Cortez, Beatriz. Estética Del Cinismo

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Cortez, Beatriz. Estetica del cinismo. Literatura y cultura. Centroamérica

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  • INrnoouccrN

    Proposicin lxviilUn hombre libre en nada piensa menos que en

    la muerte, y su sabidura no es una meditacin deIa muerte, sino de la vida.

    Baruch de Sprnoza, ilca2

    Este libro tard una dcada en gestarse. Contiene unainrestigacin que dio inicio cuando halia ya terminadoIa poca del sandinismo en Nicaragua, y en El Salvadorr-Guatemala acababan de firmarse los Acuerdos de Paz.Es un proyecto que ha sido informado y posibilitado atrars de mis esfuerzos por comprendet la sensibilidadgue hemos llamado de posguerra. Al respecto quisieraeclarar que cuando hablo sobre una sensibilidad de pos-guerra, no me refieto a un perodo definido de formaogdr, sino a uno maleable y cuyos otgenes van muchoms atrs, hacia mediados del siglo xx, como lo discutoestensamente en el captulo z de este estudio. Se tratade una sensibilidad del desencanto que vaTigada a unaproduccin cultural que he definido como una estticadel cinismo. Es, por lo tanto, una posicin que contras-

    n- Todos los textos citados del ingls aparecen aqu en mi versin al es-:lol.a Spinoza, Baru ch de. ilca: Denostrada :egin el orden geomtrico. Trad. VidalFea. I{adrid: Ediciones Orbis, r98o,234.

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    ta con la esttica utpica de la esperanza qe ha estadoligada con los procesos revolucionarios. Hgo esta acla_raciln sobre todo porque ms de alguna vez he sidoacusada de acuar el trmino de la posguerra con el pto_psito de definir un perodo especfico, es decit, estemomento histrico en el que estamos ahora inmersos.3Nada ms lejano a mis intenciones. Las crticas princi_palmente han sido hechas por mis colegas \Tetner Mac_kenbach y Alexandra Ottiz rX/allner. Mackenbach cues_tiona el uso del trmino "posguerra,, para deltnir laproduccin literaria centroamericana contem potneapor consideraila como una categora que se define en loabstracto. En verdad, su crtica va dirigida de maneraparticular a quienes al citar mi trabajoq hacen uso deltrmino como catego a temponl fiiu G.p.). Ortiz Wall-ner cuestiona la definicin de literatura centroame ricanade "posguer ra"

    ^ partii. del contexto y de la experiencia

    de Guatemala, El Salvador y Nicaragua, y no del restode Centtoamrica (s.p). Es un punto vlido que rae ala mesa de discusioes una pregunta importante: cmoaglutinar las experiencias tan diversas de diferentescontextos locales y nacionales en Ia regin?

    , y alhablatde pro duc ci n Titer atia, c m o de finir l catego ria,, c e n _ttoamericana"? Resulta importante aclarar que la pro_duccin Titeraria en el istmo centroamericano es randiversa como las diferentes experiencias que esta reginaglutina. Pot otra parte, me parece tambin significalivoaclarar que si bien el trmino pasguerrd hace referenciadirecta a las recin terminadas gucrras civiles en Nica-

    3. VetAlexandra Ortiz rX/allner,',Transiciones democrticas / transicionesliterarias: Sobre la novela centroamericana de posguerta,, publicado enIstna 4 (zooz) y \X'erner Mackenbach, ,.Despus de Ios pos-ismos: Des_de qu categodas pensamos las literaturas centroamericanas contempo-rneas?" publicado en ltma 8 (2oo4).4. Yer Cottez, Beatriz. "Esttica del cinismo o la litetatura centroamerl_cana de posguerra". MS. zooo.

    Ell alvadot y Guatemala, alhal:.Lat de sensibilidadme reflero a una sensibilidad que ya no

    cspetanza ni fe en los proyectos revolucionariose idealistas que circularon en toda Centroam-

    durante Ia mayor parte de la segunda mitad dei sigloqEe en gran medida se alimentaron desde ia seguri-y cl amparo proporcionado para ctculos del lide-

    fevolucionario en San Jos, Costa Rica, y que yael final del pedodo sandinista en Nicatagu^ o la

    dc los acuetdos de paz en El Saivador y Guatema-trojo a su final, inaugurando un momento de desen-

    de ptdida deliderazgo y de ptdida de fe en losutpicos que formaban parte del momento

    ,lBvolucionatio en Nicaragua,El Salvador y Gtatemala,lll como en el resto de pases centtoamericanos.

    Pcr lo tanto, mi inters no es el de definir la pos-Euerra como un momento cultural e histrico. Mi intersg explorar la sensibilidad de posguerra como una queContfasta con la sensibilidad utpica y espeta,nza,doraque acompaabala fe en los proyectos revolucionarios.

    Debo adems aclatm que este texto contiene unAfgumento que es tambin cnico. Por tanto, no contie-ne un argumento romntico sobre la esttica del cinismo.Por el conttario, mi obletivo es mostrar Ia fotma en queesta esttica del cinismo dio lugar aIa formacin de unasubjetividad precatia en medio de una sensibilidad deposguerra colmada de desencanto: se trata de una sub-jetividad corrstituida como subalterna a priori, una sub-jetividad que depende del reconocimiento de otros, unasubjetividad que solamente se posibilita pot medio de laesclavitud de ese sujeto que a priori se ha constituidocomo subalterno, de su destruccin, de su desmembra-miento, de su suicidio, literalmente hablando. En otraspalabras, no es mi inters proponer que la esttica delcinismo funciona como ufla alternativa a la utopa queestaba ligada a las sensibilidades revolucionatias. Por el

  • 26 Esttica del cini.rrto

    contrario, mi inters es explorar la esttica del cinism

  • 28 E.rttica del cini.rma

    nidad para la explotacin de la representacin contem-poroea de la intimidad y de la consttuccin de la sub-jetividad.

    El captulo t de este estudio, "Reconsideracionesen ia posguerra sobre el testimonio y 1a ficcin cefltro-americanos", pfesenta un recuento de 1a forma efl queevoluciona la interpretacin crtica de la escritura testi-monial y de1 proceso a travs del cual Ia ficcin fue re-chazada como una forma de alienacin de la realidadcentroamericaa. Pot otra patte, examina la forma enque el testimonio centroamericano fue intetptetadodesde la academia estadounidense a partir de dos pets-pectivas opuestas que, en trminos generales, puedenser delineadas bajo ia ribrica de la "representatividad"y de la "veracidad".

    En su mayor patte, los movimientos de solidaridadintelectual estadounidense dutante los aos ochenta seenfocaron en el ptoceso de representacin en sus lectu-ras de testimonios. A partir de esta perspectiva, el testi-monio era visto como un medio parula resistencia de lahistoria oficial y como una posibilidad pan que las ma-sas marginadas obtuvietafl acceso aI discurso, tuvieranrtrta voz propia. Sin embargo, a pesar de sus buenas in-tenciones, el nfasis cttico colocado sobre la represen-tacin del otro presupuso un tipo de violencia ideolgi-ca de tipo fundamental: la imposicin de la representa-cin como el eje fundamental de1 discurso testimonial pot ende, el silencio del otto.

    Santiago Cols ha sealado que 1a representacinpuede ser comprendida a pattir de dos fotmas coritra-dictorias. A partir de la perspectiva del realismo, la difi-cultad de 1a representacin se soluciona pot medio dcun intelectual que se representa a s mismo/a com

  • Esttica de/ cinirno Introduccin

    do desencantada, tomando como modelo el caso de ElSalvador contemporneo, as crmo tambin presenta,por medio de la ficcin, a ia representacin de la mora-Iidad como vfia ptctica poltica corrupta y como unaimposicin de una srciedad que no est dispuesta avivirde acuerdo cofl sus propios estndares. Teniendo enmente que en Centroamrica los proyectos dei cdstia-nismo y de la agenda poitica ligada al marxismo forma-ron las bases ideolgicas para los recientes movimientostevolucionarios, en este captulo exploro los estndaresmotales que forzaron al individuo que interacta con elespacio pblico a adherirse a ciertos principios para seraceptado socialmente. En la ficcin contempornea, esla pasin la que mueve a1 individuo, ms all de 7a ruzno del respeto a valores morales de cualquier tipo. Laexpresin de esta pasin nos permite formular un pro-yecto esttico para la Centroamrica de posguerra, unaesttica matcada por la prclida de Ia fe en los valoresmorales y en los proyectos sociales de tipo utpico, enresumen, 1o que he llamado una esttica del cinismo.

    Por otra parte, este captu1o explora Ios temas de lamemoria y el oh.ido, no s1o como fenmenos sino comoderechos naturales que tienen los individuos. La lecturade la produccin potica salvadorea, que aqu presentocomo caso ilustrativo, busca ttazar los lmites de la me-moria y tambin del olvido, lmites que vari marcadospor los deseos del poeta: el deseo de sobrevivir, ei deseode ser libre, el deseo cle amar, eI deseo de partir.

    Para sobrevivir, el ser humano necesita una racincle olvido. Friedrich Nietzsche, alhablar de Ia memoriay del olvido en su errsayo "Sobre la utilidad y confiabi-lidad de la Historia para \a vida", propone que "todaccin requiere del olvido, al igual que la existencia det

  • 32 Esttica del cinismo

    br lglr construida apartit de una Perspectlvafi Pgr lo [&ntor es una versin incompleta de

    ltnen' Por consiguienre, para tener una

    un momento en que ya no hay un proyecto colectivo enel que pueda embarcarse. Lo nico que le queda al poe-t, .. t, existencia y, con el1a, sus detechos' Por otraparte,

    ^partir de la perspectiva espinooiana,-el derecho

    .rrtr.rrrl el individuo es intansfetible' Para Spinoza, eldetecho natutal del individuo no es dictado por la ley nipor la razn, sino por sus pasiones' As, al final de lagr.t., el poeta yu ,tt bo.., dade sentido a su existenciaZp^rtt d su lugat en la formacin de un nuevo Estado'Pr el contra ,i, parareinventarse, es su detecho naturallo que demanda 1 poeta gutado nadams-por sus deseosy sos pasion.s. El poeta se ha transfotmado pero no toda.o

    -ut.riu se ha quedado en el olvido' Es la pasin, loque Nietzsche define como 1o ahistrico, lo que llevaco.rsigo, 1o que mantiene de la textura original de su vida'tiende-as, el olvido. "Paravivir -seala Nietzsche-[el ser humano] debe poseer, y de vez en cuando emplear'iu frretzupara romper y disolvet el pasado; 1o logta ile-vando este pasado ante un ttibunal, interrogndolo sincesar y, finaimente, condenndolc:" (tlnfasbionabh rc6)'S1o ejando atrs este pasado es que el poeta puedevivir de nuevo. Los vaivenes del poeta entre Ia memoriay el olvido no sofl sino una exptesin de que son laspasio.r., y no los principios los que gobietnan su vida'ir d.r". del poeta, guiados por sus pasiones, son loscluc marcan la medida de su entrega o la medida de sununcia y los que Io llevan a flasregat entre ia memoriay el olvicl.

    lin el capltulo 3, "IJna ficcin histtica: La cons-Grugeln dc una versin masculina de la identidad nacio-

    ml ottie tivll es demostrar que la reptesentacin derbltlvlde{ centroamericat7 , ta!\to pblica como

    Fft Cempletr de le aubietividad centroamericana,

    Introduccin

    es necesario examinar la perspectiva femenina y la ex-petiencia de ias muieres defltro del contexto de la nacinque se fotma. Con este propsito, este ensayo le prestapatticular atencin a la produccin attstica de escrirorascentroamericanas contemporneas incluyendo a JacintaEscudos, Tatiana Lobo y Claudia Hernndez. Sus pro-puestas parala construccin de la subjetividad, tanto apartir del mbito ptivado como del espacio pblico,presentan alternativas a Ia versin oficial.

