Corcuff, P. Las nuevas sociologías

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Materiales / C iencias Sociales El libr o uni versitari o , ~ ! " , " , , I I Philippe Corcuff Las nuevas socioLogias Construcciones de la realidad social Versión de Belén Urrutia Alianza Editorial B i B LI OT E C A MC;O NA L

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Materiales / Ciencias Sociales

El libro universitario

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II

Philippe Corcuff

Las nuevas socioLogiasConstrucciones de la realidad social

Versión de Belén Urrutia

Alianza Editorial

BiBLIOTECA MC;ONAL

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Titulo c rrgmal :Les flollvelfes so cio togtes , La rea lite soc iat e en cons truc tíon pub licad o po r

Editions NATHAN. París

Introducción

Índice

9

Resen-ad<» ~ ~ derec hos. El cor aenido de:esta ~ I . i prolegl<o por la Ley. que establece penas de pll sión y10 mu ltas. adefn.Ud e las cOfTespo ndie nles indemnizac iones por dañosy pc!Juiclos. papl quienes repr odujeren. plagiaren. drsrnbuyeren o comunicare n pubhcamenle.en lodo o en parte. una obra luerena , art ística o científica. o su rransfon nación. mterprctacióuo ejecución a rt isnc a fijada en cualq uier npc de: soporte: o comunicada a través de: cualq uiermed io. sin l a precepuva auton zactón.

1:1 1995 by Eduicns H A . ~ Par15e De la traducc ión: Belén Urrunae Ed. cast.: Alianza Editorial. S_A,. Madrid, 1998Calle Juan Ignacio Lucadc Tena. 15; 28027 Madrid; tel éf 91 393 88 88

ISBN: 84-206-5729-8Depósi to legal: M, 35.934';1998

Impreso en Femández Ciudad, S. L. Catalina S ~ 19. 28007 Madrid

Pnnted in Spain

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¡

\ . Algunas oposiciones clásicas de las ciencias soci ales . ._.. .. ._

1. La herencia de la filosofia_._

_..•. ..1.1 Idealismo y materiali smo __..•. . .1.2 Sujeto y objeto .. _. .•. . . . .. . _ .

2. El principio de la soc iología: lo cole ctivo y lo individual .2. 1 La valorización de lo colectivo en Éml le Durkheim .

17 2.2 El individua lismo me todológico - .3. Hacia una problemática ccnstructivista .

2. Es tructuras soc iales en las interacc iones _ .

1. Un pionero muy actual: No rbert Elias .I .l Las ciencias sociales: entre el compromiso y el distan-

ciamiento _1.2 Superar la oposición entre individuos y sociedad .1.3 Formas de in terdepend encia. márgenes de libe rtad y

estructuras de la personalidad : .1A Interdependencia o interacción _ .1.5 La historicidad y las trampas evo lucion istas .

2. El constructivisrnc esrrucruralista de Pierre Bourdieu .2. 1 Un consrructivismc estructu ralista _2.2 Dos noc iones clave : hab ítus y campo __ .

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l as n ue va s soc iot ogi as

2.3 La dimensión simbó lica del orden social .2.4 Una soc iología de la acc ión: la lógi ca de la práctica

2.5 Una sociología reflex iva .2.6 El peso de term inante de las estructuras obje tivas .

3. Desar roll os crí ticos de l constructivismo cs tructura lista

3. 1 Estructuras de dominac ión y prá ticas populares: las cues

tiones de Claude Grignon y Jea n-Claude Passeron3.2 La plas ticidad de las es tructu ras: la soc io logia de las

crisis políticas de Michel Dobry .4. La teoría de la estructuración de Anthony Giddens .

4.1 La dualidad estructura l ..

4.2 La compe tenc ia de los actores : conc iencia p rácticay conciencia discursiva ..

4 .3 Las consecuencias no intencionales de la acc ión

4.4 Critica del evo lucionismo .4 .5 Sis tema , integrac ión social e integración sistémica o lo

micro reabsorbid o po r lo macro ..

3. Interacciones en las estructuras soc iales ..

l . La construcción social de la realidad de Petcr Berge r y Tho-

mas Lucktnann .1. 1 Un const ructivismo fenomeno lógico: la apo rtación de

Alfre d Schütz .1.2 La sociedad corno realidad objetiva y subje tiva

2. La sociología cogn itiva de Aaron V. Cicourel

2.1 El punto de part ida etnome todo lógico .2.2 La sociolog ía cogn itiva ..

2.3 Nuevos puentes entre lo miero y lo macrosoc ial ..

3. La sociolog ía de la cienc ia y la técni ca de Michel Callon y

Bruno Latour .

3. J El programa fuerte en la sociología de la ciencia .3.2 La construcción socia l de los hechos científicos ..

3.3 Traducción. desp lazam ien to s y redes ..3.4 Inter rogantes .

4 . 10n Elster, los lím ites de la rac iona lidad individualis ta y el

cemento de la sociedad .

4 . Construcción de grupos y ca tegorización social ..

1. Una obra de referencia : La f ormación de la clase obrera en

Inglaterra, de Edward P. Thompson ..-

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¡

1.1 La clase como formaci ón hist órico-social

1.2 Desa rrollos y debates .

2. Luc Boltanski y la objetivación de los grupos

2.1 De la cri tica de l sustanc ialismo a la historia de un gruposocial : el caso de los cuadros en Francia .

2.2 Denu ncias y construcción de grupos .

3. La categorizació n social .

3.1 La actualidad de la herencia durkheimíana: Mary Douglas

3.2 Al ai n Desrosieres . Laurent Th évenot y las categoría ssocíoprofesionales .

4 . Nuevos tra bajos sobre los grupos y las categorías ..

4 . 1 Alessand ro Pizzomo y la cuestión de las identidade s4.2 El en foque gen ético ..

5. Ind ividuos plurale s .

l. Erving Goffman y la organización de la experiencia

2. La sociología de la experienc ia de Franco is Dubet ..

3. 10n Elste r y las problemát icas del yo múl tiple .

4 . La noción de repertorio .

5. La di versidad de regímenes de ac ci ón en Luc Bo lt anski yLaure nt Th évenot .

5.1 La justif icación púb lica .

5.2 Otros regímenes de acción accesi bles a un mismo ind io

viduo .

Conc lusión .

Notas .

Bibliografía .

Índice

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Introducción

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¿Cuá les son los conceptos que han ocupado a la sociología duran-te los años ochenta y principios de los noventa?

¿Qué direcciones han tomado los sociólogos y cómo han uti

liz ado las apo rtaciones de otro s autores '? Parte de la realidadpodria justificar una evaluación pesimi sta : mul tiplicidad de para

digma s y referencias teó ricas , rivalidad entre escuelas, hiperespe

cializac ión de las subdisciplinas , re lativa ausencia de debates, etc .

A veces podríamos preguntarnos si rea lmente es tamo s an te una

disciplina científ ic a o ante la me ra yux taposición de orientacio

nes y trabajos extremadamente dispares. Pero este no es más queun aspecto de la realidad el que induce una ciert a inercia del tra

bajo y de l debate científicos ,que

no es elmá

s interes

ante par a elfutu ro. Al mi smo tiempo se han manifestado convergencias in édi

tas, aunque no siempre claramente percibidas, entre investigacio

nes que tienen puntos de partida y recursos conceptuales muy dife

rentes. Así, los soc iólogos más imaginativos intentan por diversos

medios superar las antinomias clásicas (como material/ideal, obj etivo/subjetivo , co lectivo/individua l o macro/micro ), que si bien

son parte integrante de la socio logía, en la actualidad tienen un

papel poco productivo. Contra estas oposiciones, cada vez más--!,,

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1. Algunas oposiciones clásicasde las ciencias sociales

Desde sus comienzos. las ciencias sociales se deba ten con unaserie de pares de conceptos como material/ideal, obje tivo/subjetivo o coleenvo/individual. Estos paircd concepts, como los de no

minan Reinhard Bend ix y Bennett Berger ", tiende n a hace rnos

ver el mundo soc ial de manera d ico tómica e invitan a los investigadores a co locarse de un lado (lo colectivo contra lo ind ividual o

lo subje tivo contra lo obje tivo). Ahora bien. la repeti ción y la solidificación de estas formas de pensar binarias resultan catastr ófi-cas para la comprensión y la explicac ión de los fenómenos socia

les com plejos. Los plant eamientos const ructiv istas qu e vamos a

presentar en los capítulos sigu ientes tratan precisamente de SUPl:

rar estas oposiciones y de concebir j untos aspectos de la rea lidadque tradic ionalmente se consideraban antagó n icos. Con d io.

aportan pistas para eliminar de los debates científicos toda una

serie de f alsos p roblemas. En cuanto a la oposición entre las macrosoci ologias . que se interesan por las unidade s soc iales más

grandes (co mo la macroeconom la en la eco nom ía ). y las mi croso

ciologias, que se refi eren a las unidades soc ia les más peq ueñas

(como la microeconomía en la cco nomla j . tiene un es ta tus untanto diferente en las discusiones socio lógicas contempo ráneas.' -

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.

estériles , se ha ido dibujad o un nuevo es pacio de Inter rogante s -m a':lui d c n o social. puesrealidad soc ia l hende a cc nsiderurse conslrUlda ( y no natural odada de una vez para siem pre ). Con este fin, se han propuesto

nuevas lecturas de los autores clásicos. se ha d iscu tido la ob ra de

otros auto res 'y.se .han explorado nuevos cam pos de invcst igac ión.Por. lo tanto , SI bien el ám bito de la soc iología contemporánea

esta fragmentado. se puede identifica r pe rspect iva s comunesentre los soc ió logos en movimiento .

Es este co njun to de aportaciones -s-dif crcntcs en muchos sen

tidos. pero que plantean una serie de problemas semeja ntes-e, y,so bre todo . sus marco s concep tuales do: referencia lo que denom inamos aquí nuevas sociologias . Por lo tan to. sera necesario exa

m inara lgunos intercambios intcrdisci p linarios que han contribui

do a limentar problem ática renovación: entre la soc iología y

la t iloso fla. asr como entre la sociolog ía y las otra s cienc ias del

homb re y de la soc ied ad (c ienc ia po lítica . historia. etnología . eco no mía . lingülsnca. psicolog ía. etc .' . A l s itua mos en un ámbito

do nde la idea de rigo r cient ífi co tiene sen tido . hemos pasado poralto intencio nadamente esc ritos que quizá se au tcproclarnen nuevos, pero que es t án má s próximos al art iculo de tipo periodíst ico

que a las exigencias propias de las ciencias soc iales . Por lodemás, si bien hemos intentado iden ti f ic ar las líneas principa les,

nuestro trabajo no tiene pretensiones de cxhausnvidad. Esta ob raaspi ra a ser una invitaci ón a la lec tura de: textos importantes y una

gu ía en esta lectu ra. no a sustituirla .

-El itinerario propuesto ' en este libro por las di fere ntes mane

ras de describ ir, comp render y expl ica r los unive rsos socia les estádestinado pri ncipa lment e a estud iantes de l prime r ciclo, as í como

a profesores e: investigadores de cienci as sociales. No obstante . el

p lanteamiento pedagógico de la obra la hará igualmente acces iblea todos aque llos que busquen pa utas de aná lisis para descifrar el

mundo en que viven. a unque - hay que recordarlo-e- las hcrra

mientas y los resultados de las ciencias sea n siem pre provisiona

les.

In tr od uccr ón

10- -

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l as nuevas soctolcqias 1. Algunas opostctones clásicas de Las cten ct es sociales

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1. 2 Sujeto y objeto

tendríamos , de un lad o, una «superestru ctu ra» (la «conciencia so

cia l») , cuyas raíce s en hundiri an en una «infraes tructura» (la «estrucrura econ ómica») . Este tipo de enfoque desempeñó un papel

importante en los años 1950-1970. cuando el de bate en torno al

marxismo , que hoy ha perd ido re levancia, tuvo consecuencias import antes para las c ienc ias sociales. No obstante, la oposición in

fraestructura/superestructura , que reactiva pares más antiguos en

la f ilosofia como esencia/apariencia, o realidad/apariencia, s igue

teniendo impacto en nuestras d isciplinas en la forma binaria deoponer una rea lidad «verdadera» (más «dura» y «determinante»)

a una rea lidad más «superficial » o «il usoria» (más «fa lsa» y «de

te rminada» ).Hay que señalar as im ismo que las ciencias socia les han pre

senciado rec ientemente ap licaciones menos mecanicistas y eco

nomic ist as de Marx, a pa rti r de escritos suyos más complejos

como las Tesis sobre Feuerbach ( 1845), donde Marx , criticando

a l mismo tiempo los materialismos y los idealismos an ter iores,

intenta superar la polaridad. Esta es la vía seguida por el soció lo

go estadounidense David Rub instein , que, leyendo de otra mane

ra a Marx y es ta blec iendo para lelos co n la última f ilosof ia deLudwig Wittgenstein ( 1889-1951>ha propuesto pistas para aba n

donar las opos iciones clásicas . En 13 antropología, Maurice Go de lier, inic ialmente inscrito en una inspi ración marxiana , ha ret le

xionado sobre «la pa rte ideal de lo real »: «Toda relación social, del

tipo que sea, incluye una parte idea l. una parte de pensamiento, de

representaciones; estas representaciones no son sólo la forma quereviste la relación para la conciencia, sino que forman parte de su

contenido»; de esta fo rma. ( el pensamiento ya no aparece como un

nivel separado de los otros nive les». <do que no implic a que en la

realidad todo sea idea l» ni que las represe ntaciones de los actores

pertenezcan necesariamente a la conc iencia". Las perspectivas

consrructivistas se inscriben en una vía convergente.

Otro plan team iento clásico de la fi losofía enfrenta un sujeto a un

mundo de obj etos. Como más frecuentemen te se ident if ican estas

dos nocion es es en oposic ión . Las definiciones dadas de la noción

,

En la trad ició n filosófica, el ideal ismo (consiste en reducir toda

al pensamiento» (ibid. , pp. 435-536 ), mie ntras que elmaten ah smo es la «doctrina según la cu al no ex iste más sustancia

que la.materia» (p. 59 1). A su vez , la oposición entre las ideas y la

matenu frecuentemente se asocia a o tros pares de co nceptoscomo cue rpo/espíritu o real/ideal.

Karl Ma rx (I 818-1883) retomó la d istinción filosófica entreel materia lismo y el idea lismo en el ámb ito del análisis histórico

af irmando una determinada forma de materialismo que, en algu

no s de sus textos - los más simp li ficadores. pero los más comen.

t a ~ ( p<r sus ep ígonos- , toma un carácter mecan icista y econonuc rsta. As í ocurre especi almente con e l siguiente pá rrafo de l

pró logo a 13 Contribución a la critica de la economía politica

(1859): «En la pro ducción social de su vida , los hom bres con.trae n determinadas relac iones necesa ria s e independientes de suvoluntad; relac iones de producción, qu e co rresponden a una de

term inada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conj unto de estas relaciones de producción forma la es

tructura económica de la sociedad, la base rea l so bre la que se

levanta la superestruc tura ju rídica y política y a la que co rrespon

den determin adas formas de co nciencia soc ia l»:'. Por lo tanto.

Por el mom ento , pa rece más dudosa la des eable supe ración de

dicha antinomia . Desde luego, se han propuesto pistas, pe ro és tasdeben conso lida rse y completarse, y e l deba te ha de profund izarse.

1. 1 Idealismo y materialismo

La sociología es en buena medida resultado de tradi ciones fi los óde las que ha co nservado c iertos rasgos conceptua le s, en

particu lar las oposiciones tradi ciona les ent re ideali smo y materia.

lismo, sujeto y objeto. La co nsulta del venerable Vocabulairetechn íque el critique de la philosophie, de André Lalande- , puedeser útil para empezar a identificar esta herencia.

1. La herend a de la f ilosofia

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Si , como acabamos de ver, la socio log ía ha heredado una serie depa íred concepts de la filosofia, de sde sus primeros momentos.haest ado marcada especialme nte por la oposición entre lo colectivo

y lo ind ividual, la sociedad y el individuo. Para este debate recurrente, nos detendremos en la soc iología de Ernile Durk-

-'-

1. Algunas oposlciones clásicas de las cien cias sociales

riorlpráctico . Asi pue s, el objetivismo es una ~ a decon el obje to sociológico que tiende a dar le a pnon ,te a causa de una posición exterior que ignora los uso.s pracu cos

que lo constituyen. una cie rta estabilidad y homogeneidad. m oalgo que estuviera co locado delante de Por el c o n t lapostura subjetivista adoptaría sobre la aceren los puntos de vista

de los suje tos que actúa n. . . .

Mediante esta s dos de finiciones críticas, e lobjet

ivismo

y elsubje t iv ismo aparecen en las c iencias como enf?quessusceptibles de asoc ia r más o menos explícitamente do s nivelesde anál is is : de una parte. universos conceptuales opuestos que

dan cuenta de lo s fenómenos sociales desde puntos de partida

diferente s (primacía del mundo obje tivo o del sujeto) y, de o.tra,las di feren tes posturas que adopta el invest igado r ante e l o b ~ csocio lógico que in tenta construir. El obj etivi srno y e l subjeti

vismo represen tan dos po los del análisis sociológico?, en la

producc ión corriente de las cie ncias sociales . tra b aj os q.uese contenta n con yuxtaponer lo s en foques obje rivis tas y subje

tivistas.

Sin embargo , a los sociólogos que tratan de sa lir de los caminos tri llados. se les plantea un doble obje tivo : 1) en el ~ conceptual, dar cuenta de las relaciones entre los aspectos y

subjetivos del mundo soc ial y 2) en cuanto a la t ~ c c l o delobjeto sociológico, establecer vías de comurucacrcn entre e l

punto de vis ta exterior del observador las f o r m ~ en que los actores pe rciben y viven lo que hacen mientras actuan. El segundo

punto exige una reflexiv idad sociológica por parte del estudlOso,pues debe integra r en su construcción del objeto una reflexión

sobre su relación con el obje to.

2. El p rincipio de la sc cíotoqía:lo colectivo y lo individual

,•' .

!I,

Las nuevas soci ologí as

de obj etivo' nos revelan una serie de var iaciones semán ticas quehan ido sed imentándose en los usos f ilosóficos, tale s como:

-- « Opuesto a subjetivo (en el sentido de aparente. irreal): queconstituye un obj eto, una realidad que subsiste en sí misma, esdecir, con independencia de todo conocimiento o idea ».

--« Opues to a subjetivo en el sen tido de individual. Vá lidopara todos, y no só lo para talo cual ind ividuo» .

-e-edndependi c nte de la voluntad. como los fenómenos fisice s» .

-c-cOpuesto a subjetivo (en el sentido de consciente. mental)[...] el m étodo objetivo es el de la observación exterior» y, por lotanto , va dirigido al (m undo objetivo o exterior» (en oposición al«interior. ).

Son ev identes aqu í una serie de rami ficaciones semánticas delos pai red concepts ya mencionados o de otros (como indivi

dual/colectivo, vol untario/ involuntario, consc iente/inconsciente,interior/exterior) .

En general. lo s usos sociológicos se inscriben en la historia de

los usos filosóficos que les precedieron. Exam inaremos aquí dos

grandes categorías que han sido obje to de ataqu e por parte de losinvestig adores de las ciencias sociales en busca de otra vía. PierreBourdieu, en su doble critica del objetivismo y del subjetivismo.da dos de finicione s suc esivas de objetivismo en Le sens pratique'> :

l . El objetivismo «pretende establecer regularidades obje tivas

(estructuras , leyes. sis temas de re laciones. etc.) , independientesde la s conciencias y voluntades individuales» (p. 44 ). De un lado .tenemos regularidades. estructuras e. implícitamente. lo cotec tive y lo exterior, y, de otro, conciencias. voluntades. individuos y.por tanto. lu interior. En esta perspectiva. el obje tivismo afirmala primacía de lo objetivo en el análisis de los fenómenos sociales

y e l subje tivismo la superioridad de lo subjetivo.

2. «E l obje tivismc concibe el mundo social como un espectáculo que se le ofrece a un observado r que adopta un punto de vistasobre la acción y que, tras ladando al obje to los principios de su

re lación con el obje to, hace como si éste estuviera destinado exclusivamente a su conocimiento.» En esta definició n se oponen

más o menos exp lícitamente observador. espectáculo y conocimiento exterior/teórico a acto r. acción y conocim iento inte-

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Las nue vas scctotoqtas

heim 1 8 5 8 ~ 19 17) Y en lo que hoy se denomina «individualismometodológico».

2.1 La vaLorizadón de Lo colectivo en Émite Durkheim

Para el Durkheim de Las reglas del método socio lógico' , lo colectivo (o lo soc ial) - a diferencia de lo individual, que es el ám

bita de la psicol og ía- es tá en la base de la propia definición desoc iología. Lo soc ial constituye una entidad específica : «La sociedad no es una simple suma de individuos, sino que e l sistemaformado por su asociaci ón representa una realidad que tiene características propias». Esta sociedad, que «sobrepasa infinitamen te al individuo en el tiempo y en el espacio», está «en condicionesde imponerle las formas de actuar y de pensar que ha consagradocon su autoridad» (pp. 10 1-102). De ahí la siguiente regla del sociólogo: «La caus a determinante de un hecho social ha de buscarse entre los hechos socia les que le anteceden y no en los estadosde la conciencia ind ividual» (p . 109), definiéndose así e l hecho

soc ial : «Toda manen! de actuar, establecida o no, susceptible deejercer sobre el individuo una presión exterior; o bien, que es tágeneralizada en una socie dad. dada , poseyendo una existenciapropia, independiente de sus manifestaciones individua les» (p.14). Por tanto, para Durk.heim, lo colectivo también rem ite direclamente a la idea de presio nes exteriores que se imponen a los individuos y a un ámbito de validez, en el espacio y en el tiempo,que va mucho más a llá de las conciencias individuales, lo que lepermite tomar una consistencia independiente de los ind ividuosque lo componen. También va asociado a un punto de vista objetivista: «Nues tro prin cipio fundamental: la realidad de los hechossoc iales» (pró logo a la 2 .;> edición, p. xxiii) .

Es necesario re lat ivi za r es ta lec tura tradi cional y rápida .Co rno la mayoría de los autores , Durkheim no nos ha legado unaobra homogénea que no deje margen más que para una sola inter pretación. En sus escritos cabe ha llar igualmente element os deuna orientación más constructivista, esto es, de un en foque de losproceso s sociales de objetivación y solidificación de la realidad,sin detenerse en una pos tura objetivista que se limitaria a registrarun ( hecho obje tivo» dado. Esta es (a vía que han explo rado las

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1. Algunas oposiciones clá sicas de Las ciencias soci al es

lecturas de Francois H éran y Bemard Lacroix. Pero es tas nuevaslecturas no borran la tendencia de Durk.heim al predominio de [ocolectivo y de la sociedad en re lación con sus componentes individuales .

2.2 El i ndividualismo metodológico

El acento que la soc iología durkheimiana pone sob re lo colectivoha susci tado reacciones en el sentido de que es necesario tenermás en cuenta los elementos individuales. Esta reacción ha tomado una forma radica l en lo que Raymond Boudon y utros denominan ac tualmente «ind ividua lismo metodo lógico». Es to s sociólogos parten de la cri t ica de lo que ca lifican de «socio log ismo» y«holismo» (que considera el todo antes que sus partes) ; esto es ,cuestionan el «postulado según el cua l el individuo , al ser product o de las estructuras sociales , puede ser pasado por alto en elan áliaisv". Por e l contrario, el individualismo metodológicoenuncia que «pa ra exp licar cualquier fenómeno social -ya per

tenezca a l ámb ito de la demografia, de la cienc ia política , de lasociología o de otra cienc ia socia l-c-, es ind ispensable reconstruir las motivaciones de los individuos implicados en dicho fenóm eno y conside rarlo resu ltado de la suma de los comportamientos individuale s dictados por esas motivac iones. Y estaposic ión es válida ind ependientemente de la fo rma del fenóme no que haya que exp licar, de si se trata de una singularidad o unaregularidad es tadística, de si se traduce en un conjun to de datoscualitativos o cuantitativos , ere.e". Así pues , los individuos seconsideran los átomos bási cos del análisis de los pro cesos soc iales y el colectivo un mero resultado de las ac tividades indi vidua les, mediante ef ectos de agregación y composición. Así ,«como los fenómenos socia les siempre son comp uestos deac tos, e l soció logo debe relacionarlos con los actos individualesque los componen»!". El hecho de que la economía (más en suversión neoclá si ca en tomo al paradigma del mercado ) se presen te como la disc iplina de referencia hace que esta metodología parezca «tradiciona l». La sociolog ía indiv idualista compartecon ell a el postu lado de la racional idad de los actores; por es tarazón, sus adversarios hab lan a veces de «sociolog ia liberal» (en

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Las nueva s socio logias 1. Algunas opcstcícoes clásicas de las cienctas sociales

el se ntido de liberali smo económico y de su horno oeconomicus

m en cálculos de coste-be neficios ) . No obs tante , hayque sena l ar que las obras de Raymond Boudon frecuentem ente

m.ás CO?1plcj as qu e u,:a aplicaci ón estricta de est os principIOS sisternancos y exclusivos.

.En opo sición ritual de lo colectivo y lo ind ividual lo quees ta pa rt icula rmente en j uego es la dif icu ltad de las ciencias so

l c . s para co nce.b ir la coproducción de las part es y del todo . Elpsic ólogo Jean ( 1896- 1980) ya tra tó de plantear este pro

blem a algun tiempo en sus re flexiones soc io lógicas: «El

tod ? soc ia l no es ni la reun ión de elementos preexistentes ni unaentidad nueva, s ino un sistema de relaciones cada una de las cua

les engendra , en tanto que relación , una transform ac ión de los términos que in teg ra n dicho sistema» 11. El f ilóso fo -ec onomi sta

Jean-Pierre Dupuy ha re fonn ulado recientemente esta cuest ión en

una lectura muy heterodoxa de la historia del liberal ismo econó

mico qu e le lleva a la idea de la «code tenn inaci ó n de l todo y delas part e s» : «El tod o sigue siendo res ultado de la composición

de sus e lemento s , pero, a su vez , éstos de pe nden de l todo . No se

tra ta de una rela ci ón de deducc ión , s ino de determinación ci rcu lar» !", La s problemát icas que hemos denominado constructivis

ras se han enfrentado de di versas maneras a este desafio, que supon e un de sp lazam iento del objeto mismo de la sociolog ía: ni la

ni los ind ivid uo s, concebido s como en tidades separadas, smo las relaciones entre los ind ividuos (en sentido amplio,

y no solamente las interacciones cara a cara), as í como los uni -

versos objetivados que crean y que les sirve n de apoyo en tantoson constituyentes de los indi vidu os y de los fe-

nomenos SOCiales al mismo tiempo. Por lo demás, el individua

lismo metodológico no so lame nte pasa por alto la dim en sión in-

tersubjetiva (l as relac ione s en tre ind iv idu os) de la rea lidadsoc ia l, s ino tam bién , como seña la el fil ó sofo Michae l Sand el en

su crít ica a los supu estos ind ividua list as de l liberal ismo ameri

su dimen s ión in trasubjetiva , esto es , la p lura lí dad deidentidades qu e cons ti tuyen un mismo individuo, sus mú ltiples

pe rs?nalidades . Asi pues , al contrar io qu e el ho lism o y el indivi

nuevas socio logías tienen una concepción pluralde los indiv iduo s. como p roductos y p rodu ctores de diversas re-laciones sociales .

I"f":if.,1'.

)

i

3. Hacia una problemática constructivista

Lo que denominamo s problemática constructivista no debe cons idera rse una nueva escue la o cor rie nte homogénea . Se trata más

bien de un conjunto de problemas e interrogantes en los que trabajan estudiosos muy di ferente s en cuanto a sus trayecto rias inte

lectuales , recur sos conc eptuales, métod os o relaciones con el tra

bajo empírico. Tras el término constructivismo enc ontramos más

bien un parecido de f amilia , en la exp resió n de Wittgenste in ,entre los di ferent es au tores y sus apor taciones qu e una teor ía

común. No obstante, pese a di feren cias muy reales , cabe identif i

car ciert as convergenc ias, cuya formulación sintética vamos a intentar a continuac ió n, an tes de preci sar las aportaciones de cada

autor.

