los clorofluorocarburos erapequea, lo mismo que las cantidades liberadas de cloro, las condiciones en la estratosferapodran dar lugar a un proceso cataltico, es decir se podra iniciar una reaccin en cadena,por el cual cada tomo de cloro podra destruir miles de molculas de ozono.

    La conclusin contra la hiptesis del cientfico ingls era que la capa de ozono, tan impor-tante para preservar las condiciones en el planeta que son necesarias para la vida, estabaamenazada por la emisin hacia la atmsfera de los CFCs.

    En 1974 esta idea no pasaba de ser una hiptesis basada en deducciones y en extrapolacio-nes hechas a partir de estudios de laboratorio. Sin embargo, para Molina y Rowland consti-tua una creencia que tena bases razonables, si bien no concluyentes, para ser aceptada.

    Al llegar con bases razonables a la conclusin de que los CFCs estaban amenazando seria-mente la capa de ozono, por ese mismo hecho Molina y Rowland se enfrentaron al p r o -blema moral: qu hacer, cmo era correcto actuar? Ineludiblemente tenan que elegirentre actuar en consecuencia con la creencia, iniciando acciones encaminadas a convencer alos gobiernos y a la industria del problema, o abstenerse de hacerlo, limitndose a comuni-car su hiptesis a la comunidad cientfica, en espera de pruebas que la corroboraran o la refu-taran, como aconseja la ortodoxia metodolgica.

    No en balde Molina y su colega consideraron al problema como de tica superior, no por-que pensaran que hay una cierta tica por encima de otras de nivel ms bajo, sino simple-mente porque en las circunstancias especficas en las que se encontraban, el problemacomo problema moral era ms difcil de resolver, digamos comparado con el problemaque se le plantea a alguien que se da cuenta de que otras personas estn en peligro, y tieneque elegir entre actuar o no actuar para intentar ayudarlas.

    Las dificultades aumentaban, en primer lugar, porque actuar en consecuencia significabacomunicar pblicamente su sospecha y tratar de convencer del riesgo que implicaba la con -tinuacin de la produccin y uso de los CFCs, por un lado a los responsables de la toma dedecisiones polticas quienes a la vez inciden sobre permisos y prohibiciones a nivel legisla-tivo, para que legislaran sobre la produccin de los CFCs; y por otro lado a las industriasresponsables de los procesos tcnicos de produccin y uso de los CFCs, para que suspendie-ran o al menos redujeran drsticamente la produccin y uso de tales artefactos, y buscaranen todo caso los sustitutos adecuados. Pero ah se afectaban grandes intereses econmicos,entre otros de los fabricantes de aerosoles, los cuales sin embargo representaban un obst-culo menor en comparacin con el principal productor de los CFCs, la firma Du Pont, uno

    Mario Molina naci en laCiudad de Mxico. Estudi en laUniversidad Nacional Autnomade Mxico y en la Universidadde California. Actualmente esprofesor en el InstitutoTecnolgico de Massachusetts.En 1995 obtuvo el PremioNobel de Qumica, junto con sucolega Sherwood Rowland, porsus estudios sobre la qumica dela atmsfera, especialmente enrelacin con el problema delagujero de la capa de ozono.

  • 230 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    de los gigantes de la industria qumica. Si en ese momento no se contaba con pruebas paraconvencer a la comunidad cientfica relevante, menos exista la evidencia contundente que laindustria exigira para tomar decisiones que afectaban una produccin en la que estaba invo-lucrado un capital de millones de dlares.

    Un dilemaPero la eleccin era todava ms difcil porque como cientficos, Molina y su colega se enfren-taban al dilema entre proceder de acuerdo con los estndares metodolgicos aceptados porsu comunidad cientfico-tecnolgica, y esperar a corroborar o refutar la hiptesis, o violaralgunas de las normas metodolgicas aceptadas, no para dar la hiptesis por corroborada,pero s para comunicarla pblicamente ms all de la comunidad cientfica e intentar con-vencer a los industriales y a los polticos.

