Crisis y Comercio a Inicios de La Republica Del Peru 1825 - 1835
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Crisis y comercio a inicios de la republica
1825-1835
Lima-Perú
2012
1
CAPITULO I: contexto
1.1. Interpretación de la independencia: realidad o mito.
El Perú republicano, desde su inicio mismo de su independencia se vio enfrentado a una
serie de problemas complejos. Esto se debe, a la contradicción fundamental en la nueva
nación imaginada por la elite criolla. La nueva clase política basaba su justificación de la
separación de España en las ideas revolucionarias de la soberanía popular, derivados de
la Ilustración europea del siglo XVIII, por lo tanto, los principios fundamentales de la nueva
república se basaba en los principios liberales de la democracia, ciudadanía, propiedad
privada y derechos y garantías individuales, los que de una u otra forma fueron
incorporados a las diversas constituciones a partir de 1824, o en todo caso adaptadas a
las circunstancias coyunturales locales.
Aunque esta noción de soberanía popular, que teóricamente convertía a todos los
peruanos en iguales, fue aplicada eficazmente por lo disidentes criollos, con el fin, de
cuestionar el poder de la clase dominante peninsular. Pero estas ideas eran aplicadas
teóricamente, porque en la práctica la realidad sociopolítica era totalmente diferente. Una
sociedad altamente estratificada, jerárquica y completamente desigual.
Ahora, los investigadores no se ponen de acuerdo sobre cuando se inicio la lucha por la
independencia o cuanto apoyo recibió esta entre las elites locales, los grupos populares
urbanos y los indígenas. Las diferentes posiciones reflejan concepciones distintas sobre
quien tiene derecho a gobernar. Existen tres posiciones sobre la independencia, uno
sostiene que este proceso comenzó con la rebelión de Túpac Amaru II; la segunda que
se trato de un producto importado, mientras que una tercera busca mediar entre ambas
posiciones.
La tesis según la cual las guerras de la independencia comenzaron con la rebelión de
Túpac Amaru en 1780, fue fervientemente discutida ya desde la conclusión de la batalla
de Ayacucho en 1824, en relación a los méritos de los peruanos y a su capacidad para
manejar el país. En su defensa del gobierno de Bolívar en 1826, Benito Lazo, diputado
por Puno, sostuvo que Túpac Amaru había combatido por la independencia, también
señalo que luego de la derrota, la lucha por la independencia dejo de ser conducida por
los peruanos. Con lo cual, olvida movimientos de gran envergadura como la de los
2
hermanos Angulo y Pumacahua en el Cusco, en 1814. Según, Benito Lazo, la
independencia fue ganada por ejércitos extranjeros contando únicamente con una
pequeña ayuda local, por lo tanto, sostiene que el país careció de ciudadanos activos en
la gesta emancipadora. Este punto de vista de Lazo, fue duramente refutado por varios
de sus contemporáneos, como José de la Riva-Agüero, francisco Javier Mariátegui y
Mariano Felipe Paz Soldán, que defendieron los derechos de los peruanos para conducir
el nuevo Estado. Ahora para tal caso, Riva-Agüero rival de San Martín y Bolívar defendió
el comportamiento patriótico de los peruanos en las batallas independentistas. El sentía
que sus compatriotas habían sido traicionados por los libertadores, que expropiaron la
independencia para crear sistemas políticos en torno a sus personalidades. Su postura
giraba a alrededor de que los peruanos debían ser gobernados por peruanos. Pero Riva-
Agüero, no defendía un Perú democrático, sino a un Perú administrado, gobernado por
una minoría criolla a la que el pertenecía, con lo cual, se vio como su presidente. Pero
dentro de las posiciones criollas había posturas distintas sobre el papel de la antigua
aristocracia criolla, sobre su derecho a gobernar el país. Paz Soldán, cuestionaba este
derecho de los nobles titulados para gobernar por considerarla inoperante e incapaz. Por
lo tanto, sostenía que los criollos de menor rango tenían los títulos justos para gobernar
al país.
En el siglo XX, diversos investigadores, como Porras Barrenechea, de la Puente
Candamo, Dumbar Temple, han argumentado que la independencia fue el resultado de
una guerra en la cual los peruanos combatieron a lado con los ejércitos extranjeros.
Estos historiadores sostenían que la independencia se inicio a finales del siglo XVIII, y
elaboraron una genealogía de sus precursores que por lo general comenzaba con el
cacique Túpac Amaru, al proponerlo como uno de los padres fundadores de la nación
peruana, moldearon una nación multiétnica fundada sobre intereses homogéneos, en
efecto, consideraban que una sociedad multiétnica estaba en vías de extinción, dando
paso a una sociedad mestiza, lo cual seria la verdadera sociedad peruana.
La segunda versión de la independencia fue enfocada por Heraclio Bonilla y Karen
Spalding, quienes acusaron a los historiadores tradicionales de carecer de una
perspectiva histórica por su afán de defender su status quo. Junto a la interpretación de
Bonilla y Spalding, el historiador francés Pierre Chaunu, critico la inclusión de Túpac
Amaru en la geneología independentista, su rebelión, sostiene Chaunu, “fue un
3
movimiento indígena que se convirtió en una guerra de castas, esto lo alejaba del
movimiento emancipador que fue conducido por una ideología criolla y no indígena”,1
dentro e este enfoque se sostiene que la sociedad peruana estuvo dividida en grupos
étnicos y clases sociales, lo cual, hizo imposible construir un programa unificado sin
traicionar la metas criollas e indígenas. La elite peruana no propició un movimiento
independentista principalmente por su temor a una revolución social, fundado en el
recuerdo de las masacres criollas durante la rebelión de Túpac Amaru. Por lo tanto, estas
masacres dejaron como legado la imposibilidad de plasmar una alianza multiétnica. “los
criollos tuvieron miedo de que una limpieza étnica los eliminara en una revolución política
que podía terminar convirtiéndose en una revolución social”.2
La postura de que José de la Riva-Agüero y Osma y Scarlett O’phelan, están en un punto
medio, con respecto a la guerra de la independencia. Ambos sugieren que la elite limeña
era conservadora y que respaldo el régimen español. Pero, las elites provincianas
especialmente del sur tuvieron una perspectiva diferente que la de Lima y estuvieron, por
diversas razones o circunstancias ansiosas de romper con España.