    El captulo da inicio con un alisis de un texto porel autor salvadoreo Cados Castto, publicado ent996.La novela Libro de los desuarios, preserita una reconstruc-cin ficcionalizada del pensamiento liberal en Centro-amca. Lo significativo de este texto para la discusinque aqul nos concierne es que en la sociedad que nospresenta las mujeres viven al margen de todos los even-tos signi{icativos de la historia del istmo. Las mujerespafecen estar excluidas del pensamiento nacionaly estarpblicamente definidas como sefes sensoriales, comopersonificaciones de la histeria. El proyecto de igualdady libertad del libetalismo se representa como un proyec-to exclusivamente designado para los hombres. Desafor-tunadamente, la descripcin que la novela presenta dellugar de la mujet en las sociedades centroamericanas noe st muy lejos de la realidad. Las mujetes en Centroam-tica no han recibido reconocimiento por su participacinen el proceso de consruccin de la identidad nacional,la historia oficial ni tampoco de la histo riografialiteraia.

    Sin embargo, la mujer ha parttcipado activamenteen la construccin de la historia, Itetatura y culturacentroamericanas. Las tecientes guerras civiles en Cen-ffoamrica le petmitieron a la mujer constituirse comoun sujeto en el espacio pblico. La urgencia de la situa-cin gener la necesidad de que Ia mujet contibuyera ala lucha atmada, a la denuncia p:l>lica de la injusticiasocial, y a la bsqueda de soiidaridad. Y a pesar de que

    -) -)

  • 3534 Ettica de/ cinisruo

    vn vez que el conflicto termin se esper que la muf etegteszlra al l,tgat del que haba salido pa aPoyx lasluchas populates, es decir, al mbito de Io domstico, notodas las mujeres 1o hicieron. Algunas lucharon porpermanecer enla atena pblica, por mantener su visibi-lidad, por alzar stt Yoz. La proliferacin de textos litera-rios ptoducidos pot muieres centroamericanas, la altacalidad de esta produccin litetaria

    -y su publicacin- esun logro positivo del pedodo de posguerra en la regin.Estas obras contienen la representacin literaria de laexperiencia cotidiana de las muieres por ellas mismas,tanto en cuanto a sus mundos pblicos como ptivados,sus fantasas y sus deseos. Tambin presentan ufl reto a1as definiciones trdicionales del gnero y al lugar quela muier ocupa en las sociedades centroamericanas.

    En el capltulo 4, "La destruccin del cuerpo y elTazo pasional con la notmatividad social", exploro la ideade que la construccin de la subjetividad podtla implicaruna contradiccin: ser un suieto es alavez estar suf etoa los procesos normativos que invalidan la emergenciadel suieto. Este ensayo incluye el anlisis de obras deficcin de RafaelMenivar Ochoa, Alvato MennDesleal,Hotacio Castellanos Moya, Rget Lindo, Salvador Can-jura y Roberto Castillo a la hn de propuestas crticasrespecto a la consttuccin de Ia identidad por MichelFoucault, Louis Althusser yJudith Butler.

    Foucaulthabla de una fuerzasquica, una especie dealma que habita al suieto y que le permite el acceso a laexistencia. Paralograr adquirit la subietividad, el indivi-duo debe sujetatse a esafaetza squica' En vez de suge-rir que es el alma

    -lo no material- la que est atr^Padaen el cuerpo

    -lo material-, Foucault arguye que es elalma Ia que acta como pdsin del cuerpo. Es ms, 1juega con la posibilidad de que ms a17 de este procesode subordinacin, un cietto nivel de destruccin del

    cuerpo del individuo sea necesario para que ste se cons_tituya como sujeto.

    La propuesta de Althusser respecto a la consttuccindel sujeto se relaciona con el concepto de interpelacin,un proceso a travs del cual el suf eto se constituye comotal en el momenro de ser nombtado o interpeiado porotro, quien, a su vez, representa a la ideolog, y, po, lotaflto, a la autoridad. Para Althusser, ese es un procesode aparente libertad en el que el individuo es intetpela-do como sujeto libte de someterse a s mismo a dichoproceso de sujecin. Butler, por su patte, califica estetipo de sujecin voluntaria como un acto auro-interpe_lativo, como evidencia dellazo pasional que une al su_jeto con la autoridad. Para Butlet, Ia .njca forma en queel sujeto puede sobreponerse a la vulnetabilidad queresulta de este Lazo es por medio de su voluntad de dejarde ser, lo que ellalTama un proceso de desubjetivacincrlca.

    -

    Estas perspectivas crticas proporcionan un puntode partida pan eI anlisis de la representacin deide elcampo de Ia ficcio centroamericana contempornea dellazo pasional que une al individuo a las notas socialesen el proceso de constitucin de su subjetividad. por lotarito, en este captulo exploto las representaciones,desde ei campo de la ficcin, de la necesidad de mani_pular, e incluso destruir, el cuetpo del individu o p^rallevat a cabo la constitucin de su subietividad. portttapafie, analzo la representacin de la libertad como unaforma de subyugar al individuo a las normas sociales.En estos textos de ficcin, el ptoyecto del cinismo sedescubre como un proyecto fallido, pues el sujeto serepresenta como libre cuando es ms sumiso: cuandocumple con las normas sociales y cuando disfruta de laaprobacin de las autoridades sociales y de la opininpblica incluso ante el precio de la destruccin, elimi_nacin o desmembramiento de su ptopio cuerpo.

    Introduccin

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    El captulo 5, "Anonimato, visibilidad y violencia ene1 espaci urbano centroamericaflo", exPlora Ia fotma.n qo. por medio de la ficcin centroamericana de pos-gtetfa, se constfuye un tetfato del espacio urbano, deal forma que la ciudad apatece como el eie central dela construccin de la identidad nacional' Tanto la vio-lencia que las guerras han llevado al espacio rural comoios .rmtios ecnmicos que propician la ttansformacinde una economa agtatia en una economa de servicio,culminan en masivos desplazamientos de poblacin delespacio r;r,:alhacta el utbano' A pesat del nfasis que lapduccin hteratia en Centroamrica durante el pero-o revolucio nario habia puesto en la vida en el espaciotural, 1os movimientos masivos de poblacin hzfl trans-portado mayotatiamente la narcattva de la ficcin almbito urbano. La posguerra es tambin un momentode movimientos diaipricos hacia la ciudad, incluyendola gtan metrpolis: Los Angeles' El espacio urbano, comoui rru de concentracin de las masas, puede set unespacio de libertad ya que le propotciona. al suieto uncirto anonimato. Tambin puede convertirse en la mi-rada invisible que asla y monitorea al suleto' Por 1otanto, enla ficcin de posguerra queretrata el desencan-to, el espacio urbano es representado como el lugardonde se satisfacen los deseos ms oscuros del suieto sin embatgo, es tambin el espacio donde el individuo,rodeado ptr multitudes, se encuerllra rns solo' Estecaptulo explora la tepresentacin del espacio utbano entextos de Horacio Castellanos Moya'

    Este captulo aoalizala representacin de ia vida enei espacio orbuno centroamericano donde e1 individuopoed. negociar vetsiones ftagmentadas de su identidad'^En

    Ia ciuad tambin el suieto debe atriesgar su propiasegutidad pot la falta de eiercicio de la ley y por el am-binte que se asemefa a un estado de guetra' Es un es-pu.io viol".rto donde el poder del E'stado se cuestiona

    H.rttica del cinizzo Introduccin

    de manera cotidiana y donde hay una compieta ausenciadel sentido de la seguridad. En este espacio, la posibili-dad de que el sujeto resista las normas sociales se con-viette en otta gLtetra. QtizIa contribucin ms impor-tante de este anlisis para comprender el proyecto falli-do de la esttica del cinismo es la exploracin de losmotivos que dan origen a la violencia arbana de que esvlctima en la actualidadla mayor parte de la poblacinen Centroamrica,

    El captulo 6, "81 fin de la estirpe,,, presenta unanlisis de la forma en que la narativa del escritot gua-temalteco Rodrigo Rey Rosa construye a travs delmedio literario a sujeros que se resisten o que renuncianalapaternidad. En oitraspalabtas, la esttica del cinismonos preserlta sujetos que para ser reconocidos comotales se ven en Ia necesidad de someter a sus cuerpos aun proceso de desmembramiento, a progteLmzLr su suici-dio en este caso, a renunciar a la patetnidad, a ponetfin a su estirpe.

    Este captulo inciuye un estudio de varios textos deRey Rosa, particularmente la novela cotta El cojo baenoy la coleccin de textos Otro 7oo,los cuales,proponenuna altetnativa pata escapar de la interminable cadenade sujetos dispuestos a ocvpaf el lugat simblico deautoridad de la figura del padre. De tal forma que estostextos proponen como alternativa al destino que lesespera, el de reproducir la autotidad thnica del padre,pot medio de la desintegacin de Ia famllia' como unaespecie de desmembramiento simblico del campo social.

    En ei ltimo captulo de este estudio, titulado ..Msall de ios confines del cinismo: La cultura dela alegria.Homenaje in absentia",ptopongo, amanera de conclusin,que el cinismo es url proyecto fallido. Tal como 1o ilustroalo largo de este estudio, el cinismo que catactetizalasensibilidad de po sguerra en Centroam tica abrcespaciospan vivit y p^ta explorar la pasin. Tambin tiene sus

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  • 38 Esttica del cinimo

    limitaciones: aunque le petmite al sufeto rerse de suspropias faltas, de sus miedos, de sus deseos, al {inal, elcinismo lleva al individuo a su propia destruccin. Elsuicidio, como una forma extrema de escapar la norma-tividad social, se convierte en el mximo acto de cinismo,en el acto culminante de la irreverencia contra la socie-drd y conttu uno mismo. Es decir, el proyecto del cinis-mo llena al individuo de pasiones que no 1o llevan aexperimentar alegria, sino muy por el contrario, que 1ollenan de dolor.

    La filosofla de Spinoza sobre la fotma en que eiindividuo puede posicionatse ms all de la normatividadsocial e incursionar en el mbito de ia pasin para expe-rinentar Ia alega tiene relevancia aqu. Spinoza, envezde creer en los derechos que le son asignados a los indi-viduos apattir de la ley, Ios cuales son tambin derechos9ue le pueden ser quitados al individuo por medio de unproceso igualmente legal, cree en el derecho natural de1individuo, el cual no est basado en el concepto delcontrato, sino en el deseo y en la pasin. Spinoza haceuna clara distincin entre 1o que l llama pasiones tristes,que estn fuera del control del individuo y que reducensu poder, y las pasiones alegres que incrementan suPoder de actar. Pot consiguiente, la culpa, el sacrificio,y la necesidad del reconocimiento social mantienen alsujeto atado a la misma moralidad antela que se resiste'A partir de Io anteriot, la esttica del cinismo muestralos slntomas de lo que est ausente en la cuitura de latro{ucrra centtoameri cana'. \a experiencia de \a alegria,ln ltrcha prr defender el derecho que tiene el cuerpo de(tunfr el prcd

  • :!l

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  • 6ET TTN DE LA EsTIRPE

    En el mors e s ari o

    "., T;T;"-',:o,TiL:f :.,i:ffi'llil

    suave con vellos finsimos, porque era un da pe_ligroso y no quera tener hijos _d. .ro estaba se_guro. Unt la sustancia blanca, viscosa y opaca enforma circular lentamente alrededor det ornbtigo

    de ella.Rodrigo Rey Rosa, E/ cEa buena.

    f.ia dgelslon importante de lo que he llamado la es_tdca del cinismo en Iretrataarassocieda..S:T,':j;::;:i:I'."J:i:ffi

    .H;de la posguerra por medio de personafer;; ,. angustianl*:.-ll:l^" principalmer,,. po, ". -i,"r: por untaoo anhelan tener ]ibertad o enconrrar alguna foima deresistir la notmatividad social; por otro l;:;, r"" perso_najes que desean por sobre toas las .o.u. tur.rr.r r._conocimiento social. Se rrata de una paradoja,pues serepresenta a Ia libertad como una forma de subyugar alindividuo a las normas. sociales, dejando ui ,rr.,o urr^_pado en un crculo vicioso. Err-..t. ,;;r;:;. ficcin,por lo tanto, el ptoyecto del cinismo se descubre como|f Profect3 fallido, pues el sujeto se representa comoItDre cuando es ms sumiso: cuando cumpl. con lasnormas sociales y cuando disfruta de Ia apbacin detas autor_tdades y de la opinin pblica incluso ante eI

    z6t

  • 262 Esttica del cinisno

    precio de la destruccin, eliminacin o desmembramien-to de su propio cuerpo.