En una perspectiva constructivista. las realidades sociales seconciben como construcciones históricas y cotidianas de actores

individuales y co lectivos . Este entreveramien to de construcc iones

plurales , individuales y colectivas , al no surgir nece sariamente de

una vo luntad clara, tiende a esca par del contro l de los diferentesactores present es. La palabra construcciones remi te a la vez a losproductos (más o meno s duradero s o temporales) de elaboracio

nes ant eriores y a los procesos en curso de ree structurac ión . Así

pues , la historicidad constituye una idea fundamental pa ra losconstructivistas en tres sent idos : 1) el mundo soc ial se construye

a par ti r de preconstrucc íones pasadas; en este puma se sigu e a

Marx : «Los hombres hacen su prop i a historia , pero no la hacen

arbitrariamente , en las condicio nes elegidas por ellos. sino en lascondic iones di rec tam en te dada s y heredadas de l pasado»!". 2)

Las formas sociales pasadas son reproducida s, ap ropiad as, des

plazada s y tran sfo rmadas al tiempo que se inventan otras, en lap rác tica y la int eracción (cara a cara. pero tamb i én te lefónica,

episto lar, etc.) de la vida cotidiana de los actores . Y 3) esta heren

cia y este trabajo cotidiano abren un campo de pos ibilidades para

el f uturo, como observa el f ilósofo Jean Ladri ére: «La acc ión, en

tanto qu e histórica, se sed imenta y se objetiva en una exterioridadque pesa sobre lo exi ste nte como un const reñimiento ineludible y

que , no obstante , le ab re un futuro real»!". En este proceso histó

rico las realidade s soc iales son obj etivadas e interiorizadas. De

19- -8

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Las nuevas soci o logias 1. A.lgunas oposic'iones clá sicas de la s cienci as socia les

21

-N o se distancian por igua l de una concepción tradicional de

la histori cidad : la vis ión evo lucionista, esto es, la vis ión unidireccional y unidimens ional (las d iferentes d imens iones de la socie

dad evo luciona n globa lmente en el mismo sentido) de los movi

mientos de la histori a.- Tra tan de di stinta manera la do ble cues tión, por un a parte,

de la permanencia o la discontinuidad de un mismo actor a lo

largo de los diferentes peri od os de su vida y, po r o tra. de la unidad o fragmentación de su ide ntidad en un mismo momento .

- No conceden la mi sma importanc ia a la refl exividad socio-

lógica --es de ci r, la reflexión so bre uno mi smo. su actividad, las

herramientas utilizadas o su re lación con la investigación- en la

const rucc ión de l obj eto soc iológico.-No tienen tod as la misma posición en cuanto a las rela cio

ne s en tre las formas eruditas de conocimiento de la realidad so

cial (propias de los soc ió logos) y las fo rmas comunes (propias delo s actore s) : algunas propu gn an «la ruptura epistemo lógica»

en tre ambos tipos. mientras que otras se interesan principalmente

po r lo que los ap rox ima.- A lgun as se p rese ntan como cons truccio nes de segundogrado, en la exp res ión de Alfre d Schütz ( 1899- 1959)18- -e sto es,

como modelizaciones eruditas a partir del conoc imiento ordi nario

y de la interacción co tid ia na de los ac to res: construccio nes deconstrucciones , por tanto-, m ientras que ot ras int eg ran relacio

nes más amplias en el espa cio y en el tiempo entre actores. de las

cua les és tos no siempre son consc ientes , y que no pasan por inte-~ -

los procesos de construcció n de la rea lidad social. (mom.enu! .dereconstrucción). Decir que una cas a es «constru ida» Signi fica

s imp lemente que es producto del trabajo humano y que no ha estado ahí dura nte toda la eternidad; y no que no exi ste, sino todo lo

contr ario . Los cons tructiv ismos son, por lo tan to , nuevas formas

de realismo que se distingu en de las formas clás icas de po sitivismo en que cues tion an lo dado y dejan margen a una dive rsidad de

realidade s cuyas rela ciones deben se r obj e to de reflexión . No se

t rat a más que de conve rgenc ias de orientac ión s istematizadas enfo rmulaciones s in téticas . La s po sturas de 105 auto res qu e aquíconsideramos divergen en una serie de cues tione s más o menos

relacionada s. part icu larm en te :

,I.1,J

"

"•t

.1

l,'I,1

••

20

una parte, remiten a mundos objetivados : los indi v iduos y lo s gru

pos se s irven de palabras . objetos , reg las . instituciones, etc., legados po r las gene raciones anteriores , y los transforman a la vez que

crea n otro s nuevo s. A su vez, estos recursos obje tivados y, po rtanto, exterio res a lo s individuos . lim itan su acción . a l tiempo qu eo frece n puntos de apoyo a d icha acción. De o tra parte, estas reali

dades sociales se inscrib en en mundos subj etivos e in terio rizados ,

constitu idos especialmente po r forrna s de sens ib ilidad, de pe rce p

ción. de representación y de conocimiento. Los modos de apren d izaj e y de socializac ión hac en posible la interiorización de losuniversos ex teriores, y las prácticas individuales y co lectivas de

los actores conducen a la objetivación de los universo s interiores.

Se trata del doble movimiento s istemat izado por Jean-Pau l Sartre

( 1905- 1980) en el desar ro llo critico de la fil oso fia d ia léctica de

Hegel (1770-1 831), de interiorización de lo exterior y exteriorización de lo interior'», Si los mundos soc iales exteriores se carac

te rizan por una relativa d iversidad, los mundos interiores tambiénse revelan (más o menos) p lura les.

Estas perspecti vas de ben d istinguirse de aquellas se gu n lascua les la realidad social no se ría «m ás que representaciones» .

Esta es un a tentación , por ejemplo. de trabajos que se si túa n ent re

la ps icol ogía y las ciencias de la comun icación , como los de Pau lWatz tawick, que a vec es tam bién se de nom inan co ns truc tivis

tas !". A d iferenc ia de los constructivismos de los qu e hablamos

aqu í, estas orientacione s tienden a pasar por alto los mecani smos

de obje tivación, de materializació n y de estabilizaci ón de las rea

lidades soc iales , y especialmente la manera en que lo s o bjetosque habitan nue stro un iverso constituyen consrreñimientos y pun

to s de apoye pa ra nuestros actos . S i bien es cierto que las repre

sentaciones de sempe ñan un papel impo rt ante en la cons trucci ón

de la realidad soc ia l, no agotan esta realidad en absoluto. Por lo

dem ás. los enunciados según los cuales el mundo soc ia l no es másque producto de nue stras represen taciones coq ue tea n con formasde escepti ci smo , y aun de nihilism o, en cuan to a la existencia del

mu ndo , po co compatibles con los objetivos cie ntíficos. Si las

pe rspectivas constructivistas, tal y como las entend emos aquí. su

ponen un momento de de-construcción - -e sto es, de cuestiona

mien to de lo que se presenta como dado, natural , atemporal, homogéneo y/o necesari o-e , de spué s reclaman la investigación de~ = -

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Las nuevas sOc1 ologias

r a ~ c directas: en cada uno de estos dos polos no se tiene lamisma agudeza visual para las d iferentes dimensiones del mundosocial.

- Por último , si bie n todas trata n de supe rar la oposiciónentre m a c r o l o g í y micrcsccic togías. entre aprehender las

SOC iales eng loblantes y el aná lisis de los actos y de lain teracci ón cara a cara de los actores, lo hacen de dist inta manera

dependiendo de si parten de las estructuras o de las t e r a c c i oen sen tido. la diferencia de posturas identi f icada en elanterior se suma a la cuestión de las relaciones macro/micro.

2. Estructuras sociaLesen Las interacciones

En los capitulos que siguen trataremos de esbozar a la vez lasconvergencias y las especificidades de diversos enfoques consrrucnvrstas.

II

II

I

Comenzaremos nuestro examen de los planteamientos consrructivistas con tres autores (No rbert Elias, Pierre Bourdieu y AnthonyGiddens) que han trabajado en contextos temporales y nacionalesdiferen tes. Aunque, estrictamente hablando. no se trata de nuevosautores . en los últimos diez años han despertado creciente inte rés

en una comun idad soc iológ ica en busca de puentes entre lo objetivo y lo subjet ivo o lo colect ivo y lo individual. Estos tres autorestienen la particularidad de seguir concediendo cierto predominioa las estructuras soc iales y a los aspectos macrosoc iales de la realidad. al tiempo que integran de diversas formas las dimensionessubjetivas e interaccionalcs. Exami naremos sus principales apo r

taciones , as í como ciertas críticas que cabría hacerles.

1. Un pionero muy actual: No rbert Elias

23--ac ido en 1897 en Alemania . Norbert Elias se exilió en Franciaen 1933 Ydespués en Gran Bretaña, donde desarrolló su actividadacadémica principalmente en la Universidad de Leicester. Muri óen Amsterdam en 1990. A Norbert Elias se le conoce sobre todo

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Las nuevas socic tcqías

por . de sociología histórica sobre el proceso de civilizacron : n Occidente , pero también ha investigado cuestiones contemporaneas (sobre los grupos sociales o el deporte).

1.1 Las dendas sodales:entre el compromiso y el distandamiento

En p r o l y c i a m j ensayos de sociología del co-c m : l J , Norbert Elias presenta una reflexión sobre el estatus

del conocimiento sociológico en el que él sitúa sus invesngaciones «emp írico-teóricas». Si bien pertenecen al ámbitode las ciencias, para Elias , las ciencias sociales se distinguen de

las naturales en. dos grandes propiedades especificas relacionadas : 1) Sus .«obJetos» son .al mismo tie".lPo «sujetos» que tienen

s e n t a c l O n e de su Vida : n. la soc iedad (a diferencia , porde los atamos de los. físicos). 2) Los investigadores tam

bien forman parte del obje to de estudio.

. le adefinir

la postura

del inves tigador de lasciencias en .dialéctica entre el distanciamiento y e lcompromIso. Distanciamiento porque, como en toda ciencia, el in

g a ~ o que busca el rigor debe desmarcarse de las ideas preconcebidas suyas, las los actores que estudia o, más en general, de las Ideas predominantes sobre la cuestión analizada) .Compromiso «porque, si para comprender la estructura de una

mol écu la no es necesario saber lo que sign ifica sentir como unode sus pa ra comprender cómo funcionan los grupos humanos es .Indlspensable c e d e r a la experiencia íntima que loshombrestienen de su propio grupo y de otros grupos» (ibíd.).

1. 2 Sup e ra r la oposición entre individuos y sociedad

La critica de la oposición clási ca entre indi viduos y sociedad sepresenta como uno de los hilos conductores de los trabajos deElias.

. Cuestiona r esta opo sic ión sign ifica en primer lugar distaneramos de las tendencias sustancialistas asociadas a nuestros usoshabituales del lenguaj e, tendencias ya seña ladas por Wittgenstein

24

l.j,i••

2. Estructuras socia les en las in teracciones

en su fi losofia tardia y que consisten en «la búsqueda de una sustancia que responda a un sustant ivo» ! (el hecho de considerar apriori que, tras las palabras que uti lizamos, existen realidades homogéneas perfectamente delimitadas). De la misma manera, Eliasobserva que , tras los sustantivos que empleamos (como «individuo» o «soc iedad»), consideramos automáticamente que exis tensustancias , «cosas visibles y tangibles»:'. Es esto por lo que «e l in

dividuo y la sociedad nos parecen do s cosas diferentes , como si setra tase de una me sa y una silla» (ibid.).

Norbert Elias propone entonces que uti licemos las armas dela historia, pues, para él, la representación de un yo separado , exterior a la sociedad, tal y como la conocemos hoy, no ha existidoen todas las épocas ni en todas las sociedades. Así, «nuestra propia concepción familiar, nuestra propia imagen del hombre, hanaparecido relativamente tarde en la historia de la humanidad; primero, len tamente y por un breve periodo en círculos restringidosde las soc iedades de la Antigüedad; después, a partir del periodoque denominamos Renacimiento (f inales de l siglo XIV y principios del xv ) en las sociedades occidentaleso". A continuación esboza un es tud io de la génesis hi stórica de una problemática de laconciencia de l yo y de la interioridad (en opo sición a los demás ya la exterioridad) en la filo sofia occidental, particularmente conel decisivo momento del pensamiento de René Descar tes (15961650) Y su famoso «pienso, luego existo». No obstante, en unape rspectiva histórico-socia l, estas construcciones filosóficas seconside ran sínt omas de tran sformaciones sociales mayores, deevoluciones de la estruc tura de la personalidad propia de un «estado» concreto del «proceso de civilización occidental».Recurriendo siempre a la historización, en esa misma obra estu

dia cómo, en función de las épocas y las sociedades, la representa

ción de la identidad de las personas varía en la.relación entre la referencia al nosotros y al yo. También observa hasta qué punto haaumentado lapartecorrespondiente alyo y a la individua lización enlas sociedades contemporáneas que consideramos «desar rolladas» .Este proceso es soc ial en el sentido de que caracteriza las estructurasde la personalidad asociadas a los tipos de relaciones entre los hombres que actualmente predominan en el ámbito occidental.Estas diferentes vías de investigación nos conducen a una ten

tativa, que aún hoy pa rece orig inal, de sobrepasar la oposición in-

25

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Las nuevas sociologías

dividuos/sociedad en el campo de las ciencias sociales. As í, elindividuo no se cons idera una entidad exterior a la socieda d, ni lasociedad una entidad exterior a los individuos, por lo que la socie

dad no se concibe como la simple suma de unidades individuales(individualismo metodol ógico), ni como un conjunto indepen

d iente de actos indi viduales (holismo ). Para Elias, el objeto de es

tudio de la socio logia so n los individuos ínterdep endientes. Es en

estaper

spectiva do

ndelas ideas de ind ivi

duoy soc ied ad puedenrecuperar un sentido soc iológico, pero subordinado a la idea de in

terdependencia: «E l concepto de individuo se refiere a hombres

interdependientes , pero en singu lar, y el concepto de sociedad a

hombres interde pendientes, pero en plural»". Este tipo de enfoquees particu larmente esclarecedor en el an ális is de la singularidad

de un individuo como Mozart. En el inacabado Mozart: sociolo-

gía de un genio", Elias muestra al músico, «burgués en la sociedad cortesana», pero también casi un sirviente, desgarrado entre

las normas ari stoc ráticas de la sociedad co rte sana y las de lascapas burguesas ascendentes. Estos músicos cortesanos disponianentonc es de márgenes de e lección muy reales -c-espec ialme nte

relacionados con la posibilidad de camb iar de señor, debido a laexistencia de numerosas cortes en Alemania y Austria- , si bien

preestructurados por las formas de interdependenci a en las que

los músicos estuvieran insertos.

1.3 Formas de interdependencia. margenes de libertad

y estructuras de la personalidad

Así pues, la idea de interdependencia es importante en el disposi

tivo te órico de Norbert Elias. Puede ejemplificarse mediante una

analogía del ajedrez : «Cerno en el ajedrez , toda acción realizadaen una independencia relativa representa una j ugada sobre el ta -blero social. que indefectiblemente desencadena una contrajugada de otro individuo (en el tab lero socia l en realidad se trata de

muchas j ugadas y contrajugadas realizadas po r muchos indivi

duos) , que limitan la libertad de acción del primer j ugador>". Oc

esta manera. la sociedad se conci be como un tej ido cambiante ymóvil de mú ltiples interdepende ncias que vincula n recíproca

mente a los ind ividuos.

26

2. Est ructuras sociales en la s in teracciones

No obstante, el tejido soc ial está atravesado po r numerosasformas de interrelaci ón que se entrecruzan. Elias denomina «config uración» (a veces también se la denomina «figuración» o «for

mación») las formas especificas de inte rdependencias que liganunos individuos a otros . Estas pueden ser variables: de la par tidade cartas ---« cuatro hombres sentados alrededor de una mesa para

jugar a las carta s co nst ituyen una co nfiguración. Sus actos son inrerdepe ndientesa s-c-

a l país o a las relaciones internacionales. Loque di ferencia estas configuraciones es la longitud y la compleji -dad de las cadenas de interrelaciones que asoc ian a los ind ivi

duos. Como obse rva el historiador Roger Chartier. el ana li st a de

las interdependencias considera que «las dependencias que vinculan a los ind ividuos entre sí no se limitan a aquellas que éstos

pueden experime ntar y percibir conscientementee". Por ejemplo ,

un campesino brasileño y un agente de bo lsa neoyorquino que es-

pecu la sobre el curso de las materias primas no son necesaria

mente conscientes de las cadenas de interdependencia que les

vinculan . Volvemos aqu í a una de las divergencias de los enfo-

ques constructivistas : las sociologias mas estructurales extienden

su campo de visió n más all á de la conciencia y de l conocimientode los actores individua les. pe ro al precio de perder ag udeza visua l pa ra las interacciones y las percepcione s cotidianas .

Hab lar de dependencias recíprocas no equivale necesariamentea hablar de relaciones igua les o equ ilibradas. Aunque son concebi

bles interdependencias basada s en inte rcambios equilibrados, las

conf iguraciones ana lizadas por Elias se caracterizan en general porla desigualdad la dominación y el poder. Elias no concibe el poder

como una sustancia que fuera poseída por alguien. sino como una

característica asociada a las relaciones de interdependencia : «En la

medida en que dependemos de otros que no dependen de nosotros.

tienen poder sobre nosorrosa '" . Pero si las relaciones son desiguales, cada uno está constreñido por el la s en distinta medída . Así,

Elias muestra en La sociedad cortesana cómo Luí s XIV (el Rey

Sol), s i bien tiene un margen de acción mayor que los demás acto

res de la sociedad francesa de su época, no puede hacer todo lo que

quiere porque tamb ién está inserto en la red de interdepe ndenciasde la soc iedad cortesana. La idea de interdependencia y la correla

tiva de margen de acción arrojan nueva luz sobre el manido tema

de l papel del «gran homb re» en la historia.

27

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Las nuevas sociologia s 2. Est ruc turas scc tates e n las in te racciones

29

1.4 Interdependend a O inte racción

¿Qu é cabe dec ir de la idea de inte rde pe ndenc ia en relac ión con la

de interacción ca ra a cara, y cuá l es su lugar re specto a la oposi

ción ma cro /micro en la soc iolog ía?La idea de interdependencia . aunque está más ligada al polo ma

crosocial. comprende form as de relación que van de las más macro

(el mercado económico mundial ) a las más micro (una par tida decartas). con vistas a sobrepasar esta oposición. No obstante, no se

debe concebir estas dimensiones como sustancias dadas de una vez

para siempre . Son nociones relat ivas . e sto es. cada una se define en

relación con la otra . Por ejemplo, si bien una ciudad puede conside

rarse micro respecto al me rcado mundial. será macro respecto al cara

a cara de dos personas. Ahora bien. la idea de interdependencia tiende a dar la primad a al todo frente a las parles en el estudio de una

unidad social. comprendidas las unidades más pequeñas como una

partida de cartas, mientras que la noción de configuración se refi erea «la figura global, siempre. cambiante que forman los j ugadores»! ",

Esto lleva a Elias a polem izar con «las teorías de la acción y de la in

reracci ón», incapaces de accede r, ~ él, «a lo s aspec tos de las re

laciones humanas que aportan el marco de sus interacciones»!".Pero ¿pueden las ideas de interdependencia y configurac ión

sustitu ir tota lmen te a la de interacci ón. como sugie re Elias? No parece que sea pos ible . S i la noc ió n de interdepende ncia arroja luz

sobre cadenas de interrelaciones mucho más largas que la interac

ción di recta de los ind ividuos (no es probable que el campesinobrasileño y e l agente de bolsa neoyorkino es tén reunido s alguna vez

en una interacción cara a ca ra), es menos sensib le a la fluidez de

ciertas situac iones de la vida cotidiana que . como muestran las 50-

ciologias interacc ionista s, pueden contri buir a hacer, deshacer y

desplazar las interdependencias ya constitui das . La idea de interde

pendencia , pese a su ut ilidad todavía no ha agotado la espinosacues tión de la art icul aci ón de lo macro y lo micro.

1.5 La histo riddad y las t rampas evoLud onista s

Elias concede un lugar cen tra l a la histori cidad: los hombres, sus

modos de relación y las formas de sensib ilidad qu e conllevan son

productos históri cos, cuy as ca racterísticas varían en func ión de-'-8

Las últimas o bservac iones no s permiten entreve r el interésde es tos con cep tos para sup era r o tra opo sic ió n cl ásic a que tienere sonancias di rec tam en te po lít ica s : lib er tad o determinismo .

Según Elias , no se puede aborda r es te deba te en tér m inos de

tod o o nad a : «Ex is te un tej ido de inte rdepende ncias en cuy o in

terio r e l ind iv id uo encuentra un ma rge n de acción ind iv idua l y

qu e a l m ism o t iempo im pone lím it es a su liber tad de e lección) l l . De esta forma , e l gra do de auto nomía (y. po r lo tanto ,

de de pe ndencia) de cada ac to r se deb e determinar en ca da ca somed ian te un a ná lis is soc io lóg ico concre to. Po r o tra pa rt e. Elias

observa que las cade na s de interdepende ncia se han a la rga do en

nuestras sociedades modernas , má s co mp lejas . y que e l indivi

duo se halla en e l cru ce de un nú me ro rnavcr de redes de in te-

r rel acion es .

Además , la idea de interdependencia nos permite aba ndo nar

una v is ión causal un id ireccional excesivamente simplis ta de los

procesos soc ia les . del tipo A causa B. Se trata más bien de inte-

rrelaciones de los actos individuales. y no de relaciones en sent ido único . En las cie ncias soc iales esta interre lación de e lementos

frecuentemente se ha expresado en la ide a de s istema . Decir que

cienos elementos «form an un sistema» significa que ac túan unossobre o tros y en relación reciproca. No obs tante , frecuentemen tese atrib uye demas iada coherencia y estabi lidad a lo que vincula a

los elem ento s (un sis tema t ie ne lim ites y está sepa ra do de otros

sis temas ). Por e llo El ias propone susti tu ir la idea de sistema por lade conf iguraci ón, «que no evoca la ide a de una entida d completa

me nte -cerrada en sí mi sma o do tada de una armonia inmanente»(ib id.) .

Pe ro las interde pendencias en las que se hall an inmersos lo s

individuos no actúan ún icamen te como constreñimientos externos; también intervienen en la formac i ón de las estructuras inter-

nas de su personalidad. Así , el ind iv id uo se verá inser to toda suvida en una serie de redes de relacion es preexis tentes (familia ,

g ru po socia l, pa ís, e tc .), q ue fre cuentem en te son fru to de un alarga historia y que cont ribuirá n a mode lar sus forma s de sens ib i

lidad y pensamien to . Es ahí donde intervi ene la noc ión de háb ito ,

ant iguo térm ino de origen lat ino . El hábito e s, para Elias , una im

pron ta socia l so bre la person a lid ad, un producto de diferentesconfigurac iones en cuyo seno actú a el individuo !".-

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l as nueva s sociologías 2. Est ruct uras sc ctete s en las inte racd on es

3 1

Iarm ente en lo que concierne a los trabajos que ha publicado apartir de los años ochenta.

2.1 Un constructivismo estructuralista

Pierre Bourdieu define el constru ctivismc estructuralista como la

conjunción de lo obj etivo y lo subjetivo: «Con estructuralismo o

estructuralista quiero decir que, en e l prop io mundo soc ial, (...]ex isten estructura s obje tivas independ ientes de la conciencia y la

voluntad de los agentes. que son capaces de orientar o co nstreñi r

sus pr ácticas o sus representaciones. Por constr uct ivismo me re

fiero a la génesis social. por un lado, de los patrones de percep ció n, pensamien to y acc ión que cons ti tuyen lo que denomino ha-

b ítus y. po r otro. de las es tructuras sociales , en part icular de loque denomino camposa -".

No obs tante , en es ta dob le dimensión, objet iva y construida,

de la realidad social, s igue conce diéndose cierta primacía a las es

tructuras objetivas . Ello ha co nducido a Pier re Bourdieu a distinguir dos momentos en la invest igac ión, un primer momento obje

tivisra y un segundo momento subje nvi sta : «De un lado, las

estructuras objetivas que el sociólogo co nstru ye en el momentoobj etivista, pasando por a lto las representac iones subjetivas de los

age ntes, son el fundamento de las representaciones subjetivas yconstituyen los constreñ imientos estruc turales que pesan sobre

las interacciones . Pero, de o tro. no se puede ignorar estas repre

sentaciones, particularmente si se quiere dar cuenta de las luchascotidianas. individuales y co lectivas. que intentan transformar o

co nservar esas estruc turas >. ( ibid., p. 150).

Esta prioridad cronológica y teó rica de la dimensión obj etiva

de la rea lidad en pa rt e tiene sus raíces en una reflexi ón epistemo

lóg ica . elaborada por Pierre Bourdieu, Jea n-Claude Chambo redon y Jean-Claude Passeron en 1968 en El oficio de soci óíogo";y conti nuada después po r Bourdieu. En el núcleo de esta orien ta

c ión está la idea de «ruptura epistemológ ica», ruptura en tre el co

nocimiento c ientí fic o de los sociólogos y la «soc io log ia espontá

nea » de los actores socia les, lo que aproxima las ciencias socia les

a las de la naturaleza . Una de sus fuen tes es el imperativo sociológ ico de romper co n < las ideas preconcebidas» de lo s acto res pro-- -

I!I

ii

I

30

2. El constructivismo estructuralistade Pierre Bourdieu

Pierre Bou rdieu nació en 1930. De fo rmación filosóf ica. actua l

es de soc iología del College de france. Ha sa

bido. r.eumr a tres de los p.adres fundadores de la soci olog ía, quetrad icio nalmente se co nsideraban opuestos: Kar l Marx, Emile

Durkhe im y Max Weber ( 1864-1920).

. Si a Bourdieu se le conoce espec ia lme nte po r sus trabaJO S ya relativamente an tiguos en col aboraci ón con Jean -Claude

Passeron sobre los mecani smos escolares de rep roducción social- Les Hérit iers ' ?y La Reproduction18_, además ha desarro llado

una obra mu ltiforme en numerosos ámb itos . procurando que la

e laboración teó r ica nunca esté completamente de sli g ada de la in

ves tigación. As í. sus es tud ios no se reducen al aná lis is de la re

de las estructuras socia les -que . po r ot ra parte, niPierre Bourdieu ni Jean-Claude Passeron han entendido nun ca

como una reproducc ión id éntica-c-, sino que abarcan muchos

otros aspectos. Este es el caso. por ejemplo, de una ob ra co lec tivaque ha dirigido, La Mís ére du mo nde !", centrada en la manera en

que las formas sociales de sufrimiento modi f ica n la subje tividadde los ind ividuos. Lo que ha denom inado «ccnstruc tivismo es

tructural ista- sintetiza bie n la origina lidad de su enfoque. particu-~ ; ñ

las épocas. Esta historicidad no se co ncibe de manera finalista es

decir. que la historia de las sociedades humanas no está orientadaa un fin predeterm inado. Para el. la historia de la human idad «se

en proyectos, pero sin proyecto, y se dirige amúlnpl es fin alidades, pero sin fi nalidad})15. Sin embargo, no

salva completamente todas las trampas evolucionistas , pu es tien

de a reducir los movimientos de las historias humanas a una vi

sión unidireccional y un idimensional. Es esta tentación lo que le

lleva a propugnar «una teoría objetiva de la evoluc ión de la soc iedad}) ' 6 'y a concebir la historia occidental mediante la categoría

homog énea de «proceso de civilizaci ón». Al privileg iar e l largoplazo . lo global y la supues ta unidad del movimiento histórico es

a lo que la historia tiene de heterogéneo , errático,di sco nt i nuo y contradic torio.

