Corporaciones Económicas
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2.3 Corporación
2.3.1 Definición de término.
Para seguir con parte del análisis de la evolución de las organizaciones
económicas dentro de nuestra sociedad contemporánea es importante primero
conocer y definir lo que significa finalmente una corporación ya que esta misma es
la tercera parte de la “cadena evolutiva” que han tenido las organizaciones
económicas a lo largo de la historia, tocando también en esta parte conceptos
claves que están ligados a las corporaciones como la misma sociología de las
organizaciones y la globalización.
Una Corporación, también denomina Sociedad Corporativa, es una persona
jurídica, obviamente diferente de la persona física, es decir, es un sujeto que
ostenta tanto derechos como obligaciones pero que no existe físicamente y que es
creada entonces por una o más personas físicas para cumplir un papel
determinado, la cual a menudo posee derechos amparados por la ley, muy
similares a los de una persona natural. Un ayuntamiento, una universidad, una
iglesia, una ONG, una empresa, un gremio, un sindicato y cualquier otro tipo de
persona colectiva pueden ser una corporación. En la actualidad y como
consecuencia del contagio y uso indiscriminado de algunas palabras en inglés en
otros idiomas, como por ejemplo corporation, muchísimas personas utilizan la
palabra corporación para referirse a una entidad comercial establecida de acuerdo
al marco legal.
Una corporación, o de acuerdo a otros ordenamientos jurídicos, una compañía, es
una persona jurídica y artificial, con o sin socios accionistas, que puede estar
compuesta por personas, coaliciones de empresas, otras corporaciones u otras
personas jurídicas. En tanto, del tipo que sea la misma, una corporación siempre
comprenderá a un colectivo de individuos con diferentes estados legales y con
privilegios especiales no concedidos a negocios unipersonales u otros grupos de
individuos. Y generalmente, la ley del estado en el cual la misma se creó,
desarrolla y opera será la que la que regirá sus pasos.
Asimismo, el término corporación se emplea para referirse a aquella asociación u
organismo oficial, casi siempre público pero independiente de la administración
estatal, el cual observa y desempeña fines de utilidad pública. Por ejemplo, las
cámaras de comercio resultan ser un ejemplo de corporaciones en este sentido,
porque serán aquellas que se ocuparán especialmente de asistir a sus miembros
en cuanto al quehacer que desarrollan. También la palabra corporación se utiliza
para dar cuenta de la asociación que agrupa a personas que realizan la misma
profesión, por ejemplo los abogados. Además y en este sentido del término, suele
ser muy común que a la misma se le dé una connotación negativa, ya que muchas
veces ante acontecimientos en los cuales una profesión resulta ser perjudicada
por algo, por ejemplo, porque se ataca a un miembro por determinado accionar
que haya tenido y entonces, sus pares, alzan la voz para defenderlo, se habla
generalmente de una acción corporativa.
Una vez definido el concepto de corporación debemos detallar como es que está
clase de organización económica es conocida en realidad, conocemos entonces
con el nombre de corporación al “cuerpo” que conforman el conjunto de personas
que se reúnen integrando una sola personalidad jurídica, con un fin que en general
responde a un interés público o general, diferenciándose así en sentido estricto de
otras asociaciones. El reconocimiento de las personas jurídicas se remonta al
antiguo Derecho Romano, que no efectuó una clasificación de las mismas.
Savigny consideró a las corporaciones como personas jurídicas de existencia
artificial, a diferencia de las que poseen existencia natural, como ocurre con el
Estado o los municipios. En la Antigua Roma para que existiera una corporación
se requería que en sus inicios estuviera integrada al menos por tres personas,
para poder resolver por mayoría de votos. Además se necesitaba contar con un fin
lícito, un patrimonio propio diferenciado de sus integrantes, un estatuto que las
rigiera, un representante, y autorización estatal para funcionar, esto último a partir
del emperador Augusto. A diferencia de las corporaciones, las fundaciones no son
conjuntos de personas que cumplen un fin con un patrimonio, sino que son
patrimonios con un fin específico. Actualmente muchas veces se habla de
corporaciones sin distinguirlas de otras entidades con o sin fines de lucro.