    Varios de los personaies analizados en los tres capl-tulos anteriores han sido personaies dispuestos a todocon tal de ser teconocidos como suietos con importan-cia y autoridad en el espacio social. Como hemos podi-do corrobote;r,para logtarlo estn dispuestos incluso aatefitar contra su propia integridad flsica, a mutilar suptopio cuerpo y al suicidio.

    Me parece importante tambin explorar el caso dealgunos textos del escritor guatemalteco Rodrigo ReyRosa donde el suieto busca libertad y diflcilmente lograescapar de ese mismo clrculo vicioso pues en ciertamedida tambin se tra:ta de personaies que tienen queexperimentar la destruccin de su propio cuerpo paraser reconocidos por la figura de autoridad como suietosen su propio mdto. N o obs tante, hay una particularidaden estos textos que es sumamente importante. Son tex-tos que proponen una alternativapar escapar la repro-duccin de una interminable cadena de suietos dispues-tos a imponer la normatividad social sobte los dems.Es decit, son textos cuyos personaies buscan resistir elmandato de la normatividad social, smbolo fundamen-tal de un sistema de violencia y autoritarismo que inva-de el espacio personal y que se fiia simblicamente en\a ftgwa del padre. Este rechazo se expresa por mediode la desintegracin delafamllia o del cuestionamientoa la reptoduccin de la familia. Es decir, el suieto seniega a teproducir en sl mismo ala guta del padre, locual requiere un diferente tipo de mutilacin. Es unamutilacin mucho ms simblica la negacin de parti-cipar en la reproduccin de la estirpe. Es as que en laobra de Roddgo Rey Rosa, se expresa un rechazo alacontinuidad, no solamente de la estirpe, que es en sl unslmbolo de la permanencia de la subietividad, sino tam-bin al mandato de desempear y teproducir el papel de

    El fin de la estirpe 263

    la autoridad que impone las normas sociales y moralessobte los dems. Por consiguiente, en varios de los tex-tos de este autor los personajes expresan el temor detener hijos y parcipat en ese proceso por medio delcual el sujeto pasaria a ocupar el lugat del padre en lafamilia.

    El crtico francs Jacques Donzelot indica que ,.Lafamtlia en el sentido

    ^od".ro surgi entre las .apasburguesa y aristocrtica del ancien rgirne, y despus sedisemin en ctculos concntricos a todas las clasessociales, alcanzando al proletariad o al Ftnal del siglo r 9,,G-6).1 En el mbito de la emergente modernidad delsiglo XIX, como Donzelot lo indica, en defensa de lafamiliase encontraban " [p]rincipalmente conservadoresque estaban a favot de la restauracin de un orden esta-blecido cefltrado alrededor de la familia, un regreso alantiguo rgimen ideaTizado; pero tambi estaban losliberales quienes veian ala famllia como protectora dela propiedad privada, de Ia tica burguesa de la acumu-lacin, as como g rantizadora de la barera en contrade las presiones del estado" (5).2

    Al contrastar el concepto de la familta con el de Iasociedad civil, Hegel en su texto Filosofa del derecho, in-dica que "La amllia es la complejidad substancial quevela por el individuo tanto en lo que concierne a susmedios como a sus aptitudes [..] y su subsistencia yapoyo, en caso de estar incapacitado. Pero la sociedad

    1. The modern sense of the family emetged in the bougeois and aristo-ctatic strata of the ancien rgine, then spread in concentric circles to allsocial classes, teaching the ptoletariat at the ed of the rrineteenth centuryG-6).2. [...] mainly conservatives who favored the testotation of an establishedorder centering around the famil a retutn to an idealized former regime;but also libetals who saw the family as the protector of private pfoperty,of the bourgeois ethic of accumulation, as well as the guarantof of abarrier against the enctoachments of the state (5).

  • 264 E.ttica del cinismo

    civil sepata al individuo de este contexto, aliena a losmiembros. de \a famllia, y los reconoce como petsonasautnomas [...] po. cuanto, el individuo se convierte enh/'o de ta toirio ciuit' (278).3 Pot consiguiente, Hegelinmoduce el concepto de sociedad civil como un con-cepto ampliado de la familia, indica que "[]a sociedadcivil [...] adquiere el carcter de unafarttiliageneral,y comotal tiene Ia obligacin y el derecho (incluso en contra dela uoluntad arbitraria de los padres) de educaile en taflto aque la educacin est relacionada corl su transfotmacinen un miembro de la sociedad [...] los lmites entre losderechos de los padres y los detechos de la sociedadcivil son muy difciles de fiiar" (278)."

    Para Hegel, la famllia no solamente constitua elbastin polltico y social en el que se fundaba el sistemade poder del estado, sino que tambin era un modelo de\a cotp oracln :'Adems de \a fa rz i / i a, \a c o rp o ra ci t n co ns'tituye la segunda ruiz tita del estado, la oual est basadaen la sociedad civil. [...] L, santidad del matrimonio y elhonor de Ia corporacin son los dos aspectos necesariosparu la desceniralizacin de la sociead civil" (z8o).sDesde su perspectiva, "La corporacin tiene, por con-

    3. The famity is the substantial whole which cates for the individual bothas concetns his means and aptitudes [...] and his subsistence and support,if he is incapacitated. But civil society tears the individual from thiscontext, alienates the members of the famil and tecognizes them asautonomous petsons. [...] Thus the indidual becomes a nn of ciuil socielt(zz8).4. Civil society [...] acquires the character of a generalfani!, and as suchit has the duty and the right (even conttaty to tlne arbitrary Pill o{ theparenS) to educatehiminso far as such education is related to his becominga member of society. [...] The boundary between the rights of parentsand of civil society is vety hard to dtaw (278).5. Besides thefaniQ,tL,e clr?lratilrt constitutes the second ethicalrootofthe state which is based upon civil society. [...] Sanctity of mattiage andhonot of the cotpotation are the two aspects vhich the decentalizationof civil society involves (z8o).

    El fin de la estirpe 265

    siguiente, bajo \a supervisin del gobierno, el derechode ocuparse de sus ptopios intefeses, de elegir miembrosde cuerdo con sus cualidades obietivas, tales comohabilidad y rectitud, en nmeros apopiados, para cuidarde ellos, para educarl-os

    -como una especie de segundafamllia" (278-27$-.6 Ms ail. del mtito de la tpo-racin, desde la perspectiva hegeliana, se encuentra elmbito del estado (z8o).

    Marx, por su parte, en un texto titulado "EI estadoy la sociedad civil" propone que "la familia_V la sociedadcivil son las premisas del estado" (t6)' y que "losciudadanos del estado son miembros de familias y miem-bros de la sociedad civil" (r7).8 Es ms, pataMarx"Lafamilia y la sociedad civil son componenres reales delestado, existencias espirituales reales de Ia voluntad; sonformas de existencia del estado. La famtlia y la sociedadcivil se constituyen a s misna como el estado, Son sufierza de empuje" (r7).9

    Ttas la muerte de Marx, Engels publica ufl texto enconversacin con escritos no publicados de Marx dondecritica de manera ms abierta a 7a organizacin de lafamilia corno un espacio de desigualdad, como un espa-cio patiarcal que Engels define como un concepto li-gado a la explotaci n y a la esclavitud. Para Engels, el

    6. The corpotation has accordingly under the supervision of the govern-ment the dght to attend to its own interests, to elect membefs in accor-dance with their objective qualities, such as aptitude and rectitude, inapptopriate numbers, to take care of them, to educate them-a kind ofsecond family (278-279.7. Family and civil society are the premises of the state (16).8. The citizens of the state are members of families and membets ofcivil society (r7).9. Family and civil society are actual components of the state, actualspititual existences of the will; they are modes of existence of the state.Family and civil society constitute themselaes as the state. They ate thedriving force (r7).

  • 266 Esttica del cinimo

    paiarcado se define como "la organizacin de un n-mero de personas, atadas y libres, en una familia bajo elpodet paternal del jefe de la familia" (737).'u Engels vamucho ms all de esta crticaaldefinir a la familia comoun espacio de explotacin que est ligado a la esclavitudincluso desde los orgenes del uso del trmino:

    Entre los romanos, al ioicio, no se refera a vna pa-reja casada y a sus hiios, sino solamente a los esclavos.Famalus significa un esclavo de la casa y fanilia significala totalidad de los esclavos que pertenecen a un individuo.Incluso en el tiempo de Gaius lafamilia, id estpatrinonian(es decir, ia herencia) eralegada por testamento. La ex-presin fue inventada por los romanos para describir aufl nuevo organismo social, la cabeza del cual teniabajos a la esposa y a los hijos y a un nmero de esclavos, baioel poder paterflo romano, con poder de vida y muertesobre todos ellos (737).11

    Por otra parte, Engels enfatiza no solamente loslazos que histricamente unen al concepto del matrimo-nio con el de la esclavitud, sino tambin pone nfasis enel acuerdo econmico y enla transaccin generadota deun contrato que establece el matrimonio, y haciendoreferencia al matrimonio tanto catlico como protestan-te, Engels indica que "el matrimonio es determinado por

    10. [...] the organisation of a numbet of persons, bond and ftee, into afamily under the paternal powet of the head of the family (737).11. Among the Romans, in the beginning, it did not even refer to themarried couple and their children, but to the slaves alone. Famulus mezsa household slwe and fawilia signifies the totality of slaves belonging toone individual, Even in the time of Gaius the fanilia, id est patrinanitn(that is, the inhetitance) was bequeathed by will. The expression was in-vented by the Romans to describe a new social otganism, the head ofwhich had under him wife and children and a number of slaves, underRoman paternal power, with power of life and death ovet them all (737).