“Riva-Agüero, sostiene que la elite limeña estuvo estrechamente vinculada al
imperio español, ya que vivir en la capital del virreinato, sus miembros recibieron
muchos beneficios estatales, y con ello, beneficios comerciales. A diferencia de la
elite provincial sureña que no gozo de estos beneficios y muchas veces opto por
una posición radical, luchando varias veces por romper el dominio colonial”.3
Por tal razón, dentro de la interpretación de Riva-Agüero, sobre la elite limeña que fue
sumamente pasiva. Con lo cual, evidencia los intereses de clase de una elite
conservadora.
“La cuidad de lima fue, a lo largo de la colonia, el control administrativo y político
del virreinato del Perú. Sede de los mejores burocráticos y de la poderosa
aristocracia mercantil colonial, Lima termino siendo el último baluarte de las
1 Bonilla, Heraclio y Spalding, Karen. “la independencia en el Perú: las palabras y los hechos. En: H. Bonilla, P. Chaunu, T. Halperin. La independencia en el Perú, 15-65. Lima; IEP, 1972.
2 Bonilla, Heraclio y Spalding, Karen. “la independencia en el Perú: las palabras y los hechos. En: H. Bonilla, P. Chaunu, T. Halperin. La independencia en el Perú, 15-65. Lima; IEP, 1972
3 José de la Riva-Agüero y Osma, “Don José Baquijano y Carrillo”, obras completas, Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 1971. volumen III, 76-79.
4
posiciones realistas. La capital del virreinato no enfrento ningún intento por
subvertir el orden colonial, a diferencia de las numerosas rebeliones y
conspiraciones que en la segunda mitad del siglo XVIII y a comienzos del XIX
hicieron estremecer otras regiones del Perú, sobre todo en el sur andino”.4
Scarlett O’phelan, también respalda esta posición, sobre una elite limeña pasiva, con
respecto a la guerra de la independencia. Con lo cual, sugiere que la elite limeña era
conservadora y que respaldo el régimen español.
O’phelan, respalda también esta postura de comprender los ímpetus
anticoloniales, no solo para el sur andino sino también para el norte, cuando
interpreta las proclamas de las rebeliones de la paz y quito (1809) como una clara
expresión en contra del régimen español. Aunque la elite provincial estuvo dividida
en facciones, favoreciendo o rechazando el gobierno virreinal, fue dicha elite la
que realmente organizo las rebeliones anticoloniales.5
Dentro de las diferentes interpretaciones que se dan sobre la independencia, con lo cual,
implícitamente coinciden en puntos importantes, sobre el ¿Por qué? de la crisis y como
esta se relaciona con la crisis post-independencia. Esto se debió fundamentalmente al
fraccionalismo dentro de la sociedad peruana, esto se dio debido intereses personales o
de elite que estuvieron fuertemente ligados al dominio español.
1.2. grupos ideológicos
La construcción de la república se constituyo desde el momento mismo de la
independencia dentro de los importantes sectores de la sociedad peruana. Pero dentro de
esta concepción de la elite criolla, acaecían ciertas contradicciones de importantes
sectores de la sociedad, que pretendían no perder sus privilegios tanto político como
social dentro de una sociedad altamente jerarquizada.
4 Aguirre, Carlos. “agentes de su propia libertad: los esclavos de Lima y la desintegración de la esclavitud 1821-1854. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 1993. Pág. 29.
5 O´Phelan, Scarlett.” Por el rey, la religión y la patria: las Juntas de Gobierno de 1809 en la Paz y Quito”. BIPCA, XVIII, 2: 61-80.
5
La controversia surgió cuando el 28 de diciembre de 1822, el periódico “El Peruano
Liberal”,6 denuncio la actitud desafiante de algunos nobles que se negaban a aceptar las
nuevas condiciones de igualdad civil, que el proceso independentista había traído a la
nueva república. El artículo referido, basaba su argumentación, hacia un miembro de la
nobleza limeña, el Marqués de Salinas, quien había osado firmar el Acta de proyecto de
Constitución utilizando su titulo en lugar de su nombre. Los ataques que se dieron de
algunos sectores importantes de la sociedad, hacia una nobleza incapaz de asumir los
nuevos principios de una ciudadanía con los “mismos derechos y deberes de los demás”,
a ello, se agrega la apelación constante a un republicanismo estrechamente conectado
con nociones tales como “gobierno popular”, “abolición de privilegios hereditarios” e
“igualdad civil”. La intensa discusión que se dio en centro mismo de la nueva sociedad,
por la opción política más adecuada para el país, unida a la aparición de una combativa
prensa defensora de la causa republicana, aquella que dio voz a un sector de la
intelectualidad urbana, marginada en el proceso de toma de decisiones políticas.
“La nación peruana en sus versiones, (la patria-la república-la constitución) fue
definida por un grupo de intelectuales peruanos a través de la prensa escrita.