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33

2. Estruct uras soctates en las interacciones-ontinu idad en la vida de la pe rsona. Transponibles , pues las dis

posiciones d ~ u i r i d merced a ciertas experiencias mpor ejemplo) tienen e fectos sobre otras esferas de la expenencra

(la profesion al. po r ejemplo); és te es un elemento prim ordial de launidad de la persona. Po r último. sis tema , pue s estas disposicio

nes tienden a estar unificadas. Pero, para Bourdieu , la unidad y la

conti n ui dad de la persona. que sue len ser efecto de l habirus, noson generalmente las que la persona se imagina consciente y re

trospectivamente - lo que denom ina <da ilusiónr 3 f i c a -

sino una unidad y una continuidad en buena medida inconscie n

tes. reconstruidas po r e l soc iólogo (en función de la situación en

el ámbito de las clases sociales , de las posiciones institucionales,de las sucesivas experiencias en diferentes campos, etc.• y, por

tanto, también de la trayec tori a en el mundo social) . Esta perspec

riva se distingue de las qu e exam inaremos más adelante (capítu lo

S). según las cuales las disposiciones e identidades de la personaestarían fragmentadas desde el principio, lo que haría mas proble

mática la cuestión de su unificación.Además de un ifi cadores. (o s habitus individuales son singu la

res; pues si hay clases de habitus (hab itus próximos en cuanto a

las condicione s de vida y la trayectoria de l grupo social de pe rtenencia. po r ejemplo) y, por lo tanto, habitus de clase . cada habitusindi vidual com bina de manera especifica una d iversida d (mayor omenor) de experiencias soci ales". Pero ¿se limita el habitus a reproduci r las estructuras soc ia les de las que es producto? El habi -

tus est á constitu ido por ( princip io s generado res». es to es, que unpoco a la mane ra de un prog ram a de ordenador (pe ro un progra

ma en cierta medida capaz de au tocorregirse), debe aportar dis

tintas respuestas en las diversas situacio nes a part ir de un conjun

to limitado de pau ta s de pensamiento y acción . Así , tiende a

reproduci r ant e situaciones habituales y puede conducir a innova

cio nes cuando se halla fren te a situaciones insó litas.Los campos constituyen el momento de exteriorizaci ón de la

interioridad . Se refieren a la forma en q ue Bourdieu concibe las

instituc io ne s no com o sus tancias. sino de manera re lacional.como configuraciones de relaciones entre actores individuales y

colectivo s (Bourdieu pref iere hablar de agentes para indi ca r tan to

que ac túan como que no actúan libremente ). El campo es una es

fera de la vida socia l que ha ido cobrando au tonomía a través de---

Ij

2.2 Dos nociones clave:hab it us

y camp o

32

Según Pier re Bourdieu , «el principio de la acción histórica , en el

caso del artista. del sabio o del go bernante tanto como del obrero

o del funcionario, no es un suje to que se enfrenta a la sociedad

com o un objeto consti tuido en el exterior. No reside ni en la con

ciencia ni en las cosas, sino en la relación entre do s estado s de lo

soc ial, esto es . la historia objet ivada en las cosas - -en forma de

institucio nes- y la historia encamada en los cuerpos --en formade es e sistema de dispos iciones perdurables que denom ino hab i-

tuS»22. Así pues , es la unión del habitus y de l campo , de <da his to

ria hecha cuerpc» y «la historia hec ha cosa» lo que aparece como

el mecanismo principal de producc ión del mundo soc ial. Tratando de hacerlo operativo para los trabaj os empírico s, Bourdieu es

pecifica aqu í el doble movimiento cons tructivista de interioriza -ció n de lo exterior vde exteriorización de lo interior.

El habitus es, Por así decirlo , las es tructu ras sociales de nues

tra subjetividad, qu e inicia lmente se cons tituye n en virt ud de

nuestras primeras expe riencias thabítus primari o) y. más ta rde,

de nuestra vida adulta (habitus secundari o). Es la forma en que

las estructuras sociales se graban en nuestra mente y nuestro

cuerpo por interiorizació n de la ex terioridad. Bourdieu define

entonces la idea. con más prec is ión que Elias , como un «s istema

de di sposiciones perdurable s y rranspo nible se- ". Disposi ciones ,es to es, incl inaciones a percibir, sentir, hacer y pensar de una de

term inada manera . inte rioriza das e incorporadas , cas i siempre de

forma inconsciente, po r cada indiv iduo dependiend o de las cond i

ciones obj etivas de su existencia y de su trayectoria soc ia l. Perdu-rables , pues aunque estas disposiciones pu eden modificar se du

rante nuestras expe riencias. están fue rtemente enraizadas en

noso tro s y t ienden a resisti r e l cam bio. ma rca ndo así una cie rta

puesto por Durkheim en Las reglas de l método soci ológico. No

ob stante . pese a la reafirmaci ón de este principio , e l enfoqu e de

Bourdieu - aunque só lo fue ra por e l segundo momento subjetivis ta- frecuentemente aparece en los pormeno res de l aná lisis

más complejo que una simp le dico tom ía ent re e l conoc im iento

erudito y el común.

Las nuevas sociologías

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l a s nuevas scctc tcqias 2. Est ructuras socia le s en las interaccio nes

35

Si Pie rre Bourdieu ha retenido de la obra de Marx particularmente que la rea lidad social es un conjunto de relaciones de fu erzasentre g rupos sociales históricamente enfrentados. de la obra de

Weber ha retenido que la realidad soc ia l es también un conjunto

de relaciones de significado, que tiene una dimensión simbólica .

Para el , las representaciones y el lenguaje pa rticipan en la cons

trucción de la realidad soc ia l, si bien no constituyen toda la realidad .

Según Bou rdieu, es necesario que se cumplan ciertas Condi

ciones sociales externas a las representaciones y a los propios dis

cursos para que éstos tengan cierta e ficacia sob re la realidad, condic iones favorables previamente inscri tas en las mentes y en las

ins tituciones . Este es el caso. po r ejemplo. de lo que denomina«tos efectos de la recr ía»:" , es decir. los efectos que puede tener

una teoría fi losófica y/o sociológica sob re el mundo social (porejemplo, la teoría marxista de la lucha de clases); estos e fectos

implican que los agentes se ap rop ian de elementos de esta teoría y

que esta pueda apoyarse en las instituciones. Se tra ta de otra mo-

dalidad de relación entre e l conocim iento erudito y el común; en

un movimiento que va del uno al ot ro, part e de las teorías socioló

gicas del pasado puede integrarse prog res ivamente en el objeto deanálisis de los soc ió logos de hoy.

El tener en cuenta la dimensión simbólica de la rea lida d soc ialno ca rec e de consecuencias sobre la manera de conce bir las re la

ciones de dominación (de asi metría de los recursos) entre indivi

duos y g rupos. Es ahí donde interviene la noción de violenciasimbólica. Las diver sas formas de dom inaci ón , a menos que recurran exclusiva y continuamente a la fuerza armada (que, a su vez ,

implica una dimen sión simbólica, porque se percibe y expresa de

determinada manera). deben es tar leg itimadas. esto es, cobrar un- --

c1uidos de la mayor parte de los capit ales leg ítimos). Lo queBourd ie u denomina campo de poder es un lugar donde en tran en

relació n campos y capitales : es ahí donde se en frenta n los dominan tes de d iferentes campos. ( un campo de luchas por el pode rentre los que detentan distintos poderes »?".

2.3 la dimensión simbólica del orden social

34

la histori a en torno a relac ione s sociales, interes es y recursos propios . dife rentes de los de otro s campos . La s pe rsonas no se mue-

ven por las mismas razones en e l campo económico, en el artís tico. el periodístico . el político o el deporti vo . Cada campo es a l

mismo tiempo un campo de fuerzas -caracterizado por una distribución desigual de los recur sos y, po r lo tanto , por una co rre la

ci ón de fue rzas entre dom inantes y dom inados- y un campo deluchas --en e l que los age ntes socia le s se enfrentan pa ra conser-

var o transfo rmar esta co rrelación de fuerza s. Para Bourdieu. enesa s luchas puede estar enjuego la propia definición del campo ysu de limitaci ón (¿quien tiene derecho a participar" , etc.). lo que

distingue es ta idea de la habitualmente mas ce rrada de sistema.Cada campo se caracteriza por rela ciones de competencia ent re

sus agentes (Bourdieu también hab la de mercado), aunque la pa r

tici pación en el juego implica un mínimo d e a cuerdo sobre la

ex istencia de l campo .Cad a campo se caracteriza por mecanismos especifica s de ca-

pitalizaci án de su s recursos legitimas. Así pues, según Bourdieu .

no hay una so la clase de capital, como tiende a ocurrir en Marx y

los marx is ta s (el cap ital económico), sin o un a multiplicidad de

capitales (cu ltural , político . etc.) . Por lo tanto, no ex iste una representación un idimensional del espacio social -como en los

marxistas. donde el conjunto de la soc iedad se conc ibe funda

menta lmen te en tomo a una visión económic a del capitalismo-e-,s ino una rep resen tación pluridimensional, estando compuest o el

espacio socia l po r d iversos campos autonómo s, cada uno de los

cuales defi ne modos de dominación específicos . De esta manera,no nos ha llamos ante un capitalismo (en el sentido económico).

ca racterizado por una forma determ ina nte de dominación (da ex

plo tación capi talista»), s ino ante capitalizac iones y dominaciones : re lacione s as imétricas entre individuos y grupo s establecidas

en beneficio de los mismos. algunas de las cuales cruzan d iferentes campos, como la dominac ión de las muj eres po r los hom

bres ' ". Al mismo tiempo, estos modos de capita lización son autó

nomos, a veces compitiendo entre sí (por ej emplo. el confl icto

cl ásico entre quienes detent an el capital económico y el capita l

cultural. hombres de negocios e int ele ctuales) y se vinculan pordiversas formas de imbricac ión (c iertos agentes acumulan capita

les eco nómicos , cu lturales y po líticos, mientras que otros son ex----

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Las nuevas sociologia s

sentido positivo o, en todo caso, convertirse en «natura les», de

fo rma que los propios dominados se adhieran al ordendominante,al desconoce r sus mecanismos y su carácter arbitrario (no natural,

no necesario y. por lo tanto, histórico y tran sformable). Es este

doble proceso de reconocimiento y desconocimiento 10 que constituye el principio de la violencia simbólica y, por tanto , de la le

git imación de las distintas dominaciones-". Por ejem plo, e l profesor que anota «brillante» o «torpe» en los deberes que le s e n t aun alumno está rem itie ndo a una j erarquia socia l (e l «brillan te»frecuentemente califi ca a quienes det entan el capital cultural legi timo y el «torpe» U lo s excluidos), y este gesto casi siempre

reconocido por el. alumno como un ju ic io sobre su competencia

pe rsonal e ignorado como expresión de una dom inac ión social.

2.4 Una socio logía de la acc ión : la lógica de la práct ica

Uno de los aspectos peor co noc idos de la socio logía de P ierre

Bourdieu es su socio logía de la acc ió n, esbozada en 1972 en su

Esquisse d 'une théoríe de la

pratíq

ue '? y de sa rrollada en 1980 enLe Sens pratique.

Siguiendo especialmente la f iloso tia de Wittgenstein y deMerleau-Ponty ( 1908 -196 1), es ta soc io log ía de la acción parte

de una crí tica de los enfoques intelectualistas , es to es, de las teorías de la acción que reducen ésta al punto de vista intelectual de

aquel que la observa, en detrim ent o del punto de vi sta prác ticode qu ien actúa . Así , «e l inte lcctua lism o es tá inscrito en e lhecho de introducir en el obj eto la relación intele ctual con el ob

je to, de sus titu ir la relación práctica con la práctica por lacon el obje to que es prop ia del observador»!' . En este sentido, el

ín telectual ismo es un objetivismo que percibe la acción desde el

ext erior y desde arriba co mo un obje to de conocimiento, s intener en cuenta la relac ión del agen te con su acción. Uno de los

efectos del objetivi smo de la postura inte lectualista es , como hamostrado Bemard Lacroix' ". dotar a pri ori a los objetos así con

cebidos desde el exterior y analizados por e l sociólogo (la URSS,

Fran cia. el Estado , la política municipa l, la clase obrera, etc .) de

una homogeneidad y una consistencia. como si fueran co sas , que

no poseen.

36

2. Estruct ur as socia les en (as interacciones

Bourdieu opone una relación práctica con la práctica a esta

rela ción teórica e inte lec tual con la acción que numerosos filóso

fos y soc ió logos atribuyen erróneamen te a l agente, universalizan

do su propia posición de observador reflex ivo. Para él. actuamo sen un mundo que «impone su presencia. con sus urgen cias, las

cosas que hay que hacer o dec ir. las cosas que se hacen para ser

dichas , que imponen di rectamente los gestos o las palabras sinde sp lega rse j amás como un cspect éculo »>", Para toda una serie de

actos incluso podemos «ir de la práctica a la práctica sin pasar po rel discurso y por la conciencia» (ibíd.• p. 124).

Pierre Bourdieu distingue claramen te dos posturas: la del ob

servador, que re flexiona y razona sob re la acc ión , y la del agente

que actúa, «apremiado» por «el fuego de la acci ón». con sus urgencias. Para él, la acción obedece a «una lógica que no es la de la

lógi ca» (ibid ., p . 144), una lóg ica práctica , en cierto sentido

«presa de aquello de lo que se trata» {ib id.. p. 154). El tener en

cuenta la relac ión práctica co n la práctica !leva a Pierre Bourdieua examinar una competenc ia de los agentes que para él es funda

mental: el sentido práctico, inscri to en el cuerpo y en tos movi

mientos de l cuerpo , y que no seejer

ce másque

en la situaciónconcreta. ante prob lemas prácticos (se trate de un jugador de te nis

durante un partido , de un obrero con la máqu ina . de un po lítico enun mitin o de un f ilósofo en un co loquio). Parte integrante del ha

bitus, el sentido práctico permite al ac tor econom izar retlexión yenergía en la acc ión; es un operador de la econom ía de la prácti-

ca.La sociología de la acción propuesta por Pier re Bourdieu es

una de las pocas que se interesan por la cuest ión de las lógicasprác ticas, si bien cabe preguntarse, como hacen Paul Ladriere -" yAlain Cai ll é-", si no tiende a «cargar un poco las tintas en la otra

dirección». Asi , una crí tica demasiado unilatera l de los modelos

del actor reflexivo podría hacemos caer en otro sesgo ident ificado por el sociólogo estadounidense Harold Garfinkel-": tomar a

los ag en tes soc iales po r «idiotas cultura les» (cultural dopes) .Oponer de manera exclusiva y excesivamente dicotómica la rela

ción intelectual y la re laci ón práctica con la práctica es no tener

en cuenta que la reflexividad (1a reflexión sobre lo que se está ha

c iendo), si bien no es un paso obligado de toda acc ión , no siempre

está ausente de las conductas prácticas. aun cuando es tén domina-

3 '7 -

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Las nuevas scctc tcqfas 2. Est ruct uras socia les en (as interacciones

39

Conceder el predominio a las es tructuras (estructuras de las mentes y cuerpos. así como de las cosas y las inst ituciones) conduce aBourdieu a pasar por a lto el peso de la interacción cara a cara enlos procesos de cons trucción de la rea lidad social. Para él, las interacciones «ocultan las es tructuras que se desenvuelven enellas)4l y por tanto no constituyen más que (da actualización coyuntural de la relación objetiva»?' . Lo más frecuente es que tengan un papel más pasivo que activo en la formación del mundosocial. Dicho presupuesto teórico le conduce a ser menos atento alo que ocu rre, lo que refuerza su marginalización . Por lo demás ,Pierre Bourdieu ha recurrido relativamente poco a la descripción

de situaciones cara a cara (au nque sí en el caso de las interacciones de v d o r e s y compradores de casas. por ejemplo-").La prioridad que concede a los aspectos objetivos de la realidad

también le conduce a veces a reactivar el par apariencia/realidad loque tendería a alejar su soc iología del en foque construcnvista. Porejemplo . así ocu rre en su reflexión sobre <da ilusión bioer áfica». . .donde considera el yo <da más real, en apariencia, de las realidades))46. Por lo tanto, el análisis de la construcción social de la realidad se ve un tanto limitado por dicha oposición entre una realidad,,:erdadera i v a ) y una realidad falsa (subjetiva), pues la dialéc

nca de lo subjetivo y lo objetivo aparece bloqueada. Una perspectiva constructivista más decidida concebiria, a la manera de Schütz

(véase el cap. 3), «rea lidades múltiples», aunque entre estos diversos aspectos de la realidad social se pueda tratar de distinguir lossegmentos más o menos sólidos, retomando. por ejemplo, los trescriterios propuestos por Laurcnt Th évenor'": ámbito de validez (enel espac io), estabilidad temporal y grado de obj etivaci ón (objetos einstituciones que las encaman) de esas realidades.

La sociología de Bourdicu, que también es f ruto del trabajocolectivo de un equipo de investigac ión. apa rece como una de las~ -

gicos como los de G érard Althabe-", que tienen en cuenta la participac ión del investigador en las relaciones soc iales que observay, por lo tant o, insisten en la integ ración de las re laciones invest igador/inves tigados en el anál isis .

2.6 El peso dete rminante de las estructuras objetivas

38

das por cuestiones pragmáticas. Por lo tanto , lo que no es ta claramente establecido es el lugar de una refl exividad pragmática en lasociología de la acción - por ejemplo, los constreñimíentos máso menos apremiantes asociados a la s ituación dejan más o menosmargen a formas de reflexividad por pane del actor. No obstante,Bourdieu no pasa por a lto comp letamente esta dimensión, en especia l cuando se detiene en los periodos de crisis, pue s, en esoscasos, al dejar de ser válidos «los ajus tes rutinarios», entra en

juego la reflexividad del aceor' ".La cuestión del transcurso de la acció n ha sido reab ierta, apo

yándose en nuevas fuentes , por las problemáticas de la acción enproceso -una acción seguida de cerca en un encadenamiento desecuencias de actos- que han surgido estos últ imos años en Estados Unidos, como , por ejemplo , las inves tigaciones de LucySucbma rr " , y en Francia, como las de Isaac Joseph en la RATpl q

o los análisi s propuestos por Pierre Live t y Laurent Th évenor'".

2.5 Una so dologia reflexiva

La sociologia de la p ráctica no nos ha introducido solamente en lacuestión de la reflexividad del agente , sino también en la del soció logo. Es po r un movimiento de reflexividad (volviendo a símismo y a su actividad) como el soc iólogo puede evi tar los errores ligados al inte lectual ismo: tomar su propia relación intelectualcon elobje to de anális is por la relación del agente con su acción.Po r lo tanto, la capacidad del sociólogo de tener en cuenta su relación con su objeto constituye uno de los medios de mejo rar la calidad eientif ica de su trabajo . De ahí la importancia de lo queBourdieu denomina una objetivación participante, pues la objetivación (en este caso, en e l sentido de conocimie nto cientifico) de

la relación subjetiva del sociólogo con su objeto (su parti cipaciónen el obje to que analiza) forma parte de los requisitos para que suaná lisi s sea ciennfíco- ". Así pues, la soc iología de Bourdieu esuna soc iología retl exiva que invita al soc iólogo a un trabajo deauto-socio-an álísts (de su relación con el obje to, que puede est arvinculado a su lugar en el campo intelectual, a su propia trayectoria social, etc.) a fin de hacer su investigación más rigurosa. Estaor ientación reflexiva presen ta convergencias con trabajos etno ló-

;;;-

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Las nuev as socio logias

más sign ificativas que ha conocido Francia después de la guerra .tanto por sus desarro llo s teóricos com o por la d iversidad de susapo rtaciones empíricas. Sus relaciones con los plan teamientosco nstructiv istas son comp lejas: ha con tribu ido a su enri q ueci

miento . a l tiempo que ha continuado encuadrándolos en un disposit ivo con strictivo en bene ficio de las estructuras objetivas.

3. Desarrollos críticos del constructivismo estructuralista

Jea n-Claude Passeron . coautor de las pr imeras formu lac iones deaquello que tod avía no se denominaba «con structivismo estructu

ral ista» , y Michel Dobry, que ha aplicado algunos de sus esque

ma s de análi s is , so n do s de los autores que han realizado intere

santes desar rollos críticos de esta perspecti va.

3.1 Estructuras de dominación y prácticas populares:Ias cuestiones de Claude Grignony Jean-Claude Passeron

Claude Grigon es director de inve stigació n del In st ituto Nac ional

de Investigaciones Ag ronóm ica s y Jean-Cl aude Passeron direc

tor de es tudios en la Escue la de A ltos Estudios en Ciencias So

cia les en Marsella. En Lo culto y lo populur'", han p lan teado una

seri e de cues tiones , relacionadas con sus propias experiencias en

la investigación, a las socio logías (la de Bourdieu entre ell as) a

las que reprochan en genera l un tratam ien to inadecuado de las

culturas populares. Estas consideraciones metodológicas y teóri

cas cobran sentido, en el caso de Pa sseron, en rel aci ón con una

renovación orig inal de la reflexión epi stemológ ica en las cien

c ias soc ia les. Ha sistematizado sus análisis en Le Raísonnementsoctoíogtque -" , asim ismo en discrepancia con las an teriores for

mulaci ones de El oficio de sociólogo. esc rito con Pier re Bour

di eu y Jean-Claude Cham bo redon, que tendía a aproximar las

ciencias sociales a las de la natura leza. En la actualidad Pas seron

d istingue claramente las c ienc ias sociales ---como ciencias his-tóricas , cuyos enunci a dos teóricos nunca están com pletame nte

desligados de contextos específic o s - de las ciencias nomológi-

40

2. Est ructuras sociales en la s interacciones

cas - -q ue es tab lecen leyes ge nerales, con independencia de los

con textos .Grignon y Passeron muest ran que los enfoques de las cu lturas

populares tien en a oscilar entre dos desviaciones: 1) el populis-mo , que, sacralizando las cultur as populares como si posey eran

una autosu ficiencia simbólica (de sentido), olvida las carac terísti

cas qu e deben a las re laciones de dominac ión entre las clase s enque están insertas , y 2) ellegitimismo (o dominocentrismo), que

únicamente considera las práctic as populares j erarquizadas res

pe ct o a las formas dominante s, las más legítimas socialme nte,

como s i la s ac tividades de los dom inado s siemp re se refirieran a

las de los dominad ores . En las ciencias soc ia les el populismo se

ha entendido frec uenteme nte como una rehabi litación de las culturas populares, mu chas veces negadas en ta nto que culturas es ·

pe cífica s por los aná lisi s legitim istas: así, en función de las nor

mas dom inan tes, parece incong ruente conside rar la petanca una

prácti ca cultura l con el mi smo título . por ejemplo , que asist ir a unconciert o de Mozart . Por su parte, la cri tica de llegitimismo toma

del popul ismo la muy weberiana ob servació n de que «una cultura

dominada sigue funcionando como cultura. es to es, como sup re

macia simbó l ica de una condici ón soc ia l, independientem ente desus relac iones desiguales con otras cultura s) (Passero n, p. 80) .

Estamos an te un cuestionamien to de l legitim ismo en tanto que et-nocentrísmo de clase , es decir. en tanto que jui cio de las produc

ciones de los medios populares exclusivamente en función de los

cri terios dominantes. Este etnocentrismo puede culminar en un

racismo de clase -e-aut éntica negación de humanidad , si las críti

cas al raci smo del antropólogo Claude L év i-Strauss se ext iend en

a las relaciones entre g ru pos sociales de la mi sm a soc ied ad - ,que excluiría a las clases popu lares del universo humano de la

cu ltura par a reducir las al orden de la naturaleza; de ahí que las

des cripciones clás ica s de campes inos y de obre ros los releguen alsalvaj ismo y la anima lidad . Pero, a la inversa. el popu lismo igno

ra el peso de las relaciones de dominación sobre lo s universo s de

signif icados e laborado s en los grupos popu lare s, que no son

«esencias», es deci r. entidade s ind ependientes del resto de las re

laciones sociales . Además. los intelectuales populistas no ev itan

siempre el etnocentrismo de clase , proyectando en sus descripciones , con frecuenc ia estetizantes , de los modos de vida populares

t; i '-

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3.2 La plasticidad de Las es tructuras:La socioLogia de Las cri sis politicas de Michel Dobry

2. Estructu ras sociales en las interacciones

los mecan ismos de dependencia qu e las vinculan a las soc iedadesocc identales. sino también en función de sus propias lóglcas'" ,coi nciden asimismo co n ciertas orientacio nes de Grignon y Passeron.

M ichel Dobry, profeso r de ciencia pol itica en la Unive rs idad de

Parí s X-Nanterre , inscribe sus trabaj os en el desarrollo de los de

Pier re Bourdieu. Sin emba rgo , tanto la es pecificidad de su objetopri nc ipal (las cris is politicas) como la confrontac ión de los con

ceptos de Bourd ieu con otra s ori entaciones más interaccionistas

- po r ejemplo, la del economista norteameri cano Thomas Sche lling en La estrategia del confl ícto'", la de Peter Be rger y Thomas

Lu ckmann o la de Erving Go ffman- hac en qu e su Sociologiedes crises poíítiques'" avance por el cam ino de un constructivis

mo más equ i librado en cuan to a las relaciones entre las es tructuras soc ia les y las interacciones. No se tra ta aqu í de presentar en

de talle un apa rato conceptual complejo . en cuyo apoyo se movilizan una se rie de ejemplos histó ricos, sino simplemente de ve r qu éinflexiones aporta este enfoq ue al constructivismo es tructura lista .

El análisis de las crisi s políticas frecuentemente se ve atrapa-

do en la opo sición entre una soc io logía de las es truc turas y unasociología de la acc ión. Así , para ciertos autores, «las coyunturas

deci siva s se opo nen a las má s rutinarias en un rasgo concr eto: por" naturaleza" , las primeras corresponderían a un aná lisis en térm i

nos de decisión , e lecc ión o, más en general , de acc ión in tencional

de los ac tor es de la crisis , sea n éstos ind ividuos o grupos, mien

tras que las segundas requerirían enfoques dirigidos a captar las

es tructuras [...J y ap lic ar esquemas de análisis determ ímstas»" .De una parte, es ta pe rspectiva impide ver de qué mane ra influyen

las estructuras socia les sobre los periodo s de cris is y, de o tra , vis

lumbrar la vu lnerabil idad de las es tru cturas soc iales que actúan

en los contextos más rutinarios.

Dobry aprehende las es tr uctu ras socia les en el marco de

Bourdieu , bajo el dob le ángulo de los sectores sociales autóno mos y del Irabitus. En lo qu e conc ierne a los sectores , «la exi sten-

4 ' 3 -2

Las nuevas sociologias

sus propias conce pc iones artístico-intelectuales. Así pues, es en

la ambivalencia de las prácticas populares respecto a las estr ucturas de dominación donde Grigno n y Passeron pon en el ace nto.

Pero ¿qué sent ido cobra n es tos análisis frente a las aportac iones de Bourdieu? La soc io logía de la dominación simbólica no

aparece en Gri gnon y Passero n s ino como una dimensión de la inves tigación de las culturas populares. Según ellos , se ría un error

contemplar las produccio nes po pu lares -c-como a veces tiende a

hacer Bourdieu- exclus ivamente en sus re lacio nes con las formas cu ltura les dominantes. Por ejemplo, medir las ac tividades de

los miembros de las clases populares úni camente con un instrume nto legitimista como la noción de capital cultural (que se re

fiere a apropiac ión de los recursos cu lturalmente legí timos como

los títulos académ ico s, los gustos art ístico s, etc. ), entraña co nce

birlas só lo negat ivamente, «en términos de ob stáculo s , limitac iones, exclusión , p rivacion es , au sencia de elección no consuma

ción y no práctica , etc.) (G rignon, p . 117). Entonces «sólo quedareduc ir, con aire afl igido , tod a diferenc ia a privación , toda alter i

dad a inferioridad » (J.-e. Passeron. pp . 36-37). La soc io logía de

Bo urd i eu no evitaría siempre las trampas dorninocéntric as , aun

que sus aná lisis de las p rácticas populares a veces pa rezcan máscom plejos, part icu larm ente cuando se ve obl igado a tener en

cuenta la dob le d imen s ión de depe ndencia (en relac ión con lasformas leg itimas de habl ar) y de au tonomía «da afirmaci ón de

una contra -leg itimida d ling üistica») en su anális is de los lengua-j es popularcs-".

As í pues, Grignon y Passeron nos invitan a la crítica de las posibles desviaciones legi timistas y populistas que amenazan toda

soc iologí a de las prácticas populares y, má s en gene ral, muestran

que e l conce pro de dominación, aunque es muy importante po r

cuanto ap unta a la es tabilizació n de relacion es asimétricas entre

ind ividuos. grupos o soc iedades, no es un concepto omn iscienteque agote el análisis de las prá cticas sociales. Sus análisis conver

gen con c iertos trabaj os soc io lóg icos, como los de Francois de

Singly sobre la di versidad de razones por las que la gente no respo nde en las encues tas de opin ión, que no se reducen a un a falta

de comp etencia cul tura ll eg itima>'. En la cienc ia política, las esti

mulantes invest igaciones de Jean-Francois Bayart so bre la s socie

dade s afric anas , qu e deben com prenderse, no só lo en relaci ón con- ~

Las nuevas socio logia s 2. Est ructuras soci al es en las interaccione s

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45

4. La teo ría de la estructuración de Anthony Giddens

la critica de una forma ac tual de evoluc ionismo que se da partícu larmente ent re los historiadores : la tende nci a a considera r un pro ceso de acció n co lect iva a partir de su desen lace y a establece r

mecánic amente un a relación di recta entre los resultados observa

dos y las supues tas causas, igno rando lo s aspectos má s acciden

tados e inc ierto s de la acc ión durante su de sa rrollo' ".Por el momento, la empr esa origina l de articulación de las di

mensione s mac ro y micro propuesta po r Dobry ha sido desarro

llada sobre todo en su vert iente teórica. Entre sus pnmeras ap lica

ciones empí ricas, más allá de cierto impac to sobre las ob rasfrance sas dedicadas a la acc ión co lec tiva , señalemos el análisis de

la cris is po lítica de mayo de 1877 propuesto por Willy Pe lletier!".