    El fin de la estirpe 267

    la posicin de clase de sus participantes, y en este sen-tido siempre permaflece como un matrimonio de con-veniencia" (Z+r)]'

    Esta crtica basada en el intercambio econmico ysocial proporcionado por la familia se extiende tambinauna crltica basada en la opresin de gnero, tanto porparte de Engels en este caso, como pof un amplio seg-mento de la cdtica feminista en genetal. En las palabrusde Engels, "La famTlia moderna individual est basadaen la esclavitud domstica abierta u oculta de la mujet"0+4]3 Esta critica al sistema pauiarcal que define ala famllia en el contexto moderno de Occidente estabasada en el poder ilimitado que tena el iefe de la fami-lia desde el ancien regirne el c;ral, t^I como lo indica Don-zeTot;

    En compensacin por su responsabilidad hacia lasautoridades a las que se encohtraba atado, eI jefe de Iafamiba tena virtualmente poder discredonario sobre aque-Ilos que le rodeaban. 1 podia hacer uso de todas lasoperaciones que estuvieran destinadas a extendet st tat,l poda determinar las carreras de sus hijos, decidir cmodebetan emplearse los miembros de la familia y culesaltanzas deberan contraerse. l tambin poda castigarlessi no cumplan corl sus obligaciones hacia la famllia, ypara esto l poda obtener el apoyo de las autoridadespblicas que le debao a l ayuday proteccin en su labor(+g).10

    T2.Mariage is determined by the class position of the participants, andto that extent always temains matdage of convenience (742).13. The modern individual family is based on the open or disguised do-mestic enslavement of the woman (744).14. In compensation for his responsibility toward the authoritics thntbound him, the head of the family had virtually a discretionary powet ovctthose around him. He could make use of them for all the operationn thatwere intended to furtherhis tahe could determine the chiklrcn' t:nree r,decide how the family membets would be employed and whiclr illliflnccr

  • 268 Esttica del cinismo

    En el caso de la sociedad de posguerta en Guate-mala, el mbito de la familia tambin funciona como unagente reproductor del poder del estado y, Por tanto, deun sistema de violencia que mantiene los privilegios deunos por medios violentos. En la obra del escritor gua-temalteco Rodrigo Rey Rosa hay numerosas ctticas alsistema de coercin que la familia ejerce sobre el indi-viduo pero, tambin a las expectativas que la famtliaimpone sobte el individuo de reproducit el poder impe-raote o de mantener una subjetividad teconocida pot elespacio social. Es as que en flumerosas ocasiones, eltemor ms grande que expresan Ios personajes de estostextos no es el de reproducit 7a famtlia, sino el de repro-ducir en sl mismos el poder opresor del patiatcadoburgus moderno de la sociedad violenta que recinsurge del mbito militarizado de la guerra y que arrastratras de s un legado colonial de siglos.

    En ttminos generales, podrla decirse que los per-sonafes en la obta de Rey Rosa expresan sus ansiedadeshacia la famllia a partir de cinco perspectivas distintas.Por un lado, se expresa el temot de convertitse en unpadre que impone sobte sus hiios los tgidos Patroflesde conducta social y de una construccin de la mascu-linidad que requiera de la represefltacin pblica de laviolencia a cualquiet precio, como es el caso de la nove-la El cojo bueno. En segundo lugar, se expresa el temorde convertirse en un padre que decepcione al hijo, comoen el caso del personaie de la Cone)a en El cojo bueno oel narador en "El hijo de Ash" de la coleccin Otro 7oo.Por otra parte, se expresa angustia antela posibilidad detener hijos y lastimarlos por accidente o de no cuidarlosapropiadamente, de abandonarlos y forzarlos a defen-

    would be contracted. He could also punish them if they did not live upto their obligations toward the family, and for this he couid get the supportof the public authority that owed him aid and protection in his endeavorG.

    El fin de la estirpe z6g

    derse pot sus propios medios como es el caso de loscuentos "Gracia", "El hijo de Ash,, y ..Finca familiat,,de la misma coleccin. En cuarto lugar se expresa laansiedad de tenet hijos y de perdedos debido enfer_medades, por un descuido o por razones del destinocomo en el caso del cuento ,,La nia que no tuve,, de lacoleccin Ningn lugar sagrado o del cuento *Otro zoo,,de la coleccin publicada bajo el mismo tltulo. Final_mente, se expresa la ansiedad de tener un hijo que nosienta deseos de vivir cerca de su padre o su madre comoen el caso del cuento "siempre funtos,, de la mismacoleccin.

    Ds opRssrNTal vez la ms profunda expresin.de resistenci

    ^ a re_

    ptoducir la subjetividad violenta y autotitaia del padreenla obru de Rodrigo Rey Rosa pueda ilusrrarse a travsde Ia novela corta titulada Caballeriqa, donde el padremata a7 hijo que se niega a reproducir sus propios con-ceptos de masculinidad y de subjetividad. En uria esce_na en que el hifo cautivo logta escaparse y enfrenta a supadre, tambin conocido como .,La vieja,,, el naradornos indica que:

    LaYteja se levant rpidamente, apart a don Guidoy se sent ahorcajadas sobre su hijo. Al mismo tiempoque lo sujetaba por el cuello con una maflo, con la otra learranc la pistola y le quit el seguro. [...] La Vieja tomla blusa deBrbara del escritorio, la coloc sobre la pis-tola pata usada como silenciador, y Ie dio un tiro al mu_chacho en la cabeza (Caballeri7a 8r).

    Es en El cojo bueno donde esta situacin clc viole nelnse explora, talvez con menos violencia al>iertn, pfar eoamayor profundidad sicolgica. El pcrsoruie pfniFl

  • 270 Esttica del cinimo

    llamaJuan Luis Luna, y ste es secuestrado por unos excompaeros de colegio que saban que su padte tenaIos medios para pag t un rescate:

    Los secuestradores eran cinco, pero slo a ttes teco-noca: el Tapir Bartios, La Coreia Brera y el HortibleGazmn, con quienes de nio haba hecho y luego totoIa amistd. Los otros dos, que deban de ser un pocomayores y a1 parecer se iimitaban a cumplir rdenes,respondan a los apodos de Cadomagno y el Sefard (29).

    La novela nos permite visiumbrar Ia difcil relacinde poder que existe entre Juan Luis Luna y su padte, lacual es amplificada por el dinero y ios medios de accesoal poder que tiene el padre. Por un lado se encuentra lareiacin entre L^ coneia, uno de los secuestradotes deJuan Luis Luna, y sus hijos, quienes no saben que Laconeia, antes de reformatse, particip en el secuestro deJuan Luis.

    Patte del ptoblema en la relacin entre Juan LuisLuna y su padre, don Cados Lttna, era que Juan LuisLuna se negaba aparticipar en los negocios de su padte,era bastante ms irresponsable, y su padre 1o considera-ba en alguna orma,intil. En pocas palabtas, la relacindel padre con el hiio careca de respeto. Tampoco tenaconfanza en su hiio, por esta tazn) "[c]uando donCados Luna recibi noticias de 1os secuestradotes, nohizo caso de ellas. No puso ningn anuncio en los diarios,como se lo pidieron, ni dio muesttas de queter negociar"Qo). El resultado dela faka de respuesta de don Carlosfue trgico paraJuan Luis, pues antela indiferencia desu padre, Juan Luis pierde primero el dedo pequeo deun pie (ll-14, y ms adelante, el pie (ll-SB), el cual"envuelto en ufla bolsa de plstico negro, se lo llevatona7a noyia [de Juan Luis, Ana Lucia)" Gg-+o).Fue AnaLuca quien contact al padre, le explic sobre el reci-bimiento del pie y la setiedad de la situaci n.La reaccin

    El fin de la estirpe 271

    del padte fue rpida, pero tambin fria: "Habr quenegociar, se dijo a s mismo. Pens con desgana quetendra que redactaf vna carta, pedir una rcbaja. Peroan o sabla cunto exigan. No sera justo que p^g^t^menos cuando habian lisiado al rehn?" (46). No fuesino hasta que el padre tuvo ante s el pie cortado deJuan Luis Luna que comprendi que no tena espaciopara negociar. A1 recibir el paquete, el narcador explicaque "[e]l contacto entre su m]r-ada y la pane donde elpie haba sido cortado, donde podla vetse un crculo decatne toja, en los bordes ya un poco negruzca, con elcrculo concntrico del hueso blanco, vidrioso y lechosoal mismo tiempo, flo eta comparable al contacto de suspupilas con otros objetos ordinarios ni con ningn ob-jeto de atte" (48). Don Catlos abandona su plan denegociar, pues tras observar intensamente el pie mutila-do de su hijo, nos explica el narrador, fue "como si lehubieran presentado una cuenta, benvolamente olvida-da durante mucho tiempo, que ahora le converta, demillonario en pobre" (+g).A continuacin, don Catlos"sac una chequera de un banco extranjero" (5r) y sedispuso

    ^ pagar.

    El padte pag el rescate deJuan Luis:E1 viejo se baj con la bolsa de basura negra donde

    deba estar el medio milln. El Sefard 1o vio mirar de unlado a otro antes de cruzar la corriente variopinta deautomviles. [...] El vieio fue hasta e1 tonel con naturali-dad y dej caer la bolsa dentro. Luego volvi a mirar a saairededor, gir sobre sus talones y se dispuso avadear denuevo la calle de cuatro cartiles" (52).

    Sin embargo, la liberacio de Juan Luis no se debial pago de su padre, pues desde un inicio del secuesro,'Juan Luis presenta que todo ita mal. Las historias desecuestros le eran familiares, y saba que si el Tapk, laConeja y el Horrible no se haban molestado en ocultar

  • )1) Esttica del cinismo

    sus rostros era porque no pensaban dejade salir de allconvida" o). Fue ap^ttir de una serie de coincidenciasqueJuan Luis sali con vida, si bien con el pie mutilado,de la expedencia del secuestro, pues el plan de "el Se-fardi" era otto;

    Segn el p1an, cuando el jeep apateciera calle abaio,1 sacaria la bolsa del basurero y el Horrible Ie abmlalaportezuela trasera del ieep para deiarle subir. [...] Y, segnel plan, el Sefard subira y el ieep seguirahacia eI bulevarde la Liberacin y la Avenida Roosevelt para desviarse ala calzada de San Juan (5 8).

    EI plan tambin inclua el asesinato del rehn (59).Por motivos inexplicables, el Sefard cambi de opininy "el plan que l mismo habi^ tt^z^do se convirti enotro, que le convena ms" (59). Fue asl que el Sefarddecidi t:tar una granada de fragmentaci al ieep enque se acercaban sus compaeros de operativo, solamen-te la Coneja sobtevivi aI ataque mientras que Carlo-magno, quien estaba cuidando del rehn fue e1 otrosobteviviente, y el nico con quien el Sefard compartiuna parte del rescate (66). Como ni Carlomagno ni elSefard conocan aJuan Luis Luna, cuando Cadomagnole pregunt al Seftd qu deba hacet con el rehn, sterespondi: "Soltarlo" (67).

    Itnicamente, el secuestro y libetacin deJuan LuisLuna tambin llega a desempear parte fundamental enel proceso de construccin de su ptopia subietividad.Por un lado, Juan Luis Luna se convierte en un escritorprofesional, proceso que simblicamente inici duranteel secuestro mismo, ya que fue durante ese traumticomomento que se vio obligado a escribir cattas a su padre.Es todava ms irnico que su oficio de escritor dioinicio pot rdenes de los secuestradotes, es decit, fuepor medio de un proceso de extrema violencia que Juan

    El frn de la estirpe 273

    Luis logra construir su subjetividad como escritor. Enaquella oportunidad, uno de sus captores lehabadicho:

    Vas a decirle que ests arrepentido de ser como sos,que al salir de aqu vas a lamede lo que quiera, m e agarcsla onda? Qu quisieras comer? Un sngiche? Un ca-fecito? Te vamos a dar pluma y papel y despus de comerte pons a trabajat A ver si te converts en escritor sr).Desafortunadamente, esa cafta no tuvo el efecto

    esperado, entre otras tazones,porque su padre nunca laley, Fue entonces que sus captores le demandan unnuevo intento de su recin inaugurado oficio de escritor:

    En su segunda catta, escrita en leta pequesimapara ahorar espacio, Juan Luis intent coflmover a supadre, y le prometi que si sala con vida trabajath lonecesario p^t^pag r su propio rescate (33).