Durante los años de la emancipación e independencia, la república resulto siendo
más una creación literaria que un sistema político sólido y eficiente. La guerra
interna y la crisis económica que vivió el ex-virreinato peruano no permitieron la
cristalización de los ideales republicanos”.7
En tal caso, la independencia reabrió los debates constitucionales a nivel nacional pero a
diferencia de los debates que tuvieron entre 1808 y 1814, la elite peruana tuvo un
importante papel en la preparación de las constituciones. Hubo tres fases claras de
debates constitucionales por los hombres del orden: una monarquía constitucional
(propuesta de San Martín), un presidente vitalicio (propuesta de Bolívar) y un ejecutivo
fuerte. Las dos primeras propuestas fueron rechazadas no solo por razones
constitucionales sino también debidas a motivos nacionalistas, “el Perú para los
6 Mc Evoy, Carmen. Cita, a El Peruano Liberal, con el fin de explicar la actitud de la aristocracia limeña en la formación de la nación peruana. En su ensayo “forjando la nación”. Ensayo sobre historia republicana. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 1999.
7 Mc Evoy, Carmen. En su ensayo “forjando la nación”. Ensayo sobre historia republicana. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 1999. Pág. 189.
6
peruanos”, al final quedo la alternativa de constituciones fuertemente presidencialistas
entre los que favorecían la autoridad del gobernante. Por lo tanto, en este periodo de la
era de los caudillos hubieron cinco constituciones nacionales entre 1821 y 1845 (1823,
1826, 1828, 1833 y 1839) y otras tres durante la confederación Perú-boliviana—con lo
cual se va ha estudiar entre 1825-1835, dejando las demás para una próxima
investigación--, creando siempre tensiones políticas.
a) Monarquía
La independencia trajo el problema de tener que decidir la constitución del país. “El
general San Martín, reconocía que no podía decidir por si mismo el destino del país. El
comandaba un ejército de liberación del yugo español, luchaba por la libertad, por lo cual
necesitaba de una sociedad civil para crear un nuevo orden”.8 San Martín decreto la
creación de la sociedad patriótica, un grupo selecto de criollos reunidos para que
discutieran temas importantes entre ellos la mejor forma de gobierno, tanto dentro como
fuera de la sociedad patriótica, el debate devino en un enfrentamiento entre la propuesta
de San Martín, de una monarquía constitucional, con un príncipe europeo y de una
república. Con lo cual, siguieron unos acalorados debates en los salones literarios, cafés
y demás lugares públicos. La prensa jugo un papel importante en estos debates cada
periódico defendía decididamente su postura, con el animo de moldear la opinión pública.
Los debates tuvieron lugar durante la guerra de la independencia, mientras las fuerzas
realistas seguían en control de la mitad del país y sus fuerzas militares rechazaban las
fuerzas de San Martín en el Perú. Antes de tomar Lima, San Martín, había intentado
convencer al virrey La Serna, en las negociaciones de Punchauca, de traer un príncipe
español al Perú. El rechazo de la propuesta reinicio la guerra. El virrey La Serna, se retiro
de Lima al Cuzco, convirtiendo “la vieja capital de los incas” en capital del virreinato.
Bernardo Monteagudo, el consejero más importante de San Martín, fue la principal figura
en favor de una monarquía constitucional. Él pensaba que la anarquía estaba
destruyendo la Argentina y otros países de Latinoamérica. Monteagudo, sostenía que el
paso de un gobierno despótico a otro constitucional era difícil debido a que se
necesitaba tiempo para que una población comprenda los nuevos principios y no abuse
de ellos. Un rey podría traer consigo la estabilidad. El Perú era un ejemplo extremo de la
8 Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000. Pág. 196.
7
imposibilidad de tener una república estable. El temía que el país cayera en la anarquía y
la guerra civil, y lo describía como un país que carecía de cultura cívica por estar dividido
por razas, por la extrema desigualdad económica, cultural y de clase, y por tener su
población esparcida por su basto territorio.
“Estas fuertes divisiones creaban intereses distintos y opuestos que hacían
imposible crear una voluntad general, uno de los principales objetivos de un estado
republicano. Monteagudo, sostenía que cada país debía encontrar su propio
camino hacia una libertad sin anarquía, según su propia realidad. En consecuencia
el Perú necesitaba un gobierno central fuerte y no una república federal”.9
Monteagudo, dentro de su objetivo era crear las condiciones necesarias para vivir en
libertad. Pensaba que la democracia era un sistema pasado de moda que llevaba a la
tiranía y que en una época moderna necesitaba un gobierno constitucional que protegiera
la libertad. “La separación de poderes y la libertad de imprenta eran contrapesos para el
ejecutivo. Es mas el poder legislativo tendría el papel no solo de preparar las leyes, sino
también de censurar ministros”.10 Monteagudo, favorecía una monarquía constitucional
porque estaba basada en un ejecutivo fuerte y era protección contra la anarquía, a ello
agrega, que los principios de la monarquía constitucional preservaban la libertad y en ella
los ciudadanos gozarían de la libertad positiva como la negativa.
“Un ciudadano estaría protegido de la tiranía y de la intrusión del estado en la
esfera privada, y tendría derecho a la participación política a través de un sistema
electoral. Los ciudadanos tendrían derecho de votar y ser elegidos. A ello,
Monteagudo, considera que la monarquía constitucional era la mejor opción para
preservar el orden y la libertad”.11
9 Bernardo de Monteagudo, “exposición de las tareas administrativas”. “memoria sobre los principios políticos”. CDIP, XIII, 2: 241-213. En: Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
10 Bernardo de Monteagudo, “exposición de las tareas administrativas”. “memoria sobre los principios políticos”. CDIP, XIII, 2: 241-213. En: Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
11 Bernardo de Monteagudo, “exposición de las tareas administrativas”. “memoria sobre los principios políticos”. CDIP, XIII, 2: 241-213. En: Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
8
Por lo tanto, podemos sostener que Monteagudo, iba más allá de la simple construcción
de una monarquía constitucional. Por lo cual, el gobierno debía implementar una
revolución social.