4.1 La dualidad es tructural

Investigad or británico, Anthony Giddens actua lmente es di rec to r

de la London Schoo l of Economics , despu és de ha ber enseñadosocio log ía en la Univers idad de Cambridge . La ob ra de Giddens,

a diferencia de la de Elias o la de Bourdieu , es so bre todo teó rica.

Gíddens tambié n ha intentado combinar, en el seno de una teoriade la es tru ct u ración. una sociolog ía de las es tructuras socialesy de la acción . a lgunas de cuyas ar t iculaciones abordaremos a

cont inuación. El concepto de estructuraci ón no s presen ta las es

tructuras socia les desde e l ángulo del movimiento . Giddens lo de f ine as í: «Proceso de las relaciones sociales que se estructuran en

el tiempo y e l es pacio a través de la dualidad es tructural»?".

La ide a de la dualidad estructural pu ede expresarse de diferentes

maneras. Primeramente se puede propo ner «que las propiedades

estructura les de lo s sistemas soc iales son a la vez cond ic iones y

resu ltados de las actividades rea lizadas po r los agen tes que for

man parte de es tos sistemas» (ibid.) . Se trata de una visión circu-lar de la cons trucción del mu ndo soc ia l, cuyas dimensiones es

tructurante s son a la vez anteriores a la acción, como suscondicio nes , y posteriores, como sus produ ctos. Estos aspectos---

-

44

""

cia , en la mayor part e de los sistemas socia les modernos, de una

multip lic idad de esferas o de campos soc iales diferenciado s,inextricablemente unidos y. al mi smo tiem po , más o menos autó-

nomos, [es] lo que const ituye e l hecho estructural fundamentalpara la inte ligibilidad de los procesos de cri si s po lít ica que pue

den apa rece r en es tos s istemas»>". Pero es tos s istemas soc iales

complejos se caracte rizan por una c ierta p last ic idad, es dec ir, sen

sibi lida d a las ac cio nes de los actores y a los procesos de movi li

zaci ón colectiva -de ah ¡ que las coyunturas de cris is sean posi

bles . En cuanto a los habitus. Dobry modifi ca las formu lacionesde Bourdieu en e l sentido de co nceder un peso mayo r t an to a las

coyunturas como a las situacio nes ca ra a cara . Para él, «en (os in

tercam bios entre habitus y situaciones, el comportamiento de los

primeros no es nece sariamente homogéneo» (ibid., p. 244 ). Lo

que le conduce a proponer <d a idea de que el hab itus pueda deter

m inar, con un peso variable según los contexto s sociales, las conductas y las representaciones» (ibld. p. 24 7) .

Por (o tanto, con cibe las coyunturas de cris is al mismo tiempo

como transformaciones del estado de los sistemas socia les complejos y como movilizaciones multisectoriaíes, esto es, movi liza

ciones qu e se desarrollan s imultáneame nte en varios sectores socia les. la s crisis po líticas se caracterizan por unaJluidez politice ,con di ferentes componentes com o la desector ízaci án coyunturaldel espacio soc ial (una es tabilidad menor de las fronte ras entrelos sectores soc iales), la incertidumbre estructural (se borran o

con funde n los puntos de re ferencia habituales de cálculo político )

y por procesos de desobjetivac í án (pérd ida de obj etivídad de as

pectos anteriormente esta bles de la rea lidad socia l). Este tipo de

análisis implica una ate nc ión es pecia l a las in terpretaciones, a laactiv idad táctica , los cá lcu los, previsiones e intercamb io s de los

actores , que tienen luga r en escenarios , esto es, en lugares de inte

rac ció n d irec ta (cada secto r comporta va rios escenarios) . Así

pues , Dob ry se interesa por las mú ltiple s formas en que ca lcu lan

los actores , inse rto s en d iverso s contextos; pero, a l añadir «cuan

do ca lculan»>" , apun ta a un aspecto nuevo qu e hasta el momen to

ha tratado po co : las situacio nes do nde el compor tamien to de los

ac tores no puede compre nderse median te la idea de cálcu lo(sobre esta d imen sión, véase la noción de agape o amor en Luc

Bo ltan ski, cap . 5). Por el contrario, ha cont inuado su análisis con~

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47

Para Anthony Giddens, «las propi edades es tr ucturadas de los sis

temas sociales se extienden, en el tiempo y el espacio, mucho mas

allá del contro l que pueda ejerce r cada actor» (ibíd .). Por consi

guiente , las consecuencias no intencionales de la acción constitu-- -. 3 Las consecuencias no intendonales de la acción

2. Estructu ras soci a les en te s in teraccione s

nera discursiva » y presenta semej anzas con la ide a de rutina[ibid.) . La fronter a entr e es tas dos competenc iason impreci sas y cambiantes. Po r el contrano , Gidden s obse rva,en referencia a la teoría psicoanalí tica de S igmund Freud (1856

1939), que ( existen barr eras . en part ic ular la repr esión, entre laconcienc ia d isc ursiva y el inconsciente». el cua l incluye (das for

ma s d e conoc imiento o impulso completamente reprim idas o queno apa recen en la conciencia más que deformadas» (ibid.). El in

consciente constitu ye uno de los límites de la competencia de losactores humanos.

Reconocer la competencia humana, aunque limi tada. pe rmitea Giddens no concebi r ríg idamente las relaciones entre conoci

miento com ún y conocim iento erudit o del mundo social: «Cuan

do se trata de la reflexi ón sociológica doc umentada no hay ningu

na line a de demarcación cla ra entre los ac tores «co munes» y los

espec ialistas. Por sup ues to, h'!y. lineas de a r c a c .so.nneces ariamente imprecisas» {ibid. ). Adem ás, en una vrsron din á

mica de esta comunicación ob serva que las teo ría s de las cienciassoc iales «se entrelazan más o menos con las teo rías al uso» de los

actores. Esto no significa que los actores y los invest igadores uti

licen los m ismo s crite rios para sus a nál is is. Gidden s habla de«cri terios de credibilida d», utilizados po r los actores para dar

cuenta de lo que hacen . y de «c ri terios de valide z» , a los que se

refi eren los investigadores de las ciencias soc iales para apoya r losresul tados de sus tra bajos o juzgar los de los demás. Se ha inten

tado desar ro llar v af inar este enfoque contemplando al mi smo

tiem po las analogías y las d iferenc ias, las continu idades y las dis

continuidades, pero también las inter relaciones, en un proceso de

realimentación recípr oca (entre ac tores e inve stigado res) , de losconocimientos soc ia les de los actores y de los investigadores de

las cienc ias sociales'".

-s tru cturantes. a trav és de los cuales el invest igado r intenta captar

de qué manera «se establec en las relaci ones soc iales en el tiempo

y el es pacio». se distinguen de la acc ión hum ana, situada aquí y

ahora, per o a l mi smo tiempo , «no existen más allá de la acción»

presente. Her ram ien ta abstra cta conce bida por Giddens a f in decaptar lo que, una vez establec ido, no se inventa en cada nueva in

te racción. la única reali dad empí ricamente ca ptab le de lo estruc

tural es su actualización en la acc ión y la in teracción . Pero cabe

ve r la idea de ( dualid ad estructural» de sde otro ángulo : en el sentido de que (do es tructu ral siempre const riñe y posibi lit a al m ismo

tiempo» (ib id .) y, po r lo tan to, remite conjuntamente a las noc io

nes de contreiiimien to y competencia. Por ejemplo, el aprend izaje

de la lengua materna constriñe nuestra capacidad de expresión ylimita nuestras posibilidades de conocimiento y acción, pero, al

m ismo tiempo , nos proporciona una habilidad, hac iendo posible

toda una se ri e d e actos e intercambios.

4. 2 La compe tencia de los actores:condenda práctica y condenda discursiva

Par te integrante de una socio logia de la acción, la teo ría de la estructuración nos p resenta actores soc iales competentes, donde la

competencia se entiende como ( tod o aque llo qu e los actores co

nocen (o creen) , de manera tác ita o discu rsiva, sobre la s ci rcuns

tancias de sus ac tos y de los demás , y que utilizan en la producción y reprod ucción de la acci ón» {ibid.) . Es ta competencia pon e

de rel ieve especialmen te una capacidad ref lexiva por par te de lo s

acto res humanos, «ocupa da constan temente en el flujo de las conduct as co tidianas», es decir, que son ( ca paces de comprende r lo

que hacen mientras lo hacer» {ibid.} . Pero es ta «reflexividad só lo

opera en parte a nivel discursivo» y, den tro de la competencia hu mana , G idden s di stingu e la conciencia discursiva y la conc ienc iapráctica. La conciencia discursiva rem ite a «todo aquello que los

actores pueden expr esar de manera verba l (oral o escr ita)» (ib íd.) .

es deci r, a lo que se reduce habitua lmente la idea de conc iencia .

La conciencia práctica . idea más original, comp rende «todo

aquello que los actores conocen tác itamente. todo lo que sabenhacer en la vida soc ial sin pod er expresarlo directamente de rna-

Las nuevas sociologias

46--

la s nueva s sociolo gias 2. Estructura s sociales e n (as in t eracciones

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G iddens critica los análisis clásicos de las socio logías funciona

lis ta s y, particul armen t e la idea de / unción . Med ian te una metá

fora biologista que ide nti f ica un sis tema soc ial con un cue rpo

humano do tado de funciones naturales, las explicaciones funciona les pasa n por a lto, según él, la competencia y la ac tividad inten

ciona l de los actores , y prefieren atribuir una lóg ica y una racio

nalidad autosuficien tes al propio sis tema socia l. Así creen «haber

resue lto una cuestión» , donde simplemente se «ha plant eado un

problema» (ibid. ) . No obstante. G iddens no ev ita la tentación de

considera r las partes de un conj unto social en referencia a un

todo; de ahí que recurra a las nociones de «s istema social», «integraci ón sis témica» e «integración social» . El sistema social se de

fin e como la «formac ión , a trav és de l espacio y de l tiempo, demodelo s regu larizados de relaciones socia les concebidas como

prá cticas reproduc idas» (ibid.) . Por tanto, es un todo establecido

lo que tiene en mente , aunque prec isa que los sistemas soc iales

«rara vez poseen la un idad interna que caracteriza a ciertos siste-

'"'49-

de la evolución general los movimientos de las soc ied ades huma

nas. Co n mucha frecuencia, esta dirección de la historia no es másque la ge neralización de un aspecto especi fico de la acción de la

historia. que confunde «la evolución general con una evo lució nespecífic a» (ibíd .). Hallamos aquí convergencias con la tentativa

de Raymond Boudon de res ti tu ir un lugar al azar y al desorden ,

cuestionando las teorías con pretensiones universalistas de cambio, de desar rollo o de la modernizaciónv",

No obstante, con su critica Giddens retoma, en ciertos aspec

tos, el cuestionamiento aún más radi ca l y sistemát ico de los evolucionismos , formu lado, apoyándose en la ob ra del f ilósofo Frie

dri ch Nietzsche ( 1844-1900), por el f ilóso fo-historiador Michel

Foucault ( 1926- 19984). En contr a de las «génesis linea les», que

intentan «reunir en un tod o cerrado en si mismo la diversidad, alfin y al cabo reducida . de l tiempo» , Foucau lt trata de devolver su

luga r a lo discontinuo, lo errático, lo heterog éneo , lo singular y lo

accidenta l, esto es, «mostrar las d ispersiones y las di ferencias e' ".

4.5 Sistema, integrad ón social e integradón sistémica

o Lo micro reabsorbido por Lo macro

yen, con el inconsc iente, uno de los pri ncipales lím ites de la com

petenc ia de lo s ac tores sociales.

Con este concepto, Gidden s integra en su teorí a de la estruc

turación una idea clásica de la soc iologia, de sde el funcionalismo

de Robe rt Merton y sus «consecuencias imprevistas de la acc ión

social» ha st a el individua lismo metodo lógico de Raymond Bou

don y s us «efectos perversos» . ¿De qué se trata? «En el transc ur

so de la acción surgen sin cesar consecuencias no deseadas por

los actores y,de manera retroactiva, estas consecuencias no inten

cionales pueden convertirse en las condiciones no reconocidas deulteriores acciones» (ibid). As i pues, lo que propone G iddens es

una verdadera dialéctica de lo inten cionado y lo no intencionado ,

donde lo inten cionado está atrapado en com plejas secuencias deactos que se le escapan y que llevan la acc ión más lejos de lo que

él pretende. Giddens pone el ej emplo de la luz y el ladrón . El

actor enciende la luz de su cas a al entrar, alertando al ladr ón que

está allí, qu e huye y es detenido por la policía para acabar en la

cárce l. Ahora bien. la in ten ción del ac tor só lo era iluminar sucasa. La idea de las consecuenc ias no intenciona les de la acción

intenta responde r a la siguiente pregunta : «¿Cómo es que un acto

tan banal como apre tar un interrupto r ha podido de sencadenaruna se rie de acontec imientos, algunos de los cua les es tán muylejos, tanto en el espacio como en el tiempo, del acto desencade

nante ?» ( ibld.) . Esta noción se convierte as í en un mediador e in

cluso en una sue rt e de conductor de acc iones e interacciones co ti

dianas haci a contextos espacio-temp ora les más amp lios, s i n que .a:diferenc ia de la noción de interdependenc ia de Elias , la serie de

acci ones se co nsidere un co njun to.

4.4 Critica del evoludon ismo

48

Si Giddcns concede gran impo rtancia a la historia y a la dimen

sión temporal de la acción social , se muestra mu y crítico respecto

al evolucionismo, esto es, «la te ndencia a asoc iar la temporal idad

a una secuencia linea l y, por lo tanto. a concebir la historia como

si es tuviera an imada por un movimiento cuya d irecc ión fuera perceptible». Uno de los peligros del evo luc ionismo es lo qu e deno

mina <da visión unidi reccional», que comprime en una sola línea

I l as nuevas socio logias

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Imas fisicos y biológicos) ( ibíd.) . La integración social designa lo

que es propio de las situaciones de interacción , es deci r. «la reci procidad entre actores en las circunstancias de copresenc ia» , y lanuegrací án s istémica extiende su ámbito, exp resando ( la recipro

cidad entre actores y co lectiv idades en condiciones espacio-tem

porale s más amp lias. más a llá de la copresencia» (ibid.). Giddens

pretende haber «sob repasado» la di sti nc ión micro /macro co nestos conceptos. Parecería más bien que sus esquemas conceptua

les mantienen la tensión entre e l inte rés po r las ac tividades cotidianas de los actores y e l proyecto de concebirlas en función de

un rodo que necesariamente se les impone . De nuevo encon tramos aqu í la di ficultad de considera r de man er a equilibrada los

procesos de coproducción de las partes y del todo.

Co n Giddens hemos visto una tentativa teóri ca original parasa lir de los dualismos clásicos de las ciencias soc iales , pero no

parece que las sol uciones esbozadas estén completamente a la altura de sus amb ic iones. En una ciencia empir íco-te ár íca como la

sociología, es indudable que los problemas no pueden resolverse

de forma exclusivamente teórica.

3. Interacciones

en las estructuras sociales

:

Nues tro recorrido por la probl em áti ca construc tivista conti nuacon varios autores que. s i bien part en de los individuos y su in-

teracción . t ienen en cuenta entidades mayores que estos individuos y sus interca mbios ca ra a ca ra (i nst ituciones. organizacio

nes, rede s. nor mas. etc.), qu e se convierten en constreñimientos

en las actividades cotidia nas de construcción de l mundo social.

A lgunos de estos soció logos han desar rollad o sus tra bajos desde

los añ os se senta e n Estados Un idos (Peter Berger . Th omasLuckm ann y Aa ron Cicoure l). mi entras que o tros se han a firma

do má s re cien tem ente (M ichel Cal len, Bruno Latou r y Joh n Els

ter). pero tienen en común haber despertado interés en los años

ochenta y pri ncip ios de los noven ta. en el momento en que las

o r ientaciones más «c uali tativas» y más «interac cionistas» te-

nían más éx it o qu e pre viamen te. No obsta nte. aquí no trata re

mo s más que trabajos que intentan sa lir de l nivel microsociol ó

gico es tr icto y que , po r lo tan to , también inten tan evita r las

di cot om ías trad icional es.

50-

Las nuevas soctctcqias 3. Inte racciones en las est ruct uras sociale s

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1. La construcdón sodal de la realidadde Peter Berger y Thomas luckmann

Peter Berger y Thomas Luckmann son pro fesores de socio log ía

en Es tados Unidos y Alemania respectivam ente . Su libro - La

construcción social de la realidad , subtitu lado Un tratad o de sociología del conocimie nto - , publicado originalmente en EstadosUnidos en 1966 y reimp re so cons tantemente, se ha co nvertido en

una obra de referencia. Berger y Luckmann fueron alumnos enEstados Un idos de un au to r cl ásico de las ciencias socia les : AI [red Schü tz, iniciador de una sociolog ía «fe nome no l ógica».

1.1 Un constructivismo fenomenológico :La aportación de Alfred Schütz

A diferencia de! constructivismo es tructural ísta propugnado por

Pierre Bourdieu , que parte de las estructuras sociales, se puede asociar a Berger y a Luckmann con un constructívismo fenomenológico , que parte de lo s ind ividuos y sus interacciones. Desde este punto

de vista, la aportación de Schütz (véase el recuadro más adelante) esimportante y marca especialmente la introducción (<<El probl ema dela soc iología del conocirniento») y el primer capítulo del libro (ed.os

fundamentos del conocimiento en la v ida co tidiana») .

En la introducción. Berger y Luckmann amplían e l ámb ito dela sociolog ía del conocimiento, previamente demasiado limitadoa l conoci m iento teórico . al conocim iento común y, des de ahí, al

conj unto de procesos de construcción soc ial de la realidad . Inspirados p o r Schütz, parten del con ocim ien to en la vida cotidiana y

de su rictivación en las s ituacio nes car a a cara. En es ta perspectiva, «la rea lidad de la vida co tidiana contiene pau ta s de tip ifica-

ción en función de las cuales los otros son ap rehendidos y vtr ata

dos" en los inte rcamb ios cara a cara. Así, yo co ncibo al o tro co rno

hombre, europeo , comprador, tipo a legre, etc. » (ib id.) . Estas tipifi caciones reci procas de los ac tores «forman parte de una "negociación" con tinua en la situación ca ra a cara. En la vida co tidiana,

ta l "negoc iac ión" probablemente está a su vez pre-dispues ta de

una man era típica, como en el proceso me rca ntil ent re comp radores y vende dores» .

5 ' 2

¡

-La sociologia fenomenológica de Alfred Schütz

De origen austriaco, Schütz se encuent ra en el cruce de las preocu

paciones de la sociologia de Weber y de la filosofía fenomenológica

de Edmund Husser (1859-1938)1 . Después de exiliarse en Estados

Unidos en 1939, su interés por la cuestió n de la acd ón le lleva a ex

plorar la tradición pragmática de la filosofía esta dounidense (John

. Dewey, WiUiam James o George Herbert Mead)Z así como la socio

logia entonces predominante de Talcot t Parsons (1902 -1979) . Entrelas aportaciones, principalmente teóricas y metodológicas deSchütz, puede mencionar esquemát icamen te :

- «los objet os del pensamiento construidos por los investiga

dores de la s ciencias sociales se fundan sobre los objetos del pensa

miento construidos por el pensamiento corriente del hombre res

pecto a su vida co tidiana entre sus semejantes y a é sta se refieren.

De esta forma, tas construcciones empleadas por el investigador de

las ciencias sociales son, por as¡ deci rlo, construcciones de segundogrado: construcciones de las const rucciones edificadas por los ac tores en la escena social cuyo comportamiento observa el científico y

trata de explicarlo a l tiempo que respeta las reglas del procedimiento cientif icc»>

-P or lo tanto , el conocimiento erudito de t mundo social se

apoya en el conocimiento ordinario: «Toda interpretación de este

mundo se apoya en una reserva de experiencias previas -las nuestras o las que nos tra nsmiten nuest ros padres o profesores- ; bajo

la forma de "conocimientos disponibles", esta s experiencias funcio

nan como pautas de referencia» (ibíd.), en un stock de conocimien

tos disponibles.

- El conocimiento común se caracteriza por su tip icidad: «loque se experimenta en la percepción ac tual de un objeto se t rans

fiere [.. .] a todo objeto similar, percibido únicamente en cuanto a

su t ipo» (ibid .). Particula rmente mediant e el lenguaje que han heredado de generaciones anteriores, los acto res llevan a cabo una t i

piftcadón del mundo social: «Cuando int roduzco una carta en el

buzón, es pero que unas personas desconocida s, denominadas carte

ros, actúen de una manera tipica que en parte desconozco, con el

resulta do de que la carta llegue al destinatario en un tiempo típicorazonable» (tbtd.).

53

3. Interacciones en las es t ructuras socialesLas nuevas soctotoqías

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55

los 2 (cd.a sociedad como rea lidad obje tiva») y 3 (vl.a sociedad

como realidad subjetiva»). De esta manera. dan una de las fonnu-

laciones más sistemáticas de un programa constructivis ta en lascienci as sociales , recu rriendo, más allá de Schütz, a autores tan

diferen tes como Marx . Durkheim . Simmel. Weber, Mead, Sartre,

parson s o Goffman .En pri mer lugar, la sociedad es para ellos tanto una realidad

objetiva , es deci r, exteriorizada ( independiente de los actores que

la producen ) como objetivada (constituida por mundos de objetosseparados de los sujetos). Es es te doble proceso de ex terioriza

ción y obj et ivación, en la medida en que se apoya en el conoci -

miento común tipif'icador y en las interacciones ca ra a cara, loque al imenta los procesos de institucionalización en sentid o am

plio: «La instituciona lización se manifiesta cada vez que las cla

ses de actores efectúan una tipif icación rec íproca de las accioneshab ituales . [...] Hay que subrayar la rec iproc idad de las tipifica

ciones institucionales y la tipicidad de las acciones , pero también

de los actores en las instituciones. [... ] La propia institución tip ifica a la vez a los actores y las acciones ind ividuales. [...] Por ejem

plo, la institución de la ley determina que en determinadas cir

cunstancias se co rta rán cabezas y que uno s tipos específico s deindividuos ejecutarán la se ntencia (los verdugos o miembros de

una casta impura o vírge nes que hayan pasado de una edad o losdesignados p or un orácu lo)» (ib íd.). Así pues, las instituciones

adquieren cierta solidez y estabilidad merced a la acc ión de la his-toria, a través de fenómenos de cristalización de las tipifi caciones y los hábitos. y de su sedimentación en el curso de l tiempo

(especialmente, pero no só lo. en res er va s co mu ne s de co no c í-miemos, como e l lenguaj e que nombra la realidad). Además, las

institucio nes deben especializarse en un proceso de división del

trabajo, y los propios actores desempeñan, en función (y den tro)

de cada instituc ión . roles soc ia les diferenciados (ibíd.). Para mantenerse , los un iversos institucionales requieren legitimaciones deorden cognitivo y normativo , esto es, formas simbólicas que per

miten su conocimiento (práctico y teórico) y que les confieren

valor. La ins titucionalización no es en abso luto irreversible ; por

lo tamo, pueden ex istir formas de desinstitucíonalizact án.Esta lectura constructivista de la realidad social se opone a los

modelos sist ém ico-funcionalistas (en térm inos de sistema, de- -

-l mundo al que se refiere e l conocimiento cotidiano es deentrada un mundo intersubjetivay cultural. porque no es solamente

el mio. sino también de otros hombres. entre ellos tos que me han

precedido. y es tá constituido por significados que se han sedimen-tado en la historia de las sociedades humanas (ibid.).

- No hay homogeneidad ni del lado de los actores ni deLlado del

mundo social en el que participan: 1) Elstockde conocimientos dispo

nibles no es el mismo para cada actor: hay una «distri bución social deL

conocimiento» ligada a la situación biogróficamente determinada decada uno (ibíd.), y 2) el mundo de la vida cotidiana está es tructuradoen «diversos niveles de realidad», en realidades múltiples'".

-S chütz comprende la idea central de acción «en el sentido de la

conducta humana, en tanto que prevista por su actor, esto es. la con

ducta basada en un proyecto preconcebidoa' : la idea de proyecto.orientada aLfuturo, lleva emparejadas las de candencia y motivos.

- Por último. Schütz diferencia el conocimient o erudito del

mundo social. propio del sociólogo, y el conocimiento común en el

que se apoya. El investig ador de las ciencias socia les que observa el

mundo sociaL se guía por un sistema pertinencias diferen te de l del

actor que toma par te directamen te en la acción (loque es pertinen

te para uno no lo es necesariamente para el otro); el erudito. quequiere conocer, y no actuar en la situación observada, se ve obliga

do a distanciarse de ella y. para ello, recurre al stock de conocimien

tos disponibles de su disciplina científica (su corpus de reglas de

procedimientos, métodos, t écnicas, conceptos y modelos)".

Para te rminar con algunas criticas dirigidas a (a sociología fenomenológica de Schütz, hay que señaLar ciert os problemas, en par

ticular. el riesgo de cent rarse excesivamente en el actor individua l,

su conciencia y sus proyectos en la interpreta ción del mundo social,

as¡ como la tentación de reducir todo el campo de las ciencias so

ciales a una construcción de segundo grado.

1. 2 l a sociedad como rea lidad objetiva y subje tiva

54

Para Berger y Luckmann. «la soc iedad es una producción huma

na. La soc iedad es una rea lidad obj etiva. El homb re es una pro

ducc ión social»: de ahí los títulos complementarios de los capitu-

Las nuevas socio logias 3. Int e racci on es e n Las es t ruct uras sociales

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57

Nacido en 1928, Aaron V. Cico ure l es profeso r de sociología en eldepartamen to de Ciencia Cognitiva de la Universidad de Ca lifor

nia en San Diego . Lo mismo que Harold Ga rfinkel (nacido en1917), con quien inició la co rrie nte de la sociología nor teamericana denom inada etnome todologla - muy de batida en los años

ochenta- o fue alumno de Schütz. Cico urel ha desarrollado una

ob ra multiforme de d imensiones metodológicas, teórica s y empí

ricas (es pecialmente en los ámbitos de la delincuencia j uven il, la

escuela y el ho spital). Dentro del movimiento etnome todológico,nos centraremos en ci ertas investigaciones suyas , ya que es él

quien ha ido más lejos para sa lir de un ma rco aun demasiado interaccionis ta e identificar nuevos puntos de con tacto con los aspectos ma crosociales de la rea lidad .

los mod os de objetivac ión e inst ituciona lización, el marco de unasociolog ía del conocimiento aun ext endida a una construcción de

segundo grado.

2. La sod ologia cogni ti va de Aaron V. Cicoure l

Harold Ga rf inke l también fue alumno de Talcott Parsons , que se

propuso ar t icular una macrosociolog ía sistém ico-funcionalista in

teresada en la estabil ida d del orden soc ial y una teoría de la ac

ción que tuv iera en cuenta las motivaciones de los actores. Garfinkel ha inten tado abordar es tos prob lemas de ot ra manera. En

1967 publicó su Studies in Ethno methodology" , que se considera

el libro «fundaciona l» de la emo rnetodc logia.