    Pero ese segundo intento, tampoco surti efecto.Juan Luis pag con el alto precio de la mutilacin de sucuerpo, sus primeros fallos como esctitor. Fue asl queJuan Luis se esmer, ya que litetalmente eta asunto devida o muerte, en la escritura de su tetcera cartai

    No puedes saber el efecto que ha tenido en m elenterarme de que ninguna de mis cattashl- llegado a tusmaflos. [...] E. verdad que te informaron que la .ltimacontena un dedo mo y aun as no mandaste recogeda?Yo me niego a creerlo, por supuesto; pero si me equivoco,quisiera intentar de nuevo ablandarte el corazn. sta laescribo a sabiendas de que a ptimera hora maana meampatarn el pie izquierdo, 1o que espero sea suficiente-mente elocuente. Quiz la promesa de enmendarme seademasiado vaga y abstractapara ser convincente, pero teprometo que si fuera necesario empear el resto de mivida en pag rte la deuda que por sta contraigo contigo,si decides pagar. En la anterior re prometa hacer todr [rposible por vivir el resto de mis das sin

    ^vetgonztrrtc

  • 274 Esttica del cinismo

    como en el pasado. Hoy slo te pido piedad. Mi vida esten tus mflos. Me han dicho que el rescate que te pidenes razonable. Y pot ltimo te pido, como er1 la anterior,que cuando mi pie liegue a tus manos lo congeles sindemora, por si fuera posible remendarme (38).

    Uno de los aspectos ms significativos de esta na-rructn es que Juan Luis Luna, ya ufl \rez mutilado,fepresenta constantemente el valor que su padre le ad-iudic al dinero por sobte la integridad fsica de sucuerpo, llevndolo a g nar asi, qaiz por medio de laculpa que su padre experimenta cada vez que lo mira, elreconocimiento de su padre como sujeto independientede s mismo.

    DB nscnpclN

    Uno de los temotes que ms fuertemente agobian a laConeia Brera una vez que Juan Luis Luna ha logradolocalizatlo es que su familia, especialmente sus hiios,puedan llegar a enterarse de que la Coneja Bteta es unsecuestrador, un ctiminal. Ese miedo es ms fuerte queel miedo a enfrentarse a su antigua vctima, de tal fotmaque aprovechando una oportunidad en que su famihasale de la ciudad, la Coneja hace una cita paru reunirseconJuan Luis Luna y contatle lo que ste quiere sabet:de quin fue la idea de secuesttado, a quin se le ocurricortade el pie

    -"al Horrible" (rr7); quin fue el eiecutorde su mutilacin- "el Sefardl" (tt7); quin organiz laoperacin-"tu setvidor" (rr9). Cuando le pregunt sipensaban soltado al tecibir el dineto "[]a Coneia iuntlas manos, como alguien que se dispone para orat, ymirando fijamente a Juan Luis dijo no con Ia cabeza"(ttl).

    El fin de la estirpe 275

    Es signi{icativo que la Coneja tiene la capacidad dedecirle a Juan Luis su responsabilidad en el secuestro,pero no tiene el valor de hacer lo mismo con sus fami-liares. Durante su conversacin conJuan Luis la Conejaexplic que sus padtes "flo se enterarofl de nada, graciasa Dios. Creen que tuve un accidente, nada ms. Sal delhospital a los tres meses. Te lo juro, vos, sal regenerado,,(rt8-rr9).Juan Luis talvez reconoce el enorme poderque tiene la relacin famlliar sobre la Coneja, y tambinsobre s mismo porque siendo hijo de su padre su debersocial hubiera sido vengarse. En un momento en quemkaTa foto de un beb, a lo mejor el hijo de la Coneja,tuvo la certeza "de no querer descendencia,yleparecique eso tenia algo que ver con el hecho de que ahota,cuando pudo tomatla, no habia sentido ms que undeseo demasiado dbit de venganza" (rzo).

    Tambin en el cuento "El hijo de Ash" hay un padreque sufre antela posibilidad de decepcionar a suhila,yla existencia de su hija se convierte en una {uerza qaeconstantemente le recuetda que en cada oportunidadque l no sea la mejor persona que pueda ser, deberresponder por sus actos ante su hija. En este caso, seffat^ de un padre y una madre que estn separados y quecomparten su tiempo corl su hija Faustina. El padreparece disfrutar enormemente su tiempo con Faustina,pues mientas espera lallegada de la nia al aeropuertode Flores, indica que "uno de los placeres que todavacuentafl en la vida es erperar a Faustina, cuando s queviene hacia mi" (6t). En esta historia el padre de Faus-tina actia, como vefemos a continuacin, de maneraindiferente ante el abandono de oro nio, llenndoseas de culpa. A partir de entonces, el conflicto que ago-bia al narcador es cmo explicar a Faustina lo que haocurrido sin cargar la culpa ante los ojos de su hija. poresa tazn, el narrador vuelve a 7a agwada en busca deNicols, el nio abandonado, con el propsito de ,,hacer

  • 276 Esttica del cinismo

    algo por enmendar 1o que haba llegado a parecerme unpecado de omisin" (68). Su obfetivo pdmotdial era"volver aparccede un padre impecable" (68) a Faustina.Peto ya erl'tatde,y el narrador se angustia pues sabe que"Faustina queda conocer el final de Ia histori^" (72),peto sabe tambin que para ella, l cargatia con patte dela responsabilidad por la muerte del oio, por lo queseala: "mef ot ocultrselo, por algn tiempo al menos"(tz).

    DB oEsculoo

    El protagonista de este mismo cueflto, "El hiio de Ash",es un nio abandonado que queda baio el cuidado deextraos que no se preocupan por 1 de manera apro-piada cuando su padre, de oficio trafrcante, y fugitivo,es capturado y la mujer de su padre lo abandona a susuerte en \a casa ftente a lalaguna,

    Ante 1a desapadcin de Nicols, el hiio de 7ayneAsh, el artador recuetda haber escuchado durante unafiesta a Mary,la paref a de Ash, decir que si l no volvaella no velarlapot eI nio: "Record que la muier de Ashhaba dicho que no seharia cargo de 1" (62). Ante lapreocupacin de Faustina, hlia del nattador, ste lepropone "que diramos una vuelta por la aguada, a vetsi nos enterbamos de qu haba sido del nio" (62).Durante esa visita enconttaron al nio enla cabaa delguardin, estaba solo jugando con cenizas: "Los oios deFaustina se acostumbaron antes que los mos a la oscu-ridad: me tir de la mano e indic con la cabeza unricn dela choza. Un momento ms tatde vi a Nicols,en cuclillas junto a un fogn apagado' Desentettaba unasbrasas de debafo de un lecho de cenizas" (66). Faustinase preocupa por la situacin de Nicols y comPatte consu padte su angustia diciendo "pobrecito. Nadie lo cui-

    El fin de la estirpe 277

    da" (67). Y aunque el padre se siente "ligeramenteavergonzado por nuestra indiferencia cmplice,, (67),no hacen nada por salvar a Nicols del estado de aban-dono y del peligro en que se encontraba, y ste eyentual-mente termina siendo devorado por los cocoddlos de laagtada.

    Una experiencia similar le ocurre al personaje prin-cipal del cuento "Finca fam17iat", quien es hif o de undrogadicto que rlo puede tener la clatidad de mente paradefendedo nipara defender a su madre. Por 1o tanto, elnio queda en manos de una pareja de criminales quellega paru deshacerse de sus padres con el ptopsito dereemplazaios y tomaf sus propiedades, aprovechandolos problemas de drogadiccin que sufrla el padre. Anreel asesinato de sus padres,lapareja de extraos toma sulugar y el hijo permanece abandonado a Ia suette que leha tocado sin nadie que le ayude a salir del control deesta pat eja de extraos.

    Finalmente, tal vez el texto que mejor ilustra laangustia antela posibilidad de que un hijo se lastime ose haga dao bajo el cuidado de sus padres es el cuentotitulado "Gracia". Este cuento trata sobte una riia queamaba a un cordeto. Pero el cordero era parte de lasposesiones familiares, no le perteneca aGtacia,sino queera ptopiedad privada de su hermano. Al darse cuentade que el cordero haba sido vendido pata ser sacrifica-do para una ceremonia religiosa, Grucia "Se arrodill a7a cabecera de su cama, donde colgaba un crucifijo. Alzlos ojos juntando las manos, pidi a Dios que la acep-tan a ella como vlctim a, a cambio del cordero. "Llvameen lugar de 1", repeta. (+l-++), Al igual que sucede enel cuento "La pntet:a", la distincin entre el destino y lamano de Dios no est clara,pues el destino hace realidadal pie de laletra las peticiones de Gracia. "Despus derezar e7 padrenuestro, con una calma de pequea mrtirse puso de pie, se cambi de topa, y se meti enla cama.

    ,

  • 278 Esttica del cinismo

    Volvi a pedir a Dios que Ia aceptata como vctima.Apag laluz de su mesa de noche, cer los ojos, y sedurmi" (44). Como si esto no fueta una broma sufi-cientemente duta del destino, si las plegarias de Graciase cumplen, cosa que no queda demostrda al {inal deIa narcacin,s e cumplirn por mano de su padre, Nander,quien pteocupado porque Gracia no abria la puerta,"bai6 a\ stano, donde guatdaban cachivaches yhera-mientas, y subi con el hacha para parr lale'a" (49).Su objetivo era titar \a p:uefia del cuatto donde Gnciase haba encerrado y petmaneca inmvil, mientras quel y Ana, la madre de Gracia, Ie suplicaban abrir la puer-ta (4."Nander levant el hacha, arquendose haciaaffs, los ojos clavados en el punto donde asestara elgolpe, y entonces Ana vio la puetta que se abria: ahl, depie, el miedo apenas superado, la manita alzada hacia elpicaporte, estaba Gracia" (5o).

    DB pnoroaEl personafe del padre en el cuento "La nia que flotuve" explica que Ia nia "habia sido condenada a muet-te. Una extraa enfermedad cuyo nombre no quierorepetir, la disolvera en menos de ciento veinte das,segn vatios doctores" (tt7). A los ocho aos, el padresabla que la muerte prematuta de la nia iba a impedir-le experimentar tantas cosas, "Eran tantos los lugares alos que no habamos ido" (rr8). Tambin la nia expre-sa, a pesar de su cotta edad, una angustia similar: "Per-dimos el tiempo esta tarde. Deb quedarme leyendo oestudiando. No tengo tiempo que perder" (rzo). Porotra parte la nia expresa la prdida de su adultez, de Ioque no llegar a experimentar, es as que le dice: "Papi[..,] antes de morirme, quiero sabet 1o que es el sexo"(rzo). El padre le promete que se lo explicara otto d1a

    El fin de la estirpe 279

    (rzr). A pesar del mandato social de tener descendencia,ante la prdida inminente de la nia, el padre se arre-piente, "Habla sido un error que yo la concibiera, yo,que siempre tuve miedo a la descendefi.cia" (rr8). Lamadre de la nia los haba abandonado (rr8).

    En cambio en el cuento 'oOtt() zoo" la ptdida delahlja no se debe a una enfermedad que deja ttunca suvida, sino po el contrario, la prdida ocurre durante unviaje metafrico a un zoolgico durante el que la peque-a ia que lleg correteando tomada de la mano deipadre y siendo una nia pequea, con silla infantil (rr),de "dos aos y meses" (rz) y que pronto se convietteen una joven mujer que abandona aTpadre por decisinpropia. El relato transcurre a medida que el tiempofluye a velocidades diferentes, lentamente parula nia ya la velocidad de un rayo p^r^ el padte. En este pedodode tiempo pasa una transformacin que obliga al padre

    ^ aceptat que 1 no podt nunca visitat los mundos que

    su hija podr visitar ni podr nunca vivit en el tiempoen que su hija tendr que vivit. Es un relato sobre laexperiencia de un padre que se da cuenta que su hija loha sobrepasado.

