CONTRIBUCIÓN A UNA TEORÍA DE LOS CROMATÓNIMOS · El quechua ecuatoriano contaría tanto con una...
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Recibido 2112012 Aceptado 14022012
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128
CONTRIBUCIOacuteN A UNA TEORIacuteA DE LOS
CROMATOacuteNIMOS
Xaverio BALLESTER Universitat de Valeacutencia
En teacuterminos sensoriales el ser humano es especialmente visual La percepcioacuten
visual representa un papel muy importante en su experiencia del mundo Adi-cionalmente la percepcioacuten de color constituye un aspecto fudamental en su
percepcioacuten visual Loacutegicamente tan relevantes hechos encuentran su reflejo en la Linguumliacutestica
Palabras Clave Linguumliacutestica cromatoacutenimos simbolismo de los colores
Contribution to a Theory of Color Names A major role of the human beinglsquos experience of the world is played by visual
perception and a major role in visual experience is played by color perception Logically all this has a linguistic projection
Key Words Linguistics Color names Color Symbolism
De si los teacuterminos que en las distintas lenguas indicaren color se-an nombres propioshellip o nohellip o todo lo contrario y de sus no pocas
peculiaridades
i estrictamente considerados los nombres de los colores o cromatoacute-
nimos (sobre el tema griego σπωμαηοndash colorlsquo) no son nombres pro-
pioshellip iquestO siacute Resulta que habitualmente los cromatoacutenimos comparten algunas caracteriacutesticas importantes con los [demaacutes] cirioacutenimos o nombres
propios y sin embargo incumplen el requisito de poseer un referente uacutenico y no colectivo como en el caso de los etnoacutenimos ahora bien iquestpodriacutean te-
nerlo En razoacuten de su naturaleza semaacutentica necesariamente abstracta y comuacuten los cromatoacutenimos como la mayoriacutea de los convencionales nombres
comunes no se refieren mdashes verdadmdash a una entidad determinada Una
casa es potencialmente muy distinta de cualquier otra casa pero un azul siempre seraacute el azul Mientras que los verdaderos o idiosincraacuteticos nombres
comunes presentan un caraacutecter geneacuterico muy acusado de modo que aacuterbol barco o casa pueden aludir a referentes muy distintos mdasha un aacutelamo blancolsquo
o un pino silvestrelsquo a una barquichuelalsquo o un yatazolsquo a un piso pateralsquo o
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un palacio reallsquomdash los cromatoacutenimos son casi tan precisos como los numera-les de modo que azul o blanco soacutelo pueden referirse a entidades tan singu-
lares como lo sean los azullsquo y blancolsquo en las correspondientes lenguas
mientras que a su vez habraacute distintos tipos de aacutelamos o pinos de barcas o yates de pisos o palacios
Estas caracteriacutesticas ademaacutes suelen acercar los cromatoacutenimos precisamente a los [otros] cirioacutenimos y en especial a los etnoacutenimos o nombres de etnias y
pueblos con los que comparten la referencia a algo que siendo virtualmen-
te plural tiene un claro y uacutenico referente Asiacute si una caracteriacutestica cirioniacute-mica de los etnoacutenimos es su tendencia a neutralizar las categoriacuteas de geacutene-
ro y tambieacuten de nuacutemero mdashdecir por ejemplo siux en vez de siuxa o siuxesmdash parecidamente entre los cromatoacutenimos encontraremos muchas
neutralizaciones de geacutenero y de nuacutemero mdashbien explicables en diacroniacutea como veremos por el original caraacutecter substantivo de muchos nombres de
coloresmdash y se diraacute azul y no azula rosa y no roso o bien burdeos y no
burdeo o burdeosos
Asimismo si los etnoacutenimos tienden a neutralizar la distincioacuten entre substan-
tivos y adjetivos y emplear el substantivo mdashcategoriacutea nominal maacutes propiamdash como adjetivo y decir por ejemplo celta o germano en lugar de ceacuteltico o
germaacutenico tambieacuten parecidamente entre los cromatoacutenimos encontraremos
a menudo la tendencia a emplear oro rosa o rojo en vez de dorado rosado o rojizo Fenoacutemeno que sin duda tambieacuten por su estrecha relacioacuten con la
etnonimia afecta asimismo a los glotoacutenimos o nombres de lenguas de modo que vasco seraacute empleado no soacutelo en lugar del adjetivo vascoacutenico o
auacuten vascongado sino tambieacuten en lugar del glotoacutenimo vascuence (del latiacuten uasconice) Por otra parte los glotoacutenimos pueden tener origen en diversas
categoriacuteas morfoloacutegicas mdashno soacutelo en substantivosmdash y en consecuencia
comportarse morfosintaacutecticamente tambieacuten de modo muy distinto
En todo caso aun si considerados como nombres comunes resultaraacute ense-
guida patente que los nombres de colores poseen otras caracteriacutesticas tan propias que les hacen dignos de un estudio tambieacuten propio y singularizado
Asiacute por ejemplo las aludidas neutralizaciones morfoloacutegicas se manifiestan
como un abuso como una usurpacioacuten por parte del substantivo de funcio-nes maacutes propias del adjetivo de modo que en este punto el cromatoacutenimo
se comporta como otro cirioacutenimo una de cuyas caracteriacutesticas es precisa-mente su renuencia a la adjetivizacioacuten al menos sin que en tal caso medie
normalmente una alteracioacuten importante de su semaacutentica siendo este hecho
aquiacute especialmente significativo porque estadiacutesticamente los en principio bipolares cromatoacutenimos mdashporque virtualmente tanto substantivos cuanto
adjetivosmdash se emplean sin embargo con mucha maacutes frecuencia en funcioacuten adjetival De hecho el concepto o quizaacute mejor percepto del color aparece
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seguacuten las lenguas categorizado tambieacuten como verbo como clasificador como substantivo como derivado adjetival como un afijo o como una
partiacutecula pues aunque como sentildeala LUCY (1997 337) laquotiende a ser trata-
do como adjetivo si la lengua dispone de tal categoriacutea ello no constituye de ninguna manera un hecho universalraquo
El tauya una lengua de Nueva Guinea dispone de seis teacuterminos para colo-res blanco negro rojo amarillo verde y azul dos de ellos los dos prime-
ros corresponden en realidad a dos verbos intransitivos apoundash estar blan-
colsquo y pusitimendash estar negro ndash estar marroacutenlsquo y los otros cuatro resultan ser formas derivadas con el sufijo ndashˀamu con ndash caracterizado porlsquo tiacutepicamente
adjetival pero de los calificativos provistos con tal sufijo soacutelo los cromatoacute-
nimos han quedado lo suficientemente lexicalizados como para poder fun-
cionar como substantivos (MacDonald 1990 106ndash107)
En fin tambieacuten el alto nivel de procedencia foraacutenea que como se veraacute
caracteriza a los cromatoacutenimos en muchas lenguas es un detalle linguumliacutestico que aproxima esta clase a los nombres propios En su momento notaremos
ademaacutes como caracteriacutestica asimismo maacutes propia de los cirioacutenimos las irregularidades que presentan los cromatoacutenimos en diversas vertientes de la
lengua Anticipemos ademaacutes otras caracteriacutesticas cirionimicoides mdashsi se nos
permite la palabrejamdash de los cromatoacutenimos como seriacutean su gran peculiari-dad fonomorfoleacutexica su relevancia leacutexicondashsemaacutentica o su evolucioacuten espe-
cialmente irregular rasgos que veremos despueacutes con maacutes detalle En resu-men hasta aquiacute tenemos en los nombres de colores como principales ca-
racteriacutesticas propias de los cirioacutenimos las siguientes
uniformidad del referente semaacutentico neutralizacioacuten de categoriacuteas morfoloacutegicas como geacutenero y nuacutemero
tendencia a comportarse como un substantivo abundancia de formas de origen foraacuteneo
mayor peculiaridad fonomorfoleacutexica relevancia leacutexicondashsemaacutentica y
evolucioacuten singular
Comencemos con la antepenuacuteltima caracteriacutestica
De cuaacuteles singularidades de toda iacutendole presentaren los teacuterminos
de color y de atenuativos reduplicados y otras linguumliacutesticas exquisi-teces
En efecto otra caracteriacutestica que aproxima el conjunto de los cromatoacutenimos
a los verdaderos nombres propios es su irregularidad o al menos su pecu-liaridad lo que se manifiesta seguacuten las lenguas en diversos fenoacutemenos
foacutenicos morfoloacutegicos como algunos que acabamos de ver y tambieacuten leacutexi-cos y ello de manera tan imbricada que a menudo seraacute difiacutecil discriminar
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los diversos planos
En el aspecto foacutenico o fonomorfoloacutegico notemos que por ejemplo en algu-
nos dialectos araacutebigos los adjetivos designando colores o defectos fiacutesicos
comparten ciertos patrones de estructura consonaacutentica (Campbell 1995 27 Kaye amp Rosenhouse 1997 284ndash285) En ciertas lenguas los nombres de los
colores presentan la peculiaridad de poseer alguna marca especiacutefica como la endash en los seis colores del sirionoacute una lengua tupiacute de Bolivia eshĩ blancolsquo
erondei negrolsquo eirẽĩ rojolsquo echo amarillolsquo y eruba verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 46) Asimismo la reduplicacioacuten leacutexica caracteriza la mayoriacutea de los nombres de color en la lengua australiana martundashguanka
(MartundashWangka) excepto el amarillo (karntawara) piilandashpiila blancolsquo ma-rundashmaru negro ndash azullsquo mijindashmiji rojolsquo yukurindashyukuri verdelsquo parnalyndashparnaly rojizo ndash ocre ndash marroacutenlsquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48) Tambieacuten en el fijiano de Boumaa algunos cromatoacutenimos presentan ameacuten
de una forma simple una forma reduplicada la cual se emplea cuando
hace de predicado en posicioacuten inicial o en una oracioacuten relativa y tambieacuten cuando adjetiva un nombre siempre que este no sea un animal o los teacutermi-
nos vatu piedralsquo y qele tierralsquo (Dixon 1988 231) Ahora bien soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash
marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo y no por ejemplo azullsquo violetalsquo grislsquo o rosalsquo
El caso es que por alguna razoacuten o razones diversas el fenoacutemeno de la reduplicacioacuten caracteriza los nombres de colores en un buen nuacutemero de
lenguas
En la vertiente morfoleacutexica mdashpues praacutecticamente el mismo efecto se mate-
rializa a veces en la morfologiacutea o a veces en el leacutexicomdash notemos la presen-cia otra vez de caracteriacutesticas propias para los teacuterminos que indican color
En el quisio (Kisi) hablado principalmente en Guinea la mayoriacutea de los
cromatoacutenimos se adscriben a la limitada y cerrada clase de adjetivos no derivados huacutembugrave blancolsquo tigraveŋigrave negro ndash azul marinolsquo sigraveagraveŋagrave rojolsquo pigraveigrave verdelsquo
y nduacuteugraveliacuteigrave marroacuten claro ndash amarillolsquo (Childs 1995 126ndash127) Ya tambieacuten TROMBETTI (1962 65) llamoacute en su diacutea la atencioacuten sobre el hecho de que en
turco y en mongol se forma una especie de superlativo para los adjetivos
que indican color mediante la reduplicacioacuten de la primera siacutelaba del teacutermino seguida esta de ndashpndash tipo turco kapndashkara negriacutesimolsquo Tambieacuten en taacutertaro y
basquir algunos cromaacutetonimos presentan formas reduplicadas de sentido intensivo como taacutertaro apndashaq blancondash[como la]ndashnievelsquo o yemndashyěšel verdiacute-
simolsquo y ademaacutes pueden tambieacuten tomar sufijos detensivos formando asiacute el
equivalente a nuestros rojizolsquo para el rojo o azuladolsquo para el azul (Aacuterpaacuted 1998 286)
De hecho cabriacutea quizaacute hablar del detensivo o atenuativo como una hipoca-tegoriacutea morfoloacutegica especialmente caracteriacutestica de los cromatoacutenimos ya
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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el
hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a
andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para
respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta
lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-
bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras
consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo
xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante
asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)
En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en
muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-
go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del
nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de
color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta
Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin
partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta
uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean
los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)
Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-
mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con
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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-
lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas
laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas
tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico
seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los
nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-
ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-
matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u
otra forma
Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-
cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos
De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos
Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-
cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-
mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-
dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente
culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-
camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer
relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por
ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio
Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas
romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues
bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-
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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-
tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en
franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido
tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-
no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-
do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-
pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert
Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes
Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas
Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como
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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico
para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash
luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o
el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una
copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-
nos (Buck 1988 1054 s white)
Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo
μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de
Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes
del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian
de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash
al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-
cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta
checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip
Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico
rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh
rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten
de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-
jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico
rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con
esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash
cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo
latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar
aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash
aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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un palacio reallsquomdash los cromatoacutenimos son casi tan precisos como los numera-les de modo que azul o blanco soacutelo pueden referirse a entidades tan singu-
lares como lo sean los azullsquo y blancolsquo en las correspondientes lenguas
mientras que a su vez habraacute distintos tipos de aacutelamos o pinos de barcas o yates de pisos o palacios
Estas caracteriacutesticas ademaacutes suelen acercar los cromatoacutenimos precisamente a los [otros] cirioacutenimos y en especial a los etnoacutenimos o nombres de etnias y
pueblos con los que comparten la referencia a algo que siendo virtualmen-
te plural tiene un claro y uacutenico referente Asiacute si una caracteriacutestica cirioniacute-mica de los etnoacutenimos es su tendencia a neutralizar las categoriacuteas de geacutene-
ro y tambieacuten de nuacutemero mdashdecir por ejemplo siux en vez de siuxa o siuxesmdash parecidamente entre los cromatoacutenimos encontraremos muchas
neutralizaciones de geacutenero y de nuacutemero mdashbien explicables en diacroniacutea como veremos por el original caraacutecter substantivo de muchos nombres de
coloresmdash y se diraacute azul y no azula rosa y no roso o bien burdeos y no
burdeo o burdeosos
Asimismo si los etnoacutenimos tienden a neutralizar la distincioacuten entre substan-
tivos y adjetivos y emplear el substantivo mdashcategoriacutea nominal maacutes propiamdash como adjetivo y decir por ejemplo celta o germano en lugar de ceacuteltico o
germaacutenico tambieacuten parecidamente entre los cromatoacutenimos encontraremos
a menudo la tendencia a emplear oro rosa o rojo en vez de dorado rosado o rojizo Fenoacutemeno que sin duda tambieacuten por su estrecha relacioacuten con la
etnonimia afecta asimismo a los glotoacutenimos o nombres de lenguas de modo que vasco seraacute empleado no soacutelo en lugar del adjetivo vascoacutenico o
auacuten vascongado sino tambieacuten en lugar del glotoacutenimo vascuence (del latiacuten uasconice) Por otra parte los glotoacutenimos pueden tener origen en diversas
categoriacuteas morfoloacutegicas mdashno soacutelo en substantivosmdash y en consecuencia
comportarse morfosintaacutecticamente tambieacuten de modo muy distinto
En todo caso aun si considerados como nombres comunes resultaraacute ense-
guida patente que los nombres de colores poseen otras caracteriacutesticas tan propias que les hacen dignos de un estudio tambieacuten propio y singularizado
Asiacute por ejemplo las aludidas neutralizaciones morfoloacutegicas se manifiestan
como un abuso como una usurpacioacuten por parte del substantivo de funcio-nes maacutes propias del adjetivo de modo que en este punto el cromatoacutenimo
se comporta como otro cirioacutenimo una de cuyas caracteriacutesticas es precisa-mente su renuencia a la adjetivizacioacuten al menos sin que en tal caso medie
normalmente una alteracioacuten importante de su semaacutentica siendo este hecho
aquiacute especialmente significativo porque estadiacutesticamente los en principio bipolares cromatoacutenimos mdashporque virtualmente tanto substantivos cuanto
adjetivosmdash se emplean sin embargo con mucha maacutes frecuencia en funcioacuten adjetival De hecho el concepto o quizaacute mejor percepto del color aparece
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seguacuten las lenguas categorizado tambieacuten como verbo como clasificador como substantivo como derivado adjetival como un afijo o como una
partiacutecula pues aunque como sentildeala LUCY (1997 337) laquotiende a ser trata-
do como adjetivo si la lengua dispone de tal categoriacutea ello no constituye de ninguna manera un hecho universalraquo
El tauya una lengua de Nueva Guinea dispone de seis teacuterminos para colo-res blanco negro rojo amarillo verde y azul dos de ellos los dos prime-
ros corresponden en realidad a dos verbos intransitivos apoundash estar blan-
colsquo y pusitimendash estar negro ndash estar marroacutenlsquo y los otros cuatro resultan ser formas derivadas con el sufijo ndashˀamu con ndash caracterizado porlsquo tiacutepicamente
adjetival pero de los calificativos provistos con tal sufijo soacutelo los cromatoacute-