En el propio término etnomet odología, «et no» sugiere que un

miembro dispone de conoc imientos de sentido común respecto a

su sociedad y «metodología» se re fie re a la aplicación de méto

dos ord inari os po r d icho miembro. La noción schü tziana de

creencias de sent ido co mlÍn, así como la de miem bro (y no indivi

duo o actor) -de origen parsonia no-- , dotado de competenciasque rem iten particularmente al dom in io del lenguaje en una colectividad dada , permiten entrever que la preocupación por la es-

-'--

2.1 El pun to de pa rt ida etnometodológk o

56

funciones y de integración) en el sentido de que (d a integración

no de scansa en las instituciones , s ino en su legitimación» ( ibíd.)y, por tanto, no hay una «funcionalidad» ni una cohes ión «s ist é

mica» a priori en el seno de las instituciones o entre las insti tuc io

nes de una soc iedad. sino un trabajo simbólico para atribuirles coherencia. Por otra parte , el énfas i s que ponen en la objetiv idadconstruida del mundo social distingue el enfoque de Berger y de

Luckmann de los más subjetivistas, como el de Paul Watzfawick .en compa ración con los cu ales Luckmann ha comen tado que

«Berger y yo cas i somos materialista5»l .Para estos dos autores. la socieda d tam bién es una realidad

subjetiva, es dec ir, ínteriorizada a través de la socialización. Estasoc ialización se de fine como (da instalación congruente y exten

sa de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o de un

sector de la misma». La socialización primaria se prod uce du ran

te la infancia, po r lo que es más marcada, mientras que la soc ia l i -

zaci ón secu ndaria tiene lugar en los aprendizaj es post eriores.

Como la ins titucionalización, la socialización se ca racteriza po r

un doble proceso de conservació n y transformación. Uno de sus

vectores es «e l rec urso de la conversación»; «man tiene continua- .

me nte la real idad a l tiempo que la mod if ic a si n cesar. Hay elemen tos que se abandonan o se añad en, debilitando ciertos secto

res de la realidad (...] y re forzando otros » (ibíd .). En fin , tan to en

el plano del mundo objeti vo como en el de l subje tivo , su análisispone el acen to en la diversidad como carac terística de nuestros

contextos con tem poráneos, en lo que denom inan pluralismo derealidades e identidades.

La síntesis prog ram ática propuesta por Berge r y Luckmann

ha suscitado inte rés en las cienc ias socia les es tos últimos años,pero también críticas. En el primer aspecto cabe c itar los trabajos

de sociología económica de Mark Granoverter y Richard Swed

berg o de C laude Dubar sobre la socia lizac ión. En cuanto a las

críticas, se les ha reprochado que «ponen las re laciones interindí

viduales en la bas e de toda objerivaci ón»> y que , invocando una

soc iología del conoc im iento, olvidan que el obje to de la soc io lo

gía «va mucho más allá de la cultura del sentido común» de losactores.'. Vo lvemos a encontrar aqu i las limitaciones de Schütz.No obstante, es posible que, en últ imo término , los análisis de

•••••r,8"e;r=er y Luckmann desborden , par ticu larm en te en el aná lis is de

Las nuevas sociologias 3. Inte racciones en las est ruct ura s socia les

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59

por su part e, en el contexto etadounidense, Aaro n V. Cicoure l ha

orientado sus trabajos hacia una socio logía cognitiva . Esta atest i

gua un triple interés por el lenguaj e, el signif icado y el conoc i

miento (de ahí el cali ficativo de cognitiva s', En el centr o de sus

investigacion es se hall an las nociones de:-s-Proced ímientos interpretativos , «pa ra arti cular las ideas de

los fenomenólogo s y de los etnometodólogos y relac ionarlas co ntrabajos sobre la adqu isici ón y el uso del lenguje, la memoria y la

atención o, en genera l, con lo que concierne al proce samiento de

la información» (i bíd.).-s-Comp etencia ínteracciona í, «que perm ite precisa r las re la

ciones en tre los procesos cognitivos, la aparición de contex tos ylos voc abu larios de descripción (accounting vocabular íes)»

(ib id.) .El aná lis is soc iológico se ab re igua lmente al campo de la co

municación no verba l (e n el estudio del lenguaje de los sordos ,

erc.) , qu e no cabe reduc ir al mode lo de la comunicac ión verba l

(ib id., cap. 5).

Cicoure l muestra que, en sus act ividades cogni tivas, los acto res y los investigadores se ven obl igados a apoya rse en proc edimientos inter pretativos comunes . Por tanto , e l invest igador no

puede «hace r obje tivas sus observaciones má s que exp lici tando

las propiedades de los procedimientos interp retativo s y su depen

dencia de ellos en la investigación» (ib íd .). De esta fonn a, la pretens ión de obje tividad cient ífica implicar ía, en e l caso de las cien

cias sociales , un imperat ivo de reflexividad sociológica . En fin, al---

2.2 La sod ologia cognitiva

r es ionales tienen de conocimiento pr áctico». Esto no sign ific a

que los consi dere idéntico s, pues, m los anali,sis deSchütz , también tiene en cuenta sus d if erencias en el capítu lo 8

(<<Las prop iedades raciona les de las actividades científ icas y de

sentido com ún») .A raiz de los trabajos de Har vey Sacks y Emmanuel Sche

glotf, la investigació n emo rne todol ógica se ha particulannente en e l ámbito mi crosoc io lógico de l an álisis de la con

l,;ersa ción.

.,58

tabilidad del o rden soc ia l no ha desaparecido y que es po sib leestablece r vínculos con lo s as pec tos más macrosociales. Sin emba rgo , a dife renci a de Parsons, las investigaciones de Garf inke l

van d irigidas so bre tod o a la acc ión pract ica, a las interacc ionescoti dianas y a las fo rmas de razo namien to práctico , pue s, como

indica Louis Qu éré, Gar finke l cons ide ra que «e l orden , la regu la

ridad. la congruenc ia qu e muestran los fenómenos soc iales so nresu l tado de op eraciones interact ivas realizada s en el m mPor eso , al contra rio que en «c ie r ta s interpretac iones de Durkhe im {... ] la rea lidad obje tiva de los hecho s socia les [se concibe]

como la real ización conti nua de act ividades conc er tadas de lavida diarias".

Los es tud ios etnometodológicos enfocan (das actividades cotidianas en tanto que métodos de los miembros para hacer es tasac tividades visiblemente rac iona les y comun icables para todos

los f ines prácticos ; esto es, desc riptibles (accountable) como or

gan izac iones de actividades ordinarias . La refl ex ivi dad de es te fe

nómeno es un rasgo singular de las acciones y las circunstanciasprácticas. del conocimiento de sentido común de las es tructurassoc iales y de l razonam iento soc iológico práctico» (ib íd .) . Aunque

lo s miem bros no est án des cribi endo sus ac to s constan tem ente ,Ga rf inke l ins iste en que lo s fenómenos sociales so n susceptibles

de descripció n, es to es, pueden ser obj eto de la reflexiv idad y latematizac ión po r parte de los miembros . Así, este modo de abo r

dar los procesos sociales nos puede llevar de la desviación identi

fic ada por Garfink el -considerar a los acto res «idiotas cultura les» (cu ltural dopes), hiperco nfo rm es con las norma s soc iales

preestablecidas y apenas reflexivos-e- a otra , en es te caso inte lec

tua lista, an alizada po r la socio logía de la práctica de Pierre Bou rdieu . Si la refl exividad de los miembros no pu ede elim inarse a

priori de sus conductas pract icas, es indudab le qu e no es só lo a

pa rti r de ella como pu eden comprenderse es tas últimas . Por tanto,asoc ia r los problemas planteados por Bourd ieu y Garfinkel qu izásupondría elabo rar una economía práctica de la refl exividad , va

riable según las situ acio nes .En lo que concierne a las relaciones en tre el conocimien to

erud ito y el con oc im iento común del mundo social, Garfinkel

esta interesado sobre todo en la s semejanzas entre los dos órdenes

de conoc imiento, en lo que las «investigaciones soc iológicas pro-- - -l·

la s nueva s sociologias 3. Inte racciones e n Las es tr uc turas sociale s

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2.3 Nuevos puentes entre lo micro y Lo macrosodal

tratarse de «explicitar el papel del conoc imiento y del contexto en

el es tudio de la es truc tura social» (ibíd.), se plantea la cuestión delas relac iones con los aspectos macro sociales , especia lmente a

través de los procedim ientos de «adquisic ión de la es tructura soc ial» en el transcurso de la socia lización (ibid., ca p. 2) .

Desde mediados de los ochenta se observa un interés crecien

te la dimensión cogn itiva de la acc ión soc ial. Cabe mencionar,

por ejemplo, a Jea n G . Padioleau o los trabajos de Bem ard Conein, insertos part icularmente en los deb ates de las ciencias cog-

(en las disciplinas biológicas , psicológicas, lin-gu isucas ? de la I.nteligencia artific ial). Pe ro en e l tipo de dialogo

que .Conem mantiene con las cienc ias cognitivas, cabe pregunta r

51 uno no se hall a ante un nu evo riesgo de naturalismo - por

ejemp lo, en la investigación de puentes con la etología (estudio t

del comportamiento de los animale sje--; que tienden a rea linearlas ciencias sociales con las naturales.

mía re lativa de cada nivel de análisi s» y se es fuerza por tener en

cuenta <da int eracción de los di ferentes n iveles» (ibid.). Para ello,propo ne una idea orig inal: «Los miembro s de un grupo o de una

sociedad han creado sus propias teo rí as y métodos pa ra llevar a

cabo esta int egración» entre lo micro y lo macro y, por lo tanto.sus actividades cotidianas incorporan «un sent ido de la integra

ción micro-macro» (ibid.). Este trabajo de los actores para garan

tiza r vías de comunic ación en tre lo micro y lo macro puede designarse adecuada mente co n la noc ión de res umen (summary),siendo los resúmenes modos de procesamiento de la información«que trans forman m icroacontecimientos en mac ro estructuras»(ibld.). As í , el médico interpreta y resume las informaciones qu e

le proporciona su pacient e en una historia médica que pueden utilizar otros profesional es de la sanidad y que será considerada un

dato en el se no de las instituciones médicas, agregable a otros

datos (por ejemp lo, en las investigaciones epidemiológicas) . En

las insti tuciones de la enseñanza se puede obse rvar procesos similares en los res úmenes de inter acciones que constituyen los expe

dien tes académicos, reunidos posteriormente en ba lances que es

tablecen los resultados de una ge ne rac ió n y que , a su vez ,

cons tituyen dat os para el estud io de la movi lidad soc ia l.Dentro de la co rriente etnometodológic a, estas perspectivas

han sido criticadas por Emmanue l Scheglofft'' . Desde el punto de

vista es trictame nte microsociol ógico, Schegloff plan t ea el dobleriesgo «de introducir prematuramente víncu los con las macrova

riables» y de «no especificar adecuadamente el fenómeno inte

raccional» (ibid.). Esto no ha impedido a C icourel desarrollar sus

investigac iones sobre la imbricación de los contextos en las act ividades sociales. ten iendo en cuenta par ticu larmente las dimen

siones interact ivas, cognit ivas. lingüíst icas e instituciona les , al

tiempo que invita al invest igad or a que integre en sus análisis el

propioco

ntexto de la investigació

n en un ac to de reflexivid

ad sociológica, a fin de ga rantizar la validez contextual (ecological va-lid íty) de sus da tos respecto a los contextos comunes en la vida

cotidiana. En relación con estas preocupacione s, C icourel man

tie ne desde hace varios años un debate con Bourdieu en el que hapropuesto. por ejemplo, una apropiac ión critica del concepto de

habitus. ten iendo en cuenta principalmente lo s aspectos inte rac ti vos , cognitivos y lingüístico s !' .

60

De sde principios de los ochenta, C icourel se ha interesado particulannente por una reformulaci ón de la cu estión de las relacionesen tre lo s aspectos micro y macro de la realidad social.

Para Cicourel, «una microsociologia no pued e pretender es ru- ,

d iar la interacción social como un produc to local y autosuficien - tte, de la misma manera que los teóricos de la macrosociología no

'pueden ignorar los procesos microsociales e", au nq ue só lo sea

porque, implícitamente y sin prob lematiz arl o , cada nivel util iza.como puntos de apoyo elementos tomados a l otro nivel. Por ejem

plo, el investigador micro situará su observación participante de

un peque ño grupo de actores en un contexto ins tituc ional y cultu

ral más amplio, que dará por sentado y no cues t ionará. m ientras

que el soc iólogo macr o agregará las respuestas a un cuestionario

presuponiendo la competencia cogni tiva y d iscursiva de los acto

res entrevistados, pero sin tomar la por objeto. Ahora bien , en losres ultados de la inves tigación ambo s e liminarán las «interferen

cias» macro o m icro, a pesa r de que en pa rte constituyen la base

de su trabajo . Al mismo tiempo , la perspectiva de la integración de i

•••••• 10 micro y lo macro sugerida po r Cicour el recono ce (da autono- J

I

1,

I

'

"

Las nuevas sociologias 3. In teraccio nes en las es t ructu ras socia les

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63_.-

Bruno Latour escrib ió su primera ob ra, que fue publ icada ening lés en 1979u, en colaborac ión con e l soció logo británico Steve

Woolga r. Durante do s año s compart ió la vida co tidiana de los in

vest igadores de l labo rato rio de neuroendoc rino logía del profeso r

Robert Gui llemi n en Californ ia . El aná lisis elabo rado a part ir dees ta etnografia de laboratorio, que describe los procesos soc iales

de la construcción de los datos cient íf icos, se sitúa bajo los do bles

auspicios de Bloo r y de la etnome todo logía .

Para los auto res, la construcción soc ia l de la cienc ia incluyefactores, dimensiones y niveles muy heterogéneo s que no pueden

ser captados po r concepciones epistemológicas que dan por su

puestas la ciencia, la verdad y la razón. La s nociones de inscrip -ción literaria e ínscr íptores les proporcionan un primer hilo con

ductor, pues un labo ratorio produce gra n variedad de materialescrito (desde los gráficos rea lizados por los aparatos hasta los ar

ticu los cient íf icos), y su actividad puede considerarse como una

serie de operac iones de tran sformación de ciertos tipos de enunciados en otros tipos de enunciados con dist intos grados de fa cti-

cidad . En este contexto , un hecho sería un enu nc iado que no es

negado por los pares opues tos . Más en genera l, la géne sis históri

ca de un hecho está ja lonada de controversias cient íf icas , es trate gias d iversas, publicaciones que contienen forma s retórica s de

persuasión , víncu los con organismos f ina ncie ros o intereses profesionales , en la misma medi da en que se configura en la s ac tivi

dades co tidianas de l laboratorio , por ejemplo, en las conversaciones in formales . Por (o tanto , la construcc ión de un hecho

científ ico no remite so lamente a un trabajo int electual y discurs i

vo, sino que moviliza ot ras prácticas, así como técn icas y objetos,

que son materializaciones de debates anterio res . Esta perspectiva

no conduce a dudar de la so lidez de l hecho científico así consrrui-

3 .2 la constr ucción social de los hechos d entificos

presentan como «cient íficos», «verdade ros» y «raciona les», en

oposición a otros estigmatizados como «no científicos», «fa lsos»e « irracionales»), pero no desembocan en un re lativismo absoluto

según el cua l la idea de verdad ca recería de sentido, pu es Bloo r

ma ntiene esta noción .i che l Ca llo n, ingeniero de formación, y Bruno Latour, profesorde filosofia, son los insp iradores de l Centre de Sociologie de l ' Innovation (CS f) de la Escue la Naciona l Superior de Minas de Pa rís .

En los años ochenta han desarrollado un nuevo marco de anális isa partir de un conjunto de investigaciones emp íricas en los ám bi

tos c ientíficos y técn icos . In icialmente han util izado recurso s

conceptuales de dos ámbitos; de un lado , la fi loso fla de la cienc ia,ex tend ida gradua lmente a otros campos, elaborada po r Miche l

Se rres ' ", del que han tomado el co ncepto de tradu cción , y, deotro , el programa fuerte de sociología del conoc imiento iniciadopor el fil ósofo-sociólogo inglés David Bloor !>

Las perspectivas esbozadas po r David Bloo r han servido de re fe

rencia a una ser ie de trabajo s soc io lóg icos, ant ropo lógicos o económ ico s sobre la ciencia y la técnica , particu larmente en e l

mundo ang lo-americano , publicados en la revista Social Studieso fScience. y que Michel Ca llon y Bruno Latour han desa rrollado

de manera original en Francia. De es te prog rama fue rt e han re tenid o especialmen te dos princip ios !":

- El princi pio de imparcialidad «ante la verdad o la fa lsedad,

la rac ionalidad o la irracionalidad, el éx ito o el fracaso) de lasconstrucciones cient íf icas es tud iadas. Por lo tanto , al ana liz a r una

controvers ia cientí f ica, no se debe priv ilegia r de en trada e l enfo

que que tradicionalmente se cons idera «vencedor» o «verdadero»

(de ahí , po r eje mplo, la imparc ial idad respecto a Pasteur y a susdesa fo rtunado s competidores).

-t -Y, en es.ta línea, el principio de sime tría, que sign if ica que

«Ios mism os tipos de ca usas deben explicar las cree nc ias "verdade ras" y las " fa lsas"».

3.1 El programa fuerte en La sodolog1a de la ciencia

3. La sociologia de la ciencia y de la técnicade Michel Callan y Bruno Latour

Es tos pri ncip ios imponen un «re lativ ismo metod o l ógico»,respec to al obje to de aná lis is (el estudio de conocimientos que se

6 ' 2

Las nuevas socio logias 3. Inte raccio nes en la s es t ruct uras sociales

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65

La noc ión de red se ref iere a l es tablecimiento, nunc a defi

nit ivo y en constante proceso de tra nsfo rmació n, de relacionesentre las pe rsonas y [os objetos . Pero el establec im iento de fo r

mas de la vida social debe conside rarse ma s un punto de lleg ada que un pu nto de pa rtida del análisi s. Se tra ta de reab rir las

caj as negras (lo que se da po r sup ues to y no se cu es tiona , como

un hecho científico, una técnica, un proced imien to o una instituc ión ), ce rradas por los acto res . La red es e l resu lt ado más o

menos solid ific ado de l proceso de tra ducc ió n y de c ierre de

cajas negras; <d a palabra indi ca que los recurso s est án concentrado s en dete rminados lugares - los nodos- , pero que estosnodos están co nectados ent re s í po r mall as ; gracias a estas co

nexio ne s, (os recursos dispersos se convie rte n en una red que

parece ex tende rse po r doqu ier» !". Las redes soc io técn icas que pr eci samente asoc ian recursos que habitua lmente se ca lif ica n de «sociales» , «económicos ) . «c ientíf icos» o «técnicoss-c

son las que p ri ncipalmen te han llam ado su atenci ón!". La red

implica un trabajo previo de eq uiparac ió n de recursos he terogé

neos , que les hace conme nsurables y les permite funcionar juntos . La solid ez de las a lia nzas que constituyen rede s parece de

pender so bre todo del núme ro de a liado s mov ilizados y de lasasociaciones rea lizada s' ". Así pu es , las nociones de traduccióny de red ofrecen una vía para salir de la opos ición macro/m icro ,reve lando los procesos po r los que los mi croactores estruc turan

ma croactores, glo ba lizando e inst rume ntalizando su acción, o,

al contrario, po r los que c iertas entidades son deco nstruidas y

toca lizada s-" .Este un iver so conceptual se apoya en una sistematización de

los principios de imparcialidad y sime tria de David Bloor. Con el

pr incipio d e simetría g eneralizada, que es propio de una an tropo logía s imétri ca, no só lo se trata de la misma manera la verdad y el

error, a los vencedores y a los vencidos de la historia de las cien

cias, sino a la sociedad y la natura leza . a los humanos y los no humanos; y el objeto de la invest iga ción no es ya la co nst rucción so

cia l, como en David B loor, sino la socionaturaleza . Igualmente .

se observa a veces una tendencia a la disolución de la noción de

verdad científ ic a. Así, en ocasiones , Latour red uc e la cienc ia a

«relac iones de fuerza ) , negando la existenc ia de «re lac iones derazóm,22. Por su parte , Catlorr" afirma que ninguna exp licación- -4

do , pe ro los soció logos deben recuperar la s condi ciones socia les ,(os contextos y los dispositivos a través de los cuales este hecho

cobra forma. se hace . y que, una vez admitido el ú ltimo, se o lvidan poco a poco.

En el desarro llo critico de este primer tra bajo. M iche l Callan y

Bruno Latour han ido fijando un aparato conceptua l muy crit icocon tendencias clásicas de la soc iología como el sistemo- func io

nalismo o las oposiciones rep roducción/camb io y micro /macro .

La noción de traducc ión se ha ll aen el cen tro de su d ispositivo

teó rico. Los actores (individuales y colectivos, humanos y no hu

manos) constantemente e st án traduciendo sus lenguaj es , sus problemas, sus identi dades o sus intereses en los de otros. Es a través

de este proceso como se co nstruye y deconstruye el mundo, se es

tabiliza y desestabiliza. Por esto, <da identidad de los actores y sus

respectivas magnitudes son hipótes is permanentes en las controverstas»!" y cabe hablar de ínter-defi nici ón de los actores . Con tra

la rigidez sociológ ica de las nociones de «s istem a» o «funciones», Callan y Latour nos inv itan a segu ir a los actores en susmúltiples activ idades de traducc ión (o, mejor, de íntertraducci ón), sob repasando las fronteras predefinidas de los sistemas y

las funciones, e incl uso red efiniéndolas. En esta perspe ctiva, la

lista de actores p ertinentes (individuos , g rupos u obje to s), así

como sus propiedades y sus reglas del juego, nunca están dadas de

una vez por toda s. Las cade na s de trad ucción son modificadaspor diferen tes act ividades : estrategias rivales, confron taciones

para p roba r fuerzas , actividades de mo vil iz ació n y enrolamiento,elaboración de dispositivos para interesar a o tros y de p u ntos dep aso obligados a f in de establecer alianzas y asociaciones entre

actores, y la aparición de p ortavoces de estas asoc iacione s.Traducir, esto es, desplazar: «desplazamientos de f ines o de in-

tereses, o de dispositivos, seres humanos, larvas o inscripciones» !".En la interdefinición de los actores hay un interdesplazam íento . Al

abandonar el esquema binario reproducción/cambio, la noc ión de

desplazamiento permite concebir toda una serie de practicas co tidia

nas que provocan cambios en situaciones más o menos estables.-

3.3 Traducción, desplazamientos y redes

Las lluevas sc ctotcq tes 3. Interacciones en las est ructuras sociales

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E67- -

claro que , en los aná lisis de Ca llon y Latour, los universos científicos pare cen universo s como los otros, qu izá demas iado como

los otros. Otro s enfoques, el de Pierre Bourdieu en particular, han

propuesto que si bien el campo científ ico po see ca racterísticascomune s con los otros campos soc ia les (riva lidades , es tra tegias,

intereses profes ionales. mecanismos de cap ita lizac ión y de domi

nación . erc.), también manifiesta la autonomía y la espec ificidadde «un juego social en el que la idea verdadera está dot ada de

fuerza», lo que har ía posible <daapa rición de esos productos socia les , relativamente independ ien tes de sus cond iciones soc iales

de producción. que son las verdades cient ífic as»." ,También se cues tionan otro s elementos teó ricos propuestos

por Call on y Latour. Así, Francis C hateauraynaud ha señalado el

carácte r reductor de una lectura de la so lidez y la estabilidad de

los víncu los soc iales simplemente a través del número de recursosreunidos> . Igualmente cabe pregunta rse si la precaución metodo

lógica de no estudiar el es tab lec im iento de un mundo más qu e aposteriori, como resultad o de los procesos ana lizado s (reapertura

de las caja s negras), no impide captar aquello que estos proc eso s

deben a priori a las formas de preestablecimiento de la rea lidad

(en las mentes y en las cosas). Aho ra b ien , no se puede abrir todaslas caj as negras (en e l tiempo y el espacio) al mi smo tiempo . Por

su parte, Erhard Friedb erg critica la ind istinc ión de los actores humanos y no humanos , que impide dar cuenta de las especificida

des de l comportamiento humano 30 . Además , la dis tinción huma

nos /no humanos. igual que la propia defin ición de humanidad, noes idéntica en todas las situaciones, como ha mostrado Francis

Chateauraynaud 3 1. Asim ismo. hay qu e seña lar que la amb ic ión

de tratar de la misma manera los po los humanos-sociedad y ob-

jetos-natura lez a tiende a pasar po r alto las ap ortaciones de lascorrientes comprehens ivas de las ciencias soc iales (como las de

Webe r y Sc hütz), que precisamente han inten tado sacar las consec uencias de una dob le constatac ión: 1)qu e den tr o de l polo hu

manos-sociedad se des arrolla una act ividad simbólica que con

tribuye a constituir la realidad de este po lo y sus relaciones cone l polo objetos-na turaleza , y 2 ) que lo s sociólogos están situa

dos den tro de l po lo humanos-socie da d (en este sent ido , no es tán

a la misma dist a nci a de los pescadores y de los molus co s de

Sain t-Jacqucs estudiados ).

;,

Son las po stu ras epistemológ ica s de Ca llon y Latour (su relación

un tan to relativista con la idea de verdad científ ica) las que han

suscitado las críticas más incisivas y las que verd aderame nteconstituyen uno de los puntos más déb iles de sus trabajos. Seña

lemo s la forma en que Francois André Isambert ha cuestionado la

d imensión autorrefutanre de las ten tacion es rela tivistas en el ca sode una c iencia social que da cuenta de las otra s cienc ias : «Bruno

Latour no puede invocar a la razón que ha repudiadoo-" . Sin duda,

las .cosas son algo má s com plejas y más bien hay que seña lar unavaci lación (variab le, según los momento s) en los tra bajos de Ca

BOl) y Latour entre una epistemo log ía relativista (q ue no haga de

la idea de verdad c ientí f ica un horizonte regu lador del conjunto

de las prácticas científicas y, po r lo [anta, de su prop ia investiga

ció n) y un rela t ivismo estrictamente metodológ ico (que se lim ite a poner en te la de juicio la cuest ión de la ve rd ad únicamen te

en lo que resp ect a a l ámbito c ient íf ico objeto de su aná lisi s so cio lógico ).

En la encrucijada de las cuestiones epistemo lógica s y teó ricas, alguno s autores como Bejamin Matalon acus an a es te t ipo de

trabajo s de ign orar la especificidad de la c iencia por su negativa adist ingui r los aspectos soc iales y los aspec tos cognitivos?". Está- '66

sociológica es má s o menos váli d a qu e otra y que es la «co nvicción» lo que (a d iferencia en cada caso.

La imaginación sociológica desplegada y los trabajo s em pí ri

cos producidos no han deja do de tener efecto en las cienc ia s so cia les. Por ejemplo , en el ámbito de la ciencia política. Paul Bacot

se ha servido de la socio log ía de la traducción para elabora r unenfoque origina l de la po títízacion como extensión de la confí ics í-

v ídad'". Por lo demás, el contacto con los escritos de Ca llon y La

tour pa rece haber dot ado de mayor flexibil idad y de un ca ráctermás constructiv ista a la sociología de las o rganiza ciones de Er

ha rd Fricdberg -", pese a la rigidez que conlleva mantener un ve-cabulario s ist émico-funcionalis ta en la estela de los trabaj os de

Michel Crozier. Pero la nueva soc io logía de la cienc ia no ha escapado a reacciones más negativas.

3.4 Interrogante s

Las nuevas sod otogias 3. Inte racciones en las estructuras socia les

sumo, de reciprocidad, códigos de honor, normas de cas tigo . de

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r69

cooperac ión, de di stribución, etc . Estas normas no son exclu

ye ntes ; en un momen to de terminado, los individuos pueden«creer en diversa s normas que quizá tengan implicaciones con

tradictorias pa ra la situ ac ió n en cuesti ón» (ibld. , p . 129). Los

ejemplos analizados en el libro se ref ieren a pr ob lemas de ac

ció n colectiva y negociación social. Se presentan tres grandescasos : 1) ciertos comportamientos son explicables simplemente

a partir de cálculos individua les de optimización de la situac ión,

2) la noc ión de no rmas sociales es la que mejor permite comprender los comportamientos di feren tes y 3) otros actos depen

der ían má s bien de mot ivaciones mixtas, que combinan en diferentes geometrías y dinámica s la rac ional idad individual y las

normas soc iales .

El proyecto de Jon Elster pa rec e vac ilar entre dos vías :

- La primera, que identifica la necesidad de supe rar las anti nomias clásicas de las ciencias sociales , parece quedarse en el

umbral del análisis de los pro cesos de coproducción, contentán

do se co n proponer dos enfoques com plementarios (e lecc ió n racionaVnormas sociales), pero no articulados .

- La segunda, que primeramente aborda el estud io de la coproducción intentando identificar interrelaciones (particularmen

te, en el caso de las motivaciones mixtas) .