    La desapadcin de la nia ocurre cuando el padremenos lo imagina, en una fuaccin de segundo

    -acaso\a vida es tan breve- en que el padre explica su brevedistraccin: "Me detuve un momento y mir alo alto"(r-t-riz). Peto ese breve descuido fue suficiente paraperderla: "Volv a mirar calzada abaio, y sent mil pun-zadas de espanto en la espalda, en los brazos, en lasmaflos. Yo estaba completamente solo en Ia va de as-falto negro salpicada de flores lila y rosadas" (rz). Sureaccin fue inmediata: "Bch a cotet hacia adelante,gritando una y otra vez su nombre" (rz). Es interesanteque busca a su hija en un mundo de animales: "A miizquietda,las garzas ylos flamencos dormidos sobre unasola pata, los cocodrilos inmviles y el hipoptamo

    I

  • 28o Ettica del cini.rmo

    petmanecan indiferentes a mis llamados. Intent gritarms alto, lanc gtitos en todas direcciones; haciala 1au-la de los monos, de los venados, los bhos, los quebtan-tahuesos y las guilas, pero nadie contest" (rz). Esparticularmente interesante porque por un momento ellector tambin se pierde en este relato donde un hombregrita entte los animales enjaulados, o un hombre enjau-lado es animal entre los otros seres que Io miran indife-rentes. "Volv ahacer la ronda de las jaulas, gritando elnombre de mi hija de vez en cuando, de manera casimaquinal. Mitaba con envidia las parejas de venados, demonos, de ocelotes, de jaguares, y los ojos de sus crasmehacian pensar en los de ella. Las fieras estaban den-tro, pero era yo el que iba y veni^ del otro lado de losbattotes, sin conciencia del tiempo" (r8). La narcacindeshumanizada del padre contina: "Recostado en eltronco de una ceiba, lanc un grito

    -a medio caminoeritre el rugido y el sollozo- hacia lo alto, un sonido quebrot con todas mis fuerzas desde mis entraas" (r8).

    Al encontrar a su hija dentro del bote de basura queempu)aba un barrendero que hizo aI padte sentir miedo,Ie pregunta ala nia qu haba pasado (23). En ese mo-mento, explica el padre, "Me di cuenta entonces de quese haba estirado varios centmettos desde la maana, yestaba bastante ms delgada" (23).La ni.a diio quevena a despedirse (23).

    El padre flo parece ubicarse, no parece tener con-ciencia de que \a nia se ha convertido en una adulta queya sabehablar por s misma: "Tienes que darte cuerlta,he crecido, y puedo hablar

    -dijo con esz-yoz rata-. Sque no es fcii, pero tienes que reconocerlo, he estadoen un sitio en el que t no has estado y al que no podrsit nunca. [..] U" lugat muy lejano con un cielo diferen-te sin luna ni sol" (24). Se af^, ta7 vez, de un lugar fu-turo donde el medio ambiente ha sido destruido pues,

    E1 fin de ia estirpe

    la ni.a indica que "Necesitan agua, mucha agua, agua deaqu, pero no de ah.ora" (24).

    La ni,a indica que no volver a ver al padre, perodice tambin que no est sola: "Tengo un compaero,otro nio ms o menos de mi edad. Crecemos juntos, yes posible que ms tarde ie d un hijo" (25). El nanadorprimero rehsa aceptarla explicacin de la nia y le dice:"Pero, nia, vmonos a casa y diate de babosadas,' (25).Pero eventualmente se da por vencido ante el destino:"De todas formas *tazon ya sin esperar.lzas- tarde otemprano algo as iba a suceder. Es destino de padresperder a los hijos" (26). No poda sentir el tiempo quehaba pasado contanta fugacidad, es as que alllegar asu automvil, indica: "A1 altir la portezuela me vi fu-gazmente reflejado en la ventana, y sent un consueloinesperado al comptobar que en el espacio de aquel dalargusimo en el zoo mi cabellera que hasta entonces,salvando algunas canas, fue negra, se haba puesto casicompletamente blanca" (26-2fl. Y entonces el padre ladeja ir sabiendo que la huella de los estragos del tiempoen su propio cuerpo, "[e]ta como la confirmacin de quemi hija no me haba visitado en sueos, de que Su vidacontinuaa en otro mundo" (27).

    O:rna YEZ DEL ABANDoNo

    Otro texto que ilustra una cierta angustia ante las rela-ciones de poder que se gerleran en una relacin entrcpadre e hijo es "Siempre juntos", una historia kafl

  • 282 E.rttica del cinismo

    donde estaba una familia de humanos con una pequeania. El escotpin gtande tiene el instinto de sobrevivirpata volver junto al escorpin pequeo que lo espeta enel te)ado. Cuando al escotpin grande 1o atrapan laspersonas de la casa lo ponen bafo un vaso para protegera la bebe y las hotmigas se lo comen. Slo es efl esemomento en que nos damos cuenta del alivio que sien-te el escotpin pequeo ante la prdida del escotpingrande: "

  • : ti:i;

    hs*

  • -7/MAs err DE Los

    CONFINES DEL CINISMO:re pnctrca DE re erncne.

    HonnrNeE rN ABSENTIA

    En qu me he convertido?

    Ayer no pude mataruna culebra en el estanque,\a tenia a mi alcatceun golpe hubiera bastadoun golpe con el remoy me contuve.

    Algo fascinante ocurri:perd sin darme cuentala voluntad de aniquilar.

    Rger Lindo, Lafragua de abril'

    En los capltulos anteriores he explotado la expresin decinismo en la literatura cellttoatneticana con una sensi-bilidad de posguetra. En vista de las normas que lassociedades centroamericanas imponen sobre el individuo,el cinismo que catacteriza el periodo de la posguerracentroamericaoa puede ser interptetado como positivoporque nos permite enftentar estas nofmas con irreve-rencia, empoderarnos y obtener acceso al mbito deldeseo. En otras palabras, abte espacios para vivit y paraexplorar la pasin. Sin embargo, el cinismo tiene suslimitaciones: mientras que rlos permite relt de nuestraspropias faltas, de nuestros miedos, de nuestros deseos,

    283

  • 284 E.rttica del cinismo

    al ftnal, tal como lo hemos visto expresado a travs delos textos literatios, el cinismo lleva al individuo a supropia destruccin. El suicidio, como una forma extre-ma de escapar de la normatividad social, se convierte enel mximo acto de cinismo, en el acto culminante de lairreverencia contrala sociedad y coritra uno misrqo. Estehecho tiene gran importancia, ya que implica que elptoyecto del cinismo es un proyecto fallido porque llenaal individuo de pasiones que no lo llevan a experimentaralegria, sino muy por el conrario, que lo llenan de dolor.Es as que el cinismo se vislumbra como una trampa queconstituye la subjetividad por medio de la destruccindel ser a quien constituye como sujeto. Mi objetivo es,por lo tanto, dat visibilidad a esta dinmica de la estti-ca del cinismo, ante la que como cuerpo social somosesclavos.

    Podemos encontrar un ejemplo e \a novela Eldesencanto deJacinta E scudos. Nuestra ptimera impresin,al abotdar el texto, es que la novela es provocadota yrefrescante. No es comn encontrar textos centfoame-ticanos en los que las mujetes estn dispuestas a discutirel deseo, textos que iotenten definir el placer desde unapetspectiva femenina. Si la intencin de la novela esinvitar al lector a teflexionar sobre estos asuntos e ir msall de la motaltadicional en Centroam ica pan acom-pa.ar a la protagonista a 1o largo de una vida de experi-mentacin, la novela es muy exitosa. Sin embargo, alfinal nos deia con el mal sabot de promesas rotas: Ar-cadia,la protagonista, nuflca logra expetimentar placer.El {inal de la novela lleva al lector a preguntarse si loshombtes que fueron amantes de Arcadia dutante dife-tentes perodos de su vida, no han podido lograt dadeplacet, como la protagonista lo indica, o si por el con-trario, es ella mism quien, a pesr de su aparente libet-tad y de su campaa de experimentacin, no ha podidoescapar de la construccin tradicional de mujer en el

    Ms all de los confines del cinismo... 285

    imaginario social del espacio utbano que ella habita. Enotras palabras, al final nos preguntamos si Arcadia tieneincluso la capacidad de experimentar placer. Es ms, msall de la denuncia que hace el texto respecto a que elplacer es una construccin cultural elaborada , p^.1i, d.una perspectiva masculina y de que la mujer es excluidadel mbito del placet e incluso del lenguaie del placer enlas sociedades centroamericanas, hay un descubrimientomucho ms trgico: que el concepto de mujer, su ima_ginario ertico yla construccin cultural de su deseo nohan escapado de los confines que la sociedad ha dibuja-do pan la mujer. Desafottunadamente, estos confinesdefinen su exclusin del mbito del placer.

    La novela E/ deencanto es una reconstruccin antie_rtica de los encuentros sexuales de Arcadia, su prota_gonista, quien explora su fracaso tanto en la bsquedadel placer como en su intento de realizar sus sueos enel campo del amor. El texto da inicio con el siguienteeplgrafe: "Fuiste un gusano / devorando / las entra.as/ de mi corazn. / Mientras / yo / ftngia placer,, (E/deencaruto 7). Luego, 7a na:r.acin sigue el rcorrido de:unalatga serie de encuentros sexuales que abarcan des-de la juventud hasta la edad adulta de Arcadia.

    En el primet relato, titulado .,El hombre que tienemanos de mujer", la protagonista, quien carece de ex-periencias en el campo sexual, se eflcuentra en una si-tuacin desventajosai c rece de conocimientos sobrc lrque debe hacer al erlcontrarse a solas con un h

  • 286 Esttica del cinismo

    cide 'no' sin que eso la haga parecer descorts, gtosera"(El desencanto 15). A partit de ese momento, Arcadiaacept^ desempear el rol de objeto del placer masculino.Su papel es el de actua,r en funcin del placer masculino,y en cierto sentido, esto la lleva a adoptar el silenciorespecto a su ptopia insatisfaccin, pues solamente aquelque desempea el papel de suieto del deseo tiene derechoa tomar medidas para obtener acceso al placet. De estaforma,lapmera experiencia sexual de Arcadia, es decir,su participacin en un acto de sexo oral, culmina con"los gemidos de placer del hombre en contraste con elcadavez ms creciente asco de ella, con su desconcierto,con las arcadas inevitables cuando siente que el falo laahoga" (El desencanto t6).

    La falta de informacin en el espacio pblico essignificativa potque contribuye en gran medida

    ^ m n-

    tener a la mujet en una posicin de subordinacin en elmbito del placet. Incluso aquella informacin que exis-te en el espacio pblico le es vedada a Ia mujer pormedio de un proceso de vigilancia por parte de la socie-dad, e incluso, por parte de la mujer misma. As, al iniciode la novela nuestra natadota seala que "Atcadia nun-ca ha tocado el miembro de un hombre. Nunca ha vistouno, ms que en alguna revista, de las que puede hojeara veces en los kioscos del centro de la ciudad. Las hojeaen secreto, para que nadie la vea, pata que nadie tengauna imptesin equivocad a de ella" (El desencanto 15-).