    El riesgo involucrado era enorme, pues se trataba ni ms ni menos que de una amenaza a lacapa de ozono, que a la vez repercuta sobre el sistema ecolgico planetario. Adems, el tipode problema requera que se tomaran decisiones urgentemente, pues la concentracin de losCFCs causada por emisiones anteriores a que se tomaran medidas de control llegara al nivelmximo alrededor de este fin de siglo, y los CFCs pueden permanecer en la estratosferahasta 50 aos, por lo cual su desaparicin, aunque se suspendiera totalmente su produccin,no ocurrira antes de mediados del siglo XXI. De no haberse tomado ya medidas, el procesohubiera continuado hasta un grado en que habra sido imposible controlarlo ms tarde.

    Molina y Rowland publicaron en 1974 el artculo con su hiptesis en la prestigiosa revistaNature y al mismo tiempo iniciaron acciones tendentes a lograr la disminucin y eventual-mente la prohibicin de la produccin de clorofluorocarburos. La evidencia que a juicio de lacomunidad cientfica apoy definitivamente la hiptesis no se dio hasta once aos despus,en 1985, pero ya antes se haba comenzado a tomar algunas medidas preventivas. Despusde 1985 se firmaron varios acuerdos internacionales para reducir la produccin de los cloro-fluorocarburos, tendentes a suprimirla por completo. En 1988 la firma Du Pont acord sus-pender la produccin de CFCs y se neg a transferir la tecnologa a algunos pases queestaban dispuestos a comprarla y a aplicarla. En 1995 Molina y Rowland recibieron el PremioNobel de Qumica por sus estudios sobre este tema.

    Un dilema tico es una situacin en la cual una persona puede escoger entre por lomenos dos cursos de accin, cada uno de los cuales parece estar bien apoyado poralgn estndar de comportamiento

    D. Resnik (1998, pg. 23).

    Las empresas fundamentan su operacin y decisiones sobre datos puramente factua-les y lgicamente rechazaban aquellos de nuestros planteamientos que slo estabanapoyados en la deduccin o en la extrapolacin de experimentos de laboratorio. Estonos enfrent a un problema de tica superior, un problema moral; si estbamos con-vencidos de la altsima probabilidad y de la gravedad del dao y de la urgencia deempezar a actuar, podamos re s t r i n g i rnos a argumentar nicamente a partir de la evi-dencia emprica?

    M. Molina (Premio Nobel de Qumica, 1995)

    4.4. Responsabilidades

    dentro de los sistemas cientfico-tecnolgicos:

    saber puede implicar una responsabilidad moral

    El caso de Molina y Rowland ilustra dos cuestiones importantes: por un

    lado, que es factible actuar de manera responsable en una situacin en la

    que un sistema tcnico est produciendo daos aun cuando no exista evi-

    dencia contundente para aceptar una relacin causal entre la operacin

    del sistema y los daos en cuestin, es decir, es posible aplicar razonable-

    mente el p r i n c i p i o d e p re c a u c i n , a condicin de que existan b a s e s

    r a z o n a b l e s para creer en la relacin causal en cuestin. Y por otro lado,

    que hay situaciones en las que los cientficos y tecnlogos tienen respon-

    Enlacesde inters

    http://ozono.dcsc.utfsm.cl/(Pgina completa sobre laproblemtica del ozono, conel caso Molina..., en espaol)http://www.greenpeace.org/~ozone (Pgina de Greenpeacededicada al tema, en ingls)

  • 231 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    sabilidades morales q u a cientficos y tecnlogos, es decir, por su mismo

    carcter de cientficos o tecnlogos . Esto muestra que la ciencia y la tec-

    nologa no estn libres de valores, ni son ticamente neutrales, y ms an,

    que los cientficos y tecnlogos pueden adquirir responsabilidades mora-

    les por la propia naturaleza de su trabajo.

    Ese tipo de responsabilidades morales aparecen dentr o de los sistemas de

    produccin de ciencia y tecnologa porque,

    En esas circunstancias, llegar a tener una creencia razonablemente

    fundada, o tener un conocimiento objetivo, y tener una re s p o n s a b i l i d a d

    moral son dos caras de una misma moneda.