“Esto se debía a que el Perú necesitaba progresar socialmente porque las mejoras
morales y el alivio material para indios y negros eran cruciales para la vida en
libertad. En este contexto la educación tenía que ser difundida por toda la
sociedad. Pero Monteagudo, no soñaba con una sociedad igualitaria, sin una
jerarquía social, algo imposible en el país, lo que se esperaba era únicamente
difundir la educación a fin de aminorar las brechas sociales capaces de destruir la
armonía social”.12
b) República
Un grupo de civiles y eclesiásticos favoreció la república por razones políticas y
filosóficas, combinadas con sentimientos nacionalistas. Unas de las figuras prominentes
del lado republicano fue José Faustino Sánchez Carrión, defensor de la constitución de
1812. Si bien no fue miembro de la Sociedad Patriótica, fue sumamente importante en los
debates constitucionales de 1822, debido a que publico artículos en defensa de la
república en los periódicos limeños “el correo mercantil, político y literario”, “la abeja
republicana” y “el tribuno de la república peruana”.
Sánchez Carrión, defendía el gobierno representativo porque estaba basado en la
“igualdad y la libertad”, los componentes necesarios para una sociedad de ciudadanos. La
monarquía en cambio estaba basada en la desigualdad, mientras que el despotismo
correspondía a una sociedad de siervos, no de ciudadanos. Los reyes tenían una
tendencia natural al poder absoluto que socavaría la libertad de los ciudadanos.
“La monarquía era una solución especialmente peligrosa para los peruanos,
porque el estado virreinal había desarrollado actitudes serviles en ellos, por lo cual,
un rey podría fácilmente construir una sociedad servil. A ello agrega, que el Perú
12 Bernardo de Monteagudo, “exposición de las tareas administrativas”. “memoria sobre los principios políticos”. CDIP, XIII, 2: 241-213. En: Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
9
no solo necesitaba un estado republicano sino también una regeneración de la
sociedad: la educación cívica era esencial para extirpar el legado colonial. La
sociedad peruana necesitaba combatir a sus enemigos internos y externos”.13
El estado peruano necesitaba construir sentimientos patrióticos y el amor por las
instituciones republicanas y cambiar las actitudes, valores y moral del pueblo. Unos de los
más peligrosos era la pugna por los puestos burocráticos.
“Los peruanos necesitaban ver otras formas alternativas de ganarse la vida que no
fuera trabajando para el gobierno, es mas la mayoría de peruanos debía trabajar
en empresas privadas dentro de la economía de mercado. La sociedad civil, debía
estar orientada a los ciudadanos y ser una sociedad comercial. El gobierno
representativo no solamente representaría la regeneración de la sociedad civil,
sino traería consigo la prosperidad e incrementaría la población. Con el estado
virreinal había sido imposible progresar debido a que la libertad era el ingrediente
secreto de la moral y del desarrollo social”.14
1.3. Hacia la deriva económica
Durante las guerras de la independencia, tanto San Martín como Bolívar obtuvieron
préstamo en el mercado británico de bonos públicos para comprar armas manufacturadas
en Inglaterra. Esto se relacionaba con su estrategia internacional, conseguir un
reconocimiento oficial para poder emitir bonos en el mercado británico. Para este
reconocimiento jugo un papel importante los cónsules.
“La llegada de los cónsules extranjeros era una pieza fundamental para tal
propósito en la política de reconocimiento. El primer cónsul en arribar fue un
estadounidense, Mr. William Tudor, el 24 de diciembre de 1824. En 1826 llegaron
a Lima los cónsules de los Países Bajos, Mr. Auguste Serrys, y de Francia, el
vice-almirante Rosamel. Dos años más tarde, en 1828, Mr. Charles Milner fue
acreditado como cónsul de la Gran Bretaña. Estos cónsules tenían la misión
13 Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
14 Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
10
específica de abrir el mercado peruano y garantizar la seguridad de sus
compatriotas, especialmente mercaderes”.15
La duda externa estaba relacionada con el sistema de bonos, con los bancos privados y
públicos. En siglo XIX, las entidades bancarias eran las mediadoras entre el estado
peruano y los que compraban los bonos. Ellas los suscribían y estaban a cargo de su
venta en los mercados financieros; además, pagaban los intereses sobre los bonos
provistos por el Perú. Era costumbre que una cierta cantidad del dinero obtenido fuera
retenida por los bancos para pagar el interés de los primeros años. Luego de este periodo
inicial, el estado peruano tenía que enviar dinero u obtener un nuevo préstamo. El banco
comisionado no tenia la obligación alguna de pagar el interés si no recibía el dinero de
parte del gobierno peruano.
Con lo cual, era usual que estas entidades bancarias y mercantiles tuvieron dos negocios
colaterales que acompañaban a la emisión de bonos, ellas estaban interesadas en la
especulación: jugar con los precios de mercado de los bonos y controlar el mercado
financiero. Asimismo, los británicos invirtieron en los centros mineros, aun cuando no se
supiera mucho de la industria minería.
“A comienzos de la década de 1820 los inversionistas británicos vieron que
algunos países de América Latina como México, Bolivia y Perú, eran excelentes
lugares par invertir en minería, aun cuando no se supiera mucho de la industria
minería. Además las casas financieras estaban ansiosas de ser intermediarias
entre países como el Perú y los industriales británicos, con lo cual, el estado
peruano en la década de 1820, el Estado peruano compro armas y municiones a
Gran Bretaña”.16
A ello, debemos mencionar que el primer ciclo de os prestamos británicos se interrumpió
en 1825-1826.