    El telato titulado "El hombre de la primer^ vez"viene intercalado por textos en itlicas representativosdel discurso oficial respecto a la sexualidad femenina, esdecir, aquel discurso cuyo objetivo es justificar la nece-sidad de la virginidad femenina: "no puedes permitiile anadie que te haga eso si no se casa contigo" (El deserucanto z8).Arcadia ttansgrede las normas y pietde la virginidad conun hombre desconocido al que apoda Lobo. As es comola narcadora describe su experiencia: "Arcadia..,siente

    Ms all de los confines del cinismo... 287

    ganas de rer por todas las tontetas que estn ocurrien-do pero tambin empieza a deseat que ocurra algo o quetodo termine pronto, porque aquello la tiene, ranca-mente, muy aburrida" (El desencanto 3o). Desafortuna-damente, la experiencia de placer nunca llega para Ar-cadia. A estas alturas de su vida todavia conserva la es-per^nza de que el amante verdadero llegue: "la primeravez no obliga el amor ni ata para siempre, Lobo no era'El prlncipe azul"' (El desencanto 3D,Y aunque su ..Prn-cipe azul" tarda en llegar, Arcadiahabtta un mundo ricoen sueos en los que s explora el placer y experimentael orgasmo. Pot ejemplo, en el relato de "El sueo delcaballo negro que le hace el amor" Arcadia tiene unaexperiencia de placer mientras hace el amor corl el enor-me caballo, convencida de que "con ningn hombre, hasentido tanta sensualidad como la que siente con el ca-l>allo" (El desencanto 37).

    El texto hace nfasis en la necesidad que siente lamujer de fingir placer. Esa necesidad se debe, por un7ado, al silencio al que se encuentra relegada respecto asu experiencia sexual; por otro, se debe a su temor deponet la masculinidad de su pareja en tela de juicio. Talcomo lo seala una de las jvenes que patticipa en unaconversacin sobre intimidades: "es vital para l y suvirilidad creer, que has tenido un orgasmo" (E/ desencan-t0 46).En este crculo vicioso se sugiere la posibilidadde que el hombre tambin finja: "frngen que re creenaunque en el fondo, saben la verdad, pero es preferiblefingir porque la verdad resultara algo penosa y genera-rla discusiones sin sentido" (El detencanto 46).

    Uno de los aspectos ms interesantes del texto es lnexploracin del concepto de sexo, de la posibilidncl rlcconcebir de maneras diferentes al acto sexual, l,intrcotras cosas, se explora la posibilidad dc crnce bir nl n"domasoquismo como medio para obtener y pntpore hrnnrplacer. En el relato titulado "El homl>rc de lns llofctatln"

  • 288 H.rttica del cinimo

    se describe a un amante ^tractivo

    con el que Arcadia seinvolucra a pesar de tener una telacin estable corl otrohombte, con el que vive. El hombre de las bofetadasquiere pegatle a Arcadia, pues "sa es la manera en quea l Ie gusta el sexo" (El desencanto 78)' Despus de unosmomentos de duda, Atcadia

    ^cePt^, por Io que:

    [e]l hombre se alegra mucho' La peneut eufrico, 1edice que no teflga miedo, se mueve dentro de ella y lehabla mucho, le dice que se siente tan feliz de estar conella y que 1o comprenda tanto. Y de ptonto l se retira unpoco, se yergue y le suelta la primera bofetada con la manoizquietda sobre su me)illa derecha (El desencanto 78).

    Parte de \a critica que se ha hecho al sadomasoquis-mo est relacionada con los juegos del poder que sterepresenta, con el claro establecimiento de un papelactivo y un papel pasivo para cada uno de los dos indi-viduos que participan en el acto sexual. Sin embargo, elsadomasoquismo tambin abre la posibilidad para cues-tionar la asignacin permanente de esos papeles a losindividuos que particiPan en una relacin sexual ya queles permite alternar e intercambiar los roles. A pesar deque podda funcionar como un iuego -hasta cierto pun-to seguro- en el cual explotar y compartit el lado oscu-to del individuo, sus deseos secretos y sus pasiones mssrdidas, el sadomasoquismo tambin podta tener laclata funcin de teproducir en la intimidad la violenciacontra la mujer que ya existe en todos los mbitos de lasociedad. Desafortunadamente, el texto nos describe elplacer que experimenta Arcadia a partit de su participa-cin en esta telacin con el hombte de las bofetadas. Ensu caso, el placer no proviene de compartir un espacioseguro parula experimentacin sexual, sino de interna-lizarla idea de que el lugat de la mulet

    -incluso en elsexo- es subsirviente al lugar del hombre: "Los golpesno la excitan. Peto cuando toma conciencia de que el

    Ms all de los confines del cinismo... 289

    hombre siente un placer ilimitado con aquello, la muiertambin goza" (El desencdfltl 79). Nuevamente, la expe-riencia de placer de Arcadia ha quedado supeditada a lade su contraparte masculina.

    Otro concepto tgido en el espacio social que eItexto cuestiona es el de "mujef". Sucede en la sala deespera del consultorio de un dentista, como puede su-ceder en cualquier otro espacio social. La conversacinentre las pacientes que esperan su consulta mdica ex-cluye a Arcadia de la categoria'm:ujer', tal y como esdefinida por las mujeres que conversan. Ellas hablansobre una mujer que ha dado a luz por medio de unacestea:

    Slo cuando se paren los hijos por entre las piernas,entonces se es mujer de verdad. Pero en todo caso, esmucho ms mujer que las que no tienen hijos. Esas noson muieres. Siguen siendo nias, aunque ya hayan tenidohombre (E/ desencanto 9t).Esta convers acin revela la definicin de la catego-

    tia "mujef' que se construye en funcin de las normaspatriarcales que rigen el espacio social. Da indicios tam-bin de la fotma en que \a gran mayoa de muieres quehabitan este espacio ha interalizado dichas normas yha pasado a desempear el papel de la ms inflexiblevigilante de ese concepto pattiarcal de "mujer,,. Arcadia,que las escucha, "teme que le pregunten, teme tener quecontestar que flo, que ella no tieoe hijos, que no quieretenerlos" (El desencanto 9t).

    A pesar dela iqueza y variedad de sus bsquedas,el concepto de la relacin ideal que tiene Arcadia siguesiendo bastante tradicional. Acaso nunca abandonalaidea de encontrar un prncipe azul quela ame para siem-pre. Es pertutbador darse cuenta de que el nauadorexpresa tambin su posicin de acuetdo con la visi deArcadia:

  • 288 Ettica del cinimo

    se describe a un amante atnactivo con el que Arcadia seinvolucra a pesar de tenet una relacin estable con otrohombre, con el que vive. El hombre de las bofetadasquiere pegarle a Arcadia, pues "sa es la maneta en quea l le gusta el sexo" (E/ desencanto 78). Despus de unosmomentos de duda, Atcadta ace?ta, por lo que:

    [e]l hombre se alegra mucho. La penetra eufrico, Iedice que no tenga miedo, se mueve dentro de ella y iehabla mucho, le dice que se siente tan feltz de estar conella y que 1o comprenda tanto. Y de pronto l se retira unpoco, se yergue y 1e suelta la primera bofetada con la manoizquietda sobre su mejilla derecha (El desencanto 78).Parte de \a ctitica que se ha hecho al sadomasoquis-

    mo est rrJ:acionada con los )uegos del poder que sterepresenta, con el claro establecimiento de un papelactivo y un papel pasivo para cada uno de los dos indi-viduos que patticipan en el acto sexual. Sin embargo, elsadomasoquismo tambin abre la posibilidad para cues-tionar la asignacin permanente de esos papeles a losindividuos que participan en una telacin sexual ya queles permite alternar e intercambiar los roles. A pesar deque podra funcionar como un juego *hasta cietto pun-to seguro- en el cual explorar y compartir el lado oscu-ro del individuo, sus deseos secretos y sus pasiones msstdidas, el sadomasoquismo tambin podra tenet laclata funcin de reproducir en la intimidad la violenciacontra la mujet que ya existe en todos los mbitos de lasociedad. Desafortunadamente, el texto nos describe elplacer que experimenta Atcadiaaparr de su participa-cin en esta relacin con el hombte de 1as bofetadas. Ensu caso, el placer no proviene de compartir un espacioseguro parala experimentacin sexual, sino de interna-lizarla idea de que el lugat de la mujet

    -incluso en eisexo- es subsirviente alhtgar del hombre: "Los golpesno la excitan. Pero cuando toma conciencia de que ei

    Ms all de los confines del cinismo... 289

    hombre siente un placet ilimitado con aquello, la mujertambin goza" (E/ deencanla 79). Nuevamente, la expe_riencia de placer de Arcadia ha quedado supeditada a lade su contraparte masculina.

    Otro concepto rgido en el espacio social que eltexto cuestiona es el de "mujer,,. Sucede en la sala deespera del consuitotio de un dentista, como puede su_ceder en cualquier otro espacio social. La conversacinentfe las pacientes que esperan su consulta mdica ex_cluye a Arcadia de la categota,muiet,, tal y como esdefinida por las mujeres que conversan. Ellas hablansobre una mujer que ha dado aluz pot medio de unacesrea:

    Slo cuando se paren los hijos por entre las pietnas,entonces se es mujer de verdad. pero en todo caso, esmucho ms mujer que las que no tienen hijos. Esas noson mujeres. Siguen siendo nias, aunque ya hayan tenidohombre (El de*ncanto 9r).Esta convetsacin revela la definicin de la catego_

    ta "mujer" que se construye en funcin de las normaspatriarcales que rigen el espacio social. Da indicios tam_bin de la forma en que la gran mayota de mujeres

  • 290 fl.ttica de/ cinismo

    Suea Arcadia, como todas ias ni,as / muchachas /mujeres / viudas y ancianas que conozco, con la llegadade un famoso personaie, conocido en el mundo de lazoociedad tomntica como "El Prncipe Az,i" (El desen-canto zt-).

    Como tesultado, la experimentzcin de Arcadia noes ms que una forma activa del papel tradicional de lamujer que espera Por su "prncipe azul'. Esto se confir-ma cuando, al enconttar a Sean, su antiguo amante, yreanudar sus encueritros sexuales con 1, Arcadia "asumeuna expresin de tristezz. Aquel hombte es un muierie-go y donde quieta que se encuefltre, tendr muieres enabuodancia a su disposicin. Al igual que la tuvo a 11a,esa tarde" (E/ desencanto 98). De igual manera, sealarespecto a L., "el hombre que beba ginebra por lasmaanas", que "por su condicin de hombre casado, lonico que puede caber con l es una relacin meramen-te sexual que, tarde o temprano, se

    ^gotat. Por lo tanto,

    es algo muetto de antemano, algo que no tiene perspec-tivas de nada" (El desencanto 1ol). A partir de este mo-mento, el obietivo que se habia ttazado Atcadia sevuelve imposible de lograr. Atcadia nunca va a poderencontfaf amor, ni placer, expetimentando de \a formacomo Io ha hecho a 1o largo de su vida porque Io queella est buscando es una relacin estable, permaneflte,mongama. Su propio progtamz- de experimentacin,por lo tanto, la ileva por ei camino contrario a sus obie-tivos ya que la lleva a buscat placet con gente que noquiere lo mismo que ella anhela. Por eso a Arczta tam'bin le molesta saber "que 1o nico que desea L. de el1aes teneda sexualmente. Sin sentimientos, sin compro-misos, sin pactos de ningn tipo" (El desencanto ro4). Enel fondo, Arcadia tambin ha intern lizado el conceptoidealizado pot la sociedad de lo que debe ser una relacinde pareja: permanente, mongama, exclusiva, hetero-

    Ms all de los confines del cinismo... 29a

    sexual, y esta visin contrasta con sus acciones tan pocottadicionales.