nimos han quedado lo suficientemente lexicalizados como para poder fun-
cionar como substantivos (MacDonald 1990 106ndash107)
En fin tambieacuten el alto nivel de procedencia foraacutenea que como se veraacute
caracteriza a los cromatoacutenimos en muchas lenguas es un detalle linguumliacutestico que aproxima esta clase a los nombres propios En su momento notaremos
ademaacutes como caracteriacutestica asimismo maacutes propia de los cirioacutenimos las irregularidades que presentan los cromatoacutenimos en diversas vertientes de la
lengua Anticipemos ademaacutes otras caracteriacutesticas cirionimicoides mdashsi se nos
permite la palabrejamdash de los cromatoacutenimos como seriacutean su gran peculiari-dad fonomorfoleacutexica su relevancia leacutexicondashsemaacutentica o su evolucioacuten espe-
cialmente irregular rasgos que veremos despueacutes con maacutes detalle En resu-men hasta aquiacute tenemos en los nombres de colores como principales ca-
racteriacutesticas propias de los cirioacutenimos las siguientes
uniformidad del referente semaacutentico neutralizacioacuten de categoriacuteas morfoloacutegicas como geacutenero y nuacutemero
tendencia a comportarse como un substantivo abundancia de formas de origen foraacuteneo
mayor peculiaridad fonomorfoleacutexica relevancia leacutexicondashsemaacutentica y
evolucioacuten singular
Comencemos con la antepenuacuteltima caracteriacutestica
De cuaacuteles singularidades de toda iacutendole presentaren los teacuterminos
de color y de atenuativos reduplicados y otras linguumliacutesticas exquisi-teces
En efecto otra caracteriacutestica que aproxima el conjunto de los cromatoacutenimos
a los verdaderos nombres propios es su irregularidad o al menos su pecu-liaridad lo que se manifiesta seguacuten las lenguas en diversos fenoacutemenos
foacutenicos morfoloacutegicos como algunos que acabamos de ver y tambieacuten leacutexi-cos y ello de manera tan imbricada que a menudo seraacute difiacutecil discriminar
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los diversos planos
En el aspecto foacutenico o fonomorfoloacutegico notemos que por ejemplo en algu-
nos dialectos araacutebigos los adjetivos designando colores o defectos fiacutesicos
comparten ciertos patrones de estructura consonaacutentica (Campbell 1995 27 Kaye amp Rosenhouse 1997 284ndash285) En ciertas lenguas los nombres de los
colores presentan la peculiaridad de poseer alguna marca especiacutefica como la endash en los seis colores del sirionoacute una lengua tupiacute de Bolivia eshĩ blancolsquo
erondei negrolsquo eirẽĩ rojolsquo echo amarillolsquo y eruba verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 46) Asimismo la reduplicacioacuten leacutexica caracteriza la mayoriacutea de los nombres de color en la lengua australiana martundashguanka
(MartundashWangka) excepto el amarillo (karntawara) piilandashpiila blancolsquo ma-rundashmaru negro ndash azullsquo mijindashmiji rojolsquo yukurindashyukuri verdelsquo parnalyndashparnaly rojizo ndash ocre ndash marroacutenlsquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48) Tambieacuten en el fijiano de Boumaa algunos cromatoacutenimos presentan ameacuten
de una forma simple una forma reduplicada la cual se emplea cuando
hace de predicado en posicioacuten inicial o en una oracioacuten relativa y tambieacuten cuando adjetiva un nombre siempre que este no sea un animal o los teacutermi-
nos vatu piedralsquo y qele tierralsquo (Dixon 1988 231) Ahora bien soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash
marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo y no por ejemplo azullsquo violetalsquo grislsquo o rosalsquo
El caso es que por alguna razoacuten o razones diversas el fenoacutemeno de la reduplicacioacuten caracteriza los nombres de colores en un buen nuacutemero de
lenguas
En la vertiente morfoleacutexica mdashpues praacutecticamente el mismo efecto se mate-
rializa a veces en la morfologiacutea o a veces en el leacutexicomdash notemos la presen-cia otra vez de caracteriacutesticas propias para los teacuterminos que indican color
En el quisio (Kisi) hablado principalmente en Guinea la mayoriacutea de los
cromatoacutenimos se adscriben a la limitada y cerrada clase de adjetivos no derivados huacutembugrave blancolsquo tigraveŋigrave negro ndash azul marinolsquo sigraveagraveŋagrave rojolsquo pigraveigrave verdelsquo
y nduacuteugraveliacuteigrave marroacuten claro ndash amarillolsquo (Childs 1995 126ndash127) Ya tambieacuten TROMBETTI (1962 65) llamoacute en su diacutea la atencioacuten sobre el hecho de que en
turco y en mongol se forma una especie de superlativo para los adjetivos
que indican color mediante la reduplicacioacuten de la primera siacutelaba del teacutermino seguida esta de ndashpndash tipo turco kapndashkara negriacutesimolsquo Tambieacuten en taacutertaro y
basquir algunos cromaacutetonimos presentan formas reduplicadas de sentido intensivo como taacutertaro apndashaq blancondash[como la]ndashnievelsquo o yemndashyěšel verdiacute-
simolsquo y ademaacutes pueden tambieacuten tomar sufijos detensivos formando asiacute el
equivalente a nuestros rojizolsquo para el rojo o azuladolsquo para el azul (Aacuterpaacuted 1998 286)
De hecho cabriacutea quizaacute hablar del detensivo o atenuativo como una hipoca-tegoriacutea morfoloacutegica especialmente caracteriacutestica de los cromatoacutenimos ya
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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el
hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a
andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para
respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta
lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-
bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras
consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo
xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante
asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)
En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en
muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-
go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del
nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de
color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta
Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin
partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta
uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean
los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)
Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-
mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con
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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-
lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas
laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas
tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico
seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los
nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-
ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-
matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u
otra forma
Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-
cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos
De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos
Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-
cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-
mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-
dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente
culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-
camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer
relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por
ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio
Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas
romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues
bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-
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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-
tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en
franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido
tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-
no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-
do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-
pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert
Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes
Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas
Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como
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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico
para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash
luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o
el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una
copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-
nos (Buck 1988 1054 s white)
Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo
μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de
Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes
del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian
de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash
al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-
cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta
checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip
Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico
rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh
rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten
de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-
jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico
rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con
esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash
cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo
latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar
aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash
aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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seguacuten las lenguas categorizado tambieacuten como verbo como clasificador como substantivo como derivado adjetival como un afijo o como una
partiacutecula pues aunque como sentildeala LUCY (1997 337) laquotiende a ser trata-
do como adjetivo si la lengua dispone de tal categoriacutea ello no constituye de ninguna manera un hecho universalraquo
El tauya una lengua de Nueva Guinea dispone de seis teacuterminos para colo-res blanco negro rojo amarillo verde y azul dos de ellos los dos prime-
ros corresponden en realidad a dos verbos intransitivos apoundash estar blan-
colsquo y pusitimendash estar negro ndash estar marroacutenlsquo y los otros cuatro resultan ser formas derivadas con el sufijo ndashˀamu con ndash caracterizado porlsquo tiacutepicamente
adjetival pero de los calificativos provistos con tal sufijo soacutelo los cromatoacute-
nimos han quedado lo suficientemente lexicalizados como para poder fun-
cionar como substantivos (MacDonald 1990 106ndash107)
En fin tambieacuten el alto nivel de procedencia foraacutenea que como se veraacute
caracteriza a los cromatoacutenimos en muchas lenguas es un detalle linguumliacutestico que aproxima esta clase a los nombres propios En su momento notaremos
ademaacutes como caracteriacutestica asimismo maacutes propia de los cirioacutenimos las irregularidades que presentan los cromatoacutenimos en diversas vertientes de la
lengua Anticipemos ademaacutes otras caracteriacutesticas cirionimicoides mdashsi se nos
permite la palabrejamdash de los cromatoacutenimos como seriacutean su gran peculiari-dad fonomorfoleacutexica su relevancia leacutexicondashsemaacutentica o su evolucioacuten espe-
cialmente irregular rasgos que veremos despueacutes con maacutes detalle En resu-men hasta aquiacute tenemos en los nombres de colores como principales ca-
racteriacutesticas propias de los cirioacutenimos las siguientes
uniformidad del referente semaacutentico neutralizacioacuten de categoriacuteas morfoloacutegicas como geacutenero y nuacutemero
tendencia a comportarse como un substantivo abundancia de formas de origen foraacuteneo
mayor peculiaridad fonomorfoleacutexica relevancia leacutexicondashsemaacutentica y
evolucioacuten singular
Comencemos con la antepenuacuteltima caracteriacutestica
De cuaacuteles singularidades de toda iacutendole presentaren los teacuterminos
de color y de atenuativos reduplicados y otras linguumliacutesticas exquisi-teces
En efecto otra caracteriacutestica que aproxima el conjunto de los cromatoacutenimos
a los verdaderos nombres propios es su irregularidad o al menos su pecu-liaridad lo que se manifiesta seguacuten las lenguas en diversos fenoacutemenos
foacutenicos morfoloacutegicos como algunos que acabamos de ver y tambieacuten leacutexi-cos y ello de manera tan imbricada que a menudo seraacute difiacutecil discriminar
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los diversos planos
En el aspecto foacutenico o fonomorfoloacutegico notemos que por ejemplo en algu-
nos dialectos araacutebigos los adjetivos designando colores o defectos fiacutesicos
comparten ciertos patrones de estructura consonaacutentica (Campbell 1995 27 Kaye amp Rosenhouse 1997 284ndash285) En ciertas lenguas los nombres de los
colores presentan la peculiaridad de poseer alguna marca especiacutefica como la endash en los seis colores del sirionoacute una lengua tupiacute de Bolivia eshĩ blancolsquo
erondei negrolsquo eirẽĩ rojolsquo echo amarillolsquo y eruba verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 46) Asimismo la reduplicacioacuten leacutexica caracteriza la mayoriacutea de los nombres de color en la lengua australiana martundashguanka
(MartundashWangka) excepto el amarillo (karntawara) piilandashpiila blancolsquo ma-rundashmaru negro ndash azullsquo mijindashmiji rojolsquo yukurindashyukuri verdelsquo parnalyndashparnaly rojizo ndash ocre ndash marroacutenlsquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48) Tambieacuten en el fijiano de Boumaa algunos cromatoacutenimos presentan ameacuten
de una forma simple una forma reduplicada la cual se emplea cuando
hace de predicado en posicioacuten inicial o en una oracioacuten relativa y tambieacuten cuando adjetiva un nombre siempre que este no sea un animal o los teacutermi-
nos vatu piedralsquo y qele tierralsquo (Dixon 1988 231) Ahora bien soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash
marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo y no por ejemplo azullsquo violetalsquo grislsquo o rosalsquo
El caso es que por alguna razoacuten o razones diversas el fenoacutemeno de la reduplicacioacuten caracteriza los nombres de colores en un buen nuacutemero de
lenguas
En la vertiente morfoleacutexica mdashpues praacutecticamente el mismo efecto se mate-
rializa a veces en la morfologiacutea o a veces en el leacutexicomdash notemos la presen-cia otra vez de caracteriacutesticas propias para los teacuterminos que indican color
En el quisio (Kisi) hablado principalmente en Guinea la mayoriacutea de los
cromatoacutenimos se adscriben a la limitada y cerrada clase de adjetivos no derivados huacutembugrave blancolsquo tigraveŋigrave negro ndash azul marinolsquo sigraveagraveŋagrave rojolsquo pigraveigrave verdelsquo
y nduacuteugraveliacuteigrave marroacuten claro ndash amarillolsquo (Childs 1995 126ndash127) Ya tambieacuten TROMBETTI (1962 65) llamoacute en su diacutea la atencioacuten sobre el hecho de que en
turco y en mongol se forma una especie de superlativo para los adjetivos
que indican color mediante la reduplicacioacuten de la primera siacutelaba del teacutermino seguida esta de ndashpndash tipo turco kapndashkara negriacutesimolsquo Tambieacuten en taacutertaro y
basquir algunos cromaacutetonimos presentan formas reduplicadas de sentido intensivo como taacutertaro apndashaq blancondash[como la]ndashnievelsquo o yemndashyěšel verdiacute-
simolsquo y ademaacutes pueden tambieacuten tomar sufijos detensivos formando asiacute el
equivalente a nuestros rojizolsquo para el rojo o azuladolsquo para el azul (Aacuterpaacuted 1998 286)
De hecho cabriacutea quizaacute hablar del detensivo o atenuativo como una hipoca-tegoriacutea morfoloacutegica especialmente caracteriacutestica de los cromatoacutenimos ya
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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el
hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a
andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para
respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta
lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-
bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras
consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo
xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante
asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)
En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en
muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-
go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del
nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de
color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta
Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin
partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta
uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean
los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)
Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-
mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con
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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-
lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas
laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas
tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico
seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los
nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-
ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-
matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u
otra forma
Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-
cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos
De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos
Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-
cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-
mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-
dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente
culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-
camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer
relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por
ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio
Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas
romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues
bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-
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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-
tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en
franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido
tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-
no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-
do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-
pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert
Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes
Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas
Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como
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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico
para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash
luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o
el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una
copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-
nos (Buck 1988 1054 s white)
Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo
μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de
Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes
del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian
de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash
al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-
cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta
checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip
Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico
rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh
rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten
de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-
jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico
rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con
esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash
cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo
latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar
aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash
aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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los diversos planos
En el aspecto foacutenico o fonomorfoloacutegico notemos que por ejemplo en algu-
nos dialectos araacutebigos los adjetivos designando colores o defectos fiacutesicos
comparten ciertos patrones de estructura consonaacutentica (Campbell 1995 27 Kaye amp Rosenhouse 1997 284ndash285) En ciertas lenguas los nombres de los
colores presentan la peculiaridad de poseer alguna marca especiacutefica como la endash en los seis colores del sirionoacute una lengua tupiacute de Bolivia eshĩ blancolsquo
erondei negrolsquo eirẽĩ rojolsquo echo amarillolsquo y eruba verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 46) Asimismo la reduplicacioacuten leacutexica caracteriza la mayoriacutea de los nombres de color en la lengua australiana martundashguanka
(MartundashWangka) excepto el amarillo (karntawara) piilandashpiila blancolsquo ma-rundashmaru negro ndash azullsquo mijindashmiji rojolsquo yukurindashyukuri verdelsquo parnalyndashparnaly rojizo ndash ocre ndash marroacutenlsquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48) Tambieacuten en el fijiano de Boumaa algunos cromatoacutenimos presentan ameacuten
de una forma simple una forma reduplicada la cual se emplea cuando
hace de predicado en posicioacuten inicial o en una oracioacuten relativa y tambieacuten cuando adjetiva un nombre siempre que este no sea un animal o los teacutermi-
nos vatu piedralsquo y qele tierralsquo (Dixon 1988 231) Ahora bien soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash
marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo y no por ejemplo azullsquo violetalsquo grislsquo o rosalsquo
El caso es que por alguna razoacuten o razones diversas el fenoacutemeno de la reduplicacioacuten caracteriza los nombres de colores en un buen nuacutemero de
lenguas
En la vertiente morfoleacutexica mdashpues praacutecticamente el mismo efecto se mate-
rializa a veces en la morfologiacutea o a veces en el leacutexicomdash notemos la presen-cia otra vez de caracteriacutesticas propias para los teacuterminos que indican color
En el quisio (Kisi) hablado principalmente en Guinea la mayoriacutea de los
cromatoacutenimos se adscriben a la limitada y cerrada clase de adjetivos no derivados huacutembugrave blancolsquo tigraveŋigrave negro ndash azul marinolsquo sigraveagraveŋagrave rojolsquo pigraveigrave verdelsquo
y nduacuteugraveliacuteigrave marroacuten claro ndash amarillolsquo (Childs 1995 126ndash127) Ya tambieacuten TROMBETTI (1962 65) llamoacute en su diacutea la atencioacuten sobre el hecho de que en
turco y en mongol se forma una especie de superlativo para los adjetivos
que indican color mediante la reduplicacioacuten de la primera siacutelaba del teacutermino seguida esta de ndashpndash tipo turco kapndashkara negriacutesimolsquo Tambieacuten en taacutertaro y
basquir algunos cromaacutetonimos presentan formas reduplicadas de sentido intensivo como taacutertaro apndashaq blancondash[como la]ndashnievelsquo o yemndashyěšel verdiacute-
simolsquo y ademaacutes pueden tambieacuten tomar sufijos detensivos formando asiacute el
equivalente a nuestros rojizolsquo para el rojo o azuladolsquo para el azul (Aacuterpaacuted 1998 286)
De hecho cabriacutea quizaacute hablar del detensivo o atenuativo como una hipoca-tegoriacutea morfoloacutegica especialmente caracteriacutestica de los cromatoacutenimos ya
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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el
hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a
andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para
respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta
lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-
bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras
consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo
xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante
asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)
En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en
muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-
go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del
nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de
color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta
Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin
partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta
uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean
los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)
Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-
mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con
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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-
lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas
laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas
tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico
seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los
nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-
ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-
matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u
otra forma
Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-
cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos
De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos
Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-
cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-
mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-
dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente
culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-
camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer
relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por
ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio
Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas
romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues
bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-
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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-
tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en
franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido
tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-
no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-
do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-
pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert
Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes
Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas
Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como
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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico
para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash
luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o
el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una
copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-
nos (Buck 1988 1054 s white)
Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo
μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de
Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes
del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian
de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash
al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-
cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta
checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip
Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico
rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh
rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten
de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-
jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico
rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con
esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash
cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo
latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar
aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash
aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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que en estos la presencia de marcas con valor atenuativo que alcanzan suficiente regularidad morfoloacutegica es un fenoacutemeno frecuente Asiacute en el
hablar bereber de Figuig en Marruecos encontramos junto a andashmellal blancolsquo camlal blancuzco ndash blanquecinolsquo junto a andashdal verdelsquo cadal ver-duzco ndash verduscolsquo junto a andashwṛaɣ amarillolsquo cawṛaɣ amarillentolsquo y junto a
andash ekkwaɣ rojolsquo lazwaɣ rojizolsquo (Kossmann 1997 120) Noacutetese el tambieacuten atenuante sufijo ndashish de los angloparlantes asiacute en blackish bluish brow-nish greenish greyish pinkish purplish reddish yellowish o whitish para
respectivamente los negro azul marroacuten verde gris rosa rojo amarillo y blanco El sufijo franceacutes ndashacirctre vendriacutea a tener la misma funcioacuten en esta
lengua blanchacirctre blancuzcolsquo jaunacirctre amarillentolsquo rougeacirctre rojizolsquo verdacirctre verduzcolsquohellip El sufijo franceacutes procede de uno latino empleado tam-
bieacuten para estos fines albaster blanquecinolsquo nigraster negruzcolsquohellip si bien en competencia con el sufijo sub [de]bajo ndash sondashlsquo subniger negruzcolsquo su-buiridis verduzcolsquohellip Tambieacuten en lituano podemos reconocer un sufijo ndashvandash con valor atenuativo dul svas grisaacuteceolsquo gel svas amarillentolsquo žal svas ver-dosolsquohellip Asimismo en el pipil en El Salvador tenemos por ejemplo chichiːlndashnah rojizolsquo o tultikndashnah amarillentolsquo formados con el morfema ndashnah frente a los adjetivos baacutesicos o neutros formados con ndashk tras vocal o ndashtindashk tras
consonante chiːlndashtik rojolsquo istandashk blancolsquo tiːlndashtik negrolsquo tuːlndashtik amarillolsquo
xuxuwindashk verdelsquo (Campbell 1985 61ndash62 y 611) El quechua ecuatoriano contariacutea tanto con una marca ndashnijuc o ndashnicuj de atenuativo o relativizante
asiacute pucanicuj rojizolsquo cuanto con una marca ndashclla ndashjlla o ndashnlla de precisioacuten o pureza como en yanaclla [bien] negrolsquo (Catta 1994 49ndash50 y 87)
En el campo del leacutexico recordemos previamente el caso mdashfrecuente y ya bien descrito por la Tipologiacutea linguumliacutesticamdash de la inexistencia de adjetivos en
muchas lenguas y de la escasez de adjetivos en muchas otras Sin embar-
go la importancia o relevancia leacutexicondashsemaacutentica mdashotro aspecto que como se anticipoacute aproxima los cromatoacutenimos a la esfera de la cirionimiamdash del
nombre de color se veriacutea tambieacuten en el hecho de que en aquellos reperto-rios reducidos de adjetivos precisamente no suelen faltar los adjetivos de
color y ademaacutes suelen presentarse a veces como una subclase compacta
Asiacute en el quilivila (Kilivila) hablado en las islas Trobiand pertenecientes a PapuacuteandashNueva Guinea hay tres clases de adjetivos los que se usan sin
partiacuteculas clasificatorias los que se usan con partiacuteculas clasificatorias y los que pueden usarse con o sin partiacuteculas clasificatorias pues bien a esta
uacuteltima especial subclase mdashaparte de peʾula fuerte ndash durolsquomdash perteneceriacutean
los adjetivos pupwakau blancolsquo bwabwau negrolsquo bweyani rojolsquo y digade-gila amarillolsquo (Senft 1986 85)
Probablemente este tipo de hechos tenga que ver en uacuteltima instancia con la circunstancia de que el hombre sea en lo perceptivo un animal esencial-
mente visual de modo que en los casos en que una lengua no cuenta con
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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-
lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas
laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas
tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico
seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los
nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-
ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-
matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u
otra forma
Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-
cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos
De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos
Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-
cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-
mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-
dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente
culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-
camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer
relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por
ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio
Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas
romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues
bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-
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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-
tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en
franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido
tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-
no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-
do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-
pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert
Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes
Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas
Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como
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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico
para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash
luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o
el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una
copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-
nos (Buck 1988 1054 s white)
Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo
μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de
Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes
del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian
de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash
al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-
cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta
checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip
Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico
rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh
rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten
de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-
jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico
rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con
esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash
cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo
latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar
aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash
aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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una nutrida clase de adjetivos estos regularmente se relacionan con la vista y suelen mayoritariamente aludir a nociones cuales forma tamantildeo ohellip co-
lor De hecho en las hablas conocidas como macrondashjecirc en el Amazonas
laquoHay 12 prefijos que se antildeaden a cuantificadores y adjetivos descriptivos de dimensioacuten consistencia y colorraquo (Rodrigues 1999 184) ya que estas
tres uacuteltimas cualidades son verdaderamente descriptivas son mdashdiriacuteasemdash verdaderamente calificativas o adjetivales Este baacutesico proceder linguumliacutestico
seriacutea tambieacuten detectable en el hablar infantil pues de modo general los
nintildeos acostumbrar a relacionar objetos concretos como cama juguete o mamaacute acciones fiacutesicas como correr jugar o comer y atributos bien per-
ceptibles como grande alto ohellip rojo como apunta BICKERTON (1994 151) Por otra parte el bipolar caraacutecter mdashsubstantivo adjetivomdash de tantos cro-
matoacutenimos en tantas lenguas no debe de haber dejado de constituir un expediente virtualmente muy coacutemodo para procurarse adjetivos de una u
otra forma
Del enorme potencial semaacutentico de los cromatoacutenimos tan propicio en lo metoniacutemico o asociacioacuten por contiguumlidad cuanto en lo metafoacuterico o asocia-
cioacuten por similitud algo se iraacute comentando maacutes tarde sobre todo en el apar-tado referente a sus empleos simboacutelicos
De que los teacuterminos de color sean mdashy por queacutemdash moacuteviles cuales piuma al vento sean colores de mal asiento caducos y tornadizos
Zambulleacutendonos ahora en la diacroniacutea digamos que otra de las caracteriacutesti-
cas leacutexicas maacutes conspicuas de los cromatoacutenimos ya anticipada seriacutea su caraacutecter mudabiliacutesimo de modo que los nombres de color estaacuten probable-
mente entre los elementos leacutexicos maacutes tornadizos de las lenguas por lo que son entidades linguumliacutesticas con por lo general temprana fecha de caduci-
dad Los cromatoacutenimos mdashes el hecho incontestablemdash son diacroacutenicamente
culos de mal asiento como dice SAFAREWICZ (1986 438) laquolos nombres de colores faacutecilmente se renuevanraquo Demasiado faacutecilmente Quienes nos dedi-
camos a la arqueoglotologiacutea o reconstruccioacuten de lenguas sabemos bien del escaso valor que por lo general tienen los cromatoacutenimos para establecer
relaciones linguumliacutesticas antiguas En la historia de la lengua espantildeola por
ejemplo puede reconocerse el paso del albo al blanco del pardo al castantildeo y ahora al marroacuten y las idas y venidas del bermejo colorado rojo rubiohellip Desde eacutepoca romana diriacutease apenas el negro (del latiacuten nigrundash) y el verde (del latiacuten uiridendash) han logrado mantener sus posiciones en el leacutexico patrio
Tal es una situacioacuten no excepcional en el aacutembito general de las lenguas
romaacutenicas cuya autonomiacutea linguumliacutestica general excede en poco el milenio y cuyo arsenal leacutexico baacutesico el latiacuten es ademaacutes faacutecilmente accesible Pues
bien es sorprendente la gran variabilidad que para el romance se da en tan poco tiempo y para una tradicioacuten cultural y literaria ademaacutes tan podero-
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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-
tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en
franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido
tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-
no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-
do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-
pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert
Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes
Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas
Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como
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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico
para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash
luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o
el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una
copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-
nos (Buck 1988 1054 s white)
Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo
μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de
Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes
del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian
de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash
al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-
cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta
checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip
Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico
rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh
rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten
de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-
jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico
rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con
esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash
cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo
latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar
aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash
aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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sa en relacioacuten a la denominacioacuten de los colores Asiacute el latiacuten albus blancolsquo ha sido substituido por nuestro blanco franceacutes blanc italiano bianco por-