Partiendo de una orientación más bien individualista, ot ros

autore s han tratado de superar ciertas limitac iones de este marco

teórico . En prímer lugar hay que citar a un clásico de las ciencias

socia les , redescubie rt o en los años ochenta, el sociólog o alemán

Georg Simme l (1858-1918) . Simmel consideraba que «las formas

sociales» , si bien tien en su origen en «actos individuales» , «una

vez co nst itu idas, actúan sobre el individuoa ' ". Ot ro tanto se

pued e decir de Thomas Schelling en una investigación sobre las

relac iones mi cro/m acro-". Schelling también sostiene que «e n

las s ituac iones en que el comportamiento o la elección de las per

so nas depende del com portamiento o la elección de otras perso

nas, no suele se r posible llegar a agregados por la me ra adi ción oex trapolación. Para es tablecer este vínculo, normalmen te tene

mo s que considerar el sistema de interacción entre los individuosy su entorno, o entre los indiv iduo s y la colectividad». Entonces,

la trampa no está solamente en el holismo (c sacar conclusiones

--

e,•;•

·

·.

·\

4. Jan Elster. los limites de la racionalidadindividualista y el cemento de la sociedad

Nacido en Noruega en 1940, Jon Elster es profesor de ciencia po

líti ca y sociología en la Uni versidad de Chicago. Bajo la dirección

de Raymond Aron ( 1905-1983), leyó una tesi s sobre Marx en 197 1

y formó parte de lo que en Estados Unidos se denominó en los

años ochenta «marxismo analítico», donde se agrupan una serie

de autores que han util izado las herramientas del individual ismome todo lógico para leer a Marx>" Así pues , se sitúa en los már-

genes del p aradigma indi vidualista y de la teoría de la elecció nracional, con la que se le asocia. Desde es ta perspectiva ha tra

baja do sobre los límites de la rac íonal íded ' ". Su s investigacio

nes tienen un fu er te componente teórico , mientras que lo s ejem

plos tratados frecuenteme nt e son casos típicos de la vida

cotid iana, imaginados y simplif icados po r el investigador (en la

tradición de la f ilosofia analítica anglo-ame ricana), o materiales

tomados de tr abajos de otros autores y elaborados en un aná lisis

secundario .

En El cemento de la sociedad>' va más lejo s en la investigación de los límites de una racionalidad individualista en las cien

ci as soci ales . Las her ramientas que aporta la teoría de la el ecciónracional, ce ntrada en la búsqueda de l interés racional y pe rsonal

por parte de los individuos , le parec en insuficientes para tr atar la

cuest ión de la posibilídad del orden social, bajo el doble ángulo

de la coordinación de las expectativas establecidas entre los di ferentes actores y de la existencia de formas de cooperación. Así

pues , ha buscado recursos adi cionales en una teor ía de las nor-mas soc iales, pues «las normas sociales aportan una importante

categoría de motivación para la acción, que no se puede reduci r a

la racion ali dad ni a nin gún otro me cani smo de optimizaci ón»

(ibíd ., p. 15) . Las normas sociales son modos colec t ivos de com

portamiento que se imponen según una lógica en buena medidamecánica , a veces inconsciente, y que ejercen una suerte «de in

flujo sobre el espíri tu debido a las fuertes emociones que su vio

lación puede des pertar» (ibíd., pp . 98 - 100). Jon Elste r examina

entonces una serie de normas sociales que podrían considerarse

determinantes pertinentes de ciert as ac tividades: normas de con--6'8

Las nuevas socio logi as

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prem aturas en cuanto a las intenciones de los individu os a partirde ob servaciones re lativas a ag regados»), sino tamb ién en un in-

dividualismo estrecho (c sacar co ncl usiones prematuras en cuantoa l comportamiento de los agregados Ca partir) de las intencionesindividuales» ).

4. Construcción de gruposy categorización social

s•¡

f

Le Petit Robert da do s defin iciones de la palabra construction: 1)«hacer un objeto complejo» (po r ejemplo, «construir un barco ,automóviles, máquinas») y 2) (h acer exist ir (un sistema comple-

j o) organizando elementos me ntales» (por ejemp lo , «construir

una novela, un poema , un drama») ", La construcción social de larea lidad precisamen te reúne los dos procesos: de un lad o, un pro-ceso de materialización, objetivac ión e institucionalización y, deotro, un trabajo mental de pe rcepc ión, rep resentación y t ipifica-

ción . Esta articu lación está espec ia lmente clara en el cas o de las

clases sociales , donde la existencia de gru pos sociales no carecede vínculos con las operac iones cognitivas de clasificación y ca-tegorización . Ahora bien , durante mu cho tiempo, esto s do s ó rde-

nes se han considerado por separado . Los soció logos se interroga-

ban sobre las clase s soc ia les (¿qué es una clase social? ¿Existe la

clase ob rera'! ¿A qu é clase pertenece ta l individuo" , etc.) , mien-

tras que los lógicos. los estadístico s o los psicólogos se inte resa-ban por las operaciones y los instrumentos (eruditos u ord inarios)

de clasificación . En Fra ncia, hasta los años ochenta no se han es-

table cido s istemáticamente puentes entre los dos ámbitos. Enambos casos, se ha recur rido frecuentemente a la histo ria a fin de

71- -0

Las nuevas sccto tcqias

aportar nueva luz. Además, al contrario que en debates anteriores .

4. Constr ucción de gru pos y ca tegorización social

formac i ón». Por lo tanto, un «proceso de autode fin ició n» contri

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estas nuevas perspectivas no efectúan distinciones «de naturaleza»

entre las nocione s de clase social, grupo so cia l o categoría soc ial.

1. Una obra de refe rencia: La formaciónde la clase obrera en Inglaterra,de Edward P Thompson

Los «marxismos» frecuentemente han contribuido a dar una visiónobjetivista y econom icista de las clases sociales ; és tas existen «objctivamente», pues est án insertas en «la infraestructura económica»

de la sociedad (ccstado de las fue rzas productivas» , «relaciones de

producci ón. y/o «divis ión del rrabajo»): aunque, en las vers iones

menos mecanicistas, esta ( determ inación» no se ejerce má s que en

últim a instan cia y la superest ruc tura ide ológica y po lítica tieneefectos recíprocos sobre la «base material». Sirviéndose de las he

rramientas de la historia soc ial y dentro de un hor izon te que aún se

reclama marxista, el histori ador británico Edward P. Thompson

(1924-1993) intentó invertir esta perspectiva en su libro ya clásico

La fo rmación de la clase obrera en Inglaterru-, publicado en 196 3,que constituyó un importante punto de referencia en la elaboració n

de nuevas invest igaciones sobre las clases soc iales.

1.1 La clase como formación histórico-social

Aquí sól o pretendemos esbozar a grandes rasgos cómo enfoca lasc las es una investigación histórica de gran ampl itud, ce ntrada en

los años 1780- 1840.Para Thompson, la clas e es «una formac ión social y cultural» ,

prod ucto dé' un proceso histórico. Esta concepción se afi rma en

prime r lugar con tra «c ierta ortodoxia marxista», «según la cual la

clase obrera de al gu na manera nace por un proceso de generaci ónespontánea de se ncadenado por las nuevas fuerzas produc tivas y

las nuevas re laciones de producc ión» . Por e l contrario, «la pala

hra " formación" indica que el objeto de es te estudio es un pro ce

so act ivo , puesto en marcha por agentes tanto como po r condiciones. La clase obrera [.. .] ha s ido parte ac tiva de su propia

"'72

1¡,¡¡,j

1

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buye a la co nstrucción de la clase ob rera inglesa . Esta construc

ción aparece entonces como un proceso de unificación. en la en

crucij ada de elementos obje tivos y de represen tac iones

subjetivas: «Por clase ent iendo un fenómeno histórico, que unifi

ca acontecimien tos se parados y sin re lación aparente. tanto en la

objetividad de la experienci a como en la conc ienc ia» . La formación de la clase se nutre espec ialmen te de la experiencia colectiva, en el trabajo. pero tambi én en la fam ilia , en las re laciones de

vec indad y en la rel igión . Además , la clase no se de fine aisladamente, s ino «en sus relacion es con las otras clase s» . La clase «es

una rel ación . no una cosa» . En sum a. es apoyándose en las experiencias colectivas y con la oposición de otros grupos como, en un

proceso de unificación, aparecen intereses comunes: «Se puede

hab lar de clase cuando hay homb res que , a partir de experienciascomune s (que comparten y que pertenecen a su he rencia) , perci

ben y articu lan sus interese s en común, en opos ición a otros hom

bres , cuyos interes son d iferent es de los suyos (y, en general,op uesto s)» . La conciencia de clase, identif icada como la manera

en que las experiencias colectivas «se traduce n en términos cultu

ra les y se encarnan en tradiciones , sistemas de valores y formasinstitucionales) , consti tuye una dimensión importante , aunque noexclus iva , de la fo rma ción de la cl ase . Co n la noción de concien

cia de c lase se tienen en cuenta íes fo rmas institucionales, lo que

re lativiza la separación clásica en la histori a soci al entre «la claseob rera» (que se rí a un «hecho objet ivo» ) y «el movimiento obre

ro l> (que sería su «expresión organizada») .

Desde e l punto de vista metodológico . la ob ra de Thompson

también es una invitación a evitar una rec onstrucc ió n del pasado

demasiado gu iada por lo s resultados de l proceso histórico, estoes. de «una lectura de la histori a a la luz de preocupaciones ulte

riores y no de cómo est a se ha desarrollado» , lo que conduc iría a

retener úni camente a «aquellos que han triunfado , es dec ir, cuyas

asp iraciones antic ipan la evolución posterior» y a olv idar «los ca

llejo nes sin salida, las causas perdidas e inc luso a los perdedores»

en una visión evolucionista de la historicidad (ib id) . De ahí la im

portancia que concede a los grupos de artesanos , que no corresponden a la imagen de los obreros fabrile s que ha predominado

mucho más rardc .

Las nue vas socio logías it . cc nstrucctco de qrunc s Vcat egorización socia l

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ti

75

2. Luc Boltanski y la objetivación de Los grupos

En Les Cadres. La Farm at íon d 'un gro upe soc ialr' y. de spués, enun trabaj o sobre (L a d énonciati on»!", Luc Boitanski de sarrolla y

sistematiza un enfoque construc tivis ta de los grupos sociales . Al

cursivas propiamente dichas , a part ir de una exte nsión analógica dela noción «lenguaje del trabajo»: «No so lamente las conversaciones de los ob re ros o los d iscurso s teóric os sobre el trabajo, sino

tamb ién el conj unto de disposic iones institucionales, gestos ritua

les. méto dos de trabajo . formas de lucha, cos tumbres y actos queconfieren una form a inteligible al mundo ob rero »'. Pero si estos

enfoques se presentan como cnglobanres y no como una profund i

zac ión de l análi s is de ciertos aspectos de la realidad soc ial, se co rre

el riesg o de reducir la form ación del mundo soc ia l a su nivel discursivo, extendido de una manera má s o menos analógica. No obs

tan te. se pue de tratar de introducir las dimensiones cognitivas, di s

curs ivas y/o interaccionales de la formación de (os grupos socialesen los proc esos sociales de obje tivación más amplios. Este es el

caso cuando se consideran los modos de institucionalización de las

categorías de percepción y de acción, que forman parte de la cons.t.r:ucc ión de la clase obrera francesa, como, por ejemplo, las divisio

nes categoriales y profesionales en su relación con la noción de

clase", e l marxismo". el ana rcos indicalis rno y el sindicalismo revolucionario '", o la distinción entre lo sindical y lo pol ítico I 1.

Por o tra parte. la critica historiográfica j eminisla, en par ticu

lar la de Joan Sco n 12 , ha puesto el acento en el ca rácter marc adamente mascu lino de la construcción de las clases ob reras, poco

per cibido po r Thompson e incluso re forzado en su escritura , conside ra da también muy ma scul ina . En fin , seña lemos. con Yannick

Le Ma ree, la import an cia de los int ercamb ios ent re las el ites

obreras y otras eli tes intelec tuales y política s en la formación dela clase obrera inglesa. «que Thompson no ha valorado, demasia

do preocupado por justi ficar la elaboración interna dc la concien

cia de clase»!': un enfoque demasiado internalista de la construcció n de la clase que, además, no tiene en cue nta e l hecho de que la

propia se paración interno/externo es a la vez un a de las hip ótes is

y uno de los productos de los procesos estudia dos.

¡,

Las preocupaciones construc t ivis t as de Thcmp son , que rompen

con di versas formas de econom icismo o de de terminismo tecnológico, han sido particu larmente di scutidas y de sarrolladas en et

ámbito anglo-americano (aqui nos limitaremo s a me ncionar la re

v ista de historia britán ica Past und Present y el nombre de Eric

Hobsbawm o la sociología de Charles Tilly) .También se han seña lado ciertos límites del trabajo pionero de

Thompso n. lo que ha conducido a despl azamientos teóricos. En

pnmer lugar . es nece sario mencionar lo que se ha denom inado el«giro lingüístico » en los años ochenta de los historiadores anglo

ame ricanos, entre los que cabe destaca r al bri tán ico Ga reth Srcd

man Joncs y al nort eam ericano Wi l li am H. Sewell. Esta reo rientación tiene espec ialmen te en cuenta e l hec ho de que , por ejemp lo,las noc iones mismas de clase o interés comú n fueron objet o de

una elabo rac ión di scur siva por par te de los actores, que contribu

yeron as í a crearlas. Más en general , est e gru po de historiado resestá próximo a una hipótes is como la formulada recientemente

por el sociólogo Bemard La hire , según la cua l las práct ica s sociales en conjunto «ya es tán urd ida s por las prácticas lingüística so' :

lo que no significa que tod o sea só lo d iscurs ivo . Garcth Stedman

Joncs ha propues to t ra tar la clase más bien com o «una rea lidad

d iscursiva» que sustanc ial". De es ta forma. converge con los análisis f ilosóficos de Pa ul Ricoeur so b re los proced imientos de na-rra<.;ión de l mundo (en tendida como «s ín tes is de lo het erog éneo »)

y la elaborac ión de identidades na rrativas (pa ra personas, gruposo institucionesj> Además . ha dirigido su aten ción al «nive l de l

di scu rso co tidiano. en la construcc ió n de la clase (ibíd ., p. 2) ,

coinc idiendo co n las sugerencias del sociolingüis ta de la inte rac

ción John Gumpcrz cuando escribe: «Estamos acostumbrados acons iderar el sexo. la etnicidad y la clase social como par ámetrosdados y límites en cuyo interio r formamo s nues tras identidades

soc iales . El es tu di o de l le nguaje como d iscu rso int era ccional

muest ra que es tos parámetros 00 son constantes sobreente ndidas,

s ino productos de un proc eso de comunicaciónx". Refiriéndose ala antropo logí a cultural. William H. Sewe ll ha intentado identifi

car formas socia les de objetivación, sin limitarse a las formas di s-

1.2 Desarrollos y debates

74-

l a s nuevas socio logias 4. Const rucción de grupos V categorización socia l

como grupo explíc ito, con un nombre, organizac iones , portavoprincipio tomó elementos de la soc iolog ía de Pierre Bourdieu.

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77

ces, sistemas de representac ión y de valores» (ibíd ., p . 51) .

¿Cómo? : «Examinando el proceso de reagrupamiento, de inclu

sión y exclusión , del que es producto, y ana lizando el proceso so-cial de definición y delimitación que ha acompañado a la forma

c ión de l grupo y qu e, a l obje tivarlo , ha contr ibuido a hacerlo

existir en el mundo de lo sob reentendido» (ib id ., p. 52). As í pues,no tenemos un grupo obje tivo, sino obj et ivado. Al remitir el

grupo «c uadros» actualmente a un conjunto dc individuos d ispa

res (en cuan to a sus trayectorias soc iales y académicas , tipos defun ción en la empresa, etc. ), se pone e l ace nto en la dob le d imensión simbólica (un proceso co lec tivo y conflictivo de de finición y

de limitación del grupo) y político" (de instituc ionali zac ión de l

grupo a través de portavoces. s indicatos y político s especialmen

te) de su homogeneización relativa, de la producc ión sociohist óri

ca de «La cohesión de un conjunto imprec iso- (títu lo de la conclusión), en el pe riodo que va de los años treinta a los ses enta .

Este es tudio, sustentado en una base histórica y empí ric a, centra

do en un gr upo socia l conc reto, nos invita a contempla r más engeneral las clases sociales como productos de una dia léctica his

tórica ent re heterogeneidades pre constituidas y reconstituidas , y

formas s imból ic as e institucionales de unificación.Des pu és de la pub licación de Cadres, el prop io Bourd ieu ha

profundizado su concepción de las clases en un sentido má s cons

truc tivista 17. Especialmente propone introducir una di st inciónen tre la ciase p robable -c-ec lasc teó rica» o «clase sobre el papel» ,

que alude a «g rupos de agentes qu e ocupan po sicione s semejantes y que, en condi ciones semeja ntes y sometidos a condiciona

m ientos semejantes , es muy probable que mu est ren disposiciones

e interes es semejantes y, por tan to , sus prácticas y tomas de posi

ci ón sean semeja ntes» (ibid. , p. 4)-, Y la clase movilizada - la

cl ase «ac tua l» o «re al» , dotada de portavoces, de instituciones y

de representaciones comunes . A diferenc ia de la separación clás ica en la tradición marxista entre «la cl ase en sí» (objetiva) y «la

clase para s i» (subjetiva), el paso de la primera a la segunda no es

ine lud ib le. Así, «la aproximación de los más cercanos nunca es

necesa ria ni ine ludible (p ues la compe tencia inmediata pued e re

presen tar un obstáculo) y la aproximac ió n de lo s má s lej ano s

nunca es impos ible: si hay más po sibilidades de movil iza r en el-'-

i!!

1Jl_"

,.,

76

2.1 De La crí tica de Lsustanda Lismo a la historiade un grupo sociaL: eL caso de Los cuadros en Franda

con qui en trabajaba en aquellos momentos, pero inscribiéndolos

cada vez de forma más radical en un marco constructivista . La influenc ia de Bourdieu se refiere tanto a la reflexión sobre las lu-chas de las clasificaciones sociales (esto es, las luchas simbólicas

en tom o a la definición de las clas es , sus fronteras, sus posic iones

respectiva s o el luga r que ocupan en ellas los diferentes ind ividuos) en la sociedad france sa con tempo ránea, corno a la contribu

ció n de los mecanismos de representación política (la apari ción

de portavoces ) a la existencia de los g rupos .

E l enfoque pro puesto porBoltanski se aparta de las prob lema tizaciones clási ca s de lo s grupos sociales (¿cómo se define el grupo

«cuadros»? ¿Q ué es un cuad ro? ¿Cuántos cuadros hay " , etc.) , que

en general pa rten de la exi stencia del grupo como una cosa bien

delimitada y de lim itable , enra iz ada en el orden económico y/otécnico. Siguiendo a Wittgenstein, se esfuerza po r emanciparse

de l sus tanc íalísmo (e.la bú squeda de un a sustanc ia que responda a

un sustantivo» ), en el cas o de un grupo «c uadros» , que constituye

una especificidad francesa . Desde luego , no se tra ta de nega r la

ex istencia de un grupo como <dos cuadros», qu e se presen ta como

tal en los di scurso s y las instituc ione s (<<¿qué ciencia soberana po

dría permitirse contestar la rea lidad de un principio de identidad

a l qu e dan crédito los agen tes soc iales?», pregunta Bo ltanski) ,

sino de tener en cuenta «las di ficultades cas i insuperables con la s

que tro pieza el trabaj o de defini ción y el estab lecim iento de crite

rios "objetivos':»!" y, po r tanto , de conceb ir la realidad de es te

grupo de un modo que no sea objetivista. Bolt anski recurre enton

ces a la historia, que le permite desnaturalizar la existencia de lgrupo «c uadros> que hoy no s parec e tan «narural», y aprehender

el proces o sociohis tórico de su naturalización: «Para salir del cír

cu lo en que están en cerrados unos debates interminables e infruc

tuo so s sobre la " posición de clase" de los cuadros , primero es ne

cesa rio renunciar a una "definición previa" del g rupo y tomar por

objeto la coyuntura histórica en la que se han formado los cuadros-

Las nuevas scctotoq ta s 4. Cons trucción de grup os v cat egorización so cial

«indiv idual» es al mismo tiempo un a de las hipótesis y uno de losmi sm o gru po rea l al conjunto de obreros que al conjunto de pa

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79- -3.1 La act ua lid ad de La herencia durkheimiana:

Mary Oouglas

3. La categorización social

productos de los procesos de co lectiv ización/singularizac ión estudiados.

Este art ículo de Bo ltanski se apoya en fue ntes de trabajos an

teriores. As imismo, pueden citarse, en el ám bito nort eamericano.las investigaciones de Wil ham L. F. Felstiner, Richard L. Abe l yAustin Sarar sobre la génesis y la transformac ión de los conflic

ros>'. En cuanto a los temas económ icos, hay que mencionar losanálisis que Laurent Th évenot ha realizado sobre los instrumen

tos de configuración de la rea lidad, definiendo la noc ión de inves-tir de forma como «el costoso establecimiento de una relac ión es

table duran te c ierto tiempoo- ", análisis que, en ciertos aspectos ,

retoman las investigaciones clás icas de Sirnmel sobre «la continuidad de los se res colectivosw-",

Paralelamente, y en re lación con las nuevas formas de conceb ir

los gru pos soc iales , la act ividad cognitiva e instituc iona l de ca te

go rización y clasificación socia l ha sido objeto de investigaciónen los años ochenta .

Un aspecto de la obra d e Durkheim es e l est ud io de las repre

se ntaciones co lectivas y. más par ti cu larmente, las f orma s declasi f icación. Asi, en un artícu lo esc rito con Maree¡ Meuss-!

(considerado uno de los fund adores de la antropo logía francesa) , esboza una historia de las categorías de la lógica. atr ibu

yendo a éstas un origen socia l. Según estos autores , en la s de

nominadas «so ciedad e s primitiva s» , las pr imeras formas de

clasifi cación que se emp lean «están organ izadas de acuerdo

con un mode lo pro porcionado por la sociedad»; no obs tan te ,«una vez que existe es ta organización de la me ntalidad co lecti

va , es suscep tible de ac tuar sobre su causa y cont ribuir a modi fi c arl a» (ibid ., p . 184 ).

78

En «La d énonciation», Boltanski investiga la separación entre el

acto individual y la acción co lectiva, ana lizando un conjunto de

cartas de protesta, de las más «individuales» a las más «co lect ivas» , rec ib idas por el diario Le Monde . Co ntra la dico tomía individual/co lectivo , el corp us de las cartas se distribuye en un continuo que va de lo particular a lo general, de lo s individuos a los

co lectivos, y de la hab ladu ría a la acc ión pol ít ica . En lo qu e se

sue le denominar asuntos, entre los que el «asunto Dreyfus> es uncaso paradi gmático, se operan desp lazamiento s en tre e l caso par

tic ula r y el Interés general, lo sing ular y lo co lectivo , qu e contri

buye n a hacer y deshacer grupos. Cuando, a pa rt ir de la denunciade una injusticia, se desa rro llan movilizaciones en tomo a causas,se emplean ciertas tecnología s sociales p recons titui da s (comoformas de acc ión co lectiva, t écnica s jur íd icas, procedimientos de

desíngularizaci ón, etc.) «para constituir perso nas co lectivas obje

tivadas y para vincu la r las personas individual es a las co lectivas»! ". Así , se construyen equivalencias entre las perso nas a finde que surja un interés común. En esta perspectiva, la actividad deun delegado sindica l consiste en buena medida en «se leccionar

entre la multi tud de litigios cotid ianos los conflictos susceptiblesde elevarse a la categoría de reivind icación co lectiva e, insepara

blem ente, en un proceso de est ilización , movilización y forma

ción, [...] transformar los conflictos persona les en que los ac tores

se ven envue ltos individualmen te y con todas sus propiedades, 10

ve rs iones e int erese s diversos [...J en confl ictos categoriales»( ibld ., p. 16) . En este marco , ca lificar la acció n de «colectiva» o

2. 2 Oenunda s y La construcción de grupos

tronos y de ob reros , en una crisis internaci onal , por ejemplo, sepuede producir una reagrupación basad a en los lazos de la iden tidad nacional» (ibíd .). Se es tá más próximo de ciertas observacio

nes de l propio Marx sobre <d os pequeños campesinos» , que po

drían se r cons iderados una c lase por la semejanza de sus

«condiciones económicas» , pe ro que no la constituirían por la au

se nci a de un «ví nculo nacional» y de una «o rganizac ión política»: ".

4. Construcción de grupos y categorización socia lla s nuevas sociologías

La antropó loga británica Mary Douglas ha reactivado esta di

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81--

En lo s años oche nta , Alain Dc srosieres y Laurent Th éveno t, ad

ministradores del INSEE, cuya intervenc ión fue impo rtante en

la e labo rac ión de la nueva nomenclatura de las profes iones y

categ o rías socioprofesionales de 1982, investigaro n la categori

zac ión soci a l e n la s es ta d ísticas . Para le lamen te, Boltan ski yTh éven o t ha n llevado a cabo en tre no espec ialistas un a investi

ga ción de tipo experimental sobre las re laciones ent re las for

ma s cotid ianas de clas ificac ión y la s eruditas como las qu e empl ea el INSEE25. El conjunto de estos trabajo s se ha sintetizado

en un br eve libro sobre Les Catégor íes socioprofes íonnelies-" ,

En el caso de Ala in De srosiere s , es tas inve stigaciones se han

integ rado en una obra más amplia so bre la hi storia soc ial de las

estadísticas -"Uno de los aspe ctos má s inter esantes de es to s trabaj os es

hab er mostrado cómo el problema de la catego rización soc ia l

(reintroducir e l mundo social en las ca tegorías ) permite es ta

blecer conexiones entre tres sentidos de la idea de representación: 1) «Un a repres entación científica y técnica en el se nti dode la repres entatividad es tadística»; 2) «una representación po

lítica [.. .], la de los interlocuto res socia les que en una mes a de

negoci ación [...] rep res e nta n d iver sos g rupos profesionale s de

los qu e son mandatarios», y 3) «una representación cognitiva»,«u na imagen men ta l que tam bién sirve cotidianamen te a cad a

uno de no sotros para ident ifica rse e identifíca r a las pe rsonas

co n las que se rel aciona» :". Ahora bien , es tos tres sentidos «re

miten a tres operacione s di ferentes que tien en en común equi-

parar a las personas» (ibíd .) , qu e , de es ta fo r-ma, se vue lven

conmensurables (mensu rables en un mi sm o espacio, iden ti fica-ble s co n noc iones comune s). De es ta forma , e l aná l is is de la

e laboración y los uso s de las categorías es tadísticas reve la «las

relaciones en tre el proceso soc ial y político de co ns trucció n de

una identidad co lectiva, la equiparación de perso nas que esta

blec e la nomen clatura y las imág enes menta les de es ta catego-

ría » ( ibid ., p . 35) .

3.2 ALain nesrosteres. Laurent Thévenoty Ls categorías socioprofesionaLes

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mensi ón de la tradición durkheimiana interesándose po r las rela

ciones entre los actos individuales, las forrnas col ectivas de clas ifi cación y las in stituciones sociales> . El trabajo de Mar y

Douglas se opone al individualismo de los téoricos de la elecc iónrac ional , que interpretan la acción colectiva med iante cálculos de

coste slbeneficios individuales . Según Mary Douglas, si en deter

m inadas circ unstancias puede da rse el cálculo individual, tam

bién hay algo anterior a es te cálculo : «las clasi ficaciones que nos

permiten pensar siempre nos vienen dadas al mismo tiempo quenuest ra vida socia l» , se trate de «pequeño» o «g rande» , «caro» o

«barato», «interes ante » o «no interesante», «bello» o «feo», «ver

dade ro» o «falso» , «obrero» o «burgués», «justo» o «inju sto».

Por ejemplo, incluso en el cá lculo comercial es necesario ten er encue nta (da adhesió n normativa a la propia ley del mercado»

(ibid.). Estos anál is is retoman otras investigaciones que as ocian la

cuestión moral de los valo res y el problema técn ico de los instrumentos de medida capaces de aprehenderlos, com o el t raba jo deAlessandro Pizzomo sobre las identidades colectivas en que se

apoyan los cálculos individua les (véase más adelante) o la exp lo

rac ió n reali zada por Boltansk i y Th évenot de las fonnas generales

de ju stif icación y de ju sticia entendidas como modos de equiparació n de personas y cosas (véase el capítulo 5).