    De no ser por sus propios comentarios -que sugie-

    ren que uno de los obstculos entre la protagonista y elplacer es su ptopio imaginario- podra decirse hay indi-cios de libertad en su marlera de vida. Acaso el indicioms significativo de esro sea su rompimienro con laideade que la mujer debe involucrarse en relaciones amoro-sas con un slo hombre, de ser posible, a Io largo detoda su vida. A pesar de que la protagonista busca unatsJacin exclusiva y mongama, al no encontrarse satis-fecha con un amaflte, siempre est dispuesta alanzarceen busca de nuevas posibilidades, de un nuevo encuen-tto, de un nuevo amaflte. Si encuentra el amante ideal ono, no es tan significativo como la forma err que susactos ponen en tela de juicio la idea de la monogamiacomo la nica situacin apropiadapara vivit una relacinamorosa. Esto es positivo en la medida en que le petmi-te una salida de las relaciones que no le proporcionanplacer envez de resignarse a permanecer en una de ellsfingiendo placer: "Buscamos a alguien que nunca encon-tramos. Buscamos algo que necesitamos con muchaurgencia. Buscamos el amor. Y nunca petdemos la con-fi.anza en que vamos a enconttado. Y la nica manera deencontrar el amor es probando, buscando" (El dercncan-to n4).

    Al final del texto, en el apartado titulado "Despojos,,,Arcadia "tiene 35 aos y est sola. Despus de tantoshombres, despus de tanto tiempo" (El desencanto l.99).Tiene tambin ia conciencia de no haber enconttado elamor ideal, tal como ella lo habla concebido desde siem-pte: "el amor cuesta, ... el amor es algo excitante, vibran-te. Y...es paru todalavida" (E/ desencanto r4z).Por ottapafie, tal parece que para Arcadia, la posicin que ocu-paba como obieto del placer y \a mhada masculina eraimportante. Es por esarazn que recuerda con nostalgia

  • 292 Esttica del cinisrno

    la poca en que "pareca que todos, absolutamente todoslos que conocla, queran tener algo con ella" (El desen'canlo r99). Ahota se siente desplazada, pues seala quelos hombres que la todean "ptefieren a las muy ivenes,a las muchachas de t-g,20 aos" (El desencanto a9. 4pesar de ser un final negativo parala protagonista, pue-de ser leldo como un final positivo en trminos de susealamiento de la necesidad de que la mu)er deie deocupar de manera exclusiva el papel de objeto del deseomasculino y de que se desligue de ese rgido cooceptodel amor que impone la sociedad sobre el individuo, yque acaso lo marca, desde el inicio del camino, con laimpronta del ftacaso que le guarda como destino. Desdeeste punto de vista, la protagonista difcilmente hubierapodido escapar del desencanto que la abarca toda; acasoese desencanto es ptoducto de su propio ptoceso intetior,un proceso que se puede atisbat

    ^pattir de su definicindel amor:Amor, Io que se llama "El Amor", pienso que slo

    ocurre una .ez enla vida. Pienso que la promiscuidad delos seres humanos se debe a esa bsqueda, que no todosqueremos admitir a nivel racoal ni consciente. Peroestamos buscando algo que nos hace muchlsima falta.Buscamos al socio, la corttrlpatte' el compaero. Busca-mos 1o que complemente todas fluestras necesidadesafectivas, Ias que cargamos desde que somos nios. Todo1o que nos negaron desde nuestra infancia, todo lo quenos torcieron los adultos y la zoociedad en el camino delcrecimiento. Buscamos compensar todo ello con el mitodel amor (El desencanto a42-$).

    La necesidad de liberar el concepto del amor de esagldez,la necesidad de idear fluevas maneras de conce-bir el amor es evidente si es que el individuo quiere es-capar ese destino fatal que, de no ser as, segutamentele est esperando a la vuelta del camino.

    Ms all de los confines del cinismo... 293

    Otro ejemplo de la imposibilidad de experimen tar placerse encuefltra en el cuento largo "Ningn lugar sagrado,,,publicado en el volumen bajo el mismo ttulo por Ro-drigo Rey Rosa. El relato est escrito en forma de unmonlogo del protagonista, un inmigrante guatemalteco,frente a su siquiatra en Nueva York. El relato en s, esdecir, la escritura del monlogo, da testimonio del re-sultado positivo del tratamiento psiquitrico que recibeel protagonist^,y^ que cuando ste solicita la ayuda dela doctora al inicio del relato, se quejaba de tener difi-cultad al escribir. En esa oportunidad, le dice: ,,No, flosoy poeta, soy cineasta. Escribo guiones. Bueno, eso esparte del problema. Ya no quiero escribir, peto no squ hacer envez" ("Ningn" 67).

    Lo ms significativo del relato es que presenta lasituacin de inseguridad y de riesgo en que viven la granmayotla de centroamericanos, incluso aquellos que seencuentran exiliados fuera del territorio centroamerica-no. Se trata de una situacin extrema para cualquiera queviva ajeno alarcalidad centroamericana, pero para nues-tfo protagonista y sus compatriotas, se tfata de l norma.La vida polltica de Centroamrica es parte de la vidacotidiana de estos centromericanos, incluso en el exilio.La siquiatra, por el contrario, no comparte las experien-cias de estos exiliados, por lo que le pregunta de mane-ra insistente a nuestro narador si la persecucin de laque tanto l como su hermana son vlctimas le hacesentir miedo, si le preocupa el hecho de que los amigosde su hermana estn involucrados efl asuntos de pollti-ca. Al hblar sobre los amigos de su hermana en NuevaYork, el protagonista le dice a la siquiatra:

    Claro que es posible que esrn metidos en poltica.Poltica norteamericana? No 1o creo, pero puedo pre-guntar. Que cmo me siento acerca de eso? Cda cualdebe hacer 1o que cree que deba hacer. En eso apoyo a

  • 294 Esttica del cinisno

    mi hermana, ya se 1o dife. Ya s que es peligroso, pero esuna raz n v lia p ara exis tir. Miedo? Estamo s aco s tum-btados al miedo. Normal, talvez no. Adictos? Ciaro queno me gusta sentir miedo. Pero hay cosas... ("Ningn"8o).

    Es el protagonista quien sobtesale entre los centro-americanos que aparecen en el relato, y esto se debeprecisamente a su posicin al margen, a st f.alta de par-ticipacin activa en la poltica centroamericana. Eiprotagonista es consciente de ello y este hecho es unade las fuentes del sentimiento de culpa que 1o acongoia:"Es que me siento un poco culpable, ya se lo he dicho.Talvezlallegada de mi hermanameha hecho recotdar-lo. Potque ella s ha hecho, o ha intentado hacer algo,mientras que yo slo me vne pata ac. Le di la espaldaa todo eso" ("Ningin" 75).Ms adelante, cuando suhermanay el grupo de resistencia pasiva al que ella per-tenece comienzan a ser perseguidos, el protagonistaconsidera Ia posibilidad de participat de manera msactiva en la lucha de sus compatriotas: "Le dife [a mihermana] que tal vez tenla raz6n. Tal vez yo tambindebla hacer algo. Claro,me diio, usted podda hacet algo.Le dije que escribir un guin acercz- de todo aquelloseda intil. No lo sabt hasta no intentarlo, replic. Mequed pensando" ("Ningn" 85).

    La persecucin contina y esa noche un individuoefifta al apartamento en el que vive nuestro natrador yen el que ahora tambin se encuentra su hermana. Sinembatgo, el tipo se queda atrapado en un armario y elprotagonista logra

    ^ft^Parlo all:

    Le pegu con el martillo etla cabeza. No haba otrolugat. En la frente. Son muy feo. Le qued como unhoyo. Pero no se desmay. Sigui tratando de salirse.Gema. Le di otro, est^Yez creo que en la sien' y ah s sequed quieto. Saqu tn brzzo y le di un empuin para

    Ms all de los confines del cinismo... 295

    que cayera dentro y despus ce:-.tIarejayla asegur conun par de marillazos ("Ningn" 87).

    A pesar de esta experiencia, y de Ia certez^ de queest siendo perseguido por las calles de Nueva Yotk, elprotagonista permanece relativamente calmado. Esprecavido, por lo que le pide attorizacin a 7a siqaiatrapara quedarse un rato en la sala de espera de su consul-torio. Pero ella, movida por un inters mucho ms per-sonal que profesional, le da las llaves de su apartamento,que est en ese mismo edificio. Hl narcadot comenra:"Supongo que [...] o harla aTgo as1, no podra, quierodecir, si se ftatara de cualquier paciente. No? De veras?Mehalaga mucho, doctora. Es usted un ngel, realmen-te. Pierda cuidado. Nos vemos dentro de unas horas"("Ningn" 89).Para cuando la siquiatra 1o alcanza en suapartafnento, el pfotagonista comenta: "Pof supuestoque estoy preocupado. Pero no es a m a quien buscanrealmente. Ya se cansarn. Supongo que vigilarn miapafiameflto un paf de das. No creo que sean tafi pa-cientes. Ya 1o veremos. Pero desde luego, tengo quecuidarme" ("Ningn" 9o-9a).

    Esas horas que el narrador pasa a solas en casa dela siquiatra tesultan claves, pues es entonces que esteindividuo que se queiaba de su imposibilidad para escri-bit escribe el monlogo que conforma el relato. Larestauracin de su condicin de escritor es particular-mente importante paru Ia doctora, quien quiere ponerpunto final a su relacin profesional para dar inicio auna relacin de tipo petsonal cofl su paciente. Ante lasugerencia de la siquiatra, nuestro narrador seala: "Qu?De veras 1o cree? S, despus de todo sa era mi que)a,que no quera escribir. Y mire esto. Graforragta, s7"("Ningn" 9o). Es asl que los problemas del protago-nista mencionados durante sus conversaciones con lasiquiatra y que daban indicios de trastornos muchr> ms

  • zg6 Esttica del cinismo

    graves que la dificultad al escribir, quedan descartados.La noche avanza. Nuestro narrador y la doctora, quienle ha pedido que deje de llamatla doctora y que la tutee,disfrutan de la cena, aprovechan la ausencia del noviode la doctora par^ bailar boleros y tangos, pata soarcon la posibilidad de viajar iuntos y terminan en la re-cmara oscura de la doctora, donde el narrador la en-cuentra desnuda sobre la cama. Su monlogo contina,asignndonos el papel de obsetvadores furtivos de suencuentfo sexual:

    Ummm. Qu lengua ms rica. S. Por donde quieras.No, ningn lugar sagrado,.. Ya quieres? S, ms que listo.Asl? Hazte ufl poco para ac, que nos vamos a caer. Tcrees? Ms? Qu fue eso? Agua? Un chorro de agua.Qu has hecho. Yo? Increble. Puedo seguir? Ahh. Qudelicia. Ya. Uf. Muerto, s. Da miedo, no te parece, tantafelicidad (92).

    La percepcin que tiene el protagonista de la vio-lencia cotidiana y la vida al margen de la seguridadpersonal como la notma natural permanece en vigenciae incluso se confirma al {tnzl del relato cuando eI narta-dor logra por fin identificar aquello que verdaderamen-te le hace sentit miedo. No es ia violencia de la que haestado rodeado toda su vida la que le produce miedo,sino este fugaz momento de felicidad, iunto a la quentes fue su siquiatra, el que verdaderamente le hacesentir miedo e incluso comentado de manera esp ontne .

    La filosofa de Spinoza sobre la fotma en que elindividuo puede posicionarse ms all de la normatividadsocial e incursionar en el mbito de la pasin p^r^ exPe-rimentarla alegria tiene televancia aqu. En sus escritoscuestionaba las ataduras de tipo contractual, ya sea ver-bales o escritas, que limitaban al individuo con base enla construccin legal del derecho en la emergente socie-dad moderna de su poca. En vez de creer en los detechos

    Ms all de los confines del cinismo... 297

    que le son asignados a los individuos con base en la ley,Ios cuales son tambin derechos que le pueden ser qui-tados al individuo por medio de un proceso igualmentelegal, Spinoza creia en el derecho narural del individuo,el cual no est basado en el concepto del contrato, sinoen el deseo del individuo. Por consiguiente, este derechonatural no es ransferible ni reducible. Pata Spinoza