tugueacutes branco rumano alb o valenciano blanc nuestro azullsquo seraacute bleu en
franceacutes azzurro o blu en italiano azul en portugueacutes albastru en rumano blau en valenciano Pero incluso en algunos casos resulta que ha habido
tanta innovacioacuten o evoluciones tan raacutepidas que las formas apenas coinciden en las diversas lenguas asiacute el amarillolsquo es jaune en franceacutes giallo en italia-
no amarelo en portugueacutes galben en rumano o groc en valenciano pudien-
do las formas francesa italiana y rumana remontar en realidad a una mis-ma base etimoloacutegica (Buck 1988 1059 s yellow) Como en el caso del es-
pantildeol praacutecticamente soacutelo el negro y el verde se han mantenido relativa-mente estables y comunes a las lenguas romaacutenicas franceacutes noir y vert italiano nero y verde occitano negre y verd portugueacutes negro o preto y verde rumano negru y verde o valenciano negre y vert
Evolutiva variabilidadmdash Tal como se puede apreciar en esta ilustracioacuten de Ferran Corteacutes sobre los nombres latinos de color la mayoriacutea de ellos resulta desconocida para los hablantes romaacutenicos pues tales nombres fueron substituidos por otros en las respectivas lenguas Apenas soacutelo el negro y el verde se mantuvieron relativa-mente estables y comunes
Parecida situacioacuten encontramos en otras lenguas y otras eacutepocas histoacutericas
Asiacute el teacutermino para blancolsquo se presenta como diferente en muchas lenguas indoeuropeas Algunas tomaron la misma raiacutez que el lituano baacuteltas como
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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico
para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash
luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o
el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una
copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-
nos (Buck 1988 1054 s white)
Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo
μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de
Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes
del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian
de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash
al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-
cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta
checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip
Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico
rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh
rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten
de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-
jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico
rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con
esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash
cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo
latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar
aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash
aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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las eslaacutevicas por ejemplo checo biacutelaacute antiguo eslaacutevico bělъen esloveno bela polaco biały ruso белый [serbo]croata bijelahellip La raiacutez del teacutermino latino para blancolsquo albus podriacutea haberse conservado en el nombre eslaacutevico
para cisne checo labud polaco łabędź ruso лeacuteбeдь El griego claacutesico por ejemplo usoacute una raiacutez significando como veremos simplemente claro ndash
luminosolsquo λεςκoacuteρ Por su parte las lenguas ceacutelticas se decantaron por un teacutermino significando originariamente visiblelsquo como el bretoacuten con gwenn o
el irlandeacutes con find El griego moderno ha seguido innovando y tomado una
copia ἄζππoρ del latiacuten asperundash aacutesperolsquo a partir parece ser del nombre de una moneda de plata pero de rudo o aacutespero tacto empleada por los bizanti-
nos (Buck 1988 1054 s white)
Para el negro el griego empleoacute un teacutermino significando previamente suciolsquo
μέλαρ (genitivo μελανoacuteρ Safarewicz 1986 438) pero tambieacuten el griego moderno ha seguido innovando realizando de nuevo una copia del latiacuten (de
Maurus moro ndash mauritanolsquo) μαῦπoρ Los cromatoacutenimos que procedentes
del latiacuten encontramos en el griego moderno son ya de por siacute iacutendice de la facilidad con la que como anticipaacutebamos los nombres de colores se copian
de una lengua a otra o incluso se toman de otra puesto que como es el caso de los asper o Maurus latinos a veces la forma copiada no funciona mdash
al menos regularmentemdash como nombre de color en la lengua de proceden-
cia El latiacuten por su parte empleoacute regularmente niger de pervivaz trayecto-ria como vimos y el grupo eslaacutevico optoacute por una raiacutez totalmente distinta
checo černaacute esloveno črna polaco czarny ruso чeumlрный [serbo]croata crnahellip
Para rojolsquo en cambio es bastante unaacutenime el testimonio indoeuropeo que remonta en muchas lenguas a una sola raiacutez raudndash galeacutes rhudd goacutetico
rauthorns rojolsquo griego ἐπςθπoacuteρ rojolsquo antiguo ingleacutes reacuteod rojolsquo irlandeacutes ruadh
rojolsquo antiguo islandeacutes raũdagrave rojolsquo [substantivo] rioacuteđr rojolsquo [adjetivo] y rođra sangrelsquo latiacuten rojolsquo rōbus ruber y rubrum (acusativo) con recepcioacuten
de los dialectalismos rūfus y rutilus ya que los resultados con f interior y con t no son los patrimoniales para la lengua latina lituano raudoacutenas ro-
jolsquo saacutenscrito rudhiraacuteḥ rojolsquo y rudhiraacutem sangrelsquo serbio rũd rojolsquo uacutembrico
rofu y rufru Habida cuenta de la frecuencia de un valor relacionado con cobrelsquo o con metal rojizolsquo en general en muchas lenguas indoeuropeas con
esa misma raiacutez raudndash mdashasiacute antiguo alto alemaacuten aruz[zi] minerallsquo antiguo eslaacutevico ruda mineral ndash metal ndash cobrelsquo antiguo indio lōhaacutendash metal rojo ndash
cobre ndash hierrolsquo ingleacutes ore minerallsquo antiguo islandeacutes rauđi metal rojizolsquo
latiacuten raudus o rōdus y rūdus con resolucioacuten del diptongo pieza de bronce sin elaborarlsquomdash resulta bien armada la propuesta tradicional de relacionar
aquella raiacutez indoeuropea raudndash con el sumerio urudu cobrelsquo (Gamkrelidze amp Ivanov 1995 616ndash617 y 773 Alinei 1996 269) o una forma afiacuten con ndash
aundash pues ademaacutes el fenoacutemeno es congruente con el mencionado frecuente
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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origen foraacuteneo de los cromatoacutenimos o como tambieacuten vimos su tendencia a mudar y regenerarse y como veremos con un tipo de metoniacutemica motiva-
cioacuten muy habitual para los cromatoacutenimos
Praacutecticamente las mismas divergencias que encontraacutebamos entre las len-guas romaacutenicas para amarillolsquo las encontraremos tambieacuten para las lenguas
indoeuropeas y ya en general desde eacutepoca antigua Sin entrar por ahora en maacutes detalles digamos que la frecuente indiferenciacioacuten entre amarillolsquo y
verdelsquo o la tendencia a que el primer teacutermino se especialice para rubiolsquo mdash
es decir para el amarillolsquo de los cabellosmdash bien pueden estar entre las razones de esta general gran dispersioacuten del color amarillolsquo tonalidad para
la que en todo caso podemos intuir una antigua indoeuropea raiacutez gualndash o algo afiacuten
Fuera del aacutembito indoeuropeo podemos encontrar similares situaciones Asiacute por ejemplo los teacuterminos para blancolsquo y negrolsquo en las lenguas uraacutelicas
presentan un excepcional grado de divergencia y sin que por supuesto
falten teacuterminos de origen foraacuteneo (Abondolo 1998 37ndash38) No hay en definitiva razones para suponer que esa circunstancia de gran mutabilidad
de los cromatoacutenimos conocida ya en eacutepoca histoacuterica haya tenido que ser muy diferente en eacutepoca prohistoacuterica Ademaacutes el dinamismo innovador de
los cromatoacutenimos es tan real y manifiesto que resulta totalmente percepti-
ble en la vida diaria quizaacute en nuestra proacutexima visita a una tienda espe-cialmente si es una tienda de ropa o un concesionario el dependiente nos
sorprenda con un nuevo color o maacutes propiamente con una nueva denomi-nacioacuten y con probabilidad lo haga de una manera que nos resulte com-
prensible a queacute se refiera (arena butano ceniza champaacuten chicle hueso salmoacuten) Uacuteltimamente los fabricantes de vehiacuteculos estaacuten desde luego
demostrando una prodigiosa inventiva asociativa en la oferta de colores
para sus productos
De berenjenas calabacines naranjashellip o seguimos hablando de
colores y buscando moacuteviles por las principales viacuteas de la similitud y contiguumlidad
Meacuterito principaliacutesimo de Mario ALINEI ha sido el habernos hecho comprender
la importancia que la motivacioacuten de las palabras tiene en las lenguas humanas labor que ha ido desarrollando a lo largo de su obra y que maacutes
recientemente se ha visto condensada o culminada en su LlsquoOrigine delle Parole (2009 especialmente 57ndash90) donde retoma y sistematiza muchos
de los aspectos de este tema linguumliacutestico tan trascendental como ignorado
por los arbitrarios defensores de la arbitrariedad del signo linguumliacutestico sien-do asiacute que laquola motivacioacuten [hellip] es un componente obligatorio para generar palabrasraquo (Alinei 2009 60)
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
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De suerte que esta circunstancia nos conduce de modo natural a lo que puede muy bien ser la razoacuten maacutes baacutesica para todo este trajiacuten de nombres
para esa gran mutabilidad de los cromatoacutenimos a saber la naturaleza maacutes
usual de su motivacioacuten ya que esta tiende como vemos en los casos de aparicioacuten de nuevos cromatoacutenimos a asociarse a claros referentes es decir
estaacute bien motivada estaacute objetiva y visualmente motivada Asiacute para el ac-tual hispanohablante normal nombres de colores como marroacuten u ocre seriacutean
semaacutenticamente maacutes opacos que nombres nuevos o ineacuteditos pero de refe-
rentes maacutes cercanos cuales pongamos por caso berenjena cebolla o cala-baciacuten El loacutegico y mayor inconveniente de este coacutemodo proceder seraacute quizaacute
la ambigua polisemia mdasho pluralidad de significados algo por lo demaacutes comuniacutesimo en la mayoriacutea de las voces que conforman el leacutexico de una
lenguamdash del teacutermino afectado ya que berenjena cebolla y calabaciacuten indi-can productos comestibles ademaacutes de eventuales colores pero dado el
habitual abismo contextual entre una referencia a un color y a un comesti-
ble aquella polisemia supone un coste bien asumible
Con todo y pese a ser lo econoacutemico un factor de gran importancia para los
hablantes y sus lenguas la economiacutea y el ahorro de memoria o esfuerzo mental no lo es todo El factor psicoloacutegico o mejor social del prestigio
tambieacuten condiciona muchos fenoacutemenos linguumliacutesticos Quizaacute esto ayude a
explicar fenoacutemenos cuales por ejemplo la extraordinaria pero para muchas lenguas innecesaria adopcioacuten mdashdirecta o traacutemite otra lenguamdash de teacuterminos
germaacutenicos (alemaacuten Blau frisio blau holandeacutes blauw noruego y sueco blaringhellip y en eacutepoca maacutes moderna principalmente ingleacutes blue) para el unaacuteni-
memente considerado uno de los maacutes bellos colores el azul asiacute franceacutes bleu griego moderno μπλε quizaacute indonesio biru italiano blu malteacutes blu
occitano blau surinameacutes blaw quizaacute tuvaluano puluacute valenciano blau yidis
blohellip
En todo caso y consecuentemente muchos cromatoacutenimos tienen su origen
en la simple y metoniacutemica circunstancia de ser trasladados desde la refe-rencia a una entidad caracterizada por un determinado color hasta la dire-
cta referencia a ese mismo color Acaso esto explicariacutea tambieacuten la natural o
en algunos casos original reluctancia del cromatoacutenimo a aparecer morfoloacute-gicamente como adjetivo ya que no es tan faacutecil acostumbrar a los oiacutedos a
formas repentinamente nuevas y equivalentes a berenjeno ceboll[in]o o calabacin[er]o innovaciones que sin duda pueden y suelen aparecer co-
mo todo una vez el cuerpo del hablante se habituacutee a ellas de lo que se
colige que aquellos cromatoacutenimos que presenten como es el caso de nues-tros roj[iacutesim]o[s] ndash roj[iacutesim]a[s] la regular flexioacuten propia de los adjetivos en
espantildeol deberaacuten en principio haberse introducido en esa lengua antes que aquellos cromatoacutenimos que auacuten no se hayan adaptado a la morfologiacutea adje-
tival verbal o substantiva que corresponda a tal lengua
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
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Como fuere este metoniacutemico proceso de la parte mdashdel colormdash por el todo parece haber sido la baacutesica motivacioacuten para las denominaciones de colores
en el devenir linguumliacutestico general aunque no desde luego la uacutenica como
enseguida veremos con maacutes calma Un proceso de aquel tipo fue tambieacuten por ejemplo el en las Islas Canarias seguido para la conversioacuten del nombre
de la substancia resinosa aacutembar en denominacioacuten coloriacutestica de suerte que en palabras de TRAPERO (1999b 115) laquode designar primeramente resina
foacutesil producto de animales marinoslsquo de color amarillo maacutes o menos intenso
ha pasado a significar tambieacuten el mismo color amarillolsquoraquo
Corolario por tanto de lo dicho seraacute tambieacuten la alta posibilidad de que
regularmente los cromatoacutenimos se hayan originado a partir de referentes concretos maacutes o menos novedosos (champaacuten butano naranja) de modo
que al menos muchos de aquellos cromatoacutenimos como marroacuten u ocre en los cuales la motivacioacuten ya no es transparente para el normal hablante con-
temporaacuteneo mdashesto es su referente visual por la circunstancia que fuere
ya no nos resulta familiarmdash deban de haberse originado en su momento de modo parecido Por uacuteltimo es asimismo previsible que cual tan a menudo
acaece la formas de motivacioacuten maacutes opaca cuales las citadas de marroacuten u ocre tiendan a ser substituidas por formas con motivacioacuten transparente
derivadas de una entidad con igual o afiacuten color cuales supongamos cafeacute
castantildeo o canela
Nada nuevo por tanto bajo el sol Los cambios o para hablar con maacutes
propiedad desplazamientos de significado se siguen produciendo por las dos viacuteas principales de la contiguumlidad o metonimia y de la similitud o metaacute-
fora Y en este nuestro caso principalmente por la viacutea primera un objeto portador de un color mdashel todo por la partemdash acaba significando ese mismo
color De la connotacioacuten a la denotacioacuten Siguen pues tambieacuten aquiacute vigen-
tes las principales tendencias que operan evolutivamente en los desplaza-mientos semaacutenticos habitualmente dilataciones de significado en su co-
mienzo que acaban perdiendo alguno[s] de los valores maacutes antiguos
de lo concreto a lo abstracto
de lo fiacutesico a lo psiacutequico
de lo visual a lo plurisensorial de lo pequentildeo a lo grande
de lo proacuteximo a lo lejano de lo natural a lo elaborado y
de lo individual a lo conjunto
Aunque naturalmente soacutelo como criterio orientativo y a falta de precisa informacioacuten [pro]histoacuterica estas tendencias son uacutetiles en el desafiacuteo de se-
cuenciar los diversos significados mdasha veces hasta opuestosmdash documentados para una misma palabra Asiacute por ejemplo los diferentes valores de la pala-
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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bra latina persōna se explicariacutean bien desde un original significado mdashconcreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo individualmdash de maacutescaralsquo desde
el cual y siguiendo una secuencia maacutes bien rectiliacutenea habriacutea evolucionado a
retratolsquo personajelsquo personalidadlsquo y personalsquo La metaacutefora es directa cul-pable del paso del latiacuten pāpiliō mariposalsquo al maacutes grande y elaborado sentido
de pabelloacuten ndash tienda de soldadolsquo y del pequentildeo proacuteximo y natural phasēlus habichuelalsquo a un tipo de barco del quadriuium cruce [de cuatro caminos] ndash
encrucijadalsquo al abstracto psiacutequico plurisensorial y conjunto sentido de
cuadriviolsquo de rōstrum con la concreta fiacutesica pequentildea cercana y natural valencia de picolsquo a la de mascaroacuten [de proa]lsquo de squāma escamalsquo a la maacutes
grande lejana y elaborada malla de [coraza]lsquo
Seguacuten lo dicho podriacuteamos por ejemplo ordenar cronoloacutegicamente el triple
esencial significado de la forma latina uertex de remolino [acuaacutetico]lsquo coro-nilla [de la cabeza]lsquo y cumbre ndash cimalsquo (uide Koller 1989 482 su) asiacute tal
cual en el orden y explicacioacuten de Quintiliano (inst 827 uertex est contorta in se aqua uel quidquid aliud similiter uertitur inde propter flexum capillo-rum pars summa capitis ex hoc id quod in montibus eminentissimum)
laquouertex es un remolino en el agua o cualquier otra cosa que gire de modo similar de ahiacute y causa del girar de los cabellos es tambieacuten la parte superior
de la cabeza y de aquiacute viene a significar la parte maacutes alta de los montesraquo
pero pace el antiguo reacutetor los criterios de pequentildeez y cercaniacutea nos hacen preferir un valor originario de coronillalsquo de donde por doble metaacutefora habr-
iacutean derivado independientemente dos significados el de remolinolsquo por el ―girar de los cabellos y el de cumbrelsquo por lo de ―la parte superior ameacuten
del significado de cabezalsquo por la metonimia de la parte por el todo lo que apunta tambieacuten otra vez maacutes bien a coronillalsquo que a remolinolsquo como signi-
ficado originario Y en semejante avanzar entre dudas reside tambieacuten la
grandeza y la miseria de estas nuestras bellas ciencias inexactas
Asiacute pues mdashconvendraacute incidirmdash tras la mayoriacutea de los procesos de motiva-
cioacuten para un cromatoacutenimo estariacutea la tan frecuente metonimia o desplaza-miento semaacutentico por contiguumlidad de modo que denominamos un color por
un cercano referente en el que claramente se manifiesta o tiacutepicamente se
da asiacute burdeos por el vino butano por la bombona de gas etc tal como en su momento los cromatoacutenimos por ejemplo fucsia lila malva morado
rosa o violeta se generaron desde la planta mdashmorado de la moramdash o flores correspondientes Y otra vez no hay razoacuten para dudar de que este expe-
diente haya sido con mucha frecuencia utilizado como hoy en fases preteacute-
ritas de modo que en el origen de muchos teacuterminos para colores puede estar el nombre de una entidad concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima o
natural caracterizable por tal o cual color lo que significa que pese a su mutabilidad los cromatoacutenimos pueden ser tambieacuten potencialmente uacutetiles
para la reconstruccioacuten linguumliacutestica siempre que se consiga identificar el
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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campo leacutexico y semaacutentico afiacuten del que previsiblemente por viacutea metoniacutemica haacuteyase originado el cromatoacutenimo Tal identificacioacuten no seraacute difiacutecil en aque-
llos casos de motivacioacuten transparente es decir y en la praacutectica de convi-
vencia mdashergo de polisemiamdash de ambas formas mdashcomo actualmente naranja para el color y para la frutamdash pero siacute seraacute maacutes complicado en aquellos ca-
sos de motivacioacuten opaca y donde ambas presumibles formas no convivan ya como referentes familiares en el habla cotidiana como actualmente ocre
para el color y iquestpara Para un laquomineral terroso deleznable de color
amarillo que es un oacutexido de hierro hidratado frecuentemente mezclado con arcillaraquo en las palabras del Diccionario de la Real Academia Espantildeola
De embracasasa y de metonimia en metonimia conociendo lenguas y geografiacuteas o de por queacute los lusos acabaron llamando lsquogusanillorsquo
al pulmoacuten