15 Emilio Dancuart. Anales. Volumen I. 217. Heraclio Bonilla. Compilación…Gran Bretaña. Volumen I: 8-16. En: Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
16 Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
11
“La interrupción comenzó como una crisis económica europea, con una caída
brusca en los precios de algodón, el café, el azúcar, el estaño y el hierro, lo que
fue seguido por la bancarrota de muchas firmas mercantiles. Esta crisis
internacional provoco una merma en la confianza del mercado financiero europeo,
haciendo que fuera imposible obtener mas prestamos. Pronto se hizo imposible
armonizar los empréstitos anteriores. Aunque la crisis comenzó en Europa, es
importante advertir que estos empréstitos estuvieron condenados desde el
comienzo mismo porque fueron usados en la compra de armas, lo que no mejoro
las exportaciones”.17
Es por ello, que en 1822, el entonces ministro de hacienda de San Martín. Unanue,
menciono en su informe anual al congreso que habría que estallar una crisis de confianza
porque es estado peruano no podía pagar los interés de su deuda externa. Con lo cual, se
evidencio en aquellas décadas, porque el Perú fue unos de los primeros países
latinoamericanos que cayera en moratoria en 1826. Ese mismo año, José María de
Pando, ministro de relaciones exteriores de Bolívar, tuvo que enfrentar la crisis
internacional resultante. Su correspondencia con José Gregorio Paredes y José Olmedo,
quienes estaban a cargo de los intereses peruanos en Londres, demuestran que, los
banqueros y los mercaderes británicos no tenían la confianza necesaria para prestar
dinero a los Estados Latinoamericanos. Esto se entiende el ¿por qué? En 1825, las
entidades financieras comenzaron a exigir condiciones a los Estados Latinoamericanos
para tener garantías mucho más rigurosas para los nuevos bonos, demandando tasas de
interés más altas y mayores comisiones. A ello, se agrega, que para finales de 1826, el
mercado financiero londinense también colapso. Y esto se evidencio en el estado
peruano, que no pudo amortizar ninguna deuda,
“el estado peruano no recaudo la suficiente cantidad de impuestos ni siquiera para
cubrir los interés, ni tampoco hubo el superávit necesario en la balanza comercial
peruana como para atenderlos, y aun menos para amortizar deuda alguna”.18
17 Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
18 Aljovin de Lozada, Cristóbal. “Caudillos y constituciones: Perú 1821-1845”. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
12
Con lo cual, el Estado no podía cumplir con el pago de su deuda externa---el estado dejo
de pagar mas de veinte años el pago del servicio de la deuda externa, esta deuda fue
reestructurada en 1849, siendo tasada en 1’ 816, 000 al 3% de interés---por lo tanto, el
Estado peruano en 1825, podía solicitar prestamos solo en el mercado financiero
domestico. El Consulado de Lima obtuvo un enorme poder político debido a que el
Estado no podía pedir préstamos en el mercado internacional, desde entonces el
Consulado se convirtió en la principal fuente de este tipo de recursos para el gobierno.
Prestaba a tasas de interés sumamente altas, controlando la aduana limeña para poder
asegurar la obtención de sus intereses y del prestamos adquirido por el Estado.
Si bien, la crisis económica tuvo cómo unos de sus factores los empréstitos obtenidos por
el Estado, a ello, debemos mencionar la deuda interna como un influyente factor para la
crisis, la duda interna se origino de dos formas. La primera estuvo relacionada con la
obtención arbitraria de préstamos para mantener al ejército. Muchas de estas deudas
fueron acreditadas con pagares firmados por los oficiales militares cuando expropiaban o
requisaban las haciendas o establecimientos comerciales. Muchos percibieron estas
deudas como el producto de expropiaciones, con lo cual, genero odio por las guerras. La
mayoría de ellos tuvo lugar en tiempos desesperados y las acreencias resultaban difíciles
de rastrear. Muchas de estas deudas fueron desconocidas porque los regímenes
cambiaban constante y violentamente, razón por la cual los gobiernos recién instalados
tendían a ver con escepticismo los fondos levantados por sus predecesores. Durante los
periodos de contienda civil, un pagare aceptable un mes podía ser rechazado al siguiente
mes.
La segunda fuente de la deuda interna fueron los préstamos otorgados por los
mercaderes, los terratenientes y el clero, frecuentemente bajo coacción. El Consulado de
Lima* y la Iglesia fueron las principales instituciones de recaudación. Ahora el Consulado
estaba acostumbrado a prestar dinero, más aun, que ciertas deudas frecuentemente
creaban redes de control político. La Iglesia también se vio conminada a prestar dinero,
jugando un papel importante durante las guerras de la independencia. Pedir dinero a la
Iglesia se volvió una práctica común. Pero a diferencia del Consulado, la Iglesia tuvo
mayor dificultad para recuperar sus valores, con lo cual, usualmente debió negociar
condiciones políticas con las nuevas administraciones. Por lo tanto, no es sorprendente
que tanto el Consulado como la Iglesia perdieran rápidamente su capital debido a la
frecuencia con que el Estado les solicitaba préstamos y donaciones.
13
“Empezaron otorgándolos en grandes cantidades en la década de 1810 y
terminaron contribuyendo con pequeños e insignificantes prestamos a finales de la
década de 1830 y durante la de 1840”.19
En 1825 Bolívar creo la Caja de Consolidación de Crédito Público para rastrear y pagar
deudas internas y externas. La Caja de Consolidación, tenía sus propios ingresos, pero el
déficit fiscal jamás permitió que funcionara tal como lo planteaba la ley que lo creo.
