Crónica Ciudad Oculta, La Plata...

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A dos años de la tragedia… La Plata, Entre Los Fantasmas del Poder Erick Tinoco Fernando Daza Allí, detrás de las vías del ferrocarril, a la margen del Arroyo Del Gato, se abre en una dimensión esquiva, un promontorio de viviendas devastadas por la catástrofe atmosférica, ocurrida el 2 de abril del 2013, en la ciudad de La Plata. Se contempla, cual a través de un cristal roto, la cruel comparsa de las ruinas, la resignada agonía de los damnificados resistiendo a duras penas el diario vivir, a la vez que esperan una resolución que se prolonga debido a las discrepancias entre las autoridades locales, y los gobiernos provincial y Federal. Ese asentamiento del barrio Tolosa, el que abordamos por la causa, es denominado “Ciudad Oculta”, una metáfora perfecta que bien podría resumir lo que proyecta el cronista. Mariana Ortiz, una vecina cuya propiedad fue arrasada en absoluto por la catástrofe, se refiere a la poca celeridad en la ejecución de las anunciadas obras hidráulicas y la relocalización de sus viviendas, señalando con el dedo la estructura de la urbanización incipiente que asoma allí, al otro lado de la cuenca, pero que a veces, no obstante, se torna inalcanzable e inverosímil. La calma lapidaria de la ruta, contrasta con el sórdido rugido de las máquinas que operan al borde del arroyo y el

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Crónica re configuración política y socio-cultural de la Plata, después de las inundaciones del 2 de abril de 2013

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A dos aos de la tragediaLa Plata, Entre Los Fantasmas del Poder

Erick TinocoFernando Daza

All, detrs de las vas del ferrocarril, a la margen del Arroyo Del Gato, se abre en una dimensin esquiva, un promontorio de viviendas devastadas por la catstrofe atmosfrica, ocurrida el 2 de abril del 2013, en la ciudad de La Plata. Se contempla, cual a travs de un cristal roto, la cruel comparsa de las ruinas, la resignada agona de los damnificados resistiendo a duras penas el diario vivir, a la vez que esperan una resolucin que se prolonga debido a las discrepancias entre las autoridades locales, y los gobiernos provincial y Federal. Ese asentamiento del barrio Tolosa, el que abordamos por la causa, es denominado Ciudad Oculta, una metfora perfecta que bien podra resumir lo que proyecta el cronista. Mariana Ortiz, una vecina cuya propiedad fue arrasada en absoluto por la catstrofe, se refiere a la poca celeridad en la ejecucin de las anunciadas obras hidrulicas y la relocalizacin de sus viviendas, sealando con el dedo la estructura de la urbanizacin incipiente que asoma all, al otro lado de la cuenca, pero que a veces, no obstante, se torna inalcanzable e inverosmil. La calma lapidaria de la ruta, contrasta con el srdido rugido de las mquinas que operan al borde del arroyo y el silbato trepidante del tren que, como un espanto, pasa cada quince minutos despertando los tremedales dormidos del suroeste platense. A lo largo de la ribera y de la planicie inundada, an se presienten los fantasmas de abril, el mbito, como un manto de orfandad y miseria, cubre la soledad postrer del vecindario: viviendas cubiertas con latas de zinc, trozos de plstico y eternit, puertas y ventanas ensambladas con chapas de autos, vallados improvisados con madera, restos metlicos y alambre. Mientras que nos muestra cada situacin, Mariana adems nos comenta que hasta ahora la ayuda del gobierno no satisface en absoluto sus necesidades bsicas, en parte porque _segn sus apreciaciones_ son insuficientes y en parte porque las respectivas delegaciones han distribuido de manera discriminativa los recursos destinados a las vctimas. Ella, como muchas otras personas consultadas en la localidad de Tolosa, gestionaron un expediente a travs del cual, una vez les fuera otorgado el certificado de inundacin, el Banco Provincia proveera un subsidio de 2500 pesos. Nunca se efectiviz el trmite. En paralelo, algunos sectores mejor estratificados cuyas viviendas salieron ilesas del desastre fluvial, gestionaron con mejor suerte el trmite de subscripcin a los amparos y subsidios dispuestos por cada uno de los gobiernos. Es la balanza de la injusticia social. El juego de los ms fuertes contra los ms vulnerables. Sin embargo, ms all de la ineficiente gestin respecto de la reubicacin de los asentamientos afectados y prebendas sociales, la demanda urgente de los vecinos que viven alrededor de las cuencas pluviales, tiene que ver con la incertidumbre, con el suspenso, ante la inminencia del riesgo frente a eventuales catstrofes. sta sensacin real de desamparo, es manifiesta en cada uno de los habitantes de los mrgenes del Arroyo Del Gato, quienes denuncian la falta de consciencia y sensibilidad social de la autoridades locales y la carencia de un diseo emergente sobre un plan de evacuacin que ayude a menguar los efectos de los desafos temporales. La incgnita suscita la intriga y la reflexin de los vecinos. En la bsqueda de esa mirada espontnea, de un acercamiento directo con los protagonistas del duelo, nos encontramos de frente a Roberto Gardio y Romina Mareco, una humilde pareja de obreros ubicada a escasos metros del cauce, quien por suerte sobrevivi a la tragedia de aqul 2 de abril y quien paradjicamente aborda al cronista en su vaguedad retrica: qu hacemos si maana llueve?, hacia dnde corremos?_ pregunta, exaltado, Roberto.Es un interrogante que se abre al vaco, que denuncia la accin tarda del gobierno, las fallidas operaciones de rescate y la desmesurada proyeccin urbana que viene en desmedro del desage pluvial. Entre tanto, los vecinos de aquella Ciudad Oculta, sobreviven frente a la deplorable maraa de residuos slidos, cubiertas de autos, botellas de plstico, que, como un sarcstico espejismo flotante, replican la figura del siniestro.