Claro que las fases de polisemia en las que se mantiene la significacioacuten del
color junto a la del referente original pueden durar siglos o milenios Asiacute en
el mursio una lengua nilondashsajariana hablada en Etiopiacutea no habriacutea cromatoacute-nimos fuera de los cromatoacutenimos aplicables al ganado mdashtradicionalmente
su principal actividad econoacutemica y fuente de riquezamdash de modo que los hablantes quizaacute no contariacutean propiamente con una categoriacutea abstracta de
color (Lucy 1997 343 n15) Podriacutea irse maacutes lejos y afirmar que a veces los
cromatoacutenimos para entidades bien especiacuteficas exceden los referentes regu-lares mdasho patroacuten abstractomdash de la paleta meramente cromaacutetica de los
hablantes y a menudo por atender tambieacuten a otros factores anexos al color cuales su disposicioacuten o su composicioacuten
Un caso bien conocido es el de la denominacioacuten de los colores de la gana-deriacutea taurina en espantildeol con teacuterminos cromaacuteticos en la praacutectica de uso ex-
clusivamente tauromaacutequico distinguieacutendose tanto los toros que presentan
colores uniformes cuanto los de pelaje de colores mezclados o aquellos con manchas de diverso color Asiacute por ejemplo llaacutemase caacuterdeno al toro de
mezclado pelo blanco y negro chorreado al con rayas verticales de distinto color o sardo al animal con pelo mezclado blanco rojo y negro o bien con
pequentildeas manchas irregulares de estos colores Naturalmente muchas de
estas denominaciones son compatibles y pueden ofrecer una imagen pre-cisiacutesima del astado
Otro caso menos conocido pero no menos ilustrativo es el de la ganaderiacutea ovina y caprina en las Islas Canarias y especialmente en la Isla del Hierro
caso muy bien estudiado por el gran TRAPERO (1999a 69ndash118) Aquiacute lo lla-
mativo no es soacutelo el alto nuacutemero de voces y la precisioacuten descriptiva mdashembracafiranca oveja de medio alante firanca y de medio atraacutes blancalsquo
a|embracasa[ca] oveja de medio alante bermeja y de medio atraacutes blancalsquo y la forma e|ombrajajaisa oveja negra con un muslo blancolsquomdash sino como
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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vemos o puede intuirse la preservacioacuten de muchas voces de la antigua lengua de los guanches en la actual espantildeol de la isla coacutembaca embracafi-ranca embracasaca embrajajaisa exiacutenafa firanca iacutencana joacuterana majore-ra manajaisa maacutestuca meacuterusa oacutemana omanamaacutestuca p[u]iacutepana seacutenaca o siacutenafa (Trapero 1999a 106ndash107)
Naturalmente a pocos podraacute sorprender el constatar que tambieacuten en los dos hispaacutenicos casos citados los toros y las cabras constituyen o constitu-
yeron hasta eacutepoca bien reciente aspectos esenciales de la vida econoacutemica y
por lo tanto social cultural e ideoloacutegica de las comunidades citadas
Por otra parte tal como se habraacute advertido una caracteriacutestica de la motiva-
cioacuten de los cromatoacutenimos especialmente conspicua en aquellos de maacutes reciente creacioacuten es su relacioacuten con el mundo natural con el mineral el
vegetal y quizaacute algo menos con el mundo animal Empecemos con esta uacuteltima variedad para la que no es difiacutecil encontrar testimonios cuales nues-
tros espantildeoles pardo verosiacutemilmente del griego πάπδορ traacutemite el latiacuten
pardus leopardo ndash panteralsquo o bien carmesiacute derivado aquiacute de la voz de ori-gen araacutebiga que designa el insecto quermes y de donde procederiacutea tambieacuten
el ingleacutes crimson carmesiacutelsquo (Casson 1997 234) pero remitiendo a una raiacutez que en uacuteltima instancia podriacutea ser indoeuropea (cf lituano kir minas persa
kirm sanscrito kr miḥhellip todos significando gusanolsquo y siempre de la misma
raiacutez antiguo eslaacutevico чръвь iexclrojolsquo)
Otro caso de motivacioacuten animal bastante afiacuten y especialmente ilustrativo
dada su antiguumledad y el linguumliacutestico fenoacutemeno de reincidencia motivacional que comporta seriacutea el del espantildeol bermejo resultado del latiacuten uermiculus gusan[ill]olsquo Pues en efecto estamos ante una muy antigua raiacutez ya que documentada en varias lenguas indoeuropeas A partir de tal base leacutexica
tenemos por ejemplo en aacutembito baacuteltico las formas del lituano var mas in-
secto ndash mosquitolsquo prusiano wormyan con el valor ya documentado de ro-jolsquo en el mundo de los eslavos con formas documentadas verbigracia para
el antiguo eslaacutevico con valor insectolsquo y para el antiguo ruso con valor de rojolsquo o con este mismo significado en ucraniano vermjanyj en aacutembito
germaacutenico las formas de antiguo alto alemaacuten wurm gusanolsquo goacutetico wauacuterms serpientelsquo por probable metonimia tabuiacutestica para evitar el verdadero nom-bre de la bicha antiguo ingleacutes wyrm gusanolsquo pero tambieacuten con los deriva-
dos en antiguo alto alemaacuten gindashuurmōt coloreado de rojolsquo antiguo frisio worma puacuterpuralsquo y antiguo ingleacutes wurma puacuterpuralsquo A partir de estas y otras
formas puede pues establecerse un temprano desplazamiento de signifi-
cado de la raiacutez o teacutermino para gusano en la direccioacuten del color rojo o afines desplazamiento como sentildeala MONZOacute (2008 156) mdashde cuyo ineacutedito trabajo
de investigacioacuten tomamos estos datosmdash laquosin duda debido al uso de este invertebrado para producir dicha pigmentacioacutenraquo Pues bien esta evolucioacuten
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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de gusanolsquo a rojolsquo o color de parecida tonalidad que encontramos ya en eacutepoca antigua dentro de algunos grupos indoeuropeos se dariacutea como no-
torio caso de reincidencia en la metasemia o desplazamiento de significado
en el decurso a las lenguas romaacutenicas pues la forma latina uermiculus diminutivo de uermis lsquogusanolsquo comparece en romance con el significado de color escarlata ndash rojo ndash bermejolsquo asiacute en espantildeol bermejo mdashcon ltbgt por tanto antietimoloacutegicamdash franceacutes vermeil italiano vermiglio portugueacutes ver-melho mdashy por ulterior metonimia vermelhos pulmoneslsquo en antiguo portu-
gueacutesmdash provenzal vermelh o valenciano vermell (Monzoacute 2008 158)
La razoacuten de esta preferencia por la referencia al mundo de la naturaleza
parece clara se trata de una preferencia por lo concreto fiacutesico natural visual y a menudo tambieacuten como estamos viendo por lo pequentildeo y proacutexi-
mo Lo visual ademaacutes junto con lo sonoro resulta muy coacutemodo para el siempre comodoacuten hablante Los colores artificiales como el burdeos o el
magenta (uide infra) pues que producto y resultado de la manipulacioacuten
humana presentan en cambio mucha mayor labilidad cromaacutetica que los asociados de modo natural y diriacutease permanentemente a veces sempiter-
namente a una entidad dada cual la arcilla la fresa la malva el marfil la naranja la rosa o la violeta
Soacutelo colores y nada maacutesmdash El empleo del color puede ser suficiente para crear sin acompantildeamiento de formas identificables un poderoso efecto artiacutestico tal cual resulta apreciable en este lienzo de Max Turiel Para Aristoacuteteles el color era algo tan exclusivo de la vista como el sonido del oiacutedo ya que a la forma y a la materia se podiacutea acceder tambieacuten desde otros sentidos
El estatismo y general mayor accesibilidad de minerales o vegetacioacuten mdashya sean flores plantas matas arbustos o aacuterbolesmdash parece ademaacutes permitir
una contemplacioacuten maacutes prolongada y serena propiciando por tanto una motivacioacuten menos azarosa yhellip peligrosa que la de una fiera pantera para los
nombres de colores Otra vez se trata esta de una motivacioacuten documenta-
da desde eacutepoca antigua y que debe de haber existido siempre De la planta
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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Xaverio BALLESTER
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denominada glasto o tambieacuten hierba pastel mdashcon Isatis tinctoria de nombre teacutecnicomdash de hojas amarillas pero productrices de un tinte azuloacuten proceden
varios cromatoacutenimos en las antiguas lenguas ceacutelticas bretoacuten glas verde ndash azul ndash gris paacutelidolsquo galeacutes glas azullsquo antiguo irlandeacutes glas azul verdosolsquo una glosa de Plinio el Mayor (nat 2222 glastum in Gallia uocatur) nos resti-
tuiriacutea la correspondiente forma gaacutelica pero referida a la planta (Delamarre 2003 180 s glaston)
Ahora bien la metonimia como causa de una mudanza de significado no
suele contentarse con un mero y simple desplazamiento un paso en el camino sino que por lo general viene a ser todo un proceder una auteacutentica
travesiacutea no es habitualmente maacutes que una estacioacuten en un itinerario a veces largo de una contiguumlidad a otra hasta muchas veces llegar a perderse el
origen primario y verdadero mdashla etimologiacuteamdash de la voz Pues bien una de las primeras estaciones en las que ya puede apearse el primitivo origen de
la voz que ha pasado a designar un color es la referencia geograacutefica Por
ejemplo el alumbre un laquoSulfato doble de aluacutemina y potasa sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierrasraquo seguacuten el Diccionario de la
Real Academia Espantildeola pasa a indicar un tipo de blanco radiante ahora bien puesto que en la Antiguumledad tal producto se daba con abundancia en
Melos una de las heleacutenicas islas de las Ciacutecladas al final el correspondiente
nombre geograacutefico mdashmelinomdash usurpoacute totalmente el nombre para el color
alumbre alumbrelsquo =gt
alumbre alumbre ndash blancolsquo =gt alumbre melino blanco melinolsquo =gt
melino blanco melinolsquo =gt melino blancolsquo
Asiacute pues desde la comuacuten motivacioacuten para un color por darse en un referen-
te natural acaba pasaacutendose con alguna frecuencia a una referencia geograacute-fica la cual puede finalmente quedar ademaacutes como uacutenico teacutermino para
dicho color Y esto es asiacute no porque localidades comarcas regiones paiacuteses o incluso continentes suelan tener una coloracioacuten faacutecilmente identificable
sino maacutes simplemente porque la referencia geograacutefica resulta muy comuacuten
para especificar clases o variedades de productos naturales y elaborados de productos objetos del comerciar entre los hombres Asiacute pues entre los
varios tipos de metonimias propiciadoras de nombres de colores cabe citar desde luego los que vienen por viacutea geograacutefica es decir aquellos que reci-
ben su nombre del lugar de procedencia mdashpor una u otra razoacutenmdash del color
Este tipo de motivacioacuten lo tenemos ampliamente documentado ya en la Antiguumledad Asiacute por servirnos esencialmente del elenco de nombres de
colores recogido por San Isidoro (or 1917) notemos que en latiacuten contaacuteba-se entre otras con las voces geograacuteficas sea por ciudades o regiones de
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49
L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
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Cypria chipriotalsquo para el color del cobre (San Isidoro or 191710) Indicum iacutendicolsquo o azul marino (San Isidoro or 191716) el blanco Melīnum o co-
mo vimos de Meloslsquo (Vitruvio 771 Plinio nat 351736 y 351937 San
Isidoro or 191721) un blanco Paraeligtonium de Paretoniolsquo una ciudad egipcia (Vitruvio 771 Plinio nat 351836 San Isidoro or 19172) Pon-tica del Pontolsquo es decir del Mar Negro un rojo ocre (Plinio nat 351736 Is or 19174) Sinōpis Sinoacutepidelsquo otro ocre rojizo por la colonia heleacutenica
de Sinope en Paflagonia (Vitruvio 771 Plinio nat 351331 y 351736
San Isidoro or 19172ndash3) o Syricum siriacuteacolsquo mdashtambieacuten denominado feni-cio (Phœnīceum)mdash para otra tonalidad rojiza (Plinio nat 3340120 San
Isidoro or 19175)
Caso similar pero maacutes actual seriacutea el de nuestro cromatoacutenimo turquesa a
partir del franceacutes piedra tuacutercicalsquo (pierre turquoise) probablemente porque su comercializacioacuten llegara desde Turquiacutea ya que dicha piedra no parece
darse en la nacioacuten de los otomanos En este apartado de motivaciones me-
toniacutemicas espaciales mdashy a veces especialesmdash cabriacutea asimismo mentar una menos natural la del color magenta nombre que pasoacute a muchas lenguas a
partir de una batalla en 1859 junto a la localidad de Magenta en la Italia septentrional (Casson 1997 236)
De coacutemo lsquodeacutebilrsquo o lsquoprofundorsquo puedan acabar refirieacutendose a colores o
cuaacuten grande sea el poderiacuteo linguumliacutestico de la connotacioacuten
Por otra parte para algunas lenguas la asociacioacuten de los nombres de color
con otras propiedades o cualidades no cromaacuteticas es tan riacutegida que podriacutea decirse que la acepcioacuten cromaacutetica es maacutes bien una mera connotacioacuten de
aquella cualidad o propiedad Algunos estudios sobre la lengua austroneacutesica hanunoacuteo en las Filipinas apuntan a que un doble contraste entre claro y
obscuro y entre sequedad y humedad seriacutea el responsable de sus cuatro
colores blancolsquo negrolsquo rojolsquo y verdelsquo de modo que los diferentes cro-matoacutenimos abarcariacutean en realidad una concatenacioacuten de significados del
tipo [ma]lagtilsquo claro ndash blanco ndash deacutebillsquo [ma]biːru obscuro ndash negro ndash profun-dolsquo [ma]raralsquo seco ndash rojo ndash resecolsquo y [ma]latuy huacutemedo ndash verde ndash frescolsquo
(uide Lucy 1997 324ndash326)
No parece difiacutecil encontrar maacutes motivaciones cromaacuteticas de este tipo en pueblos de culturas maacutes puras o primitivas En el amazoacutenico tucano seguacuten
BARNES (1999 221ndash222) se distinguiriacutean los colores clarolsquo obscurolsquo con-trastivolsquo (rojondashnaranja) y naturallsquo (verdendashazul) La explicacioacuten no es otra
que la probablemente maacutes explicativa de las posibles en lo concerniente a
la Linguumliacutestica la ecoglosia es decir el hablante y sus circunstancias es decir la de la lengua verdaderamente ecoloacutegica la de la adaptacioacuten de la
lengua a las necesidades del hablante en relacioacuten a su entorno De modo que aunque bien parezca lo contrario ese tipo de motivacioacuten para cro-
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 35
una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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matoacutenimos es en el fondo ideacutentica al de las motivaciones para nuestros actuales butano ceniza o caqui a saber representan laquouna pluralidad de
procesos cognitivos [hellip] estrechamente asociada a las praacutecticas culturalesraquo
(Dubois amp Grinevald 1999 25) que estaraacute fundamentada laquoen particular en la produccioacuten de artefactosraquo en el caso de culturas de tradicioacuten neoliacutetica de
agricultura y ganaderiacutea y de iacutendole maacutes natural mdashvegetal o mineral prefe-rentementemdash en el mundo de la tradicioacuten paleoliacutetica de recoleccioacuten y caza
de modo que la inquisicioacuten del concepto linguumliacutestico de color tiene su maacutes
profundo[ndashobscurondashnegro] sentido y a veces su uacutenica explicacioacuten si contex-tualizada en el concreto marco etnoloacutegico mdashcultural econoacutemico geograacutefico
socialhellipmdash correspondiente y no como abstractas categoriacuteas semaacutenticas universales pues aquiacute lo uacutenico abstracto y universal no estaacute en el variopinto
mundo multicolor sino en la psicologiacutea e ideologiacutea en la mente en suma del humano hablante
Otras asociaciones o connotaciones cromaacuteticas parecen a primera vista
escapar a este maacutes simple tipo de explicaciones ecogloacuteticas y probablemen-te como tantas otras veces habraacute que profundizar en la indagacioacuten dia-
croacutenica o bucear entre los elementos culturales e ideoloacutegicos para explicar ciertas particularidades Tal podriacutea ser el caso para verdelsquo en samoano
donde se dispondriacutea de dos teacuterminos uno reservado para referencias ani-
madas mdasha las que verdaderamente cuadrariacutea una asociacioacuten con la madu-racioacuten ndash madurezlsquomdash y otro para inanimadas (Lucy 1997 344 n18) Algo
similar ocurririacutea en la lengua zuntildei donde se distinguiriacutea un mismo color si aplicado como estable e inmutable mdashinicialmente pues para objetos o
referentes inanimadosmdash con teacuterminos procedentes de nombres o participios y si resulta cambiante y evolutivo mdashinicialmente pues para seres vivos o
referentes animadosmdash con teacuterminos esta vez derivados de moacuteviles verbos
(Lucy 1997 335ndash336)
De para queacute sirvan unos azulones huevos de paacutejaro y de muchas
otras mas no siempre tan bizarras motivaciones para los teacuterminos de color
Recojamos ahora lo que podriacutean ser sobre todo en nuestro occidental
hemisferio terraacutequeo las motivaciones maacutes comunes para los principales teacuterminos de color
Comenzando por el blanco se diraacute que en el color de la clara del huevo (laz) parecen haberse inspirado los hablantes del lesguiano o lezguiano
principalmente hablado al sur de Daguestaacuten para la denominacioacuten de tal
color lacu formalmente un derivado adjetival de aquel nombre concreto fiacutesico visual pequentildeo proacuteximo y de detalle (Haspelmath 1993 120) Entre
las diversas motivaciones maacutes o menos transparentes para blancolsquo en las lenguas uraacutelicas encontrariacuteamos brilla[r]lsquo clarolsquo crudo ndash agrazlsquo limpiolsquo
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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hielolsquo o visible ndash patentelsquo (Abondolo 1998 37ndash38) El paso mdashinsoacutelito en principiomdash de la referencia gustativa o taacutectil a la visual la hubimos encon-
trado en el griego moderno ἄζππoρ blancolsquo a partir de la forma lacial signi-
ficando aacutesperolsquo y la reencontraremos maacutes tarde en nuestro amarillo Para el blanco ya vimos que el griego claacutesico con λεςκoacuteρ partiacutea del concepto de
claridad como queda luminosamente claro por la relacioacuten etimoloacutegica de esta forma con el latiacuten lūx luzlsquo y afines La misma metasemia pudo tambieacuten verificarse en aacutembito hispanoceacuteltico dada entre otras razones la documen-
tada frecuencia de una base LOUCndash (LOUCaITeITuBoS LOUCaNICo LOU-CaNICuM LOUCiOhellip) base que con pocas dudas debe de corresponder a la
citada antigua raiacutez indoeuropea laukndash para clarolsquo Ya BUCK (1988 1054 s white) daba esta como la mayoritaria motivacioacuten para el blancolsquo de las
lenguas indoeuropeas laquoLa mayoriacutea de las formas para blancolsquo proviene de la nocioacuten de brillantelsquoraquo Por otra parte la forma del vascuence zuri blancolsquo
podriacutea estar relacionada con el teacutermino zur maderalsquo (Trask 2008 381 s zuri)
Para el color negro ameacuten de algunas ya citadas motivaciones de suciolsquo y
morolsquo cabe mencionar la de quemadolsquo para latiacuten āter o uacutembrico atru si como parece estas formas estaacuten relacionadas etimoloacutegicamente con voces
indoeuropeas cuales las del aveacutestico ātarš o del [serbo]croata vatra fuegolsquo
(Buck 1988 1055 s black) de modo que originariamente āter significariacutea quemado ndash ennegrecido por el fuegolsquo (Ernout amp Meillet 1979 54 su) La
misma motivacioacuten podriacutea darse para el ingleacutes black negrolsquo a partir de una raiacutez indoeuropea significando en su origen flam[e]a[r]lsquo (Buck 1988 1055 s black Casson 1997 227ndash228) y que habriacutea por tanto seguido el paradoacuteji-co destino mdashfenoacutemeno no inusual en las lenguamdash de una contradictoria
evolucioacuten semaacutentica dando en algunas lenguas el significado de negrolsquo a
partir del de quemado ndash flameadolsquo y en otras el significado de blancolsquo a partir de un valor flameante ndash brillante ndash clarolsquo como seriacutea el caso preci-
samente de nuestros romaacutenicos espantildeol blanco franceacutes blanc italiano bi-anco portugueacutes branco valenciano blanc y demaacutes formas todas las cuales
deben de proceder de una voz muy similar al blank blanco radiantelsquo del
antiguo alto alemaacuten (aliter Alinei 2002 15ndash17 para quien remiten a un latino albanicundash) Ya vimos tambieacuten que la claacutesica forma heleacutenica μέλαρ