2.3.2 Significado epistemológico.
Es pertinente también hacer el análisis etimológico de la palabra, corporación,
derivada del latín “Corpus” haciendo referencia a “Cuerpo” no indica que se trata
de un conjunto de personas y elementos esencialmente legales y sistemáticos los
cuales disponen fuerzas y sentidos de la administración para fundar cierta
institución.
La etimología de la palabra nos revela que una corporación es un establecimiento
el cual adquiere una figura de persona jurídica, a partir de ahí, las funciones que
realice esta en torno a sus funciones son independientes del resto de las
legalidades de demás corporaciones. Las corporaciones por lo general son
empresas destinadas a cubrir un rubro en específico, la caracterización de una
corporación es de carácter fuerte y sostenible, lo que les permite ser más una
representación icónica que un explotador de bienes.
Las corporaciones están limitadas en muchas características esenciales, la
primera de ellas: Están atadas a una junta directiva, como órgano rector, es de ahí
de donde emanan todas las órdenes para que las empresas que conforman la
corporación cumplan sus funciones como deben ser. Son Sociedades de renta
limitada, en el caso de un quiebre o cese de sus funciones por fuga o falta de
capital, los inversionistas perderán solo lo que invirtieron, sumando así, deudas a
un capital muerto sin fondo.
Los trabajadores de la corporación se convierten automáticamente en una
población flotante, ya que sin las divisas correspondientes el funcionamiento se
detiene. Las acciones de una corporación puedes ser transferibles, vendidas y
divisibles en partes equitativas, en muchas ocasiones ofrecidas al público en
general en una subasta o venta de bonos al portador. Personalidad jurídica, frente
al estado, suponen una empresa más con los mismos deberes y derechos fiscales
de los demás entes jurídicos.
2.3.3 Historia de la corporación.
En Europa medieval, se incorporaron las iglesias y los gobiernos, tales como el del
Papa y el de la ciudad de Londres. El objetivo de esto era que las corporaciones
duraran más tiempo que cualquiera de sus miembros, existiendo en perpetuidad.
La corporación comercial más antigua en el mundo hasta hoy conocida es la
comunidad minera en Falun, Sweden Stora Kopparberg. Algunas naciones han
autorizado a las corporaciones a conducir empresas coloniales, como
la Compañía Holandesa de las Indias Orientales o la compañía de la Bahía de
Hudson, corporaciones que han jugado papeles importantes en la historia del
corporativismo colonial.
Durante el tiempo de la expansión colonial en el siglo 17, los antecesores de las
corporaciones emergieron como “compañías autorizadas”. Actuando bajo una
autorización sancionada por el gobierno holandés, la Compañía Holandesa de las
Indias Orientales (VOC) derrotó a las fuerzas portuguesas y se establecieron en
las islas Molucas para así beneficiarse de la demanda europea de especias. Los
inversores de la VOC recibieron certificados en papel como prueba de propiedad
de las acciones, y fueron capaces de negociarlos en la original Bolsa de
Ámsterdam.
2.2.4 La corporación como empresa.
Las normas de las corporaciones comerciales equilibran los intereses de
la administración que gestiona la corporación, los acreedores, accionistas y
empleados que contribuyen con su trabajo. Una característica importante, aunque
no universal, de una corporación es la responsabilidad limitada que consiste en
que, en caso de que la corporación quiebre, los accionistas solo perderán
su inversión y los empleados sus trabajos, pero ninguno de ellos será responsable
por las deudas contraídas con los acreedores de la corporación.
Aunque el derecho de sociedades varía de acuerdo a cada jurisdicción, existen
cuatro características fundamentales de una corporación comercial.
- Personería jurídica
- Responsabilidad limitada
- Acciones transferibles
- Gestión centralizada bajo una estructura directiva.
2.2.5 La globalización.
Para entrar a tallar sobre las grandes corporaciones tenemos que hablar
obligatoriamente de este inmenso fenómeno que ha revolucionado a la sociedad
tal cual la conocíamos con anterioridad, entonces podríamos decir que, la
globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a escala
planetaria que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los
distintos países del mundo uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través
de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un
carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso
dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo
el capitalismo democrático o la democracia liberal, y que han abierto sus puertas a
la revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberalización
y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico
nacional, y en sus relaciones internacionales.