Las formas co lect ivas y preestablecidas de clas ificac ión,

sobre las qu e no nos interrogamos cuando debemos rea lizar una

cl asificación en la vida co tidiana, nos permiten «economiza renergía cognitiva», pues, para pensar, «es necesario olvidar conti

nuamente determinadas cosas» , ya que «no se pued e pre star la

misma atenc ión a todo» (ibid.). Estos modos de cl asificación sonpa rte integrante de toda inst ituci ón socia l, en el sentido amp lio de

«agrupac ió n socia l legitimada» (una familia, un juego o una cere

monia ), aunque só lo sea porque ésta «requiere una definición que

funda su verdad en la razón y en la naturaleza» (ibíd.) , que la naturaliza. Si los ind ividuos construyen colectivamente las institu

ciones y las c lasificaciones que llevan asociadas , éstas les da n los

principios de identif icación que les permitirán pensarse a sí mis

mo s y pensar el mundo . No obstante, en el proceso de coproducción de lo individual y lo co lectivo, Mary Douglas, como buena

durkhcimiana. sigue concediendo prioridad a lo colectivo.-

la s nuevas scctct cqtas 4. Cons t rocctc n de grupos 'f cat ecortaací ón so cial

za que e l de grupo , el de Estado. etc . Son construcc iones menta

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4. Nuevos trabajos sobre los grupos y las categorías

En estos último s años ha crecido en el ámb ito de las cienc ias soc iales el interés por los g rupos y las cla sificac iones sociales. Señalaremos alg unos de estos trabajos.

4. 1 ALessandro Pizzorno y La cuestión de Las identidades

Soc iólogo y politólogo italiano. A lessandro Pizzomo ha buscadouna forma de ev itar los ca llejones sin salida de los enfoques utilitaristas (en términos de cálculos de cos tes/benefic ios individuales) de la participación en la acc ión colectiva, se trate de una votac ión o de la inte rvención en los movimientos socia les. Deacuerdo con los aná lisis utilitaristas, el individuo , a fin de «e legirel método más racional, debe comparar los co stes» de las di ferentes pos ibilidades que se le ofrecen; ahora bien, ((¿cómo puede ha cer lo si carece de una medida común. de un valor que haga posible la comparae í ónv»> . Para responder a esta pregunt a propone la

noc ión de identidad, en el doble sentido indi vidual y co lec tivo,pues, de alguna manera, vincu la rse a un co lect ivo (iden tidad co-lectiva) se considera una de las formas de vincularse a si mismo(identidad individual) . As í. «pa ra poder det erminar cuáles sonsus intereses y calc ular cos tes y benefi cios, el suje to agente debeasegurarse de su identidad mediante la pert enencia a un colectivounificador. De esta forma recibirá los criterios que le permi ti rándefinir sus inte reses y dotar de sentido a su acc ión». Pero laside ntidades y los intereses no se dan con independencia de la activ idad. de los actores. sino que «la po litica, comprend ida como laprodu cción de identidades colectivas, def ine y redefine sin cesa rlos intereses de los ciudadanos» (ibid., p. 359). Así pues, contrauna lectura objetiv ista, Pizzomo insiste en la dimensión activa delproce so de identificación co lectiva, que «(0 0 se limita a reunir losinterese s sociales preexistentes», sino que «los selecc iona, los informa, los inventa e incluso , si es necesario, los ignora o losapl asta) (ib íd., p. 362). En esta perspectiva, el individuo , lomismo que los grupos o las inst ituciones, no es a lgo dado: «Elconcepto de individuo es una construcción de la misma naturale-

82

,

les que permiten vincular entre sí actos que forman series y, deesta forma. prestan cierta previsib ilidad a la vida soc iah)Jo.

4 .2 EL enfoque gen ético

El enfoque genético de los grupos soc iales y de los modos de clasif icación y, más en general, de otros objetos soc iales ha conocido ciert o desarrollo en Francia desde los años ochenta, a raíz delos trabajo s de Lue Boltanski, Alain Desrosiere s y Laurent Th é

veno t. En los años noventa incluso se le ha consagrado una revista interdisciplinar: Gen éses. Sciences socia les et histoire. Estalínea de investigaciones tiene en cuenta una observación de Marx

en su análisi s del «fetichismo de la mercancía»: «La reflexiónsob re las formas de la vida soc ial y, por consiguiente , su análisiscientífico, sigue un camino completamente opues to al mov imiento real. Esta comienza despu és, con los datos establecidos , con los

resu ltado s de l desarroltow" (la cursiva es mia). Para no tomares tos «resultados» como algo natural, dichos trabajos int entan

arrojar luz sobre su de sarrollo. Aquí nos limitaremos a seña larbrevemente algunos de los trabajos más destacables:

- El sociólogo estadounidense Eviatar Zerubave l ha realizado uno de los análisi s más origi nales. en una dob le referenc iadurkheimiana y schütziana, de la formación histórica de una medida estandarizada de tiempo a esca la mundial (adopc ión JeIGreenwich Afean Time y de un sistema internaciona l de husos ho

rarios)J:! .- El histo riador G érard Noi riel ha propuesto una síntes is cri

tica de múltiples trabajos históricos, sociológicos, etnológicos oeconóm icos sobre la clase ob rera en Francia desde una óp ticaconstructiv ista' " . Después, ha ampliado su campo de intereses a

la configuración de lo «naciona l»!".- El economista Robert Sa láis ha estudiado la aparición y la

instituc ionalizaci ón de la categoría de «desempleoe-", investigac ión que ha sido continuada por el soc iólogo Christian Topalov' ".

El enfoque genético ha contribu ido a renovar las ciencias socia les en conjunto, permitiendo establecer víncu los interdisciplinarios de carácter marcadamente heurístico, pero tamb ién tiene

83

l a s nuevas sociolog ias

limitac iones. En particu lar, presenta es te doble peligro: 1) la bús

queda (infinita) de los «orígenes» (remontándose a un pa sado 5. Individuos plurales

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cada vez más remoto) y 2) encerrar el análisis de las prácticas

sociales en el pasado (lo preconst ituido), o lvidando e l proceso

presente y la apertura al po rvenir, que también son propios de lahi storicidad. Foucault identifica claramente esta doble trampa

cuando opone el enfoque genealógico , se ns ib le a los «comien

zo s innombrab les» , y «la inves tigación del origen», «pues detrás

de las co sas hay "otra cosa" , no su se creto esencia l y sin fecha.

s ino el sec re to de que carecen de esencia o de que su existenciafue construida poco a poco a part ir de figuras que le resultaban

ajenas» ?".

·

El carácter plural de cada individuo, de sus deseos, intereses, re

cu rsos cognitivos y afectivos o de sus identidades ha suscitado

estos últimos año s ciert o interés en la s ciencias sociales, y ladoble cuesti ónde la continuidad en el tiempo y la unidad en el espacio del individuo parece cada vez más problemática y, po r lo

tanto, c uestionable. En estos trabajos, los individuos actúan en

mú ltiples escenarios en la vida cot id iana de acuerdo con lógicasd iver sas, se enfrentan a experiencias plurales y, po r lo tanto ,

mov ilizan aspec tos di feren tes , a vece s contradic to rios, de su

persona.

Este movimiento aún incipiente no carece de antecedentes en

la h istoria del aná li si s soc ial , si b ien , como ha mo strado Mary

Douglas", buena parte de las corrientes de la filo sofía occidental.

y después las ciencias sociales, han suscrito, con frecuencia implícitamente, modelos (co nscientes o no ) de perman encia de la

unidad de l actor o del agente. Por supuesto, entre los enfoques di

feren tes cabe recordar la noción de reserva de conoc imientos dis-ponibles , asociada a la de realidades múltiples de Schütz. George

Herbert Mead (1863-1932), filó so fo pragmatista americano y psicó logo social que ha ten ido cierta infl uencia en las diversas for-

'8"5--

···

84-

5. Indi viduos plurale s

co tidianos, lo que denom ina el orden de la interacción, conceb idomas de socio logía interaccioni sta de Estados Unidos , también ha

Las nuevas scc ío tcq ta s

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87

como un ámb ito de la vida soc ia l analizable de manera aut ónom a,critica «e l punto de vista reduccionista segú n el cual los elemen

tos macro sociales de la soc iedad. como la propia sociedad, seriancompuestos -con exi st encia int erm itente - de aque llo que

puede observarse en la realidad de los encuentro s, una suerte de

ag regación y extra po lación de los efectos interaccionales» ; esosería confundir «lo que surge de la situac ión con lo que ocurre en

la situac ióne". Resp ondiendo a las críticas de los interaccionistas

más radicales que le critican un estructuralismo excesivo, Goffman también observa que <dos ind ividuos no inven tan el mundodel ajedrez cada vez que se reúnen para jugar [...] ni el sistema de

ci rcu lación peatona l cuando se desplazan por la calle) ' . De esta

mane ra, ha desarro llado en el ámbito del interaccion ismo norteame ricano , espec ia lmente en sus ú lt imos trabajos, una po sición

matizada que integra los límites de la interacción. Por ejemp lo, en

Frame Analysis (1974), la ob ra en que nos centraremos aquí, indica: «No me ocupo de la es tru ctura de la vida soc ial, sino de la es

truc tura de la experiencia ind ividual de la vida social. Personal

men te, doy prioridad a la sociedad y cons idero sec undarios los

compromisos ind iv idua les : por cons iguiente , es ta obra no tratamás que de lo secundarios" . Una de las cuestiones constantes en

la inves tigac ión de es te soc iólogo es la de la iden tidad del sujeto,cuyo tratamiento, según Albert Og ien , «oscila permanentemente»

ent re la po sición de « la unid ad» y la de «la fragmentaci óne".

Frame Anaiysis es una obra especialmente interesante en esta

perspectiva.La noción de marco está en el centro de los numerosos an áli

sis microsociológicos (especialmente , a partir de anécdotas tomada s de la prensa ) que Go ffman nos prese nta en su libro. Según él,

«toda de fi nición de una situac ión está constru ida según (os prin

cip ios de organización que est ruc turan los aco ntecimientos - al

menos los que tien en carácter social- y nue stro propio compromiso subj etivo . El término «marco» designa esos elementos b ási

coso Desde ese punto de vista, «aná lisis de marcos» es sinónimo

del es tud io de la organi zac ión de la experiencia»!". Por tan to, los

ma rcos aluden a las di ferentes formas que toma la pre-disposición de nues tras experiencias soc ia les y, más exactamente, a losmarcos cognit ivos de re ferenc ia de nuestras ac tividades diarias .---

propuesto ideas interesan tes para nuest ro propósito. En sus investigaciones sob re los procesos de construcción soc ial del yo, ha de

j ado margen a la pluralid ad : «Los tipos de relación que mantene-mos varían de acuerdo con los di ferentes individuo s; somos una

cosa pa ra un hombre y otra pa ra ot ro . También hay pa rtes del yo

que no existen más que en relación a sí mismo [...] Hay una gran

diversidad del yo que co rresponde a diferentes reaccion es soc iales [... ] En cierto sentido , es normal una persona lidad múhiplea ",

En la tradici ón soc io lógica, esta reflexión se retomara pri ncipalmente con la noción de roles sociales. Para Mead. esta diver sidaddel yo acaba por «armonizarse» en un «yo completo» (ibid.. pp .

122- 123 ) mediante mecani smos que sólo están esbozados .

Más rec ientemente , las críticas d irigidas a la genera lizació ndel vocabulario del interés y del cálculo en las cienc ias soc iales,

como las de l eco nom ista norteamericano Albert Hirsc hman'' o las

de Ala in Ca ill é" y el eq uipo de l MAUSS (Movimi en to Antiutilita

rista en las Cienc ias Sociales) han abierto el camino a una concepción menos un idimensional y más pluridimensional de los ac

tores soc ia les.

Pero la antinomi a un idad/fragmentación de l ind ivid uo también está relacionada con el modo en que el inves tigador recoge

los datos. Jean-Ma rc Wel ler- ha mostrado que el emp ico de entre vista s tiende a favorecer una visión coherente y estable de la per-

sona, mientra s que la observación di recta y continua de activida

des ord ina rias apo rta una visión más heterogé nea: de ah í la

necesidad de una refl exividad sociológica que permita delimitarmejor el ámbito de validez de los mate riale s emp írico s tratados.

A.continuación vamos a considerar brevemente a lgu nos de

los enfoques más sistemáticos de la pluralización del acto r.

1. Erving Goffman y la organización de la experiencia

86

El soc iólogo estadounidense Erving Goffman ( 1922 -1982) cent rósus investigaciones en las interacciones cara a cara de la vida co-

tidiana . emp leando metáforas teatrale s como recursos conceptua

les (escena , público, personaje, rol , decorados, puesta en escena,etc .). Pero si a Go ffman le interesan especialmen te los encuentros

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:;..

la s nuevas sociologías

No obstante, estos marcos no sólo se apoyan en un trabajo cognitivo,

sino que éste se sustenta de diversas maneras en el mundo exterior,

5. In dividuos plurales

Erving Goffman también nos llama la atención sobre las actividad es que estánjuera de los marcos, pues, j unto al «segmento de la

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especialmente en «prem isas organizaciona les» (ib íd., p. 242) que

tienden a reactivar formas mentales de orien tación en la situac ión ycomportami entos adecuados . Por su parte, el térm ino secuencia(strip) designa «una actividad en curso, incluyendo acc iones reales

o ficticias, cons ideradas desd e el punto de vista de aquellos que

es t án involucrados subjetivameme en ellas» . De manera sintética ,

para el análisis de marcos, «toda secuencia de actividades está inser

ta en un marco y es vulnerable a las transformaciones sucesivas quellevan a cabo una estratific ación de la realidad»!' :

A cont inuación exam ina remos brevemente a lgunas de las no

ciones propuestas por Gof fman para afinar su teoría. Un ma rcop rima rio es aquel «que, en una situ ac ión dada, nos permi te confe

rir se ntido a un aspecto determ inado que. en otro caso , ca recería

de significado»! ", Cada marco lleva asociadas regl as especí ficas.Esto s ma rcos prima rios son vulnerables a la actividad de los actores, a transfo rmaciones que añaden estra tos comp lementarios derea lidad a las situaciones en juego:

- El m odo (key) designa «un conj un to de convenciones en

v irtud del cual una ac tividad dada , que ya posee sentido por laaplicac ión de un ma rco primario, se transforma en o tra actividad

que tom a la primera como modelo, pero que los participant es

con side ra n muy diferente» (ibíd.); éste es e l ca so , po r ejemplo ,

cuando se aprende una tarea (repitiéndo la) o cuando se f inge . Talde splazam iento cons tituye una modalízaci ón.

-"-Lasf ahricaciones se refieren a «loses fuerzos deliberados, individuales o colectivos. destinados a desorientar la act ividad de un

ind ividuo o conj unto de individuos y que llegan a confu ndir susideas sobre las cosae» (ibíd.); entran aquí todas las posibilidades de

engaño entre los actores (desde la mera m istificación al complot).

El enmarcado no siempre se produc e autom áticamen te y

puede sufrir /a l/os (ambigüedades, errores , dudas y controversiassobre los marcos pertinentes ), susce ptibles de conducir a los par

tic ipantes a depurar los marcos, esto es, a clari ficar el ma rco de la

act ividad en curso (cap . 9), o a su ruptura, cuando no saben tratarlas circunstancias y por tanto éstas pe rturban su comportamiento

(se produce el pánico , la risa histér ica o el llanto ) en el curso de

una ac ció n (cap. 10).

-8'8 -;..~

actividad enmarcada y que ofrece a los participantes establecidos un

foco de atención ofic ial», «en el mismo esce nario aparecen simultá

neam ente otros géneros, otras líneas de actividad (comprendidas lascomunicaciones en sentido estricto), al margen de las que se produ

cen oficialmente) (ibíd.), que movilizan «una atención periférica) .

La multiplicidad de los marcos en los que pueden disponerse

las experiencias del ind ividuo nos conduc e a una vis ión fragmenta

da de éste . Por ejemplo, en los análi sis de conversaciones, «aunqueel pronombre "yo" remita al hablante, y aunq ue éste sea una enti

dad biográfíca precisa. no sign if ica que, cada vez que le citemos,

estemos incluyendo la entidad como tal en todos sus aspectos. Por

el contrario, hay que conside ra r a quien hab la como un conjunto de

cosas diferen tes, cuya unión obedece , al menos en parte, a nuestrascreencias cultura les en ma ter ia de identidad» (ibíd .). Si los indivi

duos son plurales , también debe haber formas de unificación , aun

que no sea mas que a través de (o que el f ilósofo Paul Ricoeur denomina la identidad narrati va (la persona ex iste por y en su

narración) !",Como muestra Roben Castel, Goffman tiene en cuen-

ta otra forma de consolidación del yo - analizada en el caso límitede las «instituciones totales) (como los hos pita les psiquiátri

COS) 14_ : «El yo no comienza a ex istir por si mismo más que en los

intersticios entre las difere ntes instituciones»!". As í, el pluralismoinstitucional y situacional permitiría cierta distancia respec to a los

diferentes roles soc iales que desempeñan los individuos. Así, personalidade s múltiples y un idad de la persona no aparecen ni comosustanc ias dadas ni como tesis necesariamente opuestas , sino como

producto s complementarios (e inter relacionados), conf igurados en

el curso de las interaccione s cotidianas : «El yo no es por tanto una

entidad medio ocu lta tras los acontecimientos, sino una f órmulacam biante para gestionarse a trav és de los mismos»!".

2. La 50dol091a de la experienda de Fram;ois Dubet

Francoi s Dubet , p ro fesor de socio log ía en Burdeos , es uno de los

animadores del CA DIS (Centro de An álisis y de Intervención So

ciológ ica) , grupo creado por Alain Touraine. No obstante , su 50 -

89

5. Individuos oturates

los análi sis de G . H. Mead, Erving Go ffman o la etnografia de las

l as nuevas soctc toqias

ciologie de t 'exp érience '? const ituye un desplazamiento sign ifi

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91- -

Jon Elste r ha explorado los márgenes de la teoría de la elección

racional confrontando una se ri e de re flex iones de f ilósofos, eco

nom istas, psicólogo s, de un matemático y de un politólogo (é l

mismo) en torno a la hipótesi s de un yo mútüp te",Median te estas aportaciones se ponen de ma nifiesto diversas

figuras más o menos radicales o débiles de la división del yo . EIs

ter las resume así en su introducción:

- La primera f igura rem ite simplemente a un yo integrado demanera impre cisa, al origen de los fracasos. Elste r emp lea la ana

logía de una empresa con unidades dotadas de cierta autonomía .

Entonces seña la que «durante largo tiempo pueden coexistir pací

ficamente diversas opiniones si pe rtenecen a sectores de la vidadi feren tes » (ibíd., p. 4) .

- La segunda f igura se re fiere a problemas tratados frecuentemente por la filoso na ang lo-americana (la denominada «f iloso-

3. Jon Elster y las problemáticas del yo múltiple

formas de vida populares en Inglaterra propuesta por Rich ard

Hogga rt -", Dubet da pistas interesantes so bre la génesis soc ia l deun sujeto . Según él, «la dis tancia respecto a sí mismo, lo que hace

del acto r un sujeto, también es social, se construye socialmente enla heterogeneidad de lógicas y raciona lidades de la acción»! ' . Deesta forrna, sería «la pluralidad de la experiencia» lo que crearia

«d istanciam iento y separación» (ibíd., p . l 7), una reserva críticaque impediría «a l indiv iduo identificarse totalmente con su ro l o

su posición» (ibíd., 129) . Esta subjetividad no es más (ni menos)

rea l que la fragmentación de l individuo en el transcurso de sus ex

periencias múltiples, sino que simplemente constituye «la miradasubje tiva d irigida al yo» , «en la medida que dota de sentido y co

herenci a a una experienc ia por na tu raleza dispe rsa» (ibid ., p.

184) ; esto es soc ialmente posible gracias a la diversidad de las ló

gicas de acción y de las d imensiones del mundo social, así comoa sus ten siones. Así, en último té rmino y siguiendo a Michael Po

llak. tenemos «la imagen de una identidad social disociada en sufuero inte rno y co nstru ida com o un pro ceso, como la puesta enrelación de pri ncipios heterogéneo s» (ibíd. , p . 177).

ca t ivo respecto a la socio logía tourainiana.

Touraine afirm ó hace tiempo una dimensión construct ivista al

tomar por objeto «la producción de la soc iedad por sí mismax '".No obstante, esta orientación está inserta en una visión evo lucio

nista, y aun profét ica , de la histori a que limi ta extraordinariamen

te sus posibi lidades. La socio log ía de la acción desarro llada po rTouraine desde los años sesenta no es una soc io log ía de la acc ión

localizada, a través de secuencias de acc iones e inte rac ciones,

sino un en foque de ma rcos históricos generales de la acc ión. Enuna concepción evo lucionista de la histori a muy semejante a la de

Marx , se suceden tipos de soc iedades caracterizados po r un con

flicto social central (sociedades industriales y,más rec ientemente,postindustriales). A l tratar de describir los movimientos sociales

portado res del futuro, la tarea del sociólogo revi ste un cará cter

pro féti co . Los investigadores del CADIS, como Francois Dubeten su estudio sob re La Gal ére de los jóvenes más dominados t",

ha n tendido a atenuar el aspecto profét ico en benefic io de una

postura más analítica . La ruptura con la fil osofia tourainiana de lahistoria es todavía más marcada en la Sociologie de t 'exp érience ,

pues se trata de «renunciar a la propia idea de sujeto histórico» (p.259) Y a la lectura de la historia como una sucesión de «t ipos desociedad» (pp. 150-151).

La ob ra de Dubet no carece de defectos - po r ejemplo , su lectura reductora de Elias, Berger, Lu ckmann o Bourdieu-c-, pero

aq ui nos centraremos en sus propuestas novedosas a pa rtir de la

noción de experiencia, definida como «una activ idad cogn itiva»,«una manera de construir la rea lidad y, sobre todo , de «ve rificar

la. de exp erimentarla» (p . 93). Esta sociología, que concibe «la

experiencia como una com binac ió n de lógicas de acción, lógicas

que vincu lan al ac to r con cada una de las d imensiones de un siste

ma» (p . 105) , rompe con las nociones de sistema y de ac tor. Por loque respecta al sis tema, «no hay unidad en e l conjunto social [... ]cada lógica de acc ión remite a dementas autónomos "del" sis te

ma soc ia l» y (da noción de sistema social se limita a la mer a cons

tatación de la copresencia de esos eleme ntos» (p . ISO). «El actor»

también está «dividido» , su yo «d isociado », en las tensiones e imbricaciones entre las tres lóg icas de acción (integración, estrate

gia y subjetivaci ón) identificadas por Dube t. En la encruc ijada de

-'9ii'"¡ o'•

5. Ind ivid uos plu ral es

en busca de recursos (in teriorizados o exteriorizados) diversos y a

veces contradictorios. Cada individuo accederí a a un repertorio

tia analítica»: el au toengaiio y la debil idad de /a voluntad. El quese engaña a sí mismo cree cualquier cosa opuesta a aquello que tiene

l as nuevas scctotoqías

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93, - ~

compuesto po r instrumentos dispares, lo que contribuye a da r unavisión menos homogene izante y más heterogénea de los ind iv i

duos . A contin uac ión expondremos sucintamente a lgunas nociones re lacionadas.

.La socióloga Ann Swid ler ha t ra tado de reintegrar las formascultu ra les en la acción cuest ionando el concepto tradicional de

cultura como un conjunto homogéneo e integrado por valores y

normas que de terminaría e l comportamiento de ind iv iduos y gru-pOS24. As í, ha propuesto una definición de cultura como «una caja

de herramientas (too/ kit) que contiene símbolos, historias , ritua

les y rep resentaciones del mundo, que las pers onas pueden utili

zar en diversas configuraciones para resolver diferentes tipos de

problemas» , como «componentes cultu rales » de la cons trucciónde «estrategias de acciór» (ibid., p . 273) . La noción de estrategiano imp li ca necesariamen te «un plan formulado de manera cons

ciente», sino que a lude a «una manera general de organizar la acc ión» , incl uyendo hábi tos y rep resentac iones previos (ibíd., p .

277) . Dentro de ta les repertorios O cajas de herramientas, quepueden contener «símbolos antagónicos», los actores «seleccio

nan diferentes elementos para e laborar líneas de acción». Asípues, un complejo cultural proporciona a los actores «un reperto

rio de com petencias» que a l mismo tiempo <dimita el espacio delas es trategias d isponibles» (ibíd., p. 284).

En es ta misma línea, e l antropólogo l ean -Loop Amselle sos

tiene, contra una «visión esencialista de la cultu ra», la idea de una

reserva de práct icas «de las que los actores se sirve n para renego

ciar constantemente su identida do-". «En función de tal o cua l co

yuntura po lítica» los componentes de est a reserva son moviliza do s por los actores (ibid., p. 13) . Por tan to , la identidad de un

actor o grupo de actore s se concibe como el resultado provisional

de una negociación entre elementos dispares y la noción de lóg í-cas híbridas postu la «un sincretismo orig inario, una mezcla»(ibid., p. 248) .

Por su parte, el historiador bri táni co Geoffrey Lloyd critica la

noc ión de «mentalidades», muy empleada en las ciencias soc ialese hist óricas-". Mientras que esta noción de mentalidad tiende a

presuponer cierta coherencia y es tab ilidad de «pautas recurrentes

'--:,

buenas razones para cree r, lo que puede induc ir un debi litamiento

de la vo luntad; esto es, la elección de lo peor con conocimien to decausa . Estamos entonces ante el conflic to interno de una persona

ante do s deseo s o convicciones, uno de los cuales aparece clara

mente como el más pe rtinente o el mejor, y sin embargo opta por

el otro .

- La te rcera figura se ref ier e al desgarramiento entre varios

deseos, lo que Elste r deoomioayos fáusticos.- L a cu art a figura 00 introduce una sepa rac ión horizontal

sino vertical en el yo, con yos je rárquicos, vinculados por unorden de preferencias.

-c-La quinta figura pone el acento enyos suces ivos en el tiem

po y en cam bios de identidad que obstaculizan la continuidad dela persona.

- La sexta figura esbozayos pa ralelos, asociados a vidas pa ra lelas de una misma persona.

- La séptim a figura integ ra la herencia freud iana , con las disunciones entre conciencia, el preconsc íente (in termedi e respecto

a la conc iencia y al inconsciente) y el inconsciente , así como el

el/o ( las pul sio nes inconscientes), el yo y e l supery ó (instanciaque actúa inconscientemente sobre el yo y se desarro lla po r la interiorización de las prohibiciones parentales).

- La octava figura alude al conflicto entre e l yo económico yel yo social, el horno oeconomicus y el horno soc íologicus.

- Finalmente, la novena figura, la más radica l, defiende unateoría del no yo, según la cual el yo remitiría a elementos dispares

que no tendrían unidad en sí mismos más allá de la convicción del

observador (el propio yo o los demás) y que, por tanto, constituiría

una ilusión. Esta es la perspectiva que ha formalizado el budismo ta l

y como (o presenta el economista francés Serge-Cristoph Kolm" .

4. La nodón de repertorio

92

En diverso s sectores de las ciencias soc ia les se ha difundido lanoc ión de repertorios - próxima a la de stock de conocimientosdispo nibles de Schüt z - , a los que acud irían individuos y grupos

'.

la s nuevas scctctcq íes

y omn ipresentes de ideas, creencias y comportamientos» (ibld., p .

5. Individuos plu rales

demás y en respuesta a las peticiones de explicac ió n de otros

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2 10), la investigación histórica le muestra «en los propios individuos , en nuest ra sociedad, en la Grecia antigua , en la China antigua, entre los dorset, modos muy diferentes de razonamiento en elproceso de expres ión del pensamiento, las creenc ias, los argumentos , la justificación, y ello en árnbitos muy dispares del dis

curso» (ibíd., p. 218). La diversidad de creencias y de actividades

observadas no permite «a tri buir (a un mi smo individuo o grupode individuos) una men talidad única y determinada» (ibíd. , p .210) Ynos invita a dirigir nuestra atención a la pluralidad de contextos de comunicación.

Este t ipo de orientación no carece de riesgos. como ha seña la

do Michel Dobry : imponer una «uniformidad sincrónica» de los

recursos disponibles en un momento dado (para un actor o grupo

de actores), o lvidando los «dilemas prácticos que se les pre sentana los actores» en el transcurso de la acci ón-". Por ello, frecuentemente se pone el acento en la estricta interacción entre la selec

ción de recursos preconstituidos y la lógica de las situaciones.