debioacute de significar originariamente [en]suci[ad]olsquo como probariacutea su tan verosiacutemil relacioacuten con formas indoeuropeas cuales la voz letonia melns su-
cio ndash negrolsquo o la raiacutez malndash suciedad ndash basuralsquo en saacutenscrito (Buck 1988 1055 s black Chantraine 1999 681 su) Seriacutea tambieacuten esta probablemen-te la motivacioacuten de la raiacutez para negrolsquo que vemos documentada por ejem-
plo en alemaacuten schwarz goacutetico swart holandeacutes zwart o sueco svart si esta raiacutez se relaciona como parece ser el caso con formas cuales las del latiacuten
sordidus suciolsquo o sordēs suciedad ndash inmundicialsquo (Ernout amp Meillet 1979
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
Xaverio BALLESTER
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49
L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
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637 s sordēs Buck 1988 1055 s black) Por su parte las de antildeublo ndash roya ndash herrumbre ndash holliacutenlsquo y humolsquo parecen estar entre las maacutes seguras
motivaciones semaacutenticas por obvia metonimia en el variadiacutesimo teacutermino
para negrolsquo en las lenguas uraacutelicas (Abondolo 1998 38)
Para rojolsquo en hebreo adom procede verosiacutemilmente de la raiacutez dom sangrelsquo
(Wunderlich 1925 18 n7) Poeacuteticamente en los tonos del atardecer o las brasas (jar) parecen haberse inspirado los hablantes del lezguiano para su
denominar el rojo jaru (Haspelmath 1993 120) Tambieacuten en tauya lengua
de PapuacuteandashNueva Guinea el teacutermino rojolsquo inaomondashˀamu seriacutea un derivado
de la palabra para sangre (MacDonald 1996 106) Un teacutermino alternativo en esta misma lengua para rojo numunendash derivariacutea del verbo madurar ndash estar en sazoacutenlsquo (MacDonald 1990 107) Parecidamente en el caacutembera
(Kambera) lengua malayondashpolinesia hablada en una isla de Indonesia y que no cuenta con la categoriacutea morfoloacutegica del adjetivo el color rojo se
expresariacutea mediante el verbo estativo mdasho intransitivomdash rara estar maduro ndash estar en sazoacutenlsquo (Klamer 1998 117) No es infrecuente de facto la motiva-
cioacuten cromatoniacutemica a partir del establecimiento de una asociacioacuten con la madurez o inmadurez de bayas o frutas (rojas) o bien de otros comestibles
aacuterboreos o vegetales como legumbres o verduras (verdes) En la ya citada
lengua australiana martundashguanka el teacutermino parnalyndashparnaly para designar un rojo castantildeo o marroacuten derivariacutea del teacutermino parna tierra ndash suelo ndash arenalsquo
(Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 48)
Si los colores toman muchas veces su motivacioacuten en la vegetacioacuten no ex-
trantildearaacute que el dominante tono vegetal el verde de una u otra manera
haya sido empleado para ese mismo color No parecen en efecto difiacuteciles de explicar casos cual el del quisio pigraveigrave inmaduro ndash agraz ndash verdelsquo (Campbell
1995 127 y 344) En el color de los vegetales comestibles o verdura (q az) parecen haberse inspirado tambieacuten los hablantes del lesguiano para el
nombre del verde q acu (Haspelmath 1993 120) Por su parte en tauya el teacutermino verdelsquo amowemondashˀamu seriacutea un derivado de la palabra para hoja [de aacuterbol]lsquo (MacDonald 1990 107) Asociacioacuten con la [in]madurez vegetal reencontramos en el aacutembito germaacutenico mdashalemaacuten gruumlne holandeacutes groumln
ingleacutes greenhellipmdash donde verdelsquo procederiacutea de un verbo significando crecer [la hierba]lsquo (cf antiguo alto alemaacuten gruon crecerlsquo ingleacutes to grow crecerlsquo)
es decir vendriacutea a significar crecido ndash madur[ad]o ndash en sazoacutenlsquo (Buck 1988
1059 s green Casson 1997 229)
Tambieacuten en quisio el amarillo (bagravesigrave) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash
tendriacutea su motivacioacuten en un tipo de aacuterbol de cuya corteza se extrae un tinte de dicha tonalidad En el color de la yema de huevo (q ib) deben de haberse
inspirado los lesguianos para el amarillolsquo qhipi (Haspelmath 1993 120) En
el supracitado tauya el teacutermino para amarillo ˀwereindashˀamu procederiacutea de
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
Xaverio BALLESTER
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 38
portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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una raiacutez de la que se obtiene tal pigmento (MacDonald 1990 106) Para amarillolsquo mencionemos tambieacuten la motivacioacuten melosa y meliflua que encon-
tramos en lenguas ceacutelticas como bretoacuten (melen) o coacuternico (melyn) El grie-
go moderno una vez maacutes ha innovado remotivando el significado a partir de la cidra kiacutetrinos (κίηπινορ) Aquiacute otra copia mencionable seriacutea el vas-
cuence laru amarillo paacutelidolsquo que verosiacutemilmente no es otra cosa que una adaptacioacuten del latiacuten clarundash claro ndash esclarecido ndash brillantelsquo (Trask 2008 262
su) o del espantildeol claro La forma valenciana groc debe de proceder del
teacutermino para azafraacuten en latiacuten crocus como tambieacuten es el caso del sardo logudoreacutes grogu Ambas formas podriacutean en realidad ser calcos del aacuterabe
de quedar confirmado que el teacutermino para amarillolsquo en esta lengua assfar se relaciona con el teacutermino para azafraacutenlsquo zafarān en aacuterabe claacutesico Hay
motivaciones menos evidentes El bable mariello espantildeol amarillo o el por-tugueacutes amarelo no parecen ser otra cosa etimoloacutegicamente que un amar-
guillolsquo es decir el diminutivo del latiacuten claacutesico amārus amargolsquo pero a partir de su empleo como verdoso ndash demasiado verdelsquo ergo inmadurolsquo ergo in-comestiblelsquo al menos ya en eacutepoca antigua como probariacutea un texto de San
Isidoro (or 1671 omne enim satis uiride amarum dicitur) y no a partir como conjeturara BUCK (1988 1059 s yellow) de una substancia amarga
como la bilis
El teacutermino en quisio para el azul (pegraveltegravendashbagraveŋaacuteaacute) mdashadjetivo derivado en esta lenguamdash estaacute compuesto sobre el nombre local para huevolsquo pegravel y para un
paacutejaro del arroz bagraveŋaacute cuyos huevos son por supuesto azulones (Campbell 1995 127 y 343) En vascuence el teacutermino actual para azullsquo urdin parece
haber tenido un espectro semaacutentico maacutes amplio antiguamente incluyendo tambieacuten verdelsquo y grislsquo La etimologiacutea de la voz es discutida pero seguacuten
TRASK (2008 359 su) podriacutea derivar en uacuteltima instancia de la homoacutenima
voz para humus ndash moho ndash tierra vegetallsquo Es sabido que nuestros azul es-pantildeol y portugueacutes o italiano azzurro derivariacutean en uacuteltima instancia del
mineral lapislaacutezuli Aunque menos accesible que el tan presente cielo diur-no se comprende que a veces se haya preferido por su estabilidad cromaacute-
tica motivar desde aquel mineral que desde este inmenso referente que no
obstante encontramos empleado en el polaco niebieski azullsquo derivado de niebo cielolsquo o en nuestro celeste Aunque por lo general descrito como
esencialmente azul el cromaacuteticamente tan inestable mar tampoco es una de las motivaciones favoritas para este color si bien lo encontramos en por
ejemplo nuestro azul marino
Para marroacutenlsquo podriacutea en algunas lenguas darse la misma motivacioacuten de su-ciolsquo que vimos para negrolsquo a juzgar por casos como el pipil kuːpukndashnah
que es al tiempo suciolsquo y marroacuten ndash color de cafeacutelsquo (Campbell 1985 62 y 300) Al parecer los hablantes del chichegua estariacutean en fase de procurarse
un teacutermino para el marroacuten ([chandash]khofi) a partir del nombre para el cafeacute
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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(Davies Corbett Mtenje amp Sowden 1995 276)
El teacutermino para grislsquo puede tener su origen en un referente tan comuacutenmen-
te visible mdashsin necesidad de que uno sea un fumador empedernidomdash como
la ceniza Tal el caso por ejemplo del zajuro (Tsakhur) lengua daguestaacuteni-ca y donde dicho teacutermino significa literalmente [color] cenizalsquo (Davies So-
senskaja amp Corbett 1999 187 y 199) Una raiacutez indoeuropea palndash seriacutea responsable entre otros de los teacuterminos para grislsquo en aveacutestico pourušandash gris ndash canosolsquo antiguo eslaacutevico плaвъ clarolsquo griego antiguo πελιoacuteρ o
πoλιoacuteρ gris ndash canolsquo o veacutedico palitaacuteḥ grislsquo aquella misma raiacutez habriacutea dado en latiacuten otro matiz cromaacutetico pallidus paacutelidolsquo Se supone que los nombres
de animales o zooacutenimos pullus pollolsquo en latiacuten y pel ratalsquo en lituano pro-vendriacutean de esta misma raiacutez indoeuropea (Ernout amp Meillet 1979 476 s palleo) Estos hechos sugieren un significado baacutesico de [entre]cano ndash cano-solsquo para aquella raiacutez palndash constituyendo esta una comuacuten motivacioacuten para
grislsquo como acabamos de ver en varias lenguas de este grupo Tambieacuten en
el fijiano de Boumaa donde la reduplicacioacuten es comuacuten para los teacuterminos de color el teacutermino para grislsquo dravudravua se relaciona con el nombre dravu
cenizaslsquo (Dixon 1988 231)
Un detalle muy llamativo en las motivaciones de cromatoacutenimos es el buen
anaacutelisis oacuteptico y fiacutesico que a veces muestran los hablantes Asiacute en turcana
en Kenia el adjetivo para [a]naranja[do]lsquo estaacute formado por el compuesto amarillondashrojolsquo (Dimmendaal 2000 168)
Por otra parte y como vamos viendo la copia para los teacuterminos que indican color constituacuteyese como un fenomeno asaz frecuente En ochicuantildeama
(Oshikwanyama) el substantivo ombulau azullsquo es una copia del alemaacuten Blau azullsquo (Zimmermann amp Hasheela 1998 153) En coreano los cinco colores
patrimoniales huyn blancolsquo kemun negrolsquo ppalkan rojolsquo y phulun azullsquo se
deben a las antiguas copias del chino payk huk cek y cheng correspecti-vamente (Chang 1996 20) En japoneacutes beeju beislsquo (beige) buraun
marroacutenlsquo (brown) emerarudo guriin esmeraldalsquo (emerald green) guree grislsquo (grey) kaaki caquilsquo (khaki) kuriimundashiro cremalsquo (cream) orenji naran-
jalsquo (orange) pinku rosalsquo (pink) y remon limoacutenlsquo (lemon) son maacutes o menos
reconocibles copias del ingleacutes (Stanlaw 1997 243 y 255) En el fijiano de Boumaa piki rosalsquo es tambieacuten una copia del ingleacutes pink (Dixon 1988 231)
Tambieacuten en las copias como es loacutegico ni el propio referente cromaacutetico se salva de la omnipotente metonimia lo que explica que a veces se den des-
plazamientos cortos de significados asiacute por ejemplo el italiano verde fue
copiado por el albaneacutes verdheuml para elhellip contiguo amarillolsquo tal como pareci-damente el antiguo purpura de los romanos quedoacute para morado ndash violetalsquo
en el purple de los ingleses Tambieacuten el albastru azullsquo rumano no debe de ser otra cosa que aquel latino albaster blanquecinolsquo que ya comentamos
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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Esta serie de comunes hechos avala nuestra ya emitida hipoacutetesis de que la documentada forma como firanque o en femenino firanca para gris azula-
dolsquo en la lengua de los antiguos guanches cromatoacutenimo exclusivo de la isla
de El Hierro (Trapero 1999a 92ndash93) pueda en realidad no ser otra cosa que una temprana copia del portugueacutes branco blancolsquo
De adoacutende esta vez vayan y no de doacutende vengan los teacuterminos de-signativos de color o de tristes borrachuzos robustos alcornoques
y friacuteos nortes
Mas de la metonimia o la metaacutefora a la metaacutefora o metonimia yhellip uice uer-sa Si muchos teacuterminos para designar un color surgen por la viacutea metoniacutemica
mdashmaacutes bienmdash o a veces metafoacutericamente a partir de un objeto con tal colo-racioacuten a su vez metoniacutemicamente o maacutes bien por metafoacuterica viacutea a partir de
los teacuterminos indicativos de color pueden surgir tambieacuten otros significados Asiacute el color azul es empleado para aludir a la ebriedad en alemaacuten (blau) a
la tristeza en ingleacutes (blue) o a la sexualidad entre varones en lituano
(m lynas) de modo que un triste borracho mariquita estaacute casi condenado a recibir uno u otro azullsquo europeo Parecidamente siglos atraacutes en latiacuten galbus verde claro ndash amarillolsquo se empleaba tambieacuten para el que se vestiacutea con tales a la sazoacuten estrafalarios colores por lo que el teacutermino teniacutea asimismo el
sentido de coquetuelo ndash afeminadolsquo (Ernout amp Meillet 1979 266 su)
Como era de esperar los cromatoacutenimos tampoco faltan en locuciones o modismos En nuestra lengua citemos expresiones como ponerse blanco o
ponerse liacutevido o paacutelido el maacutes coloquial de comerse un marroacuten para cargar con una tarea desagradable o una culpa ajena pasarlas moradas esto es
atravesar una situacioacuten difiacutecil o comprometida ponerse morado para comer abundantemente o en exceso mercado negro para el comercio no sometido
a la ley estar negro o enfadarse mucho mdashque es estar verdelsquo en el dialecto
veacuteneto de Vicenza esser verde (Pajello 1979 314 s verde)mdash tenerlo negro o tener muy malas perspectivas ponerse rojo o ruborizarse mdashcon afiacuten eti-
mologiacutea y motivacioacuten para tal ruborizarsemdash tener la negra o tener muy mala suerte poner verde o criticar o insultar a alguien chiste verde o chas-
carrillo sexual u obsceno seguramente a partir de un previo viejo verde por
persona que ―conserva inclinaciones galantes impropias de su edad es decir inclinaciones maacutes propias de gente lozanalsquo o inmaduralsquo etc Es bas-
tante llamativa la circunstancia de que por lo general las locuciones que incluyen figuraciones cromaacuteticas presentan connotaciones despectivas Y
quizaacute no soacutelo en espantildeol schwarz fahren viajar negrolsquo se diraacute en alemaacuten
como equivalente de nuestro viajar de gorra o viajar sin billetelsquo
En fin es asimismo hecho muy llamativo que ya tuvimos ocasioacuten de men-
cionar la general bizarriacutea de los usos translaticios de los cromatoacutenimos lo que mdashaunque no uacutenicamentemdash podriacutea en uacuteltima instancia deberse a la im-
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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Xaverio BALLESTER
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portante repercusioacuten de lo visual en la percepcioacuten humana de modo que reservamos expresiones muy visualizables mdashen referencia al color forma o
tamantildeomdash para nociones y referencias muy llamativas muy conspicuas muy
espectaculares en la idea y con la pretensioacuten de que su impacto en la men-te del receptor sea maacutes contundente y eficaz
Naturalmente estos desplazamientos desde la significacioacuten de un color a la significacioacuten de algo bien distinto aunque algunos parezcan tan modernos
se han debido producir siempre Nota ALINEI (1996 645) por ejemplo que
probablemente es tambieacuten la raiacutez para rojolsquo la que procuroacute su nombre al roblelsquo en latiacuten rōbur y despueacutes en razoacuten de la dureza de este aacuterbol se for-
maron otros metoniacutemicos derivados cuales rōbustus robustolsquo o el verbo rōborāre fortalecer ndash consolidar ndash corroborarlsquo A esta misma base rōbndash probablemente dialectal debe de pertenecer igualmente el teacutermino de metasemia asimismo bien transparente rōbīgō (femenino y con acusativo
rōbīginem) roya ndash antildeublo ndash moho ndash sarro ndash herrumbre ndash oriacutenlsquo Maacutes recien-
tes dada la perceptible proximidad foacutenica con el histoacuterico rubrundash rojolsquo lati-no deben de ser las tambieacuten bastantes obvias metonimias que dieron lugar
a rubēscere enrojecer ndash ruborizarselsquo rubor rubicundez ndash rubor ndash pudorlsquo o rūbrīca ruacutebrica ndash tiacutetulolsquo que pasoacute a tal significado a partir del color emplea-
do en muchos documentos para rotular titulares u otras entradas importan-
tes La misma raiacutez debe de encontrarse con pocas dudas en el nombre latino rubus para la zarza ndash zarzamora ndash cornejo ndash frambuesalsquo documenta-
da raiacutez asimismo en el correspondiente plural rubēta zarzaleslsquo mdashya que el singular no estaacute documentado en los textos antiguos (Ernout amp Meillet
1979 579 s rubus) con el tiacutepico segmento ndashētndash propio de conjuntos vege-tales o arboacutereos El antiguo nombre mdashtambieacuten de la raiacutez rubndash rojolsquo verosiacute-
milmentemdash para la planta denominada rubia en latiacuten se mantuvo en nuestra
homoniacutemica rubia voz bien documentada en referencias toponiacutemicas
Notoriamente del comuacuten adjetivo rubeus rojizolsquo procederiacutea nuestro rubio
el cual pasoacute al final a referirse al cuerpo humano y en concreto al color de los cabellos en esa oscilacioacuten entre pelirrojolsquo y rubiolsquo que se daba ya en los
registros del latiacuten y se da tambieacuten en algunas lenguas romaacutenicas como el
valenciano donde roig es al tiempo [pelir]rojolsquo y rubiolsquo Un hecho curioso es en efecto la especializacioacuten de teacuterminos de color para el variado croma-
tismo del cabello humano o como ya vimos para el pelaje de algunos ani-males mdashaquiacute la ecoglosia otra vezmdash de su entorno cultural Asiacute rubiolsquo era
sobre todo el especiacutefico flāuus en latiacuten como tambieacuten en buena medida era
el teacutermino ξανθόρ para los antiguos helenos Igualmente en latiacuten se reser-vaba el teacutermino fuscus como nuestro moreno para los morenos o de cabe-
llos o de piel (Ernout amp Meillet 1979 263 s fuscus) Para nuestro pelirrojo mdashque no rojomdash y ya de cabellos de bigotes o de barba el polaco emplea
regularmente el especiacutefico rudy frente al general adjetivo rojolsquo czerwony o
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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el substantivo czerwień de la misma forma que para rubiolsquo emplearaacute el especiacutefico substantivo blondyn y no el correspondiente amarillolsquo o żoacutełty Otro animal mdashaunque seguacuten los maacutes menos racionalmdash y que ha recibido
especial atencioacuten en lo tocante al color de su pelaje es el caballo al menos ya desde eacutepoca romana con por ejemplo giluus alazaacuten clarolsquo hasta nues-tros diacuteas alazaacuten bayo cambujo Advirtamos de que los teacuterminos de color especializados para un bien determinado referente no suelen contarse en la
estricta catalogacioacuten de las denominaciones baacutesicas de color no tanto por
no pertenecer verdaderamente al leacutexico maacutes baacutesico al leacutexico verdadera-mente disponible para los hablantes mdashcomo nuestros rubio o morenomdash
cuanto por infringir uno de los requisitos que a efectos de ponderada cata-logacioacuten establecieron los verdaderos dinamizadores del estudio de los
cromatoacutenimos en la Linguumliacutestica moderna los investigadores BERLIN y KAY (1969 6ndash7) a saber que la aplicacioacuten de un cromatoacutenimo baacutesico laquono debe
quedar restringida a una reducida clase de referentesraquo
En todo caso como estamos viendo los teacuterminos para colores han sido profusamente empleados tambieacuten de modo translaticio mdashseguramente
tambieacuten por alguna original metonimia en la mayoriacutea de los casosmdash para otras significaciones aunque no siempre tan geneacutericas y mudables como
algunas de las que hubimos visto sino tambieacuten a veces para significados
bastante fijos y claros tan claros y fijos como por ejemplo los puntos car-dinales Asiacute los mayas en lengua cachiquel llaman rojolsquo al este y negrolsquo al
oeste asiacute como blancolsquo al friacuteo norte y amarillolsquo al sur caacutelido o quizaacute de mai-zales (Malherbe 1983 231 Del Moral 2002 113) De modo parecido para
los antiguos aztecas en Meacutexico laquoCada uno de los cuatro puntos cardinales [hellip] estaba asociado a determinados colores dioses signos del diacutea y otras
cosas por el estiloraquo (Murdock 1981 312)