    S o b re cuestiones cientficas y tcnicas, quienes primero tienen ese cono-

    cimiento son los cientficos y los tecnlogos, aunque despus otros secto-

    res de la sociedad puedan tener acceso a l y adquirir entonces tambin

    una responsabilidad.

    En el momento en que Molina y Rowland llegaron a la conclusin de que haba razonespara creer que los CFCs daaban la capa de ozono, por el acto mismo por el que llega-ron a tener la creencia, por el contenido de ella y por el riesgo implicado, adquiriero nuna responsabilidad moral como cientficos. El problema moral se plante d e n t r o d e lsistema cientfico-tecnolgico, no como algo externo a l.

    Molina y Rowland a c t u a r on corr e c t a m e n t e , ticamente hablando, no porque antepu-sieran un deber como ciudadanos antes que el deber como cientficos, sino porque al lle-gar a obtener la creencia, aunque fuera slo razonablemente fundada, haban adquiridoipso facto una responsabilidad moral como c i e n t f i c o s . Al decidir actuar y dar la voz dea l a rma ms all de la comunidad cientfica, a c t u a r on de manera moralmente corr e c t acomo cientficos.

    Esto muestra que n o e s e l c a s o que en la ciencia y la tecnologa los pro-

    blemas morales se planteen nicamente d e s p u s de que se han pro d u c i d o

    los conocimientos. No es cierto que los nicos problemas morales que

    plantean la ciencia y la tecnologa los constituya el uso posterior (bueno

    o malo) que se haga de los conocimientos.

    El artculo 45 de la Constitucin espaola dice:Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de lapersona as como el deber de conservarlo.

    en determinadas circunstancias, tener ciertas creencias con bases

    razonables, o tener cierto un conocimiento objetivo, implica tener

    una responsabilidad moral y el deber de elegir entre cursos de

    accin posibles.

    Lecturarecomendada

    Gonzlez, W. J. (comp.)(1999). Ciencia y valoresticos. Volumen monogrficoen Arbor. Madrid: CSIC,Febrero de 1992.

  • 232 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    5. Experimentos con animales y derechos de los animales

    5.1. Experimentos con animales

    Hemos mencionado algunas razones por las cuales es inmoral hacer expe-

    rimentos con personas si no se les informa apropiadamente del experi-

    mento en el cual participarn, de los riesgos que corren, y si no se les

    permite decidir por ellas mismas si aceptan o no.

    Hay dos principios que ofrecen la base para calificar de inmorales a los

    experimentos con personas si no se cumplen por lo menos estas dos

    condiciones.

    Uno es el principio que manda tratar a las personas siempre como fines

    y nunca como medios , y el otro es el que indica que se debe siempre

    p e rmitir a las personas actuar como agentes autnomos (vase la sec-

    cin 1.3. Para un mayor desarrollo de este tema vase el mdulo 5.

    P e ro no slo los experimentos con personas plantean problemas ticos.

    Los experimentos con animales tambin. Actualmente una gran cantidad

    de investigacin cientfica se realiza haciendo experimentos con anima-

    les. Es difcil estimar el nmero de animales utilizados en experimentos

    en todo el mundo, pero algunos autores consideran que puede llegar

    hasta 70 millones de animales por ao (Resnik 1998: 140).

    Muchos de esos experimentos claramente producen daos en los anima-

    les, pues incluyen la viviseccin, la mutilacin, la administracin de sus-

    tancias txicas, y en muchos casos resultan en la muerte de los animales,

    o peor, en sufrimientos de por vida.

    Podemos hacer un juicio moral sobre ese tipo de experimentacin? O, al

    menos, podemos establecer ciertas condiciones que deban cumplirse

    para juzgar como aceptable moralmente la experimentacin con

    a n i m a l e s ?

    Los dos principios a los que aludimos antes no prohiben la experimenta-

    cin con animales, moralmente hablando, pues estn diseados para ser

  • 233 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    aplicados a seres humanos. Se desprende que entonces cualquier tipo de

    experimentacin con animales es aceptable, o por lo menos que no es

    inmoral?

