EL MISTERIO DEL TIEMPO Y DE LA HISTOBIA 109

se puede explicar Ia existencia y supervivencia del hombre. La concep-cin hebrea y luego Ia cristiana acordes en este punto han esta-blecido una distincin tajante entre los fenmenos y el nomeode Ia historia.

Como seala el citado Berdiaeff, la historia de los hebreos no esun fenmeno solamente; es tambin un nomeno, en el sentido especialque ya he indicado al sealar Ia oposicin entre el fenmeno y el nomenoen Ia Historia. Es decir, en Io histrico aparecen no solamente loshechos 'exteriores', aparentes, sino tambin puede presentarse un no-meno, es decir, Ia esencia misma de Ia existencia. Esta es, precisamenteIa particularidad del destino del pueblo hebreo, cuyos avatares nosparecen inexplicables, tanto por Io que se refiere a su destino precris-tiano, como al de Ia poca cristiana actual 5.

Ahora bien, el nomeno del pueblo hebreo y, ms tarde, el nomenodel pueblo cristiano nace de Ia realidad de su destino histrico rela-cionado con el anuncio del Mesas y con Ia realizacin de esa profecaen el nacimiento de Cristo. El mesianismo determin el dramatismohistrico del pueblo hebreo en toda su larga vida que no fue otra cosasino un suspiro esperanzador en el futuro Mesas, cuya llegada ibaa cambiar Ia faz del mundo.

Y esa espera angustiosa tuvo su cumplida realizacin con Ia venidadel verdadero Mesas. Lleg su espritu y renov Ia faz de Ia tierra. Dioun nuevo contenido a Ia accin histrica de los hombres y recogi ens los fragmentos de todos los tiempos, para unirlos en una verdaderapresencia en Ia historia universal, que de ese modo se convierte en unametafsica cristiana. Hay una ntima relacin entre esos dos fragmentosde Ia historia que se unen en el momento de Ia encarnacin. Nos dicesan Agustn: Los primeros tiempos de Ia Iglesia, antes del parto deIa Virgen conocieron una generacin de santos que esperaban anhe-lantes Ia venida de su encarnacin; en cambio los tiempos en que vivi-mos, desde el momento de su ascensin al cielo, estn produciendo seriesde santos que suspiran por Ia manifestacin en su venida, para juzgara vivos y muertos 6.

En Ia unin hiposttica del Verbo se realiza Ia condicin esencialpara Ia construccin de Ia verdadera historia, que es Ia existencia deuna divinizacin de Ia humanidad o una Deo-Humanidad. El procesode fusin, de los fragmentos temporales de nuestra existencia presuponeun encuentro profundo y tambin una estrechsima correlaccin entreIa Divinidad y el hombre, entre el destino divino o los designios deDios y Ia misteriosa e incognoscible libertad humana.

En este aspecto es notable Ia meditacin cristolgica de Agustnsobre el milagro de las bodas de Can, con Ia transformacin del aguaen vino. En Ia doctrina agustiniana Io que Cristo cambi realmente enaquella ocasin fue Ia historia misma, y transform el quehacer de loshombres en Ia nueva existencia. Cre vino nuevo, el nuevo amor, queapareci como el nuevo nomeno de Ia historia.

5 N. Berdiaeff, op. cit., pp 95-98.6 Enarr. in ps. 118, 20, 1 PL 37, 1557.

Universidad Pontificia de Salamanca