De cuaacutel la razoacuten por la que nombres de color sobrevivan en topoacute-nimos y del rojo entre los colores primarios como uno verdade-
ramente especial
Una de las causasndashconsecuencias de los fenoacutemenos que venimos descri-
biendo de mutabilidad remotivacioacuten transparente generacioacuten metoniacutemica o
bizarriacutea translaticia de los cromatoacutenimos parece ser el hecho de que los [antiguos] cromatoacutenimos al caer en desuso pueden acabar reservaacutendose
para empleos especialidades o campos leacutexicos bien diversos e incluso mar-ginales El antiguo teacutermino para blancolsquo en latiacuten albus por ejemplo se ha
jubilado como cromatoacutenimo praacutecticamente en toda la Romania sin embar-
go y por razones faacuteciles de comprender ha permanecido de modo asaz estable en algunos contingentes leacutexicos notoriamente en topoacutenimos asiacute en
nuestros Alba de Tormes (Salamanca) Albillos (Burgos) Cerralba (Maacutelaga) Cerralbo (Salamanca) Collado Villalba (Madrid) Fuentealbilla (Albacete)
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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Graja de Campalbo (Cuenca) Grijalba (Burgos) Hontalbilla (Segovia) La Torre de Fontaubella (Tarragona) Los Cerralbos (Toledo) Menasalbas (To-
ledo) Montalbaacuten (Teruel Toledo) Montalbanejo (Cuenca) Montalbo
(Cuenca) Montalvo (Jaeacuten Pontevedra) Montalvos (Albacete) OjosndashAlbos (Aacutevila) Ontalba (Toledo) Pentildealba (Aacutevila Guadalajara Huesca Teruel Va-
lladolidhellip) Sotosalbos (Segovia) Torralba (Baleares Castelloacuten Ciudad Real Cuenca Huesca Navarra Soria Teruel Toledo Zaragozahellip) Vilalba (Lugo
Tarragona) Villalba (Badajoz Cuenca Huelva Valladolid) Villalbilla (Ma-
drid)hellip y ya fuera de nuestras fronteras en Montauban (Francia) Monte Albaacuten (Meacutejico) Monte Albano (Italia) y otros muchos
De hecho la conservadora toponimia como era de esperar es tambieacuten un capaz receptaacuteculo de los muchos nombres de colores que pasaron de moda
pero quedaron literalmente fijados en las geografiacuteas humanas Nuestro intereacutes tanto por la toponimia cuanto por la cromatonimia nos condujo a
realizar en su diacutea un estudio sobre la presencia de los colores en una parte
de la toponimia nacional El resultado quizaacute maacutes llamativo fue la acomoda-cioacuten en frecuencia a los colores que como enseguida veremos se conside-
ran hiperbaacutesicos por otras razones desde los estudios tipoloacutegicos En efec-to nuestro examen pequentildeo mdashpues que realizado sobre corpora cerrados
de la toponimia de Alicante Asturias y Canariasmdash pero creemos suficiente-
mente representativo y con buenos visos para una proyeccioacuten estadiacutestica general ofreciacutea una mayoritaria presencia de los tres grandes colores el
rojo mdashdominante eacutestemdash el blanco y el negro en estas proporciones
0
10
20
30
40
50
60
Alicante Asturias Canarias Total
Rojo Blanco Negro
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
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Estadiacutesticas cromatotoponiacutemicasmdash Estudios parciales pero quizaacute suficiente-mente representativos de la presencia de los cromatoacutenimos en la toponimia nacional confirmariacutean el predominio de ―los tres grandes colores aunque con una significati-va superioridad del rojo sobre el blanco y el negro
Curiosamente los estudios tipoloacutegicos han mostrado que desde una pers-
pectiva glotogeneacutetica de modo muy mayoritario el rojo es tras el blanco y el negro el tercer gran color es decir si una lengua dispone de cualquier
otro color que no sea el blanco y el negro este seraacute el rojo La presencia por tanto de teacuterminos para azullsquo o verdelsquo en una lengua implicaraacute regu-
larmente la presencia previa del teacutermino para rojolsquo como veremos luego con algo maacutes de detalle Todo ello constituye un hecho ciertamente llamati-
vo pues por ejemplo los citados azullsquo y verdelsquo son muy abundantes en la
naturaleza y muy perceptibles para el hombre en cielo y mar en plantas hierbas o aacuterboles Aun entendido al igual que los otros colores en un sen-
tido bastante laxo o geneacuterico el rojo en cambio es un color maacutes infrecuen-te en el entorno normal del hombre aunque presente en sangre a veces
en cabellos algunas flores y frutos en brasas en los soles extremos
Yendo maacutes lejos podriacutea incluso decirse que el rojo es en realidad el primer y primario color si entendemos que como sucede en algunas lenguas blanco
y negro no son maacutes que las connotaciones elementales del contraste baacutesico entre claridad y obscuridad entre el diacutea y la noche Por parecida psicoloacutegica
manera de proceder en efecto no consideramos fotografiacuteas o peliacuteculas en color aquellas enhellip blanco y negro Acaso la singularidad del rojo se expli-
que tambieacuten por representar el color que se corresponde con la frecuencia
maacutes baja de luz que el ojo humano puede captar de modo que los colores en frecuencias inferiores se denominan ya infrarrojos Quizaacute la concepcioacuten
del rojo como el color del ―contraste en tucano (Barnes 1999 222) podriacutea asimismo explicarse en este oacutepticondashfiacutesico contexto y no soacutelo como referen-
cia a un entorno como el amazoacutenico natural y predominantemente verde
En cualquier caso no hay razones para dudar de la gran singularidad lin-guumliacutestica del color rojo lo que quedariacutea de manifiesto en diversos fenoacuteme-
nos De la singularidad de dicho color en efecto dariacutean testimonio por ejemplo las denominaciones en espantildeol para tal cromatoacutenimo denomina-
ciones y expresivas y abundantes pues en esta lengua colorado mdashes decir
el con colorlsquomdash es praacutecticamente un sinoacutenimo de rojo como tambieacuten lo fuera tinto otro caso de especializacioacuten leacutexica o pase a la reserva ya que
actualmente el teacutermino estaacute praacutecticamente limitado para designar el vino de colorhellip rojo pero antiguamente sin duda fuera empleado como en el caso
del riacuteo Tinto para otros referentes de color rojizo procediendo la forma del latiacuten tinctus tentildeido ndash pintadolsquo esto es por una motivacioacuten bien cercana a la de nuestro colorado Otra igualmente muy llamativa expresioacuten en espantildeol
para rojolsquo es encarnado un derivado de carne voz aquella que podriacutea que-
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
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dar explicada como un calco del vascuence mdasho de otra afiacuten lengua de subs-tratomdash una vez que en esta lengua gorri crudo ndash en carne vivalsquo tiene tam-
bieacuten el valor de rojolsquo (uide Trask 2008 210 s gorri) una motivacioacuten que
podriacutea ser contextualmente muy primitiva una vez que su interpretacioacuten maacutes obvia nos lleva de modo natural a pensar en un tipo de descarnamien-
to para preparar la comida actividad sobre todo maacutes frecuente y visible en las culturas de caza y recoleccioacuten Cuales sinoacutenimos o parasinoacutenimos mdashid est como formas de igual o muy afiacuten significadomdash del rojo en el espantildeol
actual entrariacutean tambieacuten nombres como bermejo o grana[te]
De cuaacuteles sean los colores baacutesicos y cuaacuteles los tres grandes de
coacutemo esteacuten en las lenguas representados y de conjeturas varias e inevitables
Ya hace maacutes de 40 antildeos BERLIN y KAY (1969) formularon laquodos hipoacutetesis generalistas sobre los teacuterminos baacutesicos de color y las clases que cubren (a)
existe un inventario universal limitado de tales clases (b) una lengua va
antildeadiendo teacuterminos baacutesicos de color en un orden determinado [hellip] Hipoacutete-sis ambas que quedaron substancialmente confirmadas por estudios poste-
rioresraquo (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 21) Otrosiacute en la formulacioacuten de estos autores las lenguas tendriacutean entre 2 y 11 teacuterminos baacutesicos de
color pues en su propuesta original en efecto los autores citados postula-
ron hasta once teacuterminos universales blanco negro =gt rojo =gt verde amarillo =gt azul =gt marroacuten =gt naranja rosa violeta gris en este orden
ya que los teacuterminos se dispondriacutean en una secuencia implicativa es decir de modo que la presencia de por ejemplo el teacutermino para azullsquo implicariacutea
regularmente la comparecencia en esa misma lengua tambieacuten de los pre-vios teacuterminos para blancolsquo negrolsquo rojolsquo verdelsquo y amarillolsquo o bien amari-
llolsquo y verdelsquo y de modo tambieacuten que ciertos teacuterminos cuales aquellos para
verdelsquo y amarillolsquo y para naranjalsquo rosalsquo violetalsquo y grislsquo no guardaran ninguna implicacioacuten entre ellos mismos Asiacute por ejemplo la existencia de
un teacutermino para grislsquo en una lengua dada no comporta necesariamente la existencia de naranjalsquo En cambio y siempre en la hipoacutetesis de BERLIN y
KAY si una lengua dispone de un teacutermino para marroacutenlsquo tendraacute tambieacuten
otro para azullsquo y si lo tiene para azullsquo lo tendraacute para verdelsquo y amarillolsquo o viceversa y para rojolsquo et cetera Patroacuten implicativo que podriacutea representar-
se por tanto tambieacuten asiacute
BLANCONEGROgt ROJOgt AMARILLOgt VERDEgt AZULgt MARROacuteNgt GRISMORADONARANJAROSA
El gris ocupariacutea en realidad una ubicacioacuten algo especial en esta denominada jerarquiacutea cromatoniacutemica ya que este color infringe con mayor frecuencia
que otros dicha jerarquiacutea (Corbett amp Davis 1997 198) sobre todo por su ocasional temprana emergencia (Kay Berlin Maffi amp Merrifield 1997 23) lo
que como se apuntoacute en su momento pudo ser el caso del antiguo conglo-
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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merado dialectal indoeuropeo hecho que al menos aquiacute podriacutea explicarse a partir de una motivacioacuten tan concreta fiacutesica visual pequentildea proacutexima y
natural como el cabello entrecano
Aunque naturalmente la distincioacuten entre colores maacutes baacutesicos y menos baacutesicos no se ofrezca siempre como un resultado aseacuteptico y automaacutetico en
una lengua determinada no faltan a menudo elementos verdaderamente empiacutericos para el establecimiento de la jerarquiacutea cromaacutetica ameacuten de facto-
res maacutes o menos objetivos de caraacutecter estadiacutestico como frecuencia de uso
o prioridad y convergencia en la identificacioacuten por los hablantes Asiacute por ejemplo tanto la existencia de tres grandes colores mdashblanco negro y ro-
jomdash cuanto de una jerarquiacutea cromaacutetica se veriacutea esencialmente refrendada por anaacutelisis cuantitativos sobre la frecuencia en el uso de los respectivos
nombres de colores En estudios verbigracia sobre la lengua rusa ha podi-do comprobarse que los teacuterminos para negrolsquo (čeumlrnyj ndash ч рный) blancolsquo
(beacutelyj ndash белый) y rojolsquo (kraacutesnyj ndash красный) ocupariacutean en este orden y des-tacadamente las tres primeras posiciones a los que seguiriacutean los teacuterminos para verdelsquo (zeleumlnyj ndash зел ный) azul marinolsquo (siacutenij ndash синий) azul [celes-
te]lsquo (goluboacutej ndash голубой) amarillolsquo (žeumlltyj ndash ж лтый) y grislsquo (seacuteryj ndash серый) y ya a maacutes distancia los teacuterminos para rosalsquo (roacutezovyj ndash розовый) marroacutenlsquo
(koriacutečnevyj ndash коричневый) violetalsquo (fioleacutetovyj ndash фиолетовый) y naranjalsquo
(oraacutenževyj ndash оранжевый) siempre en orden de frecuencia (Corbett amp Da-vies 1997 206) Tambieacuten por ejemplo y como vimos en el fijiano de Bou-
maa soacutelo conocen la adicional forma reduplicada los cromatoacutenimos negrolsquo blancolsquo rojo ndash marroacutenlsquo verdelsquo y amarillolsquo de modo que como observa el
mismo DIXON (1988 231) laquolos cinco teacuterminos de color que existen tanto en forma reduplicada como simple son precisamente los primeros cinco com-
ponentes de la jerarquiacutea universal cromaacutetica propuesta por Berlin y Kayraquo
Igualmente a veces la misma morfologiacutea puede en una lengua dada marcar la jerarquiacutea entre los colores Asiacute en el limbu en el Nepal oriental el color
ɔmdaŋba amarillolsquo no soacutelo presenta una verdadera restriccioacuten semaacutentica limitada a este color sino que solomente se presenta en esta forma sufijada
en ndashtaŋba a diferencia de los cuatro cardinales o aquiacute basicos cromatoacutenimos
de kundashbhɔndashra blancolsquo kundashmakndashla negrolsquo kundashhɛtndashla rojo ndash marroacuten ndash na-ranjalsquo y kundashhikndashla verde ndash azul ndash orolsquo que ademaacutes de presentarse con tal
sufijo (bhɔndashdaŋba makndashtaŋba hɛtndashtaŋba hikndashtaŋba) pueden aparecer en formas libres como sustantivos y como adjetivos y ser incorporados en ex-
presiones participiales con el verbo parecer ndash aparecerlsquo (phɔndashgɛndashlɔʔndashba
makndashkɛndashlɔʔndashba hetndashkɛndashlɔʔndashba hikndashkɛndashlɔʔndashba Van Driem 1987 23ndash25 y 438)
Otro resultado de intereacutes de los estudios tipoloacutegicos es la constatacioacuten de que racimos cromaacuteticos mdashcomo los recieacuten vistos en el limbu de rojo ndash
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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Xaverio BALLESTER
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marroacuten ndash naranjalsquo o de verde ndash azul ndash orolsquomdash y tan propios de los reperto-rios miacutenimos se verifican por contiguumlidad de modo que por ejemplo laquoson
posibles [ROJO + AMARILLO] y [BLANCO + AMARILLO] pero no [ROJO +
BLANCO] porque los componentes no son contiguosraquo (Palmer 2000 111) es decir no seriacutea posible un nombre para un color que incluyera nuestros
blanco y rojo pero no simultaacuteneamente el amarillo color intermedio en el espectro y al parecer crucial en la determinacioacuten de las posibles alianzas o
concatenaciones cromaacuteticas lo que quizaacute tenga que ver en algunas lenguas
con el ya aludido ambiguo caraacutecter del amarillo pues que vale tanto como referente de la humedad o lozaniacutea de un producto vegetal mdashcuando asocia-
do al verdemdash cuanto por el contrario como referente de su sequedad o inmadurez si mdashes de suponermdash asociado en su diacutea al rojo
Finalmente otra aportacioacuten tipoloacutegica muy interesante del pionero trabajo de BERLIN y KAY (1969) es la propuesta de que todas las lenguas dispondr-
iacutean al menos de teacuterminos para oponer los colores blancolsquo y negrolsquo o ve-
rosiacutemil y respectivamente clarolsquo y obscurolsquo si es que solamente disponen de estos dos teacuterminos dicho de otro modo laquose predice que si una lengua
tiene lexemas para dos colores estos seraacuten el blanco y el negroraquo (Moreno 1997 158) Asiacute pues un inventario cromatoloacutegico por tanto verdadera-
mente miacutenimo en una lengua presentariacutea el contraste entre dos colores o
brillosndashtonosndashmatices Tal seriacutea el caso de algunos hablantes del pueblo danio en Nueva Guinea y de hablantes individuales de la lengua martundash
guanka pues que estos utilizariacutean soacutelo dos teacuterminos baacutesicos uno para el complejo blanco ndash rojo ndash amarillolsquo y otro para negro ndash verde ndash azullsquo lo
que como anticipaacutebamos podriacutea tambieacuten presentarse como un mero con-traste entre clarolsquo y obscurolsquo o incluso en opinioacuten de otros (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 21) como contraste en realidad entre las secuen-
cias de caliente ndash secolsquo y de friacuteo ndash huacutemedolsquo (cf Palmer 2000 112)
Este tipo de fenoacutemenos resulta congruente con el hecho de que un geneacuteri-
co y abstracto teacutermino para color pueda faltar en determinadas lenguas asiacute en algunas hablas de los esquimales laquono existe palabra alguna que signifi-
que colorlsquo sino solamente palabras para cada color determinadoraquo (Weyer
1972 43) Esta laguna leacutexica nada tiene de extrantildeo ya que entre otras cosas colorlsquo contiene una doble abstraccioacuten al resultar ser la abstraccioacuten
conjunta y general de diversas abstracciones individuales En efecto desde el punto de vista de la motivacioacuten los nombres de colores tienen la ventaja
de hacer referencias abstractas a entidades visuales normalmente concre-
tas fiacutesicas pequentildeas proacuteximas y naturales Tampoco en el fondo indoeu-ropeo debioacute de existir un teacutermino especiacutefico para el color ya que las diver-
sas lenguas indoeuropeas presentan teacuterminos diferentes antiguo alto alemaacuten farawa aveacutestico gaonandash griego σπῶμα antiguo eslaacutevico boja ir-
landeacutes dath latiacuten color lituano spalvagrave saacutenscrito var a Seguacuten BUCK
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(1988 1050 s color) las lenguas indoeuropeas habriacutean empleado funda-mentalmente las motivaciones de cubiertalsquo superficie ndash piellsquo apariencialsquo o
pelajelsquo para procurarse por dilatacioacuten semaacutentica sus teacuterminos para colorlsquo
El ruso por ejemplo habriacutea motivado en florlsquo su цвeт colorlsquo La probable antigua copia del alemaacuten Farbe colorlsquo por el polaco barwa y su recopia en
eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
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L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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eacutepoca maacutes moderna traacutemite farba asiacute como su uacuteltima copia romaacutenica kolor sugieren la poca profundidad temporal de tal significado en algunas len-
guas
Como siguiente inventario miacutenimo tendriacuteamos el de tres colores el cual como ya se habraacute deducido viene substancialmente a coincidir con los
predominantes colores mdashblanco negro y rojomdash de nuestra toponimia na-cionalhellip o viceversa constituyendo en todo caso este hecho un parcial
refrendo mdashinesperado y curiosomdash de la afamada hipoacutetesis de BERLIN y KAY Asiacute el eyagamo (Ejagham) en Nigeria cuenta con eacutebaacutereacute para lsquoblancolsquo eacutebiacute para rojo ndash amarillolsquo y eacutenyagravegagrave para negro ndash verde ndash azullsquo (Kay Berlin
Maffi amp Merrifield 1997 37ndash39) El detalle de que el teacutermino para blancolsquo no se comparta con otro apuntariacutea a que este sea mdashal menos en esta len-
guamdash un color un peliacuten maacutes baacutesico que el negro La misma circunstancia quedariacutea apuntalada por hechos de naturaleza diversa en otras lenguas
Asiacute por ejemplo el para blancolsquo (biacutelaacute) es el teacutermino de mayor prominencia
mental (cognitive salience) en checo seguacuten argumenta UUSKUumlLA (2008 13)
El siguiente patroacuten el de cuatro colores baacutesicos podriacutea venir ilustrado por
el murandashpirahan (MuacuterandashPirahatilde) hablado en unas pocas aldeas en el centrondashoccidente de Brasil en el riacuteo Maici y donde habriacutea un mdashcon los nuacutemeros
indicando la altura tonalmdash ko3biai3 para blancolsquo bio3pa2iai3 para negrolsquo bi3i1sai3 para rojo ndash amarillolsquo y a3hoa3saa3ga1 para verde ndash azullsquo (Kay Ber-
lin Maffi amp Merrifield 1997 39)
Por otra parte cumple reconocer que la brillante propuesta de una jerarquiacutea en las denominaciones de los colores ha tenido un negativo efecto contra-
producente en el sentido de restringir apenas a este aspecto mdashde verificar o no la tal propuestamdash el estudio de los cromatoacutenimos en muchas lenguas
(Corbett amp Morgan 1988 Davies MacDremid Corbett McGurk Jerrett
Jerrett amp Sowden 1992 Davies amp Corbett 1994 Davies Davies amp Corbett 1994 Davies Corbett amp Bayo 1995 Davies Corbett Mtenje amp Sowden
1995 Oumlzgen amp Davies 1998 Sutrop 2000 Uuskuumlla 2006 2007 y 2008 Uuskuumlla amp Sutrop 2007) sin atender siempre debidamente a otras facetas
(motivacioacuten evolucioacuten simbolismohellip) no menos interesantes de esta clase
leacutexica
Detalle aquiacute digno de consideracioacuten podriacutea ser en el plano comunicativo el
virtual paralelismo entre la baacutesica tripleta cromatoniacutemica y el vocalismo baacutesico y quizaacute miacutenimo el triacuteo a i u Sabido seraacute que estos elementos foacuteni-
Xaverio BALLESTER
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 46
cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 47
el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
Xaverio BALLESTER