A ello, se puede mencionar que la Caja de Consolidación no reconoció las deudas
contraídas por la administración española. Bolívar no consideraba que el estado nacional
fuera el heredero legal de las obligaciones del régimen español, en esto difería de lo que
seria la practica establecida en el periodo republicano, en el cual cada revolución o golpe
de Estado reconocía las deudas y obligaciones de su predecesor. Sin embargo, la
pobreza pública no permitió transformar las promesas en pago.
Entonces, la independencia produjo inevitables cambios en la estructura social y
económica de Lima. Uno de los mas importantes en opinión de Flores Galindo fue la
“quiebra de la aristocracia mercantil que tenia su sede en Lima, con la cual quedaron
desarticulados una seria de circuitos económicos y financieros a todo lo largo del territorio
peruano”. (1984: 209).Al iniciarse la republica, mientras el control económico paso a
manos de sectores comerciales y rentistas, en gran parte vinculados a intereses
extranjeros, el control, político recayó fundamentalmente en el sector militar, protagonista
principal de la convulsionada nueva republica.
Las guerras de la independencia habían dejado como secuelas una gran destrucción
física y económica. Campos arruinados, minas improductivas, colapso de producción
obrajera, con lo cual, muestra las precarias bases económicas sobre las que se erigió el
estado independiente. Ya en 1822 se vio la necesidad de recurrir a un préstamo
extranjero para hacer frente a las necesidades del estado
La economía de Lima, reposaba básicamente sobre la actividad comercial y de servicios.
Muy poco después de proclamada la independencia se hace evidente, como ha
subrayado Alfonso Quiroz, “que el control económico de la capital estaba en manos de un
19 Gootemberg, Paúl. Caudillos y comerciantes: la formación económica del estado peruano, 1820-1860. Cusco. Centros de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas, 1989.
14
conglomerado de comerciantes, militares, abogados y hacendados—habría que
mencionar también a extranjeros—cuyo poderío social, se sustentaba en la alta
concentración d el capital comercial en la capital”.( Quiroz 1987:220).20
1.4. Formación de una sociedad inestable
La construcción de la república se constituyo, desde el primer momento de la
independencia, tanto en el Perú criollo y mestizo. Pero, la idea de una república, dejo una
impronta e insuficiente entre sectores representativos del mundo indígena. Ahora dentro
de esta concepción de republicanismo dentro de una sociedad basado en una estructura
social marcada por una jerarquización de la sociedad, como comprender estos valores al
explorar la connotaciones culturales y simbólicas de una ideología que por su apelación
a valores tales como la libertad, la dignidad, la ciudadanía, el trabajo, la educación, el
bien común, la soberanía y la autonomía, logro capturar la imaginación de muchos dentro
de la sociedad peruana. Dentro del contexto, en un discurso de corte nacionalista que
emerge en el país como una fuerza dinámica durante la etapa revolucionaria. La nación
peruana, fue definida por un grupo de intelectuales peruanos a través de la prensa escrita.
Durante los años de la independencia, la república resulto siendo más una creación
literaria que un sistema político sólido y eficiente. La guerra interna y la crisis económica
que vivió el país no permitió la cristalización de las ideas republicanas. Los términos
patria-república-nación y estado serán usados dentro de una sociedad, cuya generación
basa su proyecto en una ideología republicana. Con lo cual, la elite criolla tiene la
necesidad de construir un nuevo orden político para el Perú pots-independencia. La
construcción de un nuevo régimen de autenticidad, uno capaz de hacer frente al proceso
de disolución de la masa social provocado por la independencia, fue la meta fundamental
de la intelectualidad nacionalista liderada por Sánchez Carrión.
Desde sus inicio de la cristalización del concepto patria- república -nación estuvo
íntimamente ligada con “la forja de la ciudadanía”.21El ciudadano era la pieza fundamental
20 Quiroz, Alfonso. La deuda defraudada: consolidación 1850 y dominio económico en el Perú. Instituto nacional de cultura; 1987, 220 paginas.
21 Sanchez Carrión advertía que un punto crucial en la organización de la republica era el ejercicio de la ciudadanía. “este derecho, observaba, significaba emanciparse y pasar a influir activamente en los inefables destinos de la patria. En las republicas, no hay ápices indiferentes, con consideraciones a esta materia: hasta el mas ligero descuido, para que el transcurso de los años llegue a mirarse el edificio, y destruirse con
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para la puesta en funcionamiento de la república peruana, pero el ciudadano instruido.
Sin ciudadanos no podía existir la patria. El modelo de una sociedad moderna, de corte
liberal, la libertad guarda relación con el tiempo disponible para la búsqueda y satisfacción
de los intereses privados. La liberación del ejercicio político, el cual se delega del sistema
representativo, da tiempo a los ciudadanos de las sociedades modernas para disponer de
su propia libertad.
Pero cual era el perfil de estos ciudadanos, que peruanos llenaban los requisitos para
formar parte de la república. En 1812 el periódico “El Satélite Peruano” describió a los
ciudadanos como a los hombres que vivían dentro del orden, aquellos que cumplían con
sus obligaciones y deberes. En 1822, la virtud era señalada como el elemento
fundamental en “la forja de la ciudadanía”. En el espacio ciudadano no contaban los
títulos ni la herencia familiar, tan solo “el merito y la virtud”, en tal, estos conceptos habían
logrado suplantar “al rango y a la nobleza”. Con ello, “la educación y la ciudadanía” iban
de la mano.
Ahora, donde queda la población indígena dentro de este proceso de consolidación de
una república “criolla”. La historiografía peruana ha destacado críticamente la
participación de las elites criollas, en el proceso de la independencia y de iniciación de la
república.