De acuerdo con Stiglitz (2002) quien define la globalización como “… la
integración más estrecha de los países y los pueblos del mundo, producida por la
enorme reducción de los costos de transporte y comunicación, y el
desmantelamiento de las barreras artificiales a los flujos de bienes, servicios,
capitales, conocimientos y (en menor grado) personas a través de las fronteras”.
Acorde con esta definición, es también conocido el proceso de creciente
interdependencia económica entre países, debido al aumento de flujo de bienes,
servicios, capitales, tecnología e información.
En los últimos años se ha dado un cambio en la forma de operar de las
corporaciones debido a la globalización. Opalin (1999) la define como motor de la
economía, uno de los lineamientos de la Organización Mundial del Comercio
(OMC) es la integración de los países a través de diversos esquemas como lo son;
las empresas, los productos, los servicios y los procesos productivos. Montufar
(2003) indica que la globalización actual es un fenómeno inicialmente económico
de asociación, cooperación y especialmente de apertura al comercio mundial
La globalización y su efecto en las economías de los países en vías de desarrollo,
en especial por el actuar de las empresas de las economías fuertes, es tema de
diversos estudios enfocados en la repercusión de esta apertura y su efecto en el
ámbito de los impuestos. Gropp, Kostial (2001) consideran que un resultado de
esta apertura es la movilidad de los capitales, lo que ha incrementado
oportunidades con un perjuicio potencial en la competencia de impuestos, sobre
todo en los países ávidos de atraer la inversión extranjera directa .Bettinger(2000)
considera además que no toman en cuenta la capacidad económica, política y
social de los países que participan en este esquema. Tanzi (2003) hace énfasis en
la necesidad de que los países efectúen reformas que implican elevados niveles
de gasto público y con ello la consecuente necesidad de aumentar los impuestos,
por las presiones para apoyar la pérdida de empleos o de capital debido al
impacto de la competencia extranjera.
Aun cuando se han promovido las bondades de la apertura comercial en los
estudios efectuados por los diversos organismos internacionales, también se
encuentran investigaciones sobre los perjuicios a corto o mediano plazo. Uno de
ellos es el de Tanzi (2001) en su estudio sobre la Globalización y la acción de las
termitas fiscales, en el cual considera la probabilidad de un efecto negativo
considerable en la capacidad de los países para obtener ingresos a través de su
sistema tributario, establece que si bien el porcentaje de carga tributaria para las
empresas se ha mantenido estable, no ha sido igual en las aportaciones a la
seguridad social las cuales han aumentado sustancialmente. Gurtner (2004)
coincide en este punto y expresa que países en todo el mundo se enfrentan cada
vez a más dificultades para recaudar los impuestos y financiar bienes y servicios
públicos (educación, infraestructura, servicios sanitarios).p> Es un hecho según
diversas investigaciones que los países en vías de desarrollo, ceden parte de su
soberanía fiscal al celebrar acuerdos comerciales o convenios tributarios que los
afectan o los limitan. Una empresa multinacional al incursionar en el extranjero
tiene ya, un estudio de identificación de oportunidad de negocio, además, del
conocimiento de las particularidades del sistema fiscal y como se pueden ver
afectadas sus operaciones.
Los efectos de este proceso son: la presencia de esas empresas en otros
mercados, sus consecuencias tributarias y la repercusión de este aspecto en sí,
en la Administración Pública de esos países. Los gobiernos se han visto obligados
a aplicar reglas fiscales que graven a las empresas multinacionales, creando
problemas complejos tanto para los gobiernos como para las empresas, dado que
las reglas sobre las operaciones comerciales deben ser aplicadas bajo un enfoque
internacional.
Byrne (1999) indica que la apertura de las economías en los países de América
Latina, las hizo susceptibles de los riesgos en el ámbito de la tributación
internacional al considerar que éstas operaciones realizadas en un contexto
nacional no representan mayor problema, ya que los precios determinados por
una empresa que lo considere gasto, para la otra empresa representarán un
ingreso, no afectando la recaudación global.