    Esa parecera ser una opcin. Pero tambin podemos extraer la conclusin

    de que es necesario ampliar nuestros principios morales para dar cuenta

    de este problema.

    Algunos autores, como Peter Singer (1990), han sostenido que si limita-

    mos la esfera de la moral slo a los seres humanos, entonces estamos

    i n c u rriendo en una falta semejante a las que han cometido a lo largo de

    la historia de la humanidad quienes han defendido concepciones racistas

    y quienes han practicado el racismo. El r a c i s m o lo podemos entender

    como el trato discriminatorio de ciertas razas humanas, bajo la idea de

    que algunas razas son inferiores a otras.

    Para Singer, limitar la esfera de la moral slo a la especie humana, y dejar

    fuera del alcance de la moralidad a otras especies biolgicas supone una

    idea semejante; la especie humana es la especie superior en el planeta, y

    cualquier otra es inferior y puede ser discriminada. Por ejemplo, sus

    m i e m b ros, sean chimpancs, gorilas, perros o ratas, pueden ser usados

    como medios para obtener fines que nosotros, los humanos, considera-

    mos valiosos. No importa que para ello tengamos que infligir sufrimien-

    tos en muchos miembros de esas otras especies. Singer llama a esta actitud

    espeicismo , subrayando su semejanza con el racismo.

    Es posible considerar como inmoral la experimentacin con animales si

    se parte del reconocimiento de un hecho: los animales en general, inclu-

    yendo a los seres humanos, tienen la capacidad de sentir dolor.

    Los objetores radicales de la experimentacin con animales sostienen que

    de la misma manera que es inmoral provocar dolor en los seres humanos

    para fines experimentales sin su consentimiento, es inmoral hacerlo con

    o t ros animales. Puesto que no podemos esperar que los animales part i c i-

    pen en experimentos bajo su propia voluntad, y nadie tiene derecho a

    decidir por ellos, esa clase de experimentacin debera detenerse por com-

    pleto. Negar esto sera defender una superioridad moral de los sere s

    humanos, y eso sera incurrir en espeicismo.

    Ante este tipo de propuesta, sin embargo, los defensores de la experimen-

    tacin con animales pueden replicar que es necesario establecer una j e r a r -

    q u a d e v a l o re s . Es decir, hacer explcito qu nos parece ms valioso: la

    vida y el bienestar de seres humanos o la de otros animales.

    Peter Singer (Melbourne, 1946- ): Ha sido profesor envarias universidades deInglaterra, Estados Unidos yAustralia. Ha hechocontribuciones a la ticacontempornea,particularmente a la biotica. Sulibro Liberacin Animal esconsiderado como una de lasaportaciones fundamentales endefensa de los derechos de losanimales.

  • 234 Universidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea tica aplicada a las ciencias naturales y la tecnologa

    Desde este punto de vista sera posible justificar la experimentacin con

    animales, en virtud de que con base en el conocimiento y los re s u l t a d o s

    obtenidos a partir de esa experimentacin es posible producir vacunas o

    drogas que pueden aliviar o evitar el dolor y salvar vidas de muchos seres

    humanos. No se niega, entonces, que se inflijan daos a los animales,

    pero se justifican esos daos en funcin de un fin que, de acuerdo con la

    j e r a rqua de valores mencionada, justifica la utilizacin de los animales

    como medios (vase la seccin 4.1).

    Los defensores de los animales todava podran contrarreplicar que esa

    j e r a rqua de valores es a n t ro p o c n t r i c a y por tanto sesgada y sigue siendo

    espeicista. Se dice que es preferible la vida de un ser humano a la de un

    animal, precisamente desde el punto de vista de los seres humanos, pero

    no se consideran los i n t e re s e s de los animales, por ejemplo, no sufrir. Se

    trata, finalmente, de un ejercicio de poder, toda vez que los humanos

    estamos en condiciones de dominar a otras especies biolgicas. Es la

    misma situacin que en una sociedad esclavista y raci