“Heraclio Bonilla planteo que la independencia en el Perú fue concedida, por el
ejercito libertados del general San Martín, debido a la ausencia de una clase
dirigente local capaz de conducir dicho proceso. Cecilia Méndez, por su parte
sostiene que el discurso de la elite criolla, en la primera mitad del siglo XIX,
excluyo a la población indígena, al mismo tiempo de rescatar y arqueolizar su
pasado histórico Inca”.22
Con lo cual, se puede entender, la concepción de los criollos sobre la población indígena
dentro de un proyecto concebido como aristocrático…
En 1965 Pablo Macera planteo el problema de la recuperación del indio en el
discurso criollo y español de fines del siglo XVIII. Concluye en que los miembros
de la sociedad de amantes del país a pesar de sus ideales reformistas
sorpresa de sus mismos dueños”. “carta remitida sobre la forma de gobierno conveniente al Perú”. En Ferrero, op.cita. pag. 99.
22 Jorge, Bracamonte. En: “crisis colonial” imágenes del Perú, lima; SUR/DM, 1996.
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mantuvieron un disimulado segregacionismo frente al indio, a quienes se recupero
con ciertos prejuicios, y desde la posición obtenida tras la conquista. Esta forma
de aproximación al indio-de parte del segmento blanco de la población- tendrá por
objeto la afirmación de un nacionalismo criollo y no peruano”.23
En un amplio escrito de 1976, Unanue, permite obtener una imagen más compleja y
matizada acerca del discurso criollo sobre lo indígena. Esto se debe al debate surgido
frente a los planteamientos europeos que de manera prejuiciosa afirmaban la supuesta
superioridad de lo europeo sobre lo americano. Este hecho motivo a un amplio análisis de
la sociedad. Unanue, sostiene sobre la conformación del país y como esta dividida…
“De tres naciones primarias, que son la de españoles, indios y negros, y
derivándose de ellas otras secundarias, que se asemejan, según al mayor
inmediación que entre si tienen, se acercan también a imitar sus usos y
costumbres”.24
Con lo cual, en esta sencilla definición, el Perú es concebido como un espacio geográfico
en el que coexisten tres grupos sociales, cuyos espacios están claramente delimitados
por su origen social y cultural. Pero dentro de esta concepción de la capacidad, basado
sobre el factor de la geografía como instrumento de diferencias entres estas tres
naciones, en donde influyen sobre los rasgos físicos y el comportamiento psicológicos.
Definiendo con ello las actitudes de los miembros de las respectivos grupos sociales. En
tal caso, las diferencias y limitaciones por parte de la población indígena son superadas,
si es ayudado por la educación y el ejemplo.
“De este modo, las capacidades racionales de las diversas poblaciones serian las
mismas a pesar de los efectos del clima, y cualquier diferencia existente podría
ser salvada dependiendo de la predisposición de estas poblaciones hacia las
luces que esparcirían los hombres ilustrados a través de la educación y el
ejemplo”.25
Cuestionamiento a versión tradicional de nacionalismo criollo e indígena en la
independencia
23 Jorge, Bracamonte. En: “crisis colonial” imágenes del Perú, lima; SUR/DM, 1996.
24 Jorge, Bracamonte. En: “crisis colonial” imágenes del Perú, lima; SUR/DM, 1996
25 Jorge, Bracamonte. En: “crisis colonial” imágenes del Perú, lima; SUR/DM, 1996
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Tanto la versión criolla como la indígena de nacionalismo, fueron cuestionadas por una
escuela de historiadores marxistas, encabezados por Bonilla y Spalding, y que surgió en
la década 1970. Bonilla y Spalding sostiene que el nacionalismo no existía en el Perú en
1820, ya que los criollos no estaban convencidos de la necesidad de la independencia
pues sus intereses económicos y financieros estaban íntimamente ligados al antiguo
régimen. Aun mas, temían la experiencia de la rebelión de Tupac Amaru, que movilizar la
masa indígena en nombre de la independencia podría traer una conmoción social más
grande que amenazara sus intereses vitales. En tal caso Bonilla y Spalding argumentaban
que la población india no se había recuperado todavía suficiente de la derrota y represión
posterior a dicha rebelión., ni tampoco estaba libre de las tradicionales rivalidades étnicas
y diferencias culturales para unirse efizcamente en torno a la independencia. Por ultimo
sostenían que los indios no tenían razón alguna para hacer una causa común con la
clase criolla, a la cual veían como opresores junto con los peninsulares. Desde la década
de 1870, se aceptó los avances de los historiadores marxista en torno a la
independencia. Con lo cual, al mismo tiempo se desplazó a Lima del estudio del colapso
del viejo régimen. Por lo tanto, describieron un movimiento mucho mas complejos,
fragmentado y regional, en la cual la rebelión de Tupac Amaru, jugo un papel mucho mas
decisivo, puesto que expresaba una visión multiétnica, transclasista y proto-nacionalista.
Con lo cual, fue adquiriendo, una gran resonancia, en las diversas rebeliones
provinciales que condujeron a la independencia. La participación popular en el
movimiento de la independencia, se dio a veces en nombre de los patriotas, en otras
veces en respaldo de los realistas. Con lo cual, se puede sostener que adquirió las
características de una “guerra civil”, una disputa que involucraba una amplia gama de
estratos sociales y grupos étnicos a nivel local. La forma que las clases subalternas
reaccionaban a la guerra de la independencia, dependían de la correlación específica
de las fuerzas en una localidad particular. Pero teniendo en cuenta en general el grueso
del campesinado se mostró o permaneció como un espectador pasivo en la lucha de la
independencia, porque dentro de la concepción indígena, el resultado de la guerra, en
manos de la elite criolla, no produciría ni un cambio fundamental en su condición de
subordinado colonial. La mayoría de los historiadores han encontrado los orígenes
profundos de la independencia en le intento efectuado por la España de carlos III de
recuperar un estrecho control sobre las colonias en la segunda mitad del siglo XVIII. Con
lo cual, iniciaron las protestas de una amplia gama de grupos sociales y étnicos
coloniales. En tal caso el golpe severo a la autonomía, especialmente a la elite criolla tuvo
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lugar cuando José de Gálvez, el ministro de Indias (1776-1787) comenzó a remplazar a
los funcionarios criollos por españoles. Para 1803 solamente un limeño, José Baquijano
y Carillo, y otro criollo más, eran miembros de la Audiencia, mientras que en las década
de 1740 y 1770 los criollos de Lima habían conformado la mayoría. La política anti-criolla
hizo que los criollos reclamaran constantemente al rey a nombrar a criollos para, por los
menos, a una tercera parte o la mitad de los cargos gubernamentales.