2.2.6 ¿Corporación Global?
En razón entonces del sentido del funcionamiento de una corporación y de la
nueva lógica mundial que es la globalización nace una nueva categoría
empresarial, que es “La corporación global”.
Los avances en la tecnología de la comunicación han hecho el mundo más
pequeño. En el siglo XXI, las empresas pasan a gestionar las campañas
mundiales por e-mail, teléfono, videoconferencias y aplicaciones de intercambio de
archivos. Una tendencia aumentó en la década de 1990 en el que las personas
jurídicas pueden viajar más allá de las fronteras de su país para reducir los costes
operativos. En el siglo XXI las corporaciones globales tienden a penetrar en
mercados extranjeros como una estrategia de inversión.
Una corporación global explora y aprovecha la construcción de una base de
clientes y una estrategia de inversión en todos los mercados posibles. Las
corporaciones globales aprovechan una red de entidades en estos mercados para
trabajar hacia la maximización de la rentabilidad. A finales de 1990, Panos
Mourdoukoutas correctamente predijo en su libro La Corporación Global, la
descolonización de Negocios Internacionales que las empresas matrices
aprendieron a tratar a cada mercado nacional, como parte de un mercado único e
integrado regional o global
Las corporaciones globales tienden a vender el producto mismo núcleo o servicio
en cada mercado en el que penetra. McDonald añade o elimina elementos de
menú por región, pero el servicio principal de la comida rápida, caliente es la
misma en todos los mercados. Levi vende los mismos pantalones vaqueros de
moda, cómodos todo el mundo. Entonces, los productos son hechos por una
unidad de gestión centralizada para todos los mercados. Julian Birkenshaw,
Profesor de la London Business School, en un artículo para Bloomberg
Businessweek argumentó “Lo que estamos viendo es el surgimiento de los
clientes globales que quieren un único punto de contacto en todo el mundo”.
Las empresas multinacionales de la década de 1990 contrataron trabajadores en
el extranjero para reducir el costo de mano de obra para producir bienes que se
venden en el mercado interno de la compañía. Otra situación para resaltar es que,
por ejemplo, Corporate Finance Global, dijo Suk Kim H. y Seung Hee Kim son
empresas de propiedad extranjera que operan en los países más desarrollados del
mundo, son generalmente más productivas y pagan a sus trabajadores mucho
más que las empresas de propiedad local.
En el libro, Distribución: Planificación y Control David Frederick Ross escribe
cosas reales como las estructuras de distribución globales que están tan
estrechamente entrelazados con los componentes sociales de un país, las
condiciones culturales, económicos, tecnológicos y políticos que un método de
distribución no es suficiente para atender todo el mercado. Las empresas han
aprendido a adaptarse a las diferencias culturales, los diferentes órganos de
gobierno, y las diferentes formas de personas que viven en todo el mundo con el
fin de maximizar el impacto de su negocio y gestionar a través firmemente redes.
En Distribución: Planificación y Control Ross explica que, Algunas de las
preocupaciones son, la devaluación de la moneda, la inestabilidad política, los
mercados y la disminución de nacionalización, entonces el éxito de las
corporaciones se encuentra situado en su capacidad para responder a los
problemas que pudieran surgir en múltiples mercados, al mismo tiempo, depende
de lo bien que han organizado sus redes locales.
Los críticos se oponen al crecimiento de las corporaciones globales. Stephen J.
Kobrin, la Universidad de Pennsylvania, dice que el poder financiero de las
corporaciones globales tiene amenaza con impugnar el poder de los gobiernos
regionales.
En los últimos cien años, mientras ha ido avanzando el capitalismo global y los
Estados-nación han venido cediendo parte de su soberanía en cuanto a las
decisiones socioeconómicas, las grandes corporaciones han logrado ir
consolidando y ampliando su creciente dominio sobre la vida en el planeta.