5. La diversidad de regimenes de acci ónen Luc Boltanski y Laurent Thévenot

Luc Boltanski y Laurent Thévenot, directores de estudios de la

Escuela de Estudios Superiores en Cien cias Sociales de París yanimadores del Grupo de Sociología Política y Moral, han e labo

rado uña sociología de la justificación pública que se ha amp liadoen un enfoque más genera l de los regímenes de acción suscepti

bles de. caracterizar la acción de los individuos en una sociedad

como la nuest ra. Sus orientaciones se han ap licado con éxito al

campo de la economía en la nueva «economía de las convencio

nes»!".

5.1 La justificación pública

En De la j ustification-", Boltanski y Th évenot investigan las dis

putas que provocan la crítica y la ju stificación de las personas enlos ám bitos públicos , esto es, pot encialmente a la vis ta de los

94

miembros de la co lectividad. Presentan la hipótesis de que sobrees tos debates pesan fuertes constreñirnientos de legitimidad y ge

neralización de los argumentos utilizab les , que co nduc en a laspersonas a ir más allá de la situación concreta en la que se ha llan.

En esta pe rspectiva han modelizado los reg istros generales de jus

tificación que actualmente se emplean en las actividades cotidia

nas . y cada uno de dichos regi stros se refiere a una concepc ión diferente de l bien común y de la ju sticia en una ciudad. Para llevar

a cabo est a fo rmalizaci ón han acud ido a los autores clásicos de la

filosofia política que han desarrollado conce pciones de lo que po

dría denominarse una ciudad justa. Es tos autores no han «inventa

do » los registros, pe ro se les cons idera gramáticos del vínculo político , es deci r, se supone que han sistematizado y explicitado las

concepciones de la justicia que parecen ímplicitas en la vida cotidiana. A continuación, Boltanski y Thévenot propone n una pri

mera validación empírica de su construcción señalando plantea

miento s semejantes a las diferentes ciudades justas en guías

contemporáneas . En este doble proceso han identificado se is regist ros de justificación pública (la lista no es exhaust iva, aunque

para los autores el número de reg istros nece sariamente sea limitado); cad a ciudad propugna una manera de medir la grandeza de

las personas (un principio de equivalencia propio), de ahí la noción de economias de la grandeza:

- La ju stificación cívica (Rousseau, 1712-1778/guía sindi

cal ), basada en la vo luntad colectiva y la igualdad.

- La j ustificación indu strial (Saint-Simon. 1760- 1825 /guíade la productividad), ba sada en la ef icacia y la competencia .

- La j ustificación doméstica (Bossuet , 1627- l704/gu ía de la

buena v ida ), basada en las relaciones de conf ianza personal es que

vinculan , a través de una serie de cadenas de relaciones , a los

miembros de una co lectividad.- La ju stificación por la opinión (Hobbes , 1588- 1679 /guía de

las relaciones pública s) , basada en e l reconocimiento por parte

de los demás .

- La ju stificación me rcantil (Sm ith, l 723-1 790 /guía pa ra

triunfar en los negocios), basada en el mercado .

- La justificación inspirada (San Agus tín, 254-43ü/guía de lacrea tividad), que establece un vínculo inmediato entre la persona

9S

exteriorizados (las situaciones preestablecidas pobladas de obje tos) como se concibe esta act ividad. Así pues, lo que ha atra ído la

S. Individuos plu ral e s

y una totalidad (por ejemp lo, Dios para los mí sticos o el Arte paralos ar tistas).

l a s nueva s socio logias

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47- I I I I ¡

ate nción de los autores son las denuncias reciprocas de d iferentesreg istros de j ustif icación y los comp romisos establecidos entre

ellos.

El mode lo de justificación pública ha suscitado ciertos deba

tes . Un problema que se abo rda frecuentemente se refiere algrado en que los actores poseen competenci as de justificación.

En este ám bito no está clara empíricamente [a igualdad de capaci

dades y parece más aj ustada (a idea de un acceso mínimo de cadauno . No obstante, con frec uencia se producen dos contrasentidos:

1) algunos auto res leen el modelo como una descripción del

mundo tal como es (por lo que el mundo sería «justo»): sin em

bargo, se trata m ás bien de cómo se captan la s acc iones a través

de l sentido ordinario de la justicia movilizado por las personas en

el encuentro de mundos de obje tos y, por lo tanto, de una construcción de seg undo grado; y 2) el modelo intentaría eng lobartodas las situaciones con las nociones de justificac ión y ju stifica

ción. Por el contrario, Boltan ski y Thévenot indican en su epílogo

que no pretenden «dar cuenta de la conduc ta de los actores entodas la s si tuaciones en que puedan hallarse», pues «los momen

tos de d isputa consti tuyen interrupciones en los actos llevados acabo con otras personas; por cons iguiente, deb en ubicarse en un

curso de acci ón que, tan to an tes como des pués del momento dej uicio, se desarro lla más allá de los constreñimientos de la refl e

xió n y la j ustif icación» (ib id., p. 42 5) . Por tanto, se abre un

campo de po is ibilidades pa ra una soc iolog ía más amplia de reg í

menes de acción, de la que el régimen de justif icación pública noseria más que un modelo reg ional.

El modelo de la j ustif icación se ha ap licado en diferen tes ámbitos emp íricos como una constru cción sistemá tica que no exi ste

como tal en la realidad observada, pero que sirve de herramien ta

en la investigaci ón-". Claude tte La faye y Laurent Th évenot hanexplorado (as posib ilidades de un reg ist ro de justif icación ecoló

gica - t. Jo que muest ra que la investigación de las formas de j usti

ficación esta abierta al trabajo de los ac tore s. El ca rácter p lural de

los individuos , junto con la diversidad de los modos de ju stif icación empleados porcada uno en diferentes situaciones ha sido ob

jeto de es tud io po r pa rte de Lafaye en el caso de los actores con

Estos reg istros obedecen a dos consrreñimicntos comunes queestablecerían su legitimidad -e-entendida no en el sent ido habitua l

en la sociología de «leg itimaci ón- o licitac ión a posteriori de lasre laciones de dominación, sino como un hori zonte gene ra l de

sentido que sirve de referencia a los actores en el transcurso de sus

act os- en los ámb itos púb licos de nuestra sociedad: 1) un cons

treñimien to de común humanidad, que reconoce una naturaleza

humana común a los m iembros de la ciudad y 2) un constreñ imiento de orden sobre esta humanidad. es decir, una jerarquía variabl e que depende de las p ru eb as de gra ndeza y que no supone

subhumanidades establecidas como en las sociedades de castas.

Estos registros no só lo remiten a principios de justicia, sino también a mundos de obje tos (por ejemplo, un cronómetro en el ám

bito industri al) que sirven de apoyo a las demostraciones. De esta

mane ra, los autores p lantean la hipótesis de que cada actor de

nuestra sociedad tiene acceso a estos modos de j ustificac ión, loscua les forman parte de competencias compartidas .

Est as modalidades comunes de cri tica y justificac ión tamb ién

es tán presentes en los trabajos de (as ciencias socia les, por lo que

la sociología de la crítica , que investiga (as soc io logías criticastanto de los actores como de los inves tigado res , también es una

sociología reflexi va que co ntribuye a hacer explíc itas las dimen

siones normativas imp lícita s en las socio logías eruditas. De esta

mane ra, la tradiciona l divis ión reivindicada por la sociología

entre los ju icios de valor y los j uicios de hecho no parece tan taja nte, si bie n sigue siendo un horizonte regu lador de la actividad

científica, aunque só lo sea porq ue estas discip linas util izan for

mas de evaluac ión de comportamientos y de procesos soc ia les

que tienen una dob le dimensión - técnica (sistemas de medida) ymoral (s istema s de valores)- que es dific il disociar comple ta

men te.S i es tos regi stros se consideran productos histórico-soc iales,

las inves tigacio nes realizadas han dej ado de lado es te campo in

menso para cen trarse en la actividad cotidiana de los actores , em

pleando esas formas generales preconstitui da s. Es en el encuentrode (as formas ínteríor ízadas (la competencia para util izar argu

mentos y moverse en los mundos de objetos) y los dispo sitivos-%'

Las nuevas sociología s

«do ble etique ta» (por ejemplo, alca ide/agente de la adm inistra ,ci ón local), cuya identidad frecuentemente equívoca es fuente de

5. Ind ividuos plu rales

- La violencia (en su concepto límite de «desencadenamien

to de fuerzas», un es tado de disputa que también queda fuera de

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tens iones y de reconstrucciones de ideruidad" . la equivalencia).

•9

ágap e (amor)

violencia

No equivalencia

(des -mesura)

Paz

Disputa

rectitud

j usticia-j usl i fícaeion

Equivalencia (mesura)

A continuac ión Boltansk i exp lora las osc i laciones de un régimen de acción a otro , y ello en difere ntes momentos y s ituac iones

de la vida cot id iana.Th évenot ha analizado las relaciones de proximídad entre per

sonas y entre person as y cosas que , a di ferencia del regist ro de

justificación doméstica . son locales y particulares, y no se hace nnecesariamente generales y públicas. Las denom ina régimen defa m ílíarídad": Las investigaciones de Christia n Be ssy y Franci s

Chateauraynaud sob re el cuerpo a cuerpo de las per sonas con losobjetos en el caso de las técni cas, recurriendo particularmente a la

fenomenología de la percepción de Merleau-Ponry, t ienden a con

verger con es te campo de investigaci ór r'".Se han es bozado otros regimenes de acc ión. As í, a parti r de

los escri tos de l f ilósofo contemporáneo Ernmanuel Levinas, se hamodelizado un rég im en de interpelació n ética en el cara a cara ode co mpasión (P. Corcu ff y N. Depraz) . Esquemátícamente , se refie re al hecho de sentirse «preso» , en la prácti c a y de manera no

nece sariamente reflexiva , de un sentimiento de responsab ilidadrespec to a laangust ia del ot ro, en el ca ra a cara y la proximidad tisica. A partir de la obra política de Maquiavelo se ha

formalizado otro régimen de acció n: el régimen maquiavélico o táctico-estratégico (Grupo de Estudios Maquiavé licos del CERJEPde Lyon), En es te caso se intenta una reubicació n de comporta-

mi entos es tratégicos que hoy d ía ocupan un espacio demasiado

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98

De la mism a maner a que Claude Gr ignon hab la de ( concep tos

api sonado rav' ". se podría denominar sociologías ap isonadora auna ser ie de soci olog ías qu e ap rehenden el mundo social con unvocabula rio un iforme de descripción, interp retación y explica

ción. vál ido en todas las situaciones. De es ta ma nera , tienden a re

du cir en un m ismo plano situaciones muy diferentes. Por el contrario, la socio logía de los regímenes de acción que se esboza hoy

a part ir de los trabajos de Boltansk i y Thévenot bu sca recuperar

los ac cidentes de l terreno y proponer conjuntos conceptua les difcrentes en funci ón del t ipo de situac ión y, por tanto, reconstruir

un en foque g loba l pa rtiendo de la elaboración de modelos regio

naícs> . Ca da régimen de acción intenta dar cuenta de la acción en

ciertas situaciones a través del bagaje mental y ges tual de las personas, en la d inámi ca de aj u ste de las pe rsonas entre e llas m ismas

y con las cosas. recurriendo a apoyos preconstituidos a la vez internos y externos a las personas, Si bien toda una se ríe de proble

ma s de las ciencias sociales pueden reforrnularse en es te marco ,

és te no pretend e cub rir todo el campo de la sociología, pues. a lamanera schütziana, se presenta como una «c ienc ia de la ciencia

de lo s ac tores». ". Aparte del régimen de ju stificación pública , sehan elaborado otros regím enes de acción:

Boltanski ha esbozad o un cua dro de cuatro regímenes de ac

ción a partir de un doble eje equivalencia (mesura)/no equivalencia (des-mesu ra) y paz/disputas:

- La j usticia-j ustijicación (un estado de disputa que recu rre apr incip ios generales de equivale ncia ).

- La rectitud (equivalencia tácita entre las personas y las cosas

en las rutinas y, por tanto, en la paz; no está activada la crítica).

- El ágape o amor (don gratuito sin expectativa de reciproci

dad, inse rto en la trad ició n teológica cristiana, una desviaci ó n dela equivalencia en la paz).

-:iR

5.2 Otros regimenes de acción accesiblesa un mismo individuo

l a s nuevas soci o logias

general , de validez indeterminada , en los análisis de las ciencias

soc iales . Conclusión

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Con tales instrumentos sería posib le arrojar luz sobre d iversasd imensiones de las actividades socia les. como las cuestiones de ladominación y del poder, que hasta el momento más bien se hansos layado. En cualquier caso, tos regímenes de acc ión accesibles

a los actores de nue stras sociedades probablemente no son ilimi

tados. por lo que la soc iología de los regímenes de acción se prcsenta como una puesta en orden de la diversidad de rec ursos u ti

lizados por los actores , así como de las propiedades de la acción.La profundizac ión de esta perspectiva pasa especialmente por una

exploración más sistem át ica de los pasos entre regímenes de acción, esto es, por relaciona r los d iferentes aspectos (in teriorizados

y exteriorizados) de la realidad social. Se trata de tener en cuenta

la heterogeneidad interna de la acción , al tiempo que se identif i

can sus ar ticulaciones.

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•-;.,,::t

-

Al término de est e recorrido sin tét ico y necesar iamente parcial

por las nuevas sociologías debatidas en la década de los oc henta yla primera mit ad de los noventa, es necesario hace r algunas preci

sienes.En primer lugar, la elección de considerar autores, conceptos.

resu ltados de investigaciones o debates a part ir del hilo conductordel construct ívismo social nos ha conduc ido a dejar de lado otros

trabajos característico s de esos años , pero que han tratado menos

direct amente el problema de la superación de las ant inomias trad iciona les en la s ciencias sociales. Por lo tanto, el marco concep

tual nos ha obligado a no ten er en cuenta una serie de investiga

ciones interesantes. Por la misma razó n sólo ha sido posib le tratar

muy por encima las nuevas relaciones entre las ciencias soc iales y

la f ilosofía . No obsta nte, señalemos las discusiones y los préstamos de c iertas orientaciones filosóficas, y en particular de la última filosof ía de Wittgenstein (especialmente su tratamiento de los

problemas planteados po r los usos del lenguaje), de la fenomeno

logía del cuerp o de Maurice Merleau-Ponry, de las formas origi

nales de cuestionar la historia elaboradas por Michel Foucault. dela atención a la nar rac i ón de Paul Ricoeur, de la deconstrucción

B;BUOTECA v NAL

Oc r1AESTROS- ~100-

Las nueva s sociologia s

promovida por Jacques Derrida, de la filo sofía de la ciencia deMichel Ser res , de la teoria de la acc ión comunicativa de Jürgen

Conclusión

contro lado del razonamien to comparativo, pero es ta valideznunca puede considerarse ilimitada . Aaron V. Cicourel pre sta es

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Habermas o de las teorías norteamericanas de la j usticia como lasde John Rawl s y Michael Walzer.

En el plano epistemológico tam bién se han propuesto nuevoselementos que demuestran que, salvo algunas excepciones, losenfoques constructivistas no van acompañados de un ultrarrelativismo . Más bien se pretende un nuevo uso de las noc iones de ver-dad científica y de realidad. Las verdades científicas, que a su

vez no aluden más que a una parte de los usos soc iales de la noción de verdad (mientras que los otros usos se apoyan en la ética,el amor o la estética, po r ejemplo) aparecen plurales, situadas histó rica y socialmen te, provisionales , pero la noción de verda dsigue s iendo un horizonte regulador del trabajo científico, que seapoya en un repertorio de criterios-reglas·metodos-conceptos-debates heredado de la tradición sociológica. Más en concreto, reflexiones epistemológicas muy dive rsas y que no se sitúan todasen el ámbito ccns tructivista , como las de Aaron V. Cicourel ",Jean -Claude Passeron", Raymond Boudon ", Pie rre Rolle" o Erhard Friedberg", convergen en el cuestionamiento de una ep íste-

mologia binaria (en tomo a la oposic ión verdadero/falso) en beneficio de una epistemología de ámbitos de validez (validez de lasobservaciones y discursos recogidos por el investigador, de las técnica s empleadas , de los conceptos propuestos o de las propiascond iciones de la investigación). De esta forma, no habría enunciados soc iológicos que pudieran calificarse de verdaderos o falsos en general, sino de verdaderos o falsos en cie rta medida , enciertas condiciones, en ciertas circunstancias , que precisamentehay que.tra ta rde explicitar mejor para darles mayor rigor científico . En su crítica de las pretensiones un iversalistas de diversas teorías de l camb io social, Raymond Boudon ha puesto el acentosobre la «validez local» de las teorias socio lógicas. Pierre Rolle

indi ca que, en el caso de un modelo teórico, es necesario determinar «las condiciones, más o menos restrictivas» en las que se aplica; yen las ciencias soc iales el error consistiría principalmente en«e l de sconocimiento de los límites» de los instrumentos teóri cosemp leados (ibld., pp, 64 ·65). Jean -Claude Passeron y ErhardFriedberg proponen una amp liación de l ámbito de validez de proposiciones sociológicas siempre local izadas, mediante el emp leo

pecial atención al ámbito de validez de los co ntextos de investigación, a sus discrepancias, así como a sus proximidades respecto alos contextos cotidianos de acc ión; de ahí la importancia que concede a una reflexividadsociológica . En el marco de estas perspectivas se puede eval uar las verdades científicas según su mayor omenor va lid ez y su construcción más o menos rigurosa (por lotanto, no estamos ante una ind istinción relativista radical del tipo

«todo vale»). Pero si las verdades sociológicas son plurales tam bién es para dar cuenta de los aspectos plurales de la real idad social , que pueden distinguirse principalmente en función de su so-lidez. Los criterios propuestos po r Lau ren t Th évenot para«conferir formaos son especialmente interesantes a la hora de establecer esta so lidez: ámbito de validez. estabilidad temporal ygrado de obje tivación.

Si los análisis consrructivistas tienen su origen en la lógica deltrabajo científico , con sus limitaciones y reglas prop ias , no carecen de vinculos con consideraciones éticas y po liticas. En primerluga r, ni las tentaciones recurrentes de una postura de superiori

dad respecto a los actores ni la constatación de la variabilidad hist órica y socia l de sus ideales de emancipación llevan necesariament e a la soc iología a un escepticismo generalizado respecto atodos los ideales. Por el contrario, según afirma Jean-Louis Fabiani, ( es analizando el proceso ideo lógico cotidiano que retoma

y recompone los ideales en pugna con las circunstancias como elsoc iólogo , abandonado e l di lema relativista, vue lve a aprenderel respe to» ". De otra parte, al historizar y desnaturalizar aquelloque parece «natural» o «necesario», que está ahí «desde toda laetern idad» , la sociolog ía desfa taliza , según el termino de PierreBourdieu". Desde luego, la soc io logía nos muestra que no todo esposib le a consecuencia de las limitaciones (exteriorizadas e inte

ríorizadas) fruto del pro ceso socio-histórico anterior, pero «lo queel mundo social ha hecho, el mundo soc ial puede, armado con

este conocimiento, deshacerloe". Así pue s, el sociólogo cons tructivisra es capaz de investigar las cajas negras, retomando una expresió n de Michel Ca llon y Bruno Latour, cerradas por los actores y, en par ticular, los poderosos (como «los fundamen to snaturales de la des igua ldad», «la natura leza femenina», «la s leyes

103,-"" I'.. ". ,~' 4 ..,

102- -

No t as

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' e_" 'iIiII0 7

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41 ( Sur l'objecnvaríon participante», Ac tes de la recherche en scien-

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"

,,

"1..,

" ......:-

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l iLa socied ad cortesana , op. cit.12 La sociedad de los indiv iduos, op. cit .

13 Whal is Soc iology? op. cito

14 La sociedad co rtesana, op . cit.15 La socied ad de los individuos. op. cit.

16 lbí d .

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Notas1.l as nuevas scctctoqíes

42 «Ethnolog¡e du contemporain et enquéte de terra in» . Terrain. 14.

marzo de I990 .

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5 «Sens cornmun et...» , op. c it.. pp. 26-29 .

6 [b id. pp . 42 -54 .

í>..V

j

'"",

loa

43 «Espace soc ial et.;» , op. ci t., p. 15 1, . , .44 «Un contrat sous conrraín te», con la co laboraci ón de S. Bouhedja

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48 París , EHESS-Gallímard-Seuil. 1989; se trata de una versión modificada de los semina rios de investigación que tuvieron lugar en febre

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53 París, PUF, 1986 .54 Subt itu lada ÚJ Dynamique des mobilisano ns multisectorielles ,

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55 «Logique de la fluidité politiquc», en F.Chaze l (ed.), Act íon ca-llectíve er mouvements socíaux, París, PUF, 1993 , p. 177.

56 Sociologíe des. ..• op. cit ., p. 97

57 «Logiq ue de la ...», op. cit ., p. 182. . . . . .58 «Février 1934 et la d écouverte de l ' atlerg íe de la soc rerc francaise

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rat íon. París, PUF. 1984 . p. 444 .6 1 Véase P. Corcuff «Elémcnts d' épist émotogie ordinairc du synd ica

lismc», Revuefruncaise de science politiqueovol. 41. 4. agos to de 1991".

62 La Place du d ésordre. Critique des ih éories du changement social,Parí s. Pur , 1984 .

63 «Nietzs che, la g ón éalogie. l 'histo íre», en Hornmage a Jean

Hyppo lite, Parí s, PL:F 197 1.

Capitulo 3No tas del recuad ro de las página s 57-581 Véase Fran¡;oise·André lsambert. K-\l fced Schütz en lre Weber et Hus -

..-;¡;;;;

l a s nueva s scctotoqtas Notas

3 «Sociologie des pratiques d'écrirure», Ethnologie fra ncaise , vol.20, 3, 1990, p. 265 .

4 Languages of Class. Studies in English Working Class Hístory.

14 Soc iologie de la logique, op. cit., p. 8.15 La vida en el laboratorio: la construcción de los hechos cientifí

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6 Engager la conversa t íon, Parí s, Minuit, 1989.

7 Gens de métier el r évoíutions. Le langa ge du trava íl de i 'Ancien

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13 «Retire Thompson . La Formation de la classe ouvriere anglaise,tr.ente ans ap res». Acles de la recherche en sciences soc iales, 100, diciembre de 1993, p. 79.

14 París, Minu it, 1982.

15 En co laboración con Y. Darr éy M.-A . Schlitz, Actes de la recnerche en sciences sociales, 5 J, marzo de 1984.

16 Les Cad-es, op . cit., p . 49.

17 «Espace social et genese des "c tasses?». Actes de la recherche ensciences sociales, 52-53, junio de 1984.

18 El 18 Brumario de Luis Bonaparte O" ed. 1852), p. 127 .19 «La dénonciation», p. 4 .

20 «L émergence et la transfcrmation des tinges: r éaliser, reprocher,r éclamer...», Politix , 16, 1991.

.2 1 (L es investissements de forme» , Cahiers du CEE , 29, 1986 (unaprimera vers ión citada por Boltanski dala de 1983), p. 26 .

22 «Comment les formes sociales se maintiennenr», en Sociologie etépistémologie, París, PUF, 1981 , p. 175.·f i,

Capitu lo 4I Parí s , 12.- ed., 1973, p. 337.

2 La formaci án de la clase obrera en tngtaterra , Barcelona, Crítica,

1989.

110

16 M. Ca llon, «Eléments pour una sccíologí e de la traduction. La do

mestication des coquilles Saint-Jacques et de manns-pécheurs dans labaie de Saint-Brieuc», L'Ann ée sociologique, 36, 1986, p. 174 .

17 M. Callon, ibid.• p. 203 .18 B. Latour. Science in Actían: how to fo llow Scientist and Engí

neers througñ Socíety, Open Unívcrsiry Press , 1987.19 M. Callon (ed.), La Sctence et ses r éseaux, París, La D écouver tc,

1988.20 B. Latour, Sctence in Aclion, op. ci t.21 Véase espec ialmente B. Latour. «Une socíologie sans object?» ,

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23 M. Callan, «Elémenrs pour...», arto cít ., p. 176.24 Véase especialmente «La ffairc Claude Bernard», en J.Michel (ed.).

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26 «Un "programme fort " en sociologie de la science?», Revue fran caise de sociologie, vol. 26, 3, j ulio-sept. de 1985, p. 502 .

27 «Sociologie de la scic nce et relanvisme», Revue de synthése, .p

serie, L julio-sept .. 1986.28 «Le champ scienti fique» , Actes de la recherche en sc íences socia·

les , núms . 2-3 , junio de 1976 , pp. 88 Y 97.29 «Forccs et faiblesses de la nouvelle anthropologie des scíe nces».

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30 Le Pouvoir: .., op. cit., pp. 202-210.3 1 La Faute professionnelíe , París, M étailíé . 199 1, pp . 172 -173 Y

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vcrsi ty Press. 1989.35 Les Probí émes de la phttosopñ te de Thisto ire , París, PUF, 1984 .

36 M ícromotives and Macrobehavior, 1978 .

-

Las nuevas sociologías Notas

8 Paris, Minuit, 1991.

9 «La décomposition du suject», en Le Paríerfruis...• op. cit., p. 100 .

23 «De quelques formes primitives de classiñcaríon. Contribution aI'étude des repr ésen tations collectives. (e .o. 1903) , re impreso en M.

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113

10 í.es Cadres ... , op. cit.• p. 19.

11 Nathalie Heinich, «Pour introduire a la cadre-analyse», Crit ique,535 , diciembre de 1991, p. 943 .

12 Les Cadres .. ., op. cit.• p. 30.

l3 Véase Soi-m éme comme un autre, sexto es tudio : «Le soi et I' identité narrat íve», París, Seuil, 1990 , pp. 167- 198 .

14 As iles, Paris , Minuit, 1990.

15 «Institutic ns totales et configurations punctualles», en Le Par íer

fra is... , op. cit., p. 39.

16 Les Cadres, op. cit.• p. 566. La cursiva es mía.17 París, Seu il, 1994.18 Véase Production de la soc ié té, París. Le Llvre de Poche, 1993

(e.o. 1973).

19 París, Fayard, 1987.20 La Culture du pauvre, Paris, Minuit, 1970 .2 1 Socio log íe de l 'expé rience, op. cit ., p . 92.22 Ion Elste r (ed.}, The Multiple Se/[. Cambridge. Cambridge Uní

vers ity Press, 1985.

23 «The Buddhist Theory of «no-self», extracto traduci do al inglé sde su libro Le Bonheur-líb er t é. Bouddhisme prof ond et modernit é París.

PUF,1 982 .24 «Culture in Action: Symbols and Strategies», Am erican Sociolo

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25 Logiques m éisses . Anthropologie de 1'identit é en Af rique er ai

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26 Pour en fín ír avec les men talit és, París. La Découverte, 1993.27 «Calcul, concurrence et gesti óndu sens», en P Favre (ed.), La Ma

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28 Véase Dupuy, F. Eymard-Duvernay, O. Favereau, R. Salais yL. Thévenot, «L'économic des convemions». Revue économioue , vol. 40,2, marzo de 1989 .

29 Subt itu lado Les Economies de la grandeur , París, Ga llimard, 1991(e.o . 1987).

30 Véase especialmente L. Boltanski y L. Th évenot (eds. ), Justesse etju snc e dan s le trava il, (con texto s de P. Boisard y M.-T. Letab lier, F. Chateauraynaud, P. Corcutf, J.-L. Derouet , N. Dodier, A. Desrosi éres, F. Ey·

mard-Duvemay, F. Karmarz, C. Lafaye, L. Th évenot y A. wissler), Cahiers du CEE, Paris, PUF, 33, 1989.

3 1 «Une justification écologique? Contl icts daos I'aménagement dela nature», Revue fra ncaíse de sociologie, vol. 34, 4. octubre-diciembrede 1993.

112

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1990 .2 L'Espr ít, le soi et la soci ét é, París, PUF, 1963.

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7 «Replique a Denzinet Keüer», en l. Josephy otros, Le Paríe r fra isd 'Erving Gof fman, París, Minuit, 1989, p. 307 .

-=-:-::

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las cienc ias soc iales.

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Revisla Internacional de Ciencias Sociall!S

Revista Espuñola de Inw stigaciones Sociológicas

Anlhropos

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British Journal 01Soc íology

Cantemporary Soc iology

Cuttwa í Studies

Current Perspectíves in Social Ih eory

Joum al afTñeoretical Polines

Potuicaí Power and Social Theory

BIBLIOTECA NACIONAL

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