Por su parte, Klaren sostiene que pese a os obstáculos que le impuso la corona
española, la elite criolla gozaban de privilegios tanto político como económico
“A pesar de que los criollos peruanos se irritaban con estos esfuerzos por
excluirlos de los cargos y con la existencia de otras reformas diseñadas para
extraer mayores rentas con impuestos mas elevados, muchos de ellos estaban
bien integrados a la economía mercantilista colonial. Formaban parte de una elite
colonial que comprendía a los hacendados de la costa norte, los comerciantes y
navieros de Lima, y los mineros de plata de Cerro de Pasco y Potosí. En el
centro de esta elite se hallaban los comerciantes acreedores de Lima, que
ocupaban una posición de mando en la economía virreinal en virtud a su
ubicación crucial en la encrucijada de poder comercial, financiero y político. Los
comerciantes acreedores dominaban, a su vez, el tribunal del consulado, una
poderosa corporación mercantil que mantenía estrechas conexiones con el
aparato político y las instituciones del real gobierno e incluso la Audiencia. A pesar
de los agravios del sistema existente, los intereses fundamentales de esta elite
colonial estaban en la conservación del gobierno real”.26
Otra razón, por la cual, Lima siguió siendo un bastión del poder real hasta la
independencia de 1824 se encuentra en la actitud de la elite hacia las clases subalternas.
Aunque la elite limeña podía no estar dispuesta a poner en peligro sus intereses
económicos y laborales fundamentales abrazando la causa de la independencia, también
temía que los controles sociales de la colonia sobre la clase populares se desarticulasen
con un conflicto de esa naturaleza. Por tal razón, se puede comprender por que Lima
siguió siendo un centro de la reacción y del dominio real durante el primer cuarto del siglo
XIX, a lo contrario de lo que pasaba en el sur, que era totalmente diferente. La rebelión
de Tupac Amaru, que comenzó como una reacción en contra del absolutismo Borbón,
sumergió a los Andes en un violento, aunque breve, levantamiento anticolonial. Si bien,
26 Peter, F. klaren. “Nación y sociedad en la historia del Perú”, Lima; IEP. 2004. Estudios históricos.
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el alzamiento revelo unos profundos sentimientos proto-nacionalistas entre ambos
sectores de la población serrana, también demostró la fuerte antipatía regional al dominio
político limeño del virreinato. El resentimiento por el ejercicio del dominio real en los
asuntos locales por parte de los funcionarios limeños era profundamente sentido en los
círculos de las elites provincianas.
Fue en este contexto de descontento administrativo, estancamiento económico y de una
continua atracción por le nacionalismo cultural y el utopismo andino que se descubrió, en
1805, un conspiración contra el régimen realista en Cusco. Los protagonistas fueron los
criollos, el mineralogista Gabriel Aguilar y el funcionario de la Audiencia Juan Manuel
Ubalde, ambos representantes de la clase media provinciana, que planearon tomar el
control del Cusco, declarar rey a un inca y expulsar a los españoles.
Por tal razón, se puede hablar de un nacionalismo o simplemente de intereses personales
o de clase dentro de la creación de una nación peruana. Esto se agrega, que la ciudad de
Lima fue siempre conservadora hacia una independencia de la corona española.
“La cuidad de lima fue, a lo largo de la colonia, el control administrativo y político
del virreinato del Perú. Sede de los mejores burocráticos y de la poderosa
aristocracia mercantil colonial, Lima termino siendo el último baluarte de las
posiciones realistas. La capital del virreinato no enfrento ningún intento por
subvertir el orden colonial, a diferencia de las numerosas rebeliones y
conspiraciones que en la segunda mitad del siglo XVIII y a comienzos del XIX
hicieron estremecer otras regiones del Perú, sobre todo en el sur andino”.27
Pero la independencia produjo inevitables cambios en la estructura social de Lima. Uno
de los mas importantes en opinión de flores Galindo fue la “quiebra de la aristocracia
mercantil que tenia su sede en Lima, con la cual quedaron desarticulados una seria de
circuitos económicos y financieros a todo lo largo del territorio peruano”. (1984: 209). Al
iniciarse la republica, mientras el control económico paso a manos de sectores
comerciales y rentistas, en gran parte vinculados a intereses extranjeros, el control,
político recayó fundamentalmente en el sector militar, protagonista principal de la
convulsionada nueva republica.
27 Aguirre, Carlos. “agentes de su propia libertad: los esclavos de Lima y la desintegración de la esclavitud 1821-1854. Lima; Pontificia Universidad Católica del Perú, 1993.
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Las guerras de la independencia habían dejado como secuelas una gran destrucción
tanto social y económica. Con lo cual se evidencia en los sectores económicos
arruinados: campos arruinados, minas improductivas, colapso de producción obrajera.
Por lo tanto, muestra las precarias bases económicas sobre las que se erigió el estado
independiente.
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