Y es que aunque, en realidad, los antecedentes de lo que hoy son las grandes
corporaciones pueden situarse varios siglos atrás –se habla de la existencia de
empresas de este tipo ya a finales de la Edad Media, con los ejemplos de la Banca
de los Médici o la Compañía de Indias–, no es hasta finales del siglo XIX y
principios del XX, cuando compañías estadounidenses como General Electric,
United Fruit, Ford y Kodak comienzan a extender sus negocios fuera de su país de
origen, en que las grandes corporaciones empiezan a adquirir un papel de
extraordinaria relevancia en el concierto internacional. Y eso se potencia,
especialmente, en las tres últimas décadas del siglo pasado y en lo que va de
este, ya que el avance de los procesos de globalización económica y la expansión
a escala planetaria global de las políticas neoliberales han servido para construir
un entramado político, económico, jurídico y cultural, a nivel global, del que las
empresas transnacionales han resultado ser las principales beneficiarias.
Es evidente el poder que, en términos económicos, tienen las corporaciones
transnacionales. Basta comprobar, por ejemplo, cómo la mayor empresa del
mundo, Wal-Mart, maneja un volumen anual de ventas que supera la suma del
Producto Interior Bruto de Colombia y Ecuador, mientras la petrolera Shell tiene
unos ingresos superiores al PIB de los Emiratos Árabes Unidos. Asimismo, las
corporaciones globales disponen de un innegable poder político: son moneda de
uso corriente las estrechas relaciones entre gobernantes y empresarios, no hay
más que ver cómo, por citar solo algunos casos, los expresidentes González,
Aznar, Blair y Schröder han entrado en el directorio de corporaciones como Gas
Natural Fenosa, Endesa, JP Morgan Chase y Gazprom, respectivamente; de la
misma manera que, en sentido contrario, Mario Draghi y Mario Monti pasaron de
Goldman Sachs a las presidencias del Banco Central Europeo y del gobierno
italiano.
Igualmente, las corporaciones globales poseen una extraordinaria influencia sobre
la sociedad tanto en el terreno cultural –las grandes compañías emplean la
publicidad y las técnicas de marketing para consolidar su gran poder de
comunicación y persuasión en la sociedad de consumo– como en el plano jurídico:
los contratos y las inversiones de las multinacionales se protegen mediante una
tupida red de convenios, tratados y acuerdos que conforman un nuevo Derecho
Corporativo Global, la llamada lex mercatoria, con el que las grandes
corporaciones ven cómo se protegen sus derechos a la vez que no existen
contrapesos suficientes ni mecanismos reales para el control de sus impactos
sociales, laborales, culturales y ambientales.
Todo este poder que han acumulado las grandes coporaciones se ha venido
acrecentando, de forma acelerada, desde los años setenta hasta hoy. Esto es,
desde que con la aplicación de las medidas económicas promovidas por Milton
Friedman y la Escuela de Chicago, el neoliberalismo fue imponiendo su ideología
por todo el globo aprovechando los golpes militares, las guerras, las catástrofes
naturales y las sucesivas crisis económicas para introducir drásticas reformas sin
apenas oposición popular en el marco de “la doctrina del shock”. En los últimos
cuatro años, desde que estalló el crash financiero global, y siguiendo la máxima de
“privatizar las ganancias y socializar las pérdidas”, las instituciones que nos
gobiernan están aplicando en Europa las mismas políticas que se llevaron a cabo
en los países periféricos en las décadas de los 80 y 90: reformas laborales que
recortan derechos laborales básicos, modificación del sistema de jubilaciones para
favorecer los planes de pensiones privados, aumento de los impuestos indirectos y
de la fiscalidad sobre las rentas del trabajo, reducción de la tributación de
empresas y grandes fortunas, mercantilización de los servicios públicos que
todavía quedan por privatizar, eliminación de la inversión pública en educación,
sanidad, cooperación, dependencia, etcétera.
De este modo, mientras se inyectan presupuestos públicos millonarios a las
mismas empresas que durante todos estos años se han beneficiado de la falta de
regulación del sistema económico y financiero, la crisis es la excusa para avanzar
con más fuerza en el desmantelamiento del Estado del Bienestar, la privatización
de los bienes comunes y la apertura de puertas al capital transnacional para que
pueda controlar más y más cuestiones que tienen que ver con los derechos
fundamentales de la ciudadanía.