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 48
39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49
L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
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Xaverio BALLESTER
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 50
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Xaverio BALLESTER
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cos representan los tres puntos maacutes distantes extremos y cardinales del vocalismo ofreciendo por tanto una optimabilidad acuacutestica maacutexima desde
los miacutenimos dos paraacutemetros de vocal abierta (o teacutecnicamente difusa) ~
cerrada (o teacutecnicamente densa o bien compacta) y aguda ~ grave dando el resultado de a abierta i cerrada ndash aguda y u cerrada ndash grave Pues
bien de similar modo blancolsquo negrolsquo y rojolsquo representariacutean asimismo y con probabilidad el maacuteximo contraste operativo en el espectro cromaacutetico
desde los paraacutemetros de claro ndash obscuro y quizaacute brillante ndash opaco dando el
resultado de blanco claro negro obscuro ndash opaco y rojo obscuro ndash brillante De esta guisa y como ya intuyera el poeta Arthur RIMBAUD en ―Vo-
cales (Voyelles) el llamativo o mdashincidiendo en la sinestesia o asociacioacuten sensorialmdash chilloacuten rojo vendriacutea a ser el equivalente de la llamativa o chillona
vocal i (I rouge) la ―supervocal (supervowel) de la que hablara LIEBERMAN
(1998 95) en razoacuten de su alto grado de distinguibilidad resultando por lo
demaacutes mdashpace RIMBAUDmdash la abierta a equivalente al blanco y la grave u
al negro
Cardinalidad de vocales y coloresmdash Detalle digno de consideracioacuten en el plano comunicativo es el virtual paralelismo existente entre el cardinal y baacutesico triacuteo vocaacuteli-co a i u y la baacutesica y cardinal tripleta cromatoniacutemica de blanco rojo y negro
Estas cuestiones nos alertan de la necesidad o al menos la conveniencia de
tratar siquiera sea someramente de las asociaciones que ora por cercana contiguumlidad o metonimia ora por maacutes lejana mdashy eliacutepticamdash contiguumlidad o
sinestesia suelen darse en las diversas lenguas Dentro de ese ampliacutesimo
espectro de posibilidades y en el que ya ocasioacuten tuvimos antes de hacer alguna incursioacuten nos centraremos en unos pocos usos simboacutelicos a fin de
ilustrar simplemente la poderosa capacidad asociativa y consecuentemente evocativa de los colores y sus nombres
De repelentes de insectos scilicet paleoliacuteticos ocres roja salud
rojo peligro y roja vida en el uacuteltimo trance
En efecto la importancia de los teacuterminos cromaacuteticos se manifestariacutea asi-
mismo en un aspecto sociocultural e ideoloacutegico tan significativo como es su enorme potencial simboacutelico ya que los colores como es literalmente
[pre]visible asoacutecianse en muchas culturas a otros acromaacuteticos significados Si como vimos los colores junto con la forma la consistencia o materia y
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
Xaverio BALLESTER
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49
L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
ABONDOLO Daniel laquoIntroductionraquo D Abondolo ed The Uralic Languages Routledge LondresndashN York 1998 1ndash42 ALINEI Mario Origini delle lingue dlsquoEuropa I La Teoria della Continuitagrave Il Mulino Bolonia 1996 laquoTre studi etimologici (1) biondo e bianco (2) marmotta (3) continuatori di gr la-miaraquo Quaderni di Semantica 231 (2002) 9ndash38 LlsquoOrigine delle Parole Aracne Roma 2009 AacuteRPAacuteD Berta laquoTatar and Bashkirraquo L Johanson amp EAacute Csatoacute edd The Turkic Languages Routledge LondresndashN York 1998 282ndash
300
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Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University
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Xaverio BALLESTER
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 50
measures and techniquesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 197ndash
223 CORBETT Greville amp MORGAN Gerry laquoColour terms in Russian reflections
of typological constraints in a single languageraquo Journal of Linguistics 24 (1988) 31ndash64
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languageraquo Linguistic Typology 3 (1999) 179ndash207 DAVIES Ian amp CORBETT
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lan an investigation of eighty informants concentrating on the purple and blue regionsraquo Transactions of the Philological Society 931 (1995) 17ndash49
DAVIES Ian CORBETT Greville MTENJE Al amp SOWDEN Paul laquoThe basic colour terms of Chichewaraquo Lingua 95 (1995) 259ndash278 DAVIES Ian DAVIES Chris-
tine amp CORBETT Greville laquoThe basic colour terms of Ndebeleraquo African Lan-guages and Cultures 71 (1994) 36ndash48 DAVIES Ian MACDREMID Catriona CORBETT Greville MCGURK Harry JERRETT David JERRETT Tiny amp SOWDEN Paul
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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 51
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Xaverio BALLESTER
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 52
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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 47
el tamantildeo constituyen elementos fundamentales de la visioacuten y esta es a su vez fundamental para nuestra experiencia mental y consecuentemente
linguumliacutestica a los colores deberiacutea corresponder una buena parte del banque-te intelectivo de nuestro proceder mental e ideoloacutegico A todo esto no podr-iacutea objetarse el hecho de que aquiacute estemos ya maacutes bien hablando de un
fenoacutemeno puramente cognoscitivo que linguumliacutestico pues no deja eacuteste de ser una vertiente esencialmente semaacutentica de la cuestioacuten y contra lo procla-
mado por tantas corrientes linguumliacutesticas formalistas el significado para noso-
tros siacute forma parte mdashpor supostiacutesimomdash de la lengua y en consecuencia el estudio de la semaacutentica debe incorporarse con todas las de la ley a la Lin-
guumliacutestica Necesariamente seremos muy breves y procederemos a tiacutetulo me-ramente ilustrativo con una breve ejemplificacioacuten
Pues bien a falta de especiacuteficos estudios cuantitativos pero de difiacuteciles plan-teamiento y realizacioacuten parece que los tres grandes colores estaacuten a priori y
por obvias razones de mayor distinguibilidad y frecuencia destinados mdashotra
vezmdash a llevarse la palma entre los de mayor empleo simboacutelico Digamos que de modo general el blanco se asocia primeramente a la claridad mdashde
hecho como se vio el valor de clarolsquo ha constituido una prioritaria motiva-cioacuten para el color blancomdash y de ahiacute a la luz Tambieacuten y quizaacute por su inevita-
ble contraste con el sucio negro el blanco quedariacutea ademaacutes en muchas
culturas asociado a la pureza y a la castidad o a significaciones afines
Por su parte la primaria asociacioacuten del negro parece verosiacutemilmente mate-
rializarse con la obscuridad y de ahiacute con la noche y el friacuteo con la noche y el miedo con el friacuteo y la enfermedad asiacute como con la suciedad y ende de
suerte inevitable con la inevitable muerte Ya vimos que de facto la de suciolsquo es frecuente motivacioacuten para el negro Blanco y negro quedariacutean asiacute
pues bipolarizados en connotaciones respectivamente positiva y negativa
incluyendo mdashtambieacuten de modo respectivomdash y de forma bien patente las asociaciones con la vida y la muerte que al fin y al cabo conforman los
simbolismos humanos maacutes primarios
En cuanto a lo que podriacuteamos llamar con rigor el primer color el rojo este
parece tener sus primarias asociaciones metaseacutemicas con la sangre mdashuna
de sus baacutesicas motivacionesmdash y de ahiacute potencial y paradoacutejicamente y con la vida que da y porta la sangre y con la muerte que su derramamiento o
ausencia comporta De facto el rojo como siacutembolo de la sangre constituye la principal tesis del antiguo pero auacuten actual libro de la WUNDERLICH (1925)
Otrosiacute el rojo como color caacutelido puede significar tambieacuten la vida como
tambieacuten lo significa el sol resultando a su vez este rojizo astro otra de las significaciones simboacutelicas del rojo Seguacuten las diversas culturas el rojo pue-
de en fin representar asociaciones maacutes especiacuteficas y por ejemplo era tambieacuten siacutembolo o indicio de salud para los antiguos hinduacutees (Frazer 2003
Xaverio BALLESTER
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39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49
L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
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ABONDOLO Daniel laquoIntroductionraquo D Abondolo ed The Uralic Languages Routledge LondresndashN York 1998 1ndash42 ALINEI Mario Origini delle lingue dlsquoEuropa I La Teoria della Continuitagrave Il Mulino Bolonia 1996 laquoTre studi etimologici (1) biondo e bianco (2) marmotta (3) continuatori di gr la-miaraquo Quaderni di Semantica 231 (2002) 9ndash38 LlsquoOrigine delle Parole Aracne Roma 2009 AacuteRPAacuteD Berta laquoTatar and Bashkirraquo L Johanson amp EAacute Csatoacute edd The Turkic Languages Routledge LondresndashN York 1998 282ndash
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Agricultores Una panoraacutemica globalraquo G Burenhult ed Pueblos de la Edad de Piedra Exploradores y agricultores de Asia Ameacuterica y el Paciacutefico trad F Chueca Debate Madrid 1995 80ndash89
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Greville laquoThe basic color terms of Russianraquo Linguistics 32 (1994) 65ndash89 DAVIES Ian CORBETT Greville amp BAYO MARGALEF Joseacute laquoColour terms in Cata-
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DAVIES Ian CORBETT Greville MTENJE Al amp SOWDEN Paul laquoThe basic colour terms of Chichewaraquo Lingua 95 (1995) 259ndash278 DAVIES Ian DAVIES Chris-
tine amp CORBETT Greville laquoThe basic colour terms of Ndebeleraquo African Lan-guages and Cultures 71 (1994) 36ndash48 DAVIES Ian MACDREMID Catriona CORBETT Greville MCGURK Harry JERRETT David JERRETT Tiny amp SOWDEN Paul
laquoColor terms in Setswana a linguistic and perceptual approachraquo Linguistics 30 (1992) 1065ndash1103 DEL MORAL Rafael Diccionario Espasa Lenguas del Mundo Espasa Madrid 2002 DELAMARRE Xavier Dictionnaire de la langue gauloise Une approche linguistique du vieuxndashceltique continental Eacuteditions Errance Pariacutes 20032 DIMMENDAAL Gerrit J laquoMorphologyraquo B Heine amp D
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REQUENA Miguel Lo maravilloso y el poder Los presagios de los emperado-res Aureliano y Taacutecito en la Historia Augusta Universitat de Valegravencia Va-
lencia 2003 RODRIGUES Ayron D laquoMacrondashJecircraquo RMW Dixon amp AY Aikhen-vald edd The Amazonian Languages Cambridge University Press Cam-
bridge 1999 164ndash206
SAFAREWICZ Jan laquoJęzyk grecki Język starogreckiraquo L Bednarczuk red
Języki indoeuropejskie Państwowe Wydawnictwo Naukowe Varsovia 1986 I 397ndash447 SENFT Gunter Kilivila The Language of the Trobiand Islanders Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1986 STANLAW JAMES laquoTwo
observations on culture contact and the Japanese color nomenclature sys-
Xaverio BALLESTER
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 52
temraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and lan-guage Cambridge University Press Cambridge 1997 240ndash260 SUTROP
Urmas laquoThe basic colour terms of Estonianraquo Trames 41 (2000) 143ndash168
TRAPERO Maximiano Pervivencia de la Lengua Guanche en el Habla Comuacuten de El Hierro Leacutexico comuacuten y pastoril de la flora y de la fauna y de la topo-nimia Direccioacuten General de Patrimonio Histoacuterico sl 1999a Diccionario de Toponimia Canaria Leacutexico de referencia oroniacutemica Gobierno de Canarias
Las Palmas de Gran Canaria 1999b TRASK Robert Lawrence Etymological Dictionary of Basque (Max W Wheeler ed) University of Sussex Sussex 2008 TROMBETTI Alfredo Llsquounitagrave dlsquoorigine del linguaggio Scuola Grafica
―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]
UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in
Estonian Finnish Hungarian Russian and Englishraquo Trames 102 (2006) 152ndash168 laquoThe Basic Colour Terms of Finnishraquo SKY Journal of Linguistics 20 (2007) 367ndash397 laquoThe Basic Colour Terms of Czechraquo Trames 12 (2008)
3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123
VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987
WEYER JR Edward Pueblos Primitivos de Hoy R Huguet trad Editorial Seix
Barral Barcelona 1972 WUNDERLICH Eva Die Bedeutung der roten Farbe im Kultus der Griechen und Roumlmer Alfred Toumlpelmann Giessen 1925
ZIMMERMANN Wolfgang amp HASHEELA Paavo Oshikwanyama Grammar Gams-berg Macmillan Publishers Windboek 1998
Xaverio BALLESTER
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 48
39) Parecidamente para FLORES (2000 256 s rojo) laquoEl color rojo estaacute asociado al fuego y a la sangre y consecuentemente es el siacutembolo del
principio de la vida [hellip] En Japoacuten simboliza la sinceridad y la felicidad [hellip] El
rojo por otro lado significa peligroraquo Ademaacutes y en concreto la versioacuten maacutes brillante y cara del rojo el color puacuterpura teniacutea un brillante y caro simbolis-
mo en la Antiguumledad grecolatina Como sentildeala REQUENA (2003 69) laquoEs notoria la importancia simboacutelica del color puacuterpura en la Antiguumledad como
emblema de soberaniacutea [hellip] la expresioacuten latina purpuram sumere veniacutea a
significar ―ascenso al trono adorare purpuram ―prestar homenaje al empe-rador y natalis purpuraelig ―aniversario de la toma del poderraquo
La potencialidad del rojo para representar la vida puede ser un fenoacutemeno antiquiacutesimo y que remite a nuestra maacutes esencial piscologiacutea la del hombre
paleoliacutetico Como en su diacutea ya notara LEROIndashGOURHAN (1984 579ndash580) laquolos prehistoriadores se han asombrado durante largo tiempo ante la presencia
frecuente de ocre rojo (hematites) en las sepulturas del Paleoliacutetico Superior
La materia colorante se presenta como un lecho sobre el que reposa el esqueleto como una mancha en la regioacuten de la cabeza o espolvoreada por
toda la fosa [hellip] muy bien podiacutea haber simbolizado a la sangre o a la vidaraquo Y aun laquoLa presencia del ocre rojo se ha convertido praacutecticamente en una
constante en las sepulturas y habitaciones [hellip] se admite que este colorante
poseyoacute un valor simboacutelico El hecho [hellip] ha llevado a muchos prehistoriado-res a considerar el ocre como un equivalente de la sangre [hellip] un siacutembolo
de la vidaraquo (LeroindashGourhan 1984 619) Como tantas simboacutelicas tradiciones esta de recubrir con ocre el cadaacutever puede haber surgido a partir de un
objetivo bien praacutectico ya que en diversas culturas estaacute bien documentado el uso del ocre para repeler insectos asiacute por ejemplo entre la tribu de los
onguis u ongues en las iacutendicas islas de Andamaacuten (Burenhult 1995 82) En
todo caso quizaacute algo de aquellos usos prehistoacutericos haya perdurado como suele acontecer para algunas veces en modernas supersticiones por ejem-
plo en la hispaacutenica seguacuten la cual se cree que una laquocinta roja actuacutea de amu-leto contra el mal de ojo o contra enfermedades contagiosasraquo (Flores 2000
86 s cinta)
Asiacute pues en bastantes de las culturas antiguas o tradicionales el rojo o la combinacioacuten de blanco y rojo aparecen como siacutembolo y alegato de la vida y
a veces sobre todo precisamente en ese momento donde tal alegato se hace maacutes imperioso en el trance de la muerte Pero si el rojo es sobre todo
el siacutembolo de la sangre o secundariamente del sol (Wunderlich 1925 96ndash
108) es decir de la vida y si el blanco es el siacutembolo de la luz es decir de la vida el color sobrante era mdashde nuevomdash el luctuoso negro siacutembolo de la
muerte En definitiva para simbolizar la encarnada pasioacuten que da color a nuestra blanca trayectoria hacia el negro final los tres grandes colores otra
vez nos bastan y nos sobran L L L
Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
Lıburna 5 [Noviembre 2012] 15‒52 ISSN 1889‒1128 49
L L L El texto representa la versioacuten escrita de la mayor parte del curso impar-tido en marzo de 2011 en el marco de la Maestriacutea en Investigacioacuten en Lenguas y Literaturas de la Facultad de Filologiacutea de la Universidad de Valencia El texto se beneficioacute de los comentarios y aportaciones de los alumnos de dicho curso
de doctorado conste aquiacute a ellos nuestro agradecimiento La realizacioacuten de parte del presente trabajo ha sido posible gracias a una ayuda concedida por el
Ministerio de Educacioacuten y Ciencia al proyecto FFI2008ndash01759 dirigido por el Dr Joseacute Luis Vidal Peacuterez de la Universidad de Barcelona
SE CITARON LAS OBRAS DE
ABONDOLO Daniel laquoIntroductionraquo D Abondolo ed The Uralic Languages Routledge LondresndashN York 1998 1ndash42 ALINEI Mario Origini delle lingue dlsquoEuropa I La Teoria della Continuitagrave Il Mulino Bolonia 1996 laquoTre studi etimologici (1) biondo e bianco (2) marmotta (3) continuatori di gr la-miaraquo Quaderni di Semantica 231 (2002) 9ndash38 LlsquoOrigine delle Parole Aracne Roma 2009 AacuteRPAacuteD Berta laquoTatar and Bashkirraquo L Johanson amp EAacute Csatoacute edd The Turkic Languages Routledge LondresndashN York 1998 282ndash
300
BARNES Janet laquoTucanoraquo RMW Dixon amp AY Aikhenvald edd The Ama-zonian Languages Cambridge University Press Cambridge 1999 207ndash226 BERLIN Brent amp KAY Paul Basic Color Terms Their Universality and Evolu-tion University of California Press BerkeleyndashLos Aacutengeles 1969 BICKERTON
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John Benjamins Publishing Company Amsterdam Philadelphia 1996 CHANTRAINE Pierre Dictionnaire eacutetymologique de la langue grecque Histoire des mots Klincksieck Pariacutes 1999 CHILDS G Tucker A Grammar of Kisi A Southern Atlantic Language Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1995 CORBETT Greville G amp DAVIES Ian RL laquoEstablishing basic color terms
Xaverio BALLESTER
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measures and techniquesraquo CL Hardin amp L Maffi edd Color categories in thought and language Cambridge University Press Cambridge 1997 197ndash
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of typological constraints in a single languageraquo Journal of Linguistics 24 (1988) 31ndash64
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lan an investigation of eighty informants concentrating on the purple and blue regionsraquo Transactions of the Philological Society 931 (1995) 17ndash49
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tine amp CORBETT Greville laquoThe basic colour terms of Ndebeleraquo African Lan-guages and Cultures 71 (1994) 36ndash48 DAVIES Ian MACDREMID Catriona CORBETT Greville MCGURK Harry JERRETT David JERRETT Tiny amp SOWDEN Paul
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Fondo de Cultura Econoacutemica MeacutexicondashMadrid 2003 [= 19512]
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Contribucioacuten a una Teoriacutea de los Cromatoacutenimos
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ROSENHOUSE Judith laquoArabic Dialects and Malteseraquo R Hetzron ed The Se-mitic Languages Routledge LondresndashN York 1997 263ndash311 KLAMER Mar-tin A Grammar of Kambera Mouton de Gruyter BerliacutenndashN York 1998
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1997
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Carlos Substantivos Latinos con Tema en ndashi Indoeuropeo Estudio Diacroacuteni-co Universidad de Valencia Valencia 2008 MORENO CABRERA Juan Carlos
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919ndash956
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UUSKUumlLA Mari laquoDistribution of colour terms in Ostwaldlsquos colour space in
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3ndash28 UUSKUumlLA Mari amp SUTROP Urmas laquoPreliminary study of basic colour terms in modern Hungarianraquo Linguistica Uralica 432 (2007) 102ndash123
VAN DRIEM George A Grammar of Limbu Mouton de Gruyter BerliacutenndashN YorkndashAmsterdam 1987
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―Civitas Dei Bolonia 1962 [= 1905]
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