Las corporaciones globales controlan los sectores estratégicos de la economía
mundial: la energía, las finanzas, las telecomunicaciones, la salud, la agricultura,
las infraestructuras, el agua, los medios de comunicación, las industrias del
armamento y de la alimentación. Y la crisis capitalista no ha hecho sino reforzar el
papel económico y la capacidad de influencia política de las grandes
corporaciones, que tan pronto hacen negocio con los recursos naturales, los
servicios públicos y la especulación inmobiliaria, como con los mercados de
futuros de energía y alimentos, las patentes sobre la vida o el acaparamiento de
tierras. Asistimos a una crisis sistémica que no es solo económica, sino también
ecológica, social y de cuidados, que está produciendo estragos en las condiciones
de vida de la mayoría de la población mundial.
En este complejo contexto, resulta imprescindible continuar con la investigación, el
análisis, la denuncia y la movilización en contra de los abusos que cometen las
empresas transnacionales en su expansión por todo el globo. Porque, lejos de
debilitarse con la actual crisis económica y financiera, el hecho es que las grandes
corporaciones continúan fortaleciendo su poder e influencia en nuestras
sociedades gracias a sus renovadas estrategias corporativas y a la constante
aplicación de nuevos modelos de negocio. Por eso, a la vez que se profundizan
las desigualdades y las mayorías sociales ven cómo sus derechos quedan
relegados frente a la protección de los intereses comerciales y los contratos de las
compañías multinacionales, se hace más necesario que nunca fortalecer las
luchas y resistencias en contra de las empresas transnacionales. A la vez, ha de
avanzarse en la reflexión y la construcción de alternativas socioeconómicas que
nos permitan mirar más allá del capitalismo, abriendo ventanas hacia esos otros
modelos posibles, otras realidades que no pasen por situar a las grandes
corporaciones en el centro de la actividad de la sociedad sino que, justamente al
contrario, las desplacen a un lado para colocar en su lugar a las personas y a los
procesos que hacen posible la vida en nuestro planeta.
Finalmente queda el poder en pocas manos, en el año 2010, había 80.000
empresas transnacionales en todo el mundo, que controlaban 810.000 compañías
filiales. Eso sí, a pesar de que existen miles de transnacionales en el mercado
global, apenas unos cientos de ellas controlan a las demás: 737 multinacionales
monopolizan el valor accionarial del 80% de total de las grandes compañías del
mundo, y solo 147 controlan el 40% de todas ellas.
2.2.7 La corporación dentro de la sociología de las organizaciones.
Como bien sabemos actualmente, las organizaciones existen en cualquier lugar a
donde vayamos, es un elemento fundamental dentro de nuestro sistema social y
cultural actual. Diariamente manejamos una vida social llena de elementos
complejos, entonces como consecuencia el individuo tiene la misión de asociarse.
Como lo mencionamos anteriormente, la expansión de las organizaciones
económicas empezando por la fábrica, la empresa y terminando en la corporación,
esta evolución sistemática de las organizaciones económicas han sido
responsables de la absorción de la sociedad por las organizaciones desde el siglo
XIX.
Entonces, tal cual lo mencionamos, la globalización y la sociedad de la
información abrieron camino a lo que conocemos como la sociedad de
organizaciones, y la sociología centra su atención en estas organizaciones
mediante el entendimiento de los procesos sociales internos con la intención de
llegar a un grado mayor de comprensión de su sistema organizacional. No es de
importancia primaria para la sociología dar soluciones a los problemas
directamente económicos o productivos dentro de una organización, pero
lógicamente este último si puede mejorar mediante el entendimiento global de los
procesos sociales que se da al interior de una organización.
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corporacion.html
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%20una%20corporaci%C3%B3n%20global%20/
- http://html.rincondelvago.com/adaptacion-de-las-empresas-a-la-
globalizacion.html
- http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/publicaciones/administracion/
v02_n3/desafios01.htm#*
- Artículo del diario “Diagonal Periodico” de Pedro Ramiro, Erika González y Juan
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- http://ssociologos.com/2013/11/28/el-poder-de-las-empresas-
transnacionales-la-globalizacion-ha-creado-un-contexto-de-impunidad/
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México y la Evasión en el impuesto sobre la renta. Universidad
Autónoma de San